Sesión 5. TIBERIO EL TERRIBLE PESO DEL PODER
Sesión 5. TIBERIO EL TERRIBLE PESO DEL PODER
Sesión 5. TIBERIO EL TERRIBLE PESO DEL PODER
TIBERIO:
EL PRINCIPADO DE AUGUSTO:
Octaviano, el heredero de Julio César, se hace con el control absoluto del estado
romano tras vencer en sendas guerras civiles primero a los tiranicidas Bruto y Casio,
y posteriormente a Marco Antonio y a Cleopatra. Necesita dar legitimidad legal al
poder de su auctoritas, para poder mantenerse en el poder a largo plazo y no sufrir el
mismo destino que su tio. Es entonces cuando idea una nueva forma de gobierno para
la república conocida como el Principado.
Este nuevo régimen se caracteriza por ser una monarquia encubierta que mantiene
una fachada republicana. Augusto, gobierna como un monarca absoluto y es el
comandante en jefe de todos los ejercitos romanos, a la vez que mantiene las
instituciones republicanas y devuelve el prestigio perdido al senado. Todo esto sin
que en ningún momento se vea mermado su poder o se ponga en duda su autoridad.
Estas medidas, a diferencia de lo que hizo Julio César, son llevadas a cabo de manera
gradual y durante varios años, evitando así Augusto una sublevación popular o el
enfrentamiento directo con los senadores.
Durante más de 40 años, Augusto lleva a cabo uno de los gobiernos más brillantes de
la historia romana, emprendiendo gigantescos proyectos de infraestructuras tanto en
Roma como en las provincias, reorganizando completamente el estado, creando una
administración central eficiente y ampliando los límites del Imperio como nunca
antes gracias a la acción de sus legados y generales. Sería sin ninguna duda el
arquitecto y fundador de una de las construcciones más grandiosas y duraderas de la
antigüedad, y cuyas lineas de actuación seguirían sus sucesores durante siglos.
Pero esta fabulosa carrera política, contrasta con su trágica vida familiar; obsesionado
con dejar un heredero varón de su propia sangre, Augusto vió como varios de los
miembros de la familia imperial morian de manera repentina en su juventud, y como
otros fueron desterrados por el mismo emperador al contradecir sus dictados y
desafiar las duras legislaciones morales impuestas por el princeps. Finalmente al
término de su vida nombra como sucesor al hijo mayor de su esposa Livia, un
hombre maduro ya en aquel entonces. Nos referimos a Tiberio.
5.2 INFANCIA Y JUVENTUD DE TIBERIO
El padre de Tiberio habia sido cuestor a las órdenes de Julio César pero tras el
asesinato de éste, se habia alineado con el bando de los tiranicidas. Las razones
pueden ser que en conciencia seguia siendo un republicano y optimate convencido y
que no se fiaba de Octaviano. Hay que señalar que durante tres años, cambió
frecuentemente de bando, lo que le hizo ganarse la enemistad de buena parte de los
senadores y partidarios de ambos bandos. Tal vez esta indecisión fué provocada en
gran medida por la necesidad de poner a salvo a su familia: a su esposa Livia y a su
pequeño hijo Tiberio.
Tras aliarse el padre de Tiberio de nuevo con Marco Antonio y poder regresar a
Roma, sucede un hecho capital en su vida; su madre Livia conoce a Augusto e
inmediatamente se enamoran. Ambos se divorcian de sus respectivas parejas y se
casan, acudiendo el padre de Tiberio a la boda e incluso entregando a la novia que en
ese momento tenia un hijo de su anterior marido (Tiberio) y estaba embarazada del
segundo (Druso).
La situación de Tiberio cambia radicalmente al entrar a formar parte de la familia
imperial. No obstante los dos hermanos vivieron con su padre hasta que éste muere
cuando Tiberio tenia tan solo 9 años. Pronunció el elogió fúnebre de su padre a esta
edad en la tribuna de las arengas, dando muestra de una fuerte personalidad.
