Leccion 11
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Base de cráneo
Generalidades.
La cabeza al igual que el resto del Aparato Locomotor, mantiene las funciones en la estática y en
la dinámica, pero en comparación con los otros elementos que lo conforman, presenta
diferencias significativas.
Las funciones dinámicas de la cabeza se realizan principalmente a nivel del cuello, el cual se
halla dotado de gran movilidad, para permitir orientar la cabeza ante cualquier estímulo y es
fácil de proteger gracias a su musculatura o mediante movimientos de las extremidades
superiores. Las actividades propias de la cabeza se corresponden con la masticación y deglución
del bolo alimentario y mediante la musculatura de la mímica tienen lugar actividades de
relación gracias a la expresión facial.
Frontal.
El frontal es un hueso del cráneo plano, impar y medio, localizado en la parte más anterior y
superior de la cabeza, ocupando la región denominada frente, forma parte de la base del cráneo
(fosa craneal anterior), de la bóveda craneal y de la pared superior de las órbitas. En el interior
del hueso frontal, en la unión de la escama y las porciones orbitarias, se localiza una cavidad,
conocida como seno frontal, comunicada con la fosa nasal a través de un orificio de
desembocadura.
Para orientarlo se coloca la cara convexa del hueso hacia delante y hacia abajo la porción del
hueso que presenta una escotadura.
• Escama del frontal (Poción vertical): Ancha lámina ósea que se extiende cranealmente para
articularse con los dos huesos parietales mediante la sutura coronal (en su parte superior) y
las alas mayores del esfenoides (en su parte inferior) y que forma parte de la bóveda del
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cráneo. En ella se distinguen tres caras: la cara interna (endocraneal), la cara externa y la
cara temporal.
Tuberosidad frontal
Arco superciliar
Glabella
Borde supraorbitario
Escotadura supraorbitaria/ Agujero supraorbitario
Borde parietal
Línea temporal
Apófisis cigomática
Cara interna:
Cresta frontal
Surco del seno sagital superior
Agujero ciego
A ambos lados de ésta se aprecian unas cavidades cuboideas que al articularse con unas
homólogas del etmoides forman los senos etmoidales. En la parte más anterior de la
escotadura, el frontal se articula con los huesos nasales, el maxilar superior y el hueso
lacrimal. El borde posterior de las porciones orbitarias se articula con las alas menores del
esfenoides mediante el borde esfenoidal.
En el interior de las caras orbitarias se localizan dos depresiones, una lateral y otra medial,
que se conocen como fosa troclear (medial) y fosa de la glándula lagrimal (lateral).
Parietal.
Es un hueso plano y par localizado a ambos lados de la bóveda craneal. Tiene forma
cuadrangular, por lo que se distinguen dos caras (endocraneal y exocraneal), cuatro bordes y
cuatro ángulos. Para orientarlo, se sitúa la porción cóncava medial, el borde cóncavo hacia abajo
y el ángulo donde se localizan surcos hacia delante.
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La cara exocraneal o externa, de forma convexa, presenta dos líneas curvas paralelas que
delimitarán la fosa temporal, denominadas líneas temporales superior e inferior. Presenta un
saliente en su parte media: la eminencia parietal.
El borde anterior o frontal se articula con el frontal; el borde superior con el parietal
contralateral y recibe la denominación de borde sagital; el borde posterior, borde occipital con
el occipital y; el borde inferior con el temporal y con el esfenoides a nivel del ángulo
anteroinferior, denominándose borde escamoso.
Occipital.
Es un hueso impar y medio, localizado en la parte más dorsal del cráneo, formando parte de la
bóveda y de la base del mismo. Se articula con los huesos parietales, con los temporales, con el
esfenoides y con el atlas (CI).
