Tema 72
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Tema 72
Con respecto a los antecedentes podemos decir que la protección social específica del sector de la
minería del carbón se inició con el Decreto de 28 de marzo de 1933 del Ministerio de Agricultura,
Industria y Comercio, por el que se creaba la «Caja de Jubilaciones y Subsidios de la Minería
Asturiana». En este Decreto se regulaba un sistema de subsidios y jubilaciones a favor de los
trabajadores parados de Asturias como consecuencia de los acuerdos entre los representantes
patronales y obreros.
Por Orden Ministerial de 31 de mayo de 1944 se aprobaron los Estatutos de la denominada «Caja de
Jubilaciones y Subsidios de la Minería Asturiana», en la que obligatoriamente se integraron todas las
empresas de carbón de Asturias y todos los trabajadores a su servicio.
En las restantes cuencas mineras españolas la previsión social complementaria a la de los seguros
sociales se inició por Órdenes de la Presidencia del Gobierno de 1 de junio de 1945 y del Ministerio
de Trabajo de 12 de julio de 1945.
Por Orden Ministerial de 23 de junio de 1950 se aprobaron los Estatutos de las «Mutualidades
Laborales de la Minería del Carbón», referidos a todo el territorio nacional, si bien conservando
Asturias la Caja mencionada.
La aprobación del Reglamento del Mutualismo Laboral por Orden de 10-9-1954 obligó a reformar
los estatutos anteriores, respetando la autonomía de la Minería Asturiana y manteniendo la
distribución territorial y el nombre de cada Mutualidad: «Mutualidad Laboral de las industrias del
carbón del Noroeste», «Mutualidad Laboral de las industrias del carbón del Sur», «Mutualidad
Laboral de las industrias del Carbón de Centro-Levante».
Cuando en 1 de enero de 1967 se inicia la vigencia del sistema de Seguridad Social no existía
previsión concreta de creación de un Régimen Especial para la Minería del Carbón, pues la Ley de
Seguridad Social de 21 de abril de 1966 (como las Leyes Generales de Seguridad Social de 1974 y
1994), tras listar una serie de Regímenes Especiales entre los que no se encontraba el de la Minería
del Carbón, indicaba que se considerarían también Regímenes Especiales los que con tal carácter
estableciese o autorizase el Ministerio de Trabajo (hoy de Empleo y Seguridad Social).
Esto provocó que con el carácter de urgente y provisional se adoptase el Decreto 573/1967, de 23 de
marzo que, retrotrayendo sus efectos a 1 de enero de 1967, venía a colmar lo que se entendió que era
una carencia normativa. Poco después, con el Decreto 384/1969, de 17 de marzo, se llegó a una
regulación no provisional del Régimen Especial de la Minería del Carbón que, completada con la
Orden Ministerial de 20-6-1969, tuvo aplicación hasta que se hizo necesario actualizar su contenido
debido a la reforma de la Seguridad Social operada por la Ley 24/1972, de Financiación y
Perfeccionamiento de la Acción Protectora del Régimen General de la Seguridad Social. Esta
Por lo que respecta a la situación, se debe indicar que si existen Regímenes deprimidos, por tener
menor protección que la del Régimen General y Regímenes potenciados, por recibirla mayor. Este
Régimen de la Minería del Carbón es de los segundos, y se caracteriza por conceder las mismas
prestaciones sobre las mismas contingencias del Régimen General, pero aumentadas en su cuantía y
a veces en su calidad, especialmente en materia de incapacidad, jubilación, muerte y supervivencia.
El problema es que este plus de protección se financia a costa del resto del sistema. Este Régimen
posee un número de pensionistas mayor que el de afiliados. Y el déficit es tal que los ingresos
por cotizaciones del Régimen no alcanzan para cubrir ni de lejos sus gastos.
Y ello a pesar de que la reestructuración del carbón ha absorbido alrededor de 26.000 millones
de euros en ayudas públicas desde la década de los noventa, según las cifras que maneja el
Ministerio de Industria.
El dinero cargado a los Presupuestos Generales del Estado ha tenido todo tipo de destinos:
inversiones en infraestructuras en las cuencas mineras, fondos para la creación de empresas que
generen empleos, ayudas a la explotación y a la reducción de actividad en las cuencas, subvenciones
al transporte, ayudas indirectas a las eléctricas para que compren carbón nacional en lugar de otros
combustibles y prejubilaciones.
Sin embargo, la minería del carbón ha iniciado un desmantelamiento silencioso que se está
traduciendo en el abandono de las principales cuencas del país. Así se trata en la actualidad de un
Régimen donde hoy sólo quedan 2.900 empleados supervivientes a un ajuste que en tres décadas
se ha llevado por delante 50.000 puestos de trabajo.
La edad media de retiro de un minero ronda los 44 años, y un 51% de los ex trabajadores cobra
una prestación de entre 1.700 y 2.500 euros. Esta cifra ha ido incrementándose en los últimos años,
ya que la pensión media entre quienes se dieron de alta en la Seguridad Social en 2015 en el
Régimen de la Minería asciende a 2.386 euros.
Esta cifra supera en más de 1.000 euros a la pensión media entre todas las que se dieron de alta en
España el pasado
Por lo que respecta a la normativa de aplicación a este Régimen Especial, de la Ley General de la
Seguridad Social, de aplicación común o específica:
• La Orden de 30 de abril de 1977, por la que se regula el complemento garantizado para los
silicóticos de primer grado, trasladados a puestos de trabajo compatibles con su estado, en el
Régimen Especial de la Minería del Carbón.
• El Real Decreto 84/1996, de 26 de enero, sobre inscripción de empresas, afiliación, altas y bajas
de los trabajadores.
CAMPO DE APLICACIÓN.
Son los artículos 2 del Decreto 298/1973 y de la O.M. de 3 de abril de 1973 los que delimitan el
campo de aplicación de este Régimen Especial, estableciendo que en él quedarán obligatoriamente
comprendidos los trabajadores por cuenta ajena que, reuniendo las condiciones para ellos señaladas
en el art. 7 de la Ley General de la Seguridad Social, estén "incluidos en las Reglamentaciones de
Trabajo u Ordenanzas Laborales relativas a la Minería del Carbón". Debe decirse que actualmente la
referencia debe entenderse con respecto al Convenio Colectivo del Sector que ha sustituido a la
Ordenanza Laboral.
