Histeria Rígida Cecilia Rubinetti
Histeria Rígida Cecilia Rubinetti
Histeria Rígida Cecilia Rubinetti
laué ens
Cecilia Rubinetti
ª~:
'(jll el
ento para el Sexto Encuentro Americano de Psi-
la Orientación Lacaniana,1 Eric Laurent2 retoma
pc~náfisis. a compleja e interesante de la última enseftan-
utlª referen~ Lacan, en relación a la histeria, y produce una
za ~e Jacq~ permite repensar la relación de la histeria con lo
wrs1ón qu
. o.
{eIIl;raurent comienza situando el modo en que la época
· n tela de J. uicio el corazón mismo de la organización del
nee
P,0 toma histérico, en tomo al amor al padre. Así, se pregunta
5~ hablan hoy los cuerpos, más allá del síntoma histéri-
010
es decir, sin el sostén del amor al padre. A partir de esta
pregunta, tomando una cita del Seminario 23, 3 propone una
versión paradojal dei síntoma histérico, es decir, un síntoma
histérico separado del sentido. En dicha cita, J. Lacan toma
aun personaje de una obra de teatro de Hélene Cixous, El
retrato de Dora, inspirada ·en el caso Dora de Sigmund Freud.
-
1Sexto ENAPOL b . ,
en Buen Ai ' que ªJº el título "Hablar con el cuerpo", tuvo lugar
E L os reS, el 23 Y24 de noviembre de 2013.
2 · aurent "H bl
cuerpo" en ' ª ar con el propio síntoma, hablar con el propio
3Lac ' www.enapol.com
104. an, J., El Semin ano,
· Ll·bro 23, El sinthome, Paidós, Bs. As., 2006, p.
187
l.A Dora de
Hélene Cixous
d~:·
23
Laurent hace un comentano extenso sobre la Dora d ' ·
Cixous. Parte de la afirmación de J. Lacan, que dice que
obra está realizada de una forma real. E. Laurent sitúa 1 ª
a ex-
trafteza de esta formulación que J. Lacan explica así· "Qu·
. . · 1ero
decir que la realidad -:-de las repehc1ones, por ejemplo- es a
fin de cuentas lo que ha dominado a los actores". 4 E. Laurent
avanza en este sentido: "Está pues realizada de una forma tal
que lo que dominó a los actores no fue el texto, sino la prag-
mática misma dei decir. Eso ayuda a desprenderse de la idea
de que el significante organiza un texto que organiza a los ac-
tores. Allí son más bien los actores quienes realizan el texto". 5
Es muy interesante el modo en que E. Laurent va situando
estas sutilezas en unos pocos párrafos de J. Lacan, que resul-
tan bastante enigmáticos, y de los cuales a su vez va extrayen-
do las consecuencias. Se
detiene, por ejemplo, en la relación
entre las palabras y los cuerpos a nível de los actores, para
allí recortar la incidencia dei texto sobre los cuerpos. A ese
4 lb(d., p. 103. .
5 Laurent,, ' E·, "Hªblar con el propio síntoma, h ablar eon el propio
cuerpo , op. cit., inédito.
188
l
.ca la incomodidad de los mismos, la relación más
1
·vel, ub ática que tienen con el texto, el malestar corporal.
~etl trª~ que representa a la Sra. K está muy incómoda El
t,1 dtlZ F d á . .
Lª aue representa a S. reu
. est más incómodo todav' 1a.
actOr q bica una diferencia entre quien hace de Dora y el
can u E d' f . d'
J. V de Jos actores. sa 1erencia ra 1ca precisamente en lo
resto 1 en la relación entre las palabras y el cuerpo. Dora no
i:otP?raÓmoda. "Tenemos allí la histeria [... ] que podría llamar
stá inc . d . l hi . .
e pleta. Qu1ero ecir que a stena s1empre es dos en fin
iJ1C01ll ' '
de s. Freud. En la obra se la ve de alguna manera reducida
des d ' 11 ·1
n estado que po na amar matena y por eso no viene nada
ª~ para lo que voy a explicarles. Falta allí ese elemento que
: agregó desde hace algún tiempo --desde antes de S. Freud, a
finde cuentas-, a saber, cómo se la debe comprender a ella ". 6
E. Laurent subraya en este párrafo que la comprensión nos
neva a las referencias clásicas sobre la histeria. El síntoma his-
térico es por excelencia un síntoma que habla, que se dirige a
alguien. Es portador de un sentido. Lo material en este caso,
es el síntoma como tal, separado dei sentido. Y J. Lacan en-
cuentra que lo que la Dora de H. Cixous tiene de interesante,
es que presenta la histeria sin el sentido, lo cual hace que ya
no la comprendamos.
