Juicios Ejecutivos
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Ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez. Exp. Nº 03-144, dec. Nº 96:
A fin de que una controversia pueda tramitarse por el camino de la vía ejecutiva,
es necesario que se cumplan, de manera concurrente, los requisitos que prevé el
artículo 630 del Código de Procedimiento Civil:
El ad quem consideró que no estaban cumplidos los referidos requisitos, razón por
la cual no debía tramitarse la causa por el procedimiento de la vía ejecutiva y en
consecuencia declaró sin lugar la demanda.
“… TERCERO
La parte actora, Alberto Castañeda Morao demanda por la vía ejecutiva, el pago
de las cantidades señaladas en el libelo, a la Federación Venezolana de Cámaras
y Asociaciones de Empresas Transportistas de Hidrocarburos (FEVETRAPH),
fundamentando su pretensión en copia certificada expedida por la Oficina
Subalterna del Tercer Circuito de Registro del Municipio Libertador del Distrito
Federal, contentivo de un Acta de Asamblea celebrada por la accionada
FEVETRAPH, en la cual, según se alega, ésta adeuda al actor la suma de
Diez(Sic) Millones(Sic) de Bolívares(Sic) (Bs. 10.000.000,00) por concepto de
honorarios profesionales causados por servicios prestados (Disc.Fletes).
Del análisis hecho a dicho instrumento, esta Alzada observa que el mismo
efectivamente se refiere al Acta de asamblea celebrada el 01 de julio de 1998 por
el Directorio Ejecutivo de la Federación Venezolana de Cámaras y Asociaciones
de Empresas Transportistas de hidrocarburos (FEVETRAPH). En dicha asamblea,
entre otras, se expresa una lista de cuentas por pagar, entre las cuales, se señala
al ciudadano “Alberto Castañeda (Dis. Fletes) Bs. 10.000.000,00…”
Medio impugnativo del embargo ejecutivo es la apelación del auto que lo acuerda,
no la oposición
En este sentido, el ataque contra el auto que abre la vía ejecutiva se ejerce
mediante el recurso de apelación, pues como ya lo ha decidido esta Sala en
sentencia del 10 de noviembre de 1983, publicada en Ramírez & Garay, Tomo
LXXXXIV, 4° Trimestre de 1983, página 388, ‘el decreto de embargo ejecutivo, en
la vía ejecutiva, es una interlocutoria que causa gravamen irreparable por la
definitiva que llegare a dictarse en el proceso de conocimiento, ya que
sustanciándose este en forma separada y desvinculada del proceso ejecutivo, la
decisión que recaiga sobre la procedencia o no de la acción en nada podrán influir
sobre el gravamen que haya producido la referida medida ejecutiva, tanto más
cuanto que en el procedimiento de la vía ejecutiva no existe disposición especial
que niegue la apelación en este caso’.” (Subrayado y negrillas de la Sala).
Ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez. Exp. Nº 99-1030, dec. Nº 117:
Artículo 631
Para preparar la vía ejecutiva puede pedir el acreedor, ante cualquier Juez del
domicilio del deudor o del lugar donde se encuentre éste, el reconocimiento de su
firma extendida en instrumento privado, y el Juez le ordenará que declare sobre la
petición.
Artículo 632
Artículo 633
Por otra parte, el tribunal de origen, en ejecución del auto de admisión, dictó las
medidas cautelares el 9 de octubre de 1990, y en tal sentido ofició al Registrador
Subalterno correspondiente en relación a la medida de enajenar y gravar y al
Juzgado del Distrito Zamora del Estado Miranda lo comisionó para la práctica de la
medida de embargo. A juicio de la Sala, las medidas acordadas por el tribunal
competente para ello en ese momento, no han sido anuladas por esta Sala, pues
–se reitera– asumió la competencia de las acciones conexas que se ventilan en
este juicio sólo desde que aceptó la competencia para conocer y decidir la admi-
sión de la reconvención. En tal virtud, las medidas cautelares dictadas en
ejecución del auto de admisión de la demanda, continúan vigentes.
