Sesión 5. TIBERIO EL TERRIBLE PESO DEL PODER

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UNIDAD DIDÁCTICA 5

TIBERIO:

EL TERRIBLE PESO DEL PODER

5.1 EL CONTEXTO HISTÓRICO

EL PRINCIPADO DE AUGUSTO:

Octaviano, el heredero de Julio César, se hace con el control absoluto del estado
romano tras vencer en sendas guerras civiles primero a los tiranicidas Bruto y Casio,
y posteriormente a Marco Antonio y a Cleopatra. Necesita dar legitimidad legal al
poder de su auctoritas, para poder mantenerse en el poder a largo plazo y no sufrir el
mismo destino que su tio. Es entonces cuando idea una nueva forma de gobierno para
la república conocida como el Principado.

Este nuevo régimen se caracteriza por ser una monarquia encubierta que mantiene
una fachada republicana. Augusto, gobierna como un monarca absoluto y es el
comandante en jefe de todos los ejercitos romanos, a la vez que mantiene las
instituciones republicanas y devuelve el prestigio perdido al senado. Todo esto sin
que en ningún momento se vea mermado su poder o se ponga en duda su autoridad.
Estas medidas, a diferencia de lo que hizo Julio César, son llevadas a cabo de manera
gradual y durante varios años, evitando así Augusto una sublevación popular o el
enfrentamiento directo con los senadores.

Durante más de 40 años, Augusto lleva a cabo uno de los gobiernos más brillantes de
la historia romana, emprendiendo gigantescos proyectos de infraestructuras tanto en
Roma como en las provincias, reorganizando completamente el estado, creando una
administración central eficiente y ampliando los límites del Imperio como nunca
antes gracias a la acción de sus legados y generales. Sería sin ninguna duda el
arquitecto y fundador de una de las construcciones más grandiosas y duraderas de la
antigüedad, y cuyas lineas de actuación seguirían sus sucesores durante siglos.

Pero esta fabulosa carrera política, contrasta con su trágica vida familiar; obsesionado
con dejar un heredero varón de su propia sangre, Augusto vió como varios de los
miembros de la familia imperial morian de manera repentina en su juventud, y como
otros fueron desterrados por el mismo emperador al contradecir sus dictados y
desafiar las duras legislaciones morales impuestas por el princeps. Finalmente al
término de su vida nombra como sucesor al hijo mayor de su esposa Livia, un
hombre maduro ya en aquel entonces. Nos referimos a Tiberio.
5.2 INFANCIA Y JUVENTUD DE TIBERIO

Para comprender a un personaje tan controvertido como Tiberio Claudio Nerón, es


indispensable conocer cuales eran los origenes de su familia; Tiberio nació el 16
noviembre del año 42 ac en Miseno (Italia). Pertenecía a una de las familias más
antiguas y aristocráticas de Roma, la Gens Claudia,y esta estirpe se habia
caracterizado por haber dado un gran número de eficaces y renombrados servidores
del Estado Romano en cualquiera de sus formas. Eran por lo tanto una de las familias
con más renombre de la ciudad, pero a la vez tenian muy clara e interiorizada su
posición, es decir, tenian un comportamiento arrogante y altivo en muchas ocasiones,
a imagen de la antigua aristocracia romana y griega. Y sobretodo es importante
señalar que eran una familia con una larga y arraigada tradición republicana.

El padre de Tiberio habia sido cuestor a las órdenes de Julio César pero tras el
asesinato de éste, se habia alineado con el bando de los tiranicidas. Las razones
pueden ser que en conciencia seguia siendo un republicano y optimate convencido y
que no se fiaba de Octaviano. Hay que señalar que durante tres años, cambió
frecuentemente de bando, lo que le hizo ganarse la enemistad de buena parte de los
senadores y partidarios de ambos bandos. Tal vez esta indecisión fué provocada en
gran medida por la necesidad de poner a salvo a su familia: a su esposa Livia y a su
pequeño hijo Tiberio.

Durante buena parte de su infancia, el pequeño Tiberio y su familia fueron


perseguidos por las tropas de Octaviano, que mediante una durísima represión tras la
batalla de Filipos (42 ac) buscaban deshacerse de sus enemigos políticos en Roma.
Suetonio nos relata un episodio ocurrido cuando Tiberio apenas era un bebé:

“Laboriosa y agitada transcurrió su infancia, porque desde la más tierna edad


estuvo expuesto a fatigas y peligros, acompañando a sus padres por todas partes en
su huida. Cuando iban a embarcarse secretamente para huir de Nápoles, adonde
acudian sus enemigos, estuvo a punto de dnunciarlos con sus gritos, primero cuando
le arrancaron del seno de su nodriza y después en los brazos de su madre, a quien en
tan peligrosa coyuntura querian aliviar de su carga algunas mujeres... Se vió en
peligro de morir una noche en que habia dejado aquel nuevo asilo; habiendo
estallado en efecto , un voraz incendio en eun bosque que atravesaban, le rodearon
las llamas tan súbitamente, asi como a los que iban con él, que se propagó el fuego a
los vestidos y cabellos de Livia”

