Misión Niños 2T 2015
Misión Niños 2T 2015
Misión Niños 2T 2015
2º trimestre 2015
CONTENIDO
COREA DEL SUR
5 La iglesia de los panecillos ................................................... 4 de abril
7 El hombre de la mochila ................................................... 11 de abril
MONGOLIA
9 El gozo de Binderya ......................................................... 18 de abril
11 Música para Dios .............................................................. 25 de abril
13 La vida nos enseña ........................................................... 2 de mayo
JAPÓN j
15 La escuela es nuestro campo misionero .............................. 9 de mayo
17 La búsqueda de Helio ..................................................... 16 de mayo
CHINA
19 ¿Qué pasa con el ídolo? .................................................. 23 de mayo
21 Del lado de Jesús ........................................................... 30 de mayo
23 Encuentros divinos ............................................................. 6 de junio
TAIWÁN
25 Dos hermanos honrados .................................................. 13 de junio
27 La invitación ................................................................... 20 de junio
RECURSOS
v
29 Programa de decimotercer sábado ................................... 27 de junio
31 Proyectos para el próximo trimestre
EL HOMBRE DE LA MOCHILA
a
EL HERMANO SONG
El hermano Song vive en el área metropolitana
de Seúl, la capital de Corea del Sur. Viviendo y tra-
a
bajando en una ciudad tan grande, él se pregunta-
ba cómo podría llevar a tantos millones de habitan-
tes la vital noticia de que Jesús viene pronto, y de lo
que podemos hacer para estar preparados.
a Reflexionó y oró al respecto, y decidió que era muy importante que la gente cono-
ciera el sábado, ya que eso la ayudará a estar lista para la pronta venida de Jesús. Tam-
bién deseaba que conocieran el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14.
“Yo quería que la gente conociera la verdad, así que mi plan era que en forma in-
mediata descubrieran el sábado, que es el corazón del mensaje de los tres ángeles”, dice
el señor Song.
ENCUENTROS SORPRESIVOS
El hermano Song lleva su mochila a diario mientras va en bicicleta o en metro a su
trabajo. También lleva la mochila cuando sale a pasear por el parque.
“Cuando la gente ve el mensaje que llevo en la espalda, siente curiosidad y lo lee
en voz alta –dice–. Algunos lo comentan y yo les digo que el sábado es importante.
Hay muchas maneras de difundir ese mensaje, pero esta es mi estrategia”.
Cuando comenzó a usar la mochila con el mensaje del sábado, el hermano Song se
inquietaba al pensar que la gente podría enojarse con él, o que tal vez lo juzgarían de-
masiado duramente. Hoy en día, él se siente feliz al ver que muchos se muestran inte-
resados en aprender más sobre el mensaje que lleva en la espalda.
“Un día, cuando tomé el metro, un hombre me siguió. Finalmente se me acercó y
me dijo: ‘Sé que esa es la verdad. ¿Hay alguna iglesia que guarde el sábado como día de
reposo?’ ”
a
EL GOZO DE BINDERYA
Binderya permanecía sentada en una de las
bancas de la iglesia, cantando mientras esperaba
que su mamá terminara de trapear el piso. La
mamá de Binderya es la persona que limpia la igle-
sia. Ella afirma que esa es su forma de adorar a
Dios. Binderya a menudo ayuda a su madre a lim-
piar. “Me gusta ayudar a mi mamá a limpiar la igle-
sia –dice–; así es como le agradezco a Dios por ser el Rey de mi vida”. Binderya y su
mamá no siempre han sido adventistas.
LA SORPRESA DE PAPÁ
El papá de Binderya a menudo tenía que ausentarse de la casa durante varios días,
por causa de su trabajo. Un día, cuando él regresó, Binderya le dijo que estaba asistien-
do a la iglesia adventista con su amiga. Él se alegró con la noticia y le pidió a su hija
que lo llevara a la iglesia con ella. La joven se sorprendió, ¡pero se sintió muy feliz!
“Yo había invitado a mi mamá para que me acompañara a la iglesia, pero ella tiene
problemas de audición y nunca quiso ir. Pensaba que la gente no la trataría bien por su
problema. Pero ella se nos unía a papá y a mí cuando orábamos todas las noches”.
Binderya continuó invitando a su mamá para que los acompañara a ella y a su papá
a la iglesia, pero la mamá no iba a causa de su timidez. Algunos miembros de la iglesia
fueron a visitar a la mamá de Binderya a su casa. Ellos también la invitaron para que
asistiera a la iglesia, pero la mamá dudaba.