Tiberio se traslada a Roma, para vivir con su madre y Augusto. Es entonces cuando
Tiberio hace su entrada en la vida pública romana, ejerciendo diversos cargos
públicos y dando varios espectáculos de gladiadores y juegos. Ejerce como abogado
en diversas causas de importancia. Desfila a caballo al lado de Augusto en su Triunfo
en Roma para celebrar la batalla de Actium, del otro lado de Augusto lo hacia
Marcelo. En esta época se casa con el amor de su vida, Vipsania la hija de Agripa, la
mano derecha de Augusto. Tiberio estaba profundamente enamorado de su esposa, el
matrimonio produjo un hijo llamado Druso el joven, en honor al tio del retoño. Pero
es aquí donde el destino fractura la vida de Tiberio, cuando tras la muerte de Agripa,
Augusto ordena a Tiberio que se case con su hija Julia. Tiberio se ve forzado a
divorciarse de su esposa, lo cual le entristecerá enormemente, y casarse con la hija
del emperador. Suetonio nos da muestra del alcance que para Tiberio tuvo este
suceso:
“Vipsania le dió un hijo llamado Druso, y él le profesaba hondo cariño, pero a pesar
de ello, se vió obligado a repudiarla durante su segundo embarazo, para casarse
inmediatamente con Julia, hija de Augusto. Este matrimonio le causó tanto más
disgusto, cuanto que apreciaba profundamente a la primera y reprobaba los hábitos
de Julia... No pudo por ello consolarse de su divorcio con Vipsania, y habiéndola
encontrado un dia por casualidad, fijó en ella los ojos con tanta pena, que se tuvo
cuidado de que en lo sucesivo no se presentase delante de él”
Es más que evidente la competencia de Tiberio en todos los ámbitos porque aunque
no era ni mucho menos el favorito de Augusto, éste cada vez le encomendaba
misiones más delicadas y con más responsabilidad. Con apenas 20 años fue puesto al
frente de un ejercito reclutado en Macedonia e Iliria para partir a oriente y devolver el
reino de Armenia a un gobernante aliado de Roma, Tigranes. Este estado “tapón” era
de suma importancia ya que separaba al Imperio Romano del Imperio Parto, y la sola
noticia de que Tiberio habia partido con legiones hacia Armenia, hizo que los partos
firmasen un acuerdo de paz antes de la llegada de los romanos y que se coronase a
Tigranes. Además, en este incidente fueron devueltas las águilas romanas perdidas
por Craso en la batalla de Carras. Aunque es cierto que este éxito debe concedersele
más a la inteligencia política y diplomática de Augusto que a la labor de Tiberio.
Augusto era plenamente consciente de que una expansión incontrolada del Imperio
era fatal para su destino, debido a que hacia practicamente imposible su gestión.
Durante su reinado se marcó unos límites y fronteras facilmente defendibles, que las
legiones tenian que alcanzar. A partir de ahi lo que Roma debia hacer era defender,
conservar y civilizar esas regiones. Es en Germania donde Tiberio acompaña de
nuevo a Augusto en unas expediciones de castigo contra las belicosas tribus de los
sicambrios y sus aliados. Más adelante Tiberio y su hermano Druso llevan a cabo una
gran operación militar en los Alpes, donde haciendo una maniobra de pinza desde dos
frentes, expulsan a las tribus germánicas hasta llegar a las fuentes del Danubio y
expanden la frontera romana estabilizándola en este límite. Es un gran triunfo que lo
corona como un comandante militar excepcional.
Al parecer, Julia y Tiberio tuvieron un hijo que murió siendo muy pequeño, y esto
unido a sus personalidades totalmente diferentes, al forzado divorcio de Tiberio y a la
conducta de Julia, que era famosa en Roma por tener decenas de amantes entre la
aristocracia de la ciudad, hicieron que el matrimonio fuese un completo desastre.
