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JM de Lamennais A Maritain Ed1967 - Online

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BIBLIOTECA DE ENSAYISTAS CONTEMPORANEOS JULIO MEINVIELLE

Y.,. IDAS DE PAYAsos. ILUSTRES,de Ignacio B. Anzoátegui.


AvrVANDO BRASAS, de Federico Ibarguren.
EL PODER DESTRUCTIVO DE LA DIALÉCTICA CQ}.TU'NISTA, de Julio Meinvielle.
L...._ FE DE M'\.RTÍN FIERRO,de Francisco Compañy.
Nu.ESTRAs RELACIONES CON LA IGLESIA, de Santiago de Estrada.
LUGONES, de Leonardo Castellani Cante Pomi E. U.
EL COMUNIS:MO EN LA REVOLUCIÓN ANTICRISTL-'.NA, de Julio I'vleinvielle. Segunda
edición.
DE LAMENNAIS
VIDAS DE l\.IUERTOS, de Ignacio B. Anzoátegui. Tercera edición.
CIVILIZACIÓN y BARBARIE E.J.'i LA HISTORIA DE LA CULTUR.-\. ARGEJ.""{TINA, de Fermín
Chávez. Segunda edición.
PoLÍTICA ECONÓlWICA ARGE....'"'<TINA, de Alfredo Külliker Frers.
A MARITAIN
TEILHA.R.D DE 1CHARDIN o L..,, RELIGIÓN DE LA_ EVOLUCIÓN, de Julio Meinvielle.
B.-\LANCE DE SIGLO y MEDIO, de Julio Irazusta.
L IGLESIA y EL :t>.IUNDO :rvronERNo, de Julio Meinvielle.
LITERA.TURA Y PODER, de Alberto Boixadós.
ARGENTINA MONÁRQUICA, de Raúl Torres de Tolosa.
EsPAÑA Y EL l\iL.\RXISl\-10, de José Blanco Amor.
REVOLUCIÓN NACIONAL o con-1UNIS:.\lO, de Atilio García l\!Iellid.
SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA
DE LA::-.r&~NAIS A MAruTAIN, de Julio 1\!Ieinvielle. Segunda edición.
Y NOTABLEMENTE AUMENTADA

Hecho el depósito qu~ ordena la ley


Coprright by EDICIONES THEORÍ..\ S. R. L., Buenas Aires
Diciembre de 1967
Impreso en la Argentina

EDICIONES THEORIA
Con las licencias necesarias BUENOS AIRES
ÜBRAS DEL AUTOR

CONCEPCIÓN CATÓLICA DE LA POLÍTICA. Ediciones Theoria, 3(> edición, 1961.


CONCEPCIÓN CATÓLICA DE LA ECONOl\1ÍA. Cursos de Cultura Católica, 1936 .
•l\.gotado.
ENTRE L.A.. IGLESIA Y EL fuICH. Adsum, 1937. _l\.gotado.
UN JUICIO CATÓLICO SOBRE LOS PROBLE~IAS NUEVOS DE LA POLÍTICA. Gladium, . . . La.s Uneas generaleS [en la obra
de Maritain] -provienen de L'Avenir r
1937. _A.gotado. tienen una raíz tomista y vemos reno-
Los TRES PUEBLOS BÍBLICOS EN su LUCHA POR L..ti. D0:!\1INACIÓN DEL MUNDO. varse en ella la tentativa de una inter-
Adsum, 1937. Agotado. pretación filosófica 'Y cristiana del mun-
QuÉ SALDRÁ DE LA ESPAÑA QUE SA.."'N"GRA. J. A. C., 1937. Agotado.
do moderno cuya amplitud iguale, en
cuanto a la 'actualidad doctrinaria, la de
H.-'l.CIA LA CRISTL.\.NDAD. Adsum, 1940. Agotado. L'A.-enir (J. V. Ducattillon, O. P.~ Dios
DE LA:c.ffi.."N"NAIS A lv1A.RITAIN. Nuestro Tiempo, 1945. Agotado. y la libertad, Orden Cristiano, Buenos
DE LAl\fENNAis A I\.:L-'l.RITAIN, ed. francesa, traducción de Hervé Le Lay, La Aires, 1945, pág. 219 ).
Cité Catholique, Paris, 1953.
Yo temería. más bien ahora haberme
CoRRE.SPONDANCE A'VEC LE R. P. GARRIGOU-Lti.GR-'l.NGE A PROPOS DE LAl\1F.NNAIS ET hecho de1nasiado conciliador. (Palabras
iv1A.ruTA..IN. f'luestro Tiempo, 1947. de ?vlaritai~ reproducidas en Revue
CRÍTICA DE L'\.. CONCEPCIÓN DE MARITAIN SOBRE LA PERSONA HU1\1ANA. Nuestro Thomiste, nº I, II del t. 48. París, 1948).
Tiempo, 1948. Agotado.
RESPUESTA A nos c.-.. . RTAs DE 11ARITAIN AL R. P. GARRIGOU-LAGRANG~ O. P. Con
el teA--to de las mismas, !Vuestro Tiempo, 1948.
Co:KCEPTOS FUNDA!'-IENTALEs DE L.\ ECONo:r-.rÍA. Nuestro Tiempo, 1953.
PoLÍTICA iIBGE...""'TI:N'A (1949-1956). Editorial Trafac, 1957.
EL JUDÍO E...-..¡ EL !'-íISTERIO DE Lti. HISTORIA. Ediciones Theoria, 4(> edición, 1964.
EL co::-.ru,..rs:>xo E...°"' LA REVOLUCIÓN ANTICRISTI_-'..NA, Ediciones Theoria, 2"' edi-
ción, 1965.
EL PODER DESTRUCTIVO DE LA DIALÉCTICA COJ\fl:NISTA, Ediciones Theoria, 1962.

TEILHARD DE CHARDIN o I.A. RELIGIÓN DE LA EVOLUCIÓN, Ediciones Theoria, ~965.


EL JUDÍO EN EL 11-íISTERIO DE L.A.. msTORLAi., México, 1964.
LE JUIF DANS LE :r-.risri:RE DE L'HISTOIRE, Paris, 1964.

LA IGLESIA Y EL :r.ruNDO J\IODERNO~ Ediciones Theoria, 1966.


Nos mueve a publicar por segunda vez este libro, que alcanzó
alguna resonancia en su tiempo, no tanto el renovar la polémica
con el ilustre autor del "Humanismo Integral", sino el hacer pre-
sente la posición que en dicho libro defendíamos y que hoy tiene
más actualidad y vigencia que entonces. En efecto, mientras la
tesis de una animación cristiana de la civilización moderna, que
defendía Maritain, ha sido compartida luego por distinguidos teó-
logos como Journet 1, Chenu 2 Cangar 3 , H. Urs Von Balthasar • y
otros, y ha penetrado en la mentalidad corriente de los católicos,
nutriendo la peligrosa línea del progresismo cristiano, el proceso de
disolución de esa misma civilización ha continuado hasta amena-
zarla con su total autodestrucción. Si el mundo moderno, que, en
cierto sentido tiene una raíz católica, ha de ser salvado -decimos
en cambio-- lo ha de ser por la Ciudad Católica, tradicional, por
aquella de la que San Pío X decía "no está por inventar ni por
construir en las nubes sino que ha existido y existe, es la civiliza-
ción cristiana, es la ciudad católica 11 • Esta es nuestra finne con-
vicción. La ciudad católica tradicional y sacra del mismo tipo, en
cuanto a su esencia que aquella que conoció el lVIedioevo, sólo -nos
puede salvar de un mundo que muere por 1a1c1sta y ateo.
Detrás de esta discusión entre la Ciudad Católica y la Nueva

1 L~Eglise du Verbe Incarné, Desclée de Brouwer, París.


2 Vie intellectuelle, Février, 1954.
3 lbid. y Vraie et Fausse Reforme. dans rEglise.
4 El artícula "Raser les bastions", en Dieu vivant, n~ :25.

9
Cristiandad se desarrolla otra más profunda sobre el carácter "pro- de su autor, concepciones parecidas en una conferencia recien-
gr~sista" de la historia. Tanto para Lamennais como para Mari- temente pronunciada en Pekín par el célebre paleontólogo Teilhard
tam y para los que comparten sus ideas, la historia se desarrolla ~'; en ella indica que por yieja que ,la prehi_storia
en un ritmo que, aunque puede ser momentáneamente accidentado parezca hacerla a nuestros ojos, laJmmamdad es aun m; Jcven,
y regresi,. .o, en definitiva~ es necesariamente progresista. En "Rai- y muestra que la evolución de la Humamdad debe ser ertrnraua
son et Raisons" 5 contestando a Garrigou Lagrange, escribe Ma- Como la continuación de la evolución de la vida íntegra, donde
ritain: "Me atribuye [Meinvielle] con santo horror la tesis de QrogTesO significa a¿_censión de la conciencia yCl9'.1de ¡;, ascens_ión
que «el desarrollo histórico es necesariamente progresivo»". Y de la C°Qncienciq__!'stá ligada CQ.1l__@ __ gr:_ado ~l!P'":QO.r de orgamza-
añade: "He hecho ya en Théonas una critica de la idea del cióJJ; «Si el progreso debe continuar rio. se hará por sí sólo: l,a \
progreso necesario que encuentro ahora demasiado brutal, pero de Evolución por mecanisnw de su síntesis, se carga cada vez mas
la cual mantengo lo esencial. Y al mismo tiempo que restituyo de libertad»". .
todo lo que hay de verdadero en la noción del progreso humano Y para que se comprenda el alcance que en su concepción
(noción cuyo origen es cristiano), sostengo la tesis de que, de tiene la idea de progreso terrestre de la Humanidad, Maritain
hecho, la historia va a la vez, por dos movimientos contrarios si- cierra el capítulo con la sig1úente insólita afirmación que consti-
multáneos,_ uno de as.cens:ión,_ otro de caída, hacia el acrecenta- tuye una especie de dogma del progresismo: "Se puede aún se-
miento del mal y hacia el del bien". En otros lugares l\faritain ñalar, dice, con el mismo sabio que cualquiera sea su creencia o
ha de llamar a ésta,- ley de la ambivalencia de la historia. falta de creencias religiosas, los hombres que admiten o que niega11
Pero Maritain ha de convenir que si queremos evitar el la marcha hacia adelante de la hmnanidad, toman, de ese modo,
maniqueísmo, la ambivalencia exige que nos debamos resolver en posición de lo que es prácticamente decisivo desde el punto de
definitiva por la unidad. En definitiva, se ha de aceptar el pro-¡ vista de la vida de las sociedades humanas". Ya no es Dios ni el
g;e_so o el regreso del hombre para un determinado periodo his- \ · acercamiento a Dios lo decisivo para el hombre en su vida terres-
tonco. tre. Y así Maritain añade: "Con respecto al Reino de Dios y a
Podrá haber en el hombre -ser heterogéneo y de muchas la vida ·eterna, lg_ areptai;.ión o el _rfü:haz;o del dogina religioso,
dimensiones- aspectos parciales de progreso y regreso simultáneos. señalan la diferencia esencial entre los espíritus. Con respecto a
Pero el hombre en cuanto hombre, la humanidad en cuanto huma- la vida temporal y a la ciudad terrena, la aceptación o el rechazo
! nidad, y la historia humana en cuanto historia humana, progresa- de la vocación histórica de la humanidad".
1 rá o regresará. Progresará -añadimos nosotros- si se acerca más Es claro-que si se acepta esta tesis del carácter necesariamente
ª. Dios y regresará si se aparta de Dios. Y sabido es que para progresista de la historia, hay que convenir que el mundo moderno
ciertos grupos humanos es fácil aquilatar en determinados periodos con el naturalismo, el liberalismo y el comunismo, que vienen
este acercamiento o alejamiento. l\1aritain: en cambio, parece no después de la ciudad católica mediaeval, seria más humano que
admitir sino el prQgr:esa. En "Los derechos del hombre,.,.-6 afrrfua ésta; y que por tanto, la nueva ciudad católica -.la Nueva Cristia:i-
categóricamente que hay que aceptar el progreso si no se quiere dad de Maritain -la laica- no ha de renunciar a ese naturalis-
desesperar del hombre y de la libertad, lo cual es de por sí un mo, liberalismo y comunismo de la re,rolucíón anticristiana. La
principio de suicidio histórica. Y para que no quede duda al conclusión no puede ser más impía. Sin embargo, flu~ye en buena
respecto invoca la autoridad científica de rm autor típicamente lógica de los principios.
progresista, la de Pierre Teilhard de Chardin, y allí dice textual- La filosofía de la historia cristiana que subyace en el fondo
mente: "He tenido el placer de encontrar desde el punto de vista
7 Réflexion _sur le progrJs, Pekú1, 1941.
5 Egloff, París, 1947, pág. 273. 8 Pierre Teilhard de Chardin, Sur les bases possibles d'un credo humain
6 Editorial Dédalo, pág. 57 y sig. commun, Pekín, 30/3/41.

10 11
de las posiciones de Maritain ha de detenninar luego una toma de hacerle habitable este valle de lágrimas. No le convertirán, de
posición peligrosa frente a los problemas vivos de la vida moderna. modo alguno, la tierra en paraíso pero evitarán que ésta se con-
En realidad, todos los movimientos que vienen sacudiendo .el vierta ·en infierno. -
inqt.-Üetante ritmo del catolicismo contemporáneo, en el plano eu- Decimos además que la salud del hombre consiste primera-
ropeo y aun en el universal, se hallan de manera profética mente en la humilde aceptación de la Iglesia. No decimos única-
consignados en la "Nueva Cristiandad" de Maritain. Esto puede mente. Aceptamos y aun exigimos que el hombre se ocupe de su
significar una nota elogiosa o de censura para el ilustre pensador. progreso y de su bienestar temporal. Y en ello nada tiene que ver
Ello ha de depender de la valoración final que se haya de formular directamente la Iglesia. Es el hombre, en su movimiento ci\riliza-
de dicho catolicismo. dor, quien ha de ocuparse de su bienestar terreno. Pero si no quie-
No hay dudas que un noble impulso se oculta en la vitalidad re que esta preocupación, lejos de serle benéfica, le sea perjudicial,
del catolicismo contemporáneo en s11 intento por tomar contacto ha de emprenderla en dependencia y subordinación de aquella otra
con el hombre de hoy. El "diálogo", llevado a todas las manifes- preocupación por la que ha de buscar primeramente su salud eter-
taciones de la vida,- no es sino la traducción de ese afán de comu- na que le procura la Iglesia. ·
nicación del l\1ensaje cristiano con los requerimientos más pro- Esto que decimos del hombre vale para el hombre todo, en la
fundos del hombre actual. Y este hombre, quiéralo o no, está totalidad de sus manifestaciones. ·El hombre no puede ser feliz
modelado por los cinco siglos de Historia moderna, la que si bien ni conocer la paz en lo privado si no la conoce en lo público~ no
contiene adquisiciones valiosas en el campo de las ciencias de com- puede conocerla, sobre todo hoy, en el orden nacional si no la co-
probación y en la aplicación de esas mismas ciencias a la utilidad noce en el internacional. Por ello, la presencia de la Iglesia, como
humana -lo que en el lenguaje corriente se llama Ciencia y Téc- causa necesaria y primera de Salud, ha de hacerse sentir en la
nica- se halla asimismo impulsada por un afán de independen- vida privada y pública, en las instituciones de la vida nacional y
cia pura. El hombre actual, en definitiva, no quiere depender de de la vida mundial.
nada ni de nadie. Quiere autoabastecerse. Quiere ser omnisufi- Pues bien, ¿qué pasa con el no"\isimo catolicismo que nos
ciente. Pero en esto consiste precisamente la ReVolución. Re·volu- quieren inculcar los promotores del Progresismo cristiano? Que
ción que se llama Libertad, Igualdad, Fraternidad. Revolución sea por vergüenza -non erubesco evangelium, Rom, I, 16-, sea
del Hombre que no quiere reconocer su carácter de creatura y que por confonnidad con el mundo -nolite conformari huic saeculo,
no quiere reconocer su_ carácter de creatura ·caída. Rom., 12, 2-, no se_ atreven ni a proclamar ni a poner en prácti-
Si la condición del hombre es de creatura y de creatura caída, ca ·principios tan claros y tradicionales de verdad de salvación
la Salud del hombre consiste primemmente en aceptar la depen- para los pueblos. No se atreven a denunciar cómo deletéreo el
dencia del Creador y la dependencia del Redentor. Dios y Cristo principio revolucionario de que adolece el hombre moderno, en su
son entonces los grandes valores del Hombre. Y como Dios y Cris- condición de mó-derno; no se atreven a proclamar la necesidad de
to no llegan a nosotros sino por mediación de la Iglesia, la Iglesia subordinación de lo temporal a .lo eten10, de la civilización y de
como Sociedad Visible de Salvación, es el Arca de Salud para todo los valores de cultura a la Iglesia. Y entonces quieren conciliar
el hombre. Tanto para el hombre privado como para el hombre la Revolución y la Iglesia, el mundo moderno y Cristo, el comunis-
público. mo con el cristianismo.
La salud del hombre privado y público consiste primeramen- Pero esta conciliación de la Revolución con la Iglesia del
te en la humilde aceptación de la Iglesia. Decimos la salud del actual Progresismo Cristiano no es sino repetición del imposible
hombre. No sólo la salud eterna sino también la salud temporal. intento formulado por Lamennais en L' Avenir y por l\1aritain en
El hombre no puede tener la poca felicidad que le cabe en el su Humanismo Integral, y que, de una manera u otra, adoptan
mundo presente por otros principios que por aquellos que le ase- también los teólogos que están impulsando las actuales corrientes
guran la felicidad en la vida eterna. Sólo estos principios pueden de la Teología Pastoral. Pero dejemos esto último para otro es-

12 13
>dio 9 • Bástenos señalar la actualidad del presente libro, escrito nuestros días. También hemos insertado nuestro estudio sobre "La
nace ya veinte años, para diagnosticar los males del actual Progre- Declaración conciliar sobre la libertad religiosa y la doctrina tra-
sismo cristiano y para pronosticar la suerte de la sociedad contem- dicional''.
poránea.
Aunque parezca increíble pe11sarlo, el Progresismo cristiano, JULIO MEINVIELLE
sea por error involuntario o deliberado, concibe de tal suerte las
relaciones de la Iglesia y el Mundo, de la Humanidad y Cristo que,
lejos de sanar al Mundo levantándolo hacia arriba, hacia la Iglesia, Festividad de la Asunción de la Virgen, 19~?.
pretende utilizar a la Iglesia para la construcción de la nueva
Ciudad del Hombre. De allí que todos los esfuerzos de los progre-
sistas cristianos se dirijan a unirse con los socialistas y commristas
en la tarea común de una Ciudad de la Fraternidad y de la Paz
universal. Esta es la Ciudad de la Revolución que, en el siglo xvm
fue naturalista, en el xrx liberal y hoy se halla bajo el signo del
socialismo.
Intento perverso por cuanto busca la salud del hombre en el
hombre mismo. Intento perverso por cuanto emplean a Cristo y
á la Iglesia como una de las tantas corrientes que han de colaborar
con las otras en esa salud del hombre. Intento perverso por cuanto
ha de terminar en la ruina del Hombre.
Por ello, en la Teología Pastoral del Progresismo cristiano,
no se trabaja para levantar al hombre y elevarlo en la Iglesia, y a
través de la Iglesia, en Cristo y en Dios, sino que se usa a la
Iglesia, y a través de ella a Cristo y a Dios, para el Hombre, para
la construcción de la Ciudad del Hombre. Si no siempre a sabien-
das, se usa a Cristo para la edificación de la ciudad del Anticristo.
De aquí todo el afán, consciente o inconsciente, del Progresismo
Cristiano en transformar a la Iglesia en Mundo y al Mundo en Igle-
sia 10 . P~ro estos son temas que han de ser aclarados en un libro
especial. Temas, sin embargo, ya tratados e incluidos en el "Hu-
manismo Integral" de Maritain. De aquí la actualidad de esta
segunda edición de nuestro "De Lamennais a Maritain".
Hemos añadido a esta segunda edición un capítulo nuevo en
que comentamos el libro de Maritain contra el Progresismo -Le
Paysan de la Garonne-, que tantas polémicas ha suscitado en

9 Ver: La Iglesia y el mundo moderno. El Progresismo cristiano en Cangar


y otros teólogos recientes. Ediciones Theoría. Buenos Aires, 1966.
10 Ver el artículo de Schillebeeck, "Iglesia y Humanidad", Collcilium, 1,
enero de 1965,, y "Eglise et monde", de Ives Cangar en Esprit, febrero 1965.

14 15
PREFACIO A LA PRIMERA EDICION

El presente volumen contiene seis estudios y una conclusión,


donde se examinan a la luz de los principios católicos, algunos
aspectos de la filosofía social-política de Jacques Maritain. Deci-
rnos expresamente de la filosofía social-política, porque si Mari-
tain, que presenta sus posiciones como perfectamente compatibles
con la fe católica, se limitara a analizar los hechos y~ orientaciones
de la vida moderna sin erigirlas como norma de conducta, poco
o nada debería la teología intervenir en sus disqllisiciones. Pero
l\faritain elabora una nueva filosofía social-política; una nueva
norma que ha de regular la actuación pública de los católicos en
todo el mundo~ si no quieren defraudar las esperarizas que en
ellos ha puesto la "Nueva Cristiandad'', la nueva norma de con-'
vivencia universal hurnana que ha de moverlos y guiarlos como
un "objetivo apto a ser qiterido plena e íntegramente, y a arrastrar
eficazmente hacia sí, a finalizar eficazmente las energías humanas
que tenderán hacia él de una manera tanto más viva _cuanto la
voluntad se lo propondrá en su integridad" 1 .
Como el juicio que surge del presente libro pudiera aparecer
severo para el lector que no tenga presente la inmutabilidad de la
Regla de Conducta que comporta la doctrina de la Iglesia, no ha
de ser ocioso advertir que el punto vulnerable de toda novedad
que quiera introducirse en la Iglesia radica precisamente en su
novedad. La Iglesia es una vida; una vida de la inteligencia y
una vida de la voluntad. Vida, cuya única fuente es el seno de la

1 Du régime temporel et de la liberté, Desclée de Brouwer, 1933, pág. 131.

17
Deidad. La Iglesia vive de lo que ha recibido. De lo que ha como enseñan los teólogos, falsa doch-:ina en el estilo de la Escri-
recibido de Dios, por medio de Jesucristo, su divino Fundador, a tura es llamada otra doctrina; por esto en el texto de San Pablo
través de los Apóstoles. Y la Iglesia ha recibido, en depósito, una a los Gálatas, más arriba citado, se habla de otro Evangelio y San
única Doctrina, que no puede recibir nuevos aportes después de Pablo dice a Timoteo: "Bien sabes como al irme a Macedonia, te
Ja muerte del último Apóstol. La consigna sagrada e inviolable pedí que te quedaras en Efeso, para que hicieses entender a ciertos
de la Iglesia es conservar con fidelidad el depósito que le ha sido sujetos que no enseñasen otra doctrina"~ "ne aliter docerent" 5 .
confiado. Célebres los apremiantes consejos del Apóstol a su dis- Y así Maritain, al introducir otra Regla de Conducta social
cípulo Timoteo: "¡Oh Timoteo! guarda el depósito de la fe que te católica, por las conexiones necesarias que lo especulativo tiene con
lze entregado, evitando las novedades profanas en las expresiones" 2 • lo práctico, y lo social con lo individual, ha de proponer otro Evan-
"Las cosas que de mi has oído delante de muchos testigos, con- gelio que el de Jesucristo.
fialas a hombres fieles, que sean idóneos para enseñarlas también El presente estudio que sólo abarca algunos aspectos más
a otros"'· Y celebérrimas las palabras del Apóstol a los Gálatas, exteriores de las desviaciones que, a nuestro juicio, contiene la
cuando les dice: "l\1e maravillo como asi tan de ligero abandonáis Nueva Cristiandad de Maritain, es preliminar de otros estudios
al que os llamó a la gracia de Jesucristo para seguir otro Evangelio, en los que trataremos de indagar las raíces más hondas de donde
nws no es que haya otro Evangelio, sino que hay alg_unos, que os arrancan las desviaciones de su filosofía 6 •
traen alborotados, y quieren trastornar el Evangeho de_ Crzsto. Mientras tanto, queremos subrayar que la fulminante fama
Pero aun cuando nosotros mismos, o un ángel del czelo sz poszble que las tesis maritainistas han obtenido en el mundo, traen al
fuera, os predique un Evangelio dif~rente del que n_osotros hemos recuerdo aquellas palabras de. San Agustín: "Mira sunt qWE dici-
anunciado sea anatema. Os lo he dzcho y os lo repzto, cualqwera tis, oova sunt qum dicitis, falsa sunt qum dicitis" 7.
que os an~ncie un Evangelio diferente del que habéis recibido, sea Admirable que las fuerzas de la revolución aplaudan univer-
anatema" 4 . Es pues consigna sagrada e inviolable guardar el sahnente el programa de la Nueva Cristiandad. Nuevo que por el
depósito de la verdad divina, sin la más leve alt~ración. Pero esta camino de la Revolución, puedan los católicos instaurar la sobera-
divi11a Verdad no es simplemente para ser crezda sino para ser nía social de Jesucristo. Veamos entonces qué falsedad contiene
practicada. esta Nueva Cristiandad.
Y, ¿qué tiene que ver esto con l\1aritain?, preguntará el lector.
'\1uchísimo, porque aquí radica todo el problema de la "i:i-~eva
Cristiandad" de Maritain. Maritain propone en su nueva cnshan-
dad una N arma práctica de acción social católica que es otra,
esenciahnente diversa, de la practicada en la Iglesia. Directa y
primanamente no propone algo diverso para ser creído, sino algo
diverso para ser practicado. Pero este algo diverso para ser practz-
cado ha de suponer una concepción de la vida, también div_ersa para
ser profesada. Porque ~elis nolis l_a acción del hombre di_mana de
lo que piensa. Luego si es algo dzverso, si es otra cosa, rn~oduce
una novedad en el Sagrado Depósito de la Verdad Católica. Y
aquí aparece la gravedad de la tentativa de Maritain. Porque
5 I, Tim. I, 3.
6 Este estudio lo emprendimos en parte con nuestro libro Crítica de la con-
2 I, Tim. VI, 20. cepción de Maritain sobre la persona humana.
3 II, Tim. II, 2. 7 Admirable lo que decís, -nuevo lo que decís, falso lo que decís. (Contra
< Gal. I, 6-9. Julianum, III, 3).

18 19
DEL MITO DEL PROGRESO A LA NUEVA
CRISTIANDAD

Nihil novum sub sale. (Eccles. I, 10).

Maritain asienta en su Les Droits una alternativa de excep-


cional importancia. "Se puede señalar, dice, que cualquiera sea
su creencia o falta de creencia religiosa, los hombres que admiten
y los que niegan la marcha hacia adelante de la Humanidad,
toman, de ese modo, posición sobre lo que es prácticamente decisi-
vo desde el punto de vista de la vida de las sociedades humanas" 1 .
Y en efecto: si se establece como Postulado que la Humanidad
marcha hacia adelante, entonces todo el acaecer histórico ha de
interpretarse como necesariamente bueno, que de ninguna manera
debe ser contrariado, sino más bien estimulado, acelerando el
término venturoso q_ue ha de coronar su perfeccionamiento siem-
pre constante.
Si por el contrario no se acepta este Postulado, no por ello
habrá de admitirse como Ley Primera que la Humanidad retro-
grade necesariamente; se medirá el progreso o el regreso de una
sociedad por su conformidad o disconformidad con la ley objetiva
de valores que, en último término, no es sino la voluntad antece-
dente de Dios que ha fijado a cada cosa la perfección propia de
su ser.
La alternativa señalada por Maritain es válida en cuanto al
primer térniino; esto es, el hecho mismo de establecer como Pos-
tulado, la marcha hacia adelante de la Humanidad, comporta una
concepción de la vida basada en el acaecer de la dialéctica histórica;

1 Les Droits de l' homme et Za Zoi naturelle, pág. 48, Editions de la Maison
Franc;aise, New York, 1943; ed. cast., pág. 58. Editorial Dédalo, Bs. As., 1961.

21
y como la dialéctica histórica de la Modernidad es la Revolución, de esta pseudo-idea porque, bajo su presión, ha sido escrito 4 el
oponerse a la Revolución es malo, trabajar en su favor es bueno. famoso artículo sobre El porvenir de la sociedad.
Todos los revolucionarios, desde los días de Giordano Bruno,
pasando por los ideólogos de los siglos xvm y xrx con Volney y
Condorcet a la cabeza, hasta los soñadores del comunismo más El progreso de la humanidad
ava11zado, han querido alucinarse y alucinar a otros con la idea
de una Humanidad hipostasiada que se va desplazando inconteni- "Si las leyes -dice allí- emanadas de una sabiduria infinita
blemente en un proceso histórico siempre progresivo, tal como lo que preside el mundo físico dirigen y regulan sus movimientos y,
~a descripto Buchez en su Esquisse de la Philosophie. ¿A esta a pesar del a veces aparente desorden de los fenómenos, lo condu-
idea responde algo real? Maritain, el Maritain de otrora en su cen a sus fines con una fuerza irresistible y una inmutable regu-
Theónas, hace observar con profundídad, que "la idea misma del laridad, no se debe pensar que el mun¡lo moral, abandonado por
progreso necesario y u11iversal no es una idea propiamente dicha ... la providencia, flote al azar sobre el sombrío, inmenso, borrascoso
que suministre a la inteligencia una toma de la realidad y por mar de las edades y no tenga igualmente leyes, que sin alterar
ella consiguientemente medible y rectificable, sino por el contrario la ii_aturaleza de las personas libres, lo conduzcan también, si-
una de estas fórmulas verbales que son tanto más perfectas en su guiendo un orden de desarrollo armónico y regular a fines par-
?énero cuanto más independientes y alejadas de las cosas y se ticulares y al fin general de la creación. Estas leyes de las cuales
imponen a ellas más arbitrariamente. . . idea-mito, que, vaciada la historia constituye la expresión más clara y precisa a medida
de todo contenido intelectual, y destinada sólo a provocar ciertas que transcurren los siglos, se manifiestan principalmente en las
reson-ancias en la imaginación y en el apetito, domina despótica- grandes épocas en que termina un periodo de la sociedad y co-
ment_e el campo entero de la representación, del individuo mismo, mienza otro, porque entonces, desnudándose de la vieja envoltura
a qmen hace entrar en vibración desde que es proferida. . . divi- de mi pasado para siempre exti11guido, todo renace, todo cambia,
nidades ideológicas, pseudo-ideas devoradoras de lo real, cuyo todo se transforma y las brisas del por.-enir trayendo a los pueblos
conjunto constituye la mitología moderna, y en cuya primera fila
brilla la idea del Progreso" 2.
En Lamennais y en el Maritain, posterior a Réligion et Cul- seau. Por presión de su hermano Juan, entró en el seminario y se ordenó el 9 de
marzo de 1816. En su vida hay que distinguir un periodo católico (1816-1834)
ture, mordió fuerte esta idea devoradora de lo real, turbándoles y un periodo no-católico (1834-1854). Escribió primeramente su conocida obra
todo el ser. En un paralelo, de cuya exactitud deberá juzgar el Ensayo sobre la indiferencia en materia de religión, que le acarreó "en un solo
lector, vamos a presentar el contenido de esta pseudo-idea que así día el poder de Bossuet", en frase de Lacordaire. Aunque inficcionada por el
como en un Condorcet y en un Volney adquiere revestimiento error del tradicionalismo, cuyo gran representante era BOñal<L en esta obra de-
fiende Lrunennais la tesis católica de la subordinación del Estado a la Iglesia.
racionalista-materialista y en Comte, sociológico-positivista, y en Es considerada como típicamente ultramontana. En 1829 escribe Los progresos
un Darvvin, evolucionista-materialista, y en Saint Simon, Buchez de la Revolución y la guerra contra la Iglesia, que señala ya la posición liberal
y Enfantin, se tiñe de un humanitarismo-cristiano, en Lamennais r
de Lamennais que se va a afirmar netamente en el diario Avenir (16 de oct.
)" Maritain adquiere contornos católicos, con énfasis romántico e11 1830-15 nov. 1831) donde le rodearon como colaboradores entre otros, Lacor-
daire y Montalembert. Condenado por Gregario XVI en la Mirari Vos, se some-
aquél, grave, filosófico y tomista en éste. tió en apariencia, pero al publicar Palabras de un creyente, folleto demagógico
En Lamennais 3 nos va a ser sumamente fácil seguir el curso e impío, fue condenado expresamente por la Singulari Nos, del 7 de julio de
1834. Desde entonces se entregó al socialismo y fue elegido diputado en 1848.
Murió el 19 de marzo de 1854, dando.muestras exteriores de impenitencia y, en
2 Théonas, deux. édit., Nouvelle Librairie Nationale, 1925, pág. 120. cumplimiento de su voluntad, su cadáver fue echado en la fosa común del Pere-
3 Felicidad Roberto, llamado de La Mennais y que, a partir de 1827, fir- Lachaise.
mara simplemente Lamemiais, nació en Saint-Malo. el 19 de junio de 1782. 4 De l' Avenir de la société, 28 de j~nio de 1831 en Oeuvres completes,
Huérfano a la edad de 5 años, se formó solo. A los 1·0 años había leído a Rous- Société beige de librairie, Bruxelles, 1839, tomo 11, pág. '459_

22 23
como perfumes de una tierra nueva, se lanzan impacientes, a prevalece entre qwenes desesperan del hombre y de la libertad,
través de los mares, hacia el térn1ino desconocido de sus anhelos" 5 . lo que constituy~e "un principio de suicidio histórico", suicidio
Lamennais, filósofo católico que se ha enamorado del mito histórico que encuentra su equivalente en los incalculables males
.del Progreso, lo catoliza, esto es, busca justificarlo, a base del que según Lamennais, acarrea, el luchar "con una vana :r funesta
gobierno providencial de Dios que dirige todas las cosas a los obstinación, contra el invencible poder que empuja hacia adelante
fines que se ha propuesto su divina Sabiduría. al género humano. Porque nada produce mayores calamidades
Maritain no procederá de otra suerte; en una exposición me- ni más terribles que la resistencia a lo que la naturaleza de las
nos optimista, que pareciera reflejar la turbación que produce en cosas )r de los seres, es decir, a lo que Dios mismo ha hecho
un filósofo auténtico el ser arrebatado por un mito, escribe: "Si necesario: y el mal en sí, el mal esencial, no consiste sino en esta
tratamos de considerarlas por sí mismas, aislándolas de todo con- oposición a Dios" 10.
texto erróneo, diremos que en virtud del oscura trabajo de la Y el progreso contrariado lo pone de relieve Larnennais cuan-
inspiración evangélica, la conciencia profana ha comprendido que do hermosamente escribe: "Este progreso no es en todas partes
.la historia humana no gira en forma circular, sino q11e se orienta unilonne, aunq11e en todas partes exista", ~y añade: ''.\Fiene de
hacia un límite y progresa en una dirección" 6 • lo alta, parte. de Dios, que ha querido que la sociedad avanzase
''El progreso no es automático y necesario, está amenazado :l perpetuamente hacia un término que no puede alcanzar sobre
contrariado; no es debido a un advenimiento de la razón pura la tierra pero al que debe acercarse siempre; y las doctrinas
que invalidaria toda la herencia del pasada; es esa misma herencia de error, que, en algún grado han falseado su dirección, lo han
que se agranda gimiendo baja el trabajo de todas las energías hu- más bien trabado que ayudado, y de haber sido posible, aún lo
manas y divinas en el hombre. El Progreso no tiende a hacer re- habrían detenida completamente" n.
cuperar mañana el paraíso mediante la Revolución, sino a hacer Larnennais hace derivar la necesidad del progreso de la acción
pasar las estructuras de la vida humana a estados mejores, y eso, a providencial divina que preside tanto el mundo físico corno el
lo largo de la historia, hasta el advenimiento del reino de Dios y de moral y Maritain en Réligion et Culture \rincula esta necesidad
la tierra de los resucitados, que está más allá de la historia. Que del "progreso material que se persigue en la civilización moderna"
creáis o no en este advenimiento 7 , hacia él os volvéis si creéis en con los fines providenciales del "Maestra de la Historia" bajo
la marcha hacia adelante de la humanidad. Y lo adquirida de ''cu:ya ·voluntad y pennisión se escribe este libro y aunque Satán
todos modos por la conciencia profana, si no vira hacia la bar- puede, en ciertos mnmentüs sostener la plilllla y- entonces es una
barie, es la fe en la marcha hacia adelante de la humanidad" 8 . cobardia no ver y no llamar por su nombre el mal que se ha
De manera que en el pensamiento maritainiano la historia hecho para siempre, seria también tontería no comprender que
humana progresa en una dirección, y si su progreso no es auto- entre todas las deformaciones posibles la línea del ser continúa, el
mático y necesario, en cuanto puede ser contrariado momentánea- texto divino es todavía legible a los ángeles, un cierto bien grande
mente, lo· es en cuanto hay que creer, si no se quiere vir.ar hacia o pequeño ha sida ganada (por minimo que fuere, qué importa,
la barbarie, en la marcha hacia adelante de la Humanidad. De Dios lo ha querido) '"- Maritain desarrollará más ampliamente
aquí que en otro lugar 9 afirme que la negación de este progreso estos conceptos 1 3 y en Problemas de una Nueva Cristiandad, es-
cribe: '"inmo\rilizar en una forma llllÍvoca, el ideal de una cultura
5 Ibid., II, pág. 459.
6 Christianisme et Démocratie, Editions de la Maison Frari¡;aise, New
York, 1943, pág. 53; edición castellana, Biblioteca Nueva. Buenos Aires. 1955, 10 !bid., II, pág. 460.
~~ . 11 !bid.
7 El subrayado de las citas es nuestro, cuando no advertimos lo contrario. 12 Réligion et Culture, Desclée de Brouwer & Cie., pág. 33, Paris, 1930.
s Christ. et Dém., pág. 53; ed..cast., pág. 59. 13 Du Régime temporel et de la Liberté, Desclée de Brou\ver, Paris, 1933,
9 Les DroitS, pág. 46; ed. cast., pág. 56. págs. 32-34, 98-113, 139-159.

24 25
digna de finalizar_ nuestras accio-nes, seria ir contra Dios mismo de Dios; ha de medir su acción y ha de formular su iuicio de valor
y luchar contra el gobierno supremo de la historia""· respecto a los acontecimientos históricos de acuerdo a lo que debe
Por consiguiente, tanto en Maritain como en Lamennais el ser -a la voluntad antecedente de Dios- y no de acuerdo a lo
razonamiento tiende a concluir del gobierno providencial de Dios que sucede, de acuerdo al bien que podría sacar Dios en la penni-
el progreso terrestre de la Humanidad. Y esta conclusión no se sión del mal -voluntad consecuente de Dios, que dicen los teó-
sigue. Porque Dios permita el mal y porque, con su pennisión, logos-. ¡Cosa absurda y quimérica erigir en norma de acción
haya de operarse una ganancia, un_ bien, no se sigue que este bien y en iuicio de valor, las cosas que acaecen porque Dios la.s. ha
que haya de operarse sea terrestre ni que haya de operarse en la querido, al menos permisivamente, en sus inescrutables designios!
tierra. En el más indulgente de los casos, habría que decir que Con este criterio habría que estar juuto con los sacerdotes judíos
1\1aritain no demuestra esta conclusión. Pero además esta conclu- y con los soldados romanos crucificando al Señor. Porque la
sión es terriblemente falsa y fuuesta. Porque pretende. ¡ustificar Crucifixión del Señor ha traído tan grandes bienes al muudo que
-e.LmaLde la historia; y así escribe Marifuíñ:--"Denunciar una la Iglesia canta, ¡O feliz culpa! Como advierten los teólogos, el fin
desviación espiritual fundamental en un periodo de cultura, no que debe regular eficazmente las acciones de los cristianos, es_ el
es condenar este período histórico. No se condena la historia. ideal cristiano de vida, invariable, múvoco -los Derechos de Dios
Seria tan poco sensato de parte de uu cristiano condenar los y de la Iglesia, fijados definitivamente en el cierre de la Revela-
tiempos modernos como de parte de los racionalistas (que no se ció11-; los n1edios que .hic et nunc son más conducentes a la
abstienen de ello) condenar la edad media" is. ¿Qué se quiere consecución de dic.110 fin, pueden variar, de acuerdo a una u otra
significar c11ando se dice "no se oo.n.dena la historia"; que no se circunstancia histórica; pero no son los medios sino el fin invaria-
puede suprimir lo ya hecho? De acuerdo. ¿Que hay que admitir ble :y unívoco que finaliza la acción 16 .
ese camino histórico introducido por la malicia del hombre y que -.De este absurdo, erigido_ e11 norma de conducta se h?-n de
hay que intentar siguiendo por él, llegar a no sé qué fines salvado- seguir las grandes y funestas desviaciones de Lamennais y Ma-
res providenciales? Falso, falsísimo y penricioso. Porque con este ritain. Porque si la Revolución es querida por Dios, y es querj.da,
recurso a los fines providenciales habría que admitir, por ejemplo, de alguna manera, porque de otra suerte no habría acaecido, hay¡
la justificación de la Reforma, y sin embargo la Iglesia le opuso que estar en la linea de la Revolución. Esta es la gran tarea. que
la Contra-Reforma; habría que admitir el liberalismo de la Revo- se ha propuesto 1\'.Iaritain en su intento de "reconciliar la visión
lución francesa y- sin embargo la Iglesia le opuso un tenaz y cons- de un José de Maistre y la de uu Larnennais en la unidad superior
tante rechazo, como veremos oportuname11te; habría que admitir de la gran sabiduría, de la que es heraldo Tomás de Aquino" 17 .
aJwra el comunismo y sin embargo la Iglesia (no los católicos pro- En el pensamiento maritainiano-mennaisiano, hay que acep- 1

gresistas) le han opuesto una fundamental y decisiva condenación; tar, so pena de "suicidio histórico", la marcl1a hacia a_dela11.te de
habría que admitir mañana al Anticristo y sin embargo sólo los la· Humanidad, y con10 la civilización moderna camina en la
elegidos que le resistan han de ser salvos. El cristiano no puede linea de la Revolución, hay que aceptar el camino de la Revolu-
borrar el mal que se produce en la historia independiente de su ción, que es el camino del Progreso. Y ¿q,ué ley señala este Pro-
voluntad; pero ha de tratar con todas sus fuerzas que su voluntad greso? "Este movimiento progresivo -escribe Larnennais- tiene
no coopere a ese mal, no ha de querer entrar en el camino de ese su principio indestructible en la ley primera y fundamental, en
mal, alucinado con la ilusión de que por allí habrá de conquistar, virtud de la cual la humanidad tiende a desprenderse progresiva-
quién sabe qué bien reservado allá en los inescrutables designios mente de los lazos de la infancia, a medida que creciendo y des-
a1Tollándose la inteligencia emancipada por el cristianismo, alean-
14 Problemas espirituales r temporales de una Nueva Cristiandad, Edicio-
nes Fides, Buenos Aires, 1936, pág. 114. 16 Garrigou-Lagrange, O. P., De Revelat.ione; 2~ edición, pág. 629.
15 Du Régime Temp-orel, pág. 98. 17 Du Régime Temporel, pág. 147.

26 27
zan los pueblos por decirlo así, la edad de hombre: porque lo que ilusorio porque en virtud de estos princ1p1os mañana cuando se
es verdad de éste lo es. también de la sociedad, y cómo él, debe actualice la apostasía universal habria que saludarla corno la cima
recorrer las fases sucesivas de la vida ... " is. Maritain no insiste de todas las edades y como la cumbre de la marcha hacia adelante
en est~ imagen del hombre individual que le es tan grata a La- de la Humanidad.
menna1s. En un tono, aparentemente más profundo, coloca el El progreso, según Maritain, se produce entonces por las
progreso en la ascensión de la conciencia juntamente con una fuerzas creadoras del espíritu r de la libertad. Pero como en el
ascensión de la ·organización. "Este movimiento -escribe en Les hombre individual el crecimiento coincide precisamente con la
Droits 19- depende de una gran ley que podría llamarse la doble ascensión del espíritu y de la libertad, la tesis maritainiana coin-
ley de la degradación y la sobreelevación de la energia de la cide, en este punto, con la mennaisiana. Maritain pareciera pre-
historia, o de la masa de actividad humana, de la cual depende el ferir llamar ascensión de la conciencia, prise de conscience, montée
movimiento de la historia. En tanto que la usura del tiempo y la de la conscience lo que Lamennais llama a veces affranchissement
pasividad de la materia disipan y degradan naturalmente las cosas de la pensée et de la conscience y otras developpement de l'intelli-
de este mundo y la energia de la historia, las fuerzas creadoras gence, o de !'esprit, et, par conséquent de la liberté 21 .
propias del espíritu r de la libertad, que normalmente tienen su "He tenido el placer ------escribe Maritain 22~ de encontrar.
punto de aplicación en el esfuerzo de algunos -consagrados por expuestas, desde el punto de vista cientifico de su autor, concep-
ello al sacrificio-- elevan cada vez más la calidad de esa energía. ciones parecidas en una conferencia recientemente pronunciada
La vida de las sociedades humanas avanza r progresa asi al precio en Pekín por el célebre paleontólogo Teilhard de Chardin; en ella
de muchas pérdidas; avanza y progresa gracias a esa sobreeleva- indica que «por vieja que la prehistoria parezca hacerla a nuestros
ción de la energia de la historia debida al espíritu r a la libertad, ojos, la Hmnanidad es aún muy joven»; y- muestra que la evolu-
y gracias a los perfeccionamientos técnicos que están a veces ade- ción de la Humanidad debe ser encarada como la" continuación
lantados con relación al espíritu (de donde surgen las catástrofes) de la evolución de la >ida íntegra, donde progreso significa ascen-
pero que por su naturaleza exigen ser instrumentos del espíritu. sión de la conciencia y donde la ascensión de la conciencia está
Tal es, en mi opinión; la idea del progreso que debe sustituir a la ligada a un grado superior de organización" «Si el progreso debe
vez a la noción ilusoria del progreso necesario concebido a la ma- continuar, no se hará por sí solo; la Evolución, por mecanismo de
nera de Condorcet, y a es~ negación o aversión del progreso que sus síntesis, se carga cada vez más de libertad».
prevalece hoy entre quienes desesperan del hombre y de la liber- "Si nos colocamos en las perspectivas de la historia entera
tad, y la cual es de por sí un principio de suicidio histórico". de la vida y de la humanidad, donde es preciso emplear una
Repudiando "la noción ilusoria del progreso necesario concebi- escala de duración incomparablemente más grande que aquella a
do a la manera de Condorcet" Maritain se siente "justificado" que estamos habituados er!. nuestra experiencia ordinaria, readqui-
como si su noción no preconizase la necesidad del Progreso y rimos confianza en la marcha hacz~a adelante de nuestra especie,
como si no fuese tan ilusoria como la de Condorcet, aunque no lo y comprendemos que la ley de la vida, que conduce a mayor
sea a su manera. Tampoco la de un Comte o lá de un Proudhon unidad mediante mayor organización, pasa normahnente de la
se parecen a la de Condorcet y sin embargo tan necesario es el e,fera del progreso biológico a la del progreso social y la evolución
Progreso en una y otra y tan ilusoria como la de un Condorcet. de la comunidad civilizada".
'."ecesario el Progreso en Maritain porque de no aceptárselo Esta es la famosa prise de conscience de soi 23, qL1e parece
se vzra a la barbarie y se entrega ·uno al suicidio histórico 2 º; consistir en una toma de conciencia humana del propio valer r de

1s Ibid., II, pág" 460. 21 II, págs. 460-461.


19 Les Droits, pág. 45; ed. cast. pág. 55. 22 Les Droits, pág. 46; ed. cast. p6g. 56.
20 Christ. et Dém., pág. 53 y Les Droits, pág. 46. 23 Réligion et Culture, pág. 30 y luego passim en todas sus obras.

28 29
la prop/a dignidad; que. caracteriza, la edad refl.eia, moderna, la llillOn de todos los hombres, por encima de credos religíosos y
cual, con todas las dismmuc10nes y pérdidas connotadas por filosóficos. Es claro que Maritain rio renuncia a "su concepción
esta palabra, comportaba por otra parte un enriquecimiento inne- católlca de la vida". Tan no renuncia, que su libro Du Régime
gable. Y. que se debe tener por una ganancia adquirida, en el T empare/ et de la liberté está consagrado a llenar estos términos
conocrm1ento de la creatura y de las cosas huma11as -aún cuando abstractos e indeterminados, con una concepción católica de la
este conocimiento debiera desembocar en el infien1~ interior del libertad, en análisis laboriosos que, con la ayuda de Santo Tomás,
hombre v-íctin1a de sí misrno' 1

lleva a término más o menos feliz. La perspectiva de Maritain
· ]\fo habria dificultad en admitir esta prise de conscience como y sus exigencias católicas quedan así a buen resguardo. No hay
una _rea~dad psi~ológica y, si se quiere, como un ,vrogreso de la duda también que las tesis allí sostenidas -difíciles como todo
conc1enc1a ps1qu1ca que caracteriza al l1ombre y- a los pueblos Jo que se desarrolla en la cima del tercer grado de abstracción-
modernos. Pero La:riennais-1\rI~~tain lo interpretan como un pro- quedarán archivadas para los lectores, y en cambio la prise de
greso moral .que asigna o exphcrta derechos nuevos que adquiere oonscience, y la dignidad de la persona .humana y de la libertad y
~a persona humana, tanto en lo político como en lo económico e del pmgreso, y las fuerzas creadoms del espfritu y de la libertad
rn~electual. Estos derechos que l\1aritain analiza especialmente 24 correrári luego, causando estragos por todas partes, gracias a su
ex1ge11, como veremos en vi:r:ud de un derecho )' no de un simple misma abstracta vaguedad que les permite llenarse con las cargas
hecho, que el Estado renuncie a su misión ministerial en favor de ideológícas vital.es que llevan los vocablos en el uso corriente.
los fmes de la Iglesia, que todas las confesiones religiosas sean de Mientras tanto, ¿qué se ha hecho de aquella doctrina -la
dereclio, reconocidas en la nueva cristiandad, que el sufraº1.o ~ 11 i­ única verdadera y católica- que Maritain exponía en su T hé-onas
versal Y_ en con~ecuencia la democracia política, sea un derecho cuando decía que "el dogma del progreso necesario de la especie
natural 1rrenunc1able, q11e los obreros y campesinos tomen la di- humana procede de un dato muy simple del _sentido común sobre
rección de su ciudad fraternal. el movimiento, interpretado y generalizado falsamente por ignavia
~s ~nteres~~te <:bser:var ~ómo el empleo de estos términos, metafísica siguiendo la ley del menor esfuerzo intelectual?" 26 •
conczencza, espzrztu, zntelzgencza, pensamiento, libertad, y aquellos En la especie humana no hay otro progreso verdaderamente hu-
otros co11 los cuales van acoplados, progreso liberación desarrollo mano sino el de la perfección del ser humano en cuanto tal; y la
ema~zcipa~ión, asc:nsi~r;, evolución, como ~ue, de su'yo, queda~ perfección del ser hllillano se mide por el sometimiento del hombre
en cierta zndeterniznaczon, se prestan a que sean igualmente acep- al bien divino, a la luz de la eterna Sabiduria. Santo Tomás ha
tados por los que profesan las más opuestas ideologías. En ellos establecido la escala de valores que mide el perfeccionamiento del
ent?1:~es, en su em1)l~o indeterminado, un católico, un teósofo, un hombre, en un texto de La, suma contra gentiles 2 7, que el mismo
esp1!1bsta, un agnóstico, un comunista, se sienten coincidir. Allí Maritain recuerda 28 cuando escribe: "¿si se coloca la contempla-
radica la famosa base común de la ciudad fraternal de J\1aritain. ción de los santos en la CUillbre de la vida humana, no habría que
en la. cual "los hombres que poseen puntos de vista religíosos ¿ decir que todas las operaciones de los hombres, y la misma civiliza-
metafrsicos muy diferentes, y hasta opuestos -materialistas idea- ción están a ella ordenados con10 a su fin? Parece que así es, dice
listas, agnóshcos, cristianos y judíos, musulmanes y burn'stas- (no sin cierta ironía quizás) Santo Tomás de Aquino. Pues;
pueden estar de acuerdo no en virtud de una identidad de doctrina ¿para qué los trabajos y el comercio, sino para que el cuerpo,
sino por la similitud analógíca de principios prácticos ... "zs. ' estando provisto de las cosas necesarias a la vida, esté en estado
Esta es la gran táctica del iluminismo masónico desde los requerido para la contemplación? ¿Para qué las virtudes morales
primeros días del siglo xvm, táctica que permite ir o~erando la
26 Théonas, pág. 123.
~= fg_s Droits, pág. 93.-138; ed. cast. págs. 139-167. 21 III, cap. 37.
:.v El Pueblo, de Buenos Aires, 13/V/1945. 28 Réligion et Culture, pág. 39.

30 31
y la prudencia sino para procurar la calma de las pasiones y la no esté integrado en aquella sín.tesis, comporta, simplemente, ,unaf
paz interior, de que tiene necesidad la contemplación? ¿Para qué regresión. Todo intento de asignarle carácter de progreso sera en
el gobierno todo de la vida civil sino para asegurar la paz exterior detrimento de la unidad del hombre. ,
_necesaria a la contemplación? «De manera que considerando como Maritain pretenderá justificar este progreso revolucionario con
corresponde todas las funciones de la vida humana parecen al su famosa tesis de la "ambivalencia de la historia". Bástenos con-
servicio de aquellos que contemplan la verdad»". signar que no hay un doble progreso, rw hay dos escalas de valores
En esta doctrina, tan límpidamente expuesta por el Doctor humanos, como exige dicha tesis; no es posible. progre~ar por
Angélíco, el progreso del hombre consiste en un levantamiento de abajo, en lo temporal, cuando se retrograda por arnba: sena como
todas sus actividades hacia la ocupación más elevada, de la que llamar progreso a un tumor por la razón que comparta un acre-
éste es capaz, la contemplación de la Primera Verdad. A esta centamiento de ciertos tejidos, o reconocerle lm valor de perf:cc10-
divina ocupación está llamado el hombre por los esfuerzos y ape- namiento a la ciudad de Enoc, a la Torre de Babel o a la cmdad
tencias de- su naturaleza espiritual, que no puede saciar sino allí del Anticristo. Presentemos aquí la tesis maritainiana de la
· sus ansias de plenitud de Verdad. · ambivalencia de la historia; tal como la expone en Problemas espi-
Dios constituye el principio del perfeccionamiento esencial rituales y temporales de una ;nueva cristiandad: "La primera idea
del hombre. El hombre no se perfecciona, no adquiere acrecenta- es la de la ambivalencia de la historia humana, en la que madura
miento de su ser, en la misma línea humana, sino cuando progresa un doble fruto, cuya separación no se llegará a efectuar hasta el
en el camino de la posesión de Dios. Podrá sí, adquirir perfeccio- final de la historia. ·
nes accidentales, cuando se aparta de Dios; y así, puede, fuera de "Entretanto hay que emitir un doble juicio sobre los diversos
El, progresar en las técnicas y en las ciencias humanas, pero momentos de la historia del mundo y de la civilización. Aunque
entonces, en la pura linea humana no habrá ningún progreso . .. la doctrina del «progreso necesario», en el sentido de Volney y de
antes bien, podrá acaecer que esos perfeccionamientos accidental.es, Condorcet parezca absurda desde este punto de vista, hay que
no ordenados a la perfección esencial del hombre le dispongan admitir, sin embargo, la existencia de un progreso ~n la historia.
para acelerar un proceso del apartamiento de Dios y por lo· mismo (¿Y cómo podría ser de otra manera, puesto <¡ue ·el hombre es
de regresión. Y sucederá que infatuado, con su progreso parcial espíritu y carne, por tanto, t1n animal progresivo?), pero de un
y .accesorio, irá cayendo, cada vez más profundamente, en el progreso doble: el uno por el lado del polo animal del s_er human_o
abismo de la abyección. Aquellas perfecciones técnicas, por ejem- y de lo que podría llamarse la fecundidad de la matena corrupti-
plo, legítimas en sí y que ordenadas como dispositivos para un· ble, y el otro por el polo espiritual del ser humano y de la fecundi-
meioramiento del bienestar material del hombre podrian procurar dad que trasciende la materia. Y este doble progreso se efectúa
un mejoramiento moral de la colectividad humana y una ascen- sim.ultáneamente" 2 9.
sión, por tanto, más rápida y fácil de un mayor número en el
conocimiento <le Dios, constituidas en cambio como teniendo valor
en sí y para sí, como un fin último, no podrán sino trastocar toda
la vida del hombre, haciéndola marchar en sentido inverso al de la
verdadera perfección.
Luego el progreso de una civilización se ha de medir por el
ac,,rcamiento a este nobilísimo fin de la divina contemplación y el
apartamiento de él, mide su regreso. Cualquier otro progreso, aun-
que, en cierta línea de una consideración parcial, pudiera importar
''una gana~cia'' y por ende integrable en el auténtico progreso
humano, nnentras forme parte de un todo espiritual regresivo y 29 Problemas espirituales y te'mporales de una Nueva Cristiandad, pág. 6.

32 33
El doble progreso de la humaru'dad y el No es en las alturas de la teología, sino en las profundidades de
doble cristianismo la conciencia profana y de la existencia profana que el cristianismo
actú-a así, tomando a veces formas heréticas o hasta formas de
Esta dicotomía, operada en la unidad del ser humano abierta- re.,ruelta en las que parece negarse así mismo, como si los trozos
mente explicitada en Maritain y sólo implícita en Lamei'mais, ha rotos de la llave del paraíso, al caer sobre nuestra vida de mi-
de llevar a uno y- a otro a establecer un progreso en la historia el seria y al aliarse con los metales de la tierra, lograsen, mejor
de la Revolució~1, que se opera al margen de la Iglesia y les ha' de que la pura esencia del metal celeste, activar Ja historia de este
llevar por lo nusmo a establecer dos cristianismos. n1undo''.
"Ahora bien -dice Lamennais-, nuuca las ideas retroceden Este -cristianismo maritainiano "fermento de la vida social y
y nunca se ha_ ;cista a la_ sociedad a la que el movimiento progresivo política de los pueblos", "portador de la esperanza temporal",
de la c1vi11zac10n empu¡a sm cesar hacia adelante, remontar "hacia "energía histórica accionando en el_ r:iu~do'' es l~ libe_ra°:ó~ del
sus fuentes. Hay que resolverse a seguir con ella el curso de las género humano cumplida por el cnsbamsmo aqw_ ab~¡o,. ~et bas,
cosas que le _arrastra irresistiblemente y someterse de buen grado de que habla Lamennais 32 ; es el catol1c1smo (la znspzraczon crzs-
a una _necesidad que, aunque fuese en sí deplorable, no sería tiana de Maritain) del cambio progresivo moderno del que habla 33 ;
menos mvenc1ble. Pero ya, por lo que se acaba de decir se ha cristianismo cuyo fruto natural es la emancipación de los pue-
debido concebir _que ni la humanidad en general, ni el cat~licismo blos"· En otro lugar nos ocuparemos de él especialmente. Aquí
en particular, be11en que alarmarse de esta gran transformación basta consignar la aberración monstruosa de esta invención men-
socia~; más bien se debe reconocer la acción paternal y continua naisiana-maritainiana. Se puede_ admitir la existencia de una ac-
de D10s sobre el género humano". Distingue por tanto Lamennais ción cristiana desgajada de la Iglesia que obra en el mundo; pero,
el progreso de la Humanidad del progreso del catolicismo. Tan no se puede admitir su justificación; en la medida en que esté
distinto es que precisamente en su separación, o sea en la oposición desgajada i10 es cristiana, sino anticristiana, como las virtudes loe.as
en que se coloca la Iglesia frente a la Revolución ve él como de Chesterton no son virtudes sino aberraciones, y como el cris-
Maritain, la tragedia del mundo moderno y en su concilia~ión ve tianismo corrompido a que se refiere el mismo Maritain en Trois
la salud 30 . Reformateurs, cuando aún no había inventado la ambivalencia de
Cuando Lameunais habla de Iglesia o de cristianismo no se la historia no es sino "puro anticristianismo''. "Es un axioma de
refiere precisamente a la eficacia sobrenatural de la Santa Iglesia los peripatéticos -escribe allí 35- que wda fonua superior. con-
que no puede cumplirse sino por la acción de la jerarquía católica; tiene en el estado de unidad las perfecc10nes reparlldas divrs1va-
se refiere a la fuerza de la acción social de ideas cristianas aun mente en las fonnas inferiores. Aplicad este axioma a la forma
cuando estén desgajadas de la jerarquia Católica. . cristiana, y comprenderéis que basta disminuir y corromper el
l\1aritain será más explícito en la afirmación de estos dos cristianismo para lanzar en el mundo semi-verdades y virtudes
cristianismos y así escribe 31 : '"No es sobre el cristianismo como locas, como decía Chesterton, que antes se abrazaban y que en
credo religioso y camino hacia la vida eterna la cuestión que aquí adelante se van a odiar. He aquí porqué se encuentran en todas
se plantea, sino sobre el cristianismo como fennento de la vida partes en el muudo moderno analogías degradadas de la mística
social y política de los pueblos y como portador de la esperanza católica y girones del cristianismo laicizado". Y más adelante: "El
temporal de los hombres; no es sobre el cristianismo como tesoro cristianisn10 no está vivo sino en la Iglesia, si el mundo no vive del
de la verdad divina mantenido y propagado por la Iglesia, es· sobre
el cristianismo como energía histórica accionando en el mundo.
32 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 431.
33 Ibid., II, pág. 438.
30 Christ. et Dém., pág. 33~ ed. cast. pág. 35. 34 Ibid. II, págs. 466-467.
31 Ibid., pág. 43; ed. cast. pág. 48. 35 Tro;,; Reformateurs, Librairie Plon, Paris, pág. 205_

34 35
cristianismo viviente en la Iglesia, muere por causa del cristianismo Materializa, en lugar de espiritualizar. La coerción tendrá siem-
que se ha corrompido fuera de la Iglesia" ". pre un papel que jugar en las sociedades humanas;. no, hay que
Aquel cristianismo laicizado que entonces se execraba -y con pedirle la ley del progreso»". Y en. otros lugares e'."plicara como el
toda justicia-, ahora se exalta y se erige en el gran motor del progreso de la persona humana exige que se dismmuya y elmune
Progreso de la Humanidad. el poder del Estado y deje paso a la amistad fraternal 40 . •
Y ¿en la adquisición de qué conciencia, y en qué liberación Podríamos señalar aquí el alcance insospechado que encierra
consiste este Progreso? esta tesis maritainiana-mennaisiana, común por otra parte a todas
Tanto Maritain como Lamennais no conciben esta liberación las ideologías de agitación social; al término di; esta ascensión de
de la conciencia como absoluta, tal como podria imaginarlo un la conciencia, la humanidad de tal suerte estara condicionada que
pensamiento agnóstico o ateo, Kant-Marx, sino tan sólo con res- podrá prácticamente pasar sin aut?ridad, los hom?res ,~e autogo-
pecto a poderes humanos y especialmente al poder público del bernarán. No otra cosa enseña Marx. cuando escnbe: La eman-
Estado. cipación humana no será. realizada sfuo cuando el hombre indivi-
"Tal la obra divina -escribe Lamennais- que, según los dual real habrá absorbido el ciudadano abstracto, cuando como
caminos tan seguros como mara\7illosos, aunque con frecuencia hombre individual en su vida empírica, en su trabajo individual,
escondidos a nuestra vista, va cumpliéndose de siglo en siglo. El en sus relaciones individuales, se habrá convertido en un ser
espíritu crece; y _recobrando su imperio sobre la materia, la idea genérico y habrá reconocido sus propias fuerzas _como fuerzas
del derecho se separa de una manera más clara de la idea de la sociales y él mismo las habrá organizado como tales, y por con-
fuerza ... " 3 7 y más adelante: "liberación del pensamiento y de siguiente, no separará de sí mismo la fuerza social bajo la forma
las conciencias substraidas a la autoridad del poder político", y de poder político" 41 .
luego: "tiende a realizar un orden social fundado sobre la inde- Pero tanto Lamennais como Maritai11 que se sitúan en una
pendencia espiritual la más absoluta con respecto al gobierno que concepción católica de la vida no pueden aceptar, evi~ei:itemente,
no será de aquí en adelante sino un simple agente regulador colo- que este progreso se realice .P'?r, el camino. del matenah:mo dia-
cado, por la delegación nacional, a la cabeza de un sistema de léctico. "El Objetivo -escnbrra Lame~11a1s en u?- articulo _de
administraciones libres, para unirlas entre sí y formar un todo L'Avenir del 28 de enero de 1831- hacia el cual hende la socie-
armónico y vivo" as. dad no sólo en Francia sino en todas partes donde ha penetrado
Maritain escribirá 39 : "La cuestión crucial que se plantea aquí el ~risti.anismo. . . consiste en una liberación de la inteligencia
ante la libertad humana, concierne al camino a adoptar para esa más o menos sojuzgada bajo todos los gobiernos modernos,. a la
unificación progresiva: ¿unificación por fuerzas externas y com- fuerza bruta del poder y una extensión de la esfera de activ;idad
pulsión? ¿Unificación por fuerzas internas, es decir, por el pro- pública y particular, proporcionada a _los desarrollos de esta nnsma
greso de la conciencia moral, por el desarrollo de las relaciones de inteligencia, con las garantías necesanas de los derechos que resul-
derecho y amistad, por la liberación de las energías espirituales? tan de este nuevo estado social" 42 • Maritain, por su parte, de esta
La ciencia atestigua al respecto que la «unificación por Coerción, prise de conscience de la persona y particularmente de la persona
no hace aparecer más que una seudo-unidad, superficial. Puede obrera deducirá los derechos nuevos de la persona humana en lo
montar un mecanismo; pero no opera ninguna síntesis de fondo, político, económico e intelectual.
y, en consecuencia, no engendra ningún crecimiento de conciencia.
40 Principes d'une politique humaniste, Editions de la Maison Fran~aise,
36 !bid., pág. 212. New York, 1944, págs. 61-63, y Christ. et Dém., pág~. 57-~; ed. ~ast. pág. 62.
87 Obras Completas de I~amennais, II, pág. 460. 41 Citado por Charles de Koninck, De la Pnmaute du Bien Commun
38 !bid. - contre les personnalistes, pág. 183.
39 Les Droits, pág. 47; ed. cast. pág. 57. 42 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 439.

36 37
"Frente al Estado -escribe Maritain-, a la comunidad tem- bruto, es menester que en lugar de este lazo material un vasto
poral y al poder. temporal, es . libre [la persona humana J de lazo venga a unir a los hombres que la libertad aisla y separa, y
escoger su Vla rehg10sa a sus riesgos y peligros; su libertad de unirlos voluntariamente, sin lo cual cesarían de ser libres. Este
conc~encra es un derecho natural inviolable 43 . Derecho de la lazo no es sino el amor; y ya que el catolicismo, por su naturaleza
Iglesia y de_ las otras familias religiosas al libre ejercicio de su propia, desarrolla la libertad desarrollando. la inteligencia, necesa-
actIVldad esp=tual._ Derecho de libre investigación y de discusión rio es que desarrolle proporcionalmente el amor; de otra suerte
(hbertad de ;xpresión). Derecho de sufragio igual para todos ", en lugar de perfeccionar la sociedad, la destruiría. Y, en efecto,
con valor pohtrco y humano absolutamente fundamental"· Dere- hay en el seno del catolicismo un principio de amor inagotable,
cho del obrero a emanciparse de toda «forma de servidumbre más inmenso; y el amor, compendio de la ley, y la vida toda entera
o menos atenuada, como contraria al derecho natural tomado en del cristianismo, su vida del tiempo y su vida de la etenúdad. El
ex!gencias o aspi:aciones más o menos secundarias y en el dina- poder que el catolicismo ejerce, a este respecto, sobre el hombre .. .
mismo qu; entrana» 46 • El papel principal en la próxima fase de es manifiesto aún en esta época de debilitamiento de la fe .. .
la evolucion recae sobre el proletariado y su movimiento de ascen- ¿Qué será cuando el catolicismo enteramente libre, pueda sin
sión histórica 47.
11

obstáculo- derramar y derramar aún sobre esta sociedad, que es


. Estos derechos nuevos exigidos por el progreso moral de la su obra, sus raudales siempre crecientes de amor? Entonces se
przse de comczence, operada en_ el hon1bre son los famosos derechos borrará sucesivamente, en cuanto es posible sobre la tierra, todo
o libertades de Lamennais. " ... La libertad de conciencia o la lo que separa, todo lo que divide a los individuos, a las naciones,
libertad de religión, plena, universal. sin distinción como sin que, libertadas políticamente y unidas entre sí por la obediencia
privilegio ... la libertad de la prensa.:. o libertad de palabra", voluntaria a un solo poder espiritual divino, vivirá de una vida
hbertades no frente a Dios sino frente al Estado 49 libertad del poderosa y común. El amor ha creado al género hu.ruano, el amor
sufragio u1llversal o «principio de elección de maner~ que penetre lo ha salvado, el amor consumando su unidad terrestre, le mos-
hasta en el seno de las masas»" so. trará aún aquí abajo como una magnífica imagen de lo que está
¿Pero, si se disminnye el poder público del Estado cómo destinado a ser en otra patria" 51 •
podrá mantenerse el orden social? Tanto Lamennais como Ma- Y Maritain, escribe por su parte 52 : "Y la conciencia profana
ritain han puesto sus ojos como en remedio saludable en la amistad ha comprendido que en el orden temporal, social y político, no
fraternal que al irse volcando y desarrollando en la substancia sólo la amistad cívica es, como los antiguos filósofos lo habían
profana de los pueblos constituye el progreso social y político de reconocido, el alma y el vínculo constitutivo de la comunidad
los mismos y activa la supervivencia con una autoridad públíca social -si la justicia es esencialmente exigida de antemano, es
cada vez menor. como l.Ula ~ondición necesaria que hace posible la amistad-, pero
"(\- medida que creciendo la inteligencia, escribe Lamennais, que esta amistad cívica no puede prevalecer, de hecho en el
la sociedad se substrae al imperio de la fuerza que es la ley del interior del grupo social si un amor más fuerte y universal, el
amor fraternal, no penetra en ella, y si, volviéndose fratenúdad,
43 Les Droits, pág. 103; ed. cast. pág. 128.
no pasa los límites del gnipo social para extenderse a todo el
44 !bid., pág. 136; ed. t;:ast. pág. 162. género humano.
45 !bid., pág. 107; ed. cast. pág. 135. "Una vez que el corazón del hombre haya sentido la fr~scru;a
46 Ibid., pág. 131; ed. cast., págs. 153 y sigs.
47
de esta terrible esperanza, estará turbado para siempre. Si ~eia
lbjd., págs. 129-131; ed. cast., pág. 144; Christianisme et Démocratie, de reconocer sus fuentes y sus exigencias sobrehumanas, se ames-
pág. 89; ed. cast, pág. 97.
4
8- Obras Completas de Lamennais II pág. 428.
49 !bid., II, 422.- ' '
50 Ibid., II, pág. 428.
si Ibid., II, pág. 467.
52 Christianisme et Démocratie, pág. 63; ed. cast., pág. 68.

38 39
ga a pervertirse y a volver a la violencia para imponer a todos «la las servidumbres, sobre todo del Poder Público, estará unida por
fraternidad o la muerte». la amistad fraternal; la "nueva cristiandad" que consiste en esa
. "Pero desgraciados de nosotros si la despreciarnos y lograrnos identificación de la Revolución con la Iglesia llegará al colmo del
l~brar a la raza humana de la esperanza de la fraternidad. Ha Progreso de la Humanidad.
sido exaltada por ella y no la perderá sino deviniendo más salvaje Advierta el lector que Lamennais-Maritain no invitan a los
que antes. Esta esperanza es santa por si misma, res¡xinde a los pueblos a desechar de sí la Revolución y ponerse al servicio de la
deseos más profundos y más arrmgados de la naturaleza humana; Iglesia en los fines mismos de la Iglesia que es el amor de Dios
pone a las almas en comunión de dolor e impaciencia con todos primero y ante todo. No. Invitan a la Iglesia a plegarse a la causa
lo_s .oprimidos y perseguidos; exige el heroísmo, y tiene una fuerza de la Revolución, que es el Progreso de la Humanidad, para que
dzvzna para transformar la historia humana. Lo que se conquista los pueblos, crecientes en conciencia y libertad realicen su univer-
por la conciencia profana, si no se desvia hacia la barbarie, es la fe sal fraternidad. De aquí que implícitamente subordinen la Iglesia
en la fraternzdad humana, el sentido del deber social de compasión a la Humanidad y, si acuden a la Iglesia, no es por el valor de
para. el hombre en la persona de los débiles y de los que sufren; la supremacía que ella tiene y por el cual debe ser buscada, sino corno
c?nVIcción de que la obra política por excelencia es la de hacer la medio para cumplir la fratenlidad universal. Por esto, tanto La-
VIda común mejor y más fraternal, y de trabajar para hacer, de la mennais como l\ Iaritain desarrollan su concepción de "cristiandad"
1

arquitectura de leyes, de instituciones y de costumbres de esta vida sobre la base de la Iglesia en la fonnación de los pueblos que,
común, una casa para hermanos". seguirian desde la Edad Media, un derrotero ascendente ·hacia "la
Utopía pelígrosa, corno veremos en su lugar, que al debilitar instauración de la ciudad fraternal en que el hombre seria liberado
la función necesaria del poder público que ha de promover la de la miseria y de la servidumbre" 53 .
a.scensión de la comunidad no en el camino de la "emancipación"
smo en el de la vida virtuosa, entrega las comunidades nacionales
en. manos de. camarillas internacionales que implantarán en el La nueva cristiandad
umverso el reznado legal de la astucia y de la fuerza, en expresión
de Pío X. - "El cristianismo -escribe Lamennais 54- encontró al mundo
De una utopía -el Progreso de la Humanidad- se desemb0- en esclavitud: su misión política era libertarlo. Al proclamar el
ca en la más espantosa y terrible realidad -la Esclavitud universal reino de la inteligencia, la supremacía del espíritu sobre la carne,
Legalizada-. Pero no es esto lo que aquí nos interesa ahora. de la razón sobre la fuerza, del derecho sobre el hecho, estableció
Importa sí poner en evidencia las tesis que envuelve esta dz"námica el sagrado e inmutable fundamento- de la libertad, inseparable del
del pensamiento de Maritain-Larnennais. Helas aquí: La Huma- orden, y tanto mayor cuanto el orden es más perfecto; porque el
mdad es la causa -más alta a cuyo servicio debe entregarse el orden y la libertad se confunden en su fuente, infinita el uno y el
hombre; la Humanidad progresa en una adquisición cada vez otro en Dios. . . Así el cristianismo creó primero y poco a poco
. mayor de conciencia y de líbertad; este Progreso, que se efectúa sin confusión y sb sacudidas, lo que se llama hoy el pueblo, es
en la substancia profana del existir terrestre de la Hurnanidad,- decir, hizo pasar al estado de hombres libres las innumerables
alcanzará su grado más alto en un anticipo de la tierra de los tropas de esclavos que cubrían el m1mdo, desde hacía cuatro mil
resucitados; la_ Iglesia ha sido y es motor de este Progreso terrestre años" 55 •
de la Humamdad; este Progreso coincide con la substancia de la J\!Iaritain procede de igual manera. En el capítulo La inspira-
Revoluci.ón sino .con su, ideol.ogía .accidental; cuando este Progreso
se despo;e de la ideologia anticnshana y se catolice, esto es cuando
se identifique la .Revolución con la Iglesia habráse c~plido el 53
54
Les Droits, pág. 51; ed. cast., pág. 78.
Obras Completas de Lamennais, 11, pág. 463.
colmo de la fehc1dad terrestre, en que la Humanidad, libre de 55 Ibid.

40 41
cwn evangélica y la conciencia profana de su Christ. et Dém., en la edad media, y que: . . se habrían modificado, andando el
primeramente expone el contenido sobrenat:Ural del mensaje cris- tiempo, en provecho de la liberta~ común ... ". .
tiano ( 51-53) y luego el efecto político (diríamos) que ese mensaje En forma más austera Manta1n destaca la nnsma acc1on
ha producido en el pueblo. "¿Cuáles son -se pregunta''- los política de la Iglesia medieval en la formación de los pueblos
pensamientos y las aspiraciones que el merisaje cristiano despertó infantes. "La Iglesia medieval, .dice", ha formado y modela~o
poco a poco en las profundidades de la conciencia de los pueblos, y directamente la Europa política porque le convenía haci;: s_ur¡pr
que avanzaron subterrá11eamente durante siglos antes de manifes- entonces del caos el orden temporal mismo: tarea de ana'.1ldura
tarse? Por mal comprendidas y deformadas que hayan podido ser a la que no podía rehusarse, pero a la cual no se ha resignado
dura11te esa marcha oscura en la conciencia profana, ¿cuáles _son desde el comienzo sin aprehensión legítima"._ .
las verdades de origen evangélico a las que esta conciencia ha ligado "Lo mismo que el niño en la familia 60 --escribe Lamenna1s-
en lo sucesi•;ro e identificado la idea misma ·ae la civilización?" . . es libre por el padre y no puede ser libre sino ,por el I_>~dre ~be­
Y en uua respuesta larga y dramática, incluye también este deciendo a una ley de justicia que es la garant1a del mno, i:s1 el
punto: "Bajo la inspiración evangélica en función en la historia, catolicismo comunicó a los pueblos niños la libertad _por mecJ:'.o de
la conciencia profana ha comprendido la dignidad del pueblo y una más alta pateroidad emanada de Cristo, o por mtenn~º de
del hombre de la humanidad común. Pueblo fiel, pequeño pueblo los reyes subordinados al poder emancipador q:'e. lo~ ~gia, fos
de Dios, pueblo real llamado a participar de la obra de Cristo; vigilaba, ejercitaba sobre ellos una verdadera iunsdicc10n social,
pueblo como comunidad de ciudadanos de uu. país, unido bajo para reprimir los abusos _de la fuerza, proteger, socorrer a _l?s
leyes justas; pueblo como comunidad del trabajo manual y como débiles. defender sus derechos, y preservar a la gran fam1ha
reserva y recurso de la humanidad para los que sufren ante la :ristia,.;a, colocada aún temporalmente bajo su tutela, del despo-
naturaleza. La idea que la conciencia profana se formó paulati- tismo y de la tiranía''. . . .- . .
namente del pueblo, viene del encuentro y de la coalición de todos Maritain habla repetidas veces de la zngenuzdad. znfantzl de
estos elementos, y es de la herencia de la cristiandad que procede la Cristiandad inedieval. "Comprendamos, pues, q11e s1, para una
esta idea" 57 . civilización cristiana ir.genua (quiero decir la que se ~asab_a en la
"Pero _este pueblo nuevo -continúa Lamennais 58- , este pue- uuidad nativa e ingenua del hombre), el progresar hacia D10s con-
blo naciente, que, apasionado, ligero, ignorante, impre·visor ofrecía sistía ante todo en erigirle uu trono sobre _la ti.erra _(según los
todas las caracteristicas como todas las debilidades de la infancia. derecl1os de Su Majestad); para una c1vJ.l1zac1on_ cnstlana, en
debía, incapaz de conducirse y defenderse por sí mismo, incapa~ cambio, que :ya no pu.ede ser ing~nua, y. ;n la que el _ho~bre
de organizarse políticamente, tener, como cada hombre su edad tiene que recuperar su uuidad perdida volvrnndos_e sobre. s1. n;ism~
de menor. Convenía que formado por una educación progresiva, bajo el i 11 sti11to de la gracia, el progresar 11ac1a Dios cons1stlra ( as1
bajo el ojo vigilante y la tierna mano de la madTe que lo· había me parece), ante todo, en preparar para el 11ombre en este mun-
dado a luz, adquiriese poco a poco, lo que le faltaba, luces, expe- do condiciones de vida tales que el amor soberano_ riueda descen-
riencias y aún propiedades (proprietés méme); que la razón y el der y realizar en el hombre y con él una obra d1vmamente hu-
sentido moral se desarrollaran en él para que pudiese sin peligro mana" 61 . b" ··
ejercer sus derechos naturales: es decir su liberación espiritual "Lo decíamos en_ un nuestro prin1er capítulo: con 1a am ic1on
debía preceder y preparar su liberación política. Aquí reside todo absoluta y el ánimo desaprensivo de la infancia, la cristiandad
el secreto de las instituciones que la sabiduria del catolicismo fundó
59 Humanisme Intégral, pág. 2.73.
56 Christ. et Dém., págs. 51-53; ed. cast., págs. 55 y sigs. 60 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 463.
57 !bid., púg. 55; ed. cast., pág. 60. 61 Problemas espirituales y temporales de una Nueva Cristiandad, págs.
58 Obras Completas de Lamennais, 11, pág. 463. 61-62.

42 43
edificaba entonces una inmensa fortaleza en cuya cnna se sen- la adquisición de conciencia de una dignidad humana ofendida y
taría Dios . .. " 62. humillada, y la adquisición de conciencia de la misión del mundo
Es~a tesis maritainiana-mennaisiana de la función política de obrero en la historia moderna. Significa la ascensió.n hacia la li-
la Iglesia en la edad media, en razón de la infancia de los pueblos, bertad y la personalidad, tomadas en su realidad interior y en su
comporta una segunda parte que se ha hecho tan famosa como expresión social, de una comunidad de personas, de la c_omunidad
la primera, en los medios del liberalismo católico, es a saber: los a la· vez más próxima a las bases materiales -de la vida hmnana,
pueblos ya se han hecho grandes, y ya ni aguantan ni necesitan y más sacrificada, la. comunidad del trabajo manual, la comunidad
esta .tuta:ría de la Iglesia; en consecuencia que no pretenda la de las personas humanas afectadas a ese trabajo" 67 •
Iglesia e¡ercer ninguna función politica en los pueblos modernos "En una palabra, la adquisición histórica de que hablamos, es
y_ por lo mismo, que la "nueva cristiandad" debe co11cebirse como la adquisición de conciencia de la dignidad del trabajo y de. la
e;encialmente diversa de la cristiandad medieval. dignidad obrera, de la dignidad de la persona humana en el tra-
. "Bajo el catolicismo -dirá Lamennais 63_ que es la ley bajador como tal. Si el proletariado reclama ser tratado como
siempre fecunda e inalterable de la naturaleza espirituál, todo persona mayor, por eso mismo no debe ser socorrido, mejorado o
crece~ todo se desarrolla, por rm -progreso sin término. Y_ como salvado por otra clase social. Por el contrario, el papel principal
en la familia llega una época en que por la misma necesidad de en la próxima fase de la euolución recae sobre el proletariado y
las cosas, el niño que ha crecido en inteligencia se convierte en su movimiento de -ascensión histórica 68 .
naturalmente libre con la misma libertad que el padre, llega De aquí que tanto Lamennais como Maritain rechacen de
igualmente una época en que por la misma necesidad, los pueblos la nueua cristiandad el mito del Santo Imperio o la paternidad
que han crecido también en inteligencia se convierten en natural- real.
mente libres como· los padres de la gran familia. Es el tiempo "Por otra parte es visible -prosigue Lamennais- que du-
de su realeza, y este tiempo ha llegado para los pueblos cristianos". rante los siglos en que los pueblos cristianos han vivido bajo el
En Maritain esta mayoría de edad del pueblo está vinculada régimen originariamente necesario de" la paternidad real, resultaba
con la tesis de la "autonomía que ha alcanzado el orden profano o de este modo todavia imperfecto de sociedad una mezcla inevitable
temporal, en virtud de un proceso de diferenciación y que no de dos poderes, el espiritual y el temporal. . . De aqúí la institu-
p~nmte considerarlo como ministro de lo espiritual,, 64, y está ción del sistema social que, a partir del siglo nono, tomó el nombre
vrnculado con su tesis de la mayoría de edad del pueblo mismo, de santo imperio romano: sistema admirable de unidad y que
el cuarto Estado, que desarrolla " y que presenta resumida 66 ofrecía en su conjunto la más bella como la más profuuda aplica-
C?-~:r:do -~scribe: "De una manera general, una nueva época de ción que ha visto el mundo de los principios del derecho en la
C1vilizac10n deberá reconocer y definir los derechos del ser humano constitl1ción política de la sociedad, pero, al mismo tiempo, sistema
en sus funciones sociales, económicas y culturales . . . derecho en pasajero y lleno de inconvenientes. . . Así, ahora que ha llegado
función de la adquisición de la conciencia de si, efectu.ada por la la edad de la emancipación nada semejante al sistema político al
persona obrera y la comunidad obrera. A la vez que afecta la vida cual los Papas dieran por base la fuerte espada de Carlomagno,
económica y el orden temporal, tal adquisición es ante todo de podría establecerse en adelante y sería extraño abuso ver otra cosa
orden espiritual y moral, y ello constituye su importancia. Es en el Santo imperio romano que una de las más magníficas nrinas
1
de la historia' 69 •
"La mezcla inevitable de dos poderes, el espiritual y el tem-
62 Humanisme lntégral, págs. 22 y 159.
63 Obras Completas de Lamennais, 11, pág. 463.
64 Humanisme lntégral, pág. 182. 67 lbid. 1 pág. 115; ed. cast. 1 págs. 144 y sigs.
65 lbid., págs. 234 y sigs. 68 lbid.
66 Les Droits, pág. 114; ed. cast. 1 págs. 141 y sigs. 69 Obras Completas de Lamennais, 11, pág . .46e

44 45
por~l" es, .de parte d~ la Iglesia, aquella función política que, en los recuerdos purificados de la historia que en la realidad
segi.m :\fantam, asunuo en la mfanc1a de los pueblos, y, de parte vivida . .. ,, 74.
~el P?,der. t_empor~l~ el emi:Ieo de s'.1 "a~ar~to temporal'' a los ¿Qué pensar de estas doctrinas sobre la formación de los
fmes_ esp1r1tuales 'º y que '.' llama zmpenalzsme in spiritualibus. pueblos, por la Iglesia con su acción política tutelar ejercida en
Manta1n, que renueva la tesis de Lamennais, escribe 72: "De una su infancia y de la madurez, lograda ahora, que exige de iure
manera muy general podemos decir que el ideal histórico de la mm adaptación de la Iglesia acorde con la nueva condición? Como
Edad :\Iedia estaba sometido a dos factores dominantes: por una estas doctrinas forman la substancia misma de la nueva cristian-
parte a la idea, o el mito (en el sentido en que Georges Sorel em- dad maritainiana, su análisis crítico ·será formulado oportunamente.
plea esta palabra), de la fuerza al servicio de Dios; y por otra Aquí basta enunciar la verdad que corresponde a estos errores.
parte al hecho concreto de que la ci•ilización temporal misma Muy cierto es que la Iglesia formó a los pueblos de la Europa
era en .cierto modo una función de lo sagrado, e implicaba impe- cristiana. Las primeras líneas de .]a I nrrwrtale Dei de León XIII,
nosamente la unidad religiosa ... ". "Hablamos del Sacro Imperio lo ponen de relieve: "Obra inmortal --dice el Papa-.- de Dios
como ideal histórico concreto o como mito histórico, es decir, como misericordioso es su Iglesia; la cual, aunque de por sí y por su
imagen lírica que orienta "'!l eleva una civilización. Considerado propia naturaleza atiende a la salvación de las almas y a que
desde este punto de vista, puede decirse que la Edad Media ha alcancen la felicidad en los cielos, todaYia aún dentro del dominio
vivido del ideal del Sacro Imperio (y ha muerto por él) ... ". de las cosas caducas r terrenales procura tantos r tan señalados
"Puede decirse que en la Edad lVIedia la autoridad temporal era bienes, que ni n1ás en número ni mejores en calidad resultarían
concebida ante todo conforme al tipo de la autoridad paternal en si el primer y principal objeto de su institución fuese asegurar
las concepciones de por sí sacras de la familia, en aquellas concep- la prosperidad de esta presente vida. A la verdad, dondequiera
ciones de que se encuentra un ejemplo en la edad romana del que puso la Iglesia el pie hizo al punto cambiar el estado de las
paterfamilias, que la fe cristiana sublimaba, al ligarla a la idea cosas; informó las costmnbres con "\'-irtudes antes desconocidas e
de la paternidad divina universal". implantó en la sociedad civil una nueva cultura, que a los pueblos
"La consagración del rey lo constituye en padre de la mul- que la recibieron aventajó y ensalzó sobre los demás por la man-
titud, y al atestiguar que gobierna lo temporal en nombre del Rey sedumbre, la equidad y la gloria de las empresas". Pero entera-
Soberano, confirma su autoridad natural de jefe de la ciudad mente falso y peregrino que la Iglesia los haya formado con una
terrenal en el orden de la gracia. Los últimos destellos de todo el acción política supletoria. La Iglesia los formó manteniéndose en
pensamiento politico de la ~Edad Media se encarnan en Juana de su esfera espiritual, esfera tan amplia y profunda que al penetrar
i\.rco, cuando ésta pone tanta energía y obstinación para conseguir en las almas de los cristianos, santifica y consolida todos los
la consagración ·del rey, cuando obtiene de Carlos VII que ceda estados y condiciones de la vida de acuerdo a aquello que tan
el santo reino a Cristo, para dernlvérselo luego solemnemente de hermosamente enseña San Agustín y que León XIII aduce en la
su parte a fin de que lo tenga «en beneficio»". citada encíclica, cuando hablando con la Iglesia dice: "Tú ins-
En fin, que si Lamennais dice: "la concordia del sacerdocio y truyes y enseñas dulcemente a los niños, bizarramente a los jóve-
del imperio no existió en ningnna- época, sino e11 los -libro_s en que nes, con paz y cahna a los ancianos, según lo sufre la edad, no
se lo trataba directame11te" 73 , Maritain dirá: "la civilización de la tan solamente del ·cuerpo, sino también del espíritu. Tú sometes
edad media, por grande y bella que haya sido, y más bella aún al marido la mujer con casta y fiel obediencia, no como cebo de
la pasión, sino para propagar la prole y para la unión de la
familia. Tú antepones a la mujer el marido, no para que afrente
70 Humanisme Intégral, pág. 156.
. 71Réligion et Culture, pág. 59. al sexo más débil, sino para que le rinda homenaje de amor leal.
72 Problemas espirituales r ten1porales, págs. 117, 118, 126 y 127.
73 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 465. 74 Réligion et Culture, pág. 40.

46 47
Tú los hijos a los padres haces vivir, pero libremente, y los padres directamente la Europa politica porque había que hacer surgir
sobre los hijos dominar, pero amorosa y tiernamente. Los ciuda- del caos el orden temporal mismo ... , pero que hoy el organismo
danos a los ciudadanos, las gentes a las gentes, todos los hombres temporal existe altamente diferenciado ... " 75 , olvida que lo que
unos a otros, sin distinción ni excepción, aproximas, recordándoles hoy existe es un Estado universal monstruo por un lado y una
que, más qite social, ·es fraterno el vinculo que los une; porque de anarquía total por otro, pero eso no se llama organismo, ese es un
un solo primer hombre y de una sola primera mujer se formó y caos espantoso que el Pontífice Pío XII en la Summi Pontificatus
desciende la universalidad del linaje humano. Tú enseñas a los compara a las tinieblas que invadieran toda la superficie de la
reyes a mirar por el bien de los pueblos y a los pueblos a prestar tierra cuando crucificaron al ·Señor, caos tall espantoso que los
acatamiento a los reJres. Tú muestras cuidadosamente a quién es pueblos "al alejarse de la doctrina de Cristo no tuvieron pleno
debida la alabanza y la honra, a quién el afecto, a quién la reve- conocimiento de que eran engañados por el falso espejismo de
rencia, a quién el temor, a quién el consuelo, a quién el aviso, a frases brillantes que proclamaban aquella separación como libera-
quién la exhortación, a quién la blanda palabra de la corrección, a ción de la servidumbre en· que anteriormente estuvieran retenidos;
quién la dura de la increpación, a quién el suplicio, y manifiestas ni preveían las amargas consecuericias del lamentable cambio entre
también en qué manera~ como quiera sea verdad que no todo se la verdad que libera y el error que reduce a esclavitud; ni pensaban
debe a todos, hay que deber, no obstante, a tedas caridad y a que, renunciando a la ley de Dios, infinitamente sabia y paterna,
nadie agravio". y a la unificadora y ennoblecedora doctrina de amor de Cristo, se
Pero estos efectos de la influencia de la Iglesia que al llegar entregaban al arbitrio de una prudencia humana pobre y mudable:
a todo el hombre llegan también a sus estructuras profano-tempo- hablaban de progreso, cuando retrocedían; d.e elevación, cuando se
rales, se producen .necesariamente cuando las sociedades se someten degradaban; de ascensión a la madurez, cuando se esclavizaban; no
a la Iglesia y dejan de producirse cuando a ella se substraen. Por percibían la vanidad de todo esfuerzo humano para sustituir la
tanto la mismísima influencia espiritual que salvó a la Europa en ley de Cristo por algo que la iguale: se infatuaron en sus pensa-
la edad media, aún como sociedad temporal, puede salvarla ahora; mientos".
la mismisima, por consiguiente, debe ser la relación de los pueblos En resumen; que tan verdadero es hoy como en la presunta
con la Iglesia, entonces y ahora. infancia de los pueblos lo que enseña Pío XI: "la Iglesia ejercita
En la substracción de los pueblos al gobierno espiritual de la su ministerio de la palabra por medio de los sacerdotes, distribuidos
Iglesia consiste la Revolución que manejada primero por los reyes convenientemente por los diversos grados de la jerarquía sagrada,
expulsó a la Iglesia de la vida temporal, manejada luego por los a quienes envía por todas partes como pregoneros illiatigables- de
burgueses expulsó a los reyes y los llevó al cadalso; y manejada la buena nueva, única que puede conservar, o implantar, o hacer
ahora por los que se dicen interpretar las aspiraciones populares, resurgir la verdaderq civilización" 76 •
acabará con los restos de la burguesía para entregar los pueblos al Lamennais fotjó~ el primero, el proyecto de "la nueva criS-
amo del mundo. "¿Por qué causa -se pregunta el salmista (Sal- tiandad" que no se basaria e11 -1a paternidad real, en la concordia
mo ·II)- se han embravecido las naciones y los pueblos maquinan del sacerdocio y del imperio o, como dirá más tarde odiosamente
varws proyectos? Se han coligado los reyes de la tierra; y se han Maritain, en el Hmito de la fuerza al servicio de Dios'' sino "en
confederado los Príncipes contra el Señor y contra su Cristo. Rom- un inmenso desarrollo de libertad"-, o en el "mito de la realización
pamos, dijeron·, sus ataduras y sacudamos lejos de nosotros su de la libertad''.
yugo". Esta es -la historia verdadera de los siglos modernos que "Un nuevo orden social -escribe Lamennais- fundado sobre
durará hasta que el Señor quiera cumplir la parte que prosigue un inmenso desarrollo de libertad que el catolicismo, ha hecho
y que dice: "Pero aquel que reside en el cielo se burlará de ellos·
se mofará de ellos el Señor". ' 75 Hurnanisme Intégral, pág. 273.
Lo que insinúa Maritain que "la Iglesia medieval modeló 76 Pío ·XI, Ad catholici sacerdotii.

48 49
necesario al desarrollar el mismo en las almas la verdadera noción el cristianismo, .fecundando poco a poco los gérmenes primitivos de
y el sentimiento del derecho; y porque él es su principio . en lo lo verdadero y del bien sepultados hasta entonces en la naturaleza
que tienen de saludable y conforme a la ley del progreso que rige humana, abolió la esclavitud y creó lo que entre nosotros se llama
a la humanidad, constituirán ellas para él una gran época de el pueblo? Lo que pasa ahora, cualquiera sea la diferencia que
renovación, y, por decirlo así, la señal de las victorias por las ülí aporte la mezcla de un principio diverso, pero más débil, no
cuales, sometiendo las naciones hasta aquí rebeldes a su· ley, aca- es, en el fondo, sino la prolongación de esta acción liberadora que
bará de constituir al género humano en la unidad'' 77-. se extenderá en los siglos futuros, hasta que el hombre, habiendo
Y el 22 de diciembre de 1830 publicaba en L' Avenir un recorriao el circulo entero de su perfeccionamiento posible aquí
articulo intitulado El Papa en que al mismo tiempo, que lloraba abajo, se transforme, de acuerdo a las leyes de su naturaleza in-
al recién difunto, Pío VII, se glorificaba al Papa futuro, todavía mortal, para entrar en un nuevo orden de desarrollo que no ter-
no conocido --a ti a qw."en no podemos todavía nombrar por tu minará nunca porque se cumple en el cielo infinito de la eter-
nombre, nuestra fe te saluda anticipadamente- y que fue luego nidad" 81 •
Gregario XVI, y a quien se reservaba una misión providencial que
nunca, "desde la época en que se cumple la liberación del universo,
la hubo más elevada; comenzará para el cristianismo una era La condenación de Lamennais
nueva, una era de salud, de fuerza y de gloria, de una gloria tal
que toda gloria pasada palidecerá delante de su esplendor" 78 • ¿Qué respuesta iba. a encontrar en la Cátedra Romana, colum-
Maritain por su parte nos habla de su tercera edad cristiana na y fundamento de la Verdad 82 , estas esperanzas de insospecha-
que "estaría bajo un régimen temporal, un cielo histórico nuevo ... dos triunfos asegurados a la conciliación de la Iglesia con la Revo-
en que comenzaría a desarrollarse el humanismo integral, el hu- lución?
ma1llsmo de la Encan1ación. . . y que no comportaría otra teo- Como respuesta Gregorio XVI, en la encíclica Mirari Vos, del
cracia que la del di,rino amor" 79 • 15 de agosto de 1832, condena algunas de las doctrinas defendidas
l\1ientras Maritain dice que la actual civilización es un "ves- por L' Avenir. Así se lo hacía saber a Lamennais el Cardenal Pacca
tido mu~y Usado, en el que no se puede coser piezas nuevas y que por encargo del Santo Padre, en Carta que le adjuntaba con dicha
se trata de una refundición total y como substancial, de un renver- encíclica, de la que le fue enviada copia 83 •
serr..ent de los principios de cultura" s-0. Lamennais escribía: "Así Allí se condena el intento de una nueva cristiandad, por el
como sobre los escombros del imperio roma110, y mientras los camino de la libertad, que, desde entonces acá, ha de cobrar cuerpo
bárbaros cruzando del norte al mediodía, pasaban y repasaban so- en la imaginación de los liberales católicos.
bre estas vastas ruinas, constru;yó el imponente edificio de la so- Condena el Papa una Cristiandad, esencialmente diversa de
ciedad de la edad media, así sobre los restos de este edificio gastado la medieval, al recordar que "la iglesia universal rechaza toda
levantará otra sociedad que no será sino la expresión del estad( novedad y que, según consejo de San Agatón, Pontífice, nada debe
que por un desarrollo progresivo, ha alcanzado, bajo su influencia quitarse de aquellas cosas que han sido definidas, nada mudarse,
el género humano, desarrollo proporcional de la libertad: porqm na.da añadirse, .sino que -deben conservarse puras en cuanto a la
el hombre, como el niño, debe crecer en libertad, a medida qm palabra y en cuanto al sentido". Recuerda asimismo que sólo al
crece en inteligencia. ¿No es de esta manera que originariamentl Romano Pontífice "ha sido confiada la constitución de los cánones
y que sólo a él compete y no a otro juzgar de los antiguns decretos,

77 Obras Completas de Lamennai.s, ,II, pág. 464.


78 !bid., ll, pág. 431. 81 Obras Completas de L2mennais, II, pág. 431.
79 Humanisme Intégral, pág. 248. 82 I, Tim., III, 15.
SO Humanisme Intégral, pág. 212. 83 Du réginze temporel, pág. 131.

50 51
como dice San Gelasio: pesar los decretos de los cánones, medir los San Juan, subía humo que obscurecía el sol y arro¡aba langostas
preceptos de sus antecesores para atemperar, habida diligente con- que desvastaban la tierra'~.
sideración, aquellas cosas cuya modificación exige lq necesidad de Condena el Papa el intento de edificar "una ciudad indiferen-
los tiempos". Compare el lector esta enseñanza con lo que Mari- tista" al reprobar a los "que piens.an que se va por todas partes al
tain enseña acerca de la "colaboración del filósofo y del hombre de puerto de salvación", porque se ha de tener presente, ""que según
acción" para fijar la imagen dinámica de la futura cristiandad. la sentencia del Salvador están contra Cristo los que rw est_án con
Condena el Papa el intento de erigir una ciudad naturalista Cristo y que los que no recolectan con Cristo, esparcen .miserable-
al reprobar "los deseos de aquellos que intentan separar la Iglesia mente, por lo cual perecerán infaliblemente los que no tengan fe
y el Estado y romper la mutua concordia del sacerdocio con el oatólica y no la guarden íntegra y sin mancha".
imperio. Consta en verdad, que los amadores de la falsa libertad Condena el Papa Ja ciudad democratista al rechazar "ciertas
se estre1necieron ante la concordia, que siempre dio magníficos doctrinas que echan por tierra la fe y sumisión que se debe a los
resultados, entre las cosas sagradas y civiles". príncipes, con lo cual se fomenta el fuego de la rebelión; debe vigi-
Condena el Papa, el intento de fingir una Cristiandad que larse mucho para que los pueblos no se aparten engañados del
pueda estructurarse sin Ja ayuda del pÜder temporal subordinado, camino del bien. Sepan tod,os que, como dice el Apóstol, toda
como instrumento de los fines espirituales de la Iglesia. "Ayuden potestad viene de Dios y todas las cosas son ordenadas por el
los príncipes -dice-- a estos nuestros deseos por el buen' éxito de mfsmo Dios. Así, pues, el que resiste a la -potestad, resiste a la
las cosas sagradas y profanas con su poder y autoridad pues la ordenación de Dios y se condena a sí mismo. Por tanto, los que
recibieron no solamente para el gobierno temporal, sino también con torpes maquinaciones de rebelión se apartan de la fe que deben
para defensa y custodia de la Iglesia. Entiendan que cuanto se a los príncipes, queriendo arrancarles la autoridad que poseen, di-
hace por favorecer a la Iglesia se dirige al mismo tiempo al bien gan cómo claman contra ellos todos los derechos divinos y hu-
y paz del imperio, persuádanse más y más que han de tener en manos".
mayor estima la causa de la fe que la del reino, y que serán más Gregorio XVI no deja de advertir, como más tarde lo harán
grandes si, como dice San León, se añaile a su corona de reyes la Pío IX, León XIII, y Pío X en su condenación del Sillon, que
corona de la fe. Y a que han sido constituidos como padres y "Debemos buscar el origen de tantas calamidades en la acción
tutores de los pueblos, darán a éstos verdadera bienandanza y simultánea de aquellas sociedades a las que, como en sentina in-
tranquilidad, si dirigen especialmente sus cuidados para conservar mensa, ha venido a parar cuanto de sacrílego, subversivo y blas-
incólume la religión de aquel Señor cuyo poder está expresado femo acumularon la hereiía y la impiedad en todos los tiempos"'
por aquello del salmo: Rey de reyes y Señor de los que dominan". refiriéndose, con toda evidencia, a las sociedades secretas de la ma-
Condena el Papa el intento de edificar una ciudad libertaria sonería.
al execrar la "absurda y errónea sentencia --o mejor dicho deli- Pero Lamennais, en cu·va subconsciencia la causa de la Hu-
rio-, que afirma y defiende la libertad de conci-encia y la libertad manidad prevalecía sobre lá' causa de la Iglesia, estaba terrible-
de prensa. Este pestilente error se abre paso, escudado en la inmo- mente engañado para discernir, en un juicio práctico saludable, la
derada libertad de opiniones que, para oonfusión de las oosas sagra- gravedad de. sus errores. Más tarde, en Affaires de Rome, donde
das y civiles, se extiende por todas partes, llegando la imprudencia refiere las vicisitudes de este su enojoso conflicto con la Curia
de algunos a asegurar que de ella se sigue gran provecho para la romana querrá justificarse, y así escribirá: "Convencidos que la
causa de la religión. ¡Y qué peor muerte para el alma que la libertad a la que aspiran los pueblos cristianos, y que ciertamente
libertad del error!, decía San Agustín. Y ciertamente, que roto constituirá la base de la sociedad futura, leios de estar opuesta al
el freno que contiene a los hombres en los caminos de la verdad cristi_anismo, no es sino su consecuencia directa, su desarrollo ne-
e inclináncú::tse precipitadamente al mal por su naturaleza mrrom- cesario, creyeron [los de L' Avenir] servir a la humanidad, que
pida, consideramos ya abierto aquel abismo del que, según vio sufre de sus propios esfuerzos y de las resisteni:ias que encuentran:

52 53
tratando de llevar a su fuente primitiva el sentimiento, en todas juveniles que ayuden al trabajo moral de la nac10n y desarrollen
partes tan ;,ii.vo, que empuja las naciones a emanciparse. Porque en la vida social el sentido de la libertad y la fraternidad".
no basta, es claro, derribar los opresores . . . el verdadero, el A un siglo de Lamennais, Maritain con su "nueva cñstian-
único remedio, Dios lo ha puesto en la ley evangélica destinada a dad" renueva la tentativa de conciliación de. la Revolución con la
unir a los hombres por una fraternal afección, que haga que todos Iglesia como en tiempos de Pío IX haría lo rrüsmo el liberalismo
vivan en cada uno y que cada uno viva en todos. católico, con su gran jefe l\1ontalembert y como en tiempos de
"El Auenir se proponía también defender a la institución cató- León XIII los demócratas cristianos y como en tiempos de Pío X
lica . .. pensaba q·ue debía ella extender sus raíces casi secias en el Marc Sangnier con el Sillon. Pero ello no será sin mengua de una
seno de la humanidad misma para beber allí de nuevo la savia que profunda y nefasta alteración del concepto mismo de Cristiandad,
le faltaba, y que uniendo su causa a la de los pueblos, podría re- de las relaciones del orden natural y del sobrenatural, sin una
cobrar su vigor extihguido,, regularizar el movirniento sócial . .. glorificación de la libertad y de la democracia, en una palabra, sin
La fraternidad universal proclamada por Jesús reanimó súbitamen- caer en la órbita de la ciudad de la Revolución que, a la postre, no
te los gérmenes marchitos que Dios había depositado originaria- es, como lo insinúa Gregario XVI, sino "aquel abismo abierto del
mente... ¿Por qué después de dieciocho siglos [el pueblo] se que según vio San Juan, subía humo que obscurecía el sol y arro-
desligaba de esta Iglesia sino porque, al menos en apariencia~ ella jaba langostas que desvastaban la tierra". (Apoc., IX, 2).
se había prácticamente apartado de las máximas en que había ¡Qué error tan terrible y decisivo! Emprender el camino de
vivido, en su origen, una vida tan pujante? ¿Y qué medio para la Revolución, en nombre del Evangelio, cuando en la realidad no
volver a ser lo que fué en su comienzo, para gana!-- otra vez, con conduce sino a la entronización del "hijo de la perdición" de que
la confianza de las· masas populares, su influencia sobre ellas, sino habla el Apóstol! ¿Cómo se explica en Maritain equivocación tan
volv~er ·a cobrar fuerza en su fuente, identificar Sus intereses, en grave? El mismo nos descifra el enigma 86 cuando escribe: "Se
la medida en que los tuviese propios, con los intereses de la raza puede creer que una de las causas que más gravemente han debi-
huma11a, ven.ir en socorro de sus necesidades, ayudarle a desarro- litado a muchos católicos modernos y favorecido en ellos el libe-
llar en todos sus aspectos y en todas sus consecuencias, actualmente ralismo, el americanismo, el modernismo, etc., es la infiltración
aplicables, el principio cristiano de la igualdad de derecho, cuya en sus ahnas de los dogmas masónicos del Progreso necesario, y del
realización constituye el orden sin el cual ninguna libertad y la optimismo humanitario, pseudo-idea sentimental que responde al
libertad sin la cual ningún orden?" 84 . El lector puede reconocer deseo secreto de. la naturaleza de aceptar los hechos cumplidos y
aquí el pensamiento de Maritain cuando dice 85: "No es una situa- que no tiene igual para obnubilar el juicio".
ción jurídica privilegiada sino un derecho cristiarw igual, en u11 Pero nadie -ni los filósofos- pueden evitar la lógica de las
derecho igual inspirado por su propio ·espíritu ... No es acordando cosas, lógica que Maritain ha expuesto fuertemente en su T héonas
a la Iglesia un tratamiento de favor, procurando ganársela median- condenándose por sí mismo anticipadamente: "Quien dice progre-
te ventajas temporales pagadas al precio de su libertad, sino exi- so, dice cambio. Siendo el Progreso absolutamente necesario y te-
giéndole más -exigiendo a los sacerdotes que vayan a las masas y niendo desde entonces la ley del progreso, como lo hemos visto,
se unan a la vida de éstas para difundir en su seno el fermento del un dominio absolutamente universal, lo que se llama fundamento
Evangelio y para abrir los tesoros de la liturgia al mundo del y principio sea en el orden del conocimiento, sea en el de la vida
trabajo y a sus fiestas-, exigiendo a las órdenes religiosas que moral, debe evidentemente cambiar corno todo lo demás. . . de
cooperen con las obras de asistencia social y de educación de la donde se sigue que la ley del Progreso exigiendo el cambio cons-
comtinidad civil, a sus militantes laicos y a sus organizaciones tante de los fundamentos y de los principios admitidos en el pasado,
exige también que el movimiento de la humanidad hacia lo mejor,
84 Ver Affaires de Rome, en obra citada, de Lamennais, II, págs. 515-516.
85 Les Droits, pág. 43~ ed. cast., pág. 51. 86 Antimoderne, pág. 207.

54 55
se cumpla por una renov~ción ininterrumpida de sub-versiones, por LA NUEVA CRISTIANDAD ESENCIALMENTE
tanto de destrucciones. . . Deberemos decir que el progreso, en DIVERSA
cuanto progreso, suponiendo como lo hemos reconocido la conser-
vación, bajo uu modo u otro, de las ganancias adquiridas por el
pasado, es profuudamente conservador y positivo; pero que el
Progreso Necesario, en cuanto expresando una pretendida ley me-
tafísicamente necesaria al dominio universal, es esencialmente
revolucionario y negativo. La Idea mito del Progreso devora así
al progreso real" s1. Así se expresaba sabiamente Maritain. Por
esto su "Nueva Cristiandad" devora a la Cristiandad real como La civilización no está por inventar ni
la Revolución devora a la Civilización Cristiana. la ciudad por edificar en las nubes.
(Pío X en El Sillon).

