Cuadernillo Nro 2 Química Fat 2023
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“NUESTRA SEÑOR DE FÁTIMA”
Cátedra: QUÍMICA
Cursos:
4to. Año Ciencias Sociales.
4to. Año Economía y Administración.
Docente:
Marcelo R. Quiroz
Año: 2023
Cátedra de Química (Prof. Marcelo Quiroz)
Teoría Atómico-Molecular:
Las ideas hasta ahora expuestas permiten resumir la teoría atómico-molecular en los siguientes postulados básicos:
1. La materia está constituida por partículas pequeñísimas y móviles denominadas moléculas, las que, a su vez,
pueden estar formadas por uno o más átomos.
2. Las sustancias simples están constituidas por moléculas formadas por uno o más átomos de la misma especie.
3. Las sustancias compuestas están constituidas por moléculas formadas por dos o más átomos de especies
diferentes.
4. Todas las moléculas de una misma sustancia compuesta están constituidas por igual cantidad y especie de
átomos.
5. Volúmenes iguales de gases diferentes, en las mismas condiciones de temperatura y presión, contienen igual
número de moléculas.
Átomos y Moléculas:
Luego de comprender la teoría atómico-molecular de la materia es posible precisar los conceptos de átomo y molécula.
Molécula es la menor partícula de una sustancia, formada por átomos, que puede existir libre y presenta todas las
propiedades de dicha sustancia.
Las moléculas se pueden clasificar en:
1. Simples: cuando están constituidas por átomos iguales. Estas moléculas simples, a su vez, se pueden dividir en:
a) Monoatómicas: en los casos que están formadas por un solo átomo, como en los metales puros y en los
gases inertes.
b) Biatómicas: cuando las constituyen dos átomos, como en los gases simples (H 2, N2, O2, F2 y Cl2).
c) Poliatómicas: si están constituidas por más de dos átomos, como P4, S8, O3, etc.
2. Compuestas: son aquellos casos en que están formadas por átomos diferentes, como por ejemplo: H 2O (agua),
NaCl (cloruro de sodio), CaO (óxido de calcio), CO 2 (dióxido de carbono). Si contienen átomos de carbono e
hidrógeno se consideran orgánicas.
MOLÉCULAS
SIMPLES COMPUESTAS
Monoatómicas Orgánicas
Biatómicas
Inorgánicas
Poliatómicas
Así, por ejemplo, la atomicidad del azufre (S 8) es igual a 8; en el caso del agua, constituida por un átomo de oxígeno
y dos de hidrógeno, su atomicidad es tres (triatómica).
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Masa atómica:
La cantidad de materia que constituye un átomo se denomina masa atómica. Como los átomos tienen masas muy
pequeñas resulta inapropiado expresar sus valores en gramos, por lo cual los científicos han elegido otra unidad para
determinar la masa de un átomo. Dicha unidad se llama unidad de masa atómica (u.m.a.) y equivale a la doceava parte
del átomo de carbono. Esto significa que, si a un átomo de carbono se lo dividiera en 12 partes, cada una de éstas tendría
una masa igual a una u.m.a.
u.m.a. = masa del átomo de Carbono / 12
Para hallar la masa atómica de un áomo de cualquier elemento, se compara la masa de dicho átomo con la u.m.a. Así, un
átomo de hidrógeno tiene una masa doce veces menor que la del carbono, o sea igual a 1 u.m.a., entonces su masa
atómica es igual a 1. En el caso de un átomo de magnesio tiene una masa igual al doble que la masa del átomo de
carbono: por lo tanto su masa atómica es igual a 24. Así comparando las masas de los átomos de los diferentes elementos
químicos con la unidad de masa atómica (u.m.a.), se han podido establecer los correspondientes valores de masa aómica
de dichos elementos. Algunos de ellos se expresan a continuación:
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Masa molecular:
La masa de una molécula es igual a la suma de las masas de los átomos que la constituyen y se denomina masa molecular
o formular, representándose con la letra M. Entonces: M = ∑ Masa átomos.
