124 13 Durkheim Guitian
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La construcción teórica
en DURKHEIM
Introducción
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ber, o si lo social es el problema del cambio como propone Marx, ten
dremos efectivamente, no sólo distintas teorizaciones o predicaciones
de la realidad social, sino, también, distintas formas de realizar la inves
tigación empírica.
Dada la naturaleza del tema y del trabajo, no pretendemos lograr
una profundización y desarrollo de los puntos, sino más bien tratar de
fijar algunas líneas de discusión o nudos problemáticos del planteamien
to durkheimiano. De aquí, la elección de trabajar sólo dos de las obras
de Durkheim. Por un lado, Las reglas del m étodo sociológico, obra que
responde a la búsqueda de convertir a la sociología en una ciencia, de
elevar el estudio de lo social a nivel científico. Por otro lado, El suici
dio, que puede constituir un caso particularmente claro de aplicación
“práctica” de los problemas metodológicos expuestos por el autor.
1 Durkheim, E. Las reglas del método sociológico, Buenos Aires, Editorial Plé
yade, 1976, p. 29.
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como ciencia de los hechos sociales, Durkheim intenta captar su con
tenido, su naturaleza colectiva que implica una restricción exterior.
Es a partir de estos postulados que el autor se plantea el estudio del
suicidio, hecho que parece puramente individual pero que, en realidad,
emerge de la estructura social, de las interacciones sociales en donde
se crea una “corriente suicida” que actúa sobre los individuos menos
capacitados para resistirla. De esta forma, el suicidio se constituye en
un hecho social y, por tanto su estudio está dentro del terreno de la
sociología.
Durkheim reconoce la necesidad de afirmar un tratamiento científi
co de la realidad social extendiendo la racionalidad científica existente
(de las ciencias naturales) a un fenómeno nuevo (lo social), por lo que
se propuso estudiar los fenómenos sociales de manera metódica, apli
cando conscientemente al análisis del hombre principios que él conside
raba científicos. Así, se afilia a uno de los principios centrales del posi
tivismo: la idea del monismo metodológico. La noción de ciencia es
asimilada al modelo de la física, para lo cual se emplea un método único,
dejando de lado la especificidad o la diversidad de los objetos. Además,
se utilizan otros procedimientos científicos para que la sociología asu
ma su propio status gnoseológico: el uso de la inducción como lógica
del proceder científico, es decir, la experiencia como fundamento del
conocimiento, y la relevancia de leyes universales de carácter causal en
la explicación. La actividad científica se orienta a descubrir las unifor
midades de la realidad, a descubrir las leyes de los hechos. De todo esto
se desprende un corolario: cualquier fenómeno será estudiado científi
camente en la medida en que entre o se incorpore al desideratum de
ciencia física.
Al reflexionar sobre esta posición clásica del positivismo no podemos
dejar de preguntarnos hasta qué punto se puede hablar indiferenciada-
mente de racionalidad científica y de ciencia. La cuestión es saber si la
especificidad de lo humano excluye o no el recurso a los métodos físi
co-naturales, y si para las ciencias socio-históricas se deben diseñar
métodos específicos.
Se puede afirmar que el instrumento afecta al objeto. Durkheim, co
mo congruente positivista, extrapola sin más lo que han sido los méto
dos de las ciencias físico-naturales a la problemática específica de lo
socio-histórico, asumiendo, como sustentación “a priori”, las formas or
ganizadas de la racionalidad científica como algo dado, como dato y no
como problemática a resolver. Esto, debido a su idea de método, el cual
está considerado como un conjunto de procedimientos y principios
sistematizados y no como un proceso de mediación entre la actividad
teórica y el objeto de estudio, es decir, como forma de organización de
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la relación con lo real. Para Durkheim no parece existir el problema de
la adecuación método-objeto.
Este no es un salto que le sea exclusivo. En efecto, a menudo se pre
supone que hay un conjunto único de principios aceptados y que basta
tomarlos de las ciencias “probadas” y aplicárselos a la sociedad. Por
nuestra parte creemos que cuando la traspolación del método de una
disciplina a otra no es cuestionada desde la problemática específica de
la ciencia en cuestión, se impide que en el nuevo campo quepa la posi
bilidad de desarrollar formas propias de organización conceptual de lo
real y modalidades específicas de aprehensión de los fenómenos respec
tivos.
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Ciencia y construcción teórica
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ción, la definición del suicidio se va afinando. El mismo reconoce que
dicha definición no es satisfactoria y construye una segunda: “...se lla
ma suicidio todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente,
de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabien
do ella que debía producir este resultado.” 7 Lo que importa es per
catarse de cómo esta exigencia de construcción de la noción-objeto
permite a Durkheim romper con la concepción común de suicidio y
pulir su instrumental conceptual con miras a aprehender, de la mejor
manera posible, el hecho social que pretende explicar.
No obstante esta preocupación constructora de la definición, el autor
no hace una propuesta acabada. A pesar de la provisionalidad de la defi
nición, ésta habrá de formarse con el máximo cuidado, ya que va a
determinar el proceso de trabajo. En efecto, facilita la investigación,
puesto que delimita el campo de observación. Pero no se trata de definir
en conjunto la esencia misma de los hechos, ya que tal definición sólo
puede venir al término de la investigación.