“En Rodas se enteró que su esposa Julia acababa de ser condenada por sus
desórdenes y adulterios, y que Augusto por su propia autoridad, habia proclamado el
divorcio entre ambos. Fué grande su regocijo al saber esta noticia, a pesar de lo cual
creyó deber suyo escribir al padre varias cartas en favor de su hija”
Tras estos sucesos en repetidas ocasiones pidió permiso a Augusto para regresar a
Roma, pero le fue denegado. Tras un tiempo se le permitió retornar a Roma, gracias a
las peticiones de su madre al emperador. Esto estuvo tambien estrechamente
relacionado con el fallecimiento de Lucio, uno de los herederos de Augusto. Cayo, el
nieto heredero restante impuso que si Tiberio queria volver a Roma lo haria como
ciudadano particular, sin participar en el gobierno. Menos de dos años despúes de la
muerte de Lucio, Cayo muere en Armenia por una herida en combate mal curada. Es
en este momento cuando Augusto no tiene más remedio que recurrir a Tiberio,
adoptándole como su hijo a la vez que a Agripa póstumo, el último nieto varón del
emperador. Aunque como hemos dicho, Agripa P. nunca estuvo en los planes de
Augusto para la sucesión debido a que daba claros signos de locura desde su niñez.
La tarea de juzgar la labor de Tiberio como gobernante es una de las más complicadas
debido a la diversidad de opiniones que los historiadores antiguos nos han dejado de
él. Para unos fue un tirano, sediento de sangre, depravado y vengativo que fue odiado
por su pueblo (entre estos se encudntra Suetonio). Para otros muchos fue un gran
gobernante, con probadas dotes como militar, estadista y administrador que continuó
con las reformas llevadas a cabo por Augusto pero que nunca logró ganarse el cariño
de su pueblo debido a su carácter silencioso, huraño y amargado, fruto de toda una
vida de frustraciones personales.
Si bien es cierto que esta ley tambien contenia efectos negativos, ya que las
acusaciones de traición al estado o al princeps estaban a cargo de informadores
profesionales llamados delatores, cuyas denuncias eran objeto de recompensa.
Este último aspecto nos lleva a uno del los puntos más oscuros de su reinado, y más
controvertidos al mismo tiempo; los juicios por traición. Según varios historiadores
clásicos, Tiberio impuso esta legislación y la usó como un arma contra sus
adversarios políticos llevando a cabo una persecución implacable. En este punto
tenemos que aclarar que las ciencias historiográficas modernas nos dan una visión
menos sombria, y rebaten en gran medida a las más que parciales fuentes clásicas.
En primer lugar la legislación de los juicios por traición no fué original de Tiberio,
sino que habia sido introducida por el tribuno Apuleyyo Saturnino en el año 103 ac
mediante la lex appuleia de maiestate minuta, pero dado su carácter difuso, fué
actualizada por Sila con la lex cornelia maiestate del 81 ac y posteriormente de nuevo
revisada por Julio César con la lex iulia de maiestate del 46 ac. Finalmente Augusto
extendió esta legislación incluyendo en ella los libelos difamatorios . Por tanto la
acusación a Tiberio de haber creado y puesto en marcha esta ley es completamente
falsa.
En cuanto a que Tiberio usó este arma como un instrumento de terror para perseguir a
cualquiera que atentase contra si mismo, contra su familia o contra la memoria de
Augusto, es de nuevo rechazada de plano. Los historiadores clásicos nos presentan
con mayor frecuencia los casos enjuiciados por maiestas,obviando todos los demás.
El efecto que esto consigue es que de la impresión de que Tiberio solo utilizó esta ley
para justificar los juicios por traición ante el Senado, mientras que al no hablar del
resto, parece que estos fueron la mayoria. Cuando la realidad nos dice que la
proporción de juicios por traición ante el senado fueron minoritarios en el cómputo
global de la aplicación de esta ley. Incluso la acusación de la dureza empleada en las
sentencias es falsa, ya que en los casos en los que la acusación era el atentar contra el
propio estado, la pena era la muerte, y sabemos con certeza que las condenas a la
pena capital no fueron tan abundantes como nos describen las fuentes clásicas.
Otro punto importate a desmentir es el papel de los llamados delatores, los
informadores profesionales que denunciaban a los ciudadanos romanos acusados. Las
fuentes clásicas como Dion Casio, nos cuentan que Tiberio los utilizaba
indiscriminadamente y aceptaba todo tipo de acusaciones sin fundamento. De nuevo,
una falsedad vertida sobre la figura del emperador, ya que los casos analizados por
R.S Rogers prueban que no era así. Además se nos dice que los delatores eran
premiados con multitud de honores y la mayoria del patrimonio del acusado si era
condenado, algo que evidentemente fomentaria la envidia y la venganza entre la
ciudadania. Tampoco es esto cierto del todo, ya que si que se premiaba a los
informadores con la cuarta parte del patrimonio del condenado, pero esta recompensa
estaba comprendida ya en las legislaciones anteriores a Tiberio.
