Alfonsín asumió la presidencia en 1983 con el apoyo de la civilidad, que se identificaba con su propuesta de construir un estado de derecho. Implementó políticas para fortalecer la democracia como juicios a militares, ley de divorcio y alfabetización. En lo económico tuvo dificultades por la inflación y deuda, y su apoyo de la civilidad se debilitó especialmente después de las elecciones de 1987 en que el peronismo ganó terreno.
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Alfonsín asumió la presidencia en 1983 con el apoyo de la civilidad, que se identificaba con su propuesta de construir un estado de derecho. Implementó políticas para fortalecer la democracia como juicios a militares, ley de divorcio y alfabetización. En lo económico tuvo dificultades por la inflación y deuda, y su apoyo de la civilidad se debilitó especialmente después de las elecciones de 1987 en que el peronismo ganó terreno.
Alfonsín asumió la presidencia en 1983 con el apoyo de la civilidad, que se identificaba con su propuesta de construir un estado de derecho. Implementó políticas para fortalecer la democracia como juicios a militares, ley de divorcio y alfabetización. En lo económico tuvo dificultades por la inflación y deuda, y su apoyo de la civilidad se debilitó especialmente después de las elecciones de 1987 en que el peronismo ganó terreno.
Alfonsín asumió la presidencia en 1983 con el apoyo de la civilidad, que se identificaba con su propuesta de construir un estado de derecho. Implementó políticas para fortalecer la democracia como juicios a militares, ley de divorcio y alfabetización. En lo económico tuvo dificultades por la inflación y deuda, y su apoyo de la civilidad se debilitó especialmente después de las elecciones de 1987 en que el peronismo ganó terreno.
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CAPITULO 8
EL IMPULSO Y SU FRENO 1983- 1989
RAUL ALFONSIN 10/12/83 A 8/7/89 LA CIVILIDAD: INICIO Y FIN DE LA ILUSION: Alfonsín asumió el 10 de dic. Del 83, y convoco a una concentración en la plaza de mayo, para marcar continuidades y rupturas con la tradición política anterior, desecho los “históricos balcones de la Casa Rosada “y eligió los del Cabildo. La multitud que se volcó a las calles sentía que la civilidad había alcanzado el poder. Los grandes apoyos del gobierno de Alfonsín se encontraban en el radicalismo, en sus corrientes renovadoras, y en el amplio conjunto de la civilidad, que directa o indirectamente, lo había respaldado. Se trato de un actor político que tenía inicialmente un gran poder, por las peculiares circunstancias de la crisis del régimen militar. La UCR había sido tradicionalmente el gran partido de la civilidad y el que contaba con mayores antecedentes y capacidades para organizarla y galvanizarla. El pacto entre Alfonsín y la civilidad se sello en la campaña electoral del 83, en sus grandes actos masivos y en la fe común en la democracia como panacea. Consciente de que allí residía su gran capital político, siguió utilizando esa movilización, convocándola en ocasiones a la plaza de Mayo o al referéndum para resolver situaciones difíciles, como la resistencia del Senado a aprobar el tratado por el Beagle o las amenazas que cernían en las vísperas del Plan austral, pero sobre todo, trabajo intensamente en la educación, en la constitución de la civilidad como actor político maduro y consciente. Para la movilización callejera, la Coordinadora era insustituible, pero para crear esa civilidad necesito del apoyo de un importante conjunto de intelectuales, convocados, para asesorarlo en diversos lugares e instancias, que le dieron las ideas, que reelaboradas y volcadas con la pericia de dirigente que estaba convencido de que el único gobierno legitimo era el que se basaba en el convencimiento de la sociedad por medio de argumentos racionales Esta civilidad, más allá de las opciones políticas, se identifico con la propuesta de Alfonsín de construir un Estado de derecho, al cual esos poderes corporativos (militar, iglesia, sindicatos) debían someterse y consolidar un conjunto de reglas, capaces de zanjar los conflictos de una manera pacífica, ordenada, transparente y equitativa. Se trataba de una identidad política fundada en valores peticos, que subsumía los intereses específicos de sus integrantes, en muchos casos representados precisamente por esas corporaciones, pero que en el entusiasmo de la recuperación democrática quedaban postergados. Mucho más que los gobernantes, la civilidad vivió la euforia y la ilusión de la democracia, poderosa y “boba” a la vez. El episodio de Semana Santa represento la culminación de la participación de la civilidad, y al mismo tiempo concluyo definitivamente la ilusión del poder ilimitado de la democracia. Asimismo Alfonsín perdió la exclusividad en el liderazgo sobre la civilidad, si bien los competidores de izquierda y derecha cosecharon algo, las mayores ganancias fueron para el peronismo renovador. Las elecciones de sept. Del 87 le dieron un éxito claramente importante: el radicalismo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y el control de todas las gobernaciones, con excepción de Córdoba y Rio Negro, junto con la Capital. La más importante fue la pérdida de la gobernación de la pcia. De Bs.AS. En manos de Antonio Cafiero, presidente del Partido Justicialista y jefe del grupo renovador, que se perfilaba como candidato de su partido, a suceder a Alfonsín. ACCIONES del GOBIERNO DE ALFONSIN La lucha contra el autoritarismo y por la democratización cubrió la primera fase de su gobierno , pero desde el Plan Austral y sobre todo del triunfo electoral del 85, su discurso se oriento hacia los temas del pacto democrático, la participación y la concertación y hacia la nueva meta de modernización, un concepto que incluía desde las estructuras institucionales hasta los mecanismos de la economía, en los que las cuestiones de la reforma del estado, la apertura y la desregulación aparecían formulados en el cont4exto de la democracia , la equidad y la ética de la solidaridad. El gobierno atribuyo una gran importancia , simbólica y real, a la política cultural y educativa, destinada en el largo plazo a remover el autoritarismo que anidaba en las instituciones ,las practicas y las conciencias, representado en la difundida imagen del “enano fascista”, coincidiendo con los deseos de la sociedad de participación y de ejercicio de la libertad de expresión y de opinión, largamente postergada, las consignas generales fueron la modernización cultural , la participación amplia y sobre todo el pluralismo y rechazo de todo dogmatismo. ALAFABETIZACION: Desarrollo un programa de alfabetización masiva, se atacaron los mecanismos represivos que anidaban en el sistema escolar, y se abrieron los canales para discutir contenidos y formas, lo que debía culminar con un Congreso Pedagógico, que determinaría que educación quería la sociedad. En el campo de la cultura y de los medios de comunicación manejados por el Estado, la libertad de expresión, ampliamente ejercida, permitió un desarrollo plural de la opinión y un cierto “destape” para algunos irritante, en las formas y en los temas. En la Universidad y en el sistema científico del Estado volvieron los mejores intelectuales y científicos, cuya marginación había comenzado en del 66. Aunque en muchas universidades los cambios no fueron significativos, en otras, como en la UBA, hubo profundas transformaciones. Estas debieron resolver el problema planteado por el masivo deseo de los jóvenes de ingresar, reconstruyéndose sobre la base de la excelencia académica y el pluralismo, alcanzando en algunos casos niveles de calidad similares a los de su época dorada a principios de la década del 60. LEY DE DIVORCIO: la aprobación de la ley de divorcio vincular producida a principios del 85, luego de una breve pero intensa discusión , y posteriormente la referida a la PATRIA POTESTAD COMPARTIDA, que completaba el proyecto de modernización de las relaciones familiares, campo en que estábamos sensiblemente atrasados. ECONOMIA La economía se encontraba desde 1981 en un estado de desgobierno y casi de caos: inflación desatada, deuda externa multiplicada y con fuertes vencimientos inmediatos y un Estado carente de recursos, sin posibilidad de atender reclamos sociales, desde educativos o de salud a los salariales de sus mismos empleados, y con una fuerte limitación de su capacidad de dirigir la crisis. Junto con el déficit fiscal y la deuda externa, que seguía creciendo, se prolongaba una economía estancada desde principios de la década, cerrada e ineficiente y fuertemente vulnerable en lo externo, por lo que eran pocos los empresarios dispuestos a arriesgar y apostar al crecimiento. Los grupos económicos concentrados, que a través del Estado absorbían recursos de toda la sociedad, habían alcanzado la posibilidad de bloquear los intentos desde el poder público para modificar su situación. Pese a que el flujo de capitales extranjeros se había cortado desde 1981 la deuda externa seguía creciendo por la acumulación de intereses, al punto de que al fin de la década duplicaría con exceso los valores de 1981 y el Estado en 1982 había asumido la deuda de los particulares, cargaba con el pago de los servicios que insumían buena parte de los ingresos corrientes. Estos eran refinanciados, según la buena voluntad del FMI, que a cambio exigía adopción de políticas orientadas a aumentar la capacidad inmediata de pago de los servicios, que junto a la magnitud del aparato de servicios sociales crecidos en épocas de bonanza y los subsidios a sectores empresarios ligados a él en forma parasitaria, hacían una masa de gastos que debía afrontarse con recaudaciones en baja , comidas por la inflación , indisciplina de contribuyentes, sin crédito externo ni interno(todo el mundo transformaba sus ahorros a dólares) y sin grandes bolsas de recursos acumulados de donde tomarlos. Estas dificultades de fondo en su momento se considero necesario subordinarlas a las necesidades de la reconstrucción de un sistema democrático y un Estado débiles, por lo que el gobierno considero prioritario no crear divisiones en el campo de la civilidad, que constituía su gran apoyo y evitar al conjunto de la población los costos de una reforma profunda, que solo sería viable con un poder estatal fuerte y sólidamente respaldado. Durante el 1er año de gobierno radical, la política económica orientada por el ministro GRINSPUN, se ajustó a las formulas dirigistas y redistributivas clásicas, similares a las aplicadas entre 1963 y 1966, que en general compartía con el peronismo histórico. La mejora de las remuneraciones de los trabajadores, junto con créditos agiles a los empresarios medios sirvió para la reactivación del mercado interno y la movilización de la capacidad ociosa del aparato productivo. Incluía control estatal del crédito, del mercado de cambios y precios y con importantes medidas de acción social, como el PROGRAMA ALIMENTARIO NACIONAL, que proveyó a las necesidades mínimas de los sectores más pobres. Todo apuntaba a mejorar la situación de sectores medios y populares y a satisfacer las demandas de justicia y equidad social, bandera de la campaña electoral. Esta política genero la activa oposición de distintos sectores empresarios, abanderados del liberalismo, llamaban a esto populismo e intervencionismo estatal, pero también la resistencia de la CGT, por razones estrictamente políticas, lo que hizo fracasar los intentos de concertación parte de la estrategia del gobierno, que debió afrontar la puja desatada por la distribución del ingreso, agudizada por la fuerte inflación. En cuanto a la deuda externa, en principio se tomo una actitud oscilante entre lograr la buena voluntad de los acreedores, argumentando que las jóvenes democracias debían ser protegidas y la amenaza con la constitución de un “club de deudores” latinoamericano, que repudiara la deuda en conjunto. A principios de 1985, la inflación amenazaba desbordar en una hiperinflación, la conflictividad social agudizada y los acreedores externos disconformes, el presidente Alfonsín reemplazo a su Ministro de Economía, por Juan Sourrouille,técnico que tardo 4 meses en delinear el plan de acción, donde el descontrol de la economía se sumaba a la movilización de la CGT con su plan de lucha, la de los distintos sectores empresarios y sus voceros políticos, especialmente Alsogaray y el ex presidente Frondizi y sobre todo la agitación militar, en vísperas del inicio del juicio a las Juntas. El 14/5/85 se anuncio el nuevo plan económico, llamado PLAN AUSTRAL. Se inicio una “economía de guerra” que anulo los últimos intentos de concertación. Su objetivo: superar la coyuntura adversa y estabilizar la economía en el corto plazo, para crear condiciones para reformas más profundas, que no se enunciaron. *se congelaron simultáneamente precios, salarios y tarifas de servicios públicos *se regularon los cambios y tasas de interés *se suprimió la emisión monetaria para equilibrar el déficit fisca, lo que suponía una rígida disciplina en gastos e ingresos *se eliminaron