LIBROS DE CARACAS1 Comprimido

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Fundación

BANCARtBE

A p r e c i a c i o n e s s o b r e a l g u n o s l i b r o s
S I G N I F I C A T I V O S DE LA C I U D A D
1367 [. ..] se fundó Santiago de León de Caracas
y se colocó la -primera piedra de San Sebastián
en e l lugar que ocupa hoy la Santa Capilla. Pero
al mismo tiempo que se levantaba esa ermita, se
daba, comienzo al templo que debía servir más tar­
de de catedral\ nombrado por patrón de la ciudad
al Apóstol Santiago.
Aristides Rojas (1826-1894)

1723 Sus calles son anchas, largas y derechas, con


salida y correspondencia en igual proporción a to­
das partes; y com o están pendientes, y empedra­
das, ni mantienen polvo ni consienten lodos: sus
edificios los más bajos, por recelo de los temblo­
res, algunos de ladrillo, y lo común de tapias. [...]
Las casas son tan dilatadas en los sitios, que casi
todas tienen espaciosos patios, jardines, y huertas,
que regadas con diferentes acequias, que cruzan
la ciudad, saliendo o encañadas del río Catuche,
producen tanta variedad de flores, que admira su
abundancia todo e l año: hermoséanla cuatro pla­
zas, las tres medianas, y la principal bien grande,
y en proporción cuadrada.
Jo sé de Oviedo y Baños (1671-1738)

1800 Desde lo alto de una galería podíamos di­


visar a un tiempo la cúspide de la Silla, la cresta
dentada d e Galipány e l risueño valle del Guaire,
cuyo rico cultivo contrasta con la sombría cortina
de montañas en derredor.
Alejandro de H um boldt (1769-1859)

1837 Caracas con sus techos bajos y rojos tiene la


apariencia de una tejería rodeada por un jardín;
la uniformidad está interrumpida solamente por la
blanca catedral y su plazoleta.
Anónimo

1896 El ferrocarril entre La Guaira y Caracas


es considerado con justicia uno de los más nota­
bles ejem plos de ingeniería y construcción en el
mundo entero. .] La vía de Caracas es extraor­
dinaria, no sólo por la pericia demostrada en su
construcción y los obstáculos salvados, sino por el
panorama escénico que ofrece a los viajeros.
William Eleroy Curtís (1850-1911)
Fundación l
BAN C A R IB E i f
Libros de Caracas
Apreciaciones sobre algunos libros significativos de la ciudad
Ricardo Waale
2007-2010

Depósito legal: lf78320108004280


ISBN: 978-980-7125-02-4

Coordinación editorial:
Carlos Hernández Delfino

Diseño y diagramación:
Equis Creadores de Imagen

Mapa de la portada:
Plano topográfico de la
Ciudad de Caracas, 1889.
Escala: 1:5.000 / 90 x 62 cms.
T. Lebégue & Cié., Bruxelles, Belgique.

Impresión:
Editorial Arte, S.A.
Impreso en Venezuela

Fundación Bancaribe para la Ciencia y la Cultura


2010
SALUDO AL LECTOR

Durante el mes de noviembre de 2007 se llevó a cabo en Caracas un programa de


actividades organizado por la Fundación Bancaribe, con el objeto de rendir homenaje a
nuestra ciudad en su 440a aniversario. Fue también propicia esa ocasión para marcar el
53a aniversario de Bancaribe. 440 d e Caracas, como fue denominado el programa, tuvo
lugar en la Casona Anauco Arriba, una edificación que nos viene del siglo XVII, ubica­
da en el camino que entonces comunicaba a Caracas con el litoral. La Casona nos regala
hoy un espacio para la apreciación de la arquitectura colonial y para encontramos con
la historia y la cultura de la ciudad.
440 d e Caracas fue una experiencia versátil, dirigida a una audiencia amplia,
con intereses diversos, que mantuvo abiertas al público varias exposiciones. Una de
ellas sobre libros fundamentales dedicados a la ciudad; otra que mostró las plumillas
de Alfredo Cortina, adornadas con textos poéticos de Elizabeth Schón; una selección
de fotografías de la “Corocoteca” del recordado Carlos Eduardo Misle (“Caremis”),
que agradecemos a la cortesía de El Universal-, un homenaje gráfico a dos cronistas y
hombres de letras, que sintieron y amaron a la ciudad como pocos: Enrique Bernardo
Núñez y Guillermo Meneses; y un magnífico concierto de cámara.
Se dedicó un domingo a las familias de la comunidad con la mirada puesta en
los niños. La conferencia sobre gastronomía caraqueña, moderada por Félix Otamen-
di, y dictada por los doctores Armando Scannone y Germán Carrera Damas, fue un
obsequio memorable, un momento de cercanía íntima con la ciudad a través de sus
costumbres, tal como ellas se expresan en los platos que caracterizan lo típico caraque­
ño. El recital de poesía, la poesía a Caracas diríamos, presentó visiones de la ciudad,
de antaño y de hoy, extraídas de la obra de artistas de la palabra que han insertado a
la ciudad en sus más caros sentimientos. Blanca Strepponi, Belkys Arredondo Olivo,
Yurúan García Rangel, Alfredo Herrera Salas y Edda Armas, moderadora de este foro
y factor de fundamental apoyo para 440 d e Caracas, expusieron sus propias creaciones
y recordaron a los poetas de la ciudad. Fue presentado el libro M iranda y las R ev o lu cio ­
n es de la Fundación Bancaribe, que reúne contribuciones de Inés Quintero, Simón A.
Consalvi, Edgardo Mondolfi y Carlos Hernández Delfino; y fue anunciada la creación
del Premio Bienal de Historia R afael María Baralt, para jóvenes historiadores, como un
estímulo directo al estudio e investigación de la historia de Venezuela y que ya hoy se
t
encuentra en su segundo ciclo, con una convocatoria a los jóvenes historiadores para
que concurran con trabajos dedicados a la unión grancolombiana. El Ia de noviembre
se celebró un foro a cargo de Pedro Cunill Grau, Ana Teresa Torres y Francisco Javier
Pérez, dedicado a Andrés Bello, Teresa de la Parra y Guillermo Meneses, tres caraque­
ños que, en distintos momentos de la vida de la ciudad, le dedicaron sus talentos y su
pluma. Pero no fue sólo eso. Caracas siempre se anidó en la más pura esencia de sus
afectos y estos se revelan en sus creaciones literarias.
La exposición de libros dedicados a Caracas constituyó una muestra variada
de los aportes que, en distintas épocas, han contribuido a un mejor conocimiento y
apreciación de los espacios de la ciudad, allí donde convive su gente, donde se ha desa­
rrollado su historia y vibran su cultura y sus costumbres. El libro que ahora ofrecemos
surge de esa experiencia. Hemos querido presentar una síntesis de aquellas obras escri­
tas dedicadas a la ciudad, o relacionadas con ella, que han dejado huella permanente.
Y aunque no se trata en modo alguno de una recolección exhaustiva, ofrecemos un
conjunto que consideramos representativo de todo lo que se ha escrito con Caracas
como objeto. Como nos ha dicho Simón Alberto Consalvi en alguna ocasión, se trata
de un viaje alrededor del tiempo y del espacio de la ciudad, a través de la mirada de
arquitectos, historiadores, escritores, sociólogos, periodistas, novelistas, exploradores,
viajeros, cronistas, urbanistas, botánicos, fotógrafos, humoristas, críticos, musicólogos,
pintores, poetas y así, hasta completar un buen número de categorías de testigos del
devenir de la ciudad. Las visiones de Caracas son múltiples, diversas, heterogéneas.
Como el Ávila de Manuel Cabré que cambia de colores desde cada ángulo en que se fija
la mirada. Así también son los tiempos y los protagonistas, desde la era colonial hasta
la edad contemporánea. En pocas palabras, la ciudad y sus gentes vistas a través de un
caleidoscopio que viaja alrededor de los siglos, historias que se entrecruzan en el gran
tejido del pasado y del presente. Los Libros d e Caracas son como la gran biblioteca de
la ciudad.
El ejercicio de Ricardo Waale, lo que él llama A p recia cion es so b re algu n os libros
sign ifica tivos d e la ciudad, nos remite a aquellos venezolanos o extranjeros que cayeron
bajo el embrujo del Ávila, y dejaron su testimonio invalorable. Estos textos son como
una antología de lo mucho que se ha escrito sobre Caracas y los caraqueños. Valen tam­
bién como el testimonio de una pasión por la ciudad y por sus estaciones imaginarias;
la pasión del antologo que terminó siendo el autor de estas páginas.
Se han escrito muchos libros sobre la ciudad, lo sabemos, pero no habíamos te­
nido la noticia del conjunto, mostrada en una sola pieza. Con tesón y, sin duda, persis­
tencia, Ricardo Waale investigó, leyó y glosó muchos libros y escogió los que registran
la memoria de Caracas y deben sin duda ser destacados, sin merma alguna de aquellos
otros que, por razones de espacio, no ha sido posible acomodar en esta obra. Se trata,
en efecto, de una contribución invalorable, de las visiones de quienes, desde la perspec­
tiva de disciplinas disímiles, confluyen al final en una mirada, la mirada que este libro
de libros hace posible: nuestra propia mirada.
Esta antología se abre con La Caracas d e a y er y d e hoy. Su arquitectura co lo n ia l y
la reurbanización d e E l S ilen cio , del arquitecto Carlos Raúl Villanueva. Si hablamos de
la “Caracas guzmancista”, podemos hablar también de la ciudad de Villanueva. Pocos
han dejado su impronta en Caracas como el gran arquitecto de la Ciudad Universita­
ria, donde encontramos espacios espectaculares como el Aula Magna, diseñada con la
contribución del gran escultor Alexander Calder. Personaje excepcional, Villanueva
dejó legados como la integración de las artes y la incorporación al paisaje arquitectó­
nico de obras notables como “Pastor de nubes”, de Jean Arp y tantas otras que hacen
de la Ciudad Universitaria un gran museo de arte moderno. En las obras seleccionadas
por Ricardo Waale se encuentra Obras de. a rte d e la C iudad U niversitaria d e Caracas , de
varios autores, la mejor ilustración de lo que aquí se afirma.
En estos L ibros d e Caracas resaltan, como es natural, textos clásicos: La ciu ­
d a d d e los tech o s rojos de Enrique Bernardo Núñez, La ciu dad colon ia l y guzm ancista
de Graziano Gasparini, La vida cotidiana en V enezuela duran te el p er ío d o h isp á n ico , y
Q uinta d e A nauco, de Carlos F. Duarte. O los escritos de Arístides Rojas, Santiago Key
Ayala, Juan Calzadilla, Raúl Díaz Legórburu, José Ignacio Cabrujas, Gorka Dorron-
soro, Aquiles Nazoa, Alfredo Armas Alfonzo, Jesús Hoyos, Armando Scannone, y el
más antiguo, José de Oviedo y Baños.
Fue, sin duda, un acierto de Ricardo Waale la inclusión en esta antología de
las novelas caraqueñas de Teresa de la Parra, Rómulo Gallegos, Guillermo Meneses,
Adriano González León, Elizabeth Schon, Carlos Noguera, Salvador Garmendia y
Ana Teresa Torres. En las novelas está la crónica verídica de la ciudad y de los perso­
najes que le dan vida. A veces invisible, en las páginas de la imaginación, se alienta la
historia oculta.
Al editar esta obra de Ricardo Waale, la Fundación Bancaribe contribuye al co­
nocimiento de la ciudad que habitamos, al cumplirse 200 años de su historia republicana.
Finalizan estas líneas con un reconocimiento a quienes con su esfuerzo hicie­
ron posible la realización de 440 d e Caracas. En cuenta del riesgo de omisión, no po­
dríamos dejar de mencionar a la Fundación del Estado para las Orquestas Juveniles
e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv), la Fundación Andrés Mata, Fundapatrimonio
de la Alcaldía de Caracas, la Galería de Arte Nacional, Dennys Montoto, Edda Ar­
mas, William Niño, Ricardo Waale, los familiares de Alfredo Cortina y de Enrique
Bernardo Núñez y la generosidad de quienes cedieron en préstamo los libros sobre
la ciudad que fueron exhibidos y muchos de los que fueron reseñados en la obra que
ahora presentamos.
A l autor de estas páginas, Ricardo Waale, nuestra más sentida gratitud por
su dedicado esfuerzo y el notable logro que se resume en este libro. Agradecemos
también el apoyo recibido del Dr. Simón Alberto Consalvi, al igual que es el caso con
Erika Schmid y Elide Silva, de la Dirección Asociada de Responsabilidad Social de
Bancaribe.

C a rlo s H ern ánd ez D elfino


Presidente
Fundación Bancaribe

IV
PALABRAS PRELIMINARES DELAUTOR

La historia de cómo surge uñ libro no siempre queda develada para los lectores. Sabemos,
no obstante, que de la nada es imposible que se manifiesten, aunque de ella ciertamente
aparecen a veces en nuestros anaqueles —o en las bibliotecas de otros. Este, en particular, ha
tenido una gestación que se remonta a los 440 años de Caracas, sucedidos hace tres años.
Para aquella ocasión consideró esta fundación homenajear a la ciudad con diver­
sos eventos, entre ellos una exposición de libros sobre Caracas, lecturas charlas y recitales
literarios, un foro de historia referido a tres caraqueños notables (Andrés Bello, Teresa de
la Parra y Guillermo Meneses), dibujos de la vieja Caracas y música de cámara. Oportuna
decisión, porque de lo contrario, y muy a pesar de lo emblemático del número de años que
cumplía la ciudad, hubiese pasado aquel onomástico prácticamente desapercibido. Recep­
ción que pretendía agasajar a la ciudad en tiempos de olvido -como si sus habitantes es­
tuviesen ausentes. Aquellos preparativos correspondieron a un equipo, que fungió también
como los pioneros para que este libro aparezca hoy día publicado. Entre ellos, Edda Armas,
Dennys Montoto, los hermanos Esmeralda y William Niño Araque y Carlos Hernández
Del fin o, quienes, junto a la atenta asistencia de Carol Ramírez, y las recomendaciones de
Guillermo Durand González, actual Cronista de la Ciudad de Caracas, y del historiador
Roberto J. Lovera de Sola, organizaron las primeras listas de libros para exponer algunos
de ellos como aporte inicial para empezar un registro de publicaciones en torno a la ciudad,
porque así como se le atribuye a Cicerón (106 AC - 43 AC) haber sentenciado que una ha­
bitación sin libros es como un cuerpo sin alma, asimismo -caviló el grupo- que celebrar a
Caracas sin la presencia de sus libros hubiese sido como organizar una fiesta sin música.
Pero estos libros, a ser exhibidos, debían estar acompañados de algunas notas, y fue
así que Edda Armas propuso mi nombre para que fuera quien escribiera unos breves textos
sobre aquellos tomos que pudieran ser localizados para la fecha. Y cuales, junto a los prime­
ros bosquejos descriptivos, terminaron siendo expuestos en octubre del 2007 en la Casona
Anauco Arriba, además de una exposición de fotografías y dibujos de Alfredo Cortina y tex­
tos de la recordada poeta dramaturga y ensayista Elizabeth Schón -quien fuera su esposa.
También se expuso Caracas en La C orototeca de Caremis. Y se llevó a cabo un H om enaje a
dos escritores y cronistas d e la ciudad: Enrique Bernardo Núñez y G udlerm o M eneses.
Nuestros agradecimientos a aquellas personas que a dos años de aquella exposición
en San Bernardino se fueron sumando a prestar generosamente sus libros para proceder al
estudio de los diversos ejemplares, y así poder conformar esta selección de libros.
Entre estas personas, queremos agradecer a Graziano Gasparini, que nos entregó
valiosos volúmenes de Arquitectura y Urbanismo. Así como al arquitecto Dirk Bornhorst,

v
que fue de una magnanimidad asombrosa -de su casa salimos con alrededor de una vein­
tena de libros.
Un muy sentido agradecimiento para Soledad Mendoza.
Y, así, sucesivamente, a muchísimas personas... Armando Scannone, Amanda Sal­
vatierra, Javier Coca Court, Giannina Provenzali, Adriana Vilar, Pedro Mancilla, María
Valentina Arroyo, Carsten Todtmann, Cecilia Castrillo, Nelson Ramírez, Paulina Villanue-
va y Carlos Federico Duarte, quienes prestaron libros o enviaron información que podría
sernos útil. También a Inger van Dobben, Tobías Mendelovici, Aguedita Coss y José Enri­
que Blondet, que localizaron libros y trataron también de buscar otros que manteníamos
en consideración.
A Edda Armas y a Carlos César Ríos, quienes, además de haber prestado muchas
obras de más reciente edición, pusieron a la orden una valiosa colección de libros editados
con carácter de ediciones especiales, la mayoría de ellos por el Consejo Municipal del Dis­
trito Federal en la década 1969-79, habiendo sido el Cronista de la Ciudad de Caracas para
ese entonces Guillermo Meneses y el Conservador del Patrimonio Histórico y Artístico del
Municipio Raúl Díaz Legórburu —quienes llevaron adelante durante esos años una notable
producción editorial.
También a Anny Trujillo Hildebrand por aquellos libros traídos personalmente.
Para Alys Marrero mi gratitud por la generosa atención mostrada durante todo el
proceso. Igualmente a Elide Silva y Erika Schmid, quienes han colaborado con este proyec­
to en su etapa de mayor consolidación.
A Carlos Hernández Delfino, quien tuvo la idea de conformar esta primera an­
tología de libros sobre Caracas, promotor principal del proyecto y siempre atento al devenir
de la presente publicación. Agradecemos, asimismo, la amable lectura de estos textos lleva­
da a cabo por Simón Alberto Consalvi.
Y, finalmente, un agradecimiento para Denis Frank por sugerir diversas maneras
para armar los manuscritos preliminares, y también por haberse ocupado personalmente
de las digitalizaciones, limpieza de imágenes y calibración de color de las portadas aquí
presentadas.

Hoy día, 23 de julio del 2010, día del apóstol Santiago, 443 años después de aquel
23 de julio de 1367, fecha con la que se aviene la mayoría de los historiadores
respecto a la fundación de S a n t i a g o d e L e ó n d e C a r a c a s , y a tan sólo trescientos
treinta y cinco días para sus 444 años -armónica cifra que nos remite a una frase
de Carlos Eduardo Misle (Caremis), quien en el primer tomo de “La Caracas de
Bolívar” dice que esta ciudad nació bajo el signo del número cuatro... esas cuatro
esquinas iniciales que envolvieron su corazón y forjaron su latido mayor: la plaza.

R.W.
Í N D I C E

Arquitectura, Arte y Urbanismo La Caracas de ayer y de hoy:


su arquitectura colonial y
la reurbanización de “El Silencio”............................................... 1
Carlos Raúl Villanueva
Caracas cuatricentenaria
(su crecimiento a través de 14 planos)....................................... 2
Mobil de Venezuela
Caracas a través de su arquitectura............................................3
Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani
Caracas Ayer...
(La ciudad menuda y silente)................................................... 4
Ruth Neumann López y Guillermo José Schael
Caracas
La ciudad colonial y guzmancista............................................... 3
Graziano Gasparini
La nomenclatura caraqueña.........................................................6
Rafael Valery
La reurbanización de “El Silencio”............................................. 7
Ricardo de Sola Ricardo
Historia de la Catedral de C aracas............................................. 8
Carlos E Duarte y Graziano Gasparini
Historia de la Iglesia y
Convento de San Francisco de C aracas..................................... 9
Carlos F. Duarte y Graziano Gasparini
Obras de arte de la
Ciudad Universitaria de C aracas............................................... 10
Varios Autores

Nota: El orden de los libros viene dado por la secuencia ascendente


respecto al año de edición.

Vil
Los cines de Caracas
en el tiempo de lo s cines 11
Nicolás Sidorkovs
Las estatuas de Caracas 12
Ruth Auerbach
Santiago de León de Caracas, 1567-2030 .................................. 13
Rafael Arráiz Lucca y William Niño Araque
Caracas Cenital ............................................................................ 14
Varios autores
Urbanismo europeo en Caracas
(1870-1940)................................................................................... 15
Arturo Almandoz Marte
El Helicoide 16
Dirk Bornhorst

Cerro EJ Ávila, Fauna y Flora Los tucusitos de Caracas ........................................................... 17


Ralph Dessau
Por los caminos del Ávila .......................................................... 18
Eduardo Rooswaag
Los Arboles de Caracas ............................................................. 19
Jesús Hoyos
Aves del Ávila ..............................................................................20
Bruno Manara
25 mariposas de Caracas ............................................................ 21
Bruno Manara
El Ávila
Biografía de una montaña .........................................................22
Bruno Manara

Crónica e Historia La ciudad de los techos rojos ....................................................23


Enrique Bernardo Núñez
Bosquejo de Caracas 18 10 -18 11................................................. 24
Robert Semple
Las esquinas de C aracas............................................................ 25
Carmen Clemente Travieso
Caracas de siglo a s ig lo .............................................................. 26
Guillermo José Schael

VIII
El escudo de Armas
de la ciudad de Caracas ............................................................. 27
Guillermo Meneses, Arístides Rojas y
Enrique Bernardo Núñez
La ciudad que no vuelve ............................................................28
Guillermo José Schael
Tesoro de n o ticias....................................................................... 29
José de Oviedo y Baños
Anécdotas y leyendas
de la vieja Caracas ..................................................................... 30
Carmen Clemente Travieso
Libro de C a ra cas.........................................................................31
Guillermo Meneses
Iglesias de la Antigua C aracas.................................................. 32
Padre Ernesto Otaduy
Historia del teatro de Caracas .................................................. 33
Carlos Salas
Bajo el signo del Ávila ............................................................... 34
Santiago Key-Ayala
Francisco Fajardo
y la fundación de Caracas ..........................................................35
Juan Ernesto Montenegro
El Palacio Municipal de Caracas ..............................................36
Juan Calzadilla y Raúl Díaz Legorburu
Caracas
La ciudad que se nos fue ...........................................................37
Alfredo Cortina
Caracas física y espiritual .......................................................... 38
Aquiles Nazoa
Historia de la conquista y
fundación de Caracas .................................................................39
Nectario María
Caracas habla en documentos
(1568-1888) .................................................................................. 40
José Antonio de Armas Chitty
Sabor de Caracas ........................................................................ 41
Carlos Eduardo Misle -Caremis-

IX
L a Caracas de Bolívar ( l ) .......................................................... 42
Carlos Eduardo Misle -Caremis-
L a Caracas de Bolívar (2 ) .......................................................... 43
Raúl Díaz Legorburu
Tu Caracas, Machu ..................................................................... 44
A lfred o Armas A lfonzo

Quinta de A n au co....................................................................... 45

Carlos F. Duarte
Plaza Bolívar

Corazón de la patria .................................................................. 46

Carlos Eduardo Misle -Caremis-


L a vida cotidiana en Venezuela

durante el período hispánico .................................................... 47

Carlos F. Duarte
Crónica de Caracas ................................................................. 48

A rístides Rojas

Caracas siempre nueva ..............................................................49

Compilación: César Segovia

Fotografía Caracas
una quimera urbana .................................................................. 50
Ramón Paolini
Caracas de par en par ............................................................... 51
Efraín Subero
C aracas........................................................................................ 52
José Ignacio Cabrujas y Gorka Dorronsoro
A sí es C aracas............................................................................ 53
Soledad Mendoza
Santiago de León de Caracas ................................................... 54
Carsten Todtmann

Gastronomía Mi cocina...
A la manera de C aracas............................................................. 55
Armando Scannone

X
Literatura: Narrativa y Poesía El falso cuaderno
de Narciso E sp e jo ........................... 56
Guillermo Meneses
País portátil ............................................................................... 57
Adriano González León
Historias de la calle Lincoln ................................................... 58
Carlos Noguera
Casi un país ............................................................................... 59
Elizabeth Schon
Los pequeños seres .................................................................. 6®
Salvador Garmendia
Doña Inés contra el olvido ..................................................... 61
Ana Teresa Torres
Ifigenia ....................................................................................... 62
Teresa de la Parra
Reinaldo Solar .......................................................................... 63
Rómulo Gallegos

Música La ciudad y su música ............................................................... 64


José Antonio Calcaño
Centenario del Teatro Municipal
de Caracas (1891-1981).............................................................. 65
Editora: Marta Mikulan
Tropicalia caraqueña ................................................................ 66
Federico Pacanins

XI
IA CARACAS DE AYER Y DE HOY:
SU ARQUITECTURA COLONIAL Y LA REURBANIZACIÓN
DE “EL SILLNCIO”
C a r l o s R a ú l V il l a n u e v a