Tras aliarse el padre de Tiberio de nuevo con Marco Antonio y poder regresar a
Roma, sucede un hecho capital en su vida; su madre Livia conoce a Augusto e
inmediatamente se enamoran. Ambos se divorcian de sus respectivas parejas y se
casan, acudiendo el padre de Tiberio a la boda e incluso entregando a la novia que en
ese momento tenia un hijo de su anterior marido (Tiberio) y estaba embarazada del
segundo (Druso).
La situación de Tiberio cambia radicalmente al entrar a formar parte de la familia
imperial. No obstante los dos hermanos vivieron con su padre hasta que éste muere
cuando Tiberio tenia tan solo 9 años. Pronunció el elogió fúnebre de su padre a esta
edad en la tribuna de las arengas, dando muestra de una fuerte personalidad.

EL JOVEN TIBERIO EN ROMA:

Tiberio se traslada a Roma, para vivir con su madre y Augusto. Es entonces cuando
Tiberio hace su entrada en la vida pública romana, ejerciendo diversos cargos
públicos y dando varios espectáculos de gladiadores y juegos. Ejerce como abogado
en diversas causas de importancia. Desfila a caballo al lado de Augusto en su Triunfo
en Roma para celebrar la batalla de Actium, del otro lado de Augusto lo hacia
Marcelo. En esta época se casa con el amor de su vida, Vipsania la hija de Agripa, la
mano derecha de Augusto. Tiberio estaba profundamente enamorado de su esposa, el
matrimonio produjo un hijo llamado Druso el joven, en honor al tio del retoño. Pero
es aquí donde el destino fractura la vida de Tiberio, cuando tras la muerte de Agripa,
Augusto ordena a Tiberio que se case con su hija Julia. Tiberio se ve forzado a
divorciarse de su esposa, lo cual le entristecerá enormemente, y casarse con la hija
del emperador. Suetonio nos da muestra del alcance que para Tiberio tuvo este
suceso:

“Vipsania le dió un hijo llamado Druso, y él le profesaba hondo cariño, pero a pesar
de ello, se vió obligado a repudiarla durante su segundo embarazo, para casarse
inmediatamente con Julia, hija de Augusto. Este matrimonio le causó tanto más
disgusto, cuanto que apreciaba profundamente a la primera y reprobaba los hábitos
de Julia... No pudo por ello consolarse de su divorcio con Vipsania, y habiéndola
encontrado un dia por casualidad, fijó en ella los ojos con tanta pena, que se tuvo
cuidado de que en lo sucesivo no se presentase delante de él”

Al parecer, el forzado divorcio de la pareja provocó el aborto del segundo hijo de


ambos y la tristeza que embargaba a Tiberio cada vez que la veia, provocó que el
propio Augusto prohibiese que volviesen a verse. Tiberio se convierte en un hombre
amargado, meláncólico y con tendencia al aislamiento. Ello no impide que muestre
desde muy joven ser extraordinariamente compentente en todas las tareas que se le
encomiendan, destacando de manera especial su labor como comandante militar,
siendo posiblemente el general más exitoso del periodo de Augusto.

CAMPAÑAS MILITARES DE TIBERIO:

Con anterioridad,él y su hermano Druso habian sido enviados a adquirir experiencia a


las Guerras Cántabras en Hispania junto a Agripa. Ambos se desenvolvieron
exitosamente en la campaña dando ya las primeras muestras de sus aptitudes. Al
cumplir los 18 fue nombrado encargado de la annona en Roma. Este era un cargo
sumamente delicado ya que se encargaba del reparto de trigo en una ciudad de más de
un millón de habitantes, donde casi dos cientos mil dependian del reparto gratuito de
trigo para sobrevivir. Tiberio tuvo un desempeño sobresaliente, y llego incluso a
comprar de su propio bolsillo grano a los especuladores para repartirlo entre la
ciudadania. Asi aliviaba las hambrunas y se hacia un nombre entre el pueblo romano.
Menos prestigiosa fue su tarea como inspector de las ergástulas, las prisiones
subterraneas romanas reservadas a los esclavos sublevados y a los prisioneros de
guerra. Tiberio se encargó de identificar y castigar a los responsables de estas
prisiones que retenian alli a viajeros y a ciudadanos romanos por la fuerza para
venderlos como esclavos. De nuevo llevó a cabo una delicada tarea con gran
diligencia.

Es más que evidente la competencia de Tiberio en todos los ámbitos porque aunque
no era ni mucho menos el favorito de Augusto, éste cada vez le encomendaba
misiones más delicadas y con más responsabilidad. Con apenas 20 años fue puesto al
frente de un ejercito reclutado en Macedonia e Iliria para partir a oriente y devolver el
reino de Armenia a un gobernante aliado de Roma, Tigranes. Este estado “tapón” era
de suma importancia ya que separaba al Imperio Romano del Imperio Parto, y la sola
noticia de que Tiberio habia partido con legiones hacia Armenia, hizo que los partos
firmasen un acuerdo de paz antes de la llegada de los romanos y que se coronase a
Tigranes. Además, en este incidente fueron devueltas las águilas romanas perdidas
por Craso en la batalla de Carras. Aunque es cierto que este éxito debe concedersele
más a la inteligencia política y diplomática de Augusto que a la labor de Tiberio.