los mecanismos de indexación desarrollados en la etapa de alta inflación y responsables de su mantenimiento inercial * Se cambio la moneda, el peso argentino fue reemplazado por el AUSTRAL, quitándole 3 ceros, como símbolo del inicio de una nueva etapa. *se estableció el sistema de “desagio” por el cual el peso argentino se depreciaba frente al austral a las tasas de interés anteriores a la entrada en vigencia del plan. Este plan, elaborado por un equipo técnico ajeno al radicalismo así como a los grandes grupos corporativos, se sustentaba exclusivamente en el respaldo del gobierno, incierto aún y su capacidad de generar apoyo social. Su aspecto monetario fue heterodoxo en cuanto a los requerimientos del FMI, buscando un efecto “shock”. Rápidamente logro frenar la inflación, no hubo caída de la actividad ni desocupación, que tradicionalmente eran la clave de los planes de estabilización pero tampoco se afecto a los sectores empresariales, incluyendo a los que medraban con el Estado, cuyos contratos en general fueron respetados. El ajuste fiscal fue sensible pero no dramático: los salarios de los empleados estatales fueron congelados más estrictamente que los del sector privado, pero no hubo despidos.la recaudación mejoro sobre todo por la reducción de la inflación, sumado a algunos impuestos excepcionales pero no hubo drásticas reducciones en los gastos del Estado Los acreedores externos mantuvieron la tranquilidad, tanto por la voluntad del gobierno de cumplir los compromisos como por el firme apoyo que el plan recibió de EEUU como de las principales instituciones económicas internacionales. Se lo consideraba el PLAN DE TODOS, quizá la más pura realización de la ilusión democrática: entre todos, con solidaridad y sin dolor podían solucionarse los problemas más complejos, aunque implicaran choques de intereses muy profundos. Desde fines del 85 se comenzó a advertir la vuelta incipiente de la inflación, que se sincero en abril del 86, con un ajusta parcial, influyendo la caída de los precios mundiales de los cereales por las decisiones políticas de EEUU, que afecto a los ingresos del Estado, tanto como las de los productores rurarles, sumado a un aflojamiento de la disciplina social, al modificar los precios relativos. Renacieron las pujas corporativas que realimentaron la inflación: la CGT, embanderada contra el congelamiento salarial y los empresarios, liderados por productores sociales, que se movilizaron contra el congelamiento de precios, coincidiendo ambos en su reclamo contra el Estado. Se intento reactivar la inversión extranjera, especialmente en el área petrolera (anuncio el Plan Houston, capital de las grandes petroleras) y se esbozaron planes de reforma fiscal más profunda, privatización de empresas estatales y desregulación de la economía, que chocaban con las ideas y convicciones muy firmes sociales, tanto de peronistas como radicales, surgiendo bloqueos a estas iniciativas. A principios de 1987, se volvió a agudizar la conflictividad social, y el gobierno se apoyo en los grandes grupos corporativos, antes enemigos. Asumió como Ministro de Trabajo el sindicalista de Luz y Fuerza, Carlos Alderete, como Secretario de Agricultura, un radical de militancia en las asoc. Rurales y en el ministerio de obras y servicios públicos un grupo de funcionarios de las grandes empresas ligadas a los contratos estatales. Se cerraba la etapa de ilusión de control de las corporaciones y del predominio del interés público. En julio del 87, el gobierno encaro un nuevo plan de reformas (con el aval del Banco Mundial, sobre todo, distanciándose el FMI) procurando conciliar la necesidad de ajuste del Estado con los intereses de los grandes empresarios. Una reforma impositiva más dura y profunda, que debía acompañarse de una política de privatización de empresas estatales y de drástica reducción de gastos, pero no consiguió la fuerza para sustentarlo, luego de la derrota electoral de sept. Del 87. En noviembre los gremialistas dejaron el gabinete y los conflictos entre sindicalistas y empresarios, que se encontraban divididos en sectores de intereses contrapuestos. Finalmente, en agosto del 88 lanzo un nuevo plan económico llamado PLAN PRIMAVERA, con el propósito de llegar a las elecciones con la inflación controlada, pero sin realizar ajustes que enajenaran la voluntad popular. Al congelamiento de precios y salarios y tarifas, se agrego la intención de reducción drástica del déficit estatal, condición para lograr el apoyo de acreedores externos. En condiciones políticas muy distintas a las del 85, el plan tuvo dificultades de entrada, el acatamiento al congelamiento fue escaso, los cortes de gastos fiscales fueron resistidos y la negociación con los principales acreedores fue lenta y difícil, llegando fondos a cuentagotas. En cambio comenzaron a llegar capitales especulativos para aprovechar la diferencia entre tasas de interés elevadas y cambio fijo, situación explosiva que solo reposaba en la posibilidad del gobierno de mantener la paridad cambiaria. A fines de diciembre del 88, D.Cavallo, economista afiliado al justicialismo recomendó al Banco Mundial y al FMI, que limitaran sus créditos al gobierno argentino, y cuando anunciaron esto todo se derrumbo. En febrero del 89 se anuncio la devaluación del peso, (que devoro la fortuna o ahorros de quienes no se retiraron a tiempo) e inicio un periodo en que el dólar y los precios subieron vertiginosamente y la economía entro en descontrol. Luego de periodos de alta inflación, llego la hiperinflación, que destruyo el valor del salario y la moneda misma, y afecto la producción y circulación de bienes. A fines de mayo, luego de la votación para presidente del 14/5/89 donde ganara Menem, la hiperinflación tuvo sus primeros efectos dramáticos: asaltos y saqueos a supermercados, duramente reprimidos. Esto anticipo la entrega del mando al presidente electo. RELACIONES DE ALFONSIN CON UCR, OPOSICION, IGLESIA Y OTROS PODERES DEL ESTADO. CONGRESO: El radicalismo tenía mayoría en la Cámara de Diputados, pero había perdido en el interior tradicional y no controlaba la mayoría del Senado, que era relativa de los peronistas, donde un grupo de representantes de partidos provinciales desempeñaban el papel de árbitros inconstantes. Los dos grandes partidos tenían en el congreso, la posibilidad de vetarse recíprocamente, y como no había habido acuerdos previos sobre cómo se conduciría el proceso político, que nadie dudaba en considerar transicional , fue más difícil aún llegar a ellos cuando cada partido procuraba desempeñar con eficacia sus respectivos papeles de oficialismo y oposición. UCR : el liderazgo dentro de su partido era fuerte. Su agrupación interna MOVIMIENTO DE RENOVACION Y CAMBIO ( que fundó en 1972 cuando disputaba la conducción con Balbín) era una fuerza no demasiado homogénea, donde se discutieron y hasta se obstaculizaron muchas de las iniciativas del presidente, quien prefirió rodearse de un grupo de intelectuales y técnicos recién acercados a la vida política y de un grupo radical joven proveniente en su mayoría de la militancia universitaria , que integro la llamada COORDINADORA NACIONAL o simplemente la COORDINADORA, que avanzo en el manejo del partido y del gobierno, suscitando resistencias internas , en un partido en el que la unidad era difícil y precaria, solo aglutinada por la conducción fuerte y hasta caudillista de Alfonsín. Su partido, si bien había ganado las elecciones, no tenía apoyos consistentes en el ámbito de los poderes corporativos, donde sus adversarios peronistas si los tenían. IGLESIA : si bien en 1981, se había definido por la democracia (aún sin realizar una autocrítica a su relación con la dictadura militar) fue evolucionando hacia una creciente hostilidad al gobierno radical y a un cuestionamiento del régimen democrático mismo. Se oponía, como lo hizo históricamente, a lo que juzgaban como escasa injerencia en el área de la enseñanza privada, la sanción de la ley de divorcio y el tono general laico del discurso cultural que surgía de las instituciones y medios del Estado. Apoyados en la orientación general impresa a la Iglesia por el papa Juan Pablo II, que daba batalla con centro en lo cultural de la comunidad católica, comenzó a unirse a otras fuerzas corporativistas afectadas, asumieron un papel de censor social, con un discurso de combate en la que la democracia, resultaba ser el compendio de los males del siglo: la droga, el terrorismo, el aborto o la pornografía. OPOSICION : PARTIDO INTRANSIGENTE: (PI) si bien en la campaña electoral tenía un programa que lo ubicaba en el mismo terreno del alfonsinismo en varios temas , inicialmente esta fuerza aspiró ,a capitalizar la prevista disgregación del peronismo, pero luego se dedico a señalar la infidelidad del gobierno al programa primigenio y a radicalizar las consignas de los DDHH, al tiempo que el antiimperialismo le permitía sincronizar con los sectores del sindicalismo que levantaron como bandera del repudio al pago de la deuda externa. Sin embargo no lograron constituir un polo alternativo, el PI se disgrego y fue absorbido por el peronismo renovador. UNION DE CENTRO DEMOCRATICO: partido de derecha liberal creado y liderado por A. Alsogaray, si bien no obtuvo un éxito importante en lo electoral, salvo en la Capital, y aunque pudo aspirar a convertirse en la 3era fuerza, arbitrando entre radicales y peronistas, tuvo gran éxito ideológico, sobre todo a medida que la crisis económica exponía la necesidad de soluciones de fondo. Disponiendo de recetas fáciles y atractivas, y una aguda capacidad de señalar los males del estatismo y dirigismo, compitió con éxito con el alfonsinismo en la educación de la civilidad y hasta recluto adeptos en el propio partido gobernante. PERONISMO: inmediatamente después de las elecciones del 83, y en medio del desconcierto y profundas divisiones, predominaron quienes (encabezados por el dirigente Avellaneda, Herminio Iglesias) quisieron combatir al gobierno desde las viejas posiciones nacionalistas de derecha, y alentaron el acuerdo de políticos y sindicalistas peronistas con los militares y con quienes, como el ex presidente Frondizi, se habían convertido en sus voceros. En este contexto se opusieron al acuerdo con Chile y fueron categóricamente derrotados en el plebiscito. Progresivamente fue armándose dentro del peronismo una corriente opuesta: LA RENOVACION, que combatió duramente con la conducción oficial, hasta que en 1985, se dividió el bloque de Diputados, y a fines de ese año gano la conducción del partido. Sus principales figuras, Antonio Cafiero, Carlos Grosso, José Manuel de la Sota, y Carlos Menem, buscaba adecuar el peronismo al nuevo contexto democrático ,compitiendo desde la izquierda de su propio terreno con el gobierno, apoyándolos incluso en el plebiscito del Beagle y respaldando su gobierno en la crisis militar de Semana Santa. Inscribían al peronismo en el juego democrático y parecían crear condiciones para alternancia entre partidos competidores y coparticipes. Sin embargo, dado el equilibrio de fuerzas y el reparto de posiciones institucionales , el gobierno debió a menudo elegir entre atenerse estrictamente a las normas republicanas, lo que en muchos casos hubiera llevado a una concertación que implicaba renunciar a los objetivos programáticos o combinar aquel apoyo, de naturaleza más bien plebiscitaria, con el amplio margen de autoridad presidencia que las normas y los antecedentes acordaban y así presionar al Congreso desde la calle ,pasarlo por alto, orientar a la Justicia. En varios casos el gobierno avanzo por este camino, pero sus convicciones éticas lo frenaron. POLITICA EXTERIOR: En un marco donde la comunidad internacional, había censurado y hasta aislado al régimen militar, el discurso ético , centrado en los valores de la democracia, la paz, los derechos humanos, la solidaridad internacional y la independencia de los estados, permitió la reinserción del país en el mundo. La gran popularidad alcanzada por Alfonsín en distintos lugares del mundo, fue usada para afianzar y fortalecer las instituciones democráticas locales, todavía precarias. Con esos criterios se encararon las principales cuestiones pendientes, con Chile por el Canal de Beagle y con Gran Bretaña por las Islas Malvinas. En el caso del Beagle, el laudo papal, que los militares habían considerado inaceptable pero sin atreverse a rechazarlo, fue asumido como la única solución posible por el gobierno democrático, que necesitaba reafirmar los valores de la paz y eliminar una situación de conflicto que podía mantener vivo el militarismo. Para doblegar las resistencias internas a su aprobación, nutridas en el tradicional nacionalismo y en un reluciente belicismo, se convocó a un referéndum popular no vinculante que corroboró el amplio consenso existente para esa solución pacífica e inmediata. Aun así, la aprobación del Senado, donde el peronismo tenía mayoría, se logro por el mínimo margen de un voto. En el caso de las Malvinas, donde la torpeza militar había llevado a la perdida de lo largamente ganado