Pero esta iniciativa por parte del emperador de devolver poder y competencias al
senado y de gobernar en estrecha colaboración con él, se vio pronto truncada por la
realidad monarquica del gobierno que habia dejado Augusto, apoyada necesariamente
en el poder militar. El senado tras décadas de poder “absoluto” de Augusto, se había
convertido en un órgano vacio y servil al monarca, y sus miembros únicamente
estaban preocupados de de preservar su posicón sin riesgos ni aventuras. La evidente
falta de iniciativa y competencia en el senado, hizo que esta colaboración se volviese
con el tiempo imposible, y pronto Tiberio tuvo que dar órdenes en vez de pedir
colaboración infructuosamente. Estas órdenes crearon incomprensión y rencores entre
los senadores, nacidos de su propia frustración en incapacidad.
POLÍTICA INTERIOR:
Pese al temor de Augusto a que un republicano como Tiberio diese marcha atrás a
toda su obra, la realidad es bien distinta. El gobierno de Tiberio representa la
consolidación y desarrollo de las reformas e instituciones creadas por su predecesor.
Sin duda el problema más grave de ese momento era la delicada situación financiera
del imperio, debido a los enormes gastos que exigian las fuerzas armadas.
Tras enemistarse con la plebe urbana, Tiberio empezó a ser objeto de rumores acerca
de las sucesivas muertes que habian tenido lugar en la familia imperial hasta que se le
nombró sucesor. Esta situación solo hizo que agravarse con su relación con
Germánico, su heredero designado por Augusto, que era su sobrino. Germánico era
un hombre tremendamente carísmático, apuesto, de carácter afable y culto. Era sin
duda uno de los personajes más queridos de Roma y desempeñó varias campañas
militares en colaboración con su tio Tiberio en su juventud. Cuando recibió el mando
de las legiones en Germania, emprendió varias campañas contra las tribus de la
región para pacificar la zona tras la masacre de las tropas romanas en los bosques de
Teutoburgo. Llevó a cabo diversas acciones militares exitosas e incluso recuperó
alguna de las águilas perdidas en la derrota romana antes citada, pero se excedió en
sus funciones al cruzar el Rhin sin consentimiento de Tiberio e inflingir el límite
marcado por Augusto como frontera norte del Imperio. Aunque en su favor hay que
decir que incluso sofocó un motin entre las legiones, consiguiendo mejoras para las
condiciones de los soldados y pagando de su propio bolsillo algunas de sus
demandas.
Sin embargo, es casi unánime la opinión de que los grandes sacrificios y riesgos
corridos por Germánico en estas campañas, compensaban muy poco el botín obtenido
en unas tierras bastante pobres y peligrosas. Fué más una recuperación parcial del
honor romano perdido en Teutoburgo, que una exitosa campaña militar. La actitud
poco reflexiva de Germánico, unida a su desdén de las órdenes de Tiberio y de las
políticas de Augusto, hicieron que el emperador lo apartase de su mando llamándolo
a Roma y que le diese un nuevo destino en oriente. Aunque también tenemos que
tener en cuenta que puede que en esta decisión pesase el temor de Tiberio a que la
enorme popularidad de Germánico opacase su propia figura.
Como comentábamos, Tiberio se vió obligado a adoptar como hijo suyo a su sobrino
Germánico, para que le sucediese en el trono, apartando del mismo a su propia
descendencia. Cuando Germánico era ya un adulto y tras sus campañas en Germania,
el emperador ordena que vuelva a Roma y lo destina a cumplir con una misión
diplomática en Siria para ayudar al gobernador de la zona Cneo Calpurnio Pisón.
Calpurnio Pisón ante la presión popular fue finalmente procesado y sometido a juicio
por el asesinato de Germánico, y antes de que se dictase sentencia se suicidó.
