EL ABORTO Ensayo
EL ABORTO Ensayo
EL ABORTO Ensayo
INTRODUCCION: En los últimos años y durante gran parte de la segunda mitad del
siglo XX, el aborto ha sido uno de los asuntos más controvertidos desde el punto de
vista de la ética. Se relaciona directamente con el cuerpo de las mujeres. Sin embargo,
no concierne solamente a ellas; es un tema social que tiene repercusiones en la
pareja, la familia y los hijos. Pensando que las ciencias sociales no pueden ser ajenas
al tema, para la sección Saberes y Razones de Desacatos se propuso un espacio de
discusión y análisis del mismo. Si bien hay ensayos y libros sobre el aborto, no parece
haber claridad aún sobre sus significados profundos en la vida de las personas. Esto,
porque existe una doble moral que se ejerce en su tratamiento; por el peso de la
Iglesia católica en la condena espiritual y en el sentido de querer dictar políticas de
Estado al respecto y porque su tratamiento sigue siendo un problema tabú en el
ámbito de la salud pública
La interrupción del embarazo presenta muchas interrogantes sobre valores, sobre la
ética y determinaciones religiosas. Se ha vuelto materia controvertida y son poco
estudiadas sus consecuencias en la vida de las mujeres. El tema es abordado por
muchas disciplinas: jurisprudencia, medicina, sociología, psicología, filosofía, historia,
biología e incluso la botánica. No todas las ramas de la ciencia que conciernen a esta
problemática se pueden tocar en este número, pero sí se aborda el problema jurídico,
psicológico y social. Hay una aproximación comparativa entre el ser y el deber ser en
el comportamiento de hombres y mujeres frente a un problema personal y social.
Es un tema polémico porque tiene que ver con la reproducción humana, con la vida
humana en el planeta.
Y esa reproducción sucede en el cuerpo de las mujeres. Son ellas quienes nutren
desde el útero a una semilla que se puede o no desarrollar en ser humano. Es sin
duda un poder excepcional el que tiene la mujer en un mundo donde las leyes están
hechas por los hombres. Estas contradicciones intrínsecas a la existencia social de
hombres y mujeres hacen difícil el análisis del aborto sólo como un derecho de las
mujeres a decidir sobre sus cuerpos, porque entre otras cosas, las mujeres no se
embarazan solas.
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Hana Nicole Romero 3ª
EL ABORTO ES UN DELITO
En muchos estudios etnográficos de muy variados grupos humanos se ha descrito el
uso de plantas que sirven para inducir abortos.
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Hana Nicole Romero 3ª
Asamblea legislativa del Distrito Federal se modificó el Código Penal de manera tal
que para el caso del procedimiento de interrupción del embarazo en las causales
permitidas en la legislación, no sólo sea exculpado, sino que deje de considerarse un
delito. Esta modificación permite que no sean consideradas delincuentes las mujeres
que decidan la interrupción de su embarazo por las causas previstas no penalizadas
en el Nuevo Código Penal, que son: peligro de afectación grave a su salud; cuando el
embarazo es resultado de una violación o una inseminación artificial no consentida;
cuando el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas; y en el caso de que
el aborto sea consecuencia de una conducta culposa de la mujer embarazada.
Pero no fue solamente el poder de la prensa quien logró los cambios. Gracias a
movilizaciones de asociaciones civiles, mujeres organizadas en cabildeos específicos
y a la voluntad política de algunos legisladores, en los códigos de procedimientos
penales del Distrito Federal se cambiaron las reglas del juego, y éstos:
Tienden un puente entre el territorio de los códigos penales y el de los derechos
humanos consignados en la Constitución general. Asientan el procedimiento para
decidir un aborto en los mismos términos que el Artículo Cuarto constitucional: “Toda
persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el
número y esparcimiento de sus hijos […] [De esta forma, médicas y médicos, las
autoridades públicas de salud en el Distrito Federal, están ahora obligados a dar
información suficiente y veraz] para que la mujer embarazada pueda tomar la decisión
[Del aborto] de manera libre informada y responsable”.