LA ENFERMEDAD DE PAPÁ
Un día el papá de Binderya se enfermó gravemente. El médico no estaba seguro de
que sobreviviera. La mamá se dio cuenta de que ella no sabía cómo orar por su esposo,
y comenzó a asistir a la iglesia con Binderya. Entonces, descubrió que los miembros de
ENSEÑANZAS IMPORTANTES
Hongra nos dice que ya lleva cinco años asistiendo a la iglesia. “Creo que Dios
realmente ha cambiado mi vida. Entiendo que la música que una vez me gustaba no
era buena, y que Dios quiere que escuchemos cosas mejores. También he aprendido a
perdonar. Cuando mi hermano pequeño rompió mi hermosa taza, me sentí tentada a
enojarme con él. Pero oré, y descubrí que Dios alejó la ira de mí. Mis padres se sintie-
ron impresionados cuando vieron que, a pesar de que estaba dolida, no estaba enojada.
Dios me ayudó a ser bondadosa.
ALABANDO A DIOS
“Dios cambió mi vida a través de la
música. Él me enseñó que su música es
mucho mejor que la del mundo. Deseo
cantarle siempre. Dios se alegra de recibir
nuestros cantos de alabanza, si somos sin-
ceros al alabarlo”.
Niños y niñas, podemos alabar a Dios
al cantar, al hablarles a los demás acerca
de Jesús y al dar nuestras ofrendas para las
misiones cada sábado. ¿Cómo alabarás a
Dios hoy?
VENCIENDO LA TIMIDEZ
Mook nos dice: “Yo era muy tímido y no me sentía a gusto cuando tenía que ha-
blar con la gente. Pero mis maestros me animan a hablar en clase. Espero que pronto
sea capaz de hablar con los niños del edificio de departamentos donde vivimos. Quie-
ro hablarles de Jesús e invitarlos a la Escuela Sabática. Les hablé a mis primos acerca
de Jesús cuando estuvimos juntos durante el verano”.
ENSEÑANZAS IMPORTANTES
Mook ha aprendido mucho acerca de Dios desde que comenzó a estudiar en la es-
LA ESCUELA
ES NUESTRO CAMPO MISIONERO
KEN, KAYCEE, MARK
Hola, me llamo Ken. Mis padres son de Filipinas,
pero mi hermano Mark, mi hermana Kaycee y yo na-
cimos y crecimos en Japón.
DESAFÍOS Y BENDICIONES
Vivimos en Tokio, una de las ciudades más grandes del mundo. No tenemos ninguna
escuela adventista cerca de nuestro hogar, por lo que yo asisto a una escuela pública.
Todas las escuelas públicas de Tokio imparten clases los sábados. Sin embargo, se nos
permite asistir a la Escuela Sabática, en su lugar. Nuestro profesor de Escuela Sabática com-
pleta un formulario que dice que hemos asistido y estudiado nuestras lecciones; de esa for-
ma, se nos excusa de asistir a la escuela los sábados.
No obstante, cuando entremos al séptimo curso ya no se darán más excusas. La única
forma en que podremos guardar el sábado será asistiendo a una escuela adventista.
EL DESAFÍO DE LA FE
Somos los únicos adventistas, y probablemente los únicos cristianos, de nuestra escuela.
Pasamos los días en contacto con compañeros y maestros que no conocen a Jesús. Nuestros
compañeros de clase no entienden nuestra fe y en ocasiones es difícil explicarles por qué
amamos a un Dios que no podemos ver.
Sabemos que Dios creó los cielos y la Tierra, y que nos hizo a su imagen, pero nuestros
maestros enseñan la teoría de la evolución. Es difícil explicarles a nuestros amigos que nada
saben al respecto lo que conocemos como la verdad.
Nuestra familia discutió formas para compartir nuestras creencias, y decidimos regalar-
les a nuestros maestros y a nuestros amigos Biblias y algún material impreso, pero eso es
LA BÚSQUEDA DE HELIO
Hace aproximadamente cien años, algunos japone-
ses comenzaron a emigrar a Sudamérica, en busca de
empleo y de una vida mejor. Esos japoneses permanecie-
ron en Sudamérica, y con el paso de los años otros japo-
neses se les unieron. En la actualidad hay muchos bra-
a sileños, ecuatorianos y habitantes de otros países
y sudamericanos que son descendientes de japoneses. Al-
gunas de esas personas están regresando a Japón, la tierra de sus antepasados. Helio es uno de
muchos inmigrantes sudamericanos que ha vuelto a Japón. Él comparte su historia con
nosotros.
