Arnaldo Arnedo Mayoral - Trabajo Final Monografía
Arnaldo Arnedo Mayoral - Trabajo Final Monografía
Arnaldo Arnedo Mayoral - Trabajo Final Monografía
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
1
LA AUTOMEDICACIÓN COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA EN
EMBARAZADAS Y LA OPORTUNIDAD DE PROMOCIONAR EL USO
RACIONAL DE MEDICAMENTOS POR EL QUÍMICO FARMACÉUTICO
Director de Trabajo
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
Jurado
Jurado
A Dios por todas sus bendiciones y por ser el amigo que nunca falla.
A todas las personas que de alguna forma ayudaron a que se lograra esta
monografía.
A mis compañeros de estudio por entender que cada uno de los esfuerzos
académico fue por crecer en esta vida llena de obstáculos y muy especialmente a
mi tutor SANTIAGO RAFAEL LORA LEONES, por el acompañamiento y el
fortalecimiento de los conocimientos para el desarrollo y culminación de este
trabajo.
ARNALDO ARNEDO MAYORAL
4
La Universidad de Cartagena ni el jurado examinador, se hacen
responsables de los conceptos emitidos en el presente trabajo
2. INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 10
3. RESULTADOS............................................................................................... 13
4. CONCLUSIONES .......................................................................................... 40
5. RECOMENDACIONES .................................................................................. 41
6. BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................. 42
6
LISTA DE TABLAS
Tabla 1: Clasificación de los medicamentos con riesgo fetal según la FDA ......... 23
FDA.................. 27
esteroideo
8
1. RESUMEN
La automedicación es el consumo de medicamentos por decisión propia, sin la
intervención de un profesional sanitario legalmente facultado. Es un
comportamiento que ha ido aumentando progresivamente como un acto, muchas
veces irresponsable que implica riesgos para la salud y deja daños potencialmente
irreversibles e incluso pueden llevar hasta la muerte. Esto es mucho más riesgoso
en casos de embarazadas, por esto es muy importante que las embarazadas
sepan que ingerir medicamentos no prescrito o sin conocimiento alguno implica un
riesgo que pone en peligro la integridad materna y fetal, y que lo recomendable es
recurrir a un profesional de la salud competente. En esta monografía se pudo
demostrar
que existe un alto consumo de medicamentos durante la gestación sin el
conocimiento de los riesgos que se puedan generar y cuáles son los
medicamentos con mayor autoconsumo, sobre todo en embarazadas con pocos
recursos económicos y un bajo nivel educativo. Se describen, también, los
posibles riesgos de algunos medicamentos más asados por las embarazadas
teniendo en cuenta la clasificación de los medicamentos con riesgo fetal según la
FDA y ADEC, y posteriormente se realizó una distinción con la lista actualizada de
medicamentos de venta libre según el INVIMA. Se evidencia el impacto que tiene
la intervención realizada por el Químico Farmacéutico y se pudo establecer que
hubo cambios positivos con respecto al uso del medicamento, resaltando que se
necesitan más investigaciones al respecto. Este trabajo proporciona toda la
información posible actualmente para que sea utilizado como una fuente de
información para aquellas personas interesadas en desarrollar un Servicio
Farmacéutico en el campo asistencial comunitario enfocado en promocionar el uso
racional del medicamento en embarazadas, con el fin de lograr los mayores
beneficios terapéuticos, garantizar la seguridad y adherencia de los tratamientos
farmacológicos en esta población
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2. INTRODUCCIÓN
La automedicación se ha convertido en una práctica ampliamente común a nivel
mundial y está estrechamente relacionada con el manejo de síntomas generales
como el dolor, la fiebre, malestar gastrointestinal, principalmente. En consecuencia,
este hecho puede ocasionar ciertas exposiciones al paciente como sobredosis,
reacciones adversas a los medicamentos, efectos secundarios indeseados y otros
problemas para la salud (Gogazeh, 2020). En el caso de las embarazadas, el uso
de medicamentos puede tener repercusiones de gran importancia tanto para la
gestante como para el feto. No obstante, hay que considerar que el uso de
medicamentos puede llegar a ser esencial para la correcta evolución de la
gestación o bien sea, para tratar alguna enfermedad crónica preconcepcional
como asma, hipertensión arterial crónica, diabetes, enfermedades tiroideas y
gastrointestinales, por lo cual la gestante deba seguir algún tratamiento
farmacológico bajo prescripción médica (Sandoval & Paz, 2018). Antes de tomar
algún medicamento, una mujer embarazada debe consultar con su médico o
profesional de la salud, ya que estos pueden llegar al feto principalmente
atravesando la placenta y actuar directamente sobre él, causándole lesiones o un
desarrollo anormal e incluso la muerte (Ravindu, 2018).
Un estudio realizado en seis estados de México a mujeres embarazadas, demostró
que la automedicación fue influenciada principalmente por un familiar o amigo y los
medicamentos alopáticos más automedicados fueron: bonadoxina, omeprazol y
paracetamol; este último se utilizó principalmente para el tratamiento de la fatiga y
la migraña (Alonso-Castro et al., 2018). Un estudio in vitro de muestras de tejido
testicular cultivadas con paracetamol mostró que este analgésico podría actuar
como un disruptor endocrino; la exposición a disruptores endocrinos,
especialmente durante la formación de los órganos genitales del feto puede
conducir a ciertas
malformaciones del sistema reproductor masculino. Otros resultados obtenidos por
medio de un cuestionario aplicado a embarazadas, en cuatro farmacias y una
clínica ginecológica privada ubicada en dos departamentos administrativos
franceses adyacentes (Loire y Haute-Loire), presentaron una proporción
considerable de mujeres embarazadas que se automedicaban, y los
medicamentos más utilizados
10
fueron el floroglucinol, el paracetamol y los remedios homeopáticos (Cabut et al,
2017).
La automedicación, especialmente con los medicamentos de venta libre, son
considerados como un daño potencial para las mujeres gestantes, por lo que sería
muy importante la educación materna o educación acerca de esta práctica (Waard
et al, 2019). Algunos estudios han demostrado que la mayoría de las mujeres
consumen por lo menos un medicamento durante su embarazo quedando
expuestas a experimentar riesgos maternofetales, uno de estos estudios fue
realizado en Colombia, municipio de Los Palmitos, Sucre, en donde se recopilaron
datos para determinar los medicamentos usados por embarazadas sin receta
médica, el cual evidenció que 1 de cada 5 embarazadas se automedicaron. O bien,
admitieron haber usado medicamentos sin la indicación previa de un profesional
sanitario en algún momento de su embarazo. Todo esto converge en la carencia de
información acerca del grado de riesgo que puede representar la administración de
un medicamento durante la gestación, teniendo en cuenta que las mujeres
embarazadas pueden sufrir enfermedades y que en algún momento deben usar un
medicamento (Márquez et al, 2017).
