Fory
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Fory
19, 26-27)
“Viendo a su madre y al discípulo a quien amaba”. Jesús
había sido puesto en alto para que todos pudieran mirarlo.
Quien con fe se salva. ¿Cuántos lo han visto, cuantos lo
quieren ver?
El desde lo alto de la cruz también está viendo. Tendrá
tiempo de ver a toda la Humanidad salvada. Pero ahora se
fija en las dos cosas que más ama en la tierra, su madre y
el discípulo fiel.
Mujer. La llama asi, no madre, porque en este momento
está cumpliendo su misión de combatir la serpiente,
asociada a la lucha del Mesías. También a ella le está
pidiendo el sacrificio del hijo. Y esta vez no es una prueba.
La espada anunciada por aquel anciano venerable está
realizando su obra, mata al hijo y se clava en la alama de la
madre.