3-Maquinas Eólicas, Cargas, Orientación y Regulaión
3-Maquinas Eólicas, Cargas, Orientación y Regulaión
3-Maquinas Eólicas, Cargas, Orientación y Regulaión
- MAQUINAS EÓLICAS
CARGAS, ORIENTACIÓN Y REGULACIÓN
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III.1.- CLASIFICACIÓN
Las máquinas eólicas han sido estudiadas por el hombre en forma intensiva y dentro de ellas
existen en la actualidad diferentes tipos que van desde pequeñas potencias, a las grandes máquinas
americanas y alemanas de varios MW.
Son numerosos los dispositivos que permiten el aprovechamiento de la energía eólica, pudiéndo-
se hacer una clasificación de los mismos según la posición de su eje de giro respecto a la dirección
del viento.
En las máquinas eólicas de eje horizontal, para obtener en las palas una velocidad angular regu-
⌣ !
lar y uniforme w , para una determinada velocidad del viento v se requiere que tanto la dirección
del viento, como su velocidad, se mantengan constantes con respecto a las palas.
Por el contrario, en las máquinas eólicas de eje vertical, manteniendo las mismas condiciones
regulares en la velocidad del viento y en la velocidad angular de las palas, resulta que éstas pueden
estar sometidas a un viento aparente de dirección y velocidad continuamente variables, por lo que
en estas máquinas, el flujo aerodinámico resulta ser muy complicado, ignorándose en muchas oca-
siones las verdaderas posibilidades de las mismas.
Dentro de ellas las aeroturbinas de eje horizontal son las más desarrolladas desde los puntos de
vista técnico y comercial.
Maquinas eólicas de eje horizontal.- Las aeroturbinas de eje horizontal se suelen clasificar
según su velocidad de giro o según el número de palas que lleva el rotor aspectos que están íntima-
mente relacionados, en rápidas y lentas; las primeras tienen un número de palas no superior a 4 y
las segundas pueden tener hasta 24.
a) Máquinas que generan un movimiento alternativo, que se utilizan para el bombeo de agua
b) Máquinas multipala
c) Hélices con palas pivotantes (ángulo de ataque variable)
d) Hélices con palas alabeadas, sofisticadas, que incluyen clapetas batientes y alerones de ángulo variable
Los aerogeneradores de eje horizontal tipo hélice Fig III.4, constan de una aeroturbina, de una
góndola o navecilla que contiene al generador eléctrico, dinamo o alternador, al sistema de acopla-
miento que puede ser a su vez multiplicador del número de revoluciones proporcionadas por la héli-
ce y al sistema de control y orientación; todo esto va montado sobre una torre en la que hay que vigi-
lar con sumo cuidado sus modos de vibración.
La hélice puede presentar dos tipos de posiciones frente al viento, como son:
Sotavento downwind, en la que el viento incide sobre las palas de forma que éste pasa primero por el me-
canismo de orientación y después actúa sobre la hélice.
Las aeroturbinas lentas tienen un TSR pequeño y gran número de palas; sus aplicaciones van
destinadas generalmente al bombeo de agua.
Las aeroturbinas rápidas tienen un TSR alto y el número de palas tiende a ser menor. Suelen
ser tripalas, TSR = 4, y en algunos casos bipalas, TSR = 8, habiéndose diseñado y construido, inclu-
so, aeroturbinas con una sola pala.
El número de palas también influye en el par de arranque de la máquina, de forma que una má-
quina con un rotor con gran número de palas requiere un par de arranque mucho mayor.
Maquinas eólicas de eje vertical.- Entre las máquinas eólicas de eje vertical se pueden citar:
a) El aerogenerador Savonius Fig III.1 que puede arrancar con poco viento, siendo muy sencilla su fabri-
cación; tiene una velocidad de giro pequeña y su rendimiento es relativamente bajo.
b) El aerogenerador Darrieux o de catenaria Fig III.3, requiere para un correcto funcionamiento, vientos
de 4 ÷ 5 m/seg como mínimo, manteniendo grandes velocidades de giro y un buen rendimiento; se construyen
con 2, 3 y 4 láminas
c) El molino vertical de palas tipo giromill o ciclogiro que deriva del Darrieux; tiene entre 2 ÷ 6 palas.
