Libro de Bastiagueiro 13
Libro de Bastiagueiro 13
Libro de Bastiagueiro 13
COTIDIANAS
SOBRE EL
DEPORTE
José Luis Salvador
3
Índice
Pág.
PRÓLOGOS, de:
Eduardo Blanco e Iván Núñez… …………………………………………11
María José Mosquera… ……………………………………………… 13
5
El poder cultural del fútbol…………………………………………… 38
Fútbol de investigación………………………………………………… 39
El Sevilla como filial del Betis… ……………………………………… 43
La cultura del balompié………………………………………………… 45
El fútbol ya no es lo que era… ……………………………………… 50
El destino global… …………………………………………………… 53
La opinión del fútbol…………………………………………………… 55
El fútbol y el azar……………………………………………………… 57
Un soportador del “Arsenal”… ……………………………………… 59
La caldera de las pasiones……………………………………………… 60
Fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano… ……………………… 62
Malos tiempos para Cruyff… ………………………………………… 63
El tele-fútbol…………………………………………………………… 64
6
Las basuras……………………………………………………………… 88
Los rallyes, ¿romanticismo o barbarie?… …………………………… 89
El ajedrez un laberinto de palabras… ………………………………… 92
La inteligencia del robot… …………………………………………… 94
El ajedrez: el libro del mundo… ……………………………………… 95
Ajedrez, el juego infinito… …………………………………………… 96
El ajedrez: descerebrado… ……………………………………………100
Quemando tableros… ………………………………………………… 102
Carlos Marx, su-misión al ajedrez…………………………………… 103
Visualizar el silencio… ………………………………………………… 106
El ajedrez del prodigio (cuento cortísimo)… ………………………… 107
El fuego olímpico… …………………………………………………… 108
Las inauguraciones de Barcelona 92…………………………………… 109
Clausuras olímpicas… ………………………………………………… 111
Medallas españolas……………………………………………………… 112
Putadas olímpicas… …………………………………………………… 114
¿Se pueden suspender los juegos olímpicos?… ……………………… 118
De oro y plata… ……………………………………………………… 119
Patín callejero…………………………………………………………… 121
El arte de la moto……………………………………………………… 123
Moteros………………………………………………………………… 126
Macarra de marca japonesa (cuento)… ……………………………… 129
La bandada……………………………………………………………… 130
El mito de la moto… ………………………………………………… 132
La leyenda de una moto… …………………………………………… 134
Ángeles del infierno…………………………………………………… 139
Los vespistas…………………………………………………………… 142
7
Indurain, en el país de las maravillas…………………………………… 144
Un raro campeón……………………………………………………… 146
Creativa motricidad… ………………………………………………… 147
Estadios de salón… …………………………………………………… 149
Maratonianos…………………………………………………………… 150
La pasión en el deporte… …………………………………………… 152
Cerebro muscular……………………………………………………… 158
El chándal… …………………………………………………………… 159
Educación física y deportes…………………………………………… 160
El agonismo… ………………………………………………………… 162
En sus marcas… ……………………………………………………… 164
El deporte, ¿salud o pesetas?… ……………………………………… 165
¿De qué hablan?………………………………………………………… 167
Palabras para Pepe Casal, pescador de caña…………………………… 169
Marineros los de antes………………………………………………… 171
Todos se llaman Miguel………………………………………………… 172
El boxeo, un deporte seductor………………………………………… 173
Un cantar de gesta… ………………………………………………… 176
Escrito a puñetazos… ………………………………………………… 177
La piscina y las nadadoras……………………………………………… 179
El mejor deporte… …………………………………………………… 182
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………… 185
8
PRESENTACIÓN, de Rafael Martín Acero
Las conversas de 2010 están dedicadas a José Luis Salvador. En memoria del
estudiante, del activista, del profesor de Educación Física que siempre quiso
ser nuestro compañero y amigo “Salva”. Las conversas también lo han de ser
en su honor, en el honor que él exigía a cualquier actividad Política, y con la
nobleza con la que participó en sus actividades deportivas como remero, atleta,
entrenador de Rugby, o espectador del juego deportivo. En nuestra memoria,
Salva, en honor de Salva y con la nobleza de Salva, le recordaremos, le leeremos
una vez más, e intentaremos seguir actuando en defensa de la educación física
y del deporte, en el campo y en la academia. Esa es nuestra Política y Deporte:
su defensa, desarrollo y dignidad.
Salva escribió mucho, pero menos de lo que pensó. Salva publicó mucho,
pero aún quedan obras, como la que tienes en tú mano, para celebrar algunos
días del libro más. Esta Colección de libros de Bastiagueiro comenzó con un
texto de su Maestro, José Mª Cagigal, este nº 12+1 (como Ángel Nieto), lo es
de uno de sus alumnos, al final también Maestro, el Prf. del INEF de Galicia D.
José Luis Salvador Alonso.
Entre los temas permanentes de Salva estaban el juego, la función social del
deporte y de la E. F., el cuerpo, la literatura, el cine, la música o cualesquiera de
las artes y el deporte. Pero el tema transversal siempre era la Política, con ma-
yúsculas. De nuestras “conversas” particulares (tantas horas!, en tantas tardes!)
disfruté de un Salva contestatario, pero siempre en reflexión serena. De esas
“conversas” obtuve la idea de diferenciar aquello a lo que contribuye el sentido
de la acción, por ejemplo, del juego o del deporte, del sentido de los fines de
la política. El sentido lúdico o agonístico, que tienen por fín formar el carácter,
permanecen solo durante la acción, y permiten diversas interpretaciones, lo que
introduce un principio de contestabilidad que, en Deporte y Educación Física
en el ámbito educativo, como producto histórico dotado de significado, toma
forma muchas veces en el enfrentamiento de unos conceptos contra otros. Y, así
jugaba con Salva, sin peonza, sin pelota, sin cuerda, e incluso sin chándal, ¡pero
en acción! Era nuestro tiempo de vacar, de entrega a un ejercicio determinado in-
telectual, pero sin ninguna pretensión trascendente, como la acción deportiva.
Salva permanecerá en nuestra memoria por su honor y nobleza, pero tam-
bién, aquí en la Academia, por sus escritos y libros. Salva, estudioso del espacio,
deja uno irremplazable. ¿Quién, o quienes animarán a los estudiantes a pensar y
disfrutar del cine deportivo, de los poemas sobre el cuerpo, de las controver-
sias entre la Política y la política deportiva? ¿Quién me provocará profundas y
sosegadas reflexiones sobre lo nuestro?
Rafael Martín Acero
Decano de la Facultad de Ciencias de Deporte y la Educación Física de la Universidade da Coruña
9
PRÓLOGO, de Eduardo Blanco e Iván Núñez
En el mismo instante que comenzamos la redacción de este prólogo de un
nuevo trabajo de Salva que, al igual que el Cid Campeador, sigue ganando ba-
tallas después de muerto, es decir “publicando libros”, nos viene el recuerdo
del profesor José María Cagigal. Seguramente esta asociación se deba a que los
escritos de Salva transpiran de forma permanente la concepción de un deporte
educativo y humanista, calificativos presentes en el pensamiento cagigaliano.
La ausencia de Cagigal nos dejó huérfanos, sin que nadie recogiera el testigo
para continuar la construcción del armazón teórico de la Educación Física y
el Deporte en España. Pero esto no es del todo cierto, porque Salva durante
los últimos 25 años, dedicó muchas horas diarias al análisis y la reflexión, si
bien una parte de su obra no está divulgada. Así todo, los libros, conferencias
y artículos publicados, contribuyen a fundamentar la esencia y razón de ser
de nuestra profesión, por ello en más de una ocasión hemos calificado a Salva
como el nuevo filósofo del deporte.
Para los que hemos tenido la fortuna de compartir momentos en la “corta
distancia” y que estamos orgullosos de formar parte de su reducida lista de
“amigos”, lo que implicaba complicidad en la vida, Salva fue el acicate y revulsivo
de nuestras conciencias para evitar la “domesticación”. A todo encontraba un
“pero”, incluso en aquello que para nosotros suponía coherencia, era capaz de
darle la vuelta para mostrarnos dónde estaba la trampa, llegando a vapulear con
la palabra al más cercano, propinándole una crítica mordaz sin la más mínima
consideración. Con la misma intensidad, cuando la ocasión lo requería mostra-
ba una defensa numantina del amigo, sin importar si la razón estaba o no de
su parte.
Su pensamiento, recogido en parte de los trabajos publicados, como este
libro, permite que su presencia se manifieste a través de la palabra escrita.
Además, nos queda el recuerdo de muchos momentos compartidos dedicados
a pensar, reír, disfrutar, discutir, sentir, provocar, VIVIR en definitiva, sabiendo
que igual que hay un principio, esta existencia tiene un final. Los que todavía
seguimos aquí, cada 14 de abril, nos detendremos durante un rato bajo la som-
bra del castaño que, durante estos años, sirvió de “confesionario” y, al mismo
tiempo, de palestra.
En Oleiros (A Coruña), a veintitrés de abril de dos mil diez
Eduardo Blanco e Iván Núñez
11
PRÓLOGO, de María José Mosquera
O profesor José Luis Salvador, despois dunha das moitas e interesantes tertu-
lias-sobremesa compartidas, ofreceume a posibilidade de prologar esta selección
de artigos recollida baixo o título “Evocaciones cotidianas sobre el deporte”.
Non é preciso dicir que me sentín halagada, pero coñecendo o seu discurso:
poético, plagado de dobres intencións, de ironías, de xogos de palabras, de his-
torias de tódolos ámbitos, de pequenas historias, do cotiá, da vida, do amor...
¡menudo reto!, ¿qué podo dicir?
Non é difícil sitetiza-los artigos que veñen a continuación, posto que aínda
que falan de temas diferentes: por unha parte fútbol e pola outra - 0 que non é
fútbol é praxeoloxía - outros deportes, dende o meu punto de vista conforman
unha Socioloxía da Vida Cotiá e do Deporte.
Nos seus escritos hai unha crítica ó deporte espectáculo que fai que o xogo
perda a súa esencia e os xogadores o protagonismo. Ofrece sen decatarnos
unha auténtica “selección bibliográfica” sobre fútbol e Literatura. Fai unha aná-
lise sociolóxica, irónica e ácida, do fútbol como sobredose e unha preciosa
traxectoria respecto da animadversión da cultura cara o deporte. Reivindica
ídolos deportivos caídos, manifesta a súa admiración hacia deportistas, expresa
os seus sentimentos hacia persoas e compañeiros e descende aínda máis cando
fala de temas relacionados coas súas aficións.
De tódolos xeitos o que sí é certo e que en estas evocacións cotiás sobre o
deporte hai unha vida de experiencias, lecturas, estudo, preocupacións, loitas,
ilusións, reivindicacións..., que fan que o que lemos resulte próximo, tan cerca-
no que poidera ser noso.
¡Qué máis podo dicir!, que espero que José Luis Salvador siga sendo o “cro-
nista paralelo” do deporte que temos.
A espera de que chegue unha primavera que xa empezou.
Marzo de 1997
María José Mosquera
13
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Primera parte:
El fútbol es fútbol
(Boskov)
15
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
una bola diferente. Hoy ocurre que los futbolístas se pasan constantemente
la pelota unos a otros, sin saber por qué. Todo esto ocurre no sólo en el
fútbol, también en el resto de los deportes suele ocurrir, pruebe a hablar
con cualquier deportista de su deporte. No hay cosa más difícil. El tacticis-
mo les ha arrebatado el cerebro a los jugadores, deportistas en general y,
si me dejan pensarlo, sucede con los políticos que no son cabeza de cartel
(el 90%), los soldados, los trabajadores y hasta los estudiantes. Es como
decirles algo así: “No piensen, sólo obedezcan”.
Los entrenadores que le dan más importancia a la pizarra que a Platiní, Ma-
radona, Pelé o Bebeto; que prefieren a los ejecutantes disciplinados de sus
tácticas, que al talento que está, en el sitio y momento preciso e imprevisto,
pensando por si mismos. Esos entrenadores, decimos, no saben del juego
y sus ricos matices, son capataces, jefes de personal o como se dice ahora:
expertos en recursos humanos.
A los futbolistas, las tácticas y los burócratas federativos, les han arre-
batado el protagonismo que les corresponde, llegando a no valorar los
conceptos del juego, sinó a computar órdenes precisas, dentro de un marco
laboral feudal. Son sumisos funcionarios del sistema, que en casi todos los
casos los ignora, y que a ellos los deja indiferentes.
Se acomodan con facilidad a no pensar. “He cumplido lo que me dijo
el entrenador”. Les quitan, además del protagonismo, la alegría de jugar.
Por dicha razón, los partidos suelen ser monótonos, previsibles, faltos de
imaginación, interminables y aburridos. Borges solía decir que la obra, para
ser buena, debe superar la propuesta. Para los entrenadores de la táctica;
ofensiva o defensiva, que de todo hay; el partido perfecto es el que ellos
pensaron el día antes.
“Los buenos maestros, son los que no enseñan nada a nadie. Los que sólo
orientan, ayudan a descubrir y a pensar” (PAULO FREIRE). Si queremos
volver al placer del juego habrá que lograr que el jugador recupere su poder
de decisión, el protagonismo, la pasión y sobre todo su capacidad de pen-
sar, ingredientes que coinciden en la consecución de la otra gran actividad
humana: EL AMOR.
16
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Ya saben que cuando se habla del “mundial”, así, sin más, estamos hablan-
do de fútbol. Finalizó aquel mundial, después vino el Tur y es cultura retener
las leyendas. La memoria es siempre engañosa y sólo permite el recuerdo
para los héroes.
¿Qué merece la pena conserva de este mundial, ya olvidado? LAS MI-
RADAS, primero las de Salvatore. Jamás se vio sobre el verde prado gesto
como el de Schillaci: los ojos desorbitados, la cara como extraviada, un luná-
tico del gol. Otras miradas profundas: como la expresión de la “TORCIDA”
con sus lágrimas, CONEJO implorando al cielo, N’KONO ante los penalties,
ITALIA desesperada.
Por otra parte constatar que los mejores no estuvieron en la FINAL: el
checo KUVIC, exiliado y repescado; el abuelísimo MILLA, patriarca de
leones; DI’STÉFANO, que no jugaba pero nos hizo creer que estábamos en
un estadio (“¿viste qué portero? No tiene manos, tú, tiene cascos de caba-
llo”) genial en sus comentarios el mismo que fue genial jugando al fútbol,
“che, que grande sos”; y entre todos un colombiano suicida, HIGUITA, “EL
PORTERO LOCO”.
La decepción la dio BRASIL, la alegría CAMERÚN. Del primero guarda-
remos, apenas nada, el baile de CARECA, “LA SAMBA DEL BANDERÍN”.
Del segundo nos quedará el sueño de un fútbol de ensueño: once africanos
pobres, entrenando descalzos entre selvas, jugando a un hermoso juego y
capaces de humillar a los más grandes, a cualquiera de ellos.
Otros nombres se acumulan, pocos: BECKENBAUER, el hierático; BILAR-
DO y sus estampitas milagreras; MARADONA y su brazo mágico, siempre
de rodillas dando gracias a Dios. Y los más impresionantes, esos HINCHAS
ANÓNIMOS y apasionados que se quitaron la vida por no afrontar la
derrota de once muchachitos de su mismo país. También el certificado de
que el fútbol se muere, PENALTIS y más PENALTIS. Hasta aquí el deporte.
La selección llamada nacional, pues como lo de Perico Delgado (recuerden
como se fueron todos los políticos a probar la “meada inocente” del sego-
viano): malos políticos y peor márqueting.
17
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
18
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
19
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LA INCLEMENCIA Y EL GOZO
No sé quién es el imbécil que inventó este fútbol que pretende ser moderno,
en el cual el jugador debe correr mas rápido que la pelota. Mató el arte del fútbol.
JAIRZINHO
20
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
21
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
La Selección
JUEGUE CON NOSOTROS
Gran concurso bíblico:
El fútbol y la Biblia dirigido a todos los jóvenes:
Compongan un equipo de fútbol con personajes de la Biblia.
Expliquen por qué les atribuyen tal puesto en vez de tal otro.
La mejor respuesta será dotada con un premio de 50.000 francos.
En “Fraternité Évangélique” (1959)
Don Jorge Valdano, sudaca güay, que le da al barroco como los ángeles;
al realismo mágico casi como nuestro premio Nóbel Gabo García; que usa
de las metáforas como nuestro paisano, el inglés Borges, de notable ceguera
estética y parece que ética; que entiende de humanismo como Robin de los
Bosques y de marxismo como Groucho; que en sus ratos libres entrenaba
unos equipillos de fútbol y que de joven fue campeón del mundo, corriendo
con Marito Kempes y “El Pelusa”. Jorge Valdano, como decíamos, ha prepa-
rado una selección de cuentos y cuentistas del fútbol.
Como aficionado a las artes y las letras, recojo y hago buenas las que-
jumbrosas referencias de Valdano, en cuanto a que todo el mundo, en este
país, opina de fútbol (ya sabemos que cuando cesa la liga, los españoles, nos
dedicamos a opinar de: Kant y su razón impura; del diseño de La Bauhaus;
del concepto ornamental de Otto Wagner; de la música dodecafónica en
Mozart y el romanticismo en Alban Berg; de la azarosa juventud de Gus-
tav Klimt... y otras no menos interesantes cuestiones). Así, pues, me voy
a permitir oponer a su selección, otra distinta, aún usando de la suya que,
por cierto, es excelente y pienso que sólo la selección inglesa estaría en
condiciones de disputarle la supremacía mundial.
Don Jorge maneja buen material: veinticuatro relatos de grandísismos es-
critores hispanos del “ayá” y del “hacá”, de ellos trece parecen inéditos, la
calidad es desigual como corresponde a este tipo de libros, todos están
escritos por grandes individualidades. Destacan en la línea defensiva, Agus-
22
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
tín Cerezales que nos ofrece un espléndido relato de las rivalidades entre
merengues y colchoneros, o contra los del “Depor”, que es defendido por
Manuel Rivas y Julio Llamazares (que por ser leonés parece un gallego sin
mar). Aunque en sus relatos aparezcan los temores metafísicos de aquel
penalti que falló Djubic. En el fondo todos tienen en la mente, incluido
Valdano, la fabulosa novela del valiente Peter Handke: “El miedo del portero
al penalty”. En la media es necesario descubrirse ante ese gran hombre ¿o
son dos?, Mario Benedetti (El césped), y el otro, Roa Bastos. Subrayar entre
los delanteros a Ángel Fernández Santos que con “La poda del olivo” da la
sorpresa goleadora. La puerta estaría defendida, con la rectitud del chopo,
por Bernardo Atxaga con un delicioso cuento sobre un abecedario forofo.
En mis consideraciones de oponente, al inclemente concepto del fútbol
clamante y llorón, propondría más alegría, ¡JUEGO! a secas, creatividad, eso
tan caro al fútbol de izquierdas que definió Don Jorge. Recomendaría incluir
a un tal Martín Girard, seudónimo del gran director de cine Gonzalo Suárez,
que escribió sobre el fútbol profesional: “Los once más uno” aportando un
estilo sobrio y preciso (se sospecha que las famosas memorias de Helenio
Herrera también las escribió Gonzalo). Incluiría el toque preciosista, de fút-
bol de salón que práctica Camilo José Cela en sus “Once cuentos de fútbol”.
