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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

LA FASE INTERMEDIA Y EL JUICIO


ORAL EN EL PROCEDIMIENTO
ABREVIADO

Rafael López Guarnido.


Col: 3738 del Ilustre Colegio de Granada
Clases impartidas durante el mes de septiembre/octubre de 2023.
Máster Profesionalizante

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 1
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

ÍNDICE

 PRIMERA PARTE: LA FASE INTERMEDIA DEL PROCEDIMIENTO


ABREVIADO.

o 1.- Introducción.
o 2.- Actuación de las acusaciones.
 2.1.- Solicitud de sobreseimiento. Art. 780 L.e.crim.
 2.2.- Solicitud de diligencias complementarias. Art.780 L.e.crim.
 2.3.- Solicitud de apertura del juicio oral y escrito de acusación.
Art.781 y 764 L.e.crim.
o 3.- Apertura del Juicio Oral. Art.783 L.e.crim.
o 4.- Escrito de defensa. Art 784 y Art. 764 L.e.crim.
 4.1.- Escrito conjunto de acusación y defensa: Artículo
784.3.L.e.crim.
 4.2.- Contenido del escrito de defensa.
 4.3.- Forma de solicitar la prueba en los escritos de calificación.

 SEGUNDA PARTE: PREPARACIÓN DE LA VISTA ORAL.

 CAPÍTULO (I): Preparación de la vista.


o 1.- Introducción.
o 2.- Determinación del concreto Juzgado Penal o sección de la
Audiencia Provincial.
o 3.- Admisión/Denegación de prueba.
o 4.- Señalamiento del Juicio Oral. Art. 785 de la L.e.crim.
o 5.- Acuerdos.
o 6.- Actuaciones previas. Preparación y estudio del procedimiento.
o 7.- Conversaciones previas con el cliente.
o 8.- Consideraciones estéticas sobre el acto.

 CAPÍTULO (II) Desarrollo de la vista oral.


o 1.- Intervención en la vista oral.
o 2.- Colocación de las partes
o 3.- Juicio público o juicio a puerta cerrada. Arts. 680 a 682 de la
L.e.crim.
o 4.- Intervención en el proceso por videoconferencia. Art.731 Bis
L.e.crim.
o 5.- Dirección del proceso y jurisdicción disciplinaria. Art. 683 y ss.

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o 6.- Duración de la vista oral.


o 7.- Inicio del Juicio. Art 786.2. L.e.crim.
 7.1.- Presencia del acusado.
 7.2.- Lectura por el secretario de los escritos de acusación o
defensa.
 7.3.- Cuestiones previas:
 - Competencia.
 - Vulneración de derechos fundamentales.
 - Artículo de previo pronunciamiento.
 - Causas de suspensión del juicio oral.
 - Pruebas aportadas al inicio.
o 8.- Práctica de la prueba.
 8.1.- Declaración del acusado.
 8.2.- Declaración testifical.
 - Importancia.
 - Obligatoriedad del testimonio.
 - Cualidad del testigo: ¿Pueden ser testigos los familiares
o amigos íntimos?
 - Contenido del testimonio.
 - Orden de los testigos.
 - Reconocimiento por el testigo del acusado.
 - Testigo protegido y testigo “oculto”.
 - Testigo de referencia.
 - Incomunicación de testigos.
 - Práctica de la testifical por video-conferencia.
 - Práctica del interrogatorio.
 - Contradicciones surgidas con el testimonio vertido en
instrucción.
 - Exhibición de documentos al testigo.
 8.3.- Careo.
 8.4.- Prueba Pericial.
 8.5.- Prueba Documental.
o 9.- Conclusiones. Art. 788 y 732 L.e.crim.
o 10.- Informe. Art. 788.3, 736 y 737 L.e.crim.
o 11.- Última palabra. Art.739 L.e.crim

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PRIMERA PARTE: LA FASE INTERMEDIA


DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

1.- Introducción.

La fase intermedia del Procedimiento Abreviado –también llamada de


preparación del Juicio Oral –, supone la terminación de la investigación penal y el
acopio del material instructor que posibilita el enjuiciamiento, abriendo una etapa
procesal tendente a la formalización y concreción de la acusación en un ámbito fáctico
y técnico que permite fijar el marco para el enjuiciamiento.

Esta fase procesal, regulada en el CAPITULO IV –De la preparación del Juicio


Oral-, del TÍTULO II, artículos 780 a 784 de la L.e.crim-, se inicia tras el dictado del
Auto de Prosecución de las actuaciones por los trámites del Procedimiento Abreviado
o Auto de Procedimiento Abreviado, conforme al artículo 779.4ª L.e.crim, y se
desarrolla en dos momentos: un primer momento destinado a las acusaciones, en las
que éstas podrán considerar que las diligencias practicadas no son suficientes para
formular la acusación, por lo que deberán instar la práctica de diligencias
complementarias o, en caso de considerar suficiente el material acopiado, solicitar el
sobreseimiento o la apertura del Juicio Oral, formulando el correspondientes escrito de
acusación; un segundo momento en el que, formulada acusación, si el juez decide abrir
el juicio oral, se da traslado a las defensas y terceros responsables civiles, para que
formulen sus escritos de conclusiones provisionales, mandando después las actuaciones
al órgano competente para el enjuiciamiento.

Se trata de una fase esencial, pues en ella se concreta por las acusaciones el
objeto de imputación y los delitos de los que se acusa, y ambas partes, acusación y
defensa, proponen el material probatorio del que pretenden valerse en el acto de la
vista.

Aunque en puridad no forma parte de la fase intermedia, siendo la resolución


que inicia este momento procesal, el Auto por el que el juez acuerda cerrar la
instrucción y abrir esta fase, recogido en el artículo 779.1.4ª de la L.E.Crim, tiene un
carácter esencial y un contenido mínimo fijado legalmente.

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El actual artículo 779.1.4ª de la L.e.crim señala: "si el hecho constituyera delito


comprendido en el art. 757, seguirá el procedimiento ordenado en el capítulo siguiente.
Esta decisión, que contendrá la determinación de los hechos punibles y la
identificación de la persona a la que se le imputan, no podrá adoptarse sin haber
tomado declaración a aquélla en los términos previstos en el art. 775".

Se trata de una decisión tremendamente relevante en el Procedimiento


Abreviado, no sólo porque es una decisión del Juez instructor sobre la suficiencia
indiciaria del material de cargo –en caso contrario el Juez instructor debe acordar el
sobreseimiento que corresponda–, sino porque la regulación actual y su desarrollo
jurisprudencial le atribuye un contenido delimitador del objeto material de imputación
y de los sujetos objeto de dicha imputación, suponiendo un marco vinculante en
algunos de sus extremos para las acusaciones, no en la calificación jurídica de los
hechos, sino en su sustrato fáctico, no permitiéndose las acusaciones por hechos
diversos a los contenidos en dicho Auto.