r ·"' 189
Jlt _
olutamente cualquier interpret .
aza ab5 d ació
·ora J(. Rech a el síntoina, pero .exnuestra todo eltie 1\ eleS
~relld· prese~ª de la jnterpretaoón, y que todos los:Po_q~
spera na . darle a eso, no corresponden L enuc1 0
no e qu1era . · oh s
el Qtr0 d' cal No se trata s1mp1emente un d ace r1
que uy ra 1 • . espi· ~e
fl\ do rn 'ón terapéutica negativa que impi· ie&tt
uJl 0. de reacc1 1can e
istérico S Freud y suponer que otro analist a,8 Por
h barrar
eJ'efllPlo, · a ·tendría una 1nterpretac1ón
. • más v a re Pon,
·or o que d " d' erdact
dería rneJ ' e se trata es e un na 1e sabe". E . era.
Sino que de 10 quencarna la posibilidad de elaborar unn lllng{tn
1Otro se , . sab
lugar de despliega lo que sena e1mov1miento d era}
cto No se d' . . , d S el d1·
respe .. érico, el síntoina mg1en ose a un i que inte s.
curso hisdt saber. Sin embargo Dora habla, y hablarprete,
e pro uzca . d preci
qu d 1trauma sexual. Va mventan o su propia el b ,
sarnente e. mo pero sola, s1n . 1n
. terpretante, sm . ese parta ora. ,
ción de1m1s ·tuye 'el lugar del Nombre de1 Padre en la hienazre t .
que const1 s ena
clásica.
Pero esta Dora no sólo habla de.1encuentro traumático con
e1St K habla también de lo fememno y. trata .
de articular aigo
de lo que Je sucedió con la Sra. K., prescmd1e~do de cualquier
explicación que incluya al padre. Rechaza las mterpretaciones
freudianas que introducen al padre o a la referencia fálica. Le
dice a s. Freud: "Ya sabía lo que iba a decir", "los hombres
sólo piensan en eso". Todas las interpretaciones rebotan. y
hace un gran esfuerzo por transmitir un más allá de Ia in-
terpretación del Nombre del Padre, por articular algo de la
feminidad como tal, y en eso demuestra claramente que lo
femenino es aquello que ninguna interpretación de sentido
puede articular.
190
L
t arece senalar en el horizonte una cierta cadu-
1auren Pclásicamente entendemos por histeria y s· tú
6· lo que h bl . , 1 a
•aadde. un cuerpo que a a, ~ero s1n ningún sentido a
o cat11b1º . ningún llamado a la 1nterpretación sin po 'b•
eJ1 '., r s1n . ., d , s1 1-
1
aescii:e' sostenerse en a ~upos1c1on e que el Nombre del
ada~ iendría algo que decir acerca del carácter traumático de
rad lación sexual.
Ja ll0re ·por qué seguir llamándola histeria? lQué propie-
pero, l d 1 h' . l' .
nservan e a 1stena e as1ca, estas histerias rígidas
dad co . , b , d '
q ue J. Lacan continue nom ran olas de ese modo?
Parapodemos pensar que la h'1stena. ng1da
, . el intenta dar res-
esta al trauma sexual por medio del significante -al igual
la histeria clásica-, pero sin el S1, sin el recurso dei in-
terpretante, sin el sostén del amor al padre. A este lugar, en
cambio, van distintos tipos de invenciones singulares que se
505tienen como respuesta. Algo de esto se deja entrever en lo
que puntuaba antes de la Dora de H. Cixous.
