Trafico de Mujeres - Compressed-13-42

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del examen de una teoría de los siste- otra mujer, y ser marido de la esposa y
mas de parentesco. Los sistemas de pa- padre de sus hijos, aunque no sea el
rentesco son y hacen muchas cosas, inseminador |Evans-Pritchard, 1951,
pero están formados por, y reprogu- pp, 107-09).
cen, formas concretas de sexualidad En sociedades preestatales, el pa:
socialmente crganizada, Los sistemas rentesco es el idioma de la interacción
de parentesco son formas empíricas y social que organiza la actividad eco-
observables de sistemas de sexo/gé- nómica, política y ceremonial, además
nera. de sexual, Los deberes, las resposabili-
dades y los privilegios de un individuo
frente a otros se definen en términos
PARENTESCO (sobre el papel que del mutuo parentesco o falta de él, El
desempeña la sexualidad en la transi- intercambio de bienes y servicios, la
ción del mono al "hombre") produccion y la distribución, la hosti-
lidad y la solidaridad,los rituales y las
Para el antropólogo, un sistena de pa- ceremonias, todo tiene lugar dentro de
rentesco no €s una lista de parientes la estructura organizativa del parentes-
biológicos, Es un sistema de categorías co. La ubicuidad y la eficacia adaptiva
y posiciones que a menudo contradicen del parentesco ha Hevado a muchos
las relaciones genéticas reales, Hay do- antropúlogos a considerar que 5u in-
cenas de ejemplos en que posiciones vención, junto con la invención del
de parentesco socialmente definidas lenguaje, fueron los hechos que marca-
son más importantes que las biológicos. ron decisivamente la discontinuidad
Un caso notorio es la costumbre nuer entre los homínidos semihumanos y
del “matrimonio de mujer": los nuer los seres humanos (Sahlins, 1960; Li-
definen la paternidad como pertene- vingstone, 196%; Lévi-Strauss, 1963).
ciente a la persona en cuyo nombre se 5i bien la ides de la importancia
da la dote en ganado pera la madre. del parentesco goza del status de un
Asi, una mujer puede estar casada con principio fundamental en la antropo-
logía, el funcionamiento interno de
los sistemas de parentesco son desde
Tirtió en esclava de la lujuria del hombre hace mucho tiempo objeto de una in-
y mero inttrumento para la producción tensa controversia, Los sistemas de pa-
de hijos"" Engels, 1972, 170-21; subra- rentesco varían ampliamente de una
yado en el ociginal). Como we ha señala- cultura a otra. Contienen toda clase de
do con frecuencia, las mujeres mo nece- normas sorprendentes que rigen con
acriamente tienen una nutoridad social quién puede uno casarse o no. Su
significativa en las sociedades que practi- complejidad interna da vértigo. Los
an la herencin matrilineal (Schneidar y sistemas de parentesco provocan desde
'Congh, 19621 hace décadas a los antropóúlogos a tra-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 107

tar de explicar los tabús del incesto, el tracto y sin género, Por el contrario,
matrimonio entre primos cruzados, los en la obra de Lévi-Strauss el sujeto hu-
términos de descendencia, las relacio- mano es siempre hombre o mujer, y
nes de intimidad forzada o probibida, por lo tanto es posible seguir los diver-
los clanes y las secciones, los tabúes gentes destinos sociales de los dos se-
sobre nombres —todo el catilogo de xos. Como para Lévi-Strauss la esencia
elementos que se encuentra en las des- de los sistemas de parentesco está en
cripciones de los sistemas de parentes- el intercambio de mujeres entre los
co concretas. En el sigle XIX, varios hombres, implicitamente construye
pensadores intentaron escribir descrip- una teoría de la opresión sexual. Es
ciones generales de la naturaleza y la justo que el líbro esté dedicado a le
historia de Los sistemas sexuales huma- memora de Lewis Henry Morgan.
nos {Fee, 1873). Uno de ellos fue
Lewis Henry Morgan, con Lo sociedad
antigue, ¢l libro que inspiró a Engels “VIL Y PRECIOSA MERCANCIA”
para escribir El origen de la familia, la Monique Wittig
propiedad privada y el estado, la
teoría de Engels se basa en la descrip- Las estructuros elementales del paren-
c¡ónlde Morgan del parentesco y el tesco es una afirmación grandioss so-
matrimonio, bre el origen y la naturaleza de la so-
Al retomar el proyecto de Engels ciedad humana, Es un tratado sobre
de extraer una teoris de la opresión ló sistemas de parentesco de aproxi-
sexual del estudio del parentesco, te- madamente un tercio del globo etno-
nemos la ventaja de la meduración de gráfico, y más fundamentalmente es
la etnología desde el siglo XIX. Ade- un intento de discernir los principios
más tenemos la ventaja de un Jibro estructurales del parentesco. Lévi-
peculiar y particulermente apropiado, Strauss argumenta que la aplicación de
Las estructuras elementales del paren- esos principios (resumidos en el últi-
tesco de Lévi-Strauss, que es la más mo capítulo de Los estructures ele-
atrevida versión del siglo XX del pro- mentales) a los detos sobre el paren.
yecto del XIX de entender el matri- tesco revela una lógica inteligible en
monio humano. Es un libro en que se los tabries y las reglas metrimonisles
entiende explicitamente el parentesco que han sorprendido y confundido a
como una imposición de la organiza- los antropólogos occidentales. Comns-
ción cultural sobre los hechas de la truye un juego de ajedrez de tal com-
procreación biológica. Está impregna= plnj¡_uad que no es posible resumielo
de por la conciencia de la importancia aquí, pero dos de sus piezas son parti-
de la sexualidad en la sociedad huma- cularmente importantes para las muje-
na, es una descripción de la sociedad res: el “regalo” y el tabú del incesta,
que no asume un sujeto humeno ebs- cuya deble articulación constituye

NAC
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su concepto del intercambio de hermano de su esposa (Malinowski,


mujeres, 1929). Como ese procedimiento pare-
Las estructuras elementales es en ce ser inútil desde el punto de vista de
parte un comentario revolucionario de la acumulación o el comercio, se ha
otra famosa teoría de la organización buscado su lógica en alguna otra cosa.
social primitiva, Essoy on the Gift de Mauss propuso que la significación de
Mauss (ver también Bshlins, 1972, hacer regalos es que expresa, afirma o
cap, 4). Mauss fue el primero en teori- crea un vinculo social entre los parti-
zar la significación de uno de los ras- cipantes en un intercambio. El hacer
gos más notables de las sociedades pri- regalos confiere a sus participantes
mitivas: la medida en quedar, recibir una relación especial de conflanza,
y devolver regalos domina las relacio: solidaridad y ayuds mutua. En la
nes sociales, En esas sociedades circu- entrega de un regalo se puede solicitar
lan en intercambio toda clase de co- una relación amistosa; su aceptación
sas: alimentos, hechizos, rituales, pals- implica disposición a devolver el
bras, nombres, adornos, herramientas regalo y confirmación de la relación.
y poderes. El intercambic de regalos puede ser
también el lenguaje de la competencia
Tu propia madre, tu propis y la rivalidad; hay muchos ejemplos en
hermana, tus propios puercos, que una persona humilla a otra
tus propios camotes que has dándole más de lo que ésta puede
apilado, no los puedes comer. devolver. Algunos sistemas políticos,
Las madres de otros, las her- como los sistemas de Gran Hombre de
manas de otros, los puercos de las monteñas de Nueva Guinea, se
otros, los camotés de otros basan en un intercambio que es
que ellos han apilado, los pue- desigual en el plano material. Un
des comer, (Arapesh, cita en aspirante a Gran Hombre tiene que
Lévi-Strauss, 1969, p 27). dar más bienes de los que pueden de-
volverle; lo que obtiene a cambio es
En une transacción de regalos típi- prestigio político,
cá, ninguna de las partes gana nada. Aunque tanto Mauss como Lévi-
En las islas Trobriand, cada casa man- Streusa destacan los aspectos solidarios
tiene un huerto de camates y todas las del intercambio de regalos, los otros
casas comen camotes, pero los camo- propósitos posibles del hacer regalos
tes cultivados por la casa y los camotes refuerzan el punto de que es un medio
que come no son las mismos, En la omnipresente de comercio social.
época de la cosecha, el hombre manda Mauss propuso que los regalos eran los
los camotes cultivados por él a la casa hilos del discurso social, los medios
de su hermana, mientras que la casa por los que esas sociedades ee mante-
en que vive es aprovisionada por el nían unidas en susencia de institucio.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 19

hes gubernamentales especializadas. de ese otro hombre. .. La mu-


“El regalo es la forma primitiva de lo- jer gue uno no toma, por eso
grar la paz que en la sociedad civil se mismo, Ja ofrece. ( Levi-Strauss,
obtiene por medio del estado... Al 1968, p. 51)
componer la sociedad, el regalo fuela
liberación de la cultura, ,. (Sahlins, La probibición del incesto no
1972, pp, 169-175). 5 tanto une regla que prohibe
LéviStrauss añadió 2 la teoría de el matrimonio con la madre,
la reciprocidad primitiva la iden de hermana o hija, como una re
que el matrimonio es una forma básica gla que obliga a dar a otro la
de intercambio de regalos, en que las madre, la hermana o la hija. Es
mujeres constituyen el más preciaso Ta suprema regla del regalo. ..
de los regalos, Sostiene que ¢l mejor (Ibid., p. 481).
modo de entender el tabú del incesto
es como Un mecanismo para asegurar El resultado del regalo de una mu-
que tales intercambios tengan lugar jer es más profundo que el de otras
entre familias y entre grupos. Como transacciones con regalos, porque la
la existencia del tabú del incesto es relación que se establece no es sólo de
universal, pero el contenido de sus reciprocidad sino de parentesco, Los
prohibiciones varía, no es posible ex- participentes en el intercambio pasan
plicar éstas como motivadas por el ob- a ser afines, y sus descendientes esta-
jeto de evitar los matrimonios de pare- rán relacionados por la sangre: “Dos
jas genéticamente próximes, Más bien personas pueden ser amigas e inter-
el tabú del incesto impone los objeti- cambiar regalos y sin embargo reñir y
vos sociales de la exogamía y la alianze pelear de vez en cuando; pero el matri-
a los hechos biológicos del sexo y la mohio los conecta en forma perma-
procreación, El tabú del incesto divide hente” (Eest, cita en Lóvi-Straues,
el universo de la elección sexual en ca- 1969, p. 481), Tgual que en otros ca-
tegorías de compañeros permitidos y sos de regalos, los matrimonios no
probibidos. Especificamente, al pro- siempre son simplemente actividades
hibir las uniones dentro de un grupo para hacer la paz, Los matrimonios
impone el intercambio marital entre pueden ser altamente competitives, y
Erupos, hay muchos afines que se pelean. Sin
embargo, en general el argumento es
La prohibición del uso sexual que el tahú del incesto origina une am-
de una hija o una hermana los plia red de relaciones, un conjunto de
obliga a entregarla en matri- personas cuyas conexiones reciprocas
monio a otro hombre, y al constituyen una estructura de paren-
mismo tiempo establece un de- tesco. Todos los demás niveles, canti-
recho 4 la hija o a la hermans dedes y direcciones de intercambio