Augusto era plenamente consciente de que una expansión incontrolada del Imperio
era fatal para su destino, debido a que hacia practicamente imposible su gestión.
Durante su reinado se marcó unos límites y fronteras facilmente defendibles, que las
legiones tenian que alcanzar. A partir de ahi lo que Roma debia hacer era defender,
conservar y civilizar esas regiones. Es en Germania donde Tiberio acompaña de
nuevo a Augusto en unas expediciones de castigo contra las belicosas tribus de los
sicambrios y sus aliados. Más adelante Tiberio y su hermano Druso llevan a cabo una
gran operación militar en los Alpes, donde haciendo una maniobra de pinza desde dos
frentes, expulsan a las tribus germánicas hasta llegar a las fuentes del Danubio y
expanden la frontera romana estabilizándola en este límite. Es un gran triunfo que lo
corona como un comandante militar excepcional.

En el año 13 ac es nombrado cónsul y enviado por Augusto a Iliria, ya que la


prematura muerte de su mano derecha Agripa con apenas 51 años, habia
envalentonado a los pueblos subyugados por este, especialmente a los dálmatas y
breucos de la zona iliria. Augusto, envía de nuevo a Tiberio para sofocar las
rebeliones. En tan solo cuatro años, haciendo un habil uso de la estrategia militar, la
diplomacia y la represión a las tribus vencidas, Tiberio termina con una guerra librada
en varios frentes simultaneos que se sublevaron en diversas ocasiones. Incorpora
estos territorios al Imperio, lo que le hace merecedor de un triunfo por todo lo alto en
la capital, pero Augusto inexplicablemente se niega a concederselo, en contra de la
opinión expresada por el Senado.
Es en este momento cuando Tiberio es advertido que su hermano Druso, que se
encontraba combatiendo en Germania, se ha caido del caballo y se ha roto una pierna.
En principio parece un incidente trivial, pero su estado empeora repentinamente y
Tiberio sale a galope tendido desde Roma para auxiliar a su hermano haciendo lo
imposible para llegar a su lado, pero solo consigue pasar los últimos momentos de su
vida con él. Tiberio traslada el cuerpo desde Germania encabezando el cortejo
fúnebre a pie. Este hecho afectó profundamente a Tiberio ya que estaba muy unido a
su hermano, recordemos que le habia puesto de nombre Druso a su primogénito, que
desde entonces seria conocido como Druso el joven.

LAS RELACIONES CON LA FAMILIA IMPERIAL Y EL EXILIO EN


RODAS:

Recordemos que Tiberio habia sido obligado a divorciarse de su mujer, a la cual


amaba profundamente y con la que tenia un hijo, para casarse con Julia la hija de
Augusto que habia enviudado. Nos dice Suetonio que en un primer momento, aunque
eran personas totalmente diferentes, llegaron a entenderse bien:

“Vivió al principio en bastante buena inteligencia con Julia y hasta correspondió su


amor, pero no tardó en mostrarle aversión, haciéndole ultraje de no compartir con
ella el lecho desde la muerte de su hijo, todavia niño, que habia nacido en Aquilea y
única prenda de su amor”

Al parecer, Julia y Tiberio tuvieron un hijo que murió siendo muy pequeño, y esto
unido a sus personalidades totalmente diferentes, al forzado divorcio de Tiberio y a la
conducta de Julia, que era famosa en Roma por tener decenas de amantes entre la
aristocracia de la ciudad, hicieron que el matrimonio fuese un completo desastre.

En el año 6 ac ocurre un hecho insólito, Tiberio toma la decisión de irse de Roma


voluntariamente a la isla de Rodas. Los motivos que llevaron a uno de los hombres
más importantes del principado a abandonar el centro de poder en ese momento
difieren según los historiadores. Para algunos tenía que ver con la vergüenza que
sentia en las calles de Roma por los continuos adulterios que cometia su esposa Julia,
a la que llegó a aborrecer. Otros nos hablan de que dado que Augusto habia nombrado
como sus herederos a sus nietos Cayo y Lucio, Tiberio se iba de la ciudad para no
entrar en competencia con ellos y causar tensiones. Y por último tambien se nos
cuenta que Tiberio se sintió continuamente despreciado por Augusto pese a que
durante toda su vida habia servido a Roma con éxito en multitud de campos, y que en
cambio el emperador habia elegido a dos niños para sucederle pese a que no habian
demostrado absolutamente nada. Seguramente todas estas hipótesis tienen su punto
de verdad, lo cierto es que durante ocho largos años, Tiberio viviria en Rodas como
un griego más. Vestia como ellos y vivia modestamente estudiando filosofia, poesia y
oratoria. Augusto nunca le perdonó esto, y llego a decir en el senado que se sentia
abandonado.
Allí se enteró de que su esposa Julia habia sido condenada al destierro por su padre, y
pese a tener una relación espantosa con ella, escribió varias cartas a Augusto para
interceder por ella. Suetonio nos lo relata:

“En Rodas se enteró que su esposa Julia acababa de ser condenada por sus
desórdenes y adulterios, y que Augusto por su propia autoridad, habia proclamado el
divorcio entre ambos. Fué grande su regocijo al saber esta noticia, a pesar de lo cual
creyó deber suyo escribir al padre varias cartas en favor de su hija”

Tras estos sucesos en repetidas ocasiones pidió permiso a Augusto para regresar a
Roma, pero le fue denegado. Tras un tiempo se le permitió retornar a Roma, gracias a
las peticiones de su madre al emperador. Esto estuvo tambien estrechamente
relacionado con el fallecimiento de Lucio, uno de los herederos de Augusto. Cayo, el
nieto heredero restante impuso que si Tiberio queria volver a Roma lo haria como
ciudadano particular, sin participar en el gobierno. Menos de dos años despúes de la
muerte de Lucio, Cayo muere en Armenia por una herida en combate mal curada. Es
en este momento cuando Augusto no tiene más remedio que recurrir a Tiberio,
adoptándole como su hijo a la vez que a Agripa póstumo, el último nieto varón del
emperador. Aunque como hemos dicho, Agripa P. nunca estuvo en los planes de
Augusto para la sucesión debido a que daba claros signos de locura desde su niñez.

Pero Augusto quiere asegurar la sucesión en un heredero varón de su sangre, y obliga


a Tiberio a Adoptar a su sobrino Germánico. Éste era el hijo de su hermano Druso
fallecido con Agripina, una de las nietas de Augusto. La condición para suceder a
Augusto es que cuando Tiberio sea emperador, tendrá que apartar a sus propios hijos
para la sucesión y que el trono sea ocupado por Germánico cuando él fallezca. Esto
causaria en el futuro unas enormes tensiones entre Germánico y Tiberio. Tambien
tenemos que añadir que Livia la emperatriz, tendria poderes especiales como nunca
antes se habian visto en Roma, y ejerceria una especie de tutela sobre el reinado de
Tiberio, que en este momento era un hombre maduro. Podemos imaginarnos lo
humillante que toda esta situación resultaba para Tiberio, siempre siendo el últimio
recurso, siempre postergado en favor de otros menos capaces que no habian hecho
nada, cuando él siempre habia demostrado su valia.

Augusto muere en el año 14 dc tras 41 años de reinado. Tiberio es el nuevo


emperador, con la tutela de Livia y teniendo que dejar a su muerte el imperio a
Germánico, que en este momento era un niño. Agripa Póstumo, exiliado por Augusto
tras descubrirse que urdia un complot para derrocarle junto a su hermana Julia, es
asesinado por el jefe de su guardia unos días después. Suetonio nos cuenta:

“Tiberio no dió a conocer la muerte de Augusto hasta después de haberse asegurado


la del joven Agripa... Se ingnora si Augusto firmó la orden al fallecer, para evitar las
turbulencias que podían producirse tras su muerte, o si Livia la habia dado en
nombre de Augusto, y si en ese caso fue por consejo de Tiberio o sin saberlo él”
5.3 TIBERIO EMPERADOR:

La tarea de juzgar la labor de Tiberio como gobernante es una de las más complicadas
debido a la diversidad de opiniones que los historiadores antiguos nos han dejado de
él. Para unos fue un tirano, sediento de sangre, depravado y vengativo que fue odiado
por su pueblo (entre estos se encudntra Suetonio). Para otros muchos fue un gran
gobernante, con probadas dotes como militar, estadista y administrador que continuó
con las reformas llevadas a cabo por Augusto pero que nunca logró ganarse el cariño
de su pueblo debido a su carácter silencioso, huraño y amargado, fruto de toda una
vida de frustraciones personales.

En cualquiera de los dos escenarios, Tiberio es coronado Princeps a la muerte de


Augusto en el año 14 dc. Tenia entonces 57 años y habia servido al gobierno de
Augusto prácticamente en todas las áreas de la carrera pública. Tiberio, al igual que
lo fué su hermano Druso, era un republicano convencido que nunca estuvo del todo
de acuerdo con el régimen de gobierno impuesto por Augusto. Tal vez ésta fuese una
de las razones por las que Augusto lo postergaba siempre a un segundo plano pese a
los méritos que demostraba, temiendo que a su muerte diera marcha atrás con sus
reformas.

Esta concepción republicana de Tiberio se demuestra cuando al morir Augusto estuvo


a punto de rechazar el cargo frente al senado, y solo fue investido tras hacer el propio
Tiberio ciertas modificaciones en su propio estatus como Princeps; no acepta los
títulos excepcionales como el de “padre de la patria” y prohibe terminantemente que
se le rindan honores divinos. Más aún, renunció al título de Imperator y prefirió ser
llamado simplemente Princeps, para subrayar los aspectos civiles de su poder y
gobernar en colaboración estrecha con el Senado. Suetonio nos describe sus dudas al
aceptar finalmente el cargo:

“Aceptó al fin el mando como obligado y reservandose como condición la esperanza


de dimitir algún día... Libre ya de recelos, condujose al principio con gran
moderación y vivió con tanta sencillez como un particular. De todas las distinciones
que le ofrecieron, aceptó muy pocas y las menos brillantes. Se opuso a que le
consagrasen templos eincluso a que se erigiesen estatuas suyas sin su consentimiento
expreso. Prohibió jurar obediencia a sus actos y dar al mes de septiembre el nombre
de Tiberio. Rehusó asi mismo el título de emperador y el dictado de Padre de la
patria. Ni siquiera usó el nombre de Augusto, que le correspondia por herencia y
únicamente ejerció el poder consular tres veces.”

