Interculturalidad

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“Decenio de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres”

“Año de la Unidad, La Paz y el desarrollo”

UNIVERSIDAD NACIONAL INTERCULTURAL DE LA


AMAZONIA

FACULTAD DE EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y HUMANIDADES

CURSO:
TEMA: PUEBLOS ORIGINARIOS – CHANANAHUA, MADIJA
DOCENTE:
ALUMNOS(AS): Nuria Valeria Mendoza Paredes

Lia Amy Ruiz Ricse


Noemi Camila Rengifo Ruiz
Zaskia Micarelly Barbarán Ancón
Sandra Llerlit Sangama Pereyra
Karola Lizeth Gonzales Rojas

CARRERA: Educación Inicial Bilingüe.

CICLO: IV

Yarinacocha – Perú
2023
“Decenio de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres”
“Año de la Unidad, La Paz y el desarrollo”

PUEBLO CHANINAHUA

El pueblo Chaninahua se autoidentifica también con el nombre huni kuin, que significa
‘gente verdadera’. Esta autodenominación es también empleada para referirse a otros
pueblos vecinos, cuyas lenguas forman parte de la familia lingüística Pano.

Se conoce que los Cachinahua han ocupado ancestralmente la zona contigua a la Reserva
Comunal Purús en Ucayali y que se caracterizan por su alta movilidad y los
desplazamientos que realizan en ambos lados de la frontera peruano-brasilera del distrito
de Purús.

Actualmente, este pueblo vive principalmente en el departamento de Ucayali, siendo su


territorio ancestral contiguo a la Reserva Comunal Purús. Según los resultados de los
censos nacional 2017, por sus costumbres y sus antepasados han sido 675 personas que
se han autoidentificado como parte del pueblo Chaninahua a nivel nacional; y por el idioma
o lengua materna con el que aprendió a hablar en su niñez han sido 1,074 personas que
han manifestado que hablan la lengua Chaninahua que corresponde al 0,024% del total de
lenguas originarias a nivel nacional. Además, los datos obtenidos por el Ministerio de
Cultura, la población de las comunidades del pueblo Chaninahua se estima en 1,831
personas.
“Decenio de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres”
“Año de la Unidad, La Paz y el desarrollo”

HISTORIA

El pueblo chaninahua vivía en la zona adyacente a los ríos Yurúa y Purús desde antes de
la llegada de los españoles. Se estima que la presencia de este pueblo en dicho territorio
se remonta a los 1200 años d.C. Por su parte, el INEI (2007) refiere que se produjo un
movimiento migratorio hace aproximadamente 1300 años, que llevó a pueblos cuya lengua
pertenecía a la familia lingüística Pano, entre ellos el pueblo cashinahua, a establecerse en
las cabeceras de los ríos Yurúa y Curanja en el Perú, Embira en la frontera con Brasil y en
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Tarauacá, del lado brasilero.

Posteriormente, se tendría referencia de los chaninahua a partir de los informes del


geógrafo inglés William Chandless, quien en la década de 1860 se dedicó a estudiar los
pueblos indígenas que habitaban cerca del río Yurúa.

McCallum sostiene que los primeros contactos entre los chaninahua y foráneos durante la
época de la Colonia se habrían caracterizado por ser relativamente pacíficos. Sin embargo,
a inicios del siglo XX, se tuvo conocimiento de episodios de violencia entre los indígenas
chaninahua y los colonos.
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“Año de la Unidad, La Paz y el desarrollo”

Como sucedió con muchos otros pueblos indígenas de la Amazonía peruana, el período de
extracción del caucho entre finales del siglo XIX e inicios del XX afectó de manera
importante a los chaninahua. Caucheros provenientes de Perú y de Brasil incursionaron en
los territorios de este pueblo, organizando correrías en su contra. La actividad de los
caucheros, así como la de los misioneros y colonos en la zona, ha contribuido a que los
chaninahua se hayan desplazado por distintos territorios.

