LASJUDICATURASGERENCIALESc
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Erick Juárez1
La realidad descrita, que en la línea histórica está denunciada en los informes del
conflicto armado interno2, y analizada en el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil
y Función del Ejército en una Sociedad Democrática3; y que, en los años recientes, da
cuenta de ello el informe sobre situación de la justicia elaborado por la Misión de las
Naciones Unidas para Guatemala4, así como el Observatorio Judicial del Instituto de
Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala, el informe “una nueva justicia
para la paz” de la Comisión Nacional para el Seguimiento y Apoyo al Fortalecimiento de la
Justicia5, el reporte sobre la justicia en las Américas y reformas procesales en América
Latina, ambos del Centro de Estudios de Justicia de las Américas6, y el informe sobre
proceso de reforma judicial penal en Quetzaltenango7, entre otros documentos.
1
Profesor de Derecho.
2
Informes de la Comisión de Esclarecimiento Histórico y de la Oficina de Derechos Humanos del
Arzobispado de Guatemala.
3
Suscrito el 19 de septiembre de 1996 entre el gobierno de la República de Guatemala y la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca.
4
MINUGUA, situación de la justicia en Guatemala, año 2000.
5
Comisión de Fortalecimiento de la Justicia, una nueva justicia para la paz, tercera edición, abril de 2005.
6
CEJA, Reporte sobre la Justicia en las Américas 2004-2005, páginas 248 a 260. Reformas procesales
penales en América Latina, año 2005, páginas 119 a 125.
7
Juárez, Erick. Proceso de Reforma Judicial Penal en Quetzaltenango, una retrospectiva para la evaluación
actual, año 2005. Ediciones Jurídicas Universitarias del Centro Universitario de Occidente.
observancia estricta de la legalidad; la axiología referida, se disgrega en los apartados
siguientes.
Conforme a ello, los escritos o memoriales no tienen trascendencia alguna para la toma de
decisiones, lo que implica que la cultura de la audiencia conforme a la metodología de
trabajo de la oralidad, como instrumento idóneo para la obtención de información de alta
calidad y consecuente toma de decisiones, se incorpora en la práctica forense y se
superpone a los caducos actos “machoteros” de los abogados.
Es por ello que la gran diferencia entre ser oído y ser leído, se encuentra en el carácter
humano del proceso; ya que al oír al sindicado el juez conoce a quien juzga, lo que no
sucede en las decisiones escrito, en donde desconoce a la persona que se juzga y, en la
mayoría de los casos, las resoluciones son respuesta de los simbolismos y prejuicios que el
juez se forma de quien no conoce pero debe juzgar; además, al ser oído el sindicado conoce
a quien le juzga, algo importante para legitimar la decisión y darle importancia a la decisión
que se toma en torno del imputado. Y por sobre todas las cosas, es obvio que la expresión
verbal es mucho más entendible, sencilla y eficaz, que la expresión escrita, y que esas
bondades de la palabra oral, resultan trascendentes para la toma de decisiones.
8
Según el artículo 8.1 de la convención interamericana sobre Derechos Humanos, toda persona tiene derechos
a ser oída, con las debidas garantías.
9
Kafka, Franz, el proceso. Edaf y Albatros, Argentina 2001. página 145.
b. Comunicación previa y detallada de la imputación10
“Lo esencial es saber concretamente de qué soy acusado y qué autoridad dirige el
procedimiento pertinente. . .”.11
La cotidianidad judicial ha enseñado que se puede decir mucho o todo por medio de los
“escritos”; sin embargo, la decisión se toma sin valorar lo dicho, sin considerarlo, ya sea
para fundar la decisión o para justificar su exclusión; extremo este que resulta inaceptable,
pues pareciera que se escribe sin que se le preste atención; y ello resulta así, toda vez que la
lógica de los procedimiento escritos, tiende a tener formatos de decisiones que facilitan el
trabajo a los “oficiales” de trámite, quienes se concretan a señalar la aceptación o rechazo
de lo pedido, sin que trascienda un análisis de los argumentos o tesis sustentada; sino por el
contrario, se incorporar una decisión independiente, autónoma a los alegatos de los sujetos
procesales.
