Estándar II.10
Estándar II.10
Estándar II.10
INTRODUCCIÓN
Tras la muerte sin descendencia en 1700 de Carlos II, el último de los Austrias, y el
desarrollo de la conocida como Guerra de Sucesión, se produce la llegada al trono de Felipe V, de
la dinastía de los Borbones de origen francés. Los Borbones impusieron un modelo político de
monarquía absoluta y de centralismo que chocó con la tradición descentralizada de los reinos
hispánicos. Llevarán a cabo también un intento de racionalización de la administración y de
modernización del país. El despotismo ilustrado tuvo en Carlos III a su mejor representante y
con él trataron de ponerse en práctica, en la segunda mitad del siglo XVIII, las ideas reformistas
propugnadas por la Ilustración.
España, evidentemente, fue la gran perjudicada pues tuvo que ceder todos sus dominios
europeos, territorios peninsulares e insulares, además de los mencionados derechos
comerciales concedidos a Inglaterra. La Paz de Utrecht inauguró un nuevo orden internacional
basado en el equilibro entre tres grandes potencias rivales: Francia, agotada por el esfuerzo
bélico impuesto por Luis XIV; Austria, el imperio más extenso y poblado de Europa aunque
escasamente cohesionado e Inglaterra, que se convirtió en la gran potencia del siglo, sobre la
base de su fuerza marítima y comercial.
El nuevo sistema se basaba en la rivalidad latente entre bloques de Estados opuestos de
igual poder, lo que garantizaba la paz mediante un inestable equilibrio entre ellos; en líneas
generales, se puede hablar de un bloque liderado por Francia frente a otro liderado por ingleses
y austríacos. España quedó reducida a potencia de segundo rango