en la opinión pública internacional y en las negociaciones bilaterales, también se recupero terreno: las votaciones en las Naciones Unidas, instando a las partes a negociar, fueron cada vez más favorables, incluyendo a las principales potencias occidentales y aislaron al gobierno británico. Sin embargo, la expectativa de que ello sirviera para convencerlo de la conveniencia de una negociación que incluyera el tema de la soberanía resulto totalmente frustrada. Asociada con otros países que acababan de retornar a la democracia (Uruguay, Brasil, Perú) la argentina se propuso mediar en el conflicto en Centroamérica y sobre todo en la cuestión de Nicaragua. Buscando aplicar los principios éticos y políticos generales y evitar riesgos internos que podría acarrear uno de los episodios finales de la Guerra Fría, discrepando con EEUU, aprovecho la buena voluntad hacia las democracias restauradas, y logro se alcanzara una solución relativamente equitativa. Actuando con independencia, dialogando con los países no alineados, reivindicando los principios pero absteniéndose de los enfrentamientos más duros (ej. Constituir un club de deudores para negociar la deuda externa) el gobierno mantuvo una buena relación con el norteamericano, que respaldo con firmeza las instituciones democráticas, cortando cualquier vinculación con militares y apoyando luego los intentos de estabilizar la economía. RELACION CON LOS MILITARES: Tanto en el terreno de las corporaciones militar como la sindical, cuyo pacto había denunciado en la campaña electoral, el gobierno de Alfonsín tuvo grandes dificultades. El grueso de la sociedad, que había empezado condenando a los militares por su fracaso en la guerra , fue conociendo lo que había querido ignorar , las atrocidades de la represión, puestas en evidencia por el alud de denuncias judiciales ,los medios de comunicación y sobre todo por el informe realizado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) CONSTITUÌDA POR EL GOBIERNO Y PRESIDIDA POR Ernesto Sábato, conocido con el titulo de NUNCA MAS: Si bien aún existían ambigüedades y confusión con este tema , la inmensa mayoría repudio masivamente ,se movilizo y exigió justicia, amplia y exhaustiva. La derrota de Malvinas, el rotundo fracaso político, las divisiones entre las fuerzas, los propios cuestionamientos internos que afectaban la organiz. Jerárquica, debilitaba la institución militar, pero aún no había sido expulsada del poder. Pronto la solidaridad corporativa de los militares se reconstituyo en torno a la reivindicación de lo que consideraban su éxito: la victoria en la “guerra contra la subversión”, rechazando la condena de la sociedad, recordando la complacencia generalizada incluso de políticos, a lo sumo estaban dispuestos a admitir “excesos” propios de una “guerra sucia”. Alfonsín, había participado activamente en la defensa de los DDHH en los años del Proceso y había hecho de ellos una bandera durante su campaña, en la que también fustigó duramente a la corporación militar. Compartiendo los reclamos de justicia, debía encontrar el modo de subordinar las FFAA al poder civil, Para ello propuso algunas distinciones: separar el juicio a los culpables del juzgamiento a la institución que era y seguiría siendo parte del Estado y poner límite a aquel juicio, deslindando responsabilidades y distinguiendo entre los que dieron las ordenes y quienes se limitaron a cumplirlas y quienes se excedieron, cometiendo delitos aberrantes. Busco concentrar el castigo en las cúpulas y aplicar al resto el criterio de la obediencia debida. Confiando en que las propias FFAA asumirían una autocrítica, aceptarían esta postura intermedia entre su postura y la demanda civil, esperaba una autodepuración y castigaría a los máximos responsables. Para ello procedió a reformar el Código de Justicia Militar, estableciendo una primera instancia castrense y otra civil, y se dispuso el enjuiciamiento de las 3 primeras Juntas Militares, a las que se sumo la cúpula de las organizaciones armadas ERP (ya extinguida) y Montoneros. Pero los militares pronto demostraron su total falta de autocritica: a fin del año 84, los tribunales castrenses proclamaron la corrección de lo actuado por las juntas y entonces las causas judiciales fueron pasadas por el Ejecutivo a los tribunales civiles, y en abril del 83, comenzó el juicio público a los ex comandantes, que duro hasta fin de año. Este a la vez que confirmaba las atrocidades cometidas, provoco una pérdida de militancia de la civilidad, mientras que las org. Defensoras de los DDHH, se hacían más duras e intransigentes. Aparecieron defensores de la acción de los militares y reclamaban su amnistía. A fin de 1985, luego de elecciones legislativas exitosas para el gobierno, se conoció el fallo, que condeno a los ex comandantes, negó que hubiera habido guerra alguna que justificara su acción, distinguió las responsabilidades de cada uno de ellos y dispuso la acción penal contra los demás responsables de las operaciones. La justicia certifico la aberrante conducta de los jefes del Proceso, descalifico cualquier justificación y los militares quedaron sometidos a la ley civil, siendo un fallo ejemplar. Sin embargo no se clausuro allí el problema pendiente con la sociedad, la justicia siguió activa ,dando curso a muchas denuncias contra oficiales de distinta graduación generando una gran convulsión interna en las FFAA y especialmente en el Ejercito, que buscaba deslindar responsabilidades de los ejecutores de ordenes de los condenados. El gobierno trato de acotar y poner límites a la acción judicial para contener el clima que fermentaba en los cuarteles , tratándose de una decisión política, llevo al congreso las leyes de PUNTO FINAL , que ponía un plazo de dos meses a las citaciones judiciales y luego no habría otras nuevas,. Fue sancionada a fines del 85, sin acompañamiento de la derecha ,peronista y liberal por ser partidarios de una amnistía completa, los sectores progresistas ,incluyendo al peronismo renovador, por no cargar con sus costos políticos que fueron altos y sus resultados terminaron siendo contraproducentes pues sólo se logro un alud de citaciones judiciales y enjuiciamientos que agudizaron el problema. En este contexto se produce el episodio de Semana Santa de 1987, donde un grupo de oficiales, encabezado por Tte. Cnel. Aldo Rico, se acuarteló en Campo de Mayo, exigiendo una solución política. No cuestionaban el orden constitucional sino que pedían que no se continuara enjuiciando a quienes a su vista actuaron bajo órdenes y en una guerra civil. Tampoco fueron acompañados por sectores civiles, como en general ocurrió con los golpes anteriores. Cuestionaban si la conducción del Ejercito que descargaba en los subordinados las responsabilidades , a quienes además consideraban responsables de la derrota de Malvinas y de la “entrega” a intereses extranjeros, asumiendo los amotinados consignas nacionalistas fascistizante, y subversivas del orden militar, movilizando a oficiales de baja graduación y proclamándose la conducción autentica del Ejercito Nacional . La reacción de toda la sociedad civil fue unánime y masiva, tanto partidos políticos, organiz. Sociales, patronales sindicales culturales civiles de todo tipo manifestaron su apoyo al orden constitucional en plaza de Mayo. Y se firmo un Acta de Compromiso Democrático, que incluía desde las organizaciones empresarias a los dirigentes de izquierda, que rodearon al gobierno. Luego de 4 días de negociaciones, Alfonsín se entrevistó con los amotinados y llegó al acuerdo de sancionar la Ley de Obediencia Civil, que exculpaba masivamente a los subordinados y los amotinados aceptaron la responsabilidad de su acción. Para todos significó una claudicación, en parte porque así lo presentaron tanto los “carapintadas” como la oposición que no quiso asumir ninguna responsabilidad en el acuerdo. La civilidad sintió el fin de la ilusión: eran incapaces de doblegar a los militares. Para la sociedad era el fin de la ilusión de la democracia y para el gobierno el fracaso de su intento de resolver dignamente el enfrentamiento del Ejército con la sociedad. Esta cuestión, no cerrada, tuvo dos nuevos episodios, en parte porque la situación de los oficiales seguía irresoluta, pero sobre todo porque los activistas militares estaban dispuestos a aprovechar la debilidad del gobierno. En enero del 88 el TTE Cnel. Rico, jefe de aquel alzamiento, huyo de arresto domiciliario y volvió a sublevarse en un regimiento de Monte Caseros, pcia. De Corrientes pero a diferencia de la anterior, la movilización civil fue mínima, aunque también el respaldo militar a los sublevados. Rico fuer perseguido por el Ejército y luego de un breve combate se rindió y fue encarcelado en un establecimiento penal. A fines del 88, hubo una nueva sublevación encabezada por el Cnel. Seindldin, que como Rico era del grupo de los “héroes de Malvinas” y a quien todos consideraban el verdadero jefe de los “carapintadas”, se sublevo en un regimiento en Villa Martelli, Pcia. De Bs.As. , reclamando una amplia amnistía y reivindicación de la institución. Como en Semana Santa, se noto que el grueso del Ejército coincidía en los reclamos, ya que se negaron a reprimirlo, y aunque termino en prisión, el resultado final fue incierto. La política al respecto de Alfonsín, fracasaba tanto con las FFAA como con la soc. civil, en sus respuestas a ambos y los deseos de reconciliación de ambos. RELACIONES CON LOS SINDICATOS: Comparativamente con la situación con los militares, el combate con la corporación sindical, que tuvo resultados similares, fue mucho menos heroico. El poder de los sindicalistas, restaurado en parte al final del gobierno militar, se hallaba debilitado por la derrota electoral del peronismo, en cuya conducción los sindicalistas tenían enorme peso, y en general por el repudio de la sociedad a las viejas prácticas de la corporación, que habían aflorado durante la campaña, a lo que se sumaba la división entre sus dirigentes. Institucionalmente su situación era precaria, buena parte de la legislación que normaba la acción gremial había sido barrida por el régimen militar, muchos sindicatos estaban intervenidos y en otros los dirigentes solo tenían títulos provisionales o mandatos prorrogados desde 1975, de modo que la normalización electoral debía ser inmediata. El gobierno trato de aprovechar esa debilidad relativa y con el respaldo de los trabajadores, dentro de la civilidad, y se lanzo a democratizar los sindicatos, para abrir las puertas a un espectro más amplio de corrientes. El Ministro de trabajo Mucci (viejo sindicalista de origen socialista) proyecto una ley de normalización institucional de los sindicatos que incluía el voto secreto, directo y obligatorio, la representación de las minorías, la limitación de la reelección, y sobre todo la fiscalización de los comicios por el Estado. La ley fue aprobada en la cámara de diputados en marzo del 84, pero el Senado la rechazo, por un único pero decisivo voto. El gobierno arrió banderas, puso a funcionarios más flexibles al frente de la negociación con los gremialistas y acordó con ellos nuevas normas electorales. A mediados de 1985, se habían normalizado los cuerpos directivos de los sindicatos y aunque las listas de oposición habían ganado algunos lugares, en lo esencial las viejas direcciones resultaron confirmadas. El poder sindical reconstituido, se enfrentó sistemáticamente con el gobierno. Entre 1984 y 1988, la CGT organizo 13 paros generales contra el gobierno, contrastante con la escasa movilización en tiempos del anterior gobierno militar. Salvo el breve periodo posterior a junio del 85, cuando el gobierno tuvo un respaldo importante de la sociedad para su plan económico, convalidad en la elección de noviembre donde gano ampliamente las legislativas., la presión de la CGT fue intensa. Apoyado en las tensiones sociales producidas por la inflación y ajuste estatal, que movilizo a los empleados públicos en particular, su carácter fue político. Hicieron alianzas con empresarios, iglesia y grupos de izquierda, con reclamos poco coherentes ,que incluían desde aspiraciones liberales del establishment económico hasta pedidos de ruptura con el FMI , unificados en el común ataque contra el gobierno, que incluyo en algún exabrupto el “que se vayan” . La CGT no rehusó participar de la concertación que abrió el gobierno pero lo hizo con el estilo ya instalado entre el 55 y el 71, negociar y golpear, conversar y abandonar la negociación, uniendo y galvanizando fuerzas propias, de profundas diferencias. Saúl Ubaldini, dirigente de un pequeño sindicato y secretario general de la CGT, fue la figura característica de esta etapa, peculiar por su escasa fuerza propia, dentro de las divisiones del sindicalismo. CAPITULO 9 LA GRAN TRANSFORMACION 1989-1999 CARLOS MENEM – PRIMER MANDATO. 