Ahora bien, l qué tiene que ver Clarice Lispector con todo
esto? En una conferencia dedicada a la lectura del Seminario
23, que tuvo lugar en Suiza en julio del 2012,7 E. Laurent re-
toma la histeria rígida y propone que C. Lispector ilustraría,
aún mejor que la Dora de H. Cixous, lo que J. Lacan define en
dicho seminario como "histeria rígida". A partir de esta refe-
rencia, con la intención de dilucidar cómo entender la histeria
rígida, me dirigí a los textos de C. Lispector para precisar qué
puede ensenarnos esta escritora al respecto.
E. Laurent da un paso más proponiendo una investigación
que podría titularse "Clarice Lispector: El sinthomeo La sintho-
me". La referencia al texto de J. . Lacan, "Joyce e1 s1n
, torna",8
192
diVl·d·r ~1 recorrido en cuatro puntos q
ue permiti-
.,0~ a
v' , eia! a
i 11~ •
pensar aquello que a m1 entender L'
1 d
e
. ispector
etJlP ,. arnos sobre e mo o en que se anuda 1 f .
rµtJIͪ e~ria rígida, lo cual s~ articula a su vez c~ne,meru-
0
f efl la hi en la Dora de H. C1xous. que
~o tratl1ºs
e~cofl .
, saber supuesto
tJingun
. or qué este mundo?,
. es el. título de la biografi'a c1•tada, en
t PB Moser mtenta, a m1 entender atrapar el t d
que · . ' mo or e la
1a
escrt·wra de C. L1spector.
d , . El trabajo con el sigru' fica nte a traves
,
de s1.1 escritura po n~ s1tuarse como intento de construcción
de una respu~sta pos1ble, a esa pregunta muda e intensa que
illsiste y la deJa al borde de la perplejidad.
Desde muy joven ella supo que no se trataba de una res-
puesta a la ~ue pudier~ arribar P?r medio del conocimiento
intelectual, smo a traves de otro tipo de comprensión. La es-
critura le aportó los elementos para que algún tipo de inven-
ción vaya articulándose en el lugar de la respuesta que sabe
imposible. Se trata para C. Lispector de una pregunta dolo-
rosa que no supone, ni se dirige a ningún saber que pueda ·
ofrecerle una respuesta.
Algunos datos de su biografía nos permitirán quizás acer-
carnos a reconstruir el lugar y la función de su escritura. Nace
en Ucrania, en una ciudad de paso, en la que sus padres se
detienen por el parto, durante el transcurso de una desespe-
rada huída. Su madre estaba enferma de sífilis. La creencia
popular de la época afirmaba que un embarazo po~ía curar a
una mujer de cualquier dolencia. Es c~n ese p~opósito que sus
padres buscan el embarazo que traera a C. L1spector ai mun-
do. Según la hipótesis de su biógrafo, ella padece ~~sde muy
temprano la impotencia de haber fallado en su nus16n cura-
tiva. La enfennedad de su madre empeora hasta su muerte,
que ocurre .,
a los nueve
. ,
anos de
hi la nifta.que crear h'1stonas,
ótesis . es
Su biografo s1~a com0 ~s ector de muy pequena para
un recurso que se inventa C. f
11 ando al final de sus días,
1
salvar a su madre. Su madre, U:!da necesitando asistencia
se encontraba totalmente para '
193
o B Moser ubica que la única asiste .
para tod · · .. nc1a
odía darle, era montar pequenas representacione que su lu·
P tados para entretener a .su madre' con 1as q8 de rºl\: at Jq
inven
lograba que la estatua incluso riera. A L"' Ue aIQ-i,_ Os
veces . . ~u se sih. º'-lflas
.Int•ci·o de sus ficc1ones.
,
l"'ªrf:i e} '4
C. Lispector ub1ca tempranamente su dificuit d
tarse ai estilo tradicional de un relato dei tipoª ,llr? ªius.
vez ... ,, , es decir, un argumento, una trama que avanzab1a ur.•ta
és de los personajes. Recuerda sus intentos d d a a tra.
v .. 'b' es e ni,,.
afirma que no es que no qu1s1era escn 1r ese tipo d h.~~1a, y
es que simplemente no podía. Ya adulta, se dijo e 1storias,
estar lista para escribir una verdadera historia dei ~ue ?,0 dría
una vez ... ", debería ser sencillo, pensó. Comenzó po _hª?ía
escribió Ia primera oración, supo que todavía Je resJ : bien
1 3
posible: "Había una vez un ave. Dios mío" .13 llll-
Cuando C. Lispector intenta dar en secreto sus p .
