Tema 01. La Constitución

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TEMA 1.

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 1

Tema 1. La Constitución Española de 1978. Estructura y


Contenido. Título Preliminar. Título I. Derechos y Deberes
fundamentales.

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................................................... 2
1. CARACTERÍSTICAS Y ESTRUCTURA..................................................................................................................................................2
1.1. CARACTERÍSTICAS...................................................................................................................................................................2
1.2. ESTRUCTURA............................................................................................................................................................................3
2. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES ...........................................................................................................................................4
2.1. ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO ...............................................................................................................6
2.2. MONARQUÍA PARLAMENTARIA ............................................................................................................................................6
2.3. ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS Y UNIDAD DE LA NACIÓN ESPAÑOLA ...........................................................................7
3. LOS VALORES SUPERIORES .............................................................................................................................................................. 7
3.1. PRINCIPIOS GENERALES ......................................................................................................................................................... 7
3.2. TÍTULO PRELIMINAR ............................................................................................................................................................... 9
4. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS LIBERTADES PÚBLICAS: REGULACIÓN, GARANTÍA Y SUSPENSIÓN .................. 10
4.1. DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES DE LOS ESPAÑOLES ...................................................................................... 10
4.2. GARANTÍAS DE LAS LIBERTADES Y DERECHOS FUNDAMENTALES ................................................................................. 15
4.3. SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES ...............................................................................................................15

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INTRODUCCIÓN
Tras las Elecciones Generales del 15 de junio de 1977, el Congreso de los Diputados ejerció la
iniciativa constitucional que le otorgaba el art. 3º de la Ley para la Reforma Política y, en la sesión de 26
de julio de 1977, el Pleno aprobó una moción redactada por todos los Grupos Parlamentarios y la Mesa
por la que se creaba una Comisión Constitucional con el encargo de redactar un proyecto de Constitución.
Una vez elaborada y discutida en el Congreso y Senado, mediante Real Decreto 2550/1978 se
convocó el Referéndum para la aprobación del Proyecto de Constitución que tuvo lugar el 6 de diciembre
siguiente. Se llevó a cabo de acuerdo con lo prevenido en el Real Decreto 2120/1978. El Proyecto fue
aprobado por el 87,78% de votantes que representaba el 58,97% del censo electoral.
Su Majestad el Rey sancionó la Constitución durante la solemne sesión conjunta del Congreso de los
Diputa‐ dos y del Senado celebrada en el Palacio de las Cortes el miércoles 27 de diciembre de 1978. El BOE
publicó la Constitución el 29 de diciembre de 1978, que entró en vigor con la misma fecha. Ese mismo día se
publica‐ ron, también, las versiones en las restantes lenguas de España.
A lo largo de su vigencia ha tenido dos reformas:
- En 1992, que consistió en añadir el inciso "y pasivo" en el artículo 13.2, referido al derecho de
sufragio en las elecciones municipales.
- En 2011, que consistió en sustituir íntegramente el artículo 135 para establecer
constitucionalmente el principio de estabilidad presupuestaria, como consecuencia de la crisis
económica y financiera que padecemos.

1. CARACTERÍSTICAS Y ESTRUCTURA
1.1. CARACTERÍSTICAS
La Constitución Española de 1978 tiene unas características definidas que son las siguientes:
 Se trata de una Constitución escrita, codificada en un solo texto.
 Es extensa, esto se debe en parte a que hubo que hacer un laborioso consenso entre las
diferentes organizaciones políticas que la elaboraron y a que incluye no sólo los principios
fundamentales del Estado sino también los derechos y deberes, libertades individuales,
organización y funcionamiento del Estado, etc.
 Se trata de la Constitución más extensa después de la de las Cortes de Cádiz de 1812. Consta
de 169 artículos además de otras disposiciones. No sigue por tanto la línea de otras
constituciones occidentales que tienden a ser mucho más breves.
 Tiene origen popular, porque está hecha por los representantes del pueblo (de ideologías
variadas) y fue ratificada en referéndum. Es por tanto una constitución pactada o de consenso.
 Es rígida, sus mecanismos de reforma están descritos en el Título X y establecen no se puede
modificar por un procedimiento legislativo ordinario, como en el caso de otras constituciones
más flexibles, sino que es necesario un proceso mucho más complejo y complicado.
 Establece como forma política del estado español la monarquía parlamentaria.
 La amplitud de las materias objeto de la regulación constitucional. Se realizó quizá con el
deseo de garantizar una protección mínima de determinadas instituciones o situaciones frente a
posibles cambios de futuro.
 La diversa precisión e intensidad de la regulación constitucional de las diferentes materias
sobre las que trata. En las materias que tuvieron mayor consenso fue posible efectuar una
regulación más detalla‐ da. En otras, sin embargo, las normas se redujeron a aquellos aspectos
sobre los que era posible una coincidencia de opiniones, dejando que posteriormente el
legislador abordase en profundidad la cuestión.
 Ambigüedad del texto, pues existen fórmulas o expresiones que precisan una integración e

