Ensayo de La Novela Doña Barbara

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


INSTITUTO UNIVERSITARIO TECNOLOGÍCO (IUT)
COLÓN EDO TÁCHIRA

Colón/Diciembre/2018
ENSAYO DE LA NOVELA DOÑA BÁRBARA

La protagonista de esta historia es Bárbara, una rica terrateniente que obtuvo


su fortuna mediante tácticas ilegales y el aprovechamiento de su poder frente a los
hombres. Junto a uno de ellos, un hombre llamado Lorenzo Barquero a quien dejó en
la quiebra, tuvo a una hija que ella ignora y deja a la deriva. Al tomar conocimiento
de esta situación, otro adinerado propietario de tierras, Santos Luzardo, decide llevar
a su rancho a la joven y a su padre para ocuparse de ellos y ofrecerles mejores
condiciones de vida. En este contexto, Doña Bárbara comienza a sentirse atraída por
Santos, pero todo cambia cuando descubre que su propia hija se ha convertido en un
rival. A partir de entonces, la protagonista de este relato pone en marcha un plan para
arruinarlos. Santos Luzardo, hombre criado en la ciudad, joven, culto y con ideas
avanzadas, se dirige a sus posesiones del llano donde había nacido. Doña Bárbara,
que se convertirá en la principal enemiga de Luzardo, lo ha hecho seguir por El
Brujeador, su guardaespaldas preferido, que pertenece a la pandilla de El Miedo,
nombre de la hacienda de esta mujer. Estos crueles y a la vez sumisos bandoleros
eran los encargados de asesinar a mansalva a cuantos intentaran oponerse a los
designios de aquella señora terrible y hombruna. Doña Bárbara tenía fama de ser una
"devoradora de hombres", a quienes hechizaba con brebajes, pues era ducha en
brujerías. En una época anterior, las familias más poderosas de la región, los Luzardo
y los Barquero, se desangraban en una lucha sin cuartel disputándose la posesión de
la vieja hacienda de Altamira. Al enviudar, la madre de Santos Luzardo abandona el
llano y huye con su hijo a Caracas para educarlo en otro ambiente y evitar así la
muerte del único sobreviviente de la familia. Al morir la señora Luzardo, Santos se
propone vender la hacienda e irse a vivir a Europa. Pero, antes, investiga la situación
de sus propiedades. Altamira ya no era la de antaño. Los administradores descuidaban
sus tareas y doña Bárbara, la cacica del Arauca, mediante soborno, cohecho, violencia
y crímenes, poco a poco se había ido apoderando de la tierra aledaña. Entonces
Santos resuelve ir a Altamira para "meterse en aquella tierra a luchar, a defender sus
propios derechos y también los ajenos, atropellados por los caciques del llano como
doña Bárbara; a luchar contra el desierto, que no dejaba penetrar la civilización.
Luchar contra doña Bárbara no sería solamente salvar Altamira, sino contribuir a
aniquilar para siempre las fuerzas que retardaban la prosperidad de la inmensa llanura
del país". La abusiva mujer había sido "fruto engendrado por la violencia del blanco
aventurero en la sombría sensualidad de la india, su origen se perdía en el dramático
misterio de las tierras vírgenes." Sus primeros recuerdos se remontaban a su
existencia nómada en una piragua de contrabandistas, borrachos y asesinos, donde
servía como cocinera; tenía quince años. El único amor que entonces encontró fue el
de Asdrúbal, quien le enseñó a leer y escribir; pero el joven murió asesinado. Luego
de eso, los contrabandistas se rebelan, dan muerte al capitán de la piragua y violan a
la muchacha. El piloto de la nave, un viejo indio que conocía a la madre de la joven,
la salva de ser vendida a un turco rico, sádico y leproso. Con él debe seguir vagando
por el río, sin encontrar un sitio para ella. Aquel episodio la marcó para siempre.
Dura, maligna, de belleza sensual y ardiente, pero llena de sombrío rencor hacia los