Como tiene señalado el Tribunal Supremo -entre otras en la Sentencia de la


Sala de lo Penal núm. 702/2003, de 30 de mayo, que ya recogía las nuevas exigencias
que impone la Ley de Enjuiciamiento Criminal al Instructor a la hora de dictar dicho
auto transformador, tras la reforma de nuestra ley penal de ritos operada por la Ley
38/2002, de 24 de octubre-"dicho auto de Transformación a Procedimiento Abreviado,
es el equivalente procesal del auto de Procesamiento en el sumario ordinario (...),
teniendo la finalidad de fijar la legitimación pasiva así como el objeto del proceso
penal"; la función primordial del citado auto es la acotación del ámbito objetivo y
subjetivo del proceso penal, de modo tal que las partes acusadoras, al formular su
pretensión punitiva, deberán constreñirse necesariamente al campo delimitado por
dicho Auto y no podrán sobrepasar los mencionados límites objetivos y subjetivos, sin
perjuicio del derecho que asiste a dichas partes acusadoras a utilizar los recursos
legalmente previstos para solicitar la ampliación del ámbito objetivo y subjetivo del
proceso, si entienden que la delimitación realizada por el Instructor ha sido incorrecta
o excesivamente restrictiva.

Por lo tanto, puede concluirse que el Auto de conversión de las Diligencias


Previas en Procedimiento Abreviado, conforme a lo dispuesto en el artículo 779.1.4º de
la L.e.crim, si bien no tiene efectos vinculantes o definitivos sobre la calificación
jurídica, sí supone una estructura y contenido vinculante en cuanto a los hechos y su
imputación a una persona determinada. Es cierto que dichos hechos pueden ampliarse
y completarse con elementos de carácter periférico, pero no pueden cambiarse de
manera absoluta de forma que quien no era imputado por unos hechos concretos, sea

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acusado de los mismos1. Lo anterior tiene una evidente relevancia práctica. Dado que
se trata de un auto recurrible, si ejercemos acusación y no estamos conformes con la
calificación jurídica contenida en dicho Auto, no deberá recurrirse pues la protesta
estaría avocada al fracaso, pero si el auto no contiene los hechos que nos habilitarían
para sustentar una determinada acusación –al haber dejado fuera, en el caso de
pluralidad de acciones, algunos hechos que han sido objeto de investigación y que
necesitamos para el sustrato fáctico del delito por el que se quiere acusar-, debe
recurrirse en reforma y/o apelación tratando de que se incluya el relato de hechos que
habilite la acusación pretendida. En el caso de las defensas, el recurso contra este
Auto y contra la decisión de continuar con el procedimiento, es formalmente posible,
pero en la práctica es materialmente inviable, pues se entiende que la decisión de
proseguir las actuaciones por la existencia de indicios no es revisable en apelación,
salvo supuesto de errores flagrantes de naturaleza formal –como puede ser la
prescripción evidente del delito–2.

1
Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, Auto nº 460/2017, de fecha 31 de mayo: “No negamos la posibilidad de
que las partes actoras del proceso formulen acusación por delitos distintos o de mayor gravedad que los que propone el Juez de
instrucción, pero sólo cabe siempre que el sustrato fáctico sobre el que se apoye la calificación jurídica haya sido objeto de la fase
de investigación previa del proceso, haya declarado sobre esos hechos y no otros nuevos o distintos la persona investigada o
imputada, hayan resultado de la instrucción indicios bastantes de esos hechos y de la participación en ellos, como autor o
cómplice, de la persona contra la cual se manda seguir el proceso penal, y el delito calificado sea de los que se pueden perseguir
en ese procedimiento, cuestión que corresponde determinar precisamente al Juez instructor en el auto de procedimiento abreviado
por ser ésa la función que cumple a tenor de lo que dispone el art. 779-4ª de la L.E.Criminal y la Jurisprudencia que lo interpreta.
En efecto, en palabras del Tribunal Supremo (sentencias de 22-5-2014, 10-6-14, 6-10-2015...), "esa decisión constituye la
manifestación jurisdiccional del control sobre el alcance que puede tener la acusación. De suerte que los hechos sobre los que
hayan podido versar las diligencias previas podrán erigirse en objeto de la acusación en la medida en que esta resolución los
determine y no sobre otros diversos. Obviamente entendiendo por hecho diverso el que tiene por sí relevancia para dar lugar a un
determinado tipo penal". (…) Dicho de otra forma, si bien la decisión de prosecución del proceso tiene como finalidad la
determinación de su objeto, éste se realiza en términos marco o perimetrales que vinculan a la acusación en negativo -no podrá
acusar por hechos o a personas distintas de los precisados en dicha resolución-. Pero no en positivo, pues las partes acusadoras sí
podrán valorar en términos jurídico-penales más graves los hechos punibles, modificando el juicio de tipicidad del juez instructor
siempre que no exceda el delito de que acusa el ámbito del procedimiento abreviado”.

2
Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, Auto nº 627/2016, de fecha 28 de noviembre,:“a la pretensión del
imputado apelante contra el auto apelado sólo podemos responder con el criterio firmemente consolidado en esta Sala
proclamando la inoportunidad procesal de revisar y rectificar en segunda instancia la resolución adoptada por el Juzgado de
Instrucción conforme al art. 779-4ª de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para en su lugar decretar el sobreseimiento de la Causa,
atendiendo a la función que cumple y el trámite del proceso a que da paso: habrá que esperar a la concreta determinación e
imputación de hechos que el Ministerio Fiscal y/o la Acusación Particular hagan contra los apelantes si solicitan la apertura del
juicio oral presentando escrito de acusación (lo que consta haberse ya producido), y a la respuesta que el Juez de Instrucción dé a
esa petición en la resolución que haya de adoptar conforme al art. 783-1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, entre cuyas
opciones figura la del sobreseimiento, pues de ese precepto se desprende el protagonismo que la Ley ha querido otorgar a las
partes acusadoras en el ámbito del procedimiento abreviado, restándoselo al Juez, si la investigación previa del proceso revela
indiciariamente que se ha perpetrado un hecho constitutivo de delito y existe identificada alguna persona a quien pueda resultar
imputable, dándoles en cualquier caso la oportunidad de formular la acusación y solicitar la apertura del juicio oral; por eso el
auto precedente ordenando la continuación del proceso, el que aquí ha sido combatido, no tiene otro objeto que abrir paso a ese
trámite a las partes actoras del proceso para que decidan si procede o no, y en qué términos, formular el escrito de acusación. Y es
en el trámite subsiguiente, una vez presentado el escrito de acusación, cuando la Ley otorga al Juez de Instrucción su principal
función decisoria en esta fase intermedia obligándole a pronunciarse sobre la viabilidad del juicio oral a la vista, precisamente, de
los términos en que se formule la acusación. Cabe así declarar la improcedencia de la pretensión del apelante intentando que este
Tribunal decrete el sobreseimiento de la Causa, soslayando la función decisoria que compete al Juez de Instrucción en dicho último
trámite para decretar la apertura del juicio oral o su denegación, por lo que su recurso ha de ser desestimado.” En sentido idéntico
a la anterior resolución, puede señalarse igualmente el Auto AP Granada, sec. 2ª, A 30-5-2017, nº 439/2017, rec. 265/2017.

