MISN_ES_2025_1T
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M ISIÓN
Adventista
División de Asia Pacífico Norte
1er trimestre 2025
Mariposas de felicidad
Tamir, de cinco años, estaba aburrido.
Estaba esperando que su mamá terminara de
trabajar. Mamá trabajaba en la escuela adventista
de Mongolia [señale Mongolia en un mapa] como
contadora, es decir, contaba el dinero que la
escuela recibía. Tamir estudiaba en el preescolar,
sus clases habían terminado y estaba sentado
en una silla, esperando a mamá para irse a casa. Tamir
—Mamá, ¿me prestas tu teléfono? —le preguntó Tamir.
Mamá le pasó el teléfono a Tamir. Sus ojos se detuvieron en una aplicación con la
foto de un hombre de pelo blanco ondulado y chaqueta roja.
—Mamá, —dijo— ¿quién es él?
—Es Mozart —le contestó la mamá.
—Vaya —dijo Tamir—. Es un señor muy elegante.
Mamá sonrió. Abrió la aplicación y pulsó «reproducir» en una canción escrita por el
famoso compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart. Del asombro, los ojos de
Tamir se abrieron de par en par mientras escuchaba la música de violín y piano que
llenaba la habitación. ¡Era hermosa! Sintió como mariposas de la felicidad en el
estómago.
Tamir no pudo dejar de pensar en esa música. Dos días después, les dijo a su mamá
y a su papá que quería aprender a tocar el violín y el piano. Pero Papá negó con la
cabeza.
—No tenemos dinero para las clases de música —le dijo.
A Tamir se le llenaron los ojos de lágrimas. Él quería tocar el violín y el piano, así
que no se dio por vencido. Volvió a pedirlo al año siguiente, cuando tenía seis años. Se
los pidió de nuevo cuando tenía siete y luego a los ocho. Volvió a pedirlo a los nueve y
luego a los diez años. Lo hizo también a los once y luego a los doce años. En todas las
ocasiones, mamá y papá negaban con la cabeza. Pero Tamir no se rendía. Volvió a
preguntar cuando tenía trece años. Esta vez, mamá y papá no negaron más con la
cabeza.
—Mañana te llevaré a clases de violín —le dijo mamá.
Ella tenía una amiga que le enseñaría violín a Tamir.
Tamir estaba muy feliz, sonreía de oreja a oreja. Sintió como unas mariposas de
felicidad en el estómago. Entusiasmado se lo contó a sus amigos, y ellos se
sorprendieron.
—¿De verdad vas a tocar el violín? —le preguntó un niño.
—¡Sí! —contestó él—. ¡Mañana voy a comenzar a aprender a tocar el violín!
—¡Guau! —le dijo otro niño—. Algún día serás famoso.
Aprenderse las notas y tocar el violín no fue fácil. A veces Tamir quería jugar con
sus amigos, pero tenía que practicar. Sin embargo, a él no le importaba, quería sentir
muchas mariposas de felicidad en el estómago.
La oración de fe
Itgel es un niño de diez años de Mongolia, que su
nombre significa «fe» en mongol. Itgel tiene mucha fe.
Cuando empezó el año escolar, Itgel estaba
entusiasmado de volver a la escuela adventista donde
estudiaba en Ulán Bator, la capital de Mongolia
[señale Mongolia en un mapa]. Estaba listo para empezar
el cuarto grado. Pero su alegría apenas le duró una
semana.
Al final de la primera semana de clases, todos los Itgel
niños se reunieron para celebrar un día especial de deportes. A Itgel
le gustaba estar al aire libre porque era divertido. Corrió y corrió tan rápido como pudo.
Esa noche, sin embargo, Itgel no se sintió bien. Le dolían mucho las piernas y apenas
podía moverse. Su mamá se preocupó, al ponerle la mano en la frente se dio cuenta de que
estaba ardiendo de fiebre. Su mamá y su papá lo llevaron al hospital.
Cuando el médico vio que Itgel tenía fiebre y le dolían las piernas, también se
preocupó. Sacó una jeringuilla y le puso una inyección, Itgel tuvo que quedarse en el
hospital.
Aquella noche, Itgel trató de conciliar el sueño, pero le resultaba difícil porque tenía
mucho calor y dolor. Oró en silencio: Dios mío, por favor, cúrame pronto.
A primera hora de la mañana, el médico le puso otra inyección. Al mediodía, le puso
una tercera inyección. Itgel empezó a sentirse un poco mejor, pero no podía caminar, le
dolían las piernas y las sentía débiles. El médico le dijo que no intentara ponerse de pie.
Una enfermera lo ayudó a sentarse en una silla de ruedas para que pudiera recorrer el
hospital.