• Escama occipital: Su cara endocraneal se halla dividida en cuatro porciones por la presencia
de tres surcos vasculares y una cresta ósea que confluyen en una zona central más
prominente (protuberancia occipital interna) formando una cruz, el surco que sigue
dirección craneal corresponde al seno sagital superior, los laterales son los surcos de los
senos transversos y la cresta inferior se denomina cresta occipital interna. Las dos fosas
superiores son las fosas cerebrales y las inferiores las fosas cerebelosas.
• Partes laterales: Se corresponden con las zonas articulares del occipital para las carillas
articulares superiores del atlas, los cóndilos del occipital. Por detrás del los cóndilos se
reconoce una depresión denominada fosa condílea, en cuyo interior se ubica el conducto
condíleo. En la parte anterior del cóndilo hallamos un orificio de mayor tamaño que al
anterior que permite el paso del nervio hipogloso, conducto del nervio hipogloso.
En su parte lateral, presentan una escotadura (escotadura yugular), situada entre la apófisis
yugular en la parte anterior y el tubérculo yugular en la posterior. Al articularse con el
hueso temporal formará el agujero yugular (agujero rasgado posterior). Habitualmente la
escotadura yugular está dividida en dos partes por un relieve óseo, la apófisis
intrayugular.
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• Porción basilar: Es la parte del hueso anterior al agujero occipital, se articula con el
esfenoides en su parte anterior formando una sinostosis (sinostosis esfenooccipital). En su
cara externa se localiza una protuberancia de pequeño tamaño, el tubérculo faríngeo. Su
cara interna se continúa con la parte posterior de la silla turca del esfenoides y sirve de
apoyo a los elementos del tronco del encéfalo, forma un canal conocido como clivus.
Etmoides.
Es un hueso impar y medio, que forma parte de la fosa craneal anterior, situándose en la zona
central de ésta, articulado con el frontal y, en su vertiente exocraneal de las fosas nasales y
orbitarias.
La porción endocraneal del hueso presenta una apófisis con forma de cresta denominada
apófisis crista galli, a ambos lados de ésta se aprecian numerosos orificios que forman la
denominada lámina cribosa del etmoides, que permite la comunicación con la fosa nasal.
La vertiente exocraneal del hueso presenta una prolongación vertical central (lámina
perpendicular) que contribuye a la formación del tabique nasal óseo y unas masas laterales que
toman parte en su vertiente lateral de la pared medial de la fosa orbitaria (lámina orbitaria) y
en su lado medial de la pared lateral de la fosa nasal mediante dos excrecencias óseas
denominadas cornetes o conchas nasales superior y media. Estas masas laterales del etmoides
están excavadas en su parte superior por las celdillas etmoidales que formarán junto con las
homólogas del frontal los senos etmoidales.
Esfenoides.
El esfenoides es el eje central de los huesos del cráneo, forma parte de todas las fosas craneales y
de todas las fosas de la cara. Impar y medio, para su estudio se considera que tiene forma de
insecto, dividiéndose sus partes en: cuerpo, alas mayores, alas menores y apófisis pterigoides.
• Cuerpo del esfenoides: Es la parte central del hueso de la que se origina el resto de
porciones. Tiene forma hexagonal, su interior aloja dos cavidades (senos esfenoidales)
separadas por un tabique. Estas cavidades comunican por la parte anterior con las fosas
nasales. La cara anterior del cuerpo está atravesada de arriba abajo por la cresta esfenoidal
que se articula con la lámina perpendicular del etmoides y finaliza en un relieve
puntiagudo conocido como pico esfenoidal que continua por la parte inferior del cuerpo
para articularse con el vómer. A ambos lados de la cresta esfenoidal, unas piezas óseas
cierran casi en su totalidad los senos esfenoidales, las conchas esfenoidales.
La cara superior (endocraneal), forma parte de la fosa craneal media, presenta una
depresión central donde se aloja la glándula hipófisis (fosa hipofisaria) limitada por
delante y por detrás por seis apófisis (dos anteriores y dos posteriores) denominadas
apófisis clinoides, tomando el aspecto de silla de montar por lo que recibe el nombre de
silla turca. En su parte posterior (dorso de la silla) se articula con la porción basilar del
occipital, mediante una sinostosis característica que hace que ambos huesos formen una
unidad en el adulto. Por delante de la fosa hipofisaria se localiza el surco prequiasmático
que une ambos conductos ópticos.