LA BÚSQUEDA DE HELIO
a Mi padre llegó al Brasil dese Japón. Él era budista. Los antepasados de mi madre
a vinieron también de Japón, pero ella nació en el Brasil y sus padres eran católicos, por
lo que ella creció asistiendo a la Iglesia Católica. El hogar en que yo crecí era una com-
binación de cristianismo y budismo.
Cuando yo tenía catorce años, mi padre se enfermó gravemente de tuberculosis. Él
deseaba restablecerse, y comenzó a orar a diario, pero de todas formas murió.
Papá tenía una pequeña relojería, y después de su muerte yo tuve que hacerme cargo
del negocio. La pérdida de mi padre, y luego la responsabilidad de ganar dinero para el
sustento de mi familia, me fue difícil. Comencé a leer la Biblia, y encontré un texto que
ha sido clave para mí. En Juan 14:6, Jesús dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Solamente por mí se puede llegar al Padre”. Continuamente pensaba en ese texto.
Trabajaba mucho y me cansaba mucho, pero debía seguir trabajando para que mi
y familia tuviera lo suficiente para comer. Eso lo hice durante muchos años, mientras
crecía. Doce años después de la muerte de mi padre, decidí mudarme a Japón. Pensé
que las cosas irían mejor aquí, pero ¡todo fue peor! La espalda comenzó a dolerme mu-
cho y acudí a numerosos médicos en busca de ayuda. Pero parecía que nadie podía
ayudarme.
CONOCIENDO A JESÚS
La madre decidió que quería saber más de Jesús. Habló con su esposo acerca de aquel
nuevo Dios, y él le dijo que debía investigar más acerca de ese Dios llamado Jesús.
Una vecina de Ah Tan era cristiana, así que la mamá fue a preguntarle cosas sobre
Jesús. La vecina invitó a la mamá de Ah Tan a que la acompañara a la iglesia el sábado
siguiente. La mamá aceptó, y asistió con su vecina a una humilde iglesia adventista.
Mientras escuchaba el sermón, la madre de Ah Tan comenzó a sentirse mal. Se
puso en pie y salió de la iglesia. Luego se fue caminando a su casa. Para cuando llegó
a su casa, se sentía mejor. La semana siguiente volvió a acompañar a su vecina a la igle-
sia, y de nuevo se sintió mal. Pero, tan pronto como salió de la iglesia, se sintió mejor.
Eso le sucedió varias veces.
Pero la mamá de Ah Tan no se daba por vencida. Ella quería conocer más a Dios.
Pronto se dio cuenta de que Satanás estaba haciendo que se sintiera mal para que no
COMPARTIENDO SU FE
Es difícil para los niños de China compartir su fe en Jesús con sus amigos. Muchos
padres no desean que sus hijos sean cristianos. Sin embargo, Lin ha aprendido a com-
partir su amor por Jesús de manera discreta.
a En cierta ocasión, los alumnos de su curso estaban presentando un examen. Algu-
a nos de los compañeros de Lin llevaban cadenas en el cuello, con imágenes de ídolos.
Durante la prueba, los niños a veces tocaban la imagen del ídolo, para pedirle que los
a ayudara a aprobar el examen.
Una de las compañeras de clase de Lin le preguntó por qué ella no llevaba cadena.
Lin le explicó que ella no adoraba ídolos.
–Entonces, ¿qué adoras? –le preguntó la amiga.
Lin le dijo que era cristiana y que adoraba al Dios vivo, al Dios que hizo los cielos
a y la Tierra. Además, le explicó que Dios lo había creado todo: el mundo, las estrellas,
los árboles, el mar, y a todos los animales. Le dijo que Jesús es el Hijo de Dios, y que
él vino a vivir en la Tierra para que la gente pudiera ver cómo es Dios y saber que Dios
nos ama.
–Él está vivo, escucha nuestras oraciones y las contesta, porque nos ama.
EL MAESTRO DE CIENCIAS
Unos días después, el maestro de ciencias de Lin preguntó a la clase:
–¿Quiénes de ustedes creen en Dios?
Lin y otro alumno se pusieron en pie. El maestro continuó diciendo:
–No necesitamos dioses, ¡porque contamos con la teoría de la evolución!
Aquel día, algunos de los compañeros de Lin le preguntaron después de clase por
qué se había puesto en pie.
–Miren a su alrededor. ¿Cómo podrían surgir por casualidad tantos árboles, flores
y aves? Dios creó el mundo; no dejó nada al azar.