Itgel estaba encantado con la silla de ruedas, pero quería volver a caminar. Quería
volver al colegio, ya echaba de menos a sus amigos. Por eso oró en silencio: Dios mío, por
favor, cúrame pronto. Quiero empezar a caminar por mi cuenta. Quiero volver a la escuela para ver a mis
amigos.
No sabía cuándo podría volver a casa, pero creía que Dios lo curaría, así que decidió
seguir orando. Cuando se despertó al día siguiente, inmediatamente oró: Dios mío, por favor,
cúrame pronto. Quiero volver a caminar. Quiero volver a la escuela para ver a mis amigos.
Cuando el médico vino a atenderlo oró: Dios mío, por favor, cúrame pronto. Quiero empezar a
caminar por mi cuenta. Quiero volver a la escuela para ver a mis amigos.
En la noche, cuando se iba a la cama, oraba: Dios mío, por favor, cúrame pronto. Quiero
empezar a caminar. Quiero volver a la escuela para ver a mis amigos.
Itgel oró y oró durante dos semanas.
Un día, el médico dijo:
—Vamos a ver cómo estás.
Miró al niño, le puso una inyección y le dijo:
—¡Estás bien! Ya puedes irte a tu casa.
Itgel estaba muy feliz, una gran sonrisa llenó su rostro. Dios había respondido a sus
oraciones.
¡QUÉ INTERESANTE!
Orejas grandes
Las orejas de Javkhaa sobresalían, y realmente
le sobresalían mucho. Él nunca pensó nada malo
sobre sus orejas hasta que otros niños empezaron
a burlarse de él, y eso no le gustaba.
Ahora bien, las orejas de Javkhaa no tenían nada
de malo. Muchos niños tienen orejas prominentes,
pero en la escuela de Javkhaa en Mongolia [señale
Mongolia en un mapa] los otros niños empezaron
a burlarse del chico de ocho años. Javkhaa
Cuando terminaba la escuela, Javkhaa sabía que
tenía que irse directamente a casa. Mamá no quería que se juntara con los otros niños
porque decían malas palabras y hacían travesuras.
Javkhaa no tenía muchos amigos y quería que los demás chicos lo aceptaran. Quería
que fueran sus amigos. Así que un día hizo caso omiso de las instrucciones de su madre
y siguió a cinco niños grandes en vez de volver a casa.
Los niños no querían ser amigos de Javkhaa. En vez de alegrarse de que estuviera
con ellos, empezaron a burlarse de él por sus orejas. Javkhaa se puso triste. Comenzó a
cuestionarse si realmente era feo. Entonces uno de los niños lo insultó y eso no le gustó
nada, así que levantó su puño y golpeó al niño.
Los cinco niños se abalanzaron sobre él, como si fueran cinco osos furiosos que se
abalanzan sobre un corderito. Lo golpearon, lo patearon y huyeron.
Javkhaa se echó al suelo a llorar. Deseó haber obedecido a su mamá e irse directo a
casa después de la escuela. Se levantó, se acercó a un banco y se sentó. Entonces se
acordó de Dios. Sentado en el banco, se inclinó hacia adelante, agarrándose con una
mano el estómago porque le dolía. Cerró los ojos y oró: «Querido Jesús, gracias por
estar siempre conmigo y por escucharme. Por favor, escúchame ahora, ayúdame a tener
buenos amigos que no se burlen de mí, y que sean una buena influencia. Amén».
Levantándose, corrió a casa tan rápido como pudo. Cuando estaba cerca de casa,
se quitó el polvo de la ropa para que su mamá no viera que había estado peleando.
Al momento de entrar a la casa intentó verse feliz.
La mamá no notó nada anormal.
—Lávate las manos y ven a cenar —le dijo.
Después de comer, Javkhaa fue a su habitación y se cambió la ropa. Recordaba lo
que le había pasado. ¿Por qué me pegaron?, se preguntaba.
Javkhaa no habló con esos niños durante la semana siguiente, y ellos no le hablaron
a él tampoco. Luego, uno a uno, los niños se le fueron acercando para pedirle perdón.
Javkhaa los perdonó, pero no volvió a salir con ellos después de clase. Se dio cuenta
de que su mamá tenía razón. Esos niños decían malas palabras y hacían maldades, y
cuando estaba con ellos, él también quería hacer lo mismo; eran una mala influencia.
Quería amigos que fueran niños buenos y oró para tener esa clase de amigos.
UN PAÍS FASCINANTE
UN PAÍS FASCINANTE
¿Cuándo comenzaron
los humanos a vestirse?
A Tae-Hyung, de once años, le gusta ir a clases y
sacar buenas notas en la escuela a la que asiste en
Corea del Sur [señale Corea del Sur en un mapa]. Claro,
para sacar buenas notas, tiene que saber las respuestas
correctas, y para saber las respuestas correctas, él se
esfuerza en hacer todos sus deberes escolares.