Prueba de este carácter republicano de Tiberio es la lex maiestae por la cual se le


devuelve al senado la elección de los magistrados y se solicitaba su colaboración
mediante los senadoconsulta. También se convierte al Senado en el alto organismo
judicial del Estado, como tribunal para juzgar los crímenes de lesa majestad
cometidos por sus propios miembros o por el orden ecuestre. Suetonio dice:
“Restableció incluso una apariencia de libertad devolviendo al senado y a las
magistraturas los privilegios y majestad que formaban en otro tiempo su grandeza.
Daba cuenta al senado de todo asunto, grande o pequeño, público o particular.... Le
consultaba asi mismo acerca de la prórroga de los mandos, de la dirección de las
guerras extranjeras, de las respuestas que debian darse a las cartas de los reyes...
Entró siempre solo en el senado y un día que llegaba enfermo en su litera, despidió
enseguida a su comitiva. Habiéndose dado algunos decretos contra su parecer, no se
qujó siquiera.”

Si bien es cierto que esta ley tambien contenia efectos negativos, ya que las
acusaciones de traición al estado o al princeps estaban a cargo de informadores
profesionales llamados delatores, cuyas denuncias eran objeto de recompensa.

Este último aspecto nos lleva a uno del los puntos más oscuros de su reinado, y más
controvertidos al mismo tiempo; los juicios por traición. Según varios historiadores
clásicos, Tiberio impuso esta legislación y la usó como un arma contra sus
adversarios políticos llevando a cabo una persecución implacable. En este punto
tenemos que aclarar que las ciencias historiográficas modernas nos dan una visión
menos sombria, y rebaten en gran medida a las más que parciales fuentes clásicas.

En primer lugar la legislación de los juicios por traición no fué original de Tiberio,
sino que habia sido introducida por el tribuno Apuleyyo Saturnino en el año 103 ac
mediante la lex appuleia de maiestate minuta, pero dado su carácter difuso, fué
actualizada por Sila con la lex cornelia maiestate del 81 ac y posteriormente de nuevo
revisada por Julio César con la lex iulia de maiestate del 46 ac. Finalmente Augusto
extendió esta legislación incluyendo en ella los libelos difamatorios . Por tanto la
acusación a Tiberio de haber creado y puesto en marcha esta ley es completamente
falsa.

En cuanto a que Tiberio usó este arma como un instrumento de terror para perseguir a
cualquiera que atentase contra si mismo, contra su familia o contra la memoria de
Augusto, es de nuevo rechazada de plano. Los historiadores clásicos nos presentan
con mayor frecuencia los casos enjuiciados por maiestas,obviando todos los demás.
El efecto que esto consigue es que de la impresión de que Tiberio solo utilizó esta ley
para justificar los juicios por traición ante el Senado, mientras que al no hablar del
resto, parece que estos fueron la mayoria. Cuando la realidad nos dice que la
proporción de juicios por traición ante el senado fueron minoritarios en el cómputo
global de la aplicación de esta ley. Incluso la acusación de la dureza empleada en las
sentencias es falsa, ya que en los casos en los que la acusación era el atentar contra el
propio estado, la pena era la muerte, y sabemos con certeza que las condenas a la
pena capital no fueron tan abundantes como nos describen las fuentes clásicas.
Otro punto importate a desmentir es el papel de los llamados delatores, los
informadores profesionales que denunciaban a los ciudadanos romanos acusados. Las
fuentes clásicas como Dion Casio, nos cuentan que Tiberio los utilizaba
indiscriminadamente y aceptaba todo tipo de acusaciones sin fundamento. De nuevo,
una falsedad vertida sobre la figura del emperador, ya que los casos analizados por
R.S Rogers prueban que no era así. Además se nos dice que los delatores eran
premiados con multitud de honores y la mayoria del patrimonio del acusado si era
condenado, algo que evidentemente fomentaria la envidia y la venganza entre la
ciudadania. Tampoco es esto cierto del todo, ya que si que se premiaba a los
informadores con la cuarta parte del patrimonio del condenado, pero esta recompensa
estaba comprendida ya en las legislaciones anteriores a Tiberio.

Pero esta iniciativa por parte del emperador de devolver poder y competencias al
senado y de gobernar en estrecha colaboración con él, se vio pronto truncada por la
realidad monarquica del gobierno que habia dejado Augusto, apoyada necesariamente
en el poder militar. El senado tras décadas de poder “absoluto” de Augusto, se había
convertido en un órgano vacio y servil al monarca, y sus miembros únicamente
estaban preocupados de de preservar su posicón sin riesgos ni aventuras. La evidente
falta de iniciativa y competencia en el senado, hizo que esta colaboración se volviese
con el tiempo imposible, y pronto Tiberio tuvo que dar órdenes en vez de pedir
colaboración infructuosamente. Estas órdenes crearon incomprensión y rencores entre
los senadores, nacidos de su propia frustración en incapacidad.

