Revolución Mexi-WPS Office
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Inicio
La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que inició en 1910, como consecuencia del
descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz, y que derivaría en una guerra civil que
transformaría radicalmente las estructuras políticas y sociales del país.
La revolución comenzó con el levantamiento liderado por Francisco I. Madero, que se oponía a la
reelección del general Porfirio Díaz a la presidencia, dictador que había gobernado el país por más de
treinta años.
No existía la libertad política. El pueblo no podía elegir a ningún representante dentro de los poderes
estatales ni federales. Estos eran impuestos por Porfirio Díaz, quien, pese a estar en contra de la
reelección, permaneció en el poder más de 30 años.
Despojo de tierras a los campesinos. Díaz hizo una serie de reformas a la legislación que facilitaban la
entrada a compañías extranjeras para que se adueñaran de “terrenos baldíos” los cuales pertenecían a
indígenas, campesinos o gente muy pobre que no tenía el dinero para trabajar sus tierras y eran
despojados de ellas.
Creación de latifundios. Las haciendas de gran extensión pertenecían a unos pocos propietarios mientras
la mayoría de los mexicanos moría de hambre.
Represión y uso de la fuerza. Las condiciones laborales eran pésimas, sin embargo, cuando los
trabajadores y campesinos trataban de manifestar su inconformidad, fueron reprimidos brutalmente.
Un ejemplo es el asesinato de obreros durante la Huelga de Cananea (1906) y de Río Blanco (1907).
La Revolución Mexicana es una de las primeras revoluciones sociales del siglo XX y fue la responsable de
meter a México en el siglo XX. Entre sus logros y consecuencias podemos mencionar los siguientes:
Reforma agraria
Porfirio Díaz fue presidente de México por 30 años. Después de su heroísmo al mando de tropas contra
los franceses, trató de asumir la presidencia a través de un golpe de estado contra el presidente Benito
Juárez en la fallida revuelta de La Noria en 1871. Su revuelta de Tuxtepec, justo antes de las elecciones
de 1876 contra el presidente Sebastián Lerdo de Tejada, tuvo éxito y luego ejerció como presidente del
23 de noviembre de 1876 al 30 de noviembre de 1880. Durante este periodo, calmó a los inversores
estadounidenses y restableció relaciones con las potencias europeas.
Manuel González fue elegido presidente para los próximos cuatro años, mientras que Díaz ejerció de
Ministro de Desarrollo y gobernador de Oaxaca. En 1884, Díaz regresó a la presidencia para no
abandonarla hasta 1911. Durante su presidencia, Díaz y sus consejeros transformaron México con la
construcción de ferrocarriles, escuelas y creando una base de infraestructuras para el país. Desarrollaron
los principios de una industria petrolera y persuadieron al capital extranjero para invertir en minas y
factorías. Sin embargo, su gobierno hizo todo esto a expensas de derechos políticos básicos y control
económico. Muchos críticos del régimen fueron encarcelados o asesinados. A medida que las décadas
pasaban, Díaz se apoyaba cada vez más en el fraude político y en el ejército para mantenerse en el
poder.
Después de 1900, este sistema empezó a deteriorarse debido a la avanzada edad del presidente y a la
falta de consenso sobre un sucesor, el aumento del nacionalismo, tanto político, como económico, y por
la recesión económica en los Estados Unidos. Finalmente, guerras de guerrilla en el sur y derrotas
militares en el norte, contribuyeron al derrocamiento de Díaz y el 21 de mayo de 1911, sus seguidores
firmaron el Tratado de Ciudad Juárez con Francisco Madero. Díaz dimitió el 25 de mayo y poco después
salió para París, donde murió en 1915, siendo enterrado en el famoso cementerio Père Lachaise.
Dichos líderes luchaban en conjunto por su oposición a Díaz; sin embargo, no eran aliados, ya que cada
uno reclamaba las necesidades particulares de los pueblos que representaban y por lo cuales se
enfrentaban.