Con la condenación del democratismo cristiano por Pío X en


su carta del Sillon desaparece del ambiente católico, al menos
como pensamiento en vigencia, la concepción .fibertaria y democra-
tista de una civilización cristiana. Maritain, rodeado de un mere-
cido prestigio universal como filósofo tomista, rehabilita esta posi-
ción, allá en 1930, con su Réligion et Culture;
Hasta entonces, Maritain había sostenido la posición tradicio-
nal de la Iglesia en obras tan ponderadas corno Antimoderne, Trois
Reformateurs y Primauté du Spirituel. "Es importante, escribía 1,
integrar el inmenso material de vida contenido en el mundo mo-
derno, pero conviene Odiar al m.undo moderno considerado en
aquello que él mira corno su gloria propia r distintiva: la indepen-
dencia con respecto a Dios. Odiamos por tanto la iniquidad revo-
lucionaria bv.rgue"sa que envuelve y vicia hoy la civ-ilización como
odiarnos la iniquidad revolucionaria proletaria que quiere aniqui-
larla. Es para Dios y no para la sociedad moderna que quei;-emos
trabajar. . . En fin no es de los esfuerzos de los hombres que
esperanros la salud sino de aquél del que se ha dicho: "Nec enim
aliud sub ccelo nomen datum est hominibus, in quo oporteat nos
salvos fieri".
Y en Trois Reformateurs, aparecido en 1925, l\1aritain ha
señalado en tres profuudos estudios sobre Lutero, Descartes y
Rousseau, los jalones de esta impía independencia del mundomo-
derno. "Tal el secreto de nuestra vida de hombres que el pobre

87 T héonas, págs. 140-142. 1 Antimoderne, pág. 216.

56 57
J.Uoderno ignora: nosotros no conquistamos nuestra alma derno" aún cuando reconociera en él valores buenos que debían
!J

S111v a condición de perderla, una muerte total es requerida antes ser salvados.
de que podamos encontrarnos. Y cuando nos hemos despojado El mundo moderno, aunque encerrando algunos valores acci-
verdaderamente, cuando nos hemos perdido y arrancado de nos- dentales buenos, debía sin embargo ser tachado de malo por la
otros mismos, entonces todo nos pertenece a nosotros que pertene- esencia perversa que lo constituía. Utópico entonces y peligroso
cemos a Cristo :y Cristo mismo y Dios mismo es nuestro bien. pensar en su conciliación con la Iglesia. Era esta la posición del
Pero si pretendemos encontrar nu.Estra alma r si tomamos nuestro Syllabus. .
_yo por centro, nuestra substancia se disipa, pasamos al servicio de Muy otra es la actitud que defiende en 1930. "En definitiva,
las fuerzas ciegas del uni·yerso'' 2 . escribe 4, parece que al replegarse sobre sí mismo el_ hombre ~a (
Maritain escribe 3 : "Una nación cristiana no puede consolidar sufrido como a pesar suyo el movimie11to ·de introversión propio. ,
su grandeza sobre principios contrarios a las leyes del Evangelio, del espíritu; ha entrado dentro de sí; y no para buscar a Dios.'
y sacrificando los intereses comunes de la república cristiana. Lo pn progreso general de la toma de la propi,a conciencia, ]:ia_ ca;rac-
que de allí ha salido para Francia y para el mundo (porque este tfrizado así la era moderna. Mientras que el mundo se desviaba
pecado, lejos de ser propio de Francia, ha sido tan grande o más de la espiritualidad por excelencia y de este amor que es nuestro
en otras partes, es el lote de todo el mundo moderno) procedía de verdadero fin para ir hacia los bienes exteriores y hacia la explo-
una lógica implacable. Ha sido muchas veces observado que los tación de la naturaleza sensible. el universo de la inmanencia se
mismos principios de insurrección de la parte contra el todo que abría, a veces por puertas bajas; una profundización sujetiva des-
se invocaban co11tra el Papa, debían servir necesariamente contra cubría a la ciencia, al arte, a la poesía, a las pasiones mismas del
los re:yes, y, más tarde, contra la patria misma. Nogaret es primo hombre, y a sus vicios su espiritualidad propia, _la exigencia ..de la
de Robespierre y de Lenín. La repulsa de someterse a la Iglesia libertad se hacía tanto más aguda cuanto más se apartaba de las
debía comportar necesariamente la repulsa de someterse a Dios, y verdaderas condiciones y de la verdadera noción . de la libertad.
de reconocer sus derechos sobre el Estado como tal. Los decretos Brevemente, en v1rtud de la ambivalencia de la historia, la edad
regalistas de los Parlamentos son les borradores anticipados de las refle¡a, con todas las disminuciones y las pérdidas connotadas por
leyes laicas. esta palabra, comportaba un enriquecimiento innegable, y que se
"Sean de derecha o de izquierda, las historias de Francia, tie- debe tener por una ganancia adquirida, en el conocimwnto 4" la
nen necesidad~ bajo este punto de vista, de una seria revisión. Lo criatura y de las cosas humanas, aún cuando este conoclll1lento
hemos dicho muchas veces, las ideas homicidas que informan el debía desembocar en el infierno interior del hombre, víctima de sí
mundo salido de la Reforma y de la Revolución, alterando los des- mismo. Este camino tenebroso no deia de tener salida y los frutos
arrollos normales que continuaban por otro lado, son las formas recogidos .al pasai han sido incorpo0ados a nuestra ~ubstancia" . .
cadavéricas de la corrupción del mundo cristiano, progresivamente Aquí ya no pone Maritain el acento en esta "mdependenc1a
destruido por la reivindicación de independencia absoluta (aseidad) de Dios" como constitutivo formal del mundo moderno, ya _no
de los políticos y de los filósofos, de los reyes y de los pueblos de la dirl_ge en consecuencia la intención de sus energías a denunciar
edad moderna. Quinientos años ha, que come11zó nuestra muerte". esta perversidad esencial para que el hombre entienda que _no
Partiendo del supuesto de que "la gloria propia y distintiva" puede, por este camirw del mundo moderno, alcanzar la salud smo
del mundo moderno la constituía su independencia con respecto a que debe convertirse, esto es apartarse de ese bien· qtie ama des-
Dios, Maritain, que no quería colocarse sino dentro de los princi- ordenadamente, y dirigirse al bien inconmutable, del que impía
pios católicos más rigurosos, no podía sino "odiar al mundo mo- y funestamente se había separado, para en El amar ordenadamen-
te, integrando en el orden esencial e invariable de las cosas aque-
2 Trois Reformateurs, pág. 37.
\~ Primauté du Spirituel, pág. 115. 4 Réligion et Culture, pág. 30.

58 59
llos menguados bienes y aún progresos que pudieran accide.ntal- es entonces una ideología que si bien opuesta a las ideologías
mente estar ligados con el rnundo_Inoderno; ahora, por el _contrario, roussea_uniana, marxista o prudhonniana, coincide substancialrnen-
pone el acento en esta "toma de la conciencia propia", en esta te con ellas en la línea de la Revolución. Y por lo mismo es
"ganancia adquirida en el conocimiento- de la criatura y de las profundamente utópica en cuanto pretende llegar a una meta -la
cosas humanas" y las insinúa como constitutivo formal del mundo Cristiandad- intrínsecamente imposible por ese camino; y es
moderno; considerando en· cambio aquella independencia de Dios también profundamente funesta, en cuanto, de hecho y por la lógica
como algo accidental aunque de trágicas consecuencias porque le interna de las cosas está obligada a "hacer escolta", e"n expresión
impide la realización de sus profu11das y auténticas aspiraciones. de Pío X, a aquellas perversas ideologías.
En consecuencia ya no hay ....que "odiar al mundo moderno'' Esta y no otra fue la posición de Lamennais, aunque otros
como decía en Antimoderne sino que, al contrario, hay que acer- hayan sido en concreto los motivos que le determinaron a adoptar
carse a él con gran compasió11 y sobre todo acercarlo a la Iglesia, dicha. posición. Lamennais tuvo la intuición certísima de que la~
porque el mundo moderno "aspira sin saberlo a una civilización sociedad moderna, fundada sobre la libertad y la democracia, era
cuyos principios indica Santo Tomás" 5. ·Adviértase que Maritain un hecho definitivo. En Affaires de Rome, donde narra con luj -
en sus obras últimas contin-t1a ataCando las posiciones ateístas del de detalles las dificultades que encontró en la Curia romana,
mundo moderno, el libera1ismo ateo de los siglos xv ru y xrx y el manifiesta claramente su pensamiento: "Convencidos -dice---- de
comunismo ateo, pero no ataca al mundo moderno, en cuanto tal, que la libertad a la que aspiran los pueblos cristianos, y que cier-
cree que puede perseverar si cree en DioS, no ataca tampoco al tamente constituirá la base de la sociedad futura, lejos de oponerse
liberalismo, en cuanto tal, es decir en su intento de querer llegar al cristianismo, no es sino su consecuencia directa, su desarrollo
al orden cristiano por el camino de los derechos o libertades públi- necesario, creyeron [los de L' Avenir] servir a la humanidad que
cas de conciencia y de prensa; tampoco ataca al comunismo en su sufre de sus propios esfuerzos :l por las resistencit1.s qué encuen-
tendencia fundamental de querer emancipar de toda servidumbre tran, tratando de encauzar hacia su fuente primitiva el sentimien-
al hombre, lo ataca sí por su ateísmo. Así, por ejemplo, escribe 6 : to, en todas partes tan vivo, que empuja a las naciones a indepen-
'.'Estos errores, que respondían al advenimiento de la clase y de las dizarse" 7 •
ideologías burguesas, lejos de hacer liga con la democracia, son Y tanto 'Lamennais como Maritain, partie:irdo del supuesto de
destructores de la misma". que "'este independizarse", esta "torna de conciencia propia" en-
Este equívoco le ha de permitir mantener con apariencia de cierra cierto bien, concluyeron inmediatamente su conciliabilidad
lógica, una posición frmestamente engañosa. Porque, por una con la Iglesia. "¿Significa esto -dice Maritain 8- que la concep-
parte, si el mundo moderno es malo porque es ateo, si se bautizara, ción cristiana de la cultura no tiene con el mundo contemporáneo
esto es; si se le despojara del ateísmo, pareciera que ya podria ser sino una relación de incompatibilidad? ¿Que no nos propone otro
bueno. Y entonces continuando los pueblos en la misma línea del ideal que el ideal pasado, definitivamente engullido en la historia,
n:undo moderno o de la Re.volución .-sin abandonar ~us aspira- de los tiempos medievales? Es menester dec=:ir, uila vez más, que
ciones de emancipación de toda servidumb_re; sin renunciar a las el curso de los tiempos es irreversible". Lamennais, por su parte,
libertades públicas modernas, y al deseo de autogobernarse- vol, decía hermosame_nte y con f11erza: "Nurica se ha visto a la so_cie-
verían a la Iglesia y al amor de Dios. Aquí radica la funesta dad, a la que el movimiento progresi~to de la civilización ll~va sin
ilusión. Porque este camino, aunque para uso de los católicos sea cesar hacia adelante, remontar hacia su fuente. Hay que res,ol-
1:>apllzado o impregnado de una ideología "católica" es. intrínseca- verse por tanto a seguir con ella el curso de las cosas que irresisti-
me'T!-te perverso y IIO conduce sino a la ruina. La tesis de Maritain blemente la arrastra y someterse de buen grado a una necesidad

5 Pág. 41. 7 Obras Completas de LumennalS, 11, pág. 515.


6 Christianisme et Démocratie, pág. 81; ed. cast., pág. 88. S Réligion et Culture, pág. 40.

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que, aunque fuera en sí deplorable, no sería por ello menos inven- perverso. Porque ha de buscarse a sí nnsmo como fin; ha de
cible. Pero ya, por lo que acabamos de decir, hay que admitir poner en la libertad como tal, esto es en la pura ruptura de servi-
que ni la humanidad en general ni el catolicismo en particular tie- dumbres, en la _destrucció11 de ataduras, en cuanto ataduras, la
nen por qué alarmarse de esta gran transformación social donde medida de su perfección. Y todo ha de condicionarlo a la libertad,
debe más bien reconocerse la acción paternal y continua de Dios erigida como fin. Y de nada serviria para iustificar su condición
sobre el género humano~' 9. que admitiera a Dios, porciue lo habría de admitir en tanto en
Y l\1aritain, ·que invoca también la acción providencial de cuanto ayudara a su libertad y lo rechazarla e.n 1.antrL.erLcuan.to
Dios 10 , co11tinúa: "la sabiduría cristiana no nos prop¿11e v-olver podrfa. contrariarla. ·Porque si admitiera a Dios como fin único y
a la edad media; hacia adelante nos invita a desplazarnos . .. hacia supremo tendiía que renunciar a su propia esencia que se nutre
una cristiandad en que «el ideal o el mito de la 'realización de la de la libertad, buscada como fin. Y no quiera argüirse que el
libertad'» haya reemplazado al ideal o al mito de la fuerza al mundo moderno busca la libertad, así en abstracto, pero como la
servicio de Dios" 11 . • libertad es Dios, el mundo moderno, sin sabérlo, busca a Dios ..
Todo estaría en mostrarle que la libertad que busca se encuentra
en Dios para que hubiera de apartarse de la senda equivocada
Crítica de esta posición que la han señalado los sofistas del siglo xvm y se encauce, sin
abandonar las aspiraciones que le instan, ·por la ruta de su ver-
La pos1c10n de Maritain frente al hecho moderno ha sufrido dadera grandeza. Porque aunque en Dios haya libertad ella no
un visible cambio. De una actitud fundamentalmente irreconcilia- constituye formahnente a Dios. Dios es la Plenitud de Ser, la
ble ha pasado a otra fundamentahnente conciliable. ¿Es admisible Plenitud de Verdad, la Plenitud de Bien. "l\1ientras la libertad
esta su segunda posición? Creemos que no y creemos también no se concibe sin la inteligencia que delibera, la inteligencia se
que en el juicio de valor que se formula sobre el hecho moderno concibe sin la libertad; la inteligencia es por tanto primera, la
radica la cuestión decisiva sobre el problema del liberalismo y libertad es derivada" 12 • La libertad está siempre y necesariamente
catolicismo. en función de fa sabiduría de acuerdo a la metafísica del Doctor
Advertimos que no se trata de afirmar que todo lo moderno Angélico compendiada en aquello que dice: "La raíz de toda
sea bueno o malo. Nadie puede aceptar tal simplismo, como no libertad estriba en la razón" 13 • La libertad esencialmente cor.di-
puede tampoco aceptar que el régimen tradicional de civilización cionada,. se halla en Dios en la medida que lo consiente la plenitud
cristiar1a no haya involucrado, -de hecho y accidentalme11te, graves de la Verdad. Pero la Verdad como el Ser y como el Bien se hallan
deficiencias. Lo que está en cuestión es lo siguiente: "¿el mundo en toda plenitud, sin ninguna condición. De aquí la palabra del
moderno, en aquello que cons_tituye su esencz'.a, es aceptable para Señor: "Si perseveráis en mi doctrina, seréis verdaderamente dis-
lin _católico o no?. Cuestión que como se ve, depende de esta otra: cípulos míos. Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" 14 .
¿cuál es la esencia del mundo moderno?". Lue.g9 sólo la plenitud de verdad libera. La verdad buscada
Y aquí nos basta admitir que su esencia la constitu_ye la como fin. Dios buscado como fin. El hombre se libera cuando
'_'prise de conscience", "el universo de ra _imnanencia"' -"la exigen- busca la propia integración en la plenitud de la Verdad que ~s
ci_a de la libertad", "la propia emancipación". Si el mundo mo- Dios. Cammo diametralmente opuesto a Ia 5usca de la pura li-
derno busca formalm.ente eso, es decir, si e11 esos valores coloca bertad, a la emancipación de atadliras, pues según la ense1lanza
formahnente su felicidad, el mundo moderno es irremediablemente del Salvador: "Quien no carga oon su cruz y me siglll!, no es digno

g Obras Completas de Lamennais, II, pág. 462. 12 Garrigou-Lagrange, ibid., pág. 353, 604-759.
10 Réligion et Culture,págs. 33 ·y 40. 13 De veritate, q. xxrv, 2.
11 Du régime tenlpOrel, pág. 122. 14 Juan, \'1II, 32.

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de mí. Quien bmca su alma la perderá, y qw_"en perdier.e su alma humano. Reprimido en el siglo xvrr, lanzado en el xvnc y en. el
a causa· mia, la encontrará" 15 . Es claro qu8 el divino camino de x1x a la conquista del universo, servido con perseverancia 5r hab~1-
la Verdad - y sólo él- conduce a la verdadera libertad de acuerdo dad por la contra-Iglesia masónica, logra éxito en apartar á D10s
a aquello de San Pablo: "Porque el Señor es Espíritu: y donde de todo lo que es centro de poder o de autoridad en los pueblos".
está el Espíritu del Señor, alli hay libertad" 1G. Este análisis del mundo moderno que Maritain formulaba 2 1,
Pero si en lugar de buscar la Verdad se busca la libertad cuando su inteligencia, tanto especulativa como práctica; se con-
como tal, o sea la propia emancipación, la propia dignidad, se servaba intacta de infiltraciones revolucionarias, coincide con lo
cam:na hacia la perdición. "Lucifer, el prin1ero entre los ángeles que la Iglesia, con una perseverancia admirable, ~'i~ne enseñand?
-:-;dice San. Buenaventura 17- . presumiendo del bien propio, apete- desde el Concilio Tridentino hasta el actual Pontifice y que esta
c10 .la propia excelencia_,. queriendo ser prefendo a los demás; por condensado en la proposición condenada del_ Syllabus que. dice:
eso cayó con los que con él consentían". "El Pontífice Romano puede y debe reconczlz.arse y transzgzr con
En esta apetencia de la propia dignidad, tomada como un fin el progreso, el liberalismo .Y la civi~iz:iC:ión moderna". .
en_ sí, consistió asimismo el pecado de Adán 1s. Si tan radical" es la mcompatibihdad de la esencia profunda
Ese camino conduce a la ruina. Por esto el Salvador enseña- que a&ite las entrañas del_ m_i:ndo moderno con la naturaleza del
ba: "quien quiere salvar su cilma, la perderá" 19. San Pedro con- catolicismo que es una suiec10n hurrulde de la creatura_ ª. la Vo-
denaba a los libertarios de su tiempo cuando decía: "prometiéndo- luntad del Primer Ser, ¿en qué puede fundarse Mantam para
les lzbertad cuan.do_ ellos mismos son esclavos de la corrupción" 20. afirmar ahora que "este c~r:zi.no ten_ebroso no deja de .te:u!r s~!ida"
, De aq~ que el mundo moderno,_ cuya nota ~istintiva y propia, y que el mundo moderno 'aspira szn saberlo a una cwzlzzaczon de
segun el nusmo Mantam la constituye esta rndependencia con tipo ·cristiano, esbozada por Santo Tomás?n ~ 2 . Sin d1!da que el
respecto a Dios, esta rebelión esencial y permanente a la Divina hombre, y lo mismo dígase de los pueblos, mientras· estan en esta-
Verdad, fren_re a la cual se erige como una personalidad que en- do de peregrinación tienen curació~, pero l_~ henen .no, qued~ndo
cuentra en s1 la plemtud del conocer y del detenninarse es esen- en el camino__por donde yerran smo volviendose de el, ba10 la
ciahnente y sin remedio perverso. Por esto- el exponent~ máxin10 mano de· la-divina misericordia, y convirtiéndose a Aq_uel contra
del mundo moderno es Kant, quien hace del homl:ire una persona- quien pecaron. Los pueblos -no el mundo moderno-- pueden
lidad mora~ que encuentra en sí mismo su fin completo. "En ade- s-€r curados. !:'ero _para ello han ~e rechazar aq:ieJ!-o~ _pnnc1p1os de
l<:nte el arumal razonable no se va ?- apoyar sino sobre sí mismo, su inde_pendencia absoluta que constitu¡en sus :enncipi.;>s de muerte.
piedra angular no será ya Cristo. El espíritu de independencia ¿Y qué es renunciar a esos pnnc1p1os sino renu."TJ.c1ar al mun~o
absol1:ta, que, ·en definitiva, le lleva a reivindicar para sí mismo .moderno mismo? Si el pecado capital de los pueblos otrora cns-
la asezdad y que se puede llamar el espíritu de la Revolución anti- tianos, es haber rechazado el derecho público cristiano, que ponía
cristiana, se introduce victoriosamente en Europa con el Renaci- en la, cúspide de todos los valores de civilización los intangibles
miento y la Reforma, substrae al orden cristiano, allá la sensibili- derechos de Diqs, de que la Santa Iglesia es depositaria y de haber
dad _Y todas las curiosidades del espíritu, aquí la espiritualidad erigido en su lugar como norma suprema de vida los Derechos
religwsa y la voluntad, y tiene por propósito reemplazar en todas del Hombre, ¿cuál puede ser elconnenzo de su salud smo que
partes el culto de las tres Personas divinas por el culto del yo eche lejos de sí esa soberbia, encarnada en lo que se llama mundo_
moderno, y se vuelva hacia Aquel que es su salud, dic~endo Tzbz
15 Mt., X, 38-39.
16 II Cor., III, 17. soli peccavi. Contra ti solo he pecado. Los pueblos habran logrado
17 Breviloquium_ c. 6. entonces su salida; pero habrán deiado de ser modernos. ¿Qmere
1s II. II, q. 163.
19 Le., IX, 24.
2o IL carta III, 19. 21 Antimoderne, pág. 198.
22 Réligion et Culture, pág. 41.

64 65
decir Maritain que esta vuelta a Dios no comportará para los que desciendan hasta lo "prácticamente práctico" y determinar
pueblos la renuncia de ninguna ganancia auténtica, sino al con- qué hay que hacer al presente para la salvación temporal de los
trario, una consolidación de las verdaderas y legítimas conquistas? hombres: lo que se traduce, sobre el plan de la acción misma, en
Magnífico; esta es la verdad que incansablemente viene predicando el hecho, para aquellos que pretenden guiar a los otros, a estar y a
a los pueblos modernos la Santa Iglesia. Pero no se les quiera en- sentirse prontos a ejercer (suponiendo que las circunstancias lo
gañar con la ilusión de. que no habrán de quemar los ídolos que permitan) inmediatamente el poder" 25 . Y para que no pueda que-
a?-oran. No quiera sugerirseles que sú cuTación podrá- tener lugar dar duda, destaca la decisión de Lenín y de Trostsky, antes del
Slll una profunda uuclta a la substancia de los valores de cultura movimiento de octubre, añadiendo: "Haciendo abstracción de la
y de vida de los que han renegado. naturaleza de los .medios emplea,dos, así conv--iene a los hombres de
Este intento de sublimar la libertad y pretender por su cami- acción estar prontos, sean católicos, o marxistas. Si tienen miedo
no llegar a la Cristiandad, implicará la perversión de los principios de vencer; entonces ¿para qué conducir las tropas y pedirles
prácticos de la verdadera civilización y de la verdadera Cristian- combatir?" 26 •
dad. Principios reguladores que no han de perderse de vista en En consecuencia Maritain, con su nue·va Cristiandad, lo mis-
el examen de los errores maritainianos. Aquí hemos de advertir mo que Lamem1ais con su campaña de L' Avenir, se erige en cau-
que si Maritain en sus libros posteriores a Réligion et Culture, dillo de la acción temporal de los "cristianos", iniciando una Revo-
particularmente en su Du régime y Humanisme Intégral se limita lución más revolucionaria que la misma Revolución, como apunta
a una labor de filósofo de la cultura, señalando qué orientación en Lettre sur l'indépendence 2 '.
llevan las c_orrie11tes que agitan a los pueblos modernos y, en con- Tenie1"'!do bien presente esto, imagínese el lector la gravedad
secuencia, cómo ha de resultar el Inundo del mañana, llámesele que envuelve el que esta Regla de Conducta que erige Maritain
cristia11dad? civilización, cultura, _democracia, ciudad fraten1al, na- para los cristianos, en su actividad temporal -¿y qué hay en la
da reprensible podríamos señalar en ello, desde el punto de vista vida de los. hombres que no sea temporal?- se aparte de la Regla
de la doctrina católica, en que nos colocamos. Maritain podría de Conducta propuesta por el Magisterio de la Iglesia para regular
estar acertado o equivocado, pero ejercería un legítimo derecho. las acciones de los cristianos. Veamos entonces primeramente cuál
Pero consta, con toda certeza. que no es esta su actitUd. Expresa- es la Regla de Conducta que ha de finalizar las acciones de los
mente lo afirma el mismo Maritain cuando presenta su ideal hiso cristianos.
tórico concreto como "11n objetivo· apto a _ser querido (Maritain
subraya) plena e íntegramente, y a arrastrar eficazmente hacia sí,
a finalizar eficazmente las energías humanas, que tenderán hacia Concepto de civilización
él, de una manera tanto más viva, cuanto la voluntad se lo pro-
pondrá en su integridad" 23. Ci,ilización viene de civitas, ciudad, porque la ciudad ofrece
Maritain asume, conscientemente, el papel de creador de una condiciones de perfeccionam_iento que, de suyo, no puede encon-
nueva cristiandad. Por esto, después de haber indicado el carácter trar el hombre en la soledad. Precisamente en la ciudad se aunan
normatit'o del ideal histórico concreto, sefi_ala que corresponde al los esfuerzos de cuantos en ella se han albergado con el propósito
filósofo y al hombre de acción fijar, "cuál debe ser para el cristia- de acrecentar los valores humanos de vida. La ciudad es efecto
no, siendo un hecho· la edad en que entramos, este ideal histórico y causa de perfeccio11amiento. Efecto porque surge de la C?~ún con-
currencia de los que han alcanzado y buscan la perfecc10n; causa
concreto, esta imagen dinámica del futuro" 24 ; pretende, en conse-
cue11cia, elaborar "una política, una economía, una sociología ...
25 !bid.
23 Du régime, pág. 131. 26 !bid.
24 !bid. 27 Lettre sur l'lndependence, deux. éd., pág. 65.

66 67
porque tiende a proporcionarla a los muchos que en su busca las de la asimilación y crecimiento, que le son comunes con las
acuden a ella.
plantas; las hay asimismo sensitivas como !as qu~ :err:os en los
Hay quienes juzgan sinónimos los vocablos civilización y animales y las hay, por fin, que le son propias y distin\lvas, como
cultura. Pero, aunque grandes sean las conexiones que entre ellos las de entender y querer. No obstante la complejidad de estas
existen, no pueden considerarseidénticos. Cultura de colere culti- actividades y tendencias el hombre es una perfectísilna unidad.
var, pareciera indicar la actividad del hombre a~licada a la hu- Uno es, con unidad de naturaleza, aunque sea ella compuesta
m~na natural_eza pa~a que ésta rinda los frutos de que es capaz. de dos principios tan incompatibles como el cuerpo y el alma; uno,
asi. como se dice cultivo de la tierra, al esfuerzo del hombre a ella con unidad de persona, porque todos sus actos son atribmdos a un
aplicado. La ci.Ütura connota preferentemente el perfeccionamiento mismo "yo" que persevera, idéntico a sí mis~o, a trav~s de .l~s
de_ la personalidad humana, mientras la civilización contempla cambiantes variaciones de la vida; uno, con umdad de onentac1on
primeramente el de la sociedad. Diríamos entonces que el hombre y de destino, porque todo cuanto hace se encamina hacia :ina
busca su cultura en la_ civilización, para significar' que la cultura única y suprema meta, que es la búsqueda de la Verdad y .del Bien.
surge como una conqmsta del esfuerzo libre y personal del hom- Pero la complejísima unidad de esta substancia espmtual que
bre, lograda con la ayuda de la civilización, que ha puesto a su es el hombre, un horizonte en que confinan las criaturas espiritua-
alcance los medios para alcanzarla. les y corporales, nos presenta la tremenda situación de un ser q_ue,
~o cierto es que el concepto de civilización ha de fijarse en no obstante estar destinado a una plenitud de Verdad y de Bien,
func10n del hombre. Medir su valor tan sólo en atención al grado · se encuentra en la mayor indigencia. Está hecho, sí, para toda
de. aprovechannei;~o de las energías naturales, como nuestro Sar- Verdad y Bien y hacia ella tiende con toda la fuerza de su ser,
rmento que mote10 de barbarie todo cuanto a esto no condujera. pero viene al mundo en total privación de toda Verdad y de todo
importa una grosera aberración. Si la civilización sólo tiene Iuga; Bien. En una ardua y progresiva conquista ha de ir adquiriendo
en"?'~ humanos, s: es fruto -de sus esfuerzos y se endereza a su perfecciones puramente materiales primero, para por medio de
f;hcidad, nada mas elemental que tratar de fijar su naturaleza v éstas alcanzar las de su vida afectiva ¡f sensitiva, y también luego~
!mutes de acuerdo a las _leyes que regulan el perfeccionamiento d~l ·a través de éstas las de la vida intelectiva y culminar finalmente,
hombre. Para saber cual haya de ser la civilización habremos de ya en la edad p~ecta de su ser, en la plena contemplación de la
~t~~lec<:: previamente cómo es el hombre, y qué' busca en la Verdad.
ciVllizac10n. No precisamente qué busca de hecho muchas veces Si el hombre en total indigencia de toda perfección y con un
srno qué bu~ca, en_ atención 1a las exige.n;z~as mismds de su ser. D~ anhelo irresistible de ella busca en la civilización los medios que se
h.ec~o; podra desVIarse, pero si aún entonces, en las mismas des- la provean, debe ésta reunir en sí -concretada en instituciones~
Vlanones, descubrimos tentativas frustradas de un anhelo profundo leyes y costumbres- aquella complejísima riqueza de bienes que
e.irrefrenable que le mueve en la busca de su propio bien, de aquel el hombre apetece, ordenados en aruella unidad jerárquica según
bien que, logrado, pueda darle la paz y la felicidad, será que este la cual los apetece. De aquí, que sea tan importante señalar no
bien constituye la meta y regla de su felicidád ¿Cuál es pues sólo la necesidad de estos bienes, sin omitir ninguno, sino también
ese bien supremo que busca el hombre en la civilización, 'que ¡~ la proporción y medida en que ~eben ser suministrados.
busca cuand,o .s~ acerca a cada nno y a todas los bienes particulares?
Un anahs1s elemental, pero certero nos descubre inmediata-·
mente c¡.ne el hombr;e. en n:iedio de la diversísima complejidad de La escala de los valores civilizadores
tendencias a que esta son;eudo, guarda una rigurosa unidad jerár- según Santo Tomás
qmca. Hay en él operac10nes físico-quimicas que le son comunes Santo Tomás ha establecido en la Suma contra Gentiles, con
con ~~dos los otros cuerµos qu~ vemos en la naturaleza; las hay una lunrinosa precisión la regla que mide el perfeccionamiento del
tamb1en operac10nes Vltales de mdole puramente vegetativa, como hombre. Después de explicar con copiosas y decisivas razones que

68 69
la humana felicidad no comiste en los deleites del cuerpo, m en esfuerzos y apetencias de su naturaleza espiritual, que no puede
los honores, o en la gloria humana, ni en las riquezas o en el saciar sino alli sus ansias de plenitud de Verdad. Mientras no
poder, en la sal;id, _hermosura y vigor del cuerpo, ni en los deleites llegue a alcanzarla, ha de sentirse necesariamente falto e insatis-
sensibles y rn siqmera en_la práctica de las virtudes morales o en fecho y sin verdadera felicidad.
la prudencia o e11 la producción de obras artísticas o útiles termll1a Podría quizás objetarse que esta felicidad aquí propuesta por
diciendo que "la suprema felicidad del hombre finca e~ la con- Santo Tomás no puede lograrla perfectamente ningún hombre en
templación de la verdad". Y añade estos párrafos que valen por la vida presente; pero aunque así sea,- sieinpre será verdad que
todo un tratado de civilización. ªA ésta pues, (la oontemplación aquella imperfecta felicidad, de que es capaz en la vida presente
de la verdad), parecen ordenarse como a su fin todas las operacio- no podrá ser tal sino en la medida en que esté condicionada por
':es hum:znas. Porque a la contemplación perfecta se requiere la aquella regla de auténtica perfección. Porque si en la vida presente
u;columzdad del cuerpo, a la cual están ordenadas todas las produc- no puede haber plenitud de felicidad es precisamep.te porque no
czones_ del hombre necesarias para su vida. Se requiere también puede el hombre cmnplir perfectamente en ella las condiciones de
el soszego de las perturbaciones de las pasiones el cual se obtiene su adqui.sición, pero nunca porque una sea la regla de la fel1c1dad
por medio. de las virtudes morales y de la prudencia y el sosiego en este mundo y otra, muy diversa, en el otro.
di; las paszones exteriores, al cual se ordena todo el régimen de la Si ello es así, si la misma regla es valedera para la felicidad
vzda. czvzl~ de tal suerte que si se consideran rectamente todos los del hombre en esta y en la otra vida, se sigue que en todas sus
humanos oficios parecen estar al servici'o de !.os que c~ntemplan acciones, aun en aquellas, que por su naturaleza~ pueden aparecer
la verdad" 2s. más alejadas, debe guiarse el hombre únicamente por ella. Esta
Y como inmediatamente surge al espíritu, a qué verdad con- regla constituye con toda verdad un ordenamiento total del hom-
templada se refiere aquí el Doctor Angélico, se adelanta él mismo bre, y lleva · por lo mismo implícita una concepción completa de'
a manifestárnoslo, diciendo: "No es, empero, posible que la última su vida.
felicidad del hombre consista en la contemplación que tiene lugar La vida total del hombre ha de descansar como en primera y
en la inteligencia de los principios, la cual como smnamente uni- funé'amental verdad -verdad no purame11te teórica sino práctica)
v:rs.al, es imperfectísima y no contiene sino, en potencia, el cono- para ser vivida- en Dios, poseído en la divina contemplación.
c1m1ento de las cósas, y la cual no es término sino inicio del Hacia allí deben ordenarse totalmente todas las actividades, sean
estudio hmnano, derivada en nosotros de la naturaleza y no del económicas, políticas, culturales o artísticas. Dios es la meta nece-
e_studio; tampoco puede ella consistir en la contemplación que saria del hombre. La norma suprema y única que regula todas
hene lugar en las ciencias, que versan sobre las cosas inferiores, las acciones de su vida. Y advierta el lector que estamos ha blando
cuando es menester que la felicidad estribe en la operación del en una consideración puramente natural, esto es, atendiendo ú11ica-
entendmuento con respecto a los más nobles inteligibles. No queda mente a los constitutivos naturales del hombre que le corresponden
szno entonces que en la contempúzción de la sabiduría que versa en virtud de las exigencias de su pura naturaleza; esta contem-
sobre las cosas divinas consista la suprema felicidad del hombre''"· plación de Dios, a la que nos estarnos refiriendo, no es la vi~ión
En esta doctrina, tan límpidamente expuesta por el Doctor intuitiva de los bienaventurados que gozan actualmente en el cielo,
Angélico, hay un levantamiento de todas las actividades del hom- pero es una verdadera contemplación, posesión y fruición de Dios.
bre, las que son orientadas hacia la ocupación más elevada, de la Adviértase también que rechazar a Dins como suprema y total
que éste es capaz, es a saber, a la contemplación de la Primera regla de la vida del hombre implica necesariamente colocar en su
Verdad. A esta divina ocupación está llamado el hombre por los lugar otra suprema regla de Vida que será o el trabajo, o el placer.
o el dinero o el poder, es decir una criatura. Sin regla suprema y
28 \Ter los capítulos 25. al 63 del Ebro 1II. total no puede desenvolverse la vida del hombre que es primordial-
29 III, c. 37.
mente una unidad. La alternativa es irrefragable: o el hombre

70 71
sirve a Dios, sometiéndole toda su vida, o sirve a las cosas que no como las matemáticas, las ciencias físicas; detrás de éstas han de
son Dios. Toda otra solución que quiera excogitarse, todo intento ven.ir- los que llevan a la práctica esta verdad, ya en sus propias
de transacción, de acomodan1iento, no puede sostenerse; porque en vidas, ya en la. colectividad. social: verdad realizada que constituye
la medida, en que no se someta a Dios; se aparta de El y, en con- el dominio de ]a uirtud y por ende, del político; y detrás ha de
secuencia, de su felicidad. PGr otra parte, implica establecer una venir el dominio de Jo económico, esto es de los requisitos materia-
quiebra, una escisión en el hombre que es una nnidad, el colocar les de la existencia sujeta a las condiciones de nzcesidad.
en él, dos últimas reglas de vida, dGs caminos de progreso, Dios en La naturaleza de estos dominios. tanto en su condición in_terna
unas cosas, las criaturas en otras. cuanto en función del hombre; det~rrnina una ordenación jerár-
Dios constituye entonces el principio del perfeccionamiento quica ineludible. Lo económico o dominio de la necesidad debe
esencial del hombre. El hombre no se perfecciona, no adquiere someterse a las regtllaciones de la virtud y la virtud, a su vez, a
acrecentamientos de su ser, en la misma línea hmnana, sino cuando las exigencias de la verdad. La jerarquía - Verdad - virtud
progresa en ese camino de la posesión de DiGs. Podrá sí adquirir - necesidades - corresponde a la de - sabio - político - eco-
perfecciones accidentales, cuando se- aparta de Dios; y así, puede nónllco ~ y una y otra se fundan en las exigencias mismas del
el hombre, fuera de El, progresar en las técnicas, y en las ciencias ser. La necesidad no puede lograr categoría humana, sino recibe
humanas, pero entonces, e11 la pura línea humana no habrá nin- la regulación de la virt11d y ésta no puede constituirse en carácter
gún progreso. . . antes bien, sucederá que esos perfeccionamientos de tal sino surge como una ordenación de la ra?:Ón~ y la .razón
accider¡.tales, no ordenados a la perfección esencial del hombre le carece de fundamento sólido sino es afirmada por. la Verdad sub-
han de disponer pata acelerar un proceso de apartamiento de Dios sistente.
y por lo mismo de regresión. Y sucederá entonces que infatuado Tal la conformación del hombre que no puede perfeccionarse
el hombre con su progreso parcial y accesorio irá cayendo, cada en su estructura física sino por la incorporación de bienes_ mate-
vez más profundamente, en el abismo de la abyección. Aquellas riales, sujetos a las necesidades, ni en su estructura moral si110
perfecciones técnicas, por ejemplo, legitimas en sí y que ordenadas por el curnplimientq de la le:y, ni en su estructura espiritual sino
corno dispositivos para un mejoramiento del bienestar material del por una total adecuación a Dios; tal su conformación que de. todas
hombre, podrian asegurar un mejoramiento moral de la colectividad laS cosas necesita para su perfeccionamiento y que estas nrismas
humana, y una ascensión, por tanto, más rápida y fácil de un ma- cosas le empujan irresistiblemente a buscar en Dios la plenitud
yor número en el conbcir.n.iento de Dios, constituidas en cambio de su perfección; tal su conformación que ~oda en él conspira para
como teniendo valor en sí y para sí~ como un fin último, ·no podrán que pueda cumplir la operación más alta de su ser que es la de
sino trastocar toda la vida del hombre, haciéndola marchar en entender en el acto más al to de esta misma operación que es la
sentido inverso al de su verdadero perfeccionamiento. De aquí que de entender a Dios, el más alto y soberano inteligible; tal su con-
sea tan fundamental atender a esta regla suprema de perfección formación, que .encierra un misteric ontológico porque su felicidad
humana que fija la escala de los verdaderos valores de civilización. está hecha necesariamente a medida de Dios y no del hombre;
Este principio regulador establece una jerarquía en todas las esto es, que la posesión de Dios únicamente puede colmar las
actividades humanas cuyo valor habrá de medirse por el grado de apetencias innatas de su inteligencia hecha para la Verdad y de
acercamiento o de preparación que con él tengan. Porque si el fin su voluntad hecha para el Bien.
supremo del hombre lo constituye la contemplación de Dios, se
sigue que la función más alta de la vida humana ha de correspon- Las tres fitncioneS de valores de itna ciuilización
der al sabio que está sumergido en esta divina ocupación.
Y detrás del sabio completo, todos los que de él participan Una civilización que merezca el nombre de tal se constituye
que son aquellos que contemplan la verdad en sus grados más por la subordinación jerárquica de los tres valores mencionados.
imperfectos, propios de la Filosofía y de las ciencias particulares El sabio que considera la verdad; el político -rey o gobierno,

72 73
cualesquiera sean los regímenes de su~ro secundarios y accesorios- de la unidad en el conjunto social, pronto se constituirá otro prin-
que se propone imponer la virtud; el económico (comerciante, cipio de unidad, que será el Poder o el Dinero, el Placer o el
artesa.no, agricultor) . que .cuida del bienestar del cuerpo. La sa- Trabajo. Pero esa sociedad descentrada de su verdadero fin que-
b1duna para la mteligencia, la virtud para la voluntad, la salud dará a merced de rebeliones profundas que acabarán por fragmen-
para el cuerpo. La libertad donde se mueve el saber· la fuerza tarla y disolverla en un proceso sin fin de anarquía y t:irania.
que _a;-_uda a fa virtud; la servidumbre o necesidad g.ue rige la En este proceso de desintegración ·una norma de convivencia
prov1s10n de bienes corporales. La cultura que perfecciona el social -la contemplación de la divina Verdad- será substituida
espíritu; la política que gobierna el alma; la economía que satis- por otra esencialmente diversa --el Poder, el Dinero, el Trabajo--
face las necesidades materiales. Y los tres símbolos que encierran y la sociedad,- si se quiere la civilización, eh un empleo menos
todo lo humano, esto es, el Saber, el Poder, y la Riqueza. riguroso del término, podría decirse abusivo, cambiará esencial-
, Si ~l hombre busca e,n }a vida civilizada su perfección, y si 1 mente en la medida en que deja de ajustarse a las condiciones
esta e11c1erra valores econom1cos, virtuosos y contemplativos, estos esenciales de su propio -ser: la nueva civilización será necesaria-
tres bienes ordenados progresivamente, han de hallarse en la mente perversa. Podríamos también señalar aq·uí que una socie-
auténtica civilización. dad puesta bajo el signo del Dinero, como la mercantil de Ingla-
De acuerdo a esta escala de valores aparece claro que el terra-Estados Unidos, o bajo el signo del Trabajo como la comunista
h.ombre no se libera sino cua11do provisto de los recursos mate- de Rusia, será necesariamente átea, -porque aún cua·ndo el comer-
riales :y sosegado en su interior y exterior, entra en la contempla- ciante y el trabajador puedan creer en Dios, creerán en El no en
ción de la Verdad. La cultura, el humanismo que no merece el !cuanto comerciante ni en cuanto trabajador sino porque son hom-
nombre de tal si no cuhn:ina en la posesión del Soberano Bien, está bres, esto es ·porque son mucho más que comerciante y trabajador.
por encima de la política, la presupone necesariamente y la dirige Luego una sociedad que erige como valor supremo de vida el Dine-.
corno la contemplación dirige y gobierna la acción. La política ro o el Trabajo, es necesariamente atea, en cuanto ciudad.
~or su parte presupone la economía y también la dirige como la Si el hombre pues hubiera sido creado en el estado que llaman
ebca regula las fuerzas mecánicas e :instintivas del hombre. los teólogos de pura naturaleza, la civilización reuniría en sí,
En esta subordinación jerárquica estriba la salud de estos jerárquicamente subordinados, bienes del cuerpo, bienes políticos
valores y de toda civilización. Si la Cultura rompe el lazo que la y bienes culturales y religiosos. El poder político, aunque estaria
une con Dios, Primera Verdad, se cOnstitu}"e en fin en sí, y se en la cúspide de todos los valores humanos, como expresión de ·
TJ!<Jfgna, llevando la rebelión y la anarquía al dominio del Saber. la comunidad humana, y como culminación de todas las institu-
Sin el Primer Inteligible todo entender se trueca :ininteligible. La ciones y sociedades llamadas a procurar los bienes del cuerpo, del
civilización queda entonces entregada a la pura fuerza del Poder. alma· y del espíritu, estaría subordinado a las leyes de la razón, y,
El poder político pierde su razón de instrumentalidad y se con- sobre todo, a Dios Primera Verdad y Primer Bien, cuyos derechos
vierte en fin en sí. Y como erigido en valor absoluto, el poder constitu:irian el fundamento de todos los otros derechos y obliga-
polít.Ico, cuya esencia es servir, no puede mantenerse, es necesa- ciones. Todo arrancaría de Dios y todo conduciría a Dios porque
riamente suplantado por las 'fuerzas :inferiores de lo económico la civilización, destinada a perfeccionar al hombre no haría sino
y la sociedad, presa del materialismo, camina hacia la desinte- inducirle a ponerse en conexión con la fuente misma de toda Ver-
gración. dad y de todo Bien.
Es condición necesaria para que una civilización pueda man- En esa Sociedad reinaría, por encima de todos, el Filósofo
tenerse en su propio ser que, a través de todas sus relaciones y -no el pseudo-filósofo y mucho menos el periodista- quien ya
estructuras vitales, una fuerza de unidad unifique en la contem- perfeccionado y liberado comunicaría especialmente al Político, al
plación de la Verdad toda la diversís:ima complejidad de operacio- Prudente, las conclusiones prácticas, operables, de su contemplación
nes y funciones humanas. Si la Verdad no logra mantener el centro para que éste, a su vez, con la disciplina de las leyes, levantara a

74 75
la multitud popular, en la medida de lo posible, a la participación Estado de enfermedad del
de la vida contemplativa del filósofo. · hombre actual
Pero el hombre, en la condición actual en que ha sido creado
no puede por las solas fuerzas de su naturaleza realizar este estado Santo Tomás expone claramente cuáles son las heridas a~ier­
de perfección exigido por una civilización humana. El hombre no tas en los flancos del hombre existencial y concreto, tal como viene
puede ser verdaderamente hombre dejado al arbitrio de su sola a este mundo. ,
volu':'tad. _Y si es verdad que Dios podría haberle asegurado el "Por la justicia original --<lice Santo Tomas- la razón _con-
func10nam1ento de su condióón humana por una concesión gra- tenia perfectamente las fuerzas infenores del alma; Y la _nns_n;a
t~11ta de dones extraordinanos, puramente naturales, también es razón, sujeta a Dios, era por El perfeccionada. Pero la iushoa
cierto que no le concedió tales dones sino elevándolo a una condi- original se perdió por el pecado del pnmer Padre, como ya se
ción _infinitamente superior en que fue constituido participante de dijo (q. LXXXl, a. 2.). Y por esto todas las foerzas del alma per-
la nnsn:": nati:raleza divina. El estado en que fue creado, llamado manecen en cierto modo destitmdas del pro_p10 -~rden, que natu_rdal-
de ¡ustzcza orzgznal le garanhzaba la plena integridad humana y mente las conforma a la virtud; y esta deshtuc10n se llama hen as
la elevación divina. de Ja naturaleza. Son cuatro las potencias del alma_ donde pueden
En esti: estado podía el hómbre, en virtud de auxilios gratuitos residir como en sujetos las virtudes, como se dice amba ( q. r....xxrv);
que perfecc10naban su naturaleza cumplir fácil y plenamente con' es a saber la razón donde reside la prudencia; _la voluntad en que
su fm natural que es la contemplación humana de la Divina Ver- se asienta la justicia; el irascible donde radica la fortaleza; el
dad, Y podia también en virtud de dones estrictamente sobrenatu- concupiscible donde se sujeta la templanza;. la razón desht~da de
rales entrar en la misma sociedad Divina y tener acceso a la su propio orden a la verdad, queda henda de_ rgnorai:cra;. la
contemplación divina de la Divina Verdad. voluntad sin orden al bien, queda herida de_ malicia; el rrasc1ble
La justicia original era un don gratuito, elevante acordado por sin orden a lo arduo queda herida de la debilidad; y la concup_is-
Dios como "un accidente de la naturaleza específica que, ·si bien cencia destituida del orden a lo deleitable moderado por la razon,
no era causad~ por los principios de la especie estaba a ella unido queda herida de Ja concupiscencia. Así pues son estas las cuatro
gratuitamente 30 . Don que debía propagarse en el acto de la heridas infligidas a toda la humana naturaleza a consecuencia .del
generación a todos los descendientes del Primer hombre junta- pecado del Primer Padre" 31 . .
mente con la comunicación de la especie humana; pero al perderlo En consecuencia el hombre, abandonado a sus prop1_as fuerza:,
32
Adán con su prevaricación, comunicó a sus descendientes una tiende a declinar hacia el error y hacia el mal : La rmpotencra
naturaleza destituida de la justicia original en que fue creada moral del hombre para conocer en forrna conven1en~e y~ completa
Y par tanto una naturaleza caída y afectada de culpa, en cuanto las verdades que le ordenan aún con resi:ecto a _sll: fm natural fue
pnvada de un don que por institución divina le corresponde. puesta de relieve por los primeros apologistas cnshanos como Ter-
J:?esde ~nton~es el hombre nace sin la elevación sobrenatural y tuliano, Lactancia y Justino contra los paga:ros, a qmenes ,Yª
sm la mtegndad humana. No es divino ni plenamente humano. achacaba San Pablo que "se jactaban de ser sab10s nnentras habran
'El hombre nace enfermo y herido en su naturaleza. entontecido". -
Por esto el concilio Vaticano ha definido expresamente que
se ha de atribuir a lá divina revelación el que los hombres puedan
conocer fácilmente y con firme certeza sin mezcla de error, aí1n
aquellas verdades que de suyo no son inaccesibles a la humana

31 I. II. 85 .. 3.
ao_ L II. 81. 2. \ 32 Rom., I, 22..

76 77
cuerpo de muerte? Solamente la gracia de Dios por Jesucristo
razón y que so~I i:-ecesa:cias para el ordenamiento del hombre tanto
resp~cto a su ultrmo fin como a la coni.-rivencia humana con los Señ.or Nuestro.
De donde sin los auxilios de la gracia, todo hombre -judío
demas hombres. y pagano- se convierte e11 necio, incrédulo, extravia_d?,. esclavo
Pero si la inrpotencia del hombre es grande· en lo que se refie- de sus malos deseos y pasiones bajas, llenos de malicia35 y de
re, a s~ mtel1genc1a mayor. es, resp~cto a su voluntad, por aquello envidia, aborrecibles y_ aborreciéndose los unos a los otros . Por
q';'e expresaba el Poeta: Video melwro proboque deteriora sequor. esto los Padres del Concilio de Mileto def=eron contra los pelagia-
No hay duda - y es esta Yerdad de fe contra Lutero, Calvino y nos que sin la gracia no se pueden cumplir los dívinos mandatos.
los Jansemstas- que la naturaleza después del pecado no ha que- Y célebre es la Carta dirirrida a este Concilio de Mileto por el Papa
dado totalmente corrompida y no ha perdido el poder para cumplir Inocencio I donde escrib~: "Al negar los pelagianos el auxilio _de
muchas obras buenas; pero de tal suerte ha quedado debilitada Dios dicen que el hombre se basta a. sí mismo y que no_ ne~esita
que no puede cumplir "totum bonum sibi connatural,!', todo el de la gracia; pero, privado de. la gracia Y. al pretender con. solo la
b1e11 que le es connatural, sin que desfallezca muchas Yeces. "Como libertad cumplir los mandanuentos de vida, debe necesariamente
un enfern;o -en:eI?-a Santo Tomás 33- que por sí mis1no puede sucumbir en las redes del diablo. ¡Oh doctrma perversa de mentes
tener al~x: moVllTilento, pero no puede moverse perfectamente, nerversas ! Cuando sabido es que la libertad de tal suerte engañó
con mo.v~rm~nto de hombre-sano, si IIO es sanado con auxilio de ;,1 primer hombre que, al aflojar i";dulgente;mente sus frenos, cayó
la medicma . , Esta verdad de la teología católica no dudan en por la presunción en la prevancac10n.Y de esta no.pi.;do ser sacado
c~ns1derarla aun como dogma de fe autorizados teólorros. como
si, por la providencia de la regenerac1on,. el adve~ei:ito de ,~esu­
B1llo!; porqu~ su negación constituía la substancia mi;m~ de la cristo no hubiera reformado el estado de la antigua libertad .
here:i1a pelagia11a. E.YL otras palabras el hombre no puede en el estado en que·
San Pablo, cuya palabra es auténticamente divina y a la cual actualmente nace cumplir la ley natural. Para que pudiera cum-
se debe, e11 consecuencia, asentimiento de fe, establece esta verdad plirla con solas sus fuerzas debería afirmarse en el amor del fm
en su, famosa Cart~ a los romanos 34 . Allí enumera primeramente al cual le ordena la ley natural o ciertamente en el .amor del
los .cnmenes abomma.bles de los paganos para redargüir luego a los premio o en el temor de la pena con los cuales aquel fin es san-
Ju:J.íos que, co_nstl~uyendose en jueces de los paganos, cometían las cionado. Porque no hay otra manera de vencer l.as dificultades
nusn1as abom1nac1ones que condenaba11. Aduciendo lueao la caus~ y molestias que se oponen al fii; que el ~mor del fm mismo o de
de esta universal corrupción, trae la prevaricación de Adán. por la los bienes que trae la convers10n h~ci~ el o de los que pnva su
c';'al entró _y ~ujetó ª. s;1 imperio a todos los hombres. J\1uestra apartamiento. Es así que en la condic10n de nusena de la natura-
como se afmco y radico el reino del pecado, después de la caída leza caída lIO puede el hombre por sol_as sus fuerzas le~'an-i;ar. sµ
que JJ.i siqmera la ley dada a los judíos ha servido de auxilio ánimo hasta colocarlo y establecerlo eficazmente en. el fm ultimo
suf1~1ente contra su· tifa11ía per11iciosa, sino más bie11 de causa de la ley divina y en los bienes conexos con la vid.a futura. Pero
ocas10nal. de mayor delito. Describe por último la lucha del hom- aún más; ni siquiera puede afectarse e_n forma eficaz por el fm
bre mtenor, viendo lo mejor y aprobándolo, pero siguiendo lo intermedío que es la honestidad de la vida presente, de suerte que
peor, porque_ aunque reconoce y acepta la ley sigue detrás de la el an1or de tal honestidad prevalezca en é~ co1;1stantemente, porque
c?ncup1scenc1a de la carne en contra del juicio de la n1ente. Por lo impide la fuerte influencia que sobre el eierce el atractivo del
Íln., saca como conclusión de todo esto. que no hay otro medio de bien deleitable o útil que se le presenta frewentemente, a cau_sa
escapar de esta miserable esclavitud sino la gracia del Redentor de los apremia11tcs movimientos de la concup1sce11c1a, la~ te11~ac10-
¡Oh, que hombre tan infeliz soy! ¿Quién me libertará de est~ nes del diablo, los escándalos, el favor mundano concedido cierta-

,,, l. JI 109 2.
34 Y'1I,. 24. . 35 Tito, III, 3.

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:mente. a aquell?s que viven según el mundo y rehusado a los que para alcanzar la Verdad y el Bien: es la Igle_sia Católica. _L~s
no qmeren ~, el acomodarse. Si por tanto, la afición firme del Evangelios y los Hechos de los Apóstoles que tienen valor histo-
fm Y la sanc10n de la ley es condición necesaria para poder obser- rico perfecto, pudiendo desafiar la crítica más exigente, nos de-
var los, preceptos, hay que concluir que el hombre en la actual muestran cómo Jesucristo, fundó una sociedad religiosa, cuya pre-
condic1on es enterame_nte incapaz para cumplirlos íntegramente paración había iniciado Juan el Bautista, en la orilla del Jordán,
:ya que los pre:eptos que miran imnecliatamente a Dios, remune- cuando clamaba: "Haced penitencia porque se acerca el remo de
rador de la vida futura, no pueden aficionarle suficientemente Dios"; y el mismo Jesús, encarcelado Juan, s~ re~ró de Gali~ea . ...
m1en~~as, por el contrario el adulterio, la fornicación la rapiña y desde entonces comenzó a predicar y a decir: haced pemtencrn
los od~~s,_ y los falsos testimonios le dominan en form~ gra·vísim~ porque está cerca el rei110 de los cielos" 38 ; este reino que preparó
que d1frc1lmente podrá vencer"·
y dispuso antes de su pasión reuniendo a l_os a_¡;óstoles y discípulos,
La civilización ento:ices, que no es sino la perfección del dándoles misión y estableciendo su organ1zac1on, lo conbnuo des-
hom~re en el plano soczal de su existencia mientras realiza su pués de su pasión cuando confirmó a Pedro el primado y cuando
esta_dia en la Vlda presente, aunque de suyo se desenvuelva aquí ordenó a todo el Colegio Apostólico: "Id y predicad a todas las
aba10, no puede consegmrse sin auxilios supranaturales. El hom- gentes. . . enseñándoles a guardar tod~s las cosas que yo os he
bre no pued~. cumplir la convivencia sin odios·, si antes, luces ·v mandado y estad ciertos que yo estare con vosotros hasta el fm
fuerzas medic1i;-ales no le son acordadas para curar su estado d-;, de los siglos'' 39 .
enfermedad.. P10 XII no hacía sino recordar esta verdad cüando Esta sociedad, así fundada, con su doctrina, su organización,
e". mayo de 1945 escribía: "Pero primero es necesario pedir a sus autoridades, con la promesa de asistencia y de indefectibilidad,
D10s que las mentes y los corazones de los hombres· se iluminen comenzó a funcionar bajo el gobierno de Pedro y los Apóstoles,
Y reni;e:cen a la luz de las enseñanzas de la_ doctrina cristiana, que como sociedad distinta de la sinagoga en "Jerusalem, y toda la
es la umca de donde puede vemr la salvac10n individual y pública. Judea, y Samaría hasta el último confín de la tierra" 40 : como
para. que esta desvastadora guerra de pueblos y continentes pued~ sociedad religiosa, ·visible cual ciudad colocada sobre l.Ul monte
termmar y para_ que los _ciudadanos de todas las clases, reunidos que no puede ocultarse y que es avistada por _cuantos vienen del
por lazos de ª".'1stad conuencen la reconstrucción del edificio hu- Austro y del Aquilón del Oriente y del Occidente, porque ella
mdano _sobre la mmensa pila de ruinas, a la sombra de la bandera es para todos medio necesario de <:alud. Así lo han def0ido los
e la )Ustlcia y de la caridad".
Concilios, el V de Letrán, que dice extra illani nullus omnzno sal-
vetur fuera de ella ninguno se puede salvar, y el Florentino, que
La Iglesia, el gran medio de salu.d dice ~ue "no sólo los paganos, pero ni los judíos o herejes y- cis-
máticos pueden ser partícipes de la vida eterna''. La razón es
Si ~ este estado d,e enfermedad en que viene el hombre Dios clara y fue dada en forma definitiva por los Apóstoles, Pedro y
ha quendo, poner. algun remedio, y cuál sea éste, no podríamos Juan, cuando después de haber curado al cojo que pedia limosna
conocerlo SI El nusmo no hubiera querido revelarlo "D · eri la puerta del templo, dijeron a las gentes: "Declaramos a todos
otr ti h bl , . . · zos que en
o empo_ a o a nuestros padres en diferentes ocasiones de vosotros y a todo el pueblo de Israel que la curación se ha hecho
muchas rru¡neras por los profetas, :nos ha hablado últimamenfe en en nombre de Nuestro Señor Jesucristo Nazareno, a quien vosotros
nw;stros dz.as, por medzo de su Hzjo, a q.uien constituyó heredero crucificásteis y Dios ha resucitado. En virtud de tal nombre se
unzversal de !ºdas las cx:sas, por quien creó también los siglos" a1. presenta sano ese hombre a nuestros ojos. Este Jesús es aquella
Ahora bien, J esucnsto nos dejó un _medio universal de salud
38 Mt., II, 13-17.
3~ Billot, De gratia, pág. 61.
31
- San Pablo, Hebreos, I. 1. 39 Mt., XXVIIL 18.
40 Hechos, I, S.

80 81
piedra que vosotros desechásteis al edificar, la cual ha venido a ser p·uede ser .visible, no admite orga~~ación. _Pero .elementos vi~ibles,
la principal piedra del ángulo. Fuera de El no hay que buscar la y aún corruptibles, pueden ser utilizados por D10s como vehículos
salvación en ningún otro. Pues no se ha dado a los hombres otro de lo sobrenatural. En esto consiste el nusteno menarrable de la
Nombre debajo del cielo, por lo cual debamos salvarnos". Por esto Iglesia. Su vida -la propiamente tal- consiste en la unión efec-
los antiguos Padres han comparado la Iglesia al Arca de Noé. tiva con lo más íntimo de Dios. De allí viene la Iglesia -del seno
"Cualquiera ---dice San Cipriano-- separado de esta Iglesia se de Dios- y allí conduce. De allí viene su doctrina, su gracia, su
junta ccn una adúltera, también se separa de las Promesas hechas gobierno para bajar hasta el mundo terreno en que viven los
a esta Iglesia. Extranjero es, profano es, enemigo es. Así como hombres, no para quedarse en él sino ·para conducirlos hasta la
ninguno de los que estuvieron fuera del Arca pudo escapar, así vida eterna de donde ella procede. Los hombres entonces, la
tampoco podrán escapar los que estuvieren fuera de la Iglesia". doctrina, los sacramentos, la jerarquía y el gobierno eclesiástico,
Ni indi,iduos, ni pueblos, ni la misma Humanidad, pueden lwrar que han surgido pqr la recepción de dones sobrenaturales? son ele-
su salud sino en la Iglesia. Ella es lo supremo de cuanto exist~ en mentos visibles que participan de lo sobrenatural mvc1Slble. Por
la tierra. esto, Jo que mide Ja condición sobrenatural de la Igle:1a no es
La civilización entonces cuya razón de ser, como hemos visto propiamente la naturaleza de los elementos que puedan mte¡;rarla
la constituye el ser medio de perfeccionamiento del hombre, n¿ o servirla sino el fin de todo Jo que Ella es y hace. ¿Para que es la
puede cumplir con esta su misión sino se une a la Iglesia para Ialesia? Para conducir a los hombres a la vida eterna. Luego los
recibir de ella la ordenación al fin y los medios aptos que a él c~istianos, el gobierno eclesiástico y todo .cuanto de al~n modo
conducen. Y así como en el orden puramente natural todos los está vinculado a Ella -en cuanto tal- tienen como fm, al que
medios económicos y políticos se ordenaban a la órbita contempla- se ordenan, de suyo y directamente, la ."ida eterna. Todo esto,
tiva donde encontraba el hombre su salvación, al fijar Dios al aunque esté en la tierra y surja de la tierra, pertenece al orden
hombre un fin nuevo y más alto, una nueva y _más excelente sobrenatural, o sagrado o eclesiástico: T~i;oplos y !'rop1edades, ms-
órbita contemplativa, todo el orden de los medios políticos y eco- tituciones doctrina, sacramentos, legislac10n y gobierno de la Igle-
11ómicos que. tenían razón de medio respecto a aquel fin, quedan sia v los 'individuos que de ellos participan entran dentro de esta
consecuentemente variados, no por mutación intrínseca de natu- esfe~a sobrenatural o sagrada.
raleza, sino por mutación extrínseca de relaciones. El objeto de La civilización, en cimbio, no tie11e como fin propio y pecUliar
la política que es la felicidad temporal fundada en la paz pública conducir al hombre a la vida eterna; su fin es asegurarle una
y en el mantenimiento de la ¡usticia en los ciudadanos queda aho- próspera y feliz convivencia humana durante los días que dure
ra condicionada y dependiente no de la felicidad eterna natural esta peregrinación. Luego en ella entra propiamente todo lo que
sino de la felicidad eterna sobrenatural. de suyo y directamente son medios ¡:ara esta pr?speridad. El
Veamos entonces cómo se establecen las relacioneS de lo pro- salmista nüs describe 41 estos bienes: ... Cuyos hIJOS son corno
fano y de lo sacro en la nueva civilizo.ción. nuevos plantíos en la flor de su edad: cuyas hijas compuestas y
engalanadas por todos lados, como ídolos de un templo; atestadas
están sus despensas, y rebosando toda suerte_ de frutos; fecundas
Las dos iurisdicciones de lo profano y de lo sacro sus ovejas, salen a pacer en num_erosos. reb~nos; tienen gordas ~
lozanas sus vacas· no se ·ven portillos m rrunas en sus muros; m
. La Iglesia es una sociedad esencialmente religiosa, sagrada y se oyen gritos de' llanto en sus plazas. Feliz llamarán al pueblo
scb~e?-~tural: ¿qué se quiere significar con esto? ¿No hay incorn- que goza de estas cosas~'. Es claro que nada de esto se ordena por
pat1b1lidad .entre esos caracteres y el carácter visible y organizativo su naturaleza para la vida eterna; como tampoco a ella se ordenan
de la Iglesia? Es claro que lo sobrenatural dice siempre relación
a la naturaleza divina, a la Deidad misma, y que como tal no 41 Salmo 143, 12-15.

82 83
las técnicas y artes humanas, la economía y la política. ¿De qué en su propio orden. Y así como no puede el poder civil hacer
·sirven para la felicidad del cielo, tener hijos sanos, hijas hermo- suyas causas falladas por el poder eclesiástico, ta;n_roco. puede el
s1~s_, las_ des~ens~s l~enas, mucho gana_do, ningún quebranto, ningún poder eclesiástico, aún pleno del Romano Pont1f1ce, 1ntervemr
a1sturb10, n1 gnteno -en las plazas, sino sosiego, paz y abundancia directamente y en razón de lo temporal, en los asu:itos ternporal~s.
en las casas y en las ciudades? Por cierto que todos estos bienes no Y si alguno tiene, por ejemplo, un pleito en cuestlon_es de _propie-
se ordenan, de suyo ni directamente, a la felicidad de la vida dad en el cual el poder civil no le hace la correspondierüe _JUSbCI,a,
eterna; y cierto, certísimo, que sin ellos, y con hijos enfermos no puede recurrir al poder eclesiástico, que no nene 1unsdicc10n
e hijas feas, y escasez y penuria, y con guerra, peste y hambre, directa en lo temporal.
pueden llegar los hombres a la vida eterna.
La felicidad eterna tiene entonces otra serie de medios que La unidad del hombre y las dos ¡urisdicciones
l
.ªe suyo, a ella ~~nducen, como otra es la serie de los que de suyo'
llevan a la felicidad temporal o profana. ¿Cuál es entonces el Ha sido la Iglesia la que ha enseñado nitidamente la doble
cnterio para . distinguir una y otra serie de medios, uno y otro e irreductible jurisdicción en que se desenvuelve la V1da _del hom-
plano? No ciertamente, la naturaleza intrínseca de nnos y otros. bre. Por esto su reacción tan enérgica contra el paganismo que
Porque en el orden temporal entran elementos .de condición espi- erioia en Pontífice a los emperadores. Pero distinción no puede
ntual como la misma política y las ciencias puras y el ejercicio si~ificar independencia y separación como ~e. ?a eI:?pe~ado el
de las virtudes y la producción ele artes bellas, y en el orden sobre- liberalismo renovando en esto, como lo adVIrt10 Bomfacio VIII
n_atural hay elementos materiales como los templos y la sustenta- a propósit¿ de los primeros liberales, los legistas del siglo xrv, el
ción ele los ministros ele! culto. Luego sólo el fin a que por su error de los maniqueos. .
naturaleza, de suyo y directamente están ordenados es criterio La unidad de Dios, eiemplar de la unidad del hombre, exige
para, discernir el lugar que les corresponde. ' que haya una subordinación esencial de un orden al otro; .Y co:no
Lo importante es que quede afirmada la existencia de dos no puede admitirse la subordinación de lo supenor ·a lo mfenor,
clases, en cierto modo irreductibles, ele actividades en que se des- de la Iglesia a lo temporal, como pretenden los más absolutos y
envuelve la VIda del hombre, la una que llamamos civilización consecuentes liberales, no queda sino la subordinación de la JUns-
Y __ tennina aquí abajo, y la otra que llamamos Iglesia o reino de dicción civil a la eclesiástica.
D10s y que, comenzada aquí abajo, no tiene término. Rugo de La demostración es sencilla y está fundada en la unidad
San Víctor expresó esta doctrina en forma definitiva: "Dos son del hombre, que es un único todo y que tiene un único Y, último
las vidas, una terrena, la otra celeste; una corpórea, espiritual la fin, al cual debe ordenar todas· sus acciones. Este fin, umco Y
otra;_ un". por la cual vive el alma de Dios. Una y otra tienen su absoluto de toda su vida, es Dios, Bien increado al que debe atender
prop10. bren, por el que se alimentan y se nutren para poder y amar de todo cÜrazón, con toda su mente, con toda s11 alma y
subsistir. La VIda terrena se alimenta de bienes terrenos· la -,,ida con todas sus fuerzas, de tal suerte que toi\os y cada uno de los
espiritual de bieries espirituales. A la vida terrena p~enecen actos de su vida, de cualquier materia e índole_ que ·fueren, deben
todos los bi_e'.'es que son terrenos, a la vida espiritual todos los ser :medios directos que nos conduzcan a la VIda eterna, para la
que son espmtuales: . Para que en una y otra se guarde la justicia cual hemos sido creados. Aquí ya no cabe la distinción que for-
Y se _asegure la utilidad. . . hay constituidas dos potestades. En mulábamos antes cuando considerábamos la naturaleza de las ac-
los. laicos, a cuyo cuidado y providencia pertenecen las Cosas nece- tividades humanas y decíamos que unas eran medios directos tem-
sarias pa~a la vida terre:ia, está la potestad terrena. En los clérigos, porales y las otras medios directos sobrenaturales, que condu~en
en . camb10, a cuyo cmdado corresponden los bienes de la vida a la vida eterna. Y así. aún cuando en un constructor, su actJ.vi-
espmtual: la ¡;atestad es di-,,ina. Aquel poder,. se llama secular y dad profesional se orde,'.,a a edificar una cosa -finis operis- esa
este espmtual . Cada uno de estos poderes es supremo y definitivo actividad en él debe tener como fin último -finis operantis- con-

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seguir la vida eterna. A ese fin debe ser ordenable aquella actividad dejar de ser sobrenatural? Y si es s6brenatural, ¿cómo puede dejar
d~ c.onstruir, l~ casa. Labriego~ artesano, comerciante, político, de caer bajo la jurisdicción de la Santa Iglesia?
subdito y pnnc1pe, pueblo y gob1en10, laico y clérigo, deben orde-
nar todas las acciones de su vida -privada y pública- como
otros tantos medios directos para lucrar la vida eterna.
La jurisdicción de la Iglesia como potestad indirecta
sobre todo lo temporal
. "Dios, autor ~e las gracias, enseña el eminente teólogo Ga-
rngou-Lagrange, pide en efecto, que todos nuestros actos volunta- De aquí que sea doé:trina unánime de los teólogos que no
rios, le esté11 por lo menos virtualmente ordenados: en otros puede ser negada sin peligro de herejía, al decir del Cardenal
ténninos, todos deben contribuir a nuestro progreso moral y es- Belannino, que Jesucristo al acordar a San Pedro y sus sucesores
pmtual, a nuestra santificación y salvación. Es esto verdad no sólo la plenitud de la potestad espiritual, les concedió también una
en cuanto al acto específicamente reli"aioso como la oració11 sino jurisdicción que se extiende a todos los medios, aún los indirectos,
b ' '
en cuanto a todos nuestros actos voluntarios y libres, cualesquiera que conducen a este fin. Por esto, el derecho evangélico, a ti te
que ellos sean, aí1n los indifere11tes, en razón _de su objeto. Cada daré las llaves del reino de los cielos, apacienta mis corderos, apa-
uno debe tener un fin m.oral bueno, subordinado al fin último que cienta mis ovejas, ha instituido positivamente en las sociedades
es Dios, amado, por encima de todo, más que a nos.otros mismos~ cristianas la subordinación de la potestad civil a la autoridad
más que a n~estra _familia y que a nuestra patria 11 • "Cualquie; religiosa.
cosa que hagazs -dice San Pablo- hacedla para la mayor gloria Suárez desarrolla más ampliamente esta doctrina haciendo ver
de Dios" (I. Cor. x, 31) 42. que esta subordinación está exigida, tanto por parte del príncipe
. Si -esto es así, si con todo lo que somos, y tenemos, debemos cristiano como por parte de los súbditos. Por parte. del príncipe,
aspirar y tender hacia la vida eterna, trocando en actos sobrena- porque como cristiano está sometido a Pedro, a qmen se le dio
t:rr~~es ~~da nuestra ac_tividad temporal, se sigue· entonces qu_e la 1urisdicción sobre todos los actos de los súbditos, con los cuales
c1v1l1zac1on, que el orden temporal humano, de alguna manera puede perder o conseguir la vida eterna; y uno de estos actos-;s el
ha .de. s':'?ordinarse al Reino de Dios o sea a la Iglesia, en cuya buen uso de la potestad de gobierno; luego al pastor esp1ntual
1unsd1coon cae todo lo sobrenatural. Y como no puede subordi- de tal príncipe corresponde la facultad de dirigirlo en . el uso de
. narse directamente, esto es en razón de la naturaleza de la acti·vidad este poder temporal, en la medida que pueda dañar o aprovechar
~rati?ne operis- ya que no es medio directamente conduce11te a su alma, corno lo inculca el Papa Gelasio I, epis. 8, al emperador
a la vida eterna,_ debe entonces subordinarse indirectamente ratione Anastasio: "Dos son, Augusto emperador, las potestades que ngen
operantis, en razón de la persona que de ella se. sirve. ' este mundo: la sagrada autoridad de los Pontífices y el poder real.
La vida temporal h=ana, la civilización, debe ser tal que En los cuales tanto más grande es la responsabilidad de los sacer-
no ponga obstáculos para la vida eterna y al contrario le sirva dotes cuanto han de dar cuenta ante Dios, en el tribunal divino
de positiva ayuda. ' ' de los mismos reyes". Pero también, por parte de los súbditos,
Aqui aparece cuán absurdo y al margen de la ortodoxia ca- urgen más graves razones. Porque en virtud del oficio que le ha
tólica es todo intento de limitar una zona de la actividad humana sido encomendado por Cristo, el Pontífice debe tener el cmdado
que pueda ser verdaderamente :'profanan o "laica'', sin carácter espiritual de todo el pueblo cristiano y apartar de él los obstáculos
"sacro"-, absolutamente substraída a la jurisdicción "clerical". Sólo espirituales que pueden derivarse del abuso del poder tempora!.:
abstrayendo del hombre las actividades pueden considerarse éstas ¡Luego también, por este titulo, es necesano que la potestad esp1-·
como puramente temporales; pero ¿qué actividad puede haber en ·ritual se extienda indirectamente a las cosas temporales, ·dirigiendo
el hombre que no sea hUlllana? Y si es humana, ¿cómo puede Xdonde conviniere la potestad política para que no ordene en tal
. forma lo temporal que perjudique a lo espiritual. ·
42 La Vie Spirituelle, marzo de 1927. Doctrina ésta tan grave, que los Papas Inocencio XI, Alejan-

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dro VIII y Pío VI, han condenado el Primer artículo de la Decla- En su Du Régime Temporel emprende Maritain, por vez
ración Galicana de 1682 que decía: "Los Reyes y los pnncipes primera, el estudio de su "nueva cristiandad:' cuyos cara.c~eres
ne: _están sometidos -directa o indirect,amente- por disposición había insinuado en Réligion et Culture. Consciente de las dificul-
dzvzna, a ninguna potestad eclesiástica". . . Dnctrina que ha sido tades y-peligros de la tarea, comienza por advertir que no renuncia
desrnnocida por los católicos liberales del pasado siglo, quienes no a los principios tradicionales de la teología católica, sobre la sub-
pudiendo contradecir a la unanimidad de teólogos que la han ordinación de lo temporal a lo espiritual que con tanta fuerza
sostemdo y no ati;eviéndose tampoco a inculpar de abuso de auto- había expuesto en su Primauté du Spirituel. "L-os q~e- han :mira-
ridad a los santos y sabios Pontífices de la Edad Media, que, en do -dice 43_ a Primauté du Spintuel como un «Ihnerano de
VJrtud de ella, intervinieron muchas veces en las cosas políticas, fuITa»
b
se han enrrañado
o groseramente. Este libro tenía por objeto
dieron en justificar dichas intervenciones, no en virtud de la auto- obtener de algunos una purificación de la razón y de la fe, que
ridad apostólica del Pontífice Sh'lO del derecho público, en vigor ante todo concentrase a éstas sobre lo único necesario, pero que
entonces en Europa, o ¡mr razón de un consentimi'ento expreso o por abundancia las hiciese más aptas para imponer a la materia,
tácito de los pueblos cristianos que habrian instituido al Romano llegado el momento, ·la primacía que afirmaba".
Pontifice supremo ordenador de las cosas politicas. Pero esto es Maritain, en consecuencia, de acuerdo a lo que surge de sus
completamente falso. Porque al practicar estas intervenciones los afirmaciones explícitas, continúa sosteniendo toda la doctrina tra-
Pontif!ces no han invocado un presunto derecho puramente histó- dicional de la teología católica que tan valienteme:nte expusiera
nco smo su Suprema y Apostólica Autoridad espiritual. Y la en su Primauté drt Spirituel. Doctrina, que no es smo el derech.o
definición dogmática de Bonifacio VIII en la U nam Sanctam, cuya público eclesiástico y que es inrn11table. "Ha podido presentarse
doctnna, por su carácter dogmático es valedera hoy, como ayer, --escribe l\1aritain 44- , bajo aspectos diferentes, pero en lo esen-
y como mañana, cuando sea totalmente conculcada por el poderio cial no ha cambiado en el curso de los siglos. Lo que en la Edad
terrenal del A....Yiticristo, conviene la tengamos presente para ver en Media se llamaba doctrina de las dos espadas -al menos en el
toda su proyección hasta dónde llega la intervención de la Iglesia sentido de San Bernardo y de Santo Tomás de Aquino, corno en el
sobre la civilización. de los documentos pontificios- se identifica esenciahnente con .Jo
"La palabra evangélica nos instruye que en esa potestad hay que se llama, desde Belarmino y Suárez la doctrina del poder in-
dos espc:das, la espirit~l y la temporal. . . Ambas espadas, pues, directo -al menos si se entiende ésta sin disminución-. A quien
la espmtual y la materza/, están en la potestad de la Iglesia. Pero rri.ira con suficiente atención, detrás de las peripecias históricas, la
ésta es usada para la l glesia. Aquélla por la l glesia. Aquélla está substancia de las cosas, una sola 3r única enseñanza es dispensada
en mano del sacerdote, ésta en mano de los reyes o soldados, pero por Bonifacio VIII en la bula Unam Sanctam y por León XIII en
a las órdenes y baio el permiso del sacerdote. Es preciso que una la encíclica Inmortale Dei; y para tener una idea completa del
espada esté baio la otra, y que la autoridad tem7J0ral se someta poder indirecto es necesario tener al mismo tiempo presente estos
a la potestad espiritwil . .. ". dos grandes documentos".
Si esto es así, pensará inmediatamente el . lector, no p11e~e
Las cristiandades diversas haber sino 11Ilª única cristiandad, al menos en lo que a su esencza
especifica se refiere. No lo cree así Maritain. "La pal'.:lbra «_cris-
Maritain admite toda esta doctrina y la ha expuesto admira- tiandad», dice 45 , se refiere al orden .de la cultura. Designa cierto
ble y valientemente, sobre todo en su Primauté du Spirituel. régimen común temporal de los pueblos educados por la Iglesia.
Pero su propósito fundamental, más o menos abíertamerite con-
fesado, de conciliar el mundo moderno con la civilización cristiana
le _h': de inducir_ a alterar, a pesar suyo, esta noción de cívi1ización 43 Du régime temporel, pág. 12.9.
cristiana. 44 Primauté du Spirituel, pág. ZB.
45 Du régime, pág. 114.

88 89
No hay sll10 una iglesia; puede haber civilizaciones cristianas, encarnando para un cielo histórico dado y bajo una forma esen-
«cristiandades» diversas''. , cialmente apropiada a éste las verdades supra históricas, que en
Y todo el esfuerzo emprendido por Maritain desde su Réligion torrees se distinguirá, no de una «hipótesis» entregada al oportunis"
et ,Culture, Du Régime Temporel, Humanisme lntégral hasta sus mo, sino de las condiciones de realización efectiva de este idea
n:as recientes publicaciones como Príncipes d' une politique huma.- práctico. Es este un ideal realizable, más o menos difícilmente
nzste :- de Bergson d Saint Thomas, habrá de consistir en exponei quizás con extremas dificultades, pero hay una diferencia de natu,
los caracteres de la nueva cristiandad, de la que Santo Tomás raleza entre la dificultad y la :imposibilidad, De hecho encontrará
sería el arquitecto así como San Agustín lo fue de la medieval ", obstáculos, se realizará más o menos mal, el resultado obtenido
. Pero ¿~ómo admitir nna única doctrina con aplicacio11es esen- podrá ser débil, si se quiere, nµlo: lo esencial consiste en que hay
cialmente diversas? Maritain intenta justificarlo acudiendo a una allí un objetivo apto a ser querido (Marítain subraya) plena e
nue,-a aplicación de la distinción tan corriente, en el vocabulario íntegramente, 3r a. arrastrar eficazmente las energías hurilanas, que
político-religioso moderno, de la "tesis" y de la "hipótesis". "No tenderán 11acia él de una manera tanto más viva cuanto la volun-
ha~r :-dice 47- distinción más corriente, en el vocabulario politico- tad se lo propondrá .en su integralidad".
r:el1gi.oso moderno, que la de la «tesis» :y de la «hipótesis»". Se en- ¿Qué juicio formular de esta tentativa de Maritain? Prescin-
cuentra frecuentemente debajo de estas palabras ideas muy con- damos de la confusión que a primera ·vista involucra esta tentab.va
fusas en que los errores señalados más arriba son simplemente porque si tan grande ha sido la confusión, como sostiene _Maritain,
.Yll..Xtapuestos, como si la una compensase· a la otra. suscitada antes alrededor de la "tesis'' y de la ''l1ipótesisn, mayor
"E11 la afirmación de la «tesis» se da libre campo a la más ha de ser al1ora en que son muchas las "tesis" -tantas cuantos
ele_mental m1ÍYocidad mientras que con la «hipótesis» toma el des- son los cielos históricos- y muchas más en consecuencia las "hi-
qmte una completa equivocidad. La tesis se hace tanto más majes- pótesis'1. Pero no está aquí lo grave de la cuestión. Lo grave1
tuosa cuanto una secreta conciencia de su ineficacia, y llll secreto gravlsimo, es que la tentativa de Maritain encierra el ei:-or subs-
deseo de que siempre quede teórica la substraen a la prueba de la tancial del liberalismo teológico, es a saber de que la doctrrna, de la
existencia. La hipótesis es tanto más abandonada a todas las Iglesia que hemos expuesto y que es conocida aún en Docmnentos
facilidades del oportunismo y del liberalismo cuanto el estado Pontificios como la I nmortale Dei de León XIII, con el nombre
nueYo del mundo, del que no se tiene sino una conciencia empírica de mncordia del sacerdocio y del imperio es una doctrina puramen-
parece más alejado de un intemporal confundido con el pasado te especulativa, y que no es capaz de ser propuesta como fin a la
como pasado. Por debajo de un firmamento estrellado especulativo voluntad del cristiano. Pero este es un error gravísimo, error teo-
la acción es dejada así, en el ord_e11 propiamente práctico, casi sin lógico, que contradice todas las enseñanzas de la _Igl~sia. ¿De
principios". manera que entonces la Bula Unam Sanctam de Bomfacio VIII y
La critica de Maritain alcanza, no hay duda, a planteamientos la I nmortale Dei de León XIII, y la enseñanzas de los teólogos so-
falsos y peligrosos propios del catolicismo liberal desde la época bre la subordinación del Estado a la Iglesia y las doctrinas de los
de Lamennais. canonistas sobre el derecho público eclesiástico son de realización
Pero no se contenta con esta crítica sino que añade: "A esta no difícil sino imposible, y no proponen un objetivo apto a ser que-
noción mal entendida de la tesis y de la hipótesis es necesario rido plena e í11tegramente y no presentan un fin capaz de arrastrar
oponer~ creemos, otra concepción, en la que no existe una «tesis» eficazmente las energías huma11as? .
instalada en un mundo separado de la existencia, sino lo que Por esto acertadísimamente escribe el Padre Garngou-Lagran-
hemos llamado un ideal histórico concreto, o práctico, una imager:r ge 48: "En verdad, la tesis [la doctrina católica tradicional] no
puede considerarse como un ide;:i l meramente especulab.vo y que
46 De Bergson a Saint Thomas, pág. 269.
4i Du régime temporel, pág. 129. 48 De Revelatione, pág. 628.

90 91
de~e ser_ abandonado en la práctica, porqite esta' tesis enuncia el un ideal no difícil sino "imposible" de realizar? 50 • Esta dificultad
"!:smo fzn que ha de conr;eguirse, es a saber que la verdadera reli- tiene fácil respuesta: ¿cómG puede ser imposible lo que ha sido un
g.10n ha de ser abrazada por los hombres no sólo individualmente hecho hasta la impía Revolución Francesa? A no ser qae quiera
sino también socialmente. Para la Consecución de este fin se han llamarse imposible en cuanto 110 podrán realizarse con toda la
de colls~derar las circunstancias; por lo tanto, en algún caso, o sea integridad y pureza de fos principiC>s. Pero "con fos mismC>s argu-
per acczdens, dicta la prudencia que algún mal se haya de tolerar mentos ----'contesta el gran teófogo Billot~ pC>dría demC>strarse que
para evitar. un mal mayor. Pero abandonar la tesis, como algo los preceptos de la virtud han de dejarse para el campo de la
puramente ideal, que sólo debe guardarse en las escuelas de teolo- especulación porque la humana condición no sufre tanta alteza
gía, seria apartarse ·del mismo fin qite se ha de comeguir. Sería de rectitud. Podría también demostrarse que las ciencias mate-
es~o caer en el oportunismo y apartarse más y más del amor de máticas no pueden o no deben tener ningrma áplicación a la artes,
D\~s Y. ?e las ahnas; además la tesis que enuncia una gravisima porque aquel triángulo ideal, exacto, geométrico, no se realiza en
ob11gac1on, se consideraría como una palabra vacía y como si fuera concreto G porque el efecto experimental contradice al rigDr del
nada. cálculo" 5 1 . Pero además esta imposibilidad existiría igualmente¡
"De .este modo por el abuso- de esta distinción entre tesis e - y no seria menor- para el ideal histórico concreto inventado por·
hiP_ótesis,, c?mD si la tesfs fuera meramente especulativa y la hipó- Maritain que nunca podría obtener en la realizaCión concreta la
tesis la umca regla pracbca, poco a poco se destruiría la acción perfección con que ha sido imaginada en la idea.
católica s?cial; _ya muchos católicos parecen ignorar las obligaciones Pero si Maritain quisiera fundar la imposibilidad en el hecho
de ·la soCiedad para con Dios y consideran como algG legítimo la de que las sociedades modernas están tan profundamente trabaja-
i:eutrahdad del Estado, la neutralidad de la escuela, la completa das por la impiedad que no aguantan aquella doctrina católica de
libertad de conciencia. Por este caminD la SC>ciedad se convierte la- concordia del sacerdocio y del imperio y, en consecuencia~ preten-
radicalmente en irreliITT.osa y atea. - diera proponerles una doctrina más tolerable sería como quien pre-
. "~e .~onde, a cau;a de este ab-uso, muchos teólogos substituy~en tendiera relajar la doctrina católica sobre el adulterio a fin de que
la distmc10n entre la «tesis» y la «hipótesis» por la del «fin» y los los adúlteros pudieran avenirse a nuevas normas morales más
«711-'!d.zo_s» que aquí-y ahora son oportunós para este fin, de acuerdo realizables.
al )UlClO de la prudencia. Sólo así· se guarda lo que sobre todo No es la noción_ rle Cristianda.cL la_ que ha de ca-mb:ior sino 1a
hay que guardar, es a saber la intención eficaz del fin, de la que SC>berbia e ignDrancia de los pueblos que deben dejar paso a la Verdad.
procede la rectitud y eficacia de la elección y de los medios al fin. Católica íntegra que salva. Maritain, en su Clairvoyq,nce de Rome,
Más aún; así se guardan al mismo tiempo en debida armonía la lo defendía así con energía cuando recordaba aquellas palabras
autoridad de Dios y la libertad de los hDmbres en cuanto ést~ <e sapientísirnas de .Benedicto XV: "En medio de los trczstornos actua-
diferencia de la licencia, que termina en la e~clavitud de la c~­ les, importa repetir a los hombres que la Iglesia es, por divina
rrupción'' institución, la única Arca de Salud para la humanidad. . . Es más
Por esto el Padre Liberatore, reaccionando con enercia contra oportuno que nunca enseñar que la verdad libéradora para los indi-
e~ta pi:;tensión ~el catolicismo liberal renovada ahora por bMaritain, viduos como para las sociedades es la verdad sobrenatural en toda
dice: Pero, ¡D10s Santo! ¿Y no son estas verdades prácticas estG su plenitud y en toda su pureza sin atenuación y sin disminución,
e~, . ~esti..11.adas a dirigir las acciones? Y una verdad orden~da a y sin co1npromiso, tal en una palabra como Nuestro Señor Jesucris-
dirigir las acciones, ¿puede sin consecuencia admitirse y querer to la vino a traer al mundo tal como ha sido confiada su custodia y
que de hecho no se aplique a dirigirlas?" 49. enseñanza a Pedro y a la lglesz~aH.
Pero insinúa Maritain: _¿cómo puede ser fin de mis acciones
49
50 Du régime, pág. 131.
La Iglesia r el Estada, Madrid, 1878, pág. 23. 51 De Ecclesia, 11, 55.

92 93
. Pero se dirá: Maritain no niega la validez de estos principios de la Revolución en el absurdo intento de apurar el entierro de
smo su practicidad inmediata. Y sostiene que deben ser substituidos la civilización cristiana.
por ideales que los concreticen, de acuerdo al clima histórico de No obstante, aún cuando ese ideal histórico concreto no ence-
cada .e~ad. Pero est_o es una increible aberración. Porque aquellas rrara condiciones malas y detestables implicaría, por el hecho
condzczones _determznadas y concretas, en que el ideal histórico mismo de su conCreción, esto es, de las condiciones individuales ·:l
corz,~:;ro_ fo11ado ~~r l\1a~~itai11 verifica i'las Verdades suprahistóri- concretas eón que se propone a la acción, un límite a la perfección
CC:S , ~son condic1ones inaceptables o aceptables para el católico? que debe revestir la intención del hombre. Así como el hombre
S:, son :i-naceptables e.orno, por otra parte, entran en la constitu- aunque jamás puede llegar a la perfección como ideal de su santi-
c1o_n .nusma de ese zdea! histórico, que es propuesto como "un dad, de aCuerdo a la enseñanza de Jesucristo, así también 11.a de
ob¡et~vo apto a ~er c¡uendo plena e integralmente, y a arrastrar proponerse como ideal del orden social cristiano la perfecta concor-
efzcavnente lwcza ;z r a. fzn;ilzzar eficazmente las energías hu- dia del sacerdocio y del imperio, aunque nL\nCa la haya de alcanzar.
manas -que tenderan hacza el de una manera tanto más viva Allí está la norma de su acción. Y cada uno deberá responder de la
cuando la voluntad se lo prop~ndrá en su integridad", se seguirá parte que pueda caberle en el fracaso de esa realización.
el absurdo de que nada se habra de hacer para que esas condiciones Por- otra parte, el querer señalar de antemano y a priüri, los
~nnceptable: d~saparezc~i_;-, porque ¿cómo trabajar por cambiar un caracteres de una "nueva cristiandad" que ha de regular la acción
ideal que fmahza la acoon?; ¿entonces los cristianos del tiempo de de los cristianos no se ve cómo nos exima de incurrir en la repren-
Nerón _habrían de proponerse como ideal histórico realizable. el de sión que dio el Señor a sus Apóstoles cuando les dijo: "No es de
una cnstlandad_ martirizada, y los del tiempo del Cisma d~ Occi- -vosotros conocer tiempos o momentos que el Padre se ha reservado
dente una cnstiandad desgarrada por. el cisma, y los del tiempo en Sll poder" 55 porque ello implica no ya conocerlos sino_ fijarlos.
de la Reforma, una cnstlandad fracc10nada por la herejía y· los Se comprende perfectamente que el hombre, tanto individual como
de la epoca moderna liberal y comurusta de hoy, una cristiandad social, teniendo fija su mente y el propósito de su voluntad de
basada en la libertad, democracia y socialismo? Y como en el ideal cumplir, en la medida de lo posible, aquella doctrina fundamental
histórico de la_ "nueva cristiandad maritainiana" e11tra como u11 de toda civilización cristiana, trate de acomodar a ella su acción,
hecho dado la división religiosa 53 , los cristianos no han de propo- bajo la dirección de la Iglesia, en las circunstancias históricas que
nerse_ 11ada para qu~ esa divisi~n religiosa desaparezca porque ¿como se le presentan. Es evidente que de ese cumplimiento podrá salir
traba1ar contra el ideal que fmaliza la acción? una realización histórica concreta de la Cristiandad ... , pero saldrá
Tan evidentemente se deducen estas consecuencias absurdas a posteriori y como un resultado que sólo pudo haber fijado la
, de las prenusas asentadas por Maritain que se ha hecho visible Providencia Divina en sus inescrutables y secretos designios. Pero
en los sos_tenedores del maritainismo, come11zando por el mismo no se puede fijar a priori esa realización concreta si11 mengua de la
:\1aritai:ri, el ·afán de "enterrar a los muertos" 54 , esto es de acabar Providencia a quien se le quiere señalar la ruta de lo humano, y
de des_truir la civilización cristiana y. enterrarla, para fL~ndar sobre sin mengua de aquella norma que será a priori substituida por una
s1:1 ruina una civiliza~ión cristiana totalmente nueva, que rom- realización disminuida y deficiente, como es todo lo concreto.
piendo todas sus conex10nes con el pasado descanse sobre la libertad No dejemos de sefialar además cuán al margen de las directi-
y la democracia santificadas por la Iglesia. Tal "la ciudad fra- vas pontificias, expresamente dadas, y cuá11. peligroso lo que enseña
ternal", el Humanis_mo Integral o teocéntrico, cuyo establecimiento Maritain respecto a la colaboración del filósofo y del hombre de
tanto urge a Mantam que se lo ve, afiebrado, plegándose a las filas acción para que respondan sobre "cuál debe ser para el cristiano,
siendo dada la edad en que entramos, este ideal histórico concreto,
52 Du régime, pág. 130,
esta imagen dinámica del futuro".
5.3 lbid., pág. 123.
54 lbid., pág. 118. 55 Hechos, I, 7.

94 95
A Lamennais precisamente, que se arrogaba semejantes fa- su invención, que no es 58 "u11 ser de razón sino una e~encia ideal
realizable (más o menos difícilmente, más o menos rmperfecta-
cultades, reprende Gregorio XVI, en la Mirari Vos: ''Piensen, pues,
mente este es otro asunto, y no como obra hecha sino como obra
los que ~al pretenden que sólo al Romano, Pontífice, como atestigua
Sa;z Lean, ha szdo confzada la constztuczon de los cánones; y que que s~ va haciendo-), l1na ese~ci~ :a paz de existenc~a y· llamando .ª
a el solo cr:mpete y no ~ otro juzgar acerca de los antiguos decretos, la existencia para lln clima h1stonco dado, respondi~ndo l_)ºr, ~ons1-
guiente a un máximum relativo (relativo a este clrma histonc? y
o como dzce San Gelaszo: pesar los decretos de los cánones. medir
los P_receptos de sus antecesores para atemperar, habida diligente de perfección social y política y pres.entando solamente) -precisa-
mente porque implica un orden efectivo en la ex1stenc1a concreta-,
conszderaczón, aquellas cosas cuya modificación exige la necesidad
las líneas de fuerza y los esbozos ulteriormente determinables de
de los tiempos".
una realidad futura". Toda esta exposición tan dific11ltosa1 tan
Aunque la civilización cristian.a fuere del orden natural está
accidentada, ¿a qué se dirige? A afirmar lo que leemos en la
tan. int:ínsecamente li~ada a -la misión de la misma Iglesi~ que
nadie sin grave temendad, puede atreverse a señalar los caminos página 223: "To!Ilado en su esencia, el ideal medieval de una
por donde debe enderazarse, si no tiene mandato para ello. sociedad sacral cristiana no es ciertamente maloi :ya que ha szdo
bueno.. Pero existencialmente corresponde a algo terminado. Si
, A este error_ corresponde la formación de esa pseudo-jerarquía
nos es permitido emplear de una maner~ paradoja! el lenguaje de
catolzca laz~a. de intelectuales católicos izquierdistas con ex:po11entes
como. Mantain y Bernanos en Francia y con ejemplares menos la metafísica en el registro de la filosofia de l.a h1stona, digamos
que este ideal o esta ilnagen pros¡;iectiva_ ha sido ,-erdaderamente
conspicuos en otras partes, que pretenden dar norma y- abrir nuevos
cauces a la Iglesia Universal en problemas temporales de la ac- una esencia. es decir, llll complejo mtel1gible capaz de ex1stenc1a y
tualidad. exicriendo l~ existencia~ pero que al presente y con relación a la
exi~tencia concreta ·y fecl1ada de la edad lUstórica en que e11tramos,
no puede_ ser sino u{i ser de razón concebi~~ a instq,r entis, e inca~az
La concordia del sacerdocio y del zmperzo de existir''. Pero a esto contesta no un filosofo n1 -un teologo, sino
calificada de utopía la Cátedra Romana por boca de León XIII en lnmortale Dei,
cuando después de describir los bienes que la filosofía del Evangelio
~aritain, en_,una exposición accidentada }r confusa-5 6 , viene aportó a la Europa cristiana del medioevo, .añade: __ "Hab~an per-
a calificar de utopza la doctrina católica que León XIII llama con- manecido, ciertamente, aún ahora, estos mismos brenes si la con-
cordia del sacerdocio y del imperio. Por una parte caracteriza de cordia entre ambas -potestades perseverase también; "'!l mayores se
esta_ suerte la noción de utopía 57 : "Cuando m1 Tomás Moro o un habrian debido esperar si la autoridad, el magisterio y los consejos
Fenelón, un Saint Simon, o u_n~ Fourier constru~y-en una utopía, de la Io1esia los acociese el poder civil con,mayor fidelidad, gene-
c~nstruY:en, 1:111 ser ~e razon, a1s1ado de toda existencia y de todo
º
rosa atención o
y obsequio constante. Las pa1abras s1gu1entes
. . que
clnna histonco particular, expresando un máximun absoluto de escribió Ivón de Chartres al Romano Pontífice Pascual II merecen
perfección social y política, y de cuya arquitectura el detalle ilna- escucharse conio la fórmula de una ley perpetua: Cuando el impe-
gmario es Uevado lo más lejos posible, ya que se trata de un rio .Y el sacerdocio viven en bztena ~r:rzonía, el ni_un,do está. bien
modelo fictlc10 propuesto al espíritu en lugar de la real.idad". gobernado y la Iglesia florece y frucufica; cuando estan en discor-
~unque allí nada expresamente señala l\1aritaiii, Sindica como dia, no sólo no crece lo pequeño, smo que las mismas cosas grandes
utóp1c'.' la doctriua católica de la concordia del sacerdocío y del decaen miserablemente :r perecen".
zmpeno y por esto la substituye por el ideal histórico concreto de Ley perpetua llama León XIII lo que para el filósofo Maritair.
es un ente de razón. Y en verdad, el orden medieval en lo que
56 Hunzanisme lntégral. págs. 135-224.
57 Ibíd., pág. 135. . 58 !bid., pág. 152-.