A modo de ejemplo:
a) La molécula de hierro (Fe) es monoatómica, luego su masa molecular es igual a su masa atómica: M Fe = 56.
b) Cada molécula de oxígeno (O2) es biatómica, entonces su masa molecular es igual a 2 x Masa atómica del
Oxígeno, es decir: MO2 = 2 x 16 = 32.
c) La molécula de agua (H2O) está formada por dos átomos de hidrógeno (H) y uno de oxígeno (O), por lo tanto se
deben sumar las masas atómicas de todos los átomos, a saber:
MH2O = 2 x masa atómica H + 1 x masa atómica O = 2 x 1 + 1 x 16 = 18.
d) En el caso del ácido nítrico (HNO3), se debe proceder así:
MHNO3 = 1 x masa atómica H + 1 x masa atómica N + 3 x masa atómica O = 1 x 1 + 1 x 14 + 3 x 16 = 63.
Teniendo en cuenta que la masa molecular es igual a la suma de las masas atómicas y que éstas resultan de compararlas
con la unidad de masa atómica, se puede establecer que:
La masa molecular o formular es un número que indica la cantidad de unidades de masa atómica que
forman la molécula.
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Espectros atómicos: MODELO DE Bohr descubrió que existe un número limitado de órbitas o
Hacia mediados del siglo XIX, Bunsen y Kirchoff, BOHR niveles de energía. Según Bohr cuando un electrón salta a
investigaron los espectros producidos por la luz emitida por (1913) un nivel superior absorbe energía y cuando vuelve a su
las sustancias cuando son sometidas al calor, utilizando un nivel original, libera energía en forma de radiación
espectroscopio obtuvieron los denominados espectros de luminosa.
rayas.
En 1913, Niels Bohr, propuso una hipótesis que explica a qué
se deben los espectros de rayas y cómo están distribuidos los
electrones en el átomo.
Descubrimiento del neutrón: MODELO El modelo atómico actual se inspira en el modelo de Bohr
El físico británico James Chadwick (1891-1974) descubrió la ATÓMICO pero agrega varios elementos de la llamada física
existencia del neutrón en 1932, cuando comprobó que los ACTUAL cuántica:
núcleos de berilio podían emitir partículas sin carga eléctrica, -la energía de los electrones tienen determinados valores,
cuya masa era aproximadamente igual a la del protón. denominados “cuantos” de energía (el cuanto se puede
definir como la mínima cantidad de energía que se
propaga en forma de radiación electromagnética) y no
puede tener ningún otro.
-los electrones no giran en órbitas circulares sino que se
mueven en zonas o nubes que rodean al núcleo llamadas
orbitales. Allí la probabilidad de encontrar un electrón con
cierta energía es muy elevada.
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Los electrones no poseen cualquier cantidad de energía sino valores determinados (cierto número de cuantos).
Los electrones sólo pueden girar alrededor del nucleo positivo en determinadas órbitas circulares, denominadas
niveles o estados de energía.
Mientras los electrones se encuentran en dichos niveles no emiten energía, por lo cual se denominan niveles o
estados estacionarios.
Cuando el electrón gira en la órbita más próxima al núcleo se encuentra en su estado más estable (estado
fundamental).
Cuando un electrón salta de un nivel a otro inferior pierde un cuanto de energía, emitiendo una radiación
luminosa característica. Por el contrario, cuando salta a un nivel superior absorbe un cuanto de energía que
recibe del exterior (calor, luz, electricidad).
Los electrones sólo pueden variar de energía pasando de un nivel a otro en forma brusca e instantánea y no por
una transición gradual, porque ello se debe a la emisión o absorción de cuantos de energía.
Los niveles de energía se identifican con números naturales, denominados números cuánticos principales (n). al
nivel de menor energía (más próximo al núcleo) se le asigna el número 1, siguiendo con el 2 para el siguiente y
así sucesivamente. La expresión niveles de energía es sinónimo de los términos órbita o capa, que se utilizaban
en los primeros modelos atómicos. Las órbitas o capas también se identifican con las letras K, L, M, N, O, P, Q.
El número de electrones para cada nivel energético no puede ser superior a 2 x n 2. Así, para el primer nivel
(n=1) resulta 2 x 12 = 2, para el segundo nivel (n=2) 2 x 22 = 8; para el tercero (n=3) 2 x 32 = 18, etc.
La diferencia de energía entre los niveles va siendo cada vez menor a medida que se alejan del núcleo. Por lo
tanto, los niveles están más próximos entre sí a medida que aumenta el valor de n.