Posiblemente para evitar su propia vergüenza y las consecuencias que eso tendria
para su familia. Pero tampoco podemos obviar que este acto es prácticamente una
declaración de culpabilidad de los cargos que se le acusaban, y además de esta forma
si Tiberio estaba realmente implicado, nunca se sabría con certeza. Lo cierto es que la
muerte de Germánico abría la linea de sucesión a Druso el joven, el hijo natural de
Tiberio.
Para finalizar con las principales líneas de la política interior de Tiberio, hemos de
volver a repetir que pese a ser un partidario republicano, fue un claro continuador de
todas las políticas de Augusto. Mantuvo las instituciones y las reformas anteriores,
saneó las finanzas del estado, y se confirmó como un eficaz administrador y estadista
durante su mandato. Pero su carácter huraño, silencioso y amargado, las duras
medidas tomadas para sanear las finanzas estatales, la progresiva aversión que
desarrolló frente a la incompetencia del senado, y los rumores sobres su implicación
en la muerte de Germánico, acabaron por hacer de él un gobernante impopular entre
su pueblo y enfrentado con las clases senatoriales de la época.
POLÍTICA EXTERIOR:
Las campañas en suelo Germano iniciadas por Germánico, no fueron del agrado de
Tiberio debido a su escaso valor coste-recompensa, y decidió ponerles fin para
utilizar la via diplomática y aprovecharse de la división entre los dos principales jefes
de las tribus germanas de entonces, Arminio y Marbod. Estas iniciativas fueron
exitosas e impidieron que Roma se enfrentase a una Germania unida, lo que permitió
consolidar la administración sobre los territorios conquistados de Germania inferior y
superior. Solo en la provincia de Tracia hubo que reprimir una sublevación de las
tribus indígenas. Suetonio describe la actitud del emperador en cuanto a la política
exterior:
“No hizo durante su imperio ninguna expedición militar, conteniendo por medio de
sus legados los movimientos de los enemigos. Con los reyes, ostensiblemente
enemigos o sospechosos, usó quejas y amenazas con más frecuencia que la fuerza
para contenerlos.”
En este marco, con un Tiberio impopular y tras la muerte de Germánico, surge uno de
los personajes más oscuros que nos ha llegado a través de la tradición romana: el
prefecto del pretorio Lucio Elio Sejano.
En el año 15 dc Sejano habia sido investido como prefecto del pretorio, es decir,
como el comandante de la guardia pretoriana que era el único cuerpo militar armado
de Italia. Sejano consigue acuartelar a las nueve cohortes pretorianas dentro de la
ciudad de Roma, con lo que transforma su cargo en uno de los elementos más
influyentes e imprevisibles del principado. Supo ganarse la confianza de Tiberio, y
puso este poder ilimitado e irresponsable a su servicio con un único objetivo:
conseguir el trono.
Pese a esto, ya que Agripina la viuda de Germánico habia acusado durante años a
Tiberio de asesinar a su esposo, a la muerte de Druso el joven Tiberio recomienda al
senado que le sucedan los hijos de Germánico. La jugada no ha salido como Sejano
esperaba, y comienza a enfrentar abiertamente a los partidarios de Agripina con
Tiberio sirviendose de la lex maiestate para implicar a los sostenedores del partido de
Agripina en diversos cargos de traición mediante una red de delatores a su servicio.
Tras la tormenta, Tiberio siguió dirigiendo el imperio desde Capri hasta el año 37 dc
cuando le sobrevino la muerte. Una buena parte de la mala fama de Tiberio que ha
llegado hasta nuestros dias proviene de que durante su retiro en esta isla, algunos
historiadores clásicos atribuyen todo tipo de sucesos macabros a esta estancia del
emperador. Asesinatos, torturas, vejaciones, depravación sexual etc. Desde la
perspectiva actual, todas estas historias tienen muy poco fundamento o directamente
ninguno, ya que las atribuimos más a la negativa influencia de las fuentes clásicas,
que provenian en su inmensa mayoria del estamento arístocrático senatorial con el
que Tiberio terminó fuertemente enfrentado, y con la escasa popularidad que tenia
entre la plebe urbana. Y no menos importante es que dichos sucesos no cuadran con
la actitud, recta, disciplinada y en nada dada a los excesos que tenia la personalidad y
el comportamiento del propio emperador.