97
96
tiene de esencial, esto es, en la subordinación de la vida y del poder La doctrina de la analogía
público a la Santa Iglesia, es el único orden cristiano posible y falsamente aplicada
único que, ayer como hoy, puede salvar a los pueblos. Si este
orden no es posible, en condiciones accidentales nuevas, pero que Pretender mantener la invariabilidad de la doctrina católica
no modifican su esencia, será porque los pueblos han crecido tanto sobre la cristiandad y al mismo tiempo fabricarse una teoría donde
en malicia que y·a no tienén remedio; pero, sin embargo, lo qUe cupiesen infinidad de cristiandades, tipos esencialmente diversos de
no es posible para el hombre, lo es para Dios, de manera· que¡ ella, todos igualmente aceptables y deseables, iba a exigir un esfuer-
nunca seria licito pesimismo tan radical. Pero hay que advertirj zo dialéctico extraordinario, difícil de cumplir para quien no estu-
que el orden_ medi_ev'.'l, en lo g.ue tiene de esencial, es se1';c~lainentei1 viera dotado de las excepcionales dotes intelectuales que hay que
el orden social cnshano y afmnar que ese orden es utoprco com-· reconocerle a Maritain. El filósofo de Meudon que hace del tomis-
porta afinnar que las Quas Primas de Pío XI también es utópica. mo profesión pública iba a encontrar en la célebre teoria de la
Para terminar con la cuestión presente creo que es oportuno "analogia de ~orcionalidad propia" un arrna al parecer salvadora.
recordar que, cualesquiera sean las circunstancias históricas de los -&i.7íumanisme7litegTar,iiparecido en 1936, formula Maritain
tiempos, la enseñanza de la Iglesia en la Bula dogmática U= esta aplicación que ya había insinuado suficientemente en Du Ré-
Sanctizm de Bonifacio VIII: "Es necesario que la autoridad tem- gime Temporel al reaccionar contra una concepción univocista del
poral se someta a la autoridad espiritual", es tan cierta y verdadera concepto de cristiandad y proponer para ello su teoria de la "tesis"
hoy, como en los días de los Apóstoles cuando un puñado de y de la "hipótesis".
hombres se presentaban a la hostilidad de un mundo de judíos "En otros términos --escribe- no es de una manera unívoca
e infieles, como en los días de San Agustín y del Santo Imperio cómo puede realizarse tal concepción en las diferentes edades del
Roma_no -Germánico y como -~erá mañana en los días de la apos- mundo. Es de una manera analógica. . . la solución verdadera se
tasía universal del Anticristo; tan cierta y verdadera hoy en Espa- encuentra en la filosofía de la analogía. Los principios rio varian,
ña y la Argentina como en Inglaterra, Estados Unidos y Rusia; tan ni tampoco las supremas reglas prácticas de la vida humana; pero
cierta y verdadera en el mundo de la idea como en el de la acción se aplican según maneras esencialmente diversas que no responden
-aunque por la impiedad de los hombres no en el de la conducta a un mismo concepto sino según una semejanza de proporciones ...
vivida- y entonces como ahora esta verdad ha de servir como De aquí el problema particular que queriamos tratar ahora y que
norma de conducta que impulse la acción de los individuos; de las formularemos en los siguientes términos: ¿una cristiandad nueva,
familias y de los Estados, porque ""a:y"er, hoy y siempre", Jesucristo en las condiciones de la edad histórica en que entrarnos debe, en-
es Rey de las Naciones. Que esa norma de acción frente a circuns- carnando siempre los mismos principios (analógicos), ser concebida
tancias concretas de un lugar Y. de un momento histórico, haya de según un tipo esencialmeni:e (específicamente) distinto de aquel del
limitarse a uila realización imperfecta, o casi inexistente en razó:p. mundo medieval? Respondemos afirmativamente a esta cuestión.
de una imposibilidad de hecho que por la malicia de los hombres Pensamos que una edad nueva del mundo pennitirá a los principios
_ofrecen esas circunstancias, es admisible; pero aún e:q.tonCes, será de toda civilización vitalmente cristiana realizarse según un nuevo
obligación de individuos, de familias y de los Estados emplear todas analogado concreto". (El subrayado y los paréntesis son de Ma-
sus energías, bajo el imperio de la prudencia, en cada caso particu- ritain).
lar, para que esas resistenCias, derivadas de circunstancias de hecho, Maritain afirma, en substancia, que la doctrina católica sobre
desaparezcan y se logre la más perfecta concordia del Imperio y la cristiandad no implica una concepción unívoca sino analógica.
del Sacerdocio, en reconocimiento del vasallaje universal, debido Es decir que el vocablo de cristiandad no comprende una única
a la Realeza de Jesucristo. esencia, simplicíter eailem, sino varias esencias totalmente diver-
sas ( simpliciter diversa) y secundum quid tamen eadem; esto es,
per aliquam proportionem, idénticas con todo en algún respecto,

98 99
es a saber por alguna proporción 59 • Para usar el ejemplo clásico manentes como la misma Iglesia. Que si varían en las aplicaciones
en la Escuela de nombre analógico de proporcionalidad propia, no es en virtud de sí mismo sino en razón de la materia o circuns-
diríamos que en esta hipótesis la cristiandad. sería una noción como tancias a que se aplican; por tanto esas diferencias provenientes
la de "conocimiento" que se dice tanto del sentido ·como de la de la materialización del concepto no implican sino diferencias
inteligencia porque, si bien la vista, por ejemplo, como la inteligen- puramente individuales -jamás esenciales- como el concepto de
cia "conocen", son estos, dos conocimientos esencialmente diversos hombre que se realiza desigualmente en Pedro, Juan -~/ Andrés,
-dos esencias totalmente diversas- que no coinciden sino en una con desigualdades provenientes, no del concepto mismo de hombre,
semejanza de relaciones. "En la analogía de proporcionalidad pro- sino de las materias individuantes, y, por tanto, insuficientes para
pia -enseña Maritain 60_ tenernos un concepto análogo de suyo establecer diversidad esencial.
(«conocimiento», dicho del sentido y de la inteligencia; «Ser», dicho Repito: una mismísima doctrina, que sin sufrir alteración
de la creatura y de Dios) que designa en cada uno de los sujetos esencial, pueda tener aplicaciones esencialmente diversas~ es algo:
de los cuales se dice algo que es notificado por la similitud de relacio- hasta aquí, inaudito en las escuelas católica_s. Es sencillamente un
nes que tienen respectivamente cada uno de los sujetos· (el sentido) absurdo. Porque, ¿cómo es posible que B y C, idénticos con A, sean
al término (conocimiento) designado en él por este concepto, y el esencialmente diversos entre sí, si no se asignan a A las diferencias
otro (la inteligencia) al término (conocimiento) semejantemente que especifiquen la diversidad? Y, ¿cómo pueden asignarse dife-
designado ·en él por el mismo_ concepto". rencias si A -la doctrina católica- no tiene sino un solo y_ único
En consecuencia, tanto la cristiandad medieval como la nueva en11nCiado? Dirá alguno: "la diferenciación esencial en B :r C
cristiandad de Maritain serían "cristiandad", ·pero lo serían como viene de que uno y otro son realizaciones concretas diferentes de
dos esencias totalmente diversas. En consecuencia "la cristiandad'' -A''. ¿Y cuánto se ha visto -preguntamos- que la concreción en
como todo nombre análogo de proporcionalidad propia sería ne- c:ircunstancias individuales_ puede producir diferencias esenciales?
cesariamente polivalente; envolvería en sí no una sino muchas Se comprende perfectamente por ejemplo que una misma doctrina
esencias diversas, como el concepto de ser que no es ª unum in cristiana sobre la santidad se realice de maneras accidentalmente
multis, sino como una variable envolviendo una multiplicidad ac- diverSa:S, pero nunca esellcialinente diversas, porque en este caso
tual y realizada en varios sin establecer por lo mismo entre ellos habría nna modificación en la doctrina misma.
una comunidad de esencia" 61 • La tentativa de Maritain, imposible y absurda, demuestra- la
Advierta bien el lector que las realizaciones esencialmente debilidad de toda su construcción antojadiza de la nueva cristiandad.
diversas de un concepto análogo provienen del mismo concepto que,
en propiedad, no es uno, sino múltiple, polivalente. Realiza aplica- NueL"O estilo de santidad
ciones diversas porque él es de por sí, diverso. El concepto de
"cristiandad" entorices, de ser esto exacto, envolvería en sí diferen- Si en razón de que las condiciones sociales humanas pt1eden
cias esenciales dentro de una única y misma dpctrina sobre la diversificarse casi -al infinito, hubiéramos de admitir cristiandades
"cristiandad". Consecuencia hasta aquí inaudita en la· teología diversas, se seguiría igualmente que habría que admitir en el cris-
católica que no conoce sino unos ú:rijcos e idénticos principios de tianismo tipos esencialmente diferentes de santidad. Pues, ¿qué
cristiandad que son los del derecho público eclesiástico y que se es la cristiandad sino la proyección social de la santidad individual'
resumen en el reconocimiento público y plenario de los derechos é Qué es para la Iglesia el Santo sino el individuo Jiumano que
de la Santa Iglesia; los cuales derechos son tan invariables y per- aplica plenamente en su vida los derechos de la Santa Iglesia?
¿Y qué es la cristiandad sino el reconocimiento público, por parte
59 Garrigou-Lagrange, Dieu, pág. 531.
de las naciones, de estos mismos derechos? Luego, si hay diversas
60 Les Degrés du Savoir, Desclée de Brouwer, 1932., Paris, pág. 82-3. · >cristiandades, con igual razón ha de haber diversas santidades,
61 !bid., pág. 423. esencias totalmente diversas de santidad. La consecuencia es rigu-

100 101
rosa. Pero Maritain se cuida bien de incurrir en semejante desatino en el príncipio de que pueden ser diversas las civilizaciones natura-
que volvería inmediatamente contra él la enseñanza constante del les, concluye que deben serlo asimismo las cristiandades. De aquí
magisterio de la Iglesia. "No hablemos -se apresura a decir 62- , que en las páginas 64 donde. estudia estas cuestiones aduzca aquella
de un nuevo tipo de santidad; esta palabra sería equívoca; el cris- enseñanza del Angélico diversas vitas faciunt et per consequens
tiano no conoce más que un tipo de santidad eternamente manifes- diversas respublíoas.
tado en el Cristo. Pero las condiciones históricas cambiantes pueden Pero aún cuando debiéramos conceder que sea esencialm.ente
dar lugar a modos nuevos, a estilos nuevos de santidad ... ". diversas las civilizaciones, existentes fuera de la Iglesia, no se
La inconsecuencia del filósofo es manifiesta. Lo lógico de su seguirla que también lo hayan de ser una vez incorporadas a la
teoría robre la: nueva cristiandad le lleva a adnútir una teoría sobre Iglesia. La razón estriba en que la Cristiandad si ):iien es una
una nueva santidad~ nueva en lo esencial como nueva en lo esencial. realídad social temporal y perecedera no puede decirse que sea
es su cristiandad. Pero -se detiene porque sabe que las enseñanzas propia y verdaderamente natural. Porque es el orden social tem·
explícitas del Magisterio eclesiástico se lo impiden en forma tan porál unido substancialmente a la Iglesia, como el cuerpo al al"'.ª·
perentoria que una tesis de esta índole, que toca a lo más sagrado y siendo la Iglesia una forma sobrenatural, de ella recibe la Cns,
y vitál de la Iglesia, cual es la noción misma de santidad le harían tiandad su medida y denominación. En la medida que verifica el
blarico, inmediatamente, de las más universales reprobaciones de concepto la Cristiandad es una civilización sobrenaturalizada, san-
los teólogos y aún del Magisterio mismo. Si Maritain se permite tificada por la Iglesia .. Podrá ser muy diversa la civilización china
asentar teoría tan antojadiza y peregrina sobre la noción misma de de la grecorromana o de la germánica, pero tan pronto como u:'ª
cristiandad es porque sabe también que, en la práctica eclesiástica, y otra se incorporan verdadera y vitahnente a la Santa Iglesia,
se tolera al respecto mayor libertad. Pero el amor a la ve.rdad le ®optando su IÍoctrina como principio público de vida, no hay smo
debió hacer reflexionar que no es posible admitir tipos esenciales una furica civilización que es la cristiana. Imaginar la perseveran-
diversos de cristiandad y rehusarse a admitir los de santidad. Y si cia de la diversidad de civilizaciones después de su incorporación
en un caso es legítima y en el· otro no tal admisión debió dar las a la Iglesia implica concebir el víncclo de uni~n entre la Iglesia
razones que en Su opinión justificaban posición tan peregrina. y esta civilización, a manera del vínculo que eXISte entre el motor
Porque si la cristiandad surge, como es notorio, de la santificación y el cuerpo al que imprime movimiento, vínculo puramente_ extrín-
de todos los estados de vida, ya que éstos comprenden en su totali- seco propio de la causa eficiente. Pero no es así como concibe este
dad las relaciones todas, tanto individuales como sociales de la vida vínculo la constante tradición eclesiástica. Santo Tomás que recoge
humana, y si, a pesar de ello no hay más que una única esencia sabiamente esta enseñallza tradicional nos enseña 65 que "la potes-
de santidad, ¿cómo es posible admitir diversas esencias de cristian- tad secular se sujeta a la espiritual como el cuerpo al alma" y _este
dad? El principio de Santo Tomás "idem autem oportet esse modo de concebir y expresar ha recibido la sanción de la autondad
¡udicium de fine toiius multitudinis, et unius" .ss tiene aquí cabal de León XIII en las encíclicas Inmortale Dei V Libertas, cuando
aplicación. <liceo "Es pues necesario q_ue haya entre las dos potestades cierta
trabazóri ordenada; tra6azón íritíma, que no sln razón se compara
a la del afma con e[ cuerpo en el hombre". Como alguien pudiera
Diversidad de civilización y de cristiandmles
objetar. que. estas expresiones no tienen más valor que el de sim-
Pero no es difícil descubrir de dónde arranca la tesis maritai- ples metáforas, preguntamos, ¿por qué han empleado esta metá-
niana sobre la diversidad esenciál de cristiandades. Concibe la cris- fora y no las que denotan pura causalidad extrínseca y eficiente,
tiandad como una realidad substancialmente naturál; y fundado como la del motor y el móvil, o el agente y paciente? Si se tiene

62 Humanisme Intégral, pág. 128. 64 Humanisme Intégral, pág. 144.


63 De Regimine principum1 I, 14. 65 II. II. 60. 6. ad 3.

102 103
en cuenta la exactitud con que se expresan. teólogos, -como Santo atrayesando la civilización cnst1ana -no decimos la Iglesia o si se
Tomás y como el Pontífice León XIII, resulta claro que han querido quiere decimos la Iglesia, pero considerándola precisamente en esta
manifestar la unión íntima --"trabazón íntima", dice León XIII- su actividad sobre lo temporal que no agota todas las virtualidades
como la que existe entre el cuerpo y el alma del compuesto htunano, de su ser y actividad- en estas diversas etapas -decimos- va
y no puramente extrínseca. Por otra parte, aún prescindiendo de revistiendo formas y realizaciones accidentalmente diversas que
esta metáfora, la naturaleza íntima de esta unión surge de la rrovienen de dos géneros principales de mudanzas: las unas, deri-
unidad misma de la acción humana que, en razón de la unidad vadas de las resistencias que lo temporal -en el género de causa
del hombre, no puede proponerse sino un único último fin, que debe material- ofrecen a lo espiritual y que no le permiten una total
inforrr:iar todas sus acciones. Si los teólogos, al expresarse en esta -~l plena actuación. Así como en un organismo, donde pueden
materia, hablan de subordinación y no 'de coordinación, es que presentarse órganos enferrnos, o con traumas, prodt1cidos, no pre-
exigen la unión intrínseca de dos causas -las instituciones tem- cisamente por deficiencias en el v-igor del alma sino como quebran-
porales y la divina Institución de la Iglesia- en la producción de tos en el cuerpo que impiden la plena actuación del alma. La
un solo y único efecto, es a saber, la ciudad o civilización cristiana. civilización cristiana 11a sufrido rnudanzas por este género de
1

Si esto es así, como no ha:y sino tma única Iglesia, no puede causas, derivadas de las herejías, del cisma y de los pecados del
haber sino una única -nmnéricamente una- civilización cris- clero, de los príncipes y del pueblo; males que le han traído hasta
tiana. Porque los seres que se originan por una comunicación de la muerte, no precisame11te de la civilización cristiana misma, pero
forma substancial no pueden multiplicarse sino se multiplican las : sí de miembros, como fue el cisma del mundo greco-ortodoxo~ }-
formas substanciales, lo cual no es posible cuando ésta es única.: modernamente, el de Inglaterra, Prusia y la defección de Francia.
La Cristiandad no puede ser sino única a través del tiempo y del· Estas escisiones en la Cristiandad pueden compararse a ramas
espacrn. Nada importa que unos Estados se substraigan a la vivi- total o parcialmente desecadas, cuya desaparición, o mutación~ no
ficación de la Iglesia y que otros se sometan a ella; no por eso, se comporta mudanza substancial en el árbol mismo.
multiplica ni se pierd~ la civilización cristiana: así como en un Otro género de causas, que pueden traer variación en la civi-
árbol no pierde éste la· unicidad de su ser porque broten nuevas lización cristiana. proviene no :.ra de una deficiente, sino de llna
ramas y se sequen y mueran otras. nllsma y aún plena actuación que, al informar elementos hetero-
Fuera de la Iglesia, las civilizaciones podrán m11ltiplicarse géneos -heterogeneidad interna, por causa de las herencias his-
nun;éricamente y aún en especies, géneros, o creaciones analógicas tóricas nacionales y culturales y de las vocaciones propias de los
o aun -totalmente equívocas, según se multipliquen los principios diferentes grupos humanos- trae también nna heterogeneidad
de vida que rigen los diversos Estados; pero, en la Iglesia y cuando de miembros de acuerdo a la función peculiar de cada uno y
a Ella se incorporan los Estados, reciben un principio nuevo de también a la etapa de vida de la misma y única civilización. De
ser y de vida, que los constituy-e en una nueva y única civilización igual manera qu.e en el comp11esto huma110, donde una mismísima
cristiana. A través de los dos milenios de supervivencia de la alma espir~tual irúoITna un c11erpo 11eterogéneo, con miembros mu:y
Iglesia en el mundo, la civilización cristiana -la Cristíandad- diversos, aí1n también un mismo ser con características tan diversas
persevera substancialmente la misma; to-dos los cambios que, por como las que existen en un mismo hombre, cuando niño, cuando
razón de las transformaciones humanas, se operan en los Estados, adolescente y cuando hombre maduro o en la vejez.
no pueden significar sino variaciones y cambios accidentales en la Pío X ha confirmado plenamente esta doctrina de la unicidad
civilización cristiana misma. de la civilización cristiana, tanto en il fermo proposito cuanto en
Esta manera de concebir una única civilización cristiana la Carta condenatoria de los errores del "Sillon".
exige que desechemos de nosotros una imaginería estática y, por Allí dice que "la civilización cristiana no está por inventar";
el contrario, la imaginemos a modo de un organismo, impulsado que "la civilización cristiana no está por inventar"; que "ha
por una dinámica >-ital, que, en las diversas etapas por las que va existido :Y existe"; que "no se trata sino de establecerla y restaurarla

104 105
sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos co.Túra los hecho, y por la malicia de los hombres que ponen su felicidad,
ataques, sjempre reoovados, de la utopia malsana, de la rebeldía quien en los honores, quien en la riqueza o en la gloria, quien en
Y de la zmpzedad: Omn:ia instaurare in Christo"; que ha sido el placer, quien en el Dinero, quien en el Trabajo, y así, sucesiva-
fundada .con "los padecimientos de millones de mártires, las luces mente, se multiplican· cliYersamente las civilizaciones; pero en la
de_ los Padres y _Doctores de la Iglesia, la abnegación de todos los medida en que se diversifican, se apartan también de la recta
heroes de Za. c_arzdad, una poderosa jerarqzáa, nacida en el cielo, y norma que debe regir al hombre en su condición formal de
todo ello edzfzcado, unido, compenetrado por la vida y el espíritu humanidad.
de Jesucristo ... "; que """. hay que desligarse de lo pasado, antes En esta perspectiva, pero solamente en ella vale el texto de
basta anudar . .. los '?rganzsmos rotr:s P'!r la revolución y adaptar- Santo Tomás invocado por Maritaín: "La diversidad de ciudades
los con el rmsmo espzrztu que estuvzeron am"mados, al nuevo medio (Polit. VII, 6; II. II. q. 61. a. 2.) proviene de la diversidad de
creado por la evolución material de la sociedad contemporánea . .. ". fines o de maneras diferentes de tender a un mismo fin y los
Para dar visos de justificación a su concepto de cristiandad hombres constituyen vidas comunes diversas y por consiguiente
que,. c?mo hemo~ .'='sto, no se concilia con el concepto tomista, diversas ciudades, diversas vita.s faciunt et per consequens dzversas
Mantam en su Relzgzon et Culture compara el catolicismo, principio respublicas". Pero no olvidemos que no hay sino U.:Uª mane~a _de
irúonnante de la cultura cristiana a un "viviente trascer.idente ser simpliciter bueno y por tanto no puede haber smo una urnca
dice, .~ indepen?-i.ente y vivificado; - un poco (pero toda com: civilización verdaderamente humana. "Siendo la virtud -'--dice el
parac10n es deficiente), como una alma espiritual que subsistiría Angélico 67_ lo que hace bueoo al que la posee, se sigue que el
aparte, Y a la manera del "intelecto separado" de los averroístas y efecto propio de la ley, es hacer a aquellos a quienes se da, buenos
que comunicaría de su vida a diversos vivientes" 66. (El paréntesis e «simpliciter» o «secundum quid». Porque si la intención del que
e: d~ J\faritain). Comparación absurda, que no evita su contra- establece la ley se dirige a aquello que oo es «Simpliciter» bueoo,
di".c10n con .la :onstante d".ctrina . ecle~iástica y que no tiene por sioo útil o deleitable, o contrario a la divina iusticia, la ley entonces
ob1eto smo 1ustlf1car la tesis mantaímana de la multiplicidad de no hace «simpliciter» bueoos a los lwmbres, sino tan sólo «Sec~n­
civilizaciones cristianas. dum quid», esto es en orden a tal régimen. De este modo el b'.en
Pero. planteemos una cuestión que hasta aquí hemos dado se encuentra también en los que, de suyo, son mal.os; como alguien
por concedida. ¿Está suficientemente probado que las civilizaciones que es llamado buen ladrón porque obra de conformidad con el fin".
fuera del cristianismo si lograran verificarse en su integridad y Antes de pasar adelante advertimos que no es puramente
plenztud podrían multiplicarse no sólo numéricamente sino aún verbal y por lo mismo ociosa esta cuestión sobre la noción misma
esencialmente? Creemos que no. Y la razón surge nítida de la de cristiandad. Por el contrario constituye ella la clave de todos
doctrina expuesta más arriba sobre la noción de civilización. Si , los otros errores y extravios de l\1aritain, y lo que es más Ínlpor-
la vida humana, tanto individual como social está ordenada a la! tante señala la naturaleza misma de sus extravíos, es a saber el
divina contemplación de la Verdad y a la pos~sión del Sumo Bien error típico de lo que se llama en Teclogía el "liberalismo "";tólico".
no siendo éste sino una única Verdad y un único Bien y no habiendo Sabido es que con la encíclica "Libertas" de León ~I~I, I.';ibhcada el
para el hombre sino un único camino para alcanzarla no puede 20 de junio de 1888, ha quedado oficializada la clas1f1cac10n mparti-
haber sino una única especie de civilización como no hay sino una ta del liberalismo, hecha primeramente por el Padre ~ateo Llbera-
única especie humana. tore de la Compañía de Jesús, en sus famosos art1culos de la
Po.drian. multiplicarse, por razones individuales y accidentales, , Civiltá Cattolica, reunidos luego en volumen con el titulo d~ La
las c1VJl1zac1ones como varios individuos dentro de una misma I glesin y el Estado. Distingue allí el Padre Líberatore, el liberalismo
especie, pero jamás, como esencias diversas. Es claro que, de "absoluto", calificado por León XIII, de "pésÍnlo género de libera-

66 Réligion et Culture, pág. 53. 67 I. II. 92. 1.

106 107
lismo", el cual no reconoce ningún derecho ni divino ni humano se funda en su "inconsecuencia" 69 o "incoherencia" 70 , y lo califican
fuera de fo que determina la razón del hombre; con todo rigor e; de doctrina falsa "por lo menos mediatamente opuesta a la d?c~na
este, un s1stema ateo que hace del hombre individual o colectivo revelada" (Muncunill 71). El "Syllabus" lo expresa en las s1gmen-
11n dios. Un liberalis;rr:o "mitigado'' que r~conoce la sujeción del tes proposiciones condenadas:
hombre a las leyes divmo-naturales, pero no a las sobrenaturales. "No_. conviene ya en nuestra época que la Religión Católica
En consecuencia, la Iglesia que se presenta como sociedad perfecta sea tenida por la única religión del Estado, con exclusiói1 de cual-
·sob~enatural, es reconocida tan sólo como sociedad independiente y quier otro culto".
ª1:to~oma, de~tro de la_ esfera de la conciencia, pero sin derechos 78. "Por eso en algunos países católicos se ha provisto lauda-
publicos propiamente d1chos. Y por fin. un liberalismo llamado blemente por la ley que a los hombres que entran en ellos se les
de los católicos liberales o liberalismo catÓlico que acepta 'en teoría permita el ejercicio público de su culto".. . . .
la doctrir1a ínt~gr3:, catól~ca_ sob_~e la Igle~ia_ y·_ el Estado, pero s~ 79_ "Es ciertamente falso que la lzbertad cwzl de cualquzer
rehusa a s;i aplzcaczon practzca. ·Estos -d1ce L1beratore- rehuyen culto y la plena facultad a todos concedida de manifestar pú_lJlic~ y
l~ ~1sc:-us10!1 en el terreno abstracto de los _razonamientos; pero claramente sus opiniones y pensarmentos cond11zca a la- mas facil
;:ii;i1endo al concreto de los hechos, reputan más prudente y más corrupción de los ánimos y de las costumbres de los pueblos y a .
utrl a la Iglesia m1sma su total separación del Estado. Recuerdan propagar la peste del indiferentismo". '. .
lo~ ª(!Tavws por ella sufridos durante la esclavitud en que los 80. "El Romano Pontífice puede y debe reconc1harse y tran-
pnnc1pes d~ los paSados tiempos se esforzaban en tenerla so color sigir con el progreso, con el liberalismo· y con ·la civilización''.
de prot:cción; y_ la ~con_sejan que renuncie poi- sí misma al infausto Importa tener presente que en este tipo de liberalismo católico,
c~nsorc10, y reduciéndose a solas s11s f11erzas morale_s no reclame expresamente condenado, incurre Maritain, para a pre.ciar Cuán. in_e-
m esper~ auxilio. a~o del poder civil, ni pretenda eje;cer ninguna ficaces son los conatos de defensa-intentados por el nusmo Manta1n
1:Tiluenna en mngun ramo del poder político. En cuanto a las o por sus discípulos, verdaderos o presuntos, cua:r:do al reproch~r­
hbertades, llamadas modernas, dicen que la Iglesia puede y debe seles este gravísi_mo error se sienten grave.y gratuitamente ag;rav:a-
aceJ?tarlas su1 recelo, pu.esto que ellas no pueden menos de pro- dos 72 e in·vocan, en_ defensa, las obras, muy excelentes :y mentonas
ducirle ventaias, no habiendo nada tan conforme a la naturaleza por otra parte~ donde ha expuesto Maritain teórícarnente ~sin valor
del hombre como el gozar de plena libertad política y religiosa, práctico---- la buena doctrina o donde ha rechazado las otras formas
sacudiendo todo yugo de servidum.bre Y: de restricción. Dice que de liberalismo que nadie le imputa.
de todos modos, esta es la tendencia un1versal de la sociedad mo- Este liberalismo católico no ha de considerarse como- un
derna, ,Y el contradecirla es una loca determinación que no puede sistema rígido sino como un conjunto de tendencias má~ º.·menos
producir otro resultado que el de enajenar cada vez más los ánimos coherentes, que registra variedad de grados, cu3ras desviaciones 3-
ª. la Religión, con daño irreparable, no sólo de la sociedad civil peligros han de ser examinados en cad~ caso. Aún hist~ricamente,
smo tamb1én de lamisma Iglesia. Así se explican estos valeroso; el liberalismo católico una fonna reviste en Lamennais, otra en
apologistas, lqs cuales, con una sencillez que enamóra. se consideran Montalembert y Dupanloup, otra en el movimiento de la ".den:o-
como los únicos que ven claro, los verdaderos c¿nocedores del cracia cristiana'' de Dabry, Lenure, Naudet, otra en el amencanis'-
mm;do, los prudentes por excelencia, los legitimas defensores de mo condenado en la Testem Benevolentiae, otra en el movimiento
los 1nter~ses Católicos, y se lanzan de una inaneÍ:a feroz contra
cuales;i:nera que les. collt.radigari,_ ·sin ol!Jit:ir por. eso el obligado
paneginco de la candad y de la moderación" 68. 69 Ibid., pág. 22.
La refutación de este liberalismo, formulada por los teólogos, 70 Billot, De Ecclesia, 2 ed., t. II, pág. 51.
71 Muncunill, De Ecclesia, pág. 594.
72 Carta de Maritain al Cgo. Luis Arturo Pérez, de Santiago de Chile, y
G8 Liberatore, La Iglesia y el Estado, pág. 11. de Maritain, Raison et Raisons, Egloff, Paris, 1947, págs. 259 y sig.

108 109
del Sillon. Su pe)igro :y des_viación es tanto mayor cuanto tiende LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD
~ engrrse en. teona .~ fi"tosofza de la vida. Bajo este aspecto en la
Nueva .Cristiandad de Maritain se ocultan mayores extravíos que NATURALISTA
en la misma concepción de Lamennais .
. Por ?lra pa~,. aunque el enunciado teórico de que se reviste
el hber~lisn;o catohco se~ más benigno y aceptable que las otras
formas nnpias de hberalisi_no, de un Rousseau, Kant, Hartmann,
etc., por eiemplo, en la realidad práctica puede resultar más nocivo.
Porque va. debilitando, por dentro mismo de la Iglesia, la Regla
de vida social g,ue ha de regular la acción de los Católicos.
1 ~e C1_1alqmer manera, el liberalismo católico al abandonar en c'Quién es mentiroso sino aquel que niega
' la aphcacrón _Práctica, la ú~ca Regla Católica de vida social qw: que Jesús es el, Cristo? (Epístola I de
en ~a concordza del sacerdoczo y del zmperio propone Ja Iglesia de- San Juan, II, 22).
bera .ª~optar otra Regla de edificación, que al no ser la catÓ!ica
mflmra de ~echo en I~, e:üfica~ión ,~e la ciudad del diablo, po; La alteración a que somete Maritain el concepto formal de
mucho que mvoque al cnstramsmo . Porque como no hay sino cristiandad ha de comportar una alteración grave de la realidad
dos cmd_ades a lo largo de la historia hmnana, la "ciudad de Jos misma en que se verifica dicho concepto. Y como todo mal es
ho~bres·• y la "cmdad de Dios", g.ue dice San Agustín (L. XV, 1), tanto más grave cuanto más elevadas son las partes del ser en que
qmen abandona en la realidad vwida la Regla de edificación de- produce quebranto, de donde se comunica luego a las partes infe-
jada P?r Cristo a su Santa Iglesia, deberá adoptar otra Regla que riores estudiaremos la mengua que sufre la cristiandad en la
ha de inflmr en la edificación de la Ciudad Fraterna del Hombre. conce~clón maritainiana~ primeramente en lo que se refiere a los
derechos de Dios y de la Iglesia, y luego en lo que toca al poder
público. Por tanto consideraremos el naturalismo o la profanación
de la ciudad católica y su liberalismo o rebelión.
El error "naturalista" que también se llama "racionalismo"
o "filosofismo" es la hereiía peculiar y distintiva del mundo JTIO-
derno. Proclama la suficiencia de la humana naturaleza para
alcanzar su felicidad. En el fondo constituye la esencia misma
de todas las herejías. Porque, en una u otra forma, las herejías
son un volverse de la humana naturaleza contra las verdades que
nos son comunicadas por la RevelaCión. El hereje substituye por
"su verdad", por la doctrina tal como él la entiende con sus hu-
manas luces, la Verdad que, por el auténtico Magisterio, le propone
Dios. El naturalismo es la negación radical de toda verdad. sobre-
natural por el hecho de serlo. En la afirmación implicita de. que
basta la filosofía -la ciencia del hombre - y no es necesana la
teclogía -la ciencia de Dios- para ordenar perfectamente al
hombre. De aquí que los apóstoles, con exhortaciones apremiantes 1

1 Col. II, 8.

110 111
inculcaran a los primeros cr1stlanos "gu.ardarse de las seducciones terrible herejía del racionalismo o naturalismo que engendra lue¡>O
de la filosofía" y les recordaran las pqlabras de las Escritnras 2 : los errores sociales del laiCisr:µo, liberalismo, soc1al1smo y comums-
"Destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé la prudencia de mo. Debajo de todos estos errores y como constituyendo sn profunda
los prudentes" 3 • raíz está el mayor de todos los pecados que, corno e":'eña Santo
Nunca llegó el orgullo humano a infatuarse de manera tan Tomás 4 es el de infidelidad. "Porque todo pecado conszste formal·
profunda y universal como después de la gran herejía de la Refor· mente en la aversión de Dios, como se ha dicho (I. II. 71. 6). De
ma, cuando la razón, so pretexto de romper las cadenas que la donde tanto más grave es un pecado, cuanto por él más se separa
aprisionaban, desbordó en infinitos delirios. Por esto, el Concilio el izo/nbre de Dios. Ahora bien, por la infidelidad se aleia de Dios
Vaticano, congregado en nombre del Dios de la Revelación, al fu]. el hombre en grado máximo; porque no tiene el verdadero cono:i-
minar anatema contra los modernos errores, dice en el Prólogo de 1miento de Dios; r por el -COlWCimiento falso '!° se .acerca ~ f!zos
la "Constitución Dogmática de la Fe .Católica", después de referirse sino que de él se alefa. Ni puede conocer a Dzos qznen de el tzene
al Protestantismo: "iVació entonces y se propagó desmesuradamen- falsa opinión porque lo que _él _opi;ie no . es Dios. De donde es
te por todas partes aquella doctrina del racionalismo o naturalismo, manifiesto que el pecado de ·mfzdelzdad_ es el mayor de todo~, los
que, poniéndose en contradicción total con la religión cristiana, en pecados que tienen lugar en la perverszdad de las costumbres .
razón del carácter sobrenatural de esta I nstitltción, maquina con Por otra parte, de todas las especies de infidelidad la ~"?r e_s
extraordinario ·ardor excluir ·de las inteligencias humanas, de la la de los herejes que rechazan la fe después de _haberla rec1b1do ,'·
vida y de las costumbres de los pueblos a Jesucristo, Nuestro único Luego el naturalismo y el racionalismo que califica Santo Tomas
Señor y Salvador, para establecer el reino de lo que llaman la de ~'apostasía de perfidia" 6 es la aberración moral más monstruosa
pura razón o naturaleza". de la historia de las costumbres.
Entre los Padres más visibles del moderno racionalismo se Maritain, evidentemente no incurre en ~stos gravísiinos erro-
cuentan Descartes, Bacon, Spinoza, Hobbes, Hume, L-0cke, Wolf, res. Por el contrario con e'nergía y sobre todo con eficacia extra-
Kant, Hegel. Voltaire y Rousseau en el siglo xvm se erigen en los ordinaria los viene combatiendo en obras que se han hecho famosas
propagandistas del racionalismo en Francia y con fanatismo tra- en todo ~l orbe civilizado. Théonas, Antimoderne, La Philosophie
bajan en disolver la sociedad francesa que termina luego por Bergsonienne, Trois Reformateurs, Les ·dégrés du Savoir, Primauté
adorar a la diosa Razón. Emancipada de la fe, la presunta deidad du Spirituel, Reflexions sur l'intelligence, atestiguan una poderosa
se entrega a toda clase de extrav-íos, y a los más inverosímiles deli- i11teligencia puesta al servicio de una fe católica íntegra.
rios. No hay, en efecto, insensatez por grande que se la suponga Maritain que, en consecuencia, rechaza los modernos errores
que no haya sido inventada y propalada por algún filósofo. De del naturalismo o racionalismo, profesa los principios esenciales y
aquí que sean tan exactas y cabales las palabras del Santo Concilio constitutivos del catolicismo, es a saber: que el hombre fue creado,
Vaticano: "Pero después de haber abandonado y rechazado la en el estado sobrenatural de justicia, con derecho a la visión
religión cristiana y de haber negado a Dios y a su Cristo, cayó por intuitiva de Dios; que su pecado le acarreó la pérdida de la justicia
fin la inteligencia de muchos en el abismo del panteísmo, del original para sí y para todos sus descendientes; que el Verbo d_e
materialismo, del ateísmo, de tal suerte que negando la misma Dios se hizo carne y, con su pasión y muerte restauró aquel pnm1-
naturaleza racional, y todas las normas de lo iusto y de lo recto tivo estado, estableciendo~ después de su resurrección, la sociedad
aúnan sus esfuerzos para minar los fundamentos más profundos sobrenatnral de los Hijos de Dios; que esta sociedad llamada la
de la sociedad humana". Iglesia Católica, Apostólica y Romana, es la única depositaria de
La independencia o emancipación de la razón, de ahí la
4 II, II, 10, 3.
2 Isaías, XXIX, 14. 5 I, II, 71. 6.
3 I. Cor. I, 19. 6 II, II, 12, !.

112 113
la Verdad y de la Gracia de Cristo, sm la cual no obtienen el Esto supuesto, ¿,acepta la "nueva cristiandad'' de Maritain
hombre y los pueblos su salud. aquellas verdades esenciales para que pueda, con toda verdad,
He aqui los principios que Maritain profesa. Por esto, en el llamarse una teoría católica? :i:'areciera que sí; porque abundan
examen de sus teorias filosófico-políticas, .nos colocamos en la en sus libros manifestaciones explícitas de esta aceptación. Así, por
hipótesis de que estos· principios, y cuantos de ellos se derivan, ejemplo, escribe: "En este nuevo momento de la historia de la
están fuera de toda discusión. Pero entonces -podrá preguntar cultura cristia11a, la c_reatura no será desconocida i1i aniquilada de-
alguno- si '\Iaritain admite estos principios esenciales del cris- lante de Dios; no será tan1poco rehabilitada sin Dios o contra Dios;
tianismo, ¿a qué este intento de echar una sombra de duda sobre será rehabilitada en Dios. No hay sino una salida a la historia del
la ortodoxia de una obra que se reconoce meritoria? mundo, hablo en rég'l111en cristiano, sea lo que fuese de lo demás.
Porque '\Iaritain, que se profesa fervoroso filósofo católico, ha Que la creattrra sea verdaderamente respetada en su unión con Dios
forjado una teoría "práctica", esto es, ordenada a regular las accio- y porque de El lo tiene todo; hmnanismo, pero humanismo teocén-
nes morales de los católicos en el orden social, que se llama la trico, enraizado allí donde el hombre tiene sus raíces, humanismo
"nueva cristiandad", o el "humanismo integral'\ o, la ''ciudad integral, huma1rismo de la encarnación" 7 • ,
fraterna"; ahora bien, lo que está en discusión es esta su "nueva . Tan cierto que Maritain da cabida en su nueva cristiandad a
cristiandad". ¿Acepta esta su ciudad fraterna aquellas verdades las verdades sobrenaturales de la Santa Religión 8 : "Brevemente,
fundamentales que constituyen la esencia de la Fe Católica? Por- consisten (las dimensiones internas de los cambios requeridos para
que, -si no las aceptara o si no les diera la cabida que les corres- el pasaje a una Nueva Cristiandad) en hacer pasar una refracción
ponde, podrá l\Iaritain ser personalmente católico, pero no lo será real del Evangelio en el orden cultural y temporal. Se trata allí de
la ciudad que imagina en su "11ueva cristiandad". Y en este caso, cambios en el régimen de la vida humana a la vez interiores y ex-
dejando a resguardo los méritos e intenciones del filósofo católico, teriores, que deben cumplirse en el corazón y cumplirse en la
habría que impugnar una nonria de vida social que, al ser propuesta ciudad y en las instituciones, y que interesan juntamente, aunque
como término orientador de la acción social de los católicos, con- a títulos diferentes, al dominio social y visible y al dominio espiri-
tribuiría a producir confusión y ruina. tual, moral e invisible y en primer lugar al dominio espiritual".
La cuestión que planteamos resultn, en principio, perfectamen- La nueva cristiandad, al menos como surge de las declaracio-¡
te legítima. Son innumerables los casos de excelentes católicos y nes explícitas de Maritai11, da entonces cabida a las verdades fun-;
aún extraordinarios teólogos, que han propuesto teorías erróneas damentales de la vida sobrenatural católica. ¿Cómo atreverse a ca-'
y funestas. Nadie sin embargo, tiene derecho a reprenderlos de su lificarla de naturalista? Sin duda, porque no basta que el elemento'
fe católica personal mientras no conste con certeza que ha11 sost<:;- sobrenatural sea de algu11a manera incluido en la realidad social
nido dichas teorias, después de haber llegado a cerciorarse de su de los pueblos y de los estados para que pueda afirmarse el carácter
incompatibilidad con las enseñanzas de la Iglesia, o; lo que sería cristiano de esa sociedad. Las sociedades modernas aceptan en su
más grave, después de co11ocer esta incompatibilidad en concreto, seno a la Santa Iglesia, pero no son sociedades cristianas porque la
por manifestación auténtica de la misma Iglesia. En esto último expulsan de la vida pública y la recluyen en la sacristía. Interesa
radicó el nefasto extravío de Lamennais. Defe11dió con Lacordaire, entonces conocer cuáles son los principioc:; rectores que rigeii. la
Mqntalembert y otros, en el _diario l' Avenir, una norma social nueva cristiandad de Maritain; cuáles las ideas dinámicas que la
política anticatólica. La defendió probablemente de buena fe. Pero animan; cuáles los principios supremos inscriptos en las puertas
no supo renunciar a ella cuando el Magisterio le hizo conocer, e11 de la ciudad. Porque son precisamente los principios reconocidos
forma auténtica, que le estaba vedado defenderla. Lo que Lamen- como supremos y decisivos los que constitu:yen una naturaleza.
nais defendía~ ta11 anticatólico era antes con10 después de la con-
denación; pero i10 afectaba su integridad personal de profesió1i 7 Humanisme lntégral, pág. 80.
católica sino después de la co11denación. s !bid., pág. 2.17.

114 115
Maritain se ha explicado suficientemente al respecto, y así la gloria de Dios, de manera que con respecto a ella y en la medida
escribe: "El principio dinámico de la vida común y de la obra que a ella conduce acepta la amistad fraterna evangélica, o en
común, de tal civilización [la nueva cristiandadJ no seria la idea cambio, ésta es su primera y suprema verdad, a la que todo ha
medieval de un imperio que habría de edificarle a Dios aquí abajo, de acomodarse? Porque si no adora a Jesucristo y reconoce la
y aún menos el mito de la Clase, de la Raza, de la Nación o del divinidad de la Santa Iglesia, será teísta, pero no cristiana; y si, en
Estado. Digamos que sería la idea ~nb estoica, ni kantiana sino cuanto ciudad, no adora a Dios, ~erá simplemente neutra )""" atea.
evangélica- de la dignidad de la persona humana y de su vocación Se trata de saber si esta "nueva cristiandad" de Maritain acep-
espiritüal y del amor fraternal que le es debido. La obra de la ta, en su derecho público, la enseñanza de León XIII sobre la pro-
ciudad seria realizar una vida común aquí abajo, un .régimen fesión de la religión verdadera. "Siendo, pues, necesario al Estado
temporal verdaderamente conforme a esta dignidad, a esta voca- profesar una religión, ha de profesar la única verdadera, la cual
ción, a este amor 9 • sin dificultad se conoce, singularmente en los pueblos católicos,
,,_Así es primeramente, si se quiere recurrir a esta palabra, a puesto que en ella aparecen como sellados los caracteres de la
título de «mito» primordial director de la vida común, a título de verdad. Esta religión es, pues, la que han de conseruar los que
idea heroica que se ha de realizar, de fin típico que se ha de gobiernan; ésta la que han de proteger, si quieren, como deben,
perseguir, de- tema animador de lm común entusiasmo, poniendo atender con prudencia y útilmente a la commlidad de los ciudada-
en acción las profundas energías de la masa, como aparecerá la nos. La autoridad pública está, en efecto, constituida para utilidad
amiStad fraternal como un principio dinánúco esencial en esta de sus súbditos, y aunque próximamente mira a proporcionarles la
nueva cristiandad. Porque estará orientada verdaderamente y del prosperidad de esta vida terrena, con todo, no debe disminuirles,
todo (tout entiere) hacia una realización social-temporal de las sino aumentarles la facilidad de conseguir aquel sumo y último
verdades evangélicas, se aplicará propiamente a una obra común bien, en que está la sempiterna bienaventuranza del hombre, y a
profano-cristiana" 10. que no puede llegarse en descuidándose de la religión" 11. Maritain
En consecuencia "la amistad fraterna", digamos sencillamente nada decisivo dice al respecto. Pero por la estructura y conforma-
"la fraternidad universal", será el fin especificador de la nueva ción que da a su nueva cristiandad, por los caracteres q11e le asigna,
cristiandad. Para que nadie pueda creer que deseamos alterar el por los principios dinámicos que la mueven, por los agentes que
pensamiento de l\'Iaritalli digamos mejor, "la amistad fraterna la edifican, se deduce suficientemente que en su nueva cristiandad
evangélica". Pero preguntamos, ¿este fin que se propone la socie- no tiene el Dios de la Iglesia Católica el primer y fundamental lugar
dad, en su carácter de tal, es el fin último o supremo, o es simple- que imprescriptiblemente le corresponde. Su cristiandad es natu-
mente un fin inmediato y próximo, subordinado al fin último o ralista.
süpremo? Confesamos que la respuesta categórica y explícita a esta
cuestión nunca ha sido dada por Maritain. Sin embargo, ella es La Cristiandad de Maritain no adora al Dios
absolutamente necesaria. - ·
de la l glesia Católica
Porque de ella y únicamente de ella depende que Úna ciudad
sea o no cristiana. No estamos hablando de los individuos que El Dios que adoramos los católicos es un Dios que "en otros
integran la ciudad, hablamos de la ciudad como tal.. ¿Esa ciudad tiempos habló a nuestros padres en diferentes ocasiones y de mu-
que se propone como fin la "amistad fraterna evangélica" adora al chas maneras por los profetas y que últimamente en nuestros días
Dios verdadero y a sü Hijo, Jesucristo, o no lo adora? ¿Esa ciudad nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero
pone en su cúspide, como primera Verdad orientadora, el amor y universal de todas las cosas" 12 • ¿A este Dios adora la ciudad fra-

9 Ibid., pág. 208. 11 Libertas.


10 !bid., págs. 208-214. 12 Hebreos, I, 1.

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terna de J\18ritain? "En fin, dice 1s, la eoncepc1on de la sociedad la justicia, en la libertad, en el amor del prójimo, pueden cooperar
de la que hablamos es teísta o cristiana no en este se1TtidO que exi- también en la realización de una tal concepción de la sociedad y
giría que cada uno de los miembros de la sociedad crea en Dios cooperar en el bien común, aún cuando no sepan remontar hasta
y sea cristiano, sino en este sentido que reconocería que en la los primeros principios de sus convicciones prácticas, o bu~quen
realidad de las cosas, Dios, principio y fin de la persona hu1T.ana frn1darlas sobre principios deficientes" 15 • Pero si el fin de la cmdad
y primer principio del derecho natural, es también el primer católica es "sobrenatural" y si lo "sobrenatural" excede todas las
principio de la sociedad política y de la autoridad entre rwsotros, exigencias de una natnraleza creada o creable, no es posible que
y en este sentido que reconocería que las corrientes de libertad, de en s11 realización cooperen quien.es rechazan tal fin. En conse-
fraternidad abiertas por el Evangelio, las virtudes de justicia y cuencia, los principios rectores de esta sociedad no son católicos
de a:rn.istad sancio11adas por él, el respeto práctico de la persona "sobrenaturales" porque no exceden los límites de la fuerza natu-
human? proclamado por él, el sentimiento de responsabilidad de· ral de la razón; son puramente filosóficos. Es doctrina elemental
!ante de Dios requerido por él, tanto de aquel que ejerce la autori· que el catolicismo profesa una religión estrictamente sobrenatural.
dad como de aquel que está debajo de ella, son la energía interna ''La. doctrina sagrada -enseña Santo Tomás 16- propiísimamente
de que la civilización tiene necesidad para llegar a su cumpli- estudia a Dios como a primera y altísima causa, no sólo en lo qu.e
miento·'. puede ser conocido por la criatura. . . (cosa que también han al·
En todo cuanto enumera aquí Maritain para caracterizar la canzado los filósofos), como dice San Pablo: lo noto de Dios les fue
religión de su "nueva cristiandad", nada hay que exija la virtud manifestado a ellos; sino que también enseña lo que sólo el mismo
teologal de la fe. Porque Dios principio y fin de la persona huma· Dios o6noce de sí, y comunica a otros por revelación".
na, primer principio del derecho natural, pr,mer principio de la Los principios rectores de una cristiandad auténtica, de un_a
sociedad política y de la autoridad entre nosotros, no exigen, con sociedad cristiana, no pueden estar suspendidos sino de esta reah·
toda eYidencia, la lui de la revelación para su cünocimiento. "Eri dad suprema del orden sobrenatnral. Para que se diga cristiana no
efecto -dice San Pablo a los Romanos 14- , las perfecciones invi· basta que una sociedad confiese a Dios; debe adorar al Dios, ~oi;io·
sibles de Dics, aún su eterno poder y su divinidczd, se han hecho cido por la Divina Revelación; debe creer y profesar con fe dwzna
visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que que "El Verbo de Dios se ha hecho carne y habitó en medio de
de ellos nos dan sus criaturas; y así tal hombre no tiene disculpa". nosotros''.
Cualquier hombre, judío o pagano, puede y debe conocer a Dios, ªSeductor y an.ticristo, llama San Juan 17 a los que no confie-
autor de la naturaleza. Y .los impíos enciclopedistas se confesaban sen que Jesucristo haya venido en carne; menliroso aquel qtfé
teístas. Pero ni siquiera la aceptación de lo que Maritain denomiria niega que Jesús es el Cristo; anticristo aquel que niega al, Padre
"las corrientes de libertad y de fraternidad abiertas por el Evan· y al Hijo'' is. Y ¿a esta "ciudad laica vitalmente cristiana" o "Es-
gelio" exigen en el hombre de hoy, precisamente la fe divina en la tado laico cristianamente constituido" 19 que acepta "las corrientes
verdad del EYangelio; basta aceptarlos con fe puramente humana de libertad y fraternidad abiertas por el Evangelio", pero que no
o por rn1a convicción personal como puede aceptarse la bondad acepta la verdad divina del Evangelio, que no acepta la_ v_erdad
del Coram o del Baghavadghita. Tan cierto es ello y tan cierto divina del Dios hecho Hombre, que no acepta la verdad dwzna de
que esta sociedad maritaini8na, en· cua11to sociedad temporal, 110 la Iglesia, se la llama nueva cristiandad?
hace· profesión sino; a lo sumo, de una -religión natural que Mari-
tain aüade: "Aquellos que no creen en Dios o no profesan el
cristianis1no, si creen en la dig1ll~ad de la persona l1umana, en . 15 Les Droits, pág. 36; ed. cast., pág. 42.
16 I, 1, 6.
17 II, Carta, 7.
13 Les Droits, pág. 35; ed. cast., pág. 42. 18 I, Carta, II, 22.
14 I, 20. 19 Humanisme Intégral, pág. 182; Les Droits, pág. 37; ed. cast., pág. 45.

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Maritain pareciera querer convencernos de que la sociedad por relaciones de la Iglesia y el Estado. Me molesta tener que decir
él inventada es cristiana porque al reposar sobre principios naturales que- esas aserciones son sencillamente falsas. He pasado mi vida
de vida, como la persona humana, la libertad, la igualdad, abiertos combatiendo los errores del liberalismo teológico. La tesis de la
r vivificados por el Evangelio nos podría llevar por el reconoci- igualdad de las religiones y de los cultos, es, a mis ojos, un error
miento de esos principios al reconocimiento de la verdad divina absurdo. He condenado constantemente el separatismo de la Edad
del Evangelio. Pero aunque pudiera admitirse que por allí pudiera Moderna, el principio de la separación de la teología y de la filoso-
llegarse a la verdad divina del Evangelio, entonces sólo demostraría fía, el principio de la separación de la Iglesia y del Estado, el
que esa sociedad podría llegar a ser cristiana. Pero ¿cómo denonri- _ principio de la neutralidad del Estado. Las soluciones que entiendo
na Cristiandad, una ciudad que podría serlo, pero que no es cris- reclama el nuevo período en que estramos están en- las perspectivas
tiana? de la «tolerancia civil», admitida por las Encíclicas pontificias,
Tan cierto que la nueva cristiandad excluye el reconocimiento como ha repetido Monseñor Pérez, por sí mismo. Suponen que
social de la Santa Iglesia que Maritain dice que la "cooperación ha terminado la era del liberalismo, y asimismo la era del clerica-
con la.- religión" por parte de la sociedad temporal se hace "respe- lismo de Estado" 2 1 .
tando r facilitando, sobre la base de los derechos y de la libertad Pero no basta ·indignarse; no basta tampoco decir: "Yo he
de cada uno, la actividad de la Iglesia y de las diversas familias defendido tal cosa, yo he sostenido tal otra", si luego se elabora
religiosas que se encuentran agrupadas de hecho en el seno de la una ciudad en la cual no se aplica como corresponde aquello que
comunidad temporal" 20 • Luego la cooperación que la sociedad se ha defendido. Maritain ha defendido magníficamente, quizás
maritainiana presta a la Santa Iglesia de Jesucristo no deriva de la con exceso sentimental de celo, los divinos derechos de la Iglesia
profesión de fe, de esa sociedad, en la divinidad de la Iglesia, y por en contra de los graves errores de l' Action Franfaise. Pero desde
tanto del reconocimiento de los derechos imprescriptibles que esta su Du régime temporel, se ha forjado una concepción de la ciudad
su divinidad comporta, sino de los derechos ,y de las libertades de cristiana en la que estos derechos son gravemente disminuidos sino
los ciudadanos. Se reconoce a la Iglesia en cuanto se recünoce a desconocidos. Así ya en 1932 escribe 22 : "Aquellos que colocando
los ciudadanos cristianos el derecho de - practicar libremente el ante todo los valores auténticamente espirituales . .. no les agrada-
culto católico; por la misma razón que se reconocen los otros ría por esto oponer al error del liberalismo un error contrario, )'
cultos, heréticos, cismáticos e infieles. Luego la divinidad de la erigir, aunque fuese en ideal, en simple esperanza, una teocracia de
Iglesia no es reconocida por esa sociedad, en cuanto tal. Luego esa iglesia frente o al lado de las teocracias del colectivismo humano.
sociedad no puede y no debe llamarse cristiana. En una sociedad Reconocen la necesidad de tener en cuenta las divisiones religiosas
naturalista. Es un estado neutro. que el progreso del tiempo, y su malicia, han inscripto en la historia
del mundo. Sin declinar hacia la «tolerancia dogmática» que tiene
la libertad .del error por un bien en si, saben qué precio significa~
Un estado neutro benévolo con la Iglesia para la persÜna humana una justa «tolerancia civil» que impone
al Estado el respeto de las · concienciaS:-A.dem"fJ.S, a medida que
Pero Maritain reacciona indignado contra la insin11ación de toman mejor conciencia de la significación propia de la edad de
este agravio. En respuesta, hecha pública, al Canónigo Luis Arturo cult11ra en que entramos, y de su oposición al humanis1no de los
Pérez de Santiago de Chile, escribe: "Monseñor Luis Arturo Pérez cuatro últimos siglos,_ se sienten menos inclinados a suponer q11e
me denuncia como partidario de la igualdad de los cultos y de las encontrará en los medios humarws, en particular en los medios de
religiones, del indiferentismo religioso, de la separación de la Igle- Estado, el equipo requerido para la obra de lo espiritual aquí
sia y del Estado, y de las tesis del liberalismo teológico en cuanto a las
21 Una polémica sensacional, pág. 41, Santiago de Chile, 1944.
20 lbid., pág. 37. 22 Du régime, pág. 75.

120 121
abajo" 23 . Como si lo decisivo fueran los efectqs buscados, el éxito, en nota 27 : "Suponiendo que esta vía religiosa sea de tal suerte
y no la verdad y el cumplimiento por parte del Estado de la áberrante que conduzca a actos contrarios a la le3r natural y a la
profesión de la Religión verdadera y como si la verdad y el cumpli- seguridad del Estado, éste tiene el derecho de .llevar interdicciones
miento del deber no pudieran dar frutos buenos para el verdadero 3r sanciones contra estos actos, no tiene autoridad por esto sobre
bien honesto de los ciudadanos. Y como si este respeto de las con- el dominio de las conciencias".
ciencias y esta exclusión del Estado del servicio a la Iglesia y esta Ahora bien; este Estado en el cual los ciudadanos reclaman
confusa 24 distinción entre "tolerancia civilª )"" "tolera11cia dogmá- como ·derecho y derecho natural el profesar privada y públicamente
tica" no fuera ni más ni inenos lo qu_e enseñaba Lame1mais: "¿En c11alquier creencia o descreencia, mientras ella no perturbe la -tra11-
qué dañaria, dice, esta libertad (la de conciencia) a la conciencia quilidad pública, es un Estado neutro. Porque si todos los ciuda-
o al honor? Ella sola, al contrario, asegura sus derechos. Porque, danos tienen derecho natural a que sus conciencias sean respetados,
por una parte, deja a cada nno el creer todo lo que le parece verda- todos tienen derecho a que el Estado no fuerce la conciencia de
dero, y obrar según sus creencias en lo que no se perturba el orden cada llno. Es así que si el Estado profesa verdaderamente lLll_ cl.1lto,
público; yr en consecuencia, por otra parte, al establecer la más y en virtud de esta profesión acepta sus enseñanzas y preceptos y
perfecta tolerancia civil~ no encierra en_ ningún grado la tolerancia los incorpora a la legislació11, en esta medida forzaría las concie11-
dogmática, que no es sino la ausencia de toda cree11cia, :r aún de cias, e11 cuanto con la fiterza de su poder público trabajaría e11 fa•ror
toda opi11ión. Así el católico 110 renuncia a lllngún pu11to de su de ese culto; lv.ego este Estado 110 puede profesar i1ingú11 culto y
doctrina; la predica, la defiende, la propaga por el razonamiento debe ser neutro. Decirnos deliberadamente que el Estado fuerza
:.r la formación reconociendo el misn10 derecho al protestante. al las conciencias, porque el Estado en lo que tiene de propio y dis-
judío, a cualquier secta sujeta por otra parte, a las le:res del país" 25 . tintivo, en cuanto es Estado, es la coacti-vidad, y aunque no inipon-
¿Qué entiende Maritain por "tolerancia civir' en co11traposi- ga ninguna ley· ·especial ordenando o prohibiendo un culto deter-
ción a "tolerancia dogmática?". Que estos derecl1os los tiene_ la minado, aunque 110 ejerza ningún acto de fuerza particuJar co11tra
persona humana no frente a Dios sino frente al Estado 26: "El ciudadanos determinados, en la medida en que profesa nn culto,
primero de estos derechos es el de la persona hLnnana a caminar hace sentir la fuerza coactiva que le constituye, en fa.-or de ese
hacia su- destino eterno en el camino que su conciencia ha reconocido culto. Supongamos por ejemplo que nn Estado profese verdadera-
como el camino trazado por Dios. Frente a Dios y a la Verdad, no mente el culto calvinista; en consecuencia, ese Estado en su legisla-
tiene el derecho de elegir a su gusto cualquier camino, debe elegir ció11, cult11ra y en_señanza, estará info:rmado por el calvinismo "!l
el verdadero camino, en la medida e11 que está en su poder conocerle. los ciudadanos estarán inducid-Os al calvinismo_ por la fuerza misma
Pero frente al Estado, a la comunidad temporal y al poder temporal, del Estado. Y si el Estado no ejerce aparentemente fuerza en nin-
es libre de escoger su camino religioso a sus riesgos y peligros~ su gún sentido será porque es 11eutro; y aÚl1 -entonces la ejercerá e11
libertad de conciencia es nn derecho natural inviolable". favor de la religión de la '~irreligión" o sea. del ateísmo; que es
Y así como Lamennais no po11ía otra limitación al respecto de justame11tc lo que de n1odo típico, acaece en Estados Unidos de
las conciencias que no se perturbara el orden público, así Maritain Norte América.
De la. respuesta de Maritain al Canónigo Pérez 28 aparece el
23 Ver también: Humanisme lntégral, pág. 185.
falso contenido que encierra su concepto de -"tolerancia civil", cu:yo
24 Decimos co!Úusa porque Maritain no guarda un ún1co fundamento de padrinazgo quisiera adjudicarle a la encíclica pontificia.
división. En efecto, la tolerancia civil puede ser dogn1ática si reconoce cualquier ¿Porque exista división religiosa en tal ciudad católica, debe
culto u op:inión como un verdadero derecho o puede ser puramente práctica si ésta renunciar a su profesión católica, en cua11to ciudad~ y aceptar
como mera pennisión de un mal. Por tanto la tolerancia civil no puede, sin
graYe confusión, contraponerse a la tolerancia dogmática.
25 lVecessité de s'unir, 30 oct. 1830, t. 11, pág. 422. 27 !bid., pág. 103.
26 Les Droits, pág. 103; ed. cast., pág. 128. 2s Carta al Cgo. Pérez; pág. 41.

122 123
u:ia norma pública de neutralidad religiosa, de respeto de las con- ha de esconder en los secretos de la conciencia o ciertamente que
czenczas? Evidentemente que de ningi1na manera y en ningún ha de ser encerrada cuidadosamente en las paredes estrechas de
caso, contesta la universal doctrina de la Santa Iglesia; el Estado los templos. Como si Dios no fuese digno de ser honrado a la luz
debe ¡>rofesar el culto católico, y en consecuencia, debe conformar del sol· como si no hubiese dicho Cristo: Predicad por enczma de los
la legisfac1ón óvil a la legislación canónica de la Santa Iglesia, y tejado;, y también, Quien se avergonzare de mí y de mis palabras,
en cons1derac1ón a la división religiosa, podrá tolerar, pero única- de él se avergonzará el Hijo del hombre cuando venga en su ma¡es-
mente tolerar los cultos falsos, esto es, permitirlos como un mal tad, delante del Padre y de los santos ángeles. Además porque
-no ,como un ~erecho-- de acuerdo a aquella palabra de San grande es la autoridad del Estado en el pueblo de acuerdo a aquel
Agust1n, tolerantza qu.tE dicitúr non est nisi in malis 29. dicho verdadero del poeta: A e¡emplo del rey se comporta todo el
"E~ :verdad ---dice León XIII 30 - aunque la Iglesia juzga orbe; el vulgo versátil se muda siempre ¡untamente con el príncipe.
no ser hc1to el que las diversas clases y formas de culto divino Todo está bien, dirá Marita:in. Yo no lo niego, lo he defen-
gocen del mismo derecho que compete a la religión verdadera, no dido en mi Primauté du Spiritu.el. Yo busco "de qué manera par-
por eso condena a los encargados del Gobierno de los Estados, que ticular los principios enseñados en esas Encíclicas están llamados
ya para conseguir algún bien :importante, ya para evitar algún a aplicarse en las circunstancias concretas del mundo de maña-
grave mal, toleran en la práctica la existencia de dichos cultos en na" a1. "Las soluciones que entiendo reclama el nue"~º periodo
el Estado. Otra cosa también precave con gran empeño la Iglesia en que entramos están en la perspectiva de la "tolerancia civil"
Y es que nadie sea obligado contra su voluntad a abrazar la fe admitida por las encíclicas pontificias" 32 . Que Maritain defendia
como quiera que según enseña sabiamente San Agustín, el hombr~ esta doctrina en su Primauté y en Pourquoi Rome a parlé y en
no puede creer sino queriendo". Clairvoyance de Rome contra la Actión Fraw;aise, es muy cierto.
Pues bien, Maritain y LameILnais no plantean así las cosas Pero que no la defienda ya, también es cierto. No reconoce como
y en ~a ,~istinción confusa de "tolerancia civil1' y de "tolerancia primera e ineludible obligación del Estado dar. culto a D10s verda-
do?1:1anca . establecen en el Estado una verdadera tolerancia dog- dero y subordinarse intrínsecamente a la Iglesia. Falso, en conse-
manca o hbertad de cultos, lo que constituye un :indiferentismo cuencia, que sus -soluciones estén en la perspectiva de la "tolerancia
religioso o ateísmo práctico según la Libertas de León XIII. civil" admitida por las encíclicas pontificias. Porque las encíclicas
Delito enorme, porque si los particulares tienen obligación de pontificias aceptan un Estado cristiano que sin renunciar a su
profesar la religión verdadera, ¿cómo podrá estar exenta de ella el profesión de cristiano y subordinándose, por consiguiente, :intrínse-
Es_ta_do que n~ es sino el hombre amplificado por la asociación, camente a la Iglesia, tolere:. esto es~ penn1ta como mal· menor, los
engido en la crma de la comunidad y como llevando, con la unión falsos cultos. En la ciudad nueva de Marita:in, en cambio, no hay
de las fuerzas . de todos, hasta el grado máximo el poderlo del tal profesión de fe católica no hay subordinación intrinseca a la
hombre? ¿Cón;o podria eximirse de la profesión de la religión, el Iglesia; y en segundo luga;, ni hay tampoco verdadera tolerancia,
Estado, ente publico del que depende, en gran parte, la publicidad esto es, siniple pennisión de los falsos cultos como un mal menor
d~l c_ulto, la observación pública de las fiestas y las demostraciones sino su reconocimiento como un bien en sí, como un "respeto de
pubhcas del culto? Y ciertamente, desde los días de la Revolución las conciencias" : 13 , como una ''ganancia adquirida" 34 , como un
nos hemos acostumbrado de tal suerte, que nos parece normal est~ derecho natural de la persona hnmana 35 •
orden de la c:iu_dad en el que Dios sea adorado sin la participación
del .P?der púbhco. De donde también en muchos ha prendido el
pre¡mc10 de que la religión es cosa :individual, cosa privada, que se 31 Carta al Cgo. Pérez, pág. 41.
32 !bid.
33 Du Régime Temporel, pág. 75.
29 Enarra:tio in Ps. 32, Pa:trol. Migne 36, 271. 34 Humanisme Intégral, pág. 185.
30 Inmortale Dei.
35 Les Droits, pág. 103; ed. cast., pág. 128.

124 125
¿Qué puede haber de común entre la enseñanza de la Iglesia del pueblo y e11uznando de él"; de manera que no dependerá de la
qu~ . por boca de ~ón XIII dice: "veda la justicia . . . que el 1 Voluntad divina sino de la voluntad popular, y en concreto, como
Es'.ado se halle de zgual modo con respecto a las varias que llaman la voluntad popular depende de la propaganda periodistica y la
rel1gio11es :r ·conceda a todas promiscuame11te iguales derechos" 36 ·v propaganda periodistica de las resoluciones de las logias internacio-
la de ?v'Iaritain q:ue preco11iza el famoso pluralismo "que asegur~ nales, resulta que el sitio acordado a la- Iglesia e11 la nue,-a cris-
sobre la base_ de zgualdad de derechos, las libertades propias de las \tiandad estará a merced de las sectas anticristianas.
diversas fam1l1as relIP-Tosas
o . 37 .
. . . ? Es digno también de observarse la constante y peligrosa con-
De nada val_e que '\Iaritain invoque que su sociedad no seria tradicción de que adolece la nueva cristiandad. Por una parte
neutra s1n,o cnsh~na porque "co1zscient_e de su doctrina y de su Maritain finge una cristiandad, sobre la base de la "tolerancia
moral, sena Consczente de la fe que la znspira y la expresaría pú- civir' en atención al hecho moderno de la división religiosa, que
blr.camente" 08 , porql1e :ra sabemos qué significa este "cristiai1is-
0

repetidas veces deplora 4 1, y por otra, habla de una cristiandad para


mo" que "en 1.rirtud de f11erzas i11teñ1as desarrolladas en el se110 la madurez alcanzada por la persona hlllllana, en contraposición
de los p1~eblos y emanando de él, en virtud, de la abnegación y del a la infancia de los pueblos medievales 42 • La nueva cristiandad
don de s1 de hombres que se pondrían al servicio de la obra común que él proyecta para· esta tercera y madura edad de la humanidad
y c:1,:~a. autoridad moral sería libre1nente aceptada, en virtud de está vinculada con el progreso de la humanidad al que se refiere
msutuoones, costumbres y hábitos una tal sociedad podría llamarse especiahnente donde hace suya la opinión del célebre paleontólogo
cristiana i10 eh sus aparie11cias si110 e11 ·su substancia". Este "cris- Teilhard de Chardin cuando dice que la Humanidad todavía es
ti.an}smo" es,~q~e~ fa:moso e impío "cristi~~smo" de la_ Re·volució11, "muy joven"; y muestra que la evolución de la Humanidad debe
d:st111to del cr1st1an1smo como credo religioso y ca1n1no hacia la ser mirada como la continuación de la e•rolución de la vida, en la
vida eterna", "cristianismo", que "actúa así, toman.do a veces c11al progTeso significa .ascensión. de la conciencia y en la que la
formas P;;r~ti~as .º h~,sta formas de revuelta" 39 • Tan cierto que ascensión de la conciencia está ligada a un grado superior de orga-
sea este cr1st1amsmo y no el sobrenatural ,,,. divino de la Santa nización 43 •
Ig~esia q11e IVIaritain para explicar có1110 sería su "expresión pú- En la lógica de Maritai.n su nueva cristiandad deberia yerificar
blica"' .~scrib,e 40 : "De hecho es c!aro que para un pueblo dado, esta más plenamente aún que la medieval el concepto de cristiandad.
expres10n publica de la fe comun tomaría de preferencia las for- Pensar de otra manera y sostener que en las etapas más altas de
mas de la confesión. cristiana a la cual la historia y las tradiciones su desarrollo la Humanidad está dispensada de reconocer y prac-
de ~;te_ PL/eblo e_~tán más vitahnente ligadas"'. Luego, resultaria ticar los derechos divinos de la Santa Iglesia implicaria caer en el
un cnstiamsmo· que~ por confesió11 de l\!Iaritain, "tomaría las error del vulgo que afirma que la religión es buena para los niños
f~nn?~· de la Co;nfesió11 cristia?a . de un pueblo dado", es decir y las mujeres, principio de exquísita impiedad, fuera del cual no
c1sn1at1ca, o anglicana, o presb1tenana, o calvinjsta. o bautista o puede existir otro más intolerable e injurioso; principio del puro y
metodista. · ' corrompido ateísmo porque o Dios no existe o si existe, El es debajo
No _deje de adYertir el lector en el párrafo aquí transcripto del cual se doblegan los que soportan el orbe, y El es a quíen
que el__ SI~~ acm·dado a la Iglesia en la ciudad sería el que ella se adoran las dominaciones y delante del cual se estremecen las po-
conqu1:,te en. vzrtud de las fuerzas znternas desarrolladas en el seno testades 44 •
Luego no aparece, cómo justifica l\1Iaritai~ "la aplicación de
36 Libertas.
3i Les Droits, pág. 42; ed. cast., pág. 51 y sig. 41 Du Régime Temporel, pág. 74 y passim.
3S Les _Droits, pág. 40; ed. cast., pág. 49. 42 Humanisme lntégral, pág. 166 y sig.
3 9 Chrrst. et Dém., pág. 43; ed. cast., pág. 49. 43 Les Droits, pág. 44; ed. cast., pág. 56.
40 Les Droits, pág. 40; ed. cast., pág. 49. 44 Billot, De Ecclesia, II, pág. 86.

126 127
una doctri11a. católica disminuida a un rcgimen de tolerancia'' en ma:yores lumbreras del Concilio Vaticano, siendo Vicario General
una cristiartdad que debe ser más perfecta que la medieval. de Chartres en 1848, expone los principios justos sobre este punto.
"Los gobiernos de las sociedades --dice:- están con r~specto
a la Iglesia en tres situaciones: 19 ) e11em1g.os, y he aq:u1 a la
La Iglesia en el derecho común Iglesia bajo la espada de Nerón o de Robesprerre; 2°) aliados, y
hela aquí apoyada sobre el cetro de Teodos1~ o -~e Carlomagno;
Desconocer la divinidad de la Iglesia en la cindad implica 3º) extranjeros, y hela aquí frente de la Const1tu~10n belga o ame-
renovar la secular tesis del liberalismo que sostuvieron los católicos ricana. Ahora bien la causa de nuestra confus1on estnba en que
del pasado siglo, y que asumía la defensa de los derechos de la nuestra sociedad fr~ncesa, mezcla de todos estos elementos, está
Iglesia en el derecho común. Fue Lamennais el primero que frente a la Iglesia: enemiga, por el espíritu revolucionario que
elevó al plano de la teoría esta práctica de los católicos de Irlanda anima sus leyes; aliada por sus antec~~entes_, _Y por el he.cho d_e los
y de Bélgica. concordatos; extraña por su const1tuc1on pohhca :r su mas reciente
Desde su primer número, 16 de octubre de 1830; L'Avenir carta constitucional". ·
invita a todos los católicos a colocarse sobre el terreno del derecho De estas tres situaciones ¿cuál hay q11e preferir? Doctrinal-
común, señalado entonces por la Carta Constitucional de 1830. mente hablando, la alianza es el ideal social. "Un poder que
"La Carta, escribe, es el espejo brillante y fiel donde viene a refle- quiere cmnplir su deber para con Dios, un_ poder que se propond_ría
jarse nuestra sociedad del siglo x1x, con sus opinion~s tan variadas, resolver su caso de conciencia, debe obl1gatonamex1te protecc1on
tan contradictorias, sus creencias diversas, su irnnensa, su inexo- a la verdad y no puede conceder sino tolerancia a las sectas. disi-
rable necesidad de tolerancia y de libertad. La Carta es verdadera dentes". EstB. es la ley, este el derecho, esta la í1nica tesis adrms1ble
porque reconoce en derecho lo que existe de hecho, porque dice sin la cual no puede existir una sociedad vital y verdaderamente
lo que «es». . .. Por otra parte, es el único sistema posible y du- cristiana.
rable, atendida la división de los espíritus. El sistema social divino "Pero en el hecho omitiendo el régimen presente el cumpli-
fundado sobre la obediencia libre de la razón a una. ley inmutable miento de' su deber para con la Iglesia, ¿le está vedado a ésta,
reconocida por todos «es visiblemente imposible» ya que ha desa- aprovechar los recursos que s11 constitución le permite sacar de
parecido la creencia en la ley divina universalmente reconocida y un orden de cosas malas?".
en la autoridad que promulga e interpreta infaliblemente esta ley". Lejos de ello. En esta hipótesis, la Iglesia se adaptará. No
"Por otra parte, "el sistema brutal fundado sobre la obediencia teniendo la protección a que tiene derecho, reclamará por lo n;enos
forzada a un hombre cuya razón constituye la verdad y cuya libertad. Y si en vista de las dispos1c1ones actuales de los esp1ntus
volTu'ltad la justicia, «viola» al mismo tiempo el derecho de Dios el régimen del derecho común le sirve más útilmente que lo J;.aría
y el derecho del hombre... . Queda entonces el sistema «fundado el de la protección, sería una razón más para acomodarse, a ralta
sobre la sola razón hmnana» la libertad individual «igual para de cosa mejor a este estado de cosas.
todos, entera ,para todos»'' 45 . Pero ara: entonces hay que comprender que este estado que
¿Puede aceptar la Iglesia este programa que no reconoce sus con frecuencia es el sólo posible porque es el sólo aceptado, aunque
divinos derechos y que hace derivar de la voluntad del hombre fuese . accidentahnente más v-entajoso, no es el estado normal.
los derechos que se Je quiere acordar? Puede ser Tu'la necesidad; no un progreso, una felicidad, una
El célebre Cardenal Pie, que fue a mediados del siglo xrx el perÍección. . . .
gran luchador de los Derechos divinos de la Iglesia contra la herejía "Ui1a legislación -dice- que profesa la ind1ferenc1a es cosa
del naturalismo y del liberalismo y que había de ser una de las lamentable en m1 pueblo cristiano. Hay que tender con todos
nuestros deseos a una ley más perfecta. Ahora bien, ¿quién podrá
45 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 424. cambiar la ley? Sólo aquel que la ha hecho. ¿Quién ha hecho esta

128 129
ley virtualmente atea? El espíritu público. Rehagamos, por. tanto, tela de juicio su honor de filósofo católico" y que afirme que su
el espíritu antes de hacer la ley. En fin, ¿quién llev.ará de nuevo libro "Les Droits ha sido escrito para los franceses y en vista de los
el espíritu público al Evangelio? La educación religiosa. . . Pero, problemas que Francia habrá de afrontar tras la presente gue-
¿a qué título volver a pedir la enseñanza religiosa? En virtud del rra" so; porque en él no hace sino explicar su teoria, que le resulta
título del deber que tienen los gobiernos de concurrir a la salud tan entrañable, de la cité pluraliste: "De manera que una ciudad
espiritual de los pueblos. Pero este derecho y este deber . corren cristiana, en las condiciones de los tiempos modernos, no podría
el peligro de no ser comprenclidos; entonces, bajo esta reserva, se ser sino una ciudad cristiana dentro de la cual los infieles viven
podrá invocar la promesa de la libertad inscripta en la Carta. Así como los fieles y participan de un mismo bien común temporal" 51 .
se encuentra uno llevado prácticamente al derecho común, pero En el capítulo Una Sociedad vitalmente Cristiana, se clice que
sin abandonar en principio nada del derecho propio e imprescrip- "en el estado de evolución y de conciencia propia al que han llegado
tible de la Iglesia" 46 • las sociedades modernas, una discriminación social o política ·en
No comprendían así las cosas los católicos liberales cuya favor de la Iglesia" . : . y lejos de ayudar, comprometerian y per-
posición puede caracterizarse con aquella definición del abate judicarían su misión espiritual" " ... porque- la sociedad política
J. More!: "El católico liberal es aquel que, en salvaguarclia de la ha diferenciado más perfectamente su esfera propia y objeto tem-
Iglesia, prefiere el derecho común al derecho canónico" 47 • poral y agrupa de hecho en su bien común temporal a hombres
La Iglesia, que en casos particulares no ha dejado de invocar que pertenecen a familias religiosas diferentes, se ha hecho necesa-
frente al Estado el derecho común, advierte en la célebre Carta rio que sobre el plano temporal los principios de la igualdad de
de León XIII a los Franceses: "En efecto, querer que el Estado se derechos se apliquen a estas diferentes familias" 52 •
separe de la Iglesia, sería querer por lógica- consecuencia, que la "Es una concepción pluralista, asegurando sobre la base de la
Iglesia fuese reducida a la libertad de vivir según el derecho común igualdad de derechos de las diversas familias religiosas institucio-
a todos los ciudadanos" 4 s. nalmente reconocidas . .. " s3 . "No es en una situación privilegiada,
Aunque l\faritain se cuida bien de mencionar el "régimen de sino en un derecho igual cristiano inspirado en su propio espíritu, y
derecho común" aplicado a la Iglesia en la legislación de los en una igual equidad cristiana" 54 •
Estados como se apresura a advertirlo en su respuesta al Canónigo Entonces, hoy, por el imperio de la evolución de las sociedades r
Arturo Pérez de Santiago de Chile, sin embargo, la "cosa" desig- modernas -en consecuencia el derecho divino ha de ajustarse a lo
nada ·por el vocablo, figura cumplidamente en su nueva cristiandad. que dictamine la evolución del hombre-- la Iglesia ha de colocarse,
Desde el momento que un Estado no inscribe como ley funda- dentro de la ciudad civil, en el derecho común.
mental de su vida pública el reconocimiento de la Divinidad de la Lamennais no exponía de otra suerte el problema. Y el lector
Iglesia, los derechos que a ésta o a sus miembros· reconoce no puede leer anticipadamente este capítulo de la sociedad vitalmente
surgen en virtud de la Divina Autoridad, sino en atención al "deber cristiana en el artículo del 30 de junio de 1831, publicado en
de todo Estado de reconocer a todo individuo el derecho al libre L'Avenir:
ejercicio, tanto público como privado, de toda fe, religión y creen- "¿Cómo poseerá el sacerdote privilegios políticos cuando para
cia, cuya práctica no sea incompatible con el orden público y las n-adie existirán privilegios- políticos? Ciudadano de su país al mismo
buenas- costumbres" 4 9. título que los otros, qué más pedir, qué más desear. Pero le quedará
De nada sirve que se indigne Maritain de que "pongan en
50 !bid.
46 Baunard, Histoire du Cardinal Pie, I, págs. 185-187. 51 Humanisme lntégral, pág. 179.
47 Somme contre le catholicisme liberal. 52 Pág. 41; ed. cast., pág. 45.
48 Au milieu des sollicitudes, del 16. II. 1892. 53 !bid., pág. 42.
49 Les Droits, pág. 103; ed. cast., pág. 128. 54 !bid., pág. 43.

130 131
con todo un grande, magnífico privilegio, el privilegio de la a bne- preeminencia social que le ha de corresponder en la ciudad cristiana.
gación, el privilegio del sacrificio ... " 55. · Porque si la ciudad ha de conformarse a las enseñanzas cuya
Maritain por su parte escribirá: "No es acordando a la Iglesia custodia confió Dios al sacerdote, ¿cómo impedir que ocupe en ella
un tratamiento de fav-or, y buscando atársela con ventajas tem- el primer lugar? 57. L11gar de preeminencia que si no es ocupado
porales pagadas con el precio de su libertad, como la ayudaria más pbr el sacerdote, a quien por derecl10 divino le corresponde, lo será
el Estado en su misión espiritual, es pidiéndole más -pidiendo a por el periodista, o por el financista internacional o algún otro
sus sacerdotes ir a las masas, juntarse a su vida para derramar en agente de disolución social. . ·
ellas el fermento del Evangelio, y para abrir los tesoros de la Pero, ¿qué? Después de haber desterrado a la Iglesia de la
liturgia al mundo del trabajo y a sus fiestas-, y pidiendo a sus vida de los pueblos y de erigir por fin una sociedad nueva sobre
órdenes religiosas cooperar a la obra de asistencia social, de educa- los principios iluministas de la masonería -persona humana, 11-
ción de la comunidad civil, y a sus militantes laicos y a sus orga- bertad, igualdad, fraternidad- movilizada, seducida y enajenada
nizaciones de juventud ayudar el trabajo moral de la nación y por fuerzas sociales de dudoso origen y tenebrosos medios -con-
desarrollar en la vida social el sentido de la libertad, y de la fra- sorcios financieros, sindicatos de prensa, sociedades filantrópicas :y
ternidad" 56 • culturales-, de donde resulta una ciudad infrahumana que segrega 1
Este modo odioso de presentar el problema, propio de la hipo- normalmente millares de individuos humanos en quienes apenas j'
cresía impfa de los enemigos de la Religión, es corriente entre los,' si cabe reconocer la dignidad personal de la criatura racional, venir,
liberales católicos desde los tiempos de Lamennais. Es evidente' luego a la Iglesia, en tren· de angustias apostólicas, para que sus,1
que la Iglesia cuando reclama el reconocimiento de sus divinos de- sacerdotes, a título individual, se arrojen en medio de las masas, a:
rechos no exige "un tratamiento de favor" y mucho inenos exige derramar sobre ellas el fermento evangélico. Si no_ fuese demasiado;
para sus ministros una "situación social y política privilegiada", trágico cabría señalar el aspecto irrisorio de la utopía liberal "cris'
que esté fuera del ambiente de una época. No exige sino la con- tiana".
formación de la vida individual, familiar, profesional, social y po- No. Los pueblos no se salvan con. acción a¡JOstólica en medio
litica a las normas de la misma Iglesia, contenidas en el Derecho de los desperdicios sociales mientras el resto · de la sociedad se
Canónico y explicadas por el magisterio de los Romanos Pontifices. corrompe con las ideas y costumbres con que la envenenan los
Que la educación de la juventud se realice cristianamente, de intereses plutocráticos internacionales. Los pueblos se_ salvan con)
acuerdo a la Diuini illius Magistri de Pío XI; que el matrimonio y la Verdad católica predic~da libre".'ente _y, _d~sde que el hombre¡
la familia se conformen a la Casti Connubii; que los problemas del despierta al uso de la razon, y predicada mdividual y socialmente,
trabajo y del orden económico se ajusten a las enseñanzas de la los pueblos se· salvan con normas sociales de .vida;' esto es, con
Rerum Novarum, de la Quadragesimo Anno y de Mater et 111.agis- legislación conformada a la Iglesia. Este es el privilegio que la
tra; que el derecho y la vida pública de los pueblos se desarrollen Iglesia reclama para salvar a las sociedades envenenadas por la
en armonía con las grandes directivas enunciadas en el Syllabus, prédica nefasta de la Revolución. Y ¿la nueva cristian_dad acuerda
en la lnmortale Dei, Libertas, Quas Primas y demás enseñanzas del a la Iglesia estos divinos derechos? -
Magisterio eclesiástico. Maritain, en l1na exposición agria de tan. delicados puntos,
Estos Derechos que reclama la Iglesia son simplemente los añade: "La Iglesia católica insiste sobre el principio de que la
derechos de la verdad necesaria para la felicidad eterna y temporal verdad debe tener procedencia sobre el error y que la verdadera
de los hombres. Y como el sacerdocio católico es su depositario religión, cuando es conocida, debe ser ayudada en su misión espi-
auténtico, su reconocimiento comportará asinrismo el lugar de ritual de preferencia a las religiones c11yo mensaje es más o menos
desfalleciente y donde el error se mezcla con la verdad ... " y aña-
55 Obras Completas de. Lamennais, 11, pág. 466.
56- Les Droits, pág. 43; ed, cast., pág. 51. 57 Santo Tomás, ·ne Regimine principuriz, libro 1, cap. 14 y 15.

132 133
de imnedia~m~n.te: "sería con t?do muy falso concluir de aquí expresión injuriosa para todos los gobernantes cristianos (insinuada
que este pnnc1p10 no puede aplicarse sino reclamando para la aquí y explicitada en el párrafo arriba citado "buscando atársela
religión verdadera los favores de un poder absolutista o la ayuda con ventajas temporales pagadas con el precio de su libertad") a
de los dragonadas o que la Iglesia Católica reivindica de las socie- quíenes se atribuye la intención farisaica de servir a la Iglesia
d.ades modernas los privilegios de que gozaba en una civilización de para esclavizarla, pero sobre todo injurioso para la Iglesia cuando
upo sacra! como la de la edad media". se insinúa que por ventajas temporales pudiera llegar a vender
En primer lugar, la Iglesia católica no enseña ni puede enseñar su libertad.
que la verdad debe ser preferida al error; enseña simplemente que En quinto lugar Maritain pretende que en su Nueva Cristian-
la Verdad religiosa debe ser ineludiblemente profosada y el error dad familias espirituales o religiosas diferentes estén en pie de
debe ser ineludiblemente rechazado y excluido con el necesario igualdad con la Iglesia católica, y alega para este tratamiento
castigo de los perversos a no ser que razones puramente prácticas parejo el hecho de que. la sociedad política ha diferenciado más
aconsejen tolerar el error, el cual nunca puede invocar auténticos perfectamente su esfera propia 58. Pero, ¿qué nueva cristiandad es
derechos. ésta? ¿Qué cosa más absurda, en los mismos términos, hablar de
En segundo lugar, la obligación del -Estado frente a la Iglesia una sociedad cristiana, una Cristiandad, que otorgue iguales dere-
no deriva de la necesidad que tiene la Iglesia de ser ayudada por ',chos a cristianos y a no cristianos? ¿Qué iguales derechos? ¿Votar,
el Estado como si Dios tuviera que ser auxiliado por el hombre. \comerciar, divertirse? ¿Y eso qué interesa? Lo fundamental, que
' La necesidad surge primero de los absolutos derechos de Dios y 'es el derecho a imponer la forma de vida que debe prevalecer en
segundo de la indigencia del Estado que lo necesita para el cum- '!a ciudad, ¿a quién va a corresponder? ¿Qué forma de vida va a
plimiento de su fin y para llenar su misión civilizadora. prevalecer? ¿Cristiana, socialista, calvinista o judaica? ¿Cómo 1ra
En tercer lugar no es cierto, como allí se insinúa; que exista , a ser la legislación, la enseñanza, la familia, las costumbres? ¿Cató-
imposibilidad invencible de conocer la religión verdadera. Contra lica, socialista o atea? Y si prevalece la católica, como lo exige
el agnosticismo privado y público enseña León XIII; "Siendo pues la esencia de Cristiandad, ¿cómo puede hablarse .de igualdad de
necesario al Estado profesar una religión, ha de profesar la única derechos? ¿A quién se pretende engañar con lengua1e tan equívoco?
verdadera, la cual sin dificultad se conoce, singularmente en los. ¿A los católicos o a los anticatólicos?
pueblos católicos, puesto que en ella aparecen como sellados los
caracteres de la verdad".
En cuarto lugar, la Iglesia no reivindica privilegios sino de- Separación de la Iglesia y el Estado
rechos.
Lá noción de privilegio que implica la de favor, de ley particu- Maritain nunca usa la expresión "separación de la Iglesia Y
lar, no puede emplearse sin hacerle injuria a la Santa Iglesia que el Estado"; hasta se_defiende de que se le puede imputar esta tesis.
tiene derechos imprescriptibles. La manera accidental de reconocer "Monseñor Luis Arturo Pérez me denuncia como partidario de
estos derechos en la edad media, o en la edad renacentista no hace la igualdad de los cultos y de las religiones, del indiferentism:°
al caso. Lo importante y fundamental es que estos derechos se religioso, de la separación de la Iglesia y del !"stado, y de la ~es1s
reco11ozcan íntegra y fielmente. del liberalismo teológico en cuanto a las relac10nes de la Iglesia y
l\i deja de ser hostil lo que allí se escribe sobre "los favores el Estado. Me molesta tener que decir que esas aserciones son
de un poder absolutista o la ayuda de los dragonadas". La Iglesia sencillamente falsas. He pasado mi vida combatiendo los errores
jamás reclamó una ayuda imprudente y policial para el desempeño del liberalismo teológico".
de su misión y si los principes han cometido abusos no hay que Pero Lamennais que en sus articulas de L' Avenir no defendía
acentuarlos tan odiosamente como queriendo con ello invalidar el
reconocimiento de los justos derechos. Tampoco es admisible la 58 Les Droits, pág. 41; ed. cast., pág. 49.

134 135
sino las tesis animadoras de la "nueva cristiandad'' y que anterior- ción semejante a la que ha contribuido tan poderosamente a derri-
mente en su Ensayo sobre la indiferencia religiosa había defendido bar el antiguo poder. . . si la oprime. . . l1na tentativa semejante
la más intransigente posición católica, podría hacer sUy-a con tanto suscitará a la vez el inn-ienso cuerpo de los católicos y a todos
derecho sino con lógica las palabras airadas de l\faritain. En un aquellos que, sin serlo, aman sinceramente la .libertad.
artículo de L'Avenir aparecido el 18 de octubre de 1830, con el '' ... Consideremos, por otra parte, qué sería en las presentes
nombre de Separación de la Iglesia y del Estado, Lamennais esta- circunstancias, que no cambiarán por mucho tiempo, la sit11ación
blece claramente su punto de vista: ele la Iglesia, supuesto que conservase sus lazos con el Estado ...
''Naturahnente -comienza diciendo- la sociedad religiosa )' Dependiente del poder, si se resigna a s11frir su domi11ación, si cede
civil, la Iglesia y el Estado, son por tanto inseparables; deben estar a sus influencias, obedece a sus órdenes o sólo se la sospecha de
unidos como el cuerpo y- el alma: he aquí el orden". Para en segui- obedecer, toda oposición política se convertirá en l1na oposición
da a la hipótesis: religiosa; se verá lo que se ha visto: el sacerdote envilecido en la
"Pero puede suceder que, dividiéndose las creencias, se forme opinión, objeto perpetuo de la desconfianza y animosidad de los
en el mismo Estado., en cierta manera, varias sociedades espiritua- partidos, será representado como el instrumento venal de la ad-
les; y desde entonces, el Estado, no pudiendo identificarse con ministración, como el fautor del .despotismo y el apoyo natural de
ninguria sin romper con las otras y tratarlas como a enemigos, se la tiranía; se le acusará de servilismo, intriga, avaricia., ambición
sigue, en primer lugar, que tendiendo cada una de ellas, por decirlo humana. Se atre1rerá, por el contrario, a resistir al poder }.. a SllS
así, a constituirse exteriormente a hacer en el Estado otro Estado, prescripciones, aun cuando su conciencia le obligara a ello más
la guerra de creencias u opiniones se convierte en una guerra polí- estrechamente, las máximas del Evangelio y los cánones de la
tica y~ civil permanente,. y, en segundo lugar, que cada opinión o Iglesia se lo impusieran como deber riguroso; oíd estas voces que
cada creencia prevaleciendo, ahora una, ahora otra, tefrninan por se levantan y atraen con grandes gritos la animadYersión pública
ser oprimidas sucesivamente. Reemplazando la fuerza a la discu- y las violencias de la autoridad sobre el rebelde, el fanático, el
sión, en lugar de esclarecerla se irrita; las pasiones se exaltan, no hombre de perturbación y de desorden que rehusa someterse a las
se· escucha 3ra má_s; la anarquía se hace interminable. leyes.
''El remedio, el único remedio a un mal tan grande, es dejar " ... Católicos, comprendámoslo bien, tenen1os que salvar nl1es-
ql1e esta guerra espiritual prosiga y termine con armas pl1ramente tra fe y la salvaremos por la libertad ... ".
espirituales. La verdad es todopoderosa. Lo que más retarda su Esta tesis -así'tal cual- está contenida, en cuanto a la "cosa"
trümfo, es el apoyo que la fuerza material trata de prestarle, es la sino en cuanto al "nombre" en Maritain. Porque lilla ciudad,:
apariencia misma de la violencia en e1 dominio esencialmente libre concebida para los tiempos de mayoría de edad de los pueblos, que:
ele la conciencia. y de la razón: es la violencia brutal que viola y no adora en su vida pública al Dios de la Iglesia Católica, que!
profana el . santuario del alma donde Dios sólo tiene derecho a reconoce como un derecho natural el respeto de -las conciencias o
penetrar. Nadie debe rendir cuenta de su fe al poder humano y sea que no admite que su vida pública encamine al ciudadano hacia
la máxima cont:f'aria, directamente opuesta al catolicismo, c11ya la Verdad católica, que pervierte la noción d_e "cristianismo" des-
base arruina, no ha prodl1cido nunca, cada vez que se la ha visto gajándolo de la Iglesia, que no reconoce a ésta sino en tm régin1en
aparecer en el m1nído, sino sangrientas divisiones, calamidades 3r parejo al de las otras familias espirit11ales, q11e _no admite comd.
crímenes sin número, ha e•rocado de los infiernos a loS duques de luego veremos, que el Estado en 1.o ql1e tie11e d_e esenci?-1 que es la:
Alba y a los Enrique VIII. fuerza pública de la ley, se ponga al servicio de los fines de la
"Y para hablar primero del Estado, ¿en qué relaciones puede Iglesia, es un Estado separado de la Iglesia. Y tan separado de la
el gobien10 colocarse respecto de la Iglesia? Evidentemente es ne- Iglesia que el puesto que a ésta le corresponde es ocupado por otra
cesario o que la proteja o que la oprima: no hay término medio. especie de comunidad espiritual no religiosa sino filosófico-liberal
''Si la protege, suscitará inmediatamente contra sí una oposi- a cu3ro servicio admite por cierto que se po11ga la f-Uerza pública de

136 137
la le~r . ,En efecto, escribe 1\1aritain 59 : "Pero la comunidad demo- su significado esta valoración, advirtamos, como el mismo Maritain
crática debería defenderse de él, ya sea materialista, idealista, ag- expresamente lo señala, que no habla del Santo Imperio como
11óstico, cristiano o judío, musulmán o budista, manteniéndolo "hecho histórico; en rigor se podría decir que este hecho no logró
alejado de la dirección, mediante el poder de una opinión pública existencia verdaderal1 s1. Lamennais ya decía que "este sistema~
fuerte y bien informada y hasta debería entregarlo a la justicia bajo cierto aspecto tan brillante, no marchó nunca sino con dificul-
cuando su actividad pone en peligro la seguridad del Estado". tad y nunca pudo desarrollarse completamente 62 ; tampoco habla
Finalmente no dejemos de señalar también aquíla incongruen- del Santo Imperio como utopía teocrática; "hablamos del Santo
cia de Maritain al fingir por una parte lma Cristiandad más per- Imperio como ideal histórico concreto o como mito histórico, es
fecta para los tiempos de madurez de la humanidad y por otra decir, como imagen lírica que orienta y niueve una civilizació11.
disminuida, en cuanto privada de la cooperación del Estado en la Así considerado, es menester decir que la edad media ha vivido
represión de las herejías. ¿Acaso el cerceriamiento del carácter mi.- del ideal del Santo Imperio (y de él ha muerto): si se entiende
nis/erial del Estado surge porque de hecho los hombres han apren- este mito de una manera suficientemente amplia, en todo su valor'
dido a cumplir los deberes para con la Iglesia, de suerte que no representativo y simbólico, rige ideahuente todas las formas tem-
es necesario recurrir a la ayuda coercitiva del Estado; o, por el porales medievales y los mismos conflictos, las realizaciones anti-
contrario, porque los pueblos indóciles a lo sobrenatural, hacen nómicas que han impedido al sacrum imperium existir verdadera-
imposible echar mano de ese ministerio coercitivo? Pero sin duda mente como un hecho" 63 .
que no es por la primera razón. Porque, '\;·quieres tú no tene.r qUE ¿En qué coloca Maritain los caracteres típicos de esta concep-
temer nada de aquel que tiene el poder? Pues obra bien; y mere- ción cristiana sacra de lo temporal? "Er1 primer lugar es la ten-
cerás de él alabanza. Porque el príncipe es un ministro de Dios dencia a una unidad orgánica cualit_ativamente máxima 64 que
puesto para-tu bien. Pero si obras 1nal,- tiembla, porque 11:º en vano «pide centrar la unidad de la ciudad temporal lo más alto posible
se ciñe la espada, siendo como es nzinistro de Dios, para eje!cer su en la vida de la persona, dicho de otro modo, fundarla sobre la
justicia castigando al que obra mal" 60. unidad espiritual . .. ». Pero la unidad temporal de la Europa
- Co1no si dijéramos que si e11 la próxima y tercera cristiandad cristiana no tenía sólo su fuente en la unidad religiosa. . . com-
no ha de recurrirse al poder coercitivo del Estado a los fines de la portaba también, y ello era indispensable desde que se trataba
Iglesia porque los pueblos se comportarán tan juiciosamente que se de una unidad temporal máxima, la unidad poderosa, aunque muy
hará innecesario el uso de este poder, entonces no es _necesario general y compatible con las divisiones y las rivalidades particu-
inventar la teoría de una nueva cristiandad fundada precisamente lares más agudas, de un cierto fondo común de pensamiento y de
en el hecho de la división religiosa y de la indocilidad de los pue- principios doctrinales . . . «una unidad imperial so breordenada a
blos a la Verdad sobrenatural. los diversos reinos como la unidad de sabiduría está sobreordenada
a las di-versas especies de ciencias: el centro político supranaci?nal
de la cristiandad era el Emperador romano germánico»" 65 • ·
Valoración de la cristiandad medieval De esta alta unidad sacral se deriva "el predominio del ro\
El naturalismo que preside el pensamiento de Maritain en ministerial de lo temporal respecto de lo espiritual" 66 ; de lo tem-¡
la elaboración de su nueva cristiandad va a aparecer más nítida- poral no cÜmo fin intermediario o infravalente sino de "simple'.
mente si cabe en la ·valoración que formula de la concepción cristia-
na sacra de lo temporal del Sar<to lmpeno. Para apreciar en todo 61 Humanisrne lntégral, pág. 156.
62 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 465.
63 Obras Completas de Lamennai.s, pág. 156.
59 Los fundamentos de la democracia,_ en El Pueblo, de Buenos Aires, del 64. Ibid., pág. 159.
13/V/1945. 65 !bid., pág. 160.
60 Rom .• XIII, 3. G6 !bid., pág. 167.

138 139
medio, de causa instrumental, respecto de la vida eterna" como constitutivos de toda cristiandad, y que en consec11encia si faltan,
lo demuestran la noción del brazo secular, el nombre de "obispo de deja ésta de ser ciudad cristiana y se convierte en naturalista. Lo
fuero externo'' dado a los re:yes, o acontecin1ientos típicos como sacro o sacerdotal, o sobrenatural surge de la esencia misma de la
las cruzadas" 67 • Correlativamente con esta función ministerial de ciudad cristiana, que no es, en s11bstancia, sino una ciudad. que
la c;iudad derivaba el tercer rasgo caracteris-i:ico que consistía en reconoce como fin último de la vida humana el destino sobrenatu-
"el empleo de los medios propios del orden temporal y político ral que sólo puede conseguirse en la Iglesia. Si el hombre ha sido
(medios visibles y externos donde las cohibiciones sociales des- creado para salvarse eternamente y si no puede salvarse sino per-
empeñan un gran papel, cohibiciones de opinión, cohibiciones de teneciendo a la Iglesia se sigue que la ciudad terrena debe estar al
coerción, etc.), el empleo del aparato institucional del Estado para servicio de la Iglesia. Luego una sociedad que quiere respetar la
el bien espiritual de los hombres y para la unidad espiritual del naturaleza esencial del hombre, tal como está constituida en el
mismo cuerpo social ... " 68 . La cuarta nota del ideal histórico orden actual de providencia, no puede ser sino sacra, sacerdotal o
medieval la constituía una "cierta disparidad como de esencia (en- .,sobrenatural".
tre el dirigente y el dirigido), quiero decir una cierta disparidad de Supongamos en efecto una ciudad de cristianos que quieren
categorías esenciales, hereditarias o. . . una diversidad de razas proceder plenamente de acuerdo a la fe. Esta ciudad está formada
sociales 69 • La quinta y última nota del ideal histórico de la edad por hombres cristia11os que se diversifican por ocupaciones diversas
media consierne a la obra común en la cual trabaja la ciudad, y que conspiran todas a la común utilidad. Quienes ocupados en
q11e cons1st1a entonces en el establecimiento de una estructura social tareas económicas~ quienes en culturales, quienes en políticas, quie-
juridica puesta al servicio del Redentor por la fuerza del hombre nes en religiosas. Si ·estos ci11dadanos quieren proceder como cris-
bautizado y de la política bautizada" 70 • tianos en el desarrollo de sus actividades temporales, es decir en
. Tal el _ideal histórico de la sociedad medieval expuesto por el aquellas que se ordenan directamente a su felicidad terrestre, como
mismo Mantam. Ideal que como Lamennais decía también 71 p11do son la totalidad de actividades económicas, culturales y políticas,
y~ ~ue bueno, pero que no tiene valor permanente. Pues bien; de han de ejecutarlas en forma tal que, en ellas al mismo tiempo,
las cinco notas que l\1aritain asigna al ideal histórico medieval; la conq1ústen la felicidad sobrenatural.
verdaderamente central y decisiva es la primera o sea que la ciu- Es decir que cuando esos 11ombres cristianos ejecutan las
dad temporal coloca su unidad en la unidad religiosa de la Verdad acciones económicas, culturales y políticas, han de ejecUtarlas para
Cat_ólica .Y en consecuencia, el Estado se pone al servicio de esta salvar su alma; porque la bienaventuranza sobrenatural la han
Umdad, ~e _donde ~esulta una ciudad cristiana, en la que lo primero de conseguir- con sus acciones ten-estres, practicadas sobrenatural-
es:1 servicio de Dios. La cuarta n_ota, o sea la diversidad de razas mente, santificadas por la virtud teologal de la caridad. Sino fuera
así esas acciones sérían estériles para la vida eterna. . . y al no
soczales, es completamente accesorza respecto a señalar lma condi-
ción de cristiandad; falte o no dicha diversidad de razas sociales la ordenarse a ese fin debido en la actual providencia, carecerían -de
cristiandad~ en cuanto cristiandad se:rá la misma. Vamos pue~ a fin, y en consecuencia serían sim vliciter ma1as, consideradas en
1

omitir su- consideración aq-uí para estudiarla más adelante. atención a las exigencias que deben tener las acciones de los cris-
En su análisis que ocupa diez páginas 12 Maritain clasifica tianos. Luego, si los cristianos proceden en carácter de tales, en
como elementos distintiuos de la cristiandad medieval, elementos sus relaciones individuales, familiares, económicas, culturales, ci"-i-
les, políticas, toda la vida temporal viene a ser sobrenaturalizada y
67 Ibid., pág. 162. por consiguiente a tener a Dios, Uno y Trino por fin último, a
68 Ibid., pág. 163. reconocer la realeza del Verbo-hecho Carne, y en cuanto a las
69 !bid., pág. 163. acciones sobrenaturales que en ella se cumplan, se hallarán bajo
70 !bid., pág. 166_
71 Obras Completas de Lamennais, II, pág. 463. la jurisdicción de la Iglesia, única depositaria de este orden. Los
72 Humanisme lntégral, pág. 156 y sig. gobernantes, cualesquiera sea el régimen político de la ciudad con-

14{) 141
formi;ITán aún sus acciones temporales de gobernantes con este fin principalmente al Romano Pontífice, deben estar subordinados to-
último, y en consecuencia pondrán el poder público al servicio de dos los gobernantes civiles del pueblo cristiano; pues a aquel a
este_ fin, como lo inculca la constante enseñanza del Magisterio quien pertenece el cuidado del fin último, deben estar subordinados
eclesiástico. . aquellos a quienes pertenece el cuidado de los fines próximos o
¿Qué ha de resultar de una ciudad de cristianos que proceden intermedios".
así cristianamente, esto es, sobrenaturalmente? Que de todos_ los Santo Tomás no ha reconocido este orden como valedero para
bienes de que se dispone en este mundo han de dar el primer lugar la edad media sino para toda época cristiana. Y de ser exacta la
a los bienes sobr~naturales de la Santa Religión de Jesucristo; que opinión de Maritain de que el Doctor Angélico tiene su misión
todo_s los otros bienes, sin privarlos de su ordenación propia, sin de arquitecto de la futura y nueva cristiandad, estos son los prin-
desutmrlos de su naturaleza y calidad de económicos, culturales, cipios sobre los que ella debe fundarse, principios diametralmente
políticos, al contrario, buscando perfeccionarlos en su orden propio opuestos a los del Humanisme lntégral. Oposición tan fundamen-
pa:ra que sean más conve11ientemente ordenables, han de ordenar- tal como la que refleja este extraordinario párrafo del Regimiento
los como medios, a la adquisición de su perfección sobrenatural. de los Príncipes:
Pues bien; esta y no otra cosa es, en substancia, la edad media. "Por lo cual -dice Santo Tomás admirablemente-- fue dis-
Pero e:te orden esencial de una ciudad cristiana tiene vigor para puesto por la Divina Providencia, que en la ciudad de Roma,
cualqmer época de la historia, porque deriva de la naturaleza prevista por Dios como sede principal del Pueblo cristiano, se
misma de la acfr;idad del cristiano. Que luego la ciudad cristiana introdujese poco a poco la costmnbre de que los rectores de las
del Imperio Romano cristiano de San Agustín, o del reino Franco ciudades se sujetasen a los sacerdotes. Porque como refiere Valerio
de Clodoveo, o del imperio de Carlomagno puedan diferir entre Máximo: «Siempre nuestra ciudad afirmó que todo ha de pospo-
sí por diferencias individuales, derivadas de· circunstancias históri- nerse a la religión, aún las cosas en que brilla el esplendor de la
cas accidentales no puede afectar a este orden esencial que será alta majestad. Por lo que no dudaron en colocar al servicio de lo
s1empr~ el que brillara con máximo esplendor en la Edad Media, sagrado el mando, porque tenian por firme el régimen de las cosas
permaneciendo como ley perpetu.a de la Iglesia. humanas, si se ponían bien y sólidamente al servicio del divino
Sorprende que Maritain, que invoca a Santo Tomás como poder. Y por cuanto también había de acaecer que en Francia to-
inspirador y arquitecto de su nueva cristiandad, no haya advertido mare gran incremento la religión del sacerdocio cristiano, fue pro-
l.a irrefragable demosu·ación que efectúa es.te Doctor en el capítu- visto por Dios que, entre los. galos, los sacerdotes paganos, a quienes
lo xrv del libro I del Regimiento de los Príncipes cuando escribe: llamaban Druidas, fijaran el derecho de toda la Galia -como re-
"El fin de la muchedumbre asociada, es el ·vivir virtuosamente, pues fiere Julio César- en el libro que escribió de la guerra de las
que los hombres se unen en comunidad civil, a fin de obtener de Galias»''. (L. I, 14). ·
ella protección para "ivir bien, y el vivir bien para el hombre, no El mismo Maritain en su Primauté du Spiriiuel reconocía
es otra cosa que vivir según la virtud. Mas este fin no puede ser· este carácter sobrenatural, sacro y sacerdotal de la ciudad cristiana,
absolutamente el último; puesto que el hombre, atendida el alma'1 cuando escribía 73 :
inmortal está destinado a la bienave:nturanza eterna, y la sociedad: "Este derecho de la ciudad de Dios sobre la ciudmi terrestre
instituida en provecho del hombre, no puede prescindir de aquello. lo postula la misma ciudad terrestre en virtud de una exigencia
que es su bien supremo. No es, pues, el último fin de la vida, interna. Está en efecto ordenada a un bien común temporal que
hmnana la vida virtuosa sino el llegar por un medio de vida de' no es sólo de orden material, sino también y principalmente de
virtudes a la felicidad sempiterna. Ahora bien, el que guía y orden moral; la vida humana buena (vida virtuosa) de la multitud
conduce a la consecución de la eterna bienaventuranza, no es otro congregada en un cuerpo social, comurúcatio in bene vivendo (De
que Jesucristo, el cual encomendó este cuidado acá en la tierra
no a los príncipes seculares, sino al Sacerdocio por El Instituido, y 73 Primauté du Spirituel, pág. 25.

142 143
Regimine Princ., I, 15). Ahora bien; la recta vida humana aquí punto de vista el poder indirecto es considerado de una manera muy
abajo supone el ordenamiento del hombre a su fin último, que es turiversal, como englobando no sólo las intervenciones particulares
sobrenatural y no puede ser obtenido sino por Cristo; el bien de la de la Iglesia, por consejos u órdenes e~presas, ratione peccati, sino
ciudad debe estar ordenado a este mismo fin último sobrenatural también la influencia rectora ejercida sobre las cosas temporales
que es el de cada hombre particular. . . la regla de conducta de por su misma enseñanza general y por la educación que da a las
la vida individual y social no pudiendo hacer abstracción del naciones. Una soberanía temporal así formada en espíritu, una
orden sobrenatural, y para hablar con propiedad, una sabiduria ciudad verdaderamente cristiana, iría por sí misma a fines cristianos,
política completa siendo de la esfera de la teología, el principe, para y a este libre movimiento vendrían a añadirse para perfeccionarlo
cuniplir sz.t oficio, debe estar él mismo instruido en estas ciencias las intervenciones especiales de la Iglesia, cuya maternidad no
y consultar a aquellos que tienen el depósito. Así San Luis con- deja nunca de cobijar a los pueblos. De este modo, en las condicio-
sultaba a Santo Tomás. «El rey -escribía éste-- debe procurar la nes normales de civilización, es decir, si los pueblos y los gobernan-
vida buena, - aquí abajo, de la multitud, en cuanto conviene a la tes fuesen lo que debieran, el poder iudirecto se verificaria como
obtención de la felicidad celeste, de suerte que prescriba las cosas naturalmente, por la docilidad espontánea a la ley evangélica y a
que conducen a esta felicidad y prohiba, en la medida de lo posible, la _enseñanza general de la Iglesia, y, cuando ésta lo j11zgp. oportuno,
las contrarias. Cual sea el camino que conduce a la verdadera a sus consejos particulares".
felicidad y los obstáculos que a ella se oponen lo sabe por la ley Esta es la concepción transparente de cristiandad de la teología
divina cu:ya enseñanza es propia del ·ministerio sacerdotal»'' (De católica, expuesta por Santo Tomás, realizada imperfectamente co-
Reg. Princ., I, 15). mo todo lo humano por los siglos cristianos y valedera como condi-
La ciudad temporal cristiana debe entonces ser· "sobrenatural'' 1
ción de salud en lo futuro y que l'vfaritain no se atrevía a alterar
en contraposición a naturalista; "sobrenatural'' por el fin supremo 1 cuando "quería trabajar para Dios y no para la sociedad mo-
al cual indirectamente se ordena que es Jesucristq, Dios-hombre, derna'' 7 4 .
autor y consumador del orden de la Revelación y de la Gracia; "so-
brenatural'' por su fin próxi-Tno, que es promover la vida virtuosa El mito de la fuerza al servicio de Dios
en relación al fin sobrenatural, de la muchedumbre congregada en
su seno; "sobrenatural" por la causa formal, es decir, por la con- Maritain ha querido caracterizar el ideal medieval de vida
formación que ha de imponer a las actividades humanas, las cuales con el. "mito de la fuerza al servicio de Dios'' en contraposición
han de ser sobre-elevadas y sobrenaturalizadas de acuerdo al fin al ideal de la nueva cristiandad resumido en el "mito de la realiza-
supremo; "sobrenatural" porque ha de surgir por el común esfuerzo ción de la libertad".
de agentes humanos, económicos, culturales y políticos bajo la . No deja de sorprender la adopción de expresión tan poco bené-
dirección suprema del sacerdocio sobrenatural. vola. ¿Se pretende acaso suscitar en el lector moderno la imagen
Tan plenamente ha_ comprendido Maritain este carácter "so- del poder policial -las dragonadas- al servicio del clero para
brenatural" de la ciudad cristiana,· y tan siu disminución lo ha coaccionar voluntades en el cumplimiento de fiues religiosos? La
expuesto en PrimaLlté, que escribe: "Para mostrar esta subordina- imagen podrá ser eficaz, pero no aparece cómo quedan incólume
ción de lo temporal a lo espiritual, que compara a la subordinación la. serenidad del .filósofo y el prestigio y dignidad de la "Europa
del cuerpo al alma, Santo Tomás, acabamos de verlo, se funda cnstwna que, gmada y bendecida por la Iglesia, reteniendo la va-
sobre la subordinación misma de los fines, que exige que la auto- riedad de las naciones, .arribó a una unidad fomentadora de pros-
ridad que mueve hacia el fin supremo dirija, sea por sus enseñanzas, peridad y grandeza" 75 .
sea por consejos, sea, si es necesario, por órdenes, a aquellos que
mueve hacia el fin iutermedio, y que bajo la ley de Cristo los reyes 74 Antimoderne, pág. 217.
estén sometidos al Soberano Pontífice. Advirtamos que bajo este 75 Benedicto XV, en Pacem Dei Munus.

144 145
Pero si se quiere ser objetivo y significar la instrunu;ntaJidad ende, su intrínseca subordinación al bien que es el objeto de la
del poder público a z.os fines de la I [Slesia que tau magníficamente contemplación del sabio. Tal civilización no puede tener como ley
se verificó en el medioevo, no se olvide que ella arranca de deberes de vida la primacía de lo político porque ello sería e:ri desmedro
esenciales a toda sociedad verdaderamente humana. Hemos visto, de la sabiduría.
más arriba que, aún en el orden de pura naturaleza una ciuá<:d Marítain ha visto bien este carácter secundario de la política
normal ha dé comprender una jerarquía constitmda por el, sab10, y este dominio de imperfección en que necesariamente se mueve,
por el político y por la multitud ocuRada en los servicrns multiples pero, en un afán de subrayar sus limitaciones, ha dejado de acen-
de la vida. El sabio, en el sentido autentico, es aquel que ha llegado tuar la perfección que comporta su mismo carácter instrumental
a co 11forrilar su v-ida a la Verdad y que, en consecue:n-cia,-ha sobr~­ que al hacerla servir a los fines del sabio, la hace participar de sus
pasado el dominio de la ley, de la justicia y de la vrrtud. , El s~b10 excelencias.
liberado por la contemplación de la Verdad, no. se encerrara egmsta- La sociedad política es imperfecta, precisamente porque tiene ..
mente en estéril sofedad sino que ha de comumcar a otros la verdad que reducir a perfección, echando mano de medios coactivos, a una'.
y la virtud que ha alcanzado. Su acció':'- descenderá directamente multitud que se resiste a la perfección, esto es, que sólo por el temor,
sobre los miembros de la muchedmnbre mculcando en ellos, por la de las leyes entra en la senda de su propio bien. Si los hombres
persuasión, la virtud, y descenderá también y. de modo .muy espe- villiesen a este inundo sabios o perfectos, o, por lo menos, con un
cial, en el Político, quien enseñado por el Sabio aplicara luego, .en indefectible e incorruptible anhelo de perfección, de suerte qué
su dominio que es el de la actiVldad externa y temporal. .de la cm- fuesen actualizados en su perfección por el magisterio de la per-
dad, aquellas normas de razón que han de regular _la vida de los suasión o adoctrinamiento, sin necesidad de intimaciones coactivas,
ciudadanos. La ley es el gran instrmnento del Pohtico y es esta la sociedad política perdería su carácter de coactividad y de violencia
"una ordenación de la razón en bien de la comUil1dad por aquel y se tornaría una sociedad contemplativa. Es decir, que la sociedad
que tiene cuidado de ella". Con la ley el.~olítico a~lica eficazmente política, en cuanto política, perdería su razón de ser. Habría socie-
en la multitud la Verdad que aprendio del Sab10. Su. tarea es dad sí, con jerarquías, pero sin el aparato de fuerza que por
propiamente práctica, de prudencia, así como la del sabio es pro- necesidad y en bien de los hombres ha de tener la sociedad política,
piéimente especulatzva. . . ._ . en la actual condición de cosas.
Pero la eficacia de la ley denva de su poder coactno, porque Esta sociedad ideal, formada de perfectos, sería un "convi- ,
como enseña Santo Ton1ás 7 6: "La ley induce a que se le obedezca vium" amigable en que todos y cada uno, no obstante las desigual-/
por el temor de la pena; y,_en cuant? a esto se coloca, co,~o efecto dades individuales de disposiciones y de aficiones, ocuparían def
de la ley, el castigo". Castlg~ que ~ene como efecto el acostmn- por sí, el lugar que más convenientemente habría de corresponder-:
brar a evitar el mal y cmnphr el bien, por temor de la pena para les respecto a la perfección misma de la ciudad amical y éontemplac
de allí cumplirlo por propia voluntad" 77 • Es claro que es este U:: tiva. En ella la comunic·ación de bienes tanto materiales cuanto
efecto secundario e instrUillental de la ley, ordenado al ef~cto pn- espirituales, se esta bleceria automáticamf?nte, esto es, por una espon-
mario; "manifiesto es -dice Sant? Tomás- que lo. propio de la tánea iniciativa de todos y de cada uno. ·Sea lo que· fuere de la
ley es inducir a aquéllos para qmenes se promulga, a su propia posibilidad de esta sociedad ideal, lo cierto es que en la condición
virtúd. y como la virtud hace bueno al que la u.ene, se s1~e que. actual del hombre que viene indigente de toda verdad y bien y
el efecto propio de la ley es hacer buenos a aquellos a qmenes se. necesitado del mutuo y común concurso para adquirir su perfeccio-
da". Pero la coactividad le es esencial. namiento arduo y progresivo, tanto en lo que mira a su condición
En esto se funda la instrumentalidad de la política, y, por material, moral e intelectual, sería un peligroso y nefasto sueño. En
la actual condición del hombre, la sociedad política· es necesaria
76 I, II, ~. ·2.
como fuerza promotora de la virtud. 1·
77 Ibid., ad 4. Y como aquella misión que correspondería al sabio en una

146 147
sociedad ideal de pura naturaleza, en la actual providencia la pelidos aún corporalmente para que cumplan lo que prometieron
cumple con creces la Iglesia -divina Contemplativa- s': si¡¡i;e y sostengan lo que una vez· recibieron".
que la sociedad civil debe ponerse a su ?ervic10; y que la legzslaczon ¡ Por esta misma razón, enseñan los teólogos que el Estado
civil, o sea la fuerza coactiva de la cmdad, debe ordenarse a los , no sólo ''no debe establecer ni hacer nada contra la religión reve-
fines de la misma Iglesia, "es a saber --como dice Santo Tomás 78- lada" 79, sino que "debe defenderla en el orden temporal, indirec-
para que ordene aquellas cosas que conducen a la celeste bienan- t.:1-mente, prohibiendo lo que es ofensivo" 80 y aún debe "positiva
danza y prohiba las a ella contrarias, en !¡¡_medida de lo posible". y directamente, fomentarla no sólo favoreciendo la predicación y
· Si la vida humana debe ser sacra o sobrenatural, como hemos ·propagación de la fe verdadera. . . sino públicamente por la profe-
demostrado a lo sacro han de subordinarse todos los otros fines sión pública de la fe". . . Así Constantino quiso llamarse "episco-
inferiores, ;a que los bienes secundarios tiei:ien razón de m.edio r~s­ pus ad extra"; y Carlomagno "devoto defe1lsor de la .Santa Iglesia
pecto de los bienes superiores y es necesano que los medios esten y su humilde auxiliar" s1.
condicionados a los fines. No es esta sino la enseñanza constante de la Santa Iglesia
Aunque el fin inferior sea medio respecto del fin superior no que Gregorio ·XVI recuerda a Lamennais cuando en la Mirari Vos
implica que_ sea mera _causa instrumental . .. puede ser causa ·pnn- escribe: "Finalmente, ayuden los príncipes a estos nuestros deseos
cipal verdadera; puede tener acción sin la causa última; pero si por el buen éxito de las cosas sagradas y profanas con su poder y
quiere ser cristiana debe subordinarse, ¡:omo medio, al fi'.1 ?e !a autoridad, pues la recibieron no solamente para el gobierno tempo-
causa suprema. La civilización, la vida profana, puede ex1strr s_m ral, sino también para defensa y c11stodia- de la· Iglesia" 82 •
la Iglesia; pero si es civilización cristiana, esto es, si tc:ma como Y a medida que la vida cristiana ha ido declinando en la
norma suprema de vida el mandamiento del amor de Dios, ha de vida pública de los pueblos, antes cristianos, la Iglesia no ha deja-
someterse totalmente a la Iglesia; la fonnalidad sacra ha de cons- do de invocar la necesidad de la fuerza pública, aunque, al variar
tituir su forma suprema. . la vida, ha variado el campo en que ésta pudieran emplearse. Así
Santo Tomás, invocado por Maritain como arquitecto de su como en la Edad Media la Iglesia invitaba a las naciones cristia-
"nueva cristiandad" lo entendía así cuando se pregunta en. el ;;i.r- nas a luchar en las Cruzadas, y en tiempo de la Reforma, invocaba
ticulo vm de la Cuestión décima de la II. II de la Suma Teológica el poder público para combatir la herejía y Gregorio XVI, Pío IX
si los infieles deben ser compulsados a la fe y co;ntesta: y León XIII recordaban a los Estados sus obligaciones _para refre-
"Respondo que algunos infieles nunca recibieron la fe, como nar la licencia de la vida, Pío XI en la Divini Redemptoris contra
los gentiles y judíos, y estos tales de ningún modo han de ser com- el corr.unismo, recuerda que, "a esta nusma empresa espiritual de
pulsados. a la fe para que crean, porque creer es propio de la vo- la Iglesia debe el Estado cristiano concurrir positivamente ayudan-
luntad; con todo, han de ser compulsados por los fieles, si se dis- do en su empeño a la Iglesia con los medios que le son propios,
pone de poder (si adsit facultas) para que no pongan obstáculos a medios que, aunque son externos, dicen también relación en pri-
la fe o con blasfemias o con persuasiones malas o con abiertas per- mer lugar al bien de las almas".
secuciones. Y -por esto los fieles de Cristo mueven guerra contra los Pero adviértase bien ha variado el punto de aplicación de la
infieles". (Maritain, que menciona a las_ cruzadas como ai:to típico fuerza ministerial del Estado, pero no, en derecho, síno en e1 hecho.
histórico medieval, ¿ha tenido presente este texto?) "No, cierta- Hoy, como en pfena edad medieval, la tJolítíca ha de ponerse al
mente, para obligarlos a creer porque si los vencieran y los t;ivi<:- servicio de la vida cristiana de la ciudad, aunque por la malicia
ran cautivos dejarían a su libertad el creer, smo para que nD zmpz-
dan la fe de Cristo. Los otros infieles que recibieron la fe y la
profesan, corno los herejes y algunos apóstatas, han de ser com- 79 Garrigou-Lagrange, De Revelatione, pág. 624.
80 Ibid.
81 Ibid., pág. 625.
78 Del Regimiento de los Príncipes, I, 15. 82 Quanta Cura, de Pío IX, y Libertas e Inmortale Dei, de León XIII.