También es necesario sumar el juego barroco de gambeteo y regateo que
incluye Antonio Hernández con “La marcha verde”, grito de ánimo “der Beti
güeno”. Imperdonable prescindir de los esquemas cerebrales a lo Unamuno
(jugador del Betis en los tiempos de la república) que en “El sentimiento trá-
gico de la liga” pone en pie, el peruano Fernando Iwasaki Cauti. Ni podemos
dejar fuera a un jugador, que lo hace como el colombiano Higuita “el portero
loco”, hablamos del uruguayo Eduardo Galeano, en su “Fútbol, luces y som-
bras” nos descubre las recetas para saborear en cualquier lugar del campo.
En fin, que cada españolito lleva su propia lista a las que les pudiesen pro-
poner: Nerones, Clementes, Ferrandis, Odriozolas, Felipes Glez., Aznares o
el mismísimo Vaticano.
LA CLAUSURA
Hoy vivimos en un mundo de espectadores, no quedan actores.
Uno ya no se compromete en la vida, sólo quiere mirar a los demás.
Vivimos en una cultura de fútbol.
KARL LAGERFELD (sastre-modisto)
23
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
24
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
IDIOMA Y POBREZA
En un “sprint” de lenguas salidas lo peliagudo para el atleta (cabezabajo y con los
pies en le aire) es cargar todo cuerpo precisamente sobre la lengua.
FERNANDO ARRABAL (“Sueltos de mi diario”. La Esfera, 15 de marzo de 1997)
25
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
radio, prensa y televisión, que no saben usar el idioma y crean una polución
prosódica y sintáctica. El mal es de todos. El vocabulario, las palabras que
“no existen” porque no figuran en los inventarios autorizados (diccionarios);
y hasta los extranjerismos son lo menos importante. Lo más grave, pienso,
es la deliberada confusión de políticos, economistas y otros técnicos para
acotar un lenguaje reservado a la clase que guarda el misterio del poder.
Ciertos problemas lingüísticos de hoy, van por ese rail. La clase médica; para
prolongar sus privilegios, que desde los antiguos brujos y sanadores de la
tribu, poseían; mantuvo durante mucho tiempo la escritura de sus recetas y
diagnósticos en latín, lengua muerta, que se empeñaron en usar, hasta hace
muy poco, y no sin resistencia abandonaron; aquello lo sustituyeron por
una jerga esotérica, iniciática y oscurantista que ellos llaman “científica” y
que, además, la escriben con “letra de médico”.
Aparte de esta fácil constatación, la sintaxis es la forma en la que se
hace comprensible lo que se quiere expresar; la prosodia, la que diferencia
las palabras al oído. Las dos faltas vienen de la endeblez de la escuela y la
familia; las de la prosodia además, de un código provinciano e inmoral, por
el cual cada uno tendría derecho a pronunciar el español según su incul-
tura y costumbre localista: el español, como cualquier idioma, tiene reglas
de pronunciación y de sintaxis, con el ánimo de ser entendido por todos,
nacionales y extranjeros.
En el mundo de habla española, el mundo que mejor juega al balompié, las
clases desescolarizadas lo pronuncian mal, y las clases altas tienden a unifi-
carlo (cierta pureza, por paradoja, se debe a Estados Unidos, que mantiene
sus emisiones en castellano, sus doblajes de películas y hasta sus manuales
técnicos, en un idioma aproximado a la media). En España se prima esa di-
ferenciación como un orgullo, y desde luego las televisiones y radios no se
atreven a obligar a sus locutores a pronunciar en el idioma universal (la BBC
y la ORTF, sí). Las razones históricas para esa prosodia, sintaxis y ortografía
serán injustas: nada ha sido justo en la historia y menos aún, glorioso. Es
así, volver atrás sería desastroso.
Se puede constatar, aún siendo duro; en los programas de realidad o
“reality shows”, en las entrevistas que les hacen a los entrenadores y juga-
dores de fútbol o balompié (que más da las expresiones que utilicemos),
salvo luminosas excepciones, todos se expresan mal, no sólo los extranjeros,
también los que no lo son dicen tonterías como si fuesen verdades eternas,
hablan de tarjetas, de patadas, de postes o del banderín como si estuvieran
26
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LOS MAGOS
El hombre sólo es hombre del todo cuando juega.
FRIEDRICH SCHILLER
En los deportes, como en otras facetas de la vida, existen los magos. Entre
los del fútbol aún viven aquellos que fueron Di Stéfano y Pelé, en nuestro
país, cuando “er Beti” andaba de capa caída y Curro de almohadilla corrida,
sólo existía un Mágico.
En aquellos tiempos, más allá de Cádiz, cuando unos familiares soplos de
viento movían durante unos segundos los flecos dorados de las tulipas de
la “Venta de los Tarantos” en los confines de San Fernando; enseguida se
extendía un blando aroma de algas marinas y una pegadiza exhalación de
mentol confundiéndose repentinamente con un incierto rumor de pasos.
No había ninguna duda: o llegaba El Camarón de la Isla o es que llegaba
Mágico.
Si acaso fuese El Mágico el que llegaba, vestiría un mono de viscosilla ata-
cado por una erupción de gránulos de pelusa; entraría bajo una inseparable
nube de humo y un relámpago de purpurina se le habría congelado en la
pechera. Se acodaría de seguido sobre el suave espolón de la barra y pediría
unos daditos de merluza y unos langostinos abrillantados por Rafael en el
laboratorio alquímico de la cocina. Dirigiéndose al camarero le diría: “ponme
poquito, Gabriel, que este es mi entrenamiento de hoy”; y para reafirmar lo
dicho realizaría cuatro o cinco flexiones de piernas sobre las punteras de sus
zapatillas y así, al abrigo de su sonrisa de vagabundo portuario, se perdería
entre las esquinas de telas del comedor de la “Venta”.
27
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LA GRAN EVASIÓN
(...) Nosotros (...) les encomendamos proclamar sobre
las plazas públicas de las ciudades que todos los hombres
de cuerpo sano deberán, cada día de fiestas, hacer usos de
arcos, de flechas o de venablos y aprender a ejercitarse en el tiro.
28
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Si el fútbol es el opio del pueblo, esto, que vivimos, es una sobredosis. Los
que hace unos años subían de los barrios de la pobreza y de la periferia para
gritar: “OTAN NO, BASES FUERA”, llegan hoy de los arrabales y de la mis-
ma pobreza a las puertas de los estadios para ejercitar la última catarsis.
Como decían nuestros abuelos: “¿Para esto murieron un millón de espa-
ñoles?”, “¿Para esto se luchó contra las cárceles, persecuciones, censuras,
la incultura y la muerte del franquismo?”. Hicimos la democracia y volvió
el casticismo, la Lola Flores y su desfalleciente saga, las procesiones, los
toreros analfabetos, el pan y el circo, el tiro en la nuca y a la cuneta del
GAL, el GOL, los chistosos y el chiste verde. Ahora España se sienta ante el
televisor, como antes se sentaba a rezar el rosario, y se ven lo que les tiren:
las folclóricas de toda la vida, toreros bobos que alardean de no saber leer,
banqueros corsarios que acumulan en plan BOTÍN, los bodorrios reales y
ficticios, los políticos presuntos y presuntuosos sinvergüenzas de siempre
y sobre tanta incultura de un pueblo, que ya antes gritó: “Viva las caenas”,
asciende, repulsivamente por las pantallas, esa extrema derecha viscosa que
se esconde en la falsa democracia de los bajos fondos reservados.
Veremos al pueblo llano, a la que anochece, en las calles y envueltos en
mantas, como los de la nevada de Goya, esperando, no asaltar el palacio
de invierno, sino a que les abran las taquillas para comprar sus entradas. En
peores garitas hemos hecho guardia y peores espectáculos nos aguardan.
Al fin, el fútbol es una pasión de los barrios obreros de Europa y América.
Los de estos países van los domingos a aplaudir a su equipo. La televisión
ha convertido ese juego arrabalero en el sublime arte de la geometría. No
se hace mal a nadie por saltar en tu asiento cuando el viquingo travestido
de payés le mete un gol al camerunés del Albacete Balompié, los cuales en
la temporada siguiente defenderán los sagrados colores de cualquier otra
patria que les pague un sueldo. La gente joven es objetora y apátrida, pero
los sábados o domingos se tiznan las caras con pinturas de guerra, vuelven
29
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
30
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
31
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
FÚTBOL Y POLÍTICA
La FIFA es como Brasil. Hay católicos, judíos y musulmanes.
JOÄO HAVELANGE
32
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
33
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
ción del poder proletario, del irredento sur, de los charnegos y las maletas
amarradas con cuerdas frente a la burguesía y la banca catalana.
En el fútbol se da el doble símbolo de la España actual, entre lo pobre y
lo rico, entre la periferia residencial banquera y los suburbios obreros, todo
centrado por el Estado-Federación. El Madrid canta a Capella, el Barça va de
holandés a portuguinglés o lo que sea y todos hablando en dólares. Por eso
nos alegramos cuando estos equipos son ganados por el Numancia y nos
simpatizamos con el Extremadura o cuando el Barça es pasado, en su propio
estadio, de pitón a pitón por los heliopolitanos de los verdes campos: El
Real Betis Balompié.
Es lo único que nos queda a la izquierda, a los perdedores: estos equipos
modestos que ponen en juego su pundonor, su orgullo y su humildad. Con
sus goles y sus, por desgracia, escasas victorias, le van dando lustre al recha-
zo nacional; a la gran pitada; a la huelga general; a la devolución al pueblo del
15% del IRPF; a frenar el pacto de la derecha bajo el nombrecito de pacto
democrático; a recuperar el empleo; a hablar con libertad de las pensiones
solidarias y suficientes para nuestros ancianos; a encontrar pisos baratos,
de calidad y de un espacio digno; a bajar los intereses (de todo tipo) y la
bolsa; a participar en la política directamente y sin pasar por las oligarquías;
etc. Se empiezan a ver banderas rojas en los estadios de estos equipos. El
Betis ganó la primera copa que no patrocinaba el “Caudillo de España por
la gracia de Dios”; ganó la liga del 31, cuando se proclamó la República, y
no en vano durante ese período glorioso, tuvo a un jugador que se llamaba
Unamuno, que explicaba el sentimiento bético de la vida, la eterna lucha,
barroca y andaluza, entre los contrarios, de las tardes de gloria a las noches
de hecatombe. Sólo el Betis puede hacer una hazaña tal, ganar al Milán o
al Barça en San Siro o el Nou Camps para perder el domingo siguiente en
Heliópolis ante el Villarreal y mantener la compostura siguiendo con el alma
de artista. ¡Como Curro Romero!
Nunca he oído un silencio tan atronador como el que pude escuchar
un domingo de hace muchos años, en el Camp Nou, cuando en el último
minuto de partido, el Betis le marcó un gol decisivo al Barça. Era el silencio
unánime de cien mil gargantas.
Para Ángel Vales, compañero, que se hace sabio día a día y logra explicar
el fútbol con un: “Lo importante es saber donde está el balón”.
34
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
35
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
que por aquí llegó a tener alguna vez; cuando ser “sportman” era símbolo de
caballeroso, incluso de bondadoso (“he is good sport”). Sobre este deporte
crecieron fortunas, personajes y héroes, también buscaron refugio en él,
Ruiz Mateos, entre otros.
Jesús Gil y Gil está presentando un aspecto de candidato al orden que,
en nuestro país, es muy peligroso. Invoca a Franco y al fascio, muestra el
orden conseguido en Marbella, como expulsa a los malos, como atrae a los
buenos (jet, mafiosos, traficantes de armas, narcos, fascistas, evasores, etc.)
y concluye que se podría hacer lo mismo en el resto de España. No será él
quien lo haga, evidentemente no tiene la caracterización necesaria, ni el pue-
blo que lo elige es una buena muestra. No es un caudillo, como decían en
“Madre Gilda”, aquel fue irrepetible; pero pueden salir otros a su imagen y
semejanza desde esa amplísima derecha que votan al pepé. Aznar, finalmente,
no parece que quiera ir por ahí, se acomoda a lo que sea, con tal de estar en
la Moncloa y creer que manda, se adapta a todos; hasta aparenta ser social-
demócrata. Pero el peligro está en su gente, esa que grita lemas peligrosos y
que se han creído que su minitriunfo en las elecciones representa un hecho
histórico, un cambio en la vertiente de aguas, un giro copernicano. Cuando
se acostumbren a mandar veremos qué pasa.
NACIÓN Y FÚTBOL
Al cincelar su cuerpo por el ejercicio, el atleta moderno exalta a su patria,
a su raza, a su bandera.
PIERRE DE COUBERTIN (Barón francés, que podría haber sido alemán)
36
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
37
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
38
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
FÚTBOL DE INVESTIGACIÓN
¡O galego quere ser mulato, quere ser mulato, quere ser mulato!
Orquesta Valdeorras (Canción)
39
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
40
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
buenos jugadores lloraban, les comenzaron a llegar las noticias del primer
bombardeo “científico” contra la población civil; la Legión Condor, con la
cruz gamada en sus alas, acababa de reducir a ruinas Guernica. El sueño fe-
deralista de la República española quedó enterrado en este pequeño pueblo.
Deambularon como equipo por varios países europeos y acabaron, como
muchos españoles, en Méjico. En este país se incorporaron a la Liga nacional
mejicana, en la que jugaron algunas temporadas, logrando un segundo pues-
to y poco a poco aquel equipo se fue disolviendo, unos pocos volvieron a
Euzkadi como Gainza, otros, los más, se quedaron en el país hermano, como
Regueiro, cuyo hijo fue un gran jugador de la selección mejicana. Lo curioso
era que el equipo que formaron allí se llamaba: España.
Es fácil ver que estoy investigando sobre los orígenes del Athleti de Bilbao
(pues el Betis, existía aún antes del invento de “La Creación”, y ese aserto
no necesita demostración, lo mantenemos, todos los materialistas marxistas
y prosobéticos, como un dogma de fe de la ciencia praexológica) y, por
otro lado cumplo con el sagrado deber de la amistad a Ricardo Gurriarán
que además de ser admirador de Curro y degustador del mejor Rioja, es el
más forofo, el hincha más beligerante y el máximo defensor de las esencias
futbolísticas del Athleti de Bilbao. Pero no quiero que nadie se equivoque
con Gurri, el juglar de Valdeorras, cuando estudiaba en Madrid su descaro
le hacía hablarles en gallego a los funcionarios e ideólogos del régimen fran-
quista y, en el mismo ejercicio de profesar su “galeguidade” con valentía y
dignidad, les hablaba en su lengua a los montones de gallegos que con noso-
tros estudiaban y que de manera timorata la ocultaban ante el poder, estos
personajes, ahora, ejercen de políticos y sacan mucho pecho de su pasado;
si antes eran vergonzantes, en la actualidad son sin vergüenzas. Gurri me
regaló un libro, entonces escasos, de poemas gallegos: “Galicia infinda” de
Florencio Delgado Gurriarán, y así, comentando los poemas, seguimos con
Castelao (recuerdo los extraños librillos de la Editorial Salnés y que guar-
do, viejos y deshojados. con enorme cariño) y Celso Emilio, Blanco Amor,
Enríquez.... Editamos, ilustrados por Aragonés, unos folletos (aún siguen
rodando por casa) con la poesía de Pondal y llegamos a organizar recitales
de “Voces Ceibes” en galerias de arte y en “El Chino” (un colegio mayor),
todo clandestino y entrañable además de peligroso; en más de una ocasión
me tocó guardar la puerta del local donde actuaban este tipo de grupos,
ante el miedo a un ataque de los “guerrilleros de cristo rey” o la llegada de
la policía, que debía de ser lo mismo; una vez fue con Rosa León y otra con
“Voces Ceibes” (por cierto, entonces lo escribíamos con uve).
41
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
42
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
43
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
44
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
los días en las furias del Atlantico. Yo; que habito en un hermoso país donde
se habla una bella lengua, envidia de los vecinos y recelo de los poderosos;
quiero proclamar a los cuatro vientos que no es un problema de dineros
sino de un par.... Betis-Sevilla, Sevilla-Betis en primera división.
45
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
masas, como pasaba con Zatopek, con Aouita, con Tomba, Causius Clay...
o con nuestro Indurain, de cuya pasión gentes de la economía y de la po-
lítica, como Garrigues Walker, llegaron a proponer, en repetidas ocasiones,
la necesidad de induranizar el país, incorporando al carácter nacional el del
admirable ciclista navarro.
Nos estamos refiriendo al concepto de cultura que se tiene desde la iz-
quierda política, la única que ha considerado el fútbol como un enemigo, en
su versión actualizada del romano “Pan y circo” o del hispano “Pan y toros”.
Me van a permitir una afirmación: la auténtica cultura es de izquierdas, la
derecha sólo amontona y atesora el trabajo de los creadores. Toda cultura
parece el fruto de una rebeldía, de un inconformismo, disconformidad con
lo establecido como inmutable sea en el campo físico, religioso, moral, polí-
tico, sentimental o económico. La derecha siempre se ha sentido confortable
en lo establecido y en la continuidad de aquello que le permite vivir mejor
que los demás. El fútbol ha sido para la derecha una diversión complementa-
ria a sus negocios y a su estética: palcos, puros, loden, ambigús, multitudes,
fichajes y chulerías. Para la izquierda, el fútbol, se sufre como un instrumen-
to de dominio, ¿no es así?
Creo que sí. El fútbol, un bello e inocente deporte, ha sido utilizado pro-
fusa e históricamente por las dictaduras y las democracias para lo mismo:
entretener y entontecer a las gentes e incluso para hacer de los equipos de
clubs y selecciones nacionales las representaciones fascistoides de un pa-
triotismo de opereta. Aún, en nuestros tiempos, existe una relación directa
entre países menos cultos y frenesí futbolístico que contribuye a que el
recelo entre cultura y deporte continúe. Siendo un fenómeno universal, pa-
rece que, el fútbol, despierta pasiones más irracionales en África y América
del Sur que en Escandinavia, cosa que no nos debe confundir, sobre todo
con respecto a dos de los términos usados: pasión y cultura. La pasión tiene
que ver con el clima, los colores y los paisajes, no expresándose de la misma
manera el melancólico Andersen que el mágico García Márquez, las gentes
son distintas no sólo en la narración, también en el amor, en la danza, como
en el sentir, en lo lúdico y en el jugar al fútbol u a otra cosa. De otro lado,
avisamos, que cultura hay, y mucha, en algunos campesinos, pastores y gen-
tes trabajadoras que, aún siendo analfabetos, llevan en sí la sabiduría de sus
ancestrales y cultos pueblos. Eso también, y sobre todo, es cultura.