.
pasos como escritora, descn'be ese intento
. como un dolruneros
., d , "[ ] oros0
Proceso de creac1on e su mascara: ... creando mi ma'seara
con gran dolor. Porque saber que desde ese momento deberás
jugar un rol es una sorpresa aterradora. Es la espantosa liber-
tad de no ~er (... ) Yo era una ad_olescente confundida y perple-
ja que tema una pregunta tan intensa como muda: l Cómo es
el mundo? LPor qué este mun_do? Luego aprendí muchas co-
sas. Pero la pregunta permaneció siempre igualmente muda
y apremiante" .14
La escritura constituye para ella, es mi hipótesis, un inten-
to de respuesta que no se asienta en ningún saber supuesto.
Se trata en cambio del testimonio de un fracaso constante para
atrapar con palabras aquello que no tiene posibilidad alguna
de representación.
Su biógrafo describe la búsqueda que motoriza toda la
creación !iteraria, como el intento de atrapar el símbolo de
la cosa, en la cosa en sí, intento de reconectar el lenguaje con
194
11·dad' y viceversa.
. 1 Ubica1 deste movimiento, no
, reª !ldjJIIÍento rnte ectu~ o esaffo artístico· ,, como un
e111Pie conectado con los remos sagrados de la · Est~ íntima-
1
111ellt~6., ona palabra no describe algo pre .sexuahdad y la
c1 J•• ex1stent •
. cre se algo, crea ese a1go que describe: la bús e smo que
13 0
e5 ei,ra oústica, la palabra que contenga su qu~da por esa
r3 ª e(ia de su vida" .15 propia luz, es la
1
C· Lispector
p6sqt.1 1 afirma sobre su escritura·· "Escnbir
. p ,
lgº !latura , aunque extremadamente . ara llli es
~"Y tlflª mujer que escribe, porque paraan~Stlante, penoso.
-;;v 1h b . . m1 escribir
..ospirar,
l"' o ago para so rev1vir. Agrega· 11v , me es como
• 10 solo 'd
to escritora en e1momento exacto en cons1 e-
Sigue: "Escribir para mí es frustrantqe~elesto~ e~cribiendo" _16
.1( 1N . a escnbir lid. 1
. ev1
illlP0s1b e .. . . l o tengo argumento d 'd ? a. Soyin · d
10 con o
rnente fragmentaria. Soy de a poco. Esto no es his _opma a-
no conozco historia así, pero sólo sé ir d. . d ton~ porque
historia de instantes que huyen como 1:~::1~/::endo: es
se ven desde la ventana del tren" _17 g:t vos que
--
18 Lispector C "A d
M ' ·, esco
b
oser, W11y this world? A b· erta do mondo" ' Descoberta p.
' · 114.
E ·B
77 n. ·
19 Lispect C · zography of Clarice Lispector, op. cit., p. ·
or, ·, Cerca dei Corazón Salvaje, op. cit., pp. 96-98.
196
animales, algo que nacía. Cuando d b
Jes l'b d 'd escu re
át" 0 Ocribía los 1 ros, ec1 e que a eso d b
i..
, .
i11º je!l es . . e e ded1-
cO e ai~ n,ía 1 h .b' ,
de n111a pero no o a ia aun considerad .
qtl e- ,rescr do a los trece ali.os declaré mi des:e d do
~s caart o e ed1-
scritura, de repente me encontré en un d
oecft11e
stiflº'
a Ia een el que . h b' d'
no a 1a na 1e que pudiera a d
va o. En
ca fo ta1 , . d yu arme
.• 11 vac onstruirme a m1 m1sma esde una nada
IP" qoe e . . , , d esd e un.
fl.lve de f10 existenc1a, . yo, m1sma. tema que comprend.erme
esta_,.(00trt-isv~
. .-y'la, yo Illlsma temab que inventar mi propi·a
. . . d d
ver a .
fll> eles se amontona an, 1as s1gruficaciones se co tr d
8 naP . , d n a e-
L,oS 'entre sí, Ia ~esesperac10n e no ser capaz de hacerlo era
ciafl b táculo mas a realmente poder. Destruí finalment
tll1 o s . . . bl e en
oaios la histona mterrmna e que comencé a escribir en
pe el momento en completo secreto. Escribir siempre fue di-
a411 ,,, 20
fic1.dtoso para m1 . ,
Estos recortes de su b1ograf1a y de su primera novela
transnúten e1 aprem_io que empuja y motoriza la escritura d;
C. Lispector. La escntura surge en ella como invención, esa es
nú hipótesis, como respuesta a la perplejidad frente ai trauma
sexual.