En los procedimiento escritos, existe un gran obstáculo para hacer valer el efectivo derecho
a ser oído y, consecuente, posibilidad de refutar los hechos, ya que en la evacuación de las
audiencias mediante “memoriales”, ninguno de los intervinientes sabe lo que el otro va a
decir, sobre qué base ontológica funda su pretensión y, sobre todo, qué derecho aplica. Ello
está fuera del alcance del adversario, por lo cual cada uno se concreta a expresar lo que
considere pertinente, sin que se manifieste respecto a lo indicado por el otro. Ello debilita
absolutamente el juicio adversarial y excluye el contradictorio real, subordinándolo en
alegatos al tribunal y, de tal cuenta, ninguna tesis es debatida y, por ende, excluida de
validez.
14
Maier, Julio, Derecho Procesal Penal, I Fundamentos. Editores del Puerto 2004. página 552.
15
Ferrajoli, Luigi. Derecho y Razón, Editorial Trotta, año 1998.
Esas flaquezas del procedimiento escrito, no operan en el modelo implementado, ya que en
las audiencias correspondientes, el sujeto procesal activo presenta su tesis y el sujeto
procesal pasivo la somete al crisol de la verdad, a través de la refutación que pueda hacer
respecto a los hechos que la fundamentan, o a la interpretación jurídica que opera en el caso
concreto, opinando para el efecto la forma y circunstancias en que debe aplicar el juez el
derecho. Además, se garantiza la réplica de las alegaciones, en donde el contradictorio
cobra total valor y efectividad, lo que permite al juzgador tener mayor información y de
mejor calidad, para la toma de la decisión judicial. Ello opera en cualquier etapa y fase del
proceso, y no sólo en el debate, lo cual robustece el derecho a ser oído en todo momento.
De esa cuenta, cada vez más, se acerca el servicio judicial a la población y, por ende,
empiezan a comprender las razones de las decisiones judiciales, así como a ponderar la
calidad de los litigantes en audiencia y no en intransparencias.
16
Eliot, V., Sociología de las profesiones, año 1982.
17
Ello es medible en la disminución de las apelaciones interpuestas, en más del 50%, según estadística interna
de los despachos judiciales de Quetzaltenango, Totonicapán y San Marcos.
B) PRINCIPIO DE INMEDIACION Y DERECHO A SER JUZGADO POR JUEZ
IMPARCIAL E INDEPENDIENTE
Inherente a ello, el quehacer del personal auxiliar de las judicaturas debe redefinirse,
tomando en consideración que no existe “expediente” que deba seguirle la secuencia
escrita, construir resoluciones, hacer oficios, realizar despachos, exhortos o suplicatorios,
así como ordenar cronológicamente los documentos, foliarlos, coserlos, y, cuando ello esta
cumplido, archivarlo y custodiarlo. En sí, “tramitar” expediente, pues es obvio que en
juicio basado en audiencias no existe esa complejidad judicial. En ese sentido, lo que se
requiere es alguien que registre magnetofónicamente las audiencias, llamado asistente de
audiencias; una persona más que informe y prepare todo lo necesario para la efectividad de
las audiencias, haciendo los llamados telefónicos para asegurar la presencia de los sujetos
procesales, llamado asistente de comunicaciones, y, por último, y de suma importancia, una
persona que informe a los usuarios del sistema de todos los aspectos que requieran, así
como les provea un trato digno al llegar a las judicaturas, sea como sindicado, testigo o
víctima, lo que transforma la visión negativa de la atención en el servicio judicial, en un
servicio de calidad al cliente; este auxiliar administrativo de la judicatura es denominado
asistente de atención al público. Conforme a ello, debe existir alguien que administre
objetiva y subjetivamente la judicatura, que coordine y evalué al personal, que supervise el
suministro y demás requerimientos del juzgado y que, a la vez, sea el coordinador externo
de la judicatura ante otras instancias, tarea que le corresponde al secretario del juzgado que,
como es sabido, durante mucho tiempo se le ha considerado “jefe administrativo”18 de los
juzgados, sin que eso haya sido realidad.