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interpretación detallada para hallar su verdadero sentido pero que sin embargo eran de
presencia ineludible dentro del texto constitucional, como las disposición sobre los territorios
forales.

1.2.ESTRUCTURA
Su estructura es la siguiente: PREÁMBULO
TÍTULO PRELIMINAR
Incluye los principios básicos en los que se sustenta el Estado Español
TÍTULO I.‐ De los derechos y deberes fundamentales
Con 46 artículos, éste es el Título más amplio de la Constitución. A lo largo de su articulado se reconocen
y garantizan los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos, así como la posible suspensión de los
mismos. Está dividido en cinco capítulos
Capítulo Primero. ‐ De los españoles y los extranjeros
Capítulo Segundo. ‐ Derechos y libertades
Sección 1ª.‐ De los derechos fundamentales y de las libertades públicas Sección 2ª.‐ De los
derechos y deberes de los ciudadanos
Capítulo Tercero. ‐ De los principios rectores de la política social y económica Capítulo Cuarto.‐ De las
garantías de las libertades y derechos fundamentales Capítulo Quinto.‐ De la suspensión de los
derechos y libertades
TÍTULO II.‐ De la Corona
Regula la figura del Rey, sus funciones, el juramento, la sucesión de la corona, la regencia, la tutela del Rey,
el refrendo a los actos del Rey y el presupuesto y organización de la Casa Real
TÍTULO III.‐ De las Cortes Generales
Establece la composición, organización y atribuciones de las Cortes Generales. Regula el procedimiento de
elaboración de las leyes, el estatuto de los parlamentarios y el régimen de los tratados internacionales. Está
dividido en tres Capítulos
Capítulo Primero. ‐ De las Cámaras
Capítulo Segundo. ‐ De la elaboración de las leyes
Capítulo Tercero. De los Tratados Internacionales
TÍTULO IV. ‐ Del Gobierno y de la Administración
Regula la composición y funciones del gobierno, el nombramiento y cese del presidente, vicepresidentes y
ministros, así como su responsabilidad criminal. Con respecto a la Administración, establece sus principios de
actuación y organización, el control jurisdiccional y la responsabilidad patrimonial de la misma. Regula el
Consejo de Estado como órgano supremo de carácter consultivo
TÍTULO V.‐ De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales
Establece la responsabilidad del Gobierno ante el Congreso de los Diputados; regula la cuestión de
confianza, la moción de censura, la dimisión del gobierno y la disolución de las cámaras; así mismo, reconoce
el derecho de información de las cámaras a través de interpelaciones y preguntas y regula los estados de
alarma, excepción y sitio
TÍTULO VI. ‐ Del Poder Judicial
Regula los principios básicos del Poder Judicial: independencia judicial, inamovilidad de jueces y
magistrados, exclusividad jurisdiccional y unidad jurisdiccional; la colaboración con la justicia; la justicia