148 149
de la impiedad no pueda cumplir esta obligación. Y como la vida profana, independiente de la Iglesia, se ha de constituir como un
de"be ser sacra si quiere respetar su condición esencial, pueden ser fin en sí, desalojando por su simple acto de presencia a la Iglesia
razones sagradas las que obligan a tomar las armas, en ocasiones de aquella influencia que en la vida de los cristianos le correspon-
dadas, como lo hizo el pueblo español en la gloriosa gesta del 36 de; la Iglesia será forzosamente oprimida y perseguida. Tal lo
contra el comuill.srno ateo; razones tan sagradas como las que deter- que acaece en las sociedades modernas cuyo ejemplo tipico lo cons-
minaban el mover guerra contra los infieles en plena ·cristiandad 8"- tituye Estados Unidos. Allí no se oprime a la Iglesia directamen-
El auxilio de la fuerza material al servicio de lo sagrado, en te. . . pero el impulso de la vida, tanto el derivado de la opinión
las condiciones explicadas, no puede faltar en una civilizació11 cris- pública como de la fuerza del Estado, desarrolla una substancia de
tiana. En la medida en que falte no hay cristiandad. Porque si el vida social y pública, pagana, acatólica, que ahoga y sofoca la vida
poder político cualquiera sea su condición, monárquico, aristocrá- cristiana. La persecución fria es terrible para la Verdad que care-
tico o d~mocrá_tico no se pone al servicio de J9S: valores espirituales, ce de medios para llegar a los fieles frente al poder temporal que
cuyo depósito está en la Iglesia, se pondrá al servicio de sí mismo dispone de todos los recursos para embrutecer a las gentes.
(absolutismo de Estado, llámese totalitario o democrático, poco El liberalismo católico que de Lamennais a Maritain reduce
hacen al caso los vocablos, las realidades son las que valen) o del el campo del Estado a "lo temporal" como si no tuviera que em-
dinero (plutocracia) o de la plebe (licencia democrática). No olvi- plear su poder al servicio de fmes espirituales, pervierte necesa-
demos que el poder político -la fuerza- que es consubstancial a riamente la noción misma de Estado. El Estado es -una entidad
cualqriier régimen político, no puede sino servir. El problema no externa y temporal. Externa en el sentido de que su esfera peculiar
se pla:ritea entre- servir y no servir; sino en servir a uno o a otro de acción ordena las acciones externas de los hombres y regula y
fin de la vida. Sirve a la Iglesia, esto es al acrecentamiento de autén- protege el ejercicio de sus derechos; temporal en cuanto termina con
tica perfección espiritual del pueblo o sirve al desarrollo de una vida el tiempo y regcla las obligaciones y derechos del hombre para esta
centrada en la exaltación de la Raza o de la Nación corno en la vida temporal.
Alemania del Tercer Reich, o estimula una vida mercantil corno Pero esos derechos y obligaciones, manifestados en lo externo
la de Inglaterra conservadora de preguerra o, en fin, sirve a una y en lo tem¡JOral son espirituales o tienen conexiones con lo espi-
concepción materialista de la vida que podrá asumir muchos esti- ritual. El Estado es propiamente i.!n agente externo y temporal,
los corno el de la Francia Laicista o el de Estados Unidos natura- dotado de fuerza material, pero agente de lo espiritual porque tiene
lista o el de la Rusia ateísta. Pero el Estado no puede dejar de corno fin próximo la vida virtuosa y corno fin último indirecto
servir a alguien porque, de otra suerte, dejaría de existir. §i--"xiste la vida eterna. Luego la ministerialidad del Estad.o respecto de lo
'8.ctúa y si actúa lo hace desarrollando una forma de vida, la cual espiritual, está involucrada en la noción misma de Estado. Si el
se ordena a!a lglesía"o se ordena ·contraºla-rgiesia:-NO hay neu- Estado la omite, el Estado se laiciza, se naturaliza y se corrompe.
tralidad. Aquí cobra toda su fuetta el dicho del Salvador: Quzen El carácter necesariamente ministerial del Estado al servicio de
no está conmigo~ ·está-contra rrú, y aquel otro: Nadie puede servir fines espirituales sé impone con tanta evidencia, que Maritain, que
a dos señores. por una parte rechaza la ministerialidad de la fuerza del Estado
Por otra parte, por el hecho mismo de que el poder público al servicio de la Iglesia y quiere que el Estado colabore con la
no se pone al servitio de la Santa Iglesia, la oprime. Porque si no Iglesia "según el modo'' del "amor evangélico" ·84 , esto es, de una
es cristiana, esto es, si no está al servicio de la Iglesia la forma manera que no se condiciona con la índole coactiva del Estado; por
que con su poder de coerción tiende a imprimir a la substancia otra parte, él, filósofo "de la purification des moyens" 85 apela a
profana de la vida el poder público, se sigue que esa substancia fodo el rigor de la fuerza coactiva del Estado, "debe defenderse

83 Ver Julio l\1einvielle, Qué saldrá de la España que sangra, en que se 84 Du régime, pág. 78.
critica la posición de Maritain sobre "guerra santa". 85 !bid., págs. 164-2.25.

150 151
con energía particular contra aquellos que rehusan por princ1p10 LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD DE LA
y que trabajan para destruir los fundamentos de la vida común, FRATERNIDAD UNIVERSAL
de un tal régimen que son la libertad y la cooperación, el mutuo
respeto cívico" 86 . Maritain entonces, -que se escandaliza del em-
pleo de la fuerza al servicio de la perfección verdadera del hombre,
exige el empleo de-esta misma fuerza para labrar su ciudad natu-
ralista y de tolerancia universal: , ·
El naturalismo de la "nueva cristiandad" ·de Maritain no
puede ser disimulado. Una ciudad que no adora al Dios Uno-trino
de la Revelación Cristiana; que establece como norma suprema de ªNo se trabaja para za Jilesia, -se tra-
su actuación el respeto de las conciencias :r el reconocimiento del baja para la humanidad". (Pío X en El
derecho natural inviolable de toda persona humana de adorar a Sillon).
Dios en su propia forma en cualquierparte del mundo; que redu-
ce a la Iglesia, Arca de Salud del género humano al derecho común
a la Sinagoga, a los cultos heréticos, infieles y a la descreencia Nos pregnntábamos en el estudio anterior si ia "fraternidad
atea; que separa a la misma Iglesia de la vida temporal de los evangélica", "mito" director de la ciudad rnaritainiana, constituiría
individuos, familias y pueblos; que repudia el carácter sacro de su fin supremo o tan ;ólo un fin próximo a él subordinado. ¿Esa
la vida pública y rehusa la ministerialidad de la fuerza del Esta- ciudad _--decíamos~, que se propone como fin la "amistad frater-
do al servicio de los fines espirituales de la Iglesia, es un Estado 11a evangélica'', adora al Dios verdadero. y a su Hijo Jes11cristo, o
naturalista y por consiguiente ateo en abierta oposición con la no lo adora? ¿Esa ciudad pone en su cúspide, como primera Verdad
enseñanza magistral de León XIII que en Libertas dice: "Veda, orientadora, el amor y- la gloria de Dios, de- manera que con res-
pues, la justicia y védalo también la razón que el Estado sea ateo, pecto a ella y en la medida que a eUa conduce acepta la amistad
o lo que viene a parar en el ateísmo, que se halle de ignal modo. fraterna evangélica, o en cambio, esta amistad fraterna constituy-e
con respecto a las varias que llaman religiones y conceda a todas- su primera y suprema verdad, a la que todo ha de acomodarse?
promiscuamente iguales derechos''. De la solución de esta alternativa depende que esa ciudad sea
El naturalismo de la impiedad se ha iniiltrado y ha corrom- católica o sea, en cambio, la ciuda.d de la tolerancia universal. Por-
pido la ciudad maritainiana de acuerdo a aquello que dice el Con- que si la fraternidad fuere un medio que en tanto sería buscada
cilio Vaticano: "Por el hecho de esta impiedad que se ha propa- en cuanto· condujere a acercar a los hombres a Dios; es decir si .la
gado por todas partes, desgraciadamente ha sucedido que aún mu- tolerancia sólo se practicase en la medida en que no sufriesen
chos hijos de la Iglesia Católica se han extraviado del camino de' mengna los derechos de Dios y de la Iglesia, esa ciudad p9dría
la verdadera piedad y se ha disminuido en ellos el sentido católico . llamarse católica .. Pero si por el contrario esa fraternidad, y por
con una paulatina disminución dé las verdades. Porque arrastra- lo mismo esa tolerancia, regulase todo en la ciudad hasta el ·punto
das por varias y peregrinas doctrinas, haciendo una mala mezcla de que a ella se ordenasen -vale decir se sacrificasen- los dere-
de la naturaleza y de la gracia, de la ciencia humana y de la fe ' chos de Dios y de la Santa Iglesia, tal ciudad, con la fraternidad
divina, resulta como los hechos lo demuestran que han depravado' evangélica, sería una ciudad impía, profundamente anticri_stiana.
el sentido genuino de los dogmas y ponen en peligro la inteo:ridad Con el estudio de este problema completamos el análisis del natu-
y sinceridad de la fe" ". . º ralismo de la nueva cristiandad de lVIaritain.

86 Les Droits, pág. 113; ed. cast., pág. 138.


87 Constitución Unigenitus Dei Filius.

152 153
La diversidad religiosa de las sociedades modernas con un fin, no se puede establecer una verdadera y formal coope-
ración entre hombres que no aceptan un mismo fin de la vida. En
l\faritain busca la solución de un problema, desgraciadamen- rigor, una sociedad así dividida por creencias religiosas no puede
te muy real, que plantean las sociedades modernas, es a saber, el ser una socieda.d -como ya insinuaba Lamennais-; serán necesa-
de la diver.Sidad religiosa en el se110 de una misma civilización 1 • 1 riamente varias sociedades como varias son las concepciones de la
Fue también éste, el problema que movió a Lamennais a elaborar vida, varias las metas, alrededor de la cual se centra la vida. La
su liberalismo de l' Avenir. noción de Dios, que conforma toda la vida, podrá sonar igual al
"Imaginaos -escribe Lamennais- una casa habitada, en sus oído pero ha de ser terriblemente equívoca. . . Si son muchos los
diferentes pisos, por un judío, un musulmán, un protestante, un dioses, uno el sobrenatural del católico, otro el del hereje, otro el
católico; ciertamente sus creencias y los deberes que de ellas resul- del judio, otro el del idólatra, muchas también han de ser las filo-
tan son demasiado opuestos- para que haya sociedad real. Pero sofías de la vida, muchas también .y diversas las filosofías socia/-
que teman que unos locos no vengan a incendiar la casa CU)""O techo políticas. Luego no podrá haber verdadera y formal cooperación.
los cubre a todos, o que, en cada triunfo de un partido diverso, Luego no podrá haber auténtica convivencia y formal cooperación,
se los Yenga a degollar sucesivamente, o a perseguirlos como a de acuerdo a aquella definición de pueblo dada por San Agustín
judío, musulmán, protestante, católico, el peligro común los unirá. cuando dice: "El pueblo es una congregación de muchas personas,
Y a no ser que esté11 enceguecidos por un fanatismo feroz, no unidas entre sí con la comunión y conformidad de los objetos que
dudarári en asociarse para su defensa mutua, asociación que creará ciman 4 ".
entre ellos relaciones de benevolencia, las cuales les harán más Por consiguiente, la única solución católica de este problema,
fáciles, más calmas y más eficaces las discusiones puramente doc- la única que no sacrifique la Verdad, es la propuesta por León XIII
trinales sobre los puntos que los dividen. En todo caso, habrán en la lnmortale Dei, cuando enseña que el Estado, sin que por ello
vivido, Jr vivido en paz" 2. deba renunciar a la profesión pública de la fe católica, ni autori-
El planteo del problema es perfectamente legítimo como legí- zar que "lai diversas clases y formas del culto divino gocen del
tima es la pregunta que se formula Maritain en el artículo Qui est mismo derecho que compete a la religión verdadera", puede, ya
mon prochain, publicado en su libro Principes d'une politique para evitar algún grave mal, "tolerar en la práctica, la existencia
humaniste acerca de "si la diversidad de creencias religiosas, que de dichos cultos en el Estado". En la solución católica de este pro-
es un hecho histórico evidente, debe ser mirada COID\) un obstáculo blema la norma constitutiva de la ciudad cristiana continúa siendo
insuperable a la cooperación humana" 3 • No hay duda que debe la misma norma del Estado cristiano, es a saber, el Estado subor-
ser mirado como un grandísimo obstáculo, pero no hay duda tam- dinado a la Iglesia, la concordia del sacerdocio y del imperio. .
bién .que debe tratar de superarse. Pero toda tarea de superación Muy otra es la solución de Maritain. Maritain substituye a
no ha de efectuarse a costa de la Verdad, sino al contrario, tenien- esta nonna otra muy diferente, es a saber, aquellá Hunidad míni-
do presente que sólo ella, raíz y filndamento de la verdadera cari- ma, que sitúa su centro de formación y de organización en la ··vi.da
dad, une, y que sin ella, lo que se pretende unir es una mezcla de la persona humana, pero no en el nivel más elevado de los
turbia que todo lo confunde y pervierte. intereses supra-temporales de ésta, sino en el nivel del plano tem-
Como toda sociedad humana y con mayor razón la política, poral mismo" 5 .
su más perfecta expresión, agrupa a los hombres por un intercam- Maritain rebaja por tanto el punto de unidad en el cual han'·
bio de bienes, cuyo valor y jerarqtúa se ha de medir en relación de concordar los miembros de la ciudad. ¿Sobre qué base concreta
se establecerá esta unidad centrada en el nivel del plano temporal
1 Du régime, pág. 73.
2 L' Avenir, 30/X/1830. en Obras Completas ·de Lamennais, II, pág. 423. 4 La Ciudad á.e Dios, L XIX, c. 24.
3 Principes d'une politiQue humaniste, pág. 137. 5 Humanisme lntégral, pág. 177.

154 155
mismo? En su Hurnanisme lntégral no ha dejado suficientemente la vida individual. Es imposible que una política sea verdadera-
aclarado el punto. Por una parte habla de una "unidad temporal mente buena, que la ciudad hnmana sea organizada y conducida
o _cultural" que "no requiere de suyo la unidad de fe y puede ser para la verdadera prosperidad de la multitud, si esta política y
cr1sbana aunque agrupe en su seno a los no cristianos" 6 · por otra esta ciudad no son dirigidas por los principios cristianos". Los
h~bla de una "especificación ética y en definitiva religi~sa" 7 co~ principios cristianos eran eil.tónces ineludiblemente exigidos como
"'impregnación c~stiana." 8,. :'una unidad de orientación, que- pro- "principios rectores"- de la ciudad y no ciertamente "principios
cede de una comun asprrac10n (atravesando capas heterogéneas de cristianos" de un "cristianismo" como "fermento de la vida social
cultura de _las que algunas pueden ser muy deficientes) hacia la y política de los pueblos y como portador de la esperanza temporal
forma d.e vida común la más acorde con los intereses supra-tempo- de los hombi-es" diverso del "cristianismo como credo religioso y
rales de la persona" 9 , "una simple unidad de amistad" 10. camino hacia la ·vida eterna" que puede tomar "formas heréticas o
Lo que Maritain propone allí no aparece claro y ni siquiera hasta formas de revuelta" 12 , sino del único cristianismo que reco-
permite ser convenientemente imaginado. Porque, en efecto, ¿có- nocía entonces y al que claramente aludía cuando citaba las pala-
mo puede establecerse sin dependencia del fin mismo de la vida bras ·de Benedicto XY; "En medio de los trastornos actuales, im-
hu_,_"!lana que es Dios "una unidad temporal o Cultural" que encie-/ porta repetir a los hombres que la Iglesia es, por institución divina,
rra en su intrínseca construcción valores humanos en cuanto hui la única arca de salvación para la humanidad ... Asi es más opor-
manos? Y si .1:1TIª cultt:ra o una vida temporal co~pleta nO puede tuno que nunca enseñar que la verdad libertadora para los indivi-
estructl.:rarse zndependzentemente de Dios, ¿cómo podría resultar duos como para la. sociedad es la verdad sobrenatural, en toda su
una unzdad de cultura o de vida temporal completa si no existe la plenitud )'" en toda su pureza, sin atenua,ción ni disminución~ y sin
umdad con respecto a Dios? ¿Y cómo puede ·existir unidad con compr0miso, tal, en una palabra, como Nuestro Señor Jesucristo
respecto_ a Dios cuando se tienen creencias tan diversas y opuestas? ha venido a traerla al mundo, tal como ha confiado su custodia y
Por una parte no se percibe cómo deba imaginarse "esta uni- enseñanza a Pedro y a la Iglesia" 13 , }r a continuación recordaba
dad temrioral o cultural" y, por otra, se percibe con toda claridad también estas magnificas palabras de la Quas Primas de Pío XI:
que _Manta1n enseña algo muy diferente a lo que sostenía cuando "El bien privado y el bien común tienen la misma fuente: No hay
refutaba al naturalismo político de l' Action Franr;ai.se. En ese en- salvación en otro y no hay debajo del cielo otro nombre dado a los
tonces, allá en 1926-1929, Maritain ponía singular cuidado en sub- hombres, por el cual debamos ser salvos. Los ciudadanos y los Es-
rayar la necesidad de la vida sobrenatural de la Iglesia, aun en la tados tienen el mismo principio de prosperidad y de auténtica feli-
vida temporal, como remedio para los males profundos que aque- cidad: la ciudad no tiene su felicidad de otra fuente que el hombre,
Jan a l~s naciones. "D~ hecho .,.-escril?ía 11- y en las condiciones ya que la ciudad no es sino una multitud de hombres viviendo en
de_ la vida presente es zmposible (J\faritain subraya), y es ésta én- concordia".
senan~a constante de_ los Soberanos Pontífices, que el orden y la En ese entonces, las normas que debían presidir la ciudad cris-
paz. reinen en las _n~ciones si las virtudes_ cristianas, la_ justicia y la tiana eran sobrenaturales, con:lo lo expone admirablemente en el
candad no ~on en ellas restauradas. Es imposible sin Cristo llevar éapítulo V de ese mismo libro, intitulado Naturaleza y Gracia. La
una recta vida hnmana, tanto en la vida política y social como en ciudad cristiana se estructuraba para los cristianos, para que les
sirviera de medio en su camino hacia la vida eterna. "Por esto el
bien común temporal está subordinado al fin último sobrenatural
6 !bid., pág. 177. (y por lo mismo la sociedad civil a la Iglesia)" 14 • LDs no cristianos
7 Ibid., pág. 178.
8 Ibid., pág. 173~ en nota.
9 !bid., pág. 173. 12 Christ. et Dém., pág. 43; ed. cast., pág. 49.
ID Ibid., pág. 178. 13 Citado en Clairvoyance de Rome, pág. 258.
11
Clairvoyance de Rome ( Avec collahoration .. . ) Ed. Spes, Paris, pág. 256. 14 !bid., pág. 242.

156 157
deberían, en consecuenci~, tratar de adecuarse a esa sociedad, agra..:\ cia civil sería asignar un bien común temporal, propio de los Jieles
deciendo que se les diera hospitalidad y que se les tolerara con sus ' cristianos, que no podrían aceptar los budistas, sintoístas, cismá-
cultos falsos y con sus errores; nunca podrían reclamar derechos ticos, protestantes, racionalistas y ateos. . . (porque, si no creen en
para sus disidencias y mucho menos invocarlos para alterar la rwr- la Santa Iglesia, ¿cómo pueden ser obligados a aceptar la norma
ma cristiana de convivencia que debe regular. la 'ida misma de la de moralidad pública de la Iglesia?); luego esa ciudad temporal,
ciudad temporal. No era por tanto la norma de vida social que esa nueva cristiandad, "pluralista", debe renu:nciar a la norma ca-
c¡ebía acomodarse a los falsos cultos, sino los falsos cultos que, to- _tólica de convive_ncia, para no herir los sentimientos· de los no cató-
lerados, debían evitar ser causa de perturbación de la sociedad cris- licos y debe adoptar una norma de convivencia común -sincre-
tiana. tista, .a base de indiferencia y libertad religiosa- común para cre-
yentes y no creyentes. En esta_ nue•ra posición, olvidad~ lVIaritain
del ardor con que se indignaba ante el naturalismo de Pujo, que le
Una fe básica común naturalista achacaba de "mettTe le spirituel dans le matériel" 17 , afirma muy
suelto de cuerpo que "la fe sobrenatural no nos señala ningún sis-
Pero cuando J\1aritain inventa su nueva cristiandad comienza tema social o político determinado" 18 • ¿Cómo? Y ¿qué era aque-
por establecer como premisa que "la sociedad política ha diferen- lla "política cristiana", orientada positivamente al fin sobrenatural
ciado más fuertemente su esfera propia y su objeto temporal, y en el que está el hombre colocado en la actual proVidencia, defen-
.reúne de hecho en su bien común temporal a hombres que perte- dida contra l' Action Franr;.aise sino un sistema social y político re-
necen· _a familias religiosas diferentes" 15 . Como si el hecho o la gulado por exigencias de la fe sobrenatural?
existencia de los herejes constituyera un derecho que exigiera re- Pero ahora, en esta su posición "liberalizante", hay que olvi-
nu:q_ci?-r a la norma constitutiva de una ciudad católica, -como si dar el fin sobrenatural de toda la vida del hombre y por tanto
Dios y la Iglesia hubieran de perder sus derechos porque la impie- la política sobrenatural y hay que encontrar la forma en que "hom-
dad _y coptumacia de lOs in1píos se ensorbeciera; co:i:no si el ritus bres pertenecientes a los credos filo.sóficos o religiosos más distintos
infidelium sunt tolerandi que Santo Tomás estableció con toda la entre sí puedan y deban cooperar en la tarea común, para el bien~s­
tradición eclesiástica en plena Edad Media, importara la fijación tar conjunto de la comunidad, fundando su acuerdo sobre los prm-
de una nueva norma directiva de la vida social acomodada a los cipios básicos de una sociedad de hombres libres". 19 •
illfielés, -~1ari~aip. pretende sacar como conseCuencia que "se ha De manera que su nueva cristiandad no está ahora basada
hecho necesario que sobre el plano temporal el principio de la sobre la norma de los principios tradicionales del Estado cristiano,
igualdad de derechos se aplique a estas diferentes familias", y sino sobre principios básicos que resulten de un acuerdo entre cató-
añade en seguida una razóll que le parece decisiva: ."No ha)r sino licos, protestantes, cismáticos, infieles y ateos; de ::rianera que ':el
un bien común temporal, el de la sociedad política, como no hay primer principio de todo orden social verdadero, D10s y la Iglesia,
sino un bien común sobren.atura!, el del Reino de Dios, que es su- primeros en la ciudad" 20 está slibordinado a lo que, en un acuerdo,
prapolítico. Introducir en la sociedad política un bien común par- quieran 0torgarles los pluriformes habitantes de la ciudad fraterna.
ticular que :Sería el bien común temporal de los fieles de una reli- De aquí que escriba recie11tement~: "Ninguna sociedad p~ed~ vivir
gión, aunque fuese la verdadera, seria iritroduci.T para ellos una sin una inspiración y una fe básica comunes, pero lo mas impar-
situación privilegiadá en el _Estado, seria introducir un principio
de división en la sociedad política y faltar por tanto al bien común
temporal" 16_. Y como establecer una nOrma católica de conviven- 17 Clairvoyance de Rome, pág. 238.
18 El Pueblo, de Buenos Aires, del 13/V/1945.
19 Ibid.
15 Les Droits, pág_ 41; ed. cast., pág. 5D. 20 Pourquoi Rome a parlé ( Avec collaboration .. .) ~d. Spes, Paris,
16 !bid., pág. 42; ed._ cast., pág. 50. pág. 200.

158 159
tante que debe señalarse aquí es q_ue esta fe y est.a inspiración, e~ta rialistas, idealistas, agnósticos, cr1st1anos :y judíos, musulmanes y
filosofía y este concepto de sí nusma que necesita la democra::rn, budistas". Una de dos, esta filosofía de la democracia incluye una
todo esto no pertenece de por si al orden de un· credo relzgz.oso nz de intrínseca ordenación del bien común temporal al fin sobrenatural
la vida eterna, sino a un orden temporal o secular de la vida terre- u no la incluye. Si la :incluye, ¿cómo pueden estar de acuerdo con
nal de la cultura y de la civilización". ella materialistas, idealistas, agnósticos, cristianos y judíos~ musul-
' Cuán lejos -todo esto de 1o que escr1.b.i~,M an~a:m
. . 21 : ."E. s nor- manes y budistas? Y ¿cómo pue-de ser una ''fe básica común"?
mal que la Iglesia vigile para que la formac10n pobtica rec1b1da por ¿Aceptan los materialistas entonces, en su vida práctica, "el- reco-
sus hijos no sacrifique estas .v~rdades. Est_as ve;dad_es esencza~es, nocimiento del orden sobrenatural y de los derechos soberanos del
estas verdades pr9piamente cnstzanas NI. PUJO y 1 Actzon Fran<;azse, Redentor"? ¿Aceptan la primacía de la moral pública sobrenatural
e:ll- e-U.yo nOmbre·- ·habla, la·s niegan rotundamente cuando _se escan- de la Iglesia?
dalizan que después de hab.er observado. ;iue en la «Actzon F'_ran- Con toda evidencia que Niaritain conoce~ de sobra, la tras-
(aise» mi mismo bien temporal de la nacron es propuesto a catol1cos cendencia del orden sobrenatural propuesto por la Iglesia y conoce,
y a ateos, a parte de toda ordenación al. fin último sobrenatural de sobra también, el apego soberbio con que los herejes se adhieren
-(P. R., 181)~ añad:iamos:. «Como s1 el fm temporal de la a los engendros de su imaginación para que pueda pensar: que el
ciudad quedase intrínsecamente inmodificado, fu.ese o no. ordenado orden sobrenatural está incluido en t1na "fe común" de "hombres
a la vida eterna de las abnas. Como s1 a este bien comun al cual que poseen puntos de vista religiosos o metafísicos muy diferentes
una investigación totalmente empírica fijaría de una vez por todas :y hasta opuestos". Esos "principios básicos" sobre los que se han
las condiciones inmutables, podría o no añad:irsele después, . ~e puesto de acuerdo creyentes y no creyentes no pueden, con toda
modo completamente facultativo y superogatono, la ordenaoon seguridad, incluir una intrínseca ordenación sobren-atural, no pue-
de la ciudad al fin último de toda la vida humana, el reconoci- den incluir el reconocimiento del orden sobrenatural y de los dere-
miento del orden sobrenatural y de los derechos soberanos del chos soberanos del Redentor. Por esto el mismo Maritain escri-
Redentor, como si, en definitiva, la elevación al orden sobr~natura 1,
1
bía 22 : "Es imposible por otra parte que la ciencia y la prudencia
sin destruir nuestra naturaleza ni cambiarla, en Sll esencia, no a política de un cristiano sean las mismas que la ciencia y la pruden-
sobreelevase real e intrínsecamente, no modificase sus pote11cias, cia política de un pagano (aún suponie11do, lo que no es del caso
sus condiciones y sus medidas»". de l\1. Maurras, que conozca a Dios por la razón). Sólo el cristiano
De suerte qt1e _contra la Action Fran.r;aise el bien común es capaz de una ciencia y de una prudencia política verdadera-
temporal debía_ estar intrínseca.mente s.ob:eelevado a ~o sobrena- mente adaptadas al gobierno de hombres caídos y rescatados". Y
tural· la norma de vida de la czudad crzstzana no era snnplemente nadie se imagine que pudiera constituirse una -base común en la
nat~al sino sobrenaiuralmente elevada, y ahora "esta fe básica que todos pudieran concordar prácticamente, y que luego los
común" sin la cual "ningUTZa; sociedad. PU:ede vivir", "no perte_nece católicos la completarían por su parte, elevándola sobrenatural-
de suyo al orden de un credo religioso ni de W vida eterna, sino a mente. Porque como bien lo advertía l\1aritain allí mismo 23 "los
un orden temporal o secular de la vida "terrenal, de .Za cultura r, de principios de una ciencia y las reglas supremas de una virtud no
la civilización". Entonces, contra la Actzon Fran9azse, gran escan- son como porciones de un conjunto extendido, como un brazo de
dalo de Mar:ita:in porque "un mismo bien temporal de l~ nación estatua o una iglesia de pueblo en la que puede dejarse lm sitio
es propuesto a católicos r a ateos, aparte de toda ordenacwn al fzn libre reservándose completar un día el todo que las espera y que
último sobrenatural", y ahora, sin el menor asomo de asombro se construye sin ellas. Estos principios y estas reglas son como
se propone una "fe", una "inspiración"; una Hfilosofía", un "con- centros ·vitales sin cuya ll1tegridad, un organismo v-ivo no puede
cepto" de democracia en el cual "1)Ueden estar .de acuerdo" ''mate-
22 !bid., pág. 230.
21 Clairvoyance de. Roi'ne, pág. 235. 23 !bid., pág. 231.

160 161
-nacer y crecer como corresponde. Ahora bien, los principios y las su religión o su filosofía y hasta él mismo cesó de llamarse católico,
reglas supremas de los actos humanos_ no son. completament~ :ono~ sustituyendo aquella su fórmula: «La democracia será católica»
cidos -~l como debe co11ocerlos un cristiano s1 las verdades cristianas con esta otra: <<La -democracia no será anticatólica», tampoco. por
son ignoradas: toda la ciencia práctica y toda la dirección . de la lo demás antijudía o antibudistac Esta fue la época del más grande
vida humana, en particular de la vida política, serán falsificadas Sillon. Convocados para la construcción de la ciudad futura todos
desde el origen, si estas verdades cristiarws son ignoradas". los obreros de todas las religiones y de todas las sectas, rw se les
En consecuencia, si aquellos principios de la ciencia práctica puso má.s erigencia.s que abraza.r el mismo ideal social, respetar
que Maritain sostenía con tanto énfasis no han perdido su valor todas las creencias y aportar alguna porción ik fuerzas morales.
-y no lo han de perder mientras Maritain no demuestre lo con- Es verdad que se decía: «Los jefes del Sillon sobreponen a todas
trari<r-, hemos de concluir que la "base común" de la. filosofía las cosas su fe religiosa». ¿Pero pueden acaso quitar a los demás
democrática que regula la convivencia humana de creyentes y no el derecho de sacar la energia moral de donde puedan? En
creyentes excluye toda intrínseca ordenación del bien común tem- compensación quieren que los demás respeten en ellos el derecho
poral al fin sobrenatural. En consecuencia, es una base común de sacarla de su fe religiosa. Por consiguiente piden a todos los
inaceptable ·para el católico que tiene derecho a exigir "que la es- que quieran transformar la sociedad presente a la manera demo-
tructura de la ciudad, el rnjsmo orden político esté conforme a las crática, que no_ se repelan mutuamente por causa de las conviccio-
leyes de Dios, de Cristo, a los preceptos evangélicos, a las inmutables nes filosóficas o religiosas que puedan separarlos, sino que vayan
reglas morales puestas por Dios para la conservación, Ja dignidad mano a mano, no renunciando a sus convicciones, sino ensayando
y la sabia dirección de la vida humana" 2 4 _ en el terreno de las realidades prácticas la prueba de las excelencias
Y aquí tenemos una nueva demostración de que la nueva de sus convicciones personales. Tal vez, en este terreno de la
cristiandad de l\1aritain es esencialmente naturalista. La base emUlación -·entre almas pertenecientes. a diferentes escuelas reli-
común de la democracia es irremediablemente naturalista, y cuando giosas o filosóficas podrá realizarse la- unión".
l\tiaritain habla de levadura Hcristiana", ya sabemos qué quiere Maritain, olvidando ahora que la vida del hombre, tanto
significar con· ello.- Un ~'cristianismo" que no es- el de la Iglesia individual como social, tanto religiosa como temporal, tienen rm
Santa de Jesucristo; un "cristianismoª que pretende ser otra cosa, mismo y Unico fin, y en i:onsecuencia; un mismo y único ordena-
más nniversal que la Iglesia, en la cual; ésta entra como colabora- miento total, al igual que el Sillon, que reunía en el más grande
dora con "hombres pertenecientes a los credos filosóficos o religio- Sillon a creyentes de todas las denominaciones y aún a no creyen-
sos-más distintos entre sí . .. en n1eclio del -"convivium ·de familias tes con tal que aceptaran una fe democrática común, convoca a
espirituales, que por diversas que sean, trabajarán juntas, sobre el todos los obreros de todas las religiones y de todas las sectas a
plano de la ciudad, al bien común temporal de una civilización ver- construir la ciudad de la "amitié fraternelle", de la que única-
daderamente respetuosa de la dignidad de la persona humana" 25 • mente sea excluido quien no acepte esta fe básica común.
Con toda verdad entonces, la nueva cristiandad de Maritain "Si querernos considerar la cuestión a fondo -:-dice- y no
renueva la tentativa del Sillon, tan enérgicamente condenada por tememos a las palabras, deberíamos señalar aquí que donde hay
Pío X. fe, divina o humana, hay también herejes que amenazan la unidad
''Hubo un tiempo en que el Sillon, como tal, era formalmente de la comunidad, ya sea religiosa o civil. En la sociedad sacra el
católico. No conociendo más fuerza mDral que la católica, iba hereje quebranta la unidad religiosa. En una sociedad laica de
proclamando que la democracia sería católica o no sería. Mas hombres libres, el hereje es quien quebranta «las creencias y
llegó un momento en que, mudando de parecer, dejó a cada cual prácticas democráticas comrmes» y el totalitarismo es quien niega
la libertad -la libertad de su prójimo- y la dignidad de la perso-
24 Ibid., pág. 252. na humana y el poder moral de la ley. No deseamos que sea
25 Questions de conscience, Desclée de Brou\ver, Paris, pág. 265. quemado o expulsado de la ciudad, o encerrado en un campo de

162 163
concentración. Pero la comunidad democrática debería defenderse qmen asumirá la principal responsabilidad de alimentar, fortale-
de él, ya sea materialista, idealista, agnóstico, cristiano o judío, cer y enriquecer una fe común?". Y la respuesta salvadora del
musulmán o budista, manteniéndolo alejado de la dirección, me- arquitecto de la nueva cristiandad no se hace esperar: "Pienso
diante el poder de una opinión pública fuerte y bien informada, y -dice- que debe pernritirse a cada escuela afirmar su creencia
hasta debería entregarlo a la justicia cuando su actividad pone en plena e íntegramente" y como el dios-libertad ha de presidir la
peligro la seguridad del Estado. Pero ante y sobre todo, la demo- constrncción de esta nueva ciudad una sola cosa está justiciera-
cracia debería defenderse fortaleciendo en todas partes una filosofía mente vedada. "¡Pero que nadie -añade Maritain- trate de
de la vida, las convicciones intelectuales y el trabajo constructivo, imponerla por la fuerza a los otros! La responsabilidad de ·alimen-
todo lo cual haría impotente la influencia de tales herejes" 26 • tar, fortalecer y enriquecer la fe democrática común, pertenecerá
De- modo que en la "nueva cristiandad", cuyo nombre profano no menos al sacerdote, dedicado a predicar el Evangelio, que al
es el de ''nueva democracia" 27 , el delito que merecería excomunión maestro, dedicado al espíritu científico, si ambos llegan a darse
fulminante seria la negación de la libertad "libertaria" de la cuenta claramente de las necesidades de nuestro tiempo y se libran
persona humana; y el católico que defendiera el derecho público de los prejuicios parasitarios heredados del pasado".
cristiano de la lnmortale Dei de León XIII o de la Quas Primas De manera que los sacerdotes, libres "de los prejuicios parasi-
de Pío XI, debiera ser entregado a la justicia como un violador tarios 11eredados del pasado", se han de ayuntar con los socialistas,
del "nuevo'' derecho público "cristiano" inventado por Maritain. materialistas. agnósticos, ateos, judíos en una "universal fe coriiún"
Con razón se desaloja ahora a la Iglesia y al sacerdote del para descubrir los nuevos principios sobre los que ha de reposar la
puesto director de esa "nueva cristiandad" y en oposición a la ciudad maritainiana.
enseñanza clara de Pío XI que en Ad catholici sacerdotii enseña Cuán exactas aquellas palabras de Pío X a propósito del
que sólo el sacerdote es depositario de la buena nueva, "única que Sillon, que se proponía el mismo objetivo que hoy ilusiona a
puede conservar, o implantar o hacer resurgir la verdadera civili- Maritain. "Pero más -extraña todavía, espantosa y aflictiva a la
zación", el filósofo de la "nueva cristiandad" decreta "que en su vez, son la audacia y levedad de hombres que, llamándose católicos,
proyectada ciudad la responsabilidad «principal» dependerá pro- imaginan refundir la sociedad en las condiciones dichas r establecer
bablemente de una dirección compuesta por laicos cristianos y por sobre la tierra, por encima de la 1glesia Católica, «el reinado de la
elementos más preparados de las clases obreras" 28 y decreta allí ;usticia y del amor», con obreros venidos de todas partes, de todas
mismo Hque ·la nueva democracia francesa surgiría de la coopera- las religiones o falta' de religión, con creencias o sin ellas, a condi-
ción entre l_os socialistas y los cristianos". ción de que olviden lo que los divide, es a saber; sus convicciones
Y ¿cómo se fabricará esta "universal fe común" de la ciudad religiosas y filosóficas y de que pongan en común lo que los une.
maritainiana? ¿En qué se apoyará? Maritain mismo se pregunta: esto es, un generoso idealismo y sus fuerzas morales tomadas en
"¿Podrá encontrar la «universal fe común», implicada por la donde puedan". ·
democracia, su más alta f11ente de autoridad en el método científi- ¿Cómo es posible -tenemos derecho a preguntarnos- que
co? ¿Podrá ser la inteligente actividad en materia de proyectos un filósofo qué se profesa católico y que tan espléndidamente ha
sociales suficiente para asegurar la integración de la cultura? En hecho desfilar las enseñanzas y directivas de la Santa Iglesia en su
la cultura democrática del futuro -'-si ha de tener un futuro-- Primauté y demás libros contra l' Action FranQaise y que en Prin-
¿será_ «el maestro dedicado al espíritu· científico» y no el sacerdote cipes d'une poi. 29 , alude al Documento del Sillon, no haya tenido
presente la gravísima reflexión de Pío X cuando escribe lo si-
guiente?:
26 El Pueblo, de Buenos Aires, del 13/V/1945.
27 Messages (1941-1944), Ed. de la Maison Fran<;aise, New York, 1945,
"Cuando se piensa en las fuerzas, en la ciencia, en las virtudes
pág. 88.
28 El Pueblo, de Buenos Aires, del 13/V/1945~ 29 Principes d'une politique humaniste, pág. 68.

164 165
sobrenaturales que han sido menester para la fundación de la ción que en el plano temporal pueda establecerse entre los hombres
ciudad cristiana, cuáles son los padecimientos de millones de de di•r~sas creencias o descreencias.
mártires, las luces de los Padres y Doctores de la Iglesia, la Maritain trata de atenuar las diferencias que pueden separar
abnegación de todos los héroes de la caridad, una poderosa jerar- a los católicos de los que no lo son recurriendo ''a m1a común
quía. nacida en el cielo, torrentes de gracia divina, y todo ello pertenencia invisible a Aqu81 que vivifica las almas por su amor.
edificado, unido, compenetrado por la Vida y el Espíritu de Jesu- Visiblemente, en el orden de las afirmaciones dogmáticas a las
cristo, la Sabiduría de Dios, el Verbo hecho hombre; cuando se cuale.s nos adherimos ·y en que reconocemos la Palabra de Dios y
piensa, decim.os, en todo esto, asusta ver a los nuevos apóstoles que tenemos por verdaderas y saludables ... estamos no unidos sino
obstinados en hacer cosas mejor con un vago idealismo y las vir- divididos ... " "El Dios al que adoramos nos enseña el respeto de
tudes chicas. ¿Qué van a producir? ¿Qué es lo que va a salir de las conciencias y la fraterrtidad profunda de los hombres de buena
esa colaboración? Una- construcción puramente verbalista ·r qui- voluntad" 30 •
mérica, donde espejearán, revueltas y en confusión seductora, las Y a consecuencia de esta atenuación de las profundas dife-
palabras de libertad, iusticia, fraterrúdad r amor, de igualdad r rencias que delante de Dios ha de haber necesariamente entre un
exaltación del hombre, todo ello fundado en una dignidad humana católico y un acatólico y ·para crear como una propicia nivelación
mal entendida; una agitación tumultuosa, estéril para el fin pro- de los hombres, no obstante las diferencias que puedan existir,
puesto, provechosa para los agitadores de masas menos utopistas. recurre a un , término· benévolo, fellowship, para denominar las
Verdaderamente se puede afirmar que el Sillon, al poner los ojos relaciones de buen entendimiento y de mutua comprensión que
en una quimera, hace escolta al socialisnio". puedan establecerse. "La palabra inglesa fellowship no es -de
¿Cómo es posible que Maritain esté tan obnubilado que no fácil traducción, dice 31 ; el equiv-alente francés menos malo sería
acierte a wr lo que tan claramente observa allí mismo el Santo acercamiento o acuerdo fraterno, o, como decía antes, compañeris-
Padre? "Cosa peor tememos todavía. El resultado de esta pro- mo. Me gusta más esta palabra, en todo caso, que la de tolerancia,
miscua colaboración, el beneficiario de esta acción social cosmopo- porque evoca un conjunto de relaciones positivas -positivas y ele-
lita no puede ser· más que una democracia que no será ni católica, mentales-. Evoca la idea de compañeros de viaje que incidental-
ni protestante, ni judia; una religión (pues el sillonismo, según han mente se encuentran reunidos aquí abajo, caminando por las rutas
dicho sus jefes, es una religión) más universal que la Iglesia cató- de la tierra por fundamentales que sean sus oposiciones, en buen
lica, y que reúna a todos los hombres hechos a la postre hermanos acuerdo humano, de buen humor y en cordial solidaridad".
y compañeros en «el reino de Dios». «No se trabaia para la Iglesia; Este espíritu de universal camaradería de los hombres, no
se traba¡a para la humanidad»''. obstante las diferencias dogmáticas no aparece cómo pueda com-
paginarse con las enseñanzas aristotélico-tomistas que omite traer
Maritain. Así enseña el Angélico que "por el pecado de infidelidad
El compañerismo de los hombres de diversas que cometen todos los herejes no se alcanza el verdadero conoci-
creencias en el plano espiritual miento de Dios" 3 2 ; luego, falsa e impía la expresión "el Dios al
que adoramos", como si fuera un ú1rico y mismo Dios, el adorado
1\.íaritain, y en esto no hace sino seguir el camino abierto por por católicos y creyentes de otras confesiones. Hay un único ca-
el liberalismo católico, establece una fuerte separación entre las mino para llegar a Dios, fuera del cual no se alcanza a Dios; y
cosas que se refieren al plano del reino de Dios y las que se refieren fuera del cual este nombre adorable no es sino "flatus vocis". "Sin
al plano de la vida terrestre. El problema del compañerismo entre
los hombres de diversas creencias lo fijará en consecuencias en u110 30 Questions de conscience, págs. 259-260.
y otro plano debilitando las diferencias que la diversidad de creen- 31 Príncipes d'une politique humaniste, pág. 138.
cias pueda fundar en el plano espiritual y aumentando la coopera- 32 11, II, 10, 3.

166 167
la fe imposible agradar a Dios"', dice el Apóstol 33, por esto hemos los no católicos. Están muy lejos de ser de compañerismo. La
de poner "los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe" 34, y como razón se funda en que cada hombre debe ordenar su vida primero
la fe es la raíz de todo el fundamento espiritual, según el tridentino, r ante todo en el amor de Dios; de manera que ha de establecer
nada se ha de cuidar con tanto empeño como la fe. De aquí que sus amistades y relaciones con los demás hombres en la medida
sea severísima la Iglesia en todo cuanto pueda debilitar la fe de en que le conduzcan a amar a Dios y ha de apartarse de ellos, en
sus hijos. Se pregunta el Angélico: "Si se puede entrar en comu- la medida en que de Dios le retraigan. Por tanto, sólo puede
nicación con los infieles'' y contesta: "Respondo diciendo que la mantener relaciones temporales, con los infieles, en la medida en
comunión con algunas personas está prohibida a los fieles, de dos que no pueda sufrir detrimento la fe católica.
. maneras: en castigo de aquel a quien se le substrae la comunión Y adviértase que la firmeza en la fe no comporta simplemente
con los fieles, y en cautela de aquellos a quienes se prohibe la co- solidez especulatiua en las verdades de la Santa Religión; importa
municación con otros. Y una y otra causa puede sacarse de las asimismo rectificación del enteúdimiento práctico y de la voluntad
palabras del Apóstol. Porque después que pronunció sentencia de afirmada en el servicio y el amor de Dios. Porque la experiencia
excomunión, añade como razón: r{No sabéis que un poco de leva- demuestra que el contacto con herejes e incrédulos aún en filósofos
dura corrompe toda la masa? De la primera manera no prohibe la y teólogos católicos, no deja de amenguar el "sentidO católico" de
Iglesia a los fieles la comunión con los infieles que no han recibido estas santas verdades, como lo ha observado el Concilio Vaticano.
la fe cristiana, es a saber con los paganos o judíos, porque no ejerce Tan importante es esta integridad y pureza de la fe que Santo
sobre ellos jurisdicción espiritual sino sólo temporal en el caso Tomás; en el artículo X de la misma cuestión, censura y prohibe
en que viviendo entre los cristianos cometen alguna culpa y con que los infieles puedan adquirir autoridad o dominio sobre los
pena temporal sean castigados por los fieles. · fieles: "De ningún modo ha de permitirse ---<lice:--- porque cederia
"Pero de este modo, como pena, prohibe la Iglesia a los fieles en escándalo y en peligro de la fe; porque fácilmente los que están
la comunión con aquellos infieles que se apartan de la fe recibida sujetos a la jurisdicción de otros, pueden ser cambiados por aquellos
o que corrompen la fe, conio los _herejes, o que también renuncian a quienes están sujetos, para que sigan su voluntad . .. " ·:l :respecto
totalmente a la fe como los apóstatas; contra unos y otros la Iglesia a si pueden los cristianos tener sirvientes infieles o judíos responde
pronuncia sentencia de exc0munió11. Pero en cuanto d la segrinda Santo Tomás que como ''es más probable que el siervo, que se rige
manera, hay que distinguir de acuerdo a las diversas condiciones por mandato del señor, se co-nvierta a la fe del señor fiel, que lo
d.e personas, de asuntos y de tiempos. Porque si algunos fueran contrario, por esto no está prohibido que los fieles tengan siervos
firmes en la fe, de suerte que de la comunión con infieles puede infieles; pero si amenazase peligro para el señor de tal comurtión
esperarse más bien la conversión de los infieles que el apartamiento con el siervo, debería apartarle de sí, según aquel mandato del
de la fe de los fieles, no se les ha de prohibir comunicarse con los Señor: «Si tu pie te escandaliza, arráncalo y échalo lejos de ti»" 36 •
. infieles, que no han recibido la fe, es a saber con paganos y judíos: Esta doctrina de la Iglesia, propuesta por el gran teólogo
sobre todo si urge la necesidad. Pero si son simples y enfermos en Santo Tomás, que muestra la primacía que acuerda la Santa
la fe, cuya crisis pueda temerse con probabilidad, se 'les ha de prohi- Iglesia a la integridad de la fe de sus hijos, hubo de ser recordada
bzr la comunión con los infieles; y sobre todo -que no tengan con también por Maritain para neutralizar el engaño a que pueden
ellos gran familiaridad y no comuniquen sin necesidad" 35. inducir sus teorias de fellowship, de compañerismo entre creyentes
Esta gravísima doctrina del Doctor Angélico mide cuál deba y no creyentes. Sobre todo en tiempo como los nuestros que como
ser el criterio que ha de guiar las relaciones de los católicos con lo recordaba Gregario XVI en la Mifari Vos a Lamennais: "Otra
causa que ha producido muchos de los males que afligen a la
33 Hebreos, XI, 6. Iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida
34 Ibid.
35 II II, 10, 9. 36 II, JI, 1 O, 9, ad 3.

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por doquiera," merced a los engaños de los impíos, y que enseña conozcan explícitamente, el hecho de la división religiosa, lejos de
que puede conSeguirse la vida eterna en cualquiera religió~, con ser m1a cosa en Sí buena, es _señal de la miseria de nuestra condi-
tal que se amolde a la norma de lo recto y de lo honesto. Fácil- ción; pero pensamos también, como acabo de explicarlo, que la
mente podéis descubrir a vuestra grey en~or tan execrable, dic_iendo Verdad habla al corazón de todos los hombres y Dios s.ólo sabe
el Apóstol que hay un solo Dios, una fe, un solo .bautismo y quiénes son los que nacidos en tal parte del mundo y colocados o
entiendan por tanto, los que piensen que se va por todas partes no bajo el régimen de su palabra públicamente revelada, oyen
al puerto de salvación que, según la sentencia del Salvador, ellos wrdadera y eficazmente la palabra interior y secreta. Creemos
están contra Cristo, ya que i1á están con_ Cristo, y que los ·que no que no hay salud fuera de Cristo, pero creemos también que
recolectan_ con Cristo, es1)arcen miserablemente, por Jo cual pere- Cristo ha muerto por todos los hombres, y que a todos se ofrece
cerán infaliblemente los que no tengan fe católica y no la guarden la posibilidad de creer en El, explicita o implícitamente. Creemos
íntegra 3,.. sin mancha; ojgan a San Jerónimo, que dice que estando ·que no hay salvación fuera del cuerpo místico de Cristo. Pero
la Iglesia dhidida en tres partes por el cisma, cuando alguno c_reemos tambié11 que aquello_s que están visiblemeñte incorporados
intenta~a atraerle a su ca11sa, co11 entereza siempre decía: el que a este cuerpo por la profesión de fe y de los sacramentos, designa-
está l)nido con la Cátedra de Pedro es mío. Ni se hagan ilusiones dos así para continuar en el tiempo la obra de la redención, y
po_rque_ estén. bautizados; a esto les responde San Agustín que no r_ecibiendo una más amplia efusión de medios de gracia, no son
pierde su forma el sarmiento cuando está separado de la vid; pero, los únicos que están en él; pensamos que todo hombre de buena
¿de qué le sirve si no vive _de la raíz?''. fe y de recta voluntad, con la condición de que no peque contra
Estas. enseñanzas preceptiYas de la Santa Iglesia no debieran la luz y no rel1use la gracia interiormente 9frecida, pertenece como
ser omitidas por un filósofo católico que busca, primero y ante se dice, al alma de l?- Iglesia, o en otros términ9s, que fonna parte
todo, el servicio de la Verdad. Omitirlas importa inducir en el invisiblemente, y por el movimiento de su ·corazón, de la Iglesia
lector una funesta especie de falsa caridad por la que convencido visible y recibe de su vida, que es la vida eterna; sin que. nadie
de la obligación de acercarse a los no cre3rentes para llevarlos a por .lo demás, sea cristiano o no, sepa si es digno de amor o de
la fe, acaba por perder o disminuir el precioso don de la fe sobre- odio'' 40 •
natural. Aquí tiene su lugar propio la doctrina de la Iglesia que Pero nosotros, por i1uestra parte, tenemos dérecho a pensar
enseña, enlo que al bien espiritual se refiere, que el hombre debe, que toda esta exposició11. no es precisamente para dar plena, luz
después de Dios, amar a sí mismo primero y más que a cualquier sobre la necesidad de la pertenencia al cuerpo y alma de la
otro 37. Iglesia; dogma de fe, de fide catholica definita, en el Concilio IV
de Letrán y en el Florentino que como enseñaba Maritain, con
palabra de Benedicto XV, contra l' Action Fraru;aise hoy "en me::lio
La pertenencia al alma de la Iglesia 38
de los trastornos actuales hay que repetirla. y enseñarla como
nunca" 41 •
No es menos censurable la exposición que hace Maritain de Cierto que la pertenencia al cuerpo y al alma de la Iglesia
la "doctrina católica concerniente al estado de los no católicos puede ser suplida, in voto, en el deseo, cuando una ignorancia
délante de Dios" 39 . ''Pensanlos, di.ce, que 110 hay salYacióri fuera verdaderamente invencible impide que lo sea in re, en la realidad.
de la Verdad y que el hecho de ·que todos los hombres no la Pero, cuidado con no engañarse ni engañar. Porque este tal
que, aún sin tener lazos visibles de unión con la Santa Iglesia,
37 II, II, 26, 4. podría salvarse, no precisamente por no tener tales lazos, sino a
38 Los teólogos, moaernamente, no hablan de pertenencia al alma de la
Iglesia, sino al cuerpo y al alma, in uoto non in re. (Ver Lercher, De Vera
Religione, n. 437). · 4-0 !bid., pág. 165.
39 Principes d'une politique humaniste, págs. 144 y sig. 41 Clairvoyance de Rome, pág. 258.

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pesar de no tenerlos, y en atención a un exceso de la divina mise- no recoge, esparce». A esta clase de hombres, el Apóstol Pablo los
ricordia, en la cual no debe confiar sino sólo aquel que ha hecho llama «pervertidos y condenados por su propio juicio» y el Prín-
cuanto está de s11 parte para acercarse y llegar a Dios. No en vano cipe de los Apóstoles los llama «falsos doctores», que introducen
dice el Espíritu Santo: "Hay impíos que viven tan sosegados y sectas de perdición y niegan a Dios, atrayendo sobre si mismos
seguros como si tuvieran méritos de justos. Cosa que me parece apreslll"ada ruina''. .
muy vana ... " 42. Los teólogos enseñan que nadie puede salvarse sin pertenecer
Pío IX en su alocución Quanto conficiamur del 1 O de agosto a la Iglesia. La necesidad de esta pertenencia no es puramente de
de 1863, reacciona contra esta criminal in-dulgencia que se pre- precepto, o sea porque esté ordenada, sino de medio, est~ ~s, que :I
tende mostrar con los que se encuentran fuera de la Santa Iglesia: hecho mismo de la no pertenencia nos coloca fuera del un1co cami-
"~or tanto, amados Hijos Nuestros y Venerables Hermanos, con- no puesto por Dios para llegar al cielo. El fundamento ~ogmático
VIene que hüy aquí volvamos a mencionar para condenarle el de esta enseñanza lo constituye la palabra expresa y terrnrhante de
gravísimo error, en que miserablemente están incurriendo algunos Jesucristo cuando le declara a Nicodemo que "si alguno no fuese
con opinar que el vivir ciertos lzombres en el error y apartados de bautizado no puede entrar en el reino de Dios" 43 . Y nada hace
la verdadera fe, y de la unidad católica, no les impide alcanzar la que este tal sea adulto o infante; con culpa o sin culpa. Si no llena
bienaventuranza. Esta sentencia es abiertamente contraria a la esta condición no puede salvarse. Por otra parte también enseñan
d'octrina católica. Ciertamente, para Nos y para vosotros es cons- que la necesidad del bautismo deriva del hecho de que es puerta de
tante, que los afectados por ignorancia invencible .acerca de nuestra entrada a la Iglesia. Luego la no pertenencia a la Iglesia significa
Religión santísima, si por otra parte observan puntualmente la ley necesaria y absolutamente la exclusión del reino de los cielos. Tan
natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en todos los corazones, necesaria y absoluta que los niños muertos sin bautismo, sin culpa
y si dispuestos a obedecerle llevan una vida honrada y recta, pueden, consiguientemente, no se salvan. Los adultos pueden suplir la re-
mediante la virtud de la luz divina y de la gracia, alcanzar la cepción real del sacramento por la justificación que no puede cum-
v-ida eterna, como quiera que Dios, supremo inspector, escrutador plirse sin llenar ciertas condiciones absolutamente necesarias. Es-
Y conocedor de todas las mentes, de todas las almas, de todos los tas condiciones son un acto sobrenatural de amor de Dios, pero acto
pensamientos, y de todos los actos, no consentiría, en su suma sobrenatural que presupone como fundamento, también absoluta-
bondad y clemencia, que sean castigados con eternos suplicios mente necesario e irreemplazable, la fe sobrenatrtral. con la explici-
quienes no tengan el reato de una culpa voluntaria. Pero no tación por lo menos de dos artículos, es a saber, que Dios existe y
menos notorio es el dogma católico, ·de que nadie puede salvarse que es remunerador de los que verdaderamente le buscan, de acuer-
fuera de la 1glesia Católica, y de que los contumaces contra la do a aquello de San Pablo en su Carta a los Hebreos (XI, 6): "Pues
autoridad y definiciones de la misma Iglesia, pertinazmente apar- sin fe es imposible agradar a Dios. Por cuanto el que se llega a
tados de su unidad y del Romano Pontífice, sucesor de Pedro, a Dios debe creer que Dios existe y que es remunerador de los que
quien fue por el Salvador encargada la guarda de la viña, no le buscan".
¡:meden alcanzar la eterna salvación. Sobre este punto son clari- De manera que ningún homhre muerto antes del uso de la
srmas las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: «Si no oyere a la razón se salva si no está bautizado; llegado al uso de la razón
Iglesia, ténlo como un gentil y un publicano. Quien a vosotros tampoco no puede salvarse, si no cree, con acto explícito de fe so-
oye, ,a mí me oye; y quien a vosotros desprecia, a mí me desprecia. brenatural, en Dios remunerador, y en virtud de este acto está <lis·
. Y el que a mí me desprecia, desprecia a Aquel que me envió». «El puesto a cumplir todo cuanto Dios exige para la salvación. De
que no creyere, será condenado». «El que no cree ya ha sido juz- donde el adulto puede salvarse, precisamente, porque en virtud de
gado». «El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo este acto de fe explícita, tiene el propósito virtual de unirse con la

42 Ecles., VIII, 14. 43 Juan, 111, 5.

172 173
Iglesia, en cuanto está dispuesto a llenar las condiciones exigidas salvarse quien no cree explícitamente que Dios existe y q11e es re-
por Dios, una de las cuales la constituye esta pertenencia visible a munerador de los que le buscan. ¿Cómo puede conocer explicita-
la Santa Iglesia. mente a Dios quien de hecho le niega y le rechaza? Y no se diga,
La gravedad de esta doctrina no puede ser disinmlada y dismi- como pretende insinuar allí J\1aritain, que le niega especulativa-
rnúda como lo hace l\1aritain, cuando habla de que "no hay salva- mente pero se adhiere a él prácticamente bajo la apariencia de una
ción fuera de la Verdad", como si bastara adherirse a alguna ver- fórmula en que le niega. Porque a lo sumo, en esta hipótesis, ha-
dad o a alguna cosa que nos parece verdadera. No. Es necesaria bría un conocimiento- implícito de Dios, conocido bajo términos
la adhesión sobrenatm·al, no a la Verdad abstracta, sino a la Ver- absolutos como la verdad, el bien, la belleza, la sabiduría, la virtud,
dad subsistente, distinta de las cosas creadas, que es Dios, y el Dios la libertad, pero esto no basta según la enseñanza constante de la
que ha hablado al hombre. Iglesia. Y la razón de que no sea suficiente es clarísima. Porque
la salvación del hombre consiste en entrar en la sociedad sobrenátu-
ral de Dios. Pero en esta sociedad nadie entra si no la acepta libre-
El ateo de buena fe y los recursos de la gracia mente. Pero nadie puede aceptar el ingreso si no cree explícitamen-
te en esta sociedad, y no puede creer en ella cuyo conocimiento es
Que a sembrar confusión en materia tan delicada se dirija la revel.ado por el mismo Dios si no cree explícitamente e11 Dios re-
exposición de Maritain, lo confirma, si podía haber alguna duda, munerador. Luego necesaria es la fe explícita en Dios remunera-
el caso del ateo de buena fe y los recursos de la gracia que propone dor. De aquí que Inocencia XI haya condenado la proposición de
en su Humanisme Intégral 44 • El caso es muy sencillo, no obstante aquellos que dicen que para salvarse basta "la fe, en un sentido
la insegnridad con que se expresa Maritain. Se trata de un ateo lato, producida por el testimonio de las creaturas, o por otro motivo
que "rechaza especulativamenJ.e a Dios como fin y como regla su- semeiante" 41 • De ninguna manera. Hace falta la fe en la palabra
prema de la vida humana" 45 . Maritain sostiene que Dios tiene divina. Hace falta creer a Dios y creer en Dios. Y no simplemen-
recursos para que aun en este caso "el acto interior de pensamiento te creer que Dios existe, sino que es ren1unerador o sea que ha pro-
producido por esta alma que niega especulativamente a Dios se diri- visto de los medios para que aquellos que le buscan puedan llegar a
¡a hacia una realidad que, de hecho, sea verdaderamente Dios". En encontrarle en la sociedad sobrenatural. Por esto, Inocencia XI ha
otros términos, esta alma rechazaría especulativamente a Dios por- conde:q_ado también a aq.uellos que dicen: "Es necesaria, con ne-
q_ue lo conceptualizaría en fórn1ulas de negación y .de rechazo, pero, cesidad de medio, la fe en un Dios único, pero no la fe explícita en
sm embargo, lo escogería prácticamente como fin de su vida. En que es Remuneradorn 4 8.
otras palabras, estaríamos frente "al ateo de buena fe que contra Pero hay una segunda cuestión y es la posibilidad núsma del
su propia elecCión aparente habrá escogido realmente a Dios por "ateo de buena fe". ¿Puede darse un ateo de buena fe, esto es, que
fin de su ·'irida'' 46. sea ateo sin culpa? El capítulo XIII del Libro de la Sabiduría res-
Para abar~ar el caso propuesto distingamos _en él dos cuestio- ponde íntegramente a esta cuestión y San Pablo en su Carta a los
nes. Sea la primera, la posibilidad de que este ateo de buena fe, se romanos da también respuesta intergiversable: "En efecto -dice--
salve, _esto _es, que "escoja realmente a Dios ·por fin de su vida", las perfecciones invisibles de Dios, aun su eterno poder y su di;i-
como se expr_esa _Maritain. Y esta afirmación de -Maritain es un nidad, se han hecho 'isibles después de la creación del mundo, por
graYísimo error en absoluta contradicción con la enseñanza dog- "manifestación"; lo invisible se ha hecho visible; luego habla de
mática de la Iglesia, de acuerdo a la cual no puede absolutamente el conocimiento que de ellas nos dan sus criatnras; y así tales hom-
bres no tienen disculpti.1~. San !Jablo habla de "conocimiento",
44 Humanisme Intégral, pág. íl.
45 !bid. 47 Denzinger, prop. 1173.
46 !bid. 48 !bid., prop. 1172.

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~n. conocimien!o :laro y exp::es~ que. puede_ tener de Dios cualquier El verdadero Fellowship
hombre, conoclilllento q11e s1 bien no tendrá siempre la precisión
que puede lograr en el filósofo, es suficientemente claro y expreso Pío IX en su famoso discurso Quanto conficiamur moerore del
como las verdades de sentido común para referirse a un Ser Su- 1O de agosto de 1863 sobre el indiferentismo, expone el único fe·
premo, distinto del mundo y su Creador y Ordenador. Por esto, ha llowship aceptable:
condenado el Concilio Vaticano al que "dijere que un solo y ver- "No se entienda por esto -dice el Papa- que los Hijos de la
dadero Dios, Creador y Señor nuestro, no se puede conocer con cer. Iglesia Católica hayan de ser en manera alguna enemigos de los
te.za., con la luz de la humana razó~ por medio de las cosas crea- que no están unidos con nosotros por unos mismos vínculos de fe
das". Ahora bien; el ateo de buena fe de Maritain que niega espe- y de caridad; antes por el contrario, procl.1ren siempre auxiliarlos
culativanJ.ente la existencia de Dios, carecería del actü intelectual con todas obras de cristiana caridad cuando los vean pobres ·-:l en-
especulativo_ que consiste _en poder decir: "Estoy cierto que existe el fermos, o afligidos por cualesquiera otras calamidades, tratando
Creador de lo que vemos"-, Pero es así que este acto está en -las ma- ante todo de arrancarlos de las tinieblas de los errores, en q11e núse-
nos de todo hombre por ser hombre; luego no puede carecer de él ramente yacen, y de reducirlos a la verdad católica, y al gremio de
sm culpa. Luego no puede existir el ateo de buena fe. la Iglesia, nuestra madre amantísima, que nunca cesa de te:nder
Además, adviértase bien, c·omo ensella Garrigou-La!2Tanrre. 11acia ellos con amor s11s manos inaternales, ni de llarnarlos. hacia
~ue la definición del Concilio Vaticano exige una adhesión" cierta, sí, para que, fu11dados y permanentes en la fe, esperanza y cari-
de la que nos podemos dar cuenta; no es una creencia que se apo- dad, y fructificando en toda buena obra, consigan la eterna salva-
ya sobre el testimonio de Dios, o sobre el testimonio de la tradi- ción". I,a -verdad con respecto a los no católicos ha de proponerse
ción, o sobre el testimonio del género humano. Es el resultado de claramente, aun por amor ordenado y cristiano de ellos mismos.
una evidencia racional. No se podría confunclir «esta luz natural Cierto que desde lo alto de la cátedra de la Iglesia, directa o indi-
de .1ª. razón» con la conciencia, el sentido religioso, o_ la experiencia rectamente desciende y se esparce la luz de la verdad y que llega
religiosa de que hablan los modernistas. . . Tampoco basta enten- a muchos~ aun extraños, la- noticia de la divina revelación por lo
der por la «luz natural de la razón» la razón práctica en el sentido -menos cuanto- a los artículos fundamentale$ que deben ser creídos
kantiano. Esta interpretación sería evidentemente co11traria a· los explícitamente, para que puedan con1.~ertirse a Dios por medio de
términos del Concilio; la razón práctica de Kant no adhiere a la la caridad perfecta y llegar, Íl.:.era del sacramento, a la gracia de la
verdad. de las cosas porque percibe esta verdad, se clirige sólo a una justificación;· cierto que Dios no tiene necesidad de ningún minis-
fe moral cuya certeza es subjetivamente suficiente, aunque objeti· terio humano para inspirar la fe que es comienzo y raíz de toda
vamente insuficiente". (Crítica de la razón práctica, I, 1. II. c. 5)49. iustiíicación en el que se dispone por el auxilio de la gracia ofrecido
Pongamos término a este punto con lo que escribe Garrigou-La- fuera de los límites de la Iglesia, como enseña Santo Tomás, De
~range allí mismo: "Los teól6gos niegan com-úninerlte la posibili- Veritate, q. 14. a. 11. ad. 1. Pero cierto certísimo también que
dad de la ignorancia o del error invencible sobre la existencia de Dios constituyó una Iglesia visible y discernible como arca fuera
Dios; es decir, que el ateísmo especulativo nó es posible e-ri Un hom- de la cual no hay salvación. Y aunque sea posible llegar a ella con
bre. que tiene uso de la razón y verdaderamente de buena fe" so_ · el solo deseo, no lo es sino para los que se encuentran en ignorancia
invencible; y además hay que decir que la condición de estos es
terriblem_ente precaria, a causa de la carencia de tantos y ta11. gran-
des auxilios que no se tienen fuera de la comunión real de la Iglesia.
Oportunas al caso las palabras de Pío X en el Sillon: "Quere-
mos llamar vuestra atención, Venerables Hermanos, sobre esta de-
49 Garrigou-Lagrange, Dieu, 5" ed., págs. 19 y sig. formación del Evangelio y del carácter sagrado de Nuestro Señor
50 !bid., pág. 32. Jesucristo, Dios y Hombre, practicada en el Sillon y en otras par-

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tes. Al discurrir sobre la cuestión social~ es moda en ciertas esfe- todos los poderes y opiniones de Ja tierra, y con que el acercamiento
ras descartar primero la divinidad de Jes,;cristo y después no hablar '"ecuménico" entre cristianos separados 5 2 no sirva para establecer
más. de su extremada mansedumbre, de su compasión para todas el indiferentismo religioso.
las miserias humanas, de sus apremiantes exhortaciones al amor
del prójimo y a la fraternidad. Verdad es que Jesucristo nos ama
co11 .amor inmenso, i_nfinito, :r que vino a la tierra a P?-decer y La cooperación de los hombres de diferentes
m~nr para que reunidos en torno suyo, en la justicia y el amor, creencias en el o-r:den temporal
2.mrnados de los mismos sentimientos de mutua caridad, todos los
l:ombres vivan en paz y felicidad. Mas con autoridad suprema ''De estas reflexiones se sigu_e -conclu:ye 1\1aritain- que en
puso por condición de esa felicidad temporal y eterna, ser de su re- la perspectiva católica en que estoy colocado, el acercamiento
ba130, aceptar su dQctrina, practicar la virtud y dejarse enseñar J" entre creyentes de todas las denominaciones re~oiosas no podría
guzar por Pedro Jr sus sucesores. Además, si Jesús fue bueno con cumplirse, sobre el plano religioso y espiritual" mismo, sino por Y
los extraviados y pecadores, no respetó sus convicciones erróneas, en la amistad y la caridad, por y en la pura espiritualidad y liber-
por s_inceras que parecieran; los amó a todos para instruirlos, con- tad de an1or, sin volcarse en ninguna especie de comunión menos
rertirlos y salvarlos. Si ílarnó a sí, para ali;,iarlos, a los que pade- inasible y más determinada, más visible, expresada en el orden
cen trabajos y dolores, no fue para predicarles la emulación de una del entendimiento especulativo y práctico por alguna comunidad
igualdad quimérica. Si levantó a los humildes, no fue para inspi- de símbolo o de forma sagrada" 53 •
rarles el sentimiento ele una dignidad independiente y rebelde a la Lo cual podría admitirse sin dificultad con tal que quisiera
obediencia. Si su corazón rebosaba de mansedumbre para las almas decir lo que enseña Santo Tomás en el artículo VI de la Cuestión
de buena volu11tad, no dejó de encendE-rse en santa indignación 25 de la II. II. cuando se pregunta si "los pecadores han de ser
contra los profanadores de la casa de Dios, contra los misera bles amados por caridad", y contesta: "Respondo diciendo que en los
que escandalizan a los pequeñuelos, contra las autoridades que abru- pecadores puederi considerarse dos cosas, es a saber, la naturaleza
man al pueblo con el peso de cargas incomportables, sin que ellos y la culpa. En cuanto a la naturaleza que tienen de Dios son
pongan el dedo para ayudarlas a levantar. Fue tan enérgico como capaces·. de la biena,rellturanza, sobre cuya· comunicación se funda
manso; regañó, amenazó, castigó, sabiendo y enseñándonos que con la caridad, como arriba se dijo (q. 25, 3.), y por esto, según la
frecuencia el temor es el principio de la sabiduría y que conviene naturaleza, se los ha de amar por caridad. Pero la culpa de ellos
a Yeces cortar un miembro para salvar al cuerpo 11 . contraria a Dios y es impedimento de la bienaventuranza. De
Cuidado entonces con que el discurso de Maritain no sirva donde en cuanto a la culpa, son contrarios a Dios y son de_ odiar
para atenuar la temible co11dición de la ignorancia invencible; que todos los pecadores, también el padre, la madre, y los panentes,
no sirva para tranqiálizar crilninalmente -a quienes opinan "que como consta en· Luoas, XIV. Debemos odiar a los pecadores en
el vivir ciertos hombres en el error y apartados de la verdadera cuanto pec.adore_s, y amarlos en cuanto hoinbres, cap3:ce:, de biena-
fe y de la unidad católica no les impide alcanzar la bienaventu- Yenturanza; y esto es amarlos verdaderamente por Dios .
ranza" (Pío IX, Quanto conficiamur); cuidado con que todo el Y no se diga que no nos ·consta· "qué son a los ojos de Dios";
"diálogo fraternal" sobre el que no debamos juzgar del estado ante pues hemos de proceder de acuerdo a lo que en el foro extenw de la
Dios, de los que no comulgan con la fe católica 51 de Principes vida, son y profesan ser. Lcis herejes, _incrédulos, judíos, pagai:~s,
d'wze Politique humaniste, no sirva para justificar un régimen de en cuanto tales, están fuera del cammo de salud; su profes1on
conuiv~ncia lzu1nana igualitaria, sin diferencias _religiosas, en el pública por tanto, es desviada y funesta. Nuestra amistad con ellos,
que no se le reconozca a la Santa Iglesia su divina principalía sobre
52 !bid., pág. 151.
51 Principes d'une politique humaniste, págs. 147 y 148. 53 !bid., pág. 152.

j 78 179
si es verdadera y ordenada, debe encaminarse no a co11firmarlos Las directivas más explícitas y terminantes, emanadas de la
en el error en que viven, sino a llevarlos a la verdad que salva. Cátedra Romana, sobre la colaboración de los católicos, son las
Si están sinceramente en el error, más fácil será nuestra tarea dadas por Pío X el 24 de diciembre de 1912, a propósito de una
de descubrirles la verdad para que lo repudien de su vida. colaboración en negocios temporales. En la Carta Singulari quadam,
"Pero sobre el plan de la vida temporal y profana -prosi- dirigida al Cardenal Jorge Kopp, obispo de Breslau y a los otros
gue Maritain 54_ conviene al contrario que este acercamiento se Arzobispos y Obispos de Alemania, Pío X pronuncia resolución
exprese en actividades comunes, se encuentre significado por una definitiva en el asunto surgido entre los católicos respecto a la
cooperación más o menos estrecha para objetivos concretos y de- licitud de formar parte de sindicatos "cristianos" interconÍesionales.
terminados - que se trate del bien común de la ciudad política, a
la cual los unos y los otros pertenecemos respectivamente o del 1' El Papa pone en relieve primero la gravedad de la cues-
bien común de la civilización temporal en su conjunto. tión. "Tanto más empeño hemos puesto en esta cuestión cuanto
"Y sin duda en tal dominio no es en_ cuanto creyentes, sino en hemos comprendido en la plena conciencia de nuestro Cargo Apos-
cuanto pertenecen a tal patria, en cuanto están ligados por las tólico que el más sagrado de nuestros deberes era procurar em-
costumbres, las tradiciones, los intereses, las maneras de sentir y peñosamente que la doctrina católica se conserve entre nuestrqs
de ver de una comunidad carnal, o en cuanto tienen en común más amados hijos sincera e íntegra, no petmitiendo de ninguna
un ideal histórico concreto, que los creyentes de religiones diferen- manera que su fe sufra peligro. Porque si no son advertidos
tes son llamados a realizar Una obra común. Pero en esta obra a tiempo corre el peligro de que poco a poco y casi sin percibirlo
común temporal misma, están incluidos valores éticos y espiritua- se acostumbren a una especie de cristianismo vago e indefinido,
les~ que interesan al creyente en cuanto tal. - Y en esta misma obra que de ordinario se llama interconfesional y que se difunde bajo
común temporal el elemento eficaz de primera importancia (digo la falsa etiqueta de una fe cristiana común, cuando es manifiesto
primera, no digo suficiente) para la pacificación de los hombres, que nada hay más contrario a la predicación de Jesucristo".
es la benevolencia y la amistad de que hablamos antes. En esta
esfera de la vida temporal y pública, la palabra que conviene 2' El Papa tiene presente la necesidad .de colaborar con los
mejor no es amor de caridad, sino amista.d cívica, la cual e:s una de otras religiones en problemas tempora!es. "Se suma a esto
virtud de orden natural que debe ser activada por la caridad" 55 . ........:.....prosigue el Papa- que nuestros más grandes deseos son fomen-
Maritain vuelve aquí a intentar una separación del plano tar y consolidar la concordia entre los católicos y apartar todas las
temporal respecto del plano espiritual. No hay tal separación y causas de disensiones que dividiendo la f11erza de los buenos, no
hemos visto cómo Santo Tomás, cuando plantea el problema de pueden sino aprovechar a los enemigos de la religión; además
las relaciones de los fieles con los infieles, lo hace respecto a rela- deseamos y anhelamos que Nuestros Hijos guarden con los mis-
ciones en el plano temporal; relaciones surgidas por necesidades mos ciudadanos alejados de la Fe católica aquella paz sin la cual
de la vida. "Si necesitas urgeat" u vel absque necessitate eis com- no puede subsistir ni el orden de la sociedad humana en la pros-
municent". El peligro de la integridad y de la pureza de la fe para peridad de la ciudad".
los fieles existe precisamente cuando en razón_ de sus negocios
remporales, tienen que trabar relaciones con los infieles. En razón 30 El Papa recuerda que lo primero es guardar la fe cató-
de lo espiritual no tienen por qué comunicar con ellos, a no ser lica. "Así en primer lugar enseñamos que el deber de todos los
que para ello hayan recibido mandato especial, misión de la misma católicos, deber que debe ser guardado religiosa e inviolablemente
Iglesia. en todas las circunstancias de la vida tanto privada como pública,
es sostener con firmeza y profesar sin temor los principios de la
54 Ibid. verdad cristiana, enseñada por el magisterio de la Iglesia Cató-
55 Ibid. lica. . . En todo cuanto el cristiano haga, aún en las cosas tempo-

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ral.es, no le es lícito descuidar los bienes sobrenatural.es; por el pena. Además es necesario qué estos sindicatos -para que· ·a ellos
contrario, las reglas de la sabiduria cristiana le prescriben dirigir puedan dar su nombre los católicos~ deben ser tales que se abs-
todas las cosas al Sumo Bien como a su último fin; todas sus tengan de toda teoría o actos que no se ajusten a las doctrinas
acciones buenas ·o malas, en el orden moral, esto es, de acuerdo o y normas de la Iglesia o de la autoridad religiosa competente; y
desacuerdo con el derecho natural o divino, están sometidas al asimismo, que a este respecto nada reprensible haya en sus escri-
juicio y jurisdicción de la Iglesia". tos, palabras o actos. Por lo cual los obispos deben observar dili-
- gentemente como el .m·á.s sagrado de sus deberes, cómo se oomporta11
4 9 ~s sindicatos confesionales Sólo merecen aprobación sin estas sociedades y vigilar que los católicos no sufran daño de las
reserva. "En cuanto a las asociaciones obreras, aunque su objeto relaciones_ con ellas. En cuanto a los católicos inscriptos en estos
sea procurar a sus miembros ventajas temporales, con· todo, se han sindicatos no consientan nunca aue los sindicatos, e11 cuanto tales,
de recomendar sin reservas v han de considerarse como- más indi- en la busca de las ventaias temporales de sus miembros, profesen
cadas para una verdadera i sólida utilidad de sus núembros, \as o hagan nada que de cualquier manera pueda ser contrario a los
que fundadas sobre la base de la religión católica siguen como principios enseñados por el Supremo magisterio de la Iglesia. Y
guía a la misma Iglesia. . . que si se trata de aquellas asociaciones por esta causa siempre que surjan cuestiones que tengan atinencia
que tocan directa o indirectamente a la religión o a la moral no con la moral, esto es, con la justicia y la caridad, •.rigilarán con
podría aprobarse de ninguna manera que en las dichas regiones atención los Obispos para que los fieles no descuiden la moral
se- fomenten o propaguen las asociaciones mixtas, esto es, las católica y no se aparten de ella, en lo más mínimo".
formadas de católicos y no católicos. Porque para no insistir en
otros puntos, no hay duda que las asociaciones de este género ex- De esta enseñanza del Papa se sigue que la oolaboración inter-
ponen a grandes peligros o ciertamente pueden exponer la integri- confesional es cosa llena de peligros, que no debe ser permitida o
dad de la fe y la fiel observancia de las .leyes y preceptos de la tolerada sino cuando no hubiere otro medio para lograr las ventajas
Santa Iglesia; cuyos peligros los habéis manifestado abiertamente temporales que puede reportar, y aún en este caso, empleando
muchos de Vosotros, Venera bles Hermanos, en las respuestas a todas las precaucio11es, tanto· por parte de los interes;,:idos católicos,
esta cuestión". cuanto de la misma asociación interconfesional y de los Obispos
que deben vigilar, porque no sufra lo más núnimo la integridad
59 Pueden los católicos con ciertas precauciones fornw.r -parte de la fe de los católicos.
de los sindicatos interconfesionales. "Nosotros declaramos que se La doctrina del Pontífice como la de Santo Tomás, se refiere
puede tolerar r perrru"tir que los católicos entren también a formar entonces a la colaboración interconfesional, en el plano temporal;
parte de los sindicatos mixtos (llamados cristianos) que existen porque en otro plano no puede haber cooperación de ningún género.
en vuestra diócesis, mientras nuevas circunstancias no c·anviertan Luego el planteo mismo de esta cuestión demuestra que Maritain
esta tolerancia en inoportuna e ilegítima, de tal suerte, con todo, pervierte el concepto de ciudad; concibe el plano de vida de la
que se tomen especiales precauciones para evitar los peligros que ciudad como- puramente te1nporal, donde no· estáT1 incluidos valo-
son inherentes a las· asoCiaciones de este género". res de la jurisdicción directa de la Iglesia. La ciudad cristiana no
seria una realidad temporal-espiritual, natural-sobrenatural, y por
69 Dos precauciones para autorizar esta tolerancia. "He aquí tanto, conformada a la concepción católica de la ·vida; sería una
las principales precauciones. En primer lugar hay que procurar ciudad puramente temporal, cuya conformación sería fijada por
que los obreros católicos de estos sindicatos se inscriban también los laicos creyentes y no creyentes y hasta ateos. Por esto, dando
en las asociaciones católicas de obreros, llamadas arbeitervereine. la espalda a la Iglesia, busca los principios básicos (como si la
Que si para esto deben hacer algún sacrificio pecuniario, estamos ciudad cristiana estuviera por inv~entar) en un acuerdo común.
convencidos que, en su celo por la pureza de su fe, lo harán sin "Para la sociedad del mañau.a, dice, y la democracia revitalizada

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que estamos deseando, la Jl_n_ica solución se nos presenta bajo un en cuestión y _que, de Sl.1::ro, aunque sea referido a un fin superior,
tipo «pluralístico». Hombres pertenecientes a los credos filosóficos es de orden natural y aunque sea concebido sin duda por los unos
o religiosos m.ás distintos entre sí, podrán y deberán cooperar en y por los otros según las perspectivas propias de cada uno, en la
la tarea común,., para el bienestar conjunto de la comunidad, fun~ realidad existencial será extrapuesto a las concepciones de cada
dando su acuerdo sobre los principios básicos de una sociedad de Uno; y que, considerada así, en la existencia real, desilusionará en
hombres libres. Pues, 1ma sociedad. de hombres libres, implica cierta medida, aunque realizándolas, las concepciones particulares
principios básicos que constituyen el fondo de su existencia mis- de cada uno" 57. " . . . Esta cooperación analógica sería no simple-
ma. Su deber es defenderlos y promoverlos. Uno de los errores del mente para establecer una técnica, para extinguir un incendio,
optimismo burgués consistió en creer que en un.a sociedad libre socorrer un hambrienta o un enfermo, sino también y sobre todo
«la verdad» y las decisiones propicias para la dignidad y libertad en una acción constructiva concerniente a la recta vida de la ciudad
humana, emergían automáticamente de los conflictos -de fuerzas y temporal y de la civilización terrestre y los uizlores que están allí
opiniones; el error residió en concebir la sociedad libre como un encerrados" ss.
campo neutral para teda clase de ideas en mutua. competencia. El pensamiento de Maritain está expresado con toda claridad.
"De tal manera, la sociedad democrática no llegó a poseer 11n Cre}rentes, no cre:yentes y ateos se pondrían prácticamente de
concepto de su conducta concreta,. y la libertad desarmada y para- acuerdo en ''una acción constructiva de la ciudad temporal", en
lizada, quedó a merced de los actos de aquellos que la odiaban y "un propio concepto del hombre y de la sociedad", en "su propia
trataban por todos los medios de alentar en los hombres un vicioso filosofía", en "su propia fe". Esta comunidad aunque no implica
deseo de liberarse de la libertad. Si ha de vencer a las tendencias "univocidad entre las vías por donde cada uno camina y el buen
totalitarias y cumplir las esperanzas de los pueblos del mundo, la acuerdo práctico no se funda sobre un mínimmn común de iden-
democracia del mañana deberá tener su propio concepto del hom- tidad doctrinal ... " en otro sentido hay mucho más que un míni-
bre y de la sociedad, su propia filosofía, su propia fe, que la pon- mum común, }ra que entre aquellos que "perteneciendo a_ familias
gan en condiciones de educar al pueblo para la .libertad y de defen- religiosas diferentes, ·dejan pasar entre ellos el espíritu del amor,
derse a sí misma contra aquellos que usarían de las libertEides las implicaciones del amor fraternal crean en los principios de la
democráticas para destruir la libertad y los derechos humanos" 56 • razón práctica y de la acción, respecto a la civilización terrestre,
una comunidad ·de similitud y de ancilogía que corresponde por una
parte a la unidad fundamental de nuestra naturaleza racional y
La universal fe común de la nueva cristiandad que por otra parte no interesa sólo a un número mínimum de pun-
y la teoría de la analogía tos de doctrina, sino que se adentra en toda la serie de las acciones
prácticas y de los principios de acción de cada uno". "No es en
Pero aquí se presenta, en toda su realidad, el problema a que un_ eq11ívoco que se agrupan para cooperar al bien de la cil.1dad.
aludíamos anteriorrnente. ¿Qué "universal fe común" -de coopera- Es en la comunidad de analogía entre principios, movimientos,
ción puede establecerse entre hombres que admii:en un fin último caminos prácticos, implicada por el común reconocimiento de la
sobrenatural de la vida y otros que no lo admiten? ¿Qué principios ley de amor, y correspondientes a las inclinaciones primeras de
bászcos comunes? Aqui Maritain hace intervenir su salvadora la i1aturaleza humana" 59. "¿Y porqué he -de disiniular que para
noción de analogía. . . y partiendo del hecho de la identidad de la nu cristiano, en la fe de aquel cuyo nombre sólo ha sido dado a
naturaleza humana, sostiene que aunque no haya identidad de los hombres en el cual pueden ser salvos aun en el orde11 tem-
doctrina, puede haber entre los principios y las doctrinas diferentes
una comunidad de proporción, "una .analogía frente al fin práctico
51 Principes d'une politique hunwniste, pág. 159.
58 Ibid., pág. 160.
56 El Pueblo, de Buenos Aires, del 13/V/1945. 59 !bid., págs. 166-167.

184 165
poral, esta comunidad de analogía supone un primer analogado cuanto tal, resulta de las acciones humanas -individuales y so-
pura y simplemente verdadero, «y que implícita o explícitamente ciales- que los hombres de la ciudad cumplen.
es a Cristo, conocido de los unos, desconocido de los otros, que La ciudad no es un efecto distinto de los hombres que en ella
tiende en definitiva, bajo forma más o menos perfecta, y más o viven; y el cómo de la ciudad no es distinto del cómo viven; y
menos pura, todo lo que hay de amor auténtico trabajando en el este cómo viven depende de cómo piensan respecto a lo que debe
mundo de los hombres y para el bien común de su vida aquí ser la vida; y este cómo piensan respecto a la vida, depende prime-
abajo?»" 60 ; ro y ante todo, del fin último de la vida. El fin último de la vida
Y ¿cuáles son esas nociones, ''principios", "movimientos'', es el regulador de todas las acciones humanas r de su interna
"caminos'' analógicos en que materialistas, idealistas, agnósticos, ron formación.
cristianos }r judíos~ musulmanes y budistas pueden estar de acuerdo, Ahora bien, ¿cómo pueden coincidir en "el fin práctico", en
no en virtud de llila identidad de doctrinas sino por la similitud ''la obra práctica" qut;: se ha de realizar, un católico y un materia-
analógica de principios prácticos, tendientes hacia las mismas con- lista? El primero pondrá como primer principio fundamental de
clusiones prácticas? Contesta: ''si sienten una similar reverencia la ciudad "la soberana autoridad de Dios sobre la vida social de
por la wrdad y la inteligencia, la dignidad humana, la libertad, la cual es Creador y único Regulador" 63 ; el segundo pondrá lo pura-
el amor fraternal y el valor absoluto del bien moral" 61 . mente material. Los dos podrán hablar de libertad, pero para el
· En la concepción de Maritain en consecuencia, aunque mate- uno libertad será estructurar la ciudad de acuerdo a las leyes
rialistas~ agnósticos, idealistas, ateos, socialistas, judíos y católicos divinas tanto naturales como sobrenaturales, para el materialista,
difieran profundamente respecto al último fin de la vida y en en cambio, será hacer todo cuanto de expansión a los instintos
consecuencia respecto a la vida misma, pueden llegar a un acuerdo materiales de la vida ... ; en uno y otro caso "el fin práctico", el
práctico sobre el modo práctico de concluir la vida; y esta conduc- efecto práctico extrapuesto en la realidad existencial será completa
ción de la vida comportará una_coincidencia también práctica sobre y enteramente diferente. "Un fin prácticolJ, una "obra común"
el fin y la estructura de la ciudad. Y el católico que tiene una "a católícos y a atecs implicará <el sacrificio de hecho de las verda-
concepción sobrenatural de la vida y por lo mismo respecto a todos des cuyo depósito tienen los católicos, no estableeiéndoselas como
estos v~lores ¿cómo podrá coincidir con los tj_ue no tienen sino una es menester, es decir, como piedra angular, a espíritus para quienes
concepción puramente naturalista? Contesta Maritain: "aunque deberían constituir el objeto primero" 64 •
tengan principios y doctrinas diferentes, una analogía frente al fin Si el católico tiene como "fin práctico" de su vida a Dios
práctico en cuestión y que, de suyo, aunque referido a un fin amado por encima de todo, como lo enseña la Santa Iglesia, su
superior, es de orden natural; y aunque concebido sin duda por vida ciudadana, la ciudad que construirá con su vida, será tal
los unos y por los otros según las perspectivas propias de cada que en ella Dios sea el Primer ·Amado y la Iglesia la primera hon-
uno, en la realidczd ei:istencial será extrapuesto a las concepciones iada; si el materialista tiene como "fin práctico'' las ventajas ma-
de cada uno . .. '' 62. · teriales, su vida _ciudadana, la ciudad que construirá con su vida,
Pero yeariios: ¿qué es el fin práctico en cuestión? Es un fin será tal que en ella todo lo material y carnal ocupará el primer
'regulador de las acciones humanas que se ejecutan. . . de manera lugar y lo que se refiere a Dios será apenas tolerado. Aunque los
que en el caso de una ciudad, de la convivencia humana, ésta dos hablen y realicen como "fin práctico" la libertad, la igualdad
resulta como un efecto que no es exterior a los hombres como y la fraternidad, estarán realizando dos realidades tan diversas
podría serlo una obra de arte, sino que la vida de la ciudad, en y opuestas como una ciudad a gloria de Dios y otra ciudad a glo-
ria del hombre.
60 !bid., pág. 167.
61 El Pueblo. ibid. 63 Pourquoi Roine a parlé, pág. -200.
62 Principes d'une politique humaniste, pág. 159. 64 !bid., pág. 203.

186 187
El inten!o de_ Maritain de constituir un "fin práctico" común no otro era el pretendido fisicismo de la Action Franr;aise contra el
a creyentes y no creyentes y hasta ateos oculta el fisicismo político que alzaba indignado Maritain.
que Maritain achacaba a la Action Fran9aise 6 5 . En consecuencia, Peligrosa ilusión la de Maritain cuando habla de amistad
los argumentos que Maritain traía ·contra este fisicismo de l' Action cívica como vínculo de unión de todos los ciudadanos creyentes. y
Franr;.aise valen enteramente contra la posición que hoy sostiene. no creyentes de la nueva cristiandad. Porque aún la "amistad
Porq_ue Ia· política -decía entonces-, "es un sistema de medios cívica", mirada como "fin práctico común'', será totahnente dife-
justamente repartidos en vista de los fines del hombre, el bien rente, no sólo en una concepción teórica, sino como término de las
común temporal no puede. ser verdaderwnente conocido si no lo acciones de los que profesan diferentes puntos de vista religiosos
es el verdadero fin último de la vida; de otra suerte no se puede o metafísicos. Porque si la amistad no es un puro sentimentalismo,
ev~tar que cada persona sea o tratada como fin último, o subordi- comporta un mutuo intercambio de bienes entre aquellos que están
nada enteramente a la nación, constituida fin último; de otra ligados por la amistad, bienes cívicos cuando la amistad es pura-
suerte, se olvida que la fuerza de conservación de _la sociedad es mente cívica. ¿Pero cón10 se miden los bienes cívicos? ¿De acuer-
la justicia, se olvida que la unidad está ligada por deberes mora- do a qué criterio? ¿Al del ateo o al del· católico? ¿Cómo han de
les -para con Dios, para con las personas y las familias que ser los bienes de la ciudad? . Y aquí vuelve a repetirse la cuestión
agrupa en su unidad, para con las otras ciudades" 66 . "Por lo mis- del fin último de la ciudad como decisiva y definitiva para resol-
mo que se trata del hombre y de la dirección de sus actos, es por ver la naturaleza de esa amistad ciuica. Porque no puede ser igual
una parte imposible que una verdadera ciencia y una Yerdadera el "fin práctico'' de una amistad cívica entre católicos y entre
prudencia política se constituyan, no decimos sólo q11e se acaben, ateos 67 •
decimos también que comiencen a constituirse sin vicio radical allí La ?-Plicación de la teoría tomista de la analogía, intentada
donde la razón no conoce a Dios y sus preceptos". por Maritain para justificar la colaboración de los indi;iduos más
Si con concepciones de la vida totalmente diferen_tes, como opuestos por sus ~reencias religiosas y concepciones filosóficas en
son las de_ un ateo y las de un católico, se llega a una coincidencia una obra l_iumana, en cuanto humana, como es la ciudad tempo-
y comunidad en la obra realizada, no se puede deber sino a que ral, comporta la pePrersión más radical de los primeros principios
esta concepción de la vi~a n,o influye en _la C?hra que s~ realiza; o de la ciencia moral; aquellos primeros principios que IVIaritain ha
si influye, influ:ye .distorsionada, perversamente distorsionada. Si recordado muchas veces en sus obras especulativas y aún en las
un católico que concibe la libertad como un puro medio para llegar prácticas. "Es a este titulo que el saber (de la ética o filosofía
& Dios, fin último de la creatura, coincide en una realización social moral), escribe, está orientado -de lejos- hacia el operable toma-
práctica de la libertad con el ateo, que toma la libertad como un do como tal, y hacia la posición del acto en la existencia: de aquí
fin, es porque uno y otro, se han olvidado de colocar a Dios pri- los caracteres propios de la filosofía moral que hemos señalado en
mero en la ciudad libre que han fabricado; el católico continuará, el capítulo v111; y esto la hace una ciencia normativa, que debe
trabajando para Dios, en lo interno de su conciencia; pero en la tener necesariamente en cuenta no sólo lo que es, sino lo que debe
estructuracióñ y creacióri de la ciudad como tal, Dios no éstará. ser, que queda suspendida de la consíderación de los fines, y ante
Y si el ateo y el católico han concordado en una tarea total y todo del fin último (desempeñando los fines en el orden práctico
común, respecto a la "fabricación práctica de la ciudad", es por- el mismo papel que los principios en el orden especulativo)" 68, Y
que ésta no surge como un efecto moral de acciones morales, sino en obras prácticas que ha escrito especialmente contra la Action
con10 un efecto físico de acciones que por otro lado p0drán ser mora- Franr;aise escribe: "Las leyes políticas, como las Otras ·leyes, están
les, pero que no lo son en cuanto creadoras de la ciudad. Tal y fundadas sobre la naturaleza de las cosas, pero la naturaleza, la

65 Clairvoyance de Rome, pág. 169. 67 II, II, 25, í.


66 Ibid., pág. 1 í1. 68 Les Degrés du savoir, pág. 882-.

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cosa, a la que ellas se refieren, no es una naturaleza, una cosa es también de la política por grande que sea en ella la proporción
como las otras; esta cosa es el ser humano, esta naturaleza está de los elementos exteriores a la voluntad del hombre" 71 •
dotada de libertad y de moralidad, ordenadas a un fin último que Decir que el conocimiento del fin no es necesario para la intrín-
el:) Dios mismo" 69 • seca conformación del operable sería incurrir en "el instintivismo"
Si esto es así, si la naturaleza moral del hombre y por tanto o en "la ciudad", simple hecho de naturaleza, en que incurría la
de sus_ ac_tos_ morales, está ·en dependencia necesari_a de Dios, fin Action Franpaise, como si la ciudad fuera una tropa de búfalos o un
último de todo acto humano y fin positivamente regulador de ese hormiguero. Por aquí parece merodear el pensamiento de Maritain
acto, se sigue que un mismo operable, como es la ciudad política, no en esta comunidad analógica de tan diversos colaboradores, cuando
puede obrarse como un efecto común por aquellos que no comuni- l1abla de comunidad de "principios, movimientos, caminos prácticos",
can en el conocimiento de este fin. Para que pudieran comunicar "común reconocllniento de la ley del amor" 12, "común sentir", "slln-
en el obrar un mismo operable seria necesario .o que el fin último, ples percepciones naturales" 73 , "partiendo del hecho de la identidad
Dios de la Revelación en este caso, pudiera excluirse del operable o de naturaleza aunque no haya identidad de doctrina" 74 •
que su conocimiento no fuera necesario. Pero lo primero es impo- Contra él valen entonces todos los argumentos que, en 81 capí-
bible, pqrque como enseña allí mismo Maritain 70: "las ley-es que tulo ur, Mora/e et Politique de Clairvoyance de Rome, dedica a
concieinen a la acción de la naturaleza razonable no pueden hacer l' Action Fran9ai.se. "Ni para fundar ni para sostener la familia o
abstracción de su ordenación de sus verdaderos fines, ni de los la sociedad ni en ninguno de sus actos propiamente humanos, el
valores que entra-n en el constitutivo mismo de los actos hunianos, hombre es conducido poi:- "instintos", es decir," por un engranaje de
en cuanto humanos". Si por tanto los fines, y en consecuencia él fin tendencias invariablemente determinadas; es conducido p,or la ra-
último, entran necesariamente en el operable, y si por otra parte zón, a la luz de la cual debe ordenar su actividad por reglas mora-
un ateo, sin renunciar a su ateísmo, coincide con un católico en les y por la virtud, o, si no se guía por la razón, es arrastrado por
obrar "un mismo operable político", cual es la nueva cristiandad, pasiones, que rápidamente destruyen, en lugar de fundar nada ...
seria porque el católico ha coincidido con el ateo,. abstrayendo del En realidad el hombre no ha sido construido para ser un animal
operable la ordenación a Dios fin último. Por tanto habría modifi- instintivo" 75 . . . "una sociedad huniana debe ser edificada por una
cado la substancia del operable, le habría despojado de su condición razón que elige formas de vida conformes a una cierta idea del
moral convirtiéndola en un mero factible. bien del hombre; supone, desde el comienZo, una regulación racio-
En la producción de un factible, una casa por ejemplo, se pue- nal de los apetitos que guían la elección" 76 . "Ni el egoísmo, ni el
den poner de acueido un ateo y un católico no sólo porque su cons- instinto, ni una determinación ya hecha en la naturaleza, sino la
trucción no envuelve una ordenación necesaria y esencial a Dios, justicia, es el elemento esencial de la estructura de las sociedades y
sino porque aun cuando respecto a ella puedan tener diversas con- por decirlo así su esqueleto. El hombre puede hacerse de las relacio-
cepciones teóricas, pueden, cada uno en divers¡is perspectivas y por. nes de juSticia nociones muy diferentes, tan diferentes como se quie-
razones diversas, coincidir en una misma realidad existencial extra- ra, pero toda sociedad humana está edificada sobre estas nociones y
pwista a las concepciones de cada uno; pero en el operable de ningu- su consistencia y su valor de sociedad están en razón de la verdad
na manera, porque en _su constitución entra la ordenación misma de de estas normas de justicia sobre la que está edificada. Tal es la
la .acción, la concepción teórica. Como escribía _el m,ismo Maritain:
"No se pueden conocer las leyes de los actos humanos (n.o se puede
por tanto realizarlos) desconociendo la naturaleza y el fin de estos 71 !bid., pág. 133.
72 Principes d'une politique humaniste, pág. 160.
actos. Esto, que es verdadero de las leyes de la ética en general, lo 73 El Pueblo, ibid.
74 Principes d'une politique humaniste, pág. 160.
69 Clairvoyance de Rome, pág. 132. 75 Ibid., págs. 147~148.
70 !bid. 76 Ibid., pág. 153.

190 191
tradición de la alta humanidad. Tomás de Aquino invoca en este la iluminista. El católico trabaja así en el ideal masónico de la
punto a San Agustín y a Cicerón. Para definir qué es un pueblo, Re•rolución.
"un pueblo -escribe- es una multitud asociada por el acuerdo del Por esto supongamos realizado el sueño de Maritain. Llega el
derecho y la comunidad del bien público, de donde se sigue que día en que "todos los fieles pueden vivir con los hombres de otras
"a la esencia misma del derecho pertenece que las relaciones entre creencias guardando para con ellos perfectas virtudes de justicia,
los hombres estén ordenadas por los justos preceptos de las leyes" de amor y de inteligencia, guardando al mismo tiempo en sí mismos
(I. II. 105. 2.) 77 • . la verdadera Fe, perfectamente Íntegra y pura. En realidad ese día
Si lo que Maritain escribía en Clairvoyance de Rome guarda los hombres no tendrán necesidad de practicar para con los de otras
su valor, si para edificar y mantener una sociedad humana no basta creencias esas virtudes porque la infidelidad y la división religiosa
el instinto y se requieren "reglas de razón y de virtud", "regulación habrán desaparecido de la tierra" so.
racional de los apetitos'', "la justicia", "nociones ·sobre las relacio- Pero, ¿qué habrá pasado? ¿Qué reinará en el mundo, la fe
nes de ju?ticia", no aparece cómo ''principios, movimientos, ca- católica universal o la filosofía iluminista de la Revolución? Porque
minos prácticos", "común reconocimiento de las leyes del amor", agénciense las cosas como se quiera, dénsele vuelta a las cosas como
"común sentir", "simples percepciones naturales", "identidad de guste, esa cooperación sobre principios básicos, comunes y univer-
naturaleza aunque no haya identidad de doctrina", puedan edificar sales implican en el orden público de la vida, de la vida social y
una común ciudad. civilizada, el renunciamiento a la afirmación de que la Iglesia es
Diríamos mejor que, desgraciadamente, si llegare el caso en el Arca de Sal.ud para la sociedad temporal . .. de que la Iglesia debe
que católicos, protestantes, judíos, materialistas, liberales, socialis- brillar por encima de las naciones y de los pueblos. ¿Dónde queda
tas, comunistas, ateos, llegaren a un acuerdo práctico sobre la estruc- la lnmortale Dei de León XIII? ¿Dónde la Quas Primas de Pío XI?
tura y conformación vital de la ciudad, sería porque tal ciudad no "Ahora si mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los
sería efecto de las regulaciones de la razón humana y de la Revela- católicos del mundo, con ella proveemos a las necesidades de los
ción, sería efecto de rma filosofía iluminista que habría dado, como tiempos presentes, aportando un remedio eficacísimo a la peste que
lo observábamos más arriba 78 , un contenido común a los términos infesta la hrimana sociedad.
conciencia, espíritu, inteligencia, libertad, persona humana, progreso, "La peste de nuestra edad es el llamado laicismo, con sus erro-
igualdad, fraternidad, emancipación. A base precisamente de la res, sus impíos incentivos; )~ vosotros sabéis, venerables hermanos,
indeterminación de estos vocablos, que pueden, con engaño, ser que tal impiedad no maduró en un solo día, sino que desde hace
aceptados igualmente por los que profesan religiones o metafísicas mucho tiempo se incubaba en las vísceras de la sociedad. Se comenzó
diferentes, se ·va operando la unión de todos, por encima de credos por negar el imperio de Cristo sobre todas las gentes; se negó a la
religiosos y filosóficos diferentes. "Los hombres que poseen puntos Iglesia el derecho que se deriva del derecho de Cristo, de enseñar a
de vista religiosos o metafísicos muy diferentes -escribe J\faritain- las gentes, esto es, de dar leyes, de gobernar a los pueblos para con-
y hasta opuestos -materialistas, idealistas, agnósticos, cristianos )" ducirlos a la eterna felicidad. Poco a poco la religión cristiana fue
judíos, musulmanes y budistas-, pueden _estar de acuerdo, no en igualada con las otras religiones falsas, e indecorosamente rebajada
virtud de una identidad de doctrina, sino por la similitud analógica al nivel de éstas; aquí, por tanto, se la sometió a la potestad ci'il,
de principios prácticos 7 9 . En ese acuerdo. práctico común, el cató- y fue arrojada al arbitrio de los príncipes y de los magistrados; se
lico mantiene intacta su concepción católica de la vida, pero la man- fue más adelante todavía; hubo algunos que intentaban substituir
tiene porque no influye en la vida. En la vida real y vivida influye la religión de Cristo con cierto sentimiento religioso natural; no· fal-
taron Estados, los cuales entendieron pasarse sin Dios, y pusieron su
77 Ibid., pág. 154. religión en la irreligión y en el desprecio de Dios mismo". ·
78 En el estudio del i11íto del Progreso a la Nueva Cristiandad.
79 El Pueblo, ibid. so Principes d'une politique humani.ste, pág. 169.

192 193
¿Qué pensar, en consecuencia, de esta tentativa maritainiana rechazo de la vocación histórica de la humanidad", señalan la dife-
de edificar la ciudad futura uuiversal, sobre la base común de cre- rencia esencial entre los espíritus. De modo que, de hoy en adelante,
yentes y no creyentes y hasta ateos? Pío X lo ha dicho en forma la división esencial entre los hombres, en la vida humana vivida,
definitiva en su Carta del Sillon: "He aquí, fundada por católicos, que no es ni puede ser más que una, no se establecerá por su profe-
una asociación interconfesional para trabajar en la reforma de la sión religiosa, sino por su profesión de fe en la Humanidad, el Pro-
civilización obra en primer término religiosa, pues es verdad demos- greso, la Libertad, la Fraternidad, la Democracia. De manera que
trada y he~ho histórico, que no hay verdadera civilización sin civi- un santo que diga como ordena el Apóstol: "Para mí, mi Vida es
lización moral, ni civilización moral sin la Religión ·verdadera, de Cristo", mihi vivere Christus est 85 y lo demás, en tanto lo acepto en
suerte que es vano pretexto el de los nuevos sillonistas, _cuando a!e- cuanto puede ser Yerdadero y conveniente para este fin único de
gan que trabajarán únicamente "en el terreno de las realidades prac- vida, deberá ser desterrado de esta ciudad en la cual la cuestión fun-
ticas", donde nada importa la diversidad de creencias. damental y decisiva será el "mito de la Humanidad". Y así como
"El resultado de esa promiscua colaboración, el beneficiario de Cristo en nombre de la Ley fue crucificado fuera de la Ciudad, ma-
esta acción. social cosmopolita no puede ser más que una democra- ñana en nombre de la Ley de Fraternidad humana, Cristo, en su
cia que no será ni católica, ni protestante, ni judía; una religión Iglesia, será crucificado fuera de la "I'~ueva Cristiandad". Por-
(pues el sillonismo, según han dicho sus jefes, es una religión) más que si en esa Ciudad Fraternal lo supremo es la Fraternidad, la
uuiversal que la Iglesia Católica, y que reúna a todos los hombres Iglesia que invoca derechos de prelacía sobre todo lo humano -la
hechos a la postre hermanos y compañeros en "el reino de Dios". constituyó heredera universal de todas las cosas 86 , deberá ser exclui-
"No se trabaja para la Iglesia, se trabaja para la Humanidad". da como "alborotadora del pueblo con su doctrina" 87.
Aquí está la explicación del caso "maritainiano". 'f\lo se traba-
ia para la Iglesia, se trabaia para la Humanidad.
Este virus de la "Humanidad" y su "Progreso" que prendió
fuerte en Lamennais para perturbarlo y perderlo, este virus que
prendió también fuerte en el liberalismo católico del siglo xrx y ~n
el mo>irniento del Sillon, ha prendido. tan fuertemente en Mantam
que se atreve a considerar la posición que se adojlta frente a e'.la
como lo "prácticamente decisivo bajo el punto _de vista de las so71e-
dades humanas" El. Y a no es Cristo y su Iglesia lo que une y divi-
de entre los hombres. Este ha sido puesto para ruina y resurrección
de muchos, como signo de contradicción 82 • Ahora, bajo el pretexto
de una mayor diferenciación 88 de la vida temporal, y de la ciudad
terrestre frente al reino de Dios y de la vida eterna, se establece otro
signo-de salvación y de rui11a. ''Con respecto al reino de Dios y la vi-
da eterna 84 ---escribe Maritain- la aceptación o el rechazo del dog-
ma religioso, señalan la diferencia esencial entre los espíriti:s; Con
respecto a la vida temporal y a la ciudad terrena, la aceptacwn o el

81 Les Droits, pág. 48; ed. Cast., pág. 58.


82 Le. II, 34. 85 A Filipenses, I, 21.
83 Les Droits, pág. 41 ;· ed: cast., págs. 41 y sig. 86 HebreoS I 2
84 Ibid., pág. 49; ed. cast., pág. 58. 87 Le. xxir1: 5:

194 195
LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD
DEMOCRATISTA

Lti Democracia es una religión más uni-


versal que la Iglesia Católica. (Palabras
que Pío X aplica al Sillon).