Igualmente quedarán comprendidos en el campo de aplicación de este Régimen Especial los que
trabajen por cuenta ajena en los cargos directivos de las empresas afectadas por la citada normativa,
incluidos con relación laboral de carácter especial en el Estatuto de los Trabajadores. Sin embargo,
no estarán comprendidos quienes ostenten, pura y simplemente, cargos de consejeros de las empresas
que adopten forma jurídica de sociedad.
Asimismo, en el plazo de los tres días naturales siguientes al del cese en el trabajo o de aquel en que
la variación se produzca, deberán comunicar a la Tesorería General de la Seguridad Social las
variaciones de tales datos, con independencia de la causa que las motive, así como los días en que los
trabajadores hayan faltado al trabajo por causas que no sean las que tengan por motivo la baja médica
por enfermedad común o profesional y accidente, sea o no de trabajo, y las autorizadas por las
normas laborales correspondientes con derecho a retribución.
La Tesorería General de la Seguridad Social notificará a los trabajadores interesados las variaciones
que se produzcan.
B) COTIZACIÓN.
En el Régimen Especial de la Seguridad Social para la Minería del Carbón estarán sujetos a la
obligación de cotizar los trabajadores por cuenta ajena que, en razón a la actividad que realicen, se
encuentran incluidos en el campo de aplicación de dicho Régimen así como los empresarios
incluidos en el mismo por cuya cuenta trabajen aquellos.
2) Bases de cotización.
Las bases de cotización para todas las contingencias y situaciones amparadas por la acción protectora
de este Régimen Especial serán calculadas con arreglo a lo señalado para el Régimen General,
aunque, para contingencias comunes, dichas bases así calculadas serán normalizadas en los términos
establecidos en el apartado siguiente.
El Ministerio de Empleo y Seguridad Social determinará las bases de cotización normalizadas para
contingencias comunes, correspondientes a cada año, mediante la totalización, dentro del ámbito
territorial de cada una de las zonas establecidas (asturiana, noroeste, sur y centro-levante) y por
categorías, grupos de categorías y especialidades profesionales, de las bases de cotización para
accidentes de trabajo y enfermedades profesionales relativas al ejercicio anterior que correspondan
en función de las retribuciones percibidas, y sin aplicación del tope máximo, dividiéndose los totales
así resultantes por el número de días a que correspondan las bases totalizadas. De esta forma, se
garantiza que por contingencias comunes, y dentro de cada una de las zonas mineras, todos los
trabajadores, de la misma categoría, especialidad o grupo profesional, tengan la misma base
normalizada diaria de cotización.
Salvo lo relativo a las bases normalizadas, serán de aplicación en este Régimen, los topes absolutos,
máximo y mínimo, de las bases de cotización. Asimismo, las bases de cotización normalizadas
estarán sujetas a los límites relativos de las cuantías máximas y mínimas vigentes para los distintos
grupos de categorías profesionales.
3) Situaciones especiales.
Cuando el trabajador permanezca en alta en este Régimen Especial, sin tener derecho a percibir
remuneración computable, las bases de cotización para contingencias comunes y profesionales serán
determinadas con carácter general para estas situaciones.
En las situaciones de incapacidad temporal, maternidad y riesgo durante el embarazo, así como en las
demás situaciones asimiladas a la de alta, en las que subsista la obligación de cotizar en este
Régimen Especial, la base normalizada de cotización para contingencias comunes será la que
corresponda, en cada momento, a la categoría o especialidad profesional que tuviera el trabajador en
la fecha en que se inicien las situaciones de incapacidad temporal, maternidad y riesgo durante el
embarazo, o se produzca la situación asimilada a la de alta.
4) Tipos de cotización.
Los tipos de cotización a este Régimen Especial, así como su distribución, para determinar las
aportaciones de empresarios y trabajadores en la cotización por contingencias comunes, y los
porcentajes para la determinación de las cuotas por contingencias profesionales serán los
establecidos, en cada momento, para la cotización al Régimen General de la Seguridad Social.
5) Horas extraordinarias.
El importe de las horas extraordinarias está incluido en la base normalizada, por lo que no existe la
cotización adicional por este concepto
C) ACCIÓN PROTECTORA
Se reconocen las mismas prestaciones y beneficios que en el Régimen General, con la misma
extensión, forma, términos y condiciones que aquél, con las siguientes particularidades:
En caso de traslado del trabajador silicótico de primer grado a otro puesto de trabajo compatible con
su estado genera el derecho a percibir un complemento que la empresa abonará, por pago delegado
de la Entidad Gestora, al trabajador.
La base reguladora del subsidio de incapacidad temporal, derivada de enfermedad común o accidente
no laboral, maternidad y paternidad, es la base normalizada que corresponda, en cada momento, al
trabajador según la categoría profesional que tuviera al iniciarse la situación de IT, el período de
descanso, o la suspensión del contrato de trabajo, respectivamente.
Primera mejora:
Valoración conjunta del estado del trabajador para la declaración inicial de la incapacidad
permanente o su revisión.
Segunda mejora:
Cuando la revisión afecta a un trabajador que tuviese con anterioridad la condición de pensionista
por incapacidad permanente, se tendrán en cuenta las siguientes normas:
• La base reguladora será la misma que sirvió para el cálculo de la pensión anteriormente percibida y
la cuantía de la pensión que resulte será incrementada con las revalorizaciones o mejoras periódicas
que, atendiendo al nuevo grado reconocido, hubiesen sido aplicables desde la fecha de declaración
inicial de la incapacidad permanente, cuyo grado se revisa.