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“ineluyendo los hostiles— están orde: hombres, Y es a log participantes, no


nados por esta estructura. Las ceremos a los regalos, que el intercambio recí-
nigs de matrimonio registradas en la Li- proco confiere su casi mistica fuerza
teratura etnográfica son momentos en de vinculación social, Las relaciones
una procesión incesante y ordenada en en un sistema de este tipo son tales
que mujeres, niños, conchas, palabras, que las mujeres no están en condicio
nombres de ganado, peces, ancestros, nes de recibir los beneficios desu pro-
dientes de ballena, puercos, camotes, pia circulación. En cuanto las relacio-
hechizos, danzas, esteras, etc., pasan nes especifican que los hombres inter-
de mano en maño, dejando como hue- cambian mujeres, los beneficiarios del
lla los vínculos que unen, Parentesco producto de tales intercambios, la or-
es organizacion, y la organización ganiración social, son los hombres.
otorga poder. Pero ¿a quién orgamzan?
Si el objeto de la transacción son Le relación total de intercarm-
mujeres, entonces son las hombres bio que constituye el matri-
quienes las dan y las toman los que se monñio no se establece entre un
virculer, y la mujer es el conduetor de hombre y una mujer, sino en-
ung relación, antes que participen en tre dos grupos de hombres, y
ellaS El intercambio de mujeres no la mujer figura sólo como uno
implica necesartamente que las mujeres de los objetos del intercambio,
estén reificadas en el sentido moder no como uno de los partici-
na, porque en el mundo primitivo las pantes asociados, . . Esto sube
cosms están imbuidas de cualidades siste aun en los casosen que se
altamente personales, Pero sí implica toman en cuenta los senti-
una distinción entre el regalo y quien mientos de la muchacha, lo
regala, Si las mujeres son los regalos, que además se hace habitual-
los asociados en el intercambio son los mente. Al aceptar la unión
propuesta, ella precipitao per-
mite que el intercambio se
* ¿Qué quieer cararte con tu hermana? produzca, pero no puede mo-
¿Qué te pasa? ¿No quieres temer un cur dificar su naturaleza. .. (Lévi-
fudo? ¿No te das cuenta de que ai te ea- Strauss, bid., p. 115)*
tas con la hermana de oteo hombre y
otro hombre 88 casa con tu hermana,
tendris por lo menos dos cuñados, mien- 7 Este anilisls de la sociédad
como basada
a-
lrte que & te ensas cón-tu propin herma- n vinculos entre hombres por medio
a no tendrás ninguno? ¿Con quién ca- de mujores hace totalmenta inteliglbles
varis, con quién cultivarás tu huerte, las respuestas separatistas del movimies-
á quién irús a vicitar” [Arnpesh, cita en to de las mujeres, El separatismo puede
ChviStrausa, 1949,p. 485). sér Vato comó uma mitación
de la es-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ..,

Para participar como socio en un El “intercambio de mujeres” es un


intercambio de regalos es preciso tener concepto seductor y vigoroso. Es
algo para dar, Si los hombres pueden atractivo porque ubica la opresión de
dar 2 las mujeres, es que éstas mo las mujeres en sistemas sociales antes
pueden darse ellas mismas. que en la biología, Acdemás sugiere
que buscar la sede final de la opresión
“¿Qué mujer", meditaba un de las mujeres en el tráfico de mujeres,
joven melpa del norte, *es lo antes que en el tráfico de mercancias.
bastante fuerte para levantarse No es dificil, ciertamente, hallar ejem-
y decir: “Hagamos moka, bus- plos etnográficos ¢ históricos del tráfi-
quemos esposas y puercos, de- oo de mujeres, Las mujeres son entre-
mos nuestras hijas a hombres, gadas en matrimonio, tomadas en ba-
hagamos la guérra, matemos a talla, cambiadas por favores, enviadas
muestros enemigos? ¡No, de como tributo, intercambiadas, com-
ninguna manera!... no son pradas y vendidas. Lejos de estar limi-
más que cosillas insignificantes tadas al mundo “primitivo”, esas prac-
que simplemente se quedan en ticas parecen simplemente volverse
casa ¿ho lo ves?™ (Strathern, más pronunciadas y comercializadas
1972, p. 161). en sociedades más “civilizadas”, Desde
luego, también hay tráfico de hombres,
¡Qué mujeres, realmente! Las mu- pero como esclavos, campeones de
jeres melpa de quienes hablabe el jo- atletismo, siervos o alguna otra ca-
ven no pueden buscar esposas, son tegoría social catastrófica, no como
esposas, y lo que encuentran son mari- hombres, Las mujeres son objeto de
dos, cosa muy diferente. Las mujeres transacción como esclaves, siervas y
melpa no pueden dar sus hijas a hom- prostitutas, pero también simplemente
bres porgue no tiene los mismos dere- como mujeres, Y si los hombres han
chos sobre sus hijas que tienen sus pa- sido sujetos sexuales —intercambiado-
rientés hombres, derecho de concesión res— y las mujeres semiobjetos sexua-
{aungue no de propiedad), les —regalos— durante la mayor parte
de la historia humeans, hay muchas
costumbres, lugares comunes y rasgos
tructura rocial, como Un intento de for- de personalidad que parecen tener mu-
mer grupos sociales busados en vínculos cho sentide (entre otres, la curiosa
inmediatos untre mujeros, También pue- costumbre de que el padre entregue a
de ser visto como una negución radical la novia).
de los "derechos" de los hombres sobre El “intercambio de mujeres” tam-
las mujeres, y como una afirmación de bién e£ un concepto problemático.
las mujeres de sus derechos sobre í Como LéviStrauss sostiene que el ta-
minmos. bú del incesto y los resultados
de su

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aplicación constituyen el origen de la “producción” en el sentido más gene-


cultura, se puede deducir que la derro- ral del término: una modelación, una
ta histórica mundial de las mujeres transformación de objetos {en este ca-
oeurrid con el origen de la cultura y es 50, personas) a y por un propósito
un prerequisito de la cultura. Si se subjetivo (por este sentido de la pro-
adopta su andlisis en forma pura, el ducción, Marx, 197la, pp. 80-99),
programa ferninista tiene que incluir Tiene sus propias relaciones de pro-
ung larea aun más onerosa que el ducción, distribución e intercambio,
exterminio de los hombres: tiene que que incluyen ciertas formas de “pro-
tratar de deshacerse de la cultura y piedad'" de personas, Esas formas no
sustituirla por algún fenómeno nuevo son derechos de propiedad exclusivos
sobre la faz de la tierra. Pero en el me- y privados, sino más bien tipos dife-
jor de los casos sería bastante dudoso rerites de derechos que unas personas
argumentar que si no hubiera inter tienen sobre otras. Las transacciones
cambio de mujeres no habríe cultura, de matrimonio —los regalos y el mate-
aungue sólo sea porque la cultura es, rial que elreulan en lus ceremontas que
por def ón, inventiva. Incluso es marcan un matrimonio— son una rica
discutible que el “intercambio de mu- fuente de datos para determinar con
jeres™ describa adecuadamente toda la exactitud quién tiene qué derechos
evidencia empirica de sistemas de pa- sobre quién, No es difícil deducir de
Tentesco. Algunas culturas, como las esas transacciones que en la mayoría
de los teles y lumas, intercambian mu- de los casos los derechos de las mujeres
Jeres explícita y abiertamente; en otras son hastante más residuales que los de
culturas el intercambio de mujeres se los hombres.
puede deducir por inferencia, en algu- Los sistemas de parentesco no sólo
nas —especislmente en las de los caza- intercambian mujeres. Intercambian
dores y recolectores exciuidos de la accéso sexual, situación genealógica,
muestra de LéviStrauss— la eficacin nombres de linaje y antepasados, de
del concepto es muy cuestlonable. rechos y persoms —hombres, mujeres
¿Qué hacer con un concepto que pare- y niños— en sistemas concretos de re-
ce tan úl y a la vez tan dificil? laciones sociales, Esas relaciones siem.
El “intercambio de mujeres” mo es pre incluyen ciertos derechos para los
ni una definición de la cultura ni un hombres, otros para las mujeres, “In
sistema en y por al mismo, El concep- tercambio de mujeres" es una forma
to es una aprehensión aguda, pero abreviada para expresar que las rela.
condensada, de algunos aspectos de las ciones sociales de un sistema de paren-
relaciones sociales de sexo y ginero. tesco especifican que los hombres
Un sistema de parentesco €s una impo- tienen ciertos derechos sobre sus pa-
sición de fines sociales sobre una parte rientes mujeres, y que as mujeres no
del mundo natural, Por lo tanto es tienen los mismos derechos ni sobre sí
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ,.. 113

mismas i sobre sus parientes hombres. de parentesco describe reglas y sistemas


En este sentido, el intercambio de de combinación sexual. En “La fami-
mujeres es una percepción profunda la" plantea el problema de las condi
de un sistema en que las mujeres no ciones previas necesarias para el fun-
tienen pleno derecho sobre sí mismas. cionamiento de los sistemas de matri-
El intercambio de mujeres se convierte monio. Indaga qué tipo de “gente”
en una ofuscación si es visto como una presuponen los sistemas de parentesco
necesidad cultural, y cuando es utiliza- por la vía del análisis de la división se-
do como único instrumento para en- xual del trabajo,
focar el andlisis de un sistema de pa- Aun cuando toda sociedad tiene
rentesco. algún tipo de división de tareas por
Si Lévi-Strauss está en lo cierto el sexo, la usignación de cualquier tarea
ver en el intercambio de mujeres un particular a un sexo U otro varía enor-
principio fundamental del parenteses, memente. En algunos grupos la agri-
s subordinación de las mujeres puede cultura es trabajo de las mujeres, en
zer vista como producto de las relacio- otros es trabajo de hombres, En algu-
nes que producen y organizan el sexo nas sociedades las mujeres llevan '
y al género. La opresión económics de carga más pesada, en otras los hc s
las mujeres es derivada y secuncaria. bres, Hey incluso ejemplos de mujeres
Pero hay una “economía” del sexo y cazadoras y guerreras, y de hombres
€l gónero, y lo que necesitamos o8 una que se encargan del cuidado de los ni-
sconomía política de los sistemas se- hos. LéviStrauss concluye de un exa-
xuales, necesitamos estudiar cada so- men general de la división del trabajo
ciedad pára determinat con exactitud pof sexos qué no &5 una especialización
log mecanismos por los que se prodit- biológica, sino que debe tener algin
cen y se mantienen determinadas con- otro propósito. Ese proposite, sostié-
veñciones sexuales. El “intercamblo ne, es asegurar la unión de los hombres
de mujeres” es el paso inicial hacia la y las mujeres haciendo que la minima
construcción de un arsenal de concep- unidad esonómica viable contenga por
tos que permitan describir los sistemas lo menos un hombre y una mujer,
BEXUALES.
El hecho mismo de que la di-
visión sexual del trabajo tiene
MAS ADENTRO DEL LABERINTO variaciones infinitas según la
socledad que se considere de-
Pueden derivarse más concéptos de un muestra que. .. lo que se re-
ensayo de LéviStrauss Eltulado “La quiere, misteriosamente, es el
familia”, en que introduce otras con- hecho miemo de su existencia,
sideraciones en su ánalisis del paren- y Ja forma en que llega a exis-
tesco, en Las estructuras elementales tir no tiene ninguna importan-