Actualmente, el alto consumo de medicamentos durante el embarazo sigue siendo
un comportamiento muy preocupante. Por ejemplo, estudios recientes han
demostrado el uso inesperado a tasas elevadas de medicamentos de venta libre
que están contraindicados durante la gestación. Lo que enfatiza la necesidad de
promocionar el uso racional de medicamentos en esta población (embarazadas),
con la finalidad de controlar y reducir el peligro que esto representa para su salud
(Obadeji et al, 2020). El Químico Farmacéutico puede desempeñar un rol clave
para ayudar a las gestantes a tomar decisiones acertadas en lo que corresponde
al autocuidado, proporcionando información sobre los riesgos y beneficios de los
medicamentos e integrar conocimientos y buenos hábitos de consumo de los
mismos, para garantizar la calidad de la salud materna. Las intervenciones de
educación sobre el uso racional de medicamentos demuestran una mejora
significativa con respecto a la automedicación y el uso de estos durante el
embarazo. También, crean conciencia acerca de la adherencia a los consejos de
11
los profesionales competentes para el manejo de las enfermedades (Pandey &
Chaudhari, 2017).
De acuerdo con lo anterior, la importancia de esta monografía para el Programa de
Química Farmacéutica es proporcionar información acerca de cómo la
automedicación se ha convertido en un problema de salud pública en
embarazadas, y cómo el Químico Farmacéutico puede intervenir para mitigar esta
problemática. Otro de los aportes o alcances que puede tener esta monografía en
las ciencias farmacéuticas, es servir como una fuente de información para
aquellas personas interesadas en desarrollar un servicio farmacéutico en el campo
asistencial comunitario enfocado en promocionar el uso racional del medicamento
y prevenir la automedicación en embarazadas, con el fin de lograr los mayores
beneficios terapéuticos, garantizar la seguridad y adherencia de los tratamientos
farmacológicos en esta población de estudio, evitar los posibles problemas
asociados al uso indiscriminado de medicamentos durante la etapa de gestación y
finalmente, prevenir un problema socio-sanitario con repercusiones económicas
para las organizaciones y sistemas de salud.
12
3. RESULTADOS
El interés de realizar esta monografía estuvo sujeto al abordaje y revisión de un
problema de salud pública que actualmente sigue generando daños
maternofetales, la automedicación en embarazadas, así mismo, en el impacto que
tiene la intervención del Químico Farmacéutico para la mitigación del mismo. Esta
monografía está compuesta de cinco partes y cada una cuenta con información
primaria proveniente de las bases de datos de la Universidad de Cartagena, en su
gran mayoría, como Science Direct, Dialnet, Scielo, Scopus y STATdx (ElSevier).
También se revisaron páginas electrónicas de instituciones y organizaciones tales
como la FDA, OMS, INVIMA, MinSalud, El Farmacéutico y la plataforma de Google
Académico, teniendo en cuenta su confiabilidad y relación con la temática
propuesta. Las divisiones se realizaron de acuerdo a la dimensión y contenido de
la problemática y su importancia según el criterio de apreciación por parte del
profesional sanitario. Durante el periodo de la búsqueda se reportaron numerosos
artículos y, por lo tanto, fue necesario utilizar filtros y palabras compuestas entre
comillas, reduciendo así los resultados y siendo estos más específicos. Todo el
material que se recopiló trató principalmente sobre el autoconsumo de
medicamentos, riesgos, uso y abuso de la automedicación, teratogenicidad y
atención farmacéutica, es necesario mencionar que la mayoría de la información
provino de Science Direct; en esta base de datos la cantidad de resultados de
búsqueda fueron más proporcionados en comparación con el resto de las fuentes.
13
encontraron muchas investigaciones dirigidas a la automedicación en
embarazadas y los riesgos relacionados con este comportamiento fueron bastante
claros en su mayoría, pero cabe resaltar que aún existen pocas investigaciones
acerca de muchos medicamentos que podrían ser teratogénicos y/o feticidas.
Tampoco fue posible contar con una amplia información sobre el impacto de una
educación sanitaria dirigida por el Químico Farmacéutico a embarazadas debido a
que su rol en muchas partes apenas está siendo reconocido y/o no se ha
publicada. Toda la información recolectada en esta monografía se presenta a
continuación, organizada según se planteó anteriormente:
14
3.1 AUTOMEDICACIÓN EN EMBARAZADAS
La automedicación es el hábito de usar o consumir medicamentos a causa de una
afección física o patológica por decisión propia, sin la intervención de un
profesional de la salud competente durante el diagnóstico de la enfermedad,
prescripción y supervisión del tratamiento médico (Cecilia et al, 2018). Este
comportamiento juega un papel integral en la vida diaria de las personas y otro
muy importante en el sistema de salud a nivel mundial, sobre todo en países que
están en desarrollo, ya que el acceso a la atención médica en los centros de salud
para un tratamiento seguro y eficaz se ha convertido en un completo desafío
(Shanh et al 2021). La automedicación ha ido aumentando progresivamente como
un acto irresponsable independiente que implica muchos riesgos para la salud, no
solo por los efectos que pueda generar por el uso indiscriminado del
medicamento, sino también por enmascarar síntomas de alguna enfermedad, la
prolongación y agravación de la misma, especialmente en grupos más vulnerables
como embarazadas. Es un hecho que este hábito es directamente afectado por
ciertos determinantes, como son: políticos, sociales, económicos, y culturales.
Estos caracterizan el entorno y a su vez otorgan la facilidad de compra de
medicamentos y al mismo tiempo el consumo sin control de estos, lo que puede
traer consecuencias a corto, mediano y largo plazo. Por otra parte, son muchos los
factores que influyen al momento de tomar esta decisión (automedicación), tales
como el ahorro de tiempo por desplazamiento o por motivos laborales y dinero al
momento de solicitar una consulta médica (Oviedo et al, 2021).