Las caras laterales del cuerpo del esfenoides presentan el surco carotídeo, en forma de “S”
en el que se aloja la arteria carótida interna en la parte inicial de su trayecto intracraneal.
• Alas menores: Se originan de la parte más ventral y craneal del cuerpo (yugo del
esfenoides), formando en su origen un orificio (conducto óptico). Forman parte de la fosa
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craneal anterior al articularse con frontal y etmoides por su borde anterior, y del techo de
las fosas orbitarias por su cara inferior.
• Alas mayores: Se desprenden de las caras laterales del cuerpo del esfenoides, se compone
de una cara cóncava endocraneal y cuatro caras exocraneales.
La cara endocraneal forma parte de la fosa craneal media, recibe el nombre de cara cerebral,
presenta tres orificios importantes, por este orden: agujero redondo, agujero oval y agujero
espinoso.
La vertiente exocraneal de las alas mayores del esfenoides al articularse con el frontal y el
malar por delante, delimita dos caras laterales y dos mediales. Las caras laterales están
separadas por la cresta infratemporal, que delimita una parte superior, la cara temporal y
una inferior, la cara infratemporal, que forman parte de las fosas temporal, cigomática. Las
caras mediales constituyen la cara orbitaria (superior) y la cara maxilar (inferior). Entre las
alas mayores y menores se forma un espacio de gran importancia para el paso de
estructuras hacia la fosa orbitaria, denominado fisura orbitaria superior.
Temporal.
Es el hueso más complicado del cráneo, debido a que en su interior se localiza el órgano
auditivo que condiciona la presencia de numerosos conductillos y orificios que atraviesan el
espesor del hueso. Se trata de un hueso plano y par situado en las partes laterales de la cabeza
en la zona que salen las primeras canas, de ahí su nombre. Para estudiarlo se divide en tres
partes: escama, porción petrosa o peñasco del temporal y porción timpánica.
• Escama del temporal: lámina ósea, ancha y delgada que se extiende verticalmente para
formar parte de las paredes laterales de la bóveda craneal, se articula con el parietal por
su borde superior, con las alas mayores del esfenoides por delante y con el occipital por
detrás. En su cara exocraneal se aprecia la presencia de una apófisis delgada que se
separa lateralmente de la misma y se dirige en dirección ventral (paralela a la cara
exocraneal de la escama) para articularse con el cigomático (apófisis cigomática)
formando la denominada asa de la calavera, en la base de ésta se localiza una depresión
articular para la mandíbula, la fosa mandibular, separada de la apófisis cigomática por
un relieve denominado tubérculo articular. La cara endocraneal es la cara cerebral de
la escama del temporal.
• Porción petrosa: Se trata de una pirámide ósea cuadrangular con base posterior y
exocraneal y vértice anterior y endocraneal, cuyo eje mayor sigue dirección
lateromedial.
Las cuatro caras de la pirámide son dos caras endocraneales y dos exocraneales. Las
caras endocraneales se disponen formando parte de las fosas craneal media y posterior
recibiendo la denominación de cara cerebral y cara cerebelosa respectivamente. La cara
cerebral presenta los siguientes detalles: techo del tímpano, eminencia arqueada, hiato
del conducto del nervio petroso menor, hiato del conducto del nervio petroso mayor,
y la impresión trigeminal que aloja el ganglio del trigémino. En la cara cerebelosa se
aprecia: un orificio que se corresponde con el conducto auditivo interno, la fosa
subarcuata y la abertura del conductillo vestibular.
• Porción timpánica: Lámina ósea triangular que delimita junto con la cara anterior
exocraneal del peñasco el agujero del conducto auditivo externo.