Esta edición -adem ás de num erada- viene con cada


uno de los ejemplares firmado por su autor, Carlos
Raúl Villanueva (1900-1975), y la acompañan dos ar­
C A R LO S RAU L Y ILLÁ M Ü E V A
tículos, uno de Carlos Manuel Möller -historiador,
investigador y estudioso del Arte Colonial- y otro de
LA CARACAS Maurice E. H. Rotival -urbanista francés que pre­
DE AYER sidiera los estudios del plan regulador aprobado en
1939. La Caracas d e a yer y d e h oy nos muestra, por un
Y DE HOY lado, la plenitud de equilibrio y perfección que alcan­
SU ARQUITECTURA zó la ciudad colonial en el siglo XVIII, así como su
COLONIAL transformación de simple Capitanía General cuan­
do la Colonia -consecuencia de la riqueza petrole­
Y LA
ra - en una metrópoli que, a su vez, se fue exten­
REURBANIZACION diendo con inusitada rapidez. Y, por otro, expone
DE la historia del plan de rescate para El Silencio de
“EL SILENCIO” entonces, el m agistral proyecto de Villanueva, cu ­
yos patios mantienen cierta reminiscencia andaluza
o de vida rebosante. Pensemos, de igual modo, en
sus famosos corredores abiertos, concebidos para re­
cibir un gran movimiento de vida urbana. Importan­
-,EE RiFEMCIO, te también destacar los diversos grabados que ilus­
DE tran este volumen -pertenecientes a la colección de
K E f lK B V M I N V C I O Z Eduardo Röhl. Asimismo, las imágenes de Alfredo
Boulton, Juan Avilán, Ricardo de Sola y Luis Felipe
Toro -entre otros destacados fotógrafos. Dedica, por
cierto, Villanueva este libro a Diego Nucette Sardi
“quien indudablemente fue entusiasta luchador por
Draeger Fréres Paris, 1950.
Ejemplar número: 0104.
el mejoramiento de Caracas y a cuyo dinamismo y
Formato: 29 x 23 cms. buena voluntad se debe la feliz realización de la obra
Sin # de p. de El Silencio”. Y, a propósito del origen urbanístico
de la ciudad, escribe Villanueva en su prólogo que
“el plan original de la ciudad, herencia y lección es­
pañolas y ejemplo de orden y organización, fue del ti­
po tablero de ajedrez, caracterizado por calles rectas
y perpendiculares y con su plaza Mayor situada en el
centro de la composición, tipo de plan establecido
por las Leyes de Indias y común a todo el urbanis­
mo hispano-americano”. Y a propósito de éstas, CRV
afirmaba ya de manera enfática -hacia 1950- que a llí
se en cuen tran ex celen tes reglas y d isp osicion es llenas
d e buen sen tid o y claridad que podrían servir [incluso]
d e ejem p lo en n uestros d ía s...

l ib r o s d e Caracas / A r q u it e c t u r a , a r te y u rb a n is m o
CARACAS CUATRICENTENARIA
(SU CRECIM IEN TO A TRAVÉS DE 1 4 PLANOS)*

M o b il d e V en ezuela

Este portafolio-homenaje -d e Mobil de Venezuela—,


Italrnlt-
como el subtítulo indica, es la compilación de planos V, _A
tM
al.-V
que nos muestran el crecimiento urbano desde los
inicios de Caracas hasta por ejemplo, el penúltimo /(
j L
plano —de 1 9 1 9 -, donde ya se nota un avanzado d e­ üc
sarrollo, o el último de ellos -elaborado por Eduar­ . v jT
Ir-
do Róhl, a la escala de 1:3 0 .0 0 0 -, con representación
de los alrededores. Entre estos planos encontramos p ;/-• I :j gjpP
reproducciones autorizadas por el Archivo General ■■
de Indias -d e Sevilla, España. Planos que reseñan al
oeste como P on ien te , situado en El Calvario, y a la M o b il de Venezuela

Alcabala de Candelaria, al este de la ciudad, como el VT°P!\


N aciente, asimismo otros lugares de acceso tales co­
mo la A cab ala del Camino del Valle o la del Camino
de la Vega. En el plano IV vemos una retícula con la
ubicación de los barrios de Caracas en ese entonces
(ca. 1773), donde aparecen la iglesia Catedral, tres p a­
rroquias (Altagracia, Candelaria y San Pablo), cuatro
Mobil de Venezuela, 1967.
templos (la Pastora, San Mauricio, etc.), cinco “com-
Formato: 40 x 50 cms.
bentos” (de las religiosas Carmelitas, religiosas de la 14 p.
Concepción, la M erced, etc.), así como el Hospital
San Lázaro y la Universidad. De 1778 (el NQV) data
el “Plano de la Serranía entre Caracas y la Costa de la
G uaira”. En el plano IX (“Plano topográfico”, 1843)
aparecen, además de capillas y conventos, los ríos, CONTRIBUCION
puentes, puntos notables, calles y un registro de más AL ¿gjgggii
ESTUDIO
de 140 esquinas -donde las no enumeradas carecían DE
LOS
todavía de nombre. La de la Glorieta, de M adere­ PLANOS
OE
CARACAS
ro, de Beroes, la Cochera, la Pedrera, del Cují, de
Mercaderes -éstas y muchas otras aparecen indica­
das con detallada nomenclatura, así como referida
la ubicación de la ciudad respecto al meridiano de
París y el de Greenwich.

* Estos 14 planos también se encuentran en un enorme y porten­


toso libro -pesa 3 kilos y m edio- denominado C ontribución a l es­
tudio d e los p la n os d e Caracas / La ciudad y la provin cia 1567-1967
de Irma De-Sola Ricardo -ilustrado con 114 planos y mapas, 20
fotocopias y un total de 165 fichas. De este descomunal esfuerzo
transcribimos estas palabras de su autora: S é q u e en e l fu tu r o v e n ­ Ediciones
drán o tros q u e tom a n d o es te m ism o m aterial realizarán una obra del Cuatricentenario
m ejo r p ero en su p erfecció n n o cabrá m ás devoción , m ás cariño y m ás de la ciudad, 1967.
en tra ñable a m or q u e e l q u e h e p u esto en su elaboración. Portada, Formato: 38.5 x 52.5 cms.
por cierto, que también publicamos por la amplísima utilidad que 282 p.
representa tal referencia.

la b r o s d e c a r a c a s / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n is m o m m m m am m aam m m v
CARACAS A TRAVÉS DE SU ARQUITECTURA

G r a z ia n o G a sp a r in i y Ju a n P e d r o po sa n i

GRAZIANO GASPARINI / JUAN PEDRO POSANI


Libro emblemático para todos aquellos interesados
en el devenir urbanístico y arquitectónico de Cara­
cas. Con motivo del cuatricentenario de esta ciudad,
en 1967, surge este extraordinario registro —auspi­
ciado por la Fundación Fina Gómez- que abarca,
con orden y rigor, todas las fases de crecimiento de
la capital, desde su fundación hasta aquellos días
de celebración. Conformado por tomas aéreas, p la ­
nos, dibujos, cuadros, fotografías antiguas y otras
de décadas más recientes -m uchas de los años 50-,
e información biográfica de la ciudad, este trabajo
fue llevado a cabo por Graziano Gasparini y Juan
Pedro Posani. Gasparini se encargó de la P r i m e r a
P a r t e (1567-1899), abarcando el estudio, análisis y
“lecturas” de La ciudad co lon ia l como de La ciudad
guzm ancista. Posani, a su vez, de la S e g u n d a P a r t e
(1900-1968) e incluye temas como la con tinu ida d d e l
eclecticism o , donde expone sub-temas que van des­
de “la pequeña escenografía dom éstica” hasta “un
tímido Art Nouveau”. O la arquitectura n eocolon ia l,
etapa ésta muy influenciada por el neo-barroco. A si­
mismo, expone asuntos como La quinta: un m o d elo
para la expansión d e la ciudad, El estilo in tern acion al
o La arquitectura populista, etcétera... hasta llegar al
impacto que para la ciudad en vías de modernidad
representó Carlos Raúl Villanueva y la sín tesis de las
artes -donde se resalta la monumentalidad moderna
del Aula Magna de la UCV. Posteriormente el valle
se irá llenando y la infraestructura de esta expansión
generará el drama urbano -cu al se afronta entre teo­
rías y propuestas de difícil o acaso imposible imple-
mentación. Muchas de las fotos de arquitectura que
Fundación Fina Gómez, 1969. acompañan el libro son de Paolo Gasparini y José
Formato: 34 x 24.5 cms. Sigala. Concluye el libro, a manera de epílogo, con
578 p.
optimismo: la arquitectura de la responsabilidad.

m a r ts m u rn sm Lib r o s de Caracas / a r q u i t e c t u r a , a r t e y U rb a n ism o


CARACAS AYER...
(LA C IU D A D M EN U D A Y SILENTE)
Ru t h N e u m a n n Ló p e z y G u il l e r m o Jo sé S c h a e l

De sencillo formato, este libro posee la grandeza de


una minuciosa reconstrucción de la Caracas d e an­
taño•: maquetas -en escala 1:100- de la arquitecto
Ruth Neumann López y textos de Guillermo José
Schael (1919-1989). Lo h ech o p o r Ruth es rea lm en te
extraordinario, p or n o d ecir in creíb le -comenta Mar­
celo González, presidente de Imparques en 1978- y
m uy p o r encim a de las expectativas q ue n os habíam os
creado. El resultado: ocho manzanas de las más re­
presentativas de la época. Entonces surgiría la idea
de testimoniar ese descomunal esfuerzo fotográfica­
mente, y con textos de Schael para darle m ayor vida
y com p ren sión con su s com en tarios y aclaratorias. La
arquitecto llega a niveles francamente insólitos en
la miniatura: el Pasaje Ramella -po r ejem plo- m os­
trando sus “canastillas” y las arcadas d on d e se exhi­
bían d esd e los vestid o s colga n d o d e la p a red hasta los
m ás insignificantes "co r o to s” d e cocina q u e e l ten d ero
alcanzaba a la clien tela co n un largo palo p rovisto d e
un ga n ch o en la punta. De igual modo, detalles de la
vida circundante al Mercado de San Jacinto, el cual
-inform a Schael- era el sitio m ás con cu rrid o y p op u ­
loso d e Caracas. También se ve el antiguo reloj de sol
que estaba, frente al puesto de flores, en la parte norte
del mercado -e l mismo que hoy día está, desde 1967,
en el centro de la Plaza de El Venezolano. Asimismo,
unos recién casados saliendo de la catedral, fotógrafo
incluido, la presencia del tranvía, la Cervecería Don­
cella -donde solían reunirse poetas, escritores y pe­
riodistas de la época-, la confitería La Iberia, el Hotel
Klindt, o también “L a India” y “La Glaziere”, cerve­
cerías que preferían muchos luego de los conciertos
nocturnos en la Plaza Bolívar. Un libro sugestivo para Gráficas Armitano, C.A., 1978.
viajar en el tiempo y en el espacio. Formato: 22.5 x 16 cms.
112 p.

4 Lib r o s de Ca racas / a r q u i t e c t u r a , a r t e y U r b a n is m o ■ ■ ■ « ■ « » v
CARACAS
LA C IU D A D CO LO N IAL Y G U Z M A N C IST A
G r a z ia n o G a sp a r in i

“[•••] desde su fundación en el siglo XVI hasta el co­


mienzo del siglo actual, se encuentran dos episodios
arquitectónicos identificables que permiten hablar
con discreta precisión de la c i u d a d c o l o n i a l y de la
c i u d a d g u z m a n c i s t a . ” Dos extensos capítulos abar­

can el estudio de cada una, y otros dos estudian las


secciones “morfológicas” correspondientes. Su autor,
Graziano Gasparini -arquitecto, pintor, fotógrafo y
profesor h on oris cam a de la UCV-, h a publicado más
de 50 libros sobre arquitectura precolombina, colonial
y urbanismo. Por ejemplo, Templos C oloniales d e Ve­
nezuela [1959], La arquitectura colon ia l en Venezuela
[1965] o Caracas colon ia l [1969]. U otros publicados
en co-autoría con Pedro Posani: Caracas a través d e
su arquitectura [1969], o con la antropóloga Luise
Margolies: A rquitectura popidar en Venezuela [1986],
A rquitectura d e tierra cruda en Venezuela [1998] y
A rquitectura indígena en Venezuela [2005]. Asimismo
con Ermila Troconis de Veracoechea: H aciendas v e ­
nezolanas [1999], y junto a Carlos F. Duarte: Los r e ­
LA CIUDAD COLONIAL Y GUZM ANCISTA
tablos d el p erío d o colon ia l en Venezuela [1971], A rte
colon ia l en Venezuela [1974] o Historia de la Cate­
TV CIODVD COrOvilVr A CnXMVMCISXV

m dral d e Caracas [1989]. En este libro sobre la ciudad


mi colonial y guzmancista, los planos y fotografías aéreas
permiten comprender la secuencia entre el origen y el
desarrollo de la ciudad, desde sus inicios con trazado
de cuadrícula, que determinarán posteriormente las
intenciones urbanas de la época guzmancista -c o ­
mo se observa en un plano topográfico que data de
1875. Igualmente pueden verse los bulevares que
Guzmán Blanco mandó a construir alrededor del
Capitolio, y cuales “constituyen uno de los cambios
Ernesto Armitano Editor, 1978. más importantes a la ciudad colonial”. En cuanto a
Formato: 27 x 23.5 cms. las fotografías de antaño aquí exhibidas se observan
352 p. algunos paisajes que pueden evocarse al compararlas
con imágenes más recientes. Este minucioso análisis
histórico y urbano representa también para el lector un
agradable paseo por aquellos monumentos, templos,
plazas, puentes y mercados que fueron marcando
los principales hitos de aquella ciudad colonial que
de manera significativa se renovó durante el período
guzmancista. Y Caracas, finalmente, se asomará al
siglo XX “incorporando a su zona urbana los terrenos
de las viejas haciendas coloniales”.

l ib r o s d e c a r a c a s / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n ism o 5
LA NOMENCLATURA CARAQUEÑA

RAFAEL VALERY

“En torno de modernos edificios de las esquinas


rondan los fantasmas de los que le dieron nombre y
prestigio irrevocable” -epígrafe de este libro y frase de
Enrique Bernardo Núñez que ha elegido el arquitecto
y urbanista Rafael Valery como ventana a la lectura
de su publicación La nom enclatura caraqueña, tomo
que reúne la diversa variedad de nombres y orígenes
de esquinas, parroquias y zonas de Caracas. Hace
referencia el autor a lo legado por sus antecesores:
La ciudad de lo s tech o s rojos de Enrique Bernardo
Núñez (1895-1964), Las esquinas d e Caracas de Carmen
Clemente Travieso (1900-1983) o La ciudad que no vu elve
de Guillermo José Schael (1919-1989). No obstante, su
propósito principal gira en torno a la toponimia, “el
origen de los nombres populares que, sobre el plano
de Caracas, bordan tanto de su historia”. En el primer
capítulo, La ciudad y sus con torn os, nos cuenta de El
Avila, y luego de diversas zonas, por ejemplo: Anauco,
Baruta, Catuche, El Hatillo, Macarao, Petare, El Valle
o La Vega. Posteriormente aparecen Las Parroquias ,
la de Catedral, San Pablo, Altagracia, Candelaria, San­
ta RosaKa, San Juan ... Luego viene el estudio y la
nomenclatura de Las calles, cuyo crecimiento puede
observarse en los primeros planos -desde el inicial
conocido por Caracas [1591], u otro elaborado tam­
bién p o r A cuerdo d el Cabildo en 1603. Más adelante,
se ve uno titulado “Nuestra Señora Mariana de Ca­
racas y los límites parroquiales para 1766” -donde ya
se advierten las calles que corren de Norte a Sur y
de Poniente a Oriente. Se ocupa igualmente Valery
de las primeras avenidas como la Avenida de El P a­
raíso a comienzos de siglo, o la Avenida San Martín
-indicada en un plano de 1919. Asimismo de la Calle Ernesto Armitano Editor, 1978.
Real de Sabana Grande. No obstante, el grueso de es­ Formato: 27 x 24 cms.
te volumen pertenece, naturalmente, a Las esquinas , 408 p.
no sólo por rebasar en número sino por el interesante
origen de los apelativos e infinidad de anécdotas que
encierran: Abanico, Alcabala, Avilanes, Caja d e agua,
Cují, Eternidad, Eerrenquín, Gradillas, Macuro, Naza­
reno, Pedrera, muchas esquinas con nombres de santos
y santas, etcétera. Y, además de incluir datos sobre los
puentes (.Arauca, Brion, Junín...), culmina este libro
con muchos “Otros sitios y lugares”, por ejemplo
Agua Salud, B ello M onte, Los dos caminos, La Florida
o San Bernardino.

6 L ib r o s d e caracas / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n ism o
LA REURBANIZACIÓN DE “EL SILENCIO”

R ic a r d o de So la R ic a r d o

A veces nos preguntamos por qué El Silencio -siendo


tan ruidoso- se llama de esta manera. Esta paradoja
y otras incógnitas las contesta en este libro el inge­
niero Ricardo de Sola Ricardo (Caracas, 1918), cola­
borador de aquella primera obra de importancia en
materia urbanística que se desarrollara en Venezuela
bajo el mandato del general Isaías Medina Angarita,
y de la cual el autor recopilara aproxim adam ente 900
n egativos que con tien en la historia gráfica d esd e su ini­
cio hasta su culm inación. Contaba Caracas para los
años del proyecto [1942-1945] con una población de
380.099 habitantes. Y el nombre de El Silencio se re­
monta al año 1658 -época en la que se desarrolló una
gran epidemia, que azotó a toda la ciudad, al oeste
de la Quebrada Caroata, d on d e toda la actividad de
la vida ordinaria queda en su sp en so , y justamente allí,
en la quebrada donde comenzara la epidemia, sólo se
advertía silencio, un p rofu n do silen cio -constando el
nombre de la esquina “El Silencio” por primera vez en
un plano de Caracas levantado en 1843. En 1942, pro­
yectos de Carlos Guinand (1889-1963) y Carlos Raúl
Villanueva (1900-1975) fueron debatidos en un con­
curso para este desarrollo urbanístico, cual culminó
con un singular veredicto: la elaboración d e un tercer
p royecto que reuniera los aspectos más ven tajosos d e los
antes presentados. Ambos arquitectos prepararon otra
vez sus proyectos exigentemente -adaptándose algo
más el de Villanueva a las sugerencias formuladas por
la “Comisión encargada de decidir sobre el Proyecto
más conveniente para dicho desarrollo”. Villanueva
valoraba al Aula Magna, al Estadio Olímpico y a la
Facultad de Arquitectura como obras en las que “ha
logrado plenamente sus objetivos”. Pero la importan­
Ediciones del Banco del Caribe, 1988.
cia urbanística de “El Silencio” - y el invalorable apor­
Formato: 32.5 x 24.5 cms.
320 p. te de estos arquitectos- será siempre recordado como
el gran inicio de la modernidad en Venezuela. En
cuanto a la fuente “Las toninas”, obra del neoespar-
tano Francisco Narváez (1905-1982), ha sabido im ­
ponerse en el tiempo, transmitiendo la fuerza y vigor
de sus esculturas, asimismo la alegría contagiosa del
lenguaje acuático: Las toninas sacan a flo t e al que es té
en d ificu lta des... -reza una leyenda margariteña que
fuera inspiración, o punto de partida, para crear este
poético espacio en la ciudad de Caracas.

Lib r o s de Caracas / a r q u it e c t u r a ., arte y U r b a n is m o 7


H IST O R IA DE LA C AT E D RAL DE C A R A C A S

C AR LO S F. DUARTE Y G R A Z IA N O G A SP A R !N I

La Historia d e la Catedral d e Caracas junto a la Historia


de la Iglesia y C onvento d e San Francisco d e Caracas
[1991] forman una suerte de tomos gemelos, donde
tanto Carlos F. Duarte como Graziano Gasparini
aúnan conocimientos y esfuerzos para registrar desde
los aspectos más remotos (del siglo XVI y XVII) hasta
las circunstancias actuales y su significado como dos
de los más importantes hitos religiosos del cuadrilátero
histórico de la ciudad. Se incluyen estudios que abar­
can comparaciones con otras edificaciones de España
o Sudamérica, igualmente cronologías, inventarios y
notas, índices onomásticos, fotografías, mapas y dibujos
HISTORIA
DE LA
arquitectónicos, como también el devenir de estos edi­
ficios, sobrevivencia a terremotos, modificaciones y/o CATEDRAL
remodelaciones. Uno y otro autor han publicado de­ DE
cenas de libros -algunos de ellos en co-autoría, por
ejemplo Los retablos d el p eríod o colonial en Venezuela
CARACAS
[1971]. A manera de ejemplo, algunos del historiador
Carlos F. Duarte: Pintura e iconografía popular en
Venezuela [1978], Historia d e la escultura en Venezuela:
época colon ia l [1979], El m useo de arte colon ial en Ca­
racas. Quinta de Anauco [1991] o H istoria d e la casa
natal d e Simón B olívar y aportes docum en tales sobre
la cuadra Bolívar [2003]. Y de Graziano Gasparini:
Templos coloniales de Venezuela [1959], Caracas colo­
nial [1969], F orm ación urbana d e Venezuela siglo XVI
[1991] o Escuchar al m on u m en to [2009]. En cuanto a
la Catedral de Caracas, ellos comentan: “[...] fue uno
de los centros culturales más importantes del período
hispánico cuyos orígenes se remontan al año mismo
de la fundación de la ciudad. El edificio que hoy ha
llegado hasta nosotros, lamentablemente modificado
y alterado, fue comenzado en 1664 y su terminación Grupo Univensa, 1989.
ocurrió en la segunda década del siglo XVIII”. Para Formato: 31 x 24 cms.
engrandecer este recinto se produjeron estupendas 240 p.
obras de talla, escultura, pintura, platería, así como
fundición y bordado. Y también sirvió hasta el año
1812 -cuando la Catedral de Caracas ya comienza a
reflejar una continua destrucción y e?npobrecim iento d el
edificio y de su co n ten id o - como un centro de estímulo
favorecedor al movimiento musical caraqueño. Q ui­
siéramos destacar también el impecable trabajo foto­
gráfico reproducido en este libro -ob ra de Pedro
Maxim y Adalberto Alvarez.

8 Lib r o s de Ca r a c a s / a r q u i t e c t u r a , a r t e y U r b a n i s m o
H IST O R IA DE LA IG LE SIA Y
C O N V E N T O DE SAN F R A N C ISC O DE C A R A C A S

C AR LO S F. DUARTE Y G RAZIAN O GASPARINL

En la esquina de San Francisco, en el casco central de


la ciudad, sobre la avenida Universidad, se encuentra
la Iglesia de San Francisco, hermoso ejemplo de la ar­
quitectura colonial de Caracas, y uno de los sitios más
queridos en la memoria del caraqueño. El restaura­
dor de pinturas e historiador Carlos F. Duarte -quien
se encargó de la investigación histórico-artística- y el
■ WÈÊÈÈÈBÊÈÈÊÈ arquitecto e historiador de la arquitectura Graziano
■ - " A1-•> - -
' Ift Gasparini -que, a su vez, se ocupara de la investiga­
HISTORIA ción arquitectónica- han juntado otra vez ánimos y
DE LA IGLESIA Y CONVENTO conocimientos, en esta ocasión para la ejecución del
registro histórico-fotográfico de esta iglesia y conven­
SAN FRANCISCO to, así como de las valiosas obras de arte que allí se
encuentran: pintura, escultura, platería, joyería, eba­
CARACAS
nistería, textiles, etcétera. El libro cuenta también
con planos arquitectónicos, donde se pueden obser­
var los cambios, tanto formales como espaciales, del
convento. Asimismo, una minuciosa cronología de la
Iglesia de San Francisco que abarca desde 1573 hasta
1987, de igual modo un inventario de las alhajas, or­
namentos e imágenes del templo. Están pulcramente
ilustrados estos textos con láminas a color de los fotó­
grafos Mariano U. de Aldaca y Adalberto Álvarez. En
la Introducción -firm ada por ambos autores- queda
expuesto en uno de los párrafos la enorme importan­
cia de este templo caraqueño: “La alta calidad de las
obras de arte que contiene la iglesia de San Francisco
la han convertido en sí en un destacado museo de ar­
te religioso del Período Hispánico por lo que merece
preservarse indudablemente para la posteridad. Con
motivo del bicentenario del natalicio del Libertador
se emprendió la restauración de todos sus retablos y
Banco Venezolano de Crédito, 1991. de algunas imágenes. Falta aún buena parte de sus
Formato: 30.5 x 24 cms. cuadros y muebles los cuales nunca han sido tratados
204 p. en forma científica y es de esperar que esta labor con­
tinúe para la revalorización total de este importante
monumento”.

Lib r o s de caracas / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n ism o


OBRAS DE ARTE DE LA
CIU D AD UNIVERSITARIA DE CARACAS

Va r i o s A u t o r e s

5 ensayos dan luces y referencias para comprender


mejor el valor e importancia de esta pública colección
de arte. Marina Gasparini nos recuerda que “quizá
hemos olvidado que la escogencia de los artistas na­
cionales y extranjeros que participaron en el proyecto
de la Síntesis de las Artes de la UCV, al igual que las
obras que la representan, recayó en Villanueva. Fueron
sus criterios y sus gustos los que prevalecieron en la se­
lección.” Enrique Larrañaga, a su vez, nos cuenta acerca
del pensamiento arquitectónico en Venezuela y su evo­
lución hacia la modernidad a partir de la ejecución de la
ciudad universitaria. Juan Pedro Posani se encarga de
“Síntesis e Integración” -concepto que tanto ha influido
en las nuevas generaciones de arquitectos egresados
de la UCV. Miguel Arroyo, a su vez, del P royecto d e
Integración de las Artes. Y, finalmente, Elíseo Sierra se
ocupará de La Unidad d e Conservación d el Patrimonio
Artístico d e la UCV, explicando sus funciones y los ante­
cedentes históricos hasta la realización de esta Unidad
—cual asum e en 1982, la difíál tarea d e rescatar las 10ó
obras (casi todas de dim ensiones m onum entales). El libro
además cuenta con una cronología de la construcción
de la universidad -cual va desde 1944 hasta el año 1977.
Las fotografías están a cargo de Paolo Gasparini, y así
comienza este extraordinario paseo -con planos de apo­
yo al final del libro- por obras de Francisco Narváez,
tales como la escultura La educación o sus murales en
el Instituto de Medicina Experimental -todos de 1950.
El mural Policrom ía [1956] de Braulio Salazar, o el
mural de la Plaza del Rectorado [1951] de Armando
Barrios. Las composiciones estática y dinámica [1954]
de Oswaldo Vigas. El mural de la Plaza Cubierta [1954]
de Pascual Navarro. Obras de Jean Arp como Pastor d e
nubes [1953], o los murales de Carlos González Bogen
[1953] del Aula Magna. El Bimural [1954] de Fernand UCV / Monte Ávila
Editores / Coñac, 1991.
Léger en la Plaza cubierta. La maternidad [1954] de
Formato: 32 x 23 cms.
Baltazar Lobo. Otras obras de Miguel Arroyo, Armando 222 p.
Barrios, Mateo Manaure, Jesús Soto y Alejandro Otero
-entre muchos otros relevantes artistas nacionales, o
extranjeros: Wilfredo Lam, Víctor Vasarely, Antoine
Pevsner, Henri Laurens, Andró Bloc... Y, por supuesto,
no nos olvidamos en este breve escrito de los móviles de
Alexander Calder, ni de sus Platillos voladores (o Nubes
Acústicas ) [1953] en el interior del Aula Magna.