Ningún medicamento está exento de toxicidad para el feto o la madre, y puede
generar un riesgo teratogénico, muerte, aborto o malformaciones congénitas. Por
lo tanto, la automedicación durante el embarazo debe considerarse como un
problema de salud pública. Además de esto, también se ha demostrado que existe
un alto consumo de medicamentos durante la gestación sin el conocimiento de los
riesgos que se puedan generar, sobre todo en embarazadas con pocos recursos
económicos y un bajo nivel educativo. Actualmente, la automedicación es un
fenómeno que se hace cada vez con más frecuencia durante la gestación y deja
daños potencialmente irreversibles, como malformaciones fetales e incluso hasta la
15
muerte, por esto es muy importante que las embarazadas sepan que ingerir
medicamentos no prescritos o sin conocimiento alguno implica una decisión
demasiado arriesgada, y que lo ideal es recurrir a un profesional de la salud
competente, porque es quien podrá realizar el balance apropiado e indicar un
tratamiento específico (Rocha et al, 2013). Evitar pérdidas maternas y fetales se ha
convertido en un compromiso para el personal médico y/o profesional sanitario
frente a los posibles problemas relacionados con el uso irracional de
medicamentos durante el embarazo. Por esta razón, es muy importante
asegurarse de que la atención e información que reciba la gestante sea crucial en
todo momento, dándole a conocer ciertas afecciones que hasta posiblemente sean
inducidas por el embazo (enfermedades prenatales) y que antes de cualquier
acción voluntaria se requiere de una atención profesional. Promover el uso
racional de medicamentos durante el periodo de gestación requiere equilibrar
todos los beneficios y riesgos potenciales asociados al uso del medicamento. Los
beneficios de este comportamiento durante el embarazo no solo se limitan a la
recuperación de la salud materna, sino que también en el desarrollo del feto.
Mediante el tratamiento adecuado de afecciones como la diabetes mellitus y las
enfermedades infecciosas de los órganos genitales, se podrían prevenir las
embriopatías, los partos prematuros y los abortos. Esta evidenciado por medio de
estudios en diferentes países la tendencia en el uso de medicamentos durante el
embarazo, lo que demuestra la necesidad de implementar una educación profunda
a las mujeres embarazadas sobre los peligros de los medicamentos durante el
embarazo. No todas las mujeres consideran las complicaciones del embarazo
como una condición anormal, debido a la falta de conocimiento sobre los signos y
síntomas de peligro. Conocer sobre las señales de peligro durante el período
perinatal es fundamental para una maternidad segura, debido a que en esta etapa
la gestante está sujeta, principalmente, a la toma de decisiones independientes, es
decir, sin previo conocimiento acerca del consumo de medicamentos; por lo que
se hace necesario la intervención o asesoría por parte de un profesional sanitario
(Chandrasekhar, 2021).
16
3.1.1 Riesgos de la automedicación en embarazadas
Las mujeres gestantes son consideradas como una población de alto riesgo en
farmacoterapéutica y farmacovigilancia por el peligro de efectos teratogénicos a los
que pueden estar expuestas, además del aborto. Llevan consigo transiciones
fisiológicas que alteran la respuesta farmacológica debido a ciertos cambios en los
procesos farmacodinámicos y farmacocinéticos (volumen de distribución,
metabolismo hepático, aclaramiento renal). En desventaja, hay un enorme vacío de
información para evaluar la relación beneficio/riesgo de los fármacos al ser
excluidas (embarazadas) de los ensayos clínicos, lo que representa una escasez
de datos farmacocinéticos con respecto al uso y dosificación de los medicamentos
en embarazadas (Furones, 2019). Uno de los problemas más frecuentes durante el
embarazo son las infecciones microbianas, estas pueden afectar al feto, lo que
conlleva a la necesidad de instaurar un tratamiento seguro por un profesional de la
salud competente para evitar daños maternos y fetales. Pero deplorablemente, en
la mayoría de los casos presentados en países en desarrollo, esta población
(embarazadas) acontece un nivel de educación sanitaria insuficiente o poco
adecuada y como consecuencia, se presentan muchos efectos negativos de la
automedicación sobre el feto. Es de gran importancia hacer un seguimiento estricto
a estos casos, ya que la exposición de antibióticos en gestantes puede interferir
con los diferentes procesos de transmisión microbiana de madre a hijo y perturbar
el desarrollo y la colonización del microbioma normal en los fetos (Ghazanfari,
2020). La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), recomienda evitar
el uso de medicamentos AINEs durante el embarazo a partir de las 20 semanas
en adelante porque pueden representar riesgos durante el periodo de gestación,
entre ellos reducir el nivel de líquido amniótico, retraso del inicio y duración del
trabajo de parto, el cierre prematuro del conducto arterioso e hipertensión
pulmonar en el neonato. Lamentablemente, estos medicamentos son de fácil
acceso y comercializados en la mayoría de los establecimientos, lo que simplifica
las barreras para que las embarazadas puedan conseguido (Perinatal, 2012). Por
otra parte, también se ha evidenciado el uso indebido de opioides en
embarazadas. Aunque estos medicamentos estén legalmente disponibles en la
prescripción médica, existe
17
un abuso en el consumo de estos, situación que se demostró con un estudio
realizado en una clínica obstétrica de alto riesgo en el sureste de los Estados
Unidos. Estas acciones se ligaron al riesgo de experimentar síntomas altos de
depresión y ansiedad, algo que puede reflejarse como una desregulación de las
emociones maternas y recaídas. Además, con la posibilidad de que se desarrolle
un síndrome de abstinencia de opioides neonatal en los bebes (Noose et al 2020).
Paradójicamente, en la actualidad no se dispone de datos suficientes para
caracterizar completamente los riesgos fetales de muchos medicamentos
comúnmente utilizados durante el embarazo, lo que dificulta un análisis de riesgo
beneficio basado en evidencia en la práctica clínica. Por lo tanto, se necesita con
urgencia más investigación sobre la seguridad del uso de medicamentos durante el
embarazo. Debido a las preocupaciones éticas de incluir mujeres embarazadas en
ensayos controlados aleatorios, tenemos que depender de los estudios
epidemiológicos posteriores a la comercialización para obtener más información
sobre los beneficios y riesgos del uso de medicamentos durante el embarazo. Uno
de los principales desafíos de estos estudios es la evaluación de la exposición
válida, ya que cada método de recopilación de datos tiene ventajas y limitaciones
específicas. Muchos estudios utilizan cuestionarios autoinformados o entrevistas
maternas para evaluar el uso de medicamentos durante el embarazo (Gelder,
2019). Dados los riesgos sobre el uso inadecuado del medicamento, es necesario
el asesoramiento sobre el consumo de medicamentos durante el embarazo para
que, de esta manera, se pueda garantizar la calidad de la salud materna y un
óptimo desarrollo fetal. También, mediante la información y orientación adecuada,
concientizar a esta población de los posibles peligros en una etapa temprana del
embarazo, cuando el riesgo de malformaciones y abortos espontáneos es alto.