1989-1995 LLEGADA AL PODER En las elecciones de 1987 para gobernadores, Antonio Cafiero, presidente del Partido Justicialista, gana la gobernación de la Pcia. De Bs.As. , y se perfila como candidato de su partido para las elecciones presidenciales. Cafiero, y los renovadores, habían remodelado el peronismo a imagen y semejanza del alfonsinismo: estricto respeto por la institucionalidad republicana, propuestas modernas y democráticas, elaboradas por sectores de intelectuales, distanciamiento de las grandes corporaciones y establecimiento de acuerdos mínimos con el gobierno para asegurar el transito ordenado entre una presidencia y otra. Esto, quizás lo perjudicó frente al candidato rival del peronismo, Carlos Menem, reelecto por segunda vez gobernador de la Pcia de La Rioja y enrolado en la “renovación” pero cultor de un estilo político más tradicional. Menem demostró una notable capacidad de reunir a su alrededor a todos los segmentos del peronismo, desde sindicalistas (rechazados por Cafiero) ,hasta antiguos militantes de extrema derecha o la extrema izquierda de los 70, junto a todo tipo de caudillos o dirigentes locales desplazados por los renovadores. Era una “antielite” que hería la sensibilidad de la civilidad democrática. Con ese heterogéneo apoyo, explotando su figura de caudillo tradicional para diferenciarse de sus rivales renovadores modernizadores y sin necesidad de propuesta o programa alguno, ganó las elecciones internas y en julio del 88 fue consagrado candidato a Presidente por el Justicialismo. Luego perfeccionó su fórmula, tejiendo en privado alianzas con los grandes corporativos, empresarios como Bunge y Born, dirigentes de la Iglesia, oficiales de las FFAA, hasta los “carapintadas”. Sin embargo en público apeló al mundo de los “humildes” dirigiéndoles un mensaje mesiánico, con un despliegue escenográfico para parecer un santón y en el que la “revolución productiva” y el “salariazo” prometidos prenunciaban la entrada en la tierra de promisión. En el voluntarismo se acercaba a Alfonsín, pero todo lo demás lo diferenciaba, testimoniando una nueva realidad social, dominada por la miseria y la marginalidad, en la que este tipo de discursos era eficaz. No se sabía qué iba a hacer en caso de ganar, pero esa claro que sería pragmático y poco apegado a compromisos programáticos. En medio de la hiperinflación, con una devaluación del peso, el dólar subiendo y los salarios perdiendo valor constantemente, se votó el 14/5/89. El Justicialismo ganó rotundamente y C.Menem quedo consagrado presidente electo. La fecha de traspaso debía ser el 10/12/89, sin embargo era evidente que Alfonsín no estaba en condiciones de gobernar hasta esa fecha, sobre todo cuando Menem rehusó toda colaboración para la transición. A fines de mayo del 89, se producen asaltos y saqueos a supermercados, duramente reprimidos. Poco después Alfonsín renuncio, para anticipar el traspaso del gobierno que se concretó el 9/7/89, seis meses antes del plazo constitucional. Alfonsín se retiraba acusado de incapacidad y claudicación. Fue la primera sucesión constitucional desde 1928 y la primera desde 1916 que un presidente dejaba el poder al candidato opositor. Todo indicaba una consolidación del régimen democrático y republicano establecido en el 83. ECONOMIA: La trascendencia del traspaso constitucional fue opacado por la fuerte crisis económica: la hiperinflación desatada en abril, se prolongo hasta agosto, en julio la inflación fue del 200 %, y en diciembre todavía se mantenía en el 40 %. La gente convertía sus australes a dólares, y los saqueos y asaltos dejaron varios muertos. Con el estado en bancarrota, la moneda licuada, sueldos inexistentes y violencia social. MARCO MUNDIAL y ACEPTACION LOCAL La crisis, con su nuevo componente de violencia y espectacularidad, exigían en primer lugar resolver la recuperación de los atributos del gobierno para gobernar y asegurar el orden. Para enfrentar la situación existía una receta genérica, instalada ya entre los economistas y gobernantes de todo el mundo :facilitar la apertura de las economías nacionales, para posibilitar su adecuada inserción en el mundo globalizado y desmontar los mecanismos del Estado interventor y benefactor, costoso e ineficiente .En Argentina y América Latina en general, estas ideas habían decantado en el CONSENSO DE WASHINGTON : las agencias de gobierno de EEUU , el FMI y el Banco Mundial transformaron estas formulas en recomendaciones o exigencias, cada vez que se les pedía ayuda para solucionar los problemas coyunturales del endeudamiento. Economistas, asesores financieros y periodistas difundieron este nuevo credo, logrando instalarlo en el sentido común de la gente .No alcanzaba la democracia por si sola para resolver los problemas económicos. Diagnóstico de situación: la Arg. Era ineficiente debido a la alta protección del mercado local, y al subsidio que en variadas formas el Estado otorgaba a distintos sectores económicos. Esto que dificultaba la inserción en el mundo globalizado, a lo que se sumaba un déficit crónico del Estado prodigo, que recurría a la emisión monetaria con su consecuente secuela de inflación. Se cuestionaba todo el modo de funcionamiento iniciado en 1930 y consolidado con el peronismo. La receta difundida por el FMI, Banco Mundial y los economistas de prestigio era simple: reducir el gasto del Estado al nivel de ingresos genuinos, retirar su participación y tutela en la economía y abrirla a la competencia internacional: AJUSTE Y REFORMA. Que en lo sustancial coincidía con la propuesta de M. de Hoz en el 76, a unque su ejecución era difícil de aceptar, resistida tanto por los grandes grupos económicos protegidos por el Estado, por los que las asociaban con la pasada dictadura. En los últimos tramos del Gob. De Alfonsín había intentado una cierta apertura y un proyecto de privatizar algunas empresas estatales que choco en el Congreso con la oposición el mismo peronismo que ahora aceptaba la receta reformista. El nuevo presidente, fue uno de los “conversos” , formado en el populismo , el riesgo de la hiperinflación era terminar como Alfonsín ,devorado en la vorágine de un Estado en desintegración y una oportunidad, ya que la conmoción social era tan grande que la receta antes rechazada , en ese momento sería tolerada y hasta aceptada. PRIMERA MEDIDAS DE MENEM: Aunque en campaña había prometido “revolución productiva” y “salariazo” ,según el tradicional estilo peronista, fiel a lo más esencial de éste, el pragmatismo, Menem dio un giro copernicano: anuncio en forma apocalíptica la necesidad de “una cirugía mayor sin anestesia” , se declaró partidario de la “economía popular de mercado” y abjuro del “estatismo”, alabo la “apertura “ y proclamo la necesidad y bondad de las privatizaciones, burlándose de quienes “se habían quedado en el 45”. Ante las dudas sobre su “sinceridad”, Menem, urgido por ganar la confianza de los sectores empresarios, banqueros y gurúes economistas liberales, apelo a gestos casi desmedidos: se abrazo con el almirante Rojas, se rodeo de los Alsogaray (padre e hija) y confió el Ministerio de Economía sucesivamente a 2 gerentes del grupo más tradicional, Bunge y Born. Que traían un plan económico mágico y salvador. Durante los dos primeros años, rindieron examen ante los “mercados”, tratando de ganar libertad de acción y sortear las trabas que limitaron a Alfonsín. 1) Aprovechando el descalabro el radicalismo, hizo aprobar por el Congreso, dos leyes esenciales para su proyecto: LEY DE EMERGENCIA ECONOMICA : SUSPENDIA TODO TIPO DE SUBSIDIOS, PRIVILEGIOS Y REGIMENES DE PROMOCION Y AUTORIZABA EL DESPIDO DE EMPLEADOS ESTATALES LEY DE REFORMA DEL ESTADO : DECLARO LA NECESIDAD DE PRIVATIZAR UNA EXTENSA LISTA DE EMPRESAS ESTATALES Y DELEGO EN EL PRESIDENTE ELEGIR LA MANERA ESPECÍFICA DE HACERLO. AUMENTO DE LOS MIEMBROS DE LA CORTE SUPREMA: AGREGANDO 4 NUEVOS JUECES EL GOBIERNO SE ASEGURO LA MAYORIA Y ALEJO CUALQUIER POSIBILIDAD DE UN FALLO ADVERSO EN CUALQUIER CASO LITIGIOSO QUE GENERARAN SUS REFORMAS (SE FORMO LA LLAMADA “CORTE ADICTA”) 2) Buscando resultados rápidos y espectaculares, se concentro en la rápida privatización de AEROLINEAS ARGENTINAS y de ENTEL, la empresa de teléfonos: lo que se le encargo a M.J. Alsogaray que convoco rápidamente en oct. 90 a grupos mixtos, locales y extranjeros, banqueros internacionales que aportaron títulos de la deuda externa, que fueron aceptados como parte de pago a su valor nominal, mucho más alto que el de mercado, lo que tranquilizo a los acreedores externos. Se cambiaban papeles de dudoso cobro por activos empresariales. Se aseguro a las nuevas empresas un sustancial aumento de tarifas, escasas regulaciones y una situación monopólica por varios años. En términos parecidos, en poco más de un año, se privatizaron: RED VIAL, CANALES DE TV., BUENA PARTE DE LOS FERROCARRILES Y AREAS PETROLERAS. 3) Se proclamo la apertura económica, punto fundamental del dogma. Pero la reducción de promociones, cupos y aranceles se hizo sin criterio general al estar tironeados por dos objetivos urgentes y contradictorios: reducir la inflación, importando productor barato o mejorar la recaudación fiscal, cobrando derechos elevados. Ante del déficit fiscal, el problema más urgente, no hubo ambigüedades: había que recaudar más y rápidamente, aumentando los impuestos más sencillos: EL IVA y a las GANANCIAS, sin considerar dos cuestiones que las propuestas reformistas solían atender: la mejora del ahorro y la inversión y algún criterio de equidad social. Pese a los fondos que el Estado obtuvo con las privatizaciones y la mejora de la recaudación fiscal, en los 2 primeros años el gobierno no logro alcanzar la estabilidad. La inflación se mantuvo alta y los grandes grupos económicos, pese a que nominalmente apoyaban al gobierno y participaban en las decisiones, siguieron aumentando su dinero de acuerdo con sus intereses. Esto aceleró la salida del gobierno del grupo Bunge y Born, que a fines de 1989, se produjo una segunda hiperinflación y nuevamente saqueos y pánico, aunque con menor repercusión mediática. Se nombro nuevo MINISTRO DE ECONOMIA: ERMAN GONZALEZ, tomo una medida drástica: se apropio de los depósitos a plazo fijo y los cambio por bonos de largo plazo en dólares: el Plan BONEX, aconsejado por los bancos acreedores y de Álvaro Alsogaray, aplicando una receta conocida: “se sentó sobre la caja”, restringió al máximo los pagos del Estado y la circulación monetaria. Redujo así la inflación, pero a costa de una fortísima recesión que, al cabo de un año, había vuelto a deprimir fuertemente los ingresos fiscales. A fines del 90, con la economía en estado crítico, estallo el escándalo del SWIFTGATE: que puso en evidencia el “trafico” de información privilegiada y la posibilidad de impulsar algunas decisiones de gobierno en la que fueron acusados los Ministros Bauza, Dromi y la ingeniera Alsogaray, así como el diputado José Luis Manzano y Emir Yoma (cuñado del presidente) que regenteaban lo que se llamo la “carpa chica” de este tráfico de influencias. La frase de Manzano “yo robo para la corona” se hizo célebre, mostrando la vastedad del mecanismo y la impunidad de sus agentes. El caso Swift, se diferencio porque la perjudicada en una operación de chantaje era una empresa norteamericana, que acudió al embajador Toldman y movilizo al propio gobierno de EEUU. Menem cultivaba con pesito sus relaciones con el Presidente Bush y la Argentina se había alineado firmemente con EEUU, de modo que la acción fue efectiva. Hubo una renuncia de todo el gabinete y una serie de rotaciones que a principios de 1991, llevaron al entonces canciller DOMINGO CAVALLO al Ministerio de Economía, Cavallo , encaro el programa de reformas más ambiciosamente y mas despegada de empresarios y acreedores, Poco después de asumir hizo aprobar la LEY DE CONVERTIBILIDAD , que establecía una paridad cambiaria fija, simbólicamente un dólar equivaldría a un nuevo ”peso” , prohibiendo al Ejecutivo no solo modificarla sino emitir moneda por encima de las reservas, de modo de garantizar esa paridad. El estado que tantas veces había emitido moneda sin respaldo para superar su déficit, lo que llevaba a una devaluación, se ataba las manos para convencer de sus intenciones a los “operadores” y a la vez renunciaba a su principal herramienta de intervención en la economía. Achicamiento voluntario de la capacidad de intervenir, iniciada bajo Martínez de Hoz y profundizada por el endeudamiento externo, culminó con esta medida, seguida por otra igualmente categórica: La reducción general de aranceles (cayeron a una tercera parte de su anterior valor) que concretaba la anunciada apertura económica, mostrando la seriedad de la reforma. Los resultados inmediatos fueron muy exitosos: termino la huida hacia el dólar, volvieron capitales emigrados, bajaron las tasas de interés, cayó la inflación, hubo una rápida reactivación económica y mejoro la recaudación fiscal. PLAN BRADY: con el rescate de los títulos de la deuda hechos con las privatizaciones en 1992, se logro el acuerdo con los acreedores externos: la Arg. Volvió a ser confiable para los inversores. Arreglo que fue providencial, ya que no había seguridad de que el Estado lograra equilibrar las cuentas. Si bien mejoro la recaudación por los “sabuesos “de la DGI que persiguieron