10 l ib r o s d e Caracas / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n is m o
LOS CINES DE CARACAS
EN EL TIEMPO DE LOS CINES

N ICO LÁS SlD O R K O V S

Este trabajo de investigación —destinado a rescatar la


memoria de los cines de Caracas—ha sido llevado a
cabo por el arquitecto, paisajista y diseñador gráfico
Nicolás Sidorkovs. Estas secuencias, que no duda­
mos en catalogar de fílmicas, producirán nostalgia a
quienes recuerden la Caracas de esos tiempos cuando
(h)ojeen este interesantísimo libro: crónicas que nos
remontan a épocas cuando uno podía salir a la calle
librem ente y regresar a la m edia n och e sin ningún p e­
ligro; eran los tiem pos sin p reocu paciones; los tiem pos
de los cines. Hitos como el Ayacucho [1925], el Boya-
cá [1940], el Principal [1931] -con su marquesina y
barandas en hierro colado, y donde se presentó Car­
los Gardel el 26 de abril de 1935-, el Caracas [1932]
-cuyo pomposo interior evocaba el espíritu de la B elle
Époque—, el Lido [1946], el Junín [1950] - e l más lu­
jo s o cin e que había tenido Caracas hasta e se m o m en to -,
el Broadway [1951], el Metropolitano [1952] -donde
se presentarían también artistas de la talla de Josephi-
ne Baker, Yma Sumac o Alfredo Sadel-, el San Ber-
nardino [1953] o el Teatro del Este [1955] están re­
• N ic o lá s S id o rko v señados con pasión por la arquitectura y sus detalles
os C IN E S CARACAS
DE constructivos e innovaciones para la época. U otros,
EN EL TIEM PO DE LO S C IN E S
A rm i taño Ed i lores aunque de menor relevancia arquitectónica -respecto a
los anteriores- como El Dorado [1929], el Río [1940],
••/LUJira-o pqqouv

: ek nr i i i i / m o DE roa C11/1E8
el Hollywood [1941], El Pinar [1947] o Las Palmas
1 7 } '° * E I /F .8 r.i C V K 7 C V 8 [1952], pero que también contribuyeron a la difusión
de la arquitectura del cine. También aquellos que fue­
ron importantes en su momento, como el Metropol
[1944], el París [1954] o el Olimpo [1958]. Igualmen­
te, se describen los primeros que fueron integrados
a edificios o centros comerciales, tales como el Alta-
mira [1959], el Caribe [1960], el Canaima [1964] o el
Concresa [1969]. Asimismo aparecen referencias a los
Armitano Editores, C.A., 1994. estrenos, y otras informaciones como, por ejemplo, la
Formato: 32.5 x 23.5 cms. de los foyer con sus techos iluminados tipo Art Deco
450 p.
-verbigracia, el Radio City [1953].

l ib r o s d e Caracas / a r q u i t e c t u r a , A r te y U rb a n is m o 11
LAS ESTATUAS DE CARACAS

Ruth A uerbach

Esta es la primera antología de espacios públicos, hi­


tos y rutas en la estatuaria de la ciudad. Las estatuas d e
Caracas pretende, según su autora, Ruth Auerbach,
con form ar la prim era aproximación a l rostro y a la m e­
m oria d e esa ciudad sum ergida que espera. Precedido
por cuatro significativos ensayos -uno de Auerbach
(La ciudad su m ergida ) y los otros firmados por Sael
Ibáñez (Viaje escultural), Federico Vegas (Aventuras y
desventuras d e las estatuas ) y Hannia Gómez (Pueblo
d e m árm ol)-, el lector se introduce en las diversas ru­
tas -m apas incluidos, con el recorrido enum erado-
para encontrarse con las expresivas imágenes del
fotógrafo Federico Fernández de obras tan extraor­
dinarias como La India d e El Paraíso (Monumento a
Carabobo) del venezolano Eloy Palacios, el M onu­
m en to a Balzac del francés Auguste Rodin, la P uen te
M on u m en tal d e Venezuela del catalán Ernesto Ma-
ragall, y, naturalmente, El A tleta, por ejemplo, o La L A S E S T A T U A S DE C A R A C A S
C iencia, ambas del margariteño Francisco Narváez R u t h A u e

F * t . s r » / /
r

*
b a c h

F ed erico Fern án de z
-entre muchas otras obras de destacados escultores.
El libro cuenta, además, con un excelente registro
biográfico de los numerosos artistas que han dejado
huella ornamental en esta ciudad. Y de los planes y
circunstancias que acompañan a este valioso registro
nos cuenta Auerbach en La ciudad sumergida'. “Más m E e i V i m de c m e n
que pretender un trabajo exhaustivo, fundamentado
en el rigor de una investigación documental y cientí­
fica, proponemos un documento inicial, una prime­
ra antología que estimule el interés por detectar las
carencias y potencialidades a partir de un registro
empírico de sus estatuas. [...]. Registro resultante de
una investigación de campo signada por el azar, que
nos atrapó en la vorágine de armar un rompecabezas
sin plano, sin referencias bibliográficas, guiados sobre
todo por el instinto y la voluntad”. Fondo Editorial Fundarte, 1994.
Formato: 21 x 22 cms.
284 p.

12 Li b r o s df C a r a c a s / 'Ar d i i i t f c t i i ra a r t f .v i inr a m k u o
S A N T IA G O DE LEÓN DE C A R A C A S, 1576-2030

Ra f a e l arrálz Lu c c a y W il l ia m N iñ o A raque

Este libro encierra las reflexiones de diversos conoce­


dores y defensores de los valores culturales y arqui­
tectónicos de la ciudad. Textos acompañados de im­
presionantes imágenes: desde cuando Caracas fuera
tan sólo una aldea -en 1 5 6 7 - hasta la óptica futurista
del 2030. Esta visión integral del desarrollo urbanísti­
co de la ciudad le fue encomendada a dos reconoci­
dos especialistas, los caraqueños Rafael Arráiz Lucca
»SA L y William Niño Araque, quienes llevaron a cabo las
tareas de curaduría, edición y producción. El equipo
^^ viiU
i..-jo.r•t'.•*•'i de diseñadores, a su vez, fue coordinado por Pedro
Mancilla. En la primera parte del libro, nueve arqui­
tectos se ocupan de abarcar las distintas épocas en la
formación de la ciudad: Graziano Gasparini explica
La form a ción urbana d e Caracas en e l p eríodo colo­
nial [1567-1829], Arturo Almandoz escribe sobre El
prim er estrato d e m odernidad: e l guzmanato y la Bella
Época [1830-1808], Ciro Car aballo Perichi y Mónica
Silva Contreras acerca de los Tiempos m odernos: d e la
Caracas d el rom ántico tranvía a la ciudad d el triunfal
autom óvil [1909-1925], Henry Vicente: En e l um bral
d e la ciudad protéica [1926-1936], Silvia Hernández de
Lasala: Años d e am bigüedad: la arquitectura en Caracas
[1937-1949], William Niño Araque: Ciudad definitiva.
Un paisaje p len a m en te m odern o [1950-1958], Lorenzo
González Casas: Los extraños acordes de una sinfonía
m etropolitana [1958-1983], y Enrique Larrañaga: De la
m ultiplicidad a la paradoja: los últim os v ein te años d el
siglo XX [1984-2004]. Y, en la segunda parte se preten­
de auscultarle la tem peratura al porven ir -dice Rafael
Arráiz Lucca- mediante entrevistas a expertos en dis­
tintas áreas: Tomás Sanabria, Marco Negrón, Fede­
rico Vegas, Frank Marcano, Miguel Chacón, David
Gouverneur, Leopoldo Provenzali, Roberto Pérez
Exxon Mobil de Venezuela Lecuna, M ax Pedemonte, Fernando Tábora, Jose­
/ Editorial Arte, 2004. fina Baldó, Federico Villanueva, Tulio Hernández,
Formato: 31.5 x 32 cms.
Tahía Rivero y Ruth Auerbach. Litografías de F e d e ri­
420 p.
co Lessmann, y fotografías de Alfredo Boulton, Luis
Felipe Toro, Gorka Dorronsoro y Paolo Gasparini
—entre otros. Un impactante libro que nos permite
comprender los cam inos d el laberinto y vislumbrar e l
laberinto d el futuro.

L ib r o s d e C a r a c a s / a r q u i t e c t u r a . A rte y U r b a n is m o 13
CARACAS CENITAL

Va r io s A u t o r e s

Caracas C enital es un libro que invita a hurgar en la


geografía caraqueña y sus alrededores, tanto por las
reflexiones de los varios ensayos reunidos en él, como
por sus fotos. Estas fotografías de Caracas demues­
tran esa esencia cinética de la urbe -com o bien califi­
cara la artista plástica alemana Andrea Zug a nuestra
ciudad, A Nicola Rocco - P r e m i o N a c i o n a l d e P e r i o ­
d i s m o 2001, mención fotografía- le fue encargado rea­

lizar este registro de vistas aéreas. “Caracas de L ati­


noamérica”, firmado por Marco Negrón, analiza los
distintos períodos en el crecimiento de la ciudad, e
incluye temas tales como P rim ero fu er o n las ciudades,
El envión d el siglo XX, La m etropolización vergonzante
o La situación actual. En “Metrópolis, megalópolis / El
mapa desbordado de Caracas”, William Niño Araque
profundiza sobre la circunstancia psicológica de la
urbe, sus habitantes y rituales de comportamiento.
“La descripción del Paisaje” -grueso del libro y sub-
dividido en nueve capítulos-, consiste en las consi­
deraciones pertinentes a los más relevantes paisajes
de nuestra capital -desde Caricuao como ciudad
dormitorio, hasta la Galería de El Valle-Los Proce­
res-, reflexiones éstas que fueron elaboradas bajo la
asesoría de Saskia Chapellín. “Caracas: sacudida y
en paz”, a manera de epílogo, es un ensayo histórico
sobre la ciudad, de Rafael Arráiz Lucca, y, también,
acerca de sus posibilidades: la u rgen te n ecesid a d d e
respuestas in teligen tes , aunque - y es justo agregar: a
pesar de la tradición del despilfarro- n o necesaria­
m en te costosas. Y, en “Apuntes fotográficos / Una re- E d ito ria l A r t e , 2 0 0 4 .
visión de Caracas”, Tomás Rodríguez Soto indaga en F o rm a to : 3 0 x 3 0 cm s.

las experiencias previas de la iconografía de Caracas, 288 P-


repasando, desde las primeras tomas aerofotogramé-
tricas de Caracas -d e Carlos H errera- hasta nuestros
días. Diseño gráfico a cargo de Pedro Quintero. Y, fi­
nalmente, cabe también destacar la cualidad bilingüe
(español-inglés) de este libro.

14 Li b r o s de Caracas / a r q u i t e c t u r a , a r t e y U rb a n is m o
URBANISMO EUROPEO
EN CARACAS (1870-1940)

A r t u r o Alm an doz Ma r t e

Este segundo libro del urbanista Arturo Almandoz


Marte abarca temas tales como el de la problemática
de la transferencia urbana desde Europa, a princi­
pios del siglo pasado, así como estudios del período
guzmancista con sus características propias de cele­
bración al progreso y la civilización, y sus consecuen­
cias: tráfico y expansión urbana. Con una detallada
nomenclatura el autor expone y analiza diversos
momentos históricos para que se comprenda la cir­
cunstancia de Caracas desde mediados del siglo XIX,
donde la ciudad era un ejemplo “sui g en eris de una
ciudad ‘al estilo del Viejo M undo”’, asimismo como
las paradojas afrancesadas para una ciudad que ya a
finales de los años 30 se perfilaba como una capital
con franca influencia norteamericana. Libro clave
para entender la modernización urbana en América
Latina. Obtuvo Almandoz M arte con este libro el
P r e m i o d e T e o r í a y C r í t i c a d e l a IX B i e n a l N a c i o n a l
d e A r q u i t e c t u r a , 1998, y en México: M e n c i ó n e n l a
II B i e n a l I b e r o a m e r i c a n a d e A r q u i t e c t u r a e I n g e n i e r í a ,
2000. En esta nueva edición [la prim era data de 1997,
coedición Equinoccio/Fundarte] se han incorporado
unas apostillas finales, en las que s e intenta —advierte
la página de criterio a la nueva publicación- en cua­
drar e l trabajo d en tro d e l cam po d e la historia cultural
urbana. Igualmente se incluyen los índices onomásti­
co y de lugares. Sugestivos títulos comprenden cada
uno de los cuatro principales capítulos de este libro,
tales como Una capital con sa lon es p ero sin palacios,
Fundación para la Fiesta de p rogreso y civilización o H aussmann en e l
Cultura Urbana, 2006. aire -p o r ejemplo, los cuales encontramos en “El
Formato: 23 x 14 cms. arte urbano guzmancista”. Asimismo, de “La bella
442 p.
época y los años locos: higiene y progreso”, se nos
informa sobre El fu ro r M onroe, A riel versu s Calibán,
El París d e Suram éríca , o más adelante, en el capí­
tulo IV, titulado “Urbanismo monumental”, donde
ya entramos en ¿París o Nueva York?, La m isión d el
urbanism o fra n cés o E ntre “H aussm annism e am élio-
ré” y m odern id ad -adem ás de muchos otros textos,
siempre precedidos todos por sugerentes epígrafes,
cuales le otorgan cierto espíritu literario a estas in­
vestigaciones urbanísticas sobre aquella Caracas que
se fue modernizando, con clara visión cosmopolita,
entre los años de 1870 a 1940.

A; ££i%S9M £ i 3 l ib r o s d e c a r a c a s / a r q u it e c t u r a , a r t e y u rb a n ism o 15
EL HELICOIDE

D lR K BORN H O RST

“[...] una de las creaciones más exquisitas brotada de la


mente de un Arquitecto” -sentencia en 1959 sobre esta
obra el poeta chileno Ricardo Neftalí Reyes (1904-1973)
-valga decir: Pablo Neruda. De esa justa y elogiosa fra­
se a los sentimientos encontrados, o ambivalentes, de
la mayoría de quienes habitamos la ciudad hacia esta
descomunal obra, dista, hoy por hoy, mucho trecho.
Por supuesto, no a causa de la orgánica y respetuosa
manera en que la helicoidal construcción se posa so­
bre la colina de Roca Tarpeya, sino por los infelices
usos a que ha sido sometida. ¿Pero cómo surgiría
este edificio -uno se pregunta-, tan enraizado en el
colectivo citadino y que podemos visualizar una y otra
vez al desplazamos por la ciudad? Pues habrá que ubi­
carse en los años 50 y pensar en los arquetipos de la
espiral -por ejemplo, La torre de B abel de El Bosco (el
pintor holandés)- y su vínculo con un proyecto reno­
vador en Las Acacias, pero sobre todo en la influencia
de los dibujos del arquitecto Frank Lloyd Wright o de
las consignas de Le Corbusier -considerados los princi­
pales precursores de la arquitectura moderna- y su in­
fluencia sobre tres entusiastas arquitectos en la Caracas
de entonces. Si a esto le sumamos además la influencia
de Carlos Raúl Villanueva y su síntesis d e las artes,
comprenderemos muchísimo mejor la visualización
que el autor de este libro, Dirk Bornhorst, y sus so­
cios Jorge Romero Gutiérrez y Pedro Neuberger, tu­
vieron antes de definir esta obra. El autor recrea, a
través de diversos documentos y sus propios diarios
personales, los detalles más significativos y anecdóticos
para otorgar la más genuina comprensión del pro­ Oscar Todtmann Editores, 2007.
yecto y su gestación. Bornhorst -profesor em eritus Formato: 31 x 23.5 cms.
y honoris causa - es autor de varios tomos de arqui- H6p.
tectura, tales como Arquitectura, Ciencia y Tao [1991]
o Valores p eren n es en la A rquitectura [2001], y otros
que responden a inquietudes filosóficas: Uno con e l
v ien to y las olas [1984], por ejemplo, o Rutas hacia ti
m ism o [2009] -algunos de sus libros están editados
en versión trilingüe: español / inglés / alemán. Ahora
oigamos a él mismo referirse a ese tiempo en que
surgió El Helicoide: ¡A ños cin cuen ta! ¡É poca intensa!
¡N osotros los jó v e n e s arquitectos estábam os repletos
d e vision es y p ro yecto s! Lo ú n ico que necesitábam os
era una m esa d e dibujo, p a p el y lápiz, lo dem ás n os lo
suplía el entusiasm o.

16 . Lib r o s de caracas /a r q u i t e c t u r a , a r t e y u rb a n is m o wm m m m m sm m m
LOS TUCUSITOS DE CARACAS

RALPH DESSAU

El primer país europeo que exhibió colibríes -cuenta


Ralph Dessau- fue Inglaterra en 1905: “El primer es­
pécimen fue un tucuso ( C olibríC om scans), por coinci­
dencia uno de los colibríes más comunes en Caracas”.
Asimismo, q u e se con ocen unas 320 esp ecies diferentes
en todo el m undo y en Venezuela se han encontrado
más de 150. En cuanto a Caracas, quedan alrededor
de unas 16 especies -au nq ue su núm ero dism inuye
LOS constantem ente. En el primer apartado, “Cortejo y ni-
TUCUSITOS dificación”, podemos leer interesantes y divertidos de­
DE talles, tales como que el macho para impresionar a la
CARICAS hembra realiza frente a ella, repetidamente, una figura
similar al movimiento de un péndulo, “de tal forma
que pase muy cerca suyo en el punto más bajo de la
curva”. Luego los dos participantes se separan inm edia­
tam ente, sin más m uestras d e interés en tre sí, y cada uno
sigu e su feliz camino. El m acho regresa a sus actividades
norm ales en tre los árboles florecid o s y para las hem bras
ha llegado e l m om en to d e com enzar la construcción d el
nido. Aparecerán entonces las “Actividades diarias”
-alim entarse, bañarse, tom ar el s o l y espantar a los in­
trusos d e su territorio. Más tarde habla de los enemi­
gos del colibrí: lechuzas, gavilanes y halcones, aunque
también ranas grandes y algunos peces “se han engu­
llido colibríes mientras permanecían demasiado cerca
de la superficie de algún lago tranquilo”. Al rato añade
que los colibríes vendrán a nuestras macetas o jardi­
nes mientras le proporcionemos sus flores favoritas y
mantengamos alejado a su mayor enemigo, el gato. Y
ahora es que empieza el libro: capítulo I. ¿Q u é es un
colibrí? II. C olores plum ajes y otros adornos. III. Las
Concejo Municipal
de Caracas, 1977. alas de las jo ya s voladoras. Y el IV. Cómo s e alim entan
Formato: 29 x 22 cms. d e la energía de las flores. Entonces -una a una- apa­
160 p. recerán las 16 especies caraqueñas, reseñadas por se­
parado de acuerdo al género, con datos tan precisos
como el peso, la longitud y el largo de las alas, además
de las amplias diferencias de carácter y costumbres
que existen entre ambos. Y así se comprende que si a
las hembras colibríes se les divierte con saltos y pirue­
tas, serán ellas las que dichosamente se harán cargo de
las partes duras de la existencia, de allí la fama de don
Juan -o p ica flor- del colibrí: centellas fragm entadas d e
un arco iris -como los llamara el conocido ornitólogo
y naturalista Audubon.

e s iifá M s a L ib r o s de caracas / cerro el Áv i l a , fa u n a y flo r a


PO R LOS CAM IN O S DEL ÁVILA

Ed u a r d o R o o sw a a g

“En 1930 fue nombrado guía del Centro Excursio­


nista Caracas -reseña un artículo de El diario d e
Caracas : 19/09/85- y en 1984 celebró sus ochenta
años en el pico N aiguatá”. Muchos excursionistas
del Ávila seguramente todavía recuerden a Eduardo
Rosswaag recorriendo con su bastón, sombrero y un
contagiante ánimo conservacionista, los caminos, ve­
ricuetos y picas del cerro. Este libro es el inventario
de 60 años de recorrido por todo el Parque El Ávila,
científicamente organizado y con una infinidad de
reseñas que dan cuenta de la inmensidad de la mon­
taña. Lugares tales como “La cueva de los palmeros”,
“El camino viejo de los españoles”, “Picacho de Ga-
lipán” o “La silla de Caracas” están presentados en
detalles: consideraciones del medio físico, recursos
naturales, vegetación y fauna silvestre -ejem plos de
ésta: el venado matacán, el tigrillo, el zorro guapán,
los monos araguatos, los báquiros y las paraulatas
montañeras. También le dedica un capítulo al telefé­
rico, y un espacio a las crónicas sobre la primera as­
censión a la silla de Caracas por Alejandro de Hum-
boldt los días 2 y 3 de énero de 1800: [. ..] O yese e l
ruido de las cascadas sin v er e l torren te que p erm a n ece
o cu lto bajo e l abundante fo lla je d e las “E rythrinas”
(Bucare) d e las Clusias y d e las H igueras d e la India.
La p en d ien te s e presenta cada vez más rápida d esd e e l
sitio d e “La P uerta” y para p o d er avanzar n os veía m os
obligados a inclinarnos ex cesiva m en te hacia adela n te
[...]. Consta el libro, además, de un mapa de rutas
de excursión -vertiente sur de la montaña- entre la
quebrada Catuche, situada al oeste de la ciudad por
donde está la Puerta de Caracas, y la quebrada Ayala, Gráficas Armitano, C.A., 1983.
al este y mucho más allá de la Universidad Metropo- Formato: 26.5 x 23.5 cms.
litana. Igualmente aparecen los diversos torrentes de 194 P-
agua, como los de la quebrada Sebucán, o las caídas
en la región de Los Venados. Así también, los testi­
monios de la enigmática mansión del Dr. Gottfried
Knoche - “Kanoche”, como le decían los del lugar-
en la Antigua hacienda Guanare-Buena Vista. O
descripciones de las impresionantes vistas sobre el
extenso mar y la costa, en donde pueden distinguir­
se Punta Mulatos, La Guaira, M aiquetía, Macuto y
Caraballeda.

18 Lib r o s de caracas / C erro el Á v ila, f a u n a y F lo r a


LOS ÁRBO LES DE C A R A C A S

JESÚS H O Y O S

A rboles com p en etra d os con nuestra historia, folk lore y


poesía, m u ch os d e ello s de gran valor ornam ental -e x ­
presa el Hno. Gines en la presentación de este libro—,
están desapareciendo d e nuestras ca lles y aven idas a rit­
m o acelerado. ¿Qué árboles debemos sembrar en C a­
racas? Esta es la interrogante a la que responde ade­
cuadamente el botánico Jesús Hoyos en Los á rb oles
de Caracas. Del objetivo y la finalidad del libro comen­
ta su autor: R ecopilar todas las especies autóctonas o
exóticas ex istentes hasta la fech a en e l valle de Caracas,
darlas a. co n o cer e indicar su s usos ornam entales para la
Caracas d e h oy y d el fu tu ro es e l prop ósito d e este libro.
Datos de interés como el crecimiento y la reproduc­
ción, la adaptabilidad y durabilidad, están descritos
con sencillez a lo largo de sus páginas, donde se en­
cuentran también las fotografías -para q u e cualquier
persona, sin m ayores con ocim ien tos botánicos, pueda
reco n o cer los árboles q u e a diario observa en la ciudad—
de las 328 especies, agrupadas en 65 diferentes fami­
lias botánicas. La clasificación taxonómica nos aporta
el nombre científico, así como la familia botánica a la
cual el árbol pertenece. Igualmente se dan las reco­
mendaciones en cuanto a los usos ornamentales más
apropiados del árbol para la ciudad de Caracas. El
Araguaney -o Labebuia chrysantha, ampliamente co­
nocido en toda Venezuela por ser el árbol nacional
del país-, el Flamboyant (o Acacia), el Alelí, el Arbol
de pan, el Cacao, el Ponsingue, el Cedro, la Ceiba, el
Guapuruvú, el Mijao, el Cují, el Indio desnudo o el
Tamarindo, junto a muchísimos otros, están reseña­
dos en este útil e imprescindible libro para botánicos,
Sociedad de Ciencias arquitectos paisajistas y todo aquel que se interese por
Naturales La Salle, 1990. el paisaje y el medio ambiente.
Formato: 28 x 21 cms.
412 p.

