Investigación
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Investigación
Nombres: Catalina Wichmann H., Carolina Fuentes V., Benjamín Silva R., Tomás
Azócar Z. y Cristóbal Chávez S.
Curso: 2do B.
Fecha: 05-07-21
Introducción
Los cuidados prenatales son la base de un embarazo saludable, es una de
las mejores maneras de promover un nacimiento sin complicaciones, e informar a
las mujeres sobre medidas importantes que pueden tomar para proteger al bebé y
garantizar su salud.
Por ese mismo motivo, son de vital importancia los controles prenatales, la
madre debe recibir seguimiento médico durante el periodo de gestación ya que
contribuye a proteger tanto a la embarazada como al bebé; detectando a tiempo
posibles complicaciones, observando el desarrollo del niño(a) que va a nacer,
recibiendo preparación para el nacimiento y para los cuidados del recién nacido,
derivando a otros servicios, si así corresponde, etc.
Metodología
Se desarrolla un estudio teórico de los controles médicos en embarazadas,
en Chile, con datos que proporciona el sistema “Chile crece contigo” y el Minsal,
además, utilizando información de carácter general, obtenida de diversas fuentes y
revistas de divulgación científica.
Frecuencia
En la red pública de establecimientos de salud, se realiza un control cada
cuatro semanas hasta la semana 28, luego cada dos semanas hasta la 36, y
posteriormente un control semanal hasta el momento del parto.
-Hematrocito y hemoglobina.
-Glicemia.
-Orina completa.
-VDRL o RPR.
A todas las mujeres gestantes con test para VIH positivo confirmado por el
ISP, se les debe realizar la prueba de identidad y ser derivadas al Centro de
Atención de VIH, y a la Unidad de Alto Riesgo Obstétrico. Se debe procurar que la
mujer gestante seropositiva para VIH acuda con su pareja para realizar su estudio
y tratamiento si corresponde.
En estas casi tres décadas de “epidemia de infección por VIH”, se han ido
desarrollando estrategias para disminuir el riesgo de transmisión cuando una
persona no infectada se pone en contacto con el VIH. Uno de los hitos clave fue la
demostración de que la utilización de zidovudina desde el segundo trimestre de
embarazo, durante el parto y durante unas semanas en el recién nacido disminuyó
el riesgo de trasmisión vertical de la infección por VIH de 25 a 8%. Posteriormente,
estas estrategias se han ido perfeccionando hasta conseguir tasas de transmisión
vertical por debajo del 1%.