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gratuita; la publicidad y oralidad de las actuaciones judiciales; la indemnización del Estado por error judicial,
el consejo general del poder judicial, el Tribunal Supremo, el Ministerio Fiscal, la acción popular
TÍTULO VII. ‐ Economía y Hacienda
Establece el principio de subordinación de la riqueza al interés general, el principio de legalidad en materia
tributaria y los principios básicos del régimen jurídico de los bienes de dominio público y de los comunales.
Regula el Tribunal de Cuentas y el régimen de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. Reconoce la
iniciativa pública en la actividad económica, la participación de los trabajadores en la seguridad social y la
actividad de los organismos públicos, así como la posibilidad de planificación de la actividad económica
TÍTULO VIII. ‐ De la Organización Territorial del Estado
Regula los principios de organización territorial del Estado, la administración local y las comunidades
autónomas. Está dividido en tres capítulos
Capítulo Primero. ‐ Principios generales
Capítulo Segundo. ‐ De la Administración Local
Capítulo Tercero. ‐ De las Comunidades Autónomas
TÍTULO IX. Del Tribunal Constitucional
Regula la composición, estatuto y nombramiento de los miembros del Tribunal Constitucional, las
competencias y funciones del mismo, la legitimación para la interposición de los recursos de
inconstitucionalidad y de amparo y la cuestión de inconstitucionalidad
TÍTULO X. De la reforma constitucional
Establece el procedimiento de reforma de la Constitución, así como los límites temporales para efectuarla
4 DISPOSICIONES ADICIONALES
9 DISPOSICIONES TRANSITORIAS
DISPOSICIÓN DEROGATORIA
DISPOSICIÓN FINAL
Las Disposiciones Adicionales y Transitorias se refieren en su mayor parte a problemas de la ordenación
territorial, y tan solo las transitorias octava y novena tienen en cuenta verdaderamente la transición del
régimen establecido por la Ley para la Reforma Política al nuevo régimen establecido por la Constitución.
Especial interés tiene la Disposición Derogatoria, en cuanto derogó la Ley para la Reforma Política (que
había cumplido su misión) y las Leyes Fundamentales (Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, Fuero
de los Españoles y Fuero del Trabajo, Ley Constitutiva de las Cortes, Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, Ley
Orgánica del Estado y Ley del Referéndum nacional). Asimismo, deroga cuantas disposiciones se opongan a lo
establecido en la Constitución.
La Disposición Final determina la entrada en vigor de la Constitución el mismo día de su publicación en el
BOE, y ordena su publicación en las demás lenguas de España.

2. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES


La Constitución, norma jurídica fundamental del Estado, establece los principios por los que se rige
la organización y funcionamiento de la comunidad política y contiene la regulación de los tres
elementos básicos para la organización de un Estado:
- La definición de aquellos valores y principios que impregnan la convivencia política en el seno
del Estado, y fundamentan su régimen político.
- El reconocimiento y la garantía de los derechos, deberes y libertades fundamentales de los
ciudadanos, esencia misma del régimen constitucional.

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- La regulación de la composición, organización y funcionamiento de las instituciones básicas del
Estado, estableciendo el sistema de relaciones entre ellos. Por otro lado, reconoce el sistema de
división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y junto a ellos establece una institución de
carácter moderador (la Jefatura del Estado: el Rey), y un órgano dedicado a controlar la
constitucionalidad de las leyes (Tribunal Constitucional).
Los principios constitucionales son los pilares sobre los que se asienta el sustrato político‐ideológico
de la misma. Además de fundamentar los propios preceptos constitucionales, los principios
constitucionales tienen un especial valor hermenéutico e interpretativo. Precisamente por esta posición
privilegiada dentro de la Constitución, los requisitos para su modificación resultan especialmente
agravados.
La eficacia de estos principios ha desatado importantes polémicas entre la doctrina, que duda
ente su carácter normativo, o meramente programático. Lo primero supondría que estos principios
vincularían por sí mismos a los poderes públicos. Por el contrario, la eficacia programática implicaría
una mera guía o recomendación.
Los principios generales de la Constitución, aunque de forma muy general y sin valor normativo, ya
vienen reflejados en su Preámbulo, al establecer los objetivos que se pretende alcanzar (tales como la
libertad, la justicia, la seguridad, o el bienestar de todos), mediante mecanismos de convivencia
democrática, de consolidación del Estado de derecho, y de protección de todos los españoles y todos los
pueblos del España.
Por otra parte, a lo largo de su articulado la Constitución hace mención expresa a una serie de
principios, estos si, de carácter claramente normativo, que vinculan directamente a los poderes públicos,
como los específicamente recogidos en el art. 9, entre los que se encuentran los principios de legalidad, de
jerarquía normativa, de publicidad de las normas, de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no
favorables, de seguridad jurídica, etc.
Además de estos principios del art. 9, existen otra serie principios que podríamos denominar
constitucionales no básicos, incluidos también en Título Preliminar, y son los incluidos en los arts. 3 a 8,
leguas oficiales y su especial protección (art.3), bandera (art. 4), capitalidad (art. 5) reconocimiento de
partidos políticos como expresión del pluralismo político (art. 6), reconocimiento de los sindicatos de
trabajadores y de las asociaciones empresariales, (art. 7) y el papel de las Fuerzas Armadas (art. 8).
Pero cuando hablamos de principios constitucionales en sentido estricto, solo cabe considerar, los
consagrados en los dos primeros artículos de la Constitución:
 “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” (art.
1.1)
 “La soberanía nacional residen en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” (art. 1.2)
 “La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria” (art. 1.3)
 “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e
indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas” (art. 2)
De estos preceptos extrae la doctrina los siguientes principios esenciales:
- Estado social y democrático de derecho
- Monarquía parlamentaria
- Estado de las Autonomías

