La pandemia generó aumento de ansiedad en el Perú debido a problemas económicos, de salud y pérdidas familiares. Los profesionales de salud también sufrieron ansiedad por la alta presión y riesgo de contagio. Las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad y depresión en la población.
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La pandemia generó aumento de ansiedad en el Perú debido a problemas económicos, de salud y pérdidas familiares. Los profesionales de salud también sufrieron ansiedad por la alta presión y riesgo de contagio. Las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad y depresión en la población.
La pandemia generó aumento de ansiedad en el Perú debido a problemas económicos, de salud y pérdidas familiares. Los profesionales de salud también sufrieron ansiedad por la alta presión y riesgo de contagio. Las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad y depresión en la población.
La pandemia generó aumento de ansiedad en el Perú debido a problemas económicos, de salud y pérdidas familiares. Los profesionales de salud también sufrieron ansiedad por la alta presión y riesgo de contagio. Las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad y depresión en la población.
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Consecuencias psicosociales de la pandemia en las personas del Perú
entre los años 2020 y 2021
En esta sección se expondrán el aumento de ansiedad en las personas durante la pandemia
Muchas personas a durante la pandemia tuvieron problemas como perdidas familiares, problemas económicos, problemas de trabajo, problemas de salud etc. Esto ha generado que gran cantidad de la población haya tenido un aumento en su ansiedad. Esta idea es respaldada por Huarcaya (2020): Como sabemos, en cualquier emergencia sanitaria, la salud mental tiende ser más común con respecto a síntomas de emociones negativas. Ocasionando que esto sea impedimento hacia las intervenciones médicas. Es por ello que se señala que durante la primera pandemia del COVID- 19 fue frecuentemente encontrarse con pacientes con síntomas de ansiedad, depresión y estrés. En particular a los trabajadores de los Hospitales. (p.333) Es claro para el autor que durante la pandemia hubo un aumento de casos de ansiedad por todas las emociones negativas que generamos durante el aislamiento social. Los profesionales de salud también tienen problemas de ansiedad. Al respecto, Lovon y Chegne (2021) sostienen lo siguiente: En el caso del personal de salud en la lucha contra la epidemia del coronavirus (COVID-19) han experimentado problemas de salud mental tales como estrés, ansiedad, síntomas depresivos, insomnio, negación, ira y temor. (p.217) Esto nos lleva a reflexionar para poder ayudar al personal de salud, cuidándonos y tomando las precauciones debidas con el coronavirus (COVID-19). Los dos autores dan enfoque sobre el aumento de ansiedad en los profesionales de salud. Sobre los profesionales de salud Huarcaya (2020) también menciona esto: En la lucha contra la COVID-19, los profesionales de la salud de Wuhan se enfrentaron a una enorme presión debido a un alto riesgo de infección y falta de protección adecuada ante una posible contaminación, aislamiento, incremento de la demanda de trabajo, frustración, cansancio por las largas jornadas laborales, falta de contacto con sus familiares y trato con pacientes que expresan emociones negativas. El personal encargado de los recursos humanos de los servicios de salud debe ser consciente de las consecuencias mentales que podrían generarse en este contexto. Durante las etapas iniciales de las emergencias sanitarias, el personal de salud puede presentar síntomas depresivos, ansiosos y similares al TEPT, los cuales no solo repercuten en la atención y toma de decisiones (las principales herramientas de lucha contra la COVID-19), sino también en su bienestar. (p.330) La presión de poder controlar la pandemia para los profesionales de salud fue demasiada ya que pasaban los días y seguía el aumento de casos de coronavirus (COVID-19). El creciente números de casos también crean más miedo a la población y provocan más miedo. Esta idea es respaldada por Huarcaya (2020): Inicialmente el brote del SARS‐CoV‐2 en China causó alarma y estrés en la población general. El miedo a la enfermedad se podría explicar por la novedad e incertidumbre que genera. El creciente número de pacientes y casos sospechosos suscitaron la preocupación del público por infectarse. El miedo se exacerbó por los mitos y por la desinformación en las redes sociales y medios de comunicación, a menudo impulsado por noticias erróneas y por la mala comprensión de los mensajes relacionados al cuidado de la salud. Luego de la declaración de emergencia en China, un estudio reveló un incremento de las emociones negativas (ansiedad, depresión e indignación) y una disminución de las emociones positivas (felicidad y satisfacción). (p.328) Toda la información que consumían las personas durante la pandemia enfermaba en vez de poder ayudarnos a entender que esta pandemia se puede superar siendo responsables y teniendo una buena higiene. Sobre las medidas drásticas que se tomaron en la pandemia Lovon y Chegne (2021) mencionan esto: Una pandemia conlleva a tomar medidas drásticas para la protección de la población y control del virus dentro del país como lo es el confinamiento social esto a su vez problemas psicosociales y emocionales como: estrés, ansiedad, depresión, negación, ira, temor, incluso existieron casos de intentos de suicidio, todo esto a raíz de los largos periodos de confinamiento social de más de 100 días. (p.217) Para algunas personas el confinamiento social fue una etapa muy fuerte ya que muchas personas se ponían ansiosos, tenían miedo a esta pandemia, el estrés de estar encerrado etc. Estos dos autores hablan de todas las cosas que enfermaban a las personas como toda la información falsa y el estrés de estar encerrado por mucho tiempo. Para muchos padres de familia lo que les generaba mucho estrés era la inestabilidad económica. Esta idea es respaldada por los autores Rosas, Trucios y Gullo (2022): Se realizó una encuesta hacia los padres y se encontró niveles considerables de estrés junto a manifestaciones de impaciencia (47,2%), miedo (45,5%) e irritabilidad (45,1%) (ver Material suplementario). Las principales preocupaciones motivo de estrés fueron: lo relacionado a la protección del contagio y salud propia y de la familia, la economía familiar y la carga de labores domésticas. Nuestros hallazgos son similares a los de Orgilés y colaboradores, quienes encontraron un nivel de estrés leve a moderado en casi el 75% de la muestra. También coinciden con un estudio estadounidense (n=8222) que reportó una disminución del bienestar psicológico de los padres y significativamente mayor frecuencia de ánimo negativo. Igualmente, el estudio de la PUCP encontró que el 35% de los cuidadores/as tuvo dificultades para afrontar la tarea parental y además no tuvo un adecuado soporte; asimismo, los participantes también reportaron dificultades para equilibrar las responsabilidades personales y las de crianza. La participación en las actividades escolares estuvo dada principalmente por la madre lo cual sugiere que el cuidado de los niños suele atribuirse a las madres lo cual podría influir en el nivel de estrés. En nuestra encuesta, las demandas más frecuentes de los niños y adolescentes fueron compartir más tiempo con los padres y encontrarse con sus amigos(as) y/o familiares. Sin embargo, el 26,8% de participantes reportaron no tener tiempo para jugar y, del grupo que sí podían hacerlo, el 65,5% disponían de una hora o menos. Este valor es similar al encontrado por la PUCP: 30% reportó tener muy pocas ocasiones para compartir tiempo de juego (p.111) Según la encuesta , los padres de familia tiene mas estrés por la preocupaciones de la casa y la economía
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