Ciencia e inducción
1 Ibid., p. 60.
• Durkheim, E. Las reglas del método sociológico, p. 44.
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...realizar el inventario de todos los caracteres que pertenecen a un
individuo es un problema insoluble. Todo individuo es un infinito,
y no es posible agotar un infinito. ¿Nos atendremos a las propie
dades más esenciales? Pero, ¿qué principio aplicamos para realizar
la selección? En este sentido, necesitamos un criterio que supere al
individuo...’
Ciencia y objetividad
» Ibid., p. 97.
io Ibid., p. 66.
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podemos afirmar que el estatuto a partir del cual se establece una dis
tancia entre el investigador y el objeto de estudio es uno de los postula
dos metodológicos más importantes de la teoría durkheimiana.
Por otro lado, se reconoce como principio la realidad objetiva de los
hechos sociales, con lo que la objetividad se presenta en su dimensión
ontológica. Para ello, Durkheim utiliza el criterio empírico de la regula
ridad, la cual es reflejo de una determinada estructura y organización
de lo real: “ ...ver que los hechos más arbitrarios presentan a la observa
ción más atenta caracteres de constancia y de regularidad, síntomas de
su objetividad” .11 Dicha regularidad es tomada como fundamento de
objetividad. Consideramos este último plano de tratamiento como la
concepción más durkheimiana de la objetividad.
Pero si partimos de la aceptación de que no se da conocimiento sin
premisas teóricas, el problema de la objetividad aparece como un proble
ma de orden estrictamente cognoscitivo. De esta manera asume un papel
de máxima relevancia la cuestión de la construcción del objeto, en el
caso de Durkheim de la definición inicial, a partir de la cual se delimita
lo real. Partiendo del supuesto de que toda categoría “recoge” algo de
de lo real, habrá categorías que recojan más o menos al fenómeno social,
cuestión que Durkheim no problematiza, ya que para él la objetividad
tiene un carácter inmediato, con base a un plano propiamente observa-
cional.
Ciencia y causalidad
11 Ibid., p. 52.
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que deja para el psicólogo. Lo que le interesa a la ciencia de la sociedad
es lo que él llama la “cifra social de los suicidios”. Durkheim dirá que
lo que busca el sociólogo:
“ ...son las causas por medio de las cuales es posible obrar, no sólo
sobre los individuos aisladamente, sino sobre el grupo, En conse
cuencia de ello, entre los factores del suicidio, los únicos que le
conciernen son aquellos que hacen sentir su acción sobre el con
junto de la sociedad. La cifra de suicidios es el producto de estos
factores y a ellos nos atendremos nosotros.12
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Durkheim discrimina tres tipos de suicidio: el altruista, el egoísta y
el anémico. En los tres casos la circunstancia en común no es sólo que el
acto que se llevó a cabo se haya realizado con conocimiento de causa,
sino que es precisamente la relación entre el individuo y las normas lo
que lo lleva al suicidio. Se trata estrictamente de un fenómeno colecti
vo que se manifiesta en las conductas individuales, de “corrientes suici-
dógenas” de distinto tipo que están presentes en la sociedad. Durkheim
establece una relación entre integración social y suicidio que considera,
de acuerdo a datos, se mantiene constante, y establece la siguiente pro
posición: el suicidio varía en razón inversa al grado de integración de
los grupos sociales de que forma parte el individuo.
Decíamos hace un momento que la circunstancia común a los tres
tipos de suicidio no es sólo que el acto que se lleva a cabo se realice
con conocimiento de causa, sino que es la relación del individuo con las
normas lo que lo lleva al suicidio. Reflexionando sobre ello nos pregun
tamos: ¿cómo pasa Durkheim de la exterioridad de la definición a la
explicación del hecho?, ¿qué congruencia hay entre la definición inicial
y la tipificación de los distintos suicidios?
La definición previa del suicidio, que el autor establece, es mucho
más abstracta, más vacía en contenido, mientras que la conceptualiza-
ción de los distintos tipos de suicidio es específica y con contenido.
¿Qué queremos decir con ello? Que mientras que la definición previa
no requiere del concepto de cohesión social (es externa y en este senti
do podríamos decir que es una definición psicologista o individual), la
conceptualización de los tipos de suicidio presupone toda una teoría
de la cohesión social. Esta última se constituye en el preámbulo con
ceptual (o teoría implícita) que no sólo precede al análisis sino que lo
ordena y dirige. Es en este sentido que encontramos un salto, un cam
bio de plano, no resuelto por Durkheim, entre la definición previa del
suicidio y su conceptualización específica. Cambio de plano que se
expresa entre el carácter eminentemente descriptivo de la definición
inicial y el carácter teórico de su conceptualización concreta.
Finalmente, podríamos señalar que el discurso metodológico de
Durkheim no es enteramente consistente con su propia práctica. En el
caso de El suicidio, Durkheim señala repetidas veces que el punto de
partida son los datos, lo dado, lo que se “impone a la observación”,
siendo que en realidad no sólo parte de una definición, sino que está
presente constantemente una estructura teórica vasta y profunda acer
ca de lo social como fenómeno moral, en última instancia la categoría
básica de “conciencia colectiva”.
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