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2.1. ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO


El art. 1.1, que prácticamente es una copia de los que refleja la Constitución alemana (Ley Fundamental
de Bonn de 1949) implica la unidad e interdependencia de tres ideas o conceptos de diferentes
orígenes históricos, que fusiona.
- Estado social. ‐ La Constitución reconoce el Estado social en el preámbulo, y en el art. 1.1 de su título
preliminar. Su desarrollo lo realiza a través de lo dispuesto en el capítulo III del título I, y en el título VII.
Puede definirse como aquel que garantiza a los ciudadanos el ejercicio de derechos sociales
irrenunciables, como el derecho a la educación, al trabajo, a la vivienda o la sanidad pública.
No todos los derechos sociales son igualmente exigibles, y en muchos casos se limitan a informar
la actuación de los poderes públicos y la actividad judicial. En tal sentido es lo que algunos autores han
venido a denominar como el horizonte utópico de la Constitución.
No obstante, la consagración de este principio implica que los poderes públicos no solo permiten
la igualdad y la libertad, sino que han de intervenir activamente para promover dichos valores y
remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud. Junto a una serie de preceptos donde se
busca una redistribución de la renta mas justa y equitativa, la Constitución también plantea un Estado
intervencionista en la protección de determinados bienes (vivienda, salud, trabajo, cultura, etc.).
- Estado democrático. ‐ El Estado democrático tiene una doble vertiente. En primer lugar el art. 1.2
reconoce que la soberanía nacional reside en el pueblo español, principio elemental para sostener la
convivencia democrática contenida en el Preámbulo, y que es fuente de la legitimidad democrática
directa del poder legislativo. En segundo lugar, para conseguir esta democracia se requiere un pluralismo
político articulado en los partidos políticos, sindicatos, o asociaciones empresariales, de estructuras
democráticas.
En lo referente a la participación ciudadana en los asuntos públicos, el art. 23 reconoce el sufragio
universal activo y pasivo y el acceso a la función pública en condiciones de igualdad.
La participación ciudadana en el Poder Judicial se plasma en el art. 125, que recoge el derecho al
ejercicio de la acción pública, y mediante la participación en la institución del jurado, en la forma que
se determine por las leyes.
- Estado de derecho. ‐ La Constitución establece el imperio de la ley y garantiza la supremacía del
Derecho sobre los poderes públicos. Se recoge tal principio consagrando una división de poderes, en
la que el legislativo goza de legitimidad democrática directa, de donde emanan leyes que gozan de
superioridad jerárquica sobre el resto de producción normativa del Estado. Por su parte el poder
judicial goza de independencia jerárquica frente a los demás poderes, que garantizan su imparcialidad.
Para completar este abanico, el art. 9.1 establece el principio de legalidad administrativa, según la
cual la actuación de la administración pública se rige por el derecho, sin que pueda existir acto que no
esté amparado por cobertura normativa. Por otra parte, hay que añadir la interdicción de los poderes
públicos a que hace referencia el art. 9.3, que a su vez proclama el principio de publicidad de las normas,
y el principio de irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de
derechos individuales.

2.2.MONARQUÍA PARLAMENTARIA
El art. 1.3 de la Constitución proclama que “La forma política del Estado español es la Monarquía
parlamenta‐ ría”. La forma de gobierno que se establece supone que la Jefatura del Estado es ocupada por un
Rey, que está sometido al control parlamentario, que no controla el poder ejecutivo, y que es hereditaria.
El Rey, por tanto, simboliza la unidad del Estado, asume la más alta representación del mismo, y
tiene encomendada una labor de arbitraje y moderación entre el resto de poderes del Estado. Se configura
así una monarquía con un poder eminentemente simbólico y que no concede al Rey una capacidad
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efectiva de decisión, donde habría que concluir que el Rey reina, pero no gobierna.
La Constitución dedica a la figura de la Corona el Título II, donde se regula no solo su valor simbólico,
sino sus funciones, la sucesión al Trono, la Regencia, la tutela durante la minoría de edad del Rey y el
refrendo de sus decisiones.