En 1920, Rutherford supuso que en el núcleo atómico, además de protones, existía otra partícula sin carga eléctrica que
por esta causa era difícil de descubrir.
Esto fue confirmado por James Chadwick, en 1932, al comprobar la existencia de una partícula nuclear eléctricamente
neutra y con una masa aproximadamente igual a la del protón, que fue denominada neutrón.
Se ha establecido que:
El neutrón tiene una masa de 1,6748 x 10-24 gramos (1,00866 u.m.a.) y su carga eléctrica es nula.
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Modelo de Rutherford-Bohr:
Sobre la base de las investigaciones de Rutherford y Bohr, la estructura del átomo se puede resumir del siguiente modo:
El átomo está compuesto por protones, neutrones y electrones.
El átomo consta de un núcleo formado por protones y neutrones. Estas partículas son las responsables de la
masa del átomo.
El núcleo tiene carga positiva porque los protones son positivos y los neutrones carecen de carga.
En la zona extranuclear también llamada corteza, se encuentran los electrones cuya masa es casi despreciable.
Esta zona presenta grandes espacios vacíos.
Los electrones se ubican a diferentes distancias del núcleo en determinados niveles de energía. Cada uno de
estos niveles sólo admite un cierto número de electrones (el número máximo de electrones de cada nivel se
calcula aplicando la fórmula 2 x n2).
La cantidad de protones positivos es igual a la cantidad de electrones negativos, de modo que el átomo en su
conjunto es eléctricamente neutro.
Números importantes:
Los números que caracterizan a los átomos son el número atómico y el número de masa o másico.
Número atómico:
Los átomos de cada elemento presentan un determinado número de protones en su núcleo, número que le es propio y
distintivo. Así, los átomos de hidrógeno tienen un protón: los de oxígeno, ocho; los de carbono, seis; los de hierro,
veintiseis, tec. Ese número que sirve para identificarlos se denomina número atómico y se representa con la letra Z.
En consecuencia:
En el caso del hidrógeno su Z = 1 porque tiene un protón; en el oxígeno Z = 8, en el carbono Z = 6, en el hierro Z = 26,
etc.
Como los átomos son neutros desde el punto de vista eléctrico, el Z indica también el número de electrones que tienen.
Entonces los átomos de hidrógeno cuentan con un electrón, los de oxígeno, con ocho, los de carbono seis, los de hierro
veintiseis, etc.
Z = número de protones = número de elecctrones
Número de masa o másico:
La masa de un átomo está concentrada en el núcleo formado por protones y neutrones, porque la masa de los electrones
es tan pequeña que puede no tenerse en cuenta. Por eso, la suma de protones y neutrones de un átomo se denomina
número de masa o número másico y se representa con la letra A. entonces:
Número de masa (A) es igual a la suma de protones y neutrones que tiene un átomo en su núcleo.
Así, si un átomo de oxígeno tiene ocho protones y ocho neutrones, su número de masa (A) es igual a 16. En un átomo de
cloro, que tiene 17 protones y 18 neutrones, su A = 35, etc.
Como la masa del proptón y del neutrón es aproximadamente igual a 1 u.m.a., el valor del número másico es
aproximadamente igual a la masa atómica.
A = Z + número de neutrones
Número de neutrones = A - Z
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Así, por ejemplo, 168O indica que el átomo de oxígeno tiene 8 protones, 8 electrones y neutrones = 16 – 8 = 8.
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11Na representa 11 protones, 11 electrones y neutrones = 23 – 11 = 12.
Isótopos:
El estudio de los átomos de un mismo elemento permite encontrar casos como el siguiente:
Todos estos átomos pertenecen al elemento carbono, pues tienen 6 protones en su núcleo (Z=6). Sin embargo, presentan
diferente número de neutrones, por lo que su número másico es distinto (A=12, A=13, A=14). Estos átomos con igual
número de protones pero diferente masa se denominan isótopos.
En consecuencia:
Isótopos son átomos que tienen el mismo número atómico pero distinto número de masa.
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Masa atómica promedio del Hidrógeno = (99,20 x 1 + 0,79 x 2 + 0,000000001 x 3) 100 = 1,007800003
En general, la masa atómica promedio de cualquier elemento se calcula aplicando la siguiente fórmula:
Esto explica por qué los valores de las masas atómicas que se encuentran en la tabla periódica no son números enteros.