• Cuando se trate de beneficiarios que tuvieran con anterioridad la condición de pensionistas por
incapacidad permanente total para la profesión habitual y hubieran realizado, teniendo tal condición,
trabajos determinantes de su inclusión en el campo de aplicación de este Régimen Especial, la regla
aplicable, siempre que resulte más beneficiosa que la anteriormente expuesta, será la siguiente:
Se computarán en la base reguladora, junto con las bases de cotización que correspondan a los
trabajos realizados y al período que haya de tomarse en cuenta, conforme a las normas generales
sobre la materia, las cantidades que haya percibido el interesado en concepto de pensión y que se
refieran a meses que se encuentren en el período antes indicado (con aplicación al resultado del tope
máximo de cotización, en su caso).
Tercera mejora:
Se aplican las bonificaciones de edad aplicables a la jubilación, a los efectos de sustituir tal pensión
de incapacidad permanente por una indemnización a tanto alzado o de incremento de la pensión en
un 20 por 100, por presumirse dificultades en encontrar empleo en actividad distinta a la habitual.
Cuarta Mejora:
• La base reguladora se calculará teniendo en cuenta las bases normalizadas de cotización que hayan
estado vigentes hasta la fecha del hecho causante, para la categoría profesional que tuviera el
interesado al producirse la incapacidad permanente.
• Para tener este derecho, será condición que el pensionista no sea titular de ninguna otra pensión de
la Seguridad Social o que renuncie a ella y que la pensión de incapacidad permanente absoluta o gran
invalidez no hubiera sustituido, en virtud de opción ejercitada de conformidad con las normas sobre
incompatibilidad de pensiones, a la de jubilación recogida por este Régimen Especial.
4º Mejoras en jubilación.
Primera mejora:
Por razón de los trabajos de naturaleza especialmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre, la edad
de jubilación se rebaja mediante la aplicación de unos coeficientes reductores, según la categoría
profesional.
Así, la edad mínima de 65 años, exigida para tener derecho a la pensión de jubilación se rebaja en un
período equivalente al que resulte de aplicar al período de tiempo efectivamente trabajado, en cada
una de las categorías y especialidades profesionales de la Minería del Carbón, el coeficiente que
corresponda. Conviene decir que, para que proceda la jubilación mediante la aplicación de tales
bonificaciones, es necesario que el trabajador acredite 60 años reales o 65 ficticios.
Los coeficientes son variables según las categorías y especialidades profesionales, y se computan
como tiempo efectivamente trabajado las faltas al trabajo, que sean consecuencia de baja médica por
enfermedad o accidente, y las autorizadas por las normas reglamentarias correspondientes con
derecho a retribución.
La escala de coeficientes va desde un 0,50 en las categorías de picador, barrenista, y ayudante de una
u otra a 0,05 para el resto de los trabajadores del exterior.
El período de tiempo en que resulte rebajada la edad de jubilación del trabajador se computará como
cotizado al exclusivo efecto de determinar el porcentaje aplicable para calcular el importe de la
pensión de jubilación a que tenga derecho el trabajador.
Tanto la reducción de edad como su cómputo, a efectos de cotización, serán de aplicación a los
trabajadores que, acreditando cotizaciones por servicios prestados en la minería del carbón, se jubilen
en cualquier otro Régimen de la Seguridad Social
.
Cuando la jubilación afecte, no obstante, a trabajadores que se encuentren comprendidos
simultáneamente en el campo de aplicación de este Régimen Especial y en el de algún otro del
Sistema de la Seguridad Social el beneficio se contrae únicamente a la reducción de edad.
No obstante la aplicación de coeficientes reductores de la edad en ningún caso dará ocasión a que el
interesado pueda acceder a la pensión de jubilación con una edad inferior a la de 52 años salvo para
los que en 01-01-2008, tuviesen reconocidos coeficientes reductores de la edad, ni a los trabajadores
que, aun habiendo pertenecido al citado régimen, en fecha 01-01-2008 no hubieran desempeñado
trabajos que tuvieran asignados coeficientes reductores, ni a quienes causen alta y coticen a tales
regímenes especiales a partir de dicha fecha.
Segunda Mejora.
Los pensionistas del Régimen de la Minería del Carbón por incapacidad permanente total para la
profesión habitual se consideran en situación asimilada al alta al exclusivo efecto de poder causar la
pensión de jubilación, siempre y cuando dicha pensión de incapacidad permanente total no hubiera
sustituido, en virtud de opción, a la de jubilación que el interesado percibiera de este Régimen
Especial.
En este supuesto, la base reguladora de la pensión de la jubilación se determinará tomando para cada
uno de los meses que la integran las bases normalizadas que hayan correspondido en los mismos a la
categoría o especialidad profesional que tuviera el interesado al producirse la incapacidad
permanente total.
Ahora bien, será preciso que el beneficiario satisfaga las cuotas de empresario y trabajador del
período comprendido entre la fecha de efectos de la incapacidad permanente total y la del hecho
causante de la jubilación, con deducción del importe de las cuotas, que, durante dicho período,
hubieran sido ingresadas a nombre del interesado en este Régimen Especial. Tal período será
computable a efectos del período mínimo de cotización exigido para la pensión de jubilación y para
la determinación del porcentaje en función de los años de cotización.
Las cuotas que haya de satisfacer el interesado se determinarán como si éste hubiera tenido suscrito
convenio especial durante el período a que aquéllas correspondan, con la salvedad de que la base de
cotización que resulte para cada uno de los meses a que correspondan dichas cuotas se reducirá
deduciendo de ella la cuantía de la pensión de incapacidad percibida durante dichos meses.
- Satisfacer al Régimen Especial de la Minería del Carbón las cuotas indicadas, con deducción
del importe de las que por el mismo período se hubieran ingresado a nombre del trabajador en
el otro Régimen.
- Satisfacer al Régimen Especial de la Minería del Carbón las cuotas, sin deducción de las
cuotas abonadas en el otro Régimen (conservando los derechos que pudieran corresponderle
en este último Régimen).
Las cuotas que hayan de ser satisfechas por el interesado se descontarán, hasta su total amortización,
de la pensión de jubilación reconocida, quedando libre de tal descuento para su abono mensual al
beneficiario la parte de pensión equivalente al importe que hubiere correspondido, cada mes, a la de
incapacidad que se haya extinguido al optar el beneficiario por la de jubilación.