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cia, al menos desde el punto regla que impone el matrimonio, Y el


de vista de ninguna necesidad matrimonio presupone individuos que
natural... la división sexual están dispuestos a casarse,
del trabajo no es otra cosa que Es interesante llevar este tipo de
un mecanismo para constituir empresa deductiva más lejos que Lévi-
un estado de dependencia reci- Stravss, y explicar la estructura lógi-
proca entre los sexos, (Lévi- ea que subyace a todo su andlisls del
Strauss, 1971, pp. 347-48). parentesco. Al nivel más general, la
organización social del sexo se basa en
La división del trabajo por sexos, el género, la heterosexualidad obliga.
por lo tanto, puede ser vists como un toria y la constricción de la sexualidad
“tabú”: un tabú contra la igualdad de femenina.
hombres y mujeres, un tabú que divi- El género es una división
de los se-
de los sexos en dos categorías mutua- Xos socialmente impuesta. Es un pro-
mente exclusivas, un tabi que exacer- ducto de las relaciones sociales de se-
ba las diferencias biológicas y asícrea xualidad, Los sistemas de parentesco
el gónero. La división del trabajo pue- se basanen el matrimonio; por lo tan-
de ser vista también como un tabú to, transforman a machos y hembras
contra los arreglos sexuales distintos en “hombres” y “mujeres”, cada uno
de los que contengan por lo menos un una mitad incompleta que sólo puede
hombre y una mujer, imponiendo así sentirse entera cuando se une con la
el matrimonio heterosexual, otra, Desde luego, los hombres y las
La argumentación de “La familia” mujeres son diferentes. Pero no son
presenta un cuestionamiento radical tan diferentes como el día y la noche,
de todos los arreglos sexuales huma- la tierra y el cielo, el yin y el yang, la
nos en que no hay ningún aspecto de vida y la muerte. En realidad, desde el
la sexualidad que se dé por sentado punto de vista de la naturaleza, hom-
como "natural”. (Herte, 1960, cons- bres y mujeres están mas cerca el uno
truye una argumentación similar para del otro que cada uno de ellos de cual
una explicación totalmente cultural de quier otra cosa —por ejemplo, monta-
la denigración de la zurdera). Más bien, ñas, canguros o palmas, La idea de que
tocdas las manifestaciones del sexo y los hombres y las mujeres son más di-
el género son vistas como constituidas ferentes entre af que cada uno de ellos
por los imperativos de sistemas socia- de cualquier otra cosa tiene que prove-
les, Desde esa perspectiva, hasta Las nir de algo distinto de la naturaleza,
estructuros elementales de parentesco Además, si bien hay una diferencia
aparece como asumiendo alginos pre- promedio entre machos y hembras en
misas, En términos puramente lógicos, una variedad de rasgos, la gama de va-
una regla que prohibe ciertos matri- riación de esos rasgos muestra una su-
monios e impone otros presupone una perposición considerable, Siempre ha-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE .., 115

brá algunas mujeres que son más altas cesario asegurar las uniones hetercee-
que algunos hombres, por ejemplo, xuales por medio de la interdependen-
sun cuando en promedio los hombres cia económica. Además, el tabú del in-
soñ más altos que las mujeres. Pero la cesto presupone un tabú anterior,
idea de quelos hombtes y mujeres son menos articulado, contra la homose-
dos cetegorías mutuamente excluyen- xualidad, Una prohibición contra algu-
tes debe surgir de otra cosa que una nas uniones heterosexuales presupone
inexistente oposición “natural”.* La- un tabú contre las uniones no hetero-
jos de ser una expresión de diferencias sexuales, El género no sólo es una
naturales, la identidad de género ex- identificación con un sexo: además
clusiva es la supresión de semejanzas implica dirigir el deseo sexuel hacia el
naturales. Requieré represión: en los otro sexo, La división sexual del tra-
hombres, de cualquiera que sa la ver- bajo está implícita en los dos aspectos
sión local de rasgos “femeninos”; en del género: macho y hembra los crea,
las mujeres, de la versión local de los y los crea heterosexuales. La supresión
rasgos “"masculinos". La división de del compoñente homosexual de la
los sexos tiene el efecto de reprimir al- sexualidad humana, y su corolario, la
gunas de las características de persona- opresión de los homosexuales, es por
lidad de prácticamente todos, hom- consiguiente un producto del mismo
brés y mujeres. El mismo sistema social sistema cuyos reglas y relaciones
que oprime a las mujeres en sus rela- oprimen a las mujeres,
ciones de intercambio, oprime a todos En realidad, la situación no es tan
en su insistencia en una división rigida simple, como se hace evidente cuando
división de la personalidad. pusemos del nivel de las generalidades
Además, Los individuos son engen- al análisis de aistemas sexuales especí-
drados con el fin de que el matrimonio Ticos.
esté asegurado. LéviStrauss lega peli- Los sistemas de parentesco no
grosamente cerca de decir que la hete- sólo alientan la heterosexualidad en
rosexualidad es un proceso instituido, detrimento de la homosexualidad. En
Si los Imperativos biológicos y hormo- primer lugar, pueden exiglr formas es-
nales fueran tan abrumadores como pecíficas de heterosexuelidad. Por
cree la mitología popular, no sería ne- ejemplo, algunos sistemas de matrimo-
nio tienen una regla de matrimonio
obligatorio entre primos cruzados, En
* "La mujer no userd lo que pertenece ese sistema, la persona no sóloes hete-
A un hombre, ni el hombre ee pondrá rosexual sino “primo-cruzadosexual',
ropa de mujer: porque todos os que lo Si la regla de matrimonio especifica
hagan son abominsción a los ojos del además matrimenio con primo cruza-
Señor tu Dioe™ (Deuteronomio, 22:5; do matrilsteral, el hombre será “hija-
el énfusia no es mioj, del-hermano-dela-madresexual”* y la

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GAYLE RUBIN

mujer serd “hijo-de-la-hermana-del-pa- medio de una ceremonia especial, y ,


dre-sexual”™, del mismo modo, una mujer anatom:-
Por otro lado, las complejidades ca podia convertirsé én hombre. A
mismas de un sistema de paréntesco continuación la persona aesf transfor-
pueden condúcir a formas particulares mada tomaba una esposa o un marido
de homosexualidad institucionalizada. de su mismo sexo anatómico, que era
En muchos grupos de Nueva Guines, el sexo social opuesto, Esos matrimo-
se considera que hombres y mujeres nios, que nosotros considerarfamos
son tan enemigos entre al que el perio- homosexuales, eran helerosexusles de
do que un varón posa en el útero niega acuerdo con las normas de los moha-
s masculinidad. Como se piensa que ve, uniones de sexos opuestos según la
la fuerza vital masculina reside en el definición social, En compáración con
semen, al niño puede superar los efec- nuestra sociedad, este dispositivo per-
tos maléficos de su historia fetal obté- mitía mueha libertad. Sin embargo, no
niendo y consumiendo semett, y lo ha- se permitía a una persona tener algo
@ a través de una relación homosesual de los dos géneros: él/ella podía ser
con un pariente mayor (Kelly, 1974; hombre o mujer, pero no un poco de
véase también Van Baal, 1966; Wil- cada cosa (Devereaux, 1937; ver tam-
liams, 1998). bién MeMurtrie, 1914; Sonenschein,
En los sistemas de parentesco en 1966).
que la dote de la novia determina las En todos los ejemplos citados, las
posiciones de marido y mujer, pueden reglas de la división de los géneros y
superarse los simples prerrequisitos de la heterosexualidad obligatoria están
matrimonio y género, Entre los asan- presentes aiquiera en sus transforma-
de, las mujeres son monopolizacias por ciones. Esas dos reglas se aplican tam-
los hombres mayores. Sin embargo, un bién a las constriceiones del comporta-
joven que ¿enga los medios puede to- miento y la personalidad tanto mascu-
mar cómo esposa a UN muchacho linos como femeninos. Los sistemas de
mientras espera llegar a la edad co- parenteseo dictan ciérta modelación
rrespondiente, Simplemente paga un de la sexualidad de ambos sexos. Sin
precio de novia (én langes) porel mu- embargo, de Las estructuras elementa-
chacho, quien se convierte en esposa les de parentesco puede deducirse que
(EvansPritchard, 1970). En Dahomey, se aplica más constricción a las muje-
una mujer puede convertirse en mari- res, cuando ee las obliga a serviral pa-
do si tiene con qué pager el preelo ne- rentesco, que a los hombres, Si las mu-
cesario (Herskovits, 1937). jeres se intercambian, en cualquier
El “travestismo” institucionaliza- sentido que demos al término, las
do de los mohave permitía a una per- deudas maritales se caleulan en carné
sona combiar de sexo. Un hombre ana- femenina, Una mujer tiene que con-
tómico podía convertirse en mujer por vertirse en asociada sexual de algún