Maritain quiere hallar las bases de. una ciudad que, sin renun-
ciar al carácter "cristiano" en el sentido ya explicado, pueda reunir
por un vínculo único, verdaderamente tal, a los hombres de las más
diversas creencias y descreencias religiosas y filosóficas.
A estas bases comunes llama filosofía democrática 1 o simple-
mente "democracia", cuidando bien de advertir que esta pa1abra,
como la usan los pueblos modernos, tiene un sentido mucho más
amplio que en los tratados clásicos de la ciencia gubernamental.
Primeramente, y ante todo, designa una filosofía general de la vída
humana y de la vída política, y un estado de espíritu 2 • En algún
momento, pareciera Maritain haber expresado alguna repugnancia
a adoptar este vocablo 3 : "La palabra democracia ha dado así lugar
a tantas confusiones y malentendidos que a veces parecería deseable
encontrar una palabra nueva para designar el ideal de una comu-
nidad de homl:>res libres. Pero no son los filósofos sino el uso de los
hombres y la conciencia común quienes fijan el empleo de las pala-
bras en el orden práctico. Y lo que importa ante todo es reencontrar
el valor inteligible auténtico de las palabras cargadas de grandes es-
peranzas hmnanas, y el tono con que las pronuncia una convicción
fundada sobre la verdad". Y para que nadie pudiera acusarle de
participar del optimismo romántico que atribuye al pueblo un juicio

1 El Pueblo, 13/V/1945.
2 Christ. et Dém., Ed. de la Maison Fran~aise, New York, 1943, pág. 39;
ed. cast;. Bib. Nueva, Buenos Aires, 1955, pág. 43.
3 Les Droits de l' homme et la loi naturelle, Ed. de la Maison Fi.-ani;aise,
New York, 1942, pág. 71; ed. cast., Dédalo, 1955, pág. 87,

197
siempre justo e instintos siempre rectos, se apresura a contestar en en esto, como lo hemos advertido al consignar el carácter "revolu-
tono de agresividad desacostumbrada: "sé también que hay que cionario" de su nueva cristian·dad, con el liberalismo católico, y muy
estar organizado para poder expresarse y obrar. Pero digo que el especialmente con la forma que éste re°l'istió en el movimiento del
trágico sofisma de los reaccionarios consiste en confundir la con- Sillon.
ducta de un pueblo libre, obrando en el cuadro de sus instituciones
l~gitimas, con la violencia sangrienta de las muchedumbres enloque- La democracia maritainiana y el
cidas por las pasiones colectivas, esas pasiones colectivas que la pro- movimiento del Sillon
paganda totalitaria inflama diabólicamente. Digo que el hombre
de la humanidad común no tiene el juicio menos sano ni insti11to Un estudio del movimiento del Si/Ion que, dentro de la breve-
menos recto que las categorías sociales que se creen superiores, y dad posible, consigi1e sus características más precisas y típicas, nos
que en ténninos generales ~no porque sea más inteligente, sino por- va a permitir establecer su paralelo con el movimiento :rµaritainiano
que está menos tentado-- su posibilidad de errar en las grandes y fijar, con exactitud, en qué medida se hace éste pasible de las con-
cuestiones que le interesan a él, al pueblo, es u11. poco inenor que denaciones de Pío X en la célebre Carta, dirigida a los Cardenales
la de las. llamadas élites de gentes informadas, competentes, ricas, Arzobispos de Francia el 23 de agosto de 1910, en condenación del
bien nacidas y de mucha cultura o mucha astucia, que se separan Sillon. Como los errores de la "Nuen Cristiandad" de Maritain
del pueblo y cuya imbecilidad política, bajeza de alma y corrupción no están por lo común formulados expresamente, su comparación
asombran hoy al llniverso" 4_ con el Sillon es utilísima porque tampoco allí estaban explicitados,
Después -de oír el párrafo transcripto, el lector ha de entrar en sino que había que deducirlos y ponerlos en evidencia, como hace
el clima en que se desenv-uelve esta democracia maritainiana, vi- Pío X en su Carta Condenatoria.
gente en "el uso de los pueblos modernos" que comporta "una filoso- Advirtamos que el Sillon no es una escuela filosófica, es un
fía general de la vida humana y de la ,ida política y un estado de movimiento social-político vivido; interesa entonces, conocer las
espíritu'', fijados "por la conciencia común", que, difícilmente se características del medio donde se incubó y donde nació. El Sillon
equi"\"uca "en las grandes cuestiones que le interesan". fue concebido en 1893, en medio de la agitación y de los trastornos
Esta "democracia" "110 excluy~e a priori ninguno d_e los "regí- que se manifestaron cuando la aparición de las encíclicas Rerz.tm
menes" o de las "formas de gobierno" que la tradición clásica ha Novarum y Au milieu des so/licitudes; el estado de agitación febril
reconocido por legítimos, vale decir, compatibles con la dignidad y parturienta que apareció entonces en los medios de los católicos
humana" 5 , e implica nn consentimiento de los espíritus sobre las sociales franceses tomó cuerpo en tres movimientos típicos que, en
bases esenciales de la ,ida común, el respeto de la dignidad huma- la realidad vivida, se intercomunicaban entre sí: el mo>timiento
na, y los derechos del individuo; y traduce el ideal de libertad, de democrático-cristiano, el neo-cristiano y el americanismo. El movi-
igualdad y de fraternidad, o, según la divisa americana, de libertad, miento democrático-cristiano ganó el sector más ruidoso del cato-
de justicia y de felicidad" '. licismo francés de fin de siglo y su consigna era "il faut etre démo-
Por. lo transcripto aparece claro que la "democracia" maritai- crate, la réligion l'e:rige et, c'est le voeux du Saint Pi:.re". En nombre
n:iana está en la linea, substancialmente idéntica, de la concepción del ralliement por el que el Santo Padre invitaba y prescribía a los
iluminista de la ;;ida que la masonería universal ha hecho florecer católicos franceses a trabajar dentro de la República, sin hacer del
con la Revolución. Esto se ha de tener bien presente para calibrar régimen republicano cuestión esencial, pretendía este grupo inter-
el alcance del pensamiento de Maritain que, por lo demás, coincide pretar lo que llamaba "la poli tique pontificale", como una orden de
adhesión a la democracia moderna. Nada, sin embargo, en los textos
4 Christ. et Dém., pág~ 88; ed. cast., pág. 96.
pontificios, antes por el contrario, autorizaba semejantes afinnacio-
5 Ibid., pág. 39.; ed. cast., pág. 43. nes. Parecía que un velo se interponía entre los fieles y la voz de
6 Ibid., pág. 4-0; ed. cast., pág. 45. las encíclicas romanas. Estas quedaron impotentes, como paraliza-

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das, ignoradas por los unos, desnaturalizadas por los otros y com- ocupación era conciliar la Iglesia con.el siglo y como había un lugar
prendidas por pocos. La opinión fue tan sabiamente fabricada sobre en Francia, donde se operaba la conjunción de la Iglesia y del Estado
este punto, que se podría intitular un capítulo importante de la his- laico, el Colegio Stanislas, dependiente de la Universidad pero some-
toria contemporánea: Sobre la deformación singular, oornciente o tido a una dirección religiosa con alunu1os católicos, allí se incubó
sugerida, pero metódica y constante de las enseñanzas pontificias de la conjunción de los dos espiritus: allí nació el Sillon. En 1894, Marc
León XlJ/7. · Sangnier y su amiga Isabel a la cabeza de un reducido grupo, ardien-
Mientras tanto la ;ieja utopía de conciliar .la Iglesia con la te e inquieto, organizan re11niones y conferencias en una sala del
democracia "moderna", salida de la Revolución, intentada primero Colegio, puesta a su disposición, y que ellos bautizan con el nombre
por Lamennais, reanudada en 1848 por la Ere Nouvelle, era actua- d~ La Cripte; el 1 O de enero fundan el boletín mensual del Sillon.
lizada por la obra americanista del Obispo americano Mons. Ireland, El prllner artículo era lL"'1 llamado, un appel a "nuestros hermanos
L'Eglise et le Siecle que el abbé Klein, turbio profesor "modernis- de veinte años". . . "El viejo siglo, cansado de su negatión :y de su
ta" del Instituto Católico de París, acababa de editar, con un atre- duda: pero desanimado para recobrarse por sí mismo. . . se v11elve
1

vido y resonante prefacio, donde los jóvenes podían aprender que hacia nosotros con inquietud, como para pedirnos la reparación de
la Iglesia Católica "bendice la democracia y la considera como la las ruinas que ha hecho ... ¿Qué será el siglo por venir? ¿Será la
eflorescencia de sus propios principios de igualdad, de fraternidad, afirmación del nuestro, en este anhelo democrático y científico que
de libertad de todos los hombres delante de Cristo y por Cristo" 8 ; y nos ha arrebatado tan largo tiempo? ¿L.e veremos señalado por un
era también actualizada por el Roman russe del Vizconde l\1elchior movimiento absolutamente hun1a11itario?'' En tanto M. Desjardins:
de Vogüé, que impondría la moda del tolstoísmo; los jóvenes sillo- digno hijo intelectual de Tolstoi, fundador de la Unionpour l'Action
nistas tomarían conciencia de que el mundo estaba trabajado desde morale, que se proponía agrupar en un "espíritu común" a los hom-
hacía dieciocho siglos por el fermento del Evangelio, y que la "últi- bres de buena voluntad de todas clases, religiones :Y creencias. era
ma revolución salida de este Evangelio constituye su triunfo y adve- uno de los más asiduos conferencistas de La Cripte. En ese ambiente
nimiento definitivo; y, lo que es más grave, descubrirían un "cris- tolstoista, romántico, soñador, de factura evangélico-católica~ se iba
tianismo''
' laicizado,. salvador de la democracia moderna·, Henri formando l'amitié du Sil/on, !'Esprit du Si/Ion, la vie du Si/Ion.
B eranger, Melchior de Vogüé, Jules Ferry, Paul Desjardins, difun- El espíritu, la vida, el alma común del Sillon, era un idealismo
dieron este movi.miento idealista que ganó grandes· simpatías entre romántico de exaltación por la democracia universal que salida del
los estudiantes que querían bautizarse de neo-cristianos. La apos- Evangelio debía implantarse en el mundo por el Evangelio. "El día
tasía del joven sacerdote Victor Charbonnel, desautorizado por Roma en que hayanios _puesto al servicio de la democracia esta fuerza in-
en su empeño de promover un Parlamento de las Religiones que se cansable -decía Marc Sangnier-, indestructible, que la fe de
reuniría en París, en ocasión de la Exposición Universal de 1900, Cristo ha depositado en nuestros corazones, ese día, podremos liber-
puso término a estas peligrosas veleidades que agitaban los cere- tar a la democracia, a la República francesa, del yugo de los secta-
bros de los democráticos-católicos de la época. rios y permitir por fin a nuestra patria ver la aurora de rm nuevo
En ambiente tan turbado, el ralliement y las encíclicas sociales gran siglo democrático y cristiano" 9•
de León XIII, debieron aparecer a esa juventud soñadora de fin de La doctrina democrática del Sillon se va desarrollando progre-
siglo, optimista y llena de esperanzas, como el olvido definitivo del sivamente bajo la presión de esta "·vivencia" que énvuelve en un
pasado y la aurora del porvenir; sobre las ruinas del mtmdo anti- complejo sentimental una co11cepción de la vida; "vivencia" que,
guo se levantaria el nuevo orden de la ciudad futura. Su gran pre- subconscienteme:nte pero con efectividad real, imagina a la demo-
cracia -reino fraternal- como la suprema meta a que deben aspi-
7 El abbé Dabry con el abbé Naudet constituían en el periódico La i-'Oix rar los hombres sobre la tierra.
du sikcle el grupo más avanzado de este movimiento .
.s El Si/Ion, 4/N/1894. 9 Discours~- t. r, pág. 139.

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Este primer p:Jjncipio motor_ pon(4-á luego en movimie:p.to todo cio de la cual pondrá luego sus excepcionales dotes intelectuales y su
el rest() de principios y teorías religiosas, intelectuales y científicas, maravilloso intrumental filosófico. De aquí que en el punto psiqui-
todo ..el resto de afectividades y aspiraciones; todo será subconscien- co de partida (no decimos, en las influencias históricas, sociales,
temente movido para la realización de la "democracia -futura que ambientales, decimos psíquico, esto es producido en la vivencia mis-
los hombres no habrían podido concebir sin Jesucristo" 10 . ma, por el predomi.rúo de determinantes afectivos y sentimentales),
El carácter de "viYencia" predominaµtemente afectiv9-religio- lVIaritain coincide con l\farc Sangnier, y su democracia con la del
so .con que. se· presenta la profesión democrática~ explica los fenóme- Sillon. Sus obras de filosofía política, desde Réligion et Culture están
nos análogos que registra lo que podríamos llamar la patología demo- cargadas de estos elementos afectivos que se manifiestan de manera
crática. Tómese una colección de demócratas sinceros, de las más singular e11 su Chnºstianisme et Démocratie. Elementos afectivos, de
diversas ideologías, religiosas, filosófic(,ls y políticas, pero que todos pasiones dificultosamente incontroladas, envueltas con ingredientes
c_o11cuerden en una igi1al pasión por la democracia. Aunque fueren religiosos que revisten expresión_ y formas católicas y tomistas, ele-
liberales, radicales, socialistas, católicos, protestantes, ateos, se senti- mentos, por tanto, afectivos iluministas. Implican ellos un patlws
rán más unz'.dos que divididos. ¿Por qv.é? Porque el principio motor de mala ley, un pathos evangélico que ni procede de una reflexión
de sus vivencias, de si.is ,-idas digamos, lo constitu:ye la democracia y convencimiento intelechlal ni puede estar a su servicio. Por unas
:y 110 como podría creerse la afirmació11 del socialismo, del ateísmo muestras recogidas de este su libro tendrá el lector la exacta confi-
o del _catolicismo. Esta observación explica asimismo la coincidencia guración del fenómeno: "La esperanza oscura de millones de hom-
que inevitablemente se establece entre demócratas "católicos'' tan bres está constituyéndose en los subsuelos de la historia. Debemos
diversos por su psicología, condiciones de época ambiente, vocación.
1
esperar, con ellos ... que no obstante el agotamiento físico y moral
Es evidente que entre u11 Lamennais 1111 Mons. Maret, un Monta-
1
de los pueblos, los recursos vitales ocultos en ellos, y primeramente y
lembert, un Dupanloup, un abbé Naudet, un lVIarc Sangnier, un ante todo, los pueblos formados para la libertad, harán surgir los
n1onseñor amerir.:ano~ u11 .Maritain, hay infinitas- diversidades psí- hombres necesarios y franquearán el cami110 hacia una nueva civi-
quicas. Pero entre todos ellos existe una coincidencia fundamental lización y hacia una nueva democracia~ en la que la inspiración cris-
en lo que se refiere a los problemas sociales-políticos; la "vivencia" tiana hará un llamado no sólo en occidente a las tradiciones vivas
en todos ellos .cob;ra el n1ismo movimiento y la misma trayectoria: de la religión de Cristo, sino en todo el mundo, a las energías mora-
porque todos obedecen subconscientemente al mismo primer princi- les del «alma naturahnente cristiana» H 12 . " . • . En su principio
pio motor de sus \--idas, al sueño-- de una democracia que asegura la esencial esta forma y este ideal de vida común que se llama demo-
fraternidad universal de los hombres; y, como por otra parte se sien- cracia, vienen de la inspiración evangélica y no puede subsistir sin
te11 católicos, sensiblemente fervorosos y activ·os, la democracia en ella; y en ;;irtud de la ciega lógica de los conflictos históricos y de
ellos, ·al ser "nna .co1npleta realización .del ideal histórico en el que los mecanismós de la memoria social, que no tiene nada que ver
tenemos puestas nuestras espera11zas", será "la época en el que el con la lógica del pensamiento, se ha .visto a las fuerzas directrices
Apóstol Pablo anunciará como la riqueza del mundo y la resurrec- de las democracias modernas renegar durante un siglo del Evange-
ción ,de entre los muertos" 11. - lio y del cristianismo, en nombre de la libertad humana, y a las
En J\1aritain Ia democracia es primero y ante todo una "vive11- fuerzas directrices de las capas sociales cristianas, combatir durante
cia"'. No hay duda que Maritain es un filósofo, dotado de condicio- un siglo las aspiraciones democráticas en nombre de la religión. En
nes excepcionales para la especulación. Pero ni su posicióh ni con- Francia, el movimiento obrero de 1848 estaba animado de una lla-
cepció11 de_ la Hdemocracia" es fruto de reflexiones de filósofo; es ma cristiana, por vacilante que fuese a veces" rn " .. , El espíritu
- fruto de una actitud psíquica, predominantemente afectiva, al servi- cristiano está amenazado hoy en su existencia por los enemigos i!n-

10 !bid., pflg. 107. 12 Ibid . , págs . 20-21; ed. cast.: pág. 18.
11 Christ. et Dém . , pág. 22; ed. cust., pág. 20. 13 Ibid., pág. 32; ed . cust., pág. 36.

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placables, fanáticos de la raza y de la sangre, del orgullo de la domi- to; pueblo como comunidad de ciudadanos de un país, unida bajo
nación y del odio. En el seno de la espantosa prueba, todo indica leyes justas; pueblo como comunidad del trabajo manual y como
que en las profundidades de la conciencia humana se prepara una reserva y recurso de la humanidad para los que sufren ante la na-
poderosa renovación religiosa, q11e interesa ·a la vez y que elevará turaleza'' ... "En fin, bajo la inspiración evangélica en función en
hacia sus manantiales vivos a todos los perseguidos, a todos los cre- la historia, la conciencia profana ha comprendido que en las des-
y-entes de la gran familia judeo-cristiana, no solamente a los fieles gracias y en los dolores de nuestra existencia oprimida por las leyes
de la Iglesia católica y los de las iglesias protestantes, sino también de bronce de las necesidades biológicas y por el peso del orgullo, de
a los del judaísmo, cuyo abandono a sufrimientos y a iniquidades la injusticia y de la maldad de los hombres, un solo principio de li-
sin nombre, y a la cuchilla de exterminadores inmundos, seria para beración, un solo principio de esperanza, un solo principio de paz,
el alma escándalo intolerable si no se ve en ello un llamado terrible puede levantar la masa de servidumbre e iniquidad y triunfar de
de las promesaS de s11 Dios" 14 . " . . . El progreso no tiende a hacer ella, porque este principio desciende en nosotros de la fuente crea-
rec11perar mañana el paraíso mediante la Revolución, sino a hacer dora del mundo, más fuerte que el mundo: el amor fraternal cuya
pasar las estruciuras de la Conciencia y las -estructuras de la vida ley promulgó el Evangelio para escándalo de los poderosos, y que
humana a estados mejores, y eso, a todo el largo de la historia, hasta es, el cristiano lo sabe, la caridad misma de Dios derramada en los
el advenirnientO del reino de Dios y de la tierra de los resucitados, corazones" 16 .
que está más allá de la historia. Que creáis o no én este advenimien- Esta concepción del "pueblo'' y del "amor" cargada de ilumi-
to, es hacia él que· os volvéis si creéis en la marcha hacia adelante nación es propia de las sectas puritano-calvinistas que han forjado
de la humanidad. Y lo adquirido de todos modos por la conciencia la civilización americana y es propia también, en una expresión
profana, si no vira hacia la barbarie, es la fe en la marcha hacia más cargada de afectividad, de Lamennais, Saint Simon, Buchez, En-
adelante de la humanidad" rn fantin. El libro de Lamennais Paro/es d'un croyant rebosa de estos
El lector puede apreciar el fenómeno psíquico; afectivo-religioso excesos sentimentales. Prosigue l\1aritain:
que queremos caracterizar advirtiendo cómo l\1aritain emplea en el " ... para tener fe en la libertad y en la fraternidad, hace falta
plano de lafilosofía y acti,idad social-política, que insistentemente una inspiración heroica y una cree11cia que fortalez~an y vivifiquen
sitúa como ·corresponde en lo temporal, profaiio Y. terrestre, elemen- la razón y que nadie más que Jesús de N azare! ha incitado en el
tos de afectividad religiosa: esperanza oscura . .. debemos esperar . .. mundo" ... "Como lo demostró Bergson en sus profundos análisis,
inspiración cristiana. . . que creáis o no. . . tierra de les 'resucita- lo que los filósofos han predicado, es el impulso de un amor infini-
dos. . . Si creéis en la marcha hacia adelante de la humanidad . .. ; tamente más fuerte que la filantropía, puesto que él es la 'ida, en
síntomas inconfundibles de fideísmo o iluminismo, esto es, de un r1uestro interior, del amor creador de los seres y hace, verdadera-
moverse en el campo de la actividad humana no por motivos estric- mente, de cada ser humano nuestro prójimo; él hizo franquear a la
tamente racionales, sino por oscuros y turbios presentimientos, adi- abnegación humana las fronteras cerradas de los grupos sociales na-
vinaciones, esperanzas, creencias, que-no pueden tener otro asidero turales, grupo familiar y grupo nacional, y lo extendió hasta el gé-
real que el que les quiera acórdar la fiebre de la imaginación y el nero humano entero". . . "Allí reside el principio más hondo del
ardor de la exaltación afectiva. · ideal democrático, que es el nombre profano del ideal de cristiandad.
" ... Bajo la inspiración ev-angélica en función eri la historia, Por eso ---escribe Bergson- "la democracia es de esencia evangéli-
---€scribe-- la conciencia profana ha comprendido la dignidad del ca, }~ tiene por principio el amor" ... "En el ideal democrático, y en
pueblo y del hombre de la humanidad común. Pueblo fiel, pequeño el estado de alma democrática", debe advertirse -escribe Bergson-
pueblo de Dios, pueblo real llamado a participar de la obra de Cris- "un gran esfuerzo en sentido inverso a la ·11aturaleza" ... "El he-
roísmo se requiere aquí, no para concluir bien una tragedia, sino
14 Ibid., pág. 45; ed. cast., pág. 50.
15 Ibid. 1 pág. 54; ed. cast. pág. 59. 16 Ibid., págs. 55 y 62; ed. cast., pág. 60.

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para llevar a cabo una formidable aventura, comenza.da por este La emancipación política
país en los tiempos de los Pilgrim Fathers y de los precursores y en
los grandes días de la declaración de la independencia y de la guerra Un democratismo-cristiarw experimentado en una "vivencia"
de la independencia. Llamar a todos los hombres a la procura de tal como valor fundamental explica el sorprendente paralelismo, aun
felicidad, sólo si se coloca muy alto y se sabe el precio que cuesta, es en su contenido doctrinal, de los dos movimientos encarnados en
emprender la más grande de las revolucio11es temporales. Y esto no Marc Sangnier y l\1aritain, sin qu_e sea necesario recu:rriF- a influen-
tiene sentido más que si este llamado a la búsqueda de la felicidad, cias directas.
es, indistintamente, u11 llamado· al heroísmo" ... "Será necesario,
para ello, que el sentido trágico de la vida y el sentido de la gran La dignidad de la persona humana
aventura 11umana se reencuentren y se penetren mutuamente; que
el espíritu de Europa y el espíritu de América cooperen en una co- Entremos a establecer este paralelismo. Sabido es que Maritain
mú11 buena 'Toluntad. No creemos que el paraíso es para mañana. forja su concepto de democracia partiendo de la noción de la digni-
Pero_ la obra a que estamos llamados; la obra que será preciso per- dad de la persona humana.
ségurr, con tanto más valor y esperanza cuanto que a cada ÍIJSta11te " ... Uno de los valores -dice- incluidos en la palabra tan
será traicionada por la debilidad humana, deberá tener por objetivo equívoca de democracia se encontraría salvada aqUí, pienso en un
s1 queremos que la civilización sobreviva, un mundo de hombres sentido más bien afectivo y moral de esta palabra, con referencia
libres, penetrados en. su substancia profa11a por un cristianismo real a la dignidad de la persona de la que ha tomado conciencia en sí
y ·viviente, un mundo do11de la ll1spiración del Evangelio oriente la propio la multitud, no sin duda como poseyéndola o mereciéndola
vida común hacia un humanismo heroico" ~1. verdaderamente, .sino al menos como estando llamada a ella; esta
Este "se11tido inverso (digamos invertido) a la naturaleza", conciencia cívica popular excluye por consiguiente la dominación
este llamado al heroísmo, a realizar una formidable aventura, la ad- hétérogénique (aún buena) de una categoria social sobre la base
miración romántica por los Pilgrim Fathers en procura de la felici- del pueblo considerada como un menor, e implica sobre el plano de
dad terrestre . .. emprender la más grande de las reuolw:iones tem- la vida social misma el respeto de la persona humana en los indivi~
porales, descubren que la psiquis de Maritain, al describir esto, está duos que componen esta masa" 1 8.
dominada por una exaltación que lo arrebata: exaltación de un más Este concepto de democracia coincide curiosamente con el co11-
allá, de un término,- de un porvenir. . . por cu:y-a conquista incierta cepto de democracia sostenido por el Sillon, según la Carta de Pío
sacrificaría todos los valores reales de la civilización en que vivimos. X: "El Sillon tiene la noble preocupación de la dignidad humana.
Las palabras de Pío X en el Sillon adquieren una sorprendente Pero esta dignidad la entiende a la manera de ciertos filósofos, de
exactitud para caracterizar el caso maritciiniano. quienes la Iglesia dista mucho de alabarse. El primer elemento de
" ... la exaltación de sus·afectos, la ciega bondad de su corazón esta dignidad es la libertad, entendida en el .sentido de que todo
su misticismo filosófico mezclado con parte de iluminismo, los ha~ hombre, excepto en religión, es autóno1no. De este principio fun-
arrastrado a un nuevo evangelio, en el cual han creído ver el verda- damental saca las siguientes conclusiones: Hoy el pueblo está en
tutela debajo de una autoridad distante de él; luego debe libertarse
dero Evangelio del Salvador".
de ella: emancipación política. Está bajo la dependencia de patro-
nes que, detentando su instnunento de trabajo, lo explotan, opri-
men y rebajan, luego debe sacudir su yugo: emancipación econó-
mica. Está dominado, finalmente, por una casta llamada dírectora
a la cual su desarrollo intelectual asegura una preponderancia in-

119
y ~7 Ibi<l., págs. 68, 72, 73, 74, 105 y 108; ed. cast., págs. 75, 79, 80, 81, 115
18 Humanisme Intégral, pág. 206.

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debida en la dirección de los negocios; luego debe substraerse, a su a Marc Sangnier y a Maritain las palabras de Pío X respecto a "una
dominación: emancipación intelectual. La nivelación de las condi- falsa idea de la dignidad humana", señalando que, aún cuando Ma-
ciones desde este triple punto de vista establecerá entre los hombres ritain, como más advertido, cuida sus expresione.s teóricas, dice
la igualdad, y esta igualdad es la .-erdadera justicia humana. Una exactamente lo mismo que Marc Sangnier, y, lo que grandemente
organización política y social fundada sobre esta doble base, la li- importa, induce en el lector la misma especie mental. ¿Qué significa
bertad y la igualdad (a las que pronto vendrá a juntarse la frater- su famosa prise de conscience, "toma de conciencia de la dignidad
nidad), he aquí lo que ellos llaman democracia". oe la per.sona humana_",. sobre todo si se vincula con su tesis afinna-
En consecuencia, tanto Maritain como el Si/Ion, partiendo de da a cada paso, que ella se ha operado con. la Declaración Francesa
"la autonomía (política, social e intelectual) de la persona humana de.los Derechos del Hombre y con la Declaración Americana y con
reclaman una emancipación de toda domll1ación hétérogénique so- Jos Pilgrim Fathers 22 , sino que el hombre moderno multitudinario
bre la base del pueblo considerado como un menor" (Maritain) y ha adquirido derecho a gobernarse por sí mismo y en consecuencia,
esto tanto en lo político como en lo social y en lo intelectual. La a emanciparse? Pues no otra cosa afinnaba Marc Sangnier. "En
persona humana rechazaría toda sujeción. fin -dice Pío X-, como principio y fundamento de todas las fal-
Si "los individuos que componen la masa" no pueden lograr la sificaciones de las nociones sociales fundamentales, asienta el Si/Ion
dignidad de su persona humana sin eliminar toda dominación o tu- una falsa idea de Ja dignidad humana. Dicho suyo es, que el hom-
tela hétérogénii¡u.e se sigue que "la democracia es la organización bre no será verdaderamente hombre, esto es, digno de este nombre,
social que tiende a llevar al máximum la conciencia y la responsa- sino cuando haya adquirido _una conciencia ilustrada, fuerte, inde-
bilidad de cada uno" 19 • Esta es precisamente la famosa definición pendiente, autónoma, poderosa a prescindir de señor, no obedecien-
de democracia, dada por Marc Sangnier: "La Democracia es el do más que a sí mismo, y capaz de asumir y soportar sin desviarse
pueblo conscíente y responsable 20 , guardián no sólo de sus int~reses de su deber las más graves responsabilidades. He aquí una mues-
personales, sino del interés del Estado y capaz, desde entonces, de tra de esas frases hinchadas con que se exalta al orgullo humano, a
ocuparse cada día más de los negocios del país. No se trata, bien manera de sueño que arrastra al ho;m.bre sin luz, sin guía y sin so.-
entendido, de falsas igualdades en las funciones ya que no hay corro por el camino de la ilusión, donde, esperando el gran día de
igualdad en las capacidades. No se trata simplemente de un acre- la plena .conciencia, será devorado por el error y las pasiones. Y
centamiento de bienestar para la masa de los desheredados. Se tra- ¿cuándo lle_gará ese gran d_ía? A menos de .que cambie la natura-
ta sobre todo y ante todo de un acrecentamiento de vida cívica, de leza humana (lo cual no está en poder del Sillon), ¿vendrá alguna
lm desenvolvimiento intelectual y moral, de una ascensión de los vez? ¿Acaso tenían esa dignidad los Santos, por quienes llegó a .su
medios populares, cada día más desprendidos de los lazos de la ser- apogeo la dignidad humana? Y los humildes de la tierra que no
vidmnbre del cuerpo y del espíritu". pueden subir t_an alto y que se contentan con trazar modestamente
"Ha llegado la hora -dirá por su parte Maritain 21 - de llamar su propio surco en la categoría que la Providencia les ha asignado,
a las reservas morales y espirituales del pueblo, de la humanidad cumpliendo enérgicamente sus deberes en la humildad, obediencia
común . .. y e.Stas reservas morales y espirituales no son instrumen- y paciencia cristiana, ¿no serán dignos deUamarse hombres, ellos a
to en las manos de los poseedores de la autoridad; son el. poder mis- quienes el Señor sacará un día de su condición obscura para colocar-
mo y la fuente de iniciativa de hombres conscientes de su dignidad los en el cielo entre los príncipes de su pueblo?"
personal y de su re.sponsabilidad". . Si no ha cambiado la naturaleza humana, ¿a qué viene esta
Antes de proseguir adelante observemos cuán bien les cuadra glorificación del orgullo de la propia dignidad que ha adquirido el
hombre neciamente con la Revolución? Porque lejos de ser mejor
19 El Sillon, 25/VIII/1902, citado po.r Barbier, ibid., IV, pág. 395.
que en edades pasadas, cuando se sentía más humilde, está lleno
20 La lutte pour la democra:tie, pág. 40.
21 Christ. et Dém., pág. 85; ed. -cast., pág. 93. 22 Les Droits, pág. 101; ed. cast., págs. 127 y sig.

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de perYersiórt yr en consecuencia d~ ,orgullo, que ~o ~t;a cosa es esta Sangnier dirá: "¿No es precisamente un carácter de la evolución
toma de conciencia, esta reclamac1on de emanc1pac1on. democrática mostrarnos una autoridad cada día menos impuesta y
más consentida, cada día menos exterior y en cierta manera más
Autoridad consentida interior, más querida, más :moral?" 28 •
Y ¿de qué manera se ejerce esta autoridad consentida? "Una
Maritain habla de excluir toda dominación hétérogénique. Co- democracia orgánica -contesta Maritain 29- no buscará borrar_ de
mencemos por lo político. "Sería locura --dice-,_ y un gran desas- su ideología la noción de autoridad, la pondrá por el contrario en
tre, en una reacción· ciega contra los errores del siglo xr~, rechaza.r evidencia, porque admitirá esta doble verdad de sentido común que
con la democracia anarquista-individualista la democracia ~omun:­ obedecer, según la justa medida en que en.tal caso se ejerce tal de-
taria-personalísta. Así se precisa la idea de una democr~cia orga- recho, a quien reahnente tiene derecho de dirigir la acción es de
nica, que quereinos considerar aquí .abajo el :punt~, de VJsta de la ·suyo un acto de razón y de libertad; y que obedecer así a quien
verdad filosófica" 23. . • ::\'Iarc Sangmer 24 escribe: Queremos u;na cumple verdaderamente el cargo de dirigir la obra común hacia el
democracia orgánica, no nna democracia anárquica .. No s~~os 1n- bien común (corno en un partido de fútbol o de hóckey un jugador
c1i-.,ridualistas". Y- Maritain 25 añade: "Esta democracia orgamca no obedece a su jefe de equipo) es obrar como hombre libre, es decir
suprime, aunque fuese en pri;icil'.io, la autoridad ni el poder: lo que no está al servicio de otro hombre". Y el Sillon dirá: "Por tan-
quiere saliendo del pueblo y eJ~rc1do de su pa~e, ,Y co.n el. En su to, en la misma medida en que la autoridad sólidamente enraizada
raíz está la idea que ... en la cmdad, totalidad Jerarqmca de perso- en el consentimiento uni\rersal, en la conciencia cB.da día más clara
nas los hombres deben ser gobernados como personas". Y Marc y en el querer siempre mejor expresado de cada uno, podrá prescin-
Sa~gnier 26 dice: "Tenemos necesidad de tradición para en:aizar y dir más de la fuerza bruta, o aun legal, esta autoridad será demo-
alllnentar la democracia~ jerarquía para ·mantenerla y one11tarla. crática'' 30 •••
Pero reclamamos llna ·tradición viva y ·siempre en marcha, fuerza Maritain tiende a supri:m:ir taÍnbién este poder -de "contrain-
evolutiva y no retrógrada; queremos una jerarquía no exterior, sino te'', de coacción, cuando allí mismo escribe: "s.e compren~erá tam-
interna cada día más unánimemente consentida. No pensamos su- bién que el poder de «contrainte» ... no es la substancia de la auto-
primir Ía autoridad y reemplazarla por la estúpida tiranía ~e m_ayo- ridad, sino un atributo solamente de la que necesita completarse
rías ciegas, creemos, por el centran?, ~orb.f1c~~ el prmc;p10 mismo para tener eficacia sobre los hombres, sea con respecto a los no-adul-
de autoridad, elevando a la plena digmdad c1vica un numero cada tos, sea con respecto a los elementos. antisociales". . . Y como por
día mayor de indi,iduos". . . . otra parte el pueblo ha alcanzado conciencia de persona mayor 31 ,
Pero, ¿qué significa esta autoridad a que se refiere Mantam en rigor _la fuerza de la ley no se ejercitará sino contra elementos
"saliendo del pueblo y ejercida de s~ p~rte. ! con él','? Contesta: antisociales, particularmente contra el '"totalitario que niega la li-
"En virtud del trabajo obscuro de la msprrac1on evangehca, la con- bertad de su prójimo y la dignidad de la persa.na humana" ... 32 .
ciencia profana ha comprendido que la autoridad de los gobernan- ''En el origen ·de este sentimiento democrático -toxµado en su
tes, por lo mismo que ella emana del autor de la naturaleza huma- verdad humana"~ donde "la autoridad que se ejerza sobre el pue-
na se dirige a hombres libres que no pertenecen a un amo y se blo, saldrá de él y se ejercitará de su parte y con é]", "autoridad
ej:rce en virtud del consentimiento de los gobernados" 27 . Marc consentida", prácticamente libre de coacción, similar_ a la de un ca-

23 Principes d'une politique. hu.maniste, -Editions de la Maison Fran¡;aise,


t-Je\Y York, 1944, -pág. 59. · 28 Discours, t. r, pág. 512.
24 L' Esprit démocratique, pág. 173. 29 Principes d'une politique hunianiste, pág. 61.
25 Ibid., pág. 59. 30 Citado por E. Barbier, Histoire du catholicisme liberal, t. IV; pág. 398.
26 Ibid. 31 Humanisme Intégral, pág. 243 y passim.
27 Christ_ et Dém., pág. 57; ed. cast., pág. 62. 32 El Pueblo, 13/V/1945.

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pitán de un equipo de fútbol que recibe su autoridad para regular imaginarse, en fin, rm estado social donde Jesucristo, vuelto a la
el juego de los mismos jugadores, "no hay -dice Maritain 33- el tierra, no diera ya ejemplo de obediencia ni dijera: Dad al César lo
deseo de '!no obedecer sino a sí mismo''; "hay el deseo de no obe- que es del César y a Dios lo que es de Dios?"
decer sino lo iusto". . Y adviértase cuán certeramente da en la llaga del error mari-
Pero como, por otra parte, "una vez que el hombre de la hu- tainiano la palabra pontificia al hablar de las "relaciones sociales
manidad común haya comprendido que nace con el derecho de di- en la ciudad aunque más perfecta se la suponga" y de "la sociedad
rigir su propia vida, como responsable de sus actqs ante Dios y ante humana en todos sus estados posibles" como queriendo reprobar
la ley de la ciudad (que emana de él, no lo olvide el lector), ¿cómo este intento de una ciudad nueva con autoridad consentida en aten-
querríais que el pueblo obedezca a los que gobiernan, sino porque ción a un derecho .muwo que ha surgido en la persona humana por
han recibido del pueblo mismo la carga del bien común del pue- una "to:ina de conciencia". No. La le_y de la ciudad cristiana no es
blo?'' 34. Entonces el hombre se obedece a sí mismo. Porque si no la autoridad consentida; la ley de la ciudad cristiana es el bien
obedece sino c11ando es justo y no es justo sino cuando él consiente, común temporal subordinado al eterno, es la ciudad descansando
se sigue que cuando obedece, obedece a sí mismo. sobre los derechos de Dios, porque hacia el Dios vivo y verdadero ha
Las palabras .de Pío X condenando la autoridad "consentida'.' de encaminar al hombre la ciudad. Y los que gobiernan no han
del Sillon cobran la plenitud de su valor contra esta tentatwa sedi- de buscar el halago de las muchedumbres, no han de procurar su
ciosa de la filosofía social política de Maritain. consentimiento sino que han de buscar la voluntad y la ley divina,
"¿Es ésta, Venerables Hermanos -dice el Papa-, la traza porque sus obligaciones se han de medir por el bien común que se
con que la doctrina tradicional de la Iglesia nos representa las rela- regula por divinas medidas y no por los caprichos de la muchedum-
ciones sociales en la ciudad, aunque más perfecta se la suponga? bre. Además, ¿quién forma la opinión pública en las sociedades mo-
¿Por ventura toda sociedad de hombres independientes y desiguales dernas, quién es el motor que está detrás de las muchedumbres
por naturaleza no necesita de una autoridad que dirija la acción de pasivas e inermes que no se agitarían si no hubiei-a quien las agi-
todos al bien común y que imponga su ley? Y si en la sociedad hay te? . ¿Qué respira el pueblo sino lo que le proporciona la propa-
seres perversos (y los habrá siempre), ¿no deberá la autoridad ser ganda?, ¿y quién maneja la propaganda sino los detentores miste-
tanto más fuerte cuanto más amenazador sea el egoísmo de los mal- riosos de la banca, de la opinión, de intereses internacionales? ¿A
vados? Además, ¿puede decirse con sombra siquiera de razón que qué conduce esta pretensión quiinérica de una· mlichedumbre iz.uto-
sean incompatibles la autoridad y la libertad, a menos de engañar- gobernáridose sino a entregar todos los pueblos del mundo a oscu-
se groseramente sobre el concepto de la libertad? ¿Puede enseñarse ras fuerzas internacionales que, moviendo y agitando desde la som-
que la obediencia es contraria a la dignidad humana y que el ideal bra, los encontrados apetitos de la masa popular, quiebren la resis-
sería reemplazarla por "la autoridad consentida"? ¿Acaso no tenía tencia orgánica de las sociedades y permitan imponer en el univer-
presente el Apóstol San Pablo la sociedad humana en todos sus es- so el "reinado legal de la fuerza y de la astucia"?
tados posibles cuando prescribía a los fieles la sumisión a toda auto- ¿Sostenemos entonces -preguntará alguno-- que hay que
ridad? ¿Acaso la obediencia a los hombres, en cuanto representan- gobernar contra el consentimiento de la multitud, contrá la opinión
tes legítimos de Dios, es decir, en suma, la obediencia a Dios rebaj_a pública? No, precisamente; porque sobre todo, hoy que las socie-
al hombre y lo abate debajo de sí mismo? ¿O es que el estado reli- dades secretas internacionales detentan el poder público efectivo,
gioso fundado sobre la obediencia será contrario al ideal de la na- ello baria imposible el mantenimiento del poder que tal se propu-
turaleza humana? ¿O que los Santos, que han sido los más obedien- siera. Pero sostenemos, sí, que únicamente se ha de enseñar como -
tes de los hombres, habrán sido esclavos y degenerados? ¿Puede verdad católica que el bien común es la ley de la ciudad al cual
debe someterse el pueblo, aunque no le guste; sostenemos también
33 Principes d'une politique humaniste, pág. 63. que sólo sobre esta base puede ser feliz un pueblo y que si llegase
34 Christ. et Dém., pág. 59; ed. cast., pág. 64. el caso en que se sintiera tan anarquizado y convulsionado que no

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aguantare su cumplimiento, sería un pueblo pervertido y desgracia- mada de la famosa doctrina de los antiguos escolásticos, defendida
do, sin otra suerte que consumirse en la anarquía o entregarse escla- por Belarmino y Suárez contra Jacobo I de Inglaterra sobre el origen
vo a un amo astuto 3r fuerte. Pero los hechos nunca autorizan la primitivo de la forma cómo se ejerce el poder y del sujeto que lo
alteración del derecho ni del juicio de valor. Por esto el Syllabus detenta, quieren hacer servir dicha doctrina para adjudicar no sé
condena la proposición 59 que dice que "todos los hechos humanos qué privilegios a la democracia y de que se establezca un paso oons-
tienen la fuerza del derecho". tante de la autoridad por el pueblo. Lamennais defendió esta teoría
J\farc Sangnier, que no entra generalmente en explicaciones que mereció censuras muy agrias del Padre Ventura 37 ; el Sillon
tan abstrusas como las que intenta Maritain en Principes d'une la defendió también y Maritain la reanuda ahora. La democracia
politique humaniste, dice con más franqueza y claridad: "Somos y maritainiana "no reconoce solamente que el -príncipe gobierna corno
querernos permanecer hombres libres. Sabemos que puede existir representando en su persona al pueblo entero, ut vices gerens multi-
una sociedad de hombres libres que no estarán unidos entre sí por tudinis; lo que la constituye propiamente como democracia e~ que
el temor de los cañones o de los sargentos de la. ciudad o por una ella hace de esta "icaria la ley tipica de. su estructura autoritaria,
legalidad tiránica e impotente ... si todos nosotros reconociésemos de manera que la autoridad pasando por el pueblo sube de grado en
. esto, ¡ah!, os lo aseguro, la obediencia libre voluntariamente consen- grado, de la base a la cima de la estructum ¡erárquica de la comu-
tida vendría a ser el acto más maravilloso de la libertad porque para nidad y que el ejercicio del poder por hombres en los cuales la desig-
obedecer hay que ser libre. Una bestia no obedece, sigue su instin- nación del pueblo hace periódicamente residir la autoridad, implica
to. El hombre puede obedecer, pero desciende debajo de la bestia la constancia del paso de ésta por la multitud" 38 • De manera. que
si obedece a pasiones bajas y se levanta hasta la divinidad si acepta en la democracia maritainiana este paso de la autoridad por el pue-
la autoridad como. una emanación de Cristo" 35 • blo constituye una nota esencial de la justicia de la autoridad, que,
Pío X resume fielmente la teoría rnaritainiana y la del Sillon en caso de faltar, desliga al individuo de la obediencia. La sociedad
con estas palabras: "Por lo pronta, en política, el Sillon no suprime se constituirla entonces en estado permanente de sedición. Pero no
la autoridad; antes al contrario, la estima indispensable; pero quiere i1os adelantemos. Limitémonos ahora a comprobar cuan ex_actamen-
di,idirla o, mejor dicho, multiplicarla de tal manera que cada ciu- te se le aplican las reflexiones de Pío X.
dadano llegue a ser una especie de rey. La autoridad, es cierto, dima- "El Sillon coloca primordialmente la autoridad pública en el
na de Dios; pero reside primordialmente en el pueblo, del cual se pueblo, de quien se deriva luego a los gobernantes, de tal manera,
desprende por vía de eleCción o, mejor aún, de selección, sin que por sin embargo, que continúa residiendo en él. Pero León XIII _con-
esto se aparte del pueblo y sea independiente de él; será exterior, denó formalmente esta doctrina en su encíclica Diuturnum illud,
pero sólo en apariencia; en realidad_será interior, porque será una sobre el· Principado político, cuando dice: «Muchísimos modernos,
autoridad consentida". siguiendo las huellas de los que en el siglo pasado se atribuyeron el
nombre de filósofos, afirman que toda potestad procede del pueblo,
Autoridad comunicada por el pueblo por lo cual los que la ejercen en la sociedad na la ejercen por dere-
cho propio, sino por delegación del pueblo y con la expresa condi-
Los liberales católicos no profesan el monstruoso delirio de ción de ser revocable por la voluntad del mismo pueblo que se la
Rousseau de que la autoridad pública "viene del pueblo, por lo confirió. Enteramente contrario es el sentir de los católicos que hacen
cual, los que ejercen la civil, no la ejercen como suya, sirio como derivar de Dios el derecha de mandar, como de su principio natural
mandato o encargo del pueblo" 36 ; ellos aceptan que, en cuanto tal, y necesario». Sin duda el Sillon hace descender de Dios esta autori-
la .autoridad viene de Dios pero en una aplicación forzada y defor-
37 Un artículo de L' Avenir del 12/II/1831, en Oeuvres Completes, de F.
35 Discours, I, pág. 328. De La Mennais, Bruxelles, 1839, t. n, pág. 44g_
36 León XIII, Diuturnum. 38 Principes d'une politique humaniste, pág. 67.

214 215
dad, que coloca primero en el pueblo; mas de tal manera que «sube samiento del gran teólogo que nunca pudo imaginar que los católi-
de abajo para ir arriba, mientras que en la organización de la Igle- cos habían de utilizarle como portaestandarte del democratismo cris-
sia el poder desciende de arriba para ir abajo». Pero prescindiendo tiano. Suárez no habla sino del primer origen de la autoridad en
de la anomalía de una delegación que sube, cuando por su condi- una comunidad política; considera a la comunidad como una estruc-
ción es natural que baje, León XIII refutó de antemano esta tenta- tura funcionando jerárquicamente con clases sociales diversas y
tiva de conciliación de la doctrina católica con el error del filoso- armonizadas, y no como una ''masa de trabajadores" en que ha de
fismo. Porque continúa: «Importa advertir en este lugar que los convertirse la ciudad maritainiana, como luego veremos; no finge
supremos gobernantes pueden en ciertos casos ser elegidos por la el consentimiento como una manifestación explícitci sobre la_ base
voluntad y decisión del pueblo, sin que la doctrina católica lo con- del sufragio universal sino como adhesión usual, dada al poder,
tradiga ni repugne. Bien que esta elección designa al príncipe, mas cuando la comunidad se siente bien gobernada. Para ellos la ley
no le confiere los derechos del principado, ni delega el poder, sino suprema de la ciudad es el bien común y no la voluntad o consenti-
que determina por quién ha de ser ejercido»". miento popular. Por esto para Suárez y Belarmino, como para
Maritain usa las mismas palabras del discurso de Marc Sangnier todos los teólogos, la monarquía es la mejor forma de gobierno, aun-
en Rouen en 1'907, de donde hace la cita el documento pontificio que las otras pueden con toda justicia admitirse, siempre que pro-
y en nota quiere prevenirse del error condenado por el Papa, dicien- curen eficazmente el bien común de la ciudad. Así dice Suárez:
do que la autoridad no "es conferida a sus detentares por la elección "En virtud del derecho natural no están obligados los hombres a
de la multitud sino por la Fuente misma del ser y de toda la natu- elegir determinadamente entre uno de esios modos de gobernaéión:
raleza". "Pero la designación misma -añade- a los detentores de porque, aunque entre ellos sea mejor la monarquía, como larga~
la autoridad por el pueblo, envuelve el TJGSO de este derech-0 por el mente demuestra Aristóteles y se puede deducir del gobierno y pro-
pueblo" 39 • Las filigranas dialécticas del sedicioso filósofo no pueden videncia de todo el universo, la cual debe ser la mejor, de donde
quedar en pie. Porque si la autoridad pasa por el pueblo, está en el concluyó Aristóteles (Metafísica, XII, al fin), que lo es la monar-
pueblo al menos cuando pasa; y si este páso es constante, como quía, diciendo: Uno solo es por tanto el príncipe. Lo mismo demues-
afirma, la autoridad está en el pueblo constantemente; que es, por tra el ejemplo de Cristo Nuestro Señor en la institución y gobierno
otra parte, lo que enseña 40 cuando dice: "La democracia qriiere la de su Iglesia: y por último lo mismo demuestra el ·uso más fre-
autoridad y el poder saliendo del pueblo y ejercido de su parte y cuente de las naciones; y aunque esto sé<i así, con todo no son
con él". ·De donde ·cuando un gobernante, aunque fuere un varón malos los otros modos de gobernar, sino que pueden ser buenos y
prudente y santo elegido en élecciones populares limpias, ha caído útiles, y por esto en virtud de la pura ley de naturaleza no están
en desgracia tle las logias, ésta:s no tierien sino qué im.partir órdenes los hombres obligados a tener esta potestad en uno solo, o en
a la jauría de los agitadores, quienes moverán al pueblo y el pueblo varios, o en la colección de todos" 41 •
revocará el mandato. En la democracia maritainiana la sedición es
la ley de la ciudad, a no ser que el gobernante sea títere docilisimo Rechazo de la autoridad paternalista
de las fuerzas internacionales. ·
Al igual que todos los liberales, Maritain para fundar su tesis Maritain considera incongruo a la dignidad de la persona
no deja de invocar la autoridad de Suárez y de Belarmino. Resulta humana el que uno mande a otro paternahnente. La democracia
pmtoresco que· Maritain que nunca se distinguió por su devoción "excluye -dice- la dominación paternalista de mia categoría so-
al Doctor eximio acuda a sus obras en busca de argumentos para la cial (sea sacerdote, rey, noble, sabio, burgués) sobre la masa del
sedición. Es claro que para ello han debido desnaturalizar el pen- pueblo considerada como un menor, y pide que una paridad esen-
cial en la común condición de los hombres entregados al trabajo
39 !bid., págs. 68 y 69.
40 !bid., págs. 67 y sig. 41 Tractatus de Legibus, L III, c. IV.

216 1!17
esté en las bases de las relaciones de autoridad y de la jerarquia nunciar a partJ.crpar activamente en la vida política; ha podido
de las funciones temporales, ya se trate de la autoridad política o suceder que en ciertos casos hayan vivido más despreocupados y
de otra clase de autoridad social. En esta concepción «homogénique» más felices al ser como esclavos políticos en la ciudad, o al abando-
de la autoridad temporal, el jefe es un compañero que tiene el dere- nar pasivamente a sus jefes todo el cuidado de dirigir la vida de la
cho de mandar a otros" 42. comunidad. Pero abandonan entonces un privilegio que conviene
~aritain .no explica cómo se concilia esta aversión al paterna- a slt natw-aleza, uno de esos privilegios que, en un senti,do, hacen
lismo con las palabras de Gregario XVI, en la Mirari Vos cuando más dura la vida y tr,aen consigo más o menos trabajo, -tensión y
condena a Lamennais que no admitía ya lo que él llamaba la pater- sufrimiento, pero que corresponden a la hwnana dignidad.
nidad real. "Ya que han sido constituidos -dice Gregario XVI de "Un estado de civilización en el cual los hombres, en tanto
los gobernantes- como padres y tutores de los pueblos ... "; y con personas individuales, designan por libre elección a los encargados
las palabras de León XIII en la lnmortale Dei: "Así que justo ha de la autoridad es de por sí un estado más perfecto. Púes si es ver-
de ser el mandato e imperio que ejercen los gobernantes, y no des- dad que la autoridad política tiene por función esencial la de dirigir
pótico, sino en cierta manera paternal, porque el poder justísimo hombres libres hacia el bien común, es normal que esos hombres
que Dios tiene sobre los hombres está también unido con su bondad libres escojan por sí mismos quiénes tendrán la función de dirigirlos:
de Padre"; tampoco aparece cómo este afán de rebajar la autoridad es esta la forma más elemental de la participación activa en la vida
contribuye a dar a la potestad política "tan grande fuerza, digni- política. Por eso el sufragio . universal, por el cual cada persona
dad, firmeza, cuanto requieren la defensa de la república y las humana adulta tiene, como tal, el derecho de pronunciarse sobre los
utilidades comunes de los ciudadanos" • 3 . asuntos de la comunidad, al expresar su voto en la eúxción de los
representantes del pueblo y de los dirigentes del Estado, tiene un
El sufragio, derecho natural valor político y humano absolutamente fundamental, y es uno de
los derechos a los cuales no podría renunciar en ningún caso una
Pero lo que comporta una desviación más grave de la doctrina comz.tnidad de hombres libres" 44 •
católica sobre la igual condición de justicia de cada una de las for- Conviene señalar "el lenguaje enfático, tomado de la retórica
mas de gobierno, es lo que asienta_ sobre el derecho natural de la de los peores enemigos de la Iglesia", como dice. Pío X en el SiUon,
persona humana al ejercicio del sufragio, o sea la que se llama el ·que gusta emplear Maritain, con su nomenclatura de "esclavo polí-
sufragio uni\rersal como derecho inalienable. En consecuencia, si tico''. ¿De manera que Santo Tomás y San Juan de la Cruz que no
ello es así, la democracia es la única forma legítima, o, al menos, tuvieron el derecho "político y hlllllano absolutamente fundamen-
goza de especial privilegio respecto a las otras, como más justa, ya tal'' del sufragio universal fueron "esclavos políticos", "política-
que el sufragio universal representa un "valor político y humano mente disminuidos", y siendo lo político algo humano, humana-
absolutamente fundamental". Dice Maritain: "La frase célebre de mente disminuidos?
Aristóteles, que dice que el hombrees un animal político, no signi- No hay dificultad en conceder que cierta participación del
fica sólo que el hombre está naturalmente hecho para vivir en pueblo en la vida política puede ser muy conveniente y puede con-
sociedad; significa también que el hombre reclama naturalmente tribuir a la paz social 4 5' participación que puede consistir en la
llevar una ;ida política, y participar activamente en la vida de la reunión de los estados generales, para la aceptación de nuevas
comunidad política. Las libertades políticas y los derechos políticos, leyes y cargas, como acaecía en las monarquías medievales, o ya
y especialmente el derecho de sufragio, reposan sobre este postulado también en la participación activa de la multitud en el gobierno, en
de la naturaleza humana. Quizás sea más fácil a los hombres re-
44Les Droits, pág. 105; ed. cast., pág. 134.
·12 Principes d'une politique humaniste, pág. 69. 45Julio I\·feinvielle, Concepción Cat.ólica de la Política, Ediciones Theoria,
43 León XIII, Diuturnum. Buenos Aires, 1961, págs. 100 y 108.

218 219
la. n:edida ei;- que_ el bien coml1n de la ciudad lo consiente; pero de Dios que la república o ciudad bien dispuesta es comparable a
eXJgirlo en vrrtud de un derecho natural, y por ende irrenunciable las melodias de las voces en la cual por la proporción de los diversos
sin desmedr? de la perfecc:ión _propia, no aparece cómo se avenga sonido.S entre sí recíprocamente armonizados, resulta el suave canto,
con la doctn.na de la Iglesia que veda acordar especial privilegio a deleitable a los oídos. . . Porque una verdadera ciudad o república
la democracia, so~re las. otras formas de gobierno. De aquí que requiere que los miembros se conformen a la cabeza, no discuerden
convenga a la teona manta1n1ana la censura de Pío X en el Sillon· entre sí y que toda las cosas estén dispuestas en la ciudad. . . En-
'.'Asimismo la d~n;ocracia es la única que según él inaugurará tonces hay una perfecta sociedad cuando cada uno, en su estado,
el remado de la iusboa perfecta: mas ¿no es esto hacer injuria a tiene la debida disposición y operación". Así se pensaba y se vivia
las otr:";s formas de gobierno, que se rebajan de esta suerte a la en las edades en que el hombre, sin haber sufrido la desorbitación
condic10;i de Gobiernos impotentes, sufrideros tan sólo a falta de de su ser por la proclamación de los derechos de la persona humana,
cosa meior? Por lo demás, el Si/Ion tropieza también en ese punto entendía que el bien del todo social era el primer bien de cada una
c?n)as ens~ñanzas de León XIII. Hubiera podido leer en la En- de las partes y, en consecuencia, no se pensaba erigir en derecho
cic~ica Yª. citada del Principado político que, «salva la justicia, no natural aplicado a todas las comunidades h=anas del universo el
esta prol;ibido a lbs pueblos darse el gobierno que responde mejor sufragio universal -tantos votos, tantas cabezas- esencialmente
a su c_aracter o a las instituc1ones y costumbres que recibieron de disgregador de las junturas orgánicas del cuerpo social. ¿Qué es
su.s antepasados». Ahora bien; como la Encíclica se refiere a la el sufragio universal sino el instrumento con el que se mantiene
tnple f~rm'.1 .de gobierno bien conocida, supone, por el mismo caso·, perpetuamente dividido, fraginentado, pulverizado el organismo so-
q':'e la JUSbcia es compatible con cada una de ellas. Pues la Encí- cial? ¿Por qué ese estado de sedición perpetua en que se ve entre-
clica .sobre la condición de los obreros, ¿no afirma claramente la gada la sociedad, desde los dias de la gran Revolución? Y ¿cómo
posibihd~d de restaurar la justicia en las organizaciones actuales pretende Maritain instaurar un régimen de bienestar colectivo
de la sociedad, puesto que indica los medios? Mas como sin duda -:-bienestar que se mide no en relación a los estómagos sino en re-
'luerí~ hablar León XIII, no de una justicia cualquiera,' sino de l~ lación al bien divino para el cual fue el hombre creado- sobre la
JUSbcia perfecta, al enseñar q.ue la justicia es compatible con las base de este instrumento disgregador erigido en derecho funda-
tres _formas de gobierno co:iocidas, enseñaba también que, por este mental?
lado, no goza la democracia de especial privilegio. Los sillonistas Pío IX ha dado una definición célebre del sufragio universal
que pretenden. lo .contrario, o bien rehusan oír a la Iglesia, o s~ cuando el 5 de mayo de 1874 hablando a unos peregrinos franceses
f~rman de la JUStlcia y de la igualdad un concepto que no es ca- les dijo: El sufragio universal es una mentira universal 4 6. Mari-
tol1co". tain que trabaja para la Revolución, en contra del Evangelio, lo
Pero e~ta pretensión de Maritain de erigir el sufragio universal eleva a la categoria de derecho divino natural.
en una_ , ex1genc1a de derecho natural encierra una monstrnosa La razón es clara; quiere destruir la estructura social orgá-
abe;i:aoon. Porq';'e es evidente que el fundamento de una sociedad nica; quiere una sociedad niveladora e igualitaria. Por estO, no
polztzca humana ':1-escansa en una estn1ctura social orgánica. Así lo contento de corromper la vida civil con el sufragio uñiversal, quie-
ha ~x:p_uesto admrra~le".'ente el autor del libro IV, capítulo 23 del re corromper la vida social. Veamos cómo expone la exclusión de
Regzmzento de los Prznczpes. "Así acaece -dice-- en Una verdadera dominación hétérogénique en lo económico.
Y perfecta república como, c?n el c';'erpo h=ano bien dispuesto,
en el cual las fuerzas orgamcas estan en perfecto vigor. Y si la
virtud suprema siue es la razón dirige las demás potencias inferio-
r~s que so~ movidas de acuerdo a su imperio, se produce entonces
Cierta ~navidad y un recíproco deleite de las fuerzas que llamamos 46 Dom Paul Benoit, La cité antichrétienne~ Les erreu~s modernes, II,
2rmoma. De donde San Agustín dice en el libro III de la Ciudad pág. 562.

220 221
Emancipaciólz econ6mica de la conciencia obrera Comporta el reconocimiento -de que la masa
obrera, el pueblo, ha llegado a la mayocia de edad y que por tanto
"Otra gran causa del fracaso de las democracias modernas no sólo no admite tutelas de otras clases sociales, sino que reclama
---,escribe l\1aritain 47- para realizar la democracia es el hecho la dirección de la vida social. "Si el proletariado pide ser tratado
que esta realización exigía ineluctablemente cumplirse tanto en el como una· persona mayor, por lo -mismo no debe ser socorrido,
orden social como en el político y que esta exigencia no fue satis- meiorado, o salvado por otra clase social. Por el contrario, a él y a
fecha". Opinión esta tan común que ha alcanzado la calle en el su movllnie11to de asc_ensión histórica. le corresponde la misión prin-
lenguaje de los demócratas cristianos de todos los países y épocas. cipal en la -próxima fase de la evolución" 51.
Veamos pues, cómo co11cibe Maritain esta democracia en lo ¿Cómo debe el proletariado, consciente de su principalía social
social. En Les Droits de L'H omme se explica suficientemente al cumplir con la responsabilidad que ella exige? "No es, sin embar-
referirse a Les Droits de la Pirsonn.e Ouvri€re ;s. go -contesta Maritain-, alejándose del resto de la comunidad pa-
ra ejercer una dictadura de clase como quería el marxismo, que
Progreso de la_ conciencia obrera debe desempeñar este papel inspirador y renovador el pueblo obrero
:i campesino. Sino organizándose ··:¡ educándose a sí mismo, tomando
Maritain sostiene primeramente que el progreso de la orga- conciencia de sus responsabilidades en la comunidad y uniendo a
nización y el progreso de la conciencia, son dos progresos simul- su obra todos los elementos de cualquier clase a que pertenezcan,
táneos. ¿En qué consiste esta toma de conciencia? "Es la toma de decididos a trabajar con él por la libertad humana" 52. Este progreso
conciencia ----escribe--- de una dignidad humana ofendida y humi- de la conciencia obrera entendida así ampliamente y con proyeccio-
llada, y la toma de conciencia de la misión del mundo obrero en la nes sociales universales, había sido puesto de relieve por Marc
historia moderna. Significa la ascensión hacia la libertad y la Sangnier en su movimiento del Sillon, y había sido calificado con
personalidad, tomadas en su realidad interior y en su expresión el nombre de "un renverse.ment de valeurs" correspondiente a la
social, de una comunidad de personas, de la comunidad, a la vez destrucción· del edificio egoísta y pagano sobre cuya ruina social
más cercana de las bases materiales de la vida humana, y la más actual se edificará la ciudad futura" 53 • "Hablemos más claramen-
sacrificada, la comunidad del trabajo manual, la comunidad de las te todavía; en sus juicios, el Sillon opera como un trastrueque de
personas humanas afectadas a este trabajo". Con idénticas pala- valores. No creemos, en efecto, que en su conjunto las viejas
bras se expresa en su H umanisme I ntégral 49 • l\farc Sangnier dirá clases dirigentes, que la burguesía, que aquellos que se han entre-
por su parte: . "La _Democracia· es· el pueblo consciente y responsa- gado a las profesiones liberales, sean capaces de orientar nuestro
ble, guardián no sólo de sus intereses personales sino del interés del país en el sentido de sus verdaderos destinos. Creemos que en otra
Estado y capaz, desde entonces, de ocuparse cada vez níás de los parte y en otros medios se ha de buscar la salud" 54 •
asuntos del país .... Se trata sobre todo y ante todo de un acrecen- Tanto lo que escribe Maritain como l\!Iarc Sangnier está
tamiento de- vida cí~ca, de. una emancipación intelectual 3r moral, vinculado con lo que ·sostiene Hubert Lagardelle, "leader" del
cada vez más desprendidos de los lazos de la servidumbre del cuer- partido socialista en Le .Mouvement socialiste 55 (febrero 1911, ci-
po y del espíritu" 50. _ tado por Barbier, IV, 401): "El trastrueque de los valores, como
Maritain entonces con10 lVIarc Sangnier, ri;clama para la clase también la intervención de valores o factores, significa, en el pen-
obrera el rango director de la vida social y política. Este progreso
51 Ibid., pág. 116.
47 Christ. et Dém., pág. 32; ed. cast., pág. 34-. 52 Ibid.
48 Les Droits, págs. 114-135; ed. cast., págs. 14·1-158. 53 Discours, I, pág. 262.
49 Humanisme lntégral, pág. 246. '' Le Sillon, 10/X/1905.
50 La lutte pour la démocratie, pág. 41. 55 Citado por E. Barbier, t. IV, pág. 401.

222 223
samiento de aquellos que se sirven de estas expresiones, que el obre- medios sociales y fuera de todas las convenciones estrechas y rnal-
ro debe, de aquí en adelante, pasar al primer plano, que el patrón no I1echoras una camaradería activa y militante" 59 .
debe ya aparecer sino en segundo plano. El «Tercer-Estado, decía En el congreso del V distrito sobre el espíritu democrático se
Sieyes, no es nada, debe serlo todo»; ahora se dice: «el obrero no discute igualmente sobre si habrá "clases" en la democracia: es
era nada en la industria; debe serlo todo»". menester, dice alguien, una igualdad moral. Marc Sangnier pro-
Por lo tanto, nada de tutelas, nada de paternalisrnos. Y en testa: "no se trata sólo de una igualdad teórica, hay que hacer pasar
esto están de pleno acuerdo "Les démocrates chrétiens", Marc Sang- en las costumbres todo cuanto puede pasar de las ideas cristianas" 60 .
nier y Maritain. "En nuestra opinión -decía l'abbé Naudet56- , Otros de sus mejores adeptos, Gernalhing, escribirá: ''Esta reparti-
la concepción de una clase social encargada de salvar a otra es una ci6n de hombres en clases, o en profesiones es una concepción an-
concepción tan falsa como anti-democrática". Marc Sangnier por tigua que puede aceptarse en una organización monárquica, pero
su parte escribe: "No aceptaremos el don de un buen tirano que no puede subsistir en una democracia sino en la medida en que
echaría sobre nosotros el maná de reformas proletarias; nosotros todos estos cuerpos están dominados por el interés general y
reclamamos ser los propios artesanos de nuestra elevación social y orientados hacia él" 61 • Maritain apuntó ya en 1932 62 : "La socie-
poder desarrollar en nosotros la integridad de nuestra vida de ciu- dad de la que nosotros hablarnos seria en efecto una sociedad «sans
dadanos, la integridad de toda nuestra vida" 57. classes», es decir, de donde habrian acabado de borrarse las diferen-
Maritain, por su parte, escribe: "La tentación que viene de cias entre clases tales como nuestra civilización occidental las ha
la:; antiguas concepciones en otro tiempo en boga en ciertos círculos conocido hasta el presente, · clases fundadas ante todo, en otro
cristianos, es la tentación de paternalisrno que tiende a hacer de- tiempo sobre la transmisión de la sangre, en el mundo moderno
pender el mejoramiento de la suerte de la clase obrera de las sobre el dinero".
iniciativas de los patronos y de su autoridad de padres de familia Pero ni Maritain ni Marc Sangnier suprimen por ello toda
conscientes de sus deberes para con sus hijos. Una tal concepción jerarquía: "No es evidentemente la idea de una jerarquía social
tiende a _tratar al obrero como un menor, y se opone de la manera lo que aquí criticamos, sino la concepción_ egoísta de esta jerar-
más radical a esta conciencia de la dignidad social y de los derechos quía" 63. Y Maritain- escribirá: "Pero diferencias nuevas se produ-
de la persona obrera sobre lo cual hemos insistido tanto" 58. cirían infaltablernente en el seno de este pueblo de personas hu-
manas todas semejantemente colocadas en la condición de <<traba-
Supresión de las clases sociales jadores» porque no hay orden sin diversidad ni desigualdad de gra-
dos; y en un mundo en que los valores sociales serian ante todo
Una vez que se haya operado plenamente el trastrueque de función, no del nacimiento ni de la riqueza, sino del trabajo, los
valores a que nos referíamos anteriormente, la Ciudad futura que jefes que se designarían en todos los grados los diversos órganos
de allí resultará, verdaderamente democrática y proletaria, no sociales constituirían una verdadera aristocracia popular, tenue
admitirá en su seno clases sociales. En esto coinciden también per- d' aussi pres al servicio de la comunidad por el objeto mismo de· su
fectamente los demócratas cristianos, con los sillonistas y con Ma- función, y sin duda tan imperiosa, celosa de honor y de libertad
ritain como coinciden también con los socialistas y comunistas. como la antigua aristocracia hereditaria y militár" 64 • Y: "Si por
Limitémonos al paralelismo de Marc Sangnier con Maritain. "El lo demás la actual división en clases debe ser superada, esta sociedad
Sillon quiere realizar entre todos, sin distinción de oficio ni de
59 Le Sillon, 2/VIII/1904.
60 Compte rendu del Sillon, 25/VIl/1904, citado por. Barbier, IV, pág. 399.
61 El Sillon, 18/II/1007, citado ibid.
56 El abbé Naudet, La Démocratie et les démocrates chrétiens,-pág. 65. 62 Du régime temporel et de la libeHé, pág. 67.
57 Discours, t. 1, pág. 339, citado por Barbier, IV, pág. 395. 63 Démocratie et hierarchie en L~ esprit democratique, pág. 150.
58 Les Droits, pág. 122; ed. cast., pág. 149. 64 Du régime temporel et de la liberté, pág. 67.

224 225
sin burguesía y sin proletariado nO sería_ una sociedad sin estructura Dirá Marc Sangnier: "Queremos pues, camaradas, llegar a des-
interna y sin diferenciaciones o desigualdad orgánicas". Maritain arrollar en los medios obreros franceses, bastante conciencia, bas-
enseña ni más ni menos lo que enseñaba el Sillon; en consecuencia tante energía vital para que se encuentren como poseedores de la
le comiene perfectamente la censura de Pío X cuando dice: "En influencia y de los poderes, que no estarán más reservados a una
efecto, el Sillon se propone el mejoramiento y regeneración de las casta o a una clase cerrada. . . vosotros sentid, desde- entonces, que
clases obreras. Mas sobre esta materia están ya fijados los prin- este patronato, que este salariado, contra 'los cuales se irritan inútil-
cipios de la doctrina católica, y ahí está la historia de la civilización mente los socialistas y los revolucionarios, tenderán a desaparecer
cristiana para atestiguar su bienhechora fecundidad. Nuestro Pre- y a modificarse el día que hayamos creado en los éerebros de los
decesor, de f. m., los recordó en páginas magistrales, que los cató- proletarios esta fuerza viva que les pennitirá asumir todas las
licos aplicados a las cuestiones sociales deben estudiar y tener responsabilidades porque serán suficientemente con.scientes" 66 .
siempre presente. El enseñó especialmente que la democracia " ... Sentimos cada vez mejor que el régilnen capitalista y
cristiana_ debe «mantener la diversidad de clases, propias cierta- que el salariado no son eternos" 67 •
mente de una sociedad bien ·constituida, y querer para la sociedad "Ahüra bien, la cooperación nos parece secundar y acrecentar
humana aquella forma 3r condición que Dios, su autor, le enseñó». esta ascensión democrática, porque adopta un método de libertad,
Anatematizó una «cierta democracia cuya perversidad llega al ex- porque propone a los individuos hacerse grandes no solidariamente,
tremo de atribuir en la sociedad la soberanía al pueblo y procurar sino fraternalmente, porque suprimiendo el beneficio, tiende a su-
la supresión y nivelación de clases». Al propio tiempo, León XIII primir la explotación del hombre por el lwmbre, porque prepara
jmponia a los católicos el único programa de acción capaz de resta- una nueva forma de au_toridad, porque en fin, como la democracia,
blecer y mantener a la sociedad en sus bases cristianas seculares. no es posible sino por la .práctica. de una moral superior" 68 • Mari-
Ahora bien, ¿qué han hecho los jefes del Sillon? No sólo han tain_ escribe por su parte: - "'Otros derechos serán sin duda reconoci-
adoptado un programa y una enseñanza diferentes de los de LBón dos al trabajo por la ley humana, a medida que el régimen econó-
XIII (y ya sería singular audacia de parte de unos legos el erigirse mico se transforme. Hay motivos para pensar que en los tipos de
en directores de la actividad social de la Iglesia en competencia con empresa en que sea posible, un sistema de ca-propiedad y cocgestión
el Soberano Pontífice),. sino que abiertamente han rechazado el obrera reemplazará al sistema del salario y que con los progresos
programa trazado por León XIII, adoptando otro diametralmente de 'la organización económica se formará un nuevo derecho pqra el
opuesto. Además de esto, desechando. la doctrina recordada por obrero técnico y socialmente calificado: el derecho a lo que puede
León XIII acerca de los principios esenciales de la sociedad, colocan llamarse el titulo de trabajo, que asegura al hombre que su empleo
la autoridad en el pueblo o casi la suprimen, y tienen por ideal le pertenece, vincula11do a su_ persona por un lazo jurídico, y que
realizable la nivelación de clases .. Van, pues, al revés de la doctrina en él podrá progresar su actividad operativa. Estemos bien seguros
católica, hacia un. ideal condenado'' 65 . que después de lá guerra actual que representa una crisis revolucio-
naria mundial, las condiciones social y económica de la vida hu-
Supresión del régimen de patronazgo mana, el régimen de la propiedad y el régimen de la producción
y de salariado serán cambiadas profunda e irrevocablemente, y que el privilegio
act_ual de la riqueza cederá su lugar en todo .caso a ur:i nuevo sistema
Si han de suprimirse de la sociedad las clases sociales fundadas de vida, mejor o peor según que su principio animador sea el
en la sangre o en el dinero para llegar a un mundo de trabajadores, espíritu personalista o el espíritu totalitario. La dificultad para el
deben suprimirse el régimen del salariado y por ende el régimen del
patronazgo o por lo menos debe tenderse hacia su eliminación.
6~ Discours; t. I, pág. 300.
61 Le Sillon, 10/I/1905.
65 Humanisme lntégral, pág. 216. 68 !bid., 10/X/1907.

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pensamiento es ser tan audaz para comprender como los hechos lo ma societaria de la propiedad industrial, hablamos de una sociedad
son para producirse" 69. de personas (técnicos de la dirección, obreros, proveedores de fon-
Maritain reclama un régimen más humano en que se dé lugar do) enteramente diferente de las sociedades de capitales las cuales
a la responsabilidad de las personas humanas obreras. No otra cosa podrían hacer pensar, en las condiciones del régiillen acru.al, la
efirmaba el Sillon. Leemos en Le V raies idées du Sillon: "Critica- noción de ce-propiedad; y se trata de una sociedad de personas en
mos ante todo la organización actual del patronato y del salariado:· que la ca-propiedad de la empresa privada, comprometida en una
ella representa a nuestros ojos el defecto de concentrar sobre la "comunidad de trabajo'' organizada, seria la garantía del "título
cabeza de algunos, con frecuencia quizá la mayor parte de los de trabajo" a que nos referíamos más arriba, y tendría por fruto
beneficios, pero sobre todo lo que hay de más humaroo, de más la constitución y desarrollo de un patrimonio común" 72 . "Es
moralizador en el trabajo: la iniciativa, la previsión y sobre todo la esencial en todo caso comprender que toda organización de la eco-
responsabilidad. Es urgente nos parece, llevar un remedio a este nomía sobre un principio estructural y cooperativo debe concebirse
grave desorden que compromete a la vez la dignidad del trabajador. como estableciéndose de abajo hacia arriba, según lo,s principios de
Y pienso que lo comprueba bastante la estabilidad de la industria la democracia personalista, con sufragio y participación personal
francesa. Pero, se nos dirá: ¿queréis e11tonces suprimir los patro- activa de todos los intereses en la base ·y como emanando de ellos
nes? Nos guardaremos bien. Provisoriamente, son los órganos ne- y de sus uniones" 73.
cesarios de la producción. En nuestra sociedad tal como es y tales En resumen que si Marc Sangnier habla de un "estado armó-
como los obreros son, los patrones son tan indispensables a la vida 11ico equivalente al estado colectivista'' 7 4, "Maritain habla también
nacional como nuestro cerebro o nuestro estómago a nuestra vida de la «cohabitación armoniosa» que el principio pluralista aplica-
corporal. Queremos sólo preparar el advenimiento de un régimen do. . . a las diferentes estructuras económicas ha de producir en el
económico mejor, de un régimen más racional y más humano, en seno de la comunidad temporal" 75 •
el cual no existirá el enojoso divorcio entre la responsabilidad indus-
lrial y la mano de obra. Para esto dos cosas son necesaria~: que Supresión de toda servidumbre
encontremos primero las formas precisas y concretas, diriamos de
buena gana las fórmulas de estos órganos nuevos de producción; La tendencia de la teoría sillonista como la de l'vfaritain se
en segundo lugar, elevar la conciencia proletaria a la al.tura de sus dirigen a la supresión de toda_ servidumbre o sometimiento econó-
nuevas responsabilidades'' 70 • Maritain escribe: '' ... la noción de mico porque "el advenimiento de la Democracia'' coincide con "la
colectivización debería hacer lugar a la de propiedad societaria de emancipación del proletariado" 76 • Maritain dice: "El derecho fun-
los medios de producción o de ca-propiedad en las empresas. A damental de la persona obrera no se opone solamente a la esclavitud
excepción de ciertos sectores de interés completamente general, cuya propiamente dicha, comporta también una aspiración o un v-oto
transformación en servicios públicos es nonnal, serán un régimen opuesto a la servidumbre entendida en su sentido más general, es
societario, substituyen,do lo más posible la ca-propiedad al salariado, decir, a esta forma de autoridad del hombre sobr.e el hombre en la
el que, en una concepción de esta índole, y ·en lo que concierne cual el que es dirigido no es al bien común por el jefe encargado de
sobre todo al plan industrial, deberá suceder al régimen capitalista; este oficio, sino al servicio particular de aquel que lo dirige, ena-
el personal obrero participaría así en la gestión de la empresa, para ienando así su actividad y cediendo a otro el bien (fruto de su
la cual por otra parte, los progresos técnicos modernos permiten actividad) que debería ser suyo, dicho de otra manera, convirtién-
esperar cierta descentralización" 71 • "Cuando hablamos de la for-
72 Ibid.
73 Ibid., pág. 124; ed. cast., pág. 150.
69 Les Droits, pág. 11 í; ecl cast., pág. 1.;.L 74 Le Si/Ion, 25/VII/1904.
70 Le Sillon, citado por Barbier, IV, pág. 403. 75 !bid., pág. 127; ed. cast., pág. 152.
71 Les Droits, pág. 121; ed. cast., pág. 148. 76 La lutte de la Démocratie, pág. 182.

228 ZZ9
dose en órgano de otra persona" 77 • El Sillon, por su parte, aboga- promover en la humanidad, con movimientos sociales hondos y fe-
ba, con las mismas razones, por la supresión del servicio doméstico: cundos, un progreso inesperado. Nos, ciertamente, no vituperamos
"Se me permitirá insistir aún sobre el carácter excepcional, in- esos esft1erzos, que serían a todos 'Tisos excelentes si los sillonistas
quietante, y digámoslo francamente, inmoral de una instituc.ión no olvidaran que el progreso de un ser consiste en vigorizar sus
que pone así íntegramente una persona bajo la dependencia de facultade~ naturales con nuevas fuerzas y en facilitar el ejercicio
otra persona, sin que lo exija un fin superior. Tal lazo merece d_e su actn'1da_d en los l.ímites y leyes de su constitución; pero que
ser IIamado lien de servage~' 78_ "La emancipación del proletariado s1, al contrano, se hieren sus órganos esenciales y se violan los
-dice el Sillon- saldrá del esfuerzo del mismo proletario" 79 . Y lí~tes de su actividad, se le empuja, no hacia el progreso, sino
Maritain: "El progreso contrariado de la humanidad va en el sen- hacia la _muerte. Esto es, sin embargo, lo que ellos quieren hacer
tido de la emancipación humana, no sólo en el orden político, sino de la sociedad hmnana; su sueño consiste en cambiar sus cimientos
también en el económico y social, de suerte que las div?rsas formas naturales y tradicionales y en prometer una ciudad futura edifi-
de servidumbres, por las cuales un hombre está al servicio de otro cada sobre otros principios que se atreven a declarar más fecundos
hombre, para el bien particular de éste, y como un órgano de éste, más beneficiosos que aquellos sobre que descansa la actual sociedad
sean poco a poco abolidas a medida que la historia humana se cristiana''.
acerca a su término. Lo que supone no sólo el paso a estados de
organización mejor, sino también el paso a una conciencia mejor La dirección de la sociedad en la clase obrera
de la dignidad de la persona humana en cada uno de nosotros, y
de la primada del amor fraternal entre todos los valores de nuestra . Maritain partiendo del hecho de la lucha de clases que pare-
vida" so. ciera constituir ley de . las sociedades modernas y del hecho, a
El resumen que del pensamiento del Sillon hace Pío X le punto de tomar . carta de ciudadanía en tod.o el universo, de la
cabe perfectamente a la democracia maritai11iana en este punto: ascensión del proletariado como nueva Y única clase social con
"A proporció11 Ocurrirá lo propio en el orden económico. Sustraído derecho a imponer el ritmo a la vida del mundo, pretende justificar
a una clase particular, el patronazgo se multiplicará tanto que cada este doble hecho, que no le parece lamentable; lo que sí, le parece
obrero será una especie de patrono. La forma llamada a realizar :malo, que se prod11zca en nombre de una ideología Comunista;
este ideal económico no será, según dicen, la del socialismo, sino quiere entonces bautizarlo, para que se produzca en nombre del
un sistema de cooperativas suficientemente multiplicadas para pro- Evangelio: la Revolución social será cristiana y obra de los cristia-
vocar una concurrencia fecunda y para asegurar la independencia nos. Y en una exp.;:i.nsión sentimental quimérica, pretende realizar
de los obreros, que no estarán encadenados a ninguna de ellas". una revolución que sea más revolucionaria que la Revolución s1.
"Líl ciudad futura para la cual se afana rio tendrá ni amos; ni Para ello preconiza el aceleramiento del proceso de emancipación,
servidores, los ciudadanos serán todos libres, todos camaradas, to- esto es de disolución social, en la espectación que de allí ha de
dos reyes". "Ya sabemos que se lisonjean de levantar la dignidad resultar la nueva cristiandad elaborada por sus preclari cives. Pero
humana y la condición, harto menospreciada de las clases trabaja- su intento, como lo advertía sabiamente Pío X a propósito del
doras; de procurar que sean justas y perfectas las leyes del trabajo Sillon: "va al revés,de la doctrina católica, hacia un ideal condena-
y las relaciones entre el capital y los asalariados; de hacer reinar, do". La doctrina católica que sobre este pnnto no hace sino conso-
en fin, sobre la tierra una justicia mejor y ma)ror caridad; y de lidar los principios del derecho natural, pone la solución del pro-
blema social, no en una utópica nivelación de clases, no en una
supresión del patronazgo, sino en una colaboración de clases socia-
77 Les Droits, pág. 130; ed. cast., pág. 154. les diversas ayudándose mutuamente sobre la base de la virtud de
78 Citado por Barbier, IV, 4-04.
79 L'[Tnivers, 12/IV/1905.
so Les Droils, pág. 133; ea. csst., pág. :57. 81 Lettre sur l'independe.nce, deux. éd., pág. 65.

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la justicia fortalecida por la caridad cnstiana. De aquí que León de hijos de Dios, y al mismo tiempo en que, decretado para todos
XIII en la Rerum Novarum que los demócratas cristianos inconsul- un mismo fin, cada uno ha de- ser juzgado según la misma ley para
tamente manejan como la Carta Católica de Revolución social pun- conseguir, conforme a sus méritos, o el castigo o ·la recompensa.
tualice los deberes de los obreros y patronos, diciendo: "Y en Mas la desigualdad de derecho y la potestad dimanan del mismo
primer lugar, el conjunto de las enseñanzas de la religión, de que Autor de la naturaleza, por quien es nombrada toda paternidad en
es intérprete y depositaria la Iglesia, puede mucho para acercar los cielos, y en la tierra" 82 . "También a los siervos y señores se le.;;
entre sí y unir a los ricos y a los proletarios porque a ambos propone, por medio del mismo apóstol, el precepto divino de que
enseña sus mutuos deberes y en especial los que dimanan de la aquéllos obedezcan a sus señores carnales como a Cristo, sirviéndole
justicia. De estos deberes, los que tocan al proletario y obrero, con buena volúntad como al Señor; más a éstos, que omitan las
son: poner de su parte íntegra y fielmente el trabajo que libre y amenazas, sabiendo que el Señor de todos está en los cielos y que
equitativamente se ha contratado; no petjudicar en manera alguna no hay acepción de personaS para con Dios" 83 . ·
al capital, ni hacer violencia personal a sus amos; al defender sus "Todas las cuales cosas, si se guardasen cuidadosamente; segú11
propios derechos, abstenerse de la fuerza y nunca armar sediciones el beneplácito de la voluntad divina, por todos aquellos a quienes
ni hacer juntas con hombres malvados que mañosamente les ponen tocan, seguramente cada familia representaría la imagen del cielo.
delante desmedidas esperanzas y grandisimas promesas, de donde }~ los preclaros beneficios que de aquí se seguirían, no estarían
se sigue casi siempre un arrepentimiento inútil )' la ruina de sus encerrados -entre las paredes monásticas, sino q11e emanarían abun-
fortunas". dantemente a las mismas repúblicas.
Y en la Quod apostolici muneris del 28 de diciembre de 1878, "Ordena, además, que el derecho de propiedad y dominio,
después de exponer el Papa dónde radica la causa de la rebelión -procedente de la naturaleza misma, se n1antenga intacto e invio-
de los necesitados, que es el nombre, despojado i:le retórica, que lado entre las manos de quien lo posee, porque sabe que el robo
conviene a la prise de conscience maritainiana, después de advertir y la rapiña han sido condenados en la ley natural por Dios, autor
cómo los Papas, desde Clemente XII, "procuraron apartar con y guardián de todo derecho; hasta tal punto, que no es lícito ni
tiempo el peligro ... " "que las sociedades clandestinas en cuyo aún desear los bienes·-ajenos,-y que los ladrones lo mismo que Jos
seno se fomentaban ya entonces las semillas" de la dicha prise de adúlteros y los adoradores de los ídolos, están excluidos del reino de
conscience de la personne ouvriere, establece los justos principios los cielos. No por eso, sin embargo, olvida la causa de los pobres~
que han de regular la acción, entiéndase bien, la acción concreta ni sucede que la piadosa Madre descuide el proveer a las necesida-
de los católicos, aún cuando fueran filósofos. "Empero, aunque los des de éstos,. sil].o que, por el contrario, los estrecha en su seno con
socialistas -dice el Papa- abusando del mismo Evangelio para maternal afecto, y teniendo en cuenta que representan la persona
engañar más fácilmente a los poco cautos, acostumbran a torcerles de Cristo, el cual recibe como !lechos a sí mismo los bienes conce-
hacia su dictamen, con todo, hay tan grande diferencia entre sus didos hasta al último de los pobres, les honra grandemente y de
perversos dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede todas las maneras posibles los sustenta; se emplea con toda solicitud
ser mayor. Porque, ¿qué participación puede haber de la justicia· en levantar, por todas partes, casas y hospicios, donde son reco-
con la iniquidad, o qué consorcio de la 1uz con las tinieblas? _Ellos gidos, alimentados y cuidados, tomándolos bajo su tutela".
seguramente no cesan de vociferar, como hemos insilluado, que Los principios de orden social del romano Pontífice van en
todos los hombres son entre sí por naturaleza iguales, y,· por lo otra dirección, hacia la colaboración de clases diversas, de aquella
tanto, sostienen que ni se debe el honor y reyerencia a la majestad a que conduce la prise de conscience ouvriJre de Maritain. Y
ni a las leyes~ a no ser acaso las sancionadas por ellos a su arbitrio". cuando a comienzo del siglo arreció en el campo católico la ola de
"Por el contrario, según las enseñanzas evangélicas, la igualdad
de los hombres consiste en que todos, habiéndoles cabido en suerte 82 Efesios, III, 15.
la misma naturaleza, son llamados a la misma altisima dignidad 83 Ibid., VI, 5-9.

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revolución: socialista, el Papa Pío X en el nwtu proprio famoso del y de su energía. Inclinaos a todas las miserias, ningún dolor escape
18 de diciembre de 1903, promulgó un compendio de las normas a vuestra solicitud pastoral, ninguna queja os halle indiferentes.
que deben guiar la acción de los católicos en su actividad social. Pero predicad también denodadamente a grandes y pequeños sus
Maritain, que se dice filósofo de la Encamación, habrá de eoqili- deberes; a vosotros toca formar la conciencia del pueblo y de los
Carnos cómo concilia su filosofía revolucionaria con los siguientes poderes públicos. . . La cuestión social estará muy cerca de su
puntos preceptuados por la Autoridad Pontificia. solución cua11do unos y otros, menos exigentes de sus derechos,
cumplan más exactmnente sus deberes.
I. - "La humana sociedad, cual Dios la estableció, consta de ''Además, como en el conflicto de intereses, y especialmente
elementos desiguales, como desiguales son los miembros del cuerpo en la lucha con las fuerzas de los malos, ni la virtud ni aún la
humano; hacerlos todos iguales es imposible; seguiríase de ahí la santidad bastan siempre a asegurar al hombre el pan de cada día,
ruina de la misma sociedad". ( Quod apostolici muneris) . . y como ·el rodaje social debe ordenarse de suerte que con su juego
II. - "La igualdad de los varios miembros sociales está en natural paralice los esfuerzos de los malvados y haga asequible a
esto solo, a saber: que todos los hombres tienen su origen de Dios todos los hombres de buena voluntad su parte legítima de felicidad
Criador; fueron redimidos por Jesucristo, y deben ser juzgados y terrena, ardienten1ente deseamos que a este fin os intereséis activa-
premiados o castigados por Dios, según la exacta medida de sus mente en la organización de la sociedad. A esta causa, en tanto
méritos y deméritos". (Quod Apostolici muneris). que V"Jestros sacerdotes se entregarán con celo a la santificación de
las almas, a la defensa de la Iglesia y a las obras de caridad propia-
III. - "Síguese de aquí que en la humana sociedad es conforme mente dichas, escogeréis algunos de ellos activos y de espíritu pon-
a la ordenación de Dios que haya príncipes y vasallos, patronos y dooso, provistos de los grados de doctores en filosofía y teología,
pro/etanos, ricos y pobres, sabios e ignorantes, nobles y plebeyos; perfectamente instruidos en la historia de la civilización antigua y
los cuales, todos uni.dos entre sí con vínculos de amor, se ·ayuden moderna, y los dedicaréis a los estudios menos elevados y más
recíprocame:µte a conseguir· su último fi:µ en el cielo, y aquí en la prácticos de la ciencia social para ponerlos, en tiempo oportuno, al
tierra su bienestar material y moral". (Quod Apostolici muneris). frente de las obras de acción católica. Mas cuiden esos sacerdotes
XIX. - "Finalmente, los escritores católicos, en el patrocinar de no dejarse extraviar en el dédalo de las opiniones contemporá-
la causa de los proletarios y pobres, guárdense de usar lenguaje que neas por el espejismo de una falsa democracia; no tomen de la
induzca en el pueblo aversión a las clases superiores de la sociedad. retórica de los peores enemigos de la Iglesia y del pu.eblo un len-
No hablen .de resarcimientos ni de justicia cuando se trate de mera guaje enfático lleno de promesas tan sonoras como irrealizables;
. caridad, como arriba se dijo. Acuérdense de que Jesucristo quiso persuádanse que la cuestión social y la ciencia social no nacieron
e11lazar todos los hombres con vínculo del recíp~oco amor, que ayer; que en todas las edades la 1glesia y el Estado, concertados
es perfección de la justicia y trae consigo la obligación de emplearse felizmente, suscitaron para el bienestar de la sociedad organizacio-
en el bien recíproco". nes fecundas; que la Iglesia, que jamás ha traicionado la felicidad
del pueblo con alianzas comprometedoras, no tiene que desligarse
Y la Quadragesimo anno y la Divini Redemptoris de Pío XI de lo pasado, antes le basta anudar, con el concurso de los verda-
±ijan suficientemente los principios sociales católicos sobre la cola- deros obreros de la restauración social, los organismos rotos por la
boración de las diversas clases sociales, en un sentido diametral- revolución y adaptarlos, con el mismo espíritu cristiano · de que
mente opuesto al de la Revolución Social sin que sea menester estuvieron animados, al nuevo medio creado por la evolución ma-
insistir más. Los católicos tenemos .directivas precisas y determina- terial de la sociedad contemporánea: porque los verdaderos amigos
das para el arreglo de la sociedad recordadas por Pío X en el Si/Ion. del pueblo no son ni revolucionarios ni novadores, sino tradicio-
"Vosotros, Venerables Hermanos, proseguid activamente la obra nalistas".
del Salvador de los hombres con la imitación de su mansedumbre Está bien, dirá algún maritainista. El Santo Padre tiene razón.

234 235
Pero los pueblos no escuchan estas doctri11as de pacificación social. que todo el esfuerzo tradicional de Francia, a través de la feudalid'.',d,
Los pueblos quieren el desquite de su dignidad humana ofendida y del desarrollo maravilloso de las comunas, liberados, de la ascens10n
hrnnillada ... los pueblos quieren mandar ... quieren el lugar di- const'ante, de l~ burguesía, en lOs consejos reales, de las reivindica-
rector de la vida social, como enseña nuestro Maestro Maritain. ciones más y más precisas del Tercer Estado, no fue sino una lenta
Si es así, si se quiere condescender con los resentimientos anidados y segura preparación de esta democracia ~n la _que s~ñamos ... ".
en la subconsciencia popular, si se quiere erigir en norma directiva "'Se levanta, esta democracia, lentamente, 1mpon1endose poco a po-
de acción social un "principio . .. generador de envidia y de injus- co. . . ella será la demolición del edificio social actual, egoísta y
profano,- sobre cuyas ruinas se edificará ~a ciuda~ furu:a 86 •
11

ticia y subversivo de todo orden social" 84 , predique Maritain la


Revolución Social ... , pero por s11 cuenta }r riesgo; no invoque al Maritain, más profundo y, por lo mismo, mas pel:gr~so, 1--e l_a
Evangelio, al Cristianismo, ni a la Iglesia. Acuda a las sectas democracia futura, como término venturoso del crist1amsmo lai-
clandestinas, de donde han salido Rousseau, Feuerbach, Marx, En- cizado "cuando a fines del siglo xvm los Derechos del Hombre
gels y los modernos revolucionarios y desde allí trabaje para la fueron proclamados en América y en Francia y los pueblo: fueron
Revolución. Al menos entonces no provocará el engaño de incautos invitados al ideal de Libertad, de Igualdad y de Fratenudad, se
católicos. produjo la gran provocación del ·pueblo, de los hombres comunes,
del espíritu infantil y de fe y todo junto con un ideal de generosidad
universal que pasaba del orden político mismo llamando a los
Emancipación irÍtelectual poderosos de este mundo y a su escepticismo experimentado" _87 .
"La edad media -dice-, trató, con el Santo Impeno, de
La Carta de Pío X sobre el Sillon caracteriza en estos ténninos construir sobre la tierra una fortaleza para Dios. Ahora, los pobres
la emancipación intelectual: "Está dominado (todo hombre) fi- y los oprimidos emprenden su partida haci;z la ciudad 4e _justicia
nalmente, por una casta llamada directora, a la cual su desarrollo :Y de fraternidadn 88. " . . . la democracia esta ligada al cr1sban1srno
intelectual asegura una preponderancia indebida en la dirección y el. empuj~ democrático surgi_ó e~ la. ~istoria ~~~;1ª como una
de los negocios; luego d~be .substraerse a su dominación". En mamfestacron temporal de la 1nsp1racion e~-angelica 89 .
rigor hemos aducido bastantes testimonios del Sillon y de Maritain En el ambiente sillonista se rec9gen expresiones como esta:
para establecer este pnnto que no es sino el puesto director que, en "La democracia es la traducción en el orden social y político de
esta era de la humanidad, le cabe al cuarto estado, o sea al prole- la «equivalencia fraternal de las ahnas», y la idea democrática
tariado definitivamente liberado. Marc Sangnier se embriagaba de «un efecto del trabajo interno del fermento evangélico en el alma
entusiilsm'o ante la irresistible ascensión de la 'Democracia que él l1umana»" 9 º. "Allí reside -dirá Maritain- el principio más
,-eía como la meta de todas las aspiraciones y de todos los esfuerzos hondo del ideal democrático que es el nombre profano del ideal
de los puebl9s cristianos. A1mque Lamennais ha sido el más origi- de cristiandad. Por eso, escribe Bergson: «la democracia es de
nal y elocuente expositor de esta tesis, ni en Marc Sangnier ni en esencia evangélica }'" tie11e por principio t;l amor»" 91 .
Mar:itain escasea·n _arrebatos sentimentales, en que la Democracia
aparece como término del progreso ascensional de toda la tradición
cristiana. "Sabemos mejor que nadie -dice Marc Sangnier en
Tradition et Progres 85- que Francia no data de 1789 y que esta 86 !bid., pág. 262.
casa se ha hecho lentamente y como de piedra sobre piedra por la s-¡ Christ. et Dém., pág. 49; ea. cast., 1·ág. 53.
secular colaboración del pueblo y del rey ... y si creemos descubrir 88 Ibid., pág. 63; ed. cast., pág. 50; ed. cast., pág. 55.
89 lbid., pág. 43; ed. cast., pág. 48.
90 Citado Por ..4..ries, Le Sillon et le mouvement democratique, deux éd
84 Pío X en la Carta condenatoria del Sillon. Nouvelle librair:ie nationale, Paris, 1910, pág. 274.
85 L~Esprit démocratique, pág. 192. 91 Christ. et Dém., pág. 73; ed. cast., pág. 80.

236 237
El anwr fraternal famosa amistad fraternal. Típico en efecto lo que dice: "Y la
conciencia profana ha comprendido que en el orden temporal,
Tanto en Marc Sangnier como en Maritain el vínculo unitivo social y político, no sólo la amistad cívica es, como los antiguos
plasmador de esta ciudad fraternal, tan grande como el género hu- filósofos lo habían reconocido, el ahna y el vínculo constitutivo de
mano, será el amor fraternal. Marc Sangnier intenta una explica- la comunidad social -si la justicia es esencialmente exigida de
ción de la eficacia de este amor fraternal como solución de la antemano, es como una condición necesaria que hace posible la
antinomia que forzosamente ha de establecerse entre el interés amistad-, pero que esta amistad cívica no puede prevalecer de
general y el particular, donde se ha suprimido prácticamente la hecho en el interior del grupo social si un amor más fuerte y más
compulsivídad del Estado. Una sociedad democrática, donde cada universal, el amor fraternal no pasa en ella, y si, volviéndose fra-
individuo humano se autodetermina por propia conciencia y res- ternidad, no pasa los límites del grupo social para extenderse a todo
ponsabilidad, se convertiría ei1 una anarquía, en detrimento del el género humano ... " 93 . "Una vez que el corazón del hombre
bien común que es diverso del de los párticulares; y como no haya sentido la frescura de esta terrible esperanza, estará turbado
puede aceptarse la compulsión del poder público que en las socie- para siempre. Si deja de reco:nocer sus fuentes y sus exigencias
dades humanas, hasta ahora conocidas, obliga, en virtnd de la sobrel1umanas, se arriesga a pervertirse y a volver a la violencia
fuerza coactiva de la ley, a subordinar el interés particular al para imponer a todos «la fraternidad o la muerte . .. »". "Pero des-
general, inverita con la intervención del cristianismo, una fuerza, graciados de nosotros si la despreciamos y logramos librar a la
el amor fraternal, que identifica en el indivíduo mismo, la búsque- raza humana de la esperanza de la fraternidad. Ha sido exaltada
da del interés propio con el interés de la comunidad. "El gran por ella y no la perderá sino devíniendo más salvaje que antes.
obstáculo --dice- a la realización de una tal democracia, es el Esta_ eSperanza es santa por sí misma, responde a los deseos más
conflicto entre el interés privado y el interés general. El individuo profundos y más arraigados de la naturaleza humana; pone a las
wrá su bien en oposición con el del Estado: estará tentado de enri- almas en comunión de dolor e impaciencia con todos los oprimidos
quecerse empobreciendo a la ciudad, de aprovechar de su poder y perseguidos; erige el heroísmo, y tiene una fuerza divina para
en mengua del de la nación. Para que la democracia sea posible, transformar la historia hmnana. Lo que se conquista· por la con-
estos dos intereses no deben quedar disociados. La fuerza que no ciencia profana, si no se desvía hacia _la barbarie, es la fe en la
solamente podrá reullirlos sino identificarlos, la encontramos en el fraternidad humana, el sentido del deber social de compasión para
cris~anismo. Cristo es para nosotros, a la vez, la más amplia expre- el hombre en la persona de los débiles y de los que sufren; la
sión del interés general y la más estrecha expresión del interés convicción de que la obra política por excelencia es la de hacer la
particular: la justicia, la verdad, el amor fraternal no son a nues- vida común mejor y más fraternal, y de trabajar para hacer, de
tros ojos entidades teóricas, simples abstracciones del espíritu: su la arquitectura de leyes, de instituciones y de costumbres de esta
expresión más alta y completa, es Dios_ y Dios haciéndose hombre vida común, una casa para 11ermanos'' 94 • Estas frases "esta espe-
.:r comunicándose al hombre, esto es Jesucristo" 92 • ranzn es santa poi sí misnul', "desgraciados de nosotros si despre-
Maritai11, filósofo-teórico extraordinariamente avisado, no plan- ci-amas la esperanza de la fraternidad', han de vincularse cori la
tea en ténninos tan abiertamente censurables esta misma doctrina. declaración de Henry A. \Valla ce, reproducida en la pág. 66: "la
Pero ella está implícita en su democracia fraternal, ella constituye idea de libertad deriva de la Biblia y de su extraordinaria insisten-
la esencia de su famosa amistad fraternal. Hemos visto cómo cia sobre la dignidad de la persona. La democracia es la única
tiende a suprimir la compulsión de la autoridad política y la misma expresión política verdadera del cristianismo" y con lo que allí
autoridad profesional. ¿A qué elementos recurre para establecer y mismo se cita de Bergson, la de1nocracia es de esencia evangélica y
consolidar una sociedad donde se debilita· la fuerza pública? A la
93 Christ. et Dém., págs. 63-64; ed. cast., pág. 69.
92 L'Esprit dérnocratique, pág. 167. 94 !bid.

238 239
tiene por principio el amor", y con la famosa prise de conscience las de Marc Sangnier bajo cuyo lenguaje equívoco, aparentemente
que, en definitiva, significa que en la nueva era de la Ciudad de- ortodoxo, se oculta un vulgar internacionalismo: "Para que cada
mocrática futura las personas humanas se autodeterminarán a su uno .ame a su patria no es necesario que la idealice según s~ dog-
propio y verdadero bien, sin necesidad de clases salvadoras. El . mática personal ... la patria ... es un bien real, concreto; e~stente
pueblo común, la humanidad común, sabrá acertar instintivamente y que responde a una vocación particular en el gran movzmzento ~e
en el bien que le convie1ie 9 5 • Este es el humanismo heroico 96 la «Caravana humana . .. » Un análisis no viciado de nominalismo
que se habrá realizado por le passage de quelque chose de divin 97 mostraría que bajo las múltiples Francias que se diversifican en la
la casa de hermanos en que convertirá la tierra por la acción de los conciencia de los Franceses de tal o tal partido hay, no el vacío,
preclari cives. o una simple esperanza, sino una humilde y preciosa realidad
humana presente y viva y de la que cada francés, haga lo que
Supresión de las Patrias haga, e_s miembro ... ". Lo mismo vale, en consecuencia, la Francia
que ve su salud en la hoz y el martillo, o en el humanitarismo
Este humanismo heroico de Maritain, esta Ciudad futura americano, o en la política inglesa. . . o en las tradiciones fran-
fraternal de Marc Sangnier que habrá libertado a las personas cesas. En Hwnanisme lntégral 102 no puede disimular su cosmo·.
humanas de toda dominación hétérogénique, por la fuerza de la politismo. "El problema -dice-- que s,e. les plarüea. (a los prec'.arz
amistad fraternal, les habrá arrebatado también, de alguna manera, cives) y que es insoluble para toda pohtica a ob¡ectzf rapproche es
a las propias patrias nacionales para darles conciencia de la huma- conducir -por medio de los cambios profundos y de los retoques
nidad. · "El poder necesario --dice Marc Sangnier-, este poder de estructura requeridos, y también de las diminuciones de sobera·
que _no queremos destruir, entendemos repartirle, ¿qué digo?, nía necesarias para el establecimiento de una verdadera comunidad
ri;ultiphcarl? tanto que cada ciudadano se sentirá responsable, no temporal internacional- las ciudades políticas existentes, a través
s~~o d~ sus znte~e_ses persol'l!1les, no sólo de sus intereses de su profe- de las vicisitudes y de la disolución del régimen actual, hasta un
szon,. smo tambien de los mtereses de la patria, más aún de la hu- régimen nuevo de civilización, profundamente diferente del régi·
manzda.fl e_ntera" 98 • " . . • La democracia de la que nadie puede men actual porque ha de refractar realmente en lo soczal-terrestre
estar tan ~1ego que n~egue su irresistible ascensión, ha de compren- las exigencias evangélicas". De manera qu~ ~ ideal motri~ de sus
der y rea'.izar la patria .... Contentén_i.onos ,con hacer brillar lo que acciones que se han de proponer los preclari czves rnantarmanos es
hay de debil y de msosternble en la s1tuacion de estos nacionalistas un régimen internacional cosmopolita, en el que hayan de desapa-
que piensan inmovilizar la patria en una de las formas que --estoy recer las fronteras nacionales.
de i:cuerdo- ha .a,trav7sado y atraviesa aún hoy, pero que no podría En el pensamiento maritainiano, el amor evangélico -su
lrm1tar su evoluc1on, digamos meJor, su lenta y segura ascensión" 99. famosa amistad fraternal- penetrará en la substancia de su ciu-
. Maritain por su parte habla de que "el espíritu de reivindica- dad universal rompiendo vínculos de servidumbres, de tutelas y
ción nac10nal y de orgullo nacional dejará lugar al espíritu de co- paternalismos, suprimiendo las clases sociales y las fronteras na-
munidad supemacional" lO-O y en una r1ota muy surrerente de su cionales, y unirá en un amor fraterno, universal, a todo el género
Dzt .Régime temporel 101 dice sobre la patl-ia cosas con~ordantés con humano. Después de esto no queda para el hombre sino "los «cielos
nuevos» de la resurrección", dirá Maritain, como un eco de La-
n5 Ibid., pág. 88; ed. cast., pág. 96. mennais quien en un arrobamiento análogo decía: "Ce qu'on peut
96 Ibid., págs. 99-108; ed. cast., págs. 109 y sig.
97 Humanisme Intégral, pág. 208.
désirer de plus n'est pas de la terre" 103 •
98 Discours, t. I, pág. 305. El pensamiento de Maritain está registrado, con fidelidad sor-
99 Ibid.
100 Christ. et Dém.,_pág. 21; ed. cast., pág. 19.
102 Humanisme !ntégral, pág. 263.
101 Du régime temporel et de la liberté, pág. 126 en nota.
103 L' Avenir de la société, del 28/VI/1831, TI, 466.

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prendente, en las palabras de Pío X cuando resume la emancipación posibles si no arraigan en tal estado de ánimo que la conciencia
intelectual del Sillon: posea responsabilidades y fuerzas morales proporcion:idas. Pero
"He aquí ahora el elemento capital, el elemento moral. Como suponed un estado de ánimo así formado de responsabzlidad cons-
la autoridad, según se ha visto, es muy reducida, es menester otra ciente. y de fuerzas morales y la democracia económica surgirá de
fuerza para suplirla y para oponer una reacción permanente al ahl, naturahnente, para explicarse en actos de esa responsabilidad
egoísmo individual. Este nuevo principio, esta fuerza, es _el amor consciente y de esas fuerzas; del mismo modo y por igual camino
del interés profesional y del interés público, es decir, del fin mismo saldrá del régímen corporativo la democracia política; y la demo-
de /.a profesión y de /.a sociedad. Imaginaos una sociedad donde en cracia política y la económica, ésta como soporte de aquélla, que-
el ahna de cada miembro, con el amor innato del bien individual darán asentadas en la conciencia aún del pueblo sobre fundamentos
y del bien familiar reinara el amor del bien profesional y del inquebrantables. ,
público; donde en la conciencia de cada ciudadano estos amores se "Tal es, e11 r~surnen 7 la teoría, se podría decir el sueño, del
subordinaran de tal modo que el bien superior se antepusiera Sillon; a eso tiende su enseñanza y lo que llama educación demo-
sien1pre al bien inferior, esta sociedad ¿no podría pasarse casi sin crática del pueblo, es a saber, a levantar al sumo grado la concien-
autoridad y no ofrecería el ideal de Ja dignidad humana, teniendo cia y responsabilidad civica de cada ciudadano, de donde fluirán
cada ciudadano un ahna de rey, cada obrero un alma de patrono? la democracia económica, y la política, y el reinado de la justicia,
Arrancado de la estrechez de sus intereses privados y elevado a los de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad".
de su profesión, y más arriba, 11asta los de la nación entera, y más ¿Qué pensar de este sueño mesiánico? En primer lugar, que
crriba aún, hasta los de la humanidad (pues el horizonte del Sillon comporta la perversión del concepto de fraternidad. Dice Pío X:
no se detiene en las fronteras de la Patria, sino que se extiende a "Otro tanto sucede con. la noción de la fraternidad, cuyo funda-
todos los hombres hasta los confines del mundo), el corazón huma- mento pone en el amor de los intereses comunes o, por cima de
no, ensanchado por el amor del bien oomún, abrazaría a todos los todas las filosofías y de todas las religiones, en la simple noción de
compañeros de la misma profesión, a todos los compatriotas, a todos humanidad, englobando así en un mismo amor y tolerancia a todos
los hombres. Y he a qui la grandeza y la nobleza humana ideal los hombres co11 todas sus miserias, tanto intelectuales y morales
realizada por la célebre trilogía: Libertad, Igualdad, Fraternidad". como físicas y temporales,. Mas la doctrina c_atólica nos enseña
Y lo que añade el Papa, caracteriza iguahnente la famosa que el primer deber de la caridad no está en /.a tolerancia de las
nueva cristiandad de Maritain, o su Humanismo Integral, o el convicciones _erróneas, por sinceras que sean, ni en la indiferencia
Humanismo de la E11carnació11, Humanis:rpo heroico, democracia teórica o práctica para el error o el vicio en que vernos sumidos a
personalista, Ciudad fraternal, Ciudad de la justicia y de la fra- nuestr9s hermanos, sino en el celo por su mejoramiento intelectual
ternidad, la Casa para hermanos, la nueva época de civilización, la y 1noral, no merws qu.e ¡;ar su material bienestar. Esta misma
sociedad 'vitalmente cristiana, la refracción social temporal del doctrina católica nos enseña también que el origen del amor al
Evangelio, la emancipación terrestre de la humanidad, en fin, el prójimo se halla en el amor de Dios, Padre común y fin común
colmo de "la aspiración natural de la persona humana a la libera- de toda la familia humana, y en el amor de Jesucristo, de quien
ción de la miseria, de la servidumbre, de la explotación del hombre somos en tal excelso grado miembros, que consolar a un desgracia-
por el hombre". Después de esto, "el advenimiento del reino de do es hacer bien al mismo Jesucristo. Todo otro amor es ilusión o
Dios y de la tierra de los resucitados". afecto estéril y pasajero. Bien lo acredita la experiencia humana
"Ahora bien -dice el Papa-; estos tres elementos, político, en las sociedades paganas o laicas de todos los tiempos, probando
económico y moral, están subordinados uno a otro siendo ef prin- que a ciertas horas la consideración de los intereses comunes o de
cipal, según hemos dicho, el elemento moral. En efecto, imposible la semejanza de naturaleza pesa muy poco en pugna con las
es que viva democracia política alguna si carece de raíces profundas pasiones y apetitos del corazón. No, Venerables Hermanos, no hay
en la democracia económica; pero a la vez, ni una ni otra son verdadera fraternidad fuera de la caridad cristiana, que por amor

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de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Salvador, abraza a todos y con el recíproco intercambio de bienes, que puede ser a la vez
los hombres para consolarlos y llevarlos a todos a una misma fe posible y eficaz únicamente cuando el amor mutuo y la caridad
y a una misma bienaventuranza del cielo. Al separar la fraterni- sentida vivamente unen a todos los hijos del mismo Padre y a todos
dad de la caridad cristiana así entendida, la democracia, lejos de ser los redimidos por la misma sangre divina" .(Summi Pontificatus).
nn progreso, constituiría un retroceso desastroso para la civilización. Comprobada la comunidad de características de la ciudad sillo-
Porque para llegar, como deseamos con toda nuestra alma que se nista y de la maritainiana, verificada la exactitud de las sapientí-
llegue, a la mayor suma de bienestar posible para la sociedad y simas palabras de Pío X que tan puntualmente censuran a la una
para cada uno de sus miembros por la fraternidad, o como también y a la otra, vamos a proseguir el paralelo de ambas ciudades en
se dice, por la solidaridad universal, son menester la unión de los varias e importantísimas coincidencias referentes a la actividad
entendimientos en la verdad, la unión de las voluntades en la moral, práctica.
la unión de los corazones en el amor de Dios r de su Hijo Jesucristo.
Mas como tal unión no sea realizable sino por la caridad católica, LOs constructores de la nueva cristiandad
síguese que ésta es la única que puede conducir a los pueblos por
el camino del progresó al ideal de la civilización". Constructores laicos
La caridad, virtud sobrenatural que no puede perfeccionarse
sino por la consolidación de todas las otras virtudes sobrenaturales Para establecer qmenes hayan de ser los constructores de la
y naturales, no destruye las diferencias naturales e históricas de la ciudad fraternal maritainiana habremos de fijar, antes, la esfera
sociedad humana; por el contrario, al purificarlas de toda injusticia, en que ella ha de desenvolverse; y como no es sino la civilización
las consolida, robustece y, por encima de ellas, y como un descenso humana, bajo el signo de Cristo, pareciera estar comprendida bajo
del corazón de Dios, une y vincula las partes del orden universal. dos jurisdicciones o dominios, el civil y el eclesiástico, el Estado y
Es todo lo opuesto a un cosmopolitismo humanitario. Une por una la Iglesia, unidos en una interna subordinación, como el cuerpo al
consolidación de individuos humanos integrados en la familia, en alma, de acuerdo a la respectiva subordinación que entre los fines
la profesión, en el vecindario; y a éstos en una comunidad social, de una y de otra existe ineludiblemente. Porque la civilización
provincial o regional; y a éstos en Estados políticos soberanos;_.;v a cristiana aunque obra de los laicos, es además primera y principal-
éstos 1uego en la comunidad internacional, que no disminuye, no mente obra de la Iglesia. Así lo recuerda Pío XI cuando dice, "La
sacrifica, lo inferior, ·sino por el contrario, lo consolida y afinna, al Iglesia ejercita su ministerio de la palabra por los sacerdotes ...
integrarlo en la sociedad internacional. Y en esta operación de a quienes envía por todas partes como pregoneros infatigables de la
integración -no de desintegración- en cada etapa de ella, ha de buena nueva, única que puede conservar o implantar, -o hacer re-
estar presente la Iglesia, para afirmar las relaciones justas -tanto surgir la verdadera civilización" 104 •
naturales como históncas- y así se forma no una masa universal Encerrando en su seno la civilización cristiana valores tem-
uniforme, compuesta de personas hmnanas atomizadas, sino la porales y espirituales, cae bajo la jurisdicción de la Iglesia, directa
Cristiandad, la ·familia hmnana unida, en cuya unidad "no se nos en lo espiritual, indirecta en lo temporal y cae en lo temporal bajo
p_resentan los individuos desligados entre sí como granos de arena, la jurisdicción directa del Estado. La ciudad cristiana es obra del
sino, por el contrario, Unidos con relaciones orgánicas, armónicas Estado y de la Iglesia felizmente concertados. Doctrina secular
y mutuas, diversas según que varían los tiempos, por impulso invariable como la misma Iglesia, enunciada brillantemente en la
natural y destino interno. · Bula Unam Sanctam de Bonifacio VIII y en la Inmortale Dei de
"Y los pueblos -dice Pío XII- en su desarrollo y en sus León XIII. Maritain profesaba esta doctrina que defendió ardoro-
diferencias conforme a las condiciones de vida y de cultura, no están samente contra la Action Franr;ai.se. Pero después que, como La-
destinados a romper la unidad del género hmnano, sino a enrique-
cerlo y embellecerlo con la comunicación de sus peculiares dotes 104 Ad catholici sacerdotii.

