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OPCIÓN A

BLOQUE 9: LA CRISIS DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN Y LA CAÍDA DE LA


MONARQUÍA (1902-1931)
Estándar 102
Define en qué consistió el “revisionismo político” inicial del reinado de Alfonso
XIII y las principales medidas adoptadas.

• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales.


• Plantea qué fue el revisionismo político como materialización de los intentos
de reforma dentro del sistema de la Restauración.
• Señala las medidas adoptadas desde los gobiernos del partido conservador y
liberal.
• Alude al asesinato de Canalejas y el fin de los intentos reformistas.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

Tras el desastre de 1898, con la pérdida de las colonias españolas de ultramar, la


mayoría de los partidos turnistas eran plenamente conscientes de la necesidad de
introducir cambios en el sistema político para modernizar y adaptar el viejo régimen
canovista a las nuevas circunstancias. Además, los dirigentes conservadores y liberales
coincidían en que esta reforma política debía llevarse a cabo desde el gobierno y de
manera controlada, gradual y paulatina (revolución desde arriba). Los tres objetivos
comunes a todos los proyectos revisionistas que fueron ensayados durante los primeros
veinte años del siglo XX eran: la revitalización de las instituciones liberales y
parlamentarias para reforzar la monarquía y asegurar su supervivencia; el intento de
evitar sobresaltos revolucionarios, impedir el agravamiento de las confrontaciones
sociales y frenar el avance del republicanismo; y la democratización del sistema
impulsando la participación política de los ciudadanos españoles.
Algunos gobernantes entre los que destaca Silvela, Maura, Canalejas y Dato intentaron
poner en práctica varias fórmulas diferentes para promover la renovación política del
sistema de la Restauración.
El primero de los proyectos revisionistas fue impulsado por Silvela, que realizó
esfuerzos para terminar con la corrupción administrativa, el fraude electoral y el
caciquismo. Asimismo, preparó un proyecto de descentralización para lograr la
integración de los nacionalistas, pero fracasa y sus ideas reformistas solo sirven para
provocar tensiones dentro del partido conservador.
El proyecto reformador más ambicioso es el llevado a cabo por Antonio Maura, también
del partido conservador. Intentó acabar con el caciquismo y legitimar la vida política,
reformar la administración local y la ley electoral, descentralizar el poder y fomentar la
economía. Se encontró con la desconfianza de la oposición y con grandes resistencias
dentro de su propio partido. Además, vio interrumpida su labor a causa de la crisis de la
Semana Trágica de julio de 1909, provocada por la movilización de los reservistas
para ir a luchar a Marruecos, lo que desencadenó huelgas de protesta.
Las propuestas más avanzadas de transformación del sistema político correspondieron
al liberal José Canalejas, cuyo programa político representó el último intento de
regeneración institucional. Las reformas se centraron en la cuestión religiosa y en el
proyecto de las mancomunidades provinciales. Respecto a lo primero, aprobó la
conocida como Ley del Candado, que limitó la creación de nuevas órdenes religiosas
para frenar la influencia de la Iglesia. Además, propuso la creación de la
Mancomunidad de Cataluña, por la que se agrupaban las cuatro provincias para
cuestiones administrativas y fue aprobada en 1914. También en este período se
aprueba la Ley de Cabildos (1912), que mantiene la unidad provincial en Canarias y
crea un Cabildo para cada isla. También eliminó la redención en metálico del servicio
militar, haciéndolo obligatorio; suprimió algunos impuestos de consumos y promovió la
legislación social, para intentar controlar el movimiento obrero (reducción de la jornada
laboral, prohibición del trabajo nocturno, regulación del trabajo infantil y femenino,
prestación de seguridad social por parte del Estado…). En 1912, Canalejas murió
victima de un atentado anarquista. A partir de ese momento, se inició un proceso de
fragmentación política en el seno de los partidos dinásticos, que abandonaron las
propuestas regeneracionistas y empezaron a cuestionar el turnismo pacífico.
Estándar 109
Especifica las causas del golpe de Estado de Primo de Rivera y los apoyos con
los que contó inicialmente

Manifiesto de Primo de Rivera tras el golpe de Estado.


Al país y al Ejército:
Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos
querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger
las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella
otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos
ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan á España
con un próximo fin trágico y deshonroso.
La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la
voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar,
aludiendo á los que han sido su único —aunque débil—freno, y llevaron á las leyes y costumbres
la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen
fáciles y contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión.
[...] No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de
prelados, ex gobernadores, agentes de la autoridad, patronos, capataces y obreros; audaces e
impunes atracos; depreciación de la moneda; francachela de millones de gastos reservados;
sospechosa política arancelaria [...] porque quien la maneja hace alarde de descocada inmoralidad;
rastreras intrigas políticas tomando por pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este
gravísimo problema nacional; indisciplina social, que hace al trabajo ineficaz y nulo, precaria y
ruinosa la producción agraria e industrial; impune propaganda comunista; impiedad e incultura;
justicia influida por la política; descarada propaganda separatista […].”
La Época. Madrid, 13 septiembre de 1923.