T
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ,.. 117

hombre al cual ¢s debida como com- quien ha sido prometida, sino que
pensación por algún matrimonio añte- adémás pidiera en cambio una mujer?
rior, Si uña niña ¢s prometida en la Sí una sole ndgativa tiene efectos per-
infaneia, su negativa a participar comó turbadores, una negativa doble sería
adulta perturbaría el flujo de deudas y insurreccional, Si cada mujer está pro-
promesas, En interés del funcionamien- metida a algún hombre, ninguna tiene
to continuo y tranguilo de ese simte- derecho a disponer de al misma, 5i
ma, la mujer en cuestión no debe dos mujeres Jograran escapar al nexo
tener muchas ideas propias sobre con de las deudes, habría que encontrar
quién quiere dormir, Desde el punto otras dos mujeres pars sustituirlas.
de vista del sistema, la sexualidad fo- Mientras los hombres tengan derechos
menina preferible sería una que res- sobre las mujeres que las mujeres mis-
ponde al deseo de otros, antes que una mas no tienen, es lógico suponer que
que desea activamente y busca una la homoserualidod femenina sufre una
Tespuesta, supresión mayor que la de hombres.
Esta generalidad, igual que las re- En resumen, una exégesis de las
ferentes al género y la heterosexuali- teorías de LéviStrauss sobre al pa-
dad, estd sujeta a considerables varia- rentesco permite derivar algunas gene-
ciones y juego libre en los sistemas ralidades básicas sobre la organizacion
concretos. Los lele y los kuma proveen de la sexualidad humana, e saber: el
dos de los ejemplos etnogrificos más tabú del incesto, la heterosexualidad
claros del intercambio de mujeres. En obligstoria y la división asimétrica de
ambas culturas, los hombres están per- los sexos. La asimetría del género —la
petuamente dedicados a planes que diferencia entre el que intercambia y
exigen que tengan pleno control sobre la que es intercambiada— implica la
el destino sexual de sus parientas mu- coerción de la sexualidad femenina,
jeres. Buena parte del drama en ambas Los elstemas de parentesco concretos
sociedades consiste en intentos feme- tienen convenciones especificas, que
ninos de escapar al control sexual de varian mucho. Los sistemas socio-se
sus partentes, Sin embargo, en ambos xuales particulares varian, pero cada
casos la resistencia femenina estd se- uno es especifico, y los individuos
veramente circunscrita (Douglas, 1963; dentro de él tienen que conformarse a
Eeay, 1959). un conjumto de posibilidades finito.
Hay una última generalidad que es Cada generación mueva tiene que
posible predecir como comsecuencia aprender y devenir su destino sexual,
del intercambio de mujeres, en un sis- cada persona tiene que ser codificada
tema en que son los hombres quienes dentro del sistema en su situación
tienen derechos sobre las mujeres, apropiade, Para cualquiers de nosotros
¿Qué pasaría si nuestra mujer hipoté- sería extrmordinario resolver suponer
tica mo sólo rechazara al hombre a tranquilamente que hemos de casarnos
oA
118 GAYLE RUBIN

convencionalmente con la hija del her- vención sexual a participantes inguie-


mano de nuestra madre, o con el hijo tos, En este sentido, el psiccanálisis
de la hermaña de nuestro padre: sin se ha convertido frecuentemente en
embargo existen grupos en que ese fu- algo más que una teoria de los mera-
turo conyugal se da por sentado. nismos de reproducción de las normas
La antropología y las deseripcio- sexuales: en uno de esos mecanismos.
nes de sistemas de parentesco no 8- Como el objetivo de los movimientos
plican los mecanismos por los cuales de mujeres y homosexuales es desman-
5e grabap en los niños las convencio- telar el aparato de coerción sexual, se
nes de sexo y género. El psicoanálisis, ha hecho necessris una crítica del pei-
por otra parte, es una teoría sobre la coanálisis.
reproducción del parenteseo, El pei- Pero el rechazo de Freud por los
eoanálisis describe el residuo que deja movimientos de mujeres y homose-
en los individuos su enfrentamiento xuales tiene reices más profundas en
con las reglas y normas de la sexuali- el rechazo de sus propios descubri-
dad en las sociedades en que nacen. mientos por parte del psicoandlisis. En
ninguna parte están mejor documenta-
dos los efectos sobre las mujeres de
EL PSICOANALISIS Y los sistemas sociales dominados por los
5US MALESTARES hombres que en la literatura clímica.
Según la ortodoxis freudiana, slcanzar
La batalla entre el psicoamálisis y los una femineidad “normal” es algo que
movimientos de mujeres y de homo- tiene severos costos pera las mujeres.
sexuales hs llegado a ser legendaria, La teoría de la edquisición del género
En parte, el enfrentamiento entre pudo haber sido la base de una crítica
revolucionarios sexuales y el estoblish- de los papeles sexuales, pero en cam-
ment clínico se debio a la evalución bio las implicaciones radicales de la
del psicoanálisis en los Estados Unidos, teoría de Freud fueron radicalmen-
donde la tradición clinica ha hecho un tereprimidas. Esa tendencia es evidente
fetiche de la anatomía: se supone que incluso en las formulaciones originales
el nifio viajaa través de los estadosde de la teoría, pero se ha exacerbado a
5u organismo hasta llegar a su destino lo largo del tiempo hasta que el poten:
anatémico y la posición misionera. La cial de una teoria psicoanalitiea eriti-
práctics clínica ha creído con frecuen- ca del género sólo es visible en la sin-
cia que su misión consiste en reparar a tomatología de su negación —una in-
Individuos que de alguna manera han trincada racionalización de los papeles
perdido el camino hacia su objetivo sexusles tal como son. No es el obje-
“biológico”. Transformando la ley to de este artículo hacer un psicoané:
moral en ley científica, la práctica clf- lisis del inconselente psicoanalítico,
nica ha actuzdo. para imponer la con pero sí espero demostrar que existe,
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 119

Además, al rescate del paicoanálisis de puesto variantes de un complejo de


su propis represión motivada no inte- “Electra” en que se suponfa que la
resa sólo por el buen nombrede Freud: experiencia de las mujeres ers una
el psicoanálisis contiene un conjunto imegen especular del complejo de
de conceptos que es único para la Edipo descrito para los hombres.
comprensión de los hombres, las mu- El niño ama a su madre pero
jeres y la sexualidad. desiste de ella por miedo a la amenaza
Es una teoría de la sexualidad en de castración por parte del padre. La
la sociedad humana. Y lo mis impor- niña, supuestamente, amá a su padre
tante, el psicoandlisis ofrece una pero desiste de él por temor a la
descripción de los mecanismos por los venganza materna, Esa formulación
cuales los sexos son divididos y suponia que ambas criaturas estaban
deformados, y de cómo los nlños, sujetas a un imperativo biológico de
andróginos y bisexuales, son trans- heterosexualidad. También suponía
formados en miños y niñas” El que ya antes de la fose edípica los
psicoanálisis es une teoría feminista niños son hombres y mujeres “peque-
frustrado. ños”.
Freud expresó reservas sobre las
conclusiones sobre las mujeres extraí-
EL HECHIZO DE EDIPO das de datos recogidos de los hom bres.
Pero sus objeciones fueron gencrales
Hasta fines de la década de 1920, el hasta el descubrimiento de la fase
movimiento psicoenalitico no tenía preedípica en las mujeres. El concepto
una teoría distintiva del desarrollo fe- de fase preedípica permitió tanto a
menino; en su lugar se habían pro- Freud como a Jeanne Lampl de Groot
articular la teoría psicoanelítica cláni-

* Al estudiar e las mujeres no podemos


dejar de lado los métodosde una cien- Tongados en el sbreviviente adulto, de la
cia de la mente, una teoría que intenta sTtraordinara aventura que desde el
explicar cómo las mujeres legan a ser nacimiento hasta la liguidación de la
mujeres y los hombres, hombres. La fase edípica transforma a un animalito
frontera entre lo biológico y lo social etgendrado por un hombre y una mujer
que halla expresión en la familia e el En un nÉño humaño. . . los ‘efectos’ nún
teritorio cuyo mapa se propone trazar Dresentes en los sobrevivientes de la Ia
el peicoanilisis, el teritorio donde »e manización' forcada que tramsforma al
origina ls distinción serual”, (Mitehell, animalito humano en hombre o mu-
1971, p. 167). " ¿Cuál es el objeto del jer...?" (Althumar, 1969, pp. 67, 59.
psicoanálisia?,.. alno los efectos” pro- Subrayados en el original).

N.A.30
170 GAYLE RUBIN

ca de la femineidad !* La idea de una poner que desde determinada


fase preedipica en las mujerés produjo edad en adelante la influencia
una dislocación de las premisas de elemental de la atracción mu-
origen hbiológico que subyacian a la tua entre los sexosse hace sen-
idea de un complejo "de Electra”. En tir e impulsa a la mujercita ha-
la fase preedípica los ninos de ambos cia los hombres... Pero las
sexos sonm psíquicamente imposibles cosas nO serin tan faciles; es-
de distinguir, lo que significaba que casamente sabemos si pode
s diferenciación en niños masculinos mos creer en serió en esa fuer
y femeninos no se podia suponer sino 78 de que tanto y con tanto
que había que explicarla. Los niños entusiesmo hablan los poetas,
preedípicos eran destritos como bi- pero que no se puede disecar
sextiales; ambos sexos exhibian toda analiticamente. (Freud, 1965,
la gáma de actitudes libidinales, acti- p. 119},
vas y pasivas. Y para los niños de am-
bos sexos, el objeto del deseo era la Además, la niña no manifestabs
madre, una actitud libidinal “femenina”. Co-
En particular, las caracteristicas de mo su deseo de su madre era activo y
la hembra preedipica desafiaban las agresivo, había que explicar también
idess de una heterosexualidad e iden- su scceso final a la "femineidad”:
tidad de género primordiales, $i la
actividad libidinal de la niña se dirigis De conformidad con su pecu-
hacia la madre, había que explicar su liar naturaleza, el psicoanálisis
heterosexualidad adulta: no trata de describir lo que es
una mujer... sino que indaga
Sería una solución de simpli- cómo llega a ser, cómo de una
cidad ideal si pudiéramos s crintura con una disposición bi-