Ver el aborto como un hecho no sólo ético y moral sino político puede beneficiar
mucho la relación que se tenga con las circunstancias espacio-temporales donde se
realiza el aborto. Todas las partes que participan tienen algo que decir. Se ponen a
prueba los valores morales a la vez que los derechos humanos. Se ejerce un poder
relacional donde la subjetividad ocupa un espacio importante, ritual y simbólico,
vinculado estrechamente a la ideología. Lo que se juega entre las personas,
involucradas en el hecho (aunque una de ellas pueda estar ausente) es la afectividad,
el erotismo, la ética, la moral, la política y las concepciones religiosas.
Como muchos otros temas que conciernen a las mujeres, se teje una cortina de humo
alrededor de ellos y se piensa que son escabrosos, que políticamente no son aptos
para su estudio y que sería mucho más fácil evitarlos que abordarlos. A los partidos
políticos les causa escozor y temor, porque piensan que por defender el derecho de
las mujeres a decidir sobre su cuerpo pueden perder votos.
Los grupos eclesiásticos y la Iglesia católica en particular se oponen rotundamente a la
interrupción del embarazo, argumentando que es el asesinato de una persona.
Haciendo un poco de historia: en relación con la Iglesia y su postura es importante
recordar que ésta no siempre ha considerado que el aborto sea un pecado. Uno de los
grandes teólogos, san Agustín, en el siglo III después de Cristo, expresaba:
La gran pregunta sobre el alma no se decide apresuradamente con juicios no
discutidos y opiniones temerarias; según la ley, el acto del aborto no se considera
homicidio, porque aún no se puede decir que haya un alma viva en un cuerpo que
carece de sensación ya que todavía no se ha formado la carne y no está dotada de
sentidos.
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Hana Nicole Romero 3ª
Vemos así que la Iglesia no siempre ha tenido la misma posición. Esto nos lleva a
pensar los motivos por los cuales, de pronto, la Iglesia emerge en el siglo XX con
criterios nuevos de control. Tal vez se deba a que el tema del cuerpo de las mujeres y
lo que se llama “la defensa de la vida” es una de las últimas atalayas del poder
vaticano en el mundo. El catolicismo no siempre se ha opuesto a la interrupción del
embarazo; controlaba las almas más no los cuerpos. En la medida que la laicidad
recobra mayores espacios, la Iglesia católica los pierde y éste puede ser uno de los
temas que la mantienen viva en el ámbito de la política internacional. En este tema
tanto Marta Lamas como Rosario Taracena presentan de forma novedosa los avances
en la ciencia y los debates ideológicos en los ámbitos legislativos de otros países.
Cuando Marta Lamas toca lo público y lo privado del aborto, señala:
Es indudable que los avances tecnológicos y científicos han allanado el camino para
que las mujeres decidan sobre sus cuerpos y vidas. Pero ciertos juicios también han
tenido un impacto simbólico en la transformación de los significados históricos de la
vida y el aborto. En recientes debates públicos, motivados por denuncias, un elemento
que se introduce con fuerza es el de la calidad de vida y, como se dijo en Francia, esto
implica a veces el derecho a no nacer.
Son muchas las variables que entran o no respecto a embarazarse. Hay embarazos
que suceden a pesar de los métodos de barrera o de las pastillas. Éstos son
embarazos no deseados, porque ambos se habían propuesto tener placer pero no
para concebir, no para tener hijos. No siempre se tiene una relación sexual pensando
en embarazarse. Esa es otra cara del aborto, el embarazo accidental que puede ser
consecuencia de la libertad para sentir y para recrearse, pero no necesariamente
porque se planeaba procrear, tal vez porque no se tienen los medios, no se está
preparado o simplemente se tienen otros planes de vida. Entonces se cuestiona la
calidad de vida, a la que se refiere Lamas y a la que Savater llama la buena vida:
En el fondo, lo único literalmente indecente (lo por antonomasia inmoral) es la
suposición de que la vida buena no ha de incluir (o es irrelevante que incluya o no)
gratificaciones placenteras en toda la extensión corporal y carnal de la palabra. La
libertad humana (entendida como capacidad de elección, invención y reflexión sobre la
preferencia) no se opone a nuestra corporalidad, ni la desmiente, ni se desentiende en
modo alguno de ella, sino que emerge y corona la carne, como la flor emerge y corona
el organismo vegetal que la sustenta. Por decirlo de otro modo, la libertad humana —
en el sentido inmanente, no en el trasmundano—, es la disposición activa de
administrar y potenciar recursos que recibimos de manera necesaria de la biología y la
cultura.
La doble moral, los dobles vínculos y las dobles estrategias en el tema del aborto traen
a la memoria la larga lucha de las mujeres y de algunos hombres al respecto.