Los huesos de la cabeza excepto el maxilar inferior, se unen por articulaciones no sinoviales del
tipo de las sinfibrosis y sincondrosis, todas ellas evolucionan en diferentes periodos de la vida a
sinostosis por lo que algunas no son visibles más que en el cráneo fetal o infantil. El papel de
estas articulaciones previamente a su osificación es asegurar el crecimiento de los huesos
vecinos y proporcionar al cráneo una elasticidad y plasticidad muy útil durante este período.
Las articulaciones características del tipo sinfibrosis son las uniones de los huesos de la bóveda
craneal que reciben la denominación de suturas, siendo importantes por su relación con zonas
de crecimiento del cráneo que estudiaremos en el apartado de embriología, las siguientes:
En las suturas pueden aparecer pequeños huesos independientes que reciben el nombre de
huesos wormianos.
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La presencia de las suturas craneales ha sido utilizada para el estudio de las diferentes medidas
e índices del cráneo, mediante el desarrollo de los denominados puntos antropométricos, los
principales son:
Neurocráneo en conjunto.
El cráneo o neurocráneo se halla configurado como una caja cerrada que delimita el espacio en
el que se aloja el sistema nervioso central craneal (encéfalo), por lo tanto, la forma del continente
se adapta a la del contenido. Podemos distinguir en el cráneo dos zonas diferenciadas:
Se corresponde con la parte inferior del mismo donde se apoya el encéfalo, presenta numerosos
orificios de comunicación de pequeño tamaño para la salida de los nervios o para la llegada de
los vasos al interior de la cabeza y presenta un gran orificio posterior (agujero magno) a través
del que se exterioriza la médula espinal hacia el conducto vertebral.
Los huesos que forman esta parte del cráneo son los filogenéticamente más antiguos. Algunos
de éstos únicamente forman parte de la base del cráneo y otros han desarrollado porciones
óseas filogenéticamente más recientes que forman parte de la estructura de revestimiento de la
cavidad craneal.
Los huesos de la base del cráneo se agrupan en tres fosas determinadas por las distintas
porciones encefálicas: fosa craneal anterior, fosa craneal media y fosa craneal posterior.
Los límites de esta fosa se corresponden con los bordes posteriores de las alas menores del
esfenoides por detrás, continuándose por delante con la bóveda craneal mediante la escama del
frontal.
Se halla constituida por: los huesos frontales en la vertiente endocraneal de sus porciones
orbitarias, etmoides en la parte central con la apófisis crista galli y las láminas cribosas a ambos
lados de ésta y por la cara superior de las alas menores del esfenoides y el yugo esfenoidal.
Fosas nasales: a través de las láminas cribosas del etmoides, donde se apoyan los
bulbos olfatorios.
Fosas orbitarias: mediante el conducto óptico de las alas menores del esfenoides por el
que pasa el nervio óptico y a través de los agujeros etmoidales anterior y posterior
que se forman entre el frontal y la lámina cribosa del etmoides.
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Limitada por delante por el borde posterior de las alas menores del esfenoides y las apófisis
clinoides anteriores; por detrás se separa de la fosa posterior por el borde piramidal del
temporal a los lados y el dorso de la silla del cuerpo del esfenoides con las apófisis clinoides
posteriores en la parte central.
Formada por: el cuerpo del esfenoides y cara endocraneal de las alas mayores, las caras
cerebrales del peñasco y una pequeña porción de la escama del temporal.
Se comunica con:
Fosa orbitaria: a través de la fisura orbitaria superior entre las alas menores y mayores
del esfenoides.
Fosa pterigopalatina: por el agujero redondo.
Fosa cigomática: mediante los agujeros oval, espinoso y agujero rasgado formado por
la punta del peñasco y el cuerpo del esfenoides.
Sus límites anteriores coinciden con los posteriores de la fosa cerebral media, por detrás se
continúa con la bóveda craneal mediante la escama occipital.
En ella se halla contenidas las caras cerebelosas de los peñascos de los huesos temporales y el
occipital.