En consecuencia:
La masa atómica relativa promedio (Ar) de un elemento está dada por la abundancia porcentual de los isótopos que
presenta en la Naturaleza.
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En 1927 el físico alemán Werner Heinsenberg enunció el principio de incertidumbre (llamado principio de imprecisión o
incerteza), por el cual se establece que ciertos pares de magnitudes físicas no pueden medirse simultánemente con un
grado de precisión total. Una manera de enunciar este principio puede ser la siguiente:
No se puede conocer simultánemente y con una precisión absoluta la posición y la cantidad de movimiento (masa x
velocidad) de un electrón.
Como el electrón es una partícula en movimiento, lleva asociada una onda, y como el comportamiento de dicho
electrón se describe mediante una ecuación de onda, similar a la que se usa para el estudio de la luz.
Puesto que no es posible conocer todo sobre el electrón durante todo el tiempo, se emplearán probabilidades
para indicar cuáles son sus propiedades (posición, velocidad, energía, etc.).
La energía de los electrones está cuantizada, es decir, sólo puede tener ciertos valores y no puede tener ningún
otro.
La ecuación de ondas tienen varias soluciones, cada una de las cuales describe una posible situación en la que puede
encontrarse un electrón (en una cierta región del átomo y con una cierta energía). Las distintas soluciones se obtienen
introduciendo unos números, llamados números cuánticos, cuyos valores varían dentro de ciertos límites. Las soluciones
son funciones matemáticas y pueden representarse gráficamente. Dicha representación delimita una región del espacio en
torno al núcleo, donde la probabilidad de encontrar al electrón es elevada. Tradicionamente se denomina orbital a cada
una de esas zonas.
Un orbital es una región del átomo en que la probabilidad de encontrar un electrón, con una cierta energía, es
muy elevada.
Un orbital atómico es la región del espacio donde se mueven los electrones, los cuales no tienen una trayectoria definida,
ya que es imposible conocer la posición de un electrón de un orbital en un momento determinado.
Cada orbital se identifica con un número y una letra, 1s, 2s, 3p... El número se refiere al tamaño del orbital y la letra a la
forma. Así, la diferencia entre 1s y 2s es que el segundo es mayor que el primero pero ambos tienen la misma forma.
También, cada orbital 1s, 2s, 3p, etc, determina un subnivel distinto de energía, por lo que para nombrar los subniveles de
energía de los electrones de un átomo se utiliza la nomenclatura de los diferentes orbitales del mismo.
Cada orbital del tipo s se completa con 2 electrones, los orbitales p con 6 electrones, los d con 10 electrones y los f con
14 electrones.
Existen 8 niveles distintos de energía. Excepto en el primer nivel, los demás niveles tienen varios subniveles, que se
designan con los nombres de los orbitales que los componen.
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Los distintos orbitales (s, p, d, f) tienen diferentes formas como muestra la siguiente imagen para los orbitales s, p, d:
Configuración electrónica:
Se llama así a la manera de representar la distribución de electrones en los distintos niveles y orbitales alrededor del
núcleo. Para representarlo para un determinado elemento consideramos su número atómico (Z) que nos indica la cantidad
de protones y por ende la cantidad de electrones del átomo.
A continuación es necesario asignar los electrones a los distintos subniveles de energía u orbitales para que el átomo
tenga la menor energía posible; si bien los cálculos necesarios son extremadamente complejos, existe un principio de
construcción ordenada, llamada Principio de Aufbau (del alemán, que significa construcción), que indica
aproximadamente cuál es el orden de asignación de los electrones en los distintos subniveles energéticos u orbitales. El
principio de Aufbau se puede deducir de la siguiente regla nemotécnica conocida como Regla de las Diagonales:
Para escribir la configuración electrónica de un átomo en estado fundamental, se sigue ese orden de llenado y se asigna a
cada subnivel u orbital el número máximo de electrones hasta llegar al número de electrones que posee dicho átomo. Por
ejemplo, la configuración electrónica del sodio (Z=11), que tiene 11 electrones, es: 1s2 2s2 2p6 3s1. Esta configuración
electrónica informa que en un átomo de sodio hay dos electrones cuyo contenido energético corresponde al del nivel 1,
ocho electrones al nivel 2, distribuidos en dos subniveles (2s y 2p), y un electrón en el nivel 3, subnivel 3s. Esta
configuración electrónica también puede ser indicada de la siguiente forma: [Ne] 3s 1. Los átomos de sodio tienen un
electrón más que los átomos de neón. En los átomos de sodio los electrones completan el primer y el segundo nivel de
energía (igual que en los de neón) y además tienen un electrón en el tercer nivel de energía.