El modelo Darrieux arranca mal, mientras que el Savonius se puede poner en funcionamiento
con una pequeña brisa; debido a ello se puede hacer una combinación sobre un mismo eje de ambas
máquinas de forma que un rotor Savonius actúe durante el arranque y un rotor Darrieux sea el que
genere la energía para mayores velocidades del viento Fig III.28.
Las ventajas de los aerogeneradores de eje vertical frente a los de eje horizontal, son:
Las ventajas de los aerogeneradores de eje horizontal respecto de los de eje vertical son:
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a) Mayor rendimiento
b) Mayor velocidad de giro (multiplicadores más sencillos)
c) Menor superficie de pala S a igualdad de área barrida A
d) Se pueden instalar a mayor altura, donde la velocidad del viento es más intensa
Desde los primeros diseños de aerogeneradores para la utilización comercial, hasta los actuales,
ha habido un progresivo crecimiento en la potencia de las turbinas (mayores rotores y alturas de to-
rre), con progresivos descensos en el coste de generación por kWh.
D el diámetro de la hélice en m.
N = 0 ,20 D 2v 3
!
en la que N viene dada en W, D en m y v en m/seg.
La potencia máxima de un aerogenerador rápido se obtiene para valores del TSR altos, del orden
de 7 ÷ 10, requiriéndose velocidades del viento superiores a 6 m/seg.
Su rendimiento es del orden del 35% ÷ 40%, que es un valor más alto que el de los multipala.
Con 3 palas se consigue un par de arranque importante, por cuanto en la puesta en marcha la
fuerza ejercida por el viento es proporcional al número de palas (de ahí el uso de rotores multipala
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para el bombeo de agua, que requieren un buen par de arranque dadas las características del fluido
a bombear), cosa que no se consigue con aparatos bipala que, en algunos casos, precisan de energía
adicional para comenzar a funcionar.
Las cargas que actúan sobre el rotor se pueden clasificar en estáticas y dinámicas.
La fuerza centrífuga es una carga estática perpendicular al eje de giro; la pala suele colocarse li-
geramente inclinada, proporcionando dicha fuerza centrífuga una componente de tracción a lo largo
de la pala y otra de flexión en sentido contrario al de las cargas aerodinámicas; los esfuerzos estáti-
cos que dichas cargas originan son muy pequeños.
La gravedad actúa como una carga periódica que se comporta como una fuerza oscilante en el
plano del rotor, apareciendo una desalineación por cuanto el rotor nunca funciona perpendicular-
mente a la acción del viento, sino que tiene oscilaciones que generan cargas dinámicas.
Los efectos estáticos y dinámicos que actúan sobre el rotor se estudian en situaciones límites, ta-
les que si en ellas se asegura que la pala no se rompe, ésta no se romperá en ninguna de las otras
situaciones previsibles.
a) Casos operativos (régimen estacionario) en los que se exige que los esfuerzos que actúan en la
estructura estén siempre dentro de los límites de fatiga y, además, que no alcancen nunca los lími-
tes del esfuerzo de pandeo, ya que la pala se comporta como una viga empotrada y en ella aparecen
esfuerzos de tracción y compresión que provocan la fatiga.
- El primer caso operativo se corresponde con una velocidad nominal del viento que provoca la máxima
carga y se supone con potencia y revoluciones nominales y paso de pala nulo; este caso corresponde a la carga
máxima de la pala y es un esfuerzo dinámico máximo
- El segundo caso se corresponde con la máxima velocidad del viento y se supone también con potencia y
revoluciones nominales, pero con paso de pala máximo; este caso es también de esfuerzo dinámico máximo
- El tercer caso se corresponde con la velocidad máxima del viento necesaria para provocar el arranque,
con potencia cero y paso cero; se corresponde con un gran esfuerzo estático
b) Los transitorios se incluyen en los casos anteriores como esfuerzos dinámicos, con velocidades
próximas a la nominal y a la de desconexión (embalamiento).
Sin embargo, y aún equilibrada, la hélice bipala genera vibraciones de frecuencia doble a la de
rotación, debido a efectos de inercia, que si llegan a acoplarse con las vibraciones de la estructura
soporte, pueden destruir el aparato. Estos inconvenientes no se presentan, en general, en el rotor
tripala, aunque su equilibrado es más difícil de conseguir.
El diseño del soporte del aerogenerador y de la torre se tiene que estudiar con cuidado, de forma
que sus frecuencias propias de vibración no estén próximas a las frecuencias generadas por la rota-
ción de la hélice y así evitar el que entren en resonancia, siendo su estudio bastante complicado.
