Harvey
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Harvey
La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, como quiero
demostrar, uno de nuestros derechos humanos más preciosos, pero también uno de los
más descuidados.
Esta situación general persiste bajo el capitalismo, por supuesto; pero dado que la
urbanización depende de la movilización del producto excedente, surge una conexión
íntima entre el desarrollo del capitalismo y la urbanización. Los capitalistas tienen que
producir un producto excedente a fin de producir plusvalor; éste a su vez debe
reinvertirse para generar más plusvalor. El resultado de la reinversión continuada es la
expansión de la producción de excedente a un tipo de interés compuesto, y de ahí
proceden las curvas logísticas (dinero, producción y población) vinculadas a la historia
de la acumulación de capital, que es replicada por la senda de crecimiento de la
urbanización en el capitalismo.
París
Haussmann comprendió claramente que su misión era contribuir a resolver el problema
de la existencia de capital excedente y la situación de desempleo existente mediante la
urbanización. Reconstruir París absorbió enormes cantidades de trabajo y capital para la
época y, suprimiendo las aspiraciones de la fuerza de trabajo parisina, fue un
instrumento esencial de estabilización social.
París se convirtió en «la ciudad de la luz», un gran centro de consumo, turismo y placer;
los cafés, los grandes almacenes, la industria de la moda y las grandes exposiciones
cambiaron la vida urbana de modo que pudiera absorber enormes excedentes mediante
el consumo.
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Tú tienes un excedente de capital que tienes que convertir para seguir generando
plusvalías ¿no?, entonces inviertes en urbanismo porque es un negocio rentable ¿?.
Ideas:
Capitalismo y urbanización van de la mano.
- Fenómeno de clases.
- La urbanización está en manos de pocos, en aras del capital se desatienden las
necesidades de las clases vulnerables, lo que los obliga a trasladarse a los suburbios o a
barrios degradados, en los que la criminalidad y la delincuencia hacen gran acto de
presencia. Aquí entre el gobierno y la biopolítica, y el neoliberalismo, etc.
La libertad de hacer y rehacer nuestras ciudades y a nosotros mismos es, como quiero
demostrar, uno de nuestros derechos humanos más preciosos, pero también uno de los
más descuidados.
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El sistema funcionó muy bien aproximadamente durante quince años e implicó no sólo
la transformación de las infraestructuras urbanas, sino también la construcción de un
nuevo modo de vida y de persona urbana.
EEUU
La suburbanización de Estados Unidos no fue únicamente cuestión de nuevas
infraestructuras. Como en el Segundo Imperio, implicó una transformación radical de
los estilos de vida, la introducción de nuevos productos: de las viviendas a las neveras y
los aires acondicionados, de los dos coches en el garaje a un enorme incremento en el
consumo de petróleo.
También alteró el paisaje político, ya que la propiedad subsidiada de una vivienda para
la clase media cambió el objeto de atención de la acción comunitaria, hacia la defensa
de los valores de la propiedad y las identidades individualizadas, canalizando el voto
suburbano hacia el republicanismo conservador. Se pensaba que era menos probable
que los propietarios de una vivienda, aplastados por la deuda, recurriesen a la huelga.
Este proyecto absorbió con éxito el excedente y aseguró la estabilidad social, aunque a
costa de vaciar los centros de los cascos urbanos y generar descontento entre aquéllos,
básicamente afroamericanos, a quienes se les negaba el acceso a la nueva prosperidad.
El cambio radical del estilo de vida que traía aparejado había tenido innumerables con-
secuencias sociales, llevando a las feministas, por ejemplo, a proclamar esas áreas como
el lugar de sus descontentos.
¿Cuál fue el papel de la urbanización para estabilizar esta situación? En Estados Unidos,
se acepta la opinión de que el sector de la vivienda fue un importante estabilizador de la
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economía, particularmente tras el hundimiento del sector de la alta tecnología a finales
de la década de 1990.
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implicaciones particularmente serias para los afroamericanos de bajos ingresos ubicados
en el centro de las ciudades y los hogares a cargo de una mujer soltera.
esta última radical expansión del proceso urbano ha traído aparejadas increíbles
transformaciones de los estilos de vida. La calidad de la vida urbana se ha convertido en
una mercancía, como la ciudad misma, en un mundo en el que el consumismo, el
turismo, las industrias culturales y las basadas en el conocimiento se han convertido en
aspectos esenciales de la economía política urbana. La inclinación posmoderna a
estimular la formación de nichos de mercado –tanto en los hábitos de consumo como en
las formas culturales– acecha la experiencia urbana contemporánea con un aura de
libertad de elección, siempre que se disponga de dinero para ello.
Vivimos cada vez más en áreas urbanas divididas y proclives al conflicto. Durante las
últimas tres décadas, el giro neoliberal ha restaurado el poder de clase en manos de las
elites ricas.
son los pobres, los no privilegiados y los marginados del poder político quienes sufren
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primero y en mayor medida las consecuencias de este proceso en el que la violencia es
necesaria para construir el nuevo mundo urbano a partir de las ruinas del viejo.
Llevó más de cien años completar el aburguesamiento del centro de París, con las
consecuencias vistas en los recientes levantamientos y en la ola de violencia que
sacudió los suburbios aislados que atrapan a los migrantes marginados y a los
trabajadores y jóvenes desempleados.
Se organizan ciudades para los ricos mientras los pobre se van a la periferia, esto enlaza
con el texto de Garnier.