Hasta el momento, no existe ningún estudio sobre la percepción de riesgo de las
mujeres de los medicamentos o productos alternativos durante el embarazo. Los
farmacéuticos comunitarios se encuentran en una posición importante en estos
casos, ya que a menudo son los únicos profesionales de la salud que tienen
contacto con mujeres embarazadas que compran medicamentos y otros productos
alternativos y pueden cerciorarse si el comprador se trata de una embarazada o
no,
18
y de esta manera dar lugar al no uso del medicamento de forma indebida. Se han
demostrado resultados positivos cuando estos profesionales de la salud brindan
información acerca del uso de medicamentos durante el embarazo (Cabut et al,
2017).
La posibilidad de que la medicación durante el embarazo pudiera tener efectos
nocivos en el feto se hizo más reconocida con la publicidad obtenida por la
talidomida, desastre de principios de la década de 1960. Esto resultó en un
aumento de las pruebas de los medicamentos para detectar el potencial
teratogénico antes del lanzamiento comercial y la adopción de una mayor
regulación por parte de las agencias gubernamentales. A los médicos se les
presentó una cantidad cada vez mayor de datos animales y humanos de calidad
variable, y posteriormente se desarrollaron sistemas de clasificación para
organizar y resumir estos datos (Wilmer et al, 2016). Durante mucho tiempo, se
pensaba que la placenta consistía en una barrera protectora para el feto frente a
los efectos adversos de los medicamentos que se les administraban a las mujeres
durante la gestación. Un claro ejemplo que pudo cambiar este concepto fueron los
efectos teratogénicos de la talidomida. En general, el consumo de medicamentos
durante el embarazo no es recomendable. Sin embargo, se pueden presentar
diferentes situaciones en donde puede ser necesario el uso de medicamentos, ya
sea para conservar la salud de la gestante o para lograr efectos favorables en el
desarrollo del feto. Habitualmente, existen ciertas dudas y temores por las
embarazadas, e incluso hasta por el mismo personal de la salud, con respecto al
uso de medicamentos durante el embarazo, uno de ellos y el más preocupante es
la posible aparición de malformaciones congénitas o teratogenicidad (Taboada et
al, 2004a). La teratogenicidad inducida por el uso de medicamentos se puede
reconocer ante la aparición de algunas características fenotípicas más comunes,
como la carencia en el crecimiento pre y posnatal, retardo del desarrollo, y
alteraciones en la morfogénesis, aunque algunos medicamentos muestran una
tendencia dirigida a un órgano o sistemas de órganos específico, por tratarse de
unas estructuras embrionarias para las que tienen afinidad (Taboada et al, 2004b).
El efecto de los teratógenos es dependiente de la dosis, tiempo de exposición,
semanas de gestación y la susceptibilidad de la gestante y el feto; entre
19
más inmaduro sea el feto, resulta más sensible a los posibles medicamentos (Cruz,
2009). Ciertamente, se ha demostrado que existe una asociación de consumo de
medicamentos durante el periodo gestacional con algunas malformaciones
congénitas, y que la mayor parte de este consumo se trata de medicamentos
considerados con un moderado a alto riesgo potencial para la salud fetal. De este
modo, resulta preocupante que no haya garantías de acciones de prevención
primaria enfocado, principalmente, en evitar el uso inadecuado de medicamentos
durante el embarazo (Marín et al, 2010). La prevención de los defectos de
nacimiento podría tener un impacto significativo en la supervivencia y la salud
infantil, por eso es necesario la promoción del uso adecuado de los medicamentos
antes y a lo largo del embarazo, para garantizar que sean eficaces en la madre y
seguros para el feto, debido a que los medicamentos, a diferencia de muchas otras
exposiciones, se usan por voluntad propia y, muy a menudo, bajo algún tipo de
vigilancia o consultoría por el profesional de la salud. Existen oportunidades
importantes para que las mujeres y los profesionales de la salud prevengan los
defectos de nacimiento relacionados con los medicamentos. Por ejemplo, el ácido
valproico es un medicamento anticonvulsivo eficaz que también es un teratógeno
fetal conocido y puede sustituirse antes del embarazo por alternativas más
seguras. Otros medicamentos altamente teratogénicos tales como el ácido
retinoico o la talidomida se han colocado en muchos países dentro de los
programas destinados a reducir las exposiciones de embarazo, mediante el control
de la distribución de la medicación o que requieren la anticoncepción durante su
uso. Un requisito previo para tales intervenciones es conocer la seguridad fetal de
los medicamentos. Sin embargo, esta información es demasiado limitada, incluso
para muchos productos que llevan demasiado tiempo en el mercado. A
continuación, se resaltaran algunas de las asociaciones significativas entre
medicamentos y malformaciones, concluidas por medio de un estudio basado en
la vigilancia de los efectos fetales causados por medicamentos: antiepilépticos
(principalmente ácido valproico) con espina bífida (aislada y múltiples),
hipospadias (aislada y múltiples) y polidactilia (solo anomalía congénita múltiple);
derivados de carboxamida (principalmente carbamazepina) con paladar hendido
aislado y espina bífida aislada; barbitúricos
20
con labio leporino/paladar hendido aislado; benzodiazepinas con labio
leporino/paladar hendido aislado (Lisi et al, 2010).
21
tanto, el déficit de conocimientos es grande. Una verdadera evaluación del riesgo
debe tener en cuenta no solo las malformaciones estructurales sino también la
toxicidad del desarrollo, que incluye defectos funcionales en ausencia de
anomalías estructurales, alteraciones del crecimiento fetal, aborto espontáneo,
muerte fetal, muerte neonatal y complicaciones posnatales. Hay diferentes
factores que pueden dificultar la evaluación de riesgos, como dosis,
farmacocinética, metabolitos activos, el momento de la exposición durante el
embarazo, la susceptibilidad del feto, el impacto fetal de la afección para la que se
prescribe el medicamento y otros medicamentos que toma la paciente (Wilmer et
al, 2016).
23
3.1.4 Clasificación de medicamento para su uso en embarazo según el
Sistema australiano (ADEC)
El sistema de categorización australiano fue desarrollado por médicos y científicos
basados en la evidencia disponible sobre los riesgos asociados con la toma de
medicamentos, en particular durante el embarazo. La tabla 2 permite observar el
sistema de clasificación australiano de medicamentos para uso en embarazos (ver
tabla 2). Esta información se expone para uso de los profesionales de la salud que
prescriben medicamentos a embarazadas. No se presenta como consejo médico a
los profesionales de la salud ni al público (Romá et al, 2007).