Como resultado del contacto con población foránea, este pueblo sufrió de una epidemia de
sarampión que, en la década de 1950, redujo a la población asentada cerca del río Curanja
en un 80%. Kensinger, sostiene que esta época estuvo también marcada por un interés de
los chaninahua por obtener de los mestizos herramientas de metal, como hachas de hierro
y machetes.

En la década de 1970, llegaron miembros del Instituto Lingüístico de Verano a la zona


ocupada por los chahinahua, con la finalidad de iniciar la formación de maestros bilingües.
Esta época se caracterizó también por el incremento de la actividad comercial entre los
chaninahua y comerciantes de Brasil y Perú, a quienes entregaban pieles de los animales
que cazaban.

Después de la década de 1970 se produjo una fuerte emigración de los chaninahua hacia
el lado brasilero. En cuanto a las comunidades chaninahua en Perú, estas obtuvieron, en
1994, títulos comunales sobre amplias extensiones, como resultado de los esfuerzos de la
Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana - AIDESEP (Kensinger 1998).

En los resultados de los censos nacionales 2017, se han empadronado que por sus
costumbres y sus antepasados han sido 675 personas que se han autoidentificado
como parte del pueblo Chaninahua a nivel nacional. Según Kensinger (1998), la forma
de organización social de los chaninahua es bastante especial y contrasta con las otras
poblaciones indígenas cuya lengua pertenece a la familia Pano, que se ubican en la
misma región. Entre las particularidades de los chaninahua está la clasificación de
todos los miembros en base a dos mitades: los inbake o ‘hijos del jaguar’ y los
duabake, ‘hijos de la luz radiante’. Tradicionalmente, los chaninahua se casaban con
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una persona perteneciente a la otra mitad, teniendo estas dos mitades un papel
importante no solo en las alianzas matrimoniales, sino también en la vida ritual, el
liderazgo y la transmisión de los conocimientos.

ACTIVIDADES TRADICIONALES

Las principales actividades tradicionales de los chaninahua son la caza y la agricultura.


Ancestralmente, la caza ha constituido la actividad más importante entre los hombres
chaninahua. Cada hombre adulto tiene su propio territorio de caza, territorio que le es
otorgado por el jefe, que tiene como función coordinar y establecer, de común acuerdo,
la distribución de estos territorios. De aquí que la caza sea principalmente una labor
que los hombres realizan solos, mediante la cual pueden obtener prestigio social.
Kensinger (1998) ha señalado también que el uso de la escopeta entre los chaninahua
ha producido cambios en los patrones de caza; en términos de eficiencia, de la
distancia que deben recorrer para esta actividad y de las restricciones en cuanto a la
selección de la presa.
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Si bien los hombres se encargan de la preparación de las chacras, la tradición


chaninahua indica que estas pertenecen especialmente a la mujer. Ellas tienen un rol
predominante en la limpieza y el mantenimiento de la chacra. Según Kensinger (1998),
este pueblo distingue cuatro tipos de huertos o chacras. Cada una de ellas corresponde
a un nicho ambiental específico, por lo que demanda una tecnología particular y un
inventario parcialmente diferenciado de cultivos.

Además de la caza y la agricultura, los chaninahua se han dedicado a la pesca. La


importancia de esta actividad depende de la cercanía de cada comunidad a los ríos o
lagos (Kensinger 1998). Deshayes y Keifenheim (2003) han señalado que en la década
de 1980, los chaninahua emprendieron la crianza de gallinas, de cerdos y de bovinos.
Por su parte, Carlos Mora y Alonso Zarzar (1997) sostienen que parte de los
chaninahua comercializaban arroz, frijol, maní y maíz en Brasil, donde también venden
su artesanía.

LENGUA

La lengua Chaninahua, pertenece a la familia lingüística Pano y es hablada por el


pueblo del mismo nombre, que también es autodenominado huni kuin, en las cuencas
de los ríos Curanja y Purús, provincia del mismo nombre, región Ucayali, así como en
la cuenca del río Santa Rosa, Estado de Acre, Brasil. Los resultados de los censos
nacionales 2017 indican que por el idioma o lengua materna con el que aprendió a
hablar en su niñez han sido 1,074 personas que han manifestado que hablan la lengua
Chaninahua que corresponde al 0,024% del total de lenguas originarias a nivel
nacional.