Cerca del corazón salvaje, es el título que le propone un ami-
go·cercano, después de leer e! borrador de su primera novela.
Se trata de una frase que él extrae dei Retrato dei artista ado-
lescente de James Joyce. La novela sitúa, en los saltos que da
entre la infancia y el matrimonio de Joana, e! destino o quizás
e! tratamiento de lo salvaje en su protagonista. Escribe esta
historia algunos meses antes de casarse, e! tema dei matrimo-
nio es central en ella.
198
1k
riencia !iteraria, parece empujarla
t;tet11ª e"pejrltento de reconstrucción de un laz0a es~ elabo-
e~ . ,otr1° pos1ble con
611
!~O ttOS·
10s o
pa/abra corpórea
critura de C. Lispector permite entrever 1d' .
La es .d d . a unens16n
a como pura sonon a s1n sentido v1 h b'
la engu ' . • a a 1a algu-
l saJ· es de este estilo en Cerca del corazón sal .
deos I'ª , va7e, pero en
J'\ n1lnda novela que tomare, Agua viva una de úl'.
la sec,- ' sus timas
!lovelas, esto se presenta de manera permanente.
oe la primera n~vela, recorto una secuencia que ella sitúa
e!l un intervalo vaoo, donde la noche oscura queda cortada al
rnedio, en dos bloque~ ,negros de suefio. Esta secuencia surge
a partir de una sensac1on en el cuerpo, a partir de la compren-
sión de que yace a su lado otro cuerpo. "l Quién era? Un hom-
bre, un machó, respondió. Pero era su hombre aquel extrafto.
[... ] y .súbitamente, ~aicioneramente, tuvo un miedo real,
vivo como las cosas vivas. Al desconocido que había en ese
anunal que era stiyo, en ese hombre que ella sólo sabía amar
[... ] Entonces le nació una idea. Ese ser vivo era suyo. Ese
desconocido, ese otro mundo era suyo. Él, él, el hombre. De-
seó llamarlo, pedirle apoyo, pedirle que dijera palabras que
la apaciguaran. La misma conciencia violenta e instantánea
que la asaltaba a veces en los grandes instantes de amor.[ ... ]
Sentia el mundo palpitar dulcemente en su pecho, le dolía el
cuerpo como si soportara ,en él la feminidad de todas las mu-
jeres. Pero llegó la liberación y Joana te~bló bajo su, imp~l-
so ... nació la inspiración. Entonces invento lo que deb1a dec1r,
dijo bajito las palabras nacidas en ese instante, nunca antes
oídas por nadie ... Eran menos que palabras, apenas sílabas
sueltas
.
sinsentido. Las palabras venidas de antes del le~gua-
5 ' a él entregando-
Je, de la fuente ' de la propia fuente. e acerco ' .
51· hubiera absorb1do el
le su alma y sintiéndose plena como
• 11 27
mundo. Ella era como mu1er ·
1 .empre problemas con la tr~-.
r tuvo s . 1 á b ......... ta
e
• b·en ·
Lispecto . a1· a va hac1a a m s a soluta d '
adie 1Z ' • es,
51 i Viva esto se r .. ersonajes o escenanos que PUed
en Ag~a de Ia trama, sllldP una especie de monólogo en p~
ic16n trata e . • 'd 1 • 11,
apar. cernibles. 5e e anónimo d1rig1 o a a gu1en tarnbié
ser d1s ona que fluyd na escritura absolutamente fr n
Pers ' tO e u ag,
rnera_ Compues primera vez de un trabajo de
6nuno. 1·só por es,
anentar1.8, que prec
d' ·ón par a poder transformarse
_ en un libr o.
rn ... ,ración y e de
trUCl,l,U
JCI ' frases que ensenan de manera genial
estas
Cito algunas d'mensión de lalengua:
e unpactante esa t
--
28 Lispector C A
3
Vi'
29 lbíd., pp. 3~. gua zva, op. cit., pp. 21-2.