La innegable condición de opiáceo social que el fútbol alcanzó en Espa-
ña durante el franquismo, así como en otros países faltos de las mínimas
46
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
47
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
48
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
49
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
La literatura y el arte maldicen del fútbol. Debe de ser lo último que les
queda por maldecir, pues a la política, al dinero y al halago se han vendido
desde el Siglo de Oro. Es una pena, toda peculiaridad étnica ha tenido su
valedor intelectual y toda autonomía su cantante. La boina fue glosada por
Jaime Campmany, el botijo por Umbral (o al revés, que no me voy a poner a
mirar ficheros), la siesta fue glorificada por Camilo que le añadió aquello de
pijama, orinal y padrenuestro y la dejó de lo más digna (en mi modesta opi-
nión, prefiero la siesta después del caliqueño, ¡gracias, no fumo!), la tertulia
como modo de transformar revolucionariamente la realidad cuenta con ilumi-
nados y sesudos intelectuales como Ussía, Amando de Miguel, José Manuel
Bonet, Jiménez-Losantos o Sánchez Dragó, los tres últimos fueron preclaros
miembros del partido comunista y aún les queda un ramalazo de anti-fútbol,
además de ser unos coñazos en sus labores de catequesis capitalista (Bonet
director del IVIMA y un erudito del arte, nos dirigía clandestinamente, en
la casa del pintor Luis Gordillo en Sevilla, los cursos de marxismo activo. En
realidad lo que hacíamos era ligar como posesos y confieso sin presunción,
que le gané tres a uno). Los toros arrastran consigo una legión de hombres
ilustres que se desviven en defender o atacar su mística (todo el mundo del
arte y la literatura espera, por San Isidro, la antitaurina columna de Manuel
Vicent). El sexo (si es español lo convertimos en corto y sucio) tiene en
genial a Luis Buñuel y en hortera a los Ozores. Pero el fútbol no acaba de
arrancar a pesar de todo lo que llevamos recogido sobre la cultura, en estas
páginas. Hemos hablado de la “Oda a Platko” de Alberti, del otro fútbol de
Delibes, de los “Mitos...” de Verdú, celebramos el “oscar” que consiguió el
Sporting de Gijón de la mano de José Luis Garci y recordamos el “extraño”
canto de Hernández al portero del Orihuela: “Ante tu puerta se formó un
tumulto / de breves pantalones / donde bailan los príapos su bulto / Sin
otros eslabones / que los de sus esclavas relaciones”.
50
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
51
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
escasos centímetros del presunto ciego, que continúa haciendo girar el bas-
tón (ahora frenético) en sus manos. Ruidos de cisterna, la mujer escapa, sin
más comprobaciones, con el botín. De un reservado sale un señor mayor,
negro y claramente ciego al que el joven lazarillo le devuelve el bastón blan-
co; mientras, éste, duda si contarle o no la escena que acaba de ver. En este
anuncio, que dura unos veinte segundos, no hay palabras, sólo imágenes e
inteligencia. Confieso que de los anuncios me interesa el mensaje, nunca el
objeto que quieren venderme, y en éste, en concreto, no sé si son: bancos
atracadores; hay que atracar los bancos; las gafas que llevan cada uno de los
personajes; las bragas de la chica; lo fácil que suben y bajan las cremalleras
en los pantalones femeninos o lo promiscuos que son los retretes entre los
negros. Está claro que lo que quieren vender se apoya en la falta de perjui-
cios, juventud, descaro, frescura, individualismo e inmoralidad.
En otro anuncio, Nike, marca de alpargatas deportivas, hace una selección
de futbolistas; pienso que, quizá, ese sea el futuro del fútbol, jugar en los
equipos de las multinacionales y dejar lo de las selecciones de países para la
tercera división y naciones pequeñitas, como padanias o puyolandia. Con
su selección, Nike hace una cita taurina, quedar con lo bestial en un círculo
sagrado. El atribulado Antonius Block, caballero sueco del “Séptimo sello”,
cita a combate ajedrecístico a la serena muerte para alejarla de sus congé-
neres. Y Nike lleva a las ruinas romanas de El D’jem, Túnez, a estos once
mercenario del poder, aunque antes los disfraza de argonautas de la belleza
del juego, el fútbol diseño, y los enfrenta a unos personajes demoníacos y
feos, sindicalistas, rojos y reivindicadores de la dignidad humana (los pre-
sentan como el Mal, lo antideportivo, el juego sucio y la pestilencia azufrosa
de los posibles Borman’s).
Nike, es una multinacional, que manufactura sus productos en países del
Tercer Mundo, logrando la brillante gestión de conseguir un perfecto, lujo-
so y acabado producto (ropa, zapatillas y material deportivo) de las manos
de miles de niños, que trabajan en condiciones de esclavitud e infrahuma-
nas; sueldos de miseria, avaricias y mezquindad. Luego, en los democráticos
países occidentales, obscenos y obesos, la neo-intelligentsia del mercado, la
gestión y el marquetin intentan hacernos ver que en Cantoná, Figo, Klui-
bert, Campos, Ronaldo, Luis Enrique y otros clónicos pelones, peloteros y
de calzón corto hay seducción y erotismo, diseño en sus camisetas y me-
dias, “hightech” en las transmisiones y ambiente de “rave-party” en los esta-
dios. Curiosamente, lo que se comprueba es, que a los actuales jugadores de
fútbol les falta telegenia. Hoy en día, para publicar una novela, no interesa
52
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
si tienes o sabes algo que contar, sino que salgas fotografiado en portada
con aspecto de adolescente. Los toreros ruedan clips con Madonna o Eva
Perón, que uno no se entera, mientras que otro torero bobalicón organiza
una “corrida de beneficencia” entre un marasmo de bragas y sostenes del
cuarenta y dos; los sastres se llaman creadores y los peluqueros estilistas.
En tal panorama es cuando te das cuenta de que el fútbol nuca va a gustar a
la izquierda divina, tan preocupada de su encanto, su posición y su charme.
El balón sigue siendo subcultura para los trabajadores desclasados y para-
dos conformados, amañado por los constructores arribistas. Nike con sus
anuncios, por cierto muy buenos, quiere jugar la papeleta de la gente guapa,
seudo-izquierda consumista.
Como dicen los tres ancianos de otro anuncio memorable, por bueno,
creativo y de imaginación: “Es verdad, el fútbol no es lo que era”; queda a
la vista que todo lo demás parece ser igual.
EL DESTINO GLOBAL
Este texto es más de Alberto Areces que mío. En el transcurso de una de las
tertulias tras-café, Alberto jugó, magistralmente, a comparar el fútbol con el teatro.
Veo poco fútbol y supongo que hago mal. Miento, en mi vida, sólo he
ido dos veces a ver partidos de primera división. Una fue para aprovechar
las entradas que, graciosamente, donó el profesor A. Ardá; fui con mi hijo
Daniel, nos sentamos cargados de agua, coca-cola, palomitas y paciencia;
aún no había terminado el primer tiempo y nosotros salíamos tranquilos a
la calle, mientras “El depor” le metía el primer gol al Betis. La otra ocasión
fue en Heliópolis: nos sentaron en el palco y la afición bética nos homenajeó
por haber ganado una regata de remo llevando los colores y el nombre del
Betis, contra otra tripulación del Sevilla. Tan escasa afición al fútbol debe
de ser mala. Me espanta el lenguaje del fútbol, soy incapaz de entender su
praxeología neológica, su fraseología y su extraña tecnología. Ahora se
está creando la secta de la praxeología peripatética que pretende poner
vallas al campo de fútbol, entre otros, arte en el que está todo inventado
y explicado, pero las sectas, estas universitarias, tienen doctores que crean
doctrinas como si fuesen ciencias. Desde el siglo pasado están inventando
teorías y sistemas de estudios del hombre en movimiento, para olvidarlas a
53
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
renglón seguido y sustituirlas por la misma con otro nombre. Como diría el
profesor Romo, mientras sacude la ceniza del puro: ¡Otra más!
Comprender el fútbol es fácil: es un teatro palpitante, no por las ficciones
de los jugadores (los de hoy ya no juegan, son profesionales, luego traba-
jan), generalmente mal interpretadas, en ayes y dolores praxeológicos o en
los gozosos placemas ante el gol, sino porque el destino, que en el teatro
conduce al resultado final, con todas sus consecuencias, tiene por fin la
representación adecuada, de ahí su éxito: esférico, elástico, imprevisible. A
los dioses griegos y sus sustitutos se les podía prever, dentro de su bruta-
lidad. Este no: bota, rebota, rebrota, va y viene, no tiene ninguna finalidad.
Es como la vida misma, y repito, de ahí les debe venir el entusiasmo a las
masas. La política no ha podido sustituirlo nunca. Por que además, genera
su propia política, sus corrupciones, sus periodistas, sus infracciones y ese
carácter transgresor del que juega, que tanto tiene que ver con el teatro.
Todos los días y en todos los lugares se oyen los sucesos del fútbol, sus
cuentistas son famosos y escasos, no sólo de-mentes, andan a la gresca los
unos contra los otros, disputándose la audiencia de millones de ciudadanos
que huyen de una pobre vida angustiada, monótona y grisácea escuchando
las nimiedades de sus actores favoritos. En los informativos no los puedes
zapar, tampoco en los periódicos serios o seriados, en todos la misma can-
ción para marianos, canción que habla poco de verdadero fútbol, y menos
aún hablará con la jerga praxeológica goofiana, en realidad, de lo que habla
es del destino global y redondo del hombre y su existencia. Me alucina
que haya un “juez único”, es una contradicción a la idea de lo justo, que se
arropa con tribunales amplios, jurados, numerosas apelaciones, revisiones e
indultos, además de buscar tribunales cada vez más especializados en grupos
de delitos. Este “juez único” entiende tanto de las diatribas contra los ár-
bitros, de las situaciones del partido, de patadas como coces, los fueras de
juego o el inteligente monólogo de Gil al que, además, inhabilita para presi-
dir partidos. En esta farsa tragi-cómica oímos a los árbitros, a los jugadores
rebeldes, a los sumisos, a los entrenadores y a los presidentes: el resultado
es una comedia humana con ribetes trágicos, de los que siguen, como en
Grecia, renegando del destino.
La renovación es escasa, las mismas actuaciones, máscaras, cosas y tipos,
cambian los actores, permanecen los personajes de antes. Los uniformes,
las metáforas, los ritos, han cambiado nada más: Gil parecería cualquiera de
los ridículos personajes que, sobre coturnos, se mueven en las comedias
54
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
55
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
56
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Es todo una pena, pues es necesario recordar que gentes así hacen mucho
daño a la cultura, a la educación y a determinados valores como la tolerancia
y la solidaridad. Personas como Cappa y Valdano, al margen de sus errores
profesionales, hacen falta frente a los que amenazan ruidos, contra la enfer-
medad de los opinantes y a favor de la conversación.
EL FÚTBOL Y EL AZAR
El fútbol cada vez está más alejado de todo.
JOHAN CRUYFF
57
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
58
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
las hubo en tiempos pasados, cuando el boxeo era como ahora el fútbol.
¿se imaginan ustedes un partido en el que a los veinte minutos, al cometer
uno de los equipos una falta peligrosa con alevosía en el área pequeña, en
vez de pitarse penalti se diese vencedor al otro equipo y a los setenta mil
espectadores se les mandase a la calle?
El fútbol español no consigue conquistar trofeos importantes (medallas de
plata y oro en Olimpiadas y un campeonato de Europa), ni meterse en los
mercados internacionales, salvo casos aislados como el de Luis Suárez y Luis
del Sol (con ese nombre se tuvo que inmortalizar en el estadio de Helió-
polis), pero a nadie, ni al propio Helenio Herrera que llegó a entrenar a los
mejores equipos italianos, y no por azar, se le ocurriría decir que esa falta de
aceptación y éxitos de nuestro fútbol en los mercados extranjeros, es fruto
de la mala suerte. Para que el azar no influyera tanto en los resultados habría
que cambiar el reglamento (para que pudiera haber victorias a los puntos),
subir un poco más los largueros, limitar por algún medio los reflejos de los
porteros (atarles una mano a la espalda) contrarios... Y para que nuestro
balompié tenga una aceptación media en los mercados foráneos, quizá haya
que dejar jugar más a los de casa y no pagar tanto por deportistas de ope-
reta, que sólo sirven para que ciertos personajes blanqueen dinero. Pero en
ningún caso esperar a que el azar cambie los designios del mundo, aunque
sean los del fútbol.
60
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
61
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
62
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
63
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL TELEFÚTBOL
Hasta el infinito y más allá.
BUZZ (Protagonista de “Toy story”)
64
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
las primeras aficiones que el niño siente; hacerse de un equipo, a ser posi-
ble de su pueblo, es una de las exigencias de la “pedagogía de la liberación
liberal-socialdemócrata”, para que el individuo no sufra las consecuencias del
apestado “sin colores”. Así los infantes, que hasta ahora se criaban medio
imbéciles por los juegos electrónicos, están ya lelos perdidos, con lo cual
serán buenos ciudadanos y muy buenos demócratas para votar, dentro de
unos años, lo que les manden y cuando les manden.
No siempre puede, sin embargo, el niño, hacerse de un equipo natal, pues
muy a menudo, en su pueblo, el club titular carece de apresto y arrestos
para ser un ganador, y, como los pedagogos sabemos, al niño hay que em-
pujarle no sólo para que se agregue a lo próximo, sino para que se enorgu-
llezca de lo “suyo”, aunque lo suyo sean doce nigerianos y un brasileño o
al revés, pero si su equipo no milita en la liga de las estrellas poco orgullo
puede sentir y entonces se produce la desviación: nuestros niños se hacen
de los ganadores, según la temporada serán del Barça o del Madrid y eso a
la larga no produce la cultura de lo “nuestro”.
El equipo de fútbol de la capital de una provincia une tanto o más que las
costumbres, la política, la historia, el idioma o el acento de la localidad; en
los colores de su club encuentra la provincia, la región, la nacionalidad, la
nación y el imperio, mayor identidad que en las reliquias fundadoras u otras
instituciones originarias. Un pueblo vale lo que valga su equipo de fútbol. El
afán de cualquier ciudad es tener el suyo en Primera y que salga por la tele.
Por ello las Comunidades se han lanzado a poner en pie sus televisiones y
ahora todos estamos en casa haciendo patria.
Si nuestro equipo promociona, y corre el riesgo de descender a segunda,
los pueblos lo viven como un momento crucial; si finalmente descendiera
la moral de la comunidad se viene abajo y durante los próximos meses la
renta per cápita caerá, naceran menos niños, lo que nos acercaría a Europa,
y cerraran empresas. La Liga hace pueblo. Pero ocurre que las instituciones
mal engrasadas, no son capaces de ponerse de acuerdo sobre los modelos
de televisión futbolera dificultando los momentos de unidad nacional. Todo
pasa por que los ricos de siempre quieren abusar de nuestras necesidades,
y andan a la gresca por unos cuantos billones de nada, entre las estructuras
televisivas, y que a nosotros no nos importaría pagar.
No se dan cuenta, los políticos, de que gracias al fútbol, y con todo el
país idiotizado, podríamos llegar a un sistema de alternancias que nos puede
hacer a todos muy felices. Se nota que, gracias al telefurbo, hay cines y tea-
65
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
tros vacíos, museos llenos de cuadros, sitio libre para aparcar, bares libres,
bibliotecas libres, libros (te hacen libre), aulas libres, hospitales libres (¿quien
se muere un día de partido?), barra libre, señoritas libres y los cuatro golfos
(yo y mi paseante Eduardo Blanco) que nos da por salir de noche, estamos
encantados con tanta mujer suelta de marido futbolero.
A los viejos ya no hay que mandarlos al parque o al Inserso (en casa
te roban el azúcar y las lentejas: que el hombre de viejo se vuelve ladrón
porque le sale el lobo que lleva dentro), ahora se están muy formales y pa-
rapléjicos viendo un eterno e interminable partido de fútbol que dan por la
televisión pública de pago. Mientras los maridos de la clase consumista ven
el interminable partido, sus mediocres esposas van a los estúpidos desfiles
de modas, que son sitios donde mujeres medio desnudas van a ver desfilar
a mujeres completamente desnudas, así nacen amistades muy entrañables.
Cuando a estos desfiles de moda iban los ricos, las señoras compraban el
modelito y los señores compraban las modelitos. Eran tiempos en los que
en las ciudades con marcha de este país, de ocho a nueve, nadie estaba con
su mujer sino con la de otro y aquello daba mucho juego.
Gracias al deporte del fútbol se ha acabado el pecado burgués del adul-
terio, pues ellos vuelven a casa muy temprano para verse cinco partidos
seguidos, entre palomitas y babeos. Así ocurre que a Eduardo Blanco, lo
suelo perder de vista sobre las tres de la madrugada, por varias razones: una,
compartimos los cubatas y eso nubla mucho la vista; otra, hay demasiadas
mujeres a nuestro alrededor ocultándonos paisaje y paisanaje (Eduardo, la
del chaquetón verde, tenía gran interés en la casa de las ciencias, y a mi edad
no me voy a andar con exigencias de letras).
66
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Segunda parte:
Lo demás es
phraxelogía
67
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
68
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
69
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
70
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
71
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Si alguien piensa que estoy haciendo un panegírico del golf, les diré que no.
Lo que hago es reivindicar amplitud en la cultura. Raúl del Pozo, periodista,
escritor, rojo, gitano y ludópata (de lo último se quitó, precisamente, jugan-
do al golf) cuenta en el diario “El Mundo” (diciembre de 1996): “Cuando fui
corresponsal en Buenos Aires me hice muy amigo de don Ernesto Guevara
Linch. Tomábamos mate, mientras jugábamos al ajedrez en su casa del Barrio
Norte o en mi apartamento de Achacucho-Alvear. Recordaba a su hijo de
niño, cuando éste, que sufría de asma, tenía que recostarse al calor del vien-
tre de sus padres. Me decía que el ajedrez era un deporte de revolucionarios
desde Lenin a Trosky, pero que el Che también jugaba maravillosamente al
golf”. Ernesto Guevara escribió, en Cuba, un libro sobre su hijo, “Mi hijo
el Che”, que nunca le había gustado el golf (existen fotos del revolucionario
jugando a este deporte) porque lo consideraba un entretenimiento de seño-
ras, aunque toda su familia llegó a dominarlo desde que habitaron un chalé
en la misma orilla de un campo en Alta Gracia. Los chicos se iban al hoyo
uno y comenzaban a calar las aptitudes de los jugadores. “Si era un buen
jugador no se ocupaban de él y si era chambón se escondían en el ramaje y
cuando chingaba, seguían la pelota y se la guardaban”.
Tenía razón cierto amigo, un culto irlandés, lector de Ortega y admirador
del Che, cuando desde el campo de A Zapateira y mirando hacia la ciudad
me decía: “Ha sido realmente una buena ídea construir A Coruña junto al
campo de golf”. Mientras que en Escocia e Inglaterra había ya imágenes de
golfistas en las vidrieras de las catedrales del siglo XV, en España se empezó
a jugar en Huelva de mano de los ingenieros ingleses. El primer campo real
fue el del “Real Club de Puerta de Hierro”, allá por el año 1904 de la escasa
era cristiana.
72
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
TENISEROTIMANIA
Me gustaría tener los pies más pequeños y los pechos más grandes...
JENNIFER CAPRIATI
Hace años escribía que el tenis es como el frontón, sólo que la pared es
inteligente.
El jugador que logra reducir a pared menos inteligente a su contrario,
obtiene la gloria, el dinero y la calidad de símbolo.
Esto es lo que viene ocurriendo con las tenistas, que son casi todas
adolescentes y estan cobrando una enorme importancia como símbolos
eróticos del mundo del dinero.
La juventud, es uno de los elementos fundamentales de la nueva cultura,
incluida la determinante erótica. Pocos deportes existen que tengan menos
aristas, que busquen con más ansiedad los orondos perfiles de las protago-
nistas. Rubens caería arrebolado ante tanta carne, ante tanto carrillo hincha-
do. No es acero alemán lo que intenta esconder Steffi Graf (parece que lo
que esconde son los impuestos). Hurga el viento entre los pliegues de las
faldas así como con la violencia de los golpes. Lo que nos impacta, al fin, es
el objetivo indiscreto de las cámaras.