Y también, reiterando lo anterior, se ha pronunciado reiteradamente la Sección Primera de la Audiencia Provincial, por ejemplo,
en el muy reciente Auto nº 374/2017 de fecha 5 de Mayo de 2017, en el que se señala:“A mayor abundamiento, a tenor de lo
resuelto por nuestro T.S. en S.S.TS.S. de 22 de enero de 1999 y 146/2002 de 5 de febrero, la Sala sólo podía acordar el
sobreseimiento tal y como se solicita por el recurrente, si procedía, confirmando en apelación el pronunciamiento que, en tal
sentido, hubiera hecho el instructor, doctrina hoy modificada (cfr. STS 553/2015 de 6 de octubre). Dicho de otro modo, el dictado
de un auto de sobreseimiento por la Sala, aun cuando lo sea en primera instancia y revocando una resolución en sentido contrario
del instructor es teóricamente posible, pero sólo en casos extraordinarios será viable en la práctica. Piénsese que el artículo 766

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Concluyendo esta introducción, una vez dictado el Auto del artículo 779.1.4ª
L.e.crim, y con independencia de su firmeza o recurso –dado el carácter no suspensivo
de los recursos de reforma y/o apelación-, se abre la fase intermedia que tiene también,
como consecuencia fundamental, el término de la habilitación de todos los días que
rige la instrucción penal y la vuelta al cómputo ordinario de plazos por días hábiles3.

LECr atribuye a la apelación como único efecto y, salvo que la ley disponga otra cosa, que no es el caso, el devolutivo. Si la Sala
pudiese sobreseer contrariando lo acordado por el Juez Instructor podría darse la paradoja, paradoja que, además sería muy
frecuente en la práctica, de que el instructor acordase la apertura del juicio oral, o la celebración de juicio por delito leve, y la
Sala el sobreseimiento de las actuaciones, con lo que concurrirían dos resoluciones firmes y contradictorias entre sí y, por tanto, de
imposible ejecución. Incluso podría darse el caso de ser dictada una sentencia de condena, que, si no es recurrida por ninguna de
las partes adquiriría firmeza en tanto que la Sala se esté planteando si sobresee o no. Por otra parte, lo que se remite a la Sala es
un testimonio de particulares –art. 766.3 de la LECR-, lo que determina un limitado conocimiento de lo actuado en la fase
instructora con el consiguiente riego de error. A lo que debe añadirse el que, finalizada la fase de instrucción, el Juez ha apreciado
indicios racionales de comisión de delito por parte de los apelantes, sin que deba yugularse el proceso en esta fase a no ser que se
detecte un error patente en la decisión adoptada por el instructor. Y, como en este caso no hay constancia de tal error ni están
conjurados los riesgos a los que hemos hecho referencia, no debe acordase el sobreseimiento solicitado”.
3
Como acreditación de lo anterior, podemos citar a la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 7ª, en su Auto nº 1/2009 de fecha
18.2.2009: “Sobre la primera de las materias planteadas ya se ha pronunciado esta Sección en el recurso de queja 6/2006 en el que
decidíamos. "La cuestión sobre la inclusión o no de los días hábiles cuando se trata de la interposición de un recurso contra un
Auto de sobreseimiento o archivo de las Diligencias Previas no es pacífica. Nosotros entendemos que ha de estarse a la exclusión
de los días inhábiles con base a los dispuesto en el artículo 5 del Código Civil y en el artículo 185 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, según el cual, los plazos procesales se computarán con arreglo a lo dispuesto en el Código Civil. En los señalados por
días quedarán excluidos los inhábiles. Si el último día del plazo fuere inhábil, se entenderá prorrogado al primer día hábil
siguiente". Por su parte el artículo 182 de la misma LOPJ, redacción dada por LO 19/2003 de 23 de diciembre, declara la
inhabilidad a efectos procesales de los sábados, domingos, los días 24 y 31 de diciembre, los días de fiesta nacional y los festivos a
efectos laborales en la respectiva comunidad autónoma o localidad. Y el artículo 184 de la L.O.P.J. y el 201 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, no establecen más que una excepción a la regla general, al decir que todos los días del año y todas las
horas serán hábiles para la instrucción de las causas criminales, sin necesidad de habilitación especial. La razón de ello se
encuentra en la naturaleza de la actividad instructora, con las particulares circunstancias de urgencia y necesidad impuestas por la
perentoriedad de la investigación que en cada caso se esté llevando a cabo, pues como dice el Auto AP Vizcaya Sec. 6ª de 2 de
junio de 2000 , cualquier momento será idóneo para averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos con todas sus
circunstancias, y la culpabilidad de los que en ellos han participado, asegurando sus personas y las responsabilidades pecuniarias
que hayan contraído (art. 299 de la L.E.Crim .), pudiendo válidamente el Juez de Instrucción adoptar, cualesquiera de las medidas
y de las diligencias que se mencionan en los títulos IV y X del Libro II de la Ley de Enjuiciamiento Criminal . Pero la razón de
urgencia o la necesidad de agotar la investigación propia de la actividad instructora del Juez, no debe ser equiparable ni
extensible, ni debe imponerse a las partes para recurrir la decisión de sobreseimiento y archivo de las actuaciones. En el mismo
sentido, el Auto AP Madrid, Sec. 16ª de 19 de mayo de 2004 señala que "una interpretación del artículo 201 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal (modificado por Ley 1/2000) y 184.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , de conformidad con la
especial protección que de la tutela judicial efectiva se encomienda en la Constitución Española a los jueces y tribunales, no debe
dar lugar a interpretar que dicho precepto considera hábiles todos los días y horas para el cómputo de plazos en la interposición
de recursos en los procesos penales en la fase instrucción , sino que dicho precepto se refiere, exclusivamente, no a una fase
procesal sino al tipo de actividad, la instructora, la investigadora, la actividad propiamente de instrucción , la práctica de
diligencias con las finalidades previstas en el artículo 299 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ."En el sumario ordinario, la
instrucción termina con la conclusión del sumario, comenzando a partir de entonces la denominada fase intermedia , competencia
del Tribunal competente para el enjuiciamiento de los hechos donde se acordará, o bien la apertura del Juicio Oral o bien el
sobreseimiento definitivo o provisional de la causa. Y esta fase intermedia es incuestionable que ya no es instrucción y que en ellas
rigen los términos procesales del art. 182 LOPJ, excluyéndose en el cómputo de los mismos los días inhábiles. Pues bien, en las
Diligencias Previas la instrucción finaliza en principio (y salvo supuestos de instrucción complementaria del art. 780 LECrim ),
cuando una vez practicada las diligencias que se han estimado urgentes y necesarias, el Juez de Instrucción adopta una de las
resoluciones del art. 779 LECrim ., entre las que se encuentran el sobreseimiento de la causa y la continuación por los trámites
del procedimiento abreviado, dictados estos que pertenecen a la fase intermedia , que en este caso se residencia en el propio Juez
de Instrucción , lo que no cambia su naturaleza ni la transforma en actividad de instrucción , siendo presupuesto de las mismas
la finalización de la instrucción .Por otra parte y, como dice el Auto AP Madrid Sección 23ª, de 20 enero 2005 , este criterio de
excluir del art. 184 LECrim. los plazos de los recursos contra Autos de archivo, parece derivarse también del contenido de la
Instrucción de la Fiscalía General del Estado 2/2004 sobre "el tiempo de las actuaciones judiciales", en la que se dice que tras la
reforma operada en la Ley Orgánica del Poder Judicial por Ley Orgánica 19/2003 son inhábiles los días anteriormente señalados y
el mes de agosto, criterio que no rige para "las diligencias sumáriales de los Jueces de Instrucción - y por extensión, a las
diligencias preliminares de investigación del Ministerio Fiscal-, es decir, a aquellas que están encaminadas a preparar el juicio y
practicadas para averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos con todas las circunstancias que pudieran influir en su
calificación, y la culpabilidad de los delincuentes, asegurando sus personas y la responsabilidades pecuniarias de los mismos, las
cuales se pueden llevar a cabo en cualquier día y hora (artículo 184 de LOPJ y 201 de la L. E. Criminal.)".Finalmente, esta
interpretación del alcance de la regla excepcional del art. 184 LOPJ es más conforme con la doctrina constitucional que consagra
el principio "pro actione", siendo doctrina consolidada la de que las causas de inadmisión de recursos previstas por las leyes
procesales deben interpretarse de forma restrictiva, favoreciendo, por tanto, el ejercicio del derecho fundamental a una tutela
judicial efectiva, cuyo contenido normal es obtener una resolución judicial sobre el fondo (así, las SSTC 60/85 de 20 mayo, o
162/86 de 17 diciembre )."