' Las teorías peicoanalfticas de la feminet- gunas de estas fechas comresponden a


ded ee articuleron en el contexto de un reimpresioner; porla eronología original
debate que tuvo lugar en gran perte en ver a Chameguett-Smirgel (1970: intro-
el International Journal of Peychoanaly- Erodueción). El debate fue complejo,
sis y The Faychcanalytic Quarteriy n yo lo ho simplificado. Freud, Lampl de
fines de lon veintes y comientos de los Groot y Deuatsch sostenfan que la femi-
treintas. Entre los artículos que repre- neidad se desarrolla o partir de una crío-
señtan toda la gama de la discusión: tura hisexual, “fálica”: Hornay y Jones
Froud, 1861a; 1961b; 1965; Lampl de defendian la iden de unn femincidad
Groot, 1933, 1948; Deutsch, 1948a, Innata. El debate no dejó de tener sun
1946b: Horney, 1978; Jones, 1933, Al- trontas. Horney defendió a las mujeres
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 121

sexual se desarrolla una mujer, ha acusado de determinismo bioló-


(Ibid., p. 116.) gico. Sin embargo, aun en sus versio-
nes más anatómicamente expresadas
En suma, ya no se podía dar por del complejo de castración femenino,
sentado el desarrollo femenino como la “inferioridad” de los genitales de la
reflejo de la biclogía. En cambio, se mujer es producto del contexto situa-
habís vuelto inmensamente problemá» ciomal: la niña se siente menos “equi-
tico. Es el explicar la adquisición de la pada” para poseer y satisfacer a la ma-
“famineidad” que Freud emplea Jos dre, Si la leshiana preedípica no se
conceptos de envidia del pene y cas- enfrentara a la heterosexualidad de la
tración, que desde su introducción madre, podría sacar conclusiones dife-
provocaron las tras de las feministas, rentes sobre la posición relativa de sus
La niña se aparta de la madre y repri- genitales.
me los elementos “masculinos” de su Freud nunca fue tan determinista
líbido como consecuencia de su reco- biológico como algunos pretender:. In-
nocimiento de que está castrada. Cor- sistió reiteradamente en que toda la
para su diminuto clitoris con el pene, sexualidad adulta es resultado de un
y frente a su evidente mayor capéci- desarrollo paíquico, no biológico, Pero
dad de satisfacer a la madre, es press á Menudo su escriturs es ambigua, y
de la envidia del pene y un sentimien- sus formulaciones dejan abundante es-
to de inferioridad, Desiste de su lucha pacio para las interpretaciones bisla-
por la madre y asume una pagiva nosi- gicas que tanta popularidad han alean-
ción femenina frente al padre, Esa ex- zado en el psicoanalisis norteamerica-
plicación de Freud puede leerse como no, En Francia, por otra parte, la teo-
afirmación de que la femineidad es ria peicoanal{tica ha tendido a “des-
ronsecuencia de las diferencias ana- biologizar” a Freud, y a entender el
tómicas entre los sexos. Por eso se lo psicoanálisis como una teoría de infor-
mMación antes qué de órganos. Jacques
Lacan, él instigador de esa línea de
Ce la envidia del pene postulando que pensamiénto, Insiste en que Freud
ellas nacen, no se hacen; Deutsh, que nunca quiso decir nada sobre la anato-
consideraba que las mujeres ve hacen, no mia, y que la teoría de Freud ers en
nacen, desarrolló una teoría del maso- cambio sobre el lenguaje y los signifi-
quisma femenino cuyo mejor rival es la cados culturales impuestos a la anato-
Historia de (. He atribuido el núcleo de mia. El debate sobre el “verdadero"
la verión “freadiana”* del desarrollo Freud es muy interesante, pero no es
femenino a Freud y Lampi de Groot por mi proposito aquí contribuir a él. Más
igual porque leyendo las artículos me ha bien, lo que quiero es reformular la
parecido que la tecría es tanto (o más) teoría clósica de la femineidad en la
de ella como de él. terminología de Lacan, después de

N.A30
172 GAYLE RUBIN

presentar algunes de las piezas del ta- sujeto puede saber de su parti-
blero de ajedrez conceptual de Lacan. cipación inconsciente en el
movimiento de las complejas
EL PARENTESCO, LACAN estructuras de los lazos matri-
Y EL FALO moniales, verificando los efec-
tos simbólicos, en su existen-
Lacan sugtere que ol psicoamilisis es el cia individual, del movimiento
estudio de las huellas que defa en la tangencial hacia el incesto...
psique del individuo su conseripción (Ibid., p. 40).
en slstemas de parentesco,
El parentesco es la conceptualiza-
¿No es sorprendente que Lévi- ción de la sexualidad biológica a nivel
Strauss, al sugerir esa implica- social; el psicoanálisis describe la
ción de las estructuras del len- transformación de la sexualidad bioló-
guaje cor Ia parte de las Jeyes gica en los individuosal ser aculturados.
sociales que regula los lazos de La terminologia de parentesco
matrimonio y parentesco, esté contiene información acerca del siste-
conquistando ya el territorio ma. Los términos de parentesco delimi-
mismo en que Freud ubica el tan posiciones e indican algunos de los
inconsciente? (Lacen, 1968, p. atributos de esas posiciones, por ejem-
48). pla, en las Islas Trobrisnd un hombre
Porque ¿dónde ubicar las de- liama a las mujeres de su elan con el
terminaciones de lo inconscien- término que significa “hermana"; a las
te si no es en esos marcos no- mujeres de los clanes con los que pue-
minales
en que siempre se basan de casarse las designa con un término
los vínculos de matrimonio y que indica la posibilidad de casarse
parentesco. . ¿Y cómo apre- con elles. Al aprender esos térnimos,
hender los conflictos analíticos el jovén trobriandés aprende qué mu-
y su prototipo edipico, fuera jeres puede desear sin problema, En
de los compromisos que han el esquema de Lacan, la crisis edípica
fijado, mucho antes de que el se produce cuando el niño se entera de
sujeto viniera al mundo, no los papeles sexuales inherentes a los
sólo su destino, sino su identi- términos para los familiares, La crisis
dad misma? (Ibid,, p. 126). empieza cuando el niño comprende el
Es aquí precisamente donde se sisterna y el lugar que le toca en él, y
puede decir que el complejo se resuelve cuando el niño acepta ese
de Edipo... en relación con lugar y nccede a él. Aun en el caso de
esto, marca los límites que que el niño rechace su lugar, no puede
nuestra disciplina asigna a la evitar conocerlo. Antes de la fase edí-
subjetividad: es decir, lo que el pica, la sexualidad del niño es malea-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE . .. 125

ble y está relativamente poto estructu- objeto dentro del drama edípico. Por
rada, Cada niño contiene todas las po- ejemplo, Lacan distingue entre la
sibilidades sexuales disponibles para la función del padre” y un padre partie-
expresión humana, pero en cualquier lr que encarna esa función. Del mis-
sociedad determinada sólo algunas de mo modo establece una distinción ra-
esas posibilidad se expresan, mientras dical entre el peñe y el “falo”, entre el
que otras son reprimidas. Cuando el órgano y la información. El falo es un
niño sale de la fase edípica,
su líbido conjunto de significados conferido al
y s identidad de género han sido or- pene. La diferenciación entre falo y
ganizadas en conformidad con las re- pene en la terminología peicoanalitica
lasde la cultura quelo está domesti- francesa contemporánea subraya
la idea
cando. de que el pene no puede desempeñar
El complejo de Edipo es un apara- y no desempefia
el papel que se le
to para la producción de personalidad atribuye en la terminología clásica del
sexual, Es un lugar comin decir que complejo de castración.!'
las sociedades inculcan a sus jóvenes En la terminología de Freud, el
los rasgos de carácter apropiados para complejo de Edipo presenta al niño
Tlevar adelante el negocio
de la socie- una alternativa: o tener pene o estar”
dad, por ejemplo, E.P. Thompson castrado. En contraste, la teoría laca-
(1963) habla de la transformación de niuna del complejo de castración deja
la estructura de la personalidad de la atrás toda referencia a la realiad anató-
clase trabajadora inglesa, cuando los mica:
artesanos se convirtieron en buenos
obreros industriales. Asi como las for- La teoría del complejo de cas-
mas sociales del trabajo exigen ciertos tración equivale a hacer des-
tipos de personalidad, las formas so-
ciales del sexo y el género exigen cler-
Eos tipos de gente. !! Mi posición sobre Freud está entre las
En los términos más generales, interpretaciones estructuralistas france-
el complejo de Edipo es una má- ss y las interpretaciones biologistas
quina que modela las formas apro- norteamericanos, porque pienso que la
piadas de individuos sexuales (véase formalación de Freud también está en
también el estudio de distintas formas algún punto medio entre smbas, Freud
de "individuslidad histórica” en Al habla de pene, de la “Inforioridad” del
thusser y Balibar, 1970, pp. 11Z7, elftoris, de las consecuenciar paíquicas
25163). de la anatomía. Loa lacankanos, por otra
En la teoría psicosnalítica lacania- parte, soelienen que Freud es inintellgi-
na, los términos de parentesco indican ble ai n toman sus tertos literalmants y
una estructura de relaciones que deter- que una teoría totalmente no anstómica
minard el papel de todo individuo u puede deducirse como su intención (Al

K.A 30
124 GAYLE RUBIN

empeñar al órgano masculino La castración puede derivar


un papel dominante —esta vez apoyo de. . . la aprehensión en
como símbolo— en le medida lo Real de la susencia del pene
en que su ausencia o presencio en la mujer —pero aun esto mi-
tranaforma una diferencio ara- pone una simbolización del
tómica en una elasificación objeto, puesto que lo Heal está
esencíal de los seres humanos, lleno, y no le “falta” nada. En
y en la medida en que, para la medida en que se encuentra
cada sujeto, e presencia 0 la castración en el origen de
misencia no se de por sentada, UN RELFOBÍs, NUNCA eS real si-
no se reduce pura y simple no simbúlica. . . (Lacan, 1968,
mente a un doto, sino que &8 el p. 271).
problemático resultado de un
proceso intra e intersubjetivo El falo es, podríamos pues decir,
(la asunción de su propio sexo un rasgo distintivo que diferencia al
por el sujeto). Laplanche y “castrado” del "no castrado”. La pre-
Fontalis, en Mehiman, 1872, sencia o ausencia del falo conlleva las
pp. 198-99; subrayados mios). diferencias entre dos situnciones socia-
les: "hombre” y “mujer” (Jukobson y
La alternstiva presentada al niño Halle, 1971, sobre los rasgos distinti-
podría reformularse como entre tener vos).
el falo y no tenerlo, La castración es Como éstas no son iguales, el
no tener el falo (simbúlico), La castra- falo conlleva también un significado
ción no es una verdadera “carencia””, de dominación de los hombres sobre
sino un significado conferido a los ge- las mujeres, y se puede inferir que la
nitalesde la mujer: “envidia del pene” es un reconoci
miento de eso. Además smientras los
hombres tengan derachos sobre las
thusser, 196%). Creo que tienen razón: mujeres que las propias mujeres no
el pene eircula demasiadoparo tomar u tienen, el falo conlleva también el
papel literalmente. La separabilidad del significado de la diferencia entre “el
pene y su tranformación en fantasía que intercambia” y “lo intercambia-
Ipor ejemplo, penehecerniño-regalo) do”, entre el regalo y el dador, For |
— apoya vigorommente una interpretación último, ni la teoría elásica de la sexua- *
simbólica, Sin embargo,
ereo que Freud lidad de Freud ni la reformuleda por
no fue tan consistente
como quidérmos Lacan tienen mucho sentido a menos
Lacan y yo, y es necesario hacer algtin que esta parte de las relaciones de ge- -
gesto hacie lo que efectivamente dijo, Tualidad paleolíticas subsista entre no- +
aun mientras jugamos con lo que debe sotros, Todavia vivimos en una cultu-
haber querido decir, ra "fálica”,
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 125