Recuerdo que en 2 en Barcelona, durante una manifestación para defender el derecho
a decidir sobre su propio cuerpo, las mujeres gritaban: “Si los hombres se
embarazaran, el aborto sería sagrado.” Ciertamente esa es una de las diferencias a
estudiar, analizar y comparar, cuando se quieren conocer las relaciones de género y la
manera en que quedan reflejadas en la legislación, qué sucede con los hombres y las
mujeres en el discurso de las constituciones, los códigos civiles y penales y cómo son
tratados ambos de diferente modo.
El aborto es un problema de dos. En una pareja muchas veces uno de los dos dice:
“Te quiero mucho, pero no quiero tener un hijo contigo”, pero tiene diferente peso y
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distintas condicionantes si es ella quien quiere tener el hijo y él no. Eso es una cosa y,
si es al revés, es otra. Conozco parejas que han roto su relación porque ella quería
tener un hijo cuando él no quería y ella se embarazó. La posición de los hombres
frente al aborto es analizada y descrita a través de la investigación realizada por Elsa
Guevara: “La corresponsabilidad ética de los varones frente al aborto”. Guevara
plantea:
Por una parte, mediante diversas prácticas sociales los hombres construyen una visión
del mundo donde las relaciones humanas se encuentran mediadas por reglas, que se
supone son lógicas, neutras y universales. Mediante los discursos y las prácticas de la
masculinidad se promueve una ética que oculta en la neutralidad la asimetría de
poderes… Los códigos éticos forman parte de esta intersección entre las relaciones
sociales institucionalizadas y las relaciones micro políticas de la vida cotidiana y
proporcionan el marco de legitimación de la acción humana y de sus consecuencias.
La ignorancia no justifica que algunos digan que el aborto es un gusto de las mujeres,
que es su responsabilidad única y que ellas deben tomar las medidas para no
embarazarse. Nadie aborta por gusto ni se piensa que sea un método anticonceptivo.
Una y mil veces se ha declarado que el aborto es la última opción de una mujer que se
ve en un callejón sin salida y que no desea tener un hijo; sea porque no se planeó,
porque es producto de una violación, porque estará en peligro su vida, por razones
económicas y porque no es el momento, o porque no le da la gana.
EL EMBARAZO NO DESEADO
A pesar de que en la actualidad existe una gran variedad de métodos para el control
de la fertilidad, el embarazo no deseado y el aborto son problemas a los que
cotidianamente se enfrenta una gran cantidad de mujeres de todas las edades y de
todos los sectores sociales. De acuerdo con una estimación realizada en los años 90,
el 40% de los embarazos en México son no deseados, estimándose que el 17%
terminan en abortos inducidos y el 23% restante en nacimientos no deseados (The
Alan Guttmacher Institute, 1994).
Para muchas de las mujeres que se enfrentan a un embarazo no deseado, la
maternidad representa una experiencia impuesta por los patrones culturales que
prevalecen en nuestra sociedad. Estudios realizados en otros contextos indican que la
maternidad no deseada tiene importantes costos sociales y psicológicos para las
mujeres y para los niños y niñas que nacen en estas condiciones. Como señalan
algunos de los autores que se han ocupado de estudiar esta problemática:
"... un embarazo no deseado, que se define como un rechazo activo y razonado de la
concepción durante las primeras semanas de gestación, tiene como consecuencia un
mal desarrollo en la niñez y una gran cantidad de dificultades y problemas que
empeoran en la adolescencia y en la primera edad adulta, en comparación con el
desarrollo social de los hijos deseados" (David y cols., 1991).
Las explicaciones sobre la elevada frecuencia de los embarazos no deseados suelen
ser bastante simplistas. En general se supone que la mayoría se deben a la falta de
responsabilidad de las mujeres, o bien a que carecen de información para utilizar
correctamente los métodos anticonceptivos. Es cierto que el acceso a la información
permite un ejercicio más responsable de la sexualidad y disminuye de manera
importante el riesgo de un embarazo no deseado; no obstante, el hecho de que las
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BIBLIOGRAFIA:
https://ccp.ucr.ac.cr/ac/gonzalez.pdf
https://www.studocu.com/es-mx/document/escuela-libre-de-derecho/derecho-
internacional-publico/el-aborto-ensayo-nota-8/3965681
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