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2º.- Actuación de las acusaciones tras el dictado del Auto de prosecución por los
trámites del Procedimiento Abreviado: (1) solicitud de sobreseimiento; (2) petición de
diligencias complementarias; (3) solicitud de apertura del Juicio Oral y formulación
de escrito de acusación.

2.1.- Solicitud de sobreseimiento. Art 780 y 782 de la L.E.Crim.

Una de las opciones de las acusaciones es la solicitud de sobreseimiento


provisional o definitivo – Art. 637 y 641 L.e.crim-, el cual deberá ser acordado por el
Juez salvo que nos encontremos en algún supuesto de exención de responsabilidad
penal del artículo 20, apartados 1, 2,3,5, y 6 del C.P., en cuyo caso se remitirán las
actuaciones a las acusaciones para que califiquen en relación a la adopción de una
medida de seguridad y sobre la responsabilidad civil, debiéndose continuar el
procedimiento en dichos casos.

Si ambas acusaciones solicitan el sobreseimiento, y no concurre ningún caso de


exención de responsabilidad penal, se dictará el citado sobreseimiento y se terminarán
el proceso procediendo a su archivo, con diferentes efectos en virtud de su carácter
provisional o definitivo.

Si el Ministerio Fiscal solicita el sobreseimiento, y hay acusación personada, si


esta solicita la apertura del Juicio Oral y formula acusación, el Juez deberá
concederla, salvo que considere que existen motivos de sobreseimiento conforme a la
acusación formulada –Art. 783.1 L.e.crim-, pero si no hay acusación, la Ley permite
una especie de segunda vuelta para agotar las posibilidades de enjuiciamiento de los
hechos, pues debe recordarse que es necesaria una acusación para enjuiciar un delito.
Según dispone el artículo 782.2 L.e.crim, si el fiscal solicita el sobreseimiento y no está
personada la acusación particular, el Juez podrá acordar notificar a la víctima y
perjudicados para si lo desean personarse en persecución de los hechos, y podrá
también dar traslado al superior jerárquico del Ministerio Fiscal para que confirme o
modifique la postura inicial de petición de sobreseimiento.

Problemática generada en torno a la posibilidad de apertura del juicio oral instada


sólo por la acusación popular: “Doctrina Botín” / “Caso Atutxa”.

Aunque ha sufrido diversos avatares y se encuentra jalonada de numerosos


votos particulares, la doctrina jurisprudencial de la Sala Segunda del Tribunal
Supremo que interpreta el artículo 782 de la L.e.crim en su redacción dada por la Ley
38/2002, de 24 de octubre, abordando la posibilidad de accionar en solitario la acción
popular en el procedimiento abreviado, está enmarcada por dos importantes
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sentencias, la inicial y creadora de la denominada “Doctrina Botín”, Sentencia del T.S.


Sala 2º nº 1045/2007 de 17 de diciembre; y la posterior y complementaria que diseño la
conocida como “Doctrina Atutxa”, STS, Sala 2ª, nº 54/2008 de 8 de abril.

1. La STS 1045/2007, de 17 de diciembre, dictada en el “Caso Botín”,


estableció la doctrina, interpretando el art. 782 LECrim, conforme a la cual el
concepto acusador particular, que utiliza el apartado 1 del citado precepto, ha de
entenderse exclusivamente referido al ofendido o perjudicado, sin que incluya a la
acusación popular, razón por la cual la petición de sobreseimiento del Ministerio
Fiscal, unida a la del perjudicado, ha de provocar la vinculación del Tribunal de
enjuiciamiento, quien no podrá abrir el juicio oral, aun cuando así lo solicite la
acusación popular, debiendo pronunciar un auto de sobreseimiento libre, como así hizo
la Audiencia Nacional, mediante auto que ha confirmado el Tribunal Supremo.

2. Posteriormente, la STS 54/2008, fechada el 8 de abril, dictada en el


denominado “Caso Atutxa” en lo que, a la acusación popular, como única acusación
se refiere, realiza el siguiente pronunciamiento: “Y es precisamente en este ámbito (en
el de la persecución de los delitos que afectan de modo especial a intereses
supraindividuales) en el que se propugna el efecto excluyente, donde la acción popular
puede desplegar su función más genuina. Tratándose de delitos que afectan a bienes de
titularidad colectiva, de naturaleza difusa o de carácter metaindividual, es entendible
que el criterio del Ministerio Fiscal pueda no ser compartido por cualquier persona
física o jurídica que esté dispuesta a accionar en nombre de una visión de los intereses
sociales que no tiene por qué monopolizar el Ministerio Público.”