Tercera Mejora:
Jubilación anticipada
A efectos de reunir el requisito para acceder a esta pensión de tener cumplidos realmente los 61 años
de edad, no serán de aplicación las bonificaciones de edad de las que puedan beneficiarse los
trabajadores afiliados a éste Régimen Especial.
A partir de los 60 años de edad real, con aplicación de coeficientes reductores, para aquellos
trabajadores que estuvieran comprendidos en el campo de aplicación de éste Régimen Especial el día
1-4-69 y fueran cotizantes a alguna de las Mutualidades Laborales del Carbón en 31 de marzo de
dicho año, o en cualquier otra fecha con anterioridad, o quienes hubiesen sido cotizantes a alguna de
las Mutualidades Laborales de trabajadores por cuenta ajena con anterioridad a 1-1-67.
La particularidad más significativa radica en que las prestaciones por muerte y supervivencia que se
causen por pensionistas de incapacidad permanente cuyas pensiones hayan pasado a tener la nueva
cuantía correspondiente a jubilación, se determinarán de acuerdo con la base reguladora que haya
servido para el cálculo de la nueva cuantía de la pensión, incrementada con las revalorizaciones que
procedan.
EL SEGURO ESCOLAR
A) CAMPO DE APLICACIÓN.
El ámbito ideal de cobertura lo forman los estudiantes, sin más cualificación. No obstante, su ámbito
en constante extensión, está limitado por los siguientes requisitos:
• Ser nacional español o nacional de un país con el que exista tratado o convenio que lo
ampare, o reciprocidad tácita o expresamente reconocida. Alcanza este régimen también a
estudiantes: hispanoamericanos, puertorriqueños, portugueses, andorranos, filipinos, guineanos,
haitianos, brasileños, marroquíes, iraquíes, jordanos, sirios, franceses y griegos. Por lo que
respecta a estudiantes de países comunitarios debe advertirse que no entran dentro de aplicación
personal de los Reglamentos Comunitarios.
El RD 84/1996, 26 de enero, sólo es aplicable en relación con el Registro de Empresarios que está a
cargo de la Tesorería. En tal registro se incluirán los datos relativos a los centros docentes en que se
encuentren matriculados estudiantes comprendidos dentro del campo de aplicación del Seguro
Escolar.
C) COTIZACION Y RECAUDACIÓN
El centro deberá de hacer el ingreso de tales aportaciones dentro del mes siguiente al cierre de la
matrícula.
Aquí se procede conforme a lo ya expuesto. Actualmente la cuota está fijada en 2,24 euros (de los
que 1,12 debe abonar el alumno Y otros 1,12 euros el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
D) COMPETENCIA
En los casos en que el estudiante resida en una localidad diferente a la del domicilio de la unidad
familiar, por motivos de estudio, la Dirección Provincial competente para reconocer y pagar la
asistencia sanitaria será aquella en que radique el centro hospitalario que ha prestado dicha
asistencia.
E) ACCIÓN PROTECTORA.
- Accidente escolar.
Se considera accidente escolar toda lesión corporal que sufre el asegurado con ocasión de
actividades, directa o indirectamente relacionadas con su condición de estudiante. Se incluyen las
actividades deportivas, viajes de estudios, asambleas, viajes de prácticas o de fin de carrera y las
prácticas en empresas sin que exista relación laboral que suponga inclusión en un Régimen de la
Seguridad Social. Todos los supuestos tienen que haber sido organizados o autorizados por los
Centros de Enseñanza.
Esta exente de responsabilidad el seguro cuando el accidente sea por causa de fuerza mayor extraña a
la actividad escolar.
a) Asistencia médica y farmacéutica desde el momento del accidente hasta la fecha del alta
médica, con declaración de incapacidad, si el accidente ha originado una incapacidad permanente
absoluta o gran invalidez o bien desde el momento del accidente hasta que se encuentre en
condiciones de volver a sus estudios, dentro del plazo máximo de un año, si el accidente origina
una incapacidad temporal.
Los estudiantes que hayan sufrido un accidente escolar podrán acudir a los centros públicos del
Sistema Nacional de Salud y a los centros sanitarios concertados o colaboradores. En los casos de
asistencia urgente, debidamente justificada, en los que el estudiante haya acudido a centros
privados no concertados, se abonará al estudiante la totalidad de los gastos ocasionados. Las
prestaciones farmacéuticas son gratuitas, al igual que los aparatos de prótesis u ortopédicos.
b) Indemnización económica por incapacidad que oscila entre 150,25 y 601,01 €, fijada en
proporción al tiempo de estudios realizados y no desaprovechados y a la disminución de su
capacidad ulterior para el ejercicio de una actividad profesional cuando sea incapacidad
permanente, o en caso de Gran invalidez el estudiante tendrá derecho a una pensión vitalicia de
144,24 € anuales.
c) Gastos de sepelio que se abonarán a sus familiares en una cantidad a tanto alzado que
dependerá de los supuestos.
- Enfermedad.
Las enfermedades de las que protege el seguro son las contraídas o sufridas por el afiliado durante el
período de su vida protegido.
- Asistencia Sanitaria
Incluye la hospitalización y está constituida por los servicios de cirugía general (excepto estética),
neuropsiquiatría, tuberculosis pulmonar y ósea y tocología.
En los casos que esté médicamente justificado se podrán realizar tratamientos de fisioterapia,
quimioterapia, radioterapia, y cobaltoterapia así como la especialidad quirúrgica máxilo-facial y el
riñón artificial
La asistencia médica será prestada en los centros públicos del Sistema Nacional de Salud, o en
centros sanitarios concertados o colaboradores.
En los casos que el estudiante acuda a centros privados no concertados, el Seguro Escolar abonará las
facturas según tarifas, corriendo a cargo del estudiante la posible diferencia, si la hubiese.
2a) Neuropsiquiatría:
La prestación se concede por un periodo inicial de seis meses, prorrogable hasta un año y medio en la
modalidad de internamiento y hasta un año en la modalidad ambulatoria.