hombres, se inicia en las artes diabólicas para inflamarlos de lujuria y aniquilar su
voluntad. Este es el ingrediente mágico, autóctono, de toda novela regionalista, y otro
de los temas centrales de la obra. Cierto día, Bárbara conoce a Lorenzo Barquero
quien, abandonando todo en Caracas. Novia, estudios, sociedad, había tomado el
camino del llano para ir a remediar la tragedia en que se hallaba sumida su familia.
Fue un amor salvaje. Bárbara descargará en Barquero todo el odio reprimido y el
rencor acumulado contra los hombres. No obstante, tuvieron una hija a quien
llamaron Marisela, "pero ella no quiso ni verla y menos aún amamantarla". Él,
víctima de aquella mujer insaciable y vuelto una piltrafa humana, borracho y agotado
por los brebajes que ella le daba, sale de su propia casa despojado de sus tierras por
doña Bárbara, quien con ellas funda la hacienda El Miedo y comienza una nueva
vida, en la que seduce a sucesivos pretendientes, los arruina y, si es necesario, los
asesina sin miramiento alguno. A esa fuerza implacable debe enfrentarse Santos
Luzardo para recuperar su hacienda. Para colmo de males, Balbino Paiba, bandido y
amante de doña Bárbara, es el mayordomo de Altamira. Al ver el estado de la
hacienda, Luzardo se queda. Su terrible vecina cambia su ropa varonil por una más
femenina y se propone conquistarlo. Santos visita a Lorenzo Barquero y conoce a
Marisela, abandonada a la miseria junto con su padre. El joven advierte la belleza de
la muchacha y le habla con cariño. Ella siente despertar un sentimiento desconocido.
Santos avisa su propósito de cercar sus tierras, tanto a doña Bárbara como a míster
Danger, un norteamericano soberbio e insolente. El yanqui se opone. Su historia
también es turbia. Llegó al llano y ocupó por la fuerza las tierras que habían sido de
los Barquero. Doña Bárbara no lo echa porque él había sido testigo de la muerte de
uno de sus amantes. Para ponerlos a salvo de la influencia del gringo, Santos lleva a
Marisela y a Lorenzo a su casa de Altamira. Los celos de doña Bárbara aumentan;
Marisela se entera de que su madre piensa embrujar a Santos y se le enfrenta. Él
interviene y nada sucede. Uno de los peones más fieles de Luzardo aparece muerto.
Doña Bárbara sospecha de Balbino Paiba y, cuando tenga pruebas de su culpabilidad,
planea entregarlo a Santos para ganarse la confianza de éste; pero él la cree culpable y
le declara la guerra. Mientras tanto, Marisela se marcha de la hacienda de Santos
porque está enamorada de él y piensa que aspirar a su amor es pretender un
imposible. Al mismo tiempo, se siente triste y angustiada por la salud de su padre y
quiere encargarse de curarlo; pero don Lorenzo muere sin que ella pueda evitarlo. Los
acontecimientos se precipitan a partir de este momento. Santos es emboscado por el
Brujeador, pero aquél le da muerte. Doña Bárbara, en otra muestra de respeto por
Luzardo y tratando de granjearse su adhesión, culpa a Balbino Paiba y lo hace matar.
Santos Luzardo, seguro ya de sus sentimientos, propone matrimonio a Marisela. Doña
Bárbara, despechada, no se da por vencida; llena de intenciones siniestras monta a
caballo y se encamina a Altamira. Va decidida a matar a su hija, pero en el último
momento le faltan las fuerzas, se arrepiente y baja el arma. "Un sentimiento,
maternal, desconocido hasta entonces, tomó cuerpo en ella." A la mañana siguiente,
doña Bárbara envejecida, absorta, sombría, al paso sosegado de su caballo se aleja
para siempre de El Miedo. Así, en forma vaga, sin que nadie sepa dónde se ha
marchado, desaparece la cacica del Arauca. La dramática historia del enfrentamiento
entre civilización y barbarie termina con la victoria idealizada del bien sobre el mal.

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