ENCUENTROS DIVINOS
LA SEÑORA TANG Y EL SEÑOR ZHANG
La señora Tang y su hijo de seis años iban camino
g del mercado para comprar comida. A menudo iban a
comprar a aquel lugar. El niño se entretenía viendo las
hortalizas que estaban a la venta, a la vez que observaba
a la gente regateando para obtener buenos precios.
Aquel día, mientras caminaban hacia el mercado tomados de la mano, la señora
Tang y su hijo no esperaban que sucediera nada especial. Pero ¡qué gran sorpresa se
llevarían!
La señora Tang creía en Dios, y se reunía con algunos creyentes cristianos todos los
domingos. Pero se cuidaba de llevar a su hijo a las reuniones, debido a que el Gobier-
no no veía con buenos ojos que los niños aprendieran acerca de Dios.
Mientras se dirigían al mercado por una de las calles de la ciudad, dos caballeros
de buen porte se les acercaron, y luego se detuvieron.
–¿Sabe usted que guardar el domingo no es bíblico? –dijo uno de ellos, levantando una
Biblia y mostrándole a la sorprendida señora Tang varios textos que hablaban del sábado.
El otro hombre la estimuló a que comprobara por sí misma lo que le estaban
diciendo.
–Usted puede buscar en Internet y comprobar cuál es el verdadero día de reposo.
Luego, los dos caballeros concluyeron su breve presentación diciéndole a la señora
Tang que “Jesús vino a este mundo”, y que la “iglesia del sábado” es “realmente la igle-
sia de Dios”.Y, tan pronto como habían llegado, desaparecieron entre el gentío.
ENCONTRANDO LA IGLESIA
Sorprendidos por aquel breve e inesperado encuentro, la señora Tang y su hijo
continuaron camino al mercado, donde compraron rápidamente las cosas que necesi-
taban y se apresuraron a volver a casa. Una vez de regreso en su hogar, la señora Tang
comenzó a buscar en Internet respuestas a los interrogantes que los desconocidos ha-
bían planteado. La sorprendida señora Tang encontró una excelente página en chino
que tenía claras respuestas acerca de si el sábado era el verdadero día de reposo de Dios.
El portal también ofrecía algunos sencillos estudios bíblicos. Al ver que la página era
auspiciada por un ministerio adventista llamado Amazing Facts, se preguntó si habría
una iglesia adventista en las inmediaciones, que ella pudiera visitar.
Después de buscar un poco, la señora Tang se alegró al encontrar un grupo de ad-
ventistas que se reunía en un departamento de su ciudad. Debe de haber algo especial
en este grupo, pensó.
LA INVITACIÓN
JIEN-YU
¿Qué sucede cuando tratamos de ser buenos
misioneros pero la gente no responde de la manera
que deseamos? Esta es una historia acerca de un
niño que no se dio por vencido.
Jien-Yu vive en la isla de Taiwán. [Localice Tai-
y wán en un mapa, frente a la costa de China.] Él, su mamá, su abuela y su hermanita
adoran en la iglesia adventista que se encuentra al lado de su casa.
Un día, el pastor anunció que la iglesia celebraría una serie evangelizadora, por lo
que pidió a todos que invitaran a sus amigos y sus familiares para que asistieran. Jien-
Yu decidió invitar a su maestra.
Al día siguiente, Jien-Yu se acercó al escritorio de ella:
–Profesora, nuestra iglesia va a celebrar unas reuniones evangelizadoras, y me gus-
taría que usted asista –le dijo.
Además, le entregó una invitación impresa.
La profesora miró la invitación y dijo:
–Sí, voy a asistir si me es posible. Gracias.
Jien-Yu sonrió y regresó a su pupitre.
ESPERANDO A LA MAESTRA
Los programas evangelizadores comenzaron un domingo por la noche. Todo el fin
de semana, Jien-Yu oró para que su maestra asistiera. El domingo por la tarde, Jien-Yu
ayudó al pastor a colocar sillas en el patio de la iglesia. Se aseguró de que todo el equi-
po eléctrico estuviera bien conectado. Luego revisó el patio. ¡Todo estaba listo! Jien-Yu
vio a muchas personas entrar en el patio, pero no vio a su maestra. Cuando llegó el
momento de comenzar el servicio de canto, se unió a sus amigos en la parte delantera,
para dirigir el canto. Mientras cantaba, buscó a su maestra, pero no la vio. Ella no ha-
bía llegado. Jien-Yu se sintió decepcionado.