Por tanto, tratándose de la protección de tales intereses colectivos y difusos y de


la ausencia de personación del acusador privado, la sola petición del sobreseimiento
efectuada por el Ministerio Fiscal no impedirá la apertura del juicio, si una fundada
acusación popular así lo solicita.

Ambas líneas jurisprudenciales, según expone claramente el Tribunal Supremo,


Sala 2ª, en su sentencia 8/2010 de 20 de enero, seguida con posterioridad por la más
reciente de la sala penal del Tribunal Supremo, nº 4/2015 de 29 de enero, no son
contradictorias, sino que se complementan en su interpretación del significado del
mencionado artículo 782 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, arrojando una
interpretación que se glosa en los siguientes términos:

“Con relación al supuesto objeto de la impugnación de las acusaciones


populares, constatamos la existencia de una doctrina jurisprudencial que interpreta el
art. 782 de la ley procesal que se encuentra desarrollada, y explicada, en las SSTS
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1045/2007 y 54/2008 a las que nos remitimos. Esa doctrina es vinculante para los
órganos de la jurisdicción en los términos anteriormente señalados. La doctrina
jurisprudencial en interpretación del art. 782 es la siguiente: en el procedimiento
abreviado no es admisible la apertura del juicio oral a instancias, en solitario, de la
acusación popular, cuando el Ministerio fiscal y la acusación particular han
interesado el sobreseimiento de la causa, (STS 1045/2007), doctrina que se
complementa al añadir que en aquellos supuestos en los que por la naturaleza
colectiva de los bienes jurídicos protegidos en el delito, no existe posibilidad de
personación de un interés particular, y el Ministerio Fiscal concurre con una
acusación popular que insta la apertura del juicio oral, la acusación popular está
legitimada para pedir, en solitario, la apertura de la causa a la celebración del juicio
oral (STS 54/2008).”

2.2.- Solicitud de diligencias complementarias: Art. 780.2 L.e.crim.

Según señala el artículo 780.2 de la L.e.crim, “Cuando el Ministerio Fiscal


manifieste la imposibilidad de formular escrito de acusación por falta de elementos
esenciales para la tipificación de los hechos, se podrá instar, con carácter previo, la
práctica de aquellas diligencias indispensables para formular acusación, en cuyo caso
acordará el Juez lo solicitado. El Juez acordará lo que estime procedente cuando tal
solicitud sea formulada por las acusaciones personadas. En todo caso se citará para su
práctica al Ministerio Fiscal, a las partes personadas y siempre al acusado, dándose
luego nuevo traslado de las acusaciones”.

Las Diligencias Complementarias son una potestad de las acusaciones, no de


las defensas, que tienen una regulación excepcional en el sentido de que no cualquier
diligencia puede practicarse en este momento, sino sólo aquellas que se consideren
esenciales para la tipificación de los hechos. Respecto al privilegio que se da al
Ministerio Fiscal, según la dicción literal del precepto, aunque es una cuestión
controvertida, no puede interpretarse como que cualquier diligencia solicitada por el
Ministerio Fiscal en esta fase debe ser admitida4.

4
Audiencia Provincial de Granada, Sección 2ª, en su Auto nº 108/2017 de fecha 13 de febrero: “De otro lado, e igualmente con
carácter previo al recurso, se muestra inexcusable determinar una serie de generalidades sobre la procedencia o no de las
diligencias complementarias y la interpretación jurisprudencial sobre el art. 780.2º de la L.E.Crim. Como quiera que las mismas ya
se expusieron en resolución anterior de esta misma Sala al mismo juzgado y por igual recurso de apelación por el Ministerio
Fiscal, procederemos a recordar lo ya dicho: " Y así, frente a la interpretación del recurrente que aboga por la obligatoriedad de
practicar las diligencias solicitadas por el Ministerio Fiscal en dicha fase procesal, el juez de instrucción considera que las
diligencias solicitadas no son ni "esenciales", ni "indispensables" para formular el escrito de acusación, por cuanto los autores del
delito están plenamente identificados, y añade "Más bien se trata de diligencias de instrucción suceptibles, en su caso, de
practicarse en la fase procedimental oportuna, no en la actual". En la fase intermedia, o de preparación del juicio oral en el
proceso abreviado, a diferencia también de lo que ocurre en la fase intermedia del procedimiento común, no da oportunidad a las
partes para que completen el material instructor que permita la adecuada preparación y depuración de la pretensión punitiva. Y la
admisión de las diligencias complementarias, que pueden solicitar las acusaciones en dicha etapa intermedia (780 de la L.E.Crim.),
es excepcional, y queda limitada, exclusivamente a los supuestos de imposibilidad de formular la acusación por falta de elementos
esenciales para la tipificación de los hechos. De modo que, aunque tales diligencias tengan naturaleza instructora, ello no quiere
decir que, por esta vía excepcional, la Ley autorice a las acusaciones a completar o ampliar la totalidad de la instrucción previa

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

Otra cuestión que puede plantearse es la posibilidad de la solicitud de


diligencias complementarias por la defensa. Sobre esta cuestión, el tenor literal del
artículo 780 de la L.e.crim es claro: Las diligencias complementarias sólo podrán ser
solicitadas por las acusaciones5.

En cuanto al plazo para su solicitud, debe entenderse que es el de 10 días,


computado de manera paralela al traslado para acusar, siendo en dicho plazo cuando
el Ministerio Fiscal o la Acusación particular o popular puede sustituir su petición de
apertura del Juicio Oral realizando escrito de acusación, por la solicitud de diligencias
complementarias.

2.3.- Solicitud de apertura del Juicio Oral: Art. 781 y 764 de la L.e.crim.

La tercera opción de las acusaciones es la solicitud de apertura del Juicio oral


formulando escrito de acusación, conforme a las prescripciones del artículo 781
L.e.crim.