Bóveda craneal
La bóveda craneal aparece como consecuencia del importante crecimiento de los lóbulos
cerebrales en los mamíferos superiores, se halla formada por partes de los huesos de la base del
cráneo que se extienden desde la zona basal de estos huesos como hojas óseas anchas (escamas)
que se disponen de forma abovedada para recubrir los lóbulos cerebrales. En el adulto es de
extremada dureza para cumplir su misión de protección, convirtiéndose en una estructura no
extensible.
Solo dos huesos del cráneo forman exclusivamente parte de la bóveda craneal, los parietales.
La bóveda craneal se halla formada de delante hacia atrás por: escama del hueso frontal, huesos
parietales articulados entre sí, escamas de los huesos temporales y escama del hueso occipital.
Característicamente estos huesos presentan en su vertiente endocraneal: surcos vasculares, son
cóncavas para adaptarse a la convexidad de los lóbulos cerebrales y presentan depresiones
similares a las huellas dejadas por dedos (impresiones digitales) que representan los diferentes
surcos y circunvoluciones cerebrales. Las vertientes exocraneales de estos huesos son lisas y
sobre ellas se adapta la piel del cuero cabelludo.
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Los huesos de la cara tienen como misión principal el soporte y protección de las vísceras de la
cabeza (porciones iniciales del aparato respiratorio y digestivo) y de los órganos de los sentidos.
El eje principal de la cara son los huesos maxilares, sobre los que se articulan la mayoría de los
restantes huesos, de mucho menor tamaño, para delimitar las diferentes fosas o espacios
anatómicos de la cara, en los que se alojan las estructuras viscerales y de los órganos de los
sentidos.
Mención aparte merece la mandíbula. Se trata del único hueso móvil de la cara gracias a su
articulación de tipo diartrosis con los temporales que actúa durante la masticación, este hueso
también sirve como soporte de estructuras imprescindibles para la ingesta (lengua y glándulas
salivares).
Maxilar
Es el principal hueso del macizo facial, contribuye a la formación de casi todas las fosas de la
cara y de la boca. Se articula con casi todos los huesos de la cara y forma parte de todas las fosas
de la cara.
Su orientación no suele ofrecer dificultades ya que posee una gran oquedad que debe
posicionarse medial, los dientes se orientan en posición caudal y la apófisis más voluminosa
anterior.
Es un hueso par en el que podemos distinguir una parte más voluminosa (cuerpo) de la que se
desprenden varios salientes (apófisis): Frontal, Palatina, y Cigomática
El cuerpo del maxilar tiene forma de pirámide triangular de base medial. La base se
corresponde con la cara nasal del maxilar que formará parte de las fosas nasales,
característicamente esta cara es hueca, presentando un gran orificio que la comunica con las
fosas nasales (seno maxilar). Esta cavidad está cerrada parcialmente por los diferentes huesos
que se articulan en la cara nasal del maxilar, dejando únicamente visible un orificio (agujero del
seno maxilar). Por detrás del seno maxilar se identifica un surco (surco palatino mayor) que al
articularse con el palatino forma el conducto para el nervio palatino mayor. De la parte inferior
del cuerpo se desprende una apófisis horizontal, que se dispone perpendicular a toda la cara
nasal y que se articula con la apófisis palatina contralateral y forma parte del suelo de las fosas
nasales y del techo de la boca (paladar), recibiendo la denominación de apófisis palatina; en la
parte anterior se observa la presencia de los conductos incisivos que comunican el paladar con
la fosa nasal. En la parte ventral y craneal se origina una apófisis de dirección ascendente hasta
articularse con el frontal, la apófisis frontal, entre ésta apófisis y el seno maxilar se aprecia un
canal (canal lacrimal) que se prolonga hasta la órbita, donde forma la incisura lacrimal. La
vertiente nasal de la apófisis frontal presenta dos crestas, una superior para la articulación con
el etmoides (cresta etmoidal) y otra inferior que se articula con la concha nasal inferior (cresta
de la concha). La porción caudal de esta cara sirve de raíz para los alvéolos dentarios y se
denomina apófisis alveolar.