hasta a los “ricos y famosos” y todo el mundo debió exhibir su CUIT, número tributario, convertido en nuevo documento de identidad, esto no alcanzaba sin que regresaran los préstamos e inversiones del exterior, a la búsqueda de “mercados emergentes”, más rendidores, y por entonces retraídos. Entre 1991-1994 entro al país una masa importante de dólares, con los que el Estado saldo su déficit, las empresas se reequiparon y por vías indirectas, la gente común incrementó su consumo. Se genero optimismo y confianza y disimuló los costos de la reforma. EL “AJUSTE ESTRUCTURAL”, la CONVERTIBILIDAD, logro amplio consenso y el gobierno se impuso holgadamente en las elecciones legislativas de fines del 91. CAvallo, economista de formación ortodoxa, vocación política, funcionario que en 1982 estatizo y licuó la deuda externa de las empresas, incorporo al gobierno un nª importante de economistas y técnicos de alta capacidad profesional y escasa experiencia política, dirigiéndolo de modo coherente y disciplinada y lo proyecto a diversas aéreas del gobierno, que fue colonizando sistemáticamente, apoyado por el presidente Menem. Durante 4 años, ambos se potenciaron recíprocamente, escucharon atentamente los requerimientos de los operadores financieros, representantes de los acreedores y capitanes de la industria, pero fijaron un rumbo independientemente de sus requerimientos cotidianos. CAvallo continúo con las reformas, más prolijamente. Continuo con la venta de las empresas del estado, PERO LA PRIVATIZACION DE LAS DE ELECTRICIDAD, GAS Y AGUA Incluyo garantías de competencia, mecanismos de control y hasta venta de acciones a particulares. Incluso se previó la participación de los sindicatos en algunas de las nuevas empresas, con lo que gano la voluntad de los gremialistas. YPF, la más emblemática de las empresas estatales, fue privatizada, pero el Estado conservo una cantidad importante de acciones y los ingresos obtenidos se destinaron a saldar las deudas con los jubilados, lo que atenuó posibles resistencias. Se realizo una REFORMA DEL SISTEMA PREVISIONAL: CREACION DE LAS AFJP. En lugar del sistema solidario de los activos con los pasivos, cada trabajador pasaría a tener una cuenta de ahorro propia, administrada por una empresa privada, suponiendo que esto movilizaría una importante masa de ahorro interno. Luego de resistencias en el Congreso, y de una larga negociación se creó un sistema mixto de jubilaciones, manteniendo parte del régimen estatal. Igual criterio se tuvo con la reforma de los regímenes laborales, donde el gobierno, enfrentado con los sindicatos, apenas avanzo y con LA DESREGULACIÓN DE LAS OBRAS SOCIALES, otro tema crucial para los sindicalistas. Con los gobiernos provinciales se realizo un PACTO FISCAL, para que acompañaran la política de reducción de gastos, pero se tuvo una amplia tolerancia con una serie de recursos que esos gobiernos usaban para paliar los efectos del ajuste y practicar el clientelismo político. El más notable fue el FONDO DE REPARACION HISTORICA DEL CONURBANO BONAERENSE: EL gobernador de la pcia. De Bs.As. Dispuso de un millón de dólares por día para su manejo discrecional. Fueron 3 años dorados: el PBI creció sostenidamente , a tasas más que respetables, se expandió el consumo, gracias a sistemas crediticios con cuotas pactadas en dólares, la inflación cayó drásticamente, creció la actividad económica y el Estado mejoro su recaudación y hasta tuvo un par de años de superávit fiscal, sobre todo debido a los ingresos por la privatizaciones. Esta bonanza, oculto un tiempo los aspectos más duros y perdurables de la gran transformación: EL DESEMPLEO. Cada privatización llevo a una elevada cantidad de despidos, las empresas estatales habían acumulado una buena cantidad de empleados, que con los nuevos criterios gerenciales, resultaban “excedentes”. Se pagaron importantes indemnizaciones, pero la situación exploto a partir de 1995. Empresas privadas: la apertura económica coloco a las que competían con productos importados en la necesidad de reducir costos ,racionalizar procesos productivos o sucumbir, debido a la sobrevaluación del peso, los salarios, medidos en dólares , eran elevados. Para los trabajadores y su histórica tradición de pleno empleo, no había alternativa buena. Si las empresas quebraban, perdían sus empleos, si mejoraban su rendimiento, incorporando maquinaria más compleja, por los créditos fáciles, o racionalizaban el trabajo los trabajadores, “sobraban”, siendo decisiva en esto la FLEXIBILIZACION DE LAS CONDICIONES LABORALES: se produjo de hecho y posibilito la baja capacidad de resistencia de los sindicatos, que cuando recurrieron a la huelga fueron ominosamente derrotados. Ya en el 93, el desempleo supero la línea histórica del 10 %, en un contexto de expansión económica y crecimiento global del PBI, lo cual preocupaba en caso de cambio de la coyuntura. Otros sectores golpeados por el congelamiento de sus haberes, como los empleados estatales o los jubilados, por el encarecimiento de los servicios públicos (causada por la privatización), por el cierre de muchas pequeñas y medianas empresas o por los cortocircuitos financieros de varias provincias, pese al rápido auxilio del gobierno nacional: en Santiago del Estero, Jujuy o San Juan se produjeron las primeras manifestaciones públicas y violentas de descontento por el nuevo orden. El gobierno ensayó algunas medidas paliativas, de corto alcance, con los recursos fiscales aumentados por el endeudamiento, con criterios poco equitativos, mostrando la ausencia total de preocupación por atenuar sostenidamente los costos sociales de la gran transformación. Algunos pocos sectores sociales se beneficiaron con el aumento de distintos programas sociales, cuyos efectos se diluyeron por la mala administración y el clientelismo. Se atenuó la apertura económica, para atender las protestas más fuertes, por lo que la industria automotriz recupero casi todos sus beneficios tradicionales. Los sectores exportadores, perjudicados por el peso sobrevaluado, recibieron subsidios, reintegros y compensaciones fiscales. Las empresas contratistas del Estado, afectadas en gran medida, recibieron el premio mayor: participar en condiciones ventajosas en las privatizaciones. Se comenzó a advertir los límites de la transformación: más eficaz en la destrucción de lo viejo que en la construcción de lo nuevo. Una parte de las empresas, con el acceso fácil a créditos, se habían reestructurado eficientemente, pero sus posibilidades de exportar e integrarse eficientemente al mercado global era restringido por la sobrevaluación del peso, que encarecía sus costos. Ya no podían influir sobre precios de servicios o combustibles, que antes se fijaban por criterios políticos, pero si podían reducir costos salariales, elevados, aunque los beneficiaron no lo notaran. Los estímulos a la importación eran muy fuertes, por lo que un alud de productos extranjeros arraso con una buena parte de las empresas locales y genero déficit comercial importante, que crecía por la reaparición de mecanismos de asistencia a los exportadores. Solución: la devaluación, para hacer más competitiva la producción local, pero era imposible por definición: la “confianza de los mercados” reposaba en la convertibilidad. Para sobrevivir día a día ,enjugar el déficit y honrar los compromisos con los acreedores, fijados en el Plan Brady, eran indispensables nuevos préstamos, que ya no dependían de los grandes bancos ni del aval del FMI , sino en las inversiones altamente volátiles disididas por fondos de inversión , en búsqueda de rendimientos altos en cualquier lugar del mundo , a corto plazo, por lo que factores ajenos a la situación local ( como la oscilación de la tasa de interés de EEUU,) los hacían traer o llevar el dinero y contaban con gran capacidad de presión. La convertibilidad había traído nuevamente la vulnerabilidad exterior, característica de la economía de 100 años atrás. En 1994, mientras se reformaba la Constitución, comenzaron a notarse las dificultades que provocaba la suba de las tasas mundiales de interés. Cavallo lanzo la llamada SEGUNDA REFORMA DEL ESTADO: con nuevas privatizaciones (las centrales nucleares y el correo) y un severo ajuste de las transferencias de fondos a las provincias. Estas comenzaron a exigir el reparto, atenuar el rigor del ajuste y sobre todo Eduardo Duhalde, que acababa de reformar la constitución provincial para su reelección, desato una campaña para “peronizar” al gobierno. Frente a los efectos de la crisis mexicana del “tequila” a inicios del 95, Cavalo fue confirmado en su puesto. En Mèxico se devaluó la moneda, por lo que hubo un retiro masivo de fondos internacionales de la Argentina, ante la incertidumbre. Se precipito el déficit fiscal y la recesión y la desocupación trepo al 18 %. El gobierno actuó rápido y eficientemente: nueva poda presupuestaria, reducción de sueldos a estatales, fuerte aumento de impuestos y un consistente apoyo del FMI y el Banco Mundial. La economía no se desmorono pero la recesión fue prolongada. LA JEFATURA EXITOSA: RELACION CON LA JUSTICIA Y EL CONGRESO. Decidido a adueñarse del poder del Estado, Menem trastoco o subvirtió algunas de sus instituciones: CORTE SUPREMA: La ampliación del número de miembros le aseguro una mayoría segura. La Corte falló en valor del Ejecutivo en cada situación discutida y hasta avanzó por sobre jueces y Cámaras, mediante el novedoso recurso del PER SALTUM. En igual línea, removió a casi todos los miembros del Tribunal de cuentas y al Fiscal General ( el prestigiosos Ricardo Molinas) nombrando por decreto al Procurador General de la Nación, redujo el rango institucional de la Sindicatura General de Empresas Publicas y desplazo o reubico a jueces o fiscales cuyas iniciativas resultaban incomodas. CONGRESO: Cuando éste comenzó a cuestionar algunas de sus iniciativas, Menem combino la disposición a negociar (reforma previsional o leyes laborales) con una nueva afirmación de la autoridad presidencial: el uso amplio de vetos totales o parciales y decretos de necesidad y urgencia. Llego incluso a pensar en clausurar el congreso y gobernar por decreto. Si bien Alfonsín, había aprobado así el Plan Austral, Menem lo uso con asiduidad y discrecionalidad, mostrando dónde residía el poder real. Combino la discrecionalidad con un estilo de gobierno más propio de un príncipe que del jefe de un Estado republicano. Interesado en la política, delegaba todo lo que tuviera que ver con la administración, que le aburría. Luego de su espectacular separación de esposa Zulema Yoma, desalojada por la fuerza de la Quinta de Olivos, convirtió a ésta en una verdadera corte, con cancha de golf, zoológico , valet, medico, peluquero, profesor de golf, y un selecto grupo de cortesanos, compañeros de noches insomnes. Como los príncipes de la Edad Media, recorría el mundo con su corte, a bordo de un avión presidencial digno de su majestad, o transgredía las convenciones y normas policiales, conduciendo una Ferrari que le había sido regalada en situación no clara, en dos horas de buenos aires a pinamar. El “palacio” era tanto su casa privada como la sede del poder público, similar confusión que existía respecto del erario público, a veces confundido con el “botín de guerra””. Sus seguidores cercanos, tenían orígenes variados: entre los fieles iniciales se confundían políticos de provincia, sindicalistas, montoneros reciclados ,grupos de la ultraderecha, con militares como Masera y otros de variadas especies, reunidos en su agitada vida nocturna. Pronto se sumaron otros, reclutados entre los vencidos, los “renovadores”. Tal fidelidad se retribuía con protección e impunidad, y distribución generosa del botín. La corrupción, ampliamente usada para limar resistencia y cooptar adversarios, cimento un pacto entre los miembros del grupo gobernante, solido como pacto de sangre. Se practico ostentosamente: “nadie hizo la plata trabajando” declaraba Barrionuevo, antes de proponer como solución para el país “dejar de robar por dos años”, como signo de pertenencia a la cúspide del poder. Luego la corrupción se “normalizo”:se aprendió a transferir discretamente los recursos públicos a los privados, donde grandes lobistas o nuevos ricos, tenían acceso a decisiones de gobierno y destinaban parte de sus beneficios a “cajas negras” ,cuyo contenido se redistribuía ampliamente por rango y jerarquía. Técnicamente, el país estaba gobernado por una banda. No faltaron conflictos: con quienes provenían del peronismo histórico y veían el mundo después de Menem, reclamaron mayor preocupación por los aspectos sociales de la transformación o por la cuota de los recursos que manejaba discrecionalmente o que CAvallo, preocupado por “cerrar las cuentas” quería recortar, quien se mostraba preocupado por esto también, por salvaguardar las formas y la seguridad jurídica. Otro escándalo se produjo cuando Amira Yoma, su cuñada y directora de audiencias, fue sorprendida transportando valijas repletas de dólares en billetes, como punta del llamado NARCOGATE, que siguió con el descubrimiento