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Uniones Químicas:
En este tema trataremos de explicar por qué y cómo se unen los átomos entre sí para formar moléculas.
Las ideas modernas para explicar las uniones químicas tienen su origen en la teoría del octeto electrónico de Lewis
(1916), cuyas proposiciones pueden resumirse del siguiente modo:
Los gases inertes (grupo 18), por tener ocho electrones en su nivel externo, son estables, es decir que no
presentan actividad química. sus átomos permaneces libres e independientes (no se combinan).
Los metales y los no metales con menos de ocho electrones en su último nivel, tienen actividad química. Sus
átomos se unen entre sí formando moléculas constituidas por dos o más átomos.
La actividad química de los metales y no metales se debe a la necesidad de adquirir una configuración
electrónica similar a la del gas inerte más próximo, para alcanzar así estabilidad. A estos efectos ganan, ceden o
comparten electrones.
Así, los átomos de Sodio (Z=11), que tienen un electrón en su nivel externo, tratan de perderlo para asemejarse
al Neón (Z=10), mientras que los átomos de Cloro (Z=17) procuran ganar un electrón para parecerse al Argón
(Z=18); por el contrario, los átomos de oxígeno (Z=8) tratan de captar dos electrones para asemejarse al Neón
(Z=10).
En el caso de los elementos próximos al Helio, que tiene dos electrones en su nivel externo, procuran adquirir la
configuración eléctrónica de este gas inerte.
Así, el hidrógeno, con un solo electrón, procura ganar otro para asemejarse al Helio; por el contrario, el Litio
(Z=3) que también tiene un electrón externo, trata de cederlo para lograr la misma estructura electrónica.
Notación de Lewis:
Para simplificar la representación de los átomos y teniendo en cuenta que las características químicas de ellos dependen
generalmente de los electrones del último nivel de energía. Lewis propuso una forma sencilla de representación:
Cada átomo se representa con su símbolo y a su alrededor puntos o cruces en igual cantidad a los electrones que
tiene en su nivel externo.
A modo de ejemplo:
También se aconseja que los electrones se representen de a pares cuando corresponden a orbitales completos y solos en el
caso de orbitales incompletos, como puede observarse en los ejemplos anteriores.
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Este tipo de unión es característico de los compuestos formados por un metal y un no metal. Así, en el caso del cloruro de
sodio (sal de mesa) ocurre lo siguiente:
Este átomo, de bajo potencial de ionización, trata de perder el electrón de su nivel externo para parecerse al gas
inerte más próximo que es el Neón (Z=10) en cuyo caso se transforma en un catión con una carga positiva
(monovalente):
Como el gas más próximo al cloro es el argón (Z=18), este átomo, de elevada afinidad electrónica, trata de ganar
un electrón, convirtiéndose en un anión cloruro con una carga negativa (monovalente):
Cuando se produce el contacto entre un átomo de sodio y otro de cloro, ocurre la transferencia del electrón del
primero al segundo, convirtiéndose en catión sodio y anión cloruro, respectivamente. Como estos iones tienen
cargas eléctricas de signo opuesto se atraen, y queda formado el cloruro de sodio:
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Como es lógico suponer, este proceso se produce simultáneamente entre muchos átomos de cloro y sodio, resultando un
cristal cuya estructura podemos representar del siguiente modo:
Cada anión cloruro es atraído por seis cationes sodio (arriba, abajo, a la izquierda, a la derecha, atrás, adelante) y
recíprocamente, cada Na+es atraído por seis Cl-, constituyendo una molécula gigante formada por numerosos iones
interrelacionados por atracción electrostática.