Un día, la maestra les hizo a los niños una pregunta difícil. Tae-Hyung
—¿Cuándo comenzaron los seres humanos a vestirse?
Tae-Hyung levantó la mano.
—¡Lo sé! —le dijo.
—¿Cuál es la respuesta correcta? —le preguntó la maestra—. ¿Cuándo empezaron
los seres humanos a vestirse?
—Cuando Adán y Eva pecaron —le contestó, seguro de sí mismo—. Dios les dio
ropa hecha de pieles de animales.
La maestra puso cara de sorpresa. No era la respuesta que esperaba, ya que libro de
texto no mencionaba a Adán ni a Eva. Tampoco mencionaba el pecado ni a Dios.
Tae-Hyung vio la expresión de sorpresa en la cara de su maestra. Él había leído el
libro de texto y sabía que su respuesta no estaba allí, pero sí la había leído en la Biblia en
un programa extracurricular de la Iglesia Adventista, y creía que la Biblia tenía más
veracidad que el libro de texto. Volvió a hablar:
—La Biblia dice que Dios les dio ropa a Adán y Eva cuando pecaron —le dijo.
La maestra no sabía qué decir. Durante unos instantes miró a los otros niños, y
luego miró a Tae-Hyung. Entonces, se negó a aceptar su respuesta como correcta.
—Hay muchas historias extrañas en la Biblia —dijo—. ¿Podría alguien más
responder la pregunta? ¿Cuándo empezaron los seres humanos a vestirse?
Otro niño levantó la mano y dio la respuesta del libro de texto. Dijo que los seres
humanos empezaron a vestirse hace 170,000 años.
Después de la clase, Tae-Hyung fue como de costumbre a la iglesia adventista para
participar en el programa de actividades vespertinas. Tanto él como otros niños, de los
cuarenta y cinco que asistían al programa, no procedían de hogares cristianos, pero sus
padres estaban contentos de que pudieran aprender sobre la Biblia.
La parte favorita del programa para Tae-Hyung era el club bíblico, con un maestro
llamado el señor Cho. En el club, Tae-Hyung leyó en la Biblia que Dios creó un mundo
perfecto y todo lo que había en él, incluidos Adán y Eva. Leyó que el pecado entró en
este mundo cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios comiendo del fruto prohibido.
Leyó que Adán y Eva trataron de cubrirse con hojas de higuera y fue entonces cuando
Dios les dio la primera ropa. Génesis 3: 21 dice: «Y el Señor Dios hizo ropa de pieles de
animales para Adán y su esposa» (NTV).
•E
n mayo de 1904, un coreano llamado Eung Hyun Lee, que esperaba
un barco para Hawái, caminaba por una calle de Kobe, Japón, y vio un
cartel que decía: «Iglesia Adventista del Séptimo Día».
•D
espués de hablar con el evangelista, Kuniya Hide, Eung Hyun Lee y
un amigo coreano estudiaron las Escrituras y se convirtieron en los
primeros adventistas coreanos.
¡QUÉ INTERESANTE!
Conocer a Dios
Dos niñas y su hermano en Corea del Sur,
[señale Corea del Sur en un mapa] nunca habían ido a la
iglesia. Sus padres no eran cristianos, por lo tanto,
los niños no conocían a Dios. Pero una tía sí
conocía a Dios, y quería que toda la familia fuera
a la iglesia.
Los niños escucharon a la tía llamar a su papá
por teléfono. Sion, Chea-Hwan y Ye-rim
—Acompáñame a la iglesia el sábado,
y trae a mamá y a los niños —le dijo la tía.
—Ya no creo en Dios —respondió el papá—. Cuando era niño, algunos niños
cristianos fueron muy malos conmigo en la escuela.
Los niños no tenían muy claro qué le había pasado a su papá cuando era niño, pero
sabían que había ido a una escuela adventista y que algo malo le había ocurrido.
La tía no se dio por vencida, porque quería con todo su corazón que el papá, la mamá
y sus tres hijos fueran a la iglesia.
—Creo que esos niños que fueron malos contigo no conocían realmente a Dios
—le dijo ella—. Por eso eran malos, porque si hubieran conocido a Dios, habrían
sido diferentes. Tú también serías diferente si conocieras a Dios —añadió la tía—. Si
tuvieras fe y fueras a la iglesia, podrías enseñar a tus hijos a ser bondadosos con los
demás niños y a no ser malos como esos niños de tu escuela. Quiero que vengas a la
iglesia conmigo.
El padre, sin embargo, se mantuvo firme.