POLÍTICA INTERIOR:

Pese al temor de Augusto a que un republicano como Tiberio diese marcha atrás a
toda su obra, la realidad es bien distinta. El gobierno de Tiberio representa la
consolidación y desarrollo de las reformas e instituciones creadas por su predecesor.
Sin duda el problema más grave de ese momento era la delicada situación financiera
del imperio, debido a los enormes gastos que exigian las fuerzas armadas.

Tiberio que habia demostrado ser un administrador eficaz a lo largo de toda su


carrera, tuvo que tomar medidas de austeridad para garantizar la estabilidad
financiera del Estado. Esto repercutió en las clases populares de Roma, lo que le
atrajo la impopularidad y el odio entre la plebe urbana de la ciudad. Si bien las
medidas financieras tomadas por Tiberio fueron sin duda necesarias y exitosas para el
conjunto del Imperio, la aversión generada entre la población de la ciudad no hizo
más que agravarse con una serie de rumores surgidos durante su reinado y que tenian
que ver con la trágica historia de la familia imperial.
Suetonio nos da algunos ejemplos:

“A poco entró sin embargo en el ejercicio de la soberania, y aunque con variable


conducta, en general con actos que satisfacían a todos y con loables inclinaciones a
la utilidad pública. Al principio se dedicó a anular abusos y dejó sin efecto muchas
disposiciones del senado... Algunos gobernadores de provincias le aconsejaban que
aumentase los tributos, y les contestó que el buen pastor trasquilaba a sus ovejas,
pero no las desollaba.”

“Restringió los gastos en juegos y espectáculos, reduciendo el salario de los actores


y determinando el número de gladiadores...Juzgó conveniente poner límites al lujo en
los muebles, y de hacer que el senado fijase anualmente el precio de los artículos
alimenticios... Para dar ejemplo en la economía, hacía servir en su casa incluso en
las comidas más solemnes, viandas del día anterior y ya empezadas, como la mitad
de un jabalí, y decía que aquella mitad era tan sabrosa como el cuerpo entero”

Tras enemistarse con la plebe urbana, Tiberio empezó a ser objeto de rumores acerca
de las sucesivas muertes que habian tenido lugar en la familia imperial hasta que se le
nombró sucesor. Esta situación solo hizo que agravarse con su relación con
Germánico, su heredero designado por Augusto, que era su sobrino. Germánico era
un hombre tremendamente carísmático, apuesto, de carácter afable y culto. Era sin
duda uno de los personajes más queridos de Roma y desempeñó varias campañas
militares en colaboración con su tio Tiberio en su juventud. Cuando recibió el mando
de las legiones en Germania, emprendió varias campañas contra las tribus de la
región para pacificar la zona tras la masacre de las tropas romanas en los bosques de
Teutoburgo. Llevó a cabo diversas acciones militares exitosas e incluso recuperó
alguna de las águilas perdidas en la derrota romana antes citada, pero se excedió en
sus funciones al cruzar el Rhin sin consentimiento de Tiberio e inflingir el límite
marcado por Augusto como frontera norte del Imperio. Aunque en su favor hay que
decir que incluso sofocó un motin entre las legiones, consiguiendo mejoras para las
condiciones de los soldados y pagando de su propio bolsillo algunas de sus
demandas.

Sin embargo, es casi unánime la opinión de que los grandes sacrificios y riesgos
corridos por Germánico en estas campañas, compensaban muy poco el botín obtenido
en unas tierras bastante pobres y peligrosas. Fué más una recuperación parcial del
honor romano perdido en Teutoburgo, que una exitosa campaña militar. La actitud
poco reflexiva de Germánico, unida a su desdén de las órdenes de Tiberio y de las
políticas de Augusto, hicieron que el emperador lo apartase de su mando llamándolo
a Roma y que le diese un nuevo destino en oriente. Aunque también tenemos que
tener en cuenta que puede que en esta decisión pesase el temor de Tiberio a que la
enorme popularidad de Germánico opacase su propia figura.
Como comentábamos, Tiberio se vió obligado a adoptar como hijo suyo a su sobrino
Germánico, para que le sucediese en el trono, apartando del mismo a su propia
descendencia. Cuando Germánico era ya un adulto y tras sus campañas en Germania,
el emperador ordena que vuelva a Roma y lo destina a cumplir con una misión
diplomática en Siria para ayudar al gobernador de la zona Cneo Calpurnio Pisón.

Desde el primer momento en que ambos se conocen, y especialmente desde que se


conocen sus respectivas esposas, se producen constantes conflictos y desacuerdos que
desembocan en una hostilidad manifiesta. Calpurnio Pisón y su esposa se van de
Siria, y diez dias después, Germánico enferma y muere repentínamente.
Evidentemente surge la sospecha de que Germánico ha sido envenenado por Pisón, y
poco a poco también que la orden de hacerlo ha salido del propio Tiberio.