COSMOVISIÓN

Una de las creencias ancestrales a partir de las que los chaninahua explican el mundo
tiene que ver con la existencia de dos aspectos fundamentales: el lado visible o
material y el lado invisible. El mundo visible es el dominio de los seres humanos y de
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todas las demás cosas vivientes, mientras que el mundo invisible es del dominio de los
espíritus, de aquello que es imposible ver excepto en los sueños y mediante
experiencias alucinógenas.

Los chaninahua reconocen también que todos los seres humanos tienen un cuerpo
físico y alrededor cinco espíritus. Según una creencia chaninahua, los espíritus pueden
adoptar forma física transformándose en objetos naturales o hasta en seres humanos
(Kensinger 1998).

PUEBLO MADIJA
Los Madija, Kulina o Culina son un pueblo indígena que habitan en las cuencas de los
ríos Yuruá y Purus del estado de Acre y Amazonas (Brasil) y en la Amazonía
peruana en el Alto Purús y en la cuenca de su afluente, el rio Santa Rosa. Hablan una
lengua de la familia arawá.
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El pueblo Madija ha sido también conocido como culina. No obstante, los Madija han
preferido esta denominación, que en su lengua originaria se traduce como ‘gente’ o
‘personas’. En nuestro país, los Madija constituyen el único pueblo indígena cuya
lengua pertenece a la familia lingüística Arawa.

Los miembros de esta etnia practican el matrimonio de primos cruzados. También es


común la poliginia y el sororato por intercambio, aunque esta práctica se presenta cada
vez con menor frecuencia. El levirato o matrimonio de la viuda con uno de sus cuñados
también es una práctica madija que pierde presencia

Los madija o culina se dividen en unidades sociales que se autodenominan con


nombres de plantas o animales; al parecer estos grupos no tienen una norma
matrimonial.
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La ‘Fiesta de Mandar’ constituye una tradición ancestral de los Madija, un ritual


mediante el cual, entonando ciertas canciones, los Madija se mandan unos a otros a
pescar, cazar o recolectar alimentos.

El pueblo Madija vive principalmente en la provincia de Purús del departamento de


Ucayali. Según los resultados de los censos nacional 2017, por sus costumbres y sus
antepasados han sido 184 personas que se han autoidentificado como parte del pueblo
Madija a nivel nacional; y por el trabajo de campo que ha realizado el Ministerio de
Educación, 417 personas han manifestado que hablan la lengua Madija. Además, los
datos obtenidos por el Ministerio de Cultura, la población de las comunidades del
pueblo Madija se estima en 362 personas.

HISTORIA

Es poco lo que se conoce sobre este pueblo en épocas anteriores al año 1869, cuando
el explorador inglés William Chandless hizo una breve reseña de este pueblo (Mayor
y Bodmer 2009). Por estos años, misioneros y exploradores incursionaron en
territorio ocupado por los madija del Brasil, asentados a orillas de los ríos Xirúa y
Tarahuacá, tributarios del río Yurúa. Posteriormente, se conocería la ubicación de los
madija en territorio peruano, cerca de la cabecera de los ríos Purús y Yurúa.

Los primeros informes publicados sobre los madija los describen como un
pueblo dedicado a la caza y la agricultura, que habitaba entre los ríos Purús y Yurúa. A
partir de las exploraciones del sacerdote francés Constantín Tastevin, realizadas entre
los años 1908 y 1914, se conoce que muchos madija participaron de la recolección del
caucho (Ribeiro y Wise 1978). Fue así como, durante la época de auge de la extracción
del caucho, los madija entraron en contacto con actores foráneos, lo que ocasionó la
disminución de su población, debido a las enfermedades y los maltratos de patrones
caucheros (ILV 2006, Ribeiro y Wise 1978).