Para las aeroturbinas cuyo diámetro sea inferior a 30 ó 40 m se puede utilizar un cubo rígido,
especialmente cuando la hélice es tripala porque este tipo de rotor es más equilibrado que el bipala.
El momento de cabeceo es menor para el primero, por lo que la fatiga a la flexión del eje del rotor
se reduce. Cuando el diámetro es superior a 40 m parece preferible la utilización del cubo articulado
(flexible) para los rotores bipalas. El momento de cabeceo disminuye y la fatiga a la flexión de las
palas, del eje y de la torre se reduce considerablemente.
El soporte más barato tipo de baja frecuencia, consiste en una torre de hormigón o de acero; este
tipo es más ligero pero menos resistente que el de frecuencia elevada, que es rígido. Sea cual sea el
tipo escogido, hay que hacer constar que el soporte se debe calcular para resistir a la fuerza centrí-
fuga que aparecería en su parte más elevada en caso de rotura de una pala.
Esto es importante para la seguridad de los aerogeneradores; las estadísticas muestran que mu-
chas instalaciones han sido destruidas por la rotura de una pala. En Suecia, todas las instalaciones
de gran potencia se han calculado para aguantar este tipo de accidente.
Una cuestión que hay que tener muy en cuenta en el diseño de un rotor es el problema estructu-
ral, por cuanto siempre es posible diseñar una pala muy buena desde el punto de vista aerodinámi-
co, pero que no sea capaz de resistir los esfuerzos a que esté sometida.
Otra cuestión importante es el proceso de fabricación del rotor, puesto que una disminución de
costes en este sentido tiene que rebajar el coste de la instalación.
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Fig III.10.- Estructura moderna de una pala
Fig III.11.- Algunas soluciones constructivas antiguas para la fabricación de las palas
Las palas van a estar sometidas a condiciones de trabajo muy duras, con fenómenos de corro-
sión, erosión, contracciones y dilataciones debidas a las vibraciones (fatiga), etc. y de ahí el que sea
muy importante el material conque se construyan; en su fabricación se han utilizado materiales ba-
ratos como telas (equipos económicos), maderas, pero una de las soluciones más interesantes consis-
te en utilizar estructuras de aleaciones de aluminio (duraluminio) con chapa fina, larguero central
resistente y costillas que le proporcionen una cierta rigidez, Fig III.10; ésta parece la concepción
más simple pero quizás sea la más cara; por ello se pueden utilizar otros procedimientos como susti-
tuir el aluminio por acero con el inconveniente de un mayor peso para resistencias análogas.
Otro tipo de estructura previsible es la de fibra de vidrio, que se puede realizar de diversas for-
mas. Se pueden construir mediante bobinado o colocando la fibra en sentido longitudinal o en direc-
ción del eje, con lo que la resistencia aumenta considerablemente
⎧ fibra de vidrio + resinas epoxy
⎪
Estas fibras pueden ser, complejos de resinas sintéticas ⎨ fibra de vidrio + poliésteres , que se
⎪⎩ fibra de carbono + elastómeros, etc
pueden moldear fácilmente, y que son interesantes para pequeñas series.
Para la construcción de la parte móvil de las palas se puede utilizar plástico armado debido a su
ligereza y resistencia y para la parte fija plástico y acero.
La anchura de las palas no interviene prácticamente en la potencia generada por el viento; las
palas finas permiten una velocidad de rotación muy grande, gracias a la disminución de su masa y
del rozamiento con el aire; sin embargo, tienen el inconveniente de ser muy frágiles y el de no pre-
sentar una superficie frontal suficiente para proporcionar un par de arranque adecuado; se suele to-
1 1
mar una anchura de pala (cuerda) del orden de ÷ del diámetro D de ellas, estando compren-
20 25
dido el ángulo de calaje de la pala en el intervalo 3°< b < 8°.
La ventaja de elegir un TSR alto (para el caso de una hélice bipala del orden de 10), es la de ob-
tener una máquina eólica ligera, simple y barata.
Por otro lado, como estas máquinas van acopladas a generadores eléctricos que requieren, en
general, una velocidad de rotación sincrónica, precisan de un sistema multiplicador de revoluciones
con un mínimo de engranajes, con lo que las pérdidas por rozamiento disminuyen simplificando la
transmisión.
senta la ventaja de la robustez, mientras que el de palas de paso variable es más frágil y requiere
mayores cuidados.