244 245
mennais, descubrió que ella era buena para los días de la infancia funciones civiles así como el laico no ha de pretender entrometerse
de los pueblos cristianos y que hoy ya no se les acomoda porque en las eclesiásticas. Cada uno, en sus respectivas funciones, no como
han alcanzado la edad madura, asienta otra. enseñanza. "La Iglesia si fuesen dos mundos separados, sino labrando una misma y única
medieval -dice- ha formado y modelado directamente la Europa ciudad, en cuya edificación le cabe al sacerdocio, ministro de lo
política porque era necesario hacer surgir entonces del caos el orden espiritual, una función primera y principal. Pero si previamente
temporal mismo; tarea de añadidura (surcroit) a la que no podía se 11ace de esa ciudad "un organismo temporal", es evidente que
rehusarse, pero a la cual no se había resignado en un principio sin al sacerdocio de la Iglesia no le compete en él ninguna misión y
aprehensión legítima. Hoy el organismo temporal existe y alta- sólo podrá intervenir muy indirectamente en atención a las almas
mente difere11ciadoª. ¿Qué cosa existe altamente diferenciada? de los que la edifican si son católicos. Así concibe las cosas Mari-
¿una sociedad humana o una sociedad materialista? ¿y lo temporal, tain, pero para ello ha debido desnaturalizar el concepto y la reali-
digamos la concepción terrestre y material de la vida, no ha alcan- dad de ciudad cristiana, para ello ha de echar los plano~ de una
zado una alta "diferenciación", 11na alta "conciencia" de su propio ciudad laica, neutra, indiferentista y atea, porqu~ ¿qué otra co.sa
valer, de su suficiencia, de su autonomía, de fin en sí, de absoluto es una ciudad donde no entra directamente y como tal la Iglesia,
como Dios, precisamente porque se ha independizado y porque ha encarnación viva de lo sobrenatural? De aquí que tan exactamente
desalojado lejos de sí su subordinación a los auténticos valores cuadre a su ciudad las palabras de Pío X: "No, Venerables Her-
espirituales encarnados únicamente en la Iglesia? ¿Y en este endio- manos, preciso es recordarlo en estos tiempos de anarquía social e
samiento de lo temporal no estriba precisamente el pecado capital intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores;
y el cáncer que corroe a la sociedad otrora cristiana y la conduce no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó;
a su ruina? ¿Cómo pretende Maritain entonces fundar un derecho no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige
y buscar el remedio precisamente allí donde se asienta la injusticia los trabaios; ni la civilización no está por inventar ni la ciudad
y donde radica el carcoma? nueva por edificar en las nubes. Ha existido y existe; es la civiliza-
De manera que este organismo temporal que se ha descristia- ción cristiana, es la ciudad católica". Mientras Pío X dice categóri-
nizado y corrompido ·porque se ha apartado de la Iglesia va ahora camente que no se edificará la sociedad si la Iglesia no pone los ci-
a ser salvado~ sin la Iglesia, por los cristianos; como si los cristianos mientos y dirige los traba¡os, Maritain con Lamennais y los liberales
(y qué cristianos, como luego veremos, que no son sino los mari- católicos enseña que de ninguna manera, que eso estaba bien en la
tainistas a:yuntados con materialistas, budistas, ag11ósticos, etc.) en Edad Media, época sacra, ingenua e infantil 1-0 5, pero que en la
la medida en que estén comunicados con la Iglesia no hubieran nueva edad, cuya aurora alborea, son los laicos quienes han de
de ser recl1azados por ese organismo temporal, ma:ror de edad, como asumir esta tarea.
es rechazada la Iglesia misma y no hubieran de ser consentidos
sino en la medida en que socialmente se alejen de la Iglesia. Pero Los preclari cives maritai,nistas
dejemos estas consideraciones y advirtamos que Maritain se em-
peña en concebir la civilización cristiana a ma11era de un "organis- ¿Cuáles laicos? Son los maritainistas, ~'los preclari cives" 106 ,
mo temporal" cuando y en realidad, al igual que el hombre es quienes labrarán una "política que en cua11-to política sea cristiana-
"temporal-sobrenatural" porque encierra valores de dos calidades mente inspirada y ordenada a un ideal temporal cristiano" 107 .
que caen directamente bajo dos respectivas jurisdicciones, del Es- Marc Sangnier profesaba el mismo e idéntico error. "El Sillon
tado y de la Iglesia. De aquí nacen las otras funestas desviaciones. tiene por objeto realizar en Francia, la República democrática. No
"En otros términos, dice, el clero no tiene que manejar las palancas
de comando de la acción propiamente temporal y política ... ". Es 105 Humanisme Intégral, pág. 150 y sig.
claro que si la ciudad cristiana debe ser obra común del sacerdote 1G6 Ibid., pág. 260.
y del laico, felizmente concertados, el sacerdote no debe ejercer las 107 !bid., pág. 267.

246 247
es para hablar con propiedad y directamente una obra católica en Los preclari cives de Maritain, "conscientes de la tarea tem-
el sentido de que no es una obra cuyo objeto particular sea ponerse poral del cristianismo y preocupados de actuar en el dominio tempo-
a la disposición de los obispos y de los curas para ayudarles en su ral" 113 , habrán de realizar una acción política a obiectif rapproché
ministerio propio. . . el Sillon es un movimiento laico, lo que no y una acción política a objectif eloigné 11 4, "acción política a objec-
impide que sea un movimiento profundamente religioso, porque tif rapproché, una acción política que, aún si desea trabajar para
los sillonistas reconocen altamente que tienen necesidad del catoli- un porvenir muy vasto, se determina en cuanto acción y mide su
cismo no sólo para cumplir individualmente la salyación personal, impulso con relación a una próxima realización que le sirv~ de
sino también para tener las fuerzas morales y las virtudes que punto de mira" 115 . "En presencia de las grandes dificultades -di-
reclama la obra temporal que se han propuesto" 108 • Y lo que Ma- ce Maritain 116 - que acabo de enumerar, podria suceder que
ritain llama preclari cives, o élites io9, Marc Sangnier llamaba élite nuestros cives preclari estén tentados de replegarse sobre una acti-
o les meneurs 110. "La élite -dice Marc Sangnier-, que reclama vidad también temporal, pero superior a la diversidad de los par-
el trabajo democrático no podrá, sin duda, comenzar por ser una tidos políticos. . . quiero decir, sobre el terreno estrictamente limi-
mayoría numérica, algrmos afinnan que no será nunca sino una tado de la defensa temporal de los intereses religiosos y de las
minoría. Basta, en verdad, que sea una maJ,.OrÍa dinámica. Las libertades religiosas, sea lo que fuere de lo restante. Una tal
fuerzas sociales que guían los intereses particulares de los individuos actividad es seguramente indispensable, ella es necesaria, pero es
o de los grupos son contradictorios y tienden sensiblemente a neu- insuficiente. Requiere imperiosamente al cristiano, pero no debe
tralizarse; hay como una ley análoga a la ley mecánica de la acción replegarse en ella. No debe estar ausente de ningún dominio del
y de la reacción. Basta que alguna de estas fuerzas, escapando al obrar humano, es requerido en todas partes. Pero deben trabajar
detenninismo de los intereses particulares, esté orientada hacia el en una acción política a objectif eloigné o a longue porteé . .. en la
interés general para que inmediatamente la suma de estas fuerzas realización de un ideal histórico cristiano temporal ... " 117 • Los
libertadas constituya la mayoría dinámica y arrastre en su sen- problemas en los cuales deben emplearse "conciernen a una cues-
tido a toda la nación" 111 • Maritain escribe algo similar 112 : "Una tión mucho más estrecha, y que se sitúa esencialmente en el campo
agrupación de esta suerte, que no puede concebirse sino sobre la de la política y de la filosofía política; conciernen a la cuestión de
base de las libertades institucionales del país, y del respeto del una actividad política que, en cuanto política, sea cristianamente
régimen político existente, es capaz de ejercer, si la masa de sus inspirada y ordenada a un ideal temporal cristiano; dicho de otra
adherentes es suficientemente grande y suficientemente organizada, suerte, la cuestión de lo que debe ser, en las condiciones de la
una acción decisiva en los destinos del país". No pretendemos dis- edad moderna, una justa actividad política a los ojos del filósofo
minuir la profundidad con que se presenta el pensamiento mari- cristiano de la cultura y de la sociedad; y la respuesta propuesta
tairiiano, cuyo carácter verdaderamente hondo, al menos, al poner no pretende ser la única posible ... es el humanismo integral" 11s.
en descubierto los problemas que encierra hoy la filosofía de la Pero conciba Maritain como quiera las cosas, dé a_ los cons-
cultura, resalta más, al lado de las superficialidades de orador tructores de su cristiandad el nombre que más le agrade, "fraterni-
social con que se reviste el pensamiento de Marc Sangnier; pero dad pólítica - preclari cives - élites - petit nombre", adórnelos
cu.alesquiera sean estas diferencias, lo cierto es que dicen una de eximias cualidades, de santidad incluso, con vocation of leader-
rmsma cosa.

113 Humanisme lntégral, pág. 260.


108 Lettre de Marc Sangnier, La Croix:, 19-20¡VIII/1906. 114 Ibid.
109 Christ. et Dém., pág. 85; ed. cast., pág. 93. 11s Ibid.
110 La lutte de la démocratie, pág. 53. 116 Ibid., pág. 262.
111 L~sprit, pág. 176. 111 Ibid.
112 Lettre sur rindependence, pág. 38. 118 Ibid., pág. 267.

248 2.49
ship 119 ; explique en qué plano de actividad de la vida han de actuar; trueque _de papeles, se hace al1rmno, se pone al nivel de sus jóveries
distinga, co1no.algún ingenuo lo aclara largamente entre _Hpoliticien" amigos, y. no es :ra más que un camarada". .
y "politique" . .. ; lo cierto es que si este grupo privilegia.do acierta, Así como la ciudad cristiana maritainiana al igual que la
habrá hecho prevalecer la forma cristiana en la ciudad democrática democracia sillonista agrupa sobre una base común, un alma
fraternal "porque portadores de esta concepción cristiana habrán común, a cre},..entes y no creyentes, 3-T aún ateüs, materialistas, .co-
tenido bastante er;ergía espiritual, fuerza, prudencia política para munistas, con tal que abracen el mismo ideal cristiano, ideal cris-
mostrar prácticamente a los 11ombres capaces de comprenderlo que tiano, no lo olvide el lector, desgajado de la Iglesia, .que puede
tal concepción es conforn1e a la sana razón y al bien común; y revestir formas heréticas y aún de revueltas, como el ideal de vida
también -porque los hombres capaces de comprender son el puritanoccalvinista de Inglaterra y de Estados Unidos, el ideal
pequeño número- para suscitar y merecer la confianza de los "re\rolucionario" de· Francia L.aicista y de la Rusia Comunista 1 21;
otros, conducirlos con autoridad de verdaderos jefes y para ejercitar así también los preclari cives, los "santos" de la "fraternidad polí-
la autoridad en una ciudad que hay que imaginar provista de una tica" 122, del "estilo nuevo de santidad" 123 comprenden también a
estructura política orgánicamente constituida" 12 º. Esto -ni_ más "no cristianos que reco11ccen de una manera más o menos completa
ni menos- pretendía Marc Sangnier, aunque lo expresara en lo bien fundado de esta filosofía" l". Como nos hemos referido
lenguaje más realista y más franco. "La Democracia exige una más arriba a la "mezcolanza" de los jóve11es católicos con herejes
élite cuya autoridad moral se impondrá por un invencible ascen- e incrédulos de toda laya (Pío X en el Si/Ion) que implica la
diente. No hay en efecto organización social que exija la autoridad ciudad maritainiana no es menester que i11sistamos aquí; basta
más imperiosamente que la democracia. Sólo que ésta no se dejar consignado que no otro era el proceder del Sillon.
impone brutalmente del exterior a esclavos encorvados. Alcanza En febrero de 1907 Sangnier, en el Congreso del Sillon, en
el corazón, pliega las volu11.tades, reclama u11a obediencia libre, Orleans, anunció la intención de operar un "déclassements cf.es·
consentida''. partís", en _otros términos, fundar bajo el nombre del "más grande
El lector tendrá una exacta descripción del espíritu que anima sillon" un movimie11to donde católicos, protestantes y aun ateos, se
a la precian cives de Maritain en estas palabras del Papa Pío X: agruparían sobre la base de m1 "ce11tro de unidad moral", juntando
"Las doctrinas del Sillon no quedan en el dominio de la abstracción "todas las fuerzas animadas conscie11te o inconscientemente del
filosófica, sino que se e11señan .a la juventud católica, y a más, se espíritu cristiano" 12 5 " .•.. que participando de nuestra fe positiva
ensaya el vivirlas. Considerándose el Si/Ion como el núcleo de la o i1o', estén Yerdaderamente animados de nuestro ideal cristiano,. y
ciudad futura, la refleja con la mayor fidelidad posible, desterrando sean capaces de llevar a la Democracia un sentido real de la justicia
de su seno toda jerarquía. El cuerpo escogido que lo dirige se ha y de la fraternidad" m. Y en el Boletín oficial del movimiento
separado del vulgo por selección, es decir, imponiéndose por su auto- podía leerse: "Victor Rugo, Combeferre, Courbeyrac, por .más
ridad moral y por sus virtudes. Libres son la entrada y la salida. librepensadores que se inbtulen, son verdaderamente cristimws . ..
Los estudios se hacen sin maestro, -o cuando n1ás con algún conse- Todos aquellos, cualesquiera que fueran, que admitan este ideal
jero. Los_ círculos de estudios son verdaderas cooperativas intelec- de belleza, de justicia y de bondad, aunque fueran iniustos y odiados
tuales, donde cada cual es en un todo maestro y discípulo. El más e para el catolicismo todos estos están con nosotros" 127 . "Aquellos
ilimitado compañerismo reina entre los miembros y pone en total
contacto sus almas; _de aquí el alma común del Sillon. Se le ha 121 Christ. et Dém., págs. 43 y 44; ed. cast., pág. 49.
definido "una amistad". El mismo sacerdote, cuando entra en él, 122 Humani.sme lntégral, pág. 254.
abate la eminente dignidad de su sacerdocio, y por el más extraño 123 Ibid., pág. 128.
124 Ibid., pág. 267.
125 Le Sillon, 10/Il/1907.
119 Ibid., págs. '.260 y sig.; Du réginie temporel, págs. 172, y sig. 126 L~ éveil rlémocratique, 1O/II/1907.
120 Humanisme Intégral, pág. 180. 127 Le Sillon, 21(.X/1901.

250 251
que quieren dedicar un mármol a Zola deben saber que su srtio "como rabioso el furor que los arrastra contra aquellos católicos
está señalado en la encrucijada de donde la ruta conduce a la que no han comprendido la repercusión del ideal cristiano en el
verdad ideal". Un poco después, en 1905, en el Univers, Marc dominio político y social" 133 . A éstos fustiga Marc Sangnier en
Sangnier se enternecería~ a propósito de Gorki, de "estos anarquistas un artículo intitulado "Los enemigos interiores del catolicismo"
de alma mística y profunda, de sueños turbios y dulces que la porque no "quieren ceder una piedra de sus fortalezas tan des-
Santa Rusia encierra piadosamente en su vasto seno corno gérmenes manteladas y si encierran en las profundidades de sus almas he-
inquietantes de révolte y de extraña redención. Por otra parte, roicas la fe de los abuelos, es, a no dudarlo, en compañía de viejos
Gorlci, Tolstoi, como todos aquellos de allá, tienen almas religio- ídolos de un egoísmo estéril y nocivo" 13 '. Estos ídolos son los
sas . . . Descubrámosles el verdadero cristianismo. . . En seguida usos y vínculos tradicionales y conservativos de la sociedad contra
se echarán sobre el eperdument como en el término doloroso de las cuales dirige sus furias el izquierdismo maritainiano y sillonista
sus inquietas búsquedas ... " 128. para apurar la destrucción de la actual civilización y labrar la
En noviembre de 1905 tuvo lugar en París un mitin en favor nuez.Ja, la de "la reintegración de I sra.el" 135 . A estos católicos se
de los revolucionarios rusos. · Marc Sangnier figura entre los ora- refiere Maritain cuando habla de las carencias de los cristianos, y
dores, al lado de M. M. Havet, Anatole France, Clemenceau, cuando se lamenta que muchos cristianos (quiere decir, católicos
Buisson, Seignobos... Se lee en la información de Temps: "La en comunión con la Iglesia Católica) hayan perdido "esta idea de
palabra fue dada entonces a Marc Sangnier. El joven director del la vocación histórica de la humanidad" (o sea el camino de la
Sillon, escuchado cort una benevolencia relativa, al menos al co- Democracia Universal); cristianos pues que "mientras -·permane-
mienzo de su discurso, por los anticlericales militantes, trae la cen adheridos a los dogmas de la fe, dejan de lado la inspiración
protesta de los católicos contra la opresión de los súbditos rusos. de la fe, cuando se trata de juzgar cosas humanas 136 , es decir
Ataca al gobierno francés por haber ·concluido una alianza con el cuando se resisten a aceptar la refracción social-temporal del
gobierno móscovita y saluda, como cristiano, la victoria próxima Evangelio, interpretado por Marítain y aplicado a la substancia
de la causa de la justicia y de la libertad sobre la resistencia y la profana de la vida; cuando se resisten a aceptar la Revolución de
autocracia" 129 . La democracia sillonista que agrupará a todos, inspiración cristiana.
creyentes y ti.o cre}·entes, con tal que acepten "el ideal cristiano" En el ambiente maritainista estos católicos son repugnantes
de la libertad, igualdad y fraternidad, será estimulada, activada y ''totalitarios", ''nazi-fascistas'', ''clericales'', ''paganos'', ''esclavis-
creada ·por esta élite, esta mayoría dinámica, que, con el esprit du tas'', contra los cuales el Maestro, ha pronunciado sentencia de
Silloii 130 l'llme com,mune, el "amor más fuerte que el odio" 131, la excoinunión de su ciudad fraternal, cuando escribe: · "No deseamos
"vida del Sillon, la amistad del Sillon . .. " 132 que consiste en un que sea quemado o expulsado de la ciudad, o encerrado en un cam-
tuteo igualitario y fraterna] que es riguroso en la secta, tanto en po de concentración. Pero la comunidad democrática debería de-
los grupos femeninos como en los círculos masculinos. U na fra- fenderse de él, ya sea materialista, idealista, agnóstico, cristiano o
ternidad izquierdista y sentimental. judio, musulmán o budista, manteniéndolo alejado de la dirección,
El lector tiene aquí la explicación de la amistad fraternal que mediante el poder de una opinión pública fuerte y bien informada,
ahora los maritainistas, como ehtonces los sillonistas, experimentan_ y hasta debería entregarlo a la justicia cuando su actividad pone
por los izquierdistas de todo pelaje; tan cordial, acendrado y tierno en peligro la seguridad del estado" 137 . Las palabras que emplea

128 Ibid., 10/X/1902. 133 Ibid., pág. 254.


129 Barbier, Les erreurs du Sillon, págs. 186-193. 134 L'Esprit démocratique, pág. 212.
130 Aries N., Le Sillon et le mouvenzent démocratique, Paris, 1910, pág. 174. 135 Humanisme Intégral, pág. 248.
131 Ibid., pág. 227. 136 Les Droits, pág. 49; ed. cast., pág. 58.
132 Ibid., pág. 253. 137 El Pueblo, 13/V/1945.

252 253
Pío X para calific¡¡r el catolicismo del sillonista resultan excesiva- "cristianismo". Esto explica cómo un grupo numériCamente in-
me_nte suaves_, para caracterizar el de los maritainistas. ''Tan quis- significante, pero ·con "ma3roría dinámica", en expresión de Marc
qlll!loso, -dice el Papa- que a poco más, quienquiera que no Sangnier, logra, movilizando las tendencias liberales y comunistas
abrace su causa es a sus ojos enemigo interior del catolicismo y no subyacentes en los medios católicos, constituir un movimiento po-
entzende palabra del Evangelio ni de Jesucristo". deroso que, al reflejarse en los grandes diarios, aparece como
Debemos destacar aquí el trabajo metódico que realizan los cpinión católica.
ma~ta_inistas, al parecer en. ci:mplimiento de directi,•as que les La consigna de confusión descaI1sará indefectiblen-iente e11
sum1n1stra el Maestro, para infiltrarse en las organizaciones cató- una identificación práctica de cristianismo y democrac_ia. Es -evi-
licas, sin duda como preparación, a obiectif eloigné de la futura dente que un católico puede ser demócrata, prefiriendo un régimen
''Casa de hermanos" El hecho es que se advierte en ellos una de vida política que sin sacrificar el bien común de la ciudad, se
especial. predilección_ por apoderarse de puestos directivos, palancas acomode a una manera de convive,ncia cívica que tenga preferente-
de comando "les leviers du connnande'' 138 de las organizaciones de mente en cuenta la libertad e igualdad de los ciudadanos. Pero
Acción Ca~ólica, especialmente de las ramas juveniles, y de u11 aún en estos casos dicho católico no será den1.Ócrata por ser católico
modo particular, de la Juventud Obrera Católica, fundada por el ni porque lo reclama el Evangelio ni por ninguna ínspíración cris-
Canónigo Cardijn. l\1aritain se complace en citar con especial tiana; lo será por razones legítimas sin duda, pero puran1ente
sabor e_sta orga11ización como si fuera una obra a la cual da temporales. Los maritainistas quieren confundirlo todo. Quieren
plenamente su "pl':lcet" y los n1aritainistas se esfuerzan, aún aquí ser demócratas porque so1-i católicos, porque lo reclama el Evangelio~
entre nosotros, fel1zme11te sin éxito, por apropiársela; .es tambié11 y si aho11dáramos en la dinámica psíquica de "sus vivencias" de-
notable el trabajo metódico y constante que, venciendo grandes mocráticas descubriríamos que quieren ser católicos- o ·cristia11os
dificultades, desarrollan entre los sacerdotes de ambos cleros, bus- para ser demócratas. L.a "democracia" y la moderna, la de la
cando de conquistar para su órbita a los conquistables y creando Revolución, es el Dios a quien adoran. "Es una religión 139 más
una atmósfera "aborrecible" a los que se muestran impermeables universal que la Iglesia Católica".
a las refracciones maritainia119.s; adn1irables también las persisten- Este espíritu del maritainismo se ha puesto en evidencia, de
tes visitas "en cade11a" que hacen a las altas autoridades eclesiásti- manera flagrante, con motivo de la Alocución de Pío XII en la
cas, en el afán de provocar declaraciones o disposiciones que luego Navidad de 1944 sobre "la democracia". Leída reflexivamente di-
ellos, por medio de los grandes diarios liberales o comunistas cha alocución aparece co11 claridad que i10 hace sino actualizar Ja
donde se los maneja - quizás sin ellos saberlo - de qninta colum- enseñanza tradicional de la Iglesia. Si los pueblos quieren "demo-
nistas en el campo católico - se encargarán de hacerlos aparecer cracia" y "mejor democracia'', dice en substancia el Papa, }3
con10 favorables ·a su causa. En nuestro país se adv'ierte, lo que Iglesia no se opone a ello "con tal que se· adapte por sí misma a
sabemos· es sensible también_ en los vecinos, cómo un discípulo procurar el bien de los ciudadarws"; en consecuencia, hay que
predilecto recibe las directivas del Maestro, las que comunicadas examinar "según qué rwrma debe ser regulada para que se pueda
luego al núcleo de los más fieles y seguros, alcanza11 penetración llamar una verdadera y sana derrwcracia, acomodada a las circuns-
en .un número grande de instituciones religiosas, culturales, econó- tancias de la hora presente". Pero basta que el Santo Padre haya
micas y políticas y se difunden en órganos poderosos y en publica- usado la palabra democracia y renovado la legitimidad que en
ciones de propaganda subvencionadas por embajadas de países abstracto siempre le acordó la Iglesia, para que los maritainistas,
ext~a11jeros; los clérigos i1acionales ·3r extra11jeros que giran en la sirviendo de avanzada a los izquierdistas anticlericales más rabiosos,
órbita de su ideología son utilizados hábilmente como portadores presenten al Papa como abriendo una i1ueva época histórica en que
de la esperanza temporal que los hombres cifran en el nuevo no se podrá ser católico sin profesión de fe democrática, y lo que

13S Humanisnze lntégral, pág. 273. 139 Pío X, Carta condenatoria del Sillon.

254 255
es peor de la democracia moderna salida de la Revolución, como broise, joven católico muerto en Aubervillíers por exaltados anti-
eflorescencia del Evangelio. clericales que, revólver en mano, asaltaron el oratorio de que
Esta identificación de democracia y cristianismo que se anida formaba parte" 142.
en las entrañas del maritainismo y que nace de elevar a la catego- De aquí que las palabras de Pío X dirigidas al Sillon se
ria de religión o filosofía general de la vida (dirá Maritain), lo apliquen también contra los maritainistas, quienes con duplicidad
que no puede ser más que t1na forma accidental accesoria en una de actitudes sino de intenciones trabajan invocando "la inspiración
concepción legítima de la vida, explica el perpetuo equívoco y cristiana" por imponer en el mundo una democracia donde quepan
confusión del maritainismo como el del sillonismo. Presentándose católicos, protestantes, ateos, comunistas, agnósticos, materialistas;
como religioso y democrático a la vez, disemina confusión en el y sin embargo pretenden moverse en el terreno de lo temporal
campo católico. Porque si para ser católico hay que ser demócrata donde no llega directamente la autoridad eclesiástica. Dice Pío X:
se acusa ipso facto de malos católicos a los que no son demócratas y "Conviene censurar severamente la pretensión del Sillon de subs-
se hace de la política democrática un dominio que cae bajo la traerse a la dirección de la autoridad eclesiástica. Los jefes del
directa jurisdicción de la Iglesia ya que ¿cómo puede ser extraño Sillon alegan que se mueven en un terreno que no es el de la
al dominio jurisdiccional eclesiástico lo que es condición para ser Iglesia; que sólo se proponen fines del orden temporal, y no del
católico? Tanto el maritainista como el sillonista hacen su juego orden espiritual; que el sillonista es sencillamente un católico de-
manteniendo esta duplicidad: porque si se les acusa de ser un dicado a la causa de las clases trabajadoras, a las obras democráticas
mero partido político, invocan no sé qué exigencias evangélicas; si y que saca de las prácticas de su fe la valentía de su sacrificio; que,
se les quiere obligar a sujetarse directamente a la Iglesia como ni más ní menos que los artesanos, los labradores, los economistas
toda organización católica contestan que su terreno es temporal y y los políticos católicos, están sujetos a las reglas de la moral,
autónomo como el de la política. comunes a todos, sin depender, ni más ni menos que ellos de ur1a
"Nacido de la concepción --escribía un autor en 1910 a pro- manera especial de la autoridad eclesiástica.
pósito del Sillon- que identifica democracia y cristianismo no eli- "Facilísima es la contestación a estos subterfugios. ¿A quién
mi:µará nunca de su ser este elemento constitutivo porque le debe se hará creer que los sillonistas católicos, que los sacerdotes y semi-
su vida, esta famosa "vida del Sillon", que es algo muy real y naristas alistados en sus filas no tienen, en su actividad social más
renunciar a ella sería al mismo tiempo renunciar a su existen- fin que los intereses temporales de las clases obreras? Afinn~ de
cia" 140. "El Sillon -dice el mismo autor- conserva a pesar de ellos tal cosa, creemos que seria hacerles agravio. La verdad es que
todo, su carácter rellgioso- Hpara poder penetrar en las Organizaciones los jefes del Sillon se proclaman idealistas irreductibles; que quieren
y medios católicos". "Llamándose laico y político ha querido ase- levantar las clases trabaiadoras, levantando primero la conciencia
gurarse la autonomía" 141 • "Es de señalar que la acción pública del humana; c¡u~ tienen u_na doctrina socir::l propia r principios filosó-
Sillon, que se la cree incoherente, termina siempre en el mismo fzcos r relzgzosos propzos para reorganzzar la sociedad con un plan
resultado: por una parte dar crédito a las fuerzas de la Revolución nuevo; que se han formado un concepto especial de la dignidad
antisocial y anticatólica, por otra,· disgregar la de los católicos. humana,. de la libertad, de la justicia y de la fraternidad, y qúe,
Este resultado invariable es obtenido por una duplicidad de actitud para iustrficar sus sueños sociales, apelan al Evangelio interpretado
que nunca será suficientemente condenada. El Sillon ha manifes- a _su 17w40, y lo que, es más grave tod~vía, a un Cristo desfigurado y
tado ruidosamente su simpatía por los anarquistas rusos, mártires dzsmznuz.do. Ademas enseñan estas ideas eri sus círculos de estu-
de la "autocracia". Pero habría temido faltar a la dulzura evan- dios, las inculcan a sus compañeros y las trasladan a sus obras. Son,
. gélíca organizando un mitin contra los asesinos de Hipólito De- por tanto, verdaderos profesores de moral social, cívica y religiosa;
y cualesquiera que sean las modificaciones que puedan introducir
140 Aries N., Le Sillon et le mouvement démocratique, pág. 169.
141 lbid., pág. 170. 142 Ibid. 1 pág. 177.

256 257
en la organización del movimiento sillonista, tenemos el derecho a los obispos asociarse a s11 obra, presidir congresos, decir nrisas de
de dec'.1" que el fm del Sillon, su carácter, su acción pertenecen al apertura, ·pronunciar alocuciones y hacer recomendaciones a sus
dollll11lo _de _la moral, que es el dominio propio de la Iglesia, y que, seminaristas en favor del Sillon. El Cardenal Rampolla, en nombre
por cons1gmente, se alucinan los sillonistas cuando creen obrar en del Santo Padre escribe a Marc Sangnier el 7 de diciembre de
un terreno en. cuyos linderos expiran los derechos del poder doc- 1902; Pío X recibe a Marc Sangnier acompañado de algunos sillo-
trmal y direchvo de la autoridad eclesiástica". nistas en 1903; el Cardenal Merry del Val, escribe a Mons. Dela-
maire en vísperas del congreso de Périgueux: "Su Santidad se ha
Las aprobaciones ec/&siásticas complacido en estimular la sabia iniciativa del Sillon, con la espe-
ranza de ver siempre sus buenos resultados al servicio de la religión
Para justificar su proceder los marita1rustas exhiben un sin- para el despertar de la fe y de los sentimientos católicos"; en
número de aprobaciones y alientos, reéibidos del Santo Padre, en septiembre del mismo año los sillonistas en número de 600 son
fa >ar de su Maestro y de obispos de todas partes del mundo en recibidos por el Papa; y hasta en enero de 1905, en vísperas del
farnr de la causa que defienden. Interesa por tanto recordar la Congreso Nacional del Sillon de 1906, el Cardenal Merry del Val,
fama qu~ había alcanzado el Sillon en el campo católico. Secretario de Estado, escribía al Cardenal Richard, Arzobispo de
Hacia 1905, llegaba ésta a su máximum. Círculos de estudios París: "Por este motivo su Santidad alaba a Vuestra Eminencia
afili~dos funcionaban en to.das _¡iartes, en la mayoria de los colegios por el favor acordado a los jóvenes del Sillon .. . " 144.
re~giosos y en muchos sennnanos, mayores y menores, casi siempre Estos alientos y esperanzas del Papa en favor de este juvenil
abiertamente con la aprobación sino con el deseo formal de los supe- movimiento explican las palabras, henchidas de pena con que se
".ores y de. los obispos. Existía también en los patronatos. Los ha de expresar más tarde el Santo Padre en la condenación del 23
JOYOnes de>orado~ de c;lo, se precipitaban en ellos a porfía, per- de agosto de 1910: "Y ahora, penetrados de la más viva tristeza, os
suadi~os de trabaiar mas eficazmente con Marc Sangnier que con preguntamos, Venerables Hermanos, en qué ha venido a parar el
mngun otro en la extensión del catolicismo. Su joven leader, en catolicismo del Sillon. ¡Ay! El que diera antes tan hennosas espe-
todas partes aclamado, g_ozaba de crédito creciente entre sus corre- ranzas, aquel río cristalino e impetuoso ha sido atajado en su curso
ligionarios: un día se llegó hasta hacerle hablar en un convento de por los enemigos modernos de la Iglesia, y ya no constituye más
religiosas enclaustradas. Otra vez, un Obispo que había acudido a que un miserable afluente del gran movimiento tk aposta.sía orga-
es~ucharle en una conf:ren_cia hecha en su seminario mayor, excla- nizado en todas las naciones para el establecimiento de una Iglesia
mo delai:te ,~e los ?enunanstas c_om:novidos: "Vos nos juzgaréis a universal sin dogmas ni jerarquía, sin regla para el espíritu ni freno
to~o~, senor '. quenendo expresar sin duda su admiración por los para las pasiones; una iglesia que, so pretexto de libertad y dignidad
mentas superiores a los suyos. Estas palabras y relatos circulaban· humana, volvería a traer al mundo, si triunfase, con -el reirwdo
y producían. su efecto. En ciertas parroquias los almanaques y legal de la astucia y de la fuerza, la opresión de los débiles, de los
folletos del Sdlon erau regala.~os a los niños como premios de ca te- que sufren y trabajan.. Harto conocemos los sombríos antros.·donde
cismo. Por fm, el Szllon, hac1endose pasar por un irresistible movi- se elaboran estas doctrinas deletéreas que no debían seducir a es-
nuento ~e conquista católica gozaba de estímulos sm igual y de píritus perspicaces''.
favores inauditos 143. ·
,~l Sillon ~ecibe_ , muestr_as de benevolencia del episcopado
frances: en Pans, L1on, Penguez, Mans, Limoges, Nice, Orán.
i\1arc Sangnier es recibido triunfalmente por el clero, y aún se ve

143 Ibid., pág. 149.


144 E. Barbier, obra citada, t. IV, págs. 25 y sig.

258 259
La democracia de Maritain qué? Porque no acuerda derechos intangibles sino a la voluntad
popular que, . con la emisión del sufragio, decide cómo se ha de
La "democracia" de Maritain, colocada en la línea de la gobernar la ciudad en lo religioso, en lo moral, en lo económico y
Revolución, por lo mismo que comprende una filosofía general de en lo político. De aquí que la democracia "moderna", esencial-
la vida, se ha de oponer a otra filosofía general de la vida que es la mente impía, no se haya. establecido en el mundo sino en los
filosofía de la Anti-Revolución, y como la filosofía de la Revolución países reformados, como Inglaterra y Estados Unidos, después
está esenciahnente constituida por el naturalismo, esta otra filo- que de su vida fue drásticamente eliminada la Iglesia, y en Francia,
sofía de la Anti-Revolución ha de ser esenciahnente sobrenatural: donde con la sacrílega Constitución civil del Clero, se desterró a
ella constituye la misma civilización cristiana. Y como la esencia de la Santa Iglesia de la vida pública. Por esto la democracia "mo-
la civilizáción cristiana se logra por el lugar prominente que en derna" comporta en sus entrañas la exclusión de la soberanía
las cosas de la única vida real y concreta que viven aquí los hom- pública de Jesucristo y de su Iglesia; y si a alguno acuerda preemi-
bres, se acuerda a Dios y a su Santa Religión, la esencia de esta nencia en la vida misma, en el derecho público, es a la sacrosanta
filosofía consiste, en· definitiva en dar el primer lugar, aún en las voluntad de la mayoría manifestada en el sufragio universal. Esto
cosas temporales, a los derechos divinos de la Santa Iglesia. Puestos explica por qué Maritain, quien bajo la presión del mito de la
a salvo estos derechos, que encierran el cumplimiento de las orde- democracia, 'ralor supremo de vida, ha hecho pasar a segundo
naciones sobrenaturales y naturales de la Ley eterna, intacta por término la concepción eclesiástica tradicional de la civilización
tanto la _noción de civilización cristiana, la Iglesia no hace cuestión cristiana, no quiere acordarle a la Iglesia el sitio que por divina
de formas de gobi&rno o de regímenes políticos. No hace cuestión, institución le corresponde; sino aquel que conquista "en virtud de
evidentemente, mientras estas formas polítiCas sean meros agencia- fuerzas internas desarrolladas en el seno del pueblo y emanando de
mientos, accidentales, que_ no alteren substancialmente la civiliza.:. él, en virtud del don de sí de hombres que se pondrían al servicio
ción cristiana. Porque si detrás de este vocablo de "democ1·acia" de la obra común y cuya autoridad moral sería libremente acep-
que, de suyo, no comporta sino el gobierno de la cosa pública por tada ... " 145 . Se quiere hacer salir "de abajo" el lugar que se
el pueblo, en la medida .que lo consienta el verdadero bien común, conquista en la vida temporal de los pueblos, de donde impíamente
así como la_ aristocracia coloca ese gobierno en los mejores y la ha sido excluida. Pío XI en un bello párrafo que en su encíclica
monarquía en uno sólo de la ·ciudad, si detrás de ese_ vocablo se Ad catholici sacerdotii dedica al "Sacerdote obrero de la civiización",
ocultara. una filosofía total de la vida, diversa de la concepción pone las cosas en su justo punto. "En medio de las aberraciones
católica e inspirada en las máximas y fórmulas del iluminismo del pensamiento humano, ebrio de libertad mentida de toda luz y
masónico, es evidente que la Iglesia no podría aceptar tal democra- freno; en medio de la espantosa corrupción, fruto de la malicia
cia. Y aquí, radica, en substancia, la cuestión fundamental que se humana, se yergue cual faro luminoso de la Iglesia que condena
plantea en el problema tan zarandeado de la democracia. toda desviación a la diestra o a la siniestra de la verdad, que indica
Por esto, la primera cuestión que se ha de formular lm a toda a cada uno el camino que deben seguir. Y ¡ay!, si aún este
católico para saber si puede o no aceptar una "democracia dada" faro, no digamos se extinguiese, lo cual es imposible por las pro-
es preguntarse: ¿quién ocupa el primer lugar en esa ciudad demo- mesas infalibles sobre que está cimentado, pero se le impidiera
cráticamente organizada, la Iglesia de Jesucristo y ello por un dere- difundir sus benéficos rayos".
cho propio, divino e irrenunciable, o la misma democracia, esto es, . He aquí el problema de la vida temporal de los pueblos que,
los presuntos e intangibles derechos populares? De aqui, y adviér- por ser una vida realmente humana, es inseparable de la vida
tase bien, una vez por todas, que la concepción democrática que eterna. Que el sacerdote debe estar en el primer lugar de la socie-
se fotjan hoy los pueblos y que está fijada en el derecho público dad, no en procura de privilegios materiales que no los necesita
"moderno" y que circula en el lenguaje periodístico y callejero
sea esencialmente incompatible con la civilización cristiana. ¿Por 145 Les Droits, pág. 39; ed. cast., pág. 48.

260 251
ni busca, sino para que pueda hacer oír la palabra de Verdad que envía por todas partes como pregoneros infatigables de la bi.:ena
salva. Y nadie sea necio para hablar de conquistar este primer nueva, única que puede oonservar o implantar, o hacer resurgir la
lugar cuando la impiedad triunfante en una. tarea sistemática verdadera civiliwcióri' 148 .
secular, a base de dinero, de propaganda y de poder, la ha recha- La Iglesia por tanto "única que puede conservar o implantar,
zado y la rechaza. Por esto, prosigue Pío XI: "Bien vemos con o hacer resurgir la verdadera civilización", no hace cuestión ~e ~m
nuestros propios ojos adónde ha conducido al mundo el haber recha- régimen democrático o no democrático como viene enseñ~;ndo 1ns1s-
zado, en su soberbia, la revelación divina y haber seguido, aunque tentemente desde León XIII; pero claro que hace cueshon de que
bajo el especioso nombre de ciencia, falsas teorías filosóficas y mo- bajo ln. de:Wminación de Uz "democracia" no se quiera implantar
rales". Y estas teorías filosóficas y morales que han pervertido al un régimen de vida humana, esencialrnent~ ~TIti.cristiano, ~n. el
hombre y lo han postrado en un estado de corrupción y de miseria cual no se le conceda los derechos imprescnptibles que su divma
física y moral son principalmente, y ante todo, como lo han ense- Institución le acuerda.
ñado los Papas desde Clemente XII, las mismas doctrinas de la La Iglesia, guardiana del orden sobrenatural .que trajo Je~u­
Revolución, de la falsa libertad, igualdad, fraternidad, esencia de cristo para restaurar el orden primitivo de justicia en que Dios
la democracia "moderna" que "velando la vaguedad de las ideas creó al hombre, robustece y consolida las facultades naturales del
y el equívoco de las expresiones con el ardor del sentimiento y la hombre y de la humana sociedad. Por e~t? la ciudad cristiana,
sonoridad de las palabras puede inflamar los corazones en el amor debajo de la Iglesia y a su servicio, da sitio de honor al poder
de Causas seductoras, pero funestas" 14 6 . público, quien, a su vez, por la fuerza compulsiva de la ley,
La Iglesia y el Sacerdocio católico continúan trabajando con vigoriza todas las relaciones sociales que se establecen en las
heroísmo ejemplar, a pesar de la condición desventajosa y humi- diversas clases que "por ordenación divina" (Pío X) componen
llante en que le tienen las sociedades modernas. Lo hacen sobre la sociedad civil, es a saber, como enseña Pío X 149 , "príncipes :l
todo, porque .buscan conquistar el mayor número de almas que vasallos patronos y proletarios, ricos y pobres, sabios e ignorantes,
les sean posibles, en las oportunidades que las circunstancias les nobles ~ plebeyos, los cuales, todos unidos erl:tre sí, co_n vD::culos
presenten. Y que se lo agradezcan los pueblos, porque como dice de amor, se ayuden recíprocamente a Consegwr su ultimq fin en
Pío XI: · "Y si puestos en la pendiente del error y del vicio, no el cielo, y aquí en la tierra su bienestar material y moral" ( Qund
hemos llegado todavía a más hondo abismo, se debe a los rayos apostolici muneris) .
de la verdad cristiana, que, a pesar de todo, no deja de seguir difun- Maritain que, con su filosofía dei_rr?;rática "se lisonjea. de
dida por el mundo''. "Y sepan estos filósofos de la democracia que levantar la dignidad humana y la condicion harto menospreciada
quieren levantar las clases trabajadoras, levantando primero la de las clases trabajadoras ... y de promover en la huma~dad con
conciencia humana, que tienen una doctrina social propia y prin- movimientos sociales hondos y fecundos un progreso mespera-
cipios filosóficos propios para reorganizar la sociedad con un plan do . .. " 150 no sería vituperable si no olvidara que "el progreso de
nuevo; que se han formado un concepto especial de la dignidad un ser consiste en vigorizar sus _facultade.s naturales con nuevas
humana, de la libertad, de la justicia y de la fraternidad, y que, fuerzas y en facilitar el ejercicio de su actividad .en los ~imites Y
para justificar sus sueños sociales, apelan al Evangelio, interpre- leves de su constitución; pero que si al contrario se hzeren sus
tado a su modo y lo que es más grave todavía, a un Cristo desfigu- ó;ganos esenciales y se violan los límites de su actividad, se le
rado y disminuido" 147 , sepan que "la iglesia ejercita su ministerio empuja, no hacia el progreso, sino hacia la muerte. Est~ es lo ';lue
de la palabra por medio de los sacerdotes distribuidos conveniente- (ellos) quieren hacer de la sociedad humana; su sueno consiste
mente por los diversos grados de la jerarquía sagrada, a quienes
148 !bid.
146 Pío X, Carta condenatoria del Sillon. 149 MotÚ proprio, del 18/XIl/1903.
i47 Ibid. 150 Pío X, Carta condenatoria del Sillon.

262 263
en ca~biar sus cimientos naturales y tradicionales y en prometer Valoración ''criStiana'' del comunzsmo
una cmdad futura edificada sobre otros principios que se atreve(n)
a declarar más fecundos, más beneficiosos que aquellos sobre que "Es importante, di.ce, precisar aún más. Entre los. e~ementos
descansa la actual sociedad cristiana" 151. De aquí que después de origi1iarios del comunismo, hay tam~ién el~mei:-tos cnstiano~ · · ·
haber reba¡ado a .·la Santa Iglesia del lugar primero que le corres- El comunismo en sus fases preparatonas no ha sido ~teo. La idea
ponde en la sociedad, después de haber debilitado la autoridad misma de comunión que constituye su fuerza espmtual :;:- que
pública dándole la categoría de un capitán de equipo de foot,ball quiere realizar en la vida social-terrestre, debe e;i efecto reahza~~e
u hockey, después de haber eliminado toda tutela y paternalismo, aquí, pero no exclusivamente aquí . .. la idea misma de comun1on
Y de reclamar una sociedad "sin clases", compuesta de Solos traba- es una idea de origen cristiana" 153 .
jadores 152 , donde los obreros y campesinos asuman el puesto di- De mane_ra que si el comunismo es anticristiano, se de~e a
rector -y todo ello en virtud de exigencias evangélicas y cristia- que los católicos no lo han implantado antes, o que. se han de¡ado
nas-
. no. puede terminar sino en un comunismo ' llámesele cristiano ' ganar de mano ¡x:>r "los comunistas ateos" - a qmenes fue, ~ad~
si se qmere, pero un verdadero comunismo. Así lo advertía Pío X en lugar de "los creyentes íntegramente fieles al dogma .catohco
ª.propósito del Sillon, cuando decía de él que hacía escolta al socia' la gracia imponderable de "abolir en Rusia el absolutismo .del
lzsnid y cuando añadía: "no constituye más que un miserable
afl".ente del gran movimiento de apostasía organizado en todas las
provecho privado" 154 . Por esto dice: "E!
pensan:iento comunista
tal como se ha constituido en la segunda mitad del siglo XIX y como
nacione.s para el, esta):>lecimiento de una iglesia lmiversal sin dog- existe hoy ha comprometido energías de origen cristiano en .una
mas, m ¡erar.qma, sin regla para el espíritu ni freno para las ideologia atea. . . ante todo por culpa de nn mu.ndo cristiano
pas10nes, una iglesia que so pretexto de libertad y dignidad hmnana infiel a sus principios" 155 , esto es porque los cnsb.anos ?º han
volveria a traer al mundo si triunfase, con el reinado legal de l~ implantado antes el comunismo cristiano que ahora precomza Ma-
astucza y de la fuerza, la opresión de los débiles de los que sufren ritain.
y trabajan". '
"Nosotros no sabríamos recusar, dice, las encuestas de buena
Cincuenta y cinco años han pasado desde que estas palabras fe que nos muestran la manera cómo la Rusia sov-iétjca ha s~ ~ido,
fueran escritas por el gran Pontífice y ese reinado legal de la no sin doblegar delante de lo real muchas pretens10nes teoncas,
astucza Y.de la fuerza parece iniciar su triunfo universal y definiti- hacer franquear e-n pocos años a una economía retardada, sorpren-
vo. Mantain, con sus satélites diseminados por todo el mundo dentes etapas y que nos anuncian la genninación en este país de
tiene .la triste misión .de cooperar, dentro de la Iglesia, a la obr~ «una forma de civilización nueva» (la cuestión es saber cuál es su
socrnhsta y comuni;t~ que, con furor inusitado, quiere aplicar valor) · esta nueva forma de civilización nace a la existencia des-
~versalmente los srmestros planes -del reinado legal de la astu- pués del sacrificio de millones de vidas hu~anas, r
de pérdidas
cza Y de la fuerza- suscriptos en recientes Conferencias interna- irreparables; los elementos positivos que contiene, digamos ?reve-
ciona!e.s. De aquí qu.e sus obras están plagadas de valoraciones mente en la medida en que es posible pronnnciarse de leJos, y
srmpaticas deL ~omumsmo, cuyos presuntos elementos originarios sobre docmnentos escritos, se res11men eh nuestra opinión, en la
cnstz,anos se qmere poner de relieve.
liquidación del sistema de la ganancia (.«profit a
faire») . y de la
servidumbre de la fuerza-trabajo hmnana a la fecundidad del
dinero (liquidación apreciable sobre todo en relación con fonnas
futuras, porque por el momento tiene por ración un pesado esta-

151 Ibid. 153 Humanisme lritégral, pág. 48.


152 Du Régime Temporel, pág. 67. 154 Christ. et Dém., pág. 44; ed. cast., pág. 49.
155 Humanisme ]ntégral, pág. 49.

264 Q65
tisruo, pero en _fin ella explica la gran esperanza suscitada en ño colectivista de J aures y la concepc10n estrecha del r:adicalismo
muchos elementos del mundo obrero por la experiencia rusa); y de Clernenceau, añade: "El país se dará cuenta por frn que los
en el esfuerzo en perpetua renovación para instaurar, al menos socialistas conservan mentalidades reaccionarias hasta en las solu-
en el orden de la morfología de las leyes, nna «democracia multi- ciones que preconizan en los problemas nuevos que plantean.
fonne» integrando la multitud humana en la vida social, política Superará al socialismo y descubrirá entonces delante. suyo a esta
y cultural de la comunidad. Por duramente que allí viva y sea Democracia libre y fraten1al de la que nuestros anugos, no han
tratado el ser hUlllano hay al menos el sentimiento en este país, en dejado nunca de ser los apóstoles infatigables". Y en .un discurso
que la servidumbre y la costumbre consecutivas habían durado tan de febrero de 1905 dice: "No hay nada más torpe y mas humillan-
largamente, de que ha cesado urta humillación social secular" 1s6. te que ser antisocialistas. En verdad, camaradas, _nosotros no nos
De suerte que para Maritain hay tres cosas .buenas en el agrupamos _para com~atir al socialismo sino. porque tenemo~ un
comunismo ateo, es a saber: Supresión de la ganancia, supresión ideal positivo que queremos realizar. No queremos destrmr el
de cualquier servidUlllbre y establecimiento de una democracia mul- socialismo, queremos purificarlo, transformarlo, absorberlo en el
tiforme, digamos pluralista. Estos tres elementos positivos y por lo gran movimiento de la democracia francesa" 160 •
mismo laudables, entran en la famosa cristiandad maritainiana, Maritain, por su parte, quiere purificarlo,. tran~forrnarlo,, ab-
corno hemos visto oportunamente. Pero también tiene cabida la sorberlo en el gran movimiento de la democracia umversal. Corno
famosa amistad fraternal y ella enteniece a Maritain de manera concilia su tentativa co11 las directivas tan claras y terminantes de
irreprimible, según trasunta lo que escribe 157 • "Por la primera los Pontífices que desde León XIII en la Rerum Novarum Y en
vez en la historia, escribía recientemente Máximo Gorky, a pro- Graves de communi hasta Pío XI en la Quadrageszmo a.n1w, en
pósito del comunismo soviético, el verdadero amor del hombre Charitate Christi y en la Divini Redemptoris han _expresado q'.'e
es organizado corno úna fuerza creadora y se propone por objeto "socialismo religioso, socialismo cristiarl;O, son térm:nos cont:a4rc-
la emancipación de millones de trabajadores. Creemos en la torios nadie puede al mismo tiempo ser buen católzco y socialzsta
sinceridad profunda de estas palabras de Gorky y del .sentimiento verdddero", nosotros ·no lo_ saPemos. Lo que sí sabemos, c~án
que expresan y consideramos como muy importante el hecho que sabias y proféticas han resultado las palabras de León XIII qUien
este tema ·del amor del ser humano, del que nada impide que en el 8 de octubre de 1898 dijo entre otras cosas a nUlllerosos peregri-
lo más profundo de la historia sean cristianos sus orígenes, surja nos franceses que con León Harmel a la cabeza .representaban a la
ahora en una corriente de pensamiento que bajo influencias ma- "France du Travail".
terialistas no ha querido por largo tiempo acordarle sino un valor " ... Si la democracia se inspira en las enseñanzas de la· razó11
inferior y sentimental". De aquí que para Maritain si el comu- iluminada por la fe, si rnanteniéndo_s~ alerta ~ontr~. teorías falaces
nismo: ~'no fuera más· que un sistema econóínico, podría cpncebirse, y subversivas, .acepf,a con una relzgiosa reszgna~i~n r co_mo un
cualquiera fuere el valor intrínseco de tal sistema, un comunismo hecho necesario la diversidad de el.ases y condzczones, s1 en la
cristiano" 158. busca de soluciones posibles a los múltiples problemas sociales que
Marc Sangnier tan severamente censurado por Pío X se surgen diariamente, no pierde de vista ~ un insta:r:-te, las reglas
queda corto ante la audacia "comunista" de Maritain. de esta caridad sobrehumana que Jesucnsto declaro ser_ la r:ota
En La lime pour la Démocratie 159 en un articulo titulado característica de los suyos, si, en una palabra, la democracia qUlere
Más allá del socialismo, Marc Sangnier, buscando superar el sue- ser cristiana, dará a vuestra patria, un po~venir de paz, de pros-
peridad y de felicidad. . . Si, por el contrano. se _entrega a !.a revo-
lución y al socialismo; si engañada por locas ilusiones, se entrega a
156 Iiumanisnie lntégral, pág. 91. reivindicaciones destructivas de las leyes fundamentales, sobre las
U':i7 !bid., pág. 97.
158 Christianis1ne et Démocratie, pág. 92; ed. cast., pág. 102.
159 Lutte pour la Démocratie, pág. 67. 16-0 Discours, t. 1, pág. 319.

266 267
que reposa todo el o~den civil, el efecto inmediato será para la jamás sus orígenes cristianos ... ". Rusia suscita también su .cálida
clase obrera, la se~dumbre, la miseria, la ruina ... ". Y en y fervorosa admiración y la experiencia rusa, no ya la universal
G;~aves de co1::unni, reaccionando enérgicamente el anciano pon- sino aún la particular en algún sector de la economía como la del
t~frce, de ?1 an,os de eda~ ~n ese entonces, contra el espíritu socia- obrero stajanovista, pareciera conmoverlo como si. hubiera er1con-
lista que mvadia al catolicismo social de Francia e Italia especial- trado el principio formativo de la nueva humamdad. Pero una
mente, le previene diciendo: "Los socialistas se deslizan hábil- cosa le reprocha a Rusia: su totalitarismo. "De acuerdo a los
mente en el seno de la sociedad tanto en las tinieblas de sus con- documentos, escribe, a los que parece razonable acordar crédito,
ventículos se~retos como a _la luz del día, por la palabra y por la digamos brevemente que en nuestra opinión, los males profu;idos
pluma, empu¡_an a la mulutud a la rebelión. No se preocupan de de la «nueva civilización» rusa se resumen en -el total1tansmo
sus. deberes, szrw que exaltan sus derechos . .. " y añadía: "Que se comunista que lleva al máximum los terribles riesgos que com-
ap'.iquen por tanto, los que ejercen el apostolado entre el pueblo, porta toda organización colectiva fuerte" 164 . . . . . ,
ammados de un mismo celo y en tiempo oportuno, a hacer pene- De manera que si sobre la base de la actual c1VJl1zac1on rusa
t:ar en el, a'.ma del pue?lo, en conversaciones fraternales, las prin- o americana, se lo!ITara realizar un régimen de -vida del que se
c1p~~s max:unas como esta~: T!recaverse contra las sediciones y los extirpara el provecho privado y el totalitarismo, la ciudad fraternal
sediClosos; respetar como znvzolables _los derechos ajenos; acordar de Maritain se habría instaurado, como anticipo del "advenimiento
a los patronos o señore~ (d.omini:J el ju~to_ respeto y el trabajo del reino de Dios y de la tierra de los resucitados" 165 • ¿Qué otra
debido; n'? tomar fasndio a la ·vida domestica, tan rica en toda cosa es su famosa democracia personalista sino una ciudad univer-
clase de bienes; ante todo, practicar la religión, y buscar en ella sal, donde todas las personas hunianas emancipadas han adquirido
el consuelo seguro para las dificultades de la vida" 16i. · la plenitud de conciencia de su dignidad, libres de sujeciones, li-
. La famosa cristiandad de Maritain es una ciudad supercomu- bres de servidunibres, libres de desigualdades y desniveles, verda-
nzsta, 1;1na síntesis de la ciudad libertaria americana y de la ciudad deros dioses en la tierra, hecha un anticipo de los cielos nuevos de
comumsta rusa. Esta es la imagen dinámica que· mueve todo su la Resurrección? 166 .
proceso. discursivo, esta . "la ciudad fraternal donde el hombre se Y ¿qué otra cosa enseña Marx?: "L·a emancipación humana
halla liberado de la miseria y de la servidunibre" 162. De aquí no será realizada sino cuando el hombre individual real habrá
el pathos que la aventura de los Pilgrim Fathers en busca de la absorbido al ciudadano abstracto, cuando como hombre individual
felic1da~ t:rrestre s_uscita en Maritain; pathos que pareciera poner en su vida empírica, en su trabajo .individual en sus relaciones
7

en moVIID1ento qmén sabe qué complejos atávicos que sólo Dios individuales, se habrá convertido en un ser gené1~co y habrá reco-
conoce y pueden hacer vibrar las almas; de aquí el tono --ese tono- nocido sus fuerzas propias como fuerzas sociales y las habrá orga-
que denuncian sus más recientes y populares obras humanitario nizado él mismo como tales, y por consiguiente no separará ya de
fraten_ial,. que pareciera religarlo a una universalidad que no e~ sí mismo la fuerza social bajo forma de poder político" 167 .
l~ ma¡estuosa Catohc1dad -tono que adquiere una emoción y un Y ¿a qué otra cosa se dirige el Comunismo ateo, según la
tunbre peculiar cuando evoca a los Estados U nidos-. Pero una Divini Redemptoris? ' Dice allí Pío XI: "Cuando todos hayan
cosa pareciera reprochar a este gran país y es su economía del adquirido las cualidades colectivas, en aquella condición utópica
provecho privado. "En América -dice "ª-·- a pesar del poder de una sociedad sin ninguna diferencia de clases, el Estado Político,
de los gra_ndes intereses económicos, la democracia ha penetrado que ahora se concibe sólo como instrumento de dominación capita-
mucho mas profundamente en la existencia y donde no olvidó
164 Humanisme Intégral, pág. 92.
161 Graves de communi, 18/II/1901. 165 Christ. et Dém., pág. 54; ed. cast., pág. 59.
lGZ L-es Droíts, pág. 65; ed. cast., pág. 78. 166 Les Droits, pág. 131; ed. cast., págs. 133 y sig.
63
1 Christ. et Dém., pág. 37; ed. cast., pág. 38. 167 Citado por Charles de Koninck en Primauté du bien commun, pág. 183.

268 5'69
lista sobre el proletariado, perderá toda su razón de ser y se §di- LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD DE
solYerá»".
Y ¿en qué otra cosa soñaba _Rousseau con su hombre primitivo, LA REVOLUCION
y qué otra cosa intentaba con su educación libertaria? ¿Y qué
otra cosa se han propuesto, a través de los veinte siglos de historia
c;:ristiana, las sectas heréticas, sino descubrir ese hombre nuevo,
emancipado, aquí en la tierra?
De_manera, que.en el término de las etapas provisorias, tanto
la ciudad ideal, imaginada en el cerebro del liberalismo rousseau-
niano como la soñada por el socialismo de Marx y del comunismo
ruso, o la apetecida por Lamennais, Marc Sangnier, Maritain o la ¿Y qué compañia puede haber -entre la
intentada por los seculares herejes, destructores de la Cristiandad, luz y las tinieblas? ¿O qué concordia en-
tre Cristo r Belial? (II Cor. 6, 14).
coinciden en inaugurar sobre la tierra la ciudad universal de la
Fraternidad, en que, desaparecidas sobre el plano de la vida tem-
poral las diferencia.s religiosas, .económicas, políticas y sociales, el Después de haber alterado la noción misma de Cristiandad,
hombre en la plenitud de su dignidad, en el vigor de su conciencia Maritain echa los planos de una ciudad substancialmente natnra-
'" responsabilidad. vivirá en una Ciudad de hermarws. lista y antinatnral, en la que se corrompe la autoridad pública, se
subvierten las relaciones orgánicas del orden económico-~ocial y
se erige el reina.do legal de la astucia y de la fuerza. Es la ciudad
de la Revolución, obra de la contra-Iglesia masónica que se propone
reconstruir sobre la tierra la poderosa ciudad de Henoc, ciudad
fraterna universal, donde Juba!, padre de los cantantes, y Tubalcain,
artífice en trabajar de martillo toda especie de obra .de cobre y de
hierro 1 ---dudad del Placer y del Trabajo--:- preparan la fortaleza
del Anticristo. Con su construcción se ha de cerrar el ciclo terreno
de la ciudad del mal tan grandiosamente referido a Caín por San
Agustín, cuando escribe: "El primero que nació de nuestros pri-
meros padres fue Caín que pertenece a la ciudad de los hombres, y
después Abe! que pertenece a la ciudad de Dios. . . Así dice la Sa-
grada Escritnra. de Caín que fundó una ciudad; pero Abe!, como
peregrino, no la fundó, porque la ciudad de los santos es soberana
y celestial aunque produzca en la tierra los ciudadanos".
Maritain en su Antimoderne no tenía dificultad <>n reconocer
la acción "perse·verante y hábil" de "la contra-iglesia masónica" 2
comprobando con dolor que "una de las causas que han debilitado
más gravemente a muchos católicos modernos y favorecido en
ellos el liberalismo, el americanismo, el modernismo, etc., es la

1 Gén., IV, 22.


2 Antinwderne, Editions de la Revue des Jeunes, Paris, 1922, pág. 198.

270 271
infiltración en sus almas de los dogmas masomcos del Progreso palabra fraternidad designa la comunidad de naturaleza y de dere-
necesario y del Optimismo humanitario, pseudo-ideales sentimen- chos, o la igualdad de todos en la posesión de una misma libertad.
tales que responden al deseo secreto de la naturaleza de aceptar Desde entonces se dibuja claramente el plan del templo ma-
los hechos consumados y con poder no igualado para obnubilar el sónico. Libertad, destrncción de toda autoridad. Igualdad, destruc-
juicio" 3 • Y esto dicho para subrayar la encíclica Terrebat nos ción de toda jerarquía. Fraternidad, por una parte. comunidad de
quam maxime en que el Sumo Pontífice Pío X afirma que quien derechos y de bienes, por otra, mutua asistencia para el bien co-
"pesa estas cosas tiene derecho de temer que tal perversión de mún en general y para los placeres del sentido en particular. Una
los espíritus no sea el comienzo de los dolores anunciados para el sola de estas palabras comprende todo el plan del templo. Libertad:
fin de los tiempos y corno su toma de contacto con la tierra, y que no hay más dueños ni esclavos, sino hombres libres. Igualdad: no
verdaderamente el hiio de perdición de que habla el Apóstol no hay más superiores ni inferiores, sino iguales. Fraternidad: no hay
haya hecho :ya su advenimiento entre nosotros~' 4 • más padres ni hijos, sino hermanos. Por tanto: Libertad, destrucción
El plan masónico: El mundo masónico no deja de hablar de de la religión, de la sociedad civil, de la familia, de la propiedad.
libertad, de igualdad, de fraternidad; elogia frecuentemente el 1gualdad, destrucción de la religión, de la sociedad civil, de la
estado de naturaleza; celebra la verdad, la virtud, la moral; habla familia y de la propiedad. Fraternidad, destrucción siempre de la
de una nueva religión. Estas expresiones· encierran, en su misma religión, de la sociedad civil, de la familia, de la propiedad. El
vaguedad, la cualidad maravillosa de ser aceptadas por todo el templo masónico devolverá a la humanidad, el estado de felicidad
mundo cualquiera sea la concepción de vida que profesen. ¿Quién -la edad de oro- primitivo que la sociedad artificial y opresiva
puede rechazar la libertad y preferir a ella la esclavitud? ¿Quien le ha hecho perder. Podriamos acumular textos masónicos de los
amar las irritantes desigualdades y no apetecer la igualdad? famosos iluminados de Weishaupt, de los carbonarías, de Saint
¿Quién preferir el odio a la fraternidad? Por otra parte, ¿quién no Martín, de Rousseau y de Voltaire en los que aparece este cons-
es testigo o protagonista de algún irritante abuso contra la libertad, tante programa de la masoneria.
la igualdad, la fraternidad, para que no se enardezca de santo Limitémosnos a breves citas de Rousseau y de Voltaire, los
entusiasmo, ante el poder evocador de estas palabras? Por esto dos sofistas de influencias más visibles de la Revolución Francesa.
la masoneria trabaja con la palabra libertad, que de suyo dice pur< En el Discurso sobre la desigualdad de las condiciones, dice Rousseau
y absoluta independencia, en romper todo vinculo de sujeción divi- hablando del estado de naturaleza: "El primer sentimiento del
na y humana; con la palabra igualdad, que de suyo indica absoluto hombre fue el de su existencia; su primer cuidado, el de su conser-
nivelación, tiende a quebrar toda jerarquía divina y humana: vación. Las producciones de la tierra le suministraban todos los
"cada hombre es su sacerdote y su rey, su _papa y_ su emperador" socorros necesarios, el instinto le llevó a hacer uso. El hambre,
(F. :. Potvin. 5 ). "Nosotros no respondemos de nuestros actos otros apetitos, le hacian experimentar alternativmnente diversas
sino a nosotros mismos, somos nuestros propios sacerdotes y nues- maneras de existir; y hubo uno que lo invitó a perpetuar su
tros propios dioses" (F. :. Lacroix 6 ). "Basta de Dios, basta de especie; y esta inclinación ciega, desprovista de todo sentimiento
iglesias, no habrá más sacerdotes ni reyes; basta de reyes, basta de de corazón, no producia sino un acto puramenlP animal. Satisfecha
dirigentes, no habrá más cargas inútiles" (F. :. Fleury 7 ); con la la necesidad, los dos sexos no se reconocían más; y el hiio nada
significaba para su madre, tan pronto como podia prescindir de
ella. Tal fue la condición del hombre al nacer". Por tanto, en
·3 Ib-íd., pág. 207.
4 !bid., pág·. 2-05. el estado de naturaleza no había ni sociedad religiosa, ni sociedad
5 Doi:n Paul Benoit, La cité anticrétienne, La Franc-Mai;onnerie, 2 éd., civil, ni aún sociedad doméstica. Los hombres vagaban a la ventura,
1894, t. I, págs. 408 y sig. sin cultivar la tierra, viviendo de los frutos que producía el suelo
6 Ibid. espontáneamente, acercándose o retrayéndose, según el atractivo
7 !bid.
del momento.
272 273
"El primero ·que, después de cercar un terreno, t~vo la pre- aquéllos han salido. He aquí la conclusión que se desprende de las
caución de decir: esto es mío r encontró gentes tan szmples para palabras del sofista.
creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. . Cuántos "Los animales tienen naturalmente, por debajo de no~otms, la
Crim.enes, guerras, asesinatos, miserias y horrores no hubiera aho- ventaja de la independencia. Si un toro que festeja una terner:a es
rrado al género humano aquel que, arrancando la.s estacas o tapan- expulsado con los cuernos por otm toro más fuerte, va a buscar
do los hoyos, hubiese gritado a sus semejantes: «Guardaos de otra compañera en otro prado, r vive libre. Un gallo vencido por
esczichar a este impostor, estáis perdidos, si olvidáis que los frutos otr-o gallo se consuela en Otro corral. No sucede· así con nosotros".
son de todos r la tierra de ninguno» 8 . Así todos los males han El matrimonio obstaculiza la libertad de las inclinaciones; destru-
nacido de la propiedad individual y del estado social. De donde hay yamos el matrimonio, vivamos a la manera de los animales, y el
que concluir que para ponerles término hay que suprimir la hombre será libre y .la mujer será libre.
propiedad· y destruir la sociedad. . . "En este estado natural del que gozan todos los cuadrúpedos
"Si seguimos los progresos de la deszgualdad en sus diferentes sin domar, los pájaros r los reptiles, el hombre seria tan feliz como
revoluciones, encontraremos que el establecimiento de la ley r del ellos". De esta manera la_ franc-masonería que quiere dar a todos
derecho ,de propiedad fue su primer término, la institución de la los hombres la felicidad de los animales, es eminentemente filan-
magistratura el segundo, que el tercero r último fue el cambio de trópica. "La dominación sería entonces una quimera, un absurdo
poder legítimo en poder arbitrario, de manera que el estado de en el czwl nadie pensaría; ¿por qué buscar servidores cuando no
rico r pobre fue introducido en la primera época, el de poderoso r tenéis necesidad ,de ningún servicio? Si pasase por la cabeza de
débil en la segunda, r en la tercera el de dueño r esclavo, que algún individuo, de cabeza._ tiránica y de brazo nervudo,_ servirse
es el último grado de la desigualdad r el término :'n que .por fin de su vecirw nzeno_s fuerte que él, la cosa seria imposible, el oprimi-
acaban todos los otros, hasta que nuevas revoluczones dzsuelvan do est,aria sobre el Danubio antes que el opresor hubiera .tomado su
·completamente el gobiérno" 9 . En consecuencia, los hombres no medida sobre el Valga". Es decir: todo ejercicio de poder público
pueden gozar de la igualdad, si hay leyes, propiedades, magistrados, es tiránico: aniquilemos toda autoridad, destru:yamos toda autoridad
un poder cualquiera; por tanto la francmasoneri~, para estabI:cer y seremos felices 10.
la igualdad, debe abolir ]as leyes, suprumr la propiedad, exten:mnar Estos eran los peligrosos sofismas que. se ocultaban en "la
los magistrados, aniquilar todo poder .religioso, cjvil º. doméstic".. niina que debajo de los tronos y de los altares cavaban revolucio-
He aquí lo que por su parte dice el imp10 sofista Voltarre: . narios mucho más profundos y activos que los enciclopedistas.
"Resulta claro que gozando los hombres de facultades adheridas a "Una asociación compuesta de hombres de todo pa.ís, de toda
su natural.ezti son ~·guales; lo son cuando complein funciones anima- religión, 4e todo rango, ligados entre ellos por con•renciones sim-'
les, r cuando ejercitan su entendimiento . .. ". He aquí el principio bólicas, comprometidos bajo juramento a guardar de manera invio-
fundamental de la masonería. lable el secreto de su existencia interior, sometidos a pruebas lúgu-
Un caballo no dice al caballo su hermano; que peinen mis bres, ocupándose de fantásticas ceremonias, pero practicando por
hermosas crines, que ·me enjaezcan y herren. Tú corre y· ve a llevar otra parte la beneficencia y teniéndose por iguales, aunque repar-
mis órdenes soberanas al mulo de' esta.s orillas, a los asnos mis tidos en tres clases: aprendices, compañeros y maestres, en esto
vecinos. Tú, prepara los granos con los que hago largueza.s a mis consiste la franc-masonería, institución mística que los unos vincu-
nobles favoritos, a mis dulces mancebas. . . Toda soberanía, toda lan con las antiguas iniciaciones del Egipto, y que otros hacen
jerarquía social es co1itra natura, tanto entre los hombres como descender de una confraternidad de arquitectos ya formada en el
entre los animales; éstos han quedado en estado de naturaleza, siglo rrr.
"Ahora bien, en vísperas de la Revolución Francesa, la franc-
8 !bid.
9 !bid. 10 !bid.

274 275
masonería había adquirido un :inmenso desarrollo. Di.fundida en La Revolución anticristiana que ha triunfado con la Reforma,
toda Europa, secundaba el genio meditativo de Alemania, agitaba con la Revolución Francesa y con el Comunismo, se ha llevado a
sordamente a Francia y presentaba en todas partes la ímagen de cabo, con el Evangelio en la mano, para establecer el verdadero
una sociedad fundada sobre principios contrarios a los de la socie- cristianismo de la Libertad, Igualdad y Fraternidad; cristianismo
dad civil" 11 • realizado en la substancia misma de lo profano, de la realidad
Las sociedades franc-masónicas, herederas de las antiguas terrestre y temporal. Por esto la Revolución es el Progreso, y en
sectas gnósticas y maniqueas pretenden estar en posesión "de un cierto y verdadero sentido, el reino de Dios. Tan profunda esta
cristianis1no sublime", "el verdadero cristianismo predicado por "huella cristiana" de la Revolución que se pregona con la profesión
Jesucristo", que los pontífices romanos jamás han conocido o que más fanática de ateísmo, que ha de encontrarse, tanto en el comu-
han alterado y que se ha transmitido en "su pureza original'' en el nismo marxista o proudhonniano, de un Feuerbach por ejemplo
seno de "escuelas y de santuarios substraídos a los profanos". canallescamente hostil a la Iglesia Católica, o en un Saint Simon,
Este cristianismo "primitivo", "sabio" y filosófico''- que los sectarios de ingenua símpatia hacia Ella. Famosas las exhortaciones que,
oponen al cristianismo "vulgar y groseron, es el cristianismo de la .en boca de Lutero, dirige Saint Símon al Papa con su Nouveau
Revolución, cuyos planes divulgó el gran sofista Rousseau. christiani.sme: ''V.,..uestros antecesores han perfeccionado suficiente-
Por esto la Revolución se preparó y se llevó a cabo en nombre mente la teoría del cristianismo, la han propagado suficientemente;
del cristi-anismo. "Rousseau es sobre todo -escribía Maritain- es menester que os ocupéis ahora de la aplicación de la doctrina.
quien ha desnaturalizado el Evangelio arrancándolo del orden El verdadero cristianismo debe hacer a los hombres felices no sólo
sobrenatural, transportando ciertos aspectos profundos del cristia- en el cielo, sino también en la tierra. Vuestra tarea consiste en
nismo al plano de la simple naturaleza. Es absolutamente esencial organizar la especie humana según el principio fundamental de la
al cristianismo la sobrenaturalidad de la gracia. Quitad esta sobre- moral divina. No conviene que os limitéis a predicar a los fieles
naturalidad, el cristianismo se corrompe. ¿Qué encontramos en el que los pobres son los hijos queridos de Dios, es necesario que uséis,
origen del desorden moderno? Una naturalización del cristianismo. franca y enérgicamente, de todos los poderes y de todos los medios
Resulta claro que el Evangelio convertido en puramente natural de la Iglesia militante, para mejorar prontamente el estado físico
(y por tanto en absolutamente corrompido) se convierte en fer- y moral de la clase más nmnerosa" 14_
mento· de revolución de virulencia extraordinaria. . . he aquí por Buchez, por su parte 15 , escribe: "La Revolución Francesa es
qué se encuentran en todas partes en el mundo moderno analogías la consecuencia última y más avanzada de la civilización moderna,
degradadas de la mística católica y girones del cristianismo lai- y la civilización moderna ha salido entera del Evangelio. Es un
cizado'' 12 • hecho irrecusable, si se estudia la historia, particularmente la de
"La revolución se hizo en nombre del Evangelio; y el abbé nuestro país y si se analiza los acontecimíentos y sus ideas motrices.
Fauchet, cuya voz agitaba y encantaba al pueblo, de grande esta- Es también un hecho innegable si se examinan y se comparan con
tura, negra cabellera de guerrero, mirada de apóstol, y sonrisa de la doctrina de Jesús todos los principios que la Revolución inscribió
mujer, desde lo alto de la cátedra sagrada, enardecía a las multitu- sobre sus banderas y en sus códigos, y estas palabras de igualdad
des a la libertad con aquel texto de San Pablo: "Vos enim ad liber- y de fraternidad que puso a la cabeza de todos sus actos y con las
tatem vocati estis, fratres". "Habéis sido llamados a la libertad, que justificó todas sus obras".
hermanos'~ 13 • El planteo de una valoración "cristiana" de la Revolución y
particulani:tente de la Revolución Francesa, su más alto exponente,
11 Louis Le Blanc, Histoire de la Révolution Franraise, II, pág. 267, éd.
1878. 14 C. H. de Saint Simon, Oeuvres choisies, Le nouveau christianisme, t. III,
12 Trois Reforma:teurs, Librairie Plon, Paris, pág. 204. pág. 350, Bruxelles, 1859.
13 Louis Le Blanc, ibid., II, págs. 293 y sig. 15 Histoire Parlamentaire de la Révolution Frant;crise.

276 2.77
merece una .consideración atenta. _Si la ·Revolución es, en substan- A un siglo de cuando Balmes escribía esto, este error ha
cia, un proceso de reivindicaciones sociales de :illejorainiento de la tomado formas nuevas y mucho más peligrosas. Si quisiéramos
humanidad, sobre todo en sus clases más numerosas, es evidente descubrir toda su profundidad, tendríamos que hacer una larga y
que aunque hayan de deplorarse males que, en el exceso de un cuidadosa filosofía de toda la historia moderna.
desborde incontrolado, han podido acompañarle, como revueltas Los Protestantes con sus errores de rebelión contra la Iglesia
contra la Religión y el poder público, crímenes, incluso el regicidio; Católica, única depositaria de las Promesas divinas, echaron los
habría que considerarla "simpliciter'' bue.na, buena a secas. fundamentos de la Contra-Iglesia donde se va a entronizar el
Y si el proceso revolucionario es "simpliciter" bueno, nada Anticristo, cuando llegue la hora de su manifestación. Pero antes
más consecuente que la Iglesia que bendice y santifica todo bien, de que llegue esa hora, aquella Contra-Iglesia, oficialmente fun-
cualquiera que sea y cualquiera sea su procedencia, porque todo dada por el protestantismo y no precisamente por Lutero sino por
bien procede del Padre de las Luces, como dice el Apóstol Santia- Calvino, ha de cumplir una historia de tres etapas. La etapa pro-
go 16 , hubiera de conciliarse con la Revolución y aún bendecirla. piamente protestante, la etapa racionalista, o deísta, y la etapa
Si por el contrario, la Revolución consistiera, en substancia, universal, materialista o política.
en un proceso de alejamiento de Dios, es evidente que· no habría Las dos primeras han pasado ya; en la tercera y última estamos
que pensar en su conciliación con la ·santa Iglesia, aunque muchós entrando. Caractericemos estas tres etapas de la Contra-Iglesia.
y grandes bienes, logrados accidentalmente y por tanto, de ella
separables, pudieran acompañarle. La etapa protestante
La valoración católica del proceso revolucionario moderno
comporta entonces dos actitudes diametrabnente opuestas: una de Los protestantes, empeñados en destruir a la Iglesia Católica,
aceptación, la otra de repudio. que se presentaba como única Institución visible, heredera de las
promesas que salvan, establecieron que la Iglesia de Jesucristo
era invisible, formada por aquellos que verdaderamente se sentían
El "cristianisnw'' justificados y predestinados, cuyo número sólo de Dios era conocido.
Y entonces, las iglesias visibles, las confesiones de creyentes, ¿qué
El liberalismo católico que se inicia con Lamennais no con- sentido tenían? Son -dijeron- de institución puramente humana
siste, Substanci~lmente, sino en uria actitud conciliatoria de la y pueden variar y multiplicarse. Y pueden y, en cierta medida
Verdad _Católica con los Dogmas masónicos del Progreso de la deben, ser nacionales. ¿Entonces la Iglesia Católica -dentro de
humanidad. Pero la conciliación no ha podido efectuarse sin hacer la lógica protestante--- es al menos tan legitima como las confe-
sufrir al concepto mismo de cristia_11ismo una alteración cuyos mo- siones reformistas? De ninguna manera. Porque le falta una
mentos principales conviene tener presente. El mundo moderno nota de garantía de gue debe estar sellada toda confesión para
ha creado la noción de un cristianismo sin la Iglesia. ·Balmes lo ser legítima, es a saber, la desnuda palabra de Dios y el uso legítimo
denunciaba enérgicamente 17. "En realidad -dice--, el verdadero, de los Sacramentos. Luego la Iglesia Católica, está reprobada. Ella
el ú1rico criStianismo es Catolicismo, pero hay ahora la triste nece- es la Babilonia del Anticristo.
sidad de no poder emplear indistintamente estas palabras; y esto En esta primera etapa de la Contra-Iglesia, cuando el clima
no sólo a ca-Usa de los protestantes sino por razón de esa mons- del mundo estaba lleno todavía del sentido sobrenatural de la
truosa nomenclatura filosófico-cristiana que no se olvida jamás de vida, los Reformadores establecían una religión invisible -con
n1eztlar el cristianismo entre las sectas filosóficas''. destino universal-, de la cual son ciertamente excluidos los cató-
licos papistas: un cristianismo, fuera de la Iglesia Católica.
16 I 17
17 Del ~rotestantismo comparado con el catolicismo.

278 279
La etapa racionalista política, es la nueva religión universal de la Libertad r de la De-
mocracia: es el nuevo "cristianismo". ¿Es Vd. católico, protestai;i.te,
Doscientos años después de producida la rebelión protesta"J.te, cismático, infiel, judío, ateo? No importa. Si V d. cree en la Liber-
el mundo no reacciona ya en un plano religioso, sino en un plano tad }'" en la Democracia, es V d. un perfecto "cristiano", forma parte
racionalista. Todo ha sido secularizado. Continúan existiendo las de la gran y universal religión, de la que sólo están excluidos como
religiones, pero sin influencia vital, porque el punto de gravitación réprobos impenitentes, todos aquellos que no quieran adorar al
de la vida humana se ha trasladado de Dios al hombre, de lo tras- dios-libertad y al dios-democracia.
cendente a lo inmanente. Así como la preocupación, en las épocas Así, pues, como los protestantes buscab-an la garantía de per-
pasadas, era indagar lo que Dios había establecido para ajustar a tenencia a la Iglesia invisible de Dios en el sentimiento de sentirse
ello la· conducta, ahora se busca en el hombre mismo, la regla de justificados, éstos la buscan en la idolatría de la Libertad y de la
su vida y aún toda la creación. Democracia. Y como aquéllos afirmaban lo accesorio y variable
En este plano de vida, en que está ahora colocado el hombre, de las confesiones religiosas, éstos también, incluso el ateísmo. Y
¿qué expresión, qué réplica encuentra aquella Contra-Iglesia de como lo único que no toleraban aquéllos era la Iglesia Católica,
los reformadores? Negado todo lo que puede trascender la con- éstos, más insolentes y au<laces, hasta se atreven a abrir las puertas
ciencia del hombre, hay que buscar en el interior del corazón de su nueva religión, también a los católicos, con tal que formulen
humano lo que se refiere a su salud, es decir, la divinidad misma. la profesión de fe democrática. ·
Jesucristo fue modelo de este culto inmanente, del que nos dejaron En el plano materialista a que ha llegado la humanidad, des-
muestras, no tan perfectas, los otros fundadores de religiones. Las pués de los 400 años de la Reforma Protestante, la nueva religión
distintas religiones han de mirarse como manifestaciones accesorias de Libertad y Democracia, es la réplica de la Contra-Iglesia calvi-
de este culto espiritual e interior que únicamente vale. Pero así nista, dilatada ahora a todos los ámbitos del Orbe, y disponiendo de
como el Protestantismo enseñaba que todas las confesiones evangé- todas las fuerzas que, sin violencia, son capaces de mover a los
licas que predicaban la palabra de Dios y usaban los "legítimos" individuos y a los pueblos.
sacramentos eran substancialmente ''cristianas 7 ', con exclusión de En este espíritu .de comunión en la Libertad y en la Democra-
la Iglesia Católica, así ahora los racionalistas admiten la identidad cia, el nuevo y universal "cristianismo" se difundió por el mundo,
de todas las religiones, como expresiones exotéricas de un culto en alas de la propaganda universal.
universal inmanente, del que debe únicamente ser excluido el
culto católico por su carácter abiertamente trascendente y dogmá- Hay una continuidad en aquella Contra-Iglesia de los refor-
tico. madores y esta modernísinia de los nuevos "cristianos". El "cris-
tianismo" se ha dilatado, descendiendo al mismo tiempo, a planos
La etapa democrática más inferiores y groseros de expresión. En la Contra-Iglesia de los
protestantes no entraban sino los que formulaban profesión de fe en
Después de la guerra de 1914, el racionalismo ha sido superado. Cristo, menos los católicos; en la de los. racionalistas, los que man-
Superado, digo, no suprimido, porque ha entrado en una etapa tenían una comunicación interior con la divinidad cualquiera fuera
que le contiene eminenter como contiene también todos los errores su culto o religión, siempre que ésta brotara de la inmanencia del
de las pasadas centurias. Ya hoy, el hombre no reacciona raciona- sujeto, por donde se excluía a los católicos que sólo aceptan una
listicamente, como tampoco religiosamente. Su reacción es una religión transcendente; en la novísima de los democratistas, entran
mezcla turbia de religión, razón, instinto, afectos, pasiones, materia. creyentes y no creyentes y hasta los católicos que se avengan con
Es una cosa innominada que puede expresarlo todo y que no la idolatría de la Democracia; y como estos impíos no descartan la
expresa nada determinado. Es un freudismo que en el plano más posibilidad de conquistar para esta causa a la Iglesia misma -si
exterior de la vida del hombre, en el plano de la manifestación posible fuera- su sueño es una Humanidad unida -por encima

280 281
de la Iglesia- ante el altar del nuevo Idolo, que llaman "cristia- de fundamental y de durable, que en todas partes donde lo conser-
nismo". van, fracasan después de cortos instantes de despotismo y de
Con este sentido "filosófico" de la filosofía condenada por San anarquía. No se consolidan sino donde los católicos se apoderan
Pablo está caro-ada la noción de cristianismo en cu~yo nombre se de ella y de ella hacen salir la verdadera libertad".
hizo l~ Revolución. Junto con la justificación de la Revolución aparece infaltable-
me11te la concepción del cristianismo naturalista, factor de ema11-
cipación social. Nota caracteristica que nunca ha de faltar en el
La justificación de la revolución en Lamennais y el liberalismo católico y que asimismo adquiere singular fuerza en
· liberalisrrw católioo Maritain. "El cristianismo -prosigue Lamennais 21- encontró
el mundo esclavo: su misión política era emanciparlo. Al procla-
Lamennais fue el primer católico que habló de c.atolizar el mar el reino de la inteligencia, la supren1acía del espíritu sobre la
liberalismo de la Revolución. "Se tiembla delante del hberahsmo; carne, de la razón sobre la fuerza, del derecho sobre el hecho,
catolizadlo y,. la sociedad renacerá" 18 . . .. estableció el inmutable y sagrado fundamento de la libertad insepa-
Considera al liberalismo fundado sobre la razón mdiv1dual co- rable del orden,. tanto más grande cuanto el orden es más perfecto,
mo una etapa provisoria, una crisis de crecimiento~ por donde ha porque el orden y la libertad se confunden en su fuente, infinitos
de atravesar necesarian1ente la humanidad en su ruta del progreso. unos y otros en Dios".
"Dios h_a querido -dice Lamennais- que la sociedad avan- La Revolución entonces que tiene por objeto emancipar a los
·zase perpetuamente hacia rm ténnino 9.ue no pu;,d~, alcanzar .sobre pueblos de la tiranía coincide substancialmente con el cristianismo
la tierra, pero al que debe acercarse siempre. . . . la .ley pnmera que es el motor profundo del cambio progresivo moderno. "Que
v fundamental. en virtud de la cual la humamdad U.ende a. d.es- si se considera -escribe 22- la revolución de julio desde esta altura
prenderse progresivamente de los lazos de la. infa'."cia a medida en que desaparecen las intrigas y .las pasiones que, mezclad_as a
que por el crecimiento y desarrollo de la mtehge11;cia, ".mancipada todas las catástrofes políticas, no caracterizan ningru~a. . . y sin
por el cristianismo, alcanzan los pueblos, por as1 .~ec1r, la edad dejarse engañar por lo que esta revolución ha tenido de súbito y de
de hombre: porque lo que. es verdad de éste, tambien lo es d". la fortuito en apariencia, se verá en ella no un hecho aislado,· uno
sociedad v como él debe ella recorrer las fases sucesivas de la vida, de estos accidentes que desconciertan a veces la más sabia previsión,
para lleg,;'/, en la u~idaá de la fe y en el c?nocimiento del Hijo de sino el efecto inevitable -de una antigua impulsión, la continuación
Dios. a la edad del hombre perfecto, al comienzo de esta era grande del gran movímiento que, propagándose desde las regiones del peu-
que ·el Apóstol llama edad .de la plenitud de Cristo (Ef. N, 13) Y samiento en el mundo político hacia 1789, anunció a las naciones
·que, consumando aquí abajo, en la medida e;:i que pued; serlo, la dormidas en el seno de una civílización corrompida y de un orden
emancipación del género humano, le pondra en ]JOses10n de sus gastado, la caída de este orden y el nacimiento de tin orden i1uev-o".
derechos prim.itirns o de la libertad santa que el D10s Salvador ha Sin la elegancia y originalidad que hay que recono.cerle a
venido a deYol-..-er a nuestra natura1eza regei:iera d a " 19 . , . Lamennais se vienen repitiendo estos conceptos en los escntores y
"Que no se ·objete -continúa L~men~a1s 20- el cara~ter anh- oradores liberales y democráticos católicos, con un lenguaje rou-
cristiano que 11an manifestado, en vanos paises, las re·voluc1one? mo- seauniano~ saintsimmoniano, victorhuguesco, tülstoiano, bergsonia-
dernas. Prueba11 que este carácter les es extraño en lo que benen no, según la nota emocional del escritor, pero siempre turbio, como
todo lo que se origina en los bajos fondos de la conciencia, sin el
18 Lettre del 30 janvier 1829, en Oeuvres Completes., Société Belge de Li- control del discernimiento de la inteligencia. En un ensayo de
brairie, 1839, Br-Llxelles.
i9 !bid .. t. IL pág. 460.
20 De Í/.4.z.:enir de la société, -del 28/VI/1831 en Oeuvres Completes, II, 21 !bid.
pág. 459. 22 !bid.

282 283
prospectus del diario l'Ere Nouvelle que, en 1848, fundan l'abbé paternidad auténtica y venerable. Han dejado de sentirse atrevidas;
Maret, Ozanam y Lacordaire, le_e1nos: - se sienten cada vez más verdaderas. Habiendo descubierto, de
"Los principios de 1789 y de 1830, las ideas de la Revolución nuevo, su derecho de ciudad en el dogma, han entrado altivamen-
Francesa, separadas de todo el mal de las pasiones mezclado en te en los espíritus, pidiendo no ya, como en 1830, ser toleradas,
ella pueden constituir todavía la era política del cristianismo y del sino reinar''.
Evangelio. Vemos allí una aplicación posible y cada vez más El -dominico Vicente Maumus, uno de los representantes más
perfecta de este espíritu de justicia y de caridad, de este principio autorizados de esta tendencia, escribe 26 : "Los Estados generales
de dignidad humana, dado al mundo por la revelación Divina. de 1789 fueron, pues, una contrarrevolución, es deci_r, un retorno
Vemos allí al mismo tiempo una de las más bellas conquistas de la hacia las tradiciones nacionales ... se llama revolución a lo ocurrido
razón, siem.pre conforme, en sus verdaderos progresos, con la reve- en 1789, nosotros, por el contrario, creemos que fue una contra-
lación divina. La forma política social que puede resultar de la revolución, pero como las palabras tienen importa11cia secundaria,
aplicélción sincera y real, pero prudente, de eStos principios, nos daremos al movimiento de 1789 el mismo nombre con que general-
parece la más perfecta que los hombres ha.n conocido hasta aquí. mente se le designa, es decir, el de revolución. . . Esta palabra ha
Esta forma política y social lleva el gran nombre de democracia" 23 . sido interpretada de dos maneras, tan distintas, qL1e. en nada se
El mismo abbé Maret había escrito: "La democracia moderna, parecen. Para unos, la revolución es simplemente l? reacción con-
término de todos los progresüs sociales, es eminentemente cris- tra el antiguo régimen, la proclamación de la libertad política y
tiana" 24 • de la igualdad ante la ley. . . esos dos hechos, que resumen el
Este movimiento de conciliación entre la democracia moderna, movimiento de 1789, no son contrarios en 1nanera alguna, al
salida de la Revolución, y la Iglesia, va a ser intentado, en pleno espíritu ni a la doctrina de la Iglesia". Podriamos multiplicar tes-
siglo xrx, por Montalembert y Mons. Dupanloup con el éxito timonios en el mismo sentido, y con el mismo énfasis del P. Le-
conocido de haber provucado la promulgación del Syllabus; pero, al canuet, de .los abbé Gayraud, Lemire, Naudet, Garnier, Dabry, y
fin del mismo siglo, en pleno pontificado de León XIII, ·se va a de laicos como Brunetiere, Piou, Lam3r, Lero:r-Beaulieu. Pero oír
intentar una velada justificación de la posición de Lamennais. De a uno de ellos es oírlos a todos. Transcribamos las pintorescas
ella se hace eco Georges Goyáu 25 , cuando dice: "Entre las ten- palabras de M. Etienne Lamy 27 , con motivo del décimocuarto
dencias de Lamennais y las de los «cristianos sociales» actuales ce:r:ltenario del bautismo de Clodoveo:
existen pocas diferencias y quizás ninguna: de una y otra parte "En vano, las primeras palabras dichas por Francia en 1789,
percibiréis este generoso y apostólico deseo de hacer reinar a Dios en el mOmento mismo en que ·se declaraba so~erana, han sido para
en las masas y no sufrir que los trabajadores cristianos, por efecto abjurar este ministerio religioso (el de ministro [sergent] de
de las circunstancias económicas sean rebajados por debajo de la Cristo). Mientras lo renegaba, Dios no escgchaba, acordándose de
dignidad de hombres ... · Bajo el pontificado de León XIII las los servicios hechos en el pasado y viendo las fuerzas siempre
ideas cristianas sociales que se exponían o insinuaban en l' Avenir prontas para el porvenir. Y la Revolución, a pesar de ello, confe-
han reencontrado su patria. Como relámpagos, cuyo curso no se saba al cristianismo del que había naéido; porque la libertad, la
puede seguir, y cuyo origen y alcance no se puede conocer, surca- igualdad, Úl fr:aternidad que creía haber descubierto habían sido
ban el diario de Lamennais; hoy resplandecen seguras de sí mismas, a
reveladas los hombrés desde hacía dieciocho siglos, por el Evan-
con brillo continuo porque tienen en los doctores de la Iglesia una gelio, r allí las habia aprendido".
En este ambiente turbio y sentimental se formaron Marc
Sangnier y los dirigentes del Sillon, quienes habían de escribir
23 Citado por Emmanuel Barbier, Histoire du Catholicisme liberal· et du
Catholicisme social en France, Imprimerie J. Cadoret, Bordeaux, t. III, pág. 79.
24 Ibid. 26 Madrid, 190-2, págs. 170 y sig.
25 Autour du catholicisme social (Déux. serie, pág. 10 1 1910). 27 France chrétienne devant l'histoire, 1896.

284 2.85
luego: "La Revolución de 1793 no fue antirreligiosa. Un Robespie- La justificación .de la revolución, en nombre
rre, Danto11, Desmoulin, eran profundamente religiosos. . . su filo- del cristianismo, por l\1 aritain
sofía religiosa, la substancia misma del cristianismo de que vivia
Francia" 28 • '~Sería peligroso, en una fiebre de reacción contra la Hasta aquí hemos podido comprobar una manifiesta afinidad
desorganización social, salida de las teorías de Rousseau y de las entre las tesis y fórmulas de la masonería y de la Revolución y del
crisis del 89, desconocer lo que hay de verdaderamente cristiano liberalismo católico. Nadie pensará que sea injusto calificar a los
en el temperamento de los revolucionarios y hasta en la Declara- liberales católicos de quinta columnistas de la Revolución, infil-
ción de los Derechos del Hombre. Este respeto del individuo, este trados en la civilización_ cristiana. Sin duda, que no han de tener
agudo sentido del valor infinito de una sola alma humana, esta ellos, casi en su mayoría absoluta, conciencia de estar realizando
afirmación de que el hombre tiene derechos conferidos por la una obra deletérea y revolucionaria. Por el contrario, en el ingenuo
naturaleza con anterioridad a toda ley escritá, son verdadero y optimismo que generalmente los caracteriza ·se han de sentir
puro cristianismo". avanzadas de la Iglesia que, trabajando en el campo de la Revo-
Nada sorprendente que, llevados de abismo en abismo, abyssus lución, le están arrebatando a ésta sus mejores -y más adiestradas
abyssum invOoat, bautizaran de
"-verdaderos cristianos a Víctor Ru- conquistas.
go, Combeferre, Courbeyrac, porque todo el que admite este ideal Cuestión de mira¡es; peligrosos y funestos, sin duda. Ya
de belleza, de justicia y de bondad, están con nosotros aunque sean decía el Señor que los lobos se disfrazan con piel de ovejas y San
inju.Stos con el catolicismo y lo aborrezCan1' 29 ; nada sorprendente Pablo nos previene contra el diablo que se transfigura en angel
ciue en 1'905 Marc Sangnier se enternezca, escribiendo en el Uni- de luz; y la Revolución, en todas sus formas, particularmente en
vers, a propüs-ito de Gorky, de "estos a11arquistas de alma· mística laS más violentas como el comunismo ateo "contiene en si una
y profunda, de sueños turbios y dulces que la Santa Rusia encierra idea de falsa redención, un pseudo ideal de justicia, de iguddad, de
piadosamente en su Yasto seno, como gérmenes inquietante's de fraternidad" 32 • Maritain estaba lejos de esta engañosa y turbia
revuelta v de extraña seducción. . . descubrámoles el verdadero posició11 cuando escribió Antimoderne, Trois _Reforinczteurs y Pri-
cristianis~o y se echarán sobre él eperdúment~ locamente, como mauté du Spirituel. Entonces, cuando aún no habían comenzado
sobre el término doloroso de «sus inquietas -búsquedas»" 30. los coqueteos con Lamennais que despuntan en Réligion et Culture,
· Este conato de bautizar la ciudad de la Revolución trae a la podia refutar, por anticipado, sus más dilectas teorías del Huma-
memoria aquellas palabras de San Agustín en la Ciudad de Dios 3 '= nisme I ntégral con su estudio sobre Rousseau, cuando escribe:
"Y esto es proJ?io de la ciUdad terrena, reverellciar y servir a Dios "Cristo no puede ser separado de su Iglesia. El cristianismo no
o a los dioses para reinar, Con su fa\""or, con muchas victorias y en está vivo sino en la Iglesia, fuera de ella muere, y como todo
paz terrena, no por amor y caridad de gobernar y mirar por otros, cadáver, entra en delicuescencia. Si el mundo no vive del cris-
sino por codicia de reinar; porque los buenos se sirve11 del mrmdo tianismo viviente en la: Iglesia, muere del cristianismo corrompido
para venir a gozar de Dios; pero los malos, al contrario, para go- fuera de la Iglesia. De ninguna manera puede evitarlo y deshacer-
zar del mundo se quieren servir de Dios, a lo menos los que creen se de él. Cuanto más reniega de su Rey la raza humana, tanto
que hay Dios, o que cuidan de las cosas humanas, porque son más duramente lo aguanta". ·
mucho peores los que ni aún esto creen". Precisamente, en su nueva cristiandad, Maritain comienza por
justificar la Revolución hecha en nombre del "cristianismo". ¿Cuál
cristianismo? "No es -dice-- sobre el cristianismo corno credo
28 Le Sillon, 25 de abril de 1907.
religioso y camino hacia la vida eterna la cuestión que aquí se
29 !bid., 2.1 de octubre de 1901.
30 Les idées du Sillon, pág. 116.
31 L. XV, 7. 32 Pío XI, Divini Redemptoris.

286 287
plantea, sino sobre el cristianismo como fermento :de la vida social Maritain retoma la tesis de Rousseau, del abbé Fauchet, de
y política y como portador de la esperanza tempÜral del hombre; Saint Simon, de Buchez, de Lamennais y de. todo el liberalismo
no es sobre el cristianismo como tesoro de la verdad divina man- católico, hasta Marc Sangnier, quien escribía 36 : "Hemos visto a
tenido y propagado por la Iglesia, es sobre el cristianismo como la Libertad, a la Igualdad, a la Fraternidad nacer del EYangelio,
energía histórica accionando en el mundo. No es en las alturas como una especie de traducción política, tenemos fe que la demo-
de la teología, sino en la profundidad de la conciencia profana y cracia será su traducción social". "Cuando a fines del siglo XVIII
de la existencia profana que el cristianismo actúa así, tomando a -escribe Maritain 37- los Derechos del Hombre fueron proclama-
veces formas heréticas o hasta formas de revueltas en las que dos en América y en Francia y los pueblos fueron imitados al
parece negarse a sí mismo como si los pedazos rotos de la llave ideal de Libertad, de Igualdad, de Fraternidad, se produjo una gran
del paraíso, al caer _sobre nuestra vida de riiiseria y al aliarse Con provocación del pueblo ... y, a través de estas ilusiones, ur..a verdad
los metales de la tierra, lograsen, mejor que la pura esencia del sagrada se hizb sensible a los corazones; que es preciso q11e las
metal celeste, activar la historia de este mundo" 33. energías del Evangelio pasen a la vida temporal de los hombres ... ;
Luegó existe, por confesión explícita de Maritain un "cristia- que la buena nueva anunciada para abrir el cielo y la vida eterna,
nismo" fermento de vida social y política, portador de esperanza exige, también, transformar la vida de las sociedades terrestres en
temporal, energía histórica, que actúa en las profundidades de la el mismo seno de sus miserias y de sus contradicciones; que, en el
conciencia profana; "cristianismo'' distinto del cristianismo como mensaje euangélico, hay implicaciones politicas y sociales que a
credo religioso, del cristianismo tesoro de la verdad divina, man- toda costa deben desplegarse en la historia" 38 .
tenido y propagado por la Iglesia, cristianismo que toma formas Este "cristianismo" de J acques Maritain, "profano"~ "político
heréticas y de revolución. Por esto Maritain escribe a renglón y social", "democrático", "revolucionario", que impulsa "a los
seguido: "No fue dado a los creyentes íntegramente fieles al pobres y los oprimidos a emprender su partida hacia la ciudad de
dogma católico, sino a los racionalistas, proclamar en Francia los justicia y de fraternidad" 39 en lugar de "construir sobre la tierra
derechos del hombre y del ciudadano; a los puritanos en América una fortaleza para Dios, como trató la Edad Media con el Santo Im-
dar el último golpe a la esclavitud; a los comunistas ateos abolir perio" 40 , es "la refracción· social-temporal de las verdades evangé-
en Rusia el absolutismo del provecho privado""· Con ello señala licas" 41 ; la "santidad y la santificación de la_ vida profana'' 42; la
explícitamente que la obra "cristiana" de la Revolucióll francesa "concepción profano-cristiana y no sacral-cristiana de lo tempo-
y de la comunista ha sido realizada por racionalistas y comunistas, ral" 48 ; "la santa libertad de la creatura que la gracia une a Diosn 4 4 ;
pero que ello no la priva de su carácter "cristiano". Al contrario, "la impregnación cristiana de la ciudad cristiana intrínsecamente
insinúa que es una "gracia", un "don" (1110 fu.e dado, dice) 11-0 ética" 45 ;. "el cristianismo que vjvifica e impregna intrínsecamente
acordado por la Providencia a los creyentes íntegramente fieles y constituye a la ciudad cristiana" 46 ; la "sociedad vitalmente cris-
al dogma católico.
Este "cristiariismo" "profano" identificado con la obra revo-
lucionaria de los "racionalistas" y "comunistas" procede sin em,... 36 Le Sillon, 25 de marzo de 19-05.
bargo .:.__dice 35- "de corrientes abiertas en el mundo por la predi- 37 Christ. et Dém., pág. 49; ed. cast., pág. 53.
38 !bid.
cación del Evangelio, como el esfuerzo por abolir la servidumbre 39 !bid.
y el esfuerzo por hacer reconocer los derechos de la persona hu- 40 lbid.
mana''. 41 Humanisme lntégral, Aubier, 1947, Paris, págs. 217 y 247.
42 Ibid., pág. 129.
43 !bid., pág. 168.
3-3 Christ. et Dém., pág. 43; ed. cast., pág. 48. 44 !bid., pág. 169.
34 Ibid., pág: 44; ed. cast., pág. 48. 45 lbid., pág. 173, en nota.
3 5 Ibid. 46 !bid.

288 289
tiana" " la ciwlad laica vitcdmente cristiana o EstadJJ laico cristia- del reino de Dios y de la tierra de los resucitados que está más allá
namente' constituido 48 _; la "democracia personalista'' 49 ; "la obra de la historia 61 ; la dignidad de la persona hrunana que trasciende
hrunana que ha de realizarse sobre la tierra por el paso de_ "quelque el Estado 62 ; la dignidad del pueblo y del hombre de la hrunanidad
chose de divin", de algo divino que es el amor, en los medios hruna- común 63 ; "el sentido de la igualdad natural entre los hombres y
nos y en el _mismo trabajo hi:m~o" 5 º; "las estn;-c_turas soc~ales, la igualdad relativa que la justicia debe crear entre ellos" 64 ; que
instituciones y leyes buenas e msprradas por el esp1ntu _d~ annstad la autoridad de los gobernantes se ejerce en virtud del consenti-
fraternal" 51; "la dignidad de la persona hrunana p~rc'.b1da en el miento de los gobernados 65 ; la "aspiración natural de la persona
misterio de la Encarnación" 52 ; el convivium de cnstranos y no a la- liberación de la miseria, de la servidumbre y de la explotación
cristianos en la sociedad temporal 53 ; el "ideal histórico cristiano- del hombre por el hombre" 66 ; "una marcha hacia la conquista de
temporal" 54; "el humanismo integral" 55 ; "el organismo temporal la libertad conforme con la vocación de nuestra naturalezan 67;
transfonnado y reengendrado según el espíritu cristiano" 56 ; "las "que la amistad cívica no puede prevalecer de hecho si un amor
formaciones políticas temporal y políticamente especificadas y de más fuerte y más universal, el amor fraternal no pasa en ella, y
inspITación intrínsecamente cristiana" 57 ; "la instauración de. una si, volviéndose fraternidad, no pasa los límites del grupo social
verdadera y auténtica cristiandad, y pura de to_do error provemente para extenderse a todo el género hrunano" ' 8 •
de la ideología anticristiana" 58 ; "la nueva cnstrandad, reali~ando Este "cristianismo" caracteriza el estado de espíritu democráti-
según un tipo específicamente di~erente del de la_ edad media las co y la filosofía democrática del hombre y la sociedad y coincide con
exigencias imnutables de una vida temporal cnstlana, que son "las cuatro libertades" de Roosevelt 69 y con la democracia y el or-
exigencias analógicas y no unívocas'' 59 ; la nueva cristiandad ~di­ den internacional del mismo Roosevelt, de las Naciones Unidas, en
ficada según "los principios generales de Santo Tomás de Aqumo cuyo orden "el espíritu de Cristo guiará los corazones de los
y, si puedo hablar así, de su reacción personal frente a los con- hombres y de las naciones 11 10.
flictos de la historia humana" 60 • En consecuencia, el "cristiallismo" de Maritain comporta una
Este ''cristianismo" actualizado bajo la inspiració11 evangélica filosofía de la vida humana, basada en las ideas ilwninistas de la
"€11 función de la historia" en ''la conciencia profana: de los pue- masonería, en su famoso ternario sacro de Libertad, Igualdad y
blos'', comprende los siguientes "pensamientos, aspiraciones y ver- Fmternidad, encarnados luego en la vida por la Revolución, Ma-
dades": que el "progreso''- tiende a "~acer pasar las estructura_s ·de ritain, al igual que Lamennais y todos los liberales católicos,
la conciencia y las estructuras de la vida hrunana a estados me¡ores acepta estos dogmas; no los acepta evidentemente "en nombre
y eso, durante todo el largo de la histona, hasta el advemnnento del ateísmo". Al contrario, cree que la acción de la Iglesia es
necesaria para esta labor, en la cual debe influir, no directamen-
te, sino indirectamente, influyendo sobrenaturalmente en las almas
47 Ibid., pág. 181; Les Droits,_ pág. 37; ed. cast_., pág. 45. de ciudadanos selectos, preclari cives, o nuevas formaciones o comu-
48 Hum. lnt., pág. 182.
49 Ibid., pág. 206.
50 Ibid., pág. 208.
51 Ibid., pág. 209. 61 Christ. et Dém., pág. 54; ed. cast., pág. 58.
52 Ibid., pág. 211. 62 Ibid.
53 Ibid., pág. 211. 63 Ibid.
54 Ibid., pág. 267. 64 Ibid., pág. 57; ed. cast., pág. 61.
55 Ibid., passim. 65 !bid., pág. 58; ed. cast., pág. 62.
56 Ibid., pág. 273. 66 !bid., pág. 62; ed. cast., pág. 67.
57 Ibid., pág. 274. 67 !bid.
6 8 !bid.
58 Ibid., pág. 213.
s9 Ibid. 69 Les Droits, pág. 93-93; ed. cast., pág. 116.
60 Ibid., pág. 212. 70 Christ. et Dém., pág. 66-67; ed. cast., pág. 72.