Las tres caras restantes se disponen alrededor de una apófisis que forma el vértice de la
pirámide y que se articula con el hueso cigomático (apófisis cigomática), de forma que se
distinguen una cara superior (orbitaria), una cara anterior (facial) y una cara posterior
(infratemporal) recibiendo su nombre de la región de la cara de la que forman parte. La cara
orbitaria formará parte del suelo de la órbita y presenta un surco del que se inicia un conducto
(surco y conducto infraorbitarios), su borde anterior forma parte del borde de la órbita y recibe
el nombre de borde infraorbitario. La cara anterior no forma parte de ninguna fosa, presenta en
su parte central el orificio de desembocadura del conducto infraorbitario, denominado agujero
infraorbitario y por debajo de éste una depresión (fosa canina), su borde anterior presenta una
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escotadura que delimitará el orificio piriforme de entrada a las fosas nasales, la escotadura
nasal que finaliza en la parte anterior de forma puntiaguda en la espina nasal anterior. La cara
posterior formará parte de la fosa cigomática, su parte posterior forma un relieve (tuberosidad
del maxilar) y por delante de ella se aprecian unos pequeños orificios de entrada a unos
conductos, conocidos como agujeros y conductos alveolares.
Palatino.
La orientación del hueso se realiza colocando su lámina de mayor longitud en posición craneal,
la lámina de menor tamaño en posición medial y la apófisis que se desprende de ésta en
posición dorsal.
• Lámina perpendicular: Lámina ósea articulada por su cara lateral (cara maxilar) sobre la
parte posterior de la cara medial del maxilar cerrando parcialmente el orificio del seno
maxilar, y completando mediante el conducto palatino mayor mediante el surco palatino
mayor. La parte posterior de la lámina perpendicular se articula con las apófisis pterigoides.
Su cara medial (cara nasal) forma parte de la pared lateral de la fosa nasal, presenta dos
crestas similares a las de la cara medial de la apófisis frontal del maxilar, la cresta etmoidal
y la cresta de la concha que sirven para articularse las partes posteriores el etmoides y la
concha nasal inferior.
De ella se desprenden en dirección craneal dos apófisis, una anterior que forma parte de la
fosa orbitaria (apófisis orbitaria) y una posterior que se articula con el esfenoides (apófisis
esfenoidal), delimitando una escotadura entre ellas (escotadura esfenopalatina) que al
articularse con la parte inferior del cuerpo del esfenoides forma el foramen esfenopalatino.
Cigomático
Es el hueso que forma el relieve de la mejilla, se sitúa completando el puente óseo formado por
las apófisis cigomáticas de los huesos temporal, maxilar y frontal. Por lo tanto en su
constitución tienen cabida tres apófisis para dichos huesos que se corresponden con sus
homólogas y que reciben el nombre del hueso con el que se articulan, se distinguen pues: la
apófisis frontal, la apófisis temporal y la apófisis maxilar.
En la superficie lateral del hueso se identifica el foramen cigomaticofacial que se comunica con
otros dos orificios en la cara orbitaria del hueso (foramen cigomático-orbitario) y en la cara
temporal (foramen cigomáticotemporal)
El hueso cigomático forma parte de las fosas orbitaria y temporal mediante las dos caras de la
apófisis frontal y de la superficie facial por su cara externa.
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Lacrimal
Pequeño hueso par situado en la pared interna de la fosa orbitaria por detrás de la apófisis
frontal del maxilar superior, que forma parte por su cara externa de la fosa nasal en su pared
medial. Delimita un conducto junto con el maxilar superior denominado conducto lagrimal que
vehiculiza la secreción lacrimal desde la fosa orbitaria a la nariz.