2.3.ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS Y UNIDAD DE LA NACIÓN ESPAÑOLA


La Constitución, según se declara en su art. 2, “se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación
española, patria común e indivisible de todos los españoles”, pero al mismo tiempo reconoce y garantiza “el
derecho a la autonomía de las nacionalidades y las regiones que la integran, y la solidaridad entre todas
ellas”.
Frente a las dos concepciones clásicas de la organización territorial de un Estado, unitario o estado, la
Constitución Española opta por una tercera vía, el Estado de las Autonomías.
Este principio de autonomía, que no se contrapone con el principio de unidad de la Nación española,
preside todo el desarrollo de la configuración territorial del Estado que se recoge en el Título VIII “de la
Organización Territorial del Estado”.
Los principios generales de este Título establecen que el Estado se organiza en municipios, provincias y
Comunidades Autónomas, a quienes se les garantiza autonomía para la gestión de sus respectivos
intereses. Hay que distinguir, no obstante, la autonomía local (de municipios y provincias) de carácter
marcadamente administrativo, del amplio régimen de autonomía de las nacionalidades y regiones, de
mayor calado político‐administrativo, que incluye la transferencia de importantes competencias (art. 148), la
formulación de órganos de gobierno propios (art. 147) y la potestad de crear normas legislativas propias
(art. 150).
No obstante, se refuerza de nuevo el principio de solidaridad recogido en el art. 2, garantizando su
realización efectiva y remarcando que “Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en
cualquier parte del territorio español” (art. 139).

3. LOS VALORES SUPERIORES


3.1.PRINCIPIOS GENERALES
El art. 1.1, tras proclamar que España se constituye como un Estado social y Democrático de Derecho,
propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el
pluralismo político.
Estos valores, notas definitorias del propio Estado, y que evidentemente son guía para los legisladores y
para los jueces a la hora de crear e interpretar el Derecho, son valores que encierran un ancho margen de
actuación, ya que se trata de conceptos abiertos, que pueden tener diversas lecturas y donde la evolución
social puede modular su interpretación a lo largo de la historia, pero siempre dentro de su carácter
teleológico, destinado a garantizarlos.
El propio Tribunal Constitucional, que en numerosas sentencias se ha referido a la Constitución como
orden de valores a los que los poderes públicos deben dirigir toda su actuación, ha venido a estimar que la
enumeración de valores superiores que contiene este artículo, no son un numerus clausus y de hecho, ha
concedido este rango al derecho a la vida.
LA LIBERTAD. ‐ En cuanto a valor superior del ordenamiento jurídico, tiene su plasmación más específica en el
Capítulo II del Título I, bajo la denominación de “Derechos y libertades”.
La Constitución, al proclamar el valor superior de la libertad está consagrando el reconocimiento de la
autonomía del individuo para elegir, y la proclama además como valor anterior al propio ordenamiento
constitucional y vinculado a la propia naturaleza humana.

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Así se reconoce expresamente el derecho a la libertad ideológica y religiosa, a la libre expresión, a la