290 291
nidades religiosas, dedicadas luego a esta obra de santificación Maritain no_ hace sino resucitar esta tentativa de conformación
de lo temporal o profano 71 • de la doctrina práctica de la Iglesia con el siglo. La novedad de su
En este "cristianismo terrestre'' o "democracia", "anticipo aporte reside en la indiscutible autoridad del filósofo, en una sutil
de la tierra de los resucitados" 72 han de trabajar creyentes y no y especiosa mise en scene, en el uso de principios y fórmulas del
creyentes, budistas, sintoístas, brahmanistas, porque "esta renova- Doctor Angélico traídas laboriosamente, como la famosa teoría de
ción espiritual por muy irreductible división que comporte sobre la analogía, y sobre todo en el empleo de un lenguaje filosófico
el plano dogmático y religioso, ejercerá una acción común y pro- ondulante, lleno de distinciones, en un presentar y decir las cosas
ducirá frutos comunes al trabajar en el espesor de la vida del como in angulis, que. le pennite def_ender, en ·substancia, las
mundo, para transformar la existencia_ temporal". mismas posiciones prácticas de los enemigos de la Religión, sin
Las teorías de Maritain no contienen nada que, ert los más ponerse en contradición al parecer manifiesta con fórmulas de la
pintorescos tonos, _no se viniera pregonando en los ambientes libe- Iglesia.
rales y democráticos católicos después que Lamennais, su infortu- El maritainismo_ encarna hoy, sobre el plano internacional, lo
nado creador, las llamara a la existencia. Ahogadas en su cuna que fue en su tiempo el liberalismo de Lamennais, el de Montalem-
por la l\dirari Vos de Gregorío XVI, resucitadas luego con el bert, el de los demócratas cristianos y el. del Sillon. El resonante
movimiento democrático católico de. 1848, encontraron en Mons. triunfo, alcanzado por la causa de la Democracia, adjudica éxito
Dupanloup, obispo de Orleans y en el Conde de M()ntalembert, al marítainismo en los medios católicos, por aquello que para
sus brillantes apologistas, pero fueron vencidas por la elocuencia el vulgo -y el vulgo comprende a muchos que se creen cultos-
apostólica del nuevo San Hilario, el gran Cardenal Píe, obispo de la verdad está de parte de los que "triunfan'' como si no estuviera
Poitiers, quien en las Instrucciones sinodales sobre los pnºncipales condenada en el Syllabus la proposición 59 que dice: "El derecho
errores del tiempo presente, de los años 1857, 1858, 1862 y 1863, consiste en el hecho material y todos los• deberes de los hombres
suscitó el gran movimiento de la Fe Católica que se pronunció son palabras vanas, y todos los hechos humanos tienen fuerza de
solern11:emente, contra los errores del liberalisn10 católico,_ en las derecho". Y así no deja de aparecer gracioso que .el desenlace de
Alocuciones del Pontífice Pío IX, en su encíclica Quanta . Cura acontecimientos internacionales v-a:ya acompañado del espectáculo
promulgada juntamente con el Syllabus y por fin, en el Gran que ofrecen sociólogos sexagenarios }'"a, exultantes, porque sus
Concilio Vaticano. ilusiones democratistas de juventud, archivadas o _disimuladas des-
Pero colno el liberalismo católico no es otra cosa que ~l intento pués de la condenación del Sillon, logran categoría de victoria en el
de conformar. la vida social católica a las máximas del siglo, en actual maritainismo; católicos cuarento11es,. insatisfechos, aspirantes
contra del precepto del Apóstol que dice: Nolite conformari huic a una diputación o a un ministerio; mujeres "'teólogas'' que manejan
saeculo, no queráis confonnaros con este siglo 73 es_tando triunfante con inalterable desenfado la Escritura, los Concilios, los Padres, los
el siglo, había de reaparecer. Y en el Pontificado de León XIII Pontífices, los teólogos, la filosofía, la hagiografía; féminas "sufra-
interpr_etandq aviesamente sus sabias directiva.? políti_co-:sociale~ gistas'' que reclaman por sus derechos políticos; todos u'nidos, en
pulularon una infinidad de laicos y clérigos que se propusieron amistad fraternal, alrededor del Maestro "infalible" y "santo",
salvar a la Santá Iglesia con la democracia, salida del Evangelio; encar11ación del nuevo "cristianismo". Y en un atrevimiento tan
mtento que tuvo su expresión típica en el movimiento de los necio q·ue no le permite ser impío, se atreven a torcer el sentido
demócratas cristianos de los abbés Naudet, Lemire y Dabry y del de la Alocución de Pío XII sobre la Democracia, como si .la Cá-
Si/Ion hasta que fueron aventados por el ardor apostólico de Pío X. tedra Romana pudiera enseñar hoy otra cosa que lo que viene
enseñando desde Pedro, Gregorio VII, Inocencia III, Bonifacio
71 Humanisme Intégral, pág. 274.
VIII, Clemente XII, Pío VI, Gregario XVI, Pío IX, León XIII,
72 Christ._ et Dém., pág. 54; ed. cast., pág. 59. Pío X, Pío XI.
73 Rom., XII, 2.

292 293
La actitud oficial de la Iglesia frente y el otro por cuanto es contrario a la virtud y a la verdad. El
a la revolución uno es el reino de Dios en la tierra, es decir, la verdadera Iglesia
de Jesucristo, a la cual quien quisiese estar adherido de corazón
Por eso, para juzgar, desde un punto de vista católico, la y según conviene para la salvación necesita servir a Dios y a su
"nueva cristiandad" de Maritain .do11de la Revolución resurge bau- unigénito Hijo con todo su entendimiento y toda su voluntad; el
tizada, vamos a estudiar primeramente cuál ha sido la actitud de otro es el reino de Satanás, bajo cuyo imperio y potestad se en-
la Iglesia frente al proceso Rernlucionario. cuentran todos los que, signiendo los funestos ejemplos de su
Podemos sintetizar dicha actitud en la siguiente proposición caudillo y de nuestros primeros padres rehusan obedecer a la le;
que iremos documentando por parte: divina y eterna y acometen empresas contra Dios y prescindiendo
a) Existe un proceso histórico, esencialmente anticristiano, de Dios. Agudamente conoció y describió Agustín estos dos reinos
que tiene ¡x>r objetii:o destridr la civilización cristiana; a modo de dos ciudades de contrarias leyes y deseos, comprendien-
b) civilización cristiana formada por la Iglesia y que alcanzó do con sutil brevedad la causa eficiente de una y otra con estas
su esplendor en la Europa cristiana; palabras: Dos amores edificaron dos ciudades: el amor de sí
c) para substituirla por una civilización anticristiana que pi- mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el
sotea los principios del Derecho público eclesiástico --el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la celestial".
Evangelio auténtico y no el pseudo-evangelio masónico-- Después de demostrar la transcendencia histórica de esta lucha
y erige los principios del Derecho Nuevo o Derechos del verdaderamente universal que se conecta con el primer origen del
Hombre; mal en la Creación, prosigue el Pontífice:
d) Derecho nuevo, que proviene de los errores del naturalis-
"Durante toda la continuación de los siglos contienden entre
mo, largamente condenados; sí con varias y múltiples arinas y peleas, a11nque no siempre con
e) civilización anticristiana, cuyos jalones lo señalan la Re-
igual impetu y ardor~ En nuestros días, todos los que favorecen la
forma, el filosofismo, la Revolución francesa, el liberalismo, peor parte parecen oonspirar a una y pelear oon la mayor vehe-
el socialismo r el conzunismo, obra de los franc-masor.es. mencia, siéndole gzáa y auxilio la sociedad que llaman de los maso-
nes, extensamente dilatada y firmemente constituida. Sin disimular
f) La Revolución Francesa representa en la historia cristiana
ya sus intentos, auda=ente se animan contra la majestad de
una gran conversión de las cosas que removió los funda-
Dios, maquinan abiertamente y en público la ruina de la Santa
mentos de la sociedad cristia1w.
Iglesia, y esto con el propósito de despojar, enteramente, a los
De acuerdo a las enseñanzas pontificias que abarcan una serie pueblos cristianos de los beneficios que les granjeó Jesucristo, nues-
continuada de documentos públicos del Alto Magisterio eclesiástico tro Salvador".
exponemos lo siguiente: No obstante la Iglesia con el favor indefectible de Jesucristo
que le ha prometido su asistencia hasta el fin de los síglos 74, no
a) Existe_ un proceso histórico esencialmente anticristiarw qu.e subestima el peligro de esta lucha y así escribe Benedicto XV:
tiene por objetivo destruir la civilización cristiana. "Después de los tres primeros siglos, en los que el orbe fue
La. Iglesia ha gustado colocar esta lucha, en una grandiosa regado con la sangre de los cristianos, nunca se halló en tanto peligro
perspectiva . de la historia universal. Por esto León XIII en la (La Iglesia) como ha comenzado a estarlo a fin de/siglo XVIII" 75 .
célebre encíclica H urnanum Genus contra los francmasones escribe: Y prosigue León XIII: "Así que en espacio de siglo y medio
"El humano linaje, después de haberse por envidia del demonio, la secta de los masones se ha apresurado a lograr aumentos mayores
miserablemente separado de Dios, creador y dador de los bienes
celestiales, quedó dividido en dos bandos diversos y adversos, de 74 Mt., XXVIII, 20.
los cuales el uno combate asiduamente por la verdad y la virtud 75 Citado por Garrigou-Lagrange, De Revelatione, pág. 602.

294 295
que cuanto podía esperarse, y entrometiéndose por la audacia y el que, guiada r bendecida por la Iglesia, reteniendo la variedad de
dolo en todos los órdenes de las repúblicas, ha comenzado a tener naciones; .arribó a itna unidad fom.entadora de prosperidad y gran-
tanto poder que parece haberse hecho casi dueña de los Estados. deza. Preclaramente dice a este propósito San Agustín: "Esta ce-
De tan rápidos y terribles progresos se ha seguido en la Iglesia, en leste ciudad, mientras peregrina por la tierra, llama a los ciudada-
la potestad del príncipe y en la salud pública la ruina prevista nos de todas las naciones y forma una peregrina sociedad con
muy de atrás por nuestros predecefüres, y esto ha llegado a punto variedad de lenguas, no preocupándole la diversidad de costumbres,
de temer grandemente para el venidero, no ciertamente por la leyes e instituciones con que la paz terrena se logra o se sostiene,
Iglesia, cuyos fundamentos son bastante firmes para que puedan sin rescindir nada de esto ni destruirlo, antes consen-ándolo y con-
ser socavados por esfuerzos humanos, sino por aquellas mismas tinuándolo, pues lo que es diverso en las diversas naciones se
naciones en que logra grande influencia la secta de que hablamos ordena al mismo fin de la terrena paz, siempre que no estorbe a
u -Otras semejantes que se agregan como auxiliares y satélites 76, la religión que enseña a adorar a Dios, uno, sumo, y verdadero".
Que esta lucha se entable no sólo contra la Iglesia, sino contra Y así, el mismo santo Doctor habla a la Iglesia: Tú unes ciudadanos
la civilización cristiana, decláralo Pío X: La civilización del con ciwladanos, naciones con naciones y a todos los hombres, recor-
mundo es civilización cristiana; tanto es más verdadera .Y fecunda dando .a sus primeros padres, no sólo en sociedad, sino en cierta
en· preciosos frutos, cuanto es genuinamente cristiana; tanto más fraternidad".
declina, con daño inmenso del bienestar social, cuanto_ más se subs- Y Pío XII 79 : "Ciertamente que cuando Europa fraternizaba,
trae a la idea cristiana. . . No hace falta decir qué linaje de prospe- en idénticos ideales recibidos de la predicación cristiana, no faltaron
ridad y bienestar de paz y concordia, de respetuosa sumisión a la disensiones, sacudimientos, y guerra que la desolaran; pero, tal
autoridad y de acertado gobierno se lograría y florecería en el vez, jamás se experimentó más penetrante el desaliento de nues-
mundo si pudiera efectuarse por entero la cabal idea de la civiliza- tros días, sobre la posibilidad de arreglo; estando viva entonces
ción cristiana. Mas una vez admitida la guerra continua de la aquella conciencia de lo justo y de lo injusto, de lo lícito y de lo
carne contra el espíritu, de las tinieblas contra la luz, de Satanás ilícito, qu.e posibilita los acuerdos, mientras referían el desencade-
contra Dios; no es de esperar tamaña fortuna, al menos en su narse en las pasiones y- dejar abierta la vía a una honesta inteligen-
plenitud. Pues a la pacífica conquista de la Iglesia se van haciendo cia. En nuestros días, por el contrario, las disensiones no provienen
infracciones continuas tanto más dolorosas -Y funestas cuanto la únicamente del ímpetu de pasiones rebeldes, sino de una profrmda
humana sociedad propende más a regirse por principios adversos crisis espiritual, que ha trastornado los sanos principios de la moral
al concepto cristiano, hasta apostatar totalmente de Dios" 11. privada y pública".
Y a León XIII, explicando los principios rectores de la ciudad
b) Civilización cristiana formada por la Iglesia, que alcanzó cristiana que hoy, como en la Edad .Media, han de sostener y a
su esplendor en la Europa cristiana. los cuales han de ajustar su acción los católicos que no se funda-
Y Benedicto XV, en su magnífica encíclica sobre la paz 78 : "Y mentan precisamente sobre la libertad y la fraternidad universaL
así, por la historia sabemos que los antiguos pueblos bárbaros de sino sobre la concordia del sacerdocio y del imperio, sobre la
Europa, desde que en ella penetró el espíritu de la Iglesia, suavi- Iglesia y el Estado, felizmente concertados, escribe so.
zándose poco a poco las múltiples y máximas diferencias entre "Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba
ellos mismos, y desapareciendo sus discordias, se unieron para la los Estados. Entonces aquella energía propia de la sabiduría
formación de una sociedad homogénea, y nació la Europa cristiana cristiana, aquella su divina vrrtud, había compenetrado las leyes.
las instituciones, las costumbres de los pueblos, infiltrándose en
76 Humanum Genus.
77 ll Fenno Proposito. ·79 Summi Pontificatus.
78. Pacem Dei Munus. so lnmortale Dei.

296 297
todas las clases y relaciones de la sociedad; la religión fwulada pür civil. De aquí, como de fuente, se derivaron aquellos modernos
] esucristo, oolocada firmemente sobre el grado de honor y de altura principios de libertad desenfrenada inventados en la gran revolución
que le corresponde, florecía en todas partes, secundada por el grado del pasado siglo y propuestos como base y fundamento de un dere-
y adhesión de los príncipes y por la tutelar y legítima deferencia cho -nuevo, nunca jamás co11-ocido, y que disiente en muchas de sus
de los magistrados; y el sacerdocio y el imperio, concordes entre sí partes no solamente del derecho cristiano, sino también del natural".
departían con toda felicidad en amigable consorcio de voluntades e Cuáles sean estos principios, los puntualiza a continuación el
intereses. Organizada de este modo la sociedad civil, produjo bienes Pontífice: "Supremo entre tales principios es el de que todos los
muy superiores a toda esperanza. Todavía subsiste la memoria h.ambres son iguales; que cada cual es dueño de sí mismo; que
de ellas, y- quedará consignada en un sinnúmero de monumentos pueden pensar libremente lo que quieran; que nadie tiene derecho
históricos, ilustres e indelebles, que ninguna corruptora habilidad de mandar sobre los demás; que no hay más origen de autoridad
de los adwrsarios podrá nunca desvirtuar ni obscurecer. que la voluntad del pueblo; que el Estado no es más que una mu-
"Si la Europa cristiana domó las naciones bárbaras y las hizo chedumbre maestra y gobernadora de si misma; que no profesa
pasar de la fuerza a la mansedumbre, de la superstición a la públicamente ninguna religión; que ha de haber" la libertad de
verdad; si rechazó victoriosa las irrupciones de los mahometanos, conciencia, la libertad de culto, la libertad de pensar, y la libertad
si conserva el cetro de la civilización, ~l ha sabido ser maestra y de imprenta".
guía del resto del mundo para descubrir y enseñarle todo cuanto
podía redundar en pro de la humana cultura; si ha procurado a d) Derecho nuevo que proviene de los errores del naturalismo,
los pueblos el bien de la verdadera libertad en sus diferentes largamente condenados.
formas; si co11 muy sabia providencia ha creado tan numerosas y Un grueso volumen sería me11ester para co1i.tener los docu-
heroicas instituciones para aliviar a los hombres en sus desgracias, mentos de la Cátedra Romana que, en forma ininterrumpida, viene
no hay que dudarlo, todo ello lo debe agradecer grandemente a la condenando los errores del Derecho nuevo, desde Clemente XII 82 ,
religión, que le dio para €Xcogitar e i:rliciar tamañas empresas, ins- denuncia a los fianc-masones y sus teorias naturalistas, Benedicto
piración y aliento, así como auxilio eficaz y constante para llevar- XIV, Pío VI que, en reiterados documentos reprueba la impiedad
las a cabo". de la Revolución Francesa, Pío VII, León XII, Gregario XVI, el
gran Pío IX, con medio centenar de encíclicas o alocuciones conde-
e) Una civilización anticristiana que pisotea los princip-ios _del natorias de los errores modernos, catalogados luego en el famoso
Derecho público eclesiástico --el Evangelio auténtico y no el pseudo- Syllabus de 1864, León XIII en sus magistrales encíclicas, Pío X
euangelio masónico-- y erige los principios del derecho nuevo o en la Pascendi y en el Sil/on, Benedicto XV, Pío XI en documentos
Derecho del Hombre. recientes hasta Pío XII en su gran encíclica Summi Pontificatus
Después de exponer León XIII 81 , en forma magistral, los - y en sus no menos valiosas alocuciones. ·
grandes principios de la ciudad cristiana, en que eran primera y Estos errores, en lo que se refiere al derecho público, pueden
públicamente reconocidos los derechos de Dios, cuya representación resumirse con las palabras de León XIII 83 contra los franc-masones:
en la tierra ejerce por disposición divina, la Santa Iglesia, pasa a "Vienen en seguida los principios de ciencia política. En este
exponer los principios del Derecho nuevo que rige la ciudad moder- género estatuyen los naturalistas que los hombres todos tienen
na a11ticristiana y escribe: "Pero las dañosas y deplorables noveda- iguales derechos y son de igual condición en todo; que todos son
des promovidas en el siglo xvr, habiendo primeramente trastornado libres por naturaleza; que ninguno tiene derecho para mandar a
las cosas de la religión cristiana, por natural consecuencia vinieron otro, y el pretender que los hombres obedezcan a cualquiera autori-
a trastornar la filosofía, y por ésta, todo el orden de la sociedad
82 In eminenti.
s1 Ibid. 83 Humanum Genus.

298 299
dad que no venga de ellos mismos es propiamente hacerles violencia. L 1BERAL1 s M o. "Ha:y muchos imitadores de Lucifer, cu-
Todo está, pues, en manos del pueblo libre; la autoridad existe por yo es aquel nefando grito no serviré, que con nombre de libertad
mandato o concesión del pueblo: tanto que, mudada la voluntad defienden una licencia absurda. . . y quieren ser llamados li-
popular, es lícito destronar a· los príncipes aún por fuerza. La berales" 87 •
fuente de todos los derechos y obligaciones civiles está o en la
multitud o en el Gobierno de la nación, informado, por supuesto, So e I AL 1 s M o Y e o 1\í u NI s l\'.I o. "De aquella herejía
según los nuevos principios. Conviene, además, que el Estado sea nació en el pasado siglo el filosofismo, el llamado derecho nuevo, la
ateo; no hay razón para anteponer una u otra ,entre las varias soberarúa popular y; recientemente, una licencia, incipiente e
religiones, sino todas han de ser igualmente consideradas. ignara, que muchos califican sólo de libertad; todo lo cual ha traído
"Y que todo esto agrade a los masones del mismo modo, y estas plagas, que se llaman conzum·smo, socialismo y nihilismo,
quieran ellos constituir las naciones según este modelo, es cosa tan tremendos monstruos de la sociedad civil, cuyos funerales parecen.
conocida que no necesita de:µiostrarse. Con todas sus fue;rzas e Y sin embargo muchos se esfuerzan por extender y dilatar _el im-
intereses lo están maquinando así hace mucho tiempo, y con esto perio de taritos males, y so color de favorecer los intereses de las
hacen expedito el camino a otros más audaces que se- precipitan a muchedumbres, promovieron 110 poco.S incendios de calamidades" 88,
cosas peores, como que procuran la igualdad y comunión de toda
la riqueza, borrando así del Estado tod_a diferencia de clases y Podríanios contentarnos con esto Para ·nuestros propósitos.
fortunas". · Pero es menester, en estos momentos en que la lucha alcanza su
punto culminante y en que la impiedad, dueña casi absoluta de
e) Civilización anticrzstzana, cuyos jalones lo señalan la Re- todo el poder universal, está a punto de entronizar la ciudad anti-
forma, el filosofismo, la Revolución Francesa, el liberalismo, el cristiana universal, preparada desde los días de Caín, tomar con-
socialismo y el comunismo. ciencia de· este momerito dramático de expectación entre las potes-
tades aéreas, de que habla el apóstol 89, no sea que esta hora de
L A R E F o R M A. " . . . las doctrinas inventadas por los mo- tinieblas sea interpretada por algunos como de esplendor cristiano.
dernos ... , como otros tantos acicates, estimulan las pasiones popu- Hoy la lucha, tiene como objetivo inmediato la dominación de
lares, que se engríen }'" se insolentan precipitándose por fácil- pen- la ciudad temporal, para hacerla entrar bajo el poder del Anticristo.
diente a los ciegos mo';,rimientos y abiertas sediciones, amenazando Es una lucha por el desorden anticristiano que hoy tiene su expre-
la vida misma de los Estados. Lo cual se comprueba con lo que sión con~reta máxima en el Comunismo y en aquellos movimientos
sucedió en los tiempos de la llamada Reforma . .. " 84 . que llevan a él, como el liberalismo y socialismo. Esta es una
F r Los o F r s M o. "Pero después que aquellos que se glo- verdad que no se puede desconocer después que Pío XI la ha
riaban con el nombre de filósofos atribuyeron al hombre cierta puesto de manifiesto en las encíclicas Caritate Christi del 3 de
desenfrenada libertad y se empezó a formar y sancionar un Derecho mayo de 1932 y en Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937.
nuevo, contrario a la ley natural y divina" 8 5 . Célebre es la enseñanza del Papa:· "Procurad -dice'---, venerables
REVOLUCIÓN FRANCESA. "De aquí, como de fuen- hermanos, que los fieles no se dejen engañar. El comunismo es
te, se derivaron aquellos modernos principios de libertad desenfre- intrínsecámente perverso y no se puede admitir que colaboren con
nada, inventados en la gran revolución del pasado siglo . .. " 86 • él en ningún terreno los qUe quieren salvar la civilización cristiarw".
Y como algnien, valiéndose de sutiles distinciones pudiera des-

84 Diuturnum. 87Libertas.
85 Quod Apostolici Muneris. 88Diuturnum.
86 Inmortale Dei. 89 Efesios, II, 2.

300 301
vincular la idea comunista del estado bolchevique, el Papa tiene los me_nos desarrollados, de modo que ningún rincón de la tierra
la precaución de identificarlos ! así habla en_ repetidos I'asajes del s~ ve, ~bre de ellas, se explica por una propaganda verdaderamente
comunismo soviético o bolcheVIque, o rnoscoV1ta. Es decir que, en dz_af;olzca, cual el mundo tal vez jamás ha conocido: propaganda
concreto la lucha se entabla hoy entre la civilización cristiana, dirzgi_iúz desde un solo centro y aiúzptada habilísimamente a las
reino d; la Iglesia; y el con:iunismo at~o .bolchevique, co;-1. su cx:ndzczones de los diversos pueblos". Es este centro el que ha some-
cabeza, por ahora, en Rusia, remo del Anucnsto. ::ar esto P10 XI udo a Rusia ba30 el yugo comunista como lo declara el Pontífice·
aplica al comunismo,_ a qu:iei; '.lama el mal mas ~remendo ~e "Pero con esto no queremos en modo alguno co11denar en mas~ -
nuestros tiempos (Carztate. Chrzstz) Jos caracteres _Propi?s _del Anti- a. los pueblos de la Unión Soviética, por los que sentimos el más
cristo. Así dice en la Carztate Chrzstz: ... ese odzo satanzco contra vivo afecto _Paterno. Sabemos que no pocos de ellos gimen bajo el
la religión, que recuerda f!z. "!'Jrsterium in:·qit_itat.is de ;¡ue nos habla ~uro yugo zmpuesto a _la fuerza por hombres en su mayoria extra-
San Pablo '°; y en la Dzvznz Redemptorzs escribe: · Y es esto, fo nos a !.os ver,~deros zntereses del ¡xzí.s, y reconocemos que otros
que por desgracia, estamos viendo: por la przmera v~z en !.a Hz:- mu~hos han sido engañados con falaces esperanzas. Condenamos
toria. asistimos a una lucha fríamente calculada y cmdadosan;en<e el sistema y a sus autores y fautores, los cuales han considerado a
preparada «contra todo lo que es divino», «aludiendo al pasa3e de Rusia como terreoo má.s apto para poner en práctica un ·sistema
la II Carta de San Pablo a los fieles de Tesalónica donde el apóstol elaborado desde hace decenios, y de alli siguen prooagándolo por
se refiere al Anticristo, con estos términos: Nadie os engañe en todo el mundo" 92. - '

ninguna manera: porque..si 1w vini~~~ primero la apostasía, y se pe aquí que sería grave error considerar el comunismo bol-
descubriere primero el hz¡o de perdzczon, el que lucha contra todo chevique como un sistema erróneo y peligroso -uno de tantos-
lo qu.e es divino . .. ''. . . desvinculado d_e otros; ... es el peligro más grave y fundamental
El parentesco del comunismo con el h~'.'rahsmo lo ~punt~ el P°:rq:ie es el sistema excogitado para ser opuesto a la civilización
Pontífice en la misma carta cuando escribe: Y para explicar como cnsuana, por _aquellos que controlan y dirigen la lucha secular
ha conseguido el comunismo que las masas obreras lo hayan acep- c~ntra la Iglesia y ~a civilización cristiana. De aquí que el mismo
tado sin examen conviene recordar que éstas estaban ya preparadas P10 XI e". su Dzvznz Redemptorzs tenga especial cuidado en vincular
por el abandon~ religioso y moral en que las había dejado la eco- el c?mumsmo bolchevique con el comunismo que aparece en 1846
nomía liberal ... ". Ahora pues, se recogen los frutos de errores y aun con las otras fuerzas descristianizadoras. Dice así Pío XI·
tantas veces: denun.ciados por nuestros predecesores ) por Nos 1
"_Desde los tiempos en que algunos círculos ocultos pretendiera~
mismos, y no hay que maravillarse de que en un .mundo tan honda- lzb~r'.a; la civilización humana de las cmienas de la moral y de la
mente descristianizado desborde el error comunzsta. . relzgz?:z, nuestros Predecesores llamaron abierta y explícitamente la
Estas autorizadas consideraciones que podrían ser más docu- atenc10n _del mundo sobre las consecuencias de la descristianización
mentales y precisas si lo permitiera la estrechez . de este estudio, de la sociedad humana. Y yor lo que hace al comunismo, ya desde
nos muestran que hay una continzáiúzd en_ '.a ac~ión de_ los que a 1846 nuestro Pred:~esor P10 IX, de. santa memoria, pronunció una
traYés de. ]os siglos combaten contra la civihzac10n cns_aana. Es,to solemne condena~10n, confirmada después en el Syllabus, contra
es ya suficiente para pensar que hay un centro de a~uvidad comun «la nefaniúz doctrzna del llamadn comunismo, tan contraria al mis-
que dír:ige esta lucha. La Cá:edra Ro~ana ~o ~~ deia~o de denun- mo dere_~ho natuml; la cual, una vez admitida, llevaría a la rmlical
ciarlo con toda claridad. As1 dice Pio XI : Ademas esta difu- subverszon de _los derechos, bienes y propiedades de todos, y aún de
sión tan rápida de las ideas comunistas que se :infiltran en todos la ':'zsma soczeiúzd humana». Más tarde otro Predecesor nuestro
los países, lo mismo grandes que pequeños, en los cultos como en de imnortal memoria, León XIII, en la encíclica Quod Apostolici
Munerzs, lo defmía «mortal pestilencia que se :infiltra por las
f'·O II Tes., II, 7;
91 Divini Redemptoris. 92 !bid.

302 303
articulaciones más íntimas de la sociedad humana y la pone en Gregorio XVI y Pío IX, por cierto repetidas veces, hablaron en el
peligro de muerte»; y con clara visión indicaba que las corrientes mismo sentido". Destaca a continuación el Pontífice el poderío
ateas entre las masas populares en la época del tecnicismo, traían que ha alcanzado esta secta, "entrometiéndose por la audacia y el
su origen de aquella filosofía, que de siglos atrás trataba de separar dolo en todos los órdenes de la república hasta el punto que parece
la ciencia y la vida de la fe y de la l glesia". haberse hecho casi dueña de los Estados", y explica luego cómo se
Resulta entonces que, de acuerdo a las enseñanzas del Magis- ayuda en su labor de otras sociedades. "Hay varias sectas que, si
terio de la Iglesia, el comunismo ateo moscovita, enemigo número bien diferentes en nombre, ritos, formas y origen, unidas entre sí
rmo de· la civilización cristiana, está vinculado con el comunismo por cierta comunión de propósito y afinidad entre sus opiniones
que hace su entrada en la historia en 1846 con los conatos revolu- capitales, concuerdan de hecho con la secta masónica, especie de
cionarios de entonces y con la justificación cientifica que le buscan centro de donde todas salen y adonde vuelven. Estas, aunque apa-
Marx y Engels. Está vinculado asimismo con el liberalismo y el renten no querer en manera alguna ocultarse en las tinieblas, y
filosofismo que trabajan desde los primeros años del siglo xvrn, en tengan sus juntas a vista de todos y publiquen sus periódicos, con
esta obra de destrucción de la civilización cristiana. Y aquí uno se todo, bien miradas son un género de sociedades secretas, cuyos usos
pregunta: ¿puede explicarse esta camp~ña sistemáticamente con- conservan. . . Con. estas mentidas apariericias y arte constante de
tinuada contra la Iglesia y la civilización cristiana, a través de fingimiento, procuran los masones con todo empeño, como en
centurias, si no hay un mismo y continuado cerebro que excogita y otro tiempo los maniqueos, ocultarse y no tener otros testigos que
una :misma y continuada mano que ejecuta? Para develarnos este los suyos. Buscan hábilmente subterfugios, tomando la máscara de
misterio fue escrita por León XIII la Humanum Genus, donde nos literatos y sabios que se reúnen para fines cientificos; hablan con,
dice: "Dtrrante la continuación de los siglos contienden entre sí tumamente de su empeño por la civilización, de su amor por la
con varias y múltiples armas y peleas aunque no siempre con ínfima plebe; que su único deseo es mejorar la condición de los
igual ímpetu y ardor. En nuestros días, todos los que favorecen pueblos y comunicar a cuantos más puedan las ventajas de la
la peor parte parecen conspirar a una y pelear con la mayor vehe- sociedad civil".
mencia, siéndoles guía y amcilio la sociedad que llaman de los Debajo de estos títulos humanitarios y fraternales se esconden
masones,, extensffillente dilatada y firmemente constituida''. los malévolos intentos, como dice León XIII, de "acabar con la
Y para que nadie pueda imaginar que el Pontífice se refiere religión y la Iglesia conservada perennemente por el mismo Dios, y
a enemigos momentáneos de la Iglesia y no a enemigos continuados resucitar después de dieciocho siglos las ·costumbres y doctrinas
que llevan su labor a través de una acción perseverante de siglos gentilicas". Estas fuerzas ocultas son denunciadas también por
y en las más diversas situacj.ones y lugares, invoca León XIII los Pío XI en importantes documentos, como promotoras de la des,
Documentos de sus Predecesores diciendo: "Los Romanos Pontí- trucción de la civilización cristiana. Hablando del comunismo en la
fices nuestros .antecesores, velando solícitos por la salvación del Divini Redemptoris y examinando las causas de su propagación,
pueblo cristiano, conocieron bien pronto quién era y qué quería añade: "Una tercera y poderosa ayuda de la difusión del comunis-
este capital enemigo apenas asomaba entre las tinieblas de su mo es esa verdadera conspiración del silencio ejercida por una
oculta conjuración; y como declarando su santO y seña, amonesta- parte de la prensa mundíal no católica. Decimos conspiración,
ron con previsión a principes y pueblos que no se dejaran prender porque no sé puede explicar de otro modo el que una prensa tan
en las malas artes o asechanzas preparadas para engañarlos. Dióse ávida de poner en relieve aún los más menudos incidentes cotidia-
el primer aviso del peligro el año 17 38 por el Papa Clemente XII, nos, haya podido pasar en silencio durante tanto tiempo los horrores
cuya constitución confirmó y renovó Benedícto XIV. Pío V1I cometidos en Rusia, en México y también en gran parte de España
siguió las huellas de ambos, y León XII, incluyendo en la Consti- y hable relativamente poco de una organización mundial tan vasta
tución Apostólica Quo Gmviora lo decretado en esta materia por cual es el comunismo moscovita. Este silencio se debe en parte a ra-
los antecesores, lo ratificó y confirmó para siempre. Pío VIII, wnes de una política menos previsora y está apoyado por varias

304 305
fuerws ocultas que, desde hace tiempo, tratan de destruir el orden en las predichas sociedades de franc-masones, o llamadas con otro
social cristiano". nombre, o propagarlas, favorecerlas, recibirlas en sus casas, o darlas
A la luz de estas enseñanzas del alto Magisterio eclesiástico, asilo_ y- ocultarlas en otra parte, estar inscripto en -las mismas o
aparece claro que existe una continuidad, a través de los siglos, en agregado, o asistir en ellas, o bien darles poder y medios de reunirse,
los agentes terrestres del diablo que ayer con el protestantismo y facilitarles cosa alguna, darles consejo, favor o ayuda pública o
el filosofismo y la Revolución Francesa, luego con el liberalismo y secretamente, direéta o indirectamente, por sí o por otros, de cual-
el socialismo, hoy con el comunismo, trabajan por demoler la quier manera que sea, como también exhort·ar a otros, inducirlos,
ciudad cristiana. Se podria ahondar más profundamente la inves- provocarlos, o persuadirlos, a que se hagan inscribir en esta clase
tigación e inquirir si detrás de las sectas masónicas no hay todavía de sociedades, hacerse miembros suyos, y asistir a las mismas,
la acción de agentes .más secretos que trabajan contra Cristo desde ayudarlas, favorecerlas, de cualquier modo que sea: y les ordena-
que apareció sobre la tierra y fue colocado como signo de contradi- mos absolutarµente, que se abstengan del todo de estas sociedades,
ción 93 . Pero. para el fin de nuestro estudio, nos basta detenernos asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos bajo pena de
en la masoneria y el comunismo que trabajan de consuno .. Advir- excomunión por todos los contraventores (como se ha dicho arriba)
tamos sí~ cómo hay que denunciar francamente a los enemigos em- en la que incurrirán ipso facto, y sin ninguna otra declaración, de
boscados en los muros mismos de la ciudad cristiana, quienes, bajo la que (fuera del artículo de la muerte), sólo de Nos, o de los
las apariencias de un cristianismo desleído y dulzón, más compasivo Romanos Pontífices, que existan en aquel entonces, podrá recibir
con loEi no~católicos que con los católicos, cargan a éstos las culpas la absolución".
de la descristianización de la vida. Sin duda que todos tenemos
culpa de que Jesucristo no sea más amado y glorificado. Pero ese f) La Revolución Francesa representa en la historia cristiana
afán sistemático, introducido por Berdiaeff, y continuado por Ma- una gran conversión de las cosJS que removió los fundamentos de
ritain, ele echar las culpas a los católicos de los males del liberalis- la sociedad cristiana.
mo y del comunismo, no deja de ser sospechoso; porque con esa La ciudad de Dios - la chilización cristiana - y la ciudad
táctica, típica del padre de la mentira, vestido de ángel de luz, se del hombre - han coexistido durante los siglos cristianos como
echa una cortina .de humo sobre los verdaderos agentes de la el trigo y la cizaña. Pero hasta la Revolución Francesa la norma
disolución social que, así escudados, pueden trabajar más acelera- pública de vida entre los pueblos cristianos era impuesta por la
d.amente en la destrucción de la Cristiandad. Ciudad de Dios. Las herejías que no dejaron de acechar contra
A nadie ha de admirar entonces que la Iglesia venga repitiendo la ciudad cristiana y con grandes éxitos parciales, sólo lograron
con Benedicto XIV en Providas, Pío VII en Ecclesiam, León XII una gran victoria universal en la Revolución Franc~sa, cuando,
en Quo graviora, Pío IX en Multiplices, León XIII en Humanum reunidos los impíos en terrible conjuración contra Drns y contra
Genus, las terribles condenaciones. contra los franc-masones, lleva- Cristo, dijeron; ªRompamos sus ataduras y arrojemos de nosotros
das por Clemente XII, en in eminenti, del 28 de abril de 1738: su yugo" y resolvieron destruir la antigua ciudad cristiana y reem-
"Por esto, Nos prohibimos seriamente y en virtud de santa obe- plazarla por otra hecha a medida del hombre. La impiedad, enton-
diencia a todos y a cada uno de los fieles de Jesucristo de cualquier ces, transformada en angel de luz con el pomposo nombre de filo-
estado, grado, condición, rango, dignidad y preeminencia, que sofía, hizo "blanco de sus odios a todos los gobiernos y a todas las
sean, laicos o eclesiástic_os, seglares o regulares, 11asta aquellos de instituciones de Europa porque eran cristianos y en la medida en
quienes se deba hacer específica e individual mención, el atreverse que eran cristianos; un malestar de opinión y un descontento uni-
o presumir entrar bajo cualquier pretexto, o bajo cualquier color, versal se apoderó de todas las cabezas. En Francia, sobre todo, la
rabia filosófica no conoció límites y pronto una sola voz formidable
93 -.,.:-· er El judío- en el misterio de la historia, Ediciones Theoria, Buenos formada por tantas voces reunidas gritó a Dios en medio de la
Aires, y El comunismo en la revolución anticristiana, Ediciones Theoria, 1961. culpable Europa: ¡Déjanos! ¿Será preciso entonces temblar eterna-

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mente delante de los sacerdotes y recibir de ellos la instrucción que entonces, se enge como nonna de vida civilizadora, un ideal anti-
quieran darnos? La verdad está oculta en toda ;Europa por el cristiano.
humo del incensario, es tiempo que ella salga de esta nube fatal. Antes de 1789 había muchos desvarios de la inteligencia y
No hablaremos más de ti a nuestros hijos. A ellos les tocará gran corrupción de las costumbres, pero los valores sociales erigidos
cuando hombres, saber si tú existes, quién eres tú y qué quieres como nonnas de vida eran católicos y también lo eran las institu-
de ellos. Todo lo que existe nos disgusta porque tu nombre está ciones. Por el contrario, desde entonces se erigen públicamente
escrito sobre todo lo que existe. Queremos destruirlo todo y rehacer- como ideal, normas anticristianas y si la verdad y el bien continúan
lo sin ti. Sal de nuestros consejos, de nuestras academias, de nues- perseverando por la influencia de la Iglesia, no pueden alcanzar
tras casas. La razón nos basta. ¡Déjanos]" 94 • sino una proyección restringida que apenas traspasa la esfera in-
El pretexto para instaurar el nuevo orden social fue la liber- individual.
tad, el código, el contrato social; el medio, la demagogia; la razón De aquí que el juicio de la Iglesia sea muy severo respecto a la
última, la constitución del Estado ateo y coloso, supremo árbitro Revolución Francesa. Benedicto XV le juzga así, el 7 · de marzo
de todos los derechos, de todo lo lícito y lo ilícito, dictador omni- de 1917: "Después de aquellos tres primeros siglos en los que el
potente de lo permitido o prohibido bajo el cual el nombre y culto orbe fue regado con la sangre de los cristianos, nunca se halló en
de Dios será abolido perpetuamente. A este fin todo se endereza tanto peligro la Iglesia como ha comenzado a estarlo a fin del
y todos los medios se ordenan; a éste, la destrucción de la familia; siglo XVIII. Porque infatuadas las inteligencias del pueblo, por
a éste, la destrucción de las libertades tanto municipales como pro- obra de la filosofía necia, originada de la herejía y rebelión de los
vinciales para que sólo quede la potestad del Estado impío sin cuyo Novadores prorrumpió aquella gran conversión de las cosas que
imperio no puede mover nadie ni pie ni manos en todo el ámbito llegó a remover los frmdamentos de la sociedad cristiana no sólo
del universo. Este es el fin del intento y no la libertad civil. La en Francia, sino poco a poco en todos los pueblos. Porque recha-
libertad es un pretexto, la libertad es un ídolo para seducir al zada públicarnente la autoridad de la l glesia, cuando dejó de
pueblo, ídolo que tiene manos y no palpa, tiene pies y no camina, tenerse a la Religión por guardadora y vindicadora del derecho, del
númen inánime bajo el cual Satanás se prepara a reducir a las deber y del orden en la ciudad, plugo hacer derivar del pueblo toda
gentes a una servidumbre mucho peor que aquella en que se las autoridad, como de Dios; que todos los hombres son iguales tanto
tuvo en la antigüedad con los ídolos materiales del paganismo 95. por naturaleza como por derecho; que era licito lo que a cada
Y poco hace respecto a este resultado final de la secularización cual le pluguiese, con tal que la ley no lo prohibiera; que nada
absoluta de la vida las diferencias de medios que pueden emplear tuviese fuerza de ley sino lo que mandase la multitud; que las
los totalitarismos llamados antidemocráticos o democráticos porque libertades sobre todo de opinar respecto a la religión, o de divulgar
la impiedad anida iguahnente en las entrañas de unos y de otros lo que a uno le agradase no estaban ceñidos por ninguna limita-
y no son sino dos caras --Gag y Magog- de un solo y único per- ción mientras no se perjudicase a otro. Estos son como los princi-
sonaje, el gran Seductor. pios en los que, desde entonces, se funda el .orden de las ciudades.
La Revolución Francesa fue la primera gran batalla, de Empero cuan perniciosas sean a la sociedad híunana ·n1mca se
proyección universal, perdida por la Iglesia. Con ella, por vez mostró tan claramente como cuando fueron declarados en que,
primera, se implanta en el corazón de la Cristiandad y en el mundo con ellos, las pasiones ciegas y las divisiones de partidos armaron
una civilización anticristiana. La dirección civilizadora del mundo a la multitud".
queda, desde entonces, en manos de la Contra-Iglesia y, desde Ya Pío VI 96 había denunciado que lo que pretendía la Asam-
blea nacional "por medio de su Constitución, era aniquilar la
94 De Maistre, Ensayo sobre el principio generador de las Constituciones,
Religión Católica y con ella la obediencia debida a los Reyes. A
OeuvTes completes, 1891, I, pií.g. 306,
95 Billot, De Ecclesia Christi, II, pág. 36. 96 Breve al Cardenal de la Rochefoucault, del 10-111-1791.

308 309
este fin s_e establece que el hombre puesto en sociedad debe gozar CONCLUSION
de una libertad absoluta, la que no sólo le da el derecho de no
ser jamás inquietado por sus opiniones religiosas, sino que además
le concede la facultad de pensar, de decir, de escribir, y hasta de
hacer imprimir impunemente en materia de religión todo lo que
pueda sugerir una imaginación la más extraviada: derecho mons-
truoso, que no obstante parece a la Asamblea resultar de la igual-
dad y de la libertad natural del hombre. . . Mas para desvanecer
a los ojos de la sana razón este fantasma de libertad ilimitada bas-
tará que digamos, que éste fue el sistema de los valdenses, y de los Confundiendo perversamente la naturale-
beguardos condenados por Clemente V con aprobación del Concilio za y la gracia. (Concilio Vaticano, Cons-
Ecmnénico de Viena; sistema que más adelante siguieran los vicle- titución "Unigenitus").- '
fistas y finalmente Lutero, como se desprende de aquellas palabras
suyas: Nosotros somos libres de toda especie de yugo", . Y en el
Breve del 23 de abril de 1791 el mismo Pontífice condena los De la enseñanza constante del más alto Magisterio perpetuada
famosos Derechos del Hombre con aquella sentencia lapidaria: en documentos explícitos durante los dos últimos siglos, consta que
"Jura illa religioni et societati adversantia. Aquellos Derechos con- la ciudad de la Revolución es obra de la masonería, la que organiza
trarios a la religión y a la sociedad". y dirige, en los tiempos modernos, la secular lucha iniciada en
el Calvario contra Cristo y su Iglesia; lucha que, invocando hipó-
Después de considerar estos graves testimonios del Macisterio critamente el ideal "cristi~no" del Evangelio, quiere traducir sobre
dt; la Iglesi_a,. únicos q":e deben regular la conducta pri;ada y el plano social-político, sin la Iglesia, el programa propio de la
publica, mdividual y social de los católicos, cabe preguntarse, ¿có- Iglesia que debe verificarse en el plano sobrenatural para de allí
mo es posible que los católicos, y algunos de ellos en los que es lógi- vivificar lo temporal. Para dar una idea de la naturaleza y mag-
co s':'poner conocimiento de esta invariable posición ,de la Santa nitud de esta lucha, consideremos, las cuatro ideas eminelltemente
Igle~rn, que la han defendido en libres que aún circulan como
cristianas de libertad, igualdad, fraternidad y progreso, de que se
An~zn:wdeme_r Théonas, cómo es posible que defiendan hoy otra
nutre la Revolución.
poszczón, haciendo escolta a la Revolución? El Concilio Vaticano
da respuesta a esta cuestión cuando en su Constitución U nigenitus LA L r BERTA n. San Pablo predicando a los Gálatas les
Dei Filius, dice: "Por el hecho de esta impiedad que se ha propagado dice: "Porque vosotros hermanos, ~oís llamados a un estado de
por todas partes, desgraciadamente ha sucedido que aún muchos libertad" 1 . ¿Cuál es este estado de libertad que predica el Apóstol?
hijos de la Tglesia Católica se han extraviado del camino de la Santo Tomás enseña que "este estado de libertad a que induce el
verdadera piedad y se ha disminuido en ellos el sentido católico Apóstol es el estado de la fe cristiana, que es la libertad misma, del
con una paulatina disminución de las verdades. Porque arrastra- cual querían los judíos retraer a los convertidos para volverlos a
dos por varias y peregrinas doctrinas, haciendo una mala mezcla la servidumbre de los ritos judaicos. «Porque no habéis recibido, les
de la naturaleza y de la gracia, de la ciencia humana y de la fe dice el mismo Apóstol 2, el espíritu de servidumbre para obrar toda-
divina,_ resulta como los hechos lo demuestran, que han depravado vía por temor como esclavo, sino que habéis recibido el espíritu de
el sentido genumo de los dogmas y ponen en peligro la integridad
y sinceridad de la fe".
1 V, 13.
2 Rom., VIII, 15.

310 311
adopción de hijos, en virtud del cual clamamos con toda confianw: siervo .ni libre, diferencia en cuanto a la naturaleza, no hay hombre
Abba, esto es, oh Padre mío»" 3. ni .muier".
¿Tenía esta palabra, en boca del Apóstol, una significación ¿De estas palabras del Apóstol se sigue que hayan de desapa-
política, llamando a los esclavos o a los pueblos a la emancipación? ~·ecer las diferencias de derecho natural o histórico, entre judío y
De ninguna manera. Por esto el mismo Apóstol en Carta a su griego, entre siervo y libre, entre hombre y mujer? De ninguna
discípulo el Obispo Tito 4, le die.e: "exhorta a los siervos a que sean manera. Y por esto el Apóstol recuerda sus respectivos deberes a
obedientes a sus dueños, dándoles gusto en todo, no siendo respon- esposos y esposas 7 , a hijos y a padres 8, a criados y a amos'· ·
sables, no desagradándolos en nada, sino mostrando en todas las Pero al establecer esta igualdad en el plano sobrenatural de la
cosas una perfecta lealtad; para que su conducta haga respetar en Iglesia entre griegos y judíos, libre y esclavos, hombres y mujeres,
todo el mundo la doctrina de Dios, salvador nuestro". El signifi- indirectamente, y como, por aña.didura, descienden beneficios sobre
cado espiritual de la predicación del Apóstol resplandece en aquel el plano natural, no ciertamente la eliminación de díferencias ne-
famoso texto de la ll Carta a los Corintios 5, donde escribe: "Por- . cesarias y convenientes (la cual seria ruina y no salud) sino la
que el Señor es Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí supresión de injusticias y la consolidación de las díferencias natu-
hay libertad". rales e históricas benéficas -por esto la Iglesia guardó el orden
¿La enseñanza del Apóstol no tiene entonces ninguna influen- jurídico romano y la ciencia griega- y, por encima de estas dife-
cia social-política? Directamente ninguna. Indirectamente mucha rencias, la unión sobrenatural de las inteligencias y de los corazones.
y grande, en cuanto al exhortar a todos, libres y esclavos, gober- Los cristianos entonces, uno judío y otro gentil, uno libre y
nantes y súbditos, al cumplimiento de toda la ley natural y a la otro sierv~o, uno hombre y otro mujer, diferenciados por caracteres
práctica de la caridad sobrenatural, tendía a eliminar las injusti- naturales, sin quebrar ni dismilluir estas diferencias, esto es, sin
cias, a consolidar los derechos y legitimas diferencias naturales e dejar de ser judío el uno y griego el otro, libre uno y siervo el otro,
históricas existentes entre los hombres y por encima de ellas, a hombre uno y mujer el otro, han de dar toda la importancia pri-
estrechar los vinculas de unión en la caridad por amor de Dios. mera y fundamental a la verdad sobrenatural de que son .cristianos
La palabra "libertad", bien interpretada, encierra toda la civiliza- y amarse como una cosa en Cristo, cumpliendo cada uno con los
ción cristiarw. deberes de la propia condición y estado. El orden natural entonces,
lejos de corromperse por la verdad sobrenatural, se consolida :¡ la
verdad sobrenatural al mantener la primacía sobre. lo natural, crea
LA I G u AL n A n. En su Carta a los Gálatas', San Pablo una unión más alta y excelente entre los hombres que se abrazan
enseña: "No hay distinción de judío ni griego; ni de siervo ni y aman en.Jesucristo. Observemos bien que de esta manera no se
libre; ni tampoco de hombre ni mujer. Porque todos vosotros sois "confunden perversamente la naturaleza y la gracia". Los derechos
una cosa en Jesucristo". Santo Tomás, comentando este pasaje del de cada orden son afirmados en su propia órbita, perfectamente
Apóstol, escribe: "Porque nada hay en los hombres que pueda distinguidos, sin separación, y al mismo tiempo subordinados ifr
exceptuarlos de recibir la fe de Cristo y el bautismo. Y establece trínsecamente, como lo natural se subordina a lo sobrenatural. La
tres díferencias .de los hombres, mostrando que por ellas nadie está "igualdad" cn.stiana bien interpretada, es toda la civilización cris-
exceptuado de la fe de Cristo. Diferencia en cuanto al rito, no hay tiana.
¡udio ni griego, diferencia en cuando al estado y condíción, no hay

J In onmes S. Pauli Epistolas commentaria.


< U, 9. ·1 Efesios, V, 22-33.
5 III, 17. s VI, 1-4.
' UI, 28. 9 !bid., 5-9.

312 313
F R l\_ T E R N 1 D -~ D.
San Pablo r-0 escribe: "Tened horror al res. . . y así ninguno de -vosotros es y-a siervo sino hijo". El Após-
nwl~ y aplicaos al bien, am.ándoos recíprocamente con ternura r tol enseña que el pueblo juclio recibía los mandatos de la ley por
caridad fraternal, procurando anticiparos unos a otros en las seña- el temor de las penas y con la espera11za de bien.es. temporales;
les de honor y deferencia". S. Tomás comenta este pasaje: "no sólo pero con la venida de Cristo hemos sido ya llamados a un estado
amemos por caridad a los hermanos, sino la misma caridad por la de madurez espiritual en que impera, no la ley del temor, sino el
cual los amamos :- somos por ellos a1nados. Porque si amamos la mandanüento del amor. Y también enseña el Apóstol en su Carta
misma caridad no la clisoh-eremos con facilidad, para que la Caridad a los Efesios que Jesucristo ascendió a los cielos "para dar cumpli-
de la fraternidad permanezca en vosotros" n Esta fratenüdad de miento a todas las cosas y que él mismo a unos ha oonstituúl.o
los cristianos ha de traducirse eri. el plano sobrenatural por el amor apóstoles, a otros profetas, y a otros evangelist.a.s, y a otros pastores
de unos y de otros, por una especie de igualación de bienes sobre- r doctores a fin que trabajen en la perfección de los santos en las
natl1rales, afectos, oraciones,- en Cristo y por Cristo. ¿Ha de-tradu- fzmdones de ·su ministen'.o, en la edificación del cuerpo místioo de
cirse también en el plano social-político por una igualación de Cristo, hasta qiw arribemos todos a la unidad de una misma fe, y de
bienes cívicos -todos los ciudadanos iguales-, de bienes económi- un ·mismo conocimiento del Hijo de Dios, al estado de un varón
cos -todos los hombres igualmente propietarios o igualmente perfecto a la medida de la edad perfecta según la cuql Cristo se
despojados de propiedad- por una müversal supresión de fron- ha de formar místicamente en 1wsotros" 14 . Habla aquí el Apóstol
teras, diferencias sociales~ sexos y condición? De nii1guna manera. de la perfección que ha de alcanzar el Cuerpo místico de Cristo o
Porque si así fuera el orden de la gracia destruiría el orden de la sea la Iglesia en confonnidad con la plenitud de la edad del cuerpo
ntrtv.raleza, lo cual es co11tra toda la enseñanza eclesiástica~ compen- místico 15 .
diada en el célebre axioma teológico de que "la gracia no destruye ¿Tiene esta idea de "progreso" lln sentido social-político como
la naturaleza". Pero es claro que el ambr de nuestros hermanos pretendía Lamennais, aplicable a los pueblos cristianos que de la
e11 Dios nos ha de mo....-er a auxiliarlos en sus necesidades espiritua- infa11cia entran en la madurez? Directamente, ninguna. Pero in-
les y temporales, de acuerdo a aquello de San Juan: "Quien tiene directamente, mucha. Porque .si los pueblos se someten a la gracia
bienes de este mundo },. -viendo a su hermano en necesidad cierre sobrenatural de la Santa Iglesia, progresan en su vida .verdadern-
las entrañas, ¿cómo es posible que resida en él la caridad de Dios?". mente humana que es la vida interior, ;/ al progresar allí, conse-
La "fratenlldad" cristiana no es, entonces, sino la caridad cuentemente levantan hacia Dios todas las otras partes y manifes-
sobrenatural --que tiene por objeto formal, el amor sobrenatural taciones di:'! la vida, conectadas entre sí orgánicamente en una per-
de Dios- y en un mo\-i111jento hacia Dios que no suprime dife- fectísima unidad, lo que trae un progreso auténtico del saber y del
ren~ias y jerarquías naturales sino al contrario, porque las cosas proceder cultural, politico y econónüco. Y así se cumplen aquellas
de Dios ordinat!B sunt, son ordenadas 12 , eleva y une en el plano palabras de León XIII 16 : "Obra inmortal de Dios nüsericorclioso
sobrenatural a las· almas . .La "fraternidad" cristiana bien interpre- es su Iglesia; la cual, aunque de por sí y por su propia naturaleza
tada contiene tod.rz la ciuilización cristiana. atiende a la salvación de las almas v a oue alcancen la felicidad
en los cielos, todavía aun dentro del" dominio de las cosas caducas
y terrenales procura tantos y tan señalados bienes, que ni más en
P Ro GR Es o. En la Carta a los Gálatas 13 el Apóstol San número iü mejores en calidad resultarían si el primer y principal
Pablo enseña: "'Así rwsotros cuando éramos todavía niños, estába- objeto de su institución fuese asegurar. la prosperidad de esta prec
mos servilmente sujetos . .. a la potestad de los tutores y curado- sente vida. A la verdad, dondequiera que puso la Iglesia el pie
10 Rom., XII. 10.
11 In omnes S. Po·,,li ccn1mentaria. 14 IV 10-13
12 Rom., XIII. !. .. z·b"d
,-0 S . 'Tamas, z .
13 IV, 1-7. 16 En lnmortale Dei.

314 315
hizo al punto cambiar el estado de las cosas; informó las costum- lleguen por las medias, y las medias por las superiores, a los fines
bres con virtudes antes desconocidas e implantó en la sociedad respectivos". La palabr,a "libertad" viciosamente interpretada, en-
civil una nueva cult1rra, que a los pueblos q11e-la recibieron aven- cierra toda la civi1i:mción- anticristiana.
tajó y ensalzó sobre los demás por la mansedumbre, la equidad y La igualdad que, de suyo, excluye diferencias y desniveles,
la gloria de las empresas". llevada directamente al plano social-político, suprimiría la distin-
ción de nacionalidades, no hay distinción de judío ni griego, la
distinción de ·clases sociales, no hay distinción de libre y sierrn,
Traducción directa de estas ideas al plano natural la distinción de sexos, no hay distinción de hombre y mujer. Y
en una absoluta y universa] destrucción de servidumbres, dife-
¿Qué sucedería si alguien aplicara directamente al plano na- rencias y jerarquías, todos los hon1bres, sin distinción de naciona-
tural -a la vida terrena, a lo social-político-- estas verdades sobre- lidad, estado, condición y sexo, tendriari los mismos derechos y
naturales de libertad, igualdad, fraternidad y progreso, predicadas libertades, personales,· económicos y políticos. El universo se con-
por el Apóstol San Pablo? vertiría en un inmenso emporio, donde supriinidas las difere11cias
La libertad que, de suyo, significa independencia y emancipa- de culturas, razas, tradiciones nacionales --vividas no folklóricas-~
ción, entonaría la conciencia de cada hombre individ1lal, le- haría diferencias de clases sociales como valores permanentes respondiendo
tomar conciencia de la propia dignidad e independencia -prise de a diversas funciones esenciales, el saber, el poder, el dinero, y el
conscience- de derecl1os nuei:os relacionados con esta ·n.ueva prise trabajo, sería· una única ci11dad universal~ con una única religión
de co_nscience, y, por consiguiente, quebraría toda -sujeción de u1r rmiversal, una única patria universal, -una única condición univer~
hombre a otro hombre como indigna y contraria a la dignidad de la sal -la de trabaiador- uná l1nica aspiración u:riiverSal, la de
1

persona humana. Y si cada hombre individual no adoptase una transcurrir lo más alegre y placenteramente posible los dias de
posición de absoluta independencia frente a todo otro ser distinto nuestro ine,itable paso por la tierra. Tal la ciudad soñada por
de uno mismo, como pretende la soberbia kantiana que ha invadido Lamennais, Marc Sangnier y Maritain.
el pensamiento y la vida moderna, adoptaría al menos una inde- Pero esta ciudad igualitaria seria la radical negación de que .,¡
pendencia relativa frente a la ,autoridad pública que sólo sería reco- bien del lwmbre lo constituye, no Uri bien homogéneo, el trabajo
nocida- y tolerada en la medida en que emanar,a de uno misnw y o el placer o el dinero, sino un bien heterogéneo, el trabajo-dinero
fuera por uno mismo consentida. En esto segnndo estriba la doctrina al servicio de la virtud -lo político- y lo político al servicio del
de Lamennais, Marc Sangnier y J\,1aritain. Y contra su falsedad saber -la cultura- y lo económico-político-cultura al servicio de
que afecta principios estrictamente dogmáticos está especialmente la divina contemplación: la Religión. Esta ciudad igualitaria se
dirigida la encíclíca Quod Apostolici muneris, de León XIII, donde opondría fundamentalmente a los principios dogmáticos católicos.
se rios recuerda: "Seguramente la Iglesia inculca constantemente Por un lado a los que enseñan la supremacía de derecho divino de
a la muchedumbre de los súbditos este precepto del Apóstol: No la Santa Religión, que debe ser buscada er¡ todas las cosas primero
hay potestad sino de Dios, y las que hay, de Dios vienen ordenadas; y ante todo, de acuerdo a aquellas palabras del Señor: buscad
así que quien resiste a la potestad, resiste a la ordenación de Dios: pn.mero el reino de Dios y su justicia 17 ; de manera que las institu-
mas los que resisten, ellos mismos se atraen la condenación. Pues ciones y las personas que encarnan estos valores no pueden ser
en otra parte -nos manda estar sujetos necesariamente, no sólo por igualados al resto de la ciudad. Se opondría asimismo a los princi-
la fuerza, sino también por la conciencia; y que paguemos a todos pios que enseñan la supremacía que debe ejercer la. cultura con
lo que es debido: a quien tributo, tributo; a quien contribución, respecto al poder y el poder con respecto a las relaciones económicas;
contribución; a quien temor, temor;· a quien honor, honor (Rom. luego una ciudad igualitaria, no podria llevarse a la práctica sino
13, 1-7). Porque a la verdad, el que creó y gobierna todas las
cosas dispuso, con su próvida sabiduria, que las cosas ínfima~. 17 Mt, VI, 33.

316 317
con desmedro gravísimo de todas y cada lma de las personas hu- aquellos que han de creer en mí por medi.o de su predicación; rue-
manas que la componen, las cuales, aunque gozando de todos los go. . . que todos sean una misma cosa como lo somos nosotros. Y o
derechos teóricos a la perfección de la vida religiosa, de la vida estoy en ellos, y tú estás siempre en mí, a fin de que sean oonsuma-
cultural, de la vida política y de la vida económica, en la realidad dos en la unidad, y conozca el muooo que tú me has enviado, y
concreta- y a consecuencia de haberse sacrificado al igualitarismo, amándolos a ellos, como a mi me amaste' 19 • Los hombres han de
los órganos y vehículos propios de estas diversas perfecciones, 110 ser amados en la medida en que nos lleven a Dios, a Cristo y a
serían sino partículos homogéneas, ·sin religión, sin cultura, sin su Iglesia y si son amados por nosotros, lo serán de verdad eii la
virt11d, porciones mecánicas de un monstruoso e informe engranaje medida en que los aproximemos a Dios que es. Caridad. El amor
social. Tal ciudad se opondría radicalmente a lo que León XIII is para ser auténtico, no utópico ni funesto humanitarismo, ha de
enseña: "Así, pues, como el mismo reino de los cielos quiso que ordenarse por referencia intrínseca al Dios de la Caridad sobrena-
los coros de los ángeles fuesen distintos -Y unos sometidos a otros, tural. El valor supremo, como institución al qué todo ha de referir-
así como también en la Iglesia instituyó varios grados de órdenes se, no es la Humanidad, sino la Iglesia. Y como donde hay un
y diversidades de oficios, para que no todos fuesen apóstoles, no valor supremo, principio de referencia, todo se jerarquiza de acuer-
todos doctores, no todos pastores (I Cor. 12, 27), así también de- do a El, el recto orden exige que las personas humanas, afirmadas
termll1ó que en la sociedad civil hubiese varios órdenes, diversós en sus inalienables derechos 20 , se subordinen al bien superior de
en dignidad, derechos y potestad; es a saber: para que los ciudada- la nación y las naciones afirmad.as en sus derechos naturales e
nos, así como la Iglesia, fuesen un solo cuerpo, compuesto de históricos inalienables, se subordinen al bien de la comunidad in-
muchos miembros, u1oos más nobles que otros, pero todos necesa- ternacional, y todos y cada uno, personas humanas, naciones, ·:l
rios entre sí y solícitos del bien común". La "igualdad", viciosa- comunidad internacional, se subordinen a la Santa Iglesia, que es
mente interpretada, encierra toda la civilización anticristiana. la sociedad sobrenatural de los hombres y de los ángeles en· comu-
La "fraternidad" que, de suyo, dice amor de los hombres nión con Dios. La "fraternidadn, Viciosi:onente interpretada, en-
entre sí por el hecho de ser hombres, llevada directamente al plano cierra roda la civilización anticristiana.
social-político, importa la comunión y entrega de un hombre a La idea de progreso que, de suyo, dice acrecentamiento, lleva-
otro, sin atender a preferencias de ningún_ género. Estrechamiento, da al plano social-político, medirá esta ascensión por el acrecenta-
acuerdo, compañerismo de hombres con hombres, sin atender a miento de libertad, igualdad y fraternidad. Y aquella enseñanza
diferencias religiosas, o a diferencias locales, regionales, -nacionales, sublime del Apóstol que el niño cuando es niño vive bajo el temor
culturales, raciales, a diferencias sociales, derivadas de desniveles servil de la ley y· que al dejar de ser niño y entrar en la madurez,
políticos o económicos. En_ e.Sta concep-ción, e11 la _que GOinciden entra también en la ley del amor, en cuyo dominio el temor desa-
Lamennais, Marc Sangnier y Maritain, el universo sería una parece, llevada directamente al plano social-político, reclamará
inmensa y grandiosa ciudad, donde los hombres por encima de su derechos social.es-políticos, de mayoría de edad, esto es, de autono-
diversidad dogmática en lo religioso, y por encima de las inextin- mía y de independencía, que no corresponden a un estado de au-
guibles diferenciaciones individuales, se estrecharian fraternalmen- téntico perfeccionamiento operado en las costwnbres públioas, sino
te e11 una comunión en la Humanidad. a un estado de soberbia y rebelión que reclama pretendidos derechos
Esta concepción de la fraternidad se opone fundamentalmente sin condiciones morales para ejercerlos. En esto también coinciden_
a principios dogmáticos de la Iglesia. La Iglesia acepta y predica la Lamennais, Marc Sangnier y Maritain. En consecuencia, en nom-
unidad del género humano, pero como un valor que ha de condi- bre del "cristianismo" del más puro Evangelio, la sociedad univer-
cionarse a otro principio de unidad que ha traído Cristo al mundo, sal de los hombres se convertiría en una ciudad fraterna cuyo pro-
cuando dijo: "Pero no· ruego solamente por és_tos, sino también por
19 Juan, XVII, 20-26.
18 Quod .4.postolici nzuneris. 20 Alocución de Pío XII en la Navidc:.d de 1942.

318 319
greso sería medido por esta adquisición de independencia de cada De la cristiand.ad medieval a la n1'eva cristiandad
hombre a labrar su propio destino por su cuenta· y riesgo, sin que
ninguna autoridad, al menos humana, interfiriera este movimiento Para comprender cómo se opera el paso de la sociedad cris_tia-
progresivo y ascendente de la Humanidad. na a la nueva sociedad universal consideremos el punto de partrda,
Por otra parte, al destruir todas las diferencias introclucidas por el punto de llegada, el proceso intermedio y el instrumento que
el derecho natural, marido y mujer, gobernantes y súbditos, paclres opera la transformación.
e hijos, amos y criados, o por el derecho histórico-natural, naciona-
lidad, raza, cultura, etc., como en absoluto no es pooibl.e una socie- EL PUNTO DE PARTIDA. Constituye el punto de partida la so-
dad sin diferencias ni jerarquías, este proceso de eliminación de las ciedad asentada sobre los valores esenciales de toda sociedad, per-
jerarquías y diferencias histórico-naturales, crearía otras, anti-na- fectamente diferenciados y jerárquícamente subordinados: la auto-
turales y anti-históricas. La nueva ciudad universal tenclría clife· ridad de la Iglesia, el poder político, las clases económicas. Los
rencias y jerarquías esencialmente diversas de la sociedad cristiana. famosos cuatro estados del antiguo réginlen. Clero, nobleza, bur-
Y si en la ciudad cristiana tradicional el sacerdote estaba eu la guesía y artesanado. Cuatro estados esencialmente diversos entre
cúspide de la ciudad y luego venia el gobernante, después el. bur- sí porque responden a cuatro funciones esencialmente diversas, la
gués y por fin el artesano-agricultor, en la nueva ciudad, por enci- verdad y ·la gracia sobrenatural de la Iglesia, la virtud y cuiti:ra
ma de todos estaria "el trabajador", el Cuarto Estado. de la nobleza, la riqueza artificial de la burguesía y la proclucc1ón
Y si en la ciudad cristiana se mantenia la unidad de la ciudad de la riqueza natural del agricultor-artesano. Funciones diversas,
porque, por encima de las cliferencias y jerarquías naturales-histó- lmidas por una común cooperación, hacia arriba, en la ·comunidad
ricas del plano natural, los hombres comunicaban entre sí, deutro sobrenatural.
de sus respectivas profesiones, clases, naciones, culturas y razas, en
la comunidad sobrenatural de la Iglesia; es decir, se liberaban, EL PUNTO DE LLEGADA. El punto de llegada ha de constituirlo
zgualaban, fraternizaban r progresaban en Cristo, por un movi- una sociedad universal sin diferencias religiosas~ nacionales, eco-
miento hacia arriba, orientado hacia el orden sobrenatural y de él nómicas y de sexos. Un -igualitarismo universal en una común
suspendido, por un intercambio prin1ero y principal de bienes sobre- participación de _bienes materiales, como vivienda, confort, alim_en-
naturales; en la nueva ciudad fraten1a, en cambio, se establecería tos; vestidos y placeres. El medio social, necesariamente compulsivo,
la liberación, igualación, fraternización y progreso de los hombres porque lo social gravita en la modelación del individuo, no dejará
en un movimiento hacia abafo, en una comunicación de bienes sentir su compulsividad mientras ella se dirija en este sentido,
naturales. Pero, ¿en qué punto colocará esta común participación? habia abaja, hacia la universal y absoluta desintegración de todo
¿En una común virtud o ciencia? Imposible. Porque no pueden lazo conservativo tradicional; aparecerá, por _el contrario, compul-
todos los hombres, con solas sus fuerzas naturales, alcanzar la sivo, reaccionario, cuando tienda a impedir la absoluta desintegra-
misma virtud y la misma ciencia. Luego habrá de ser colocada en ción social.
lo más bajo del hombre, en una tendencia hacia una común par-
ticipación de bienes m.aterz~ales. Pues bien, esto y no otra cósa es el EL _PROCESO DE LA TRA...~SFORMACIÓN. La transformación será
comunismo. materialista. Esto y no otra cosa es el térnlino del señalada por fa destrucción de la supremacía sobrenatural de la
liberalismo de Rousseau, del colectivismo de Marx, del calvinismo Iglesia operada en la Reforma; por la. destrucción del _Poder Político
de los Pilgrim Fathers, de la sociedad .de la masonería y de la operada por la Revolución inglesa y la Revolución francesa con la
Revolución. Esto y no otra cosa es la "nueva Cristiandad" de muerte en el cadalso de Carlos I de Inglaterra y de Luis XVI de
Marítain. Francia; por la Rev9lución comunista_ con la eliminación de la
burguesía de la vida social. Tres revoluciones, la religiosa, la poli-
tica y la económica.

320 321
El instrumento de transformación: la trilogia, Distingamos: el cristianismo sacro y sobrenatural, "el cnsbanismo
libertad-igualdad-fraternidad como credo religioso y camino hacia la vida eterna", "como tesoro
de la vcerdad divina mantenido y propagado por la Iglesia", no
La trilogía libertad, igualdad y fraternidad. Aplíquese esa ipfluiría. Pero el otro "cristianismo", "como fermento de la vida
trilogía a una sociedad cristiaua que comporte desigualdades econó- social y política de los pueblos", que toma "a veces formas heréticas
micas, políticas y religiosas. En virtud de su acción desaparecerá o hasta formas de revueltas", este sí influiría, y tanto influiría que
primeramente la jerarquía religiosa que afirma la supremacía por su acción, por su "inspiración cristiana", el vínculo social, cons-
uniyersal de la Iglesia y quedará una sociedad de libre examen, tituido por la coactividad de la autoridad pública -la vis regitiva
secularizada, entregada al absolutismo del poder público. Tal la de que habla Santo Tomás 21- se disolvería y sería substituido por
sociedad de los siglos xvI y XVII. A esta sociedad absolutista y un elemento "cristiano", la famosa anzistad fraternal evangélica, y
·autoritaria aplíquesele la trilogía libertad igualdad y fraternidad y así se cumpliría la también famosa refracción social-temporal del
desaparecerá el poder público y quedará entregada al domirúo teó- Evaugelio de que, a cada paso, habla Maritain. Porque como el
rico de las muchedumbres, pero efectivo y práctico de las oligarquías Evangelio es Libertad, Igualdad, Fraternidad, Progreso, lo social-
adineradas, es decir, de la burguesía. Tal la sociedad del siglo XIX político, se va liberando, igualando, fraternizando, y por lo nrismo,
liasta el momento actual. Le llega entonces el turno a la clase progresaudo, con la supresión de servidumbres y diferenciaciones
proletaria, es decir, a rma nivelación más universal, universaliza.e.. hasta "la instauración de la ciudad fraternal, en que el hombre sea
ción de naciones, profesiones, sexos y condiciones, esto es, a la liberado de la nriseria y de la servidumbre" 22 , progreso de la Hu-
supresión teórica de toda autoridad, lo que significa en la práctica manidad que no podrá haberlo mayor "hasta el advenimiento del
el reinado legal de la astucia y de la fueruz en manos de una cama- reino de Dios y de la tierra de los resucitados, que está más allá de
riJla internacional que prepara la entronización a su vez del amo la historia" 23 •
del mundo. La "Nueva Cristiandad" de Maritain con su "cristianismo''
En este último tramo entra la humanidad y el instrumento de es resultado lógico infalible de plegar la causa católica a la causa
transformación, también ahora, es la trilogía sagrada, libertad, de la Revolución. Pero ello le acarrea también la posición errónea
igualdad, fratanidad. ¿Por qué esta trilogía puede operar esta denunciada por el Concilio Vaticano, cuando dice: "naturam et
transformación? Precisamente por su indetermirwción, que .le per- gratiam perperam commiscentes", confundiendo viciosamente la
mite que protestantes, racionalistas, liberales y comunistas, acep- naturaleza y la gracia, lo que engendra a su vez incalculable errores
tándola cada uno en su perspectiva propia y por razones teóricas y desviaciones. Vamos a señalar los principales.
diyersas,. concuerden en la apetencia de un rrrismo fin ·práctico, en
la _ejecución de una misma obra común, obra en la que comunican
Exclusión de la influencia sobrenatural
hacia aba¡o, hacia la igualdad cuantitativa de la ciudad materialista
de la vida social
u1riversal que es la ciudad de la Revolución.
¿Qué pasaría si u11 católico e11trara en este camino de la Re- El hombre, y la sociedad humana es también el hombre, ha
volución? Que como este camino se opera en m1a dirección diame- de ser en la econonria concreta en que Dios le ha colocado, un ser
tralmente opuesta al ideal católico, si no quiere sacrificar a éste, natural y sobrenatural. Natural, de acuerdo a los constitutivos
directamente-y .a ojos vistas, deberá hacer un corte, una dicotomía, intrinsecos de su naturaleza corpórea-espiritual, regida por las !'XÍ-
una separación entre las -cosas de la Religión, esto es, entre el gencias del alma racional cuyos principios ha formulado la filosofía
cristianismo como camino de la ,ida eterna y las cosas de la vida
temporal, esto es, el cristianismo como portador de la esperanza 21 De regimine principum, L. 1, c. 1.
temporal de los pueblos. 22 Les Droits, pág. 65; ed. cast., pág. 89.
¿No influiria entonces el cristianismo en la vida político-social? 23 Christ. et Dém., pág. 54; ed. cast., pág. 57.

322 323
de Aristóteles y que hemos resumido más arriba 24 • Sobrenatural, Estado, manteniéndose en su órbita propia, que es la de legislación
por las exigencias de un fin nuevo que excede toda la capacidad de la vida social humana, la dirige corno medio eficaz, aunque
natural del hombre y cuyos principios se conservan intactos única- indirecto, a la perfección del hombre. Pero si el Estado se laiciza,
mente en la Iglesia Católica, corno doctrina, recibida del Magisterio esto es, si se aparta de la Iglesia o debilita la unión con ella, cual-
de Cristo, U nus magister vester 25; corno gracia dispensada por el quier Estado -apellídese democrático o totalitario- no puede en
sacerdocio eterno de Jesucristo, appellatus a Deo Pontifex 26 ; como absoluto cumplir con su misión que es encaminar a los hombres a
!Ry cuya jurisdicción dimana de la Realeza de Jesucristo, quia rex su perfección, sino que, por el contrario, será instrumento de co-
sum ego 27. De este orden divino sol;>renatural se ocupa una ciencia rrupción. Tal lo que acaece en todo Estado liberal, con un libera-
especulativo-práctica que es la teología 28 . Pero importa señalar que lismo radical, Rousseau-Marx, que niega toda dependencia del hom-
ya no .es. la filosofía la ciencia normativa de la vida individual y bre tanto frente a Dios como frente a otro hombre, o con un
social del hombre, sino la teología. La filosofía puede dar normas liberalismo moderado, Lamennais-Maritain, que, aunque somete
incompletas y aún ellas han de subordinarse a la teología. De aquí al hombre a Dios, no somete el Estado a la Iglesia.
que el Syllabus condene la proposición que dice: "Siendo una cosa En tal condición, la vida social humana queda substraída a la
el filósofo y otra la filosofía, tiene aquél derecho y debe someterse influencia sobrenatural, y corno los individuos no pueden evitar
a la auton"dad que admita oomo verdadera; pero la fik>sofía ni que esta vida social influya sobre ellos, en este caso no podrán
puede ni debe someterse a r,;inguna autoridad". Por esto observa evitar que influya sobre ellos, naturalizándolos, es decir, desorde-
con gran acierto Garrigou-Lagrange que "en la práctica no se han nándolos, al dirigirlos a un fin que no es ·el concreto puesto por
de separar las cosas naturales y las sobrenaturales, corno se distin- el Creador a los hombres. Primer error fundamental gravísimo de
guen en la especulación, porque el entendimiento especulativo la Nueva Cristiandad de Maritain: Exclusión de la Iglesia de la
abstrae de las cosas singulares para considerar· las universales, vida social humana.
mientras que por el contrario el entendimiento práctioo tiende a
la obra que se .ha de obrar en particular; y en concreto no podemos
querer eficazmente el último fin natural, abstrayendo de lo sobre- Carnalización de lo sobrenatural
natural, porque el hombre, por derecho de naturaleza está obligado
a obedecer a los preceptos positivos de Dios" 29 • De manera que un Pero a este desorden se suman otros, no menos graves. Porq11e
orden de vida individual y social que no esté orientado hacia el fin substraída la vida social humana a la influencia sobrenatural de
sobrenatural a que el hombre está ordenado, es malo y contrario la Santa Iglesia, se naturaliza, se laiciw, se profana y como, e_n el
a la positiva voluntad del Creador. La filosofía sola, no sólo no estado actual de enfermedad en que viene a este mundo el hombre,
salva, sino que pierde al hombre. La naturaleza humana y la según hemos explicado 3 -0 al dejar de ser católica, la ciudad vuelve
razón humana no sólo no salvan sino que pierden al hombre. La paulatina, pero infaliblemente a la condición en que se hallaba
sociedad política, aún estructurada perfectamente en su condición antes de Cristo, entre los paganos o entre los judíos. Y donde había
natural, no sólo no salva sino que pierde al hombre. Para que le una ·esplendorosa y humana civilización renacen dos totalitarismos
salve debe, sin confusión, unirse intrínsecamente a la sociedad monstruosos, el de la fuerza y el de la ley, el pagano y el judaico.
sobrenatural que es la Iglesia. Porque de su unión con la Iglesia, el En la corriente pagana aparecen figuras, aunque de estilos
diferentes, con ímpetu común de valores vitales, como Erasmo,
24 Ver pág. 71 y sig.
Lutero, Maquiavelo, Kant, Hegel, Nietzche, y en el plano de la
25 Mt., XXIII, 8. vida pública, el estado prusiano con su culminación en el nazismo.
26 Heb., V, 10. La otra corriente, la judaica, tiene su expresión ~n la teología
27 Juan, XVIII, 37.
28 Santo Tomás, Suma Teológica, I, 1.
29 De Revelatione, pág. 631. 30 Ver pág. 79 y sig.

324. 325
de Calvino que es una judaización del catolicismo y su realidad Los judíos tienden a carnalimr las verdades .sobrenaturales
social política en los estados puritano-calvinistas de Inglaterra y por la índole misma del mensaje sobrenatural que le fue confiado
de Estados Unidos; los cuales, a su vez, por su acción directa en de una manera carnal, esto es "a causa del temor de la pena, o
los pueblos católicos, particularmente en Francia, producen el codicia de las cosas temporales que la ley prometía si la guarda-
Filosofismo y la Revolución Francesa, de la cual se originan el ban" 33. Por es.to enseña Santo Tomás en el Regimiento de los
liberalismo y la democracia para terminar en el comuuismo. Príncipes, que en "la ley antigua eran prometidos bienes terrenos
La corriente totalitaria democrática fundada en la famosa por Dios al pueblo religioso" y por esto lo temporal y el deseo de
trilogía de libertad, igualdad y frateruidad, encierra elementos me- dominación temporal es peculiar del pueblo judío. Ellos tienden a
siánicos de la tradición judea-cristiana; por ello sus agentes son carnalizar el mensaje evangélico; por esto, la unidad y coincidencia
masones y judíos, y por ello también la táctica de no enfrentarse de objetivos y métodos de la lucha secular que se lleva contra la
sino de substituirse al cristianismo. Iglesia, desde el Calvario hasta nuestros días. Por esto también la
El liberalismo católico, sin excepción desde Lamennais a uuidad y coincidencia del Filosofismo, liberalismo, comuuismo,
Maritain toma posición en la corriente judaica. Por esto sus co- liberalismo católico de Lamennais-Maritain. Es el mismo progra-
nexiones con el ideal masónico y por esto su acción corruptora del ma, preparado por la misma mano con acomodamientos a medios
plano de la vida social humana con las cuatro grandes ideas del diversos. Segundo error gravísimo de la NUEva Cristiandad de
Evangelio, es a saber, Libertad, Igualdad, Fraternidad, Progreso. Maritain: Carnalización del mensaje Evangélico en la vida social
Porque la carnalización de lo sobrenatural es un fenómeno humana.
típico e inconfundiblemente judaico 31 • La explicación es muy
sencilla. El pueblo judío tiene la vocación histórica, señalada por
Dios, de traer en su carne, al Mesías, al Verbo, hecho Hombre. La ca~nali=ión de lo sobrenatural
La carne judaica, la propagación y descendencia carnal es sagrada constituye el anticristianisnw
si se pone a disposición de los planes sobrenaturales de Dios. El
El pagano ignora a la Iglesia; el judío la odia. El pagano
tronco espiritual de la Iglesia es judío: Abraham, David, el Mesías,
construye un mundo sin lo sobrenatural; el judío lo construye
los Apóstoles. Pero, en cambio, si no subordina el carácter sagrado
con lo sobrenatural diabólicamente invertido. El drama del Cal-
de su carne a los fines espirituales erige, en fin, Ja carne sagrada
vario ha quedado como ley de la historia cristiana. Jesucristo, el
judaica, el apetito de dominación uuiversal y mesiánico y sin per-
consumador de la Ley dada por Moisés a los judíos, el Salvador
der su carácter sagrado, de su carne, como el sacerdote apóstata
de los pueblos, es crucificado, fuera de la Ciudad Santa de ~ erusa-
que, aunque reniegue, no pierde su carácter sacerdotal, lo hace
lén, en nombre de la ley. - Nosotros tenemos una ley y segun esta
servir a fines diametralmente opuestos a Cristo. El Judaísmo sin
Cristo es Anti-cristiano. Maneja sí, las grandes verdades cristianas, ley debe morir, porqUE se ha hecho hijo de Dios 34 • Cuando la
causa de Jesucristo, fue hecha pública, delante del gobernador
de Libertad, l gua/dad, Fraternidad y Progreso, pero en una direc-
Pilatos la suerte del salvador había sido echada en el conciliábulo
ción y un sentido diametralmente opuestos a lo sobrenatural de
secreto' de los grandes Rabinos. Entonces los Pontífices y Fariseos
Dios. Esto es, si es lícita la expresión, en el sentido de lo ''sobre-
juntaron consejo y dijeron: ¿Qué hacemos? Este hombre hace
natural" del diablo, de aquel que fUE homicida desde el principio y
así no permaneció en la verdad; y así no hay verdad en él, cuando muchos milagms. Si le ,dejamos así, todos creerán en él; y vendrán
los romanos, y arruinarán nUEstra ciudml, y la nación. Entonces,
dice mentira habla éomo quien y, por ser de suyo mentiroso y Paare
de la mentira 32. uno de ellos llamado Caifás, qUE era el Sumo Pontífice de aquel

31 El judío en el misterio de la historia, Ediciones Theoria, Buenos Aires. 33 Santo Tomás in Gal., IV, 1-3.
32 Juan, VIII, .44. 34 Juan, XIX, 7.

326 327
año, les dijo: "Vosotros nn entendéis nada en esto, ni reflexz~omíis anticnshana. Y por esto la "nueva cristiandad" es también profun-
que os conviene el que muera un hombre por el bien del pueblo, :v damente anticristiana. De nada vale que se llame_ "cristiandqd".
no perezca toda la nación" as. _ _ "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de loo
Y cuando el pueblo judío, en un plebiscito -la expresión de- cielos, sino el que hace la voluntad de mi .Padre que está en los
mocrática perfecta- estuvo a punto de pronunciarse a favor de cielos" 38 • Para conocer cuán anticristiana es esta "nueva cristia_n-
Jesús cuya libertad era ofrecida a cambio de la del criminal Barra- dad" basta saber cómo surge, cuál es el fin, que apetecido, la hace
bás, "los pontífices instigaron al pueblo a que pidiese más bien la entrar en la existencia. Porque toda ciudad surge como obra humana
libertad de Barrabás"••. de los hombres. Ahora bien, los hombres que Ja hacen existir en
La muerte del Salvador ha quedado como ley de la historia el mundo real, ¿qué buscan socialmente agrupados, cuando la cons-
cristiana. En la sombra, a través de los siglos cristianos, la Sinagoga tituyen?, ¿cuál es el fin de la sociedad, en cuanto tal, que mueve,
conspira contra la Iglesia y contra su obra, la civilización cristiana. rige e impulsa a esos ciudadanos constituidos en ciudad?, ¿cuál es
Tertuliano ha pronunciado una célebre frase profética: "Sinagogw el fin supremo al que subordinan pensamientos, intenciones y opera-
iudeorum, fontes persecutionum", La sinagoga judía es fuente de ciones? Porque si el fin supremo de las operaciones terrestres de
las persecuciones. Y. San Pablo, con autoridad apostólica, enuncia los ciudadanos de una ciudad terrestre lo constituyen el amor de
esta ley de la historia, cuando dice: " ... los iudios, los cuales tam- Dios sobrenatural, reconocido socialmente por la supremacía de los
bién mataron al Señor Jesús y a los Profetas, y a nosotros nos han Derechos de Dios, la ciudad es profundamente cristi.ana. La vida
perseguido y desagradan a Dios, y son enemigos de todos los hom- económica, política, cultural, guerrera de los ciudadanos de la ciu-
bres" a1. dad, se dirige, no ya por una intención individual de todos o de parte
Los judíos han de perseguir a la Iglesia, astutamente, sin mos- de ellos, sino por la conformación misma de la ciudad, hacia el amor
trar la mano, y en nombre de la Ley. Pero como desde la venida y la gloria del. Dios de la Revelación y de su Hijo Jesucristo. Todas
de Cristo, el Amor Fraterno es la ley en vigor, la gran persecución las acciones económicas, culturales y políticas, sino individual al
judea-masónica se hace en nombre de la Fraternidad. Por esto la menos socialmente, son medios para que el hombre cumpla con el
gran lucha contra la auténtica cristiandad se lleva hoy en nombre fin para que ha sido puesto en este mundo. La ciudad es profunda-
de la Libertad, Igualdad, Fraterrúdad, Progreso, Humarúdad, "Cris- mente cristiana, aunque individualmente los ciudadanos que la for-
tianismo". Este es el "Cristianismo" que llena hoy el universo. Y man pueden apartarse del fin para que fueron creados.
en nombre ·de este ''Cristianismo" la secreta conjuración ha resueltv Pero una ciudad terrestre cuyos ciudadanos en sus operaciones
eliminar de la tierra al cristianismo auténtico que sólo vive en la sociales no se proponen otro fin que la felicidad terrestre, es profun-
Iglesia Católica. Por esto, la satánica furia contra los sacerdotes, damente anticristiana." Porque si el fin es terreno, la ciudad es terre-
laicos y naciones, que defienden los auténticos y tradicionales valores na. Ni quiera decirse que el fin no es puramente terreno porque
cristianos. Por esto, todo el favor del Dinero y de la Prensa en apoyo no es la fraternidad sino la fraternidad evangélica. Porque la fra-
de los grupos de "nuevos cristianos" que están con la Revolución. ternidad sólo es verdaderamente evangélica, cuando siendo. Dios el
Por esto, el auge inaudito qué ha tomado en el mundo la "nueva primero de la ciudad se le busca primero y ante todo, y én El y por
cristiandad" de Maritain. El, es buscada la fraternidad, como medio conducente al amor divino.
Porque la "nueva cristiandad" que excluye a la Iglesia de su Pero una ciudad, cuya ley suprema es la fraternidad aunque fuere
seno se funda en cambio, en la carnalización de la Libertad, Igual- evangélica, pospondrá todo, incluso el amor y la gloria de Dios, a
dad, Fraternidad, Progreso, Humanidad, de que se nutre la lucha las exigencias de la fraternidad. Y como el amor de Dios puede
quebrar y dividir la fraternidad por aquello que decía el mismo
35 Juan, XI, 47-50. Señor: "No penséis que vine a traer la paz a la tierra, sino la espada.
36 Marcos, XV, 11.
37 I, Tes., II, 15. 38 Mateo, VII.

328 32.9
Porque vine a separar al hombre de su padre, y a la hiia de su ma- APÉNDICE J.
dre, r al yerno de su suegro" 39 ' pudiera acontecer que la "fraterni-
dad evangélica" expulse a Dios de la ciudad. Porque es clarísimo EL CAMPESINO DE LA GARONNE
que si el amor de Dios es lo supremo, por Dios habremos de dividirnos de J acques Maritain
de aquellos que glorifican lo terreno. O mejor, ellos se dividirán de
nosotros, al dividirse de Dios.
Y aquí aparece cómo la elección del fin último de la vida social Un viejo laico se formula preguntas a propósito
humana, da a toda la vida dos direcciones diametralmente opuestas. del tiempo presente
Porque si el fin último de la vida, de la terrestre, en lo económico,
cultural y político, es el amor de Dios, en tanto aceptaremos la Li-
bertad, Igualdad, Fraternidad, el Progreso, ~a Humanidad, en cuanto
conduzcan a la glorificación de Dios, al engrandecimiento de su
Divina Sociedad que es la Iglesia. Si por el contrario el fin último
de l_a vida social humana, de lo terrestre, en sus operaciones_ econó-
micas, políticas y culturales, es la Libertad, la Igualdad, la Frater-
nidad, el Progreso, la Humanidad, todo lo sacrificaremos a ello, todo,
incluso los derechos de Dios, y de la Santa Iglesia. Y en una socie-
dad donde la Paz y la Seguridad de la Fraternidad es lo Supremo,
la Iglesia no deberá invocar exclusivos derechos; Dios, llamado
Zelotes -Ego sum Dominus tuus fortis, zel.otes- 'º el Zeloso, deberá
aguantar que sus Derechos sean postergados para que la paz y la
seguridad y la annonía de los hombres no sufran quebranto. Y esta
ciudad terrena, orientada al fin supremo de la Fraternidad humana,
irá ahogando paulatina pero matemáticamente la vida de la Santa
Iglesia; y aunque no haya persecución sangrienta, por la misma
dinámica de la ciudad, echará de sí a la Iglesia. Y si esta ciudad
fraternal se llama "nueva cristiandad" en nombre de la ley de la
Fraternidad la Santa Iglesia de Jesucristo será expulsada de su seno.
Porque la "Nueva Cristiandad" de Maritain y· la Cristiandad
auténtica son aquellas dos Ciudades, de que habla San Agustín que
"permixta sunt interim, in fine separabuntur, jam carde sunt sepa-
ratae". Mezcladas ahora, al final se separarán, y ya ahora están
de corazón separadas.

39 Mateo, X, 34.
40 Ex., XX, 5.

330
EL CAMPESINO DE LA GARONNE
de Jatques Maritain

Este último libro de Maritain es "una especie de testamento escrito de


prisa en el atardecer de la vida" l. Allí está, tal cual lo conocemos desde 1930,
el l\.faritain_ de "Los grados del saber" y del "Humanismo integral"; el _Maii-
tain que aplica al plano -de la ·vida intelectual -Y espiritual las altas enseñanzas
de Santo Tomás de Aquino y que reserva, en cambio, todo el plano de la -vida
temporal de los pueblos al dinamismo de las mayores aberraciones del mundo
moderno. De este último· Maritain nos hemos ocupado, como es sabido, allá en
la década del cuarenta, en obras que llevan por títulos "De Lamennais a Mari-
tain" 2, "Crítica de la concepción de Maritain sobre la Persona humana" a, "Co-
rrespondance avec le R. P. Garrigou Lagrange a propos de «De Lamennais a
Maritain»" 4, "Respuesta a dos cartas de 1\tlaritain al R. P .. Garrigou Lagrange
O. P.", con el texto de las mismas s. Esto nos obliga a ocuparnos de nuevo, y
ello para actualizar nuestra posición de uno de los mayores pensadores qlle ha
llenado la escena de la vida católica en los últimos cuarenta años y que seña-
lan de manera arquetípica la contradicción en que se debate una grande y po-
derosa corriente del catolicismo contemporáneo, desde los días infortunados en
que elaboró su programa de "l'Avenir" la singular figura de Lamennais.

1 Le Paysan de la Garonne, pág. 363, Desclée de Brouwer, París, 1966.


2 Ediciones "Nuestro Tiempo", 1945, y edición francesa de La. Cité Catho-
lique, París, 1956, traducido por el R. P. Hervé Le Lay.
3 "Nuestro Tiempo", 1948.
4 "Nuestro Tiempo", 1947.
5 "Nuestro Tiempo", 1948.