4ª) Fisioterapia:
Incluye: sesiones del tratamiento, medicación, gastos de farmacia hospitalaria, material desechable,
pruebas de laboratorio, transfusiones de sangre, pruebas radiológicas y otras pruebas diagnósticas y
estancia en el hospital. De la suma de los conceptos relacionados, se abonará el 30% de la factura
presentada pero con el límite de 1.502,53 euros por la totalidad de la prestación reconocida.
7ª) Tocología
Comprende las visitas al tocólogo, previas al parto, los gastos de internamiento sanatorial y los
honorarios médicos (tocólogo, enfermero, anestesista, comadrona). No comprende los gastos de
atención a los recién nacidos.
- Prestaciones farmacéuticas
Además los medicamentos que están excluidos de la financiación de la Seguridad Social también lo
están de la financiación del Seguro escolar.
- Infortunio familiar.
Esta prestación tiene por objeto asegurar al estudiante la continuidad de sus estudios ya iniciados
hasta el término normal de los cursos que componen su carrera, cuando concurran circunstancias que
le imposibiliten proseguirlos como consecuencia directa de la situación económica sobrevenida en su
hogar.
La situación sobrevenida en el hogar del estudiante y que impiden continuar los estudios ya iniciados
deberán estar ocasionados por el fallecimiento del cabeza de familia (padre o madre) o por ruina o
quiebra familiar.
En el supuesto de fallecimiento del cabeza de familia, se considerará a este tanto al padre como a la
madre y siempre y cuando aporten ingresos a la economía familiar.
La ruina o quiebra familiar debe impedir de forma absoluta la continuidad en los estudios ya
iniciados por dicho motivo (falta de medios económicos). Dicho quebranto económico deberá tener
cierta relevancia, no entendiéndose como tal la simple disminución de ingresos, o la insuficiencia
permanente de recursos económicos para sufragar los estudios y será necesario que haya
transcurrido un año, por lo menos, después que el estudiante se matriculó por primera vez en
cualquier centro de enseñanza de los comprendidos en el Seguro Escolar.
Respecto a las cuantías son de carácter anual en función de las categorías de familias:
Estas cantidades serán anuales durante los años que falten al beneficiario para acabar, normalmente y
sin repetir curso, su carrera, y en el supuesto de que el estudiante cambiase de carrera una vez
concedida la prestación de infortunio familiar, podrá seguir percibiendo la misma pero con el límite
de años de escolaridad que correspondiese a la primera. En todo caso se extinguirá a los 28 años de
edad.
Las prestaciones del Seguro Escolar son incompatibles con cualesquiera otras de idéntico contenido
y derivadas de análogo riesgo de las que puedan ser beneficiarios los afiliados a aquél, por su
condición de afiliados a algún régimen de la Seguridad Social o de beneficiarios de algún titular. En
tales casos, las prestaciones se recibirán del régimen de Seguridad Social correspondiente, abonando
el Seguro Escolar la diferencia en más, si la hubiere. Si es compatible con cualquier beca escolar.
Se entiende por regímenes externos al sistema institucional de la Seguridad Social aquéllos que, por
referirse a funcionarios, quedan fuera de la organización común de los demás Regímenes. Esto es,
son regímenes de previsión que, pese a su naturaleza pública, coactiva, no se hallan integrados en el
Sistema de Seguridad Social formal o estrictamente institucional y por tanto, se consideran externos
porque:
- No son gestionados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social o por el Instituto Social
de la Marina, ni, en sus parcelas específicas, por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria o
por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales.
• Real Decreto Legislativo 1/2000, de 9 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley sobre Seguridad Social de las Fuerzas Armadas.
• Real Decreto Legislativo 3/2000, de 23 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de las
disposiciones legales vigentes sobre el Régimen Especial de Seguridad Social del personal al
servicio de la Administración de Justicia.
• Real Decreto Legislativo 4/2000, de 23 de junio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley sobre Seguridad Social de los Funcionarios Civiles del Estado.
• Que no estamos ante un sólo Régimen Especial, sino tres: el Régimen Especial de los
Funcionarios de la Administración Civil del Estado; el Régimen Especial de las Fuerzas Armadas y
el Régimen Especial de los Funcionarios al servicio de la Administración de Justicia.
Esta triple vertiente protectora supone a su vez la existencia de una pluralidad de organismos
específicos que se encargan de su gestión.
Por lo que respecta al régimen de Clases Pasivas se encomienda a la Dirección General de Costes de
Personal y Pensiones Públicas del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Finalmente, la "Ayuda familiar" es gestionada, cuando se trata de hijos no discapacitados por los
órganos administrativos de los Departamentos o Centros donde el funcionario presta servicios o por
aquellos que se encarguen de la gestión y pago de pensiones de clases pasivas; en caso de hijos
minusválidos estarán a cargo de MUFACE, ISFAS y MUGEJU.
En conclusión, la gestión está fuera de las competencias de las Entidades Gestoras y Organismos que
tienen encomendada la gestión institucional del Sistema de Seguridad Social. Ni el Ministerio de
Empleo y Seguridad Social, ni el Instituto Nacional de la Seguridad Social, ni la Tesorería General
de la Seguridad Social, ni la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, ni la Intervención General de
la Administración de la Seguridad Social, intervienen en este ámbito.
Por lo que respecta a la financiación, debe destacarse que el sistema de clases pasivas se financia con
las cuotas obligatorias de los funcionarios y personal asimilado incluido en su ámbito de aplicación.
El déficit de estos fondos para cubrir el coste de la acción protectora, es cubierto por el Estado con
cargo a los gastos de personal, sin que exista una “cuota patronal” obligatoria o cuota a cargo del
Estado-empresario como ocurre, respecto a las empresas, en el ámbito de los Regímenes de la
Seguridad Social de los trabajadores por cuenta ajena, por tanto las aportaciones del Estado no tienen
la naturaleza de cuotas, ni son uniformes para todas las mutualidades.
La base de cotización es la que en cada momento se establezca como haber regulador a efectos de
cotización de Derechos Pasivos.