Lib r o s de caracas / C e r r o El Á v i la , F a u n a y f l o r a 19
AVES DEL ÁVILA

Br u n o M a n a r a

Autor de Guía ilustrada d el Jardín b otá n ico de Caracas


[1995], Latín y griego básico para botán icos [1992]
y Paria en el tiem po y en e l corazón [1996] -entre
muchos otros títulos-, Bruno Manara, investigador
especializado de la zona avileña y sus alrededores,
ofrece en este libro su experiencia sobre la diversidad
de especies de aves que pueblan el cerro, así como
sus propias coloridas ilustraciones, resaltando in­
cluso gestos característicos inherentes a cada una
de ellas, además de otras explicaciones para que
comprendamos fácilmente las diferencias taxonómicas
entre familia, género y especie. Entonces de pronto
comprendemos que mientras esperábamos al autobús
debajo de un árbol o cerca de una plaza, al atardecer o
al alba, aquel chui-hui-hui-huí... correspondía a unos
avileños que suelen venir a la ciudad a pasar la noche, Aves del Avila
cuyo nombre de familia es el Quisqualis lúgubris y
Bruno Manara
que amigablemente reconocen muchos como Tordito
Negro. Así nos enteraremos también que los Pitangus Mode Ávila Editor«

sulfhuratus no son otros que los Cristofué, belicosos


defendiendo su territorio y siempre acompañados por
su pareja, amables con las tortolitas y otros pequeños
pájaros semilleros, pero temidos incluso por las aves
más rapaces... ¿E Icteru sicteru s? Nuestra ave nacional: Binrro p isu sis
el Turpial. Y el Martín Pescador Matraquero -que j,exxo *; TjnaruJcioLJGs

emigró de acá cuando el río Guaire se convirtió en la VA68 q s ¡ VAIJ9


cloaca de la ciudad, pues es pescador y emite un sonido
que asemeja un matraqueo: jcliik ! También aparecen
las conversadoras Guacharacas -d e las que se dice que
dan noticias, y quizá por esto en el P opol Vuh le dicen a
los centinelas “guacharacas”. Y el Cyanocórax yncas es
el atrevido Querrequerre, glotón y tan fierro que n o se
Monte Ávila Editores
podría enjaular, ya que se mataría tratando de destrozar Latinoamericana, 1992.
la jaula. También aparecen los pericos -e l Perico Sie­ Formato: 20.5 x 11.5 cms.
te Colores (Tuii batávica ) y otros-, la Guacamaya Ver­ 144 p.
de (Ara militaris) y la Lechuza Curucucú (A egolius
harrisií) -cuyo canto suena lúgubre, o estridente en la
noche. Y turpiales y gavilanes y verdines y zamuros,
etcétera. Y los tucusitos -tam bién llamados colibríes o
chupaflores: En e l m undo d e las aves, los colibríes son
los m ás fren ético s y los d e m etabolism o m ás alto. Eso los
obliga a visitar unas 2J00 flo res diarias para cubrir sus
n ecesidades energéticas, a una velocida d p rom edio d e 30
k ilóm etros p or hora. Y su corazón: hasta 1.250 latidos
por minuto... ¡y 480 en tiempo de descanso!

l ib r o s d e Caracas / c e r r o e l a v ila , f a u n a y i lo r a
25 M A R IP O SA S DE C A R A C A S

BRUNO M A N A R A

Las orugas, convertidas ya en lepidópteros —o m ari­


posas—, han sido objeto de los más extraordinarios
acertijos -bien en alquimia, o como materia de poe­
sía. Al maestro taoísta Chuang Tzu {ca. 700) se le
endosa el siguiente texto fantástico: Chuang Tzu so ­
ñ ó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era
Tzu q u e había soñ a d o q u e era una mariposa o si era
una m ariposa y estaba soñ a n d o q ue era Tzu. Más in ­
creíble aún, sin embargo, es que Bruno Manara haya
“realizado la proeza de inventariar más de cien m a­
riposas que tenazmente desafían las condiciones ad­
versas de nuestra ciudad” -como leemos en la con­
tratapa de 25 m ariposas d e Caracas, cual está ilustrada
(al igual que la portada) con espléndidos dibujos
del entomólogo martiniqueño Théophile Raymond,
quien fuera pionero de los estudios lepidópteros en
la Venezuela de finales del siglo XIX. M anara -d e s­
tacado dibujante de El jardín B otánico de Caracas y
latinólogo especializado en nuestra fauna y flora- es
autor de diversos libros. En éste recoge de manera
generosa, y amplía igualmente, las investigaciones
de su antecesor, repasando los lugares de hallazgo
de este fascinante insecto volador: desde Catuche a
Lomas de Caria, o de Anauco a otras vecindades de
Petare. En estas páginas encontraremos especies tan
llamativas como la M orpho P eleides, “celeste mariposa
mensajera / batiendo en sus cuatro banderines” -c o ­
mo la cantara el poeta Lazo Martí. O la “Cebra”
-H elicon iu s Charitonius - , de vuelo tranquilo y soli­
taria. También la D ione m o n eta , muy vistosa por sus
colores y cualidad vitrea. O esta otra, la Diaethria
M etiscus, que nos recuerda cuadros del pintor catalán
Fundarte
Joan Miró, u otras que evocan alguna obra de artistas
/ Alcaldía de Caracas, 1994.
Formato: 22 x 15.5 cms. nuestros como Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez o Gego.
86 p. Justamente por los colores y el movimiento, un es­
critor de ciencia ficción -e l estadounidense Robert
Anson Eleinlein- calificó a las mariposas como flo r es
con propelas. Un interesante lib ro - donde se mezcla
el rigor científico con una prosa amable y de fácil
comprensión- acerca de ese mundo fascinante, quizá
inadvertido, de los lepidópteros.

\3 s m t l ib r o s d e C a r a c a s / C e r r o El Á v ila , F a u n a y F l o r a 21
E L Á V ILA
BIO G RA FÍA D E U N A M O N TA Ñ A

B r u n o Ma n ara

Bruno Manara (Verona, 1939), reconocido latinólogo


y dibujante botánico, así como licenciado en Letras
por la Universidad Central de Venezuela, nos ofrece
-e n éste, su decimotercero lib ro - un nuevo registro
sobre el lugar de las dantas, Wariarepano -como lla­
maban los indígenas al mágico cerro de esa llamati­
va formación que es la Cordillera de la Costa. Trata,
pues, este volumen sobre la montaña que acompaña a
la urbe inquieta: El Avila. Sumérjase el lector también
de manera atenta a los testigos del pasado avileño,
permitiéndose comprender la circunstancia arcana
del cerro, cual, como anim us de Ave Fénix, renace
constantemente-a pesar de las numerosas talas y que­
mas. En el primer capítulo, G énesis, el autor se refiere
a la evolución geológica que llevó a la formación de la
Cordillera de la Costa, y el vínculo de ésta con todo
el territorio nacional; en Testigos d e l pasado avileño se
nos presentan algunas plantas de ese devenir geológi­
co, algunos insectos y otros animales —entre ellos las
dantas. Otros capítulos informan sobre las vicisitudes
por las que ha atravesado el cerro desde la fundación
de Caracas. En El arcano d evela d o se estudia -nos
dice el autor—d esd e la m ontaña lejana, m isteriosa y
en vu elta en supercherías, a la serranía explorada y es­
cudriñada d e hoy. Luego nos cuenta acerca del vínculo
literario y artístico entre el Ávila y Caracas -pensemos,
por ejemplo, en el poeta Juan Antonio Pérez Bonalde
o el pintor M anuel Cabré. Pero no todo es pasado y
presente, pues en A tisbando e l fu tu ro se nos informa
sobre el inmenso poder de la montaña, que después
de 65 millones de años todavía es considerada estar
en su etapa juvenil, ¿cuánto durarán su edad adulta y Monte Ávila Editores Latinoamericana
/ Fundación Cultural Chacao, 1998.
su edad sen il? Estas preguntas también quedan con­ Formato: 20 x 20.5 cms.
testadas en este libro. Pero dejando de lado ciertas 260 p.
posibilidades históricas y científicas de sesgo apoca­
líptico en relación al valle, prefiere recalcar el autor la
responsabilidad primordial que tienen los habitantes
de Caracas de cuidar esta hermosa montaña -a d em á s
d e tratarla co n cariño y agradecim iento p or los m uchos
b en eficios q ue le aporta a la ciudad—para las próximas
generaciones.

lib r o s d e c a r a c a s / C erro E l Á v i l a . Fa u n a y F l o r a
LA CIU D AD DE LOS TECHOS ROJOS

ENRIQUE BERNARDO N U Ñ EZ

Autor de Cubagua [1931], considerada la mejor de


sus novelas, Enrique Bernardo Núñez (1895-1964)
también es recordado como el cronista oficial de
E N R IQ U E B E R N A R D O NU Ñ EZ la ciudad de Caracas. La d udad d e los tech o s ro jos
LA CIUDAD [1948] trata, justamente, sobre las calles y esquinas
de Caracas. E scuchar el su su rro d e l tiem po d eten id o
en algún paisaje -conjuro contra el silencio y el desin­
terés- se hace palpable en las páginas de este libro
que transmiten la imagen de un presente vertiginoso
que se afana en destruir tres siglos de historia. Y - c a ­
si al final del lib ro - nos dice Núñez de esa Caracas
a finales de los 40: “A pesar de sus treinta m il auto-
móbiles y de sus cuatrocientos m il habitantes , del
gran número de bares, b oites; dancings, restaurants,
cines y hoteles, Caracas tiene de noche su aire con­
ventual. Las ventanas están cerradas; las calles, d e­
siertas. Se oye el toque de ánimas. H ay esquinas y
portales con cruces y hornacinas. A l Norte se levanta
el Avila. Al Sur corre el G uayre despojado de su ver­
dor de sauces. Al Oeste, Catia, sitio de los primeros
establecimientos. A Este, la gran arteria del futuro”.
Y más adelante agrega: Mañana, ta l vez, algún escri­
to r se cu en te en tre su s d escen d ien tes. Sentado cerca d e
su ventana, contem plará la n o ch e serena, las estrellas
errantes. La brisa esparcirá en torn o su yo los secreto s
d e l pasado; [...]. Siendo así un sino de Caracas el de
estar urgida de modernidad, en constante proceso de
transformación, siempre será interesante para quie­
nes hoy en ella habitamos - y para aquellos que nos
sucedan- repasar sus orígenes e imaginar sitios como
el Teatro Coliseo, el Hotel Waldorf, el ferrocarril La
Edime, 1963. Guaira-Caracas, el convento de la Merced, la casa de
Formato: 23.5 x 16.5 cms.
Humboldt, la Alameda de Altagracia o el cementerio
282 p
de Anauco, por sólo citar unos pocos ejemplos de
una inmensidad fascinante, y todo esto descrito en
estas páginas con ese sabor poético y anecdotario tan
característicos en Núñez.

* Para el 31 de diciembre de 1961 la población de la zona M e­


tropolitana era estimada en 1.389.707 habitantes [Nota existente
en el texto para esta edición de 1963].

■'é. ’i M a a lib r o s d e c a r a c a s / C r ó n ic a e H is to r ja 23
BOSQUEJO DE CARACAS 18 10 -18 11 fif dieSpaniards-

R o b e r t Sem ple

Editado en 1812 en Londres, aparece traducido al espa­


ñol en 1932, trabajo que “se debe, como queda dicho, al
Sr. Stabler”“—subraya el prologuista y traductor de esta
edición, José Nucete-Sardi (1897-1972) -quien fuera his­
toriador de amplia bibliografía, diplomático y traductor
del 5latomo [1942] de Viaje a las regiones equinocciales
d el N uevo C ontinente de Alejandro de Humboldt-, en­
cargado ahora de ampliar aquella resumida y primera
traducción de la obra de Robert Semple (1766-1816),
donde se omitían además los dos primeros capítulos: el
viaje de Inglaterra a Curazao, y el de su permanencia en
en esta isla hasta su llegada a La Guayra . En cuanto al
tono de este peculiar registro, comenta Nucete-Sardi:
El texto está escrito en un elegante inglés d el siglo XVIII,
y su estilo dem uestra que Sem ple era un escritor d e gran
cultura, d e experiencia com o viajero, buen observador,
que daba sus opiniones con gran sinceridad, narraba con
Ediciones del
veracidad y tenía una gran independencia de espíritu Grupo Montana, 1964.
para apreciar las situaciones. El documento consta de Formato: 23.5 x 15.5 cms.
siete capítulos, y el que mejor refleja la situación cara­ 164 p.
queña es el III, Camino a Caracas, donde narra desde
su voluntaria subida a pie desde La Guaira - “más allá
de Macuto el camino tuerce a la izquierda y empieza la
subida”- hasta El fu erte en la cumbre, D escenso al Valle
SK ETC H
d e Caracas, La ciudad, su situación, habitantes, etc. Otros
corresponden (como queda asentado en la publicación PRESENT STATE OF

inglesa) a un viaje entre Caracas -a través de La Victoria CARACA S ;


y Valencia—y Puerto Cabello. En sus escritos -comenta
A JOURNEY
el prologuista-, Sem ple se nos presenta com o un enam o­ raO M CARACAS THROUGH LA TCCX02U AND
TALEN'CLA TO TGEETO CABELLO.
rado d e la naturaleza y m uy dado a expresar sus im presio­
n es d e manera directa y liberal sobre e l estado econ óm ico BY ROBERT SEMPLE,
K * OI TUO « u m »« niat. Ac. &
y político d e los países visitados. Entre sus libros figuran
títulos como Walks and Sketches at th e Cape o f G ood LONDON»
-•*1STXT*IOISDBWT ULDtMX, V}, SATSJLSOIT U f

H ope (1803), O bservations on a Jou rney through Spain


and Italy (1805) y O bservations m ade on a Tour fro m
Hamburg through Berlín to G othenburg (1814). El ac­
tual tomo -Nfi 2410- corresponde a una edición de 3.000
ejemplares con diseño y diagramación de John Lange.
El libro incluye un Apéndice con diversos documen­
tos -tomados por el autor de la “Gazeta de Caracas”
cuando estuvo en la ciudad, algunos de ellos firmados
por Francisco de Miranda - y cuales tradujo el propio
Semple para la publicación inglesa.
Reproducción de la portada
a la edición inglesa de 1812.
* Academia Nacional de la Historia, Na 60, octubre-diciembre, 1932.

24 l ib r o s d e c a r a c a s / c r ó n ic a e h is to ria w m m m m m m m m
LAS ESQUINAS DE CARACAS

C a r m e n C lem en te T r a v ie s o

Este libro, publicado por primera vez en 1956, es


obra de quien fuera nuestra prim era periodista v e­
nezolana, Carmen Clemente Travieso (1900-1983).
Producto de la vocación por la investigación históri­
ca de su autora, cincuenta años más tarde se m antie­
ne esta trabajo vigente, respondiendo a la inquietud
LAS que suscita el origen de los peculiares nombres de las
E S Q U IN A S esquinas de El Centro de Caracas. Entre otras obras
DE
CARACAS suyas se encuentran M u jeres d e la In d ep end encia : seis
biografías de m u jeres venezolanas [1965], A nécdotas y
leyen d as d e la vieja Caracas [1971] o La M ujer en e l
Pasado y en e l P resen te [1976] -su último libro: r e ­
copilación de artículos, conferencias y ensayos sobre
las condiciones de la mujer americana. En cuanto a
Las esquinas d e Caracas -reeditado muchísimas veces
tanto en Venezuela como en el exterior (el que aquí
aparece ilustrado corresponde a una segunda edición
m exicana)- está escrito con un tono ameno y al m is­
mo tiempo erudito, el cual sensibiliza al lector y lo
sumerge con curiosidad sobre el origen de los nom­
bres de las esquinas del viejo casco de la ciudad. Lina
C V H SM SM C P E lW E S fllE iB W A I E S O a una, cada esquina —la de Las M onjas, la de C am ejo,
la de Gradillas, la de P ele el Ojo, la de Los A vilanes
o la de Guanábano, por ejem plo- va develando sus
misterios, y el anecdotario que las acompaña aviva
la memoria colectiva caraqueña, comprendiendo de
esta manera mucho mejor el complejo entramado de
El Centro -o El cuadrilátero histórico, como lo de­
nominara el historiador Arístides Rojas (1826-1894)—
donde siempre resulta algo difícil orientarse si no te ­
nemos a mano referencias tales como “balconcito”,
Talleres Gráficos “dos pilitas”, “el cuño” o “voladero”,
de M éxico, S. A., 1966.
Formato: 22.5 x 16 cms.
288 p.

l ib r o s d e Caracas / C r ó n ic a e H is to ria 25
CARACAS DE SIGLO A SIGLO

G u il l e r m o Jo sé S c h a e l

Estos apuntes de Guillermo José Schael (1919-1989)


fueron reunidos con prem u ra y al ca lor de la em o ­
ció n que produjo la cercanía de los cuatrocientos
años de Caracas, en 1967. El amor de Schael por su
ciudad nativa fue motivo principal para hurgar en
las huellas dejadas luego de la Batalla de Carabobo C A I A C A S
[1821], hasta aquellos días de júbilo por tan signi­
ficativo onomástico de la ciudad. Fotos, dibujos y
reproducciones de óleos, así como recortes de pren­
sa, o finas caricaturas de antaño, donde resalta una
de Leoncio M artínez -L eo -, en la que perpetuara
a Victorino M árquez Bustillos, gobernador del D.F.
y más tarde presidente de la República, llegando al
Palacio de Gobierno en un coche Victoria. Desde
temas como el alumbrado público hasta la primera
ley de imprenta. Postales de la ciudad del 900, don­
de en algunas puede verse el hotel Klindt - u n o de
los m ás p op u la res d e la ciudad - , y en otra un curioso
arco triunfal, colindante a la catedral, mandado a o v r a s tS ts a s iQ j ó s e s o b a s í

levantar en 1895 por el general Joaquín Crespo con


motivo del centenario del natalicio del M ariscal An­
tonio José de Sucre. También se observa una vista
de la Plaza M acuro -donde se hallaba desde 1911 el
monumento a Cristóbal Colón, trasladado en 1937
al extremo este del Parque Los Caobos. Muchas fo­
tos muestran el aspecto señorial de las mansiones
caraqueñas del siglo XVIII. Un libro-collage con
invalorable información de la época, donde no po­
día faltar un capítulo enteramente dedicado al diario
“El Universal”, donde trabajara Schael buena par­
te de su vida, y cual titula Páginas para la historia , Gráficas edición de Arte, 1966.
capítulo cargado de reminiscencias sobre e l p lá cido Formato: 23 x 16 cms.
discu rrir de aqu ellos tiem pos caraqueños. 288 p.

26 L ib ro s d e c a r a c a s / C r ó n i c a e h i s t o r i a wm m m m m am m m ssrm s
EL ESCUDO DE ARMAS
DE LA CIU D AD DE CARACAS
EL ESCUDO DE ARMAS
DELA CIUDAD

DE CARACAS G u il l e r m o M e n e s e s , a r í s t i d e s R o ja s y En r i q u e B e r n a r d o N úñez

Con motivos del Año Cuatricentenario de Caracas


[1967] surge este libro de pequeño formato y poca
extensión, pero que tiene la grandeza de reunir a tres
recordados cronistas de la ciudad aclarando aspectos
sobre El escudo d e Armas de la dudad de Caracas.
Guillermo Meneses (1911-1978) —cronista oficial de la
CONCEfO MUNICIPAL DEL DISTRITO FEDERAL
ciudad para 1967- comenta en su escrito El escudo d e
Caracas: “Es evidente que existe en este escudo cierta
modernización de los símbolos tradicionales, pero lo
cierto es que están conservados los signos contenidos
en la voluntad del Rey Felipe II (4 de septiembre de
1591) cuando otorgó escudo a la ciudad de Caracas,
[ . ..] ”. A su vez, en el breve ensayo El escudo d e armas
d e la antigua Caracas, Arístides Rojas (1826-1894) nos
dice: “El sello de armas concedido por Felipe II a la
Concejo M unicipal
ciudad de Caracas consiste en un león pardo rapante, en
del Distrito Federal, 1967. campo de plata, que tiene entre sus brazos una venera
Formato: 21 x 16 cms. de oro con la cruz de Santiago, y por timbre una corona
24 p. con cinco puntas de oro; todo exornado con trofeos de
guerra”. Desde entonces -añ ad e- Caracas llam óse m uy
n oble y m uy leal ciudad. Y Enrique Bernardo Núñez
(1895-1964) en su aporte titulado El escudo de Armas d e
la dudad d e Caracas -al igual que sus compañeros de este
volumen- hace comentarios sobre la orla del escudo y
los sucesivos cambios sucedidos en las palabras que la
componen, y cuales hoy día así conocemos: “Ave María
Santísima sin pecado concebida en el primer instante de
su ser natural”. El libro incluye, además, los sucesivos
dibujos del escudo, encontrados en cuadros como
Nuestra Señora d e Caracas [1766] o en una medalla de
plata [1789] con motivos de la Proclamación de Carlos
IV. Igualmente, y con motivo del primer aniversario
de la Independencia, en un sello de 1811. Y también
como huellas q ue Caracas f u e d ejando a lo largo d e sus
años... en adornos de algunas fuentes antiguas, in­
signias, medallas, diferentes documentos o en las orlas
del papel sellado.

* Publicado más recientemente, El escu d o d e A rm as d e la ciu d a d


d e S antiago d e L eón d e Caracas [2002] de Carlos F. Duarte -direc­
tor del Museo de Arte Colonial, amor de libros sobre arte colo­
nial y costumbres del período hispánico y Miembro de Número
Editorial Exlibris, 2002.a ¡a Academia de la H istoria-, enriquece la información de “El
Formato: 23 x 15.5 cms. escudo de Armas” con nuevas referencias y una variedad de
128 p. ilustraciones y fotografías de sellos, monedas, etcétera.

L ib ro s d e c a r a c a s / C r ó n ic a e h ist o r ia
LA CIU DAD QUE NO VUELVE

G u ille r m o Jo sé S c h a e l

Original y recordado libro de Guillermo José Schael


(1919-1989) donde captamos la estampa de Caracas
a principios del siglo XX, no sólo a través de las cró­
nicas, sino también por las imágenes que lo acompa­
ñan: la gran mayoría postales de la época. G reetings
fr o m Caracas! -s e lee en algunas. Encontraremos es­
tupendas gráficas como la Antigua Iglesia de La Tri­
nidad, que data de 1874, convertida posteriormente
en Panteón Nacional. O fisonomías del Teatro M u­
nicipal, y el Nacional, en los años 20. En muchas de
las postales se aprecia un marcado acento de ciudad
española, con plazas y calles arborizadas. La presen­
cia del tranvía. Y también de la flora, imágenes del
dinero de la época, o la de un primitivo aeroplano
-d e tela abrochada sobre varas de bam bú- que voló
sobre el valle en 1916. Un libro que recrea la Caracas
de los 90 mil habitantes. Cabe destacar también las
sucesivas ediciones que se han hecho de este anec-
dotario-histórico de la ciudad y las correspondien­
tes ampliaciones del contenido de sus 63 capítulos.
Luis Teófilo Núñez (1883-1980) escribe, por cierto,
en 1968: “Debemos consignar aquí, que este libro tie­
ne para El Universal una señalada significación. En
sus gráficas muestra la Caracas de principios de siglo,
1909, tiempo en que nació nuestro Diario. Era la m a­
drugada del primero de abril, cuando todavía los ciu­
dadanos de Islas Canarias o sus descendientes, mon­
taban en sus jacos para repartir la leche a domicilio.
Tal vez uno de ellos a la hora temprana de la salida
del Diario fue el primero que lo compró. Dos centa­
vos y cuatro páginas”. Y esa ciudad de brisa fresca y
pura -añ ad e - “es lo que vive añorando Schael, con Ernesto Armitano Editores, 1968.
mayor apremio hoy, agobiado por el ritmo violento Formato: 22.5 x 16 cms.
de la ciudad de los dos millones de habitantes”. La 212 p.
ciudad que no v u e lv e tiene hoy día, ya entrados en el
siglo XXI, aún más de esa pátina y encanto caracte­
rísticos de un viejo álbum de fotografía, en este caso
sobre una Caracas que existió “antes de haber sido
borrada -dice Schael- por la incontenible acción del
progreso en un lapso menor de veinticinco años, he­
cho que puede considerarse insólito en la historia de
las ciudades americanas”.