seguridad, a la residencia, y a la libre circulación, y “corresponde a los poderes públicos promover las
condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integre sean reales y
efectivas” (art. 9.2).
El valor libertad tiene por tanto dos grandes dimensiones: una organizativa que se refleja en la propia
organización de las Instituciones del Estado, y otra dimensión directamente vinculada al status de las
personas en esa organización social.
El Tribunal Constitucional ha conectado este valor superior con el antiguo principio liberal de que a un
ciudadano le está permitido todo lo que no está expresamente prohibido, cuando ha afirmado que “este
principio general de libertad autoriza a los ciudadanos a llevar a cabo todas aquellas actividades que la ley
no prohíba o cuyo ejercicio subordine a requisitos o condiciones determinadas”.
Estas reglas profundas, que siguen siendo la base estructural de cualquier construcción de un Estado de
Derecho, quedaron plasmadas en la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano de 1789, que en
su art. 4 establecía que “la libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudica a otro; así, los
derechos naturales de cada hombre no tienen otros límites que los que aseguran a los demás miembros de
la sociedad el goce de esos mismos derechos. Estos límites no pueden ser determinados más que por la Ley”.
LA JUSTICIA. ‐ El valor justicia no es claramente identificable en abstracto, para muchos se asimila al derecho
natural y puede entenderse, en cierto sentido, como un contrapunto imposible al derecho positivo, pero
también como el valor, el fin ideal, a que debe tender todo el ordenamiento jurídico. De hecho, algunos
autores identifican el valor justicia con los contenidos de libertad del sistema democrático.
La Constitución proclama que la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey, por jueces
y magistrados, y reconoce que todas las personas tienen derecho a la tutela efectiva de jueces y tribuna‐ les,
sin que en ningún caso pueda producirse indefensión. Dedica el Título VI al Poder Judicial y el Título IX al
Tribunal Constitucional.
Aunque el valor superior de justicia tiene manifestaciones en numerosos preceptos constitucionales, en
la práctica encierra enormes dificultades para, en base a ello, pretender la declaración de
inconstitucionalidad de leyes que se estimen injustas. No puede extrañar por tanto que el propio Tribunal
Constitucional haya eludido la aplicación directa de este valor, excepto en su ámbito más estricto, es decir,
que se refiere a la Administración de Justicia.
LA IGUALDAD. ‐ La Constitución, al incluir junto con la libertad, la igualdad, como valor superior, opta por
entender que ambos valores, lejos de ser contrapuestos, han de ser necesariamente armonizados de
forma conjunta. Sin que el valor de la igualdad pueda ser perseguida en detrimento del valor superior de
la libertad, por tratarse ambos, partes inherentes de la condición humana.
El valor igualdad tiene dos grandes dimensiones, la igualdad formal y la igualdad material o real y
efectiva:
- La igualdad formal se plasma en la igualdad ante la ley que recoge el art. 14, cuando afirma que los
españoles son iguales ante la ley sin que pueda haber discriminación por razón de nacimiento, raza,
seco, opinión, religión o cualquier otra condición o circunstancias personal o social.
- La igualdad material, por su parte, pretende remediar la situación de escasez existente en la sociedad
mediante una justa distribución de los bienes, respecto al mayor número posible de personas. El
Estado debe permitir el ejercicio de sus derechos y libertades por los ciudadanos, pero tutelando que
no se produzcan explotaciones de los más débiles ni la potenciación de las desigualdades
existentes. Por imperativo del art. 9.2, los poderes públicos deben promover las condiciones para que
la libertad y la igualdad sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que impidan o dificulten
su plenitud.

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Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del
Estado (art. 139).
El Tribunal Constitucional, ha realzado la importancia de la constitucionalización del valor de la igualdad, al
que ha calificado de valor preeminente del ordenamiento jurídico español, al que debe colocarse en un
rango central (Sentencias 103/1983 y 8/1986).
EL PLURALISMO POLÍTICO. ‐ El pluralismo político es un concepto acuñado por el pensamiento liberal y, por
supuesto, incompatible con el régimen de partido único o con el dogmatismo en la esfera política. El
pluralismo político nos es un valor de alcance tan general como los anteriores, si bien su inclusión en la
Constitución se explica por el momento histórico en que la misma se produce y por el deseo de poner
punto y final al régimen político del franquismo.
Su reflejo más claro dentro del texto constitucional está en el art. 6, donde se afirma que “los partidos
políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular”.
Sin embargo, en sentido más amplio, también se reconoce el pluralismo en general al regular el derecho a
la autonomía de las nacionalidades y regiones, al regular el pluralismo lingüístico, al regular los sindica‐
tos de trabajadores y las asociaciones empresariales, y al regular por último el derecho de asociación.
El Tribunal Constitucional ha asumido como función propia “fijar los límites dentro de los cuales
pueden plantearse legítimamente las distintas opciones políticas pues, en términos generales, resulta claro
que la existencia de una sola opción es la negación del pluralismo”.

3.2.TÍTULO PRELIMINAR
PRINCIPIOS POLÍTICOS. ‐ España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político.
La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. La forma
política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible
de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que
la integran y la solidaridad entre todas ellas.
LENGUAS. ‐ El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de
conocerla y el derecho a usarla.
Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de
acuerdo con sus Estatutos.
La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto
de especial respeto y protección.
BANDERA Y ESCUDO. ‐ La bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja,
siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas.
Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se
utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales.
CAPITALIDAD. ‐ La capital del Estado es la villa de Madrid.
PARTIDOS POLÍTICOS. ‐ Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y
manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su
creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura
interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
SINDICATOS. ‐ Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y

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promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su
actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento
deberán ser democráticos.
FUERZAS ARMADAS. ‐ Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército
del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad
territorial y el ordenamiento constitucional. Una ley orgánica regulará las bases de la organización
militar conforme a los principios de la Constitución.
PAPEL DE LA CONSTITUCIÓN. ‐ Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al
resto del ordenamiento jurídico.
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o
dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica,
cultural y social.
La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas,
la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individua‐
les, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

4. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS LIBERTADES PÚBLICAS:


REGULACIÓN, GARANTÍA Y SUSPENSIÓN
4.1.DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES DE LOS ESPAÑOLES
Están regulados en el Título I de la Constitución, en los términos siguientes.
PRINCIPIOS GENERALES. ‐ La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden
político y de la paz social.
Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.
LOS ESPAÑOLES Y LOS EXTRANJEROS
NACIONALIDAD. ‐ La nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de acuerdo con lo
establecido por la ley.
Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.
El Estado podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos o con
aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con España. En estos mismos países, aun
cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho recíproco, podrán naturalizarse los españoles sin perder
su nacionalidad de origen.
MAYORÍA DE EDAD. ‐ Los españoles son mayores de edad a los dieciocho años.
EXTRANJERÍA. ‐ Los extranjeros gozarán en España de las libertades públicas que garantiza el Título I de la
Constitución en los términos que establezcan los tratados y la ley.
Solamente los españoles serán titulares de los derechos a participar en los asuntos públicos y a acceder
en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, salvo lo que, atendiendo a criterios de
reciprocidad, pueda establecerse por tratado o ley para el derecho de sufragio activo y pasivo en las
elecciones municipales.
La extradición sólo se concederá en cumplimiento de un tratado o de la ley, atendiendo al principio de
reciprocidad. Quedan excluidos de la extradición los delitos políticos, no considerándose como tales los
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TEMA 1. LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 11
actos de terrorismo.
La ley establecerá los términos en que los ciudadanos de otros países y los apátridas podrán gozar del
derecho de asilo en España.
DERECHOS Y LIBERTADES
PRINCIPIO DE IGUALDAD. ‐ Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social.
Sección 1ª.‐ Derechos fundamentales y libertades públicas
DERECHO A LA VIDA. ‐ Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso,
puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de
muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.
LIBERTAD IDEOLÓGICA Y RELIGIOSA. ‐ Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los
individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley.
Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias
religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la
Iglesia Católica y las demás confesiones.
LIBERTAD Y SEGURIDAD. ‐ Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado
de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en la Constitución [artículo 17] y en los casos y en
la forma previstos en la ley.
La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de
las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de
setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la autoridad judicial.
Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de
sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Se garantiza la
asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y judiciales, en los términos que la ley
establezca.
La ley regulará un procedimiento de «habeas corpus» para producir la inmediata puesta a disposición
judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo de
duración de la prisión provisional.
HONOR E INTIMIDAD. ‐ Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia
imagen.
El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o
resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas,
salvo resolución judicial.
La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los
ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.
RESIDENCIA Y MOVILIDAD. ‐ Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por
el territorio nacional.
Asimismo, tienen derecho a entrar y salir libremente de España en los términos que la ley establezca.
Este derecho no podrá ser limitado por motivos políticos o ideológicos.

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12 BLOQUE I. DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHO ADMINISTRATIVO

LIBERTAD DE EXPRESIÓN. ‐ Se reconocen y protegen los derechos:


a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el
escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley
regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas
libertades.
El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social
dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los
grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas
de España.
Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en el Título I de la Constitución,
en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la
propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud
de resolución judicial.
DERECHO DE REUNIÓN. ‐ Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho
no necesitará autorización previa.
En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a
la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden
público, con peligro para personas o bienes.
DERECHO DE ASOCIACIÓN. ‐ Se reconoce el derecho de asociación.
Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales.
Las asociaciones constituidas al amparo de este artículo deberán inscribirse en un registro a los solos
efectos de publicidad.
Las asociaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución
judicial motivada.
Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.
DERECHO DE PARTICIPACIÓN. ‐ Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos,
directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio
universal.
Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con
los requisitos que señalen las leyes.
TUTELA JUDICIAL. ‐ Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.
Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia
de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones
indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no
declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.
La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado
a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.