Los tipos de cotización son fijados anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
La cuantía mensual de la cuota se obtendrá multiplicando la base de cotización anual por el tipo de
cotización establecido y dividiendo el resultado entre catorce. En los meses de junio y diciembre se
abonará una cuota doble.
Respecto a este último indicar que la normativa aplicable viene regulada a través del Texto
Refundido de la Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por Real Decreto Legislativo 670/1987,
de 30 de abril.
No obstante, es de especial interés señalar que el Real Decreto Ley 13/2010, de 3 de diciembre, de
actuaciones en el ámbito fiscal, laboral y liberalizadoras para fomentar la inversión y la creación de
empleo procede a encuadrar en el Régimen General de la Seguridad Social desde 1 de enero de 2011,
a los funcionarios públicos de nuevo ingreso en la AGE. La consecuencia práctica es que el Régimen
de Clases Pasivas se convierte en un régimen a extinguir, aplicable a los derechos pasivos causados,
y los que de futuro puedan causar, los colectivos incluidos a 31 de diciembre de 2010 en el ámbito
personal de cobertura del Régimen de Clases Pasivas del Estado.
Por tanto, las pensiones -jubilación, invalidez, y de muerte y supervivencia- del personal de nuevo
ingreso se reconocerán por el Instituto Nacional de la Seguridad Social conforme a la legislación
reguladora del Régimen General. Asimismo, la Administración de la que dependan les dará de alta
en dicho régimen, y les descontará de sus retribuciones de activo la cotización de Seguridad Social
que corresponda, en lugar de la cuota de
derechos pasivos.
Por otra parte, la integración en el Régimen General de los nuevos funcionarios respetará las
especificidades de cada uno de los colectivos relativas a la edad de jubilación forzosa (Cuerpos
Docentes Universitarios, Jueces, Magistrados, Fiscales y Secretarios Judiciales), las referidas a los
tribunales médicos competentes para declarar la incapacidad/inutilidad del funcionario, las que
afectan al personal militar de carácter no permanente en cuanto a las contingencias no contempladas
en la acción protectora del Régimen General, así como, para el personal de las Fuerzas Armadas y
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el régimen de las pensiones extraordinarias previsto en
la normativa de Clases Pasivas.
Esta medida permite avanzar en la armonización de los actuales regímenes de protección social de
los funcionarios públicos y contribuye a la estabilidad del Sistema de la Seguridad Social, al
aumentar el número de cotizantes.
Por lo que respecta a las características del sistema de derechos pasivos decir que estos son
imprescriptibles, inembargables, irrenunciables e inalienables. No podrán ser objeto de cesiones,
convenios o contratos de cualquier clase y el ámbito de aplicación se circunscribe a
• Personal transferido a las CC.AA procedente de las administraciones cuyo personal está
incluido en el sistema de Clases Pasivas.
Están excluidos del Régimen de Clases Pasivas por encontrarse integrados en el Régimen General de
la Seguridad Social:
• Funcionarios en prácticas.
• Los regulados por convenio especial como diputados y senadores de las Cortes Generales y
miembros del gobierno y del parlamento de las CC.AA.
Este Haber Regulador cada año lo fijan las Leyes de Presupuestos Generales del Estado en función
de los cuerpos, escalas, grupos o categorías de funcionarios y es similar al salario real del
funcionario.
Como otras características comunes de este Sistema de Derechos Pasivos pueden destacarse las
siguientes:
- El importe del señalamiento inicial para cada beneficiario y para la cuantía de las pensiones
públicas que el mismo pudiera percibir, no podrá superar una determinada cuantía fijada en la
Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada año. Las pensiones extraordinarias del
Régimen de Clases Pasivas, originadas como consecuencia de actos terroristas, están exentas
de la aplicación de esta norma limitativa.
Los efectos económicos se producen, con carácter general, desde el primer día del mes siguiente a la
jubilación o retiro o fallecimiento del causante, sin perjuicio de la caducidad de los efectos
económicos que se produce a los 4 años, en cuyo caso dichos efectos sólo tendrán lugar a partir del
día primero del mes siguiente al momento en que se ejerza el derecho.
Como regla general y común a todas las pensiones, es incompatible la percepción simultánea de más
de tres pensiones ordinarias de Clases Pasivas de jubilación, viudedad, orfandad o en favor de los
padres causadas por diferente persona. Asimismo, es incompatible la percepción simultánea de dos o
más pensiones ordinarias de Clases Pasivas causadas en su favor o en el de sus familiares por la
misma persona.
De otra parte, las pensiones extraordinarias de Clases Pasivas son incompatibles con las ordinarias
que puedan solicitar sus beneficiarios con fundamento en los mismos hechos causantes, siendo las
originadas en actos de terrorismo también incompatibles con las que por los mismos hechos,
prescindiendo de su motivación terrorista, pudieran corresponder. A su vez, las pensiones
extraordinarias por actos de terrorismo son incompatibles con aquellas otras de carácter
extraordinario que, por la misma causa, puedan reconocerse en cualquier régimen público básico de
protección social.
En los casos en que asista a una persona derecho al cobro de más de una pensión de Clases pasivas
incompatibles en su percibo, podrá ejercer un derecho de opción por el cobro de la pensión que
estime más
conveniente, sin que este derecho pueda ejercerse más de una vez.
A efectos de protección en el Sistema de Clases Pasivas podemos diferenciar dos tipos de pensiones,
la pensión de jubilación (personal civil) o retiro (personal militar) y la pensión de viudedad, orfandad
y en favor de padres. Estas pensiones pueden ser ordinarias o extraordinarias, en atención a la
naturaleza y origen del hecho causante. Son calificadas como extraordinarias cuando la lesión,
muerte o desaparición se produzca en acto de servicio o como consecuencia del mismo; y ordinarias,
en los demás casos.
Pensiones ordinarias
a) Forzosa.
Se produce cuando se cumple la edad mínima de jubilación. Actualmente está fijada en sesenta y
cinco años, si bien la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y del
Orden Social, ha reconocido a todos los funcionarios la posibilidad, que anteriormente sólo tenían
algunos colectivos, (jueces, magistrados, funcionarios de cuerpos docentes universitarios) de
permanecer en el servicio activo hasta cumplir los setenta años de edad.