28 L ib r o s d e C a r a c a s / C r ó n ic a i: H i s t o r i a — w iiiiw iii i m
TESORO DE NOTICIAS

jó se de O v ie d o y b a ñ o s

Autor de Historia de la conquista y población d e la


P rovincia d e Venezuela -considerado uno de los li­
bros de referencia histórica más importante del país,
y cual abarca al siglo XVI-, José de Oviedo y Baños
(1671-1738) también legó este otro documento para el
conocimiento de la Caracas de su tiempo: Tesoro de
N oticias p o r D. Joseph d e O viedo y Baños, v ecin o de la
ciudad de Santiago de h eó n de Caracas. De este libro
se duda si fue escrito por voluntad del autor o le fuera
solicitado por encargo del Cabildo. Sobre esto dice
Julio Planchart -en su discurso de incorporación a la
Academia Nacional de la Historia, marzo de 1941—:
“ [...] desde 1703, [...] , le había encomendado el Ca­
bildo el estudio de sus Actas y la formación denotas en
las cuales se enumerasen los diversos Gobernadores
de la Provincia, los A caldes de Caracas y se anotasen
los hechos principales, de los cuales hicieran memoria
esas Actas”. Sin embargo, o t r o s historiadores -com en tes
Pedro Beroes, prologuista de esta edición- com o elDr.
Parra León, que escrib ió antes q u e Planchart, y Enrique
Bernardo Núñez, que escribiría después, consideran
que e l ob jetivo principal de este libro fu e la ‘form ación
d e la tabla d e las festivid a d es religiosas1’. Este Tesoro d e
N oticias e ín d ice G eneral -com o también se le llama,
y del cual se asume haber sido la primera versión de
la Historia d e la conquista y población de la Provincia
d e Venezuela—abarca desde la fundación de la ciudad
en 1567 hasta el año de 1703. [La imagen que aquí se
reproduce corresponde a la edición conmemorativa
al tricentenario natal de Oviedo y Baños —publicado
mediante reproducción fotográfica del texto original
Concejo Municipal y sus correspondientes transcripciones paleográficas.]
del Distrito Federal, 1971.
Formato: 31 x 22.5 cms.
184 p. * Se sostiene que el autor tuvo la intención de escribir una segun­
da parte de esta obra -esta vez sobre el siglo XVII—, y de lo cual
se especula que quizá nunca fue escrita, habría desaparecido o
incluso que hubiese sido destruida p o r los mantuanos -según el
historiador Roberto J. Lovera de Sola- para que no se conocieran
sus tropelías que sin duda don J o sé debió examinar en ella. Esta
desaparición del segundo tomo ha sido ampliamente estudiada
por historiadores y personas de letras -la famosa novela Los
amos del valle de Francisco Herrera Luque (1927-1991) se ini­
cia alrededor de esta intriga. En fin, sobre la indagatoria de esta
misteriosa desaparición recomienda Lovera de Sola remitirse al
Ne 253 de la Academia Nacional de la Historia: Sobre la segunda
parte d e la ‘H istoria’ de O viedo y B años (1981, p. 165-202).

i ir r o s nr C aracas / C ró n ic a f H isto ria


ANÉCDOTAS Y LEYENDAS
DE LA VIEJA CARACAS

Ca r m e n C lem en te t r a v ie so

Vemos el ejemplar No. 190 de una edición de 3.000


ejemplares y del 1 al 250 numerados con la firma de
Carmen Clemente Travieso (1900-1983), publicación
al cuidado de Raúl Díaz Legorburu (1911-1988) con
ANECDOTAS y LEYEXDAS
motivo del Año sequicentenario de la Batalla de Ca- de In VIEJA CARACAS
Carmen Clmwnir Travieso

rabobo (1821-1971) -y como homenaje a la ciudad de


Caracas en su aniversario 404a. Autora -entre otros
libros- de M ujeres venezolanas y otros reportajes
[1951], Teresa Carreño [1953] “a la memoria de quien
fuera considerada la más grande pianista de su época”,
así como Las esquinas d e Caracas [1956] -acaso el más
popular y siempre presente en la memoria caraqueña.
En relación a estas 26 anécdotas (ampliadas con nue­
ve leyendas de horror -entre ellas: La Sayona y el
H erm ano P en iten te, El enano d e la torre d e Catedral,
El cerrito d el diablo, La luz d el Tirano A guirre o El
p u en te d e los Suspiros) nos dice Ernesto Silva Tellería,
prologuista del libro: “Quienes lean las hermosas p á­
ginas de Carmen Clemente Travieso que integran
este volumen, harán un viaje espiritual a través
de una ciudad que sus ojos no podrán ya conocer
jamás”. Se esfu m a la Caracas d e a yer - la segunda
de las “anécdotas” y tom ada a manera de ejem plo-
aspira a hacernos vislumbrar las formas sociales,
costumbres y formación de nuestros antepasados a
fines del siglo XIX o principios del XX. Artículo éste
que supera las expectativas de una simple anécdota,
y que se divide a su vez en una cantidad de pequeños
capítulos: ¿ Q u é se hicieron El Guaire, Catuche,
Anauco, Caroata? o Los p u en tes de Caracas van desa­
p arecien d o o La lámpara d e El M unicipal: “famosa Concejo Municipal
lámpara estilo Luis XV que Guzmán hizo traer de del Distrito Federal, 1971.
Francia para la construcción del Teatro M unicipal”, y Formato: 22 x 15 cms.
252 p.
la cual había desaparecido desde el año 30. Incógnita
de la que luego sabremos su verdadero destino: la nave
central del Panteón Nacional por orden de un ministro
que resolvió un buen día q ue esa araña estaría m ejor
allí, y dio la orden d e traslado sin m uchas con sultas...
Pues bien, sólo un breve ejemplo de esos 35 artículos
de la recordada cronista que escribió sus relatos con
esa familiaridad de alguien muy cercano que nos está
echando un cuento.

30 Lib r o s d e c a r a c a s / C r ó n i c a r H i s t o r i a m n t m s m m s m m í S ^ r c - -. '
LIBRO DE C A R A C A S

G U IL L E R M O M U Ñ ESES

Publicado por primera vez durante las conmemo­


raciones del cuatricentenario de la fundación de la
ciudad, el L ibro d e Caracas , de Guillermo Meneses
(1911-1978), cronista de la ciudad para la época, pue­
de considerarse un fid ed ig n o testim on io d e Caracas,
que registra con sinceridad adm irable su accidentada
vida a través d e los siglos, d esd e su in cierto pasado
d e aldea h ispano-indígen a sem brada al p ie d e la m o le
granítica d e l Ávila, hasta estos días de su fe b r il y sú­
bito d esarrollo urbano —apunta Rafael Domínguez
Siseo, quien fuera presidente del Concejo M unicipal
en 1972, año en que se reeditó esta obra de tan singu­
lar importancia. Este libro evoca una Caracas de la
que ya no queda nada, o casi nada, de aquella m edio
andaluza, m ed io provinciana,, con sus tech o s rojos y
su blanca torre -com o la viera el errante y nostálgico
poeta Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892). G rá­
ficas donde podemos ver, por ejemplo, al Capitolio
en plena construcción [1876], o e l m a p a e x a c t o d e l a
C i u d a d d e C a r a c a s -realizado en 1772 por Don Juan

Vicente Bolívar, padre del Libertador. En esta obra,


Guillermo Meneses -e l autor del célebre cuento La
m ano ju n to al m u ro [1952]- rememora también in­
signes fechas acaecidas en la ciudad, tales como el 5
de julio de 1811, la promulgación de la ley sobre la
libertad de los esclavos [1854] o los días del terremo­
to de 1812. Asimismo los impresionantes puentes y
edificios -com o el circo metropolitano o el Antiguo
cuartel de bomberos de Plaza López-, e igualmente
encontramos reseñas de personajes como los genera-
Concejo Municipal del D. F., 19 72 . les Juan Vicente Gómez o Eleazar López Contreras,
Formato: 31 x 23 cms. o bien, testimonios sobre la pianista Teresa Carreño,
340 p. asuntos todos que están evocados en este libro con la
calidez propia de su autor y, al mismo tiempo, la cui­
dadosa observación en cuanto a los hechos narrados.

^ ^ ^ iB iB a a B S B w w B a a l ib r o s d e c a r a c a s / c r ó n ic a e h isto r ia 31
IGLESIAS DE LA A N T IG U A C A R A C A S

PADRJE ERNESTO OTADUY

Dilemas acerca de cuál habrá sido la primera iglesia


-capilla o erm ita- de Caracas, son todavía hoy día
motivos de discusión. Muchos han pensado siempre
que fue la Iglesia C atedral —que se coloca, efectivamen­
te, entre las primeras. Otros se preguntan si ésta
precede o vino después a la capilla del C onvento de
San F rancisco. .. Muchas de estas dudas han quedado Padrt Eratno OladiyS. I.

aclaradas gracias a la investigación del Padre Ernesto


Otaduy. Dividido en monografías, cinco de ellas
correspondientes al siglo XVI, tres al siglo XVII y
otras tres al siglo XVIII, además de dos monografías
dedicadas a los conventos coloniales, entre éstos el de
las madres Carmelitas -hoy día desaparecido. Incluye
asimismo un artículo preliminar de La antigua Caracas,
correspondiente a los años 1567-1800 y cuyo subtítulo
nos deja con una leve sensación de ironía o acaso un
sentimiento de laconismo: “C iudad sencilla, simpática,
am able” . Un libro en el que se detallan nombres de
calles y esquinas, información diversa sobre cuadras
y casas, especificaciones acerca de las reedificaciones
o ampliaciones, y -cuándo no en Caracas- las
constantes demoliciones; costumbres, objetos orna­ ?fiiM f m m ¿ ¿ ^
mentales y venerables de los templos, anécdotas, te­
jidos históricos y estragos de los terremotos: el de
1641 -denominado e l de San B ernabé - , el de 1766 - e l
d e San U rsula-, el de 1812 -sucedido un Jueves Santo,
y del que se reporta que solamente en la ciudad
murieron 4.000 personas-, así como el de 1900, que
afectó particularmente a la Iglesia d e Altagracia -y a la
que hoy día rodean las construcciones más disímiles.
Innumerables datos sobre las primeras iglesias ca­ Imprenta Municipal de Caracas, 1974.
raqueñas: la de Santa Capilla, la de San Francisco, Formato: 20 x 15.5 cms.
San Pablo, San Ja cin to -propiedad que le fuera qui­ 176 p.
tada a los dominicos por orden de Emparan en
1809 para construir una carnicería pública, y luego
derivada en su mayor parte por el poderoso sismo
de 1812. También se reseñan otras como la de Las
M erced es o la de la Santísima Trinidad -h o y día, sede
del Panteón Nacional. Y en cuanto aquella primera
iglesia... no, no fue la de Catedral, sino —nos dice el
Padre Ernesto O taduy- la ermita de San Sebastián,
donde se realizaría, aproximadamente en agosto de
1.567, la primera misa de Caracas.

32 L ib ro s de C aracas / C ró n ic a e H isto ria


H IST O R IA DEL TEATRO EN C A R A C A S

C a r l o s Sa l a s

Leemos en el “Pórtico” de este libro —editado por pri­


mera vez en 1967—que la historia del teatro en Caracas
“comienza cuando el ilustre Ayuntamiento de la Ciu­
dad expide por primera vez una licencia, fechada el 28
de junio de 1600, con motivo de la representación de
una “comedia”, el día de Santiago Apóstol; Patrón de la
Ciudad”. Sin embargo, existen referencias en las Actas
del mismo Cabildo donde “ya se anunciaban com edias ,
toros y cañas y diablitos danzantes, en los días de Corpus,
Santiago, San Mauricio y San Sebastián”. Su autor, Car­
los Salas (La Victoria, 1899) escribió diversas monogra­
fías y ensayos, entre los cuales citamos La fiesta brava en
Caracas [1978] o 100 años d e l Teatro M unicipal [1980], y
junto a Eduardo Feo Calcaño en 1960: Sesquicentenario
d e la ópera en Caracas 1808-1958. La 1—Parte del libro
corresponde al siglo XIX, sub-dividido en XXXTV capí­
tulos. En el N2 X, por ejemplo, se menciona el estreno
de El trovador -13 de agosto de 1857- en aquel Teatro
Caracas -inaugurado en 1854, incendiado en 1918. Y en
HISTORIA
Carlos Salas
DEL TE/TRO
EN CARACAS
el N2 XIX, que el Teatro “Guzmán Blanco” -hoy día
Teatro Municipal- fue inaugurado en enero de 1881,
dándose inicio a una temporada de ópera, entre ellas La
Traviata, Fausto, Un baile d e máscaras, La favorita, Ione,
La Africana y, por supuesto -vinculada desde siempre
con el público caraqueño—: El trovador de Verdi. En la
2—Parte se estudia el siglo XX, sub-dividido a su vez en
LIV capítulos. En el Ne IV, leemos que el 11 de junio de
1905 fue inaugurado el Teatro Nacional -d el arquitecto
Alejandro Chataing-, con asistencia del general Cipria­
no Castro y una gran concurrencia que colmó todas las
Concejo Municipal de localidades del nuevo coliseo de la esquina de los Cipre-
Caracas, 1974. ses. Y para esta segunda edición, Carlos Salas amplió su
Formato: 27.5 x 20 cms. trabajo con una 3aa Parte [(1951-1961), “Preliminar”] y
468 p . una 4“ Parte (El teatro experimental, los grupos y las es­
cuelas nacionales) donde resalta las principales figuras
que incentivaron la docencia de la escena en Caracas
-entre éstas: Yolanda Moreno, Esteban Herrera, Ber-
tha Moncayo, Juan Avilán, Olga Corser, Jesús Maella,
María Gamez, Rafael Briceño, Horacio Peterson, Ro­
meo Costea, Carlos Márquez, Alberto de Paz y Mateos,
Juana Sujo... y Margot, Canmen y Paul Antillano. Ade­
más incluye una bibliografía dramática, donde se citan
nombres como el de César Rengifo, Pedro Berroeta,
Ida Gramcko, Elizabeth Schón, José Ignacio Cabrujas,
Román Chalbaud, Isaac Chocrón y Elisa Lerner.

l ib r o s d e c a r a c a s / C ró n ic a e H isto ria 33
BAJO EL SIGNO DEL ÁVILA

SA N T IA G O K e y -A y a l a

Estas loanzas críticas -como las denominara Santiago


Key-Ayala (1874-1959)-están destinadas aenaltecer de
manera postuma a algunos venezolanos que amaron
la patria y quienes tuvieron en común haber nacido
Bajo e l sign o d el Avila. En estas páginas encontramos
escritos que resaltan aspectos inusuales en relación a las
figuras nombradas, tales como Trayectoria anecdótica
d e un dibujo d e Arturo M ichelena - a propósito de
Arístides Rojas (1826-1894). Este artículo gira en tor­
no a un dibujo de Rojas hecho por Michelena -r e ­
producido por un mixtificador, seguramente con la
ayuda de un pantógrafo, y de cuales fue descubierto
que pasaban de veinte los fe lic e s chasqueados, quienes
habían pagado la suma de doscientos bolívares por
cada “original”, incluido un sobrino de Arístides
Rojas-, y cuyo verdadero perteneció a Domingo
Montserrat -ho y día en mano de sus descendientes-,
S. KEY - AYALA
como queda certificado por el mismo Rojas al pie del BAJO ef
famoso retrato: E cce h o m o J C e r íest pas la m um iere SIGNO dd AVILA
qui m a l pris: c e s t l’art. — Arístides Rojas. [Petare 19
12 1889]. Por otro lado, nos encontramos con Un libro aiow’qq VAirv
imo «i
de m em orias en la obra perdida d e Pérez Bonalde [Juan 8'KEA■7/7¡Y
Antonio] (1846-1892). Investigación que gira en torno
a una importante obra inédita dejada “con ánimo de
ausencia temporal” por el escritor en su apartamento
de Nueva York: C oleccion es d e arte, libros -enum era
Key-Ayala- cartas d e escritores insignes, recuerdos d e
am or y dolor, quizás algu n os m anuscritos: a llí quedaron
en espera d el que n o había d e regresar. Entre esas obras,
al parecer, estarían: “Viajes y un libro sin título”, “Vida
y costumbres de los Estados Unidos” y el poema “La Concejo Municipal
caridad”. También hayamos escritos sobre Nicanor del Distrito Federal, 1974.
Bolet Peraza (1838-1906), Jesús María Herrera Irigo- Formato: 28 x 19.5 cms.
222 p.
yen (1847-1929), Manuel Díaz Rodríguez (1871-1927),
José María Vargas (1786-1854) y Andrés Bello (1781-
1865). A propósito de Pedro-Emilio Coll (1872-1947)
-autor del celebrado cuento breve El d ien te roto,
considerado como un clásico del género-, culmina
Key-Ayala con el siguiente ensayo: Notas con céntricas
a la personalidad de Pedro-E milio Coll. Al final - y a
manera de peculiar epílogo- incluyen los editores una
contribución de Key-Ayala en relación a Los nom bres
d e las esquinas d e Caracas.

34 L IB R O S D E C A R A C A S / C R Ó N I C A £ HI S TOR I A
FRANCISCO DE FAJARDO
Y LA FUNDACIÓN DE CARACAS

JUAN ERNESTO M O N TE N E G RO

Personaje polémico, Francisco Fajardo surge de este libro


con una nueva proyección humana e histórica que llama
la atención y el interés del lector más desprevenido. El
autor pasa revista a todas las peripecias y circunstancias
que lo señalan como e l primer conquistador mestizo d el
Valle de Caracas, -dice José Ramón Medina (1921-2010)
en la presentación a este libro de quien fuera el quinto
Cronista de Caracas: Juan Ernesto Montenegro (1927-
2001). “Tratar de los orígenes de Caracas sin referirse
210 a io m lite e tío
in vn HJME
a Francisco Fajardo, sería un descuido tan peregrino,
como describir una flor sin aludir a la planta” —expli­
ca el autor. Y luego advierte: “Nos hemos propuesto
rescatar la gloria que pertenece al héroe margariteño,
en una forma objetiva, justa y fundamentada en do­
Concejo M unicipal
cumentos y fuentes que pueden soportar las llamas
del Distrito Federal, 1974. de la crítica histórica.” La primera parte del tomo co­
Formato: 26.5 x 18.5 cms. rresponde a las inquietudes y personalidad de Fajar­
290 p. do, así como su reivindicación histórica como Primer
Fundador de Caracas: Así, es a un margariteño, a un
venezolano, a un mestizo americano, a quien le cabe e l
honor de haber hincado los primeros horcones y haber
levantado las primeras casas, [...]. Y cual llamó V i l l a
d e S a n F r a n c i s c o . Aunque sin menoscabar, no obstan­
te, la figura y méritos de Diego de Losada, puesto que
la reedificación de la villa de San Francisco, que Lo­
sada instituyó S a n t i a g o d e L e ó n d e C a r a c a s , “fue real­
mente la creación definitiva y perdurable de nuestra
ciudad, pues la anterior fundación por Fajardo, había
sido reducida a escombros si no a cenizas.” En la 1—
Parte, por ejemplo, se encuentran temas como Primer
viaje: Drama, Segundo viaje: Apogeo, La batalla de los
Toromainas, El fin de la Villa de San Francisco, etc., y
en la 2 - Parte La ruta de Fajardo", Un camino primitivo,
La cuesta de las Coquizas o De la montaña de Higuero-
te al valle del Guaire. El libro consta también de dos
anexos para conformar el Apéndice Documental. En
el poema “Fajardo” -d e Pedro Rivero- incluido en el
libro, un verso describe al Primer Conquistador como
Gobernación
Mestizo de libérrimo albeldrío.
del Distrito Federal, 1971. * Asimismo resultará interesante leer La ruta de Losada del ar­
Formato: 29.5 x 22.5 cms. queólogo Josep María Cruxent (1911-2005), quien -p ara escribir
160 p. su libro, cual viene acompañado de numerosos m apas- recorrió
el verdadero camino c itinerario que siguió el conquistador Diego
de Losada para llegar al valle de los Toromainas.

L IB R O S D E C A R A C A S / C R Ó N I C A E H IS T O R IA . 35
EL PALACIO MUNICIPAL DE CARACAS

Ju a n c a l z a d il l a y R a ú l D í a z Le g o r b u r u

Este edificio “invita a reflexionar sobre un pasado


histórico que no se interrumpe y del que son testigos
la arquitectura y los tesoros coleccionados” -comenta
Rafael Domínguez Siseo, promotor principal de este
registro y Presidente del Concejo M unicipal del
Distrito Federal para la época de su publicación,
dede primeramente del Colegio Santa Rosa de Lima
-en cuya capilla se celebraría la trascendental sesión
del 5 de julio de 1811. A pesar de que El Palacio
Municipal tuvo siempre una gran cantidad de obras
históricas, se mantuvo principalmente ocupado en
:unciones administrativas — e l lugar donde deliberaba
la cámara edilicia sobre los grandes y pequeños
istm ios de la ciudad-, hasta que en 1970 empezó a
materializarse la circunstancia de museo natural de
Caracas, según explica Domínguez Siseo: “con la
apertura del Salón donde se expone la colección
de piezas legadas por el escultor Raúl Santana, que
constituye el Museo Criollo, verdadero muestrario de
costumbres, aspectos y artesanías de los venezolanos
de la región central”. Luego nos encontramos con
los anales y semblanza de El Palacio M unicipal -cró ­
nicas de El Cabildo de Caracas: tan viejo com o la
Propia ciudad - , textos éstos de Raúl Díaz Legorburu
(1911-1988) - P r e m i o N a c i o n a l d e H i s t o r i a 1981 por su
libro 5 procesos históricos-, quien comparte la autoría
de este libro con el pintor Juan Calzadilla, quien es
autor también de una vasta obra poética -entre otros
títulos, citamos Ciudadano sin fin [1969], El ojo que
nasa [1979] o Corpolario [1998]-, e historiográfica y
crítica sobre muchos artistas venezolanos -Arturo Concejo M unicipal
Michelena, Armando Reverón, Braulio Salazar, etc. del Distrito Federal, 1975.
Se le otorgó el P r e m i o N a c i o n a l d e A r t e s P l á s t i c a s en Formato: 29.5 x 23.5 erns.
1997. Ambos autores suman esfuerzos y conocimientos 212 p.
para consolidar la visión histórica y artística de este
edificio. Entre los capítulos figuran La Pinacoteca
Nacional del Concejo Municipal, El Museo Emilio
Boggzo y la Sala de Arqueología Gaspar Marcano. Al
final del libro se encuentra un registro con las obras
e Arte venezolano del Palacio Municipal —donde,
a manera de ejemplo, nos permitimos destacar la
pintura Juanita [hacia 1940] de Armando Reverón,
la Quinta San Pedro Alejandrino [hacia 1842] de Car­
melo .Fernández y Paisaje del Ávila desde Gamboa
Lhacia 1898] de M artín Tovar y Tovar.

36 L ib ro s de C a r a c a s / C r ó n ic a e H ist o r ia
CARACAS
LA CIU D AD QUE SE NOS FUE

A l fr e d o c o r t in a

Luego de los éxitos de la primera radionovela vene­


zolana costumbrista, La comedia Santa Teresa [1932]
y de El misterio de los ojos escarlata [1933] —escritas
ambas con Mario García Arocha-, Alfredo Cortina
(1903-1988) entregaría otros libretos y producciones
— El enigma de los incas, El secreto d e Ayarú, etcétera-,
colocándolo como uno de los más talentosos y creati­
vos libretistas de la radio en Venezuela. Junto a Aro-
cha escribió -entre 1938 y 1940-, y adelantándose con
ello a muchos programas dedicados a los platillos vo­
ladores: Marte, incógnita del cielo. De igual modo,
Los grandes benefactores de la humanidad -cu al di­
fundía la vida y obra de aquellos científicos que
contribuyeron a mejorar la vida de sus semejantes.
Cortina colaboró también en los primeros tiempos
de la televisión, y de ese momento datan Caracas hace
cincuenta años o Historias y leyendas d elm a r- las dos en
1953. También se dedicó a la fotografía, coleccionando
paisajes y lugares d éla Caracas vieja. Hizo cine, teatro,
construyó -y transformó- innumerables objetos. Asi­
mismo, elaboró originales joyas para su esposa, la
poetisa, dramaturga y ensayista Elizabeth Schón (1921-
2007). Justamente a ella le dedica estos dos tomos: A
Ely, que ama tanto a esta ciudad donde nació y cuya
transformación le ha creado un maravilloso mundo
de recuerdos. Ambos libros vienen con ilustraciones
del propio Cortina, plumillas en tinta china negra,
basadas muchas de ellas -indica Edda Armas en un
escrito sobre E. Schón y A. Cortina- en fotografías
suyas, o en postales de la época. Por cierto, ya entrados
en la lectura de estos dos tomos, se puede concluir
que seguramente sea a causa del vasto y reconocido
talento de Cortina en tantas y diversas áreas, lo que
ha entorpecido calibrar y resaltar con debida justicia
su alto dominio como narrador, cuya destreza queda
expuesta en estos 61 relatos, donde se pasean desde La
Sayona, El cometa Halley, La burriquita... hasta temas
como las pensiones, los ferrocarriles, las pulperías o
los cinematógrafos. [Escribió al final de su vida la
Historia de la radio en Venezuela -publicado en 1995
Editorial Roble, por Fundarte en su Colección Rescate (Fundación
2 tomos: 1976 y 1977.
Formato: 22.5 x 15 cms. para la Cultura y las Artes del Distrito Federal)].
206 y 158 p.

a e a K M M a l i b r o s d e c a r a c a s / c r ó n ic a e h ist o r ia 37
CARACAS FÍSICA Y ESPIRITUAL

A q u il e s Na z o a

A quiles Nazoa (1920-1976), autor de El burro flautista


[1958] y de El transeúnte sonreído -s u primera pu­
blicación, en 1945-, entregó el noveno de sus libros
en 1966, publicado entonces por el Círculo Musical:
Caracas física y espiritual -con el que obtiene el P r e m i o
M u n i c i p a l d e L i t e r a t u r a d e l D i s t r i t o F e d e r a l 1967. De
esta edición en particular, Rafael Domínguez Siseo
escribe en las líneas preliminares que es un “home­
naje a la ciudad, y al mismo tiempo, un homenaje a
su último gran poeta, quien muriera trágicamente en
la plenitud de su actividad creadora”. El recordado
poeta evoca en los textos de este libro circunstancias y
lugares desde una óptica plena de amor por su ciudad
natal, y de su obra - secreto depósito de recuerdos- dice
el mismo Aquiles: “Mi libro en la apariencia no sigue
un orden coherente [...], más que un libro parece
más bien un viejo carro de mudanzas [...], como el
incurso en un caso de desahucio por demolición, en
él he recogido apresuradamente los últimos cachiva­
ches de mi corazón y de mi memoria”. Léase enton­
ces como una suerte de lego, de fichas para armar. El
poeta lo explica de esta manera: He aquí que me senté
a escribir un libro sobre Caracas y lo que m e salió fu e
un kaleidoscopio. Por ejemplo, cuando apenas recor­
damos que hubo un hipódromo en el Paraíso, surge
otra nota (poética... musical) que nos pone al tanto
que éste sucedía al de Sabana Grande, y todas las no­
ticias parecieran quedar como intercaladas en el alma
del lector con objetos aparentemente insignificantes:
botones deslumbrantes, llaves abandonadas, relojitos
que ya no andan, una rara moneda, ovillos multicolo­ Concejo M unicipal
del Distrito Federal, 1977.
res-, desechos d el tiempo cuyo destino es la diàspora y el
Formato: 29 x 22 cms.
olvido, intimidades tiernas en las que nadie se recono­ 272 p.
ce, com o las que descubre el transeúnte cuando en una
mudanza que pasa se abre la gaveta de la máquina de
coser. Fichas dejadas, como hojas al viento, para que
venga otro y ponga orden a la variedad, a la cambian­
te diversidad de temas, de tonos y aún de estilos, que
se encuentran en este libro. De Nazoa, un caraqueño
que sabía que de esas pequeñas cosas está hecha la vida
secreta de las ciudades.