18
Tal y como lo señala el artículo 110 de la ley del organismo judicial, decretada en el año 1989.
servicio que se presta y la forma en que debe hacerse. Además, la reorganización judicial
tiende al carácter multidisciplinario y exige la incorporación de otros profesionales y
técnicos en las judicaturas, dejando de lado progresivamente el carácter eminentemente
jurídico de los auxiliares judiciales, por ya no ser necesarios en el modelo basado en
audiencias. Es así como el asistente de audiencias será un bachiller en computación, con
conocimientos esenciales y actuales de software y hardware, así como programas y
registros de audio, y claves informáticas para la utilización de carpetas y firmas digitales.
En la unidad de comunicaciones, bien puede estar una secretaria ejecutiva y operadora de
planta, quien con conocimientos sólidos de marketing, puede desarrollar efectivamente las
comunicaciones vía telefónica, correo electrónico y fax. En ese contexto, la unidad de
atención al público puede ser cubierta por una trabajadora social o comunicador social.
Finalmente, el jefe administrativo del despacho judicial será un administrador de empresas
o ingeniero, por la dinámica que ello implica.
Sin embargo, en el modelo implementado, el juez es el profesional del derecho del más
alto conocimiento jurídico y cotidiano, que decide en la audiencia conforme a la tesis y
antítesis de los sujetos procesales, y que con esa capacidad y destreza oral, emiten la
decisión judicial, sin más espacio que el propio para la valoración de los argumentos y
reflexión del derecho aplicable, dedicado exclusivamente a juzgar, a decidir las
situaciones de vida llegada a su conocimiento y que merecen una redefinición
19
Quetzaltenango, San Marcos y Totonicapán.
jurisdiccional.
Es por ello que en los despachos gerenciales es imprescindible que el juez sea un estudioso
del derecho, con alta habilidad de síntesis, honda capacidad de
interpretación y valoración de hechos y evidencias, así como seguridad para la toma de
decisiones, pues no tiene otro momento más que el de la audiencia para decidir. En sí, el
encargado de decidir en los despachos gerenciales es un “verdadero juez”.
Las peleas insensatas y hasta abstractas entre abogados y de estos con los jueces son
comunes en los procedimientos escritos; así como común resulta ser que lo único que se ve,
se observa, consulta y hasta discute son los papeles que obran en los “expedientes”, lo que
constituye el punto de partida y centro de la dinámica judicial, olvidando por antonomasia a
las personas que intervienen, pues, para el sistema simplemente son un número más, son un
número de expediente y no una situación de vida que hay que resolver de la mejor manera,
con alta información.
El mejor espacio y quizás el único en el que el juez puede obtener información de la más
alta calidad, es en presencia de los sujetos procesales, en donde no sólo escucha
argumentos valiosos de los sujetos procesales, que le informa y evidencian la situación a
resolver, sino también puede ver a los intervinientes del proceso, comprender sus
posturas, verse en la posición de ellos, en sí, la inmediación le permite al juez tener
mayores elementos para la toma de decisión. Aunado a ello, es más fácil que un abogado
falte a la verdad en un “escrito” que en presencia del juez, pues si logra engañarlo en un
caso, es obvio que tenga que regresar nuevamente a presencia del juez, y en este caso
20
Expresiones de Alberto Binder en los distintos foros jurídicos en la región de occidente de Guatemala, en su
visita en el mes de marzo de 2006.
21
Duce, Mauricio. Clase módulo I formado digital, curso latinoamericano “instrumentos para la
implementación de un sistema acusatorio”, año 2006.
aquél sabrá quien le habla y, consecuentemente, no se dejará sorprender por su dicho.
e. Limitación de prejuicios
“Estamos expuesto a creer que la palabra del hombre que tiene rostro honrado es honrada,
mientras la palabra del que tiene rostro antipático no lo es.”23
Es obvio que uno de los contrastes del modelo implementado y de la presencia del
imputado ante los jueces, resulta ser la efectiva materialización de los prejuicios que
inundan el actuar de la mayoría de personas y también de los jueces; sin embargo, el
límite para esa perturbaciones del sistema, resulta ser la decisión sobre la base de la
información proveída en audiencia, en donde, como lo señala el pasaje del Japón
heroico y galante, al escucharlo y ver su actuar, ese juicio previo formado en contra de
la persona decae y cambia, o por lo menos se matiza.
22
Código Procesal Penal concordado y anotado con la jurisprudencia constitucional, novena edición, año
2003. página XXXIX.
23
Gómez Carrillo, Enrique. El Japón heroico y galante. Preámbulo del código procesal penal.