333
El Humanismo Integral de Maritain abre el camirw tiva silo la vida práctica de los pueblos debía ajustarse íntegramente a ~a ley
al actual progresismo evangélica, cuyos principios .en el c~P? científico había expuesto maravillosa-
mente Santo Tomás de Aquino. Mantam no transaba entonces con los errores
Hi:;mos señalado. muchas veces 6 que los a~ques que se dirigen hoy contra del mundo moderno ni en el plano de la inteligencia pura ni en el plano de
la I.gles;~ no van dzrectamente contra su contenido espiritual sino contra su la vida La sociedad también debía ser cristiana Y .cuando decía cristiana, reco-
re~izac1on te.mporal_. . ~e q,1?ere .er.radicar la obra temporal de la Iglesia. Se nocía ¿ue, además de sujetarse a la: ley natural en si.: orden propio,. debía rec?-
gUl.er:e .destrUir la ~~;ihzac1on cnstiana. Esto lo vio claro Pío XI en su carta nocer el orden superior de valores aportado por Cristo. Y la sociedad debia
"J?ivmi Redemp!or1s , en que. al condenar el comunismo ateo, señala que éste ser cristiana por un requerimiento de su propia existencia, ya que sólo así podrí~
ti~i;de a. d~st~r el or~en social y a socavar los cimientos mismos de la civili- mantener su misión especifica de salvaguardar los valores hllDlanos y solo as1
zac1o:i crisbana _. Y asi como éste, se podrían acumular mu-chas textos de la podría evitar el peligro de convertir~e en fuente_ de degradació1:1 Y de I"?ina para
Iglesia _Romana que advierten que los ataques de la impiedad no van directa- el hombre mismo. "Es importante integrar el mmenso matenal de v.tda conte-
mente contra la misión espiritual de la Iglesia sino contra su obra civilizadora nido ert el mundo moderno, pero conviene odiar al mundo moderno consi~erado
contra el orden público cristiano, contra la Ci~da:d -católica. ' en aquello que él mira como su gloria p~OP_Ía .r distintiva:_ Za in:J.ependencza con
. Es claro que _con este ataque se quiere. hacer imposible la misión espirituaJ respecto a Dios. Odiamos por tanto la· 1n1quidad revolucionaria burgue~a q~e
nusma .de la Iglesia. Porque destruida la civilización cristiana y entregada la envuelve y vicia hoy la civilización como odiamos la iniquidad _revolucionaria
sustancia te171poral .de los pueblos al indiferentismo y al -ateísmo, las masas han proletaria que quiere aniquilarla. Es para Dios y no para la sociedad moderna
di; s:r tambien ateizadas por la influencia permanente e irresistible de la vida que queremos trabajar... En fin, no es de los esfuerzos de los ~omb~es que
publica. ~o pued~ haber cristianos en un mundo -pagano. Al menos no puede esperamos la salvación_ sino de aquel del que se ha dicho «Nec enrm ahud sub
haberlos sino como un fenómeno de excepción. ' coelo nomen datum est hominibus in quo oporteat nos salvos fieri»" '7, "Una
Est? por una parte. Pero además, hay. otra situa~ión que conviene tener-pre- nación cristiana no puede consolidar su grandeza so_bre principios contrarios a
se~t~. Si, de_ una u otra manera, se !:egztzma la eXJStencia de una sociedad no las leyes del Evangelio, ni sacrificando los intereses comunes de la república
cnstian:i y, en consecu~ncia, atea; si se _recon?ce como de derecho un orden público cristiana. Lo que de allí ha· salido para Francia y para el mundo (porque este
de la vida que no_ se a)uste al Evangelio y SJ.., por lo mismo se considera bueno el pecado lejos de ser propio de Francia, ha sido tan grande o mayor en otros
or~ei: ~odern? _de valores,. no se podrá luego evitar ·1a influencia que el orden países, 'es el lote de todo el mundo moderno y ~rocedía ~e _u;ia lógi~a impla~?-­
practico ~e l": nda ha de eJercer sobre lo especulativo. Porque si es cierto qtie lo ble. Ha ·sido muchas veces observado que los mismos prrncip1os de znsurrecczon
~speculativo influye y_ determina lo práctico, también es cierto que lo práctico de la parte contra el todo que se invocaban contra el Papa, debían servir nece-
influye Y determ1na lo especulativo. Lo que uno piensa influye sobre lo que sariamente contra los reyes y, más tarde, contra la patria. misma. Nogaret es
uno hace Y .l~ que uno hace, y sobre to_do lo que uno vive, determina a la larga primo de Robespierre y de Lenin. La repulsa de: someteise a la Iglesia debía
l? que ~o p1.ensa. Esta co~espondencia entre el orden especulativo y el prác- comportar necesariamente la repulsa de someterse _a Dios y de reconocer sus
tico está exigida por la unidad de la vida humana. derechos sobre el Estado como tal. Los decretos regalistas de los Par.lamentos
Tale_s apreciaciones son ~muy importantes y han de ser tenidas en cuenta son los borradores de las leyes laicas" 8.
p~ra: medir, ~a naturaleza Y, alcance ~el progresismo ·que ha invadido los am- Pero, a partir de 1930, se verifica un radical .cambio en Marit~in:_ "En
bientes catolico~ y· que estan produciendo hoy estragos primeramente en el definitiva, parece que al replegarse sobr~ sí mismo el hombre ha sufndo como
sect?r especulativo de la Iglesia, en filósofos y teólogos, y de aquí en los semi- a pesar Euyo el movimiento de introversión propio· del esJ)íritu; ha entrado den-
n.ar1os Y -en casas de formación., para modelar luego las mentes_ de las genera- tro de sí, y no para buscar a Dios. Un_ progreso gener~l de la toma de la pro-
c;ones s_acerdota,les· y religi?sas juveniles y, de allí luego, a todo el pueblo cris- pia conciencia ha caracterizado así la era moderna. Mientras _que el mundo se
tiano: c:Por que el progresismo alcanza y toca hoy al sector especulativo de la desviaba de la espiritualidad por excelencia y de este amor que es nuestro ver-
Iglesia cuando ha~e apenas treinta años sólo tocaba al sector práctico? Aquí dadero fin pnra ir hacia los bienes eA"teriores y hacia la explotación de la na_tu-
en este punto, ra~~a la esen~ia. de la cuestión presente y aquí aparece la gra~ raleza sensible, el universo de la imnanencia se abría, a veces por puertas baJas,
vedad de la defecc1on de Marltain que se produjo allá en la década del treinta. una profundización subjetiva descubría a la ciencia, al arte, a la poesía, a las
Ha~ta entonces, Maritain era un filósofo íntegramente tomista, no sólo en pasiones mismas del hombre, y a sus vicios, su espiritualidad propia, la exigen-
~~~ cuestiones ~ur_amente especulativas, sobre todo en las metafísicas, sino tam- cia de la libertad se hacía tanto más aguda cuanto más se apartaba de las ver-
"Ln Phillas p~achcas y _culturales. Había hecho sus magníficos estudios sobre daderas condiciones y de la verdadera: noción de la libertad. Brevemente, en
.ª o;;~phie b?rgsom~nne" y so~;e "Réflexions sur l'intelligence et sur sa virtud de la ambivalencia de la historia, la edad refleja, con todas las disminu-
v.te ,prop:e Y ha~1a pub~ic~do tambien su "Trois Reformateurs" y, sobre todo, ciones y las pérdidas connotadas por esta palabra, comportaba un enriqueci-
su Antrmoderne . Mantam reconocía entonces que no sólo la vida especula- miento innegable, y que se debe tener por una ganancia-adquirida eri el cono-

6
1964. El Comunismo en la Revolución Anticristiana, 2"' e d., E wciones
..:i: • Tueoria,
' 7 Antimoderne, pág. 216.
8 Primauté du Spiritue-l, pág. 115.

334 335
cimiento de la criatura r de las cosas humanas, aun cuando este conocimiento de la Revolución. Y por lo mismo es profundamente utópica en cuanto preten-
debía desembocar en el infierno_interior del hombre, víctima_ de sí mismo. Este de llegar a una meta -'-la Cristiandad- intrínsecamente imposible por ese ca-
camino tenebroso no deia de tener salida r los frutos recogidos al pasar han mino; y es también profundamente funesta, en cuanto de hecho, y por la lógica
sido incorporados a nuestra sustanci.d' 9. interna de las cosas, está obligada a "hacer escolta", en expresi6n de Pío X, a
Aquí ya no pone Maritain el acento en esta "independencia de Dios" aquellas perversas ideologías 12. .
como constitutivo formal del mundo moderno, ya no dirige en conse~uenCia De aquí que Maritain invente su "Nueva Cristiandad esencialmente di-
sus energías a denunciar esta perversidad esencial para que el hombre entienda versa de la tradicional"; cristiandad sustancialmente laicista y naturalista; sus-
que no puede, por este camino del mundo moderno, alcanzar la salud, sino que tancialmente liberal y progresista, en camino hacia el comunismo; sustancial·
debe .convertirse, esto es, apartarse de ese bien que ama desordenadamente, y mente humanista y personalista~
dirigirse al bien inconmutable, del que impía y funestamente se había separado, Y a· este "equívoco" maritainiano de una Cristiandad primero laica se le
para en El amar ordenadamente, integrando en el orden esenci_al e ii:ivariable ha de añadir otro "equívoco'', el de una sociedad sustancialmente naturalista
de las cosas aquellos menguados bienes y aun progresos _que pudieran acciden- y laicista donde se. volcaría "la refracción social-temporal de las verdades evan-
talmente estar ligados con el mundo moderno; ahora, por el contrario, pone gélicas" 13, sociedad en la qué el fermento evangélico y sobrenatural, lejos de
el acento en esta "toma de conciencia propia", en esta "ganancia adquirida en levantar hacia Dios al hombre, lo empujaría en su impulsión revolucionaria y
el conocimiento de la criatura y de las cosas humanas" y la insinúa como __cons- laicista.
tjtutivo formal del mundo moderno; considerando, en cambio, aquella indepen- Con su tesis de la "Nueva __ Cristiandad laica", abre Maritain el amplio
dencia de Dios como algo accident.al, aunque de trágicas consecuencias, porqlle cauce de la ·problemática nueva en el -campo de las relaciones de la Iglesia y
le impedirían la realización de sus profundas y auténticas aspiraciones. En con- mundo, en los medios intelectuales católicos, problemática que, por una parte,
secuencia, ya no hay que odiar al mundo moderno que "aspira sin saberlo a rechaza la posición tradicional de un orden temporal subordinado indirectamen-
una civilización cuyos principios indica Santo Tomás" 10. te al sobrenatural y, por otra, legitima las aspiraciones laicistas del mundo mo--
Adviértase bien que Maritain en sus obras posteriores continúa atacando derno como conformes y ajustadas a la ley evangélica. Detrás de J acques Mari-
las posiciones ateístas del mundo moderno, el liberalismo- de los siglos XVIII y tain ha de venir Emmanuel Mounier, quien con "pathos" revolucionario inocu-
XIX y el comunismo ateo, pero no ataca al mundo moderno en cuanto tal, es lará en el nuevo .catolicismo la ruptura -definitiva- con la concepción tradicional
decir, en su intento de. llegar al. orden cristiano por el camino de los derechos de civilización cristiana y ha de encauzar las fuerzas católicas hacia el dinamis-
o libertades públicas de conciencia r de prensa; tampoco ataca al comunismo mo de las corrientes socialistas que invaden la actual sociedad. La teología
en su tendencia fundamental de querer emancipar de toda servidumbre 11 al ''tomista" de los Chenu y los Cangar ha de quedar radicalmente distorsionada
hombre, lo ataca por su ateísmo. con la nueva problemática histórico-teológica y ha de abrir el camino a un
Este equívoco le ha de permitir mantener con apariencias de lógica una progresismo universal que luego invadirá lo mismo el plano práctico que el
posición funestamente engañosa. Porque, por una parte, si el mundo moderno especulativo de valores. _ _ -
fuera malo porque es ateo, si se bautizara, esto es, si se le dr:¡:spojara del ateís El progresismo que actualmente está invadiendo por toda:s partes a la
mo, pareciera que ya podría ser bueno. Y entonces, continuando los pueblos Iglesia no procede exclusivamente del error maritainiano. Es tributario de otras
en !.a. misma línea del mundo moderno o de la Revolución -sin abandonar sus muchas corrientes especulativ?s y prácticas, que agitan el turbulento mundo
aspiraciones de emancipación de toda servidumbre sin renunciar a las liberta- moderno. Pero Maritain, con su indiscutida autoridad, y en notnbi-e de Santo
des públicas modernas y al deseo de autogobernar;e-, volverían a la Iglesia v Tomás, ha quebrado en nuestros días la justa idea de la incotnpatibilidad de
al amor de Dios. Aquí radica la funesta ilusióri. Porque este camino, aunqu~e Iglesia y mundo moderno.· Por aquí ha abierto· el camino a todos los errores
para uso de los católicos,_ sea barnizado o impregnado de una ideología "católi- progresistas, a los que habían de venir del freudismo y del socialismo como a
ca", es intrínseca.mente perverso y no conduce sino a la ruina. La tesis ·de Ma- aquellos derivados del idealismo, de la fenomenología -Y del evólucionismo.
r~tain es entonces una ideologúz que~ si bien opuesta a las ideologías ro-usseau-
ruana, marxista o prudhonniana, coincide substancialmente con ellas en la línea

9 Réligion et Culture, pág. 30-.


10 Ibid., pág. 41.
.. 11 .En la emancip_ación de toda servidumbre, Maritain y los progresistas
cr1stiru;ios se mueven siempre en un equívoco peligroso, por cuanto rechazan
c?mo 1ntr~nsecamente injusta toda sujeción o servidumbre del inferior al supe:..
r~o, del cr1,ado al amo, cuando no es así, ya que la- ley evangélica exige que "los
s1erv~ estei: ~on todo temor sujetos a sus amos" (1 Pedro, 2, 18). La servidum-
bre solc;> es inJusta cuando viola el ejercicio de la justicia; pero no por su natura- 12 Julio Meinvielle, De Lamennais a Ma.ritain, págs. 53 y sig.
leza misma. 13 Humanisme Intégral, pág. 226, y Le Paysan de la Garonne, I, pág. 59.

3::Sb 337
ªLe· pafsdn de la Garonne", repudíadc por le confiesa su" pena y le incita a entrar pronto ~ e~ calo,~ de su ermita para
P.rogresistas y por traflicionalistas evitar las ·corrientes de aire que son mortales en mvierno : . . .
Jeail Madira:ri., interpretando magníficamente , la corr1i:n;te tradicionalista
En "Le paysan de la Garonne", Maritain re.chaza hoy los errores pro- del catolicisnio, tiene derecho a preguntarse: "¿~orno s~ situa, por lo_ ta;;ito,
gresistas especulatj_vos que se_ traducen en la introducción del idealismo, de la Maritain, filósofo político, con respecto a la doctrma social de. l~ Iglesi_a?, ·.
fenomenología y del teilhardismo en la filosofía y teología cristianas.. Nos pare- "No- de la misma manera, seguramente, .d-e como Maritam metafisico
ce bien este rechazo. Pero lo creemos insuficiente. De aquí que Maritain no se sitúa con respecto ·a su doctrina teológica.
tenga nada válido que responder a las censuras que hacen de su último libro "Invoca «Aeterni Patris» de León XIII y todos los documentos pontifi-
los progresistas. En "Temoignage Chrétien" (15 de diciembre de 1966) el do- cios que recomiendan ·'la doctrina de Santo Tomás; está en esta línea, se apoya
minico Francisco Biot escribe hablando de Maritain: "No deja de se~ verdadero en ella. . Ann · ¡ tr
que el autor no reconoce en lo que hoy es más vivo en la Iglesia las cons_ecuen- "No invoca «Rerum Novarum», «Quadragesrmo o»,_ -m as ~ as
cias de los principios a los cuales continúa. adhiriéndose. ~ . Que- un hombre gi-andes encíclicas sociales y políticas, no busca apoyo en ell_as, n1 las m~nciona
retirado en su ermita, llegado a una edad avanzada, no pueda ya comprende¡ sino en- cuanto a raros aspectos, gener~lmente l?-terales, acod~ntales o aislados.
el desarrollo de aquello mismo que ha contribuido a poner en marcha, no nos Por otra parte la fti.ndación de la ReYista '!I-spr:zt, ~;i. 1932, sen':la-una ruptura
.debe sorprender". . al ·menos parcial, según la voluntad y la mspir.ac~.on de Moum,~r, con la doc-
Por su lado, el P. Cangar, admitiendo que ciertos teólogos han propuesto trina social tal como está formulada en las enciclicas I?-~emas ·
En realidad, como veremos oportunamente, Mcr1tam ~a por cancelado
respuestas insuficientes, criticables, aun erróneas, a los problema§ que se plan- el orden social cristiano -la civilización cristiana- y trabaJa por "cristiani-
tean actualmente, escribe: "'Pero están los otros. No sólo no se habla de ellos
-se citan J).ada más que ciertos nombres que son amigos personales- ·sino que zar" la ciudad de la Revolución.
se emplean fórmulas tan. generales que harían creer que la mayoría de los
teólogos caen en este modernismo que . se denuncia. Por otra parte; J S:cques Posición progresista de Maritain en la relación
Maritain exalta la- obra teológica del Concilio; sobre algunos puntos neurál- espiritual-temporal
gicos, le da el testimonio, no sólo de adhesión, sino de admiración. Ahora
bien, esta teología no es una- generación espontánea. ¿Quién ha trabajado El equívoco maritainiano que le constituye_ ;-n padre del ~rogresismo .cris-
por ella? ¿No son estos teólogos de los que el libro, por -su -silencio, haría tiano actual arranca de una defectuosa formulacion de las rel?ciones de !otem-
creer que ria existían o que han pactado con el error? Me parece que esta poral y de lo espiritual. Esta defectuosa formulac~ón ya ha sido de17unciad~ en
mirada de un viejo laico, amado y respetado, sobre el tiempo presente, corre la Constitución "Unigenitus Dei Filius" de Vatlcano I cuando af_irma: . Por
el riesgo de parecer parcial en razón de lo i:¡ue se abstiene de -e-vacar de la el hecho de esta impiedad que .se ha propagado ~r to~a~ partes desgraci'.3-da-
vida de este mismo tiempo presente". mente ·ha sucedido que aún muchos hijos de !a I_gle:o1a Catolica se han_ extrav:a.do
De aquí que el mismo P. Biot, después de censurar de traición y -de del camino de la verdadera piedad y se ha dismmmdo en ellos el sentido ca~ohco
infidelidad el proceso que. hace Maritain de sus hijos espirituales, concluya en -una paulatina disminución de las verdades. Porque arrastrados por_ varias. Y
diciendo: '.'Por el honor del niismo Maritain y por la autoridad que repre- peregrinas doctrinds, haciendo uni:i m~la i:i~zcla de la naturaleza Y de la gracia~
senta en el catolicismo hoy, es lástima que sus amigos no lo hayan disuadido de la ciencia humana y de la ciencia diYina, resulta, como los hechos lo de
de publicar el último libro. No añade nada, por el contrario, a lo que le muestran, que han depravado el sentido genuino de los dogmas Y ponen en
debemos". peligro la integridad y sinceridad de la fe" .
Los progresistas le han censurado sin piedad. Y con razón:. Los tradicio- Naturam- et gratiam perperam conmiscentes. De esta amonestaoó~ del
nalistas, a quienes Maritain critica duramente como integristas - y el· inte- Concilio Vaticano I hay que retener principalmente es~as pi:iiabras. Hacü;n:Jo
grismo es "la peor ·ofensa a ·la Verdad divina. y a la inteligencia humana"-14 una -mala mezcla de la naturaleza, y de la gracia. Aqu1 :adica ~l. error ti~nco
no le han escatimado las críticas y censuras. Louis Salleron escribe _15: "Pero maritainiano, como ya lo hizo notar en su tiempo ~1 , sabio dom:-ruco Santiago
Maritain no ha hecho sino declarar su fe y expresarla ·en los más altos grados RamÍrez cuando en "Divus Tomas" de Friburgo dedico un estudio a la famosa
del saber. Ha ·aplicado su pensamiento filosófico _a los problemas de lo tem- Etica subalternada a la .teología de Maritaln. .
poral. Y aquí descarrila completamente". Pero hay una lógica interna entre Este problema de la naturaleza y de la ~acia se. p~esenta en los diversos
progresismo y modernismo. Y muy .bien añade Salleron cuando dice 16: "Esta tratados teológicos y- su recta elucidación es capital, principalmente en _las rela-
lógica interna es recordada por el P. Biot a ·Maritain, mientras el P._ Congar ciones de la Iglesia con la vida temporal de los pueblos. Porque l.a vrd_a. total
del hombre que Se desarrolla aquí en la tierra se - dese~vu~lv~ ~n dos rr~?s
esencialmente diferentes y por lo mismo cae bajo ·dos JUTisd;-ccu;i_:ies ~amb1en
14 Le Paysa.n de la Garonne, pág. 2.35. diferentes que, sin embargo, han de reconocer ?1guna armonizaoon, si no se
15 ltinéraires, abril 1967, pág. 39. quiere quebrar la unidad radical de e-;-a misma vi~a. y del hombre.
16 !bid., pág. 46. La Iglesia es una sociedad esencialmente i eligiosa, sagrada Y sobrenatural.

338 339
¿No hay incompatibilidad entre estos caracteres y la organizatividad visible de cristianos pero tienen la gracia de Cristo, potencialmente- si, son no-cristiano? Y
la Iglesia? Porque lo sobrenatural dice siempre relación con la naturaleza no tienen la gracia de Cristo" (Le Paysan de la Garonne, pag. 108) .. "}?ero si es
divina, con la Deidad misma, la que como tal no admite ni visibilidad ni orga- así, "no-es ya en razón de un objetivo práctico común y .de una accion, que se
nización. Sin duda, pero como el hombre es un ser corporal, diversos elementos ha de realizar en común, que los hombres se deben poner de a;uerdo sobre
organizativos y visibles pueden ser empleados como vehículo de lo sobrenatural. los priricipios prácticos comunes, "si no en razón de la pertenencia al C~erpo
De allí surge el misterio inenarrable de la Iglesia ~misterio que prolonga la místico a través de la 'gracia (lbid., págs. 108-109). Por lo ~anta, l~ .misma
Encarnación- y aunque ella consista en la unión efectiva del hombre con lo misión temporal del cristiano, su mismo per.tenécer a una soc_ie~ad c1'?-l para
más íntimo y recóndito de Dios, tiene una realidad que se hace sensible entre el progreso civil del mundo, el mismo _fin "temporal" de está sociedad h':ne un
las cosas humanas. Los hombres entonces, la doctrina, los sacrainentos, la jerar- sentido en razón de la pertenencia al Cuerpo místico, esto es, a Ja Iglesia Y a
quía y el gobierno eclesiástico que surgen por la recepción de loo dones sobre- la gracia. Por esto Maritain puede afirmar qu: la misión del cristiano en la
naturales, son elementos visibles que participan de ·lo sobrenatural invisible. Por sociedad civil consiste en hacer pasar· el Evangelio en el mundo; por esto en_ la
esto, _lo que mide la condición sobrenatural de las cosas no es propiamente la nueva edad sori las cosas divinas a quienes les corresponde defender las cosas
naturaleza de.los elementos que puedan integrarla sino el fin directo a que-esas humanas" 18. O sea se confunde y mezcla lo temporal con lo sobrenatural, Y
cosas se destinen. Por ello, templos y propiedades, instituciones, doctrinas, sacra- se intenta justificar 'la misión temporal que corresponde al cristiano, en razón
mentos, legislación, gobierno e individuos vinculados directamente con la misión de hombre y ciudadano, con su carácter de cristiano.
de la Iglesia entran en la esfera sobrenatural y sagrada de la misma. Es claro que la distinción bien neta de los dos órden:-s. ~e V:~lores, de los
Pero el hombre tiene preocupaciones y actividades que no se ordenan.direC- que pertenecen a la Iglesia y de los que pert;enecen a la civilizacion, no ha de
tamente a la vida eterna. Son los problemas económicos, políticos y culturales. impedir que se se-ñale luego la armonía y umdad que se ha de e_stablecer entre
Es todo el ámbito de la civilización. Es todo lo que hace para asegurar direc- ambos para -una recta, ordenada y fecunda convivencia humana. A?~que J?s
tamente una próspera y feliz convivencia del hombre durante los días de su valores de la Iglesia se distinguen netamente de los valo;es de ~a civilizac1on
peregrinación sobre la tierra. En esta civilización entra entonces todo lo que fine operis en razón del fin de- cada uno de los valores nnsmos, sm embargo se
directamente y de suyo sean medios_para esta prosperidad. El salmista 17 nos des- unen por ~uanto el cristiano, fine operantis, en razón del último ~in con que _ha
cribe estos bienes cuai:do escribe: " ... Cuyos hijos son como nuevos plantíos en de buscar todas las cosas, debe empeñarse en lo temp_oral en vista de la vida
la flor de su edad: cuyas hijas compuestas y engalanadas por todos lados, como eterna. Y aquí, en atención al finis operantis, el cristiano ha de ocuparse de las
ídolos de un templo; atestadas están sus despensas y rebosando toda suerte de cosas de la tierra y de la _civilización en Za medida en qué ellas puedan condu-
frutos; fecundas sus ovejas, salen a pacer en numerosos rebaños; tienen gordas cirle a su último fin teológico. ·
y lozanas sus ·vacas; no se ven portillos ni ruinas en sus muros; ni se oyen Por aquí, -por la acción del cristiano, en lo ·más íntimo y auténtico de ·su
gritos de llc.nto en sus pla~as. Feliz llamarán i;i.l pueblo que goza de todas estas obrar, se cumple la subordinación de la -acción civilizadora a la Iglesia Y, con
cosas". ello, se realiza la Cristiandad, la civilización cristiana, la ciudad .católica. "Ama-
La felicidad eterna tiene pues, otra serie de medios que de suyo y direc- rás al .Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda -tu mente.
tamente a ella conducen, como otra es la serie de los que de suyo y directa- Este es el más grande y el primero de los ~andamientos. El segundo, seme-
mente llevan a la felicidad temporal o profana. ¿Cuál es entonces el criterio jante a éste, es: amarás al prójimo como a ti mismo. De estos i;los pi'ecepttis pen-
seguro y últim.o para_ distinguir los bienes que pertenecen a la Iglesia y los que den toda la ley y los profetas" '19. "Ya comáis, ya bebáis o ya hagáis alguna
pertenecen al orden de la civilización? No ciertamente la naturaleza intrínseca cosa hacedlo todo para gloria del Dios" 2-0. El cristiano, en consecuencia, .cum-
de los mismos, ya que en el orden temporal entran- elementos de condición ple Íoda su vida tempora.l en dependencia directa del fin último que le impone
espiritual y aun sobrenatural, como la misma política, las ciencias puras y el amar a Dios por encima de todas las cosas. Toda su vida temporal es, en con·
ejercicio de las virtudes aun sobrenaturales, y en el orden de la Iglesia hay secuencia, sagrada, sobrenatural, movida por la Iglesia. De aquí que, -en conse-
elementos materiales como los templos y la sustentación de los ministros del cuencia, no pueda el_ cristiano dejar de trabajar para la Cristiandad, para la civi-
culto. Luego, el fin directo, a que de suyo· se destina_n dichos bienes, _constitu- lización cristiana por el hecho mismo de ser y de comportarse tomo cristiano.
ye el criterio de discernimiento de los bienes que forman la civilización o la_ ' Por aquí aparece que la autonomíq de lo temporal en la cual insiste con
Iglesia. exceso Maritain, y detrás de él Cangar y Chenu, como si pudiera haber de
En Maritain este criterio de discernimiento no sólo no aparece a través derecho un orden social temporal puramente neutro, es imposible en el plano
de sus obras, sino que, por el contrario asoma siempre una inextricable confu- existencial y .concreto en que el hombre ha sido creado. Una cosa es que pueda
sión de planos. Así, por ejemplo, se h~bla allí y se dice que "hay una misión concebirse una esencia de la vida temporal, moviéndose por un fin puramente
temporal del cristiano frente al mundo y al progreso humano". "Cristianos y natural, y otra muy distinta es que esa esencia plleda verificarse fuera de un
no cristianos ahora no los considero ya simplemente como hombres sino como
miembros de Cristo, explícitamente si son cristianos, implícitament~ si son no-
18 Ver Renovatio, Génova, abril-junio 1007, ·pág. 319.
19 San Mateo, 22, 17.
17 Salmos, 143, 12-15. 20 1-Cor., 10, 31.

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contexto teológico y puramente natural. ·La vida temporal concreta de los pue- tura!. Sin embargo, héiy -una página que resulta sintomática y por demás ilus-
blos ha de desarrollarse en el plano_ existencial dentro de una teología, teología trativa de éste error. Hela aquí:
de Dios o teologÍa del diablo, pero, de cualquier modo, teología. "Que se me permita añadir hoy que hasta el presente -a pesar (o a causa
No hay un fin natural del- mundo como un todo autónomo e independien- de) la entrada en escena, en diversos países, de los partidás políticos llamados
te. El fin natural del mundo- debe lograrse como un fin dependiente de otro fin «cristianos» (siendo la mayoría sobre todo combinaciones de intereses electora-
superior sobrenatur"al. De aquí que el mundo no pueda lograr la felicidad tem- les)- la esperanza en el advenimiento de una política cristiana (respondiendo
poral o puramente natural a que aspira, sino en dependencia del Reino de Dios. en el orden práctico a lo que es una filosofía cristiana en el orden especulativo
Es, por .otra parte, la enseñanza del mismo Salvador. "Buscad primero el Reino ha- estado .completamente frustrada; no conozco .sino un ejemplo de «revolución
de Dios y su justicia, que todo lo demás se os dará por añadidura," 21. cristiana» auténtica: la que el Presidente Eduardo Frei intenta en estos momen-
De allí la gravedad del error de Maritain y de los teólogos progresistas, tos en Chile, y no es seguro que haya de tener éxito. Es también seguro que
como Cangar y Chenu que en esto lo siguen, cuando ,se empeñan en sostener entre todos mis contemporáneos todavía en vida mientras escribo estas líneas no
que el hombre, contrariando su fin teológico, pueda alcanzar el fin natural de veo apenas en los países de Occidente sino tres revolucionarios dignos de este
la historia del mundo que consiste en el "dominio del hombre sobre la :riatura- nombre: Eduardo· Frei en Chile, Saúl Alinsky en América, y yo en Francia,
leza y en la conquista de la armonía humana"· 22-. Ello es totalmente imposible aunqué ya mi vocación de filósofo ha obriubila_do mis posibilidades de agita-
porque contraría la condición de la conducta· humana que, en la providencia dor.~." 23. Y hay una llamada al pie de página de Alinsky, que dice:- "Saúl
a.c~i:al, le .imp~sibi~ta para alcanzar el fin secundario de lo tempor_al en opo- Alinsky, uno de mis grandes amigos, es un indomable y temido organizador de
s1c1on al fin pnmano de lo sobrenatural. En esto radica precisamente el drama las «comunidades populares» y líder antirracista, cuyos métodos son tan eficaces
del mundo_ moderno. Intenta alcanzar la felicidad temporal de la humanidad como poco ortodoxos. Cf. Harper's Magazine, junio y julio 1965, o The Profes-
en un contexto de suficiencia y de autononúa absoluta del hombre. Y en eSte sional Radial, Conversations ·with Saul Alinsky". -
contexto no sólo :r;o puede resolver los problemas elementales del pan y de la De manera ·que los ejemplares de una política cristiana son Eduardo Frei,
paz del hombre, sino· qtle convierte al mundo en el laberinto infernal de la era que está produciendo la anarquía y el desorden en la noble república de Chile,
presente. Se olvida que el problema del hombre, hoy ·como en todit la historia y el agitador revolucionario Saúl Alinsky, conocido como promotor de los moti-
no es específicamente un problema de recursos técnicos. Ni siquiera lo es eco~ nes y disturbios de las minorías raciales en los Estados Unidos. La catadura
nómico, político o cultural. El problema es primeramente teológico- o sea· hace de este Alinsky se ha hecho :Presente en los serios desórdenes del ·suburbio de
a la relación primordial del hombre con las leyes del Creador. Si a este ~roble­ Los Angeles, llamado Watts, que obligaron al EjérCito a intervenir para poner
ma no se le da primeramente la solución correcta, el hombre se ha de convertir fin a los incendios, saqueos y asesillatos. Este Alinsky se ha dedicado también
en un ser ególatra y orgulloso de la. propia autonomía, incapaz por tanto de a organizar a los granjeros mexicanos del· Estado de California para enfrentarlos
~.egular según la jus-i:icia y la caridad sus relaciones de convivencia con el pi"Ó- con los granjeros anglosajones. Actualmente se dedica a subvertir los arrabales
JlIDO. . Y en- ese .contexto es totalmente imposible cualquiera sea la capacidad habitados por hombres de color de Chicago y Detroit.
tecnológica de que se disponga, asegurar una distribución equitativa y arniónica En la revista Harper ha hécho Maritain el elogio de Saúl Alinsky, de
de los recursos humanos que facilite una elemental convivencia pacífica de los quien dice que "lo ha conocido y amado de. muchos años atrás, y a quien con-
hombres. sidera como uno de los grandes hombres del siglo, a pesar de que no sepa nada
de Dios ni de la inmortalidad del alma".
Esto nos revela con elocuencia qué entiende Maritain por política cris-
El progr~sismo de Maritai.n en la utilización de lo sobrenatural tiana. No es lll!ª política que se ajusta a las leyes tradicionales del derecho
como fermento revolucionario natural teniendo en cuenta el destino sobrenatural del hombre, sitio una política
que, aun en el plano específicamente natural, se ve perturbada por los prin-
Maritain altera la concepci6n correcta de las relaciones de lo temporal con cipios cristianos que actúan en ella a modo de fermento revolucionario. Este
lo si:brenatural. "Naturam et gratiam perperam comniscentes". De aquí ha de punto lo he estudiado largamente 24, haciendo ver allí que Maritain en su
seguirse otro error maritainiano, el de utilizar el cristianismo como -fermento Humanismo Integral ha incurrido precisamente en el error de Rousseau, denun-
revolucionario para perve_rtir .el orden de la ley y del derecho natural que ha de ciado por el mismo Maritain 25. Dice: "Rousseau, sobre todo, ha desnaturali-
regir las !elacipnes de la convivencia temporal de los pueblos. zado el Evangelio, arrancándolo del orden sobrenatural, transportando ciertos
Este erro_r maritainiano no aparece claramente formulado ni en éste ni aspectos del .cristianismo al plano de la simple naturaleza. Es absolutamente
e:i _los anteriores li.b~os de Maritain .. Se halla disimulado en las sutiles _disqui- esencial al cristianismo la sobrenaturalidad de la gracia. Quitad esta sobrena-
s1c;ones .con que hab1lmente sabe revestir su pensamiento, y lo hemos señalado
mas arnba en los textos en que se hace confusión de temporal y de lo sobrena-
23 !bid., págs. 40-41.
24 De Lamennais a Maritain, capítulos: La Nueva Cristiandad, Ciudad de
21Mateo, 6, 33. la Revolución y Conclusión.
22 Le Paysan de la Garonne, pág. 65 y sig. 25 Trois Reformateurs, pág. 204.

342 343
Liralidad, y el cristianismo se corrompe. ¿Qué encontramos en el origen del El progresismo de Maritain altera el sentido de la historia
.ristianismo moderno? Una naturalización del cristianismo. Resulta claro que que llevan los pueblos modernos
el Evangelio, convertido en puramente natural (y por tanto en absolutamente
corrompido) se convierte en fermento de revolución de viruleircia extraordi- Al trastocar Maritain las relaciones de la naturaleza y de la gracia y al
naria. . . He aquí por qué se encuentran en todas partes en el mundo moderno convertir lo sobrenatural en fermento revolucionario de la política de las na-
analogías degradadas de la -mística católica y gírones del cristianismo laicizado". ciones, altei:-a por lo mismo la recta valoración del progreso de los pueblos mo-
Esta utilización naturalista del cristianismo cometida por Rousseau va a dernos. Maritain piensa que aunque haya mucho mal, el mundo, es,. en defi-
ser igualmente efectuada por Maritain. Por ello, en estas sus obras de "Política nitiva, bueno, Y avanza- siempre hacia estados mejores y más elevados. Esta
cristiana", habla de un ''cristia:iJ.ismo" fermento de vida social y política, por- enseñanza de Maritain sobre el movimiento necesariamente progresivo de la
tador de esperanza temporal, energía histórica que actúa en las profundidades historia lo hemos expuesto prolijamente en otro lugar 32 y aquí sólo podemos
de la conciencia profana; "cristianismo" distinto del cristianismo como credo reli- estudiarla en cuanto aparece otra yez formulada en Le Paysan de la Garorme.
gioso, del cristianismo tesoro de la verdad divina, mantenido y propagado por Dice Maritain en este libro: "La verdad ontosófica en juego cuando se trata
la Iglesia, cristianismo que toma formas heréticas y de revolución 26. · del mundo considerado en sí mismo, es que a despecho del mal que hay allí
En sus obras políticas, Maritain utiliza perversamente naturalizándolos, -tan grande a veces que es intolerable no sólo a la sensibilidad sino al espí-
cuatro valores sobrenaturales de la Palabra de Dios, que son- la libertad, la ritu mismo del hombre---- el bien, teniendo en cuenta todo, es más grande, más
igualdad, la fraternidad y el progreso. San Pablo, predicando a los gálatas, profundo y más hondo. El mundo es bueno ·en sus estructuras y en sus finali-
dice: "Porque vosotros, heimanos, sois llami;ldos a un estado de libertad" 27. Y dades naturales. Tan estancado, aún tan regresivo que pueda parecer en ciertos
también les dice allí: "No hay distinción de judío ni griego; ni de siervo ni lugares de la tierra y en ciertos tiempos, su desarrollo histórico, visto en su con-
libre; ni tampoco ni de hombre ni mujer. Porque todos voSotros sois una cosa junto, va hacia e_stados mejores y más elevados, y es un deber para nosotros
en Jesucristo" 28. También les dice: ''Vuestra caridad sea sincera, aborreciendo tener, a pesar de todo confianza en él, porque, si el mal crece al mismo tiempo.
el mal, adhiriéndoos,_ amándoos los unos a los otros con amor fraternal. .. ~ 29, que el bien (¡y cómo se. necesita ser uno de los nuevos bien pensantes dopados
Finalmente, ponderando el progreso que ha de efectuarse en la vida cristiana, por las tres virtudes cosmologales para no ver esto) el bien con todo ·cr~ce
les dice: ·" ... Hasta que arribemos todos: .. al estado de un varón perfecto a la allí más" -33.
medida de la edad perfecta según la cual Cristo se ha- de formar místicamente Maritain afirma aquí que en el mundo el bien prevalece sobre el mal y
en- nosotros" .ao. Estas cuatro -ideas de San Pablo tienen valor directamente en aunque éste sea grande e intolerable, en definitiva el hombre y por ende el
el plano sobrenatural donde el auténtico discípulo de Cristo, el santo alcanza mundo, marcha hacia estados mejores y más elevados. Con ello se quiere justi-
la libertad de los hijos de Dios que no se guían por la ley sino por el espíritu ficar el desarrollo del mundo moderno que, a pesar de que en los últimos cinco
y en el que reconoce la igualdad y fraternidad de los hombres en Cristo y en siglos marcha hacia- el alejamiento de la Iglesia, fuente de la gracia que sana
cuya adhesión logra la plenitud perfecta de lo divino. Pero ellas no pueden y eleva, y hacia el ateísmo, en definitiva marcharía hacia el bien fundamental
aplicarse directamente al plano político y social, como si fuera lícito en ese pla- de la liberación y de la autonomía del hombre. Los pueblos, en substancia, an-
no vivir al margen de la ley, desconociendo las desigualdades naturales y socia- darían -por el camino del progreso a pesar de la marcha del mal. Las revolucio-
les que surgen de las diversas naciones, culturas y capacidades. Aplicár direc- nes modernas que desde· el Renacimiento han volcado al hombre en un_ estado
tamente al plano natural y social político las enseñanzas del Apóstol equival- de degradación paulatina inexorable, serían otras tantas etapas hacia la meta
dría a inocular la revolución y el desorden en el plano temporal de los pueblos .31. triunfal del hombre victorioso sobre las servidumbres de la naturaleza y de los
Esto explica por qué el maritainismo hace la apologÍa del agitador Alinsky y otros hombres.
de los gobiernos revolucionarios e izquierdistas como el de Frei y por qué tam- Esto implica evidentemente una Valoración falsa de la historia de los últi-
bién l\IIaritain ha sido invocado en los últimos veinticinco año; como el teórico mos cinco siglos y una apreciación errónea del Proceso de la Revolución moderna.
inspirador de las posiciones utópicas de la democracia cristiana y de un presun- Como hemos explicado exhaustivamente a4, para ser valorado a fondo este
to "cristianismo"· de Revolución social. proceso ha de entenderse como una acción sistemática por )a destrucción total
del hombre en- su dimensión teológica, política y- económica, y su integración
luego en la sociedad máquina que construye la Sinarquía, que. en estos momen-
tos se ha adueñado de la marcha de los pueblos_ y se prepara para el gobierno
mundial. El mundo, lejos de .caminar hacia la autonomía del hombre, se halla
en marcha hacia la esclavización científica de los pueblos. El alejamiento de Dios
26. Ver especialmente Christianisme et· Démocratie, pág. 43. que entr~.jía la seculariza_ción de la historia implica asimismo la degradación y
27 Sa:n Pablo, 5, 13.
2s Ibid., 3, 28.
29 Rom., 12, 9. -32 Tuid., .capítulo: Del mito del Progreso a la nueva cristiandad.
30 Efes., 4, 13. 33 Le Paysan de la Garonne, pág. 64.
31 Julio Meinvielle, De Lamennai.s· a Maritain, capítulo: Conclusión. 34 La Iglesia y el Mzindo moderno, Theoria, Buenos Aires, 1966.

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destrucción total del hombre. En un mundo sin 1J1os, tampoco pueden los hom- León XIII, San Pío X y Pío XI, supone todavía vigente, al menos en substancia,
bres tener pan y paz. _Porque la paz a los hombres se les concede en dependen- el orden temporal cristiano y lo toma como punto de -referencia mientras habla
cia de_ la gloria de Dios que ha de ser previamente establecida. de su restauración. Vaticano II, en cambio, parece colocarse_ en otra perspectiva,
La posición de Maritain adolece - en definitiva de pelagianismo al subes- como si el régimen de cristiandad no -tuviera vigencia y como si hubiera que
timar las taras que el pecado original ha dejado impresas en la naturaleza huma- comenzar tomando como punto de partida, el de una sociedad totahnente des-
na. Aunque el hombre sea bueno en la raíz de la naturaleza que ha salido cristianizada. Esta segunda exposición tiene en cuenta preferentemente la ini-
buena de la mano de Dios y que por lo tanto es sanable, no lo es mientras_ no ciación del orden temporal cristiano, cuando todavía no se ha logrado forjar una
sea confortada en ejercicio- por la gracia sanante. De aquí que la prevalencia opinión pública que pueda sostener un poder público cristiano. Es evidente que
del. bien sobre el mal que adjudica Maritain a las obras del hombre, contradice la Revolución mundial ha logrado descristianizar totalmente los antiguos pue-
abiertamente la enseñanza del Evangelista San Juan cuando dice que "la luz blos cristianos y que se ha alcanzado ya la destrucción del régimen de cristian-
vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz" .35. dad y la implantación de un orden público laicista y ated. No tendría. sentido
en esas condiciones que la Iglesia propiciase una acción pastoral -de cristianiza-
ción del poder político cuando Se trata previamente de real.izar una más elemen-
La interpretación progresista- de M aritai.n de los tal de cristianización de los ambientes aislados en los que sólo apenas pueden
documentos de Vaticano I I actuar los católicos. Pero la cristianización del poder público, lejos de estar
excluida, está exigida por los deberes que le incumben al laico en su consagra-
~1aritain, empeñado en mantener sus pos1c1ones equívocas y peligrosas de ción del mundo. "Que la virtud del Evangelio brille en la vida cotidiana, fami-
su Humanismo Integral, interpreta las decisiones de V ati cano II como si ellas liar y social" .37. Que (los laicos) no escondan esta esperanza (de la gloria futu-
fueran la confirniación de sus arriesgadas teorías. Así, escribe regocijado: "En ra) en la interioridad del alma, sino manifiéstenla en diálogos continuos y un
verdad todos los vestigios del Santo Imperio están hoy liquidados; hemos salido forcejeo con los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus ma-
definitivamente de la edad sacral y de la edad barroca; después de dieciséis siglos lignos (Ef. 6, 12) incluso a travé.s de_ las estructuras de la vida secular" :ss. Y
que seria vergonzoso calumniar y pretender repudiar, pero que decididamente entre estas estructuras, evidentemente hay que incluir_ las del poder legítimo
han acabado de morir y cuyos graves defectos no eran cuestionables, una edad que viene de Dios.
nueva com.ienz~ donde la Iglesia- nos invita a comprender la bondad r la huma- La Iglesia exhorta al laicado a procurar seri_amente "que por su compe-
nida.d de Dios nuestro Padre, y nos llama a reconocer al mismo tiempo todas tencia en los asuntos profanos y por su actividad, elev_ada desde dentro por la
las ·dimensiones de este hominem integrum del .cual hablaba el Papa en. su dis- gracia de Cristo, los bienes creadores se desarrollan al servicio de todos y cada
curso del 7 de diciembr_e de 1965 en la última sesión del" Concilio" 36. uno de sus hombres y se distribuyan mejor entre ellos·, según el plan del Crea-
- Es muy posible que el régimen histórico concreto del Santo Imperio haya dor y la iluminación de su Verbo" 39.
quedado liq~idado. Pero la Cristiandad, la Civilización Cristiana, la Ciudad Ca- "Lumen Gentium" -recuerda también a los laicos que les competen dere-
tólica, el orden temporal público subordinado a la Iglesia que la enseñanza de chos y obligaciones (unos) por su _pertenencia_ a la Iglesia y otros_ .como miem-
León XIII hasta Paulo VI recuerda y que, en substancia, constituye la signifi- bros de la sociedad humana". Que unos y otros derechos deben '(acoplarlos
cación profunda de la concordia del sacerdocio- y del imperio~ como lo enseña la armónicamente entre sí, recordando· que, en cualquier asunto temporal, deben
"lnmortale Dei"· de León XIII, lejos de haber sido liquidada, es &firmada de guiarse por la conciencia_ cristiana, ya que ninguna actividad humana, ni siquie-
mil- maneias en los Documentos de Vaticano 11, en especial en "Lumen. Gen- ra en el orden temporal (¿y el poder público es una actividad temporal?) puede
tium", "Gaudium et Spes" y "Apostolicam auctoritatem" sobre el apostolado de sustraerse al imperio de Dios.
los· seglares. · El documento "Gaudium et Spes" sobre la Iglesia en el mundo actiial
Es claro, que estos documentos· pueden ser interpretados como corresponde está todo él dirigido a exhortar "a los cristianos, ciudadanos de .Ja ciudad tempo-
en el contexto de la doctrina social de la Iglesia o violentados con la mentalidad ral y de la ciudad eterna, a cumplir con fidelida_d los deberes temporales, guia-
progresista, bien del progresismo a mitad de camino del maritainismo, bien del dos siempre por el espíritu evangélico". . . "No se creen, por consiguiente, opo-
progresismo integral que censura Maritain en Le -Paysan de la Garonne. Pero siciones artificiales entre las ocupaciones profesionales y sociales, por una parte,
esta segunda interpretación no corresponde porque no es legítimo cuestionar la Y la vida religiosa por otra. El cristiano que falta a sus obligaciones temporales
continuidad del magisterio apostólico y porque ello implica además forzar la falta a sus deberes .con el prójimo, falta,- sobre todo a sus obligaciones para con
interpretación obvia de las palabras de Vaticano II, como veremos. Dios y pone en peligro su eterna salvación. Siguiendo el ejemplo de Cristo, quien
No hay dificultad en admitir que la doctrina de la Iglesia sobre el orden ejerció el artesanado, alégrense los cristianos de poder ejercer todas sus activi-
temporal pueda exponerse en dos perspectivas diferentes. La primera exposi- dades temporales1 haciendo una síntesis vital del esfuerzo humano, familiar, pro-
ción, que podríamos llamar de régimen de cristianda.d, y que es la c_lásica de
37 Lumen Gentium, 35.
35 3, 19. 38 !bid., 36.
36 Le Paysan de la Garonne, pág. 13. 39 Ibid., 36.

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fesional, científico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altísima jerar- Maritain en lo opuesto del integrismo: se niega nuevamente la dis~nción. entre
quía todo coopera a la gloria de Dios" 40. lo espiritual y_lo temporal 47, pero no en nombre de un mal entendido primado
Y el decreto "Apostol_icam actuositatem" sobre el apostolado de los segla- de lo espiritual, sino de un erróneo primado de lo temporal. ~e trata ~e una
res no puede ser más explícito en el largo capítulo que dedica a "la instauración completa temporalización del cristianismo 48, e:i: la cual_ el :e1.no de Dios no
cristiana' del orden temporal". "Es preciso, con todo, dice el documento, que tiene otra realidad sino el mundo: "No hay reino de D1os distinto del mundo,
los seglares tonien como obligación suya la restauración del orden temporal, y y ~. :el mundo reabsorbe en sí este reino: entonces es el m_undo ~l rein? de
que, conducidos en ello por la luz del Evangelio y por la mente de la Iglesia Dios. . . No hay ninguna necesidad de ser salvado de lo alto, n1 asUirl.ldo Y fm?l -
y movidos por la caridad cristiana, obren directamente y en forma concreta; mente transfigurado en Otro mundo, un mundo divino. Dios, Cristo, la Iglesiaz
que cooperen unos ciudadanos .con otros con sus conocimientos especiales y con los sacramentos, son inmanentes al mundo" -49. De rodillas por tanto, con Hegel
su responsabilidad propia, y que busque en .todas partes y en todo el reino de y los suyos delante de este mundo ilusorio; ¡a él nuestra fe, _nuestra, espe~anza,
Dios. Hay que establecer el orden temporal de forma que, observando íntegra- nuestro amor! Somos cristianos más que nunca, ya que Cnsto esta en el, ya
niente sus propias leyes, esté conforme con los principios de la vida cristiana, que le es consustancial" 50. .
adaptado a las variadas circunstancias de lugar, tiempo y pueblos". Maritain como se ve ataca al integrismo, y lo hace, en cierto modo,
Nada hay en Vaticano II que favorezca la utilización "revolucionaria" del responsable, p~r su maniqu~ísmo práctico, de provo~ar la tendencia o~uesta del
Evangelio que hace Maritain para corromper el orden temporal, y todo, en cam- neomodernismo progresista de hoy que, del desprecio de~ ~~ndo termma en la
bio, para afirmar que la vida temporal de los pueblos, siguiendo su dinamismo adoración de éste. ¿Qué hay de verda'd en el planteo· manta1niano? Por de pron-
natural, ha de ajustarse al orden cristiano de valores. to hay que dejar establecido que las simplificaciones his~óricas sirven para i;lemos-
trar cualquier cosa. Como lo ha señalado J ean Mad1ra:i 51, en _el plant~o de
Maritain "los intereses de la religión se habrían confundido, durante dos siglos,
coil. los de una clase social -furiosamente" adherida a sus intereses". Pero esto es
El maniqueísmo en el progresismo maritainiano
históricamente iniposible. Porque durante· estos- dos siglos, de 1732 a 1932, no
habría ·existido una sino varias clases sociales. ·
Maritain, en Le Paysan de la Garonne se regocija de que "hayamos salido L~ claSe privÍlegiada de 1850 no es la misma que la clase privilegiada de
definitivamente de la edad sacral y de la edad barroca. . . Se ha cumplido ahora 1750. En 1750, por otra parte, había dos clases privilegiadas en el Sentido-~
el gran cambio en virtud del cual no son más las cosas humanas que se encar· que lo entiende Maritain (para decir verdad, habr_ía tres). En, 1850, _los "pr1·
gan de defender las cosas divinas, sino las cosas divinas que se ofrecen a defen- vilegiados" del primer rango no representan las rmsmas categor1as sociales que
der las cosas humanas" 41. "Las estupideces del pasado consistían en el inte· los de 1750: los de 1850 son, grosso modo, aq~eIIos que han derriDado a los de
grismo, una ".:pllseria nefasta del espíritu" 42, que "ha dominado en el siglo 1750 y tomado su sitio, con privilegios de otra. naturaleza. . .
último y en las primeras décadas de éste" 43. Hasta que en 1932 la fundación " ... Dicho de otro modo- ¿los hechos sociales sobre los cuales Mantam se
de la revista Esprit en Francia y del Catholic Worker en los Estados Unidos po- pone a filosofar, son· hechos ~xactamente establecidos, suficientemente analiza-
nía fin simbólicamente "a la confusión y a la coalescencia, admitidas desde hacía dos, hechos reales?" 52.
dos siglos como naturales, entre los intereses de la religión y los de una clase En realidad la simplificación de Maritain le lleva a una interpretación
furiosamente adherida a sus intereses" 44.
clasista de la hist~ria religiosa cuando es evidente que la s·ituación de la Iglesia
El iritegrismo, dice Maritain, se originaba en una forma más o menos en los siglos XVIII y XIX hasta 1932 -fecha en que, según Maritain, se ha?ria
lanrada de maniqueísmo práctico, en una desconfianza en la natUraleza huma- roto la colusión del catolicismo Con la burguesía.......:. hay qu~ buscarla en el triun-
na, que llevaba a una supraposición indebida de la fe sobre la razón, de la Igle- fo de la revolución laicista, llevada por la _masonería contra la Iglesia_ y Q.ue
sia sobre el Estado, del espíritu sobre la carne, y que llevaba a garantizar el alcanza su punto culminante en la célebre revolución de 1789. La Iglesia es
orden social con los métodos de la fuerza" 45.
desalojada entonces de la vida pública de Francia y en ·consecuencia Confinada
Pero ahora, " el péndulo de golpe se ha trasladado al extremo opuesto del ~"ghetto". Nada extraño entonces que el C'.3.toli~isr:io se pon~a "a la defensiv~"
desprecio casi maniqueo del mundo profesado en el ghetto cristiano del que se y que se haga pasible de los traumas de infenoridad propios de los organis-
estaba en tren de evadirse" 46. El error de los modernos gnósticos consiste para mos que sólo busi::an defenderse.
Para enteder este fenómeno, en -cierto modo inevitable; hay que colocarse
40 Gaudium et Spes, 43.
41 Le Paysan de la Garonne, pág. 13. •1 Ibid., pág. 89.
42 Ibid., pág. 35 48 Ibid., pág. 88.
43 Ibid., pág. 237. 49 Ibid·., pág. 94.
44 Ibid., pág. 78. 50 Ibid., pág. 94.
•s Ibid., págs. 74-78. 51 Itinéraires, abril 1967.
46 Ibid., págs. 79 y 237. 52 Ibid.

3+8 349
_en el contexto de la realidad, tal como ella se presenta. Cuando la revolución fin, deben sujetarse aquellos a quienes pertenece el cuidado de los _fines antece-
francesa, ·Y Ya en el período del filosofismo que es preparatorio de la misma dentes y por su imperio deben dirigirse".
(todo el siglo XVIII), y en el períodó consecuente -siglo xrx hasta la tercera Santo Tomás propone para todos los tiempos .como único régimen de s~i:-d
década del xx-, la impiedad se apodera totalmente de los puestos de co:rhando coinpleta para el hombre político, aquella Cristiandad sa.cra de la que Mantam
de la vida pública en Francia. Economía, política y cultura, todo es instrumen- abomina. El primado de la contemplación, que salva al hombre en el orden
to de poder para expulsar a la Iglesia Je la vida. ¿Qué suerte le cabe a los especulativo también lo salva en el práctico del orden político sotial, porque
católicos en esa situación? Bien acomodarse a ella y entrar en componendas .con todo ha de dirigirse al fin último del hombre, que consiste en la divina fruición.
la misma, y este es el caso de los _obispos y clérigos masones y filosofistas del Santo _Tomás ni insinúa una ruptura, como la que produce M~ritain, quien des·
siglo xvrn y el de Lamennais y liberales del siglo XIx; bien el de oponer una pués de haber llenado páginas y más páginas de su Le Paysan de la Garonne
resistencia pasiva a ese mundo hostil e impío con las disminuciones consiguien- con disquisiciones sobre el primado de la contemplación y sobre la necesidad
tes que puede comportar esa actitud. De cualquier manera, esta segunda posi- de la fidelidad al Doctor Angélito, acaba entregando todo el orden temporal y
ción, que, al menos, guarda la integridad de la fe y de la fortaleza cristianas, es toda la "política cristiana" a agitadores sociales como Saúl Alinsky.
preferible a la otra posición de entrega y defección. Extraña que Maritain, tan solícito en acumular críticas para la Cristiandad
¿No advierte Maritain cuando coloca en 1932, con la aparición de Esprit sacra que ha llenadó dieciséis siglos de la más rica vida de la Europa cristiana,
en Francia y del Catholic Worker en los Estados Unidos, la clausura del período vida cuyos restos siguen alimentando los mengUados valores que mantienen aún
integrista, que, precisamente al producirse en esa fecha dicha clausura, se inicia en pie lo que allí queda sano, no advierta que aquella lucha que él comenzó,
el período neomodernista _contra el que dirige sus más vivos ataques en Le Par· allá por 1932, para an·ebatar el carácter sacro a la Cristiandad, está culminando
san de la Gcuonne.? ¿O cree Maritain que estos años de los ".cristianos arrodi- ahora con la tarea de los teólogos progresistas que quieren despojar de lo sacro
llados d_elante del mundO" 53 han nacido por generación espontánea y no han a las mismas realidades del culto y de la liturgia, que s~n por esencia sacras.
sido preparados y promovidos ya desde 1932, cuando el equipo Maritain-Mounier El R. P. Daniélou lo señalaba recientemente .cuando escnbía 55 : "Contra estas
execraban de la Cristiandad sacra e inventaban la Cristiandad laica? ¿Qué es la cosas sagradas se desencadena hoy un verdadero furor iconoclasta. Se querría
adoración del mundo hoy practicada por los teólogos progresistas sino la versión suprimir las iglesias 0 transformarlas- en museos, suprimir las fiestas religiosas
aumentada del Humanismo integral con la dignidad de la pers'ona humana con donde se ven vestigios de paganismo. Ni lugar ni tiempo sagrados reservados
que fue invadido ayer -hace de tres -a cuatro décadas- todo el ambiente cató· para Dios. La desacralización del culto está en buen camino, la desrrristificación
lico de Francia y del Mundo? · del dogma ha de seguir y la d"esmistificación de la moral se terminára. En este
Maritain no tiene derecho a .calificar de "maniqueo" aquel catolicismo momento, la religión habrá totalmente desaparecido de la visibilidad".
integrista, ya que éste pudo salvar la integridad de la fe y de la moral católica Y que la denuncia del R. P. Daniélou no es rma mera alarma, lo significa
precisamente porque tomó una actitud de defensa frente al mundo impío de claramente las palabras de Paulo VI, quien el 19 de abril de este mismo año,
Hegel, de Marx y de Freud. decía: "estamos sumamente afligidos por la difusión de una tendencia a desacra-
En cambio, sí es .maniqueo su catolicismo de Le Pay,san de la Garonne, lizar, como se atreven a decir, la liturgia, y con ella, fatalmente, al cristianismo".
porque, mientras exalta el valor de Santo Tomás en el plano especulativo, lo
desconoce totalmente en el plano práctico de la vida temporal de los pueblos.
Santo Tomás, en efecto, valora como corresponde la idea tradicional de la ciudad Le Paysan de la Garonne es un testimonio irrecusable dado por Maritain,
católica. En_ su célebre ensayo sobre El Regimiento de los Gobernantes 541 ense- uno de los pensadores que más fuertemente han influenciado en este siglo en el
ña que "el fin de la muchedumbre agrupada en sociedad consiste en vivir según catolicismo, contra las corrientes neomodernistas de los teólogos actuales. El valor
la virtud''. O sea, cómo ha de desarrollar en los diversos tratados de su Suma de este testimonio debe ser deStacado en toda su significación.
Teológica, ajustar la convivencia humana a las prescripciones de la ley natu- Pero Maritain, que ve la gravedad de los errores presentes y que tiene la
ral que establece el bien .común como ordenacióll fundamental de la comuni- entereza para denunciarlos con energía, no atina a reconocer las cai:sas que hc:n
dad política. Pero Santo Tomás ha de añadir inmediatamente: "Pero como el dado inicio a los mismos. Le Paysa:n de la Garonne adolece de la mcoherenc1a
hombre, viviendo según la virtud, está ordenado a un fin ulterior que consiste fundamental que caracteriza todo el pensamiento maritainiano posterior a 1930.
en la fruición divina, es necesario que el último fin de la multitud congregada El pensamiento de Los Grados del Saber, donde se propone la gran~eza sagrada
políticamente sea llegar por la vida virtuosa a la fruición divina". Pero el mi- de la contemplación para la >rida especulativa y el otro pensannento, el del
nisterio en este último régimen "ha sido encomendado a los sacerdotes, y sobre Humanismo Integral, donde se apela a las energÍas evangélicas para la construc-
todo al Sumo Sacerdote, el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo al Romano ción de una ciudad temporal laicista y desacralizada.
Pontífice, al cual han de sujetarse todos los reyes -del pueblo cristiano como al
mismo Señor Jesucristo. Porque a aquel a quien pertenece el cuidado del último

53 Le. Paysan de la Garon.ne, pág. 88.


54 Libro 1, cap. 15. 55 Etudes, Réligion et civilisation, marzo 1967.

350 351
APÉNDICE II
LA DECLARACION CONCILIAR SOBRE LIBERTAD
RELIGIOSA Y LA DOCTRINA TRADICIONAL
Prólogo

La reciente Declaración conciliar sobre Libertad Religiosa suscita diversos


y graves problemas que atañen a la filosofía y a la teologÍa y que_ merecen por
lo mismo una detenida consideración.
En primer lugar, y después de una lectura superficial, pareciera que la
nueva Declaración conciliar de .Vaticano 11 modificara la doctrina católica tra-
dicional sobre la materia. Sin embargo, esto debe ser firmemente excluido y
rechazado porque lo excluye y lo rechaza la. misma Declaración en su parte
introductoria. Leemos allí, en _efecto: "Finalmente, como la libertad religiosa
q_ue exigen los hombres en el cumplimiento del deber que tienen de dar culto
a Dios mira a la inmunidad de coerción en la sociedad civil, deja íntegra la
doctrina_ tradicionál católica sobre la obligación moral de los hombre:s y de las
sociedades para con la verdadera religión y para cqn la Iglesia única de Cristo".
Aunque la Declaración conciliar nada señalara al r'espe_cto, habría, sin em-
bargo, que buscar la coherencia interna entre una Y- otra doctrina, ya que un
cambio y modificación de la misma en punto tan importante y vital, como es el
hecho religioso, pondría muy seriamente en cuestión- la_ asistencia del E-spíritu
Santo -al magisterio de la Iglesia y pondría en cuestión __ asimismo la santidad
de la misma Iglesia, que habría obrado durante siglos ejerciendo normas com-
pletamente contrarias a las ahora sancionadas y que serían reclamadas por la
dignidad perm.anente de la persona humana.
Además, si así fuera, el valor de la nueva enseñanza y doctrina del Docu-
mento conciliar también quedaría gravemente cuestionado. Porque si la Iglesia
hasta aquí, por boca de su_ m_agiste-rio ordinario, enseñó constantemente una doc-
trina diferente de la que es ahora presentada, ¿qué seguridad puede dar el Con-
cilio de su propia inerrancia en la nueva doctrina si niega la inerrancia de la
enseñanza anterior dos veces milenaria? ¿Por qué se le ha de atribuir sumisión
y acatamiento interior a la enseñanza que nos propone hoy la Iglesia si se nos
dice que estuvo equivocada en la enseñanza de ayer? .
Es fácil exhibir casi ·un centenar de documentos eclesiásticos que, unánime-
mente, desde la condenación de la Enciclopedia en el Decreto Ut Primum de

355
Clemente XIII, -3¡9/1759, hasta la memorable alocución Ci ·riesci de 6/12/1953, por Prudencia política, la que subray_a la libertad. El pr?blema estriba en la
de Pío XII, establecen la_ doctrina tradicional que niega el derecho a la profe- filosofía de los valores y de la historia que funda y explica este nuevo hecho
sión públíca de los cultos falsos y que acuerda al Estado la obligación y el dere- que determina la aplicación de nuevos derechos. El hombre moderno que recla-
cho de reprimirlos. Este es precisamente el punto donde se hace más sensible la ma libertad, ¿significa, en sí y absolut~m~nte, simpliciter en lenguaje escolástico,
discrepancia entre esa doctrina tradicional y la ahora enunciada por la Declara- un progreso sobre el hombre de la Cnshanda~ que reclama Ja verdad? ¿O, en
ción conciliar, que habla explícitamente de un derecho y de un derecho fundado cambio es un hombre enfermo y decadente que se ha hecho incapaz de soportar
en la dignidad de la persona humana a. la profesión de cultos falsos. Siendo la el dere'cho fuerte que se ha de aplicar al hombre sano? ¿El cambio que en la
persona humana un valor permanente e inmutable que subsiste a través de los formulación de la doctrina sobre libertad religiosa impone hoy el Concilio Vati-
siglos cristianos, ¿no habrá habido violación del mismo en los siglos pasados por cano II está exigido por un progreso verdaderamente humano que se ha efec-
parte de la Iglesia si aceptamos los términos de la Declaración conciliar? Por- tuado en el hombre o por el contrario, está exigido por un verdadero regreso?
que si es cierto que la Iglesia jamás aceptó que nadie fuera forzado a abrazar Es claro que, al determinar este problema, hemos de partir del texto y ~el
contra su voluntad la religión católica, como enseña León XIII en la Inmortale contexto de la Declaración conciliar, examinando a la luz de toda la ·doctrma
Dei, también es cierto que negó el derecho a la profesión pública de cultos secular de la misma Iglesia, sin que interese la opinión particular que hayan
falsos y errores religiosos y sostuvo la obligación y el derecho de la autoridad podido sustentar los Padres conciliar~s al respecto; porque el. acto _verdaderm;i~n­
pública a reprimirlos siempre que no mediaran razones superiores que prescri- te conciliar, como acto de la Iglesia, y que merece la asistencia del Espintu
bieran la tolerancia. Santo, es el texto en su plena formulación objetiva, aprobado por acto definitivo
Estam.os pues, aparentemente al menos, ante dos enseñanzas que discrepan. de la Asamblea conciliar y del Soberano _Po_ntífice.
Nada adelantaríamos si dijéramos que la Iglesia sostuvo la doctrina .condena- Es claro también que la interpretación auténtica de la Declaración conci-
toria de los cultos falsos cuando tuvo poder público y que la niega y rechaza liar ha de darla el magisterio de la Cátedra romana, al cual debemos todos los
ahora que se ve privada del mismo. Porque ello sería acusarla de oportunismo cristianos acatamiento pleno.
en materia moral y jurídica, lo cual redundaría en acusación grave contra su
magisterio y su santidad. Fiesta de San Juan Bosco de 1966.
Creemos que la solución del presente problema es otra. Por de pronto no
hay cambio de doctrina aunque lo puede haber en su formulación. Una mi'sma
doctrina recibe dos formulaciones diferentes para dos situaciones históricas tam-
bién diferentes. De esto nos ocuparemos más detenidaménte en el presente
estudio.
Alguien -pensará que la Declaración conciliar de Vaticano II viene a con-
firmar las posiciones que años atrás defendió tan brillantemente Jacques Maritain
en su Humanisnw Integral y que fueron censuradas enérgicamente en mi libro
De Lamen.nai.s a Maritrzi.n. No lo creemos. Porque la posición de Maritain, lo
mismo que la de Lamennais, su verdadero inventor, así como la de todo el libe-
r~lismo católico tan vivamente censurado en los documentos de Gregorio XVI,
P10 IX y León XIII, se funda en una concepción progresiva de la historia y
del hombre; progreso que determinaría la adquisición de nuevos derechos que
c?rresponderían al nuevo estado de adultez del hombre y que no podrían adju~
d1cársele en aquellos siglos de infancia e inmadurez.
Por otra parte, Maritain califica de "natural inviolable" el derecho que
tendría la persona -humana ."'frente al Estado, a la comunidad temparal y al
poder temporal de escoger su vía religiosa a sus riesgos y peligros"' (Les Droits
pág. _1~3), lo cual le. asi~a un carácter que rebasa la índole de secundario ;
condzczonado que reYiste- dicho derecho en la Declaración conciliar.
. Además, Maritain se empeña en caracterizar y calificar de "Nueva Cris-
handad" y de "sociedad vitalmente cristian&" una sociedad que no alcanzaría
los caracteres de "teísta" y que más bien debiera considerarse agnóstica si no
1
abiertamente atea y materialista.
Porque el problema con Maritain no estriba en el reconocimiento del
hecho de que hoy, no es aplicable la doctrina tradicional que subrayaba los -dere-
chos de la verdad religiosa, y es únicamente aplicable, y debe ser aplicada aUn

356 357
El hecho de la libertad religiosa hoy
La Declaración ·conciliar sobre Libertad Religiosa comienza por situarse en
un hecho, que se da ·hac nostra aetate, en esta nuestra edad. Este hecho es el
de que los hombres se hacen más y más conscientes de su dignidad de persona
humana y de que aumenta el número de los que exigen que ell el obrar los
hombres gocen y usen de su ·propio consejo y libertad, no -movidos por la fuerza,
sino guiados por la conciencia del deber. Piden asimismo la limit_ación jurídica
del poder público para que no se circunscriban excesivamente los límites de la
libertad honesta tanto de las personas como de las asociaciones.
Este hecho a que alude la Declaración .conciliar no bastaría para legitimar
una nueva condición jurídica si no fuera acompañado -de otras circunstancias
que ponen de relieve y llevan al primer plano esta apetencia de libertad. Por-
que é:.nsias de libertad las hubo y las ha de haber siempre.- Pero en otras épocas,
en que dominaba el .sentido de la Verdad y de la virtu~ la apetencia de liber-
tad se hallaba condicionada por ese sentido y a él subordinada. Hoy, en· cambio,
en que las sociedades sufren de anarquía intelectual, sobre todo en materia reli-
giosa, los hombres buscan la libertad y únicamente la libertad para determinarse
cada vez más por lo que les parece mejor. Además, antes, cuando el hombre
se encoiitraba en la verdad y en la verdad humana, que satisfacía el ámbito de
sus aspiraciones, su anhelo de libertad revestía un carácter pacífico y normal,
mientras que hoy, cuando el hombre se siente- como empujado y predestinado
hacia la servidumbre de la sociedad máquina, también siente en sí agudizada
esta ansia de libertad, libertad que en cierto modo se aleja de sus realizaciones
efectivas. Ante la amenaza de una civilización de mecanismos automáticos que
manejarían las cosas y los hombres, se trata urgentemente de salvar lo más posi·
ble la libertad de la persona humana, sobre todo en materia religiosa. La Decla·
ración conciliar alude expresamente a la amenaza de nuestros tiempos -nostrae
aetatis-, a la pérdida de libertad.
Este hecho, del cual parte la Declaración conciliar, ha de ser suficiente-
mente subrayado para entender la naturaleza y alcance del nuevo régimen jurf.
dico que propone para la situación histórica del hombre de hoy. Porque esta

359
situación histórica, la única que se nos da hoy como posible, es la que determina fuerte". Si el hombre tiene derecho a la verdad y si a la verdad se llega libre-
el abandono de ese otro régimen jurídico que, aunque bueno en sí, no es posible mente, el hombre tiene derecho a la libertad. Pero tiene de suyo, derecho en la
ya en su aplicación, y la que legitima" el régimen jurídico de libertad religiosa, medida en que busque la verdad y a ella se ordene. El derecho a la verdad es
sancionado por el Concilio. Entiéndase bien, sin embargo, que no es el hecho superior al derecho de la libertad. Porque aquél funda a éste, que no ha de ser
nuevo, ni la nueva situación histórica la que constituye el nuevo derecho. Por- aplicado sino en la medida en que lo requiera aquel fundante. Si el dererho a la
que si así fuera, estaríamos en pleno oportunismo y daríamos valor de derecho verdad es primario y ahsoluto, el derecho a la ._libertad no es tan primario ni tan
al hecho consumado, sino. que, al surgir nuevas e inéditas situaciones, prevale- absoluto. Pero, sin embargo, la libertad a seguir la verdad religiosa, en privado
cen derechos que se hallaban antes, pero que estaban dominados por derechos y en público, es un derecho primario r absoluto. Hasta aquí, esta es la doctrina
superiores y dejan, en cambio, de actuar estos últimos ante la imposibilidad que católica unánime y constante antes y después de Vaticano 11. El derecho de la
se les presenta en la nueva situación histórica. Entiéndase también que estos de- libertad a la religión verdadera mantiene su· fuerza delante de Dios y de los
rechos que prevalecen sobre aquellos que pierden su vigencia han de ser derechos hombres.
secundarios r condicionadas de la persona humana. Porque si lo fueran prima-
rios r absolutos, como, por ejemplo, el que nadie pueda ser obligado a cometer
un pecado, habían de considerarse inmutables y permanentes para cualquier situa- El derecho de seguir cultos falsos en la doctrina tradicional
ción histórica y, por lo- mismo, en vigencia continua en toda circunstancia. y en · la Declara.ción conciliar

La dificultad comienza con la cuest~ón del derecho a la profesión de cultos


La obliga.ción de .profesar la religión falsos y, en consecuencia, con la obligación y el deber del Estado a reprimirlos
verdadera en la órbita del derecho público.
La doctrina tradicional en esta materia está magníficamente expuesta por
Después de haber destacado el hecho nuevo y la nueva situación histórica León XIII 'en dos documentos celebérrimos y harto conocidos: La /hmortale Dei
dentro de la cual va a proponer la Declaración conciliar su doctrina sobre liber- del 1/11/85 y la Libertas proestatissimum del 20/6/88. Allí León XIII condena
tad religiosa, pasa a establecer la obligación que compete a todo hombre de bus- los principios del llamado derecho nuevo que considera iguales a todas las reli-
car la verdad objetiva, y una vez conocida, de abrazarla y seguirla; verdad obje- giones, lo que lleva al ateísmo, y _condena igualmente la libertad de conciencia
tiva que ha hecho conocer Dios a todo el género humano y que se halla en la en el sentido falso, mientras defiende la libertad de concie:ricia para obedecer a
I~lesia Católica· y Apostólica, a: la cual se le ha dado el mandato de ir y pre- Dios. Sin embargo, hace constar expresamente León XIII, que la Iglesia no
dicar a todos los pueblos. condena a los jefes de Estado que, en "-irtud de un bien que se ha de conseguir
Al poner- de relieve la Declaración conciliar esta obligación a una verdad o de un mal que se ha de impedir, toleran que en la práctica estos diversos
religiosa objetiva cierra el camino a todo indiferentismo religioso. El hombre cultos tengan cada uno su. sitio en el Estado. Señala igualmente la costumbre
está obligado a b-Uscar y a seguir la ·verdad que la Iglesia enseña. ·y esto por universal de la Iglesia de velar con gran cuidado porque nadie sea forzado a
mandato de Cristo, quien como Legado Divino se hizo presfO!nte en la humanidad abrazar la fe católica contra su voluntad, porque, como lo advierte San Agustín:
para revelarle la· voluntad de Dios. "El hombre no puede creer sino de plena volUntad". También señala León XIII
. Esta obligación fundamental que pesa sobre las personas humanas implica que.no se ha de abusar del principio de tolerancia, sino que se ha de aplicar en
sn::i:iultáneamente en la misma un derecho primario y absoluto, frente a cual- la medida en que lo requiera el bien -común.
qmer poder humano, a seguir y a profesar la verdad católica. Porque es la obli- Fácil es advertir que en la doctrina tradicional no se habla de dereclw sino
gación ante Dios la que funda el derecho ante los hombres. Y el derecho a únicamente para la verdad y el bien. Respecto de la falsedad y del mal se habla
seguir la verdad católica no tiene la misma fuerza ni el mismo valor jurídico de tolerancia, la cual pertenece a la esfera civil, ·en la que el Estado o Poder
q~e pueda invocar el hombre para seguir, aunque sea de buena fe, el error reli- público ha de permitir, según lo 8.conseje la prudencia política en las diversas
gioso. Este po?rá ser un derecho derivado, secundario y condicioriado. Aquél es circunstancias, una circulación mayor o menor de la falsedad y del mal. en
un derecho pnmario y absoluto. El hombre sólo tiene derecho absoluto e incon- vista del mayor bien común.
dicionado al :Oi?s vivo y verdadero, que Jesucristo nos ha revelado. Porque sólo La Declaración conciliar sobre Libertad Religiosa habla, en cambio, de
l? verdad ob1ehva de este Dios ·calma como fin todas las aspiraciones y apeten- derecho de la persona humana y de las comunidades a la libertad social r civil
c1as humanas. El fin del hombre es la Verdad de Dios. El hombre- ha sido en materia religiosa y niega el derecho de intervención del Estado a forzar la
cread_o para conocer, amar y- servir a Dios, dice con sencillez y profundidad el profesión de un culto, au:rlque sea el verdadero, o de reprimir la de otros, aun-
catecismo. que sean falsos.
Pero el hombre ha de llegar a esta verdad de Dios con su libertad. Y el Como es fácil advertir, l_a Declaración conciliar se coloca en el plano civil
Concjlio .dice que ·"estas obligaciones (las de seguir la verdad) tocan y atan la de los den~_chos. No habla del plano de la conciencia frente a Dios~ porque eso
conc1enc1a d~ los hombreS, pero que la verdad no se impone sino por fuerza di; lo ha considerado ya en la introducción y allí ha reconocido sólo derechos a la
la verdad nusma, que penetra en las mentes de modo al mismo tiempo suave Y verdad religiosa objetiva.

360 361
¿Cómo funda la· Declaración conciliar este derechó a la libertad, aún para no podían ser actualizados por la prevalencia de derechos superiores, cuales eran
el -error, y ello no sólo para la conci~cia de buena fe_ sino también p·ara la ·ae los del Poder público a hacer respetar los derechos de la verdad religiosa; dere-
la mala fe?_ Los funda diciendo que "el ejercicio de la religión, p'or su niis.rna cho. del poder público q11e ha caducado por la evolución. de la sociedad civil y
~ndole, consiste prinieramente en actos· internos voluntarios y libres, por los cua- por la defección del mismo poder público que, como veremos más adelante, ha
les el hombre se ordena a Dios directamente: y tales actos no ptieden ser man- declinado- ·su función religiosa y se ha convertido en un Poder puramente mate-
dados o prohibidos por ~ pod;r puramente humano''.. Esto, como se ve, por lo rial con fines también materiales- solamente.
que respecta a la profesión przvoila de cultos falsos. Pero la Declaración conci- Esta doctrina de la caducidad de un régimen jurídico y la vigencia de
liar justifi~a igualmente el derecho de la persona humana ·a la profesión pública otro nuevo implica que se tr~ta de d"erechos secundarios de la persona humana.
de estos rmsmos cultos y así añade que: "La misma naturaleza social del hombre Y, en efecto, el derecho a_ la profesión pública del error religioso es un derecho
exige que éste exprese externamente los actos internos de religión, que Comuni- derivado de aquel absoluto y primario que Sólo a-cuerda derecho a la verdad.
que con otros en materia religiosa y profese su religión de modo comunitario". Per se, de suyo,. no puede existir sino derecho a la verdad. Este es un
Y para que nadie piense que es1;o se limita a la profesión privada y pública derecho primario y absoluto. Pero como la libertad a la verdad se hace muy
de cultos erróneos practicados de buena fe, cuando la Declaración conciliar riesgosa e imposible, en materia religiosa que de suyo pertenece al foro interno
de_clara la n!l~raleza del acto psicológico de b_uscar la verdad religiosa y por lo de la conciencia, si no se le otorga también· derecho al error, hay que reconocer
rmsmo la neces1dad de que proceda inmune de coerción externa añade: "El dere- en la persona humana, per accidens, es a saber, por una razón circunstancial y
c?-o a la libertad religiosa _se funda no en la disposición subjetiva de la persona derivada, un derecho al error. Este derecho es, por consiguiente, secundario,
s1~0 en su misma naturaleza". Y a continuación eXpresa: -"Por lo cual el dere- derivado y condicionado.
~,º a esta inmunidad persevera aún en aquellos que no satisfacen a la obliga- Y a su vez, la obligación y, en consecuencia, el derecho del Estado a im-
CI?n de buscar la verdad y de adherir a ella; su ejercicio no puede ser impedido poner protecCión del derecho público a la verdad religiosa depende del derecho
rmentras se respete el justo· orden público". · fundamental y primario, cual es la del bien común que es el fin mismo de la
En consecuencia, la Declaración conciliar sostiene el derecho civil de la sociedad y de la autoridad civil. Si las personas humanas tienen derecho a la
persona h~ana a la profesión, ~ncluso de mala fe, de cultos falsos, y niega el verdad religiosa, como derecho primario r absoluto, tienen también, ante otras
derecho czvzl. del Estado de reprimirlos o el de forzar la profesión pública del personas, el derecho a que éstas no le induzcan al error ni le desvíen de la ver-
culto verdadero. dad. Sobre todo, este derecho se hace tanto más imperioso cuando se trata del
Por aquí aparece claro en qué concuerdan y en qué se diferencian una y pueblo sencillo e ignorante. Luego, al Poder público pertenece la protección
ot,ra _formulac~ón. qolocada una ~,otra _en una situación histórica en que el bien del derecho a la verdad religiosa, la que no puede conseguirse sino por una repre-
publico hac~ imposible la,. :epres1on de los cultos falsos, la nna, la tradicional, sión de la profesión pública de errores religioSos. Este derecho -es también
habla tan solo de toleranc1a; la otra, la de la Declaración conciliar habla de secundario y derivado.
derechos de la persona humana. ' El derecho a la libertad pública al error religioso puede entrar en conflicto
con el derecho del Poder .público a la protección de la verdad religiosa. Ellos
(·Estamf!s tinte una doctrzna nueva que cambia es harto .claro y evidente, y en tal caso la Prudencia y la ·Prudencia política
la anterior? habrá de decidir en las diversas circunstancias cuál derecho haya de prevalecer.
Hechas estas aclaraciones, al que preguntare: ¿cómo puede ser una misma
. Est? es la primera cuestión que surge al estudiar una y otra exposición doctrina la que acuerda un derecho fundado en la dignidad humana y aquella
doctnnana. ¿Es esta, 19. Declaración conciliar, una doctrina nueva que cambia otra, la tradicional, que no acordaba derecho, sino que tan sólo toleraba, por
la anteriormente sostenida, o es la misma doctrina con una formulación nueva, razones de bien común, la práctica priyada y pública de falsos cultos?, habría
que deja en pie la doctrina anterior La respuest~ nos la da la misma Decla- que _contestarle que la relación del hOmbre con respecto a Dios incluye dos
ración conciliar; que expresamente -afirma en uno de Sus primeros párrafos que elementos esenciales en la dignidad de la persona .humana. El urto, que el hom-
"la libertad religiosa, ·que los hombres exigen en e1 cumplimiento del deber de bre se mueva hacia el fin, que es la verdad objetiva del mismo Dios; y el otro
dar culto a Dios, deja íntegra la doctrina tradicional católica sobre el deber moral que se mueva por sí mismo, por la verdad de su conciencia, sin que sufra: coer-
de homhre y sociedades para con la verdadeTa religión y para con la única Iglesia ción alguna externa. Dos elementos, uno que mira al fin, la verdad de la per-
de Cristo". sona _humana; y_ otro, que mira al medio, la libertad de la persona humana.
La concordancia" entre Una y Otra doctrina hi:i.y que_ buscarla en el punto Hablando en absoluto el hombre tiene obligación de moverse hacia Dios, -y sólo
que fija que, da.da la situación histórica actual que haee imp~ible_ la represión hacia Dios. De esta obligación le nace el derecho frente a sus semejantes _de
de los. culto_s falsos y el_ apoyo público al verdadero, o sea, dado que la situación que no le coaccionen iii le impidan moverse libremente hacia Dios. Es decir,
d~l pr1ncip10 de tolerancia, de que hablaba León XIII, se ha comO instituciona- que tiene un derecho absoluto y primario de moverse con libe_rtad hacia la reli...:
bzado, hay que partir de esta ·situación en el orden civil, y reconocer derechos a gión verdadera, que solamente le comunica con su fin. Bajo este aspecto, sólo
la profesión inmune -de coerción del acto religioso; derechos que existían ante- la Verdad tiene derecho absoluto, que no lo puede tener el error. Porque aun-
riormente porque están vinculados con la naturaleza del acto religioso, pero que que la persona humana sea sujeto de derechos, el título o razón que confiere

362 363
este der~cho es .l~ verdad y no el error. Colocándose en este punto absoluto, (Rom_ 11, 25) la entrada en plenitud de los pueblos. en el seno de la lgl.esia,
la doctrina tradicional no acordaba derecho al hombre sino sólo y únicamente entrada libre y amorosa;· o también en el acercam1ento a lo que el mismo
para Jilracticar_ la religi~n .verda~era. Per~~a, como un mal menor, que era Apóstol llama la apostasía universal (2 rr:es. ?• 3). Sea de ello 1? qu~ fuere,
prefer1ble tolerar la practica pnvada y publica de los cultos falsos. Sostenía conviene siempre tener presente que la Historia y sobre todo la Hi_stor1a de la
asimism~ co~o un deb_er del Poder Público esta tolerancia de los cultos falsos. ·Iglesia se mueve por caminos misteriosos que sólo Dios conoce y solo conduce.
Esta :oblzgc;c!on -relativa- .del Poder público, detei-minada por razones de pru-
Por ello, dejando e1 punto de vista de Dios, que se _nos esca_:pa en absoluto,
dencia pohtica, creaba, en cierto modo,- un derecho también relativo en los ciu-
hemos de limitarnos a las hipótesis posibles desde un punto de vista puramente
dad~n?s para pra~car cuc:i-lqui~r culto, verdadero o falso. Un derecho puramen- hmnano, aunque tengamos en cuenta los datos de la Divina Revelación: .
te czvzl, yale decir, con vigenc;r.a en la esfera de la civilidad, pero no en la de
la moralidad. Colocándonos en un punto de vista puramente ;humano? ~enios de dec~r
No hay duda de que esta exposición y formulación de la doctrina es que, al formular en una expresión imperfecta la doctrina trad:cional,. la Iglesia
perfecta Y la Declaración conciliar de Vaticano II eXpresa que debe ser man- cmnple un acto de misericordia para con el hombre de h~y. No se dispensa un
temda. Pero se puede tomar como punto de partida no una consideración abso- trato igual a un hombre maduro y sano que. el que se disP_e1:1-5.ª ª. ~n enfermo.
luta sino una relativa, es a saber, la situación histórica en que se halla el hom- No se dispensa un trato igual a un hombre -o a una civihzacion- que se
bre hoy frente a la práctica de muchas religiones en wza misma sociedad civil mueve en la verdad que a aquel otro que habiendo perdido el sentido de la
Y_ ~stablecer en esas condiciones el derecho relativo o condicional -derech~ verdad se mueve en la idea de la libertad. El hombre hoy no sabe dónde está
czvil~ que corr~sp?nde a ~ada ho~bre y a cada comunidad religiosa de profe- la verdad ni cómo hay que encontrarla. Sólo reclama: li?er::ad. ~er<? ~1 hom-
sar privada,! pubhcamente .cualquier cul!~· Es claro que esta consideración, bre, lejos de la verdad, es un hombre enfermo, que n1 siquiera hene libertad.
aunque. legit~a, ha ~i: considerarse tambien imperfecta si se la compara con Ya que sólo la verdad nos hace libres (Juan, 8, 32).
la con~1dera-c1on tradioor:al expuesta por la Iglesia desde la Mirari Vos de De aquí que se cometería un gravísimo error ·si se tomara e:t~ acto de
Gregon? XVI hasta la Lzbertas de León XIIL _exposición a que se ha ajustado misericordia de la Iglesia en la Declaración conciliar de Libertad Rehgiosa como
la Iglesia hasta ahora e:i- los documentos oficiales. Consideración imperfecta un argumento de madurez del hombre actual. El hombre actual_ podrá haber
porque, en lugar de C?nsiderar el ordel_l jurídico civil como en continuidad de efectuado muchos progresos en aspectos parciales de su existencia. Pero en lo
la esfera de la morahd~d y formando una p·arte de ella, introduce en cierto que respecta a su alejamiento de la lgle.sia Católica, ~ue cb~r~ parejo con su
modo -una_ co~o separació:i; el"!-~re civilidad y moralidad, lo que implica cierta alejamiento de Cristo y de Dios, está sufnendo una terrible cns1s y enfermedad
deshumamzacion o amoralizacion del Estado o de la sóciedad civil. que afecta a lo esencial de su existencia. Porque se aleja_ de ..c::istq que se ~e
Luego; se ha producido un cambio, pero no en :Profesión de doctrina sino ha dado .como Salvación, de Cristo, que es verdad de su entendiiniento y Grac~_a
en s-i.: formul~sión. De a~uí que se _h'.3-Yª de destacar la importancia que ~tiene de su Voluntad. Y al perder el bien de lo fundamental de su ser, el hombre
e~t~ introduc~1on de la Libertad Rehg1osa que nos propone la Declaración con- de hoy se hace inc~paz de usar bien de aquellos progresos parciales que habría
ciliar de Vaticano II. efectuado en muchos aspectos de su actividad.
De una apreciación errónea con respecto al significado del acto conciliar
puede seguirse una actitud también errónea con respecto a la orientación que
,,·Es conveniente el cambio opera.do en la formulación se haya de atribuir a toda la vida del hombre. Porque si se toma la- nueva for-
de la doctrina.' mulación como un acto de misericordia que tiene la Iglesia en vista de la
enfermedad de que está aquejado el hombre de hoy que pref~ere la liberta~ .ª
¿Es convemente o puede dejar de serlo este cambio en la formulación de la verdad, se ha de concluir que, partiendo de la libertad, hacia la que se ~r~­
la ~octrina? Entendem?s que esta pregunta_ puede merecer varias respuestas, gen las apetencias vitales· del hombre actual, debe marcharse hacia la adquisi-
segun sea el P1:1nto de v:-sta desde donde se miren las cosas. Primeramente, hay ción de la Verdad, porque sólo ésta le ha de salvar. Si, en cambio, se toma la
u:;i P-i:nto_ de vista de Di?s _que desde toda la eternidad ha fijado el- plan de la nueva formulación, en base a la libertad, como un acto al que se ha ·visto obli-
h~storia. Y ~n este sen~do, ª11:nque lo que acaezca no tiene que ser absoluta- gada la Iglesia para satisfacer la madurez que ha alcanzado el hombre de hoy
men:fe lo mezor, ~ues Dios es hbre .en sus determinaciones y no está obligado a en su aleja:rnj.ento_ de la misma Iglesia, habria que concluir qu~ será necesario
elegrr _1~ ;meJor, sin ~b~rgo, ha de consi_derarse lo mejor, en _cuanto ha de ser, acelerar esa marcha en el camino de la libertad aunque ella determine un mayor
en deflll1;t1va, el cumplinuent9 de su voluntacL al menos tiermisiva y consecuente. alejamiento religioso del hombre frente a la Iglesia y frente a Dios. Porque
. BaJ?, este as~ecto, hemo~ ~e decir que, estando Ja Iglesia de Jesucristo bajo si la libertacL y no precisamente la verdad, le salva, será menester orientarse
la di:eccion e~pec1al del Esprri_tu Santo, un .cambio en la formulación de una siempre en un camino de mayor libertad.
doctrma tan .'?-~al que hac_e a ~a ese~cia misma ·del acto religioso, y un cambio Esto nos hace ver la importancia que tiene la justa apreciación del acto
en u~a tradicion . dos veces mi~ez:iana, pareciera significar singulares designios conciliar, la cual sería equivocada y aún nefasta, si se tomara como una medida
d~ Di?s para los _t1e;mpos que v1y-rmos y para los que se aprorim.an. Estos desig- que sería adoptada contra la doctrina y la práctica anterior de dos mil años de
nios ~1ngulares pudieran: estar vinculados con acontecimientos apocalípticos, queº Io-lesia· cuando en realidad se toma .como punto de partida en atención al
lo rmsmo pueden culminar en lo que San Pablo llama Plenitudo Gentiwn ~~tado 'enfermizo del hombre actual, para de aquí llevarle al' goce de la salud
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perfecta que sólo se encuentra- en la profesián plena de toda la doctrina Esta en este mundo que se disgrega y se atomiza, los :ri:rillones de seres que experi-
imperfección de un régimen de libertad frente al de la verdad no impide que mentan en lo íntimo del corazón y de la inteligencia el llamado de Dios, se
pued~ haber un verdadero progreso en la libertad si no se realiza contra la ver- sienten cada vez más -fuertemente impulsados hacia la Iglesia Católica, donde
dad sino dentro _d~ ella. El régimen moderno de libertad es precisamente malo se mantiene intacta la fe en el Dios Vivo y verdadero. Lo esencial es ·que los
porque se ha erigido contra l.a ._verdad._ Pe:o si se mantiene el derecho pleno de católicos lejos de entregarse a· la insensata aventura ·de querer liquidar el teso-
la ,verdad, }~ de la verdad religiosa en la vida humana, no hay duda que cuanto ro de te~logía y de espiritualidad de sus dos mil años de vida .cristiana, profun-
mas se realice ese derecho de la verdad en un clima de libertad, haya de consi- dicen en ese tesoro y le hagan fructificar en formas aún inéditas de una verdad
derarse más perfecto.
que, al comunicarse con Dios, está por encima de todo tiempo y de::_ toda. historia.
_ Estas c?~sideraciones nos muestran cómo detrás der acto conciliar sobre Lo nuevo ha de enlazarse con-Ja tradición de lo pasado. Porque SI la enseñanza
Libertad Relig:iO:a s~ mueve toda una Teología de la Historia, la _cual puede del siglo xx: desautor~za lo enseñado en el siglo XIX, se condena a sí misma, por--
formularse en ternnnos correctos o eqmvocados. .En términos correctos si se que con igual derecho ha de ser desautorizada en el siglo XXI. Es de_ esperar
toma co::-no critel,"io de _salvación del hombre, incluso en el plano temporal, su que la aventura del Progresismo cristiano, que tan fuertemen:te se ha ªI?~derado
acercanne:i;ito a la Iglesia, Sa~ramento Universal de Salud; ·o, en términos _equi- de muchos núcleos católicos y que puede prosperar con una mterpretac1on falsa
v~cad?s, s1 se, adopta cua~qu1er otro valor. .Porque si se adopta aquel primer de los actos conciliare"' ,.:i'!je lugar a manifestaciones más sensatas- y legítimas de
criterio, h.a~~a que concluir que el mundo moderno en la medida en que erige renovación religiosa.
C_?rno sah·:ac1on _del hombre otros valores que aquél que erigió la civilización cris-
ti.ana, esta perdiendo al _hombre, por muchas y grandes que sean las .adquisiciones
que en el_ f'.l<:-no ma~enal p1:eda ofrecerle. Al contrario,_ cuanto mayores sean La dignidad de la persona humana
estas adqu1sicio!1es, s1 no estan acompañadas de la auténtica energía espiritual y la libertad religiosa
conque la Igles1a sana_ y robustece al ho:µ¡bre, más grande ha de ser la catástrofe
en que ellas han de desembocar.
En el párrafo 2 el Concilio Vaticano II declara que "la persona humana
D7 todo eSto hemos -~e concl~r qu7 la Libertad Religiosa, que nos propone tiene dereCho a la lib,ertad religiosa"._ Y declara a continuación en qué consiste
la lgles~a en la Declaracio.z: conc1har,. tiene un sentido diametralmente opuesto esta libertad. "Consiste, dice, en que todos los hombres deben ser inmunes de
a_l que pre~o~an hasta ª9-u1 los, en~nngos sec~lares de la Iglesia. En éstos,- la coerción de parte de hombres particulares y de parte de grupos sociales y de
hbertad r~hgiosa es un fm en s1 m1smo que sirve para alejarnos de la Verdad. cualquier poder humano, de tal suerte que en cuestión religiosa, ~adie ~ebe estar
~ la_ D~~lar~~ión conciliar, en cambio, la libertad· es un simple medio, de espe- coaccionado a Obrar contra su conciencia ni tampoco ha de estar rmpedido a que
cial ~1gnif1cac:-on en el estado de salud del hombre actual, que debe ser adoptado obre según· su conciencia, sea privada, sea públicamente, solo o asociado con
en vista de~ ~111, que es llevar al hombre a la salu~ que sólo se .encuentra en la otros, dentro de los límites debidos".
Verdad catolica.
Ha de señalar el Concilio a continuación que ·este derecho a la libertad se
La importanci.a de estas reflexiones debe ser medida teniendo en cuenta refiere "a buscar la verdad religiosa" y que, una vez conocida, "a adherir a :lla
el i;ioderío de qu~ gozan los enemigos de la Iglesia en el campo de las comuni- y a ordenar toda su vida según las -exigencias de la misma verda_d". P~ro ad~er­
c~c;.ones, Y que sin du_d:3 han de emplear para ~esvirtuar el .recto sentido y sig- te algo que es muy importante y dice: "Por lo cual el derecho a esta inmumdad
ni;f1cado ~e~ acto conciha.r. Para ellos, el camb10 en la formulación- de la doc- persevera aún en aquellos que· no satisfacen a la obligación de buscar la verdad
tr.ma tradic1qn~l ha de ser interpretado como una victoria del iluminismo masó- y de adherir a ella; por lo cual no se puede impedir su ejercicio con tal que se
mc?, qu~ por fin ha logradp imponerse aún dentro de la Iglesia sobre el .reaccio- guarde el justo orden público".
nar1smo 1:itolerante; Lame,.n~ablemente, estos e~emig.os h~n de encontrar un pode- Los derechos fwuladns en la dignidad de la' persona huina.na. El hombre
roso apoyo en teor1as teolog1cas que se han -deJado influir por el liberalismo del tiene derechos porque tiene obligaciones. La obl~~ació:1 fu?-da el de_recho. Las
p_asado sig~o después. de las co~cepciones audaces_ de Lamennais y de- sus nume- obligaciones vienen de su carácter de creatura racional mteligente y ,hbre: Como
rosos segu1dor~s- Existe el pehgr~ de que una organizada propaganda, realizada inteligente y libre tiene dominio de sus actos y como creatura esta obligado a
en tod~s los :ri_..rveles de la mentalidad. humana, interprete la Libertad -Religiosa efectuar sus actos de ae;uerdo con la voluntad y disposición del Creador. El hom-
Y
de at1cano II como una expresión de las .corrientes de indiferentismo religioso bre tiene la obligación fundamental de ordenar toda su vida hacia su Creador.
~ s1rva de este _modo a a~~ntar el caudal de los que~ confundidos por la mul- Su vida debe ser religiosa en aquella manera y camino en que su creador se lo
titud de creencias y de opuuones en el campo religioso, acaban en el ·ejército haya hecho conocer, en caso de que exista una religión positiva impuesta po_r el
cada vez más nunieroso, de los sin Dios. ' creador. El hombre tiene obligación de adherir a esta verdad y- conformar de
_ Aunque señalemos estos. pe!igro~ bien reales,_ abrigamos, sin embargo, la acuerdo con ella todci su vida. Esta es una obligación ineludible de su ser y su
confianza de que el acto de misericordia de la Iglesia demostrado en V ati cano II cumplimiento dignifica por sí mismo su carácter de persona. Porque la persona
pue~e a su vez cc:nmover los cora_zones de los "hombres de buena vqluntad" y humana se dignifica cliando alcanza el fin que la perfecciona. Y este fin es
suscit.ar una corriente de conversiones. Porque si es cierto que el ateísmo se Dios en la Verdad religiosa.
acreCienta en un mundo en que la vida pública se laiciza, también lo es que De esta obligación, fundamental y primera por su importancia ontológica,

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nacen los derechos que el hombre tiene frente a otro homb}e. Porque tiene obli- sensibilidad del hombre actual con respecto a la libertad, mientras el .h?~bre de
gación bajo su responsabilidad de llegar a Dios, tiene derecho a que todo hombre antes era más sensible a los derechos de la verdad. Esta mayor sens1b1lidad del
o grupo humano ni le coaccione a seguir un camino religioso diferente de la hombre- moderno por la libertad podía haberse actualizado manteniend? el sen-
Verdad ni le impida seguir aquel determinado que le lleva a la Verdad. El tido de la verdad. Pero se ha actualizado contra la verdad. De aqu1 que no
hombre tiene derecho primeramente a la Verdad religiosa. Y porque tiene dere- resulta un progreso humano sú.stancial sino una caída y un regreso. El hon:ibre
cho a la verdad religiosa tiene derecho también, en segundo lugar a la libertad actual, en efecto, ha perdido el sentido del valor de la verdad Y d~ la Ullldad
religiosa. ' religiosa y el sentido de la gravedad de los pecados que atentan directamente
De suyo y en ah.soluto el derecho a la libertad religiosa está en función contra esta verdad y unidad.
de la verdad religiosa. El hcimbre no tiene derecho, de suyo r en absoluto, in- ¿Está pérdida del sentido de la verdad religiosa r este aumento del ~ent~do
cond_icionado, sino sólo a la libertad que le conduzca a la ve:i-dad religiosa y en la de la libertad significan un progreso con res¡Jecto _al hombre d.e antes.? mas bzen
medida en que a esta verdad le conduzca. Esto no quiere decir que los actos un regreso? Esta cuestión la hemos tratado antenormente y su saluc1on depen~e
internos religiosos que no conduzcan- a la verdad religiosa puedan ser forzados. de lo que llevamos expuesto. Es claro que el derecho_ a la libertad es secundario
Ya que éstos, al ser internos, no pueden caer bajo la jurisdicción de ningún y tiene razón de medio con respecto al derecho que tlE'.ne el hombre a l_a, verdad
poder de la tierra, que sólo la tienen externa y en lo que de algún modo sea religiosa. Porque la verdad religiosa tiene raz~n de fm. El ho~bre esta hecho
del foro público. Los actos externos religiosos pueden ser de suyo y en general para Dios. Luego Dios es el fin del hombre. S1 el hombre ~tu'.'1-~ra ,hech<?" para
forzados. Ya que el Poder Público puede prescribir la comisión de ciertos actos sí mismo su libertad tendría razón de fin. El hombre se d1gnif1cana pnmera·
o proscribir otros. Este poder de jurisdicción que compete al Estado sobre los mente p~r el ejercicio de su libertad. Pero si el hombre está _hecho para otro,
actos religiosos externos de los ciudadanos se ha.lfu condicionado y modificado su dignidad se alcanza primeramente en la medida en que se c:onforme con e_st.e
en el mundo desde la presencia de la Iglesia de J esucrista. Modificado en el otro para cuyo fin está hecha. Esto no quiere decir que la h~ert_ad no co~stl­
sentido de que el Estado no lo puede ejercitar sino bajo la jurisdicción de la tuya una dignidad del hombre. Sólo demuestra que no es su digmdad constltu·
Iglesia, que ha recibido poder sobre lo religioso del propio Jesucristo. Y así la tiva primera, y que si se hace contra la verdad, implica una caída Y una pérdida.
Iglesia ha prescripto en toda su legislación y práctica que no fueran forzados Un orden de civilización que tenga en cuenta los derechos de la verdad
ni judíos ni paganos. Con respecto a los cristianos el Estado, bajo la autorización religiosa como dignidad primera del hombre ha de considerarse superior a un
de la Iglesia, pudo en tiempos pasados legítimam~nte forzar a herejes y a após- orden que tenga en cuenta como dignidad pl"in1;er~ los_ meros .de~~chos de ~a
tatas al cumplimiento de los compromisos que adquirieron en el bautismo. Esto libertad. De aquí que el orden secular de la Cnst1andad que nndio homenaJe
que fue legítimo en las edades cristianas, deja ya de serlo con la nueva Decla- a los derechos de la verdad del hombre ha de considerarse superior al orden de
ración c?nciliar sobre "Libertad Religiosa", -en la que la Iglesia prescribe que el la vida mOderna que considera sobre todo y ante todo los derechos de la libertad.
Poder Civil no tenga ninguna jurisdicción sobre los actos. religiosos exceptuando De modo que no se ha de dudar en dar respuesta a la cuestión planteada
lo que se refiere al justo orden público. ' y contestar que el camino de un orden de civilización que del reconocimiento Y
(°Es doctrina nueva esta de que los hombres no puedan ser forzados en su estima de los derechos de la verdad ha ido pasando a otro orden que, pospo·
vida Tf!ligiosaJ No es nueva con respecto a judíos y a paganos, salvo algunas niendo aquel reconocimiento y aquella estima, se ha movido solamente P?r los
excepciones que -no pueden imputarse a la Iglesia en cuanto tal. Para ello baste derechos de la libertad, significa una declinación y ~ regreso ~~ la esenci~ d~l
recordar la enseñanza clara y terminante al respecto de SantO Tomás 'quien hombre. Porque si el hombre precisamente se realiza, ~e plenifica y se di~­
niega que se pueda coaccionar a abrazar la fe a judíos y a paganos aunq~e con. fica en absoluto .,.....:....Simpliciter- sólo cuando logra el fm para el que ha sido
sidera lícito .que si se puede reprimir al que adultera la moned~ con mayor creado, aquella- otra dignificación que alcanza en su libertad o en cualquier otro
razón ha de serlo el que se castigue, aún con penas, al que pervierte y adultera valor, fuera del esencial, sólo le dignifica parcialm.,f!nte y en un aspecto; secun-
la fe católica (Suma., 2--2, 10, 8). dum quid, para hablar en términos de la Escuela.
Esta doctrina nueva, en consecuencia, con respecto a los herejes y a após· ESte orden de civilización más imperfecto determina y funda derechos
tatas, _establece nuev~s- norm~s a los Estados de las que estuvi-eron en ~gor en nuevos, pero también más imperfectos si se lo compara con el derecho de aquella
o~o hempo. Ello quiere d~c1r que con el acto conciliar la Iglesia sanciona ofi. civilización que se movió por la fuerza de la verdad.
c1almente el dere~o de que gozaban los Estados con respecto a los actos religio- -Que sea más imperfecta no significa que en sí.' o sea 'considerado no pre·
sos externos y dispone que, de aquí en adelante, no puedan ejercer ninguna cisamente con la relación a la dignidad que le confiere la verdad, este derecho
j~risdicción no sólo sobre judíos y sobre paganos, pero ni tampoco sobre cris· a la libertad religiosa no tenga su fundamento, como- dice la Declaración conci-
tianos. En consecuencia, los actos religiosos de todos los hombres por sanción liar "en la dignidad de la persona, cuyas exigencias más plenamente se han
del. Poder :eligioso universal -la Iglesia Católica Romana-, salvo en lo que se hecho conocer por la experiencia de los siglos". Si esta libertad religiosa hubie-
refiere al Justo orden público, quedan sustraídos al Poder y jurisdicción de los ra _progresado mantenielldo los fueros de la verdad, entonces sí podría conside·
Estados civiles, :que no pueden ya ejercer sobre ellos ningún tipo de violencia. rarse como un progreso y una perfección substancial.
¿Existe alguna razón para - que la Iglesia adopte hoy esta norma nu,eva En consecuencia, el derecho a la libertad religiosa, aun _en el caso de .que
con respecto a los cristianos? Sin duda que existe, y ella consiste en Za ma-Y.Or ésta se ejercite a sabiendas y a conciencia en los errores y en los cultos falsos

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es un derecho de la persona humana, no absoluto ni primero, sino sólo condi- El Estado, como custodio del justo orden público puede· forzar
cionado, determinado por una situación histórica que puede justificar la funda- la libertad religiosa en la Declaración conciliar
ción _de un verdadero derecho nuevo. Así como no se administra a un hombre
enfermo el mismo régimen alimenticio a que tiene derecho el hombre sano, así QUe a la ·autoridad pública le wrresponda el_ derechO a la- intervención
igualmente no se le puede dispensar igual régimen jurídico al hombre de una en la esfera religiosa lo demuestra a las claras el caso de que en la misma
civilización que se mueve por los derechos de la verdad y a aquel que se mueve Declaración conciliar sobre -libertad religiosa no -ha sido posible excluir toda
sólo por los de la libertad. intervención. Porque hay casos en que algunos ciudadanos, invocando la liber-
Si la libertad descansa en la dignidad de naturaleza de la persona humana, tad religiosa, pudieran practicar actos directamente violatorios de derec~os abso-
eno violó dicha dignidad Un orden dé civilización que forzó a.quella libertad? lutos y primarios de otros ciudadanos, como serían los derechos ª. la vida, a la
Esta cuestión lia sido suficientemente aclarada al explicar cómo la dignidad de honra y a otros bienes hum.anos¡ y es lógico que el Estado, custodio de los dere-
la persona humana que 'implica la libertad religiosa en el orden externo de la chos hum.anos, tiene el derecho y la obligación de ejercer la correspondiente
vida a la profesión de los cultos falsos no ha de considerarse como absoluta ni protección y tutela de los mismos. D·e aquí que la Declaración conciliar señale
:Primaria sino ·condicionada y secundaria respecto a a(¡uella otra dignidad que la atribución y el derecho que compete a la sociedad civil de "protegerse contra
descansa en 'el ajuste del hombre con su verdad. Tenemos aquí dos dignidades los abusos que se pueden cometer· bajo el ,pretexto_ de la libertad religiosa, y
de la persona humana, la. una absoluta y primaria, ya que sólo ella le dignifica cómo sobre todo pertenece al poder civil la protección de esta libertad; lo cual
por constituir su fin propio y esencial; y la otra, condicionada y secundaria en no ha de hacerse de modo arbitrario o con favoritismo, sino según las normas
función de_ aquella absoluta y primaria. Estas dos dignidades, con los derechos· jurídicas conformes al orden moral objetivo, las que están reclamadas por la
que una y otra implican, pueden entrar en conflicto. El derecho del Estado tutela eficaz de los derechos para todos los ciudadallOS y para su convivencia
cristiano a mantener en el orden público la verdad cristiana puede verse en pacífica y por la promoción suficiente de la sana paz política que es la .convi-
corúlicto con la libertad del ciudadano a profesar errores y cultos falsos. El vencia ordenada en la verdadera justicia, y por la _debida guarda. de la morali-
derecho y la obligación del Estado cristiano a velar por la protección de los dad pública". Por aquí es fácil hacer un argumento_ eii defensa de la civiliza-
ciudadanos a su verdad religiosa puede verse en conflicto con el derecho de ción medieval que comprendió que en "el justo orden público" había que incluir
otros ciudadanos a profesar errores religiosos. Si el Estado tiene la obligación· los derechos a la protección pública de la verdad religiosa contra los diversos
de proteger· a sus ciudadanos contra los que adulteran las monedas o cualquier adulteradores que, bajo la invocación de novedades en el orden del pensamiento
otra mercancía, ¿no ha de tenerla de suyo también contra los que adulteran la y de la vida, debían pretender modificar el depósito de verdades dadas por Dios
verdad religiosa que hace al fin mismo del hombre? La respuesta se impone al hombre.
por sí misma, mientras se dé la· condición de una sociedad donde el hOmbre
corriente comprenda dónde está la verdad religiosa y cuál sea su importancia
primera entre todos los valores- de la vida. Si por cualquier -circunstancia histó- Más sobre la naturaleza de la libertad religiosa
rica el hombre se hace .incapaz de comprender los derechos y exigencias de la
verdad religiosa y pierde el sentido de la jerarquía de valores y derechos, cam- En el párrafo 3 de la Declaración conciliar, se aclara Prolijan:ente el pro-
bia en cierto modo e~ su naturaleza moral y jurídica fundamental, al menos en ceso moral del acto religioso. Se establece allí primeramente que existe una nor-
sus derechos secundanos, para dar lugar al fundamento de otros derechos condi- ma suprema de la vida humana y que ésta consiste en la ley divina, eterna,
c~onados, relativos y derivados de su nueva situación histórica Le pasa analó- objetiva y universal, por la cual Dios, en el consejo de su .sabiduría y de su
gicamente lo que acaece con el hombre en su condición ·histórica de pecado amor, ordena, dirige y gobierna el universo mundo y los cammos de la hun:ana
original, que debe vivir en un régimen de propiedad privada de bienes, cosa comunidad. A esta regla y norma debe acomodarse ·el.hombre, por lo que tiene
que, como enseña Santo Tomás, no había de realizarse si hubiera mantenido la la obligación y el derecho de buscar la verdad en lo que a la religión se refiere
justicia original, ya que entonces habría conocido una perfecta comunidad de y para ello ha de emplear los medios--idóneos para llegar a través de su con-
bienes y servicios. Una situación histórica diferente, que lejos de ser de pro- ciencia moral a la adquisición de la verdad religiosa objetiva.
greso en el caso de su sensibilidad a la libertad contra la verdad, puede ser Por aquí aparece espléndidamente cómo la verdad objetiva de _la ley divina
de erúerrnedad y_ ruina, determina nuevos derechos acomodados a esa nueva funda el derecho primero, absoluto e incondicionado de .la ·verdad religiosa y la
situación. libertad religiosa.
Es claro que el cambio de derechos se verifica con respecto a derechos Consiguientemente luego y siempre en función ·de esta verdad religiosa
secundarios de la persona humana, cuales son los derechos ·civiles de protección objetiva viene también el _de~echo absoluto e incondicionado, aunque no tan
o de libertad -de la verdad o falsedad religiosa. primero: de decidirse libremente, sin .coacción de ningún poder humano y movido
sólo por la fuerza objetiva de la verdad, también objetiva, a esta verdad religiosa.
Pero este proceso inquisitivo de búsqueda de la verdad en la práctica huma-
na se hace muy difícil y no siempre, aunque se haga con la mayo-r buena fe,
nos ha de asegurar el arribo a buen término. Puede terminar en una verdad
puramente subjetiva, que a los ojos de la conciencia moral parece la verdad,

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pero que en realidad no es la verdad sino que es un error. ¿,Qué derecho tiene El Estado r la libertad religiosa
entonces el hombre a que se le respete en la profesión, sobre todo pública, de
ese error? Puede invocar un derecho, porque si tiene que decidirse por la verdad La Declaración conciliar sobre "Libertad Religiosa" insiste repetidas veces
religiosa libremente y no puede hacerlo con esa libertad sin correr el riesgo del
en que esta libertad consiste en la inmunidad de coerción por parte de la auto-
error y del error invencible, es claro que se le ha de reconocer cierto derecho ridad civil que ni debe forzar a los ciudadanos en favor de ninguna religión
al error religioso. Pero ya este derecho no puede ser absoluto e incondicionado, determinada.ni tampoco ha de impedirles la profesión de la que quisieran esco-
porque no depende directamente de la verdad religiosa objetiva ni está suspen~ ger. La Declaración conciliar pareciera, en consecuencia, inclinarse por una
dido directamente de la misma. Sólo es absoluto e incondicionado el movimiento estricta neutralidad religiosa. Esto crea un problema especial y es el de si ha
de la libertad religiosa que conduce efectivamente a la verdad religiosa, porque de seguir sosteniendo como hasta aquí que el Estado debe con su poder coactivo
es esta verdad la que funda los derechos posteriores de la libertad. ayudar de algún modo a la verdad religiosa. La Declaración conciliar tiene
Directamente r de suyo no tiene derecho a la profesión del error religioso. al respecto en el párrafo 3 unas palabras que merecen especial consideración,
Pero atendiendo a la naturaleza del proceso inquisitivo de la verdad religiosa, Allí leemos:
que en su complejidad no puede- dejar de correr el riesgo del error, sobre todo "Además los actos religiosos, por los cuales los hombres se dirigen a Dios
en una sociedad cada vez más confundida con respecto a la verdad _religiosa, se privada· y públicamente de acuerdo con el parecer de su conciencia, trascienden
ha de sostener que indirectamente y accidentalmente~ indirecta y per accidens, por su naturaleza el orden terrestre y temporal; el Poder civil, cuyo fin propio
hay que reconocer un derecho fundado en la persona humana. al error religioso. es procurar el bien común temporal, .debe reconocer y favorecer la vida religiosa
"Este derecho a la libertad del error religioso puede entrar en colisión con de los ciudadanos, pero traspasaría sus límites -si pretendiera dirigir o impedir
los derechos que tienen las _otras personas humanas a que no sean contagiadas los actos religiosos". ·
con errores religiosos. Es claro que en esta colisión de derechos se puede dar La elucidación del problema presente nos va a exigir el desarrollo en varias
la primacía a los derechos de la verdad religiosa sobre los de la libertad o, por proposiciones:
el contrario, a los de la- libertad sobre los de la verdad. Mejor una situación
histórica huma.na que permita dar la primacía ·a los derechos de la verdad, ya
que ésta funda los derechos de la libertad del -error religioso. Pero si de hecho a) El Estado y, en general, la vida pública no puede dejar de influir favo-
esto no es posible porque el error religioso ha alcanzado enorme difusión, no reciendo u obstaculizando /,a libertad y aún la verdad religiosa. De donde no
queda otra alternativa que reconocer como primero y anterior de hecho los existe estrictamente neutralidad religiosa. El Estado es una causa universal que
derechos de la libertad aúri al error religioso. Y entonces surge un derecho públi- tiene gran influencia en la vida pública de un pueblo y, a través de la vida
co civil, condicionado a una situación histórica humana, que otorga la primacía pública, en la vida privada. Porque el Estado dispone del poder político, el cual
de los derechos al error religios'o sobre- los de la verdad religiosa. hace la legislación, administración y justicia de un país. - Por_ ello, el Estado
Hasta aquí hemos considerado el caso de -la libertad al error religioso en maneja elementos importantes de la economía, derecho y cultura, todo lo cua!
la conciencia de buena fe. Pero es .claro que esta libertad hay que extenderla va modelando la mentalidad de los ciudadanos y creando hábitos de _pensar y
indistintamente a cualquier error religioso, ya sea por la dificultad de demos- comportamiento. Por mucho que el Estado se despersonalice y se maquinice,
trar la buena o mala fe, ya sea por la insensibilidad que se ha formado en la necesariamente ha de manejar elementos que contribuyen a la ·humanización y
opinión pública actucil para apreciar la gravedad del error religioso- en general. a la deshumanización del hombre. Elementos que, de un modo u otro, contribu-
Por ello, el Concilio Vaticano II establece expresamente que siendo la libertad yen a la educación de su inteligencia, imaginación, vida afectiva y voluntad.
religiosa un derecho de la persona humana, un derecho del cual puede hacerse Cuando se habla del Estado, nos referimos en general a la vida pública,
mal uso, "persevera aún en aquellos que no satisfacen a la obligación de buscar que hoy se halla influenciada por otros poderes más o menos privados que mane-
la verdad o de adherir a ella; y que su ejercicio no puede ser impedido mien- jan la publicidad y los medios de comunicación, pero que también dependen de
tras no altere el justo orden público". la regulación que les imprime el Estado. Estos poderes s'e hallan hoy en pocas
Aquí establece el Concilio una norma práctica adecuada a la presente si- manos que, disponiendo de grandes medios financieros, manejan la prensa, radio-
tuación histórica que, como hemos repetido- ya, se ha hecho sensible a los dere- televisión, órganos de opinión, llegando también y en cierto modo a ejercer gran
chos de la libertad sobre los de la verdad. Es claro que este derecho sancionado influencia sobre el Estado miSmo. Por ello, cuando hablainos de Estado, nos
por el Concilio, aún para los que de mala fe profesan públicamente errores reli- referirnos a esa serie de factores que contribuyen a crear la vida cultural Yel
giosos, tiene un fundamento en la persona humana aún más remoto y condicio- modo de civilización de nn pueblo determinado y, en general, de una región de
nado que aquel que tienen los que yerran de buena fe. Así como éstos, los que pueblüs y hoy, por la comunicación de los pueblos entre si y sobre todo por la
yerran de buena fe, gozan de un derecho secundario y condicionado con respecto influencia del núcleo de naciones más desarrolladas, a esa .como civilización y
al derecho absoluto e incondicionado de los que piden libertad para la profesión cultura universal que va modelando de modo homogéneo todas las regiones de
de la verdad religiosa. la tierra.
Pues bien, el Estado en sí mismo y como factor principal de la vida públi-
ca con los otros elementos que contribuyen a forjarla, no puede dejar de influir
favoreciendo o impidiendo, de modo más o menos remoto o cercano, el desarro-

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llo de la vida religiosa. - Porque esa vida pública, al ser expresión y manifes-- Mientras tanto,. se ha ido operando una. transfo-rmación en las funcioneao
tación del hombre, lleva en sí la impronta del mismo, y con ella influye sobre del P-0der público que en cierto modo ha ido abandonando las funciones de_ inge-
toda la vida de un pueblo. Esa manifestaci6n no puede dejar de reflejar la acti- rencia en lo espiritual y religiqso para entregarse exclusivamente a funciones
tud del hombre con respecto a un problema tan decisivo y vital, como es la administrativas y económicas~ El hecho es que la Iglesia hoy reclama libertad
supervivencia en un más allá, la existencia de un Ser personal, Crea9.or del y sólo libertad para el cumplimiento de su misión. Lejos de las experiencias
Universo y justo recompensador del hombre. De manera que esa expresión con pasadas, a veces amargas, del brazo secular, la Iglesia prefiere hoy, y -así lo
respecto a la religión habrá de ser de simpatía, indiferencia u hostilida~ con los expresa abiertamente la Declaración conciliar, un régimen, si no de separación,
mil matices que caben dentro de _la misma. sí tal, que en él, el EStado se desentienda todo lo posible de lo que ;;¡tañe a l_a
esfera religiosa y deje a ésta en manos de la Iglesia de otras comunidades reli-
b) En la relación religiosa del Estado-civilización frente a la Iglesia cabm giosas o de los particulares.
infinitos grados que van de un.a hostilidad total., como la que preconiza. el Comu-
nismo, a una protección total, como la de la concordia del sacerdocio y del impe- c) La. Iglesia no quiere, para la actual situación de !:a historia hu.mana,
rio de épocas pasado,s. Este punto es claro por sí mismo. El hecho importante si.no una neutralidad benévola que reconozca su personalidad Pública Sobrena-
ha sido señalado en el párrafo anterior cuando se ha excluido la posibilidad de tural y que favorezca, aunque no sea tk modo positivo, la libertad de su misión.
una estricta neutralidad entre -Estado-civilización e Iglesia. De cualquier modo Toda la Declaración conciliar, aunque· habla de la libertad religiosa como de un
como se conciban las cosas, Estado e Iglesia no se pueden desconocer e ignorar. derecho fundado en la persona humana, se refiere a una situación histórica bien
Porque la Iglesia tiene normas sobre la vida humana sobre la cual también determinada, como lo expresa su párr-afo -introductorio-y como lo hemos comen-
actúa el Estado, y entonces será necesario que se encuentren en muchos casos tado anteriormente. Ese derecho existió siempre y siempre fue reconocido aun-
y vitales para la existencia humana. Además que la Iglesia se presenta al que 'no adquirió un relieve de primer plano como hoy porque fue oscurecido y
Mundo como una Personalidad Pública Universal con una misión y un mensa- dominado por derechos más altos y superiores. Al haber aumentado la signifi-
je sobrenatural exigiendo reconocimiento y libertad para el ejercicio de esta su cación del derecho a la libertad religiosa, aún para los errores y cultos :falsos, se
misión. Frente a esta posición de la Iglesia caben por parte del Estado-civili- ha amenguado la función del Estado en su protecci6n de la verdad religiosa.
zación una hostilidad absoluta, rechazando el carácter benéfico del hecho reli- Uno y otro derecho andan, en cierto modo, en proporción inversa. El- hecho
gioso y excluyéndolo totalmente de la vida que, para el comunismo, entra toda histórico registra la marcha en proporción inversa de una libertad de los cultos
ella dentro de la esfera pública. En la práctica esta hostilidad hacia el hecho falsos que aumenta y un poder de protección del Estado sobre la verdad reli-
religioso puede revestir muchas modalidades como lo demuestra el comunismo giOsa que disminuye. La Declaración conciliar señala ambos hechos y establece
en China, Rusia, Cuba, Yugoslavia, Polonia y Hungría. El grado de esta hos- una norma práctica para la presente situación histórica, que limita los deberes
tilidad ha de depender de la fuerza con que la- Iglesia y la religión, en general, y derechos del Estado en· esta materia.
se hallen implantadas en la vida del pueblo y asimismo del poderío que pueda La prescripción de la Iglesia, respecto a los nuevos deberes y derechos del
alcanzar el comunismo en su ansia de dominación. Estado en materia religiosa para la situación presente, exigiría ui1a larga expli-
Asimismo -cabe una oposición diametralmente opuesta a la anterior en las cación sobre la atribución que compete a la -Iglesia por diSposición de Cristo
relaciones de Estado-civilización con la Iglesia y ella se alcanza cuando el Esta- para legislar .en esta materia, de suerte que sus sanciones obligan al poder civil.
do con la vida pública se pone al servicio de los fines de la Iglesia. La historia Pero baste consignar el hecho. Todo Estado que de alguna manera rinde home-
conoció el florecimiento de estas relaciones en ciertos períodos privilegiados de naje al carácter sobrenatural de la Iglesia está obligado, de aquí en adelante, a
la concordia del sacerdocio y del imperio. León XIII ha dejado págiµas glorio- conformar su legislación con el nuevo dictado de- la Declaración conciliar. El
sas en la lnmcrtol.e Dei haciendo el elogio de aquella época en que la unión del pretendido derecho de patronato de nuestra Constitución se halla di.rectamente
Poder temporal y del espiritual contribuían a la formación plena de la vida afectado.
humana alcanzando alt0- grado de valor en la filosofía, la teología, el arte, la Para justificar el rebajamiento que se le consigna al Estado en la nueva
política y, en general, en la santidad de todas las manifestaciones de la vida situación histórica, enuncia la Declaración conciliar conceptos que en rigor son
humana. incompatibles con los que enunciaban los documentos eclesiásticos de las épocas
Pero no es de los hombres mantener por mucho tiempo el justo equilibrio en que se reclamaba el servicio del Poder Público -a los fines de la Iglesia. Se
del poder. Ni de los hombres del mundo ni de los hombres de la Iglesia. Aque- dice que los ·actos religiosos por los cuales los hombres se dirigen _a Dios en pri-
lla gloriosa concordia cayó en luchas estériles y nefastas por el predominio del vado y en público trascienden el orden terrestre y temporal, que constituye pro-
poder. Y se llegó a pensar que lo que debe considerarse normal en el plano de piamente la esfera del poder temporal. Pareciera que se sometieran a censura
las esencias debía ser imposible en el plano de la realización y de las existencias. los conceptos y el lenguaje de los Documentos eclesiásticos en que se exigía la
Y aquel régimen de subordinación del poder temporal al se:rvicio del espiritual obligación de profesión religiosa del Poder público y que se diera razón a
declinó primero en uno de subordinación de lo espiritual a lo temporal y luego la argumentación de los liberales y laicistas que negaban esta obligación de
en uno de cada vez mayor hostilidad entre los dos poderes. U na larga historia profesión religiosa, invocando precisamente el carácter terrestre y temporal del
nos muestra formas extrañas de josefismo,_ regalismo y anticlericalismo. Estado.

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se nos comunica por Jesucristo en su Iglesia Santa. No es la economía, ni -la De JACQUES MARITAIN
cultura, ni la política lo que .está hoy primeramente deficiente. Es la vida reli-
giosa auténtica, la que, al estar en crisis,- trae aparejada una crisis en todas las
otras manifestaciones del hombre. La Iglesia Católica Romana es la lnstituci6n
puesta por Dios para remediar en plenitud esta deficiencia del hombre y de los
pueblos. Luego, todo Poder civil está obligado a cumplir una política que, sin
salirse de las normas de la Prndencia y dentro de las directivas nuevas de la
Declaraci6n conciliar, favorezca en el mayor grado esta benéfica e insustituible
influencia para -el bienestar de los pueblos.
La Declaración conciliar tiene este sentido: despertar a los pueblos en la
situación histórica presente, la apetencia de una sana libertad, que lleve ~ reco-
nocimiento de la "libertad de la gloria de los hijos de Dios" (Rom., 8, 21), la
que se da en la Verdad,

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LA CARTA CONDENATORIA DEL SILLÓN, de Pío X, se cita de acuerdo al texto que
reproduce la Revista "Ra.zón y Fil~, de Madrid, octubre de 1910. Prefacio a la segunda edición 9
Los documentos de Clemente XII, Pío VI y Pío IX se citan de acuerdo al texto
de la CoLECCIÓN DE LAS ALOCUCIONES CONSISTORIALES DE LOS SOBERANOS Prefacio a la primera edición 17
PoNTÍFICES, CLEMENTE XII, BENEDICTO xrv ... y Pío rx CITADAS EN EL SY-
LLABUS, bajo la dirección de D. Andrés Posa r Morera, Barcelona, 1865. DEL l\.f!TO DEL PROGRESO A LA NUEVA CRISTIANDAD .. 21
El progreso de la humanidad . . . . . ............ . 23
El doble progreso de la humanidad y el doble cristianismo 34
La nueva cristiandad . . . . ..... . 41
La condenación de Lamennais .. 51

LA NUEVA CRISTIANDAD ESENCIALl\IENTE DIVERSA 57


Crítica de esta posición . . . . . . . . . . . . . . 62
Concepto de civilización . ............ ...... 67
La escala de los valores chilizadores según Santo Tomás 69
Las tres funciones de valores de una civilización 73
Estado de enfermedad del hombre actual . 77
La Iglesia, el gran medio de salud . . . . . . . . . . . . . 80
Las dos jurisdicciones de lo profano y de lo sacro 82
La unidad del hombre y las dos jurisdicciones . . . . . 85
La jurisdicción de la Iglesia como potestad indirecta sobre todo
lo temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Las cristiandades diversas . . . . . . . . . . . . . . ........... 88
La concordia del sacerdocio y del imperio calificada de utopía 96
La doctrina de la analogía falsamente aplicada 99
Nuevo estilo de santidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Diversidad de chilización y de cristiandades . . . 102
LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD NATURALISTA . , . . . . , . . . . . , 111 La justificaci~n ?e la revolución, en nombre del cristianismo,
por Mantam . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
La cristiandad de Maritain no adora al Dios de la Iglesia Ca- La actitud oficial de la Iglesia frente a la revolución . . . . . . 294
tólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Un Estado neutro benévolo con la Iglesia .......... '. . . . . . 120 CoNCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
La Iglesia en el derecho común . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Separación de la Iglesia y el Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 Traducción directa de estas ideas al plano temporal . . . . . . . . 316
Valoración de la cristiandad medieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138 De la cristiandad medieval a la nueva cristiandad . . . . . . . . . 321
El instrumento de transformación: la trilogía libertad - igual-
El mito de la fuerza al servicio de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
dad - fraternidad ......... ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322
LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD DE LA FRATERNIDAD UNIVERSAL 153 Exclusión de la influencia sobrenatural de la vida social . . . . 323
Carnalización de lo sobrenatural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
La diversidad religiosa de las sociedades modernas . . . . . . . . . 154 La ca:nalización de lo sobrenatural constituye el anticristia-
Una fe básica común naturalista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158 rusmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327
El. compañerismo de los hombres de diversas creencias en el
plano espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Apéndice l. EL CAMPESINO DE LA GARONNE . . . . . . . . . . . . . . 331
La pertenencia al alma de la Iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
El ateo de buena fe y los recursos de la gracia . . . . . . . . . . . . 174 Apéndice ll. LA DECLARACIÓN CONCILIAR SOBRE LIBERTAD RE-

El verdadero fellowship . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177 LIGIOSA Y LA DOCTRINA TRADICIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . 353


La cooperación de los hombres, de diferentes creencias, en el
orden temporal ................................. ·. 179
La urúversal fe común de la nueva cristiandad y la teoría de
la analogía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
LA NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD DEMOCRATISTA . . . . . . . . . . . . 197
La democracia maritainiana y el movimiento del Si!lon . . . . 199
La emancipación política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Emancipación económica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
Emancipación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
Supresión de las patrias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
Los constructores de la nueva cristiandad . . . . . . . . . . . . . . . . 245
Los preclari cives maritainistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
Las aprobaciones eclesiásticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
La democracia de Maritain . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
Valoración "cristiana" del comurúsmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265
LA_ NUEVA CRISTIANDAD, CIUDAD DE LA REVOLUCIÓN , . . . . . . . 271
El "cristianismo" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278
La justificación de la revolución en Lamennais y el liberalis-
mo católico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282

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