Con relación a que la Sala por sentencia del 3 de marzo de 1994 anuló todo lo
actuado con posterioridad a la promoción de pruebas formulada por la empresa
codemandada Construcciones Silvestre Veroes S.N.C., y que por ello las medidas
cautelares acordadas no estarían vigentes –como alega el opositor– se observa,
por el contrario, que el fallo de la Sala es explícito en cuanto al estado en que
repone la causa, que es el de promoción de pruebas de una de las codemandadas
y no al auto de admisión, ni al de decidir sobre medidas cautelares y ni siquiera al
acto de contestación de ninguno de los demandados, por lo que se reitera la
vigencia de las medidas acordadas por el tribunal de origen. Así se decide.
Alega el opositor -y codemandado como fiador solidario en este juicio- que «hubo
perención de derecho de las mismas» (las medidas) debido a que la contraparte
no hiciese (sic) uso del derecho de la vía ejecutiva solicitada». Al respecto, la Sala
observa:
Ahora bien, la transcrita norma no contiene mandato alguno a cargo del solicitante
de la medida con respecto al momento en que deba impulsar procesalmente la
práctica material de la medida de embargo. Por el contrario, el artículo 634
ejusdem dispone que decretado el embargo se procederá con relación a los
bienes hasta el estado en que deban sacarse a remate las cosas embargadas, y
en este estado se suspenderá el procedimiento ejecutivo hasta que haya una
sentencia firme en el procedimiento ordinario. De tal manera que no puede haber
«perención» de las medidas acordadas si el embargo aún no ha sido practicado.
SPA 10-3-98: La suspensión de ese embargo
Igualmente, debe advertir la Sala que la suspensión del embargo sólo procede al
momento de practicarse éste o si después de practicado un tercero se presenta
alegando ser el tenedor legítimo de la cosa embargada y con prueba fehaciente de
la propiedad de la cosa embargada por un acto jurídico válido (artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil); o si después de practicado el embargo,
transcurren más de tres meses sin que el ejecutante impulse la ejecución (artículo
547 ejusdem); o si el deudor presentase garantía suficiente que cumpla los
mismos extremos exigidos a un solicitante de embargo que no llene los requisitos
de ley para que se le acuerde la medida. (artículos 633 y 590 del código adjetivo).
Como se observa, en ninguno de los supuestos legales referidos se contempla la
posibilidad que el decreto de embargo pueda ser suspendido sin haberse
practicado, por lo que forzoso es reiterar la vigencia del decreto de fecha 9 de
octubre de 1990 emanado del Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil del Estado Aragua y, asumida como ha sido la competencia de la Sala
para conocer y decidir tanto de la demanda como de la reconvención en este
juicio, resulta procedente que el Juzgado de Sustanciación de esta Sala provea lo
conducente para la práctica de las medidas de embargo decretadas. Así se
decide.
Artículo 634
Si en virtud de ella hubiere de procederse al remate, se anunciará éste con tres (3)
días de anticipación, aunque se hayan dado los tres avisos que ordena el Título
expresado.
En el caso de autos, esta Sala observa que la decisión contra la cual se anunció y
negó el recurso de casación, fue la dictada en fecha 10 de octubre de 2003 por el
Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Menores de la
Circunscripción Judicial del estado Trujillo, que resolvió sobre la apelación
interpuesta por el demandante contra la decisión dictada en fecha 1º de julio de
2003 por el tribunal a quo, que declaró improcedente la oposición formulada por la
demandada, contra el decreto de embargo ejecutivo dictado por ese mismo
órgano jurisdiccional en fecha 22 de mayo de 2003, en dicha decisión se señaló
que tratándose de una medida de embargo ejecutiva, la misma no podía ser
impugnada por la parte contra quien obre la medida con fundamento en el artículo
546 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto la referida norma consagra el
procedimiento de oposición sólo para los terceros, a los fines de que puedan hacer
valer sus derechos sobre la cosa objeto del embargo y la misma no prevé la
oposición de parte. Igualmente sostuvo el tribunal a quo, que la demandada
recurrente formuló oposición a la precitada medida ejecutiva, con fundamento en
el artículo 602 del Código de Procedimiento Civil, argumentando que el presente
caso, no se cumplieron con los requisitos a que se refiere la citada disposición, en
virtud de que no existe ninguna cantidad líquida ni exigible, alegato que a juicio del
sentenciador, no debió formular por la vía de la oposición, por cuanto el medio
procesal apropiado de que disponía la parte contra quien obró la medida ejecutiva,
para impugnar la medida de embargo ejecutivo decretada, era el recurso procesal
de apelación contra el auto de admisión de la demanda, recurso este que si bien
es cierto en la ley adjetiva no se prevé la posibilidad de su ejercicio, no es menos
cierto que conforme a la jurisprudencia reiterada por este Máximo Tribunal, es
procedente, razón por la que declaró sin lugar la apelación contra el auto que
declaró sin lugar la apelación y, en consecuencia, improcedente oposición
formulada.