La viuda de Germánico, Agripina, vuelve con su familia a Roma y se dedica a crear


una gran campaña de desprestigio hacia Tiberio, acusándolo directamente del
asesinato de su marido y agrupando entorno a ella un partido de oposición contra el
princeps. Suetónio nos cuenta el rumor que circulaba entre la plebe urbana de Roma:

“Celoso de Germánico... se cree, incluso que se siervió de Cn. Pisón, su legado en


Siria, para hacerle perecer, y que acusado luego del crimen declaró que habría
mostrado órdenes de Tiberio si no se las hubiesen substraído secretamente”

Calpurnio Pisón ante la presión popular fue finalmente procesado y sometido a juicio
por el asesinato de Germánico, y antes de que se dictase sentencia se suicidó.
Posiblemente para evitar su propia vergüenza y las consecuencias que eso tendria
para su familia. Pero tampoco podemos obviar que este acto es prácticamente una
declaración de culpabilidad de los cargos que se le acusaban, y además de esta forma
si Tiberio estaba realmente implicado, nunca se sabría con certeza. Lo cierto es que la
muerte de Germánico abría la linea de sucesión a Druso el joven, el hijo natural de
Tiberio.

Para finalizar con las principales líneas de la política interior de Tiberio, hemos de
volver a repetir que pese a ser un partidario republicano, fue un claro continuador de
todas las políticas de Augusto. Mantuvo las instituciones y las reformas anteriores,
saneó las finanzas del estado, y se confirmó como un eficaz administrador y estadista
durante su mandato. Pero su carácter huraño, silencioso y amargado, las duras
medidas tomadas para sanear las finanzas estatales, la progresiva aversión que
desarrolló frente a la incompetencia del senado, y los rumores sobres su implicación
en la muerte de Germánico, acabaron por hacer de él un gobernante impopular entre
su pueblo y enfrentado con las clases senatoriales de la época.
POLÍTICA EXTERIOR:

A la muerte de Augusto, se produjeron motines entre las tropas romanas estacionadas


en la frontera septentrional del Imperio. Las duras condiciones que los soldados
padecian en Germania unido al escaso sueldo, hizo que la situación requiriese de
actuación de Germánico y Druso el joven, que con una mezcla de severidad y tacto
consiguieron reconducir la situación.

Las campañas en suelo Germano iniciadas por Germánico, no fueron del agrado de
Tiberio debido a su escaso valor coste-recompensa, y decidió ponerles fin para
utilizar la via diplomática y aprovecharse de la división entre los dos principales jefes
de las tribus germanas de entonces, Arminio y Marbod. Estas iniciativas fueron
exitosas e impidieron que Roma se enfrentase a una Germania unida, lo que permitió
consolidar la administración sobre los territorios conquistados de Germania inferior y
superior. Solo en la provincia de Tracia hubo que reprimir una sublevación de las
tribus indígenas. Suetonio describe la actitud del emperador en cuanto a la política
exterior:

“No hizo durante su imperio ninguna expedición militar, conteniendo por medio de
sus legados los movimientos de los enemigos. Con los reyes, ostensiblemente
enemigos o sospechosos, usó quejas y amenazas con más frecuencia que la fuerza
para contenerlos.”

En cuanto a oriente, como en todo el siglo anterior el principal problema era la


relación con el Imperio Parto, que Tiberio trató también de resolver por la via
diplomática. La pérdida de varios reyes cliente de Roma en la región, decidieron a
Tiberio a transformar Capadocia en provincia romana y anexionar Comagene a la
provincia de Siria. Pero sin duda la clave de la región era el reino de Armenia, donde
tras diversos problemas, fue puesto en el trono un monarca favorable a los intereses
romanos.

Solo un par de rebeliones afectaron a la Galia, donde la avaricia personal de ciertos


gobernadores provinciales en el cobro de impuestos inestabilizaron parte de la región.
Ambas fueron sofocadas sin demasiada dificultad. Y de esta forma, con un gobierno
firme y una honesta administración, Tiberio logró conservar intactas las fronteras
dejadas por Augusto y aseguró la continuidad del gobierno provincial romano.
EL RETIRO EN CAPRI Y LA CONJURA DE SEJANO:

En este marco, con un Tiberio impopular y tras la muerte de Germánico, surge uno de
los personajes más oscuros que nos ha llegado a través de la tradición romana: el
prefecto del pretorio Lucio Elio Sejano.

En el año 15 dc Sejano habia sido investido como prefecto del pretorio, es decir,
como el comandante de la guardia pretoriana que era el único cuerpo militar armado
de Italia. Sejano consigue acuartelar a las nueve cohortes pretorianas dentro de la
ciudad de Roma, con lo que transforma su cargo en uno de los elementos más
influyentes e imprevisibles del principado. Supo ganarse la confianza de Tiberio, y
puso este poder ilimitado e irresponsable a su servicio con un único objetivo:
conseguir el trono.

