Agua Limpia y Seneamiento

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ODS Objetivo 6

Agua limpia y saneamiento

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se gestaron en la Conferencia


de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Río de
Janeiro en 2012. El propósito era crear un conjunto de objetivos mundiales
relacionados con los desafíos ambientales, políticos y económicos con que se
enfrenta nuestro mundo.

Los ODS sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con los
que se emprendió en 2000 una iniciativa mundial para abordar la indignidad
de la pobreza. Los ODM eran objetivos medibles acordados universalmente
para hacer frente a la pobreza extrema y el hambre, prevenir las enfermedades
mortales y ampliar la enseñanza primaria a todos los niños, entre otras
prioridades del desarrollo.

Uno de los objetivos de la Estrategia Nacional para la Prevención de la


Desnutrición Crónica, es ampliar la cobertura y mejorar la calidad del agua y
el saneamiento ambiental.

Para lograr mejorar la calidad del agua, garantizar el acceso y tener un


adecuado saneamiento se deben asegurar los procesos de sensibilización para
propiciar que las municipalidades inviertan al menos el 30% de su presupuesto
en proyectos de agua, saneamiento y educación sanitaria, así como crear un
fondo de incentivos para premiar los municipios que alcancen los resultados
planificados.

Estadísticas del Instituto Nacional de Fomento Municipal –INFOM- muestran


que el 15% de las municipalidades potabilizan el agua y el 5% hacen
tratamiento de aguas residuales. La Agenda Guatemalteca del Agua 2013,
reveló que Guatemala cuenta con 97,120 millones de metros cúbicos de agua,
de los que solo se aprovecha el 10% de la misma.

Del 90% de fuentes superficiales de agua una gran cantidad están


contaminadas por falta de saneamiento, cerca de 3 millones de guatemaltecos
carecen de servicios mejorados de agua y casi 6 millones no cuentan con
servicio de saneamiento.

La escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial,


una cifra alarmante que probablemente crecerá con el aumento de las
temperaturas globales producto del cambio climático. Aunque 2.100 millones
de personas han conseguido acceso a mejores condiciones de agua y
saneamiento desde 1990, la decreciente disponibilidad de agua potable de
calidad es un problema importante que aqueja a todos los continentes.

Cada vez más países están experimentando estrés hídrico, y el aumento de las
sequías y la desertificación ya está empeorando estas tendencias. Se estima
que al menos una de cada cuatro personas se verá afectada por escasez
recurrente de agua para 2050.

Con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible


para todos en 2030, es necesario realizar inversiones adecuadas en
infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de
higiene.

Metas Para 2030:


 Para 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a
un precio asequible para todos.
 Para 2030, lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e
higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre,
prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las
niñas y las personas en situaciones vulnerables.
 Para 2030, mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la
contaminación, la eliminación del vertimiento y la reducción al
mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos,
la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y
un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones
de seguridad a nivel mundial.
 Para 2030, aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los
recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de
la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la
escasez de agua y reducir sustancialmente el número de personas que
sufren de escasez de agua.

La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia


crítica del agua, el saneamiento y la higiene para proteger la salud
humana. A pesar de los progresos realizados, miles de millones de
personas en todo el mundo siguen careciendo de estos servicios
básicos. Es necesario adoptar medidas inmediatas para mejorar el
acceso al agua, al saneamiento y a los servicios de higiene para
evitar la infección y contener la propagación de la COVID-19.

El agua es esencial no sólo para la salud, sino también para la


reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, la paz y los
derechos humanos, los ecosistemas y la enseñanza. No obstante, los
países se enfrentan a desafíos cada vez más grandes vinculados a la
escasez y contaminación del agua, los ecosistemas degradados
relacionados con el agua y la cooperación en las cuencas de agua
transfronterizas. Además, la falta de financiamiento y la debilidad de
los sistemas gubernamentales impiden a muchos países lograr los
avances necesarios. Salvo que las actuales tasas de progreso
aumenten sustancialmente, no se podrán cumplir las metas del
Objetivo 6 para el año 2030.

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