De lo anterior, observa la Sala que la vía ejecutiva, tal como está desarrollada en
nuestra sistemática procesal, requiere de un instrumento puramente ejecutivo, ya
sea público o auténtico, que pruebe fehacientemente la obligación del demandado
de pagar alguna cantidad líquida o exigible de plazo vencido, así, optar por el
procedimiento por intimación es una facultad del demandante, que pretende hacer
valer su título ejecutivo, en forma más expedita, así el embargo que se decreta en
la vía ejecutiva es ejecutivo y no preventivo, razón por la que no procede la
oposición del deudor, así lo ha determinado la doctrina patria sobre la materia, al
señalar:
“…La conclusión práctica a la que podemos llegar es que, aquel acreedor que
tenga un instrumento público o auténtico, que pruebe clara y ciertamente la
obligación del demandado de pagar alguna cantidad líquida con plazo cumplido,
para escoger entre la vía ejecutiva o el procedimiento por intimación para hacer
efectivo su derecho.
La utilización del procedimiento por intimación es una facultad del acreedor, que
pretende obtener el título ejecutivo más rápidamente y en forma especial, y que
está sujeta a la no oposición por parte del deudor…”. (Álvarez, Tulio Alberto.
Procesos Civiles Especiales Contenciosos. Editora Anexo 1, C.A., Caracas, 2000.
Págs. 193-194). (Negrillas y subrayado de la Sala).
No hay casación contra la decisión que declara sin lugar la apelación del decreto
de embargo
Ahora bien, con respecto a las medidas de embargo ejecutivo, el artículo 634 del
Código de Procedimiento Civil, dispone:
Artículo 635
Cuando los bienes embargados estuvieren hipotecados para el pago del crédito
demandado, el acreedor tendrá derecho a que el remate se lleve a cabo y se haga
efectivo con su precio el pago de su acreencia, sin esperar la sentencia definitiva
que se libre en el juicio, con tal de que dé caución o garantía de las previstas en el
artículo 590 de este Código, para responder de lo que en definitiva se declare en
favor del deudor, respecto del crédito de que el acreedor se haya hecho pago. EL
Juez será responsable, si la caución dada resultare después insuficiente.
Artículo 636
Todo cuanto se practicare en virtud del decreto de embargo, las diligencias para
anunciar la venta de los bienes embargados, las que sean necesarias para el
justiprecio de ellos y cualquier otra que tenga relación con el embargo y venta de
dichos bienes, formarán un cuaderno separado que principiará con el expresado
decreto.
Artículo 637
Entre nosotros, como dice Borjas, sólo hay la vía ejecutiva (en la actualidad existe
además la vía intimatoria), esto es, un procedimiento anexo y paralelo al ordinario,
en que para seguridad del acreedor, desde que éste instaura su acción se procede
como si ya hubiese recaído sentencia ejecutoriada contra el deudor,
continuándose la ejecución hasta el estado de sacarse a remate los bienes
depositados y deteniéndose allí hasta que, según lo disponga la sentencia
definitivamente firme que se dicte en el procedimiento ordinario paralelo deba
ultimarse o no la ejecución.
Por lo tanto, la parte contra quien obra el decreto de embargo en la vía ejecutiva,
se impugna por la vía de apelación, haciendo valer ante el Juez de la alzada todos
aquellos elementos que lo vicien, sea en la forma o en el fondo.