Druso el joven, que era el hijo de Tiberio y desaparecido Germánico el principal


candidato a la sucesión muere en extrañas circunstancias y deja solo un hijo pequeño,
llamado Tiberio Gemelo, que solo era un niño. Sejano es el responsable de esta
muerte , conspirando para hacerse con el poder.
“Su crueldad no conoció freno ni límites cuando supo finalmente que su hijo Druso,
a quien creía muerto a consecuencia de una enfermedad producida por su
intemperación, había sido envenenado por su esposa Lavila y por Sejano”

Pese a esto, ya que Agripina la viuda de Germánico habia acusado durante años a
Tiberio de asesinar a su esposo, a la muerte de Druso el joven Tiberio recomienda al
senado que le sucedan los hijos de Germánico. La jugada no ha salido como Sejano
esperaba, y comienza a enfrentar abiertamente a los partidarios de Agripina con
Tiberio sirviendose de la lex maiestate para implicar a los sostenedores del partido de
Agripina en diversos cargos de traición mediante una red de delatores a su servicio.

Tiberio, asqueado de la política romana y de la franca hostilidad que sentia de la


ciudadania y de los partidarios de Agripina, decide salir de la ciudad y retirarse a la
isla de Capri, desde donde ejercerá el gobierno a través de sus representantes. Este
hecho comprensible dada la situación de Tiberio, fue un error político de graves
consecuencias, ya que Tiberio perdió la escasa popularidad que le quedaba y le
enfrentó aún más con el senado. Mientras tanto Sejano aprovechó su ausencia para
gobernar de facto la ciudad escudándose en la confianza que aún le depositaba el
emperador. Sejano logró comprometer con documentos a Agripina y a Nerón, su hijo
mayor, para poder exiliarlos y donde finalmente murieron. Tambien Druso, el hijo
menor fue retenido prisionero en el palacio imperial.

Pero Sejano cometió el error de muchos conspiradores en la historia y le faltó


paciencia. Esta cadena de acontecimientos acabaron por despertar las sospechas del
emperador y tras ser advertido por Antonia la menor (madre de Germánico) preparó a
Sejano una trampa para descubrirle: tras nombrar a Sertorio Macrón nuevo prefecto
del pretorio, lo envió a roma con una extensa carta que debia leer ante el senado. Con
Sejano presente, en las primeras páginas se alababa la labor de Sejano, pero al final
hacia una descripción detallada de todos sus crímenes e intrigas y le acusaba de alta
traición. El senado reaccionó de inmediato deteniendo a Sejano, encarcelándolo y
posteriormente ejecutándolo. Se desató una despiadada ola de terror hacia los
partidarios de Sejano en la que pereció el propio Druso, que murió de hambre al estar
preso en el palacio imperial. Los dos únicos miembros de la familia imperial
susceptibles de acceder al trono tras Tiberio eran entonces el hijo menor de Agripina
que se llamaba Cayo, y el nieto de Tiberio, Gemelo.

Tras la tormenta, Tiberio siguió dirigiendo el imperio desde Capri hasta el año 37 dc
cuando le sobrevino la muerte. Una buena parte de la mala fama de Tiberio que ha
llegado hasta nuestros dias proviene de que durante su retiro en esta isla, algunos
historiadores clásicos atribuyen todo tipo de sucesos macabros a esta estancia del
emperador. Asesinatos, torturas, vejaciones, depravación sexual etc. Desde la
perspectiva actual, todas estas historias tienen muy poco fundamento o directamente
ninguno, ya que las atribuimos más a la negativa influencia de las fuentes clásicas,
que provenian en su inmensa mayoria del estamento arístocrático senatorial con el
que Tiberio terminó fuertemente enfrentado, y con la escasa popularidad que tenia
entre la plebe urbana. Y no menos importante es que dichos sucesos no cuadran con
la actitud, recta, disciplinada y en nada dada a los excesos que tenia la personalidad y
el comportamiento del propio emperador.

Posiblemente Tiberio es una de las figuras más controvertidas de la historia de Roma,


y en la opinión de quien escribe, una de las más injustamente maltratadas y
defenestradas. La mayoria de crimenes que se le atribuyen, solo son en base a
rumores y opiniones de las clases sociales más opuestas a su persona, sin aportar
ninguna prueba al respecto. Y por desgracia, esta tradición opacó buena parte de la
brillante y honesta labor de un gobernante competente, prudente y resolutivo.
BIBLIOGRAFIA Y FUENTES UTILIZADAS:

• Roldán Hervás, J.M. (1995) Historia de Roma, 3ª edición-


- Ediciones Universidad Salamanca -
• Moretón Abon, C. y Montenegro Duque, A. (1986) Gran Historia Universal:
El Imperio Romano (Tomo X) – Club Internacional del Libro -
• Tobalina Oraá, E. (2021) Tiberio: el precio amargo del poder – Conferencia
Fundación Raices de Europa
• Tobalina Oraá, E. (2021) César Augusto y la familia imperial – Conferencia
Fundación Raices de Europa.
• Suetonio, C. (1985) Los doce Césares - Editorial Iberia, edicion SARPE –
Biblioteca de la Historia (Tomo 12)
• Tácito, C.C. (1985) Anales del Imperio Romano - Editorial Iberia, edicion
SARPE – Biblioteca de la Historia (Tomo 55)

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