Lacan hablo también del falo co- rico significado de inquietud de las
mo objeto simbúlico que se intercam: mujeres en uns cultura fálica,
bia dentro y entre familima (ver tam-
bién Wilden, 1968, pp. 303-505). Es
interesante pensar en esta observación REVISION DE EDIPO
en términos de las transacciones de
matrimonio y las redes de intercambio Volvemos ahora a los andróginos pree-
primitivas, En esas tramsacciones, el dipicos, instalado en la frontera entre
intercambio de mujeres generalmente la biologís y ls cultura. Lóvi-Straues
&8 uno de muchos ciclos de intercam- emloca en ess frontera el tabú del in-
bio, Normalmente hay otros objetos cesto, y sostiene que su iniciación del
que circulan, ademés de las mujeres, intereambio de mujeres constituye el
Les mujeres se mueven en una direc- origen de la sociedad. En ese sentido,
ción, el ganado, las conchas o las este- el tabú del incesto y el intercambio de
ras en la otra. En cierto sentido, el mujeres son el contenido del contrato
complejo de Edipo es una expresión sncial original (Sahlins, 1972, cap. 4).
de la circulación del falo en el inter- En los individuos, la crisis edípica se
cambio intrafamiltar, una inversién de produce én esa misma división, cuan-
la cireulación de las mujeres en el in- do el tabú del incesto inieia el inter-
tercambio interfamiliar, cambio del falo.
En el ciclo de intercambio mani- La erisis edípics es precipitada por
festado por el complejo de Edipo, el algunes informaciones. Los niños des-
falo pasa, a través de la mediaciónde cubren las diferencias entre los sexos y
une mujer, de un hombre a otra que cadá uno tiéñe que llegar a ser de
hombre —del padre al hijo, del herma- uN género Y otro, También descubren
no de la madre al hijo de la hermana, el tabú del incesto y que hay sexuali-
eto, En ese circulo Kulp familiar, las dad prohibida —en el caso, la madre es
mujeres van en un sentido y el falo en inaccesible para todo niño porque
¢l ofro. Está donde no estamos “pertenece” al padre. Por último, des-
nosotras. En este sentido, el falo es cubren que los dos géneros no tienen
algo más que un resgo que distingue
los sexos: es la encamación del status
masculing, al cual aceeden los hom- 1% Ly madre preedipica
es la "madre fill-
bres y que tiene ciertos derechos ca", en cunnto »e cree qué posee el falo.
inherentes —entre ellos, el derecho a La información que induce
al Edipo es
uria Mujer,!3 que la madre no posee el falo. Es decir
Las huellas que deja incluyen la que lo que precipita la erinis es la "ena-
identidad de género, la división de los fración” de la madre, el reconteimiento
stxos. Pero deja más que eso, Deja la de que el falo sólo pasa por elia, pero no
“envidia del pene", que adquiere un e instala en efla,El “falo*
tiene que pa-

N a0
126 GAYLE RUBIN

los mismos “derechos” ni futuros se- el género al que la están asignando,


xuales, Para el varón, el tabú del incesto es un
En el curso normal de los aconte- tabú sobre algunas mujeres. Para l+
cimientos, el varón renuncia a su ma- nifia, es un tabú sobre todas
las muje
dre por miedo de que de otro modo el res. Como está en una posición homo
padre lo castre (se niegue a darle el sexual hacia su madre, la regla de hets
falo y haga de él una niña), Pero por rosexualidad que domina el guió:
ese acto de renuncia el niño afirma la hsce que su posición ses intolerable
relación que le dio la madre al pa- mente dolorosa. La madre, y por e
dre y que Je dará a él, si llega
a ser un tensión todas las mujeres, sólo puede
hombre, una mujer propia. A cambio ser amadas con propiedad por alguie
de la afirmación por el niño del dere- “con pene” (falo), Como la niña 1
cho de su padre a a su madre, el pa- tiene "“falo”, no tiene "“derecho”
dre afirmael falo en su hijo (no lo amar a au madre ni @ ninguna otra m
castra). El niño cambia a su madre por jer, puesto que ella misma está dea
el falo, la prenda simbólica que más nada a algún hombre, No tiene |
tarde podrá cambiar por una mujer. prenda simbólica que se puede car
Lo único que se le pide es un poco de biar por una mujer.
paciencia. Conserva su organización li- 5i la formulación de Freud de esí
bidinal original y el sexo del objeto momento de la crisis edipida femenin
original de su amor, El contrato social es ambigua, la de Lampl de Gros
que ha aceptado reconocerá eventual- hace explicito el contexto que confie
mente sus propios derechos y le dará re significado a los genitales:
una mujer propia.
Lo que sucede con la niña es más -.. El la niño llega a la concl
complejo. Ella, igual que el vardn, des- sión de que ese órgano es rer
cubre el tabú contra el incesto y la di- mente indispensable para
visión de los géneros. Además descubre posesión de la madre, exper
cierta información desagradable sobre menta además de la injur |

sar por elle porque la relación de todo Mamball Sublins (comunieación per |
macho con otro macho se define a tra- mal) sugitió una ver que la razfin de e
vés de ella: un hombre está lgedo a so tan e menudo ee defina
a las mujen
hijo: porla madre,
al sobrino por sa her- como estápidas, costamimantes, desc: |
maga, etc. Toda relación entre parienies denadas, tontms, profanas, etc., es qu
hombres se define por la mujer que hay todas exas cotegorizaciónes definen a |
entre eflos, El el poder es una precrogati- mujerta como “incapaces” de poseer L
v masculina y debe ser tramemitido, tle- poder que debe transferime
por medi +
me que pasar por lo mujeren-medio, de ellas. !‘
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 177

narcists común a ambos sexos, Se aparta de la medre porque no


otro golpe más, un sentimien- tiene un falo que darle. Además, se
to de inferioridad sobre sus ge- aparta de la madre con rabía y frustra=
nitales. (Lampl de Giroot, 1933, ción porque la madre no le dío aellaun
p. 497; subrayados mios). “pene” (falo). Pero la madre, que es
una mujer en una cultura fálica, no
La niña concluye que el "pene” es tiene el falo para dario (pues ella mis-
indispensable para la posesión de la ma pasó la crisis edípica una genera-
madre porque sólo los que poseen el ción antes). Entonces la niña se vuelve
falo tienen “derecho” a una mujer, y hacia el padre porque sólo él puede
la prenda de intercambio. No llega a “darle el falo”, y essólo a traves deél
esa conclusión debido a una superiori- que ella pueda entrar en el sistemade
dad natural del pene, en y por sí mis- intercambio simbálico en que circuls
mo. El ordenamiento jerárquico de los el falo, Pero el padre no le de el falo
genitales masculinos y femeninos es én la misma forma en que se lo daal
resultado de las definiciones de la si- varón. El falo es afirmado en el varón,
mación —la regla de la heterosexuali- que después tendra que darlo. La niña
dad obligatoria y la postergación de nunca consigue el falo: pasa por ella,
a5 mujeres (sin falo, castradas) frente y en su pasaje se transforma en un hi-
Elos hombres (los que tienen falo). Jo. Cuando ella “reconoce su castra-
Entonces la niña empieza a apar- ción”, accede al lugar de una mujer en
zarse de la madre, volviéndose hacia el una red de intercambio fúlica. Puede
adre. “conseguir” el falo —en la relacion
sexual, o en forma de hijo— pero sólo
Pare Es niña —ls castración— como regalo de un hombre, Nunca lo
es un hecho pasado, irrevoca- obtiene para darlo.
ble, pero cuyo reconocimiento Cuando se vuelve hacia el padre,
le obliga finalmente a renunciar además reprime las partes “activas” de
al primer objeto de su amor y 5u líbido:
a apurar hasta el fin la amargu-
ra de su pérdida,.. entonces El apartarsede la madro es un
elige al padre como objeto de paso importantísimo en el des-
su amor: el enemigose convier- arrollo de la niña pequeña. Es
te en el amado. " (Lampl de más que un mero cambio de
Greot, 1948, p. 213). objeto. ,. junto con él se ob-
serva una marceds dismintción
El reconocimiento de la “castra- de los impulsos sexuales acti-
dón” obliga a la niña a redefinir sus vos y un aumento de los pasi-
“eleciones consigo misma, con su madre vos. .. La transición al objeto
4 con au padre. padre se realiza con ayuda de