Otro ejemplo:
En el caso del óxido de calcio, que es conocido comercialmente como “cal viva”, sucede lo siguiente:
Los átomos de calcio ceden los dos electrones externos para adquirir la estructura electrónica del Argón, mientras que los
átomos de oxígenolos ganan para asemejarse al Neón. En consecuencia, se forman cationes Ca 2+ y aniones O2-, lo cual
puede representarse así:
En la reacción del aluminio con el oxígeno, cada átomo de aluminio cede tres electrones mientras que los de oxígeno
aceptan dos, por lo tanto deben unirse dos átomos de aluminio con tres de oxígeno, según se observa en la siguiente
representación:
En síntesis:
Este tipo de unión se produce entre elementos con bajo potencial de inonización (metales) y elementos de elevada
afinidad electrónica (no metales).
La unión iónica es aquella en que hay transferencia de electrones de un metal a un no metal, formándose cationes
y aniones, respectivamente, que se mantienen unidos entre sí por fuerzas electrostáticas.
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Unión covalente:
Este tipo de unión se observa en las moléculas constituidas por átomos de no metales, como es el caso de las moléculas
biatómicas de los gases simples (dicloro, dihidrógeno, dioxígeno, dinitrógeno, diflúor).
En la molécula de dicloro (Cl 2), los átomos que la forrman tienen siete electrones externos y necesitan uno más para
completar el octeto. Es lógico suponer que uno de los átomos de cloro no puede quitarle un electrón al otro porque son
iguales; entonces comparten un par de electrones (uno de cada átomo):
Ninguno de los dos átomos adquiere la posesión total de ambos electrones, por lo cual a veces un átomo y otras el otro,
tiene la completa su último nivel, asemejándose al gas inerte más próximo que es el Argón.
En el caso del dioxígeno (O2), como los dos átomos tienen seis electrones externos deben compartir dos pares de
electrones para adquirir la estructura electrónica del Neón:
Los átomos de nitrógeno, al tener cinco electrones externos, deben compartir tres pares electrónicos para formar una
molécula de dinitrógeno (N2):
La unión covalente no sólo se observa en las moléculas simples, sino también en muchas otras que forman las sustancias
compuestas, como el dióxido de carbono, el agua, el metano, el cloruro de hidrógeno, etc.
En todos los casos, los electrones siempre se comparten de a pares, pudiendo los átomos compartir uno, dos o tres pares
de electrones, dando uniones covalentes simples, dobles o triples, respectivamente.
En suma:
En la unión covalente los átomos comparten uno o más pares de electrones para completar el oacteto externo. Esta
unión se produce entre los átomos de no metales.
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En cambio, cuando los átomos que constituyen la moécula son diferentes, pueden presentarse casos como el siguiente:
En el cloruro de hidrógeno (HCl), el cloro ejerce mayor atracción sobre el par de electrones compartidos que el
hidrógeno. Esto determina que dicho par permanezca más tiempo en las proximidades del cloro que en las del hidrógeno,
lo cual puede representarse así:
En consecuencia la región correspondiente al cloro adquiere una cierta carga negativa (δ -) y por el contrario, la zona del
hidrógeno tiene una carga igual pero de signo positivo (δ+):
Por lo tanto, la molécula tiene una distribución desigual de las cargas eléctricas, presentando un polo negativo y otro
positivo. Es una molécula polar.
Estas moléculas son parcialmente iónicas y también se las denomina dipolos, pudiendo representarse en forma
simplificada del siguiente modo:
En consecuencia, según que el par de electrones sea compartido por ambos átomos de manera igual o desigual, la unión
covalente se puede clasificar en:
No polar, o
Polar.
Toda unión entre átomos diferentes es más o menos polar. La polaridad de las moléculas formadas dependede los
elementos que las consitituyen. Así, es mayoren la unión del cloro con el hidrógeno que en el caso del bromo con el
hidrógeno.
Electronegatividad:
Con relación a la mayor o menor capacidad que presentan los átomos para atraer los electrones que comparten en una
unión covalente, se ha introducido el concepto de electronegatividad, que puede definirse así:
Electronegatividad es la capacidad que posee un átomo para atraer el par de electrones que comparte en una
molécula covalente.
Los átomos que atraen con mayor intensidad al par de electrones comaprtidos son más electronegativos y corresponden a
los no metales, como F, Cl, O, S, etc.
El químico norteamericano Linus Pauling confeccionó una tabla de las electronegatividades de los elementos. El
elemento más electronegativo es el flúor, con un valor de 4,0 y el menos electronegativo es el francio, con 0,7.