Nasal
Pequeño hueso par con forma de teja, que recibe también la denominación de concha inferior,
que se localiza en la cara lateral de la fosa nasal articulado sobre el maxilar y el palatino, para
contribuir a cerrar el agujero del seno maxilar.
Vómer
Hueso impar y medio que forma parte del tabique nasal óseo, se articula por su borde superior
con el esfenoides, por el borde inferior con las apófisis palatinas de los maxilares superiores y
las láminas horizontales de los palatinos. El borde anterior es libre para unirse al tabique nasal
cartilaginoso en su parte inferior y se articula por su mitad superior con la lámina
perpendicular del etmoides.
Mandíbula.
Forma el macizo facial inferior, es el único hueso de la cabeza que se une con otro hueso de la
misma mediante articulación sinovial (articulación temporomandibular). Es impar y medio,
para su estudio se distinguen un cuerpo central y dos ramas laterales. La orientación es muy
sencilla y prácticamente no precisa de referencias.
Cuerpo de la mandíbula: robusta lámina ósea con forma de arco de concavidad posterior.
La cara externa es subcutánea protuyendo su parte central para formar el mentón (sínfisis
de la mandíbula) presentando a ambos lados los agujeros mentonianos. A ambos lados
emerge la línea oblicua que se continúa con el borde anterior de la rama de la mandíbula
correspondiente. La cara posterior forma parte de la boca, en su parte central presenta
cuatro apófisis de importancia por ser inserciones musculares, las espinas mentonianas. Es
fácilmente distinguible una línea oblicua que sirve como inserción al músculo milohioideo
(línea milohioidea) que delimita dos fosas por encima (fosa sublingual) y por debajo (fosa
submandibular) Su borde superior recibe la denominación de arco alveolar por que en él se
implantan los alvéolos dentarios inferiores.
Ramas de la mandíbula: son dos láminas rectangulares, más delgadas que el cuerpo, con el
que forman un ángulo de más de 90º (gonion o ángulo de la mandíbula), se dirigen en
dirección craneal para articularse con el hueso temporal a nivel de los apófisis condilar en
la que se distinguen dos porciones (cabeza de la mandíbula y cuello de la mandíbula).
Presentan una cara lateral y otra medial. En la cara medial se aprecia un orificio que
permite la entrada de vasos y nervios para los alvéolos dentarios (orificio de la
mandíbula), éste se halla limitado por un saliente, língula de la mandíbula, que sirve
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como referencia al odontólogo para la anestesia de los dientes. El borde superior presenta
de atrás hacia delante los siguientes detalles: cabeza de la mandíbula, incisura mandibular
y apófisis coronoides.
Hioides
Es un hueso impar con forma de "uve" situado en el cuello en la base de la lengua, es derivado
de los arcos branquiales segundo y tercero, su importancia radica en que es el punto de
origen/inserción de gran parte de la musculatura anterior del cuello y de algunos músculos de
la cabeza. Se distinguen una parte central o cuerpo y unas partes laterales o astas mayores. En
el límite entre el cuerpo y las astas mayores, se desarrollan en dirección craneal unas pequeñas
apófisis denominadas astas menores.
Fosas de la cabeza
Las distintas fosas localizadas en la cara se han desarrollado para dar cabida y proteger
diferentes estructuras de importancias localizadas en la cabeza y permitir su comunicación con
el entorno y con las cavidades vecinas.
Fosas orbitarias.
• Pared superior (Techo de la órbita): formada por la porción orbitaria del frontal y las alas
menores del esfenoides.
• Pared inferior o suelo de la órbita: básicamente formado por la cara orbitaria del maxilar.
• Pared lateral: cara orbitaria del hueso cigomático y cara orbitaria de las alas mayores del
esfenoides.
• Pared medial: en ella se localizan de delante hacia atrás, la apófisis frontal del maxilar, el
hueso lacrimal, la lámina orbitaria del etmoides y la apófisis orbitaria del hueso palatino.
• Base (pared anterior), es hueca y delimitada por el reborde orbitario formado por los
huesos frontal, cigomático y maxilar.