73
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
74
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL JUEGO AMOROSO
Abstenerse de todo placer para vivir más años
sólo sirve para pasar más años fuera del placer.
El tiempo corre confuso, además de durar menos que antes, así que uno
es capaz de prestar ojos y oídos a los acontecimientos más inesperados, las
similitudes más extrañas y a las semejanzas más patibularias. En cualquier
partido del tenis actual, deporte que durante los años cincuenta era melifluo
y algo zumbón, ahora semeja un matrimonio de primerizos. Para inaugurar
lo que van a ser las relaciones, se inicia con un noviazgo que en el deporte
es el calentamiento y en el amor.... también. El calentamiento deportivo
es el peloteo (algunos demediados cerebrales hablan del precalentamiento,
algo tan impreciso, falso y cursi como el predeporte), los jugadores en
esta fase se muestran agresivos, concentrados, irritables, intratables, rudos
y si se tercia groseros, así hasta que el plato se rompe, o su equivalente la
pelota, el balón, el novio o la novia se pierden por el fondo de la cuestión.
Punto. Tanto. Se acabó. En los combates amorosos las relaciones se inician
poniendo con-tacto las superficies epiteliales más sensibles: labios, lóbulos
de las orejas, tetillas, pezones y sobre todo las yemas de los dedos. El arte
75
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
del amor está concentrado en esa escasa superficie de las manos (Woody
Allen quería ser, en su próxima encarnación, las yemas de los dedos de
Warren Beatty, al parecer el mejor amante que han tenido las estrellas de
Hollywood), por ahí comienza la seducción, después de las palabras amables,
el susurro incitante y agradable y el toque: suave, cálido, progresivo, preci-
so, elegante, inteligente y culto.
Hubo un tiempo en que los tenistas jugaban de blanco impoluto. Blanca la
camiseta, blanco el pantalón. El silencio sepulcral gobernaba el partido. No
sé si ese blanco total y silencioso era la metáfora del alma impecable de ese
deporte y de su entorno. Y, luego, se admitieron los colores, las rayas y los
cintajos. Cada vez hay más alboroto en las pistas y los jugadores carismáti-
cos, raros y rabiosos comenzaron a exhibir sus neuras y sus malos modos
genialoides. Empezaron a pasar cosas que antes no pasaban. El tenis, que
parecía ser un deporte de damas y caballeros, sometido a la sobriedad y a
la buena educación de una estricta disciplina inglesa, presenta hoy aires de
gira de rock and roll y torbellinos de carrusel hollywoodense. El estrellato
ha reventado en un rumbo incontrolado de meteoritos. La crónica rosa
y la crónica negra se superponen robando el sitio, como en las novelas
americanas de boxeo, a la crónica deportiva. Y, a la vez, como señalan los
especialistas, cada vez hay menos jugadores estrictamente atractivos por
su juego, no puede atraer su rudeza, su sacar tan rápido, sin dar tiempo a
saborear, es como un coitus interruptus, aún no ha empezado el juego y....
se acabó. Mal botan así las pelotas.
Recuerdo, sin embargo, como algo no muy lejano, cuando el tenis era
un deporte con una cierta estética: el juego poseía imaginación, suavidad,
elegancia, deferencia, precisión... Era similar a un cierto juego amoroso
pleno de discreción. No como ahora en que, a pesar de los jadeos que
invaden la cancha desde un principio, todo lo que rezuma la contienda
es una violencia desatada destinada a humillar. Es común incluso, cuando
una pelota ha sido buena, un gesto despectivo del uno hacia el otro. Pero
lo que más aparta al tenis actual del juego amoroso que debería ser es
la distinta valoración del significado de algunas expresiones. En el amor,
a la expresión de “entró, entró”, se iniciaba el juego. Aquí, tal expresión,
puede indicar que el juego ha terminado, mostrando hasta que punto este
deporte se ha envilecido.
76
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
TELECANTXA SÁNCHEZ
Se llama información a lo que se debería llamar ruido.
A. ESCOHOTADO (La experiencia de la libertad, REVISTA DE ARRABAL, OCT. 93)
77
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
a la postre... gana. Situada en la final del dichoso torneo, hace como si fuese
a ganar, también para las cámaras, para España, para sus compatriotas, pero
al final... pierde. Es un buen guión.
CONCEPCIÓN MARTÍNEZ
Un día, Ilie Nastase se bajó el pantalón en un torneo en Mónaco.
No se había dado cuenta de que mis padres estaban allí.
ALBERTITO DE MÓNACO (pricipín)
78
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
capaz de contar cuántos palillos de dientes hay en la caja sin abrirla siquiera.
En el partido de la Olimpiada de Atlanta marchaba en un cómodo 5-1 ante
Mary Jo Fernández, en el primer “set”, arreglandoselas para que Mary Jo le
meta un parcial de 13-3 en los siguientes 16 juegos.... permitiendo, así, que la
hija adoptiva de un español de Miami hiciese el partido de su vida. Después
con un 5-0 para Fernández, Cochita entra en partido y realiza una remon-
tada demoledora a 5-3 y facilidades pra llegar al cuatro, pero la Martínez
se va otra vez y acaba regalándole el partido a una Mary Jo alucinada, ante
los aullidos de venganza (Conchi le quitó la novia) y los berridos de alegría
(gana su equipo) de una fantasmal Billie Jean King.
Concepción Martínez, rebelde sin causa, vive en su mundo, pega del revés
como nadie (ahora lo corta), y su derecha es de manual; su entrenador, ya
fugado, dice que con ella se ha llegado a un punto en que no cabe mejora
posible en la derecha o en el revés, sino en lo físico, pero como ella no quie-
re, es imposible. Es la única española que ha ganado Wimblendon, dejando
sorprendido a Sampras, pero esta tenista navega por unas interioridades
quizá sólo accesibles a Freud.
Lo que le gusta a Martínez es montar en motos de alta cilindrada y per-
derse por las noches fuera de Barcelona, sin más compañía que sus amores
(Castro, Allen, ahora con “Gigi” y cada una a su tiempo). Entrenar lo menos
posible y con su novia la portorriqueña.
Ellas viven al margen de la realidad, sin osar exteriorizar sus relaciones
como hiciera en su día Navratilova y sus múltiples novias entre ellas B. Jean
King o como las checas Novotna y Mandlikova que llegaron a montar una
boda. Han sabido driblar a los tabloides sensacionalistas, se las ve en los
campos, una en las gradas mientras la otra juega, apoyándose mútuamente,
se las ve en la moto de Conchita, viajando a un anonimato más feliz. Se las
ve muy bien. Pues dejémoslas en paz, y no confundamos, Concepción es
Martínez.
LA GIMNASIA
De hecho, hay dos cosas que sé hacer en la vida:
Hablar francés y hacer girar un balón sobre un dedo.
JODIE FOSTER
79
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
80
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
mamos que una mujer como, por ejemplo Jodie Foster, no pueda acercarse
a la gimnasia porque se ve con claridad su condición, cuando en realidad la
luminosa inteligencia de Jodie es para domar al canibalesco doctor Lecter.
No puedo creer que una persona, por el hecho de ser una mujer en ple-
nitud, esté incapacitada para que los jueces de este deporte le den el diez.
Por eso, es de agradecer que la Serebrianskaya, de notable calidad gimnástica
y un espléndido cuerpo, se empeñe en continuar. Ocurre, sin embargo,
que las puntuaciones la van alejando de los puestos de cabeza y acabará
por desaparecer, para mi desconsuelo y desazón. Lejos quedan aquellos
tiempos en los que una mujer como la copa de un pino, Larisa Latinina,
hacía las delicias de los aficionados, año tras año y olimpiada tras olimpiada
(Melbourne, 1956, Roma, 1960, hasta Tokio, 1964), así hasta ser la persona
con más medallas olímpicas: 17 (9 de oro, 5 de plata y tres de bronce). Su
primera olimpiada la enfrentó con 22 años y la última lo hizo con 30. Es
que, en este mundo del consumir y tirar, ciertas historias las desechamos
sin mucho miramiento.
NÍNFULAS DE LA GIMNASIA
Él era forte e feble coma un marine. Ela, fráxil e invencible
coma unha guerrilleira do Vietcong.
MANUEL RIVAS
81
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
82
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
83
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL DEPORTE NATURAL
El deporte de invierno más violento es el SKIN alpino.
84
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
85
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
fútbol, baloncesto...) los mejores son los negros; esta modalidad está muy
extendida y se practica con variantes en: Cuba, Haití, Albania, Méjico, Chi-
na... También es muy divertido vivir en cualquiera de las ciudades en guerra
y salir a buscar comida, bajo el punto de mira de algún paco. No digamos lo
bien que se lo pasan, lo hemos visto por televisión, los que viven en barrios
que pueden ser sepultados por toneladas de basuras o los que acampan en
los lechos de ríos desviados por los especuladores (al menos sirve para que,
los de Green Peace, vendan chapas y pegatinas). Trabajar en el andamio,
en la mina o por la mar, son actividades con altas dosis de adrenalina, ligas
mucho cuando cuentas la sensación que da caer al vacio, ser atrapado por
la explosión del grisú o te hundes con el barco en el zarandeo de olas de
seis metros. El deporte aventura en países exóticos y peligrosos es lo que
sienten los negros, árabes, gitanos, albaneses, rumanos... caminando por
nuestros lares tan cristianos y civilizados.
Mientras nos legislan lo inútil para proteger a quienes les apetece jugar
voluntariamente con sus vidas, otros son víctimas sin que nadie les informe
de a qué se juega. El contraste daría risa sino fuera porque da asco.
Hay gente hoy día que vive en un incesante riesgo, una especie de pasión.
Veía un reportaje de una mujer joven, que escalaba paredes de piedra cons-
tantemente, sin cuerdas ni clavos, no como se hacía cuando empezó esto
del alpinismo, sino sólo con las manos y los pies casi desnudos, igual que
una mosca. Otros se van desde Mallorca a Valencia nadando. Los hay que le
dan la vuelta al mundo en una frágil embarcación. Y así podríamos enumerar
decenas de actos que nos parecerán inútiles pero, al parecer, apasionan.
Cuando el mundo se nos hacía enorme y desconocido, ese afán para su-
perarnos se vestía de mito, que más adelante lo solapamos con el espíritu
científico, descubridor, conquistador o con el ansia de desentrañar los gran-
des misterios. Quiero pensar en Magallanes,en Colón, Alvar Nuñez, Balboa,
Valdivia, en Humbolt, Jorge Juan, en Burton; en Peary y Amundsen, rivales
que se atrevieron con las soledades inmensas de los hielos perpétuos, para
86
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
87
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LAS BASURAS
Sin nuevas islas que descubrir, y debido a la mala prensa sobre la caza de la foca,
ya no me queda más aventura que la soledad.
MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN (Babelia, nº 100)
Parece ser; que a media ladera del Everest, donde se ubican los campamen-
tos básicos de las expediciones de los escaladores celestiales; se amontonan
toneladas de basuras. Esta guarrería fue denunciada hace tiempo y un grupo
de voluntarios, montañeros y buena gente hicieron una acción de limpieza
que fue de agradecer. Pero el deporte de “subir techos del mundo”, consiste
en alzarse, no sobre los pies sino sobre la tecnología y el presupuesto de
países burgueses y escasos, para poner un banderin en lo alto de la mon-
taña. Así que, los nativos de estas regiones; buscando subir su renta per
cápita, aprovechándose de las necesidades de afirmación que tienen ciertos
países pequeños; siguen amontonando expediciones que se esfuerzan en
subir sus banderitas a la cumbre y dejar las basuras a los pies.
No soy montañero, al menos como se entiende el término, a mi lo que
me gusta es contemplar las montañas. Hace años vi un amanecer increíble:
En un valle solitario rodeado de picudas montañas, un río con innumerables
riachuelos de deslizar suaves en cascadas por surcos de tierra helada. El va-
lle es blanco, inmaculado, comunicado por estrechos puentes de madera y
surtido de un limitado grupo de casitas perdidas, con un refugio en el que
siempre hay un caldo de salchichas hirviendo en la chimenea y un vasito de
ginebra con limón para el que llega y cuyo acceso es a pie, a caballo o con
esquíes. Durante el invierno el valle se transforma en figuras hermosas y
extrañas, estilizadas, infinitamente altas (no en vano Giacometti nació y vivió
por allí cerca). La luz es gris, rosa, amarilla, azulada, dependiendo de la hora
del día. Aquella madrugada era violeta, hacía mucho frío y la soledad era in-
mensa. Frente a mi pequeñez se extendían aquellas crestas que parecían que
surgían desde el cielo; una muralla de piedra, hielo y sombras que azuleaban.
88
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Salía el sol y hacía arder las crestas; sentía el silencioso peso de la Tierra.
Era un lugar imponente y ajeno a los afanes de los hombres, desde entonces
asocié la limpieza a la montaña. La literatura es la que hace los milagros, y
siempre quise visitar aquel lugar desde que, en mi adolescencia sevillana, leí
“La montaña mágica”, de Thomas Mann y luego, mucho más tarde, volví a
reconocer este paisaje en el último relato de memorias de Hemingway.
Sin embargo, el Everest; que centellea como montaña olímpica, tan remoto,
tan supuestamente puro en apariencia; está lleno de basuras. Se necesita un
considerable ajetreo para acumular 500 toneladas de porquerías. aún más
considerando, que aquel lugar pasa por ser uno de los más inaccesibles del
mundo; el escaso tiempo que se ha concedido el hombre blanco desde que
Hillary posó allí su garra, 1953 y lo más lamentable es, que el acarreo y amon-
tonamiento ha sido provocado por los montañeros, sin duda, gentes con-
cienciadas en los temas de ecología y respeto al medio. Si con esas dificulto-
sas condiciones hemos llegado a engorrinar el techo del mundo, imaginemos
la podredumbre de zonas mucho más accesibles y turísticas. Los campos,
las costas, los mares asfixiados por las lluvias ácidas y las mareas negras, los
ríos ahogados por los vertidos, incluso el espacio, está lleno de trastos que
orbitan ciegos y locos, como residuos inútiles de una carrera estelar.
Estamos exterminando la flora y la fauna (el tráfico ilegal de especies en
extinción es el tercero del mundo más lucrativo, por delante de la prostitu-
ción en todas sus variantes, y por detrás de las drogas y las armas), estamos
convirtiendo el mundo en un vertedero y los deportistas no somos ajenos,
pues a aquel paraje que no llega, por pereza, el dominguero o el urbanita,
llega el arrostrador de aventuras o el “más difícil todavía”.
Podemos plantearnos varias alternativas, como, por ejemplo, detener el
crecimiento del primate bimano que llamamos humano. También podríamos
tomar razonables medidas de emergencia. O, por último, dejar el planeta
convertido en una pelotilla de simple mugre cósmica.
89
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Algún día se llevará a cabo el rallye o raid; como se dice hoy en palabra
que sugiere un belicismo organizado o una expedición de castigo con visos
de verdad; Polo Norte - Polo Sur.
Llegará, sin duda. Es cuestión de tiempo. Una vez que el planeta ha entre-
gado sus secretos geográficos y ya lo sabemos casi todo de las superficies,
las etnias, la botánica y su fauna (después, y una vez conocido, lo destrui-
mos); ahora de lo que se trata es de darse un atracón de distancias, de hacer
el “más difícil todavía” el “más bestia aún”.
La aventura ya ha perdido ese componente sutil y selectivo, que la conver-
tía en una ruda exquisitez, para acabar reteniendo sus aspectos más grose-
ros, sin concesiones a la delicadeza, a la cultura o a la simple curiosidad.
Antes, un aventurero era un “sportman” integral (el caso de Burton puede
servir de ejemplo) que incluso, si podía, se cambiaba de ropa para cenar lo
que tuviese a mano; mucho o poco, bueno o malo; allí donde demonios se
hallase. Hoy, se trata de un sujeto estrafalario, agobiado de pegatinas multi-
colores y dominado por la obsesión de los quilómetros, en lugar de la pa-
sión de los descubrimientos, del estudio y del conocer, que tuvieron gentes
como el dicho Burton, en su empeño por descubrir las fuentes del Nilo, o el
titánico trabajo hecho por el alemán Humbolt, se recorrió Sudamerica en to-
das sus direcciones, clasificando y dando a conocer toda su flora y su fauna,
muriendo pobre y en el olvido (en Oleiros, alguien le ha dedicado una calle,
deben ser gentes cultas y comprometidas, estos de Oleiros); Colón era un
aventurero cuando zarpó de Palos y Marco Polo en sus recorridos por las
rutas de la seda. Todos buscaban la gloria: de la fama, del saber, del poder
o de cualquier otra motivación, todos iban patrocinados por el dinero y los
poderosos, a los que servian abriendo mercados, territorios y expansiones;
no nos vamos a engañar con aquello de que “cualquier tiempo pasado fue
mejor”. Pero siempre guardaron las formas e intentaron ser útiles. Henry
Stanley se encontraba por España, cuando el New York Herald le envió a la
búsqueda de Livingstone, un físico y misionero escocés que se perdía con
frecuencia por el África (años después mandaron a Lovett Cameron a su
encuentro); lo encontró en las orillas del lago Tanganika, después de meses
de recorrer el Zambeze (un río que he visto desembocando en Maputo, la
antigua y florida Lorenço Marques, mientras conversaba con mi amigo Pippi
y un coronel de la guardia civil, de Lugo por más señas, que la ONU había
mandado a reorganizar el ejército mozambiqueño) y la conversación, como
90
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
91
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
92
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
93
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
94
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
95
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
hombre se bloquearía. Curiosamente son las piezas las que deciden, revelan-
do, según sus posiciones, sus secretos sorprendentes.
Los cinco trebejos del ajedrez van desapareciendo para dejar solo al rey.
Las piezas del tablero casi nunca fueron blancas y negras: ¿símbolo del pen-
samiento frente a la esencia? Sus colores son avatares compuestos entre el
marrón y el “marfil”. Hoy las fichas de los juegos electrónicos se distinguen
gracias a sus matices metálicos. Juegos, en verdad, dominados por el gris
que es el color verde-utopía de una naturaleza de ciencia-ficción.
Afortunadamente es la profunda complejidad de este juego la que prote-
ge. Kasparov, un ganador, que incluso está cansado de ganar a todas estas
figurillas emergentes del ajedrez basura, cuando la situación es muy difícil
él la complica aún más, y después clava su tremenda mirada en el contrario.
Sabe que el miedo está a ambos lados del tablero, si controlase el suyo
y mostrándose seguro y agresivo, le está metiendo toda la presión y las
dudas posibles e imposibles al adversario. “Siempre hay que pensar que tu
oponente tampoco sabe qué está pasando exactamente”. Con una definición
tan bella como esta del ajedrez, no es raro que gentes como Marx, Trosky,
Arrabal y Guevara se les considere buenos jugadores de ajedrez.
Sólo la previsión científica de Kasparov podrá contra la computadora IBM,
pero creo que esta vez va a tener que añadir a su bagaje algo del tránsito
intuitivo de los jovencitos del ajedrez, también tiene que mentir, engañar, en
definitiva, usar todas las malas artes de la naturaleza humana para lograr que
la máquina del silicón entre en el silencio del tonto.
De todas maneras es posible que, finalmente, este segundo desafio acabe
en tablas. La computadora procesa 200 millones de movimientos en un
segundo, sin cansarse; no le afectan las miradas asesinas del campeón y
por supuesto no se deprime si no consigue el resultado esperado. Lo más
curioso de todo es que la fría máquina juega bajo la bandera americana, la
defensa de la Humanidad está en las ideas de un representante de una de las
antiguas repúblicas soviéticas.