Los gases inertes no se incluyen, pues generalmente no forman uniones químicas.
Entre los no metales, el hidrógeno tiene el valor más bajo con 2,1. Los metales presentan una electronegatividad inferior
a la del hidrógeno.
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Como al azufre le quedan dos pares de electrones sin compartir, puede utilizar uno de ellos para unirse a otro átomo de
oxígeno, formándose el dióxido de azufre:
En este compuesto se observa una unión covalente doble y otra unión covalente coordinada.
Al azufre aún le queda un par de electrones libres que puede compartir con otro átomo de oxígeno, formando el trióxido
de azufre (SO3):
En este caso hay una unión covalente doble y dos uniones covalentes coordinadas.
Todas las uniones en que se comparten electrones reciben el nombre de covalentes, pero cuando el par de electrones
compartidos es aportado por uno solo de los átomos, se las distingue con la denominación de unión covalente coordinada
o dativa.
El átomo que aporta el par electrónico que se comparte se llama dador y el átomo que acepta compartirlo se denomina
aceptor.
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Unión metálica:
Atracciones intermoleculares:
Las consideraciones anteriores sobre uniones químicas muestran que la estructura de los átomos determina el tipo de
unión que se establece para formar las moléculas, lo cual origina distintas estructuras moleculares.
Como consecuencia de la estructura que presentan las moléculas se producen entre ellas diferentes fuerzas de atracción.
Estas fuerzas son de distinta intensidad y mantienen más o menos unidas entre sí a las moléculas, determinando las
propiedades que caracterizan a las distintas sustancias.
Las fuerzas de atracción intermoleculares se denominan fuerzas de Van der Waals.
Entre las fuerzas de Van der Waals se pueden mencionar: las fuerzas de London, dipolo-dipolo inducido, dipolo-dipolo y
unión puente de hidrógeno.
Fuerzas de London:
En las moléculas no polares puede producirse transitoriamente un desplazamiento relativo de los electrones originando
un polo positivo y otro negativo (dipolo transitorio) que determinan una atracción entre dichas moléculas. (El polo
positivo de una molécula atrae al negativo de otra y viceversa).
Estas fuerzas de atracción son muy débiles y se denominan fuerzas de London. Su intensidad es proporcional al grado de
polarización momentáneo que se produce en las moléculas.
En los gases inerte (He, Ne, Ar, etc.) las fuerzas de London se manifiestan a muy bajas temperaturas, ocasionando la
licuación de dichos gases.
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Fuerzas dipolo-dipolo:
Cuando dos moléculas polares (dipolos) se aproximan, se produce una atracción entre el polo positivo de una de ellas y el
negativo de la otra.
Esta fuerza de atracción entre dos dipolos es tato más intensa cuanto mayor es la polarización de dichas moléculas
polares.
Estas fuerzas de atracción, llamadas dipolo-dipolo, se observan en las moléculas formadas por unión covalente polar,
como el dióxido de azufre (SO2), sulfuro de hidrógeno (H2S), etc.
Entre las fuerzas dipolo-dipolo tiene particular importancia la unión puente de hidrógeno.
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Esta polarización provoca la atracción de la zona positiva de una molécula con la zona negativa de otra:
De este modo el hidrógeno forma un puente entre dos átomos de flúor y de allí proviene el nombre de unión puente de
hidrógeno. Así se forman cadenas moleculares de fluoruro de hidrógeno donde los átomos de hidrógeno vienculan entre
sí a los átomos de flúor.
Las moléculas de agua también son dipolos a causa de la diferencia de electronegatividad entre el oxígeno y el hidrógeno
y pueden formar uniones puente de hidrógeno:
Como consecuencia de este tipo de unión, las moléculas de agua se agrupan formando conglomerados de masa
relativamente alta:
El agua al solidificarse, aumenta el número de sus uniones puente de hidrógeno, formando hexámeros en las tres
dimensiones del espacio. Entonces, el hielo tiene una estructura abierta y porosa, por lo cua la densidad del agua sólida es
menor que la del agua líquida. Esta propiedad es atípica, pues generalmente las sustancias tienen mayor densidad en
estado sólido que en líquido.
La unión puente de hidrógeno, también explica que los puntos de fusióny de ebullición sean más altos que lo que puede
predecirse de acuerdo con la masa molecular del agua.