30 lbíd., p. 40.
31 lbíd., p. 42.
stoy haciendo al escribirte? Estoy intent d
,, .Qtlé e fu " 32 an o
,. l . el per me .
rafiar
foto g
té sólo a1gunos ejemplos_ de esa dimensión de ura
ite~or d de 1a1engua que transmite su escritura. p
.,orida
50i•
Otfº goce
por últiillº, quiero _situar el intent~ que puede encontrarse
escritura de C. L1spector de tesbmoniar lo absolutamen-
en 1ªtro, de un goce que se s1túa
., por fuera de lo simbólico.
te OEs por esta d'rrec~1~n
. , que encon~aremos una pista que per-
uuta situar s~ relac1on a lo femeruno. Notemos el tratamien-
to que la escritura le ofrece como modo de intentar traducir,
anudar con algo del orden del significante, un goce indecible
eilimitado, sentido puramente a nível del cuerpo.
Recorto a continuación la descripción de lo que C. Lispec-
tor denomina "caer en un estado de grada": "Fue una sen-
sación súbita, pero muy suave. La luminosidad sonreía en el
aire: exactamente esto. Era un suspiro dei mundo. No sé ex-
plicado. Es inefable lo que me ocurrió en forma de un sentir.
[... ] Es una lucidez de quien no necesita más que adivinar:
sin esfuerzo, se sabe. Sólo esto: se sabe. No me preguntes qué,
porque sólo puedo responder dei mismo modo: se sabe. [... ]
Pero ahora quiero ver si logro aprehender lo que me ocurrió
usando palabras. Al usadas estaré destruyendo un poco lo
que senti - pero es fatal. Voy a llamar lo que sigue "al margen
de la beatitud" [... ] El verdadero pensamiento parece sin au-
tor. Yla beatitud tiene la misma marca. La beatitud comienza
en el momento en que el acto de pensar se liberó de la nece-
sidad de la forma. La beatitud comienza en el momento en
que pensar-sentir sobrepasó la necesidad de pensar dei au-
tor. Éste ya no necesita más pensar y se encuentra ahora cerca
de la grandeza de la nada. Podría decir "todo". _Pero "~odo"
es cantidad y la cantidad tiene limite en su prop10 com1enzo.
de
Laverda ra inconmensurabilidad es la nada, que
Yes donde una persona puede acostarse . no tieh
t,arreras s111 Pe •,e
ti
senr. . ,, 33 h 1 nsi\t,
Q . •era volver a ora a a_pregunta de la que
ms1 b 1 h' t . í 'd Partí·
ense,.,.,a e· ._Lispector so re ad is. ena.r gi a? Este re corr1ct
. · lqtté
mo1on. es de su obra, trató e sintetizar los puntos en lo o Por
d.etuve para comenzar a responder algun d qlle
me antes que abre el texto de E. Laurent. C. Lispe 08 e os 8i
t1 nte,
rrogn.1·a por un lado, de una respues ta singular
. no e or testi,
mola suposición
, . en e! amor 8aJOstertida
de saber, no sosteru.da
eynda cuenta por otro lado, de su particular estilo de e P~dre;
como invenaon, . ; como modo de poner a traba1ar . ai signifjscr1tura
te como respuesta al trauma sexual. can,
' Su relación a lo femenino es muy interesante porque
testimonio no aparece runguna . apuesta ai saber 'dei Otro ensu .
dedica a denunaar · 1a IIllpo
· tenc1a
· de cua1qwer· enunciado ,nise
d
Oiro para decir algo a1 respecto. C. Lispector parte clarame ; 1
de afirmar como indecib~e ese goce que la ~abita. Ubica ~:
claridad que ese goce esta por fuera dei senhdo, no es sintbo-
Iizable. Intenta sin em?argo dar algún testimonio ai respecto,
como un modo de articular eso ai mundo, pero sin ning11na
intención de explicado o reducirlo a palabras.
Es un modo posible de entender qué puede ilustrar e. Lis-
pector mediante su escritura, sobre esta formulación parado-
jal de una histeria rígida, es decir, una histeria sin Nombre dei
Padre.
--
33 Ibíd., pp. 111-5.
202