1. ¿Cómo justifica Primo de Rivera el golpe de Estado de 1923?

• Identifica a Miguel Primo de Rivera, autor del texto.


• Señala los principales argumentos recogidos en el texto, indicando el párrafo.
- La corrupción política y las malas prácticas de los partidos dinásticos
(turnismo).
- El desgobierno imperante.
- Contar con el respaldo del ejército y del pueblo español.

2. Resume sus causas y los apoyos con los que contó.


• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales, explicando el
contexto del golpe y señalando algunas causas que conducen a él.
• Señala los apoyos con los que contó Primo de Rivera.
• Alude a la conspiración y al triunfo del golpe, indicando donde se inicia y los
motivos de su rápida expansión.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

El texto es un extracto del Manifiesto que el general Miguel Primo de Rivera dirigió a la
nación tras su golpe de Estado del 13 de septiembre de 1923 y, que puso fin a la larga
crisis del sistema canovista, el cual no era capaz de los solucionar los graves problemas
que aquejaban a España (crisis política, económica y social). Miguel Primo de Rivera
fue un militar que combatió en las guerras de Cuba, de Filipinas y de Marruecos y fue
capitán general de Cataluña (1922-1923). Primo de Rivera dio su golpe de Estado en
Barcelona el 13 de septiembre de 1923 y dominó la situación de la capital catalana,
punto clave de la política española en esos años. El Gobierno no fue capaz de
reaccionar, y acudió al monarca para que tomara cartas en el asunto, pero Alfonso XIII
dejó pasar lentamente las horas y, transcurridos los primeros momentos, apoyó
abiertamente al general sublevado, a quien confió la tarea de formar gobierno
El eje centra del texto es la justificación del golpe militar considerando que el régimen
constitucional estaba bloqueado y desprestigiado, y que existía un grave peligro de
revolución social. Primo de Rivera argumenta que su acción no es un fin, sino un
remedio indispensable.
En el primer párrafo explica los motivos del golpe ante la situación lamentable en que
se encuentra el país e intenta justificar las razones que le llevan a violar la “legalidad”,
representada en la Constitución de 1876. Primo de Rivera considera que es necesario
actuar para acabar con la decadencia de España que, según él, comenzó tras el
desastre de 1898.
En el segundo párrafo del texto, culpa a los políticos del turno pacífico (corrupción y
malas prácticas), no solo de la grave situación en la que se encuentra España, sino
también de someter hasta “la voluntad del rey”, por lo que, con estas palabras, Primo de
Rivera se presenta como firme defensor de la monarquía.
En el último párrafo, Primo de Rivera hace alusión a la crisis social, política y económica
que ha determinado la vida política durante, prácticamente, los primeros veinte años del
siglo XX: conflictividad social, decadencia económica e incremento de los sentimientos
y exigencias nacionalistas.
De esta manera podemos concretar que Miguel Primo de Rivera, en este manifiesto,
culpa a los partidos tradicionales del desgobierno, declara su intención de regenerar la
política nacional, de acabar con el caciquismo y la corrupción, de recuperar el orden
público y poner fin a la conflictividad obrera y, además garantiza la unidad nacional ante
el auge de los nacionalismos.
Todos los golpes de Estado o pronunciamientos intentaron justificar su actuación
mediante un documento escrito dirigido al país. Éste, redactado por Primo de Rivera,
asume sin discusión que la única forma de superar la crisis política de la Restauración
es la intervención militar y por ello, el ejército se hizo con el poder.
El golpe de Estado fue posible, sobre todo, por la actitud de la burguesía que se puso
sin disimulo del lado de la dictadura porque con ello conseguía frenar a la clase obrera
y a los políticos de los antiguos partidos, defensores, en su gran mayoría de la España
atrasada y terrateniente. La dictadura también recibió el apoyo de las clases medias, del
ejército, de la Iglesia, de un sector del movimiento obrero y del rey, ya que veían en este
nuevo régimen la solución a la crisis. La población reaccionó con indiferencia y también
apoyó a la dictadura como régimen temporal que ponía fin a un sistema que no pudo
solucionar los problemas del país. De ahí que no hubiese oposición alguna en los
primeros momentos de la dictadura. Los anarcosindicalistas y los comunistas
consideraron la instauración de la dictadura como un movimiento que amenazaba a los
grupos de vanguardia del proletario español y a la propia vida de los sindicatos y, por
ello, se prepararon para defender su existencia. En cambio, el PSOE y la UGT pasarán
de una actitud expectante a la aceptación y colaboración a lo largo de los casi siete años
del gobierno de Primo de Rivera.
Estándar 110
Describe la evolución de la dictadura de Primo de Rivera, desde el Directorio
Militar al Directorio Civil y su final.

• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales.


• Explica qué fue el Directorio Militar y recoge sus principales medidas.
• Explica qué fue el Directorio Civil y su objetivo de perpetuar e institucionalizar
el régimen.
• Menciona el aumento de la oposición al régimen.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

El nuevo régimen militar se presentó al país, a través del Manifiesto de Primo de


Rivera (septiembre de 1923), como un proyecto de regeneración del sistema político,
pero lo que se implantó fue una dictadura en la que el ejército se hizo con el poder.
Se culpaba a los partidos tradicionales del desgobierno. Declaraba su intención de
regenerar la política nacional, de acabar con el caciquismo y la corrupción, de recuperar
el orden público y poner fin a la conflictividad obrera. Y, finalmente, garantizaba la unidad
nacional ante el auge de los nacionalismos.
El primer periodo de la dictadura de Primo de Rivera fue el Directorio Militar que duró
del año 1923 al 1925. Las primeras medidas del Directorio Militar fueron: la suspensión
de la Constitución y de los derechos de asociación y expresión; la disolución de las
Cortes españolas; la disolución de todos los ayuntamientos donde los concejales fueron
sustituidos por los mayores contribuyentes de cada municipios, nombrados por los
gobernadores militares; la sustitución de todos los gobernadores civiles de las provincias
por militares o funcionarios partidarios del golpe; la prohibición de los partidos políticos
y de los sindicatos; censura de prensa para evitar cualquier crítica a la Dictadura; y
represión del movimiento obrero más radical (anarquistas y comunistas).
El nuevo régimen no consiguió, en la práctica, acabar con el caciquismo, y la renovación
política se limitó a sustituir unos caciques por otros. La oligarquía terrateniente y la alta
burguesía industrial siguió dominando la vida económica.
Se practicó una dura política contra los nacionalismos periféricos (catalán y vasco),
afianzando el nacionalismo español: se suprimió la Mancomunidad catalana, se prohibía
el uso de otra lengua que no fuera el castellano, así como el uso de símbolos.
En este período, Primo de Rivera creó un nuevo y único partido: la Unión Patriótica,
cuyo objetivo era dar apoyo social a la dictadura. Además, creó el Somatén como fuerza
armada ciudadana.
El gran éxito del Directorio Militar fue terminar con la guerra de Marruecos. Presionado
por los militares africanistas, Primo de Rivera se implicó en el conflicto, por lo que
desembarcó en Alhucemas y consiguió que el jefe de los rebeldes bereberes se
entregara. De esta manera, a partir de 1927, los enfrentamientos bélicos en Marruecos
finalizaron y España controló el territorio del Protectorado.
En diciembre de 1925, Primo de Rivera propuso al Rey la sustitución del Directorio
Militar por un Directorio Civil con él como presidente.
Se formó una Asamblea Nacional Consultiva y se le encargó la elaboración de un
proyecto de Constitución que no gustó a nadie (ni soberanía nacional, ni división de
poderes y otorgaba al rey una enorme capacidad legislativa y ejecutiva). Tanto la
Asamblea Nacional como la Unión Patriótica demostraron ser un fracaso pues nunca
consiguieron el respaldo popular.
La Dictadura de Primo de Rivera se benefició de una coyuntura económica favorable.
El Estado intervino en la economía mediante el fomento de obras públicas, con la
creación del Decreto de Protección de la Industria Nacional y creación de monopolios
del Estado como la Compañía Telefónica Nacional de España. Hubo intervención del
Estado en el mundo laboral mediante la creación de la Organización Corporativa
Nacional, especie de sindicato vertical, para fijar los salarios y las condiciones laborales,
con representación de obreros y patronos y, siempre bajo control del Estado.
En los inicios de la dictadura no hubo una oposición importante, pero esta fue creciendo
con el tiempo. Hubo un intento de golpe de Estado del ejército en 1926, debido a
problemas de ascensos de los militares. Los republicanos se reorganizaron en torno a
la Alianza Republicana, protagonizando una campaña de desprestigio del régimen.
Incluía republicanos como Alejandro Lerroux, Manuel Azaña o Niceto Alcalá-Zamora.
Además, los intelectuales y universitarios denunciaron la censura en prensa y la falta de
libertad de expresión. A todo esto, se unió la oposición de la burguesía catalana debido
a la política de Primo de Rivera de acabar con la Mancomunidad. Mencionar también la
oposición obrera con la creación en 1927 de la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
Por todo ello, a mediados de 1928 comenzó la decadencia de la Dictadura. No solo fue
el crecimiento de la oposición lo que inició este proceso, sino también el deterioro de las
relaciones de Primo de Rivera con Alfonso XIII, la reaparición de los conflictos sociales
y las huelgas en 1929, las crecientes dificultades financieras del Estado y la pérdida de
apoyo de los mandos del ejército.
Finalmente, en enero de 1930, Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera

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