96
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
97
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
98
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
española de Felipe II; hombre muy culto y gran aficionado al juego; que
aprendía y disfrutaba jugando con el campeón.
Ruy López trabajó y exploró la apertura que lleva su nombre (también
conocida por apertura española) y que es una de las más usadas, por sólida,
en los torneos y campeonatos de ajedrez. López de Zafra perdió su liderazgo
en 1575, ante el italiano Leonardo da Cutri “Il Puttino”. Desde entonces se
han ido sucediendo los campeones mundiales (es una forma de hablar, pues
en realidad eran todos europeos). El origen de estos jugadores, salvo po-
quísimas excepciones, coincidian con las naciones hegemónicas en el tablero
de la política mundial.
El ajedrez se deportivizó durante el siglo pasado, formalizándose en fe-
deración y con sus reglamentos correspondientes. El primer campeón re-
conocido por este organismo fue el austríaco (el imperio Austro-húngaro
era una poderosa y tangible realidad) Steinitz, que derrotó a su compatriota
Anderssen en 1866.
Hubo maestros increíbles como el americano Murphy o el cubano Raúl
Capablanca, aunque la sacralización de este juego, como uno de los más
populares deportes de la actualidad, se produjo cuando, tras el triunfo de
la revolución soviética, los bolcheviques hicieron del ajedrez un auxiliar de
su campaña de alfabetización. Contribuyendo al fomento del análisis y la
reflexión por parte de los trabajadores, lo que acabó llevando al ajedrez
soviético a una larga supremacía durante décadas, con la notable excepción
del genial y excéntrico Bobby Fischer, un americano que fue muy beneficio-
so para aclarar el panorama ajedrecístico y hacer aflorar la corrupción y las
mafias que dominaban y dominan este deporte.
Robert James Fischer es una leyenda viva. Desde que arrebató de manera
incuestionable y brillante el campeonato mundial a Spassky en 1972, no
ha vuelto a jugar por el título, del que fue desposeído por su negativa a
defenderlo. Su personalidad es muy difícil y se cuentan las anécdotas más
extravagantes e inverosímiles de su comportamiento que no por ello empa-
ñan su genio.
La maestría en el ajedrez no se debe de entender como un sólo producto
de la inteligencia. Desde luego jugar bien la requiere; pero es de un tipo
especial que tiene más que ver: con el cálculo y la abstracción, pero también
con otros muchos factores.. En ajedrez como en el arte el estilo lo da el
humano. Los grandes maestros han desarrollado estilos personales, concor-
99
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
El ajedrez: descerebrado
El ajedrez es un deporte como el boxeo, pero más feroz...
y además el juego del ajedrez es un arte.
FERNANDO ARRABAL
El ajedrez es más que un juego y por ello muchísimo más que un deporte.
La competencia del tablero, el ajedrez, está fuera del tiempo, tanto que su
remoto origen permanece en el misterio y se recurre a las sagas y leyendas
para intentar situarlo en el mundo, las combinaciones posibles de sus juga-
das son infinitas, las computadora aún no pueden con el hombre ajedrezado
y mucho menos si prospera la propuesta del genial B. Fitcher, que viene a
ser como si para empezar a jugar tirásemos los dados y que el azar decida
como colocar las fichas en el comienzo de las partidas. Así, este apasionante
deporte, quedaría emparentado con la eternidad, estaría definitivamente
fuera del tiempo. Aunque, como señalaba lúcidamente Reti, lleva más de mil
años tomando el pulso a la historia.
Nuestro siglo se caracteriza por múltiples y variadas señas: la era atómica,
del deporte, de la clase media... y también de la velocidad, de la vida blan-
dengue o del “light life” y por el abuso en el “usar y tirar”. El nobiliario
deporte del escaque tampoco se libra: ha aparecido el ajedrez instantáneo,
100
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
101
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
QUEMANDO TABLEROS
El fracaso le enseñó lo que el triunfo le había ocultado.
102
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
tienen que vivir fuera de su país, parecen ser, precisamente, todo lo contra-
rio de lo que dice este castrador de-mentes: son pura armonía.
Lo que refleja el ajedrez a través de sus campeones es el mundo donde
viven o un imperio donde no se pone el sol. Los mejores jugadores, antes de
nacer el campeonato oficial del mundo, fueron un sacerdote conquistador
español del siglo XVI, Ruy López; un escritor italiano del XVII, renacen-
tista y estilista, Il Greco; un compositor francés del siglo XVIII, solitario y
revolucionario, Philidor; y un abogado americano del XIX, de prodigioso
nervio, casi autista, Morphy. Es como si el ajedrez sólo se dejara conmover
por lo excepcional, por lo que nunca se repite y así partida tras partida, en
un juego infinito llegar al ¡Jaque, Mito!
Uno de los más bellos mitos del ajedrez fue el invencible jugador estado-
unidense Morphy. El año que nació este extraño genio, Inglaterra e Irlanda
nombraron reina a Victoria y le dieron el nombre a una rara flor acuática
de enormes hojas. Morphy a su paso por París, en 1858, visitó y admiró el
“jardín d’Anteuil”, allí estaba la delicada planta y observó extrañado, apena-
do y entristecido, nuestro querido jugador, que la gente se dedicaba a tirarle
piedras para comprobar si se hundian o no. Morphy era tan frágil y de tan
hermosa sensibilidad como esta hoja; por eso desde lo alto, desde el poder,
no dejaron de tirarle “gravillons” y piedras que terminaron por hundir su
delicado estado mental. El vetado y envidiado Morphy tenía un don: su ins-
tinto, un instinto portentoso, como en un vuelo dibujaba la pujanza de una
partida de ensueño, su cerebro iba dejando, como un reguero de embeleso,
movimiento tras movimiento, sin que nadie se explicase porque elegía esa
música, esos acordes, esa sinfonía del silencio, que dejaba a todos mudos.
Murió de la misma manera, en silencio, en un estado de autismo, que se le
abría para manifestar una extraña devoción al estandarte de Castilla, por el
que decía combatir en unas fantasmales murallas de Nueva Orleans.
Hace unos meses me hallaba escuchando eso que los políticos y los lla-
mados medios de comunicación denominan pomposamente: Mesa redonda.
103
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
104
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Eva posee una mirada soñadora, una expresión que te llena de evocaciones
con besos golfos de sabor a botellines de cerveza. Pero también, esta criatu-
ra, es un ramo de sensibilidad y “quejio”, la hembra de todas las flores; un
derrame de feminidad y gestualidad que le permiten decirnos lo que quiera
entre íntimo y doloroso; su perfume es tan puro como el de una novia
rural, y además, huele a mujer de verdad; de su boca seductora, pueden
salir las más grandes mentiras entre susurros y promesas sin que nosotros
podamos hacer nada por evitarlo; sus ojos ensoñadores, de mirada lejana,
como si estuviese ida, humedecidos y brillantes te miran con un punto de
burla y, por último, sus atrayentes pliegues, los adivinas purísimos, entre las
primeras arrugas, muy leves, y aquellos ingenuos besos de juventud.
Pero a veces, Eva cambia, se nos viene con unas trenzas oscuras y obs-
cenamente gordas, los pechos beligerantes, las manos párvulas, los ojos
agresivos y buscando guerra, la nariz de cierva y aquellos labios: gruesos,
carnales y de artísticas dulzuras; son de mordisco.
El mito de la ninfa es viejo y eterno como la humanidad. Lo demás es
hipocresía y religiones comparadas (Taboada dixit y el bueno y bravo de
Lorenzo, ¡con dos narices! le corrige). Eva es Alicia en el país de las maravi-
llas y a través del espejo, es Lolita, es Lila, es la Bacall de Bogart..., todas las
mujeres propias o ajenas que hemos amado a la sombra de las muchachas en
flor. Eva es una antología literaria, una apretura de niñas en un sólo cuerpo
y por eso está tan buena y no sólo se sale de sí misma, sino que se sale de
este artículo.
Antonio me mira perplejo y con tono piadoso me espeta: ¡Tú sufres mu-
cho en las clases!
El discurso de los políticos profesionales y oligárquicos continúa, monóto-
no, espeso y engañoso, mi espera para que Eva repare en mí (sólo una tími-
da y rápida mirada), es vana. Es el momento de salir de la sala no sin antes
prometerle a Antonio Montero, una cumplida respuesta sobre la capacidad
científica de los “Hermanos Marx’s”, de los que el mejor jugador de ajedrez
de todos ellos fue, por este orden: Harpo y Don Carlos.
Se tienen noticias de que el poderoso teórico de la lucha de clases; aún en
vigencia, a pesar de los sindicatos esterilizados y estatalizados; y apostol de
los derechos de los trabajadores Karl Marx (1818- 1883) además de creador
de la ciencia económica, del socialismo científico, de una teoría política basa-
da en los partidos, una nueva forma de ver la historia y una forma de análisis
105
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
VISUALIZAR EL SILENCIO
106
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
107
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
cuadro. “Las blancas”, dijo con seguridad, “sacrifican todo su material y dan
mate con un sólo caballo, sin mover el rey”. “Eso es imposible”, respondió
el noble, con un gesto de suficiencia. “Cualquiera sabe que, en ajedrez, un
solo caballo es incapaza de dar mate”. El goliardo, entonces, le mostró la
solución, que dejó al anfitrión confundido y embelesado a la vez, además
de convencido de que, en efecto, la navidad es un tiempo de prodigios
humanos.
1 f3j., gxf3/ 2 De6j., Rf4/ 3 e3j., dxe3/ 4 Df6j., Re4/ 5 d3j., cxd3/ 6 Tc4j.,
Cd4/ 7 Txd4j., cxd4/ 8 De6j., Rf4 / 9 Cd5j., cxd5/ 10 Ad6j., cxd6/ 11 Df6j.,
Re4/ 12 Tg4j., Cf4/ 13 Txf4j., gxf4/ 14 Af5j., gxf5/ 15 De5j., dxe5/ 16 Cd6
mate o 16 Cg5 mate.
EL FUEGO OLÍMPICO
108
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
les pasaría a los que, más adelante, se dedicaron a arrancar privilegios a los
poderosos.
Las leyendas coinciden, por responder a un mismo modelo arquetípico.
Está claro que los dioses no ven con buenos ojos que los hombres disfru-
temos del fuego (si cambiamos la F por la J aparece otra palabra llena de
magia: JUEGO). El fuego supone una liberación pero también una gran res-
ponsabilidad: ¿Merecemos compartir el fuego con los inmortales? ¿Somos
capaces de utilizar el fuego con sabiduría? ¿Lo fueron los que fabricaron
bombas que al explotar brillaron más que mil soles? ¿Lo fue aquel pillastre
de Frankenstein, que osó devolver vida a la carne muerta?¿Lo es mi vecina
del segundo que el otro día se me metió en la cama levantando pasiones
olvidadas e incendiando el cuarto?
Pensemos en positivo y digamos que nos merecemos el fuego y la llama
olímpica. Pensemos que somos sinceros cuando, a través de las Olimpiadas,
proclamamos nuestra solidaridad con todos los hombres. Pero... tengamos
cuidado, la ceremonia olímpica del fuego, la antorcha y el recorrido, es una
idea de los escenógrafos de Hitler, se usó por primera vez en Berlín 1936 y
lo sospechoso es que esos detalles se ocultan deliberadamente. Así, pues,
reflexionemos sobre las últimas guerras de Europa, Chiapas, El Congo y
otros tantos lugares, donde, sin necesidad de hilar fino, podría llegarse a
la conclusión de que preocuparnos demasiado por la antorcha olímpica sea
una irresponsabilidad.
109
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
110
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
poníamos en pie al oír “La santa espina”, en cualquier lugar de España que
sonase, eran los tiempos en el que el enemigo era el mismo.
CLAUSURAS OLÍMPICAS
Ajo de agónica plata/ la luna menguante pone/cabelleras amarillas/
a las amarillas torres.
F. GARCÍA LORCA (Del romancero gitano)
111
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
MEDALLAS ESPAÑOLAS
El animal más veloz es el caracol, aunque sigue sin mostrar interés por demostrarlo.
EL JUEVES, agosto de1992
Confieso que soy de los que pensaron que España, en Barcelona, no con-
seguiría medallas. Pero sacaron al Rey, lo centraron en el palco para cuadrar
a Puyol y hubo una lluvia de codiciados metales. Fue todo extraño, en la
semana de Barcelona, España sacó más medallas que en toda su historia
(incluyendo los tres mil años de Cádiz), además por primera vez subieron
112
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
mujeres hispanas “a lo más alto del podium”. Luego es lícito pensar que el
pesoe hizo algo bien: La celebración de los Juegos Olímpicos en España/
Barcelona, con la presencia del Rey y el remate de las medallas, parece insó-
lito. No quiero pensar mal, aunque en esta época es normal sospechar de
todo. Dicen que es el factor campo, otros hablan de la suerte que nos trae
el Rey a los españoles.
Tiene baraca, como Hassan II de Marruecos. Son reyes distintos, pero
se llevan muy bien: cuando se encuentran se abrazan, se besan y se llaman
primos, notable contraste con la mala cara que Juan Carlos I de España y 0
de Alemania, le pone a Fidel, que es gallego. ¿Creerá, nuestro buen rey, que
Castro es peor que Hassan?
Las olimpiadas catalanas fueron inmejorables y creo que en España todo
el país las vio por la televisión, y más teniendo en cuenta que lo que no
era deporte, era basura y bazofia, no había cine, no había cultura, no había
ni noticias (un redactor jefe de un periódico, cuando, a la hora de cerrar,
sonaba el teléfono gritaba: “¡No lo toquéis, no vaya a ser una noticia!”). Por
eso pasé horas y más horas mirando y admirando el deporte olímpico. El
alarde de sus cámaras y realizadores (los de la palabra lo estropeaban todo).
Veía las luchas entre los unos y los otros o a la rusa y a la china subiendo a
todo calor la cuesta del Monte Judío o Montjuic. Que suerte no tener que
participar para quedarte fuera de lo único que importa: ganar. Entre lo que
no me gusta del deporte está lo sobrehumano, los rostros contraídos para
conseguir el triunfo con el dolor. No soy partidario de exigir demasiado al
ser humano; ni de los superlativos morales inventados por la explotación.
Siempre creí que “mens sana in córpore sano”, se refería a conservar
bien un cuerpo en mentes trabajadoras, inteligentes, cultas y libres (no de
partidos, ni de funcionarios, ni de gentes que necesitan reglamentar todas
sus actuaciones, ni ministeriales o de hijos de oligarcas y caciques). En los
trabajadores de la cultura hay una longevidad considerable: entre buenos
cigarros puros, cafés, nocturnidades, licores, anarquía sexual y poco dinero,
la vida se prolonga mucho y es magnífica. Entre los deportistas y practican-
te, es norma la contención, no fumar, no beber, el entrenador te controla el
sexo (Y el seso), con lo que se agotan jóvenes, les duele la espalda y mueren
pronto (Anquetil, Fuentes, Ocaña, Urtain...); cuando se retiran les suele
ir mal, y a muchos nos los encontramos, pasado el tiempo, en la derrota
(también a otros les va bien: Pelé, G. Drut, S. Coe...). No quiero decir que
no piensen, piensan mucho y bien; los que escribimos hojillas, como yo,
113
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
creemos que ser inteligente es escribir bien, y eso no es verdad: somos unos
pedantes y unos fatuos. Para ser Indurain no basta con piernas de acero y
el corazón de lentísimos latidos, hay que tener una inteligencia específica y
un talento concreto.
Los dueños de los deportistas; se compran y se venden, como los escrito-
res, los artistas y los periodistas; les ponen la mente de otros: los estrategas
del equipo, entrenadores, adiestradores, preparadores físicos, psicólogos,
médicos y el químico. Mal asunto.
Rememorando aquellos Juegos de Barcelona, no puedo menos que volver
in memoriam a la inauguración: la más bella. Allí estaba “La Fura dels Baus”,
tan maravillosos como “Els comedians” (no sé por qué Pujol quiere robar
acontecimientos, si los tiene propios, de su mismísima cultura, que son de
los mejores del mundo; y además tiene un pueblo con talento). La coreo-
grafía, la ópera, las divertidas regañinas de los divos (de café de cómicos),
el disfraz, la representación. Esas olas, esos pájaros... Ese prodigiosos bajel
a remos, lleno de genialidad de líneas y formas, de movimiento, de pro-
porciones... Esa suelta de muchachas gimnastas, con todo el teatro de esa
especialidad. Gusté de ver el triunfo del arte, la cultura y el buen gusto.
Luego vino el tedio y la rutina del invento nazi: la exhibición de banderas, el
“aplausómetro” para cada una de ellas, el desfile paramilitar con los aristó-
cratas a la cabeza, los nombres de los países, los discursos, esas cosas que lo
rebajan todo. Ahí me fui quedando. ¡Gracias!, Maragall, por citar y recordar
a los cientos de trabajadores que hicieron ese estadio para replicar con una
Olimpiada Obrera, en el año 36, a la fastuosa olimpiada nazi.
PUTADAS OLÍMPICAS
Alfonso, un alumno del INEF, fue privado, por el director de un instituto,
de realizar sus prácticas, con la alegación de que el estudiante llevaba pendientes.
¡Pobre centro educativo, con un director tan de-pendiente del Corte Inglés!
El decathlón de Méjico 68, fue ganado por Bill Toomey, el sexto puesto
fue para otro americano Tom Waddell y acabará ocurriendo que la historia
recordará al primero gracias al segundo, en realidad ya hemos dicho que
fue el sexto. Tom Waddell terminó la carrera médica, se especializó en en-
fermedades infecciosas, fue uno de los mejores decatletas estadounidenses,
114
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
limitado por sus carencias en las carreras, se declaró maricón y fundó los
“Gay Games”.
La vida de este hombre terminó a los 49 años a causa del SIDA, en 1987.
Acabó como había vivido, peleando como un león contra la sociedad ame-
ricana retrógrada y fascista, luchó contra la enfermedad, combatió contra el
Comité Olímpico Estadounidense, que le vetó la palabra “Olímpicos” en el
enunciado de los “Gay Games”, y además le plantó cara a uno de sus más
feroces perseguidores, el coronel Don Miller, uno de esos personajes que
se empeñan en imponer su raza, su lengua, su bandera y su patria a todo el
mundo, aunque no seamos de su raza, ni hablemos su lengua, ni considere-
mos lo de las patrias.
Cuando se produjo la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, durante
la Olimpiada mejicana, Waddell se fue como médico a ayudar a los estu-
diantes aztecas que cayeron allí, y trabajó, no sólo durante la masacre, sino
que continuó tratando a los heridos durante toda su estancia en Méjico;
al coronel Miller, que iba como miembro del comité olímpico americano,
no le gustó nada aquello. La irritación de este siniestro personaje llegó al
paroxismo cuando: Lee Evans, John Carlos y Tommie Smith elevaron ante el
mundo sus ideas. A los participantes americanos se les presionó intentando
aislar a estos magníficos deportistas, diciéndoles que habían desacreditado
la bandera americana, la respuesta de Waddell fue inmediata: “Ellos han que-
dado desacreditados por la bandera de los Estado Unidos mucho más de lo
que ellos la hayan desacreditado a ella”. Miller, luego director ejecutivo del
Comité Olímpico de Estados Unidos, propuso nada menos que una corte
marcial contra Waddell.