La edad de retiro forzoso se puede prorrogar si el funcionario, que acredita doce años de servicios
efectivos, no reúne el mínimo carencial exigido de quince años.
b) Voluntaria.
A petición del interesado, si se han completado treinta años de servicio efectivo al Estado y se han
cumplido sesenta años de edad.
Será declarada de oficio o a instancia de parte, cuando el interesado esté afectado por una lesión o
proceso patológico, somático o psíquico que esté estabilizado y sea irreversible o de remota o
incierta reversibilidad, cuya lesión o proceso le imposibiliten totalmente para el desempeño
de las funciones propias de su cuerpo, escala, plaza o carrera.
De acuerdo con la disposición adicional 25ª de la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2015,
a las pensiones del Régimen de Clases Pasivas del Estado que se causen a partir de 01.01.2015, a una
edad superior a la que resulte de la aplicación en cada caso de lo establecido en la letra a) del
apartado 1 del artículo 205 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social de 2015
(esto es la que , en cada momento sea la edad ordinaria de jubilación), se les aplicará un porcentaje
adicional por cada año completo cotizado entre la fecha que cumplió dicha edad y la del hecho
causante de la pensión, cuya cuantía está en función de los años de cotización acreditados en la
primera de las fechas indicadas, según la siguiente escala:
Para causar la pensión de jubilación forzosa y voluntaria son necesarios, 15 años de servicios
efectivos.
Con 35 años de servicio se alcanza el 100% del haber regulador. El resultado de dividir por 14 el
porcentaje del haber regulador correspondiente es la cuantía mensual de la pensión.
Debe destacarse que la pensión de jubilación o retiro por incapacidad permanente para el servicio o
por inutilidad se calcula igual que la pensión ordinaria de jubilación por edad, con la particularidad
de que cuando aquélla se produce estando el funcionario en servicio activo o situación equiparable, a
efectos del cálculo, se considerarán como servicios efectivos, además de los acreditados hasta ese
momento, los años completos que resten al funcionario para cumplir la edad de jubilación o retiro
forzoso, entendiéndose éstos como prestados en el Cuerpo, Escala, plaza, empleo o categoría a que
figurara adscrito en el momento en que se produzca el cese por jubilación o retiro.
Además señalar que el personal incluido en el ámbito subjetivo del Régimen de Clases Pasivas del
Estado que pierda la condición de funcionario, cualquiera que fuera su causa, conservará los
derechos pasivos que para sí o para sus familiares pudiera haber adquirido hasta ese momento. No
obstante, dicho personal no causará derecho a pensión ordinaria de jubilación o retiro por
incapacidad permanente para el servicio, aunque podrá causar derecho a pensión ordinaria de
jubilación o retiro por incapacidad para todo trabajo cuando antes de alcanzar la edad de jubilación o
retiro forzoso se encuentre incapacitado por completo para la realización de toda profesión u oficio.
El hecho causante es el fallecimiento del funcionario o del pensionista jubilado o retirado, no siendo
necesario que el causante haya completado ningún periodo mínimo de prestación de servicios
efectivos al Estado.
La base reguladora de las pensiones en favor de familiares se calcula de forma diferente según la
situación del causante:
Como se ha indicado anteriormente, existen tres posibles tipos de pensiones en favor de familiares
que se desarrollan a continuación, y son:
1) Pensión de Viudedad.
• Quien sea y quienes hayan sido cónyuges legítimos del causante de los derechos pasivos,
siempre que no hubieran contraído nuevo matrimonio o hubieran constituido una pareja de hecho.
En casos de separación, divorcio o nulidad, el acceso a pensión de viudedad, o en su caso a la
prestación temporal de dos años, se condiciona a que, teniendo derecho a la pensión
compensatoria o a la indemnización referidas, respectivamente, en los artículos 97 y 98 del
Código Civil, ésta quedara extinguida por fallecimiento del causante.
Bien que exista una formalización pública de la condición de pareja de hecho, que se
acredite por:
En ambos casos la formalización deberá haberse producido con una antelación de dos años
con respecto a la fecha del fallecimiento.
a) el 50 por ciento de la suma de los propios y de los del causante si existen hijos
comunes con derecho a pensión de orfandad.
O bien, que los ingresos del conviviente sean inferiores a 1,5 veces el importe del salario
mínimo interprofesional (SMI) vigente al momento del fallecimiento (requisito que debe
mantenerse mientras se perciba la pensión). Este límite se incrementa en 0,5 veces la
cuantía del SMI por cada hijo común con derecho a pensión de orfandad que conviva con
el sobreviviente.
En los supuestos de fallecimiento del causante por una enfermedad común, no sobrevenida tras el
vínculo matrimonial, se exige un período mínimo de un año de matrimonio para causar pensión de
viudedad, salvo que o existan hijos comunes o se acredite un periodo de convivencia, incluida la
acreditada como pareja de hecho, superior a dos años.
En caso contrario, se concederá una prestación temporal de viudedad, durante dos años, de igual
cuantía que la pensión de viudedad que hubiera correspondido.
• El titular de la pensión sea mayor de 61 años o, siendo menor de dicha edad, tenga reconocida
una incapacidad permanente que le inhabilite para toda profesión u oficio.
• Los ingresos totales del nuevo matrimonio no superen en cómputo anual el doble del salario
mínimo interprofesional vigente en cada momento.
Ahora bien, en los casos en que habiendo mediado divorcio, concurran varios beneficiarios con
derecho a pensión, esta será reconocida en cuantía proporcional al tiempo de convivencia de cada
uno de ellos con el causante, garantizándose el 40 por ciento al cónyuge sobreviviente o a la pareja
de hecho del causante. Y en caso de nulidad matrimonial el derecho a pensión será reconocido en
cuantía proporcional al tiempo vivido con el causante, existan o no otros beneficiarios con derecho a
pensión, sin perjuicio de la garantía del 40% a favor del cónyuge supérstite o de la pareja de hecho.