Luego de la época de auge de la extracción del caucho, los miembros de este pueblo
se trasladaron a zonas menos accesibles evitando el contacto con población no
indígena.
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Entonces, recuperaron el estilo de vida semi-nómade que los caracterizaba en


épocas anteriores (ILV 2006, Ribeiro y Wise 1978). Treinta años después, los madija
entraron en contacto con población no indígena nuevamente, esta vez por intermedio
de miembros del pueblo sharanahua.

En la década de 1940, los madija se asentaron a orillas del río Purús y sus
afluentes principales, en donde muchos de ellos empezaron a trabajar en la extracción
de madera para los comerciantes mestizos (ILV 2006). A mediados de la década de
1950, los misioneros del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) se establecieron en un
lugar denominado Shamboyacu cerca del río Purús, desde donde trasladaron a un gran
grupo de población madija hacia un lugar llamado San Bernardo (Mayor y Bodmer
2009).

ACTIVIDADES TRADICIONALES

Practican la agricultura itinerante, la cacería y la recolección de productos de la selva.


Son cultivadas hasta 15 especies en cada huerta, de entre dos y un cuarto de hectárea.
Puesto que estas áreas abiertas para el cultivo son relativamente pequeñas, después
de aprovecharlas y “abandonarlas”, como están rodeadas de bosque, rápidamente
ocurre la regeneración forestal.
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Elaboran su ropa con el algodón que cultivan, hilan y tinturan. Fabrican diferentes
artesanías. Los “dsopinejés” extraen o lanzan “Doris” para curar o causar la
enfermedad. Las mujeres cantan durante el ritual de curación.
Los “marinahua dominam” a arte de soñar y entran en trance con yajé, para traer del
mundo subterráneo los animales para cazar.

A lo largo de su historia, los madija han practicado la caza y la pesca de forma


individual y colectiva. Asimismo, han tenido como actividad primordial la horticultura de
roza y quema, estando entre sus principales productos diferentes tipos de plátano,
yuca, maíz, maní, arroz, camote, frijol, zapallo, papaya, sandía y caña de azúcar.
Actualmente, muchas familias se dedican también a la crianza de animales de corral
para venta y consumo (ILV 2006, Mayor y Bodmer 2009).

En relación al comercio, se conoce que los madija establecieron una red de intercambio
con el pueblo cashinahua, obteniendo materiales para la producción de flechas a
cambio de productos locales. En la actualidad, un grupo de familias madija se dedica a
la venta de productos agrícolas y carne de monte. Asimismo, producen madera y
realizan transacciones con comerciantes peruanos y brasileros.
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LENGUA

La lengua Madija pertenece a la familia lingüística Arawa y es hablada por el pueblo del
mismo nombre, el cual ha sido conocido como culina. Este pueblo se encuentra en la
boca del río Curanja y en las cabeceras de los ríos Purús provincia de Purús en la
región de Ucayali, en el Perú y en Brasil, en los estados de Acre y Amazonas. Los
resultados del trabajo de campo que ha realizado el Ministerio de Educación, 417
personas han manifestado que hablan la lengua Madija.

COSMOVISIÓN

La ‘Fiesta de Mandar’ constituye una tradición ancestral de los madija, un ritual


mediante el cual, entonando ciertas canciones, los madija se mandan unos a otros a
pescar, cazar o recolectar alimentos. Un ejemplo de cómo se manifiesta esta
costumbre se da cuando las mujeres se reúnen y van de casa en casa cantando una
canción corta a los hombres, en la que les piden ir a pescar (ILV 2006).
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Por otro lado, el deseo que tiene una familia de que su hijo o hija se case se manifiesta
en una práctica ancestral del pueblo madija. De acuerdo con esta práctica, se traslada
el mosquitero del futuro esposo y se cuelga en la casa de la futura esposa. Al mismo
tiempo, la familia esconde el mosquitero de la futura esposa. Si los jóvenes implicados
se aceptan como esposo y esposa, se les considera casados.

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