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La materia y la energía del Universo, lejos de permanecer estáticas, se midifican constantemente. Es suficiente mirar a
nuestro alrededor para comprobarlo: si dejan la carne fuera de la heladera se pudre; si lijan una madera, se forman
virutas; si acercan un fósforo encendido a un papel, el papel se quema; si calientan un reciepente con agua, ésta se
evapora. Pero no todos los cambios son iguales. Los cambios que sufre la materia (incluidos los cambios energéticos)
tienen distintas características.
Los cambios físicos modifican algunas propiedades de la materia, pero no su composición química, es decir que las
sustancias no se transforman en otras.
Los cambios químicos o reacciones químicas provocan la modificación en la composición química de las
sustancias, dando lugar a la formación de otras sustancias.
Ambos tipos de transformaciones se representan mediante una ecuación química de la siguiente manera:
Reactivos Productos
Los reactivos son las sustancias que se tienen inicialmente, la flecha indica el sentido en que ocurre la reacción y los
productos son las sustancias formadas luego de ocurrida la reacción. Cada clase de átomos se representa con un símbolo
químico, y los elementos o compuestos químicos, mediante fórmulas. Por ejemplo, la respiración aeróbica se resume en
la siguiente ecuación:
En las reacciones químicas no sólo se produce una transformación de determinadas sustancias en otras, sino también
variaciones en el contenido total de energía. Cuando las reacciones liberan energía, se trata de reacciones exergónicas; si
esta energía se disipa en forma de calor, las reacciones son exotérmicas. La respiración es un ejemplo de este tipo de
reacciones. En cambio las reacciones son endergónicas cuando deben absorber calor del ambiente; si absorben energía
térmica, es decir, calo, se trata de reacciones endotérmicas. Por ejemplo una pastilla de mentol se pone en contacto con la
saliva de la boca, se produce una reacción endotérmica, y de allí la conocida sensación de frescura.
Hemos visto que la transformación o la transferencia de energía están presentes en todos los cambios físicos y químicos.
¿Qué ocurre con la materia? ¿se conserva la masa de la materia involucrada en el cambio?
En los cambios físicos, es sencillo comprobar que la masa no se modifica. Por ejemplo: si miden la masa de varios
cubitos de hielo, y más tarde registran la masa del agua formada una vez que se derritieron, este valor no cambia.
En las reacciones químicas las cosas se complican; por ejemplo: cuando se quema madera se observa, a simple vista, que
las cenizas tienen menos masa que la madera original. ¿Disminuyó la cantidad de materia luego de la reacción?
En 1756, el ruso Mijail Lomonosov (1711-1765) y, en 1783, el francés Antoine de Lavoisier (1743-1794) encontraron
una respuesta negativa a este interrogante: lo que ocurría era que algunos gases que se producen en la reacción (como,
por ejemplo, el dióxido de carbono) no se tenían en cuenta al establecer la masa de los productos. Si, por el contrario, la
masa total de los productos hubiera sido la misma que la de los reactivos.
Ambos científicos establecieron que la masa no se crea ni se destruye, sino que se transforma. En la actualidad,
numerosos experimentos corroboran la denominada ley de conservación de la masa, cuyo enunciado es el siguiente:
En un sistema cerrado, la masa total permanece constante, independientemente de las transformaciones físicas o
químicas que se produzcan en este sistema.
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Cátedra de Química (Prof. Marcelo Quiroz)
Ahora bien ¿qué ocurre con las reacciones nucleares? Cuando se mide con métodos precisos la masa de los productos, se
comprueba que es menor que la masa de los reactivos, y que para las reacciones nucleares no se cumple la ley de
conservación de la masa. Albert Einstein (1879-1955) estudió esta contradicción y afirmó que “la materia puede
conventirse en energía (y viceversa); lo que se conserva es la cantidad total de masa-energía”. Luego de una serie de
deducciones matemáticas, planteó su célebre ecuación de equivalencia entre la masa y la enería:
Para que un cuerpo pierda 1 g de masa, la cantidad de energía que necesita intercambiar es 2,15 . 10 10 kilocalorías, una
cantidad de calor muy elevada. En las reacciones químicas ordinarias, las diferencias de masa son insignificantes, por lo
que la ley de conservación de la masa se considera válida, y puede aplicarse sin errores en los cálculos.
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