Tabla 2.
Sistema Australiano de Clasificación de Medicamento para su uso en embarazo
(ADEC)
CATEGORIA DEFINICIÓN
24
malformaciones o cualquier otro efecto dañino directo o
indirecto sobre el feto humano. Los estudios en animales
han mostrado daño fetal incrementado, aunque es incierta
su extrapolación a humanos.
Tabla 3.
25
Ambroxol Ketoprofeno Omeprazol
Desloratadina
Adaptado de (INVIMA, 2021) (FDA, 2012).
Tabla 4.
Diclofenaco Ibuprofeno
Naproxeno Ketoprofeno
26
Por otra parte, a diferencia de otros medicamentos, el tratamiento farmacológico
con medicamentos antiepilépticos ciertamente no se puede suspender, ya que las
convulsiones no controladas pueden ser perjudiciales para el feto y la madre. Por
lo tanto, los riesgos asociados con las convulsiones incontroladas deben sopesar
con los riesgos teratogénicos impuestos por los antiepilépticos. El desafío principal
es elegir el antiepiléptico más indicado para el paciente, con respecto al control de
las toxicidad y convulsiones para el desarrollo, y usar dicho medicamento de tal
forma
que controle las convulsiones con mínimos riesgos para el feto y la madre (Tomson
& Battino, 2008). En la tabla 5 se muestran algunos antiepilépticos de categoría D
según la FDA (ver tabla 5).
Tabla 5.
Medicamentos antiepilépticos en categoría D según la FDA
Antiepiléptico Categoría
Carbamazepina D
Lamotrigina D
Ácido valproico D
28
vulnerabilidad del hogar, esta última posee mayor incidencia y sobretodo puede
determinar si las embarazadas pueden acceder a la atención sanitaria. A nivel
interpersonal, la calidad de la atención recibida en los centros de salud rurales
puede ser deficiente, los proveedores de salud rural han informado de
insatisfacción
con los puestos rurales y un alto estrés por las limitaciones que hay en los
recursos, lo que a veces ha resultado en lo que reconocen como un mal trato a los
pacientes. Todo esto produce una sensación de insatisfacción con los servicios y
reducen la motivación para buscar atención, particularmente entre las
embarazadas más vulnerables (Laurenzi et al, 2020) y como consecuencia, la
gestante no se adhiere al tratamiento médico y se deja influenciar por amigos o
familiares para automedicarse; el papel de los medios de comunicación y la
industria farmacéutica, la transmisión de mucha información implícita indicando de
que cualquiera, aun sin el conocimiento apropiado, puede tener acceso a los
medicamentos, mensajes que son bastante frecuentes y con un marketing detrás;
disponibilidad de los medicamentos, especialmente analgésicos OTC, aquellos
que se pueden comprar sin necesidad de tener una formula médica, e incluso son
recomendados por personal que pueden desconocer el estado de la posible
consumidora. La cantidad de medicamentos que se consumen durante el
embarazo aún sigue siendo muy alta, principalmente, si se tratan de
medicamentos de venta libre y/o prescritos por el médico tratante, toda esta
problemática sigue ocupando una escala cada vez mayor y a su vez, se puede
plantear que las embarazadas desconocen los riesgos farmacológicos y tóxicos de
los medicamentos y los períodos de riesgo máximo para el feto. La embarazada
puede obtener medicamentos con mucha facilidad, haciendo compras a través de
sitios webs, con la supuesta seguridad de adquirir beneficios y de que estos
carecen de efectos tóxicos y nocivos para el feto. La falta de un marco regulatorio
encaminado a la automedicación debería conducir a las autoridades de salud a
comunicar a las gestantes sobre sus riesgos durante el embarazo (Serreau, 2021).
29
3.3 MEDICAMENTOS MÁS FRECUENTES EN LA AUTOMEDICACIÓN POR
EMBARAZADAS
La automedicación no solo se efectúa por medicamentos provenientes de una
droguería u otro establecimiento farmacéutico, sino también por el botiquín de
emergencia familiar y, por lo tanto, la frecuencia de estos es muy marcada. Resulta
un poco mucho más fácil el acercamiento a estos medicamentos para tratar los
trastornos más comunes durante el embarazo que salir a comprarlos a una
droguería o farmacia. Entre los trastornos más comunes que se presentan durante
el embarazo y que están involucrados con la automedicación está el dolor de
estómago, dolor de cabeza, dolor de garganta y náuseas o vómitos. Las
embarazadas con este tipo de trastornos tienen un mayor riesgo de padecer
afecciones graves consideradas potencialmente peligrosas para una futura madre
y su feto, como el funcionamiento físico limitado y enfermedades cardiovasculares.
La discapacidad debida a migraña o dolor de cabeza puede variar desde un leve
inconveniente hasta un debilitamiento significativo, y constituye no solo una carga
individual, sino también un importante problema de salud (Peng et al, 2018).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, a través de una guía
sobre la atención prenatal, algunas intervenciones ante ciertos síntomas
fisiológicos más comunes. En las fases iniciales de gestación, para aliviar las
náuseas se recomienda vitamina B6 y/o la acupuntura, camomila y el jengibre,
según las preferencias de la mujer; para aliviar y prevenir la acidez gástrica
durante el embarazo se recomienda ofrecer asesoramiento acerca del modo de
vida y el régimen alimentario. A las mujeres con síntomas que resultan molestos y
que no se alivien mediante el cambio del modo de vida se les pueden ofrecer
preparaciones de antiácidos; para los calambres que padecen en las piernas, se
puede administrar calcio, magnesio o un tratamiento no farmacológico para aliviar
tales calambres durante el embarazo, según las opciones disponibles y las
preferencias de la mujer; para prevenir el dolor pélvico y la lumbalgia durante el
embarazo se recomienda hacer ejercicio de forma regular.