38 L ib r o s d e C a r a c a s / c r ó n ic a e h ist o r ia m a e m m ssse M íS Y
H IST O R IA DE LA C O N Q U IS T A Y
F U N D A C IÓ N DE CARACAS

hno . n e c t a r io Ma r ía

El día del apóstol Santiago -patrón antiguo de las Es-


pañas- es la fecha con la que aviene la mayoría de los
historiadores respecto a la fundación de Caracas: un
25 de Julio de 1567. De esta disyuntiva, y otros datos,
podemos encontrar aclaratoria en esta obra -entrega­
da a los lectores en 1967 por las Ediciones del Cua-
tricentenario de Caracas- del Hno. Nectario María
(1888-1986). Comenta Pedro Beroes, prologuista de
la 3— edición [1979]: Se trata de una investigación mi­
nuciosa, realizada con implacable rigor, que describe la-
conquista y población del valle de los Toromainas y las
infructuosas tentativas d el infortunado mestizo Fran­
cisco Fajardo, fundador d e la villa d el Collado, poblado
destinado a desaparecer bajo las acometidas de la in­
diada heroica que defendía su tierra d e los invasores
castellanos. Producto de diez años de investigación en
HISTORIA DE LA CONQUISTA Y
el Archivo de Indias, donde estuviera el Hno. Necta­
FUNDACION DE CARACAS
rio M aría a partir de 1955 organizando —explica ahora
David R. Chacón Rodríguez en la semblanza biográ­
fica y prólogo de la edición de 2004, Fundación para
la Cultura U rbana,- casi toda la sección venezolana del
EfiM DVCIOM DE C Y B V C V g
M R X O K IV D E r v C O M Ó niZ LV }.
mítico recinto sevillano, y, a lo largo de veinticinco ca­
pítulos, narra la Historia de la conquista y fundación-
de Caracas, legando de esta manera una de las obras
historiográficas más pertinentes de las que se han tejido
entre nosotros. Es el compendio de la gran cantidad de
documentos que se emitieron tras la llegada de Cris­
tóbal Colón al continente americano sobre aquellas le­
janas tierras que tanta curiosidad despertaban o “sobre
los diferentes aspectos que imponía el conocimiento
Concejo Municipal de ese diverso mundo inabarcable y desconocido, de
del Distrito Federal, 1979. clima y orografía muy diferentes [ . . . ] ”. El nombre de
Formato: 28 x 21 cms.
434 p.
bautismo, o de pila, de este dinámico Hno. Nectario
María -dictaba conferencias, transcribía, viajaba, di­
bujaba m ap as...- era Louis Alfred Silvano Pratlong
Bonicell, oriundo de Toulouse (Francia), quien entre­
gara su alma al señor en el colegio La Salle de la Coli­
na un 3 de octubre -faltándole apenas veinticinco días
para entrar en los 99 años.

L i b r o s d e C a r a c a s / C r ó n i c a i i i i s t i >ri a 39
CARACAS HABLA EN DOCUMENTOS
(1568-1888)

Jo sé A n t o n io de a r m a s C h it t y

Tal como el título lo indica, este libro del historiador


y poeta José Antonio de Armas Chitty (1908-1995) es
la compilación de diversos escritos, donde se encon­
trarán los más curiosos detalles de los momentos his­
tóricos de la ciudad a lo largo de tres siglos, así como
crónicas de sus habitantes. Pliegos que van desde la
partida de nacimiento de Simón Bolívar -registrada
en el Libro XV de bautismos de Parroquia Catedral—
hasta documentos donde quedan sentadas las ideas
de Independencia -d e l año 1798. O, por ejemplo, el
“Testimonio del reparto de tierras a los primeros po­
bladores de la ciudad Santiago de León de Caracas”
-cu al data de 1568. U otros más recientes como la
llegada, quince años después, en 1888, de los restos
de Páez desde Nueva York. Asimismo un fragmento
de la Historia de la Plaza Bolívar, conservado en el
Anuario de Rojas Hermanos, del médico y escritor
Arístides Rojas (1826-1894). En cuanto a la dilatada
obra de José Antonio de Armas Chitty, quien sólo
de historia escribió más de una veintena de libros,
nombraremos de éstos La Batalla d e Carabobo. An­
teceden tes y Efectos [1971], Fermín Loro y su Epoca
[1966] y Origen y Formación d e algunos Pueblos de
Venezuela [1951], y de sus poemarios Retablo [1950],
así como su último libro de poemas: Territorio d el
viento [1977], En 1962 obtuvo el P r e m i o N a c i o n a l d e
L i t e r a t u r a por la obra Tucupido, Formación de un
Pueblo del Llano. A propósito de Caracas -junto al
libro aquí expuesto- armó una trilogía, siendo los Ediciones del
otros dos Caracas: Origen y Trayectoria d e una Ciu­ Banco del Caribe, 1979.
dad [1967] y Vida Política de Caracas en e l Siglo XIX Formato: 22.5 x 16 cms.
[1969]. 236 p.

40 L ib ro s de caracas / c r ó n ic a e H ist o r ia B E a E a a a jB B S v ■
SA B O R D E C A R AC AS

C A R L O S EDUARDO M lSL E

Carlos Eduardo Misle (1928-2004), periodista y es­


critor, recordado también por la composición de su
nombre -Caremis-, guardó un archivo histórico de
la ciudad de Caracas, conocido y considerado patri­
monio de la ciudad, y cuyo ingenio ha bautizado festi­
vam ente -nos relata Aquiles N azoa- con el nom bre
algo heterodoxo de “La Corototeca”. La Corototeca
es un p oco la ropavejería d e nuestra historia casera, un
poco la “chivera1’ de nuestros recuerdos. O, tam bién,
he aquí este juego de palabras para elogiar humorísti­
camente su devoción por la ciudad y su pasado histó­
rico -rememoración que hiciera Juan Lis cano, a pro­
pósito de una caricatura de Pedro León Zapata, cual
lleva el siguiente texto: “Deberían condecorar con la
orden Carlos Eduardo Misle a don Diego de Losada
por haber fundado a Santiago de León de Caremis” .
Pues bien, esta devoción la vemos plasmada en el
libro Sabor de Caracas, donde el cronista -con apoyo
de fotografías y otros impresos de la época, y en esta
segunda edición con el asesoramiento gráfico de la
diseñadora Gisela Sánchez Tinoco- nos cuenta ep i­
sodios tales como 400 Años 400 esquinas, Ermita y
vigencia d el Nazareno, Alma Llanera: Himno popular
de Venezuela, La maravilla de los tranvías, M acuto:
estación del sosiego... o Luz y poesía de la Navidad
-donde se narran hasta las vicisitudes de la “ope­
ración hayaca”: Dulces y agrias disputas por pasas y
alcaparras, almendras y aceitunas; o por restos de tan­
Editorial Arte, 1981. tas rodajas y presas que hacen de una hayaca el más
Formato: 24 x 28 cms. com pleto y diminuto de los jnercados.
114 p.

L i b r o s d e C a r a c a s / c r ó n i c a i: H i s t o r i a 41
LA CARACAS DE BOLÍVAR (1)

Carlo s Ed u a r d o M is l e

A pesar que no recibiera formalmente ese título, Car­


los Eduardo Misle —o Caremis—(1928-2004) fue cono­
cido y es recordado como “El cronista de la capital”.
Historiador, periodista y entusiasta de las corridas de
toros, legó importantes libros, entre ellos varios rela­
cionados con El Libertador y la ciudad de Caracas.
Arma “La Corototeca” a partir de 1931, la cual consta
-entre otros muchos corotos- de postales, carteles, re­
cortes de prensa, almanaques y trabajos de fotógrafos
de la época como, por ejemplo, Luis Felipe Toro. (Esta
colección de recuerdos de antaño -especialmente del
siglo XIX y principios del siglo XX- fue adquirida por
la Fundación Andrés Mata en 1996). En La Caracas
de Bolívar (1) nos dice Caremis que la ciudad nace
bajo el signo del número cuatro, esas cuatro esquinas
iniciales que envolvieron su coraxón y forjaron su lati­
do mayor: la plaza. Cien años antes de que naciera El
Libertador, Oviedo y Baños describía a Caracas como
CARLOS EDUARDO MISLE
un hermoso valle, tan fértil como alegre y tan ameno
como deleitable. L a pasión de El Libertador por la LA CARACAS
ciudad -cuenta asimismo Caremis—queda plasmada DE BOLIVAR1
en las siguientes palabras: “¡Caraqueños! Nacido ciu­ DE BOíi/WfcL
r v c v t ív c v s
dadano de Caracas, mi mayor ambición será conser­
cvuros EonvtíDO iwerE
var este precioso título”. Indoblegable, quiso defender
-sin caballos, sin soldados, solo—la capital de la libertad\
la que había dado e l famoso ejem plo: su Caracas. Pen­
diente siempre de Caracas durante aquel célebre viaje
Lima - El Callao - Guayaquil- Quito - Vopayán - Bogotá
- Caracas, cuenta Caremis que El Libertador - a propó­
sito del último tramo de casi siete mil kilómetros—le
escribe a Pedro Briceño Méndez: Yo voy a montar para
Caracas, donde llegaré e l diez. Aquello está en el desor­ Gobernación
den más espantoso, y quiero consolar a esa pobre gente. del Distrito Federal, 1983.
Formato: 29 x 22 cms.
Después m e ocuparé en la organización d el país, que ha 144 p.
sufrido infinito en todo y por todo. La ciudad lo recibi­
rá espléndidamente -enero de 1827-, “llena de gozo,
de contento y entregada al placer del más vivo entu­
siasmo”. En este libro de Misle, pródigo en historia,
también hallaremos fotografías del alemán Federico
Lessmann (1826-1886) -sobre todo del ambiente ur­
bano de Caracas y La G uaira- o del húngaro Pal Rosti
(1830-1874) -quien dejara memorables estampas de la
quebrada de Catuche, la esquina del Desbarrancado o
la iglesia de la Divina Pastora.

42 L ib r o s d e C a r a c a s / C r ó n i c a e H is t o r ia mmmmmmmsmmmsmm,
LA CARACAS DE BOLÍVAR (2)

RAÚL DÍAZ LEGORBURU

Co-autor, junto a Juan Calzadilla, del libro E l Palacio


M unicipal d e Caracas [1975], Raúl Díaz Legorburu
(1911-1988) es autor de otras relevantes obras. Entre
ellas, La Aventura pobladora / El siglo XVI Venezolano
[1986] -texto en el que se estudian “las características
del conquistador y de los indios caribes y la influencia de
la búsqueda de El Dorado en la formación del territorio
nacional”- o R óm ulo G allegos, e l hom bre y su obra
[1974]. También se le debe la compilación “Armando
R everán ”, 10 ensayos [1975]. Obtuvo en 1981 el P r e m i o
B íM jP l® N a c i o n a l d e H i s t o r i a por su libro 5 procesos históricos.
R A U L D IA Z L E G O R B U R U '
En La Caracas d e Bolívar (2), apenas al abrir el libro
un índice nos evidencia sus capítulos -sucedidos en
orden con el tiempo histórico-, y cuales van desde El
cam ino de los españoles hasta La Iglesia de la Trinidad
(Panteón Nacional). Nos cuenta primeramente acerca
de aquella Caracas descrita por don José de Oviedo y
Baños -maravillado por la ciudad y su valle. Y luego,
sobre La Plaza Mayor, un espacio que determinaba
el destino del país -especie de “centro y brújula”.
Guzmán Blanco, leemos, acordó por decreto el 18 de
noviembre de 1872 que “[...] se erigirá una estatua
ecuestre de bronce que represente al Libertador”.
Temas sobre La Catedral de Caracas o El Palacio Mu­
nicipal nos permiten comprender algunos significados
que definirán la identidad de la futura urbe. También
reseña Díaz Legorburu sobre La Casa am anilla (an­
tigua Cárcel Real), de donde proviene, por cierto,
el famoso estribillo burlón caraqueño: Te vestiste
d e am arillo / p a ’ que no te con ocieran. Hay crónicas
sobre la Iglesia y C onvento d e San Francisco. Planos,
Gobernación fachadas y diversas fotografías acompañan este libro.
del Distrito Federal, 1983. Textos sobre La Casa natal delL ibertador, asimismo de
Formato: 29 x 22 cms. La cuadra d e B olívar -entre las esquinas de Bárcenas
160 p.
y Piedras-, cuyos terrenos llegaban originalmente a
las márgenes del Guaire. Encontraremos capítulos
como El Calvario, El Capitolio Federal, La Quinta
A nauco o El P anteón Nacional, temas todos que nos
revelan los inicios de la nación, pues es esta -apunta
sabia y sinceramente su autor- la m ejo r m anera d e
afianzar nuestra propia identidad, y la m ejor lección
para saber d e d ón d e vin im os y hacia d ón d e d eb em os ir
en la búsqueda afanosa d e n u estro gran d estin o com o

ím m fim m sim m m m m m lib r o s de c a r a c a s / c r ó n ic a e h ist o r ia 43


TU C A R A C A S , M A C H U

A lfred o A rm as A lfo n zo

El mismo año que apareció publicada en Caracas la


novela del escritor Alfredo Armas Alfonzo (1921-
1990) Este resto d e llanto q u e m e queda [1987] -cual
fuera recientemente reeditada por el sello Thule de
Barcelona (España)- aparece e l libro Tu Caracas;
Machu. Si la primera está basada en recuerdos ju­
veniles, el libro que nos ocupa aparece dedicado a
ALFREDO ARMAS ALFONZO
la artista plástica de las artes del fuego, Aída Beatriz
Ponce Hernández, su esposa, a quien llamara M achu
a partir de aquel momento -d ía de agosto de 1949-
en el que ella d escu b rió en tre la tierra ardiendo —in­
cendiada p o r e l s o l- d e Puerto Píritu la opacada azul
TU CARACAS,
lejanía d e M achurucuto. Si en la mayor parte de la MACHU
obra de AAA encontramos construcciones narrativas
basadas en personajes populares del oriente venezo­
lano -quienes, incluso, mudan del libro que habitan
a otros del mismo autor-, e igualmente notamos una
gran capacidad de síntesis, el gusto y manejo de la
brevedad, aspectos que desembocarán en una obra
mayor: El osario d e D ios [1969] -lib ro que obtuviera,
ese mismo año, el P r e m i o N a c i o n a l d e L i t e r a t u r a - ;
pues bien, en Tu Caracas, M achu vemos a un Armas qqxo.caa‘i3S3. 'fjBSSSf
SCVDEWIV HVCIOHYr DE f¥ 81210111? | || y
Alfonzo periodista que reúne más de setenta crónicas •E l i r p * o u i s s i o í . ¿ A L A .';

de su autoría sobre Caracas — La utopía d e l hum ilde,


Entre v iv o s y ruines, Día d e Caracas, D e Dos Pilitas a 118
Corazón, a manera de ejemplo, o E ste 9 Na 98, donde
en un párrafo elegido al azar leemos la inconfundi­
ble prosa de Alfredo Armas Alfonzo: Uno subía hacia
Dos Pilitas y hallaba e l arom a d el pan d u lce anisado y
se oía e l pian o d on d e un alum no d e l con serva torio en ­
sayaba los recu erd os d e Liszt. La m aestra d e la escu ela
Academia Nacional
d e L laguno dirigía e l coro d e l him no. A sí debía se la de la Historia, 1987.
patria verdadera, esa jo v en cita d e ojos n egrísim os con Formato: 19.5 x 12.5 cms.
e l corazón sacudido. D el patio se avecinaba la guaya­ 360 p .
ba y hasta olía a m em brillo. Textos aparecidos en las
páginas editoriales del diario “El Nacional”, cuales
dedica a la caraqueña Machu —la esposa d e toda la-
vida, los libros y los hijos.

L ib ro s d e C a r a c a s / C r ó n ic a i: h i s t o r i a ■ H B H K s s i 'i K 'C
QUINTA DE AN AUCO

C a r l o s f. D u a r t e

Sabemos que está allí y pensamos -bien porque pa­


semos por San Bernardino o la recordemos- que
ya volveremos nuevamente a visitarla. Así algunos
extranjeros que, en una segunda visita a Caracas, ex­
claman: ¡M e encantaría ir otra vez a la Quinta A nauco!
Y es que la magia de este lugar comienza desde el
momento en que cruzamos el portón de entrada y
caminamos por el empedrado que conduce a la casa
bajo la sombra de los árboles y de frondosos bambúes
que parecieran detener el tiempo siempre en un
atardecer -aunque sean horas del mediodía. Todo el
área posee cierta cualidad metarreal o literaria, lo cual
aunado al sosiego que allí se percibe, vuelca al visitante
a comprender sus espacios, vicisitudes y anécdotas. La
Quinta d e Anauco, antiguam ente llamada “La casa de
Solórzano” en recuerdo al apellido d e su dueño primitivo,
Q JJ I N T A e l capitán ]uan Javier Mijares d e Solórzano, y quien la
DE mandó a construir, ha llegado a su bicentenario —comenta
el autor de este libro y director del Museo de Arte Co­
A N A U C O lonial, el historiador Carlos F. Duarte. Y con motivo
C A R L O S F. D U A RT F f o t o g r a f i é M A R Í A N O U . D F A l . D A C A

de aquel cumpleaños -en 1997- aparece esta obra que


; :c v i í r o 2 . f u n v i r x t V - ^ A v 'ia / v í í í y u o n d i v f d v c v I
va desde La historia de la casa (cronología ésta, por
cierto, muy movida que culmina con el singular gesto
de sus últimos dueños, los Eraso, quienes la donan a
la nación bajo la cláusula de que siem pre sirva com o
m sede d el M useo d e Arte C olonial y bajo la custodia de
■if
la A sociación Venezolana Amigos d el A rte Colonial ,
ambas instituciones fundadas en 1942) hasta capítulos
como El jardín, Las casas, Las ventanas... La entrada,
Los pisos, El estrado, La sala... La alcoba, La butaca, El
Asociación Venezolana Amigos recibo informal, El escritorio, Las damas y e l tiem p o...
del Arte Colonial / Fundación El cuarto de los escaparates, El oratorio, Los murales,
Cultural Chacao, 1997. El comedor, La cocin a... El tinajero, El corredor d e la
Formato: 31.5 x 23.5 cms. cocina, Las fu en tes y las pilas, El baño, Los empedrados,
128 p.
La caballeriza y Los sirvientes. Estos textos -junto a
las imágenes de Mariano U. de Aldaca- hacen de este
volumen un regalo no sólo para la Quinta de Anauco
por tan representativo onomástico, sino a la ciudad, al
país y su gente. Y, si a ver vamos, a todos aquellos que
la han conocido o están por conocerla: espacio citadino
que se mantiene como si el tiempo se hubiese detenido
y ... “la historia fuera mirada -como alguien dijera, a
propósito de La vida cotidiana en Venezuela durante el
P eríodo H ispánico [2001] de Carlos F. D uarte- por el
ojo de una cerradura”.

L ib ro s de C aracas / Cró n ic a t: h i s t o r i a 45
P L A Z A B O L ÍV A R
C O R A Z Ó N DE LA PATRIA

C a r l o s Ed u a r d o M is l e

Custodio permanente de la historia caraqueña, Carlos


Eduardo Misle (1928-2004) -conocido también como
Caremis- narra con fluidez estas memorias en torno a
la emblemática plaza venezolana, adentrándose en la
raigambre nacional, donde aparte de los datos histó­
ricos, encontraremos peculiares anécdotas. Vemos en C A R L O S ED U ARD O M ISL E “ C A R E M IS"

las páginas preliminares de Plaza Bolívar, corazón de


la patria la primera foto del primer día del primer mes PLAZA BOLIVAR
CORAZON DE LA PATRIA
del segundo milenio [1901]: una imagen de la plaza
tomada por Federico Carlos Lessmann -quien con
ésta hiciera la primera foto de Caracas. La Plaza Bolí­
var -antecedida por nombres tales como Plaza Mayor,
Plaza Principal\ d e Armas, d e la Catedral -, en 1874, es
bautizada por Guzmán Blanco definitivamente como
Plaza Bolívar. Esta isla d e sosiego en e l cen tro d e Cara­
cas ha sido e l tradicional y p referen te sitio d e recreo, d el
reposo al aire libre y d e la chism ografía política y social
d e los caraqueños. Foro de historia, siglos y signos de la
plaza se nos cuenta alo largo de este interesante libro.
Ilustrado con fotos y litografías provenientes de la
misma Corototeca de Misle, de la Fundación Andrés
Mata y de la Fundación Neumann -entre varias otras
fuentes de origen-, encontramos reproducciones de
La firm a d el Acta d e la In d ep en d en cia -titulado “5 de
julio de 1811”- por Juan Lovera (1776-1841), o un de­
talle del impactante cuadro de Tito Salas (1887-1974)
con motivos del “Terremoto de 1812”, donde al fondo
del recuadro mostrado podemos observar el conven­
to de San Jacinto destruido. Igualmente la Vista d e
Caracas por Ferdinand Bellerman (1814-1889) como
muchas otras interesantes imágenes. Estructurado de P&G de Venezuela, C.A., 1999.
manera sencilla, el lector se adentra sin dificultad des­ Formato: 28.5 x 22.5 cms.
de un principio en la historia de la plaza, donde se 234 p.
encontrarán párrafos seleccionados -d e acuerdo a su
relevancia- d e fa m oso s cronistas, historiadores, n o v e­
listas, humoristas, periodistas y p oeta s líricos y festivos. '

L ib ro s d e c a r a c a s / C r ó n ic a e h ist o r ia i— u m iim i'iiI'M 'iim í'ih i » '


LA V ID A CO TIDIAN A EN VENEZUELA
DURANTE EL PERÍODO HISPÁNICO

Ca r l o s f. d u a r t e

En esta vasta obra del historiador y académico Carlos


E Duarte -autor de M uebles Venezolanos, siglos XVI,
XVII, XVIII [1967], Pintura e Iconografía P opular Ve­
nezolana [19 7 8 ], Los M aestros Fundidores d e l Período
C olonial V enezolano [1978] o Historia del Traje Du­
rante la Época C olonial Venezolana [1984], entre más
de una treintena de títulos, algunos de ellos en cola­
boración con Graziano Gasparini como, por ejemplo,
H istoria d e la Catedral d e Caracas [198 9]— se busca
hilvanar los distintos a sp ectos d el acontecer, d el sen tir
y e l hacer d e una época. E l autor advierte en la presen­
tación: “Cuando leamos los diferentes ejemplos que
siguen, si no tenemos presente a cada instante que se
trata de hechos y situaciones que ocurrieron durante
un período caracterizado por una monotonía a veces
asfixiante, y que protagonizaron hombres o mujeres
de aquel pasado, creeremos estar situados en el pre­
sente”. Estos dos tomos -d e cuidada presentación y
edición, resguardados en un estuche-, m uestran cla­
ram ente d e q u é manera la historia se gesta y se m itifi­
ca con base en “fantasías incorrectas y absurdas”. [De]
M uestra tam bién cóm o la historia se repite y cuánto de
lo q ue h oy nos pa rece inédito, es sim p lem en te p rod u c­
to d el olvido. Incluso la repetición de los cataclismos:
desde la lluvia constante que golpeó a La G uaira en
1798, hasta los sucesivos terremotos, que, a partir del
18 12 , sacudieron a Caracas. Libros éstos en los que se
encuentran referencias a una infinidad de formas de
ser y actuar en el período hispánico - y quizá percibi­
das por el lector vernáculo a manera de déjà vu, esa
circunstancia de familiaridad y extrañeza. Y donde
no encontraremos héroes o hazañas, sino el registro
de lo cotidiano, de la vida diaria de aquel entonces:
las form a s d e m atrim onio, las etiquetas, la fortu na, la
honra, la buena crianza, las cen as y las m eriendas; las
m u jeres y e l galanteo, e l adulterio, la siesta, las riñas
d e gallos, e l carnaval, la pasión, e l aguardiente, la es­
peranza, e l desam paro, los rosarios, las habladurías, los
celos, e l castigo y la tristeza -p o r sólo citar algunos
de los aspectos inherentes a aquella idiosincrasia del
período hispánico en Venezuela, y contemplados en
Fundación Cisneros, 2001. detalle -con fuentes bibliográficas y documentales-
Formato: 23.5 x 15 cms. en estos interesantes volúmenes.
396 y 338 p.

Li b r o s de Caracas / C r ó n ic a e H is t o r ia 47
C R Ó N IC A DE C A R A C A S

a r íst id e s Ro j a s

C rónica d e Caracas -publicada por primera vez en


1946 por el Ministerio de Educación bajo la coordi­
nación de Enrique Bernardo Núñez (1895-1964)- fue
el décimo libro editado del ensayista, historiador, fi­
lólogo y tradicionalista venezolano A rístides Rojas
(1826-1894). A través de sus quince libros -sobre
ciencia, poesía, narrativa, historia, teatro, crónica,
leyendas y estudios indígenas-, puede constatarse
CROMICA
cuánto rebasaban sus reflexiones históricas o docu­ DE CARACAS
mentales los enfoques de su época, y de esta fecunda Aristides R ojas

obra creemos que las más recordadas siguen siendo


L eyendas históricas d e Venezuela [cuyo primer ade­
lanto aparece en 1888], O rígenes V enezolanos [1891]
y también C rónica d e Caracas : en este título en par­
ticular, sus observaciones nos ayudan a comprender
cómo se consolidó nuestra idiosincrasia citadina, a
entender por qué somos como somos. Tanto normas
de urbanidad, por ejemplo, como gustos culinarios
están expuestos de manera amena a lo largo de estas
páginas. Pero también Arístides Rojas “hace alusio­
nes a la época indígena -apunta el historiador David
Ruiz Chataing-, población originaria a la que estu­
dió con simpatía. Dedica muchos de sus estudios a la
Venezuela hispánica y a los tiempos emancipadores.
Su percepción de la historia de los años 1810-1830 se
mantiene dentro de los cánones románticos y heroi­
cos, palpable, principalmente, cuando aborda la vida
del notable caraqueño Simón Bolívar”. Y en la prosa
de este destacado médico y escritor también podrá
Los libros de El Nacional, 2002.
percibirse cierta mezcla de romanticismo -im perante
Formato: 19.5 x 13 cms.
durante sus años de estudio- junto al cientificismo 208 p .
alcanzado en la madurez. De él dice el ensayista Gre-
gory Zambrano que d esd e su hum anism o, A rístides
R ojas participaba con marcada vocación p or e l d even ir
d e Venezuela, indagando en su pasado, h a cién d ole p r e ­
gu n tas a su p resen te, aportando su s co n o cim ien to s a
las g en era cio n es d e l porvenir. P or tod o ello, A rístides
R ojas ocupa un lugar p rivilegia d o en tre las p erson a ­
lidades m ás con stru ctiva s y releva n tes d e la historia
cu ltu ra l d e Venezuela.

