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FACULTAD DE DERECHO, UNIVERSIDAD DE CHILE

REGULACIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS


Evaluación: Ensayo individual.

REGULACIÓN DE SERVICIOS SANITARIOS


Daniela Valderrama Huerta

Yo, Daniela Valderrama Huerta, Declaro que leí y entendí las instrucciones para elaborar el
ensayo.
1. INTRODUCCIÓN

Los servicios públicos son una característica principal de la sociedad, cuya administración ha
sido de control privado y descentralizado como públicos y centralizados. Bajo esta premisa,
en los años setenta comienza un proceso de privatización de los servicios públicos donde
anteriormente el Estado tenía el control total de dichos servicios, sin embargo, al privatizar
los servicios públicos el Estado pasa a tener un rol fiscalizador.

Este proceso de privatización ocurre por nuevas filosofías políticas, por crisis financieras del
sector público y por el endeudamiento externo. Hasta mediado de los ochenta se favorece la
inversión privada en materia de servicios públicos. De ahí que la estatización obedece a la
necesidad de inversión y a la posibilidad de implantar una economía d escala.

En cuanto a la privatización de los servicios públicos, se encuentra el servicio de agua


potable y saneamiento, el cual tiene características de economía de escala. Sin embargo,
antes de pasar de lleno a la regulación de este servicio, se dará una descripción sucinta de
lo que son las aguas, que es el servicio de agua potable y el saneamiento de éstas,
además de su concesión.

El art. 5° del Código de Aguas dispone que “las aguas son bienes nacionales de uso público
y se otorga a los particulares el derecho de aprovechamiento de ellas (…)”. En virtud de lo
anterior, el Código de Aguas establece que este recurso es un bien de uso público y un bien
económico, por ende permite la privatización a través de concesiones de derecho de uso y
goce del recurso. Es decir, el derecho de aprovechamiento es un derecho real que se tiene
sobre las aguas conforme a lo establecido en el art. 6 del mismo cuerpo legal.

Por otro lado, tenemos el servicio de agua potable que tiene por finalidad producir agua
potable para que sea distribuida. Por su parte, el servicio de distribución de agua potable,
tiene por objeto distribuir el agua a través de las redes públicas a usuarios finales que están
obligados a pagar un precio.

A su vez el saneamiento, dice relación con la recolección de aguas servidas y con su


respectivo proceso de purificación.

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La concesión tiene por objeto permitir la explotación de la producción del agua potable y la
recolección de las aguas servidas. Además, las concesiones pueden celebrar cualquier
contrato que transfiera el dominio o el derecho de explotación.

En relación a la concesión de este recurso natural, el Estado otorga gratuitamente dicha


concesión, puesto que permite la libre compra y venta, sin costo de mantención y sin exigir
compensación de los daños provocados por la empresa. “Los derechos concedidos por el
Estado están amparados por las garantías constitucionales respecto del derecho de
propiedad. En el artículo 24 de la Constitución Política de Chile se declara que ‘Los derechos
de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en conformidad a la ley,
otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos’. Junto con ello, el Código de Aguas separa
la propiedad del agua del dominio de la tierra, permitiendo la libre compra y venta, sin
proteger a las comunidades del despojo de los recursos hídricos” 1.

En definitiva, el Estado sólo verifica si el derecho de aprovechamiento que otorgó a los


privados se están usando. Con todo, los únicos beneficiados con la concesión, son las
grandes empresas que administran este recurso fundamental y básico para la población;
población que se encuentra sin la oportunidad de aprovechar un recurso natural.

Después de realizar una somera descripción de las ideas principales de la regulación de los
servicios públicos de agua potable y saneamiento, es que se pretende analizar la regulación,
la legislación y los problemas que se han suscitado en dicha regulación.