NA.30
138 GAYLE RUBIN

las tendencias pasivas, on la Froud sugiere que hay tres caminos al-
medida en que se han salvado temativos para salir de la catástrofe
de la catástrofe. Ahora el edipica. La niña puede simplemente
camino hacis el desarrollo de enloquecer, reprimir la sexualidad to-
la femineidad está abierto para talmente y volverse asexual. O bien,
la niña. (Freud, 1961b, p 239). puede protestar, aferrarse a su narcisis-
mo y su deseo y volverse “masculina””
El ascenso de la pasividad en la ni- u homosexual. O puede aceptar la si-
ña se debe a su reconocimiento de la tuacion, firmar el contrató social y al-
utilidad de realizar su deseo activo, y cenzar la “normalidad”,
de la desigualdad de los términos de la Karen Horney critica todo el es-
lucha. Freud ubica el deseo activo en quema de Freud/Lampl de Groot, pe-
el clitoris y el deseo pasivo en la va- ro en el curso de su crítica, articula
gina, y así describe la represión del de- stis implicaciones:
seo activo como represión del erotis:
mo elitariano en favor del erotismo -« . cuando —la niña— se vuel-
pasivo vaginal. En ese esquema el ma- ve por prímera vez hacia un
pa de los estereatipos culturales se ha hombre (su padre), en general
superpunsto a los úrganos genitales, es sólo por el estrecho puente
Desde Masters y Johnson es evidente del resentimiento... tendría-
que esa división genital es falsa, Cual- mos que sentir una contradio
quier órgano —pene, clitoris o vagina— ción si la relación de la mujer
puede ser la sede de erotismo activo y con el hombre no conservara
pasivo. Pero lo más importante en el durante toda la vida algún ves-
esquema de Freud no es la peografía tigio de esa obligada sustitu-
del deseo, sino si confianza en sí ción de lo que se deseaba real-
misto. Lo que se reprime un drgano, mente. .. El mismo caricterde
sino un segmento de posibilidad eró- algo muy alejado del instinto,
tica. Freud señala que "s la Hbido se secundario y eustitutivo, se
le aplica más eoerción cuando se la adheriría, aun en las mujeres
obliga a servir la funcion feménina. .. normales, al deseo de la mater-
(Freud, 1965, p. 131). La niña ha sido nidad. .. Lo especial del punto
robada, de vista de Freud es más bien
Si la fase edípica sigue normal- que ve el desea de la materni-
mente y la niña “acepla su easkracion™, dad no como una formación
su estructura libidinal y su elección de innata sino como algo que psi-
objeto ghora son congruentes con el cológicamente puede reducirse
papel del género fomenino. Se ha con- 4 sus elementos ontogendticos
vertido en una mujercita femenina, y que extrae originalmente su
pasiva, heterosexual, En realidad, energía de elementos instinti-
vos homosexuales o fálicos. ..
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 129

Sucedería, por último, que to- primera relación libidinal de la


«da la reacción
de las mujeres an- niña con su padre es masoquis-
te la vida estarfa basada
en un ta, y el deseo masoquista en su
fuerte resentimiento subterrá- primera Tase distintivamente
neo. (Horney, 1973, pp. 146- femenina es: “Quiero ser cas-
149). trada por mi padre”. (Deutsch,
1948a, p. 228).
En opinión de Homey, estas impli-
caciones son tan ireales que cuestio- Deutsch sostiene que ese maso-
nan la validez de todo el esquema de quismo puede entrar en conflicto con
Freud. Pero es ciertamente plausible el yo, impulsando a algunas mujeres a
argumentar en cambio que la creación huir de toda la situación en defensa de
de la “femineidad” en las mujeres en su autoestima, Esas mujeres para las
el curso de la socielización es un acto cuales la elección es “entre hallar bea-
de brutalidad psíquica, y que deja en titud en el sufrimiento o paz en la re-
las mujeres un inmenso resentimiento nunciación" (íbid, p. 281) tendrán
por la supresión 4 que fueron someti- dificultad para alcanzar una actitud sa-
das. También es posible argumentar ludable hacia las relaciones sexuales y
que las mujeres tienen pocos medios la maternidad. Por qué para Deutsch
para realizar y expresar su indignación aparentemente esas mujeres son casos
Tesidual. Los ensayos de Freud sobre especiales no queda claro.
la femineidad pueden leerse como des- La teoría psicoanalítica de la femi-
cripciones de como se prepara psicoló- neidad ve el desarrollo femenino como
gicamente a un grupo, en tierna edad, basedo en buena parte en el dolor y la
para vivir con su opresión. humillación, y hace falta bastante es-
Hay un elemento adicional en los fuerzo y fantosía para explicar como
estudios clásicos del camino hacía ls puede alguien disfrutar de ser mujer,
obtención de la femineidad, La niña A esa altura, en los estudios elásicos,
primero se vuelve hacía el padre porque la biclogia regresa triunfalmente. El
tiene que hacerlo, porque está “castra- esfuerzo de fantasía consiste en arge-
da" (es mujer, indefensa, etc.), A conti- mentar que hallar alegría en el delor
nuacion descubre
que la “castración”es es adaptivo para el papel de las muje-
requisito para el amer del padre, que res en la reproducción, puesto que el
tiene que ser una mujer para que élla parto y la desfloración son “doloro
ame. Por lo tanto empieza a desear la 508". ¿No sería más sensato cuestionar
“cestración”, y lo que antes era un todo el procedimiento? Si en el cami-
desastre se convierte en un deseo, no hacia su lugar en un sistema sexual
@ las mujeres se les roba su libido y se
La experiencia analítica no de las obliga & practicar un erotismo ma-
Ja espacio para dudar de que la soquista ¿Por qué el andlisis no pro-

H. A 30
130 GAYLE RUBIN

pone ordenamientos nuevos en lugar sistemas de parentesco requieren una


de racionalizar los viejos? división de los sexos, La fase edípica
Lateoría de la femineidad de Freud divide los sexos, Los sistemas de pa-
ha estado sometida a la crítica feminis- rentesco incluyen conjuntos de reglas
ta desde que apareció. En la medida que gobiernan la sexualidad. La crisis
en que es una recionalización de la edipica es la asimilación de esas reglas
subordinación de las mujeres, esa cri- y tabúes, La heterosexualidad obliga-
tica está justificada; en la medida en toria es resultado del parentesco, La
que es una descripción de un proceso fase edípica constituye el deseo hete-
de subordinación de las mujeres, esa rosexual, El parentesco se basa en una
erítica es un error, Como descripción diferencia radical entre los derechos
de coma la cultura fálica doméstica a de los hombres y los de las mujeres. El
las mujeres, y de los efectos de esa do- complejo de Edipo confiers al varón
mesticación sobre las mujeres, la teoría los derechos masculinos, y obliga a las
psicoanalítica no tiene igual (véase mujeres a acomodarse a sus menores
también Mitchell, 1971 y 1974; Lasch, derechos,
1974). Y come el psicoandlisis es una Esa concordancia entre Lévi-Strauss
teoría del género, dejarlo de lado sería y Freud es por implicación una argu-
suicida para un movimiento politico mentación de que nuestro sexo-género
dedicado a erradicar la jererquía de los todavía está organizado según los prin-
géneros (o los géneros mismos). Mo cipios delineados por Lévi-Strauss, pe-
podemos desmantelar algo que subes- se al cardeter totalmente no moderno
timamos o que no entendemos. La de sus datos de base. Los datos más
opresión de las mujeres es muy pro- recientes en que basa Freud sus teorías
funda: la igualdad de salario, la igual- dan fe de la permanencia de esas es-
dad de trabajo y todas las mujeres polí- tructuras sexuales. Si mi lectura de
ticas del mundo no extirparán las raices Freud y Lévi-Strauss es correcta, su-
del sexismo. LéviStrauss y Freud giere que el movimiento feminista de
iluminan lo que de otro modo serían he tratar de resolver la crisis edipica
partes muy mal percibidas de las es- de la cultura reorganizando el campo
tructuras profundas de la opresión del sexo y el género de modo que la
sexual, Sirven para recordernos la in- experiencia edípica de cada individuo
tratabilidad y la magnitud de lo que sea menos destructiva, Las dimensio-
estamos combatiendo, y sus anilisis nes de semejante tarea son dificiles de
proveen planos preliminares de la ma- imaginar, pero habrá que cumplir al
quinaria social que tenemos que reor- menos ciertas condiciones.
denar, Mujeres, únanse pars eliminar Serd necesario modificar varios
el residuo edípico de la cultura, elementos de la crisis edípica para que
La precisión con que coinciden esa fase no tenga efectos tan desastro-
Freud y Lévi-Strauss es notable. Los sos en el joven yo femenino, La fase
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 131

edípica instituye una contradicción en vas— hasta quedar reducide 2a sus


la niña al imponerle demandas imposi- puros huesos —sexo y género.
bles de conciliar. Por un lado, el amor La vida sexual humana siempre es-
de la niña por la madre es inducido tará sujeta a la convención y la inter-
por la tares materna de cuidado infan- ción humanas, Nunca serd completa-
til. A continuación se obliga a la niña mente “natural”, aunque sólo sea por-
a abandonar ese amor debido al papel que nuestra especie es social, cultural
sexual de mujer: pertenecer a un home y articulada, La salvaje profusion de la
bre, Si la división sexual del trabajo sexualidad infantil siempre será doma-
distribuyera el cuidado de los niños da. El enfrentamiento entre niños in-
entre adultos de ambos sexos por igual, maduros e indefensos y la vida social
la elección de objeto primaria serfa desarrollada de sus mayores probable-
hisexual. Si la heterosexualidad no mente siempre dejará algún residuo
fuera obligatoria, no sería necesario perturbador, Pero los mecenismos y
supeimir ese primer amor nl se sobre- los objetivos del proceso no tienen por
valoraría el pene, Si el sistema de pro- qué ser en buena parte independientes
piedad sexual se reorganizara de mane de la elección consciente. La evolu-
ra que los hombres no tuvieran dere- ción eultural nos da la oportunidad de
chos superiores sobre las mujeres (si tomar el control de los medios de se-
no hubiera intercambio de mujeres) y xualidad, reproducción y socialización,
si no hubiera género, todo el drama y de tomar decisiones conscientes para
edípico pasaría a ser una reliquia. En liberar la vida sexuel humana de las re-
suma, el feminismo debe intentar una laciones arcaicas que la deforman, Por
revolución en el parentesco. último, una revolución feminista com-
La organización del sexo y el géne- pleta no liberería solamente a las mu-
10 tuvo atrora funciones fuera de sí jeres: liberería formas de expresión
misma —organizaba la sociedad, Ahora sexuel, y liberaría e le personalidad
sólo se organiza y reproduce a sí mis- humana del chaleco de fuerza del
ma, Los tipos de relaciones de sexuali- género.
dad establecidos en el remoto pasado
humano todavía dominan nuestras vi-
das sexuales, nuestras ideas sobre los “PAPA, PAPA, BASTARDO,
hombres y las mujeres y los modos ME CANSE”
como educamos a nuestros hijos. Pero Sylvia Plath
carecen de la carga funcional que tu-
vieron alguna vez. Una de las carnete- En este ensayo he tratado de construir
rieticas más conspicuas del parentesco una teoría de la opresión de las muje-
es que ha ido siendo sistematicamente res tomando conceptos de la antropo-
despojado de sus funciones —política, logia y del psicoanalisis, pero Lévi-
económicas, educatives y orgenizati- Strauss y Freud escriben dentro de