La posibilidad de excepcionarse contra el decreto que da apertura a la vía
ejecutiva, está en concordancia con lo previsto en los artículo 636 y 637 del
Código de Procedimiento Civil, donde se establece la autonomía de cuadernos,
pues como explica Borjas, «los dos procedimientos (el principal ordinario y el de la
vía ejecutiva) se siguen separadamente y para nada influyen en el ejecutivo las
peripecias del principal». Concluye el autor, que «esta separación de expedientes
es de palpable conveniencia, no sólo para evitar embarazos y complicaciones,
sino de necesidad, pues cualquier apelación que debiera ser oída libremente en el
pleito o que fuera intentada maliciosamente por el deudor bastaría a detener el
curso de las medidas de ejecución por hacerse menester la remisión del
expediente a la superioridad respectiva».
En este sentido, el ataque contra el auto que abre la vía ejecutiva se ejerce
mediante el recurso de apelación, pues, como ya lo ha decidido esta Sala en
sentencia del 10 de noviembre de 1983, publicada en Ramírez & Garay, Tomo
LXXXXIV, 4° Trimestre de 1983, páginas 388:
El principio de la doble instancia, esto es, la posibilidad que tienen las partes de
acudir ante otro Juez, ordinariamente el Superior, a fin de que revise lo decidido
por el inferior, es materia de orden público, en tanto en cuanto se lesione por el
juez la norma que otorga al recurrente la posibilidad de recurrir. En el caso de la
vía ejecutiva el actor cuenta con una ventaja inicial, pues el decreto de embargo
se dicta inaudita altera pars, sin que por ello se entienda lesionado el derecho a la
defensa del destinatario del embargo, quien tendrá la oportunidad que, mediante
recurso de apelación -y hasta de casación- se revise lo decidido por el tribunal de
la causa, y será ante la alzada donde ambas partes, en verdadera situación de
igualdad procesal, controviertan la procedencia o no de la vía ejecutiva.»
Artículo 638
Artículo 639
Artículo 665
SCC 21-6-03
“La obligación de pagar una cantidad de dinero garantizada con hipoteca, se hará
efectiva mediante el procedimiento de ejecución de hipoteca establecido en el
presente capítulo”.
“La ejecución de las obligaciones garantizadas con hipoteca que no llene los
extremos requeridos en el artículo 661 de este capítulo, se llevará a cabo
mediante el procedimiento de la vía ejecutiva”.
La Sala observa del estudio de la recurrida, que en el actual sistema, tal forma de
proceder no se corresponde con el mandato contenido en el artículo 660 del
Código de Procedimiento Civil, el que en forma imperativa ordena que el
demandante de un crédito garantizado con hipoteca, debe acudir al especial
procedimiento de Ejecución de Hipoteca a los fines de su reclamación, sin que
pueda escoger entre ese procedimiento y el de la vía ejecutiva, al que tan solo
podrá acceder en forma excepcional, cuando no se llenen los requisitos exigidos
en el artículo 661 eiusdem, tal como lo señala el artículo 665 ibidem, lo que debe
ser justificado por el demandante. De acuerdo como quedó establecido en
sentencia de fecha 5 de abril de 2000, (caso Banco Capital C.A. contra
Distribuidora Barqui Burguer S.R.L.,).
Por tanto, lo demandado por la parte actora en el presente juicio no podía ser
tramitado a través de la vía ejecutiva, pues el artículo 660 del mencionado Código,
es exclusivo y excluyente para intentar tal reclamación.
Todas estas razones conducen a la Sala a declarar infringidos los artículos 660 y 7
del Código de Procedimiento Civil, y en consecuencia, a casar de oficio y sin
reenvío el fallo recurrido, pues siendo inadmisible la demanda planteada a través
de la vía ejecutiva, es innecesario un nuevo pronunciamiento sobre el fondo.
La falta antes señalada tampoco fue advertida por el ad quem, por lo que la Sala,
en ejercicio de su potestad disciplinaria, advierte a los jueces de instancia que han
actuado en el presente juicio de la misma y los apercibe de no repetirla
nuevamente, pues no le es dable a las partes, ni al órgano jurisdiccional, subvertir
las formas procesales que el legislador ha establecido para la tramitación de los
juicios.