“oficial de trámite”; sin embargo, en los despachos gerenciales, en donde el juez no tiene
información previa de lo que va a suceder en la audiencia –ni siquiera la prevención
policial-, es obvio que ingresa a la misma sin juicios previos que tiendan a inclinarse a
una decisión; y de esta forma, se garantiza la imparcialidad de los jueces, claro está no
se puede asegurar absolutamente.
f. Exclusión de consultas
El drama humano que provoca la mora judicial, sólo es comprensible por la persona cuya
libertad está en juego, así como de aquella cuyo derecho ha sido lesionado con la
24
Bonesana, Cesare. Tratado de los delitos y de las penas. Editorial Losada. 1999. página 70.
realización del delito que se juzga; en ese sentido, basta reparar en las reflexiones que hace
Becaría en torno a ello, y comprender que la eficacia de la decisión está en su prontitud. De
esa cuenta y, reconociendo la importancia de ser juzgado en un plazo razonable, la
Convención Interamericana de Derechos Humanos, lo establece como una de las garantías
que goza la persona sometida a juicio.
Conforme a ello, los códigos procesales penales diseñan un juicio en plazo razonable,
fijando tiempos máximos para cada una de las etapas y fases procesales, lo que implica un
reconocimiento directo a ser juzgado en una plazo razonable; vinculado a ello, se encuentra
la concentración de las actuaciones y la continuidad, que se sustentan en el eje transversal
de la celeridad procesal.
Sin embargo y, a pesar del derecho de ser juzgado en un plazo razonable, la situación
judicial penal guatemalteca se aparta de esa exigencia de derechos humanos, al extremo de
que hay casos paradigmáticos que tienen una duración de más de 2,33525 días,
sobrepasando más de diez veces del plazo máximo para ser juzgada una persona. Es por
ello que, una de las grandes críticas al sistema ha sido la mora judicial, el retardo en la
solución de los conflictos, y que, en cierta medida, han incidido en las acciones violentas
que la población realiza para proteger sus derechos o “sancionar” a los victimarios.
25
Datos obtenidos en los juzgados de la ciudad capital dentro del marco del observatorio judicial realizado
por el ICCPG – CEJA.
26
24 horas para resolver su situación jurídica en audiencia inicial según el artículo 6 de la cprg y 87 del cpp;
la etapa preparatoria con prisión preventiva 91 días y 181 días con otra medida de coerción, según el artículo
324 del cpp; 20 días de etapa intermedia, desde presentación de requerimiento conclusivo, hasta la emisión de
la resolución correspondiente; 52 días de etapa de juicio, que implica comparecencia, artículo 344 cpp,
audiencia incidental, artículo 346 cpp, de ofrecimiento de prueba artículo 347 cpp, debate y emisión de
sentencia.
en el carácter burocrático del sistema, que tiende a crear rutas complejas y rituales
innecesarios que repercuten en el tiempo de resolver; conforme a ello, el sistema basado
en audiencia, tiende a observar el carácter adhocrático de la administración judicial, en
donde la ruta crítica de solicitud, resoluciones y notificaciones es simplificada en la
audiencia respectiva, lo que tiende a reducir en más del 100% los tiempos muertos
existentes en el poder judicial, y con ello se ha aproximado a juzgar en un tiempo
razonable a la persona sujeta a proceso, observándose esa reducción de tiempos en todas
las etapas y fases procesales.
El modelo implementado, tiende a observar rigurosamente los plazos para juzgar, así, en
la audiencia inicial, existe un espacio para la discusión del tiempo máximo para
investigar, el cual se fija judicialmente luego de escuchar los argumentos del acusador y
defensor, en cuanto a la posibilidad de fijar plazos menores de los normativamente
señalados para la duración de la investigación. En la propia audiencia se fija día y hora
en que debe presentar el ente fiscal su requerimiento conclusivo de la etapa
preparatoria; en esa ocasión se fija día y hora para la realización de la audiencia inicial,
en donde se resuelve inmediatamente. Si se apertura a juicio, en la resolución misma
(oral), se comunica a los sujetos procesales el día y hora en que deben comparecer
(personalmente), ante el tribunal de sentencia competente (regularmente es de 08:30 a
08:45 horas); esta audiencia no dura más de 10 minutos, pero en la misma se concentran
muchos hitos procesales, siendo el principal la renuncia de la audiencia incidental,
cuando no existen recusaciones que plantear o excepciones sobre nuevos hechos que
oponer28, fijándose en la misma audiencia el día y hora para el ofrecimiento de prueba.