H.oA 30
131 GAYLE RUBIN

una tradición intelectual producida Pero la mujer nunca podría le-


por una cultura en que las mujeres son gar & ser un signo y nada más,
oprimidas. En mi empresa el peligro porque aun en un mundo de
Es que con cada préstamo tiende a ve- hombres es todavía una perso-
nir también el sexismo de la tradición na,y por lo tanto a la vez que
de que forman parte, “No podemos es defínida como un signo
expresar una sola proposición destrue- debe ser reconocida como ge-
tiva que no se haya deslizado ya a la neradora de signos. En el did.
forma, la lógica y los postulados impli- logo matrimonial de los hom=
citos de lo que justamente desea cues- bres, la mujer nunca es pura
tionar” (Derrida, 1872, p. 250). Y lo mente aquello de lo quese ha-
que se desliza hacia adentro es impre- bla; pues al las mujeresen ge-
sionante. Tanto el psicoanálisis como neral representan cierta cate-
la antropología cultural son, en cierto goría de signos, destinada a
sentido, las ideologías del sexismo más cierto tipo de comunicación,
refinadas que circulan hoy,'* cada mujer conserva un valor
Por ejemplo, para Lévi-Strauss las particular que surge de su ta-
mujeres son como las palabras, que lento, antes y después del ma-
están mal empleadas cuando no son trimonio, para hacer si parte
“comunicadas” e intercambiadas, En en un dúo. En contrasté con
la última púgina de un libro muy largo las palabras, que se han con-
observa que eso crea una especie de vertido totalmente en signos,
contradicción en las mujeres, puesto la mujer elgue slendo a la vez
que son al mismo tiempo “hablantes” un signo y un valor, Esto ex-
y habladas”. Su único comentario plica por qué las relaciones en-
sobre esa contradicción es el sigttien- tre los sexos han conservado
te: s riquero afectiva, el ardory

'7 Purtes de Les gnérílléres de Wittig pare- ustedes ver sus tripas al sol y lan:
ca comústir en tiradas contra Livi-Strauss zar el estortor de la muerte que
y Lacan. Por ejemplo: vivir una vida que euslquiers puede
¿Ac no ha escrito, el poder y la aproplarse. ¿Qué les pertenece a 1n
posesión de mujeres, el ocio y el tedos en este mundo? Sólo la muer-
disfrute de las mujeres? Escribe te Eso ningún poder en la thera
que ustedes son moneda, un artíci- puede quitirselo, Y —considérento
lo de cambio. Escribe: tráfico, trá- explíquenzelo diganselo ustedes mis-
fico, posesibn y adquirición de mu- mas— si la felicidad consiste en
Jeres y mercancias Es mejor para la posssión de algo, entonces afí:
-
EL TRAFICO DE MUFERES: NOTAS SOBRE ... 133

el misterio que sin dude im- intenta resolver los problemas


pregnaban originalmente tado prácticos de la sexualidad en la
el universo de las comunica- vida, Podemos demostrar fácil-
ciones humanas, (Lévi-Strauss, mente que lo que el mundo
1969, p. 496; subrayado mío). Tlama su código de exigencias
morales sacrifica más de lo que
Es una afirmacion extracrdinaria. dl mismo vale, y que su com-
¿Pór qué, a esta altura, no denuncia lo portamiento no está ni dictado
que los sistemas de parentesco hacen a por la honestidad ni instituido
las mujeres, en lugar de presentar uno con sabidurias, (Freud, 1943,
de los mayores despojos de todos los pp. 376-377. subrayedo mio).
l.l&:nvus como la raíz del roman-
Der Sin embargo, cuando el psicoanáli-
La misma insensibilidad se revets sis con la misma facilidad demuestra
en el psicoandlisis por la inconsistencia que los componentes ordinarios de la
con que asimila las implicaciones erí- personalidad femenina son el maso-
ticas de su propía teoría. Por ejemplo, quismo, el odic por uno mismo y la
Freud no vacilo en reconocer que pasividad,?* no emite un juicio simi-
sus descubrimientos representaban un lar. En cambio utiliza dos normas de
desafío a la moralidad convencio- interpretación: el masoquismo el malo
hal: para los hombres pero esencial para las
mujeres. El narcisismo adecuado es me-
No podemos evitar observar cesario para los hombres pero imposi-
con ojos críticos, y hemos des- ble para las mujeres. La pasivided es
cubierto que es imposible dar trágica en el hombre, mientras que la
nuestro apoyo a la moralidad falta de pasividad es trágica en una
sexual convencional o aprobar mujer,
los medios con que Ja sociedad Esta duelidad de las pautas inter-
pretatives es lo que permite & los psi-
cólogos clínicos tratar de “ajustar'
renso a 0sa suprema felicidad —mo- las mujeres a un papel cuya destructi-
rir, (Wittig 1975, pp. 116-116; vidad está tan lúcidamente detallada
ver también 106-107; 113-114 y en sus propias teorías. Es la misma
134} sctitud incomsistente que permite a los
La conciencia de Lévi-Strauas y Lacan terapeutas considerar el lesbianismo
en las feminiatas francesss és particu- como un problema a curar, antes que
Iumente evidente en un grupo lamado
“Prychoanalyse et Politique", que
deflive su tarea como el uso y la erítica '* "Toda mujer adora a un fascisto”, Syl-
feminista del psicoanilisia lacaniano, via Plath.

M,
A 30
134 GAYLE RUBIN

como la resistencia a una mala situa- teoría de la femineidad (los estudios


ción que su propia teoría sugiere.'* de Deutech son excelentes ejemplos de
Hay puntos en los estudios analiti- ese proceso de sustitución y represión).
vcos de la femineidad en que se podría La argumenteción que es preciso
decir: “Esto es opresión de las muje- tejer a fin de asimilar a Lévi-Strauss y
res”, o “Podemos demostrar con faci- Freud en la teoría feminista es algo
lidad que lo que el mundo llama femi- tortuasa, La he iniciado por varias ra-
neidad exige sacrificar más de lo que zones, Primero, porque si bien ni Lévi-
vale". Es justamente en esos puntos Strauss ni Freud cuestionan el induda-
que se ignoran las implicaciones de la ble sexismo endémico de Los sistemas
teoría, y se las reemplaza con formula- que describen, las preguntas que debe-
ciones cuyo propósito es mantener rían hacerse son deslumbradoramente
esas implicaciones firmemente instale- evidentes, Segundo, porque su obra
das en el inconsciente teórico, Es en nos permite aislar el seco y el género
508 puntos donde aparecen toda clase del “medo de producción” y contra-
de misteriosas sustancias químices, fe- rrestar cierta tendencia a explicar la
Ticidad en el dolor y objetivos biológi- cpresión sexual como reflejo de fuer-
cos para sustituir una evaluación crí- zas económicas, Su obra produce un
tica de los costos de la femineidad. merco en que todo el peso de la se-
Esas sustituciones son los síntomas de xualidad y el matrimonio puede ser
la represión teórica, en cuanto no son incorporado al análisis de la opresión
consistentes con los cánones habítua- sexual. Sugiere una concepción del
les de la argumentación psicoanalitica. movimiento de las mujeres como aná-
La medida en que esas racionalizacio- logo, antes que isomérfico, al movi-
nes de la femineidad van en contra de miento de la clase trabajadora dirigi-
E naturaleza de la lógica psiconnalíti- dos cada uno contra una fuente dis-
£a £z una fuerte prueba de la magnitud tinta de descontento humano, En la
de la necesidad de suprimir las impli- vislón de Marx, el movimiento de la
caciones radicales y feministas de la clase trabajadora puede hacer algo más

"* Una psicáloga elfnica, Chartotte Wollf nes por derecho propio. (Welff,
{1971} ha Hevado la teoría psicoanalftl- 1971, p. 65.) La niña Jesbiana es la
ea de la femineidad a aus últimas conss que, por todos los medios a su al
cuencias y ha propuesto qué el lesbia- Cance, trata de encontrar un lugar
nismo 65 UNA respuesta sana o la sociali- seguro dentro y fuers de la familin,
zación de las mujeres, a travéade eu lueha por la igualdad
Las mujeres que no se rebelan con- con el varón. A diferencia de otras
tra la situación de objeto se han mujeres, no sigue el juego de él :
declarado derrotadas como perso: en realidad, desprecio hasts la ides

T
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 135

que arrojar la carga de su propia Finalmente, la exégesis de Lévi-


explotacion: además tiene el potencial Strauss y Freud sugiere cierta visión
para cambiar la sociedad, lberar a la de la política feminista y la utopia
humanidad, crear una sociedad sin Eeminista. Sugiere que no debemos
clases. Quizás al movimiento de las apuntar a la eliminación de los hom-
mujeres comesponda la tarea de bres, sinó a la eliminación del sistema
efectuar el mismo tipo de cambio social que crea el sexismo y el géne-
social para un sistema que Marx sólo ro.
imperfectamente percibió, Algo de A mi personalmente, la visión de
esto está implícito en Wittig (1973) un matriarcado de amazonas en que
—la dictadura de las guerrileras ama- los hombres estén reducidos a la servi-
Zzonas es un medio transitorio para dumbre o al olvido (dependiendo de
llegar a una socieded sin géneros. las posibilidades de la reproducción
El sistema de sexo/género no es in- partenogenética) me resulta desagrada-
mutablemente opresivo y ha perdido ble e inadecuada. -
Buena parte de su función tradicional. Esa visión mantiene el género y la
Sin embargo, en ausencia de oposición división de los sexos; es una visión que
no se marchitard simplemente, Toda- simplemente invierte los argumentos
vía lleva la carga social del sexo y el de quienes fundamentan su defensa de
género, de socializar a los jóvenes y de la inevitable dominación masculina en
proveer las proposiciones últimas diferencias biológicas inerradicables y
acerca de la naturaleza de los propios alenificotivos entre los sexos, pero
seres hamanos, Y sirve a fines econó- nosotras no solamente estamos opri-
micos y políticos distintos de los que midas como mujeres: estamos oprimi-
originalmente fue diseñado para cum- das por tener que ser mujeres, u
plir (cfr. Scott, 1965), El sistema de hombres, según el caso.
sexo/género debe ser reorganizado a Personalmente, pienso que el
través de acción política. movimiento feminista tiene que soñar
con algo más que la eliminación de la
opresión de las mujeres: tiene que
soñar con la eliminación de las sexua-
de hacerio. (Ibid. p. 69.) La lesbia- lidades y los papeles sexuales obligato-
oo Indiscutiblemente ha estado y rias,
esth en la vanguardiade lo Jucha por El sueño que me psrece más
la igualdadde los sexos y por la li- atractivo es el de una sociedad andró-
beración psíquica de las mujeres. gina y sin género (sunque no &N
(lbid,, p. 660 sexo), en que la anatomía sexual no
Resulta revelador comparer el estudio tenga ninguna importancia pera lo que
de Wolff con los ariículos sobre el ler uno e, lo que hace y con quién hace
bianismo
en Marmor, 1965. el amor.

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