El citado artículo, al recoger el contenido del escrito de acusación, señala: “El


escrito de acusación comprenderá además de la solicitud de apertura del juicio oral
ante el órgano que se estime competente y de la identificación de la persona o
personas contra las que se dirige la acusación, los extremos a que se refiere el
artículo 650. La acusación se extenderá a las faltas imputables al acusado del delito o

sin intervención del imputado. Sin perjuicio del refuerzo que el procedimiento abreviado hace del principio acusatorio, la verdad
incuestionable es que todavía el Juez de Instrucción es el director del proceso y es responsable último de los derechos y garantías
de los que son parte. Por tanto, y a pesar del tenor literal del artículo 780.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , no sería
acertada la pretensión, de que en este proceso haya una fase (la intermedia) en la que una de las partes, singularmente el
Ministerio Fiscal, pueda solicitar cualquier diligencia e indefectiblemente el Juez la deba practicar -posición ésta mantenida en
el recurso por el Ministerio Fiscal-. Aunque la lectura comparada de los párrafos primero y segundo del punto 2 del citado art.
780, parece conducir a que hay pedimentos de una parte acusatoria que son privilegiados respecto de otra, una lectura integradora
de los derechos y garantías del proceso, única que admitió la doctrina que se deriva de la sentencia del TC 186/1990 , no puede
conducir a esa desigualdad entre las acusaciones, ni que de alguna manera, con tales diligencias "complementarias " puedan
conculcarse los derechos del imputado. En definitiva, se atisban varios límites a tales diligencias: uno, consistente en la
imposibilidad de que a través de esta vía se instruya sustancialmente el proceso y otro, derivado de la propia literalidad del
precepto, pues sólo admite la práctica de diligencias que sean indispensables para formular acusación, luego no habrá que admitir
las que no lo sean. Respecto al carácter indispensable de las diligencias solicitadas, deberá distinguirse entre lo que es prueba en
el juicio oral y lo que debe ser diligencia para averiguar la naturaleza del hecho" (Auto de fecha 7 de noviembre de 2016, rollo de
Sala 575/2016).
5
Para mostrar la rotundidad de la anterior afirmación nos serviremos de un Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona,
Sección 3ª, Auto de 20 de noviembre de 2009, nº 742/2009.“PRIMERO.- De la simple lectura del artículo 780 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal se desprende claramente que la defensa del imputado no puede solicitar, en la fase intermedia, la
práctica de diligencias complementarias , toda vez que dicha posibilidad solo esta prevista en la Ley para las partes acusadoras,
siendo validada dicha disposición normativa por el Tribunal Constitucional en su Sentencia núm. 186/1990, razón por la que es
procedente desestimar el recurso de apelación interpuesto”.

Y en el mismo sentido, y con idéntica rotundidad se muestra la Audiencia Provincial de Cantabria, en su Auto de la Sección 3ª, nº
109/2015, de 4 de marzo de 2015. “Siendo esto así, lo cierto es que una vez concluida la fase instructora, el artículo 780 en sus
apartados 1º y 2º, tan solo permite a las acusaciones, y no a las defensas, solicitar la práctica de aquellas diligencias
complementarias que consideren esenciales para poder formular acusación, estableciendo incluso un distinto tratamiento en
función de que dichas diligencias hayan sido pedidas por el Ministerio Fiscal o por las acusaciones particulares, sin que dicha
posibilidad sea extensible por tanto a las defensas de los imputados, los cuales si llegaran a ser acusados y se abriere contra ello
juicio oral, tal y como por lo demás ya ha acontecido en la presente causa, siempre dispondrían del derecho a solicitar cuantas
diligencias , ya no de investigación, sino de prueba, estimaran pertinentes para su práctica en el juicio oral.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

a otras personas, cuando la comisión de la falta o su prueba estuviera relacionada con


el delito. También se expresarán la cuantía de las indemnizaciones o se fijarán las
bases para su determinación y las personas civilmente responsables, así como los
demás pronunciamientos sobre entrega y destino de cosas y efectos e imposición de
costas procesales. En el mismo escrito se propondrán las pruebas cuya práctica se
interese en el juicio oral, expresando si la reclamación de documentos o las citaciones
de peritos y testigos deben realizarse por medio de la oficina judicial. En el mismo
escrito se propondrán la práctica anticipada de aquellas pruebas que no puedan
llevarse a cabo durante las sesiones del juicio oral, así como la adopción, modificación
o suspensión de las medidas a que se refieren los artículos 763, 764 y 765 o
cualesquiera otras que resulten procedentes o se hubieran adoptado, así como la
cancelación de las tomadas frente a personas contra las que no se dirija acusación.”

Antes de la remisión al concreto contenido del escrito, mediante el envío a los


términos prescritos en el artículo 650 de la L.e.crim, la normativa procesal contiene la
necesidad de que las acusaciones señalen el órgano que estiman competente para el
enjuiciamiento. Esta competencia, que abordaremos a continuación al afrontar el
contenido del Auto de apertura del Juicio Oral, en el Procedimiento Abreviado depende
de la pena en abstracto de los delitos por los que se acuse.

Según el artículo 650 de la L.e.crim, ubicado en el ámbito del Procedimiento


Sumario, al que se remite en relación al escrito de acusación, en dicho precepto se
señala: “El escrito de calificación se limitará a determinar en conclusiones precisas y
numeradas:

1º-. Los hechos punibles que resulten del sumario.


2º-. La calificación legal de los mismos hechos, determinando el delito que
constituyan.
3º-. La participación que en ellos hubiera tenido el procesado o procesados, si
fueran varias.
4º-. Los hechos que resulten del sumario y que constituyan circunstancias
atenuantes o agravantes del delito o eximentes de responsabilidad criminal.
5º.- Las penas en que hayan incurrido el procesado o procesados, si fueran
varias, por razón de su respectiva participación en el delito.

El acusador privado en su caso y el Ministerio Fiscal cuando sostenga la acción


civil, expresarán además:
1º-. La cantidad en que aprecian los daños y perjuicios causados por el delito, o
la cosa que haya de ser restituida.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

2º-. La persona o personas que aparezcan responsables de los daños y


perjuicios o de la restitución de la cosa, y el hecho en virtud del cual hubieren
contraído esta responsabilidad.”

El contenido mínimo del escrito de acusación que señala la Ley procesal no es


disponible. Aunque la libertad del formato es plena, pues no se impone una apariencia
o forma concreta, el orden, numeración y contenido que señala el citado artículo debe
ser respetado, señalándose con claridad (I) los hechos, (II) su calificación, (III)
participación del acusado, (IV) circunstancias atenuantes y agravantes, (V) pena y
responsabilidad civil.

Respecto a los hechos deben de expresarse de forma concreta, no genérica y con


el mayor detalle del que seamos capaces, no olvidando que sin acusación por un hecho
nunca se podrá condenar por el delito que sanciona dicha conducta.

Debe hacerse hincapié en que ni el escrito de acusación ni el escrito de defensa


es lugar para debatir la corrección o no de la tipicidad de los hechos, sólo para el
enunciado de la opción pretendida, que en caso de ser varias, en aplicación
subsidiaria, debe así señalarse, fijando la primera opción como calificación principal y
la siguiente o siguientes como calificaciones subsidiarias o alternativas.

Otro extremo para destacar es la responsabilidad civil. Como establece la Ley,


deberá señalarse la cuantía de la responsabilidad civil reclamada, si es determinable
en ese momento, o las bases o elementos sobre los que en su caso deberá fijarse ésta, en
sentencia o, posteriormente, en ejecución de sentencia.