48 Lib r o s d e caracas / C r ó n ic a t H is t o r ia — iwiililii iiiinii'i i»


CARACAS SIEMPRE NUEVA

CÉSAR S E G O V IA

Este sencillo y, a la vez, original libro nos muestra en


un formato agradable la compilación de textos de los
más destacados cronistas de la ciudad -desde su fun­
dación hasta nuestros días. Entre ellos, por ejemplo,
Carmen Clemente Travieso (1900-1983): fundación
de Caracas. Guillermo Meneses (1911-1978): Un cerro
llamado Guaraira-Repano. ArístidesRojas (1826-1894):
Los santos protectores d e Caracas. José de Oviedo y
Baños (1671-1738): Un valle fér til y alegre. Arturo
Uslar Pietri (1906-2001): Un valle inundado. Mariano
Picón Salas (1901-1965): La nueva Caracas. Salvador
Garmendia (1928-2001): Los cerros d e Caracas. José
Ignacio Cabrujas (1937-1995): La ciudad siem pre nue­
va. Asimismo, Robert Semple: Las herm osas caraque­
ñas [de 1810], o José Martí: La culta, la hospitalaria,
la in teligen te Caracas —a finales del siglo XIX. Los
caraqueños: hospitalarios y cordiales [1800], a su vez,
lleva la firma de Alejandro de Humboldt (1769-1859),
donde nos cuenta acerca de la gran mayoría de los ve­
nezolanos de entonces, quienes - a diferencia de unos
pocos que conservaban una viva adhesión a los anti­
gu os usos - poseían una inclinación, irreflexiva a m en u ­
do, p or hábitos e ideas nuevas. Por otro lado, llama la
atención una crónica anónima: El cam ino La Guaira-
Caracas'. “Caracas con sus techos bajos y rojos tiene
la apariencia de una tejería rodeada por un jardín; la
uniformidad está interrumpida solamente por la blan­
ca catedral y su plazoleta”. A ésta le sigue Elferrocarril
La Guaira-Caracas [de 1857] de William Eleroy Curtis.
Magenta Ediciones, -sin año-.
El texto de José Antonio Calcaño (1900-1978) se titu­
Formato: 21 x 21 cms.
56 p. la El terrem oto d e 1900. El de Pal Rostí -fotógrafo de
nacionalidad húngara demediados del siglo XIX—Los
pobladores [1857]. Y Marisa Vaninni entrega en 1950:
Carros grandes, calles estrechas. Pero, también, se en­
cuentran testimonios más recientes como Caracas v e ­
loz -segunda mitad del siglo XX- de Tulio Hernández,
o El Ávila [del 2001] por Rafael Arráiz Lucca. Compi­
lación llevada a cabo por César Segovia. Y diseño grá­
fico de Myriam Luque. ¡Ah!, y sobre el Teatro Calca-
ño —El p rim er cin e de Caracas, 1906-, Alfredo Cortina
nos cuenta las vicisitudes de aquella novedad, donde
e l p úblico aplaudía maravillado.

Nota: todos los textos que aparecen en las solapas -a manera de


epígrafes- han sido extraídos de Caracas siem pre nueva.

L IB R O S DE C A RA CA S / C R Ó N IC A E H IST O R IA 49
CARACAS
U N A Q U IM ERA URBANA

Ra m ó n p a o l in i

“Quiero ante todo, agradecer a los anónimos habitan­


tes de Caracas, con quienes he aprendido a vivir en este
Valle generoso y hermoso, donde el Sol brilla para to­
dos” dice el autor de este registro fotográfico, el arqui­
tecto trujillano Ramón Paolini -egresado de la UCV y
conservacionista del Patrimonio Cultural de América
Latina- en su agradecimiento del libro, mientras que
su dedicatoria va dirigida a un recordado arquitecto: A
Jesús Tenreiro, m i Maestro. También menciona el autor
de este libro a John Lange y a Pedro Mancilla -q u ien es
se apropiaron d e las im ágenes, interpretaron e l discurso y
le dieron form a y tamaño. Asimismo, a Federico Vegas
-p o r haber cojnprendido mis m otivaciones y colaborado
en todo m om en to para ir clarificando las aproxim aciones
a la Quimera Urbana. Aparecerá entonces un texto a
manera de cuento, El poeta y la quim era -narrado por
Vegas-, a propósito de un relato de Washington Irving.
Luego leemos tres epígrafes a manera de invitación al
libro -p o r ejemplo: “La ciudad no debería tener casas,
sino sólo fachadas. Se edifica la casa para estar en ella,
se funda la ciudad para salir de la casa y reunirse con
otros que también han salido de sus casas”. [Ortega y
Gasset]. Y luego de algunas fotos con sus respectivas
magias citadinas -Florencia, Tlaxcala, Venecia, New
York, Ciudad de México, Bogotá, La Guaira-, apare­
cerá un fragmento de las “Leyes de Indias”. Y, al rato:
Esta es la ciudad y y o soy/ uno de sus ciudadanos/ todo
lo que a ellos interesa/ a m í tam bién m e interesa. [Walt
Whitman], Continuará el libro con la visión de Paolini
sobre la ciudad, fotografías en blanco y negro -poéti­ Editorial Arte, 1985.
ca opción para una ciudad tan caracterizada por su in- F o r m a t o : 3 0 x 2 2 .5 c m s.
herente ecuación de luz y sombra. Y, a medio camino, 104 p.
“La ciudad tomada” -en clara alusión al cuento “Casa
tomada” del argentino Julio Cortázar. Después apelará
Jesús Tenreiro (1936-2007) - P r e m i o N a c i o n a l d e A r q u i ­
t e c t u r a 1991- a nuestro deber de rescatar el sentim iento ■
fren te a la dudad. Y, con esta invitación, van aparecien­
do fotos de espacios que reconocemos en sus cami-
nerías, barandas y árboles. Los atardeceres. Así como
la ciudad de noche y fuegos artificiales. Memorables
imágenes que dan cuenta sobre aquella Caracas, que,
si a ver vamos, no ha cambiado tanto en cuanto a nue­
vos hitos arquitectónicos -aunque sí en su morfología
urbana- durante los últimos 25 años.

50 L i b r o s d e C a r a c a s / Fo t o g r a f í a
CARACAS DE PAR EN PAR

EFRAÍN SUBERO

Caracas d e par en par ha contado con la colaboración


de 10 fotógrafos, cuyas imágenes vienen acompañadas
con los inconfundibles textos -párrafos largos con fra­
ses muy cortas- del poeta margariteño Efraín Subero
(1931-2007). Además fue ensayista, bibliógrafo, folklo-
rólogo y antologo - P r e m i o M u n i c i p a l d e L i t e r a t u r a
1989 por su obra El hum orism o venezolano en verso.
Miembro de Número de la Academia de la Lengua y
autor de más de una veintena de libros, de los cuales
citamos La obra p oética de Nazoa [1962], Notas para
e l estudio d e César Vallejo [1972], El problem a d e de­
fin ir lo hispanoam ericano [1974], Caracas, tres vision es
para una ciu dad [1978] y Margarita [1993]. En “Puer­
ta Abierta” -oportuna invitación, acorde al título del
libro— advierte el autor que El verdadero Libro de
Caracas n o p u ed e ser jam ás unipersonal , pues éste se
encuentra en las Actas del Ayuntamiento y en la obra
de los viejos cronistas, ya que “entre página y página,
va tejiendo la tela, el raído mantón que a todos nos
abriga. Se detiene en las cosas, aun en las más insóli­
tas. Las rescata. Las limpia. Las describe. Las muestra.
Ironiza con ellas. Las exalta. Sabe que constituyen la
auténtica expresión del alma colectiva”. Y así-junto a
la ayuda del costumbrista, el anticuario y el tradiciona-
lista-, puede hacerse la historia con creta d e un pu eb lo
y hasta gran parte la historia d e una cultura. Entonces
continúa sin interrupciones. No obstante, pronto en­
contraremos títulos simples con textos muy breves, los
cuales se leen con cierta expectación como si de una
Ernesto Armitano Editor, 1988. tarjeta postal se trataran: El Samán d e la Trinidad, La
Formato: 31 x25.5 cms. Ceiba de San Francisco, El Palacio d e las Academias,
136 p. Las viejas p en sio n es... entre otros relacionados a “La
ciudad colonial”. Y luego vendrá “La ciudad moder­
na”, asimismo con minitextos: La otra Caracas, M e­
tro d e Caracas, Vida nocturna, La Caracas d e ahora...
y algunos más. En cuanto a las fotografías -aunque
obras de varios fotógrafos-, se emparejan muy bien en
cuanto a la calidad, el colorido, los contrastes luz vs.
sombra y la exigente composición de elementos. Los
autores son George Steinheil, Mariano Aldaca, Alfeo
Savoini, Jorge Cruz, Graziano Gasparini, Rafael Va-
lery, Gonzalo Galviz, Petre Maxim, Alejandro Otero
y Ricardo Armas. Libro igualmente editado en inglés:
Caracas w id e open [1988].

¡ a f a s m . m m sem m s lib r o s de c a r a c a s / F o to g r a fía 51


CARACAS

JOSÉ IG N ACIO CABRUJAS Y G O R K A D O R R O N SO R O

Volumen de textos y fotografías que posee cierta cua­


lidad ficcional -u onírica. Efectivamente, muchas de
las imágenes que vemos a través de estas páginas nos
remiten a aquella memoria que se nos manifiesta en
los sueños. El libro comienza con un escrito de Ca-
brujas -texto que hallaremos presentado otra vez al
final del libro, finamente y en excelente papel, ade­
más de su correspondiente versión al francés, inglés
y alemán—titulado “La ciudad escondida”, cuyo fres­
cor y desparpajo obligan a citar un párrafo a manera
de ejemplo: Tres m on os blancos disfrazados de arle­
quines, o quién sab e si tres arlequines disfrazados d e
m on os blancos, m e con tem plan bajo e l a lero d e una
vieja casa. Están allí, quién sab e d esd e cuándo, p ero
en tod o caso m e p er ten ecen a partir d e 1945. Han p er­
sistido en m i recuerdo, com o s i fu esen un hallazgo y
si algún día en Oslo, p o r hablar d e lo q u e n o existe,
algún extraviado tu viese a b ien p regu n ta rm e p o r es­
ta ciu dad d on d e nací, creo que m i relato com enzaría
con tres m o n os blancos disfrazados d e arlequ ines y al­
guna q u e otra literatura d e m en or im portancia. [...].
Por otro lado, la Caracas que se nos muestra en estas
fotos, sus espacios y gentes, además de algunas vistas
aéreas, proporcionan el compendio para una íntima
comprensión de la ciudad: la sorprendente luz, los
espacios resguardados, incandescencia vs. sombra,
el exuberante follaje y fugaz floración de su vegeta­
ción, y, sobre todo, la infinidad de colores tropicales,
cuales se manifiestan incluso en el tráfico automotor
y cantidad de veces en su arquitectura. También en­
Oscar Todtmann Editores, 1990.
contramos fotos de algunos personajes, como la del Formato: 30 x 27.5 cms.
escritor Oswaldo Trejo (1924-1998) o la de la escul- 270 p.
tora Gego (1912-1994) junto a su esposo el diseña­
dor gráfico Gerd Leufert (1914-1998). Textos de José
Ignacio Cabrujas (1937-1995) y fotografías de Gorka
Dorronsoro - P r e m i o N a c i o n a l d e A r q u i t e c t u r a 2008.
Diseño gráfico: Alvaro Sotillo. Caracas -nos dice Ca­
brujas en este libro- es una m aravillosa equivocación
española, y quien sabe si e l cen tro d e su enigm a sea esa
im posibilidad que ten em os sus habitantes d e conocerla.

52 L ib ro s d e c a r a c a s / fo t o g r a fía w m ssm sm sm ssm


A SÍ ES C AR AC AS

So l e d a d M endoza

Esta edición de A sí es Caracas corresponde a la más


reciente: su editora, Soledad Mendoza, ha mantenido
la tradición comenzada por su padre, Plinio M en­
doza Neira, quien publicó la primera en 1951. Para
este libro se ha contado con la colaboración de los
fotógrafos Carlos Beltrán, Ramón Grandal, Eugenio
M ikolji, Rafael Salvatore y Roland Streuli. L a portada
y otras fotos corresponden a Guillermo De Yaronsky
y la contraportada a Olga Lucía Jordán. Pero también
hay imágenes de fotógrafos del siglo pasado, tal es el
caso de Luis Felipe Toro o Torito. Caracterizan estos
libros el estar siempre presentados sus capítulos con
ilustraciones de Zapata de acuerdo al espíritu del títu­
lo de los diversos escritos. Luego del prólogo de Simón
Alberto Consalvi -Caracas, los rostros sin n osta lgia-
viene un capítulo que lleva por título “Caracas en tres
tiempos”, cual comienza con “Recuerdo de Vicente
Gerbasi” -firm ado por el hermano de la editora:
Plinio Apuleyo Mendoza, h a ciudad d e fin de siglo
[1951] sucede al anterior -d e Enrique Bernardo Nú-
ñez. Entonces aparecerán Caracas [1951] de Mario
Briceño Iragorry y La ciudad antigua [1951] de Darío
Achury Valenzuela, continuando con M em oria feliz de
Caracas [1980] de Gabriel García Márquez, y más tarde
Historia en dos ciudades [1980], firmado por Augusto
Roa Bastos. Entramos así en El su eñ o de u n m undo
[1980] de Elisa Lerner. Prosiguen: El Avila e s un toro
[1980] de Orlando Araujo. R ío igual ciudad [1980] de
Adriano González León. Veinte años d e calles, ruidos
P ,. . - _. y su perficies [1980] de Salvador Garmendia. Los tea-
Formato-29^29™cms ' tros Caracas [1980] de Isaac Chocrón. La ciudad
Sin # de p. espectácu lo [1992] de Román Chalbaud. Caracas des­
d e lejos [1992] de José Font Castro, culminando con
La ciudad d on d e nunca estoy [1992] de Luis Alberto
Crespo. Muchas de las fotos que acompañan a
estas crónicas son de Roberto Losher. Estos textos
aparecerán luego traducidos al inglés, y las fotografías
a lo largo de los siguientes capítulos: Tiempo para
recordar. Caracas, sucursal d el cielo. La ciudad vertical.
Ciudad en m ovim iento. Caracas y e l espectáculo. Y
tam bién es Caracas. Aquella primera agudeza percibida
en los ensayos se aúna de manera muy acertada con la
elocuencia propia de estas imágenes -ofreciéndose así
una efectiva comprensión de la ciudad.

L IB R O S DE CARACAS / F O T O G R A F Í A 53
SA N T IA G O DE LEÓN DE C A R A C A S

CARSTEN T O D TM AN N

Lo q ue rea lm en te m e asom bra n o es que tod o se esté


derrum bando,! sin o la gran cantidad d e cosas que
todavía sigu en en pie./Se necesita un tiem p o m u y largo
para que un m undo desaparezca,/m ucho m ás d e lo q ue
puedas imaginar. [Paul Auster]. Con este epígrafe
comienza el texto “Autoconsciencia de ciudad” de
Luna Benítez, escrito que precede a otro de Alberto
Barrera Tyska. Ambos escritos -traducidos en el li­
bro al inglés y al alem án- nos preparan para esta
colección de imágenes que ofrece Carsten Todtmann,
desde un magnífico atardecer -E l va lle de Caracas
visto d esd e la Av. B oy a cá - hasta otras sugerentemente
contradictorias (por ejemplo, una foto de la Mezquita
con Parque Central al fondo mientras en primer plano
aparece la fugaz ventana trasera de un autobús donde
se lee “Virgen del Carmen”), paradojas frecuentes que
vemos y nos divierten muy a pesar de otras realidades
lamentables, las cuales tampoco son omitidas en este
libro: tomas de pobreza, rostros angustiados, tristeza
y desamparo. Igualmente no se elude, por cierto, esa
otra faceta tan caraqueña, la de la simpatía súbita, ya
que a quienes habitan esta ciudad se les induce a ser
gregarios, bastase una cola burocrática o resguardarnos
a causa de lluvia para que terminemos hablando todos
con todos: Nos gusta la gen te -apunta Benítez, y más
adelante la certeza: “Yo p erten ezco a q u í’. Así es que
vemos al policía tomando una guitarra, acompañando
a dos jóvenes asentados contra un carro, uno de ellos
tocando la flauta. Las composiciones de dos o tres
Oscar Todtmann Editores, 2005.
elementos, el gusto por las fachadas de los grandes
Formato: 19.5 x 29.5 cms.
complejos habitacionales como si fueran termitas hu­ Sin # de p.
manas, el repetido movimiento sinuoso de los ranchos
o de las cubiertas de tejas en conjuntos de quintas, la
universidad, el cementerio, éstos y otros aspectos son
los que conforman el espíritu fotográfico que interesa
a Todtmann, sin descuidar lo mágico, o surrealista,
como esa vista de la Basílica de Sta. Teresa y el Centro
Simón Bolívar con zapatos volando por los aires -ya
que la foto ha sido tomada con la vitrina de una tienda
en primer plano. No por casualidad ha titulado Barrera
Tyska su texto: “¿Cuántas Caracas caben en el ojo de
un fotógrafo?”. Entonces comentará: Camina p o r las
calles, observa, pasa p o r la ciudad hacien do zapping.
Salta d e una a otra posibilidad.

54 LIB R O S DE C A R A C A S ' FOTOGRAFÍA ■ ■ M B a r a M r a W itt « ;


MI CO CIN A
A LA MANERA DE CARACAS

Ar m ando Scannone

Este es uno de los libros de cocina más apreciados


por los caraqueños. Capítulos de apoyo como A cce­
sorios usuales en la cocin a, M edidas y equivalencias, o
tem peratu ras d e h orn o -a s í como un glosario con los
términos más importantes-, anteceden a las recetas,
cuales incluyen desde entremeses y pasapalos, salsas,
sopas, arroz, vegetales, ensaladas, pescados, carnes y
aves... hasta bebidas, tales como el guarapo de piña
il COCINA o el café aguarapado con papelón, caratos -com o la
chicha-, sangrías y tisanas. M i cocina ...A la m anera
de Caracas, de Armando Scannone (autor también
de otros libros y temas, por ejemplo Crónicas fu ga ces
[2004], o como protagonista de C onversaciones con
A rmando S cannone [2007] de Jacqueline Goldberg y
Vanessa Rolfini), cumplió en el 2007 veinticinco años
desde su primera publicación, suerte de Biblia para
la sazón caraqueña, donde quienes hayan pasado por
este valle, y probado sus tradicionales postres, podrán
recordar alguno, como, por ejemplo, el de esta rece­
ta elegida al azar: ISO gram os d e ch oco la te sem idu lce;
V4 d e taza d e lech e fría ; 250 gram os d e m antequilla sin
sal; V2 cucharadita d e esencia d e vainilla... d e 10 a 15
plantillas. Quien diga Tiramisú pierde, nos referimos
a la famosa marquesa de chocolate, conocida —y muy
solicitada, por ellos que son muy dados a la reposte­
ría - en los países germanos como la Caracas K uchen.
“M i cocin a ” -d ice su autor- es sólo una recopilación
d e recetas ■esp ecia lm en te d e com ida venezolana, don d e
Editorial Arte, S. A., 2007. resaltan e l repertorio y la sazón a la m anera de Caracas.
Formato: 28.5 x 21.5 cms.
480 p. * A este volumen lo acompañan otros dos más, formando una
obra completa, tricolor. De esas diferencias nos aclara el Sr.
Nelson Ramírez -de la Academia Venezolana de Gastronomía-:
“El libro rojo contiene el concepto, las recetas y la memoria gus­
tativa de la cocina clásica y tradicional de Caracas, es un libro de
recetas obtenidas después de un esfuerzo de recopilación, someti­
das a ensayos, pruebas y finalmente estandarización de los platos”,
mientras que el libro azul “contiene el concepto, las recetas y la me­
moria gustativa de la cocina cosmopolita de Caracas, donde se pre­
sentan los platos mestizos, especialmente con las inmigraciones de
los últimos cien años”, así como el amarillo corresponde al “con­
cepto, recetas y memoria gustativa de la cocina de vanguardia de
Caracas, con recetas internacionales, adaptadas a los insumos, cos­
tumbres y usos de una Caracas de gala”, el cual “contiene recetas
inéditas pero siempre en el contexto de la cocina caraqueña, y en
especial referidas a la tradición culinaria de Armando Scannone”.

g íis s s s m m m m L ib ro s d e c a r a c a s / G a st r o n o m ía
EL FALSO CUADERNO
DE NARCISO ESPEJO

G u il l e r m o M e n e se s

Autor de La balandra Isabel lleg ó esta ta rd e [1934]


-cuento llevado al cine con guión de Aquiles Nazoa
en 1950-, Guillerm o M eneses (1911-1978) entrega
su novela El fa lso cu adern o d e N arciso E spejo en
1952, cual obtuviera el P r e m i o d e N o v e l a A r í s t i d e s GUILLERMO MENESES

R o j a s en 1953. Mediante el juego de unos supuestos


documentos, empieza la novela con el documento
EL FALSO CUADERNO
“A”, donde Juan Ruiz intenta explicarla razón que lo DE N ARCISO E SPEJO
ha movido a inventar las falsas memorias de Narciso
Espejo: No en b alde h e d ed ica d o tanto tiem p o a es­
ta tarea y con sid era d o com o a lgo m ás q u e un ju e g o
literario la d ecisió n d e dibujar la vida d e N arciso. A
partir del documento “C” nos encontramos ya pro­
piamente con el cuaderno fabulado, donde inventa­
do e inventor se juntan, o ya no se sabe quién es el
que escribe, y donde se nos da una imagen de Juan
como la de un p erson a je v a lio so y su gestivo, adm ira­ E D IC IO N E S N l ’ EVA CAHIZ

do p o r N arciso -ap un ta la escritora Judit Gerendas,


especialista en el tema Meneses. No obstante, en los
documentos de la “D ” a la “I” -escritos por nuevos
personajes: José Vargas y Pérez Ponte—s e da una
im agen degradada d e Juan, e l cu al e s m ostra do com o
un ser gris y m ediocre. Al final de la novela nos en­
contramos con la “ T a c h a d e l d o c u m e n t o ‘C’”, don­
de s e niega, se reescribe, s e m inim iza o se m agnifica
el registro de los textos anteriores. Como imágenes
producidas por un espejo, estos superpuestos na­
rrativos se anulan, impugnan o replican, pareciendo
obtenerse con ello una m irada más ecuánime para
evaluar las contradicciones propias, tanto de lo real
como de lo ficticio. Ediciones Nueva Cádiz, 1952.
Formato: 19 x 12.5 eras.
212 p.

L ib r o s d e C a r a c a s / L it e r a t u r a ee: • ; -
PAÍS PORTÁTIL

A d r ia n o Go n z á l e z L eó n

Referencia obligatoria en la transformación de la lite­


ratura venezolana de los años 60, Adriano González
León (1931-2008) -junto a Salvador Garmendia (1928-
ADRIANO GONZALEZ LEON
2001)—fue uno de los narradores más relevantes del
PAIS PORTATIL grupo Sardio. Desintegrado éste, en 1961, é l con otros
escritores fundaron el grupo El techo de la ballena.
Las h ogu era s m ás altas [1957] —selección de cuen­
tos, y cual fuera prologada en una segunda edición
argentina [1959] por el guatemalteco Miguel Ángel
Asturias (1899-1977), quien considerara este libro de
una enorme significación para las letras latinoameri­
canas- ha sido valorado por algunos estudiosos de
la literatura venezolana como preámbulo a la nove­
la País p ortá til [1968] -aunque también por otros
como “una obra trascendente en sí misma” . También
publicó otros libros de cuentos, y en 1998 un com­
pendio de ellos: Todos los cu en to s m ás Uno. En 1956
obtuvo el Premio del C o n c u r s o A n u a l d e C u e n t o s d e
E l N a c i o n a l con el relato El lago. De sus poemarios

citamos H ueso d e m is h u esos [1997] -con ilustracio­


nes de Manuel Quintana Castillo-, D e ramas y secre­
tos [1980] y L inaje d e árboles [1988], País portátil,
la primera de sus dos novelas —siendo la otra Viejo
[1995]- obtiene el mismo año de su publicación el
P r e m i o I n t e r n a c i o n a l B i b l i o t e c a B r e v e S e i x B a r r a l , lo
cual coloca a su autor como uno de los escritores más
importantes del continente. En cuanto a la estructura
de País portátil, queda ésta sustentada en tres planos
autónomos, interrelacionados a su vez por las accio­
nes de sus personajes, de los cuales el protagonista,
Editorial Seix Barrai, S.A., 1969. Andrés Barazarte, representa - a través d e una com ­
Formato: 20 x 13 cms. pleja su perposición d e p lanos ev o ca d o res- la tragedia
284 p. de una familia cuyos orígenes están plagados por la
inestabilidad política y caudillos fracasados, aspectos
(o recuerdos) que condicionan el extraño, y a ratos
alucinante, recorrido del protagonista por la ciudad
-d el que diría el mismo Adriano: Un viaje urbano q u e
dura una tarde y parte d e una noche.

i lib r o s d e caracas / lite r a tu r a 57


HISTORIAS DE LA CALLE LINCOLN
Ca r l o s N o g u e r a

En una reciente edición [1991] de la novela Historias


de la calle Lincoln [1971] de Carlos Noguera, aparece
una introducción titulada “A Veinte años de aquella
dulce locura”, donde acertadamente advierte la au­
tora del texto, la escritora Silda Cordoliani, que estas
historias han de leerse... “a m anera d e n ovela para
arm ar” (parodiando a Cortázar cuya Rayuela, apare­
cida en 1963, f u e lectura obligada y a som b rosa m en te
renovadora para e l m om en to). Entonces añade: las
historias d e la todavía fa m osa ca lle L incoln, o calle
R eal d e Sabana Grande, cen tro d e la bohem ia cara­
queña durante varios décadas, se entrecruzan crean do
un gran m ural con stitu id o p o r cuadros in d ep en d ien tes
en espera d e l aten to lecto r q ue d escifre sus con ex ion es.
P r e m io I n t e r n a c io n a l M onte Á v il a de N ovela 1971,
estas historias motivan desde el principio a leerlas
con espíritu lúdico, cayendo una y otra vez en los
sucesivos capítulos con el mismo título -L a d u lce lo ­
cu ra -, enumerados y siendo el último el número XII,
intercalados a su vez por capítulos con títulos suges­
tivos que se presentan como fichas de información
adicional para que cada lector red o n d ee libremente
la historia a su gusto, tales como Cita en Carnaby
(O: una historia sob re G raciela) o C entro espiritual
Tacarigua, e incluso recursos epistolares como la
Carta q u e R afael le enviaría a M ónica, si la novela-
durara seis m eses m ás (O: traicion es d e la sen sib ili­
dad y la m em oria). Tal como la prologuista apunta,
las reminiscencias en la literatura pueden devenir
en un d ocu m en to m ás valioso y fid ed ig n o d e su época
q ue todas las p ágin as d e historia y socio logía oficial.
Encuéntrese, pues, en estas páginas un registro de
Monte Ávila Editores, 1971.
las aventuras de sus personajes en una de las épocas
Formato: 17 x 12 cms.
más relevantes de esta emblemática zona caraqueña: 262 p.
Sabana Grande.