Fosas nasales.
Cavidades anfractuosas situadas en la parte media de la cara entre la base del cráneo y la
bóveda palatina. Comunican con el exterior por el agujero piriforme limitado por la escotadura
nasal del maxilar y el borde inferior de los huesos nasales. Dorsalmente comunican con la
faringe mediante los orificios de las coanas, las cuales se encuentran limitadas por las apófisis
pterigoides lateralmente, el cuerpo del esfenoides por arriba, la lámina horizontal del palatino
caudalmente y, medialmente por el borde posterior del vómer. Se constituyen dos túneles que
atraviesan, en dirección anteroposterior, el macizo facial, pero en cuya formación intervienen
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huesos del cráneo, estos túneles se hallan separados por un tabique central óseo que forma la
pared medial de cada fosa.
Se distinguen cuatro paredes: techo, suelo, pared lateral y pared medial o tabique nasal:
• Techo o pared superior: está formado por los huesos nasales, la espina nasal del frontal y
la lámina cribosa del etmoides.
• Suelo o pared inferior: formado por las cara superiores de la apófisis palatina del maxilar
y de la lámina horizontal del palatino.
• Tabique nasal óseo o pared medial: el eje central es el hueso vómer y su articulación con la
lámina perpendicular del etmoides.
• Pared lateral: es la más complicada de todas, se forma por la articulación de múltiples
huesos de la cabeza sobre la cara medial de maxilar para disminuir de tamaño el orificio
del seno maxilar. La cara medial del maxilar, se articula por detrás con las láminas
mediales de las apófisis pterigoides del esfenoides y sobre estos elementos se van
superponiendo el resto de huesos que forman esta pared, la lámina vertical del palatino por
detrás, las masas laterales del etmoides con los cornetes superior y medio en su parte
superior, el lacrimal y el hueso nasal en su parte superior y anterior y el cornete inferior
cruzando transversalmente la parte más inferior de la pared.
Las comunicaciones de las fosas nasales son múltiples y complejas, por lo que señalaremos las
más importantes:
Mención aparte merecen las comunicaciones de las fosas nasales con los denominados senos
paranasales excavados en el interior de varios huesos de la cabeza. Así, se comunica con los
senos frontal, esfenoidal, etmoidales y maxilar.
Fosa temporal.
Depresión en la parte lateral y superior de la cabeza, delimitada por arriba por la línea
temporal que se forma entre los huesos frontal y parietal y por abajo por el asa de la calavera.
Contiene el músculo temporal que ocupa prácticamente toda su superficie. Ocupada por los
huesos: cigomático, cara temporal del ala mayor del esfenoides, escama del temporal, frontal y
parietal. Se comunica con la fosa cigomática por su parte inferior y con la orbitaria y la
superficie facial mediante el conducto cigomático-temporal
Situada inmediatamente por debajo de la anterior, tiene importancia por ser una zona de
tránsito de estructuras vasculares y nerviosas desde el cuello a la cabeza y viceversa. Es
compleja para describirla ya que carece de pared inferior y posterior. Su pared lateral se forma
por la rama de la mandíbula.
Recibe la salida de los conductos de las alas mayores del esfenoides: agujero oval y espinoso y
del agujero formado entre la punta del peñasco del temporal y el esfenoides (foramen lacerum).
Se comunica con la órbita mediante la fisura orbitaria inferior y con la fosa pterigopalatina a
través de la fisura pterigomaxilar
Fosa pterigopalatina.
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De pequeño tamaño, se localiza entre las apófisis pterigoides del esfenoides, el palatino y el
maxilar, estación de paso de nervios y vasos hacia la fosa nasal y la boca con la que se
comunica por el conducto palatino mayor. Se comunica con la fosa nasal mediante el agujero
esfenopalatino
Paladar óseo
Se corresponde con el techo óseo de la boca, se halla formado por maxilar, palatino y
esfenoides.
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