En la escala de grandes potencias las experiencias americanas y danesas indicaron que la mejor
solución consistía en utilizar palas de paso fijo cerca del cubo y de paso variable en el extremo.
Cuando una máquina está sometida a una determinada velocidad del viento, comienza a girar;
dicha velocidad es la velocidad de conexión, pero su giro es lento y la máquina está lejos de generar
su máxima potencia.
A medida que la velocidad del viento aumenta el rotor gira más deprisa y la potencia que produ-
ce también aumenta; a una determinada velocidad (nominal), el rotor gira a las revoluciones preci-
sas para que la máquina proporcione su potencia nominal y a partir de este momento, aunque au-
mente la velocidad del viento, no interesa que la velocidad de giro aumente, por lo que hay que ac-
tuar sobre ella regulando su velocidad.
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Si la velocidad del viento sigue aumentando, el rotor puede peligrar desde el punto de vista es-
tructural siendo muy importante disminuir las vibraciones; por eso, cuando esta velocidad aumenta
mucho, el rotor se tiene que frenar.
En las primeras aeroturbinas el paso de la pala era fijo por lo que las ráfagas de viento provoca-
ban fuertes sobrecargas mecánicas sobre los componentes de la turbina, que tenían que estar sobre-
dimensionadas.
Con la introducción del paso variable se limitan las cargas máximas en la turbina, y con esta in-
novación comienza el proceso de disminuir los esfuerzos mecánicos que se generaban durante las
ráfagas de viento en los momentos en que su velocidad media era del orden de la nominal, inicián-
dose también el proceso de ofrecer rotores de varios diámetros para adecuarse a las condiciones del
emplazamiento.
Para las máquinas eólicas que accionan un generador eléctrico se han diseñado diversos siste-
mas de regulación, ya en desuso, tales como:
a) Regulación por frenos aerodinámicos que se activan por la acción de la fuerza centrífuga
y que actúan cuando el giro del rotor no es el adecuado por sobrepasar un cierto valor.
Todos ellos se basan en el efecto de la fuerza centrífuga de rotación y la actuación del frenado ae-
rodinámico se realiza mediante un dispositivo adecuado, que consiste en colocar perfiles aerodiná-
micos en los extremos de las palas del rotor que actúan cuando éste alcanza altas velocidades. El
sistema implica la regulación por variación del ángulo de inclinación β de las palas, que puede ser
de toda la pala, de parte de la pala o mediante alerones.
La sencillez de los mecanismos de regulación es una de las principales características de los ae-
rogeneradores de baja potencia.
Los sistemas, cada vez más complejos, se simplifican mediante la introducción de nuevas tecno-
logías y nuevos materiales que permiten diseñar elementos resistentes y flexibles que facilitan la
regulación, como en el caso del modelo desarrollado por la Universidad de East-Hartfort (USA) Fig
III.12.
La regulación por medio de palas orientables es la más utilizada en las grandes máquinas; su
funcionamiento consiste en actuar sobre el ángulo de calaje q que, a su vez, lo es también del ángulo
de ataque a y del de calaje b, (q = b + a); así se consigue variar la fuerza aerodinámica que actúa
sobre la pala sin más que hacer variar el ángulo de calaje, que se controla por procedimientos mecá-
nicos relacionados con la velocidad de ataque del viento
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Una variante del sistema de regulación por alerones es el sistema danés en el que el extremo de
las palas juega el papel de freno aerodinámico con viento fuerte; con viento normal, el alerón móvil
que se encuentra en la prolongación de la pala, cuya superficie es del orden de la décima parte de la
misma, constituye el elemento de frenado que se acciona mediante un servomotor hidráulico; en
caso de velocidad excesiva llega a girar 60º, introduciendo así un par de frenado considerable.
Fig III.12.- Regulación del ángulo de inclinación de las palas mediante resortes, por acción de la fuerza centrífuga,
período 1950-70 (Aerowatt)
Fig III.13.- Sistema de regulación centrífugo del ángulo de inclinación de las palas mediante bieletas
Fig III.14.- Sistema de regulación centrífugo desarrollado por la Universidad de East-Hartfort (USA)
!