2. REGULACIÓN DE LOS SERVICIOS SANITARIOS.

La regulación es una norma administrativa en función de una falla de mercado existente;


habrá regulación cuando exista una falla de mercado que hace necesaria la acción del
Estado para lograr eficiencia. Una falla de mercado ocurre cuando no existe una
competencia perfecta, no existe información clara o cuando existan externalidades. En
efecto, los mercados no son perfectos y por consiguiente el Estado debe regular todas las
materias concernientes a los servicios públicos, teniendo por finalidad priorizar el bien

1
LARRAÍN, Sara. “El agua en Chile: entre los derechos humanos y las reglas del mercado”. En: Polis [En línea],
14, 2006. Publicado el 11 agosto 2012, consultado el 04 noviembre 2018 http://journals.openedition.org/polis/5091
p. 3.

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social.

En cuanto a las anormalidades que se pueden dar en los mercados, tenemos los monopolios
naturales. Se dice que estamos frente a un monopolio natural si para el nivel de demanda
existente es más económico que produzca una sola empresa que dos o más. Por lo general,
los monopolios naturales se dan en servicios públicos, por ejemplo, transmisión y difusión de
energía eléctrica, la distribución de agua potable y la recolección de aguas servidas, la
telefonía fija, etc. Es por ello que antes de la privatización, la totalidad de las empresas
dedicada algunas de estas industrias y que obviamente tenían características de monopolio
natural, eran propiedad del Estado y por consiguiente no era necesario establecer sus
tarifas, puesto que el Estado como ente administrador tenía como objetivo la maximización
del bienestar social. A raíz de lo anterior, la administración estatal carecía de incentivos
para operar eficientemente, ya que al ser monopolio, éste le permitía un amplio margen para
actuar distendidamente sin tener la necesidad de preocuparse de la utilización óptima de los
recursos, a su vez, los precios se establecían para cubrir los costos y para obtener una
utilidad razonable o acorde. De ahí que el problema que surgió, fue que como no había un
ente fiscalizador de las operaciones, las empresas eran las que mejor sabían cuáles eran los
costos de las industrias. Por ende se hacía imposible detectar si las actividades de
producción eran eficientes.

A raíz de lo anterior, se hizo necesario establecer un sistema de fijación de precios basado


en la eficiencia, instaurándose un modelo de empresa eficiente, el cual establece tarifas de
acuerdo a los costos de la empresa más eficiente o modelo. No obstante, al momento de
privatizar las industrias, emergieron problemas de información y desalinea miento de los
intereses del regulador y del regulado, toda vez que el regulador necesita toda la información
de la empresa y un conocimiento de su operación. En la práctica esto se hace muy difícil de
conseguir, ya que las empresas tienden a mostrar que lo eficiente es como éstas lo hacen,
por otro lado, la entrega de información se debe realizar de manera exhaustiva por parte del
regulador.

Sin perjuicio de lo anterior, los servicios de agua potable y saneamiento son monopolios
naturales que se deben regular en virtud del interés social. Recordemos que además de ser
economías de escalas, también los servicios de agua potable y saneamiento son inversiones
fijas no líquidas, ya que las firmas prestadoras de este servicio esencial hacen un uso

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intensivo de capital por generar infraestructuras a gran escala. En cuanto a la economía de
escala, ésta se entiende como las ventajas de los costos que obtiene una empresa gracias
a la expansión. Dicho de otro modo, existen factores que hacen que el costo medio de un
producto por unidad caiga a medida que la escala de la producción aumenta. En efecto, los
costos medios de largo plazo disminuyen a medida que aumenta los niveles de producción.
Bajo esta situación, la eficiencia se alcanza cuando la demanda es satisfecha por una única
empresa; produciendo con esto una ausencia de competencia, el cual está alterando uno de
los principios fundamentales de la economía de libre mercado. Sin embargo, en estos casos
se permite que existan monopolios naturales pero al no haber competencia se requiere de
una regulación más exhaustiva.
Ahora bien, en el país rige un modelo de empresa eficiente la cual establece tarifas en virtud
de los costos de la empresa modelo, dichas tarifas son fijadas por un tiempo determinado.
En cuanto a las tarifas, éstas se encuentran en todas las leyes sectoriales; cuyo proceso
tiene tres etapas fundamentales. En primer lugar, se establecen las bases de acuerdo a la
legalidad y características económicas de los servicios públicos para determinar las tarifas;
en segundo lugar, se efectúa un estudio para fijar las tarifas y costos de una empresa
eficiente; y en tercer lugar, como resultado del estudio se realiza un plano tarifario el cual
determina el precio a pagar por los servicios. En la etapa de bases como en la de estudio, se
realizan las siguientes instancias: primero, estudio preliminar por parte del regulador o la
empresa; segundo, discusión de la contraerte; tercero, solución de las diferencias que se
produzcan entre las partes; y cuarto, estudio final.