Tras la presión ejercida, el día 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renunció a la presidencia luego de
haber firmado un pacto con Francisco I. Madero, quien posteriormente fue electo presidente y ejerció la
presidencia de México.
Madero restauró la constitución, prohibió la reelección y estableció el sufragio popular. Sin embargo,
estos cambios no fueron suficientes para mejorar la situación general del país, ni para satisfacer las
necesidades del pueblo mexicano.
Plan de Ayala
El Plan de Ayala fue una proclamación política firmada por el líder de las tropas del sur, Emiliano Zapata,
a quien Madero le había solicitado que licenciara sus tropas. Sin embargo, Zapata solo aceptaría dicha
propuesta si Madero cumplía con una serie de condiciones que, finalmente, desconoció. Esto produjo
mayores desencuentros entre ambos líderes, en especial porque Madero tampoco llevó a cabo la
reforma agraria exigida por los campesinos, lo que generó mayor descontento hacia su mandato.
Finalmente, los grupos liderados por Emiliano Zapata se alzaron en contra de Madero.
Por otra parte, en el norte de México, el general Pascual Orozco y su ejército también se levantaron en
contra del gobierno de Madero y desobedecieron sus órdenes, ya que estaban inconformes con las
reformas llevadas a cabo.
Como respuesta, Madero envió al general Victoriano Huerta, simpatizante del porfirismo, a enfrentarse
con las tropas de Orozco. Huerta salió victorioso y se ganó la confianza del presidente Madero.
Decena trágica
Se denomina como Decena trágica al golpe militar que recibió el gobierno del presidente Madero entre
los días 9 y 19 de febrero de 1913, organizado y liderado por los generales Manuel Mondragón,
Bernardo Reyes y su grupo de militantes.
Durante el hecho, fue herido el general Lauro Villar, quien se encargaba de la defensa del Palacio
Nacional, motivo por el cual Madero designa a Victoriano Huerta a ocupar dicho cargo.
Sin embargo, durante estos acontecimientos, Huerta había firmado un acuerdo con el embajador de
Estados Unidos, Henry Lane Wilson, el pacto de la embajada, bajo el cual las fuerzas opositoras se
unieron en contra de Madero para destituirlo del cargo de presidente, con el fin de que Huerta ocupara
su lugar.
Finalmente, este hecho terminó con el arresto del presidente Madero y del vicepresidente José Mariano
Pino Suárez, quienes fueron asesinados el día 22 de febrero de 1913.
De esta manera, Victoriano Huerta logró asumir la presidencia de México, y se convirtió en dictador al
anular la libertad del pueblo por medio de la fuerza militar.
Huerta recibió el apoyo de importantes hacendados, un gran número de gobernantes, del clérigo y
militares, excepto del gobernador de Sonora, José María Maytorena, y del gobernador de Coahuila,
Venustiano Carranza.
Tras la renuncia de Huerta a la presidencia, derivaron diferentes desacuerdos y acuerdos entre los
líderes Carranza, Villa y Zapata por lo que se realizó la convención de Aguascalientes en noviembre de
1914.
Luego, tras varios enfrentamientos armados, protestas y desencuentros por la situación política,
económica y social por la que atravesaban los mexicanos, y al poner bajo control los movimientos de
Villa y Zapata, Carranza llamó a un congreso constituyente y fue promulgada la Constitución de 1917, el
día 5 de febrero.
La nueva constitución se caracterizó por reconocer el derecho de los trabajadores, establecer una
jornada de trabajo de ocho horas, un salario mínimo, la reforma agraria, el Estado se concedió el
derecho de expropiar las tierras y separó a la Iglesia del poder político.
Carranza fue asesinado en un viaje hacia Veracruz en mayo de 1920. Tras su muerte y posteriores
elecciones, resultó electo como presidente de México Álvaro Obregón. Para ese entonces, los conflictos
armados de la Revolución mexicana habían acabado casi por completo.
Durante este proceso, fueron asesinados los líderes campesinos Emiliano Zapata en 1919, y Francisco
Pancho Villa en 1923, ambos importantes figuras de la Revolución mexicana por sus ideales y lucha
continua.