Fig III.16.- Regulación del ángulo de inclinación de las palas por acción de la fuerza centrífuga, (Windcharger)
c) Regulación por desenganche de las palas (Darrieux) en las que mediante la acción de una
varilla, éstas se pueden dejar en una posición en la que no actúe sobre ellas el viento, Fig III.17.
Esta situación se conoce también como regulación por bandera y se utiliza
en aquellas máquinas eólicas cuya velocidad de giro no tiene la necesidad
de ser constante, por no accionar generadores eléctricos. Los dispositivos
que utilizan el desenganche aerodinámico de las palas originan vibracio-
nes debido a las estelas que aparecen sobre el extradós de las palas. Los
dispositivos que colocan las palas paralelamente a un viento de velocidad
fuerte son mejores. Evidentemente cada aerogenerador debe tener un
freno mecánico para parar el rotor.
Fig III.18.- Regulación por giro de la hélice de 90° respecto a un eje vertical
En la Fig III.19 un muelle permite un giro de la hélice de 90° alrededor de un eje horizontal
Fig III.19.- Regulación por giro de la hélice de 90° respecto a un eje horizontal
En la Fig III.20 el efecto se consigue mediante una veleta auxiliar y en la Fig III.21 mediante el
empuje aerodinámico sobre una excéntrica
Fig III.20.- Regulación por giro de la hélice de 90°respecto a un eje horizontal (sistema de pala lateral)
!
Fig III.21.- Regulación por giro de la hélice de 90° respecto a un eje horizontal (sistema de eje excéntrico)
En los dispositivos de palas fijas, los procedimientos que conseguían la regulación del giro del
rotor, hacían que el plano del mismo girase de manera que la superficie que se ofrecía al viento dis-
minuyera; esto se conseguía con una conexión que articulaba el eje del rotor con el eje de transmi-
sión o colocando una excéntrica que hacía que la fuerza de empuje del viento produjese un par que
!
Fig III.22.- Dispositivo de eje de regulación inclinado
!
Fig III.23.- Sistema de regulación por orientación del rotor
e) Otras formas de frenado.- El frenado aerodinámico con palas huecas permitía reducir la ve-
locidad del aerogenerador mediante la aparición de una corriente de aire en la periferia de las palas,
en el supuesto de que éstas sean huecas, como en el aerogenerador Andreu-Enfield Fig III.24.
El frenado aerodinámico con una hélice secundaria fijada a la hélice principal Fig III.25, la gran
anchura de la hélice secundaria permitía asegurar el arranque de la aeroturbina, así como el frena-
do cuando el viento era demasiado fuerte.
A partir de una cierta velocidad, por efecto de la fuerza centrífuga, las palas del regulador se se-
paran de la hélice principal, de forma que el sentido de rotación alrededor de su propio eje es tal que
su ángulo de asiento se anula, adquiriendo a continuación un valor negativo; el par que era motor
Fig III.25.- Sistema de regulación por palas secundarias fijadas a las palas principales (Aerogenerador París-Rhône)
Uno de los principales problemas que plantearon los aerogeneradores de eje horizontal fue la
necesidad de su orientación, de forma que el viento incidiese perpendicularmente al disco barrido
por el rotor, con el fin de obtener la máxima potencia a base de hacer incidir la mayor cantidad posi-
ble de masa de aire en movimiento y así obtener la mayor cantidad posible de energía cinética; con
este fin, para pequeños aerogeneradores, existen diversos sistemas que permiten la orientación de la
máquina, como:
a) Una cola o veleta que es un método muy eficaz sobre todo en máquinas pequeñas Fig III.26
b) Un sistema de orientación accionado por rotores auxiliares Fig III.27
c) Un servomotor controlado electrónicamente
d) Un sistema de orientación por efecto de la conicidad que se da a las palas en su disposición y montaje
sobre el cubo del rotor, tal como se indica en la Fig III.28
Las veletas o timones son dispositivos de orientación situados en la prolongación del eje del rotor
y tienen por misión orientar la aeroturbina en la dirección del viento. Están constituidas por una
superficie plana metálica o de madera, sobre la que el viento ejerce una presión en el momento en
Una máquina eólica se podría autoorientar, sin más, colocando el rotor a sotavento de la torre,
de forma que el viento incidiese antes en la góndola del aerogenerador que en el rotor; este procedi-
miento implica una interferencia al estar el rotor situado detrás de la torre y, por ello, habría que
construir góndolas y torres que presentasen poca resistencia Fig III.28.