de la relación entre Amira y Monzer al Kassar, célebre traficante de armas, que disponía de pasaporte argentino, tema en el que entró Cavallo que en 1994 embistió frontalmente contra Alfredo Yabrán, empresario postal y allegado a círculos presidenciales. Se sumaba a las resistencias mencionadas la competencia cada vez más notoria entre los dos padres putativos del “modelo”, hasta que en plena campaña electoral a fines del 94, Menem declaró enfáticamente “Mingo no se va”. RELACION CON EL PERONISMO y otros PARTIDOS: El talento político de Menem se manifestó, sobre todo en su capacidad para hacer que el peronismo aceptara las reformas y el giro impuesto a sus tradiciones. Si bien el peronismo, luego de la derrota del 83 y las nuevas condiciones que la democracia planteaba, había abandonado progresivamente sus características de “movimiento”, sólidamente anclado en las organiz. Gremiales, para convertirse en un partido convencional, con comités, organizaciones distritales y conducción nacional elegida por voto directo. Los triunfos electorales y el control de gobernaciones e intendencias, permitió a los cuadros políticos independizarse de las cajas gremiales, disminuyendo su peso. Y atenuando la identificación del peronismo con el “pueblo”, enfrentado con los “enemigos del pueblo”. Estos cambios no alteraron la solidez de la identidad peronista, ni su tradicional criterio de jefatura o liderazgo (aunque Menem llegara allí por elecciones internas) Menem ejerció el liderazgo típico peronista: jefe del partido y Presidente, mandando sobre dirigentes que si bien disentían con él no estaban dispuestos a “romper” a “sacar los pies del plato” en la frase de Perón. Además a este tradicional liderazgo peronista (el jefe es el que manda) sumo algunos recursos adicionales: reunió apoyos fuera del movimiento, en la UCEDE, del ingeniero Alsogaray, o entre comunicadores sociales, muy vinculados al establishment, como Bernardo Neustadt, que le organizaron una de sus pocas manifestaciones plebiscitarias, la PLAZA DEL SI, en abril del 90. Instauro además otro modo de comunicarse con la gente en general, más allá de identidades políticas, sin montar la compleja maquinaria de la movilización callejera: respondía entrevistas radiales o televisivas más populares, opinando sobre todo y agregando su coletilla política. Al decir de L.A. Quevedo, ingreso en los tiempos de la VIDEOPOLITICA, que incluyo también una forma de recibir y procesar demandas sociales, a través de periodistas y encuestas sociales, a las que el gobierno solía dar respuesta rápida e inconsulta, demostrando , que podría prescindir del peronismo y sus cuadros. El movimiento “renovador “se disolvió al tiempo que muchos de sus dirigentes se incorporaron al menemismo, Antonio Cafiero, en cambio perdió ominosamente la pretensión de reformar la constitución provincial para ser reelecto, debiendo ceder la presidencia del partido a Menem y la gobernación al vicepresidente Duhalde, que hizo de la provincia un poderoso bastión, desde donde buscar la sucesión de Menem. En los comicios del 91, lanzo a nuevos dirigentes: los gobernadores de Tucumán Ramón “Palito” Ortega y Carlos “Lole “Reutemann, cuya elección fue un éxito y convenció del liderazgo del nuevo jefe. Las reticencias se apagaron, con excepción de un pequeño grupo de diputados, “Los Ocho”, encabezados por Carlos “Chacho” Álvarez, que abandonaron el partido, momento en que Menem comenzó a hablar de la “actualización doctrinaria” del peronismo: se apartaba de la línea histórica trazada por Peron, aseverando que él hubiera hecho lo mismo y empezó a pensar en su reelección. OPOSICION : Fuera del peronismo fue mínima. LA UCR, no pudo remontar el descredito del 89 y en las elecciones del 91, solo gano en Capital Federal, Córdoba, Rio Negro, Chubut y Catamarca. En 1993, perdió incluso en la Capital. No sabían realmente cómo enfrentar a Menem, que llevaba adelante de modo brutal pero exitosa la política reformista iniciada por Alfonsín en 1987.las diferencias en su ejecución no alcanzaban para sustentar un argumento opositor. REELECCION: Luego de las elecciones del 91, Menem comenzó a plantear la reforma constitucional que lo habilitara para ser reelecto. En su partido encontró reticencias de quienes aspiraban a sucederlo o de los que buscaban negociar provechosamente su apoyo. Tampoco fueron fáciles con el establishment económico, preocupado por los conflictos que esto podía generar, pero el problema principal estaba en el Congreso: la Reforma debía ser habilitada por ambas Cámaras, por dos tercios de los votos. Luego de las elecciones del 93, Menem logro la aprobación del Senado, y convoco a una consulta popular, no vinculante para presionar a diputados de la UCR, ya que allí no tenía los votos necesarios. Simultáneamente amenazó con hacer aprobar por ley una interpretación del texto constitucional que le permitiera esquivar la restricción, que luego la Corte convalidaría. La UCR, a la defensiva, sin planes y dividida.Angelos y Massaccesi, dependían del fisco nacional y Alfonsín se oponía categóricamente. Sorpresivamente en nov. 93 Menem y Alfonsín se reunieron en secreto y acordaron las condiciones para facilitar la reforma constitucional: contendría la clausula de reelección y modificaciones impulsadas por la UCR para modernizar el texto y reducir el margen legal para la hegemonía presidencial: elección directa, ballotage, reducción del mandato a 4 años ,con la posibilidad de una reelección (sin vedar la electividad futura) creación del cargo de Jefe de Gobierno ,designación de senadores por voto directo, incluyendo un 3ero.or la minoría ,elección directa del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Bs.AS.,creación del consejo de la Magistratura para la designación de jueces y la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. Se llamo a esto PACTO DE OLIVOS. ELECCIONES DEL 94: justicialismo perdió votos moderadamente y la UCR sufrió un fuerte drenaje en beneficio del Frente Grande, que reunió el 12 % de los votos imponiéndose en Capital Federal y Neuquén. Esta nueva fuerza integrada por peronistas disidente como Chacho Álvarez, grupos socialistas y demócratas cristianos y militantes de org de DDHH como Graciela Fernández Meijide, atrajo los votos de quienes criticaban el Pacto de Olivos. REELECCION: La crisis del “tequila” le cio nueva fuerza a la campaña reeleccionaria, pues Menem paso a encarnar el orden y la estabilidad. En las elecciones del 95, presidenciales, enfrento a una UCR debilitada y sin confianza y a una nueva fuerza EL FREPASO, fruto de la unión entre el Frente Grande y un movimiento organizado por el peronista mendocino Bordón. La formula Menem –Ruckauf, derroto a la BORDON- Alvarez, con un 50 % de los votos, y dejo a los radicales MASSACCESI-STORANI en un lejano 3er puesto. EL poder de Jefe de Menem llego allí al cenit. RELACION CON EL SINDICALISMO La relación con el sindicalismo también tuvo su resistencia y su adhesión. Saúl Ubaldini, reivindico la tradición histórica, divido la CGT e intento nuclear a los más directamente golpeados por las reformas, como los trabajadores estatales o los telefónicos. Pero Menem logro la adhesión de otros sindicalistas, que vieron los beneficios de plegarse y los costos de no hacerlo. A cambio de beneficios personales muchos dirigentes y algunos gremios como el de Luz y Fuerza, transformados en organiz. Empresarias, participaron en las privatizaciones. El grueso de los dirigentes sindicales, encabezados por Lorenzo Miguel, mantuvo prudente distancia, hasta comprobar la solidez de la jefatura de Menem, y entonces la acataron. En general, los sindicatos, de intensa actividad durante el Gob. de Alfonsín, sólo se movilizaron para defender sus propios privilegios: en 1992, se produjo una tímida huelga general, en el contexto de la negociación por la desregulación de las obras sociales y las leyes laborales. Hubo algunos incipientes movimientos de resistencia que no llegaron a organizarse. Los trabajadores de empresas privatizadas, estatales, sobre todo de las administraciones provinciales, jubilados y docentes intentaron inútilmente resistir. El CONGRESO DE LOS TRABAJADORES ARGENTINOS (CTA) agrupación sindical no identificada con el peronismo y luego el MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES DE LA ARGENTINA (MTA) peronista disidente de la conducción oficial de la CGT, lograron coordinar sus protestas con la MARCHA FEDERAL, de julio del 93 y un posterior paro general, al que no adhirió la CGT. En dic. De 93 se produjo en Santiago del Estero un estallido: la protesta de trabajadores estatales derivo en pueblada y fueron asaltados e incendiados edificios públicos y viviendas de los más prominentes políticos. Hecho iniciador de una nueva forma de protesta a la que el gob. Fue sensible, dado que el presidente se encontraba embarcado en la campaña para su reelección. FFAA En 1990 Menem clausuro el flanco militar. De sus tiempos de campaña electoral, le quedaron sólidos contactos con los “carapintadas”, en especial con el Cnel. Sineldin, quien realizó un levantamiento en 1988 (probablemente conocido y hasta alentado por el presidente) que culmino a fines del 89 con el indulto a los condenadas Juntas militares, jefes de Montoneros y “carapintadas” presos por levantamientos en época de Alfonsín, bajo la política general de reconciliación, ampliamente resistida por movilizaciones populares en contra. En 1990, Seineldin, con buena parte de los indultados encabezo un levantamiento, que comenzó con el asesinato de dos oficiales. El episodio termino de definir los campos: Menem ordeno una represión en regla y los mandos militares respondieron. Hubo en total 13 muertos y más de 200 heridos. Los responsables fueron juzgados y Seineldin, que asumió toda la responsabilidad resulto condenado a prisión perpetua. Poco después asumió el mando del Ejercito el Gral. Balza, de actuación descollante ese día, que acompaño a Menem hasta fines de su mandato, encontrando el él un jefe notable, que mantuvo la disciplina y subordinaron del Ejercito en medio de circunstancias difíciles. El presupuesto militar fue drásticamente reducido, en el contexto del ajuste de gastos estatales y se privatizaron las empresas militares En 1994, en el cuartel de Zapala murió un conscripto, Omar Carrasco, víctima de malos tratos, y en el contexto de la reelección de Menem, culmino con la SUPRESIÓN DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO y su reemplazo por un sistema de voluntariado profesional. En 1995, sorpresivamente, Balza realizo una crítica de la acción del Ejército en la represión, y afirmo que la “obediencia debida” no justificaba los actos aberrantes cometidos. Primera autocrítica, que no tuvo eco entre sus camaradas, contribuyo al comienzo de la revisión de lo actuado durante el Proceso. IGLESIA: Apoyo similar encontró Menem en la Iglesia, en la figura del cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Bs.As. Un grupo de obispos, creciente al agudizarse los efectos del ajuste y la reforma, se hizo vocero del amplio sector de las víctimas y reclamo políticas de sentido social, moderados por Quarracino, que evito pronunciamientos masivos en la conferencia Episcopal, A cambio Menem acompaño la defensa de las posiciones más tradicionales, sostenidas por el Papa, como el rechazo del aborto y el “derecho a la vida”. , haciéndose aceptar por el grueso de la jerarquía, ciertamente pragmática, teniendo en cuenta que era divorciado y con costumbres poco recatadas para los sectores tradicionales de la Iglesia. RELACIONES INTERNACIONALES: Menem estableció excelentes vínculos personales con G. Bush, los recreo rápidamente con Clinton, pudiendo acudir a ellos en busca de respaldo. El canciller Guido Di Tella, estableció relaciones que denomino “carnales” complementarias del acuerdo alcanzado con los bancos acreedores, por lo que los embajadores de EEUU opinaron sobre todo tipo de cuestiones internas, la ARg. Abandono el Movimiento de Países no Alineados, se clausuró el Proyecto cóndor de construcción de misiles, se respaldaron todas las posiciones internacionales norteamericanas y se acompaño simbólicamente a EEUU en sus empresas militares, enviando tropas al Golfo Pérsico y a Yugoslavia. Involucrándose en las cuestiones de Medio Oriente se pago un alto precio: dos terribles atentados contra la Embajada de Israel y la AMIAS, mutual judía, probablemente hayan derivado de aquellas acciones. En el mismo plano, Di Tella, inicio negociaciones con Inglaterra, dejando sin tratar el tema soberanía, para solucionar las urgentes cuestiones sobre derechos pesqueros. Con el mismo espíritu, en 1991, se apresuro a zanjar todas las cuestiones limítrofes con Chile, con excepción de dos: sobre Laguna del Desierto, donde hubo arbitraje internacional favorable a la ARge, que Chile acepto. En cambio la solución propuesta para los Hielos continentales suscito fuerte oposición y el acuerdo final con Chile sólo se firmo en 1999. Durante su mandato, Menem viajo mucho al exterior y lució su imagen de vencedor de la