Además de lo anterior, el escrito de acusación debe recoger la petición de


prueba que se pretende practicar en el juicio oral, así como la petición en relación
con las medidas cautelares. Tal y como señala el artículo 781.1 L.e.crim, “En el mismo
escrito se propondrán las pruebas cuya práctica se interese en el juicio oral,
expresando si la reclamación de documentos o las citaciones de peritos y testigos deben
realizarse por medio de la oficina judicial. En el escrito de acusación se podrá solicitar
la práctica anticipada de aquellas pruebas que no puedan llevarse a cabo durante las
sesiones del juicio oral, así como la adopción, modificación o suspensión de las
medidas a que se refieren los artículos 763, 764 y 765 o cualesquiera otras que resulten
procedentes o se hubieran adoptado, así como la cancelación de las tomadas frente a
personas contras las que no se dirija acusación”.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

3.- Auto de apertura del Juicio Oral: Art. 783 de la L.e.crim

Tras la petición de la apertura del Juicio Oral por alguna de las acusaciones, se
adoptará dicha decisión por el Juez de instrucción, salvo que por éste se considere que
existe algún supuesto de sobreseimiento –algo que no es habitual-. En dicho Auto se
determinará la competencia para el enjuiciamiento conforme a las peticiones
formalizadas por las acusaciones, se recogerán éstas y se resolverá sobre las medidas
cautelares personales o económicas que se impongan o que se encuentren ya impuestas.

Contra la citada resolución no podrá interponerse recurso salvo en lo referente


a la situación personal del acusado que, en caso de mantenerse, dejarse sin efecto o
imponerse, sí podrá ser objeto de recurso.

 Competencia del Juzgado Penal y Audiencia Provincial.

La delimitación de la competencia objetiva para el enjuiciamiento de los delitos


que se tramitan como Procedimiento Abreviado, viene fijada en el artículo 14.3 y 4 de
la L.e.crim6, según el cual, cuando el delito tenga una pena en abstracto, con
independencia de la concreta petición formulada, y en cada delito objeto de acusación,
no superior a los cinco años de prisión o a los diez años en el resto de penas, así como
en todos los supuestos de pena de multa, cualquiera que sea su cuantía, la competencia
será del Juzgado Penal, en caso contrario, cuando la pena en abstracto supere los
cinco años de prisión o los diez en penas de distinta naturaleza, la competencia será de
la Audiencia Provincial. 7

Cuestión I: En virtud de lo anterior, surge la cuestión de si un Juzgado Penal pueda enjuiciar


causas en las que se pida a un acusado, en total, por todos los delitos objeto de acusación, una pena de
diez años de prisión. La respuesta es que sí. Dado que la competencia se fija para cada uno de los
delitos, un juzgado penal puede enjuiciar hechos por los que se pida al acusado una pena total de veinte

6
Art.14.3. L.e.crim.- “Para el conocimiento y fallo de las causas por delitos a los que la Ley señale pena privativa de libertad de
duración no superior a cinco años o pena de multa cualquiera que sea su cuantía, o cualesquiera otras de distinta naturaleza, bien
sean únicas, conjuntas o alternativas, siempre que la duración de éstas no exceda de diez años, así como por delitos leves, sean o
no incidentales, imputables a los autores de estos delitos o a otras personas, cuando la comisión del delito leve o su prueba
estuviesen relacionadas con aquéllos, el Juez de lo Penal de la circunscripción donde el delito fue cometido, o el Juez de lo Penal
correspondiente a la circunscripción del Juzgado de Violencia sobre la Mujer en su caso, o el Juez Central de lo Penal en el ámbito
que le es propio, sin perjuicio de la competencia del Juez de Instrucción de Guardia del lugar de comisión del delito para dictar
sentencia de conformidad, o del Juez de Violencia sobre la Mujer competente en su caso, en los términos establecidos en el artículo
801, así como de los juzgados de los Juzgados de instrucción competentes para dictar sentencia en el proceso por aceptación de
decreto”. Art. 14.4 L.e.crim.- “Para el conocimiento y fallo de las causas en los demás casos la Audiencia Provincial de la
circunscripción donde el delito se haya cometido, o la Audiencia Provincial correspondiente a la circunscripción del Juzgado de
Violencia sobre la Mujer en su caso, o la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
No obstante, en los supuestos de competencia de la Audiencia Provincial, si el delito fuere de los atribuidos al Tribunal del Jurado,
el conocimiento y fallo corresponderá a éste.”

7
Debe tenerse en cuenta también el supuesto recogido en la Ley en relación a los Juzgados Penal correspondientes a la
circunscripción del Juzgado de Violencia sobre la mujer y el caso del supuesto del Juez central de lo penal en el caso en el que le es
propio.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

o treinta años, pero en varios delitos que no pueden superar, ninguno de ellos, los cinco años como pena
máxima en abstracto considerada.

Cuestión II: También se hace conveniente aclarar que, en los supuestos de enjuiciamiento de
varios delitos, la competencia recae siempre en el órgano superior, que podrá enjuiciar delitos que no
corresponderían, de forma autónoma, a su competencia objetiva, pero que al formar parte de un proceso
con delitos que sí implican dicha competencia, son también objeto de enjuiciamiento.

Cuestión III: Otra situación complicada que puede surgir es que se acuse por un delito que
tenga una pena en abstracto que sea competencia de la Audiencia Provincial pero que se formalice la
acusación por su comisión en grado de tentativa, generándose entonces la duda de si tal calificación
que supone la reducción de pena obligada en un grado supone una modificación del concepto de “pena
en abstracto” a efectos de determinar la competencia. En principio, el T.S. viene señalando que la pena
en abstracto a efectos de competencia, no se ve alterada por la aplicación de supuestos de tentativa, de
participación o de circunstancias genérica de atenuación, de forma que la regla es que cuando a priori
existe la posibilidad, por la pena en abstracto del tipo penal aplicable, de una condena superior a la
fijada para el enjuiciamiento por el Juzgado Penal, la competencia corresponde a la Audiencia
Provincial, órgano de mayor garantía para el enjuiciamiento.

En el Procedimiento Abreviado, el único que tiene la doble competencia


objetiva de enjuiciamiento –el Procedimiento Ordinario o Procedimiento Sumario será
siempre competencia de la Audiencia Provincial–, la competencia se determina en el
Auto de apertura del Juicio Oral. Así lo dispone el artículo 783 de la L.e.crim, que en
su punto 2, recoge: “En el mismo auto señalará el juez de instrucción el órgano
competente para el conocimiento y fallo de la causa”. Se plantea entonces el problema
de la determinación errónea del órgano competente, dado que el auto de apertura del
Juicio Oral no es recurrible salvo en lo relativo a la situación personal del acusado –
Art. 783.3 L.e.crim-.