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TEMA 1. LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 13
PRINCIPIOS PENALES. ‐ Nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el
momento de producirse no constituyan delito, falta o infracción administrativa, según la legislación vigente
en aquel momento.
Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y
reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena de prisión que
estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales del Capítulo 2º (Título I) de la
Constitución, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condena‐
torio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a
los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral
de su personalidad.
La Administración civil no podrá imponer sanciones que, directa o subsidiariamente, impliquen
privación de libertad.
TRIBUNALES DE HONOR. ‐ Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de
las organizaciones profesionales.
DERECHO A LA EDUCACIÓN. ‐ Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.
La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los
principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.
Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la
formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.
Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación mediante una programación general
de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros
docentes.
Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del
respeto a los principios constitucionales.
Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los
centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca.
Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento
de las leyes.
Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la ley establezca.
Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca.
DERECHO DE SINDICACIÓN. ‐ Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La Ley podrá limitar o exceptuar
el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina
militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La libertad sindical
comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección así como el derecho de los
sindicatos a formar confederaciones y a fundar organizaciones sindicales internacionales o afiliarse a las
mismas. Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sindicato.
Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule
el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los
servicios esenciales de la comunidad.
DERECHO DE PETICIÓN. ‐ Todos los españoles tendrán el derecho de petición individual y colectiva, por
escrito, en la forma y con los efectos que determine la ley.
Los miembros de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a disciplina militar podrán
ejercer este derecho sólo individualmente y con arreglo a lo dispuesto en su legislación específica.
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14 BLOQUE I. DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHO ADMINISTRATIVO

DEFENSA DE ESPAÑA. ‐ Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.


La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de
conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su
caso, una prestación social sustitutoria.
Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.
Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o
calamidad pública.
SISTEMA TRIBUTARIO. ‐ Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su
capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y
progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y
ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con arreglo a la
ley.
MATRIMONIO. ‐ El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.
La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes
de los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos.
PROPIEDAD PRIVADA Y HERENCIA. ‐ Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia.
La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes.
Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés
social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.
FUNDACIÓN. ‐ Se reconoce el derecho de fundación para fines de interés general, con arreglo a la ley.
Las fundaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales.
Las fundaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de resolución
judicial motivada.
TRABAJO. ‐ Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de
profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus
necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.
La ley regulará un estatuto de los trabajadores.
COLEGIOS PROFESIONALES. ‐ La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios
Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los
Colegios deberán ser democráticos.
NEGOCIACIÓN COLECTIVA. ‐ La ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los
representantes de los trabajadores y empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios.
Se reconoce el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo. La
ley que regule el ejercicio de este derecho, sin perjuicio de las limitaciones que pueda establecer, incluirá las
garantías precisas para asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales de la comunidad.
LIBERTAD DE EMPRESA. ‐ Se reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. Los
poderes públicos garantizan y protegen su ejercicio y la defensa de la productividad, de acuerdo con las
exigencias de la economía general y, en su caso, de la planificación.

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TEMA 1. LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 15
4.2.GARANTÍAS DE LAS LIBERTADES Y DERECHOS FUNDAMENTALES
1. Los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo segundo del Título I vinculan a todos los
poderes públicos. Sólo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá
regularse el ejercicio de tales derechos y libertades, que se tutelarán de acuerdo con lo previsto en el
artículo 161.1.a) [recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de
ley].
2. Cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos reconocidos en el artículo
14 y la Sección primera [derechos fundamentales y libertades públicas] del Capítulo segundo ante los
Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los principios de preferencia y sumariedad y, en
su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este último recurso será
aplicable a la objeción de conciencia reconocida en el artículo 30.
3. El reconocimiento, el respeto y la protección de los principios reconocidos en el Capítulo tercero
informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos. Sólo podrán
ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los
desarrollen.

4.3.SUSPENSIÓN DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES


Cuando se acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio en los términos previstos en la
Constitución, podrán ser suspendidos los siguientes derechos:
- Derecho a la libertad y a la seguridad
- Inviolabilidad del domicilio
- Secreto de las comunicaciones
- Derecho a libre elección de residencia, a circular por el territorio nacional, y a entrar y salir
libremente de España
- Derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones
- Derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión
- Secuestro de publicaciones
- Derecho de reunión pacífica y sin armas
- Derecho a la huelga
- Derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo
Se exceptúa de lo establecido anteriormente el apartado 3 del artículo 17 para el supuesto de
declaración de estado de excepción [se refiere dicho art. a: “Toda persona detenida debe ser informada de forma
inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo
ser obligada a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y
judiciales, en los términos que la ley establezca”].
Una ley orgánica podrá determinar la forma y los casos en los que, de forma individual y con la
necesaria intervención judicial y el adecuado control parlamentario, pueden ser suspendidos para personas
determina‐ das, en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o
elementos terroristas los siguientes derechos:
- Duración máxima de la detención preventiva
- Inviolabilidad del domicilio
- Secreto de las comunicaciones
La utilización injustificada o abusiva de las facultades reconocidas en dicha ley orgánica producirá
responsabilidad penal, como violación de los derechos y libertades reconocidos por las leyes.

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