El juicio nunca se llevó a cabo porque, finalmente, Waddell compitió bien
en Méjico ganando un diploma con su sexto puesto. Hacia finales de los
setenta, cuando ya tenía una hija, Waddell se tomó la revancha aceptando su
condición de homosexual con normalidad, tanto como Greg Louganis, pos-
teriormente, o Martina Navratilova. El escándalo fue de campeonato no se
podía permitir que un blanco, anglo-sajón y protestante (WASP) maquinase
la creación de los “Gay Games” en 1982, era demasiado, esas cosas sólo las
hacen los rojos, comunistas, negros o hippys.
Durante la Olimpiada de Roma, en 1960, una negra ex-lisiada; que luchó
con un tesón inigualable contra la parálisis de sus piernas; ganó los cien
metros, los doscientos y el cuatro por cien. Era una mujer bella, elegante
e inteligente, su correr era como una hermosa danza y la apodaron: “La
115
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
116
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Evans récord del mundo en los 400 con 43’ 32”; y Boston, James, Freeman
todos campeonisímos alzaron sus puños y su orgullo negro cuando sonaban
las notas del himno americano: “¡Que patria, qué himno mío si sólo somos
algo si destacamos en el deporte!”. Todos protestaron contra el racismo,
el genocidio y la mayor afrenta realizada contra la Humanidad, cuando los
países civilizados pusieron en marcha el perfecto sistema de la esclavitud: En
África establecieron partidas armadas que se dedicaron a asolar pueblos en-
teros, los que se resistían eran asesinados, con el resto se hacían reatas para
trasladarlos a golpes de látigo a los corrales, que situados en las costas, se
disponían para esperar la llegada de los barcos negreros. Allí se les hacinaba,
se les mal alimentaba y se les maltrataba, no importaba cuantos y cómo
pudiesen morir, en aquel escaso espacio tenían que realizar sus necesidades
y enterrar a sus muertos. Los supervivientes a tan duras pruebas aún debían
enfrentarse a la peor de todas: la travesía. En las inmundas sentinas eran
encadenados, tumbados y dispuestos uno al lado de otro, en una alineación
cabezas pies, intentando lograr el máximo aprovechamiento económico del
espacio. El viaje duraba semanas y en ese tiempo las atenciones eran míni-
mas, una manutención de supervivencia y la única higiene de arrojar al mar
los cadáveres. Los que superaban la prueba eran subastados en los mercados
de esclavos que tan brillantemente gestionaban los inventores del marquetin,
del DAFO y ahora del paro. Los amos les trataban como a los animales de
carga y trabajo y así eran cruzados entre ellos con la misma ciencia e inves-
tigación que se aplicó en la ganadería. Así, siglo tras siglo, eliminando a los
menos fuertes y menos adaptados, apareando a los mejores y cimentándolo
con dolor y sufrimiento cuajaron en esa hermosa raza afroamericana que
tan sorprendentes resultados deportivos y artísticos; su arte fue copiado
por los cubistas, la música y la danza sigue siendo creativa gracias a su
enorme vitalidad y a que sus cuerpos sienten el ritmo y lo expresan como
ninguno; están dando y aún, estoy seguro, vamos a ver la pujanza de su
inteligencia aplicada a otras facetas.
También el gran Louis Alcindor después Abdul-Jabbar se negó a partici-
par, representando a su país en aquella olimpiada, Kareem no era maricón, ni
la Gacela Negra, ni Cassius fue paralítico, ni Waddell era negro, eran simples
seres humanos con sus diferencias, sus afanes, sus coincidencias y además
eran enormemente respetuosos con las otras personas. Durante los años
que iban de los veinte a los treinta, otro de los grandes mitos del deporte, el
gran Joe Louis “Bombardero de Detroit”, venció en la revancha al campeón
de la Alemania nacional-socialista, un periodista provocativo le preguntó, al
117
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
118
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
DE ORO Y PLATA
Se acabó, por fin, la olimpiada del centenario. Ya se nos ha olvidado lo
que ocurrió allí, en realidad no ocurrió nada, salvo que se celebraron unas
competiciones deportivas a las cuales tenemos que atender cada cuatro
años y así vemos como se practican deportes que no le interesan a nadie.
Cuando terminan van los paralímpicos e intentan aprovechar el escenario,
las cámaras; que ya las están desmontando; y las gradas que están claramen-
te vacías. Se acabó la olimpiada más infantilizada desde que el nacionalista
Coubertin dejó de organizarlas. Aún caerá el polvillo radioactivo, la lluvia
ácida, de estos juegos olímpicos (nunca olimpiada. Leo en un diccionario:
“Olimpiada es el período de cuatro años entre unos juegos y otros”. Qué
pena, cuando yo era un niño se decía olimpiada. Siempre se pierde algo). Ni
odio el deporte ni compadezco al deportista; aunque sufra una deformación
física que le aparte de la longevidad y de la serenidad del ocioso, del pen-
sador y del sabio.
Se está confundiendo el dicho “mens sana in corpore sano” con la idea
de que el cuerpo sano es el del deportista y que la mente sana es la del
119
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
120
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
PATIN CALLEJERO
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no
todos ignoramos las mismas cosas.
ALBERT EINSTEIN
121
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
122
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
-¡Hola, tío! ¿Hacemos calle? ¿Sabes que ayer mataron a un hermano? Hay
que hacer algo.
- Yo la primera vez que me agarré a un autobús estaba cagado de miedo.
Iba con El Chapuzas y de pronto el tío se coloca al lado del 27, se engan-
cha, y casi se sienta. ¿Sabes qué hizo? Le arrancó el número. Pero yo tengo
miedo. Detrás de un bicho así, no dominas.
A la altura de Nuevos Ministerios los otros suicidas comienzan la marcha.
No es la primera manifestación, ni será la última. Para ellos, andar es sim-
plemente ir lentos. “Cosa de la edad, o de esa moda de negros”, comenta
alguien. Después, bajan por La Castellana hasta Colón y, desde allí, doblan
hacia el Retiro, subidos a un transporte sin matrícula legal, hermanos de la
carretera, pájaros con sudaderas de colorines, desdibujadas en una mañana
fría de una niebla meona, pidiendo pista para volar
EL ARTE DE LA MOTO
“Quizás estamos de viaje, o acabamos de llegar, o estamos a punto de salir. El viaje
es el medio en movimiento, el cuerpo en marcha, los ojos a todos los vientos.....”
JOSÉ LUIS SALVADOR (Palabras para un viaje amoroso)
intimidad (de ahí el uso que hacen los enamorados), y, a veces, lujo. Una
moto que no ruede y sin una carretera, puede tener la misma utilidad que
una aguja sin hilo. El motorista es una persona que va sobre la máquina, no
como el automovilista que se sitúa dentro, pierde su contorno humano, su
“humanidad” para con-fundirse en un robot. El coche te lleva. En la moto
ocurre al revés, el cuerpo abarca a la máquina, la conduce usando un suave
contoneo, la lleva y la persona nunca pierde su con-torno.
Conducir una moto es el arte de mantenerla en carretera. Esta práctica
es distinta a cualquier otro tipo de conducción porque implica a todo el
cuerpo, el sentido visceral, kinestésico y del equilibrio. El conductor está
constantemente inclinado, contra y en la carretera.
En oposición a un vehículo en marcha, que toma una curva o hace un
cambio de dirección -aunque sea pequeño-, aparece una fuerza centrífu-
ga que tiende a empujar el móvil fuera de la curva, hacia la línea recta;
consecuencia de la ley de la inercia, por la que la energía siempre intenta
conservarse a sí misma. En una situación de giro es la recta la que demanda
menos energía.
Sobre dos ruedas, sin embargo, el motorista, al inclinarse hacia el centro
del arco que se forma, cambia el suyo propio y el centro de gravedad de la
moto, el nuevo ángulo, formado por el peso de su inclinación, puede con-
trarrestar la fuerza centrífuga. Se tumba sobre su dirección para mantenerse
en la carretera y esto implica una relación física especial y espacial contra el
asfalto. Las relaciones se van estrechando con la observación.
La carretera de acuerdo con el diccionario, es un camino abierto, gene-
ralmente cubierto con: asfalto, alquitrán, macadam, hormigón u otro pro-
ducto moldeable y duro; que sirve para ir de un sitio a otro y volver, con
esta definición cualquier accidente es una variable del cambio: la anchura,
una cuesta, la convexidad, la rugosidad, la pintura del pavimento, el frío, la
superficie, las señales, la ruta, la lluvia... Los cambios en la dirección implican
la presencia de curvas, giros, vueltas, ángulos inverosímiles o no, desvíos,
zigzags, esquinas y chaflanes. Por lo tanto, dependiendo de todo lo anterior,
produciremos y se producen cambios de luces, temperaturas, humedades,
dirección del viento, brillos, resonancias, vibraciones, presión del aire, colo-
res diversos y divertidos...
Cuestión de geometría. Cuando se viaja en una moto vas penetrando el
paisaje, abriéndolo en dos, tienes que tensar los sentidos, afinar la kinestesia
y apuntalar los músculos. Conduciendo sobre dos ruedas, la distancia focal
124
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
125
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
MOTEROS
Envejecer es madurar, pero, manteniendose en forma.
126
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
127
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
tre las altas hierbas y las flores silvestres, parecían más que nunca insectos,
mantis dispuestas a tragarse a una descuidada víctima, allí mismo, a pesar de
estar tan quietas y pacientes.
Un lodoso río se deslizaba con ociosa lentitud, curioso, fisgoneaba entre
las hierbecillas y los meandros. Se tumbaron cerca del ribazo, tomaron el sol
con pereza, pasearon, escucharon los diversos rumores del campo: cantos
de pájaros y los ruidos de otros seres; finalmente fueron a sentarse juntos,
dejando tras ellos una cerca de piedra, y de un pequeño zurrón sacaron tro-
zos de pan, salchichón, queso y una lata de foigrás. Comieron con apetito y
bebieron agua con anís de una cantimplora. Sacaron tabaco y fumaron. Al
otro lado de la cerca un toro parecía observarles, era un animal magnífico.
Lo admiraron fumando en silencio, impresionados de tan imprevista presen-
cia, al cabo de un rato los tres parecían ignorarse.
El ocaso comenzaba, el animal indiferente a su entorno y no sin cierta
majestad, comenzó a alejarse, su silueta se recortó un breve instante contra
el sol, mostrándose grandes, poderosos y solos.
El que parecía más alto, sin dejar de mirar el espectáculo, recitó con algo
de énfasis los versos que dicen:
La soledad siguiendo,
rendido a mi fortuna
me voy por los caminos que se ofrecen,
por ellos....
De sopetón se calló, añadiendo:
- No entiendo porqué me tuve que ir de allí.
- Es de sentir, sobre todo por tí, Ramón. Pero... parecía inevitable, -dijo
el otro.
Volvieron al silencio. El toro era una mancha negra en la lejanía, miraban
los dos en su dirección. El que había hablado primero dijo:
- ¿Y tu mujer?
- Se fue a Barcelona.
El sol se ocultaba totalmente. Refrescaba.
- Tendremos que volver - dijo el más alto.
128
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
129
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
con el hombro rozando la caja del camión, fue cegado por dos faros largos
que se le echaron encima, el joven sintió un golpe terrible en la pantorrilla,
seguido de chirridos de neumáticos y estridencias de cláxones, la moto se
le iba cabeceando de un lado a otro, apretó las piernas, no tocó el freno,
dejó rodar y... se hizo con la “Kawa”, en ese instante aceleró con el furor
de los vencedores, el camión quedó detrás atronando con sus bocinas, y
él, gozando del triunfo de no haber sido derribado. El fuerte dolor que
sentía pronto se diluyó en el placer de la velocidad, o tal vez sucedió que el
vértigo había alcanzado ese punto en el que todas las sensaciones coinciden,
incluidos el terror y la lujuria.
Faltaban aún veinte kilómetros para llegar a la discoteca de Malvarrosa
donde su chica ya lo estaba esperando en la barra, había pedido dos ma-
tarratas y cuando se situaba en una mesa, notó, por el olfato, que su lobo
se acercaba. El tipo llegó cojeando, en medio de la noche festiva, con un
lado del cuerpo ensangrentado. Al entrar en la pista, dispuesto a bailar sin
dilación un mambo, él y todos los demás descubrieron que le faltaba el pié
derecho. Una lámina del camión se lo había segado limpiamente a la altura
del tobillo.
El pié, dentro del zapato, había quedado perdido en el margen de la carre-
tera, después de rodar y ser zarandeado por otros vehículos. El macarra de
la “Kawa”, al darse cuenta, escupió.
LA BANDADA
Algún día sabrán los profetas que ellos sólo ven el pasado.
Elías Canetti (Apuntes rescatados)
130
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
131
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL MITO DE LA MOTO
Adivinanza: Sin ella, la información no se convierte en conocimiento, ni la
experiencia en destino, ni la muerte en vida, ni el sexo en Eros. ¿Qué es? Imaginatelo.
Carlos Fuentes
132
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
133
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
134
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
135
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
136
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
137
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
cie de sueño y cada uno se fue enclaustrando donde pudo. Los “motoristas
forajidos” se hicieron ejecutivos agresivos, especuladores de bolsa, capullos
de “siete semanas y media”, diseñadores de moda, arquitectos modernistas,
entendidos en vinos y gastronomía, mitómanos, defensores de la guerra
del Golfo, jugadores de golf, políticos de cualquier partido, etc; y ocurría
que, una vez al año, se reunían cabalgando sobre sus antiguas, costosas y
brillantes Harley’s, para beber cerveza y rememorar, disfrazados de moteros
temibles (puro teatro y bambalinas), aquellos tiempos que, como pasados,
para los viejos siempre fueron mejores (en la inmejorable e increíble serie
televisiva “Doctor en Alaska”, se escenifica una de estas escenas de duros
moteros que, en realidad, son jugadores y especuladores de bolsa y otros
capitales). Los que quedaron, aún con un toque de nostalgia, se circuns-
cribieron a su territorio de California, no saliendo nada a la prensa de sus
concentraciones, ahora forman un círculo muy cerrado al que es muy difícil
acceder. La concentración más importante de Harley es la de Sturgis, a la
que acuden 50.000 motoristas, el 90%, gente Harley.
En Europa se montan varias, pero es recomendable la de Holanda y por
su violencia la de París. En España existe un club en Castellón el “Crazy Bro-
thers Club” que organiza hacia septiembre la única concentración específica
de Harley’s.
Lo que queda no es más que el pijerío de los neo-liberales, disfrazados
de ejecutivos socialdemócratas o derechosos modernos, gente de dinero y
orden que sólo quieren echar una cana al aire y fardar de motos. Todo alen-
tado por los vendedores de las motos. Los forajidos motoristas auténticos,
de hoy, arrasan sobre ciclomotores, no quieren asustar a los burgueses “de
mierda”, posiblemente armados, sólo quieren llevarse el bolso de una mujer
trabajadora y seguramente indefensa.
En América del Norte existe el “Harley Davindson Café” de Nueva York.
Es una gozada retozar por este café-restaurante-museo empedrado con
fotos y trofeos motociclistas. En sus pasillos y rincones cuelgan las “Harley-
david-son-”es”.
Allí estuve, cierta vez, rodeado de pijos “siete semanas y media” y sus
deslumbrantes motos, no pude menos que comenzar a preguntarme con
Kant: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué me es lícito pensar?, ¿qué
es el hombre?... Cuando vino a buscarme mi amiga Marisa para llevarme a su
casa, los centauros de pega y cromo nos escoltaron en nuestras reflexiones,
que se concretizaron en el siguiente artículo.
138
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
139
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
140
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
141
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LOS VESPISTAS
Las autopistas para los pájaros son de piaje.
EL JUEVES, septiembre del 94
La vespa fue la moto para los tiempos del subdesarrollo, apareció en Espa-
ña antes que el “seiscientos” y se convirtió en el vehículo de probos funcio-
narios (los funcionarios siempre eran probos, las gallinas putas y los pobres
pobres), incluso, le añadían el “saidecar” para sacar a pasear a la legítima,
con los niños y el botijo (en los sesenta se daban las familias númerosas), los
fines de semana. Y en aquellos tiempos el gran García Berlanga hizo una pe-
lícula genial donde inmortalizó el motocarro de “Plácido”. Aquellas “cintas”,
que pudo rodar Berlanga, en las que entre las risas se te iban las lágrimas
de una miseria humana que nos afectaba a todos, humor negro, se llegó a
llamar. El director valenciano no sólo creó la “Sonrisa vertical”.
Después llegó el mito de las grandes motos, la juventud, las drogas, las ru-
tas, la rebeldía, el rock-and-roll y el vértigo: el de la velocidad, el del cambio
y el de la química aplicada al cerebro (en realidad todo fue economía).
La vespa, definitivamente, quedó para los trabajadores y gentes modestas
en todo. Aunque, no vayan a creer, que también las modas musicales lan-
zaron esta bella moto como emblema, los “Mods” tuvieron sus líderes en
Who y su película en “Quadrofenia”. Durante un tiempo los dichos “mods”
adornaron sus motos con cintas y decenas de espejos retrovisores y tenían
142
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
143
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
za del vértigo y de éste a la nada, ahora vuelven llenas de morbo unas chicas
parecidas a las de aquellos tiempos del mambo. No fueron engendradas en
el camino durante la fuga de sus padres. Han nacido otra vez en el asfalto
después de haberse despeñado en un barranco y son flores que se abren a
la caída del sol junto a las aceras. No esperan a nadie. Van vestidas con toda
elegancia y están inmóviles con la mirada perdida, sentadas en las motoci-
cletas y absolutamente preciosas. Pero si uno se fija bien en ellas descubre
que por dentro de su gloriosos cuerpos, sin moverse, llevan esa endiablada
marcha de quien ha muerto un par de veces para resucitar otras tantas y
no importarles ver, como tú te vas muriendo. Por eso, reconociendo a las
Silvias, las Martas, las Saras... Prefiero la inteligente, placentera y culta con-
versación de damas tan elegantes, hermosas y mesuradas como mis amigas
Milagros, María José, Carma... con las cuales departo en días luminosos y
son capaces de captar un guiño, aromar un jardín o degustar una frase in-
geniosa. En definitiva, todo es literatura, y ellas, hace tiempo que se bajaron
de la moto... vespa.
144
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
145
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
UN RARO CAMPEÓN
Cuando uno entra a 90 ó 100 quilómetros por hora en una curva,
hace falta tener algo sólido entre las piernas.
Eddy Merckx (¡El mejor ciclista!, por ahora)
146
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
CREATIVA MOTRICIDAD
Al borde de los mundos infinitos, se reúnen los niños. La tempestad
vaga por el cielo sin caminos, las naves se hunden en el mar sin estelas,
la muerte ronda, y los niños juegan...
R. Tagore, Gitanjali
147
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
pacidad motriz, aquello me dejaba boquiabierto y feliz. Hasta que una tarde
descubrí que no eran las piernas las que movían los pedales, sino los pedales
los que movían las piernas. Supongo que para los que defienden, académica-
mente, esa indefinición que llaman creatividad, este hecho debe ser un goce,
pero para un niño era una estafa. Recordando, como decía, aquel juguete
y su falso efecto motriz, contemplo durante estos días la actividad de los
políticos, ciclistas de la “nanidad”, observando sus piernas, tengo la impre-
sión de que están huecos por dentro y que los movimientos que efectúan
sobre los llamados problemas: el déficit, el paro, el terrorismo de Estado (el
de ETA va incluido en el de Estado, modelo nacionalista), la ley gallega del
deporte, etc., eran ilusorios. Es la realidad, con nuestro consentimiento, la
que mueve sus piernas, provocando en el espectador la falsa sensación de
cierta actividad cerebral.