—Ya no quiero volver a la iglesia —dijo—. Pero si insistes en pedírmelo, puedes
llevar a mis hijos.
Los tres niños se miraron emocionados. Querían mucho a la tía y estaban deseando
ir a la iglesia con ella.
La tía recogió a los niños el sábado en la mañana. Las dos niñas, Ye-rim, de diez
años; Sion, de siete; y su hermano Chea-Hwan, de seis; nunca habían ido a la iglesia,
¡y les encantó! Aprendieron canciones alegres, escucharon historias interesantes y
aprendieron a orar a Jesús.
A los tres niños les gustó tanto la iglesia que se lo contaron a sus amigos. Entonces,
sus amigos también quisieron ir a la iglesia. Al poco tiempo, los tres niños llevaban
a ocho amigos a la iglesia todos los sábados. La tía no tenía suficiente espacio en su
automóvil para todos ellos, así que le preguntó a la mamá si podía ayudar a llevar a los
niños en su automóvil. La mamá aceptó, y así fue como ella también comenzó a asistir.
Un sábado, la tía se enteró de que los niños estaban orando a Jesús por su propia
iniciativa en casa. Oraban al levantarse cada mañana, diciendo: «Jesús, te damos gracias,
por darnos este día y por darnos salud». Al acostarse, cada noche, oraban: «Gracias,
Jesús, por habernos dado un buen día».
¡QUÉ INTERESANTE!
UN PAÍS FASCINANTE
¡QUÉ INTERESANTE!
26 MISSION ENFANTS
MISIÓN NIÑOS DIVISION
DIVISIÓN SUD-AMÉRICAINE
DE ASIA PACÍFICO NORTE
¡QUÉ INTERESANTE!
El narrador no tiene que aprenderse la historia de memoria, pero debe estar lo suficientemente
familiarizado con ella para no tener que leerla entera. También puede representar la historia como una
dramatización, si así lo desea. Antes o después de la historia, use un mapa para mostrar los lugares
de la División de Asia Pacifico Norte: Japón, Mongolia, Corea del Sur y Taiwán, que recibirán la
ofrenda del decimotercer sábado.
Joon-woo, de doce años, no provenía de un hogar cristiano. Nunca había leído la
Biblia, pero había algo que tenía muy claro: quería comenzar a estudiar en una escuela
adventista en Seúl, Corea del Sur.
Muchos niños querían ir a la escuela adventista porque tenía buena reputación.
Joon-woo y todos los demás niños que querían estudiar en la escuela tenían que aprobar
un examen de ingreso. Para el examen, Joon-woo tenía que sentarse con un maestro y
responder preguntas sobre matemáticas, ciencias e inglés. También tendría que responder
preguntas sobre la Biblia.
A Joon-woo no le preocupaban los exámenes de matemáticas, ciencias e inglés. Era un
chico inteligente y sabía que podría superar esas preguntas. ¿Pero la Biblia? No estaba tan
seguro, porque ¿cómo podría responder a las preguntas de la Biblia sin leerla?
La madre de Joon-woo también quería que fuera a la escuela adventista. Había oído
hablar de la escuela a una madre adventista cuyo hijo estudiaba allí. Fue entonces a pedirle
ayuda a la madre adventista.
—¿Cómo puede mi hijo aprobar la parte del examen de ingreso que es de la Biblia?
—le preguntó.
La madre adventista tuvo una idea.
—La mejor manera de aprobar el examen es ir a una iglesia adventista todos los
sábados y aprender sobre la Biblia —le dijo.
Así que Joon-woo y su mamá fueron a una iglesia adventista el sábado. Joon-woo no
fue el único niño no cristiano que acudió a la iglesia ese sábado. Otros cinco niños
asistieron con sus madres, porque también querían aprender sobre la Biblia para poder ir a
la escuela adventista.
A Joon-woo todo en la iglesia le resultaba inusual y extraño. No entendía muchas de
las palabras que oía de la Biblia. No se llevaba bien con los otros niños, pero como quería
Mongolia
Franjas izquierda y derecha: rojo
Franja central: azul
Escudo: amarillo
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1
MONGOLIA
PROYECTOS 4 5
3 JAPÓN
1. Centro de actividades para niños en Ulán Bator, Mongolia.
CO R E A
2. Sistema de Escuelas Primarias Adventistas en Taiwán.
DEL SUR
3. Centro de alojamiento para madres solteras en Ansan,
Corea del Sur. N E PA L
PA K I S TÁ N
4. Gimnasio y centro de formación misionera en la
Academia Hankook Sahmyook de Seúl, Corea del Sur. TA I WÁ N
5. Centros de actividades extraescolares en catorce
BANGLADÉS 2
escuelas de Japón.
8/15/24 2:48 PM