Existen algunas opciones terapéuticas a las que se pueden recurrir, como las fajas
de sujeción y la fisioterapia, según las opciones disponibles y las preferencias de la
30
mujer; para aliviar el estreñimiento durante el embarazo se pueden administrar
suplementos de salvado de trigo o de otras fibras si la afección no mejora después
de la modificación del régimen alimentario, según las opciones disponibles y las
preferencias de la mujer; para tratar los edemas y las venas varicosas durante el
embarazo se puede recurrir a opciones no farmacológicas, como la elevación de
las piernas, las medias de compresión y la inmersión en agua, según las opciones
disponibles y las preferencias de la mujer (Organización Mundial de la Salud,
2018). Además de las recomendaciones anteriores, el Ministerio de Salud y
Protección Social (MinsSalud) proporciona una guía para embarazadas en donde
no recomienda la ingesta de magnesio, ácido fólico, vitaminas C y E, aceites de
pescado o aceites de algas, ajo, licopeno, Coenzima Q10 y Vitamina D con el fin
de evitar la hipertensión arterial. Tampoco recomienda el uso de donantes de
óxido nítrico, progesterona, diuréticos y heparinas de bajo peso molecular durante
el periodo de embarazo (MinSalud, 2013).
Un estudio realizado por el autor Cabut demostró que los medicamentos de
automedicación más utilizados por embarazadas fueron floroglucinol y
paracetamol. Este último en dosis terapéuticas es aparentemente seguro para su
uso a corto plazo y es el analgésico de primera línea recomendado. Sin embargo,
se ha demostrado que podría actuar como un disruptor endocrino,
específicamente
durante la formación de los órganos genitales del feto, lo que puede resultar en
malformaciones del sistema reproductor masculino. Adicionalmente, otros estudios
epidemiológicos han evidenciado una asociación entre la ingesta de acetaminofén
durante el embarazo y un mayor riesgo de criptorquidia en recién nacidos (Cabut et
al, 2017). Otro estudio demostró que los medicamentos más utilizados en la
automedicación por embarazadas fueron bonadoxina, omeprazol y paracetamol;
este último se utilizó principalmente para el tratamiento de síntomas comunes que
se presentan durante la gestación. Estos resultados tuvieron dependencia con el
entorno social y cultural y el área geográfica.
31
Asimismo, el autor Márquez, identificó el consumo de algunos medicamentos por
embarazadas, los cuales se ubican en las categorías A, B, C y D (ver tabla 6). La
frecuencia de consumo de los productos de categoría B fue del 29%, con categoría
C fue del 33%, y para las categorías D y X fue del 38%. Aunque las últimas dos
categorías corresponden a dos plantas medicinales, cabe resaltar que todo fue por
desconocimiento y sin la participación de un profesional competente (Márquez &
Gómez, 2017).
Tabla 6.
Medicamentos más autoconsumidos en Colombia (Sucre) sin fórmula médica por
embarazadas
Ibuprofeno C
Acetaminofén B
Omeprazol C
Gentamicina C
Diclofenaco C
Metocarbamol C
32
embarazos anuales, una tasa de consumo inadecuado del 0,99% se traduce en
aproximadamente 59.400 embarazadas afectadas (Marie et al, 2020). Los niños
nacidos de madres con dependencia a los opiáceos pueden tener un riesgo mayor
de prematuridad, retraso de crecimiento intrauterino, mortalidad perinatal, y
posiblemente de padecer infecciones maternofetales (El farmacéutico, 2012).
A continuación, se hace una breve descripción de algunos medicamentos de venta
libre y/o bajo prescripción médica que son más empleados por las embarazadas
durante la etapa de gestación. Cabe aclarar que, según la FDA varios de estos no
son clasificados como medicamentos que indiquen riesgos para el feto, sin
embargo, en estudios realizados por distintos autores en este grupo poblacional se
ha demostrado que sí producen efectos adversos en el feto.
El acetaminofén o paracetamol, regularmente se considera más seguro que otros
antipiréticos y analgésicos de uso común. Sin embargo, no se comprende bien su
seguridad durante el desarrollo fetal. Dado que este medicamento puede atravesar
la placenta, su uso durante el embarazo expone gravemente al feto a daños no
deseados inducidos por acetaminofén (Gou et al, 2019). Su consumo durante el
embarazo es concurrente con posibles efectos secundarios a largo plazo en el
feto. Además, también se ha relacionado con un posible riesgo de preeclampsia;
esta es una enfermedad que ocurre en el 3-8% de los embarazos en todo el mundo
y puede convertirse en un síndrome multiorgánico letal. Un número significativo de
mujeres han informado claramente haber consumido paracetamol durante el
embarazo, además de contar con la información sobre las indicaciones del
tratamiento (Hellens, 2021). El paracetamol prenatal está asociado con menor
coeficiente intelectual de rendimiento, asma, distancia anogenital infantil masculina
más corta, problemas del neurodesarrollo (desarrollo motor grueso, comunicación),
trastorno del espectro autista, y trastorno por déficit de atención/hiperactividad. El
paracetamol es considerado el medicamento seguro como analgésico durante el
embarazo, pero en el tratamiento se recomienda utilizar con la dosis efectiva más
baja y durante el menor tiempo posible (toda, 2017).
La Ciprofloxacina se incluye en la lista de medicamentos esenciales de la OMS y
se encuentra entre los antibióticos más consumidos en todo el mundo. Pertenece
al
33
grupo de antibiótico llamado fluoroquinolona, es de segunda generación y resulta
eficaz contra bacterias gramnegativas. Las fluoroquinolonas se usan en mujeres
embarazadas que son intolerantes o alérgicas a las cefalosporinas, macrólidos y
penicilinas. Son de uso común en las mujeres durante su gestación, Sin embargo,
el uso durante el embarazo (especialmente en las primeras etapas) se considera
potencialmente dañino para el feto. Por lo tanto, el conocimiento de la transferencia
placentaria de estos medicamentos puede ser un tema de mucha importancia
(Polachek, 2005). Un estudio reciente demostró que la ciprofloxacina atravesó la
placenta humana a un ritmo lento y constante con acumulación, lo que indica una
exposición fetal moderada. Cabe aclarar que los datos de seguridad sobre el
tratamiento materno con ciprofloxacino durante el periodo de embarazo son
escasos, especialmente los que cubren la etapa tardía del embarazo, y esto ha
suscitado preocupación (Noergaard et al, 2021).