El problema de esta bicicleta es que, además de moverse sola, es estática;
o sea, que no se cae, no va a ninguna parte, aunque viene de muy lejos, por
ser “made in Japan” o China, o Vietnam.... Viene de los países que hacen
cosas destinadas a provocar en Occidente la apariencia de que todavía nos
movemos, como esas religiones comerciales (incluida la católica, no vayan
a pensar que está exenta de iva): budismo, zoroastrismo, zen, cientología,
hinduismo o tontoísmo.
Me parece fascinante observar para intentar descubrir; en los movimien-
tos de nuestros políticos, artistas, intelectuales, profesores de universidad,
nacionalistas (españoles, de Terra Cha o argelinos degolladores), sindicalistas
“Don Algodón” y abogados militares; alguna falta de sincronización con la
del aparato u oligarquía sobre el que van montados. Luego vuelvo la vista
hacia mi mismo y pedaleo un poco sobre mi bicicleta, comprobando que
tampoco me canso, porque son los pedales los que mueven mis piernas,
aunque sólo un espectador muy atento podría darse cuenta.
Todos vamos sobre un artefacto impulsado por un motor que está fuera
de nosotros y lejos de nuestros intereses. Así los jugadores de fútbol, los
del baloncesto, los del golf (joder con el negro, como se ha cepillado otra
teoría de los blancos), los del boxeo y pasando por los ciclistas llegamos a
los políticos, curas, médicos, bomberos, carniceros, estudiantes, ciudadanos
en general y hasta las ONG como la de “Aduaneros sin fronteras” o la de
“Nacionales sin pasaporte”. Los únicos que de verdad mueven la bicicleta
son los que van en limusina: o sea las multinacionales, fuera de bromas, “sin
fronteras”.
148
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
ESTADIOS DE SALÓN
Los espectadores son como vampiros tranquilos.
JIM MORRISON
149
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
MARATONIANOS
Y como recompensa, os darán un trozo de lazo
azul y una copa, después de haberos estropeado
de tanto correr o saltar, igual que caballos, a
ellos, se les trata mejor que a nosotros después.
ALAN SILLITOE (La soledad del corredor de fondo)
150
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
151
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
LA PASIÓN EN EL DEPORTE
La actividad deportiva está dominada
por la idea del “desperdicio”. En su esencia,
todo gesto deportivo es un desperdicio de
energía: si tiro una piedra por puro placer
de tirarla - y no con un propósito utilitario
cualquiera - desperdicio calorías acumuladas
por ingestión de alimentos. Pero ese
desperdicio - que eso quede bien claro - es
profundamente sano.
UMBERTO ECO
No hace ni cien años que aún se decía “sport”. Era un término y una
práctica que venía del “inglés”, por la razón, entre otras, de que el imperio
britanico consiguió, para su clase dirigente, gran cantidad de ocio. Sin em-
bargo, tanto la palabra como su contenido tienen un claro origen clásico.
“Deportare” en latín puede equivaler a movimiento, ir de un sitio para otro,
mandar a una persona a otro lugar. No se concibe el deporte sin movi-
miento, sin ejercicio. Es un juego dinámico. En el antiguo (lamentablemente
desaparecido) castellano que se habló durante la alta Edad Media, ya existía
152
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
153
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
154
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
de las llamadas pasarelas y de la, cada vez mayor, participación de los depor-
tistas en lo público, la publicidad y en las imágenes de revistas viscerales.
Aún constatándose, en nuestra sociedad, que la afición deportiva es muy
alta, comprenderemos que no sea universal, hay personas a las que no les
gusta el deporte, pero también se puede entender que incluso entre los
aficionados existan diversos niveles: desde la pasión más encendida, el hincha
descerebrado, pasando por la afición mesurada hasta un fría contemplación.
Por otra parte sería necesario reflexionar sobre el porqué la actividad física
que se produce en otros ámbitos no deportivos, aunque con un buen, ela-
borado, precioso y preciso trabajo físico; como ocurre en el circo, el ballet,
el teatro, el mimo,...; no levantan las pasiones que provocan los mismos ejer-
cicios, incluso de peor facturación, de corte deportivo. Puede ser por no ir
envueltos en banderas, por no tener la sensación de ser de los “nuestros” o
por, quizá sea la verdadera razón, no estar metidos en una competición.
Las explicaciones podrían estar en las necesidades gregarias del individuo,
lo que hace conjugar los verbos en plural. Reconocemos que esas necesida-
des pueden llenarse por muchas vías sean estéticas o ideológicas, conside-
rando también la religión como una ideología. Cuando estas vías se reducen
al mínimo, se dispara la pasión deportiva como el único espacio compren-
sible al alcance de un intelecto reducido a la más baja expresión. Atendere-
mos a que ciertos aficionados se escapan a esta fácil y sencilla explicación.
El deporte es muy amplio y un aficionado al boxeo o al fútbol no tiene
mucho en el común sociológico con un practicante del esquí o de la vela.
Cuentan los factores de situación social, economía, personalidad, cultura, la
vida afectiva, etc. En general, todos necesitamos relajarnos de las múltiples
tensiones que genera la vida cotidiana de cada uno. Una forma elemental y
agradable es canalizar esa acción expresiva a través de las fidelidades triba-
les que producen las emociones deportivas. Si el equipo que representa a
nuestro clan gana, esa ganancia parece que se reparte equitativamente entre
todos los aficionados. Es verdad que determinados deportes se basan en un
grado de violencia (rugby, fútbol, boxeo...), también se constata que en las
gradas se plasma cierta violencia, pero tengo la sospecha de que el deporte
es un “pacificador”, un lenitivo de la agresividad humana, el deporte desre-
prime, las masas se ex-presionan y la tensión se diluye. Las condiciones que
producen la violencia, la agresión y la brutalidad están en la vida diaria de las
sociedades urbanizadas, no hay más que contemplar el comportamiento de
los automovilistas, la falta de perspectivas sociales de grandes sectores de la
población, la desintegración de las unidades sociales, la falta de utopías (reli-
155
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
156
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
CEREBRO MUSCULAR
Míster Músculo es un tramposo: llena sus bíceps con chufa y churros
¡el muy burro!
FERNADO ARRABAL (Sueltos de mi diario)
Todos hemos visto, aunque sea una vez, la imagen de esas personas que
se llaman culturistas, que no son, contra lo que pueda sugerir el nombre,
amantes del arte y de la cultura, sino que son unos señores y señoras, muy
parecidas entre sí y a unos descerebrados americanos que hacen películas
con mucha salsa de tomate y que usan nombres como: “El semental de la
158
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL CHÁNDAL
Me decía una vez Paul Valéry refiriéndose a Rainer Maria Rilke: “Muy buenas tardes”.
García Lorca (Antología modelna)
159
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
160
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Los que no hacemos deportes desde hace mucho tiempo o hacemos poca
actividad física; por razones claramente urbanas o porque el baloncesto
recreativo te puede costar un ojo (que se lleva Carde), un tobillo, o cinco
puntos por el morro; nos hemos ido fascinando con las proezas acaecidas
por los atletas y deportistas de nuestro entorno tanto en Barcelona como
en la siguiente olimpiada en Atlanta. Supongo que tan buen camino tendrá
y tiene un efecto multiplicador, y que todos los que estamos abonados a la
vida sedentaria haremos más deporte, aunque sólo sea por compensar las
consecuencias del sedentarismo.
La equívoca máxima “Mens sana in corpore sano” empieza a adquirir para
muchos españoles un sentido de realidad que en su infancia apenas llegaron
a intuir. Los que teníamos esa suerte, íbamos a clase de E.F. (si se le podía
llamar así) una vez por semana, salvo que se enfureciese algún maestro,
entonces nos castigaban sin “gimnasia” y a escribir cien veces la frase “no
cantaré canciones obscenas”. Ocurría que, cuando nos llevaban a gimnasia,
manifestábamos nuestro escepticismo cantando bajito: “Gimnasia, Gimna-
sia,/ la base de la salud./ Haciendo gimnasia/ se escoña la juventud”.
En aquel periodo nacional-catolicista, que nos gestionaba la Secretaria
General del Movimiento, no se nos permitió el movernos, no fuimos due-
ños de nuestros cuerpos, nos vigilaba el estado, mediante la culpabilización
en torno al sexo, la represión en la expresión y las órdenes en cuanto a
movernos. En aquella E.F. no se transmitía ningún conocimiento, no había
ninguna intencionalidad que pudiese llevar la coleta de educativa. No usá-
bamos prendas deportivas: la camisa arremangada, y gracias. Los ejercicios
consistían en subir y bajar los brazos, tres flexiones, dos zapatetas, bronca
del profesor, que estaba con el abrigo y fumando, por reirnos, y vuelta a
clase marcando el paso, sin pasar por la ducha, ni tener precauciones sobre
los cambios bruscos de temperaturas, etc. Las luchas y el trabajo bien hecho
de los licenciados de la educación física lograron ir cambiando tan desolador
cuadro afortunadamente, y esas 22 medallas de Barcelona y las casi 20 de
Atlanta conseguidas por nuestro deporte, no son fruto de una casualidad,
sino de un serio trabajo que comenzó en las escuelas e institutos. Aunque
aún existen, en nuestro entorno más inmediato, profesores (les doy esa de-
nominación para poder entendernos) que siguen con las tablas de gimnasia
sueca, tan centro-europea, tan controladora, tan ordenadora, tan nazi...;
“monitores” que no son capaces de permitir que los niños sientan cierto
placer en realizar las tareas motrices, ni detectar los posibles problemas
161
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL AGONISMO
A mucha gente le es igual saber si hay dopaje o no.
Quieren resultados. Imagine, en un estadio con los
dopados a un lado, y al otro los no-dopados; ¿a quiénes
piensa usted que mirará el público?
Katrin Krabbe
162
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
163
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
nacidad que me los hacen más cercanos en la cultura. Depués, en otro canal,
pusieron un campeonato de rítmica y digo que había bellísimo, teatro en la
elegancia de boa verdinegra de una de las gimnastilla que deambulaban por
el tapiz; en la máscara de su maquillaje, sus párpados de un azul intenso se
despintan con las lágrimas, efecto teatral que estas deportistas y tanagras
del agonismo, actrices al fin, dominan a la perfección.
En el pabellón de deportes de Riazor; se amontonaron los gitanos sin
casas, sepultadas por la basura del mundo unida; otro climax, otros perso-
najes, ni siquiera son de los nuestros, pero nos conciernen por el dolor, la
sordidez, la agonía sin juego. También fue teatro, como los desalojaron, los
desposeyeron y los criminalizaron; teatro, al fin, pero de otro estilo.
EN SUS MARCAS
Al hipocondríaco hipopótamo de Times Square
empezaron a parecerle menos inmundos los Juegos Olímpicos,
las vueltas ciclistas y los torneos de
balón cuando le dijeron que los atletas son un hatajo de corruptos y
de drogados bragados.
FERNANDO ARRABAL (El pedo del ínclito)
164
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Todos vimos la imagen por televisión, el gran deportista y aún mejor per-
sona: Miguel Indurain, desmotivado, se retira de una de esas interminables
165
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
166
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
¡Aupa Taugrés! o ¡Viva Coren!, todo con el mismo afán y ganas con que
gritaban: ¡Olimpia Campeón! o ¡Recreativo ra, ra, ra!
Lo del suavizante Mimosín, fue ofensivo para los que vencieron a la “pérfi-
da Albión” y para los que en Amberes gritaban: “¡Échame el peloto, Sabino,
que los arrollo!”, la dignidad de la furia española, de los diablos rojos, quedó
en entredicho. Es como si “Dodotis” patrocinara a la selección de rugby o
a los halterófilos y tuvieran que salir a competir luciendo el magnífico pañal
¿se imaginan las melés? También comparable al desaguisado que supondría
el que las delicadas nínfulas de las gimnasias salieran al tapiz anunciando en
sus gráciles pechos una marca de preservativos o los de esgrima anunciaran
papel higiénico.
Los deportes espectacularizados se han convertido en un asunto de ac-
cionistas, el estado entre ellos, potentes multinacionales y capitalismo del
más salvaje y especulativo, aunque a ciertos niveles los sigamos viendo como
simples juegos, los mercenarios que se amontonan en los cientos de equipos
de esencias nacionales, juegan por dinero aunque de formas ostentosas se
persignan, rezan y venden a Dios en sus libros.
En eso de apalear millones y encomendarse a Dios hay en España prece-
dentes clamorosos. Algunos de ellos en pleno proceso de santificación y
con el grado de beato.
Nuestros equipos podrán perder o ganar, mientras tanto, tampoco podre-
mos gritar aquello de: “Epaña, Epaña, Epaña” (ni falta que hace). Siendo los
más suaves, métanse el patriotismo donde les quepa, que los millones dan la
salud y nunca ha sido al revés.
“Dos españolas hacen historia” asegura con voz emocionada el racial lo-
cutor, cuando intentaba transmitirnos aquel fraternal duelo tenístico entre
una jugadora de gesto autista y otra con inequívoca apariencia de tendera
andorrana, las dos pasadas de kilos y con una imagen no muy deportiva. No
167
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
voy a cuestionar la grandeza épica del tenis, aunque sea inmune a ella, pero
no logro averiguar dónde radica la arrebatadora estética de estas “españolas
que hacen historia”. Finalmente ganó la carnicera honrada. Para celebrar su
gesta se tiró al suelo con genuina elegancia, sólo que esta vez, sus compactas
piernas de luchadora de sumo no patalean en el aire, como ocurrió en otra
de las pocas ocasiones que gana un torneo, ni nos permitió vislumbrar su
sofisticada ropa interior, como sucedió cuando ganó el Roland Garros. Un
deporte que nació para uso y disfrute de la aristocracia inglesa (como el
golf, el polo, la equitación, sus variantes y el cricket), al democratizarse, está
adquiriendo modales plebeyos. Por otro lado, el fútbol y el boxeo, ances-
trales deportes de pobres y gentes necesitadas, comienzan a tener entre sus
actores canallas y proletas, que no encanallados (esos están, generalmente,
entre los promotores y presidentes), verdaderos caballeros y es un gozo la
aromática presencia ética, estética y culta de Laudrup, Beckenbauer, Schuster,
Guardiola, Menotti, Van Basten, Butragueño, Redondo, Valdano, Cruyff, Pa-
namá Brown, Ray Sugar Robinson, Whitaker, Cassius Clay, Stevenson, entre
otros herederos directos de Petronio, de Bayron y del Beau Brummell.
Otro deporte proletario es el ciclismo, a nivel de agonía, sólo lo practican
los campesinos, trabajan de sol a sol, con el lomo arqueado en la bici, la
mirada puesta en el suelo, mientras que el sudor les perfuma el cuerpo y la
climatología les destroza el alma. Durante cinco años, los españoles hemos
pasado parte del verano en el abrumador y tenso silencio que empapaba
las calles, bares y casas del país, a partir de las tres y media de la tarde, en
el presagio de que estaremos los cien años venideros contando las hazañas
de este campesino de Villalba, mientras que el mentado ciclista, prodigioso
atleta y agradecible antidivo Indurain va sumando, trabajosamente Tur tras
Tur, sin decir una palabra de más, hace su trabajo sin un esfuerzo extra para
la galería, sin alardes extemporáneos e igualmente, cuando llega la derrota,
no mira ni culpabiliza a nadie y mantiene la misma dignidad que cuando ga-
naba. Es todo un caballero, un filósofo lleno de saber y una gran persona.
No soy sensible al arte del pedaleo; aunque me sorprende que todavía no
se haya puesto de moda entre los efímeros y, sin embargo, estomagantes
modernos, entre esa gente tan sofisticada que desde hace unos años no
pueden vivir sin los toros, el fútbol y el flamenco folklorizado. Tan emble-
máticos signos de las esencias patrias, supongo que se debe, a que en este
deporte todo es esfuerzo y casi nada de pose; no entiendo sus estrategias ni
su mecanismo, pero me apasiona la retórica de sus comentaristas en la tele-
visión. Es un deporte eminentemente locutivo, sin esa retórica del locutor,
168
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
no existiría, es él el que crea el ciclismo, sin la voz no son más que pobres
gentes trabajando para ganarse la vida: como todos.
Hace años, Carlos Boyero, publicó en Diario 16, un largo artículo glosan-
do, creo que en tono admirativo, el florido lenguaje y la brillantez cultural
y expresiva de los comentaristas del Tur, resultó que uno de los afectados
se sintió ofendido y a los pocos días ofreció una cómica evidencia de su
agraviada erudición literaria y de su adorable desprecio del sentido del ri-
dículo al comentar: “Perico Delgado va en busca del tiempo perdido, como
escribiera Jean Paul Sartre”.
169
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
170
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
171
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
en las mismas aguas en las que Ulises se enfrentó a cíclopes sin ley y donde
hicieron gloria marinos como los Temístocles, Cesar, Dorias, Barbarroja,
Nelson y miles de héroes más que pelearon contra monstruos, entre ellos
y contra el mar embravecido, como Churruca que después de que una bala
le arrancara una pierna, siguió en el puente de su nave en combate, apoyan-
dose en un barril.
Por los acantilados donde se estrellaron los bajeles; por los fondos mari-
nos que guardan bodegas llenas de tesoros; entre los cañones que en el mar
de las Antillas yacen, tras feroces batallas, llenándose mansamente de algas;
desde todos los cadáveres que después de surcar los siete mares descansan
en los fondos; subió, resonando como un trueno, una tremenda carcajada
que rasga las velas de los grandes veleros con los que se cruza.
Se le rompió la quilla a un barco modernista, cuya fórmula fue el secreto
mejor guardado desde que Magallanes les habló quedo y bajito, en el oído, a
los carpinteros de ribera vascos, con cuyo resultado dieron la vuelta al mun-
do. Los portugueses y españoles fueron los grandes navegantes del Renaci-
miento y del Barroco, leían las cartas de Toscanelli y sabían que Ptolomeo
había medido mal el globo tanto por el agua como por la tierra. La hazaña
más grande la protagonizó un navegante genovés con unos marineros de
fortuna, tomaron la ruta de los alisios y treintaitrés dias después, de salir
de Palos, avistaron un Nuevo Mundo. Cualquier marinero de aquellos y de
ahora, si es buen profesional, sabe que si se le rompe la quilla a un barco es
que está maldecido porque se le ha quebrado “la madre”. Y eso que unos
meses antes se les deshicieron las réplicas de las carabelas. Aquellas dinas-
tías conquistadoras de los Trastamaras y descendientes de los almogávares
aragoneses no tiene nada que ver con los actuales borbones, deportivos
constitucionales y a los que los españoles les tenemos que comprar barqui-
tos para que hagan algo en verano.
172
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
173
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
174
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
175
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
UN CANTAR DE GESTA
¿Qué es un boxeador sin otro boxeador? Nada más que una sombra.
Eduardo Arroyo (pintor)
Mohammed Alí es la sombra que habita las paredes de los gimnasios con-
tra la que todos los boxeadores sueñan que cruzan sus guantes. Pero ese
hombre que soporta bien, a pesar de la enfermedad, la pátina del tiempo
fue, hace muchísimos años, un rey.