58 L ib ro s d e C a r a c a s / L i t e r a t u r a w ssm m m s^ m m sm sssm - %
CASI UN PAÍS

ELIZABETH SCH Ö N

Poesía escrita en prosa. Textos que narran las vicisi­


tudes y el interés de un personaje nacido en Borbu-
rata, Lucía, por conocer la ciudad -C aracas q u e me
la im aginaba sem eja n te o igual a l palacio m ás b ello o
in m en so - y sus primeras vivencias junto a su amigo
Juan - -Juan es m i am igo y tien e unos ojos tan n egros
y tan grandes q ue es im posib le q ue e l sol, algún día
s e los p u ed a desteñir. En El Calvario, Juan la invita a
acelerar el paso para conocer otras partes de la ciudad:
“—Lucía, si quieres conocer esta ciudad debes darte
prisa. Caracas es demasiado grande, tan grande y
tanto que casi la confundo con un país.” Un canto a
su ciudad natal, vista a través de la inocencia de sus
personajes. Casi un país -su sexto lib ro - es uno de los
tantos que escribiera Elizabeth Schon (1921-2007),
poeta, dramaturga y ensayista. P r e m i o M u n i c i p a l D e
P o e s í a 1971 y P r e m i o N a c i o n a l d e L i t e r a t u r a 1994.
Autora de más de una veintena de libros, citaremos a
manera de ejemplo: El abuelo, la cesta y el m ar [1967],
Es oír la v ertien te [1973], C oncavidad de horizontes
[1986], R opaje d e ceniza [1993], La flor, e l barco, e l
alma [1995], A ntología p oética [1998], D el río h on d o
aquí [2000], Las coron a s secreta s de lo s cielos [2004],
Visiones extraordinarias [2006] o Luz oval [2007]. Y
ahora, de vuelta a Casi un país, encontramos otra vez
la voz de Lucía narrando con alegría, como si corriera
-c o r r e r significa alcanzar lo q u e se mira d esd e lejos p ero
n o se sabe lo q u e e s - buscando nuevos hallazgos en la
cap ital... Pero también es ésta la historia de un primer
amor -con la ciudad de fondo como estímulo a ese
otro descubrimiento-: ¡Juan m e ha escrito! -exclam a
Lucía. “[ ...] apareceré, como el primer conquistador
Imprenta M unicipal
que miró todo este valle, pero con una diferencia: aho­
de Caracas, 1972.
Formato: 23 x 15.5 cms. ra no habrá luchas, detonaciones, enconos, sólo se
84 p. sentirá alborozo, [ . . . ] ”. Y luego, añade en la postdata
de su carta: D onde está un árbol\estás. D onde está un
río, estás. D onde p erm a n ecen las cum bres, las nubes,
la tierra, las casas, las avenidas, estás. Y d e ti está
hecha la luz, e l día, la n oche, e l agua, la brisa, e l sol,
a stro ...

S« — IIII1HIIlili LIB R O S DE C A R A C A S / L IT E R A T U R A 59
LOS PEQUEÑOS SERES

Sa l v a d o r G a r m e n d ia

Los p eq u eñ os seres [1958], considerada un hito en las


letras venezolanas, es la primera novela de Salvador
Garmendia (1928-2001) - y por la que obtiene el P r e ­
m io M u n i c i p a l d e P r o s a 1 9 5 9 . Entre sus otras novelas
se encuentran Los habitantes [1961], Los p ies d e ba­
rro [1973] y M em orias d e A ltagracia [1973]. Por otro
lado, su aporte al género fantástico en la cuentística salvador
se manifiesta en volúmenes tales como D oble fo n d o ae garmendia
[1966], Los escon d ites [1972] -libro por el que se le
otorga el P r e m io N a c i o n a l d e L i t e r a t u r a ese mismo
año-, El inquieto A nacobero y otros relatos [1976], El os.
único lugar p osib le [1981], La gata y la señora [1987]
o C uentos cóm icos [1991]. Obtuvo también el P r e m io peni eoos
I n t e r n a c i o n a l J u a n R u l f o (Francia, 1989) por su cuen­
to Tan desnuda com o una piedra. Asimismo, escribió
seres
guiones para cine, televisión y radio. Entre sus guio­
nes cinematográficos recordamos La gata borracha
[1973] y F iebre [1975]. En cuanto a Los p eq u eñ os se­
res , concebida hacia mediados de los años cincuenta,
fue modificado posteriormente su enfoque inicial a B IB L IO T E C A PO PU LAR ELD O RADO

causa de la incorporación del autor al grupo Sardio.


Importantes críticos del país la consideran como uno
de los libros con los que se inicia la narrativa contem­
poránea venezolana. Caracas es el escenario en esta
novela para los seres anodinos que se desenvuelven
en la ciudad de entonces, suerte de recién formada
megalópolis, cual les resulta a su vez fantasmagórica.
En medio de una crisis existencial, Mateo Martán, el
protagonista, mediante soliloquios y reconstrucción
del pasado, trata de darle un nuevo giro a su vida.
Junto al poderoso y personal estilo de su autor, es­
tos textos están impregnados de un lenguaje a ratos Monte Ávila Editores, 1972.
surrealista, y las más de las veces inquietante, lo cual Formato: 15.5 x 11.5 cms.
redunda en una prosa que -q uizá por esa misma 194 p.
combinación de extraño lirism o- resulta cautivante.

60 lib r o s d e Ca racas / lit e r a t u r a


D O Ñ A IN ÉS C O N T R A EL OLVIDO

A n a T e resa T o r r e s

Galardonada con el I B ie n a l d e L it e r a ­
P r e m io d e l a
t u r a M a r ia n o P ic ó n S a la s en 1991 y con el P r e m io
P e g a s u s d e L i t e r a t u r a en 1998, esta novela, Doña
Inés contra e l olvid o [1992] de Ana Teresa Torres -
Miembro de Número de la Academia de la Lengua
y autora, entre otros libros, de El exilio d el tiem po
[1990], Vagas desapariciones [1995] o M alena d e cin co
m undos [2000]-, está narrada desde la voz de un per­
sonaje mantuano del siglo XVIII: la de Doña Inés V i­
llegas y Solórzano, prima y viuda de Don Alejandro
Martínez de Villegas -ambos nietos del conquistador
español Don Pedro de Villegas. O acaso escrita por
un escribano que registra su testimonio. El tono de la
novela, austero y nostálgico, se manifiesta una y otra
vez a lo largo de sus páginas. Mi vida fu e atravesar
mañanas lentas, días largos q u e el tiem p o recorría d es­
pacio. Hacer memoria de varios siglos - a causa de un
litigio en el valle de Curiepe-, en un país de acentua­
da desmemoria, o aspirar a la totalización de la rea­
lidad -papeles y documentos incluidos—, se presenta
como una verdadera agonía para Doña Inés. Basada
en hechos históricos -como las novelas de Arturo
Uslar Pietri, por ejemplo, o bien de Herrera L uque-,
muchos también ven en Doña In és contra e l olvido
una incisiva crónica de la historia de Venezuela a lo
largo de tres siglos, y en el empeño de memoria de
Doña Inés, su lucha contra el olvido, una paradoja a
la vernácula negligencia por recordar... Ahora -d ice
la protagonista- d eb o buscar m is títulos, los nuestros,
lo q u e con firm ó ini padre en 1663, para com p on er mi
historia. [ ...] . A v eces creo q u e las som bras que m e
Monte Ávila Editores, 1992. rodean escon d en los papeles, co n o cen su lugar, p ero de-
Formato: 20 x 13 cms. liberadam ente lo niegan para que y o siga eternam en-
248P- te buscándolos, p ero no importa, [...], ten go todo el
tiem po d e l m u ndo para en trega rm e a la búsqueda de
mis títulos. E evantaré hasta la última teja d e l tech o y
la última baldosa d el piso, [...] y estoy dispuesta a que
lluevan tod os los siglos hasta que aparezcan.

A lib r o s d e c a r a c a s / lit e r a t u r a 61
IFIGENIA

T e r e sa de la Pa r r a

Esta novela, publicada por primera vez en París [1924,


reedición: 1928], es la primera de Teresa de la Parra
(1889-1936), antesala a esa otra gran obra suya que ha
hecho las delicias de los venezolanos en algún momen­
to de su vida: Las m em orias d e Mamá Blanca [1929],
Pero, tratándose de la emblemática escritora, impo­
sible dispersarnos en tan pocas líneas. Repasemos,
pues, Ifigenia. Escrita con desenfado, Ijigenia es el
Diario d e una señorita que escribió p orq u e se fastidiaba
-e l diario de María Eugenia Alonso. Este libro, que
cuestiona educación y formación, fue duramente ata­
cado, y llamado incluso, entre muchos otros anate­
mas: volteriano, pérfid o y p eligrosísim o en m anos d e
las señoritas contem poráneas. Oigamos, ahora, a la
misma Teresa de la Parra -durante una conferencia
dada en Bogotá a causa de una nueva edición de Ifige-
n ia - defendiéndose: “Yo no creo que tal diario sea tan
perjudicial a las niñas de nuestra época por la sencilla
razón que no hace sino reflejarlas. Casi todas ellas, las
nacidas y criadas en medios muy austeros, especial­
mente, llevan dentro de sí mismas una M aría Eugenia
Alonso en plena rebeldía, más o menos disimulada,
según las oprima el ambiente, la cual les dice todos
los días de viva voz lo que la otra les dijo por escri­
to”. En Unas palabras más sobre Ifigenia [epílogo a la
2a edición parisina, escrita por Francis de Miomandre
(1880-1959)] nos dice el novelista francés - a propósi­
to de la manera narrativa de la autora- que avanza a
un lánguido compás, cortado d e tiem po en tiem p o con
brusquísim os arranques. Es co m o un rio q ue tan p ron to
se explayara en un d u lce rem anso d e en su eñ os y m ed i­
taciones, tan p ron to s e precipitara com o un torren te p or
Stockcero USA, 2008.
sobre las p en d ien tes d e lo em ocion a n te y de lo trágico. Formato: 23 x 15.5 cms.
Y todo ello con una naturalidad q u e encanta. Y más 404 p.
tarde añade: Lo que en m i co n cep to asegura a Teresa
d e la Parra esa esp ecie de frescu ra indestructible, p ro­
p ied ad tan sólo d e las obras destinadas a ser clásicas,
lo que hará que esta n ovela se lea cuando ya tantísim as
otras m ás preten siosa s o d e m ás fá cil efecto se hayan
m architado en e l olvido, [...]. Palabras eruditas y pro-
féticas si consideramos que fueron escritas hace más
de ochenta años, y Lighting Source, del Reino Unido,
-po r sólo citar un ejemplo- recién empieza a hacer
distribución de una nueva edición: esta vez con fecha
N ovem ber 25th, 2009.

62 lib r o s d e C a r a c a s / lit e r a t u r a mmmmmmummmmB&msm


REINALDO SOLAR

RÓM U LO G ALLEGOS

La Imprenta Bolívar, que publicara el primer libro"


de Rómulo Gallegos (1884-1969), im prim e también
El ú ltim o Solar [1920]: su prim era novela y segundo
libro, cual en 1930, un año después que apareciera
Doña Bárbara (novela -recordem os- emblemática
para Venezuela y fundamental de la literatura hispa­
noamericana, asimismo de reconocimiento interna­
cional y traducida a una infinidad de idiomas) pasa a
ser reeditada con supresiones que algunos estudio­
sos lamentan, y a llamarse como hoy la conocemos:
R einaldo Solar. Podríamos decir que la trama consis­
te en las dificultades del protagonista por lograr un
equilibrio entre el quehacer público y su vida priva­
da, o sobre la decadencia d e una fam ilia aristocrática
a través d e su últim o representante. Pero también
muchos ven en esta novela una figura arquetípica
en relación al intelectual venezolano: ¿la frustración
psicológica causada por el fracaso al no poder lograr
la transformación del país de una m anera inmedia­
ta? El desgaste, acaso, producto de la impaciencia,
o la desmesura de los proyectos. Leamos para tener
mejor idea:
“Había tanta sinceridad en la inflexión de su voz
y tanta amargura en sus palabras, que Menéndez se
conmovió profundamente:
—Efectivamente, Reinaldo; te has prodigado inú­
tilmente soñado empresas colosales. Pero eso es buen
síntoma, porque quien a los veinte años no ha preten­
dido ser héroe o santo [...]. Sólo tengo que adver­
tirte que el heroísmo está en el extremo de muchos
caminos y que creo que cada uno ha de seguir el de
su vocación [...].”
Editora
Latinoamericana S. A., -sin año-.
Formato: 17 x 12 cms.
214 p.

* L os a v en tu rero s (selección de cuentos). Caracas: Imp. Bolívar,


1913.

SSStÍ S H 9 H H B I B L IB R O S D E C ARA CA S /LITERATURA 63


LA CIUDAD Y SU M Ú SICA
(CRÓNICA MUSICAL DE CARACAS)

Jo s é A n t o n io Calcan o

Una obra que profundiza en muchos otros aspectos


de la ciudad que los solamente musicales. Tal es la
variedad de información histórica que la misma posee,
que su autor, José Antonio Calcaño (1900-1978) -
compositor y miembro fundador de la Orquesta Sin­ J O S E AN TO N IO C A L C A N O

fónica Venezuela- se hace merecedor el mismo año de


esta publicación del P r e m io M u n i c i p a l d e L i t e r a t u r a .
1 a ciudad
En este extenso libro -dividido en once capítulos y un y su
A péndice- se palpa el extraño devenir característico
delpaís, que apenas avanza en cu entra tropiezos, donde
los proyectos se estancan o, peor aún, retroceden a la
m
û
espera de otro -incluso otra generación- que retome
el camino, como cumpliéndose esa fatalidad de la S '
espera que tanto destacara Gallegos en su novela I
Doña Bárbara [1929]. El guiño a tal circunstancia es
expuesto por Calcaño de manera eficaz en breves c
textos tales como “Intrigas y luchas” o “Gazapos y
bofetadas”. Por otro lado -aunque en la Advertencia
a.
c r ó n i c a , m v / i c a J de c a s
del libro deja sentado el autor que la intención ha sido caracas lyse.
escribir un libro de historia y no una novela, y que
CS'-LS'CS'S: IÌ29*
muchos de ciertos giros provienen de algunas obras
cio y fc r cw cn*
de consulta-, la ornamentación y exceso de ciertos
lenguajes innecesarios le dan un peculiar colorido
a la obra, verbigracia: [ ...] tenía casaca de paño,
cam isa d e olán y corbatín, un capotón de paño color c
d e pasa con vueltas negras d e terciopelo, un som brero
gu arn ecido co n galón d e m osquetero, con sus borlas y
trenzas, y un m anatí con cabeza d e plata -y pare usted
de contar. A todas luces se manifiesta, mediante estas
citas, el talante humorístico de Calcaño, amén de
sus propias dotes narrativas, todo lo cual acrecienta
Conservatorio Teresa Carreno, 1958.
aún más el valor de este registro histórico-musical. Formato: 23.5 x 16.5 cms.
Él mismo comentaría sobre las razones principales 520 p.
de su libro: “La música nace del seno de la ciudad,
como nacen todas las cosas. Y así como el frailejón
no puede crecer junto al Orinoco, ni el cacao en la
campiña inglesa, así ciertas actividades musicales no
pueden prosperar en ciertos momentos históricos,
ni en cierto medio social”. A manera de epílogo, esta
otra sentencia del autor: P odem os segu ir paso a paso la
grandeza y la decadencia d e un p u eb lo o d e una cultura,
en y ' su musica.

l ib r o s , de Ca r a c a s / m ú s ic a
CENTENARIO DEL TEATRO MUNICIPAL
DE CARACAS (188 1-19 8 1)

Mar ta m i rulan

Este libro -retrato fue concebido para registrar algu­


nos personajes y momentos en la vida del Teatro
M unicipal con motivo de su centenario en 1981*.
Im p osible h aberlos in clu idos a tod os -d ice la edito­
ra del libro, Marta Mikulan-, o las tantas m aravillas
su cedidas en él, puesto que para el momento no h a­
bían archivos ni biblioteca, tan sólo una recopilación
de programas. Fue preciso, por lo tanto, la paciente
revisión de periódicos y revistas, y la gen erosid a d d e
in vestiga d ores am igos. Libro en el que podemos apre­
ciar la información de artículos e imágenes que van
desde la inauguración del teatro -bajo el mandato de
Guzmán Blanco-, reseñado por Ramón J. Velásquez,
hasta fechas más recientes como su remodelación
en 1967. “La presencia centenaria de Verdi”, quien
Ediciones Amón, C.A., 1980. —al con ju ro de los su eñ os trascen den tales d e Guzmán
Formato: 31 x 23 cms. B lanco - ha continuado siendo el autor más represen­
270 p. tado dentro de la lista de las temporadas de ópera en
Caracas -estos cien años del melodrama lírico lo fir­
ma Gustavo Tambascio. Entre las legendarias divas
encontramos reseñas sobre Teresa Carreño, Vivien
Leigh o Anna Pavlova. Louis Armstrong se presentó
en noviembre de 1957, en 1951 Maurice Chevalier,
y Arthur Rubinstein en marzo de 1938. Asimismo,
entre los más grandes cantantes líricos, se cuentan
figuras como Tamaki M iura, Fedora Alemán, Pri­
mo Casale, Plácido Domingo o Luciano Pavarotti.
Y músicos de la talla de Alirio Díaz, Igor Stravins-
ky o Vicente Emilio Sojo. Para las celebraciones del
centenario el programa contó con las presentaciones
de “El Trovador” de Verdi -Y uri Mazurok como el
C onde de Luna, Silvia Sass en el papel de Leonora y
Viorica Cortez en el de Azucena. Igualmente hubo
funciones de “Bailo in M aschera”, “La Traviata” y
“Rigoletto” -u n franco homenaje a Giuseppe Verdi
(1814-1901) y al vínculo de su música con el públi­
co caraqueño desde 1881. Un libro que celebra cien
años de música, ballet y teatro.

* Para aquellas celebraciones, el historiador del teatro y la ópera


Concejo Municipal en Venezuela, Carlos Salas (La Victoria, 1989) -autor, entre
del Distrito Federal, 1980. otros títulos, de H istoria d e l T eatro en Caracas [1967]-, entregó
Formato: 31 x 22.5 cms. un compendio, con planos y otras ilustraciones, sobre la historia
88 p. de los 100 años del Teatro Municipal.

L ib r o s d e C a r a c a s / m ú s ic a
TROPICAL LA CARAQUEÑA

F e d e r i c o Pa c a n in s

Estas crónicas de música urbana del siglo XX -re ­


unidas por el locutor, ensayista y crítico musical
Federico P ac an in s- comprenden ensayos, reporta­
jes, crónicas y cronologías para un m ejor entendi­
miento de lo que ha sucedido, entre 1998 y el 2005,
respecto a la música urbana venezolana. T engo una
deuda im pagable con e s e país -s e lee en un epígrafe
que antecede el final del libro, palabras expresadas
respecto a Venezuela por Isabel Allende—: m e àio
e l color, el sabor, e l ojo para ver los contrastes, la au­
dacia sin m iedo, la alegría d e los sentidos. Asimismo,
con entusiasmo, el autor de Tropicalia caraqueña, asu­
me el reto de reunir sus escritos y organizados con
la visión de quien sabe lo que dice, de quien cuenta
lo que cuenta porque ha llegado la hora de saldar
deudas, de poner por escrito todo lo que se domi­ T ropicalia
na sobre un tema: La oportu nidad precisa d e aquellas caraq u eñ a ;
C ró n icas de r.
u rb a n a del sig lo X
ideas que cultivadas d e m od o personal, de cu a n d o en
cuando, p u ed en m aterializarse en escritos fu n d a m en ­
tados en la regla d e oro tantas v ec es recom en dada por | FUNDACIÓN PARA LA CULTURA URBANA

e l m aestro Azorín: ten er d e verdad un tema, p oseer­


lo a fon d o. Organizado en siete capítulos: “Cuatro kscsxrpja ‘ U:
puntos de vista”, “Un siglo de rum ba en Caracas”, nxGaurcf qsi etdfo ® ^i
GUiuíoaa qe utnaíoá i
“Heroínas, heróes, reláficas y recuentos”, “Notas
cm sá a etié \
CDgráficas”, “Voces de la peña”, “Primera persona” .¥io Jhcsíiw !
-en éste 19 músicos de la importancia, por ejemplo,
de Elisa Soteldo, Rafa Galindo, Violeta Alemán, Han
Chester o Biella da Costa, se presentan en una suerte
de originales ensayos sobre sí m ism os- y “Recorri­
dos”. Además de un “Final” a manera de epílogo. El
Fundación para la
autor, sin perder de vista lo anecdótico y con refe­
Cultura Urbana, 2005.
rencias bibliográficas sobre lo más relevante escrito Formato: 23 x 14 cms.
sobre música en Venezuela, reúne en este libro per­ 522 p .
sonajes de géneros tan diversos como el bolero, el
jazz, el rock o la salsa, figuras tales como —citamos
al azar- Aldemaro Romero, M aría R ivas... Agustín
Lara, Graciela Naranjo, Renato Capriles, Esperanza
M árquez... Alfredo del Monaco, Saúl Vera, Nancy
Ramos, Estelita del Llano, Chelique Sarabia... Feli­
pe Pirela, Rosa Virginia C hacín... o Alfredo Sadel...
-entre muchos otros relevantes artistas vinculados al
devenir musical caraqueño.

66 L ib r o s d e c a r a c a s / M ú sic a
1930 E l p ró x im o c a m b io im p o r ta n te o c u r r e cu a n ­
d o em p iez a a d e ja r s e s e n t i r la riq u ez a p e t r o le r a .
H acia 1930 C a ra ca s co m ien z a a d e s b o r d a r s e y a
in u n d a r e l v a lle, c o m o e l a gu a d e u n d iq u e roto.
Arturo Uslar Pietri (1906-2001)

1945 d 1951 Se fu e haciendo de laciudad una


especie d e vasto - a veces caótico- resum en de las.
más varias ciudades del mundo. ' /

M ariano Picón Salas (1901-1965);

1990 C a ra ca s e s u n a m a r a v illo s a e q u i v o c a c i ó n
e s p a ñ o la , y q u ié n s a b e s i e l c e n t r o d e s u e n ig m a
s e a esa i m p o s ib ilid a d q u e t e n e m o s s u s h a b it a n t e s
d e c o n o c e r la . . \ ::
Jo sé Ignacio Cabrujas (1937-1995)

-•, - ■'C;s>
íí

f i n a l e s d e l sig lo XX Lo q u e mejor d e ji n e
a la c i u d a d q u e h o y h a b ita m o s , la c i r c u n s t a n c i a
q u e c o n m a y o r f u e r z a h a m o d e la d o la p e r s o n a ­
l id a d d e su s h a b it a n t e s y la s c a r a c te r ís tic a s d e
s u u r b a n is m o , h a y q u e b u s c a r lo e n la v e lo c i d a d .
L a C a ra ca s d e la s e g u n d a m it a d d e l s i g l o XX e s ,
p r e c i s a m e n t e , h ija d e la v e lo c i d a d .
Tulio Hernández
• :'X" ’¿‘f- ' . . . .y&íáiií

Ricardo Waale (Caracas, 1959). Narrador. Arquitec­


to egresado de la Universidad Central de Venezuela.
Estudios de posgrado en la Universität Stuttgart y
en The.Kew Royal Botanical Gardens en Londres.
Mención de honor en la IV Bienal Literaria Alfredo
Armas Alfonzo 1997 por su manuscrito D oce relatos.
En el 2003 publica M em oria s en la lagu na (Monte
Avila Editores). Textos de su autoría han aparecido
en diversas publicaciones literarias, tales como la Re­
vista Nacional de Cultura, Revista Imagen y Babel.
Aparece, asimismo, en la III A ntología d e Narrativa
(Asociación de Escritores de Mérida, 2007), en Q uie­
n e s escrib en en Venezuela, Diccionario abreviado de
escritores venezolanos / siglos XVIII a XXI (ULA, 2007)
y en el libro de narrativa Q uince q ue cuentan (Fundación
para la Cultura Urbana, Caracas 2008).
Fundación
BANCARIBE

ISBN: 978-980-7125-02-4
9789807125024

789807 125024

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