El ácido valproico es un teratógeno humano conocido. La exposición durante el
embarazo se asocia con un aumento de aproximadamente tres veces en la tasa de
anomalías importantes, principalmente espina bífida y rara vez anencefalia,
defectos craneofaciales, cardíacos, esqueléticos y de las extremidades y posibles
características dismórficas, el "síndrome del valproato" con disminución del
crecimiento intrauterino. Esto fue demostrado por estudios prospectivos y
retrospectivos. También hay, especialmente en los niños con el “síndrome del
valproato”, un aumento considerable en la tasa de problemas de desarrollo, que se
expresa con una disminución de la inteligencia verbal. El ácido valproico es
teratogénico en la mayoría de los animales analizados, pero el feto humano parece
ser el más susceptible. Una dosis diaria de 1000 mg o más y / o politerapia se
relaciona con un mayor riesgo teratogénico (Ornoy, 2009). El riesgo de
malformaciones estructurales, como el retraso del desarrollo neurológico, son
generalmente altos para las gestantes que toman valproato. La Agencia Europea
de Medicamentos (EMA) y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos
Sanitarios (MHRA) han solidificado las recomendaciones para asegurar de que no
se recete valproato a embarazadas, a menos que otros tratamientos no sean
eficientes o no tolerados (Lawther, 2018).
34
El diclofenaco es medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
mayormente utilizado en el mundo. Puede atravesar la placenta humana y
quedarse en el líquido amniótico en concentraciones relevantes. Al igual que otros
AINEs, el diclofenaco puede producir efectos fetotóxicos al reducir los niveles de
prostaglandina fetal y, por lo tanto, no se debe usar en el tercer trimestre. Los
efectos adversos más reconocidos de los AINE al final del embarazo son la
nefrotoxicidad y la constricción prematura del conducto arterioso fetal. La mayoría
de las publicaciones han evaluado la seguridad de los AINE durante el embarazo
como grupo y no han realizado un análisis a fondo de los resultados adversos del
embarazo posterior a la exposición al diclofenaco. Algunos de estos estudios han
planteado ciertas preocupaciones sobre el riesgo de malformaciones congénitas,
específicamente aborto espontáneo y defectos cardíacos (Padberg, 2018). Debido
a todos estos riesgos, la FDA está exigiendo cambios adecuados en la información
de la prescripción para recomendar que el uso de un AINE se limite entre las 20 y
30 semanas de embarazo debido a dicho riesgo (Administración de Alimentos y
Medicamentos de los EE. UU, 2020).
35
3.4 IMPORTANCIA DE LA PROMOCIÓN DEL USO RACIONAL DE
MEDICAMENTOS EN EMBARAZADAS
Una población específica de alto riesgo que se beneficiaría de un asesoramiento
adecuado sobre medicamentos son las embarazadas. Recientemente, la
Federación Farmacéutica Internacional (FIP) reconoció el papel de los
farmacéuticos en la mejora de los resultados de salud materno-fetal. Para evitar la
exposición a medicamentos potencialmente teratogénicos durante las etapas
críticas de desarrollo, los farmacéuticos podrían realizar revisiones de
medicamentos para las gestantes o aquellas que intentan quedar embarazadas y
derivar a estas mujeres a su médico tratante en caso de que se detecten
medicamentos menos apropiados. Los farmacéuticos tienen la capacidad para
promocionar el uso racional de medicamentos, especialmente en lo que respecta al
asesoramiento de poblaciones de alto riesgo, la participación de estos
profesionales puede ser aún más beneficiosa para evitar problemas relacionados
con la medicación y mejorar los resultados de salud de la embarazada
(Ceulemans et al, 2021).
El acceso a la información de los medicamentos sobre los riesgos y su uso
adecuado, determina la decisión sobre el consumo voluntario del medicamento sin
receta médica en embarazadas. Aún existen muchos desconocimientos con
respecto a las repercusiones que se puedan presentar a causa del uso indebido de
medicamentos durante la gestación, ya sean recetados o de venta libre, lo que es
muy preocupante y al mismo tiempo alarmante. Sin embargo, el tratamiento con
medicamentos durante el embarazo no se puede evitar por completo, ya que
algunas mujeres embarazadas pueden presentar afecciones patológicas crónicas
que requieren de un tratamiento continuo o interrumpido. También durante el
embarazo se pueden desarrollar nuevas condiciones médicas y las antiguas
pueden empeorar, requiriéndose terapia con medicamentos. De otra manera, la
educación sanitaria que pueda tener este tipo de población reflejara un impacto
significativo en las actitudes y consciencia hacia el uso de medicamentos, las
embarazadas podrán reflexionar sobre la variedad de factores sobre la necesidad
de la medicación frente a las preocupaciones sobre los posibles riesgos para el
feto (Zaki & Albarraq, 2014).
36
Cabe aclarar que no todas las fuentes de información sobre medicamentos son
confiables o consistentes, la información acerca de medicamentos que utilizan con
frecuencia las embarazadas incluye sitios webs, material televisivo y familiares o
amigos. Por lo tanto, resulta necesario hacer una distinción entre los orígenes de
información que resalte la ruta adecuada a seguir para un atendimiento confiable
con respecto al uso seguro de los medicamentos, como lo es un profesional de la
salud capacitado para tal fin, el químico farmacéutico. Esto conduce a una
disminución del uso irracional de medicamentos y al aumento de los beneficios
para la gestante y el feto (Widnes et al, 2012).
En el caso de las enfermedades preconcepcionales y/o inducidas por el embarazo,
se ha presentado un mal control con la adherencia a los tratamientos debido al
desconocimiento de las consecuencias que se puedan presentar y porque existen
más preocupaciones por el riesgo para el feto por tomar medicamentos durante el
embarazo que por los riesgos de la enfermedad, por esta razón se debe alentar a
las mujeres embarazadas a que hagan preguntas al médico que prescribe o al
farmacéutico de la comunidad sobre sus medicamentos, especialmente con
respecto a cualquier inquietud sobre la seguridad. Los profesionales de la salud,
especialmente el Químico Farmacéutico, tienen un papel esencial en la promoción
del uso racional del medicamento y la adherencia óptima a los tratamientos. Esto
puede ayudar a mejorar los resultados de la gestante y prevenir complicaciones, tal
como se ha mencionado anteriormente (Helou et al, 2021).
El conocimiento sanitario evidencia la mejora en el cumplimiento de los regímenes
a corto plazo por parte de la gestante, aunque su influencia en la atención a largo
plazo es todavía un tema de discusión. Sin embargo, el conocimiento es el primer
paso para este cumplimiento y para no recurrir a la automedicación irresponsable.
El Químico Farmacéutico resulta ser un especialista efectivo en cuanto a la
comunicación con la población que es atendida, aunque en algunas partes este
profesional se tenga en cuenta como un recurso infrautilizado en la mejora del
cumplimiento de los regímenes de los tratamientos y el uso adecuado de los
medicamentos. Estos especialistas en medicamentos pueden desempeñar un rol
fundamental en el seguimiento y control, detectando de manera oportuna y/o
37
temprana las irregularidades medicamentosas o de parámetros no controlados e
informando a la embarazada sobre los medicamentos que hacen posible el
tratamiento de innumerables afecciones, un desempeño que sólo el químico
farmacéutico está capacitado para realizar con todas las garantías sanitarias
(Cardo, 2012).