Érase una vez..., unos tiempos en los que la locura de este siglo estalló en
un jubiloso intento de triunfo de las utopías para cambiar el mundo. En pa-
labras de Clay: “Los países luchan por que sus nombres esten escritos en los
mapas...”. Son los años 70. La guerra del Vietnam ha movilizado voluntades
que pretendían disolver las fronteras. Ali se niega a prestar el servicio mili-
tar y es desposeído del título mundial. Después años de cárcel, por el mismo
motivo, socavan su popularidad. Se convierte al Islam y se dedica a agitar a
la juventud del planeta, los negros le adoran. Es un símbolo de rebelión.
El combate entre Ali y Fóreman se plantea para un 25 de septiembre,
pero una ceja abierta en el rostro de mármol de Foreman lo retrasó al 30
de octubre. En el centro del estadio de la castigada Kinshasa, sobre el cés-
ped, se alza el ring, mitad cadalso, mitad ara de sacrificios. Para garantizar
la “seguridad” del hecho deportivo se llevaron a cabo grandes matanzas de
presuntos revoltosos, justo en aquel estadio, supervisadas y animadas por
el dictador Mobutu, que apoyado por los diversos gobiernos franceses y
americanos, asesinó al líder africano Patricio Lumumba y sumió al Congo en
un larguísimo baño de sangre.
Alrededor de los luchadores se movió un enorme séquito, entre otros
los mejores músicos del momento, B. B. King, James Brown y más, de no
menor pelaje, pero sobre todo fue importante la presencia de un narrador
de excepción, Norman Mailer que le puso la pasión, la voz y el análisis a la
epopeya de un Ali que iniciaba su decadencia física, pero que con su por-
tentosa inteligencia convirtió aquella lid en una obra de arte.
Comienza el combate y el joven Fóreman achica el ring arrinconando y
machacando con golpes sin piedad, al viejo Clay, contra las cuerdas. Este
va pensando; mientras recibe, asalto tras asalto, los graníticos puños que le
penetran el cuerpo como zarpas de dinosaurios; “lo que no puedas corregir
176
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
o evitar, conviene soportarlo con paciencia”. Una máxima que, como todas,
se convierte en mínima al pretender practicarla. El estadio estaba rebosante.
El mundo veía el combate. la juventud africana, que se reflejaba en Clay,
no cesaba de animar y aclamar al boxeador insumiso con la frase-clamor
“Ali, Bomayé” y este seguía recibiendo un aterrador castigo. Clay, como
un agujero negro, lo absorbía todo, se había blindado con la paciencia, que
es un arma muy ligera para la potencia nuclear de Foreman. Seguían los
gritos de ánimo, seguían los golpes. Clay sabía que no podía ni evitar ni
corregir la fuerza del pegador, lo fue soportando durante uno, dos, tres,
cuatro... asaltos... Ali había prometido su danza; no la hubo. Los africanos
comenzaban a dudar, aquellos golpes eran demasiado terribles para que un
mortal pudiera aguantarlos de pie. Clay seguía agazapado y sólo devolvía
este silencioso mensaje: “los dos estaremos de pie cuando tú hayas gastado
tus golpes”. Foreman se sorprende del aguante, se había preparado para
combatir contra Astaire y allí tenía un frontón, al que golpeaba sin cesar.
Durante el quinto asalto el silencio cubría el estadio, la seguridad de la de-
rrota bajaba aplastando las esperanzas. Cuando, y desde la jungla, salieron
los sonidos ancestrales, comenzó un tam-tam a contar lo que pasaba, res-
pondió otro, otro se sumó al coloquio y otro más lejano siguió el mito...
Así, la llamada de la selva, puso en el aire el atronar de tambores, el ritmo se
añadió, Africa sonaba y danzaba, volvió el grito de ánimo: “Ali, Bomaye” y el
elefante dormido se despertó. El desenlace es rápido, unos cuantos golpes,
trágicamente elegantes, y la edición perfecta del atlas que era Foreman, cayó
desencuadernada a la lona.
Homérico.
Lo más hermoso es que Mailer fue capaz de contarnos todo esto con aires
de épica, pero también, y para mi es lo importante y poético, nos contó la
enorme soledad en la que vivió Clay los minutos previos a alcanzar el cielo.
ESCRITO A PUÑETAZOS
Arte noble, noble arte, cuadro blanco, cuadrado blanco donde se celebra la
tragedia, la fiesta de la vida y la muerte: agua, vaselina, sudor, cuero, sangre y resina
son los instrumentos con los que se pinta la cermonia, el espectáculo de resultado
incierto, el combate sin guión.
Eduardo Arroyo (Babelia- El País, nº 100)
177
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Hace tiempo, cuando devoraba los libros y me leía uno al día, me emo-
cioné con el bello cuento de London, “Por un bistec”, es la historia de un
veterano boxeador que pierde su pelea por no poder comer lo suficiente, se
publicó en Alianza, con una selección de cuentos del dicho autor americano
(lamento no poder dar la referencia por ser uno de los miles de libros que
andan en mi biblioteca errante).
Después cayó en mis manos un hermoso intento de unificar la palabra a
la imagen, creo recordar que fue por los sesenta cuando la editorial Lumen
editó “Neutral corner” de Ignacio Aldecoa.
Me impresionó que el escritor anunciara sus propósitos en una especie
de manifiesto con textos en negrita, sobre un papel oliva claro... En una de
las fotografías de Masats se adivina, sentado en un rincón, a uno de los
contrincantes. En su taburete se lo imagina uno entre round y round, en
un combate que camina hacia el desenlace, porque el pugilista con los ojos
cerrados está muy marcado y se palpa la angustia de su situación. Una mano
del preparador aparece en el ángulo inferior derecho de la fotografía. El
boxeador apenas se ha sentado, quiere liberarse del protector dental, pero
uno se pregunta: ¿es el protector o un pedazo de bisté? Inmediatamente
pensamos en Jack London y nos acordamos de “Por un bistec”, ese trozo
de carne que Tom King, el héroe londoniano, nunca se pudo comer. “... De
pronto sintió un odio intenso y terrible hacia los carniceros que se habían
negado a fiarle. Era duro para un viejo acudir a un combate sin haber comi-
do lo suficiente. Un bistec valía tan poco, unos cuantos peniques a lo más,
y, sin embargo, para él significaba treinta libras”. Aldecoa le respondería a
London: “Quiero cantar, marcharme por algún camino sin gente, cantando.
Quiero oírme, llegar a un arroyo, tumbarme a la sombra de un árbol y can-
tar y oír. Quiero encontrar un hormiguero y deshacerlo, pisar las hormigas
y orinarlas. Quiero volverme niño y dejar todo esto, porque no puedo más,
porque ya te he dicho que no puedo más, porque tengo un enjambre en
la cabeza y dentro de la cabeza, porque estoy en un incendio. Porque no
puedo, porque no puedo más. ¿Lo entiendes?”.
“Tienes que seguir si quieres continuar comiendo de esto”.
Para mí, que he conocido a muchos luchadores que se hicieron viejos y
pobres en la lucha por la vida y por la dignidad, estos diálogos constitu-
yen lo mejor de la literatura elegíaca. “Neutral corner” y “Por un bistec”
son dos obras magistrales sobre el canto desesperado de los que nadie se
acuerda, de los sin nombre, de los de las narices aplastadas, de los de las
178
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
179
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
180
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
181
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
EL MEJOR DEPORTE
Diré, con toda deferencia, que donde - según la prensa del bajo vientre
británica - Carlos de Gales no lo lograba, quince mineros galeses,
de las galerías más bajas, guarros y llenos de lodo, han coseguido
hacer que Lady Diana diese brincos de placer.
Jacque Fouroux (seleccionador de rugby)
182
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
183
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
184
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
BIBLIOGRAFIA
Alcolea, Carlos. “Aprender a nadar” (Con reproducción de cuadros del pintor y otros sobre
piscinas y bañistas). Francisco Rivas editor. Madrid, 1980.
Aldecoa, Ignacio. “Neutral corner”. Fotografías de Ramón Masats. E. Alfaguara. Madrid, 1997.
Andrieu, Gilbert. “Sports, arts et religions”. Sous la direction de... Editions C.R. Staps París
X, 1989.
Ariés, Ph. “Historia de la vida privada”. Taurus, Barcelona, 1988.
Aristóteles. “Política”. Alianza Editorial. Madrid, 1986.
Armas Marcelo, J.J. “Cuando éramos los mejores”. Editorial Temas de Hoy. Madrid, 1997.
Barreau, Jean Jacques y Morne, Jean Jacque. “Epistemología y antropología del deporte”. Alianza
Deporte, Madrid, 1991.
Betancor León, Miguel y Villalón Torrado, Conrado. “Historia de la educación física y el deporte
a través de los texos”. Editorial P.P.U., S.A. Barcelona, 1991.
Blanchard, Kendall y Cheska, Alyce. “Antropología del deporte”. Ediciones Bellaterra. S.A.
Barcelona, 1986.
Bobbio, Norberto. “Thomas Hobbes”. E. Parqadigma. Barcelona, 1991.
Boix, Jaume y Espada, Arcadí. “El deporte del poder”. Temas de Hoy, Barcelona, 1991.
Brohm, Jean Marie. “Sport, culture ét répression”. E. Maspero. París, 1972
Brohm, Jean Marie. “Critiques du sport”. Christian Bourgois éditeur. París, 1976.
Brohm, J.M. “Partisans. Deporte, cultura y represión”. E. Gustavo Gili. Barcelona, 1978.
Brohm. Jean Marie. “Le mythe Olympique”. Christian Bourgois. París, 1981.
Brohm, Jean Marie. “Sociología política del deporte”. Fondo de cultura económica. Méjico, 1982.
Buruma, Ian. “Mientras se juega el partido”. Traducción Joaquin Aduar. Editorial Anagrama,
Barcelona, 1993.
Calleja, Braulio. “De la paz del fútbol a la guerra digital”. Plaza & Janés, Barcelona, 1997.
Cagigal, José María. “Cultura intelectual y cultura física”. Kapelusz. Buenos Aires, 1979.
Cagigal, José María. “Deporte: espectáculo y acción”. Salvat editores, Barcelona, 1981.
Cazorla Prieto, Luis María. “Deporte y estado”. E. Labor, Barcelona 1979
Caillois, R. “Unité du jeu, diversité des jeux”. E. Diogéne, París, 1957.
Caillois, R. “Teoría de los juegos”. E. Seix Barral, Barcelona, 1958.
Caillois, R. “(Le masque et le vertige) Les jeux et les hommes”. Gallimard, París, 1958.
Canetti, Elias. “Apuntes rescatados, 1954-1971”. Anaya-Mario Muchnik. Madrid, 1996.
Cela, Camilo José. “Once cuentos de fútbol”. Ediciones Alhambra. Madrid 1986.
Coubertin, P. de. “Pédagogie sportive”. Oficina internacional de pedagogía deportiva. Lausana, 1934.
Cox, H. “Las fiestas de locos (Para una teología feliz)”. E. Taurus. Madrid, 1972.
Cruz Prados, A. “La sociedad como artificio. El pensamiento político de Hobbes”. E. Eunusa. Pam-
plona, 1986.
185
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
186
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
187
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
188
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Escudier, Juan Carlos. “Una pelea vía satélite”. EL PAÍS, 27 DE OCTUBRE DE 1996
Espinosa, J. y Fernandez, Cristina. “Morir por el fútbol”. EL MUNDO-(CRÓNICA), 20 DE
OCTUBRE DE 1996.
Ferrero, Jesús. “Las sedes olímpicas”. EL MUNDO, 21 de julio de 1996.
Galeano, Eduardo. “La magia imperdonable”. EL PAIS. 2 de julio de 1994.
García-Alix, Alberto. “Hasta que la muerte nos separe”. SUR EXPRÉS. Especial verano de 1987,
nº 3 pp.116.
García Calvo, Agustín. “Los ángeles del suburbio”. BICICLETA. 19 de septiembre de 1979.
García Sánchez, Javier. “Querida mantis”. EL MUNDO. 19 de julio de 1994.
García Sánchez, Javier. “Batalla ganada a la historia”. EL MUNDO. 17 de agosto de 1994.
García Sánchez, Javier. “El rostro bello de la carrera”. EL MUNDO. 8 de julio de 1995.
Garrigues Walker, Antonio. “Indurainizar España”. ABC. pg 38. 21 de julio de 1996.
Gil Calvo, Enrique. “Agonismo cívico”. EL PAÍS, 5 de agosto de 1992.
Gil, Iñaki. “Cocodrilo Dandy”. EL MUNDO-(CRÓNICA), 20 de octubre de 1996.
Haro Tecglen, Eduardo. “Grecia, Cataluña”. EL PAÍS, 17 de mayo de 1992.
Haro Tecglen, Eduardo. “Medallas, baraca”. EL PAÍS, 18 de julio de 1992.
Haro Tecglen, Eduardo. “Demonios olímpicos”. EL PAÍS, 5 de agosto de 1992.
Haro Tecglen, Eduardo. “Teatro en los juegos olímpicos”. EL PAÍS. 20-7-92.
Hermógenes, M. y Torres, A. “La televisión convierte el fútbol en un negocio de miles de millones”,
TRIBUNA. pg, 6-9. 26 de enero de 1996.
Iglesias, Julio Cesar. “Superdepor infradepor”. EL PAÍS. 27-1-97.
Irigoyen, Ramón. “De lo del Milán a Cela”. EL INDEPENDIENTE. 8 de mayo de 1989.
Irigoyen, Ramón. “La moto y los terremotos”. EL INDEPENDIENTE. 18 de marzo de 1990.
Irigoyen, Ramón. “Los poetas cantan al fútbol”. LA ESFERA- EL MUNDO. 5 de octubre de 1996.
Iturriaga, Juanma. “Arvidas Sabonis”. EL PAÍS. 16 de abril de 1995.
Jiménez. Jesús. “El fútbol y los pupitres”. HERALDO DE ARAGÓN, 10 de mayo de 1995.
Lacave, Emilio M. “Padres estrellados”. EL MUNDO-(CRÓNICA), 9 de marzo de 1997.
Landero, Luis. “La gloria del empeño”. EL PAIS. 14 de junio de 1994.
Lázaro Carreter, F. “Épica y deporte”. LA VOZ DE GALICIA, 15 de agosto de 1992.
Lázaro Carreter, Fernando. “Sin paliativos”. ABC. 24 de septiembre de 1995.
Lewis, Carl. “Adios a todo aquello”. EL MUNDO. pg 12. 5 de agosto de 1996.
Longueira, Silvia. “Un chándal en el armario”. LA VOZ DE GALICIA. 18 de julio de 1991.
Marías, Javier. “Corazones tan blancos”. EL PAÍS, 9 de mayo de 1994.
Marías, Javier. “Laudrup”. EL SEMANAL. 18 de junio de 1995.
Marías, Javier. “Letras de fútbol”. EL SEMANAL. 26 de noviembre de 1995.
Marías, Javier. “Dignidad y decoro”. EL SEMANAL. pg. 12. 18 de febrero de 1996.
Marías, Javier. “Lo inmutable” EL SEMANAL. 12 de enero de 1997.
189
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
Martínez Roig, Alex. “La caja de los deportes”. LEONARDO (EL PAIS, LA REPUBBLICA, THE
INDEPENDENT, LE MONDE). 1992
Miguel, Amando de. “Fútbol, toros y bares”. ABC. pg. 55 a 58. 17 de marzo de 1996.
Moñiz, Alejandro. “Un fenómeno llamado Harley”. EL MUNDO, 1 de febrero de 1997.
Moreno Duran, R. H. “El júbilo aristocrático que consagra los estadios”. EL PAÍS-BABELIA, 12 de
noviembre de 1983.
Nieto, Miguel A. “Don Gil y otros amos del balón”. EL MUNDO-(CRONICA), pg. 10 y 11. 17
de marzo del 96.
Nieto, Miguel A. “Dos tiburones tras la pelota”. EL MUNDO-(CRONICA), pg. 18-19, 28-4- 96.
Nieves, Rosa de las. “Locuras del tablero”. EL MUNDO-(Crónica) pg. 19. 19 de mayo de 1996.
Olmedo, Idelfonso. “El tío del banderín”. EL MUDO-(CRÓNICA), 6 de octubre de 1996.
Olmedo, Idelfonso. “El fútbol por bandera”. EL MUNDO-(CRÓNICA), 17 de noviembre de 1996.
Oliver, Juan. “El “Depor” de Babel”. “EL MUNDO”- (CRONICA) pg. 9, 12 de enero de 1997.
Paradinas, Juan José. “Los árbitros se lían con los números”. El PAIS. 9-12-95, pg. 44.
Perez Reverte, Arturo. “Golfeando”. EL SEMANAL. pg. 5. 11 de septiembre de 1994.
Piernavieja, Miguel. “Depuerto, deporte, protohistoria de una palabra”. CITIUS, ALTIUS, FOR-
TIUS. VIII, fasc. 1 y 2, pp. 5 a 190, Madrid, 1966.
Popplow, Ulrich. “Origen y comienzos de los ejercicios físicos”. CITIUS, ALTIUS, FORTIUS.
Madrid, pp. 136-154, 1973.
Prats Cañete, Matias. “Los juegos del espíritu”. ABC. pg. 52. 25 de agosto de 1996.
Ramírez, Pedro J. “Pecado y penitencia en Atlanta”. EL MUNDO. pg. 2-4. 4 de agosto de 1996.
Rivas, Manuel. “La larga sombra del fútbol”. ELPAIS 11-11- 95.
Roy, Carlos G. “Rios de adrenalina”. LA VOZ, 14 de octubre de 1996.
Sadaba, Javier. “Muerte fuera del estadio”. EL MUNDO 7-7-94
Salaner, Vicente. “La eminencia gris del deporte español”. EL MUNDO. 3 de febrero de 1997.
Sámano, José. “Leyendas de brutos y caballeros”. EL PAÍS. 21 DE ENERO DE 1995.
Sánchez Ferlosio, Rafael. “Juegos y deportes”. EL PAIS. 9 de agosto de 1992.
Sánchez-Mellado, Luz. “La era de don Carnal”. pg. 226. REVISTA EL PAIS 20 AÑOS. 5 de
mayo de 1996.
Savater, Fernando. “El mago de Dormello”. BABELIA- EL PAIS. 28 de octubre de 1995.
Savater, Fernando. “Un deby con fantasmas”. EL PAÍS pg 13. 25 de junio de 1995.
Solar, David. “Los primeros juegos modernos”. “EL MUNDO” (CRONICA) pg. 20, 31 de marzo
de 1996.
Soriano, Osvaldo. “Chau”, Diego”. EL PAIS. 13 de julio de 1994.
Tomeo, Javier. “A propósito de Atlanta”. EL MUNDO. pg. 2, 27 de julio de 1996.
Toro, Carlos. “La utopía del Athletic”. EL MUNDO. pp. 34, 6 de enero de 1997.
Umbral. Francisco. “Maradona y los clásicos”. EL MAGAZINE- EL MUNDO. 16 julio de 1994
Umbral, Francisco. “Corrupción y fútbol”. EL MUNDO. 26 de mayo de 1993.
190
J.L. Salvador EVOCACIONES COTIDIANAS SOBRE EL DEPORTE
191
Este libro vió la luz
el 23 de abril,
con la ausencia de Salva
bajo la sombra del castaño
del Inef de Galicia.
A Coruña, 2010