inflación y reformador exitoso. Personaje popular en el mundo. SEGUNDO MANDATO- 1995-1999 ECONOMIA La crisis del “tequila “de principios del 95, primera advertencia seria, fue superada. Pese a la corrida, el sistema bancario pudo ser salvado, a costa de una fuerte concentración y extranjerización y retrocedió una buena parte de los 6 mil millones de dólares que habían huido en las semanas iniciales del año .las empresas pudieron sobrellevar la sobrevaluación del peso, por la fuerte caída de los salarios reales y la mejora de la productividad lograda por las más grandes, que podían acceder fácilmente a créditos en el exterior. Aparentemente volvían los buenos tiempos EL PBI ,que cayó más de un 4 % en 95, se recupero en 96 y avanzo con fuerza en 97, creciendo por encima del 8% Pero la desocupación, definitivamente instalada, no cedió y se mantuvo apenas por debajo del 15%. La deuda externa creció sostenidamente y los 60mil millones de dólares del 92, se paso a 100mil en el 97. La economía arg. Dependía del capital extranjero y de las oscilaciones de los inversores. Todo esto se termino en el 95, y por lo tanto la holgura fiscal: la tendencia dominante fue la restricción: suba de tasas de interés, recesión, penuria fiscal mayor dosis de ajuste y reforma. Cavallo inicio una nueva serie de privatizaciones, bajo la presión de los organismos externos de “cerrar las cuentas”: * hizo declarar la emergencia previsional * restringió los fondos transferidos a las provincias, que pasaron momentos muy difíciles. No pudiendo pagar sueldos y obligados a hacer sus propios ajustes, sacrificando algunas de sus fuentes de clientelismo: venta de empresas públicas y bancos provinciales, reducción de plantas de empleados y transferencia a la Nación de sus sistemas jubilatorios, quedando el ministro de economía en la mira de los disidentes. A principios del 96, retacearon la aprobación de la ley de presupuesto y se negaron a aprobar otra que extendía las atribuciones económicas del Ejecutivo. Cavallo comenzó a enfrentarse a los que conformaban la “banda” gobernante. Primero por la ley de patentes medicinales, en la que él sostenía la posición norteamericana chocando con los senadores, que hacían lobby con los poderosos laboratorios locales. La privatización del Correo fue otro enfrentamiento, donde Cavallo también era partidario de empresas postales de EEUU y el Congreso hizo una ley a medida de A.Yabran, empresario postal con vastos y poco conocidos negocios. Cavalo, respaldado por el embajador y el propio presidente de EEUU, acusó a Yabrán de evasor de impuestos y mafioso, así como a dos ministros cercanos: del Interior Corach, y de Justicia, Jassan, de ampararlo y manipular jueces a su favor, instalando en la discusión política el tema de la CORRUPCION, que creció vertiginosamente en los años siguientes, recibiendo una contraacusación de participar en negociados y fueron querellados en la justicia. Terminando así la extensa relación con el menemismo. JULIO 1996 _ Menem lo relevo y reemplazo por ROQUE FERNANDEZ, economista ortodoxo que presidia el Banco Central, sin pretensiones políticas, al que los mercados aceptaron con naturalidad y no se conmovieron. Formado en la ortodoxia liberal no se apartó de ella: * subió el precio de los combustibles, * elevo el IVA, que llego al insólito nivel del 21 % * redujo el número de empleados públicos y *finalmente realizo sustantivos recortes al presupuesto *Impulso las privatizaciones restantes: correo, aeropuertos, Banco Hipotecario y vendió las acciones de YPF en poder del Estado al accionista mayoritario, la empresa española REPSOL, todo rápidamente con la única preocupación de resolver los ingresos de caja. Fernández choco con resistencias crecientes en el sector político del gobierno, preocupado por las futuras elecciones. *Cada medida de ajuste debía negociarla en el congreso, fracasando con la FLEXIBILIZACIÓN LABORAL, exigida hace tiempo por empresarios y el FMI, que suscitaba fuerte oposición dentro y fuera del peronismo y sobre todo en los sindicalistas. A fines del 96 Menem la decreto por necesidad y urgencia, pero fue sorpresivamente objetada por la Justicia. En 1997, con Erman González, Ministro de Trabajo, llego a un acuerdo con sindicalistas, garantizándoles el monopolio sindical en la negociación de convenios colectivos, logrando la aprobación de la ley, que fue rechazada por empresarios por lo que Fernández exigió el veto de algunos artículos. También se opuso a otra ley que garantizaba un fondo de mejoramiento salarial para los docentes y rechazo la construcción de 10ml km. De autopistas, que hubiera significado un descenso de la desocupación pero rápido aumento del déficit. En julio 97 se desato otra crisis financiera. Tailandia devaluó su moneda y desato otra crisis cuando en octubre se derrumba la Bolsa de Hong Kong, siguiendo corea, Japon, Rusia y finalmente Brasil que devaluó su moneda a inicios del 99. Lo que significo duro golpe a la Arg, que desde el 95 en una integración acelerada del Mercosur, exportando a alimentos, petróleo y automotores. La devaluación del real en 99 contrajo el mercado para las encarecidas exportaciones arg. Y desato una oleada de reclamos de protección de empresas más grandes, con mayor libertad de acción, empezaron a considerar la posibilidad de trasladarse a Brasil, o al menos subcontratar allí parte de la producción. La crisis del 98, fue más profunda y prolongada que la del “tequila”, sumado al aumento de los intereses de la deuda, escasez y alto costo del crédito, caída de los precios de productores exportables y recesión interna. Ese año el PBI retrocedió 4% y la producción de automotores cayó casi a la mitad .Se profundizo la transnacionalización: varios bancos y empresas fueron comprados por corporaciones multinacionales o por grandes fondos de inversión, como EXxel , que adquirió las empresas de Yabran. El gobierno de Menem llego a su fin con un déficit tan abultado que no se atrevió a declararlo. La deuda externa trepaba a 160 mil millones de dólares, el doble que en 1994. CRISIS SOCIAL: 1995 Fue un año crítico: en varias provincias hubo manifestaciones violentas encabezadas por empleados públicos que cobraban en bonos de dudoso valor. En Tucumán se agrego el cierre de varios ingenios y en Tierra del Fuego el retiro de las fábricas electrónicas, ante el fin del régimen promocional. Al año siguiente, mientras las organizaciones gremiales 8CGT, CTA Y MTA) finalmente confluían para realizar dos huelgas generales contra la ley de flexibilización laboral y la política económica, la oposición política (EL FREPASO Y LA UCR) impulsan una protesta ciudadana: un apagón de 5 minutos y un “cacerolazo” que fue apoyado por entidades de todo tipo, incluidas las defensoras de DDHH. La iglesia, hasta entonces complaciente, al ser reemplazado Quarraccino por monseñor Karlic en la conferencia episcopal, empezó a sumar su voz a las protestas 1997, los gremios docentes CTERA) que venían realizando infructuosamente marchas y huelgas, instalan la llamada CARPA BLANCA frente al Congreso, donde por turnos grupos de docentes de todo el país ayunaban ,recibiendo visitas y adhesiones, organizaban actos y declaraciones a radio y TV, constituyendo una noticia permanente y sin el costo de interrumpir las clases. Algo parecido, ocurrió con los cortes de rutas en Cutral Co y Tartagal, localidades de las zonas petroleras de Neuquén y Salta, muy afectadas por la privatización de YPF, y los despidos masivos. “Piqueteros” y “fogoneros”, que también aparecieron en Jujuy por los despidos del Ingenio Ledesma, interrumpieron el tránsito, incendiaron neumáticos, organizaron ollas populares , reuniendo a trabajadores desocupados, jóvenes que nunca pudieron trabajar, sus familias y amigos, dispuestos a enfrentar la eventual represión, con piedras y palos. Era la movilización de los desocupados, violenta y a la vez reacia a cualquier tipo de acción organizada. El gobierno a veces apelo a la Justicia y a la Gendarmería, respondiendo con violencia, heridos y algún muerto. Otras veces negocio, con los oficios de curas u obispos. No tenía mucho por hacer, sólo dio ayuda en alimentos o ropa y contratos de empleo transitorio, los PLANES TRABAJAR, con los que se aliviaba la situación. A medida que se acentuó la crisis, estudiantes cortaron calles de ciudades, productores rurales realizaban “tractorazos”, sumados a algún episodio violento, con ataque y saqueo a edificios públicos, lo que indicaba el estado de efervescencia generalizado y reaparición de la política de la calle, como en los 60, pero esta vez ante la TV, vehículo fundamental para que la acción tuviera trascendencia y eficacia. SITUACION POLITICA: - LA CORRUPCION La resurrección del peronismo histórico, que descubría los problemas del ajuste y la reforma, se produjo en el momento en que se discutía el cambio de liderazgo, la selección de candidato presidencial para el 99. En 95 apenas pasadas las elecciones, el gobernador Duhalde anuncio que sería candidato y empezó a desempeñarse como tal, viajando a Europa y EEUU, anunciando planes de gobierno y voluntad de distinguirse del “modelo” y recuperar las banderas históricas del peronismo. Pese a que la constitución le prohibía un nuevo mandato Menem lo intentó. Al principio por caminos alternativos alentando la candidatura rival de Palito Ortega, popular, pese a su desastrosa gestión en Tucumán , mantuvo atados a los gobernadores que dependían de los discrecionales aportes del Tesoro Nacional y lanzo su candidatura informalmente, con millones de camisetas, globos y carteles que decían “Menem 99” La lucha tuvo varios escenarios. En los medios de comunicación mientras CAvallo seguía con sus denuncias de negocios ilícitos, otras manos llevaron a periodistas información para perjudicar a sus ocasionales rivales y los medios las difundieron ampliamente. La profunda corrupción se hizo pública: las ventas clandestinas de armas a Croacia y Ecuador, los negocios de la “mafia del oro”, que realizaba exportaciones ficticias, aduana paralela, más tolerante que la oficial y las coimas pagadas por IBM a directores del Banco Nación. También tuvo hechos violentos: la explosión de la fábrica de armamentos de Rio Tercero, para borrar las huellas del contrabando de armas, a costa de muchas vidas. Los dudosos suicidios de un intermediario en esas ventas y de quien pago las coimas en el Nación y el secuestro y tortura de la hermana del fiscal que investigaba el caso del oro. Se produjo un verdadero “destape”, impulsado por el periodismo indagador y facilitado por la guerra interna del peronismo. La Bonaerense, calificada por Duhalde “como la mejor del mundo” apareció implicada en robo de autos, tráfico de droga y prostitución, hasta se probo su participación en el atentado a la AMIA: fue un alto jefe quien suministro el auto para la explosión y cuando Duhalde comenzó la depuración , estallo el caso Cabezas” , periodista grafico ,asesinado y quemado en Pinamar,por haber fotografiado y publicado una foto del misterioso Yabran, y en la investigación se probo la participación de la policía pcial y el empresario como autor intelectual. Cuando fue pedida su captura para ser juzgado, se suicido, quedando muchas cosas oscuras, pero dos muy claras: la corrupción penetraba en todas las instituciones del Estado y nadie vacilaba ante los medios en la disputa por el poder y los negocios. En oct. 97, el justicialismo sufre una fuerte derrota en las elecciones legislativas. Perdió hasta sus bastiones: Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, donde la esposa del gobernador encabezaba la lista de diputados. El “candidato natural” Duhalde, resulto maltrecho y Menem lo golpeo mas, anunciando su candidatura a la rereelaccion para el 99, pese a la falta de apoyo, jugando varias cartas: interpretación caprichosa de la constitución por parte de la corte, plebiscito que demandara reforma constitucional, presión a los gobernadores para alinearlos detrás suyo y dejar sin apoyo a Duhalde, incluso llego a meter una quinta columna en territorio bonaerense. La oposición, unificada, vislumbraba el éxito electoral pero Menem solo buscaba destruir a Duhalde, arriesgando todo lo que el justicialismo había avanzado en su institucionalización partidaria. Al ser abandonado por los jefes peronistas, Menem se “autoexcluyo”, no muy convencido, intentándolo nuevamente unos meses después. Pero esta vea la justicia declaro que su proyecto era absolutamente ilegal. Esta ilusión palaciega de Menem, que no fue abandonada hasta el final, afecto también a Duhalde, quien tuvo que acentuar su perfil opositor en la campaña, presentar propuestas alternativas poco creíbles y que no conformaron a nadie. Los gobernadores buscando alejarse de la disputa, adelantaron las elecciones en sus provincias, Como en el 83, el peronismo llego a la elección de 99 sin líder y perdió. Desde 1995, fueron creciendo fuerzas opositoras, cuyas modalidades estaban por definirse. A fines del 95, luego de ganar la presidencia, Menem sufrió 3 derrotas importantes: -Tucumán, a manos del