Conforme lo anterior, es que se pretende describir las tarifas de los servicios de agua potable
y saneamiento. En este sector, las tarifas se calculan por cada etapa del servicio. Es decir,
las tarifas se calculan por separado por cada proceso del servicio, como la producción de
agua potable y la distribución de ésta; recolección de aguas hervidas y la disposición de
éstas. La duración es de cinco años e incluye un cargo fijo y variable. Ahora bien, para
obtener el valor de las tarifas, se debe evaluar los precios eficientes del recurso basado en
los costos marginales de dicho recurso. Por otro lado, cuando existan economías de
escalas, las tarifas eficientes no podrán cubrir los costos totales de largo plazo, por ende las
tarifas deberán ajustarse de manera que puedan lograr el autofinanciamiento de la empresa.
Por último, se crean indexadores que incorporen en las tarifas, futuros cambios en los costos
involucrados en las distintas etapas del servicio.

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Finalmente, el regulador y la empresa efectúan su propio informe tarifario, si no llegan a un
acuerdo ambas partes, se designa una comisión de expertos, el cual deberá elegir una de
las dos posturas, para que defina las tarifas a los usuarios. Cabe mencionar que la decisión
de la comisión de expertos tiene un carácter vinculante.

En definitiva, el equilibrio está en la necesidad de establecer tarifas que cubran el costo


medio de producción de largo plazo y que garanticen la calidad del servicio que demandan
los usuarios.

3. LEGISLACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO DE AGUA POTABLE Y SANEAMIENTO

Durante todo el proceso de urbanización del país, existieron diversas leyes que protegían y
regulaban los servicios públicos de agua potable y saneamiento. Dichas leyes tenían por
objeto efectuar una instalación de distribución de agua potable y crear organismos que se
ocuparan de ello. Cuando esas necesidades fueron saneadas la finalidad del Estado
cambió, puesto que hoy en día tiene por objeto asegurar un buen servicio a bajo costo y en
condiciones de igualdad.
La normativa vigente que dice relación con el servicio público de agua potable y
saneamiento, es la ley general de servicios sanitarios, decreto con fuerza de ley nº382, el
que señala el régimen de explotación de los servicios públicos destinados a la producción
de agua potable y a la recolección de aguas servidas; señala también el régimen de
concesión de los servicios sanitarios; además establece la fiscalización del cumplimiento de
las normas que dicen relación con la prestación del servicio; y establece la relación de las
concesionarias con el Estado y los usuarios. Conforme a lo anterior, la ley le otorga la
provisión de los servicios públicos de agua potable y la recolección de aguas servidas a
empresas privadas. Por su parte, el rol fiscalizador está en manos de la Superintendencia de
servicios sanitarios.

4. PROTECCIÓN A LOS USUARIOS Y SU ACCESO AL AGUA POTABLE.

Si se parte de la base de que toda persona debe tener acceso al agua; afirmación que debe
ser calificada como un derecho humano, este derecho es universal e igualitario para todas
las personas. Sin embargo, esto no siempre es así porque no todos tiene la misma
posibilidad de acceder a los servicios de agua potable y saneamiento, puesto que existen

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diversos problemas que recaen necesariamente en dificultades económicas.