Fig III.28.- Orientación del rotor por efecto de la conicidad (Ver Fig VI.5)
Cuando la torre es cilíndrica y de diámetro grande, es mejor colocar el rotor delante de la torre
debido a la estela producida por ésta.
Cuando el soporte es una estructura de acero o una torre de diámetro pequeño, la hélice se puede
colocar detrás.
Cuando el rotor gira delante de la torre, es necesario un motor de orientación. Cuando el rotor
gira detrás, la máquina se puede orientar sola y no es necesario motor; en este caso, se aconseja uti-
lizar un amortiguador.
Los emplazamientos difieren unos de otros no sólo en la velocidad media anual del viento, sino
también en:
- La distribución de frecuencias de esa velocidad (nº de horas que sopla el aire en un determinado rango
de velocidades)
- La turbulencia del lugar
- El perfil de velocidades del viento con la altura
- La orografía del lugar y la rugosidad del suelo
Con este panorama parece sencillo admitir que tiene que existir una cierta adecuación de la tur-
bina al emplazamiento. Si existe una cierta flexibilidad a la hora de elegir parámetros como la altu-
ra de torre o el diámetro del rotor, se puede diseñar un prototipo único de góndola para una turbina
que aproveche al máximo los recursos de cada emplazamiento.
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Las diferentes alturas de la torre permiten jugar con ciertos compromisos como:
Una mayor altura permite captar vientos con flujo más laminar, en principio (salvo orografía complicada)
de mayor velocidad media y con menor diferencia entre la velocidad del viento en la parte superior e inferior
de la circunferencia barrida). Lógicamente el costo es superior, y en ciertos emplazamientos, como las crestas
de los montes, puede existir una inversión del perfil de vientos con lo que no siempre es cierto que a mayor al-
tura la velocidad del viento es mayor.
Por otra parte, para un mismo tipo de turbina se pueden ofertar diversos diámetros del rotor; por ejemplo,
para una turbina de 600 kW se pueden ofertar rotores de 39, 42 y 44 m de diámetro.
Un rotor mayor (más caro) permite captar más energía del viento, disminuyendo la velocidad nominal del
viento a la que se genera la potencia nominal.
Sin embargo la velocidad de corte del viento, a la que la turbina se detiene por cuestiones de seguridad, es
menor con lo que existe el riesgo de desaprovechar horas de vientos fuertes. En principio, cuanto menor es la
velocidad media anual del viento en un emplazamiento se debe elegir un rotor más grande, siempre que la
turbulencia del viento en el lugar se mantenga en niveles aceptables.
Existe el problema de que cuando la frecuencia propia de la torre, junto con el peso de la góndola y palas,
coincide con la frecuencia a la que gira el rotor, que origina un movimiento vibratorio peligroso en la torre,
ambas frecuencias entran en resonancia y pueden destruir el aparato.
Torres flexibles.- Para paliar el efecto de lastrado o sobrecarga de la torre se ha tomado una
solución opuesta a la anterior, es decir, construir torres flexibles para que la frecuencia de resonan-
cia del sistema sea menor que la frecuencia de operación del rotor, lo cual se consigue a partir de
una potencia y altura dadas; esta solución supone un ahorro de material y costos.
Torres rígidas.- Las torres rígidas, que son las que se han construido hasta hace unos años, se
lastraban para aumentar la frecuencia propia de la instalación y alejarlas así de la frecuencia de
operación del rotor.
!la altura
#
La frecuencia propia de la torre disminuye al aumentar " el peso de la góndola
#$ el peso de las palas en diseños de potencia
por lo que el material a añadir para hacer más rígida la torre aumenta excesivamente.
PASO VARIABLE Y PASO FIJO.- Los diseños actuales de aerogeneradores se pueden clasifi-
car en aerogeneradores de pala de paso fijo y aerogeneradores de pala de paso variable.