Gral. Bussi, militar del Proceso -Chaco, a manos de los radicales con el apoyo del Frepaso -Capital Federal, Graciela Fernández Meijide, fue electa senadora con el 46 % de los votos, superando ampliamente a la UCR y al justicialismo. El FREPASO , tuvo un notable crecimiento electoral ,donde convergían disidentes del PJ y la UCR , la UNION SOCIALISTA y otros pequeños grupos de izquierda y el populismo, pero poco después de las elecciones para presidente, Bordón abandona el Frente quedando Chacho Álvarez como dirigente principal secundado por Graciela Fernández Meijide y Aníbal Ibarra. Entusiasmo a muchos recogiendo distintas aspiraciones de la sociedad, no siempre compatibles: una renovación de la política y de los hombres, y la constitución de una fuerza de centroizquierda alternativa de los dos partidos tradicionales. Sin repudiar la transformación económica, puso el acento en los problemas sociales que genero y en las cuestiones éticas y políticas: la corrupción, el deterioro de las instituciones. LA UCR, paso la crisis que arrastraba desde el final de la presidencia de Alfonsín, superando divisiones internas, obtuvo algunos éxitos electorales. Fernando de la Rúa, electo en 1996, primer Jefe de Gobierno de la Ciudad de Bs.AS. FREPASO Y UCR, desde 1995, concertaron la acción parlamentaria primero, establecieron acuerdo en la ciudad de Bs.As. Luego y comenzaron a discutir una alianza más formal, lo cual no era sencillo entre un partido histórico y otro nuevo. Pero primo la convicción de que juntos podían vencer al justicialismo, creando en 1997 LA ALIANZA PARA LA JUSTICIA, EL TRABAJO Y LA EDUCACION, tales los ejes de su programa. Concurrieron unidos en 14 de los 24 distritos, consiguiendo notable triunfo en las elecciones legislativas, en total superaron al PJ por 10 puntos y se impusieron en Entre Ríos, y Santa Fe y G. Fernández Meijide dos veces en Capital, venció en la Pcia. De Bs.AS. a Chiche Duhalde, esposa del gobernador. Luego comenzó la tarea de armar una alianza también para la lucha por la presidencia. Finalmente se acordó no cuestionar la convertibilidad, y poner el acento en la recuperación de la equidad social, y las instituciones republicanas y en la lucha contra la corrupción, bajo la fórmula DE LA RUA-ALVAREZ., que obtuvo un triunfo por 48,5 % a 10 puntos de Duhalde, gobernando en 6 distritos y mayoría en la Cámara de Diputados. Justicialismo amplia mayoría en el Senado y 14 provincias, entre ellos Bs.AS. , Santa Fe, y Córdoba, donde los radicales perdieron por 1ra vez desde 1983. Cavallo armo otra fuerza política Acción para la Republica, para organizar el voto del centro derecho, que obtuvo escaso caudal de votos. De la Rúa recibió un poder limitado en lo político y condicionado por la crisis económica, agregando la dificultad de transformar una alianza electoral en una fuerza gobernante. LA NUEVA ARGENTINA Diez años de menemismo revelaron inequívocamente la transformación del país en el último cuarto de sigo. 1976, fue una bisagra en nuestra historia. Los cambios producidos desde entonces, cuya profundidad fue disimulada por la ilusión democrática del 83, se manifestaron en la década del 90: el país del 2000 se pareció muy poco a aquel que en 1916 constituyo un sistema político democrático que coronaba la expansión de su economía y su sociedad o que otro que hacia 1945, asocio el crecimiento de su mercado interno con la promoción de Lajusticia social del Estado. En sus expectativas, ilusiones y utopías, tampoco se parece al que comenzando la década del 60 ilusiono con la modernización y vislumbro un futuro promisorio. En el año 2000 el prospecto de la nueva Argentina presenta una gran incertidumbre: la reaparición de rasgos negativos de su pasado y el eficiente funcionamiento de un sistema político democrático. En cierto sentido, esos cambios se ubican en la corriente general del mundo occidental. El fin de la Guerra Fría, por un lado y la profunda reestructuración económica, impulsada por el salto tecnológico, la ola de neoliberalismo y la globalización por otra, provocan la desaparición de lo viejo , su difícil sustitución por lo nuevo y en la transición, la incertidumbre, desocupación y miseria. La destrucción de lo viejo y la lenta emergencia de lo nuevo, más difícil de percibir. La experiencia de la Arg. En el siglo XX es la de Sìsifo: sucesivos intentos, que arrancaron con brío y terminaron calamitosamente lejos de los objetivos que se habían fijado. Lo que primero impresiona son los cambios en la economía: cuestiones que se debatían apenar un cuarto de siglo atrás nos resultan hoy extrañas. Apertura de la economía retirada del Estado, que regulaba, asistía o participaba directamente, han cambiado las reglas. Otro cambio decisivo fue la estabilidad de precios: hace casi 10 años que no se viven aquellos violentos tironeos sectoriales, acompañados de golpes inflacionarios y formaron el sustrato de la historia política. Dato decisivo, sin dudas es el endeudamiento externo, creciente desde 1977. Que parece impagable y hace al país vulnerable. La política iniciada por Martínez de Hoz y continuada por Cavallo, sacudió fuertemente el aparato productivo. La desocupación resalta nítidamente y parece ser ya estructural. Con la convertibilidad, la sobreevaluación del peso condiciona la integración a la economía mundial, los sectores importadores y exportadores (agro e industria pesada) avanzan y retroceden. El golpe fue mucho más fuerte para los empresarios orientados al mercado interno, que experimentaron una situación darwiniana: algunos se adaptaron y prosperaron, otros sobrevivieron con dificultad y un tendal quedo en la lona. Los cambios afectaron a la primitiva industria como a las nuevas, con fuerte participación multinacional. Pero luego del 76, en muchos sectores se pasa del mundo de lo electromecánico al mundo de lo electrónico, desarrollo frustrado por la gran apertura económica iniciada en 76 y completada en 91, sometidas de golpe a la fuerte competencia. Al mismo tiempo la fuerte presencia del capital extranjero extendió el campo de los bancos y cadenas de comercialización, con gran concentración. Después del 76 pasaron la prueba darwiniana los grandes grupos económicos que participaron de la privatización de empresas del Estado, diversificaron su actividad y hasta se hicieron internacionales. No es fácil vislumbrar el resultado de estas transformaciones, que debería servir para restaurar el dinamismo capitalista, para producir el reencuentro del interés privado y el general. Pocos han ganado, muchos han perdido. Es evidente que la ARg. No puede retomar la ruta del crecimiento, ni sobrevivir al ahogo del endeudamiento sin mejorar sus exportaciones, pero no está claro qué lugar hay para ella en el mundo, ni que actividades pueden tener efectos virtuosos para el conjunto de la economía. Por otra parte, empresarios, liberados de la tutela del Estado, que siempre denostaron, aun cuando se aprovecharon muy bien de ella, luego del banquete final, buscaran cumplir las demandas, sunción de riesgos y búsqueda de beneficios de la innovación y la eficiencia? Es poco probable la reconversión de la economía y de las conductas, si no es orientada por vigorosas políticas públicas. La crítica neoliberal, circulante en todo el mundo occidental, no solo afecto al estado dirigista sino al providente. El Estado redujo su participación en el desarrollo y el mantenimiento de las obras publicas, la salud, la educación, el sistema jubilatorio, la defensa y la seguridad. Transfirió la responsabilidad a los usuarios, según su respectivas posibilidades, asumiendo solo la de los pobres o indigentes. El principio de que el Estado tiene una función en relación con la equidad y la justicia social, una de las más importantes conquistas de la soc. arg del siglo XX fue abandonada. Además se corroyó el instrumento mismo del gobierno: lenta destrucción del Estado realizada desde dentro de él. Alejar funcionarios eficientes, pervertir las normas e instalar la corrupción. El proyecto de reforma estatal no avanza en la dirección de mejorar la eficiencia de las cuestiones que le competen irrenunciablemente al Estado. Carente de poder, el Estado dejo proceder a los actores sociales según sus fuerzas respectivas y hasta utilizo sus últimas energías para apoyar a los más fuertes. Esta vasta transformación se apoyo en el llamado NEOLIBERALISMO, nueva creencia colectiva que aquí tb se instaló en el sentido común de la sociedad, con versión pobre: mucho mercado y poca libertad política. Se abandonaron las ilusiones del buen salario, pleno empleo, derecho a la salud, a la educación, la jubilación y en gral a la igualdad de oportunidades, garantizada por el Estado. La sociedad difiere notablemente de aquella de finales del siglo XIX, las oleadas sucesivas de movilización e integración, incluyendo a los migrantes de países limítrofes, se mantuvo, pese a su fuerte conflictividad, de manera clara y brusca, luego de 1976. El mundo del trabajo está completamente erosionado por el desempleo que alcanza tanto a industrias como empleos públicos, diezmados por el neoliberalismo, sacudiendo la identidad trabajadora: la idea del derecho al trabajo y garantías anexas dejan lugar a la “flexibilización” laboral. Los sindicatos sufren transformación similar: tienen menos cotizantes y las obras sociales menos recursos, perdiendo capacidad de presión o puja corporativa. Paralelamente se ha consolidado el mundo de la pobreza, nutrido de trabajadores precarios, pequeños cuentapropistas, jubilados, desocupados, jóvenes que nunca tuvieron empleo, marginales de todo tipo y un sector “peligroso” cada vez más amplio, que viven con un pie dentro de la legalidad y otro afuera. Identidad social superpuesta con la de los trabajadores, que es mas atribuida que asumida. Ante el problema agudo, se encara con un poco de resignación cristiana: siempre habrá pobres. Las clases medias, característico de la vieja sociedad móvil e integrativa, sufrieron una fuerte diferenciación interna, particularmente en sus ingresos, desdibujando sus límites y actividades de pertenencia. Vista en conjunto la sociedad se ha polarizado. Ganadores y perdedores. La antigua sociedad, continúa y relativamente homogénea, igualitaria en muchos aspectos deja paso a otra fuertemente segmentada, de partes incomunicadas, separadas por su diferente capacidad de consumo y acceso a los servicios básicos y hasta por desigualdades civiles o jurídicas. Las ciudades, maquinas de polarizar. Al igual que en las ciudades, en la sociedad lo público está desapareciendo, como espacio de responsabilidad común, construido y mantenido por la acción solidaria. La educación pública, la salud pública, la seguridad pública y aún las plazas y calles, espacios públicos, se van erosionando, para avanzar lo privado. El terreno de la democracia es de balance más complejo, sobre todo por lo reciente de sus logros. Desde el 83 el país acumula records de elecciones, traspasos presidenciales, todos ellos a favor de candidatos opositores y un dato significativo, el peronismo ha perdido dos elecciones presidenciales y una de ellas mientras ocupaba el gobierno. Se ha entrado en una suerte de normalidad electoral. Indudablemente el fuego sagrado se ha reducido notablemente, pero los partidos políticos gozan de salud, aunque no siempre son espacios de participación, discusión y elaboración de propuestas, sino organizaciones electorales, y luego de las elecciones los ganadores no se sienten obligados por las cosas dichas en la campaña. La clase política ha ganado eficiencia, al precio de distanciarse de sus mandantes, lo que potencia la desmovilización de la sociedad. Las relaciones entre los poderes se han hecho más fluidas. La tradición presidencialista argentina, se fue adecuando con la reconstrucción de la democracia, y el cuidado de preservar los derechos de cada poder del Estado, que se adormecieron en los años del menemismo, resurgieron. Las escuelas conmemoran el golpe del 76, como afianzamiento de la memoria del proceso, las organizac. De DDHH siguen vigorosas y se han recomenzado los juicios a los genocidas por la sustracción de niños. La inexistencia de una oposición extraparlamentaria ni quien quiera “patear el tablero” facilita la normalidad democrática, pero a la vez conforma un común problema de ilegitimidad, por el debilitamiento de las convicciones fundadoras. Si bien la democracia se funda en la igualdad política, requiere un cierto soporte de igualdad social, mas allá del cual deja de ser creíble, La Republica no solo debe proclamar la igualdad, debe hacer algo por la igualdad real. Hoy no solo no lo hace, sino que por alguna razón profundiza la desigualdad .En ese riesgoso punto está nuestra experiencia democrática, paradójicamente exitosa en lo institucional, cuando la sociedad que tradicionalmente fue democrática, ha dejado de serlo
La república de las instituciones: Proyecto, desarrollo y crisis del régimen político liberal en la Argentina en tiempos de la organización nacional : 1852-1880
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