2) Pensión de Orfandad
Tendrán derecho a la pensión de orfandad los hijos del causante de los derechos pasivos que fueran
menores de 21 años, así como los que estuvieran incapacitados para todo trabajo antes del
cumplimiento de dicha edad o de la fecha de fallecimiento del causante.
En el supuesto en que el huérfano no realice un trabajo lucrativo por cuenta ajena o propia o cuando
realizándolo, los ingresos que obtenga en cómputo anual resulten inferiores al importe del salario
mínimo interprofesional que se fije en cada momento, también en cómputo anual, podrá ser
beneficiario de la pensión de orfandad siempre que, a la fecha de fallecimiento del causante, fuera
menor de 22 años o de 24 años si, en ese momento o antes del cumplimiento de los 21 años, o en su
caso de los 22 años, no sobreviviera ninguno de los padres o el huérfano presentara una discapacidad
igual o superior al 33 por ciento. En este caso, la pensión se extinguirá cuando el titular cumpla los
24 años de edad, salvo que estuviera cursando estudios, manteniéndose en estos supuestos la
percepción de la pensión de orfandad hasta el día primero del mes siguiente al inicio del siguiente
curso académico.
- 25 por 100 de la base reguladora, en el supuesto de que exista sólo un hijo con derecho a
pensión.
- 10 por 100 de la base reguladora para cada huérfano, en el supuesto de que existan varios
hijos con derecho a pensión. En este caso, las pensiones resultantes se incrementan en un
único 15 por 100 de la base reguladora que se distribuirá por partes iguales entre todos ellos.
Eso sí, el importe conjunto de las pensiones de orfandad no podrá superar, en ningún caso, el 50 por
100 o el 100 por 100 de la base reguladora, según exista o no, respectivamente, cónyuge viudo, ex
cónyuge o pareja de hecho del fallecido.
Tendrán derecho a esta pensión el padre y la madre del causante, siempre que dependieran
económicamente de éste al momento de su fallecimiento y que no exista cónyuge superviviente, ex
cónyuge, pareja de hecho o hijos del fallecido con derecho a pensión ya que entonces sólo tendrán
derecho a la pensión a partir del momento en que la misma quede vacante por fallecimiento o pérdida
de aptitud legal del cónyuge, ex cónyuge o pareja de hecho y de los hijos con derecho.
Pensiones extraordinarias
El hecho causante es la jubilación por incapacidad permanente para el servicio o el retiro por
inutilidad o el fallecimiento del funcionario, siempre que esa incapacidad o ese fallecimiento se
produzcan por accidente, o enfermedad, en acto de servicio o como consecuencia del mismo, no
exigiéndose periodo de carencia.
A estos efectos, se presumirá el acto de servicio, salvo prueba en contrario, cuando la incapacidad
permanente o el fallecimiento del funcionario hayan acaecido en el lugar y tiempo de trabajo.
a) Jubilación o retiro
La pensión extraordinaria de jubilación o retiro se calcula aplicando, al 200 por 100 del haber
regulador que corresponda, el porcentaje que corresponda según años de servicios prestados, con la
particularidad de que se considerarán como servicios efectivos, además de los acreditados hasta ese
momento, los años completos que restan al funcionario para alcanzar la edad de jubilación o retiro, y
se entenderán prestado en el Cuerpo, Escala, plaza o empleo a que estuviera adscrito el causante en el
momento en que se produzca la declaración de jubilación o retiro.
b) En favor de familiares
El cálculo de este tipo de prestaciones se efectúa de acuerdo con los criterios anteriormente señalados
para las pensiones ordinarias, si bien la base reguladora se tomará al 200 por 100 y se considerarán
como servicios efectivos al Estado, además de los acreditados hasta ese momento, los años
completos que resten al funcionario para cumplir la edad de jubilación o retiro forzoso,
entendiéndose estos como prestados en el Cuerpo, Escala, plaza, empleo o categoría a que estuviera
adscrito al momento del fallecimiento.
Una vez analizadas las características esenciales de estos tres Regímenes procedamos a su análisis
más detallado y específico, y así podemos distinguir entre:
- Los funcionarios de carrera de la Administración Civil del Estado incluidos los miembros de
la Policía Nacional; los funcionarios civiles al servicio de la Administración Militar (con la
excepción de aquéllos que optaron por permanecer en el Régimen Especial de las Fuerzas
Armadas)
• Los funcionarios interinos nombrados a partir de 1 de enero de 1965, así como los contratados
antes de la Ley 30/84 en régimen administrativo.
• Asistencia Sanitaria.
• Subsidio por Incapacidad temporal y por riesgo durante el embarazo y durante la lactancia.
• Servicios Sociales
• Asistencia Social
• Subsidio de jubilación.
• Militares de carrera de la Guardia Civil y los alumnos de los centros docentes de formación de
dicho Cuerpo.
• Personal regido por el Estatuto de Personal del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
• Asistencia sanitaria.
• Subsidio por incapacidad temporal y por riesgo durante el embarazo, en el caso de funcionarios
civiles.
• Situación de riesgo durante el embarazo, prestación incluida por el art. 22 de la Ley 39/1999
de 5 de noviembre.
• Servicios sociales.
• Asistencia social
• Prestaciones familiares por hijo a cargo o menor acogido a cargo con discapacidad.
Quedan fuera del Régimen Especial, siendo protegidos por el Régimen General, los jueces y fiscales
de carácter temporal y sustituto, así como los secretarios, oficiales, auxiliares, agentes judiciales y
médicos forenses en régimen de interinidad.
• Asistencia sanitaria.
• Prestaciones recuperadoras por incapacidad permanente total, absoluta y gran invalidez y para
la retribución del personal encargado de la asistencia del gran inválido.
• Subsidio especial por maternidad en caso de parto múltiple, prestaciones económicas de pago
único por parto múltiple y prestación económica de pago único por nacimiento de hijo.
*Bibliografía y fuentes:
• BOE:
• Tomo IV Temario Joaquín Mur Torres 2015” Concurso –oposición Cuerpo de Gestión de la
Administración de la Seguridad Social.