Sus ventajas fundamentales son la simplicidad del equipo y costo, por lo que se utilizan mayori-
tariamente en sistemas de baja potencia; a velocidades de viento altas no aprovechan óptimamente
las propiedades aerodinámicas de las palas, con la consiguiente pérdida de energía captada. Al ser
un diseño fijo, a velocidades de viento altas los esfuerzos mecánicos son considerablemente altos,
con lo que las palas se deben construir de tal manera que soporten tales tensiones, aumentando su
coste. No disponen de un autofrenado, con lo que en caso de embalamiento hay que instalar un freno
que sea capaz de absorber toda la energía cinética de las palas. Este tipo de control tiene problemas
de par de arranque del rotor, con lo que a veces el arranque es motorizado (utilizando el generador
como motor).
b) Con paso variable, las cargas mecánicas sobre las palas y el resto del aerogenerador son menores, per-
mitiendo un diseño más ligero y de menor coste de la pala. Las cargas horizontales sobre la turbina se redu-
cen, minimizando también la cimentación.
c) Al poder orientar la pala se resuelve de forma aerodinámica el frenado de la turbina en caso de emba-
lamiento. Por esto, el freno hidráulico de emergencia de la turbina se puede diseñar más pequeño sin compro-
meter la seguridad de la operación. En las turbinas de paso variable la pala es un elemento estructural único,
con la consiguiente simplicidad. El par de arranque de la turbina es bueno puesto que el ángulo de paso de las
palas se regula, consiguiéndose el óptimo par de arranque y con posibilidad de arranque a velocidades infe-
riores de viento.
d) En zonas donde el ruido generado es un problema, el paso variable le disminuye a altas velocidades de
viento o incluso puede limitar la generación de ruido a cualquier velocidad de viento (en Alemania existen
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turbinas en zonas habitadas que se desconectan si el nivel de ruido excede cierto valor).
e) La turbina se puede ajustar, mediante un software adecuado, a trabajar a una potencia inferior a la es-
tablecida normalmente en caso de redes muy débiles, o para realizar ciertos ensayos, consiguiéndose además
evitar el problema de la sensibilidad del momento de entrada en pérdida de la pala ante ciertos parámetros,
como la densidad del aire o la suciedad en la pala.
Los inconvenientes de funcionar a velocidad fija son las sobrecargas mecánicas que se generan
debido a las ráfagas de viento. Estas fluctuaciones de potencia en el viento se traducen, aunque fil-
tradas, en fluctuaciones de la potencia eléctrica generada.
El deslizamiento del generador varía con la energía generada cuando varía la velocidad, y es
función de la resistencia del devanado del rotor, es decir, a mayor resistencia mayor deslizamiento,
por lo que una forma de variar el deslizamiento consiste en variar la resistencia del rotor del alter-
nador.
El generador asíncrono demanda energía reactiva de la red, lo cual es otro inconveniente desde
el punto de vista de la red eléctrica; el consumo de energía reactiva del generador de rotor de jaula
se compensa y corrige con baterías de condensadores.
La inestabilidad del viento supone, por lo tanto, un problema para la maquinaria del aerogene-
rador y para la red eléctrica de distribución.
Fig III.30.- Esquema de aerogenerador de velocidad variable y generador de inducción jaula de ardilla
El generador asíncrono es estándar, de jaula de ardilla de rotor bobinado. A velocidades altas del
viento se genera energía por el rotor; la potencia de salida no tiene fluctuaciones. La potencia reac-
tiva se puede controlar, como en el caso de un generador síncrono.
Las ráfagas no implican sobrecargas en el multiplicador, sino que es una energía que se emplea
en aumentar la velocidad.
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El inconveniente es el aumento de precio debido a la utilización de un sistema de control más so-
fisticado y de los equipos electrónicos de conversión de potencia en el rotor.
Fig III.31.- Esquemas de aerogeneradores de velocidad variable y generador de inducción asíncrono doblemente alimentados
Su estator va acoplado directamente a la red y su rotor lo está a través de dos convertidores de frecuencia.
Velocidad variable con generador síncrono multipolo.- Este sistema es el más complejo de
todos. El sistema multiplicador se elimina merced a un generador síncrono multipolo, empleándose
para variar la velocidad en el estator dos convertidores que controlan toda la potencia de la máqui-
na.
!- La mejora del rendimiento aerodinámico
##
- La potencia de salida sin fluctuaciones
Las ventajas de este sistema son "
#- El control de la energía reactiva
#$- La eliminación del sistema multiplicador
Sin embargo, este sistema puede tener grandes inconvenientes ya que la eliminación del multi-
plicador implica la construcción de un generador muy complicado, que ya no es estándar y, por lo
tanto, caro. Además como los equipos electrónicos de conversión de potencia manejan toda la poten-
cia, encarecen el aerogenerador.
A pesar de ésto, es el futuro de los grandes aerogeneradores.