La tasa de mortalidad materna e infantil siguen siendo considerablemente altas y la
principal razón que a esto se le atribuye es la ausencia de conocimientos
sanitarios, o bien sea, de una educación sanitaria que permita la orientación del
cuidado autónomo de la gestante y la consideración de los posibles riesgos
asociados al uso indebido del medicamento; esta es una necesidad vital y un
componente esencial para garantizar una buena salud durante todo el periodo de
gestación. A través de esto, se puede facilitar la adquisición de los conocimientos
necesarios y habilidades de las embarazadas, y de este modo poder tener
experiencias positivas como resultado de una correcta intervención por parte del
farmacéutico (Pasinlicoglu, 2004).
El Químico Farmacéutico puede ofrecer un asesoramiento adecuado sobre los
posibles riesgos teratógenos del embarazo, informar a la gestante acerca de los
medicamentos que están permitidos y contraindicados, hacer un seguimiento
personalizado en las mujeres embarazadas con patologías preexistentes, asesorar
sobre patologías y síntomas típicos del embarazo e informar sobre los cuidados
generales que deben realizarse durante el embarazo (El farmacéutico, 2012). Se
ha demostrado numéricamente la mejora y enriquecimiento del conocimiento
sanitario de las mujeres embarazadas, dando como resultado un mejor
comportamiento ante el uso del medicamento y al mismo tiempo, despertando el
estímulo para realizar consultas ante cualquier inquietud antes del uso del
medicamento, satisfaciendo así las necesidades de las gestantes (Ohnishi et al,
2005). Como expertos en medicamentos altamente capacitados, los químicos
farmacéuticos tienen la facultad de brindar el aporte necesario para contribuir a la
promoción del uso racional del medicamento (Ceulemans et al, 2021), contribuir a
la toma de decisiones terapéuticas, influir en la prescripción y las
recomendaciones terapéuticas y mejorar los resultados generales de salud de la
gestante. Pueden tener una mejor
38
interacción con este tipo de población para disponer de una educación sanitaria
confortable, siendo esto una pieza clave y fundamental. Las embarazadas que
reciben medicamentos crónicos para sus afecciones médicas requieren una
educación sobre el manejo de los medicamentos antes, durante y después del
embarazo, y es aquí donde surge la importancia del rol del Químico Farmacéutico
para mejorar la adherencia a la medicación sobre la seguridad y la importancia de
tomar los medicamentos según lo prescrito, desarrollar un plan de manejo de
medicamentos, monitorear los resultados terapéuticos y recomendar cambios si es
necesario para lograr los objetivos terapéuticos deseados, evaluar las alergias,
efectos secundarios y reacciones adversas a medicamentos y seguimiento
constante a estos, con la finalidad de originar un impacto positivo en la salud
materno-fetal (Sankaralingam et al, 2019).
La labor comunitaria que desempeña el equipo de salud dentro de ellos el
profesional Químico Farmacéutico es de vital importancia, especialmente en la
población de mujeres embarazadas, ya que con su orientación se pueden lograr
múltiples beneficios como un adecuado uso de los medicamentos durante el
período de gravidez, evitar problemas relacionados a los medicamentos,
adherencia al tratamiento por parte de las pacientes y efectividad terapéutica que
garanticen la seguridad de la gestante y el feto. Todos estos aspectos son el
enfoque principal que debe tener este profesional sanitario con el objetivo de
promocionar el uso racional del medicamento y así evitar la automedicación,
práctica que constituye un problema de salud pública y tiene un impacto negativo
si no se hace teniendo en cuenta las recomendaciones adecuadas (Herrera et al,
2008).
39
4. CONCLUSIONES
La presente monografía suministra información acerca de la automedicación en
embarazadas y el impacto que pueden tener las intervenciones realizadas por el
Químico Farmacéutico para moderar y/o controlar este comportamiento, además,
estos datos pueden resultar relevantes como fuente de información para
desarrollar un servicio farmacéutico en el campo asistencial comunitario con el fin
de reducir los problemas relacionados con el uso inadecuado e indiscriminado del
medicamento durante el embarazo.
Los medicamentos autoconsumidos con mayor frecuencia por embarazadas fueron
el paracetamol, floroglucinol, ibuprofeno y omeprazol, y el impacto de las
intervenciones educativas realizadas por el Químico Farmacéutico para controlar
este comportamiento fueron favorables, sin embargo, es necesario seguir
implementado estas intervenciones educativas acerca del uso racional del
medicamento con más frecuencia. También fue posible establecer que después de
una intervención educativa dirigida por el Químico Farmacéutico, existió un cambio
positivo en el conocimiento con respecto al uso adecuado del medicamento. Por
esta razón, se debería seguir impulsando estrategias educativas dirigidas a
embarazadas que estén estrechamente relacionadas con el uso del medicamento,
en las cuales el Químico Farmacéutico involucre su rol profesional
significativamente para poder lograr una disminución de los riesgos, reacciones
adversas e interacciones producidas por la automedicación.
La labor comunitaria realizada por el Químico Farmacéutico es de vital importancia
para lograr un adecuado uso de los medicamentos durante el embarazo, lo que
sería un gran aporte para minimizar este tipo de problema de salud pública, la
automedicación en embarazadas.
40
5. RECOMENDACIONES
Es necesario que las autoridades fomenten la educación sanitaria, la regulación y
el control en la venta de medicamentos para poder disminuir los índices de
automedicación y las consecuencias de esta práctica.
Promover una regulación más estricta en la venta de medicamentos, ya que
existen muchos de estos que no son clasificados como OTC y que se pueden
adquirir sin presentar una receta médica; cosa que no se pudo evidenciar en las
investigaciones realizadas hasta el momento.
Tomar este trabajo como punto de partida o soporte bibliográfico para las futuras
investigaciones que estén enfocadas en la participación y promoción del uso
racional de medicamentos por parte del químico farmacéutico en el ámbito
comunitario y asistencial.
Realizar una revisión de artículos y ampliar la investigación en este tema en cuanto
a la intervención que tiene el químico farmacéutico en la automedicación en
embarazadas, con el fin de documentar nuevos estudios clínicos que aborden esta
problemática de salud pública y tener en cuenta si han disminuido o aumentado el
número de casos de uso irracional del medicamento en este tipo de población.
41
6. BIBLIOGRAFÍA
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