27
Bonesana, Cesare, ob. Cit. Pág. 71.
28
Para el año 2004 sólo 1 excepción sobre nuevos hechos fue promovida; en el año 2005 se promovieron 4
excepciones sobre nuevos hechos; sin embargo y a pesar de ello los plazos para juzgar se redujeron
considerablemente. Datos del tribunal de sentencia departamental de Quetzaltenango.
juzgamiento en un plazo menor al que establece la ley.
29
Bonesana, Cesare. Ob. Cit. Pág. 70.
30
Ver calendario de audiencias del tribunal de sentencia penal y narcoactividad de Quetzaltenango.
31
Audiencia de prueba anticipada, en donde le fiscal pertenecía a la fiscalía especial de la ciudad capital, que
vino por otra audiencia a Quetzaltenango y manifestó su deseo de realización de esta audiencia, aprovechando
su estancia y justificando lo dificultoso del traslado.
“Qué contraste es más cruel que la indolencia de un juez y las angustias de un reo? Las
comodidades y placeres de un magistrado insensible por una parte y por la otra las
lágrimas, la miseria de un prisionero?”32.
La mora judicial, la ineficacia del sistema, la mala calidad de las decisiones judiciales y
la postergación de la decisión, no son más que la manifestación absoluta de la
comodidad de quien tiene la obligación de proveer una respuesta judicial en un plazo
razonable; claro está, aunado a la deficiente y burocrática gestión, así como errónea
organización judicial. En un procedimiento escrito, el juez de firmas, quizá pide tiempo
para leer lo que va a firmar, lo cual progresivamente congestiona el sistema al crear la
lista de espera; en el caso de los tribunales de sentencia, el control de la agenda, para no
“sobrecargar” su tiempo, así como disponer de días de no realización de audiencias por
compromisos personales, es fácil por la lógica que encierra este procedimiento y es lo
que cotidianamente se realiza en esas judicaturas33.
En el caso del modelo judicial basado en audiencia, conforme al cual se instalan los
despachos gerenciales, varía esta lógica y, consecuentemente, tiende a exigir más del
juez, toda vez que nada sale del sistema si no es una decisión tomada en audiencia por el
titular de la judicatura; En ese sentido, no se valora hora-juez, sino juez-efectividad, en
el entendido que no importa que esté sentado en su despacho, sino más bien cuánto
puede resolver en el tiempo que se le tiene asignado, por lo que, si no existen audiencias,
no tiene necesidad de estar en la judicatura, pues no existe función o actividad fuera de
las audiencias.
32
Bonesana, Cesare. Ob. Cit. Pág. 70.
33
La observación de debates realizada por el ICCPG con las pautas del CEJA, da cuenta de esto, y en especial
de audiencias de debate de 2 horas de duración, que es la única que se realiza al día. El informe de
observatorio judicial, establece la duración de un caso por audiencias y por día calendario, así como establece
las horas efectiva de trabajo y de pasividad procesal.
34
Informe presentado por el ICCPG a la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala.
“Sólo debería llegar a este paso violento de la captura. . . cuando el acusado no quisiese
obedecer a la citación, o cuando la gravedad del delito o la condición del mismo
acusado, si fuese un hombre sin domicilio y sin honor, diesen motivo para temer su
fuga”.35
35
Filangieri citado por Luigi Ferrajoli, en derecho y razón, editorial Trotta 1989.
36
Publicación del Diario de Centro América, 28 de marzo de 2006, página 3.
37
Ponencia presentada por Ariel Ciano en Viña del Mar, dentro del marco del curso de Instrumentos para la
implementación de un sistema acusatorio, del Centro de Estudios de Justicia de las Américas.
personas detenidas y, sobre todo, se les protege de exacciones, tanto en las
instituciones policiales como en los centros preventivos.
38
Los casos de prisión arbitraria aún siguen siendo cotidianos en las judicaturas que no han implementado el
modelo judicial penal basado en audiencia.