Bajo esta premisa, se hizo obligatoria la existencia de una protección legislativa, la cual
consiste en tutelar el bienestar social, en efecto, que se respete el derecho humano al
acceso al agua potable. De ahí que en el año 1989 se promulga la ley Nº 18.778, que
establece subsidio al pago de consumo de agua y servicios de alcantarillado.

Este subsidio ayuda a cubrir una cierta cantidad del precio final del servicio. Dicha
subvención consiste en que el Estado financia entre un 25 % y un 85 % de los primeros
quince metros cúbicos de agua potable y saneamiento de éstas. Este subsidio lo otorga y
administra las municipalidades. Ahora bien, el porcentaje se determina en virtud de las tarifas
de cada localidad y el nivel socioeconómico del usuario. Cabe mencionar que las personas
deben cumplir con ciertos requisitos para que se le haga la entrega de este beneficio. Sin
embargo, esta ayuda estatal no es permanente, puesto que tiene una duración de tres años;
además hay que agregar que no se renueva automáticamente, pues al transcurrir el plazo, el
solicitante deberá realizar nuevamente la solicitud.

Por otro lado, en otros países, la manera de garantizar la calidad de este servicio es que los
usuarios de mayor ingreso cubran un porcentaje de los usuarios que tienen un nivel
socioeconómico más bajo.

No obstante, en zonas rurales el acceso al agua potable no se encuentra reglamentado en


ninguna norma, sólo existe un artículo en la Ley General de Servicios Sanitarios; precepto
que dice relación con la operación de los servicios sanitarios en localidades rurales:

“Artículo 52º bis. Los prestadores podrán establecer, construir, mantener y explotar
sistemas de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas en el ámbito rural,
bajo la condición de no afectar o comprometer la calidad y continuidad del servicio público
sanitario”.

De lo anterior se puede colegir que dicho precepto no establece una regulación ni un acceso
a los servicios sanitarios a zonas rurales, más bien lo que hace esta norma es dejar a libre
arbitrio y disposición la prestación de estos servicios a empresas dedicadas a este rubro. En
suma, no existe en la legislación vigente una norma que regule de manera específica la

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prestación que se debe dar en zonas rurales.

5. CONCLUSIÓN

A lo largo de este trabajo, se ha hecho una descripción de la regulación, legislación y la


protección de los usuarios en cuanto a servicios públicos sanitarios.

En cuanto a la regulación, si bien se impone como una solución a las fallas de mercado, esto
puede ser excesivo para ser económicamente justificable, toda vez que la regulación permite que
en el mercado existan monopolios u otras anormalidades que son mejoradas con mecanismos
eficientes. No obstante, al no regular se derivan costos que no sólo son de carácter económico,
sino también sociales.

Ahora bien, el derecho que se tiene al acceso de agua potable es un servicio público esencial, y
como tal se debe garantizar con medidas correspondientes que hagan este derecho asequible
para todos. Si bien la legislación vigente protege y brinda un subsidio a una parte de la población
urbana, con la población rural está al debe, pues no existe un cuerpo legal que regule el servicio
de agua potable y saneamiento. Por consiguiente, la carencia de un texto normativo hace que las
personas de zonas no urbanizadas produzcan su propia agua potable; medida extremadamente
indigna, puesto que el Estado no está cumpliendo con las garantías correspondientes a
salvaguardar la integridad de las personas dado que los está privando de un recurso vital. A su
vez, los está privando de que el agua pase por procesos de limpieza y purificación, los cuales no
sólo sirven como medida de limpieza, si no también como medidas de salud.

En el país se requiere de una legislación que regule en específico las materias concernientes al
acceso de agua potable para la población campestre, el que actualmente está muy restringido,
además de ser un servicio arbitrario por las empresas monopólicas.

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