Normalmente, el juez de instrucción acordará la competencia que le soliciten


las acusaciones en su escrito –desgraciadamente es muy frecuente que mal peticionada
por las acusaciones, la competencia objetiva no sea revisada y corregida por el órgano
instructor–, y la defensa tendrá oportunidad de exponer en su escrito de calificaciones
provisionales, evacuado después del Auto de Apertura del Juicio Oral, la incorrección
de la competencia determinada por éste. Al incluirse en el citado escrito, el órgano de
enjuiciamiento, que ha sido señalado en el auto de apertura, podrá darse cuenta del
error y, o bien tramitar una posible nulidad –que sería lo correcto-, o bien simplemente
dar traslado a las partes y resolver posteriormente. En caso de que no se haga así, la
cuestión deberá ser planteada al inicio de las sesiones del Juicio Oral, en el trámite
denominado de “alegaciones o cuestiones previas” del artículo 786.2 de la L.e.crim, y
en caso de tener razón la cuestión de incompetencia objetiva, se suspenderá el

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señalamiento y se remitirá al órgano competente o se acordará la nulidad del auto de


apertura del juicio oral8.

Según se recoge en el citado artículo 786.2 L.e.crim, el órgano de


enjuiciamiento –Juez o Tribunal–, “resolverá en el mismo acto lo procedente sobre las
cuestiones planteadas”, sin que sea posible el recurso autónomo sobre dicha decisión,
con independencia de que formulada protesta por quien realiza la petición –con
adhesión o impugnación de las otras partes–, pueda posteriormente hacerse objeto del
correspondiente recurso contra la sentencia recaída.

Excepción a dicha regla de competencia objetiva: Delitos cometidos por los


miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en el ejercicio de sus
funciones. El enjuiciamiento de estos delitos, en virtud de lo dispuesto en el artículo 8
de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, recae
sobre la Audiencia Provincial, con independencia de la pena señalada.

4.- Escrito de defensa: Artículo 784 L.e.crim.

4.1.- Escrito conjunto de acusación y defensa: Artículo 784.3.L.e.crim.

La opción de acuerdo entre las partes en esta fase procesal se articula mediante
la confección de un escrito conjunto de acusación y defensa previsto en el artículo
784.3 L.e.crim. “En su escrito, firmado también por el acusado, la defensa podrá
manifestar su conformidad con la acusación en los términos previstos en el artículo
787. Dicha conformidad podrá ser también prestada con el nuevo escrito de
calificación que conjuntamente firmen las partes acusadoras y el acusado junto con su
letrado, en cualquier momento anterior a la celebración de las sesiones del juicio oral,
sin perjuicio de los dispuesto en el artículo 787.1.”.

Art. 787 L.e.crim. “1.-Antes de iniciarse la práctica de la prueba, la defensa,


con la conformidad del acusado presente, podrá pedir al Juez o Tribunal que proceda a
dictar sentencia de conformidad con el escrito de acusación que contenga pena de
mayor gravedad, o con el que se presentara en ese acto, que no podrá referirse a hecho
distinto, ni contener calificación más grave que la del escrito de acusación anterior. Si
la pena no excediere de seis años de prisión, el Juez o Tribunal dictará sentencia de
conformidad con la manifestada por la defensa, si concurren los requisitos establecidos
en los apartados siguientes:

8
En mi opinión, ambas opciones son factibles y desde el principio de economía y agilidad procesal, es más conveniente remitir
directamente las actuaciones al órgano competente, aunque en puridad, entiendo que lo procesalmente correcto es determinar la
nulidad del auto de apertura del Juicio y retrotraer las actuaciones hasta el momento anterior a su dictado, emitiendo nuevo Auto que
recoja correctamente el órgano de enjuiciamiento.

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2.- Si a partir de la descripción de los hechos aceptada por todas las partes, el Juez o
Tribunal entendiere que la calificación aceptada es correcta y que la pena es
procedente según dicha calificación, dictará sentencia de conformidad. El Juez o
Tribunal habrá oído en todo caso al acusado acerca de si su conformidad ha sido
prestada libremente y con conocimiento de sus consecuencias.

3.- En caso de que el Juez o Tribunal considere incorrecta la calificación formulada o


entendiere que la pena solicitada no procede legalmente, requerirá a la parte que
presentó el escrito de acusación más grave para que manifieste si se ratica o no en él.
Sólo cuando la parte requerida modifique su escrito de acusación en términos tales que
la calificación sea correcta y la pena solicitada sea procedente y el acusado preste de
nuevo su conformidad, podrá el Juez o Tribunal dictar sentencia de conformidad. En
otro caso ordenará la continuación del juicio.

4.- Una vez que la defensa manifieste su conformidad, el Juez o Presidente del Tribunal
informará al acusado de sus consecuencias y a continuación le requerirá a fin de que
manifieste si presta su conformidad. Cuando el Juez o Tribunal albergue dudas sobre si
el acusado ha prestado libremente su conformidad acordará la continuación del
juicio”.

4.2.- Contenido del escrito de defensa.

El escrito de defensa debe someterse a los mismos requisitos que la acusación


en cuanto a su contenido –Art. 650 L.e.crim-, aunque en caso de no hacerse, por no
formularse el escrito de defensa o por no contener un contenido concerniente a todos
los extremos requeridos, se tendrá a la defensa por opuesta a las peticiones de las
acusaciones.

Es muy habitual por las defensas realizar un escrito de defensa del tipo “no
conforme”; sin especificar cuáles son los postulados fácticos de la defensa. A priori no
puede decirse que sea una postura incorrecta, y deberá valorarse en cada caso si es
conveniente plantear en ese momento la tesis alternativa que plantea la defensa, o sólo
es conveniente negar el relato de cargo.

Una parte esencial del escrito de defensa –como también del escrito de
acusación-, es la prueba solicitada. En relación a la defensa, cuando se produce el
escrito de calificación tras la apertura del juicio oral, se conocen las pruebas
solicitadas por las acusaciones, siendo muy común que las defensas presenten la
formula de la adhesión genérica a la prueba solicitada por las acusaciones. Esta

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actuación es incorrecta y, en todo caso, las defensas deber proponer nominativamente


la prueba, aunque sea la misma que la que han propuesto las acusaciones9.

4.3.- Forma de solicitar la prueba en los escritos de calificación.

Básicamente, en el proceso penal, la prueba puede incluirse en alguna de las


siguientes categorías: Testifical; Pericial; y Documental. En relación a las pruebas
testificales las partes deben señalar el nombre y domicilio de citación del testigo. Esta
designación debe hacerse nominativamente, sin que pueda utilizarse la fórmula de
hacer nuestra las pruebas solicitadas previamente por alguna otra parte que haya
evacuado su escrito previamente. Lo correcto, si queremos poder disponer de una
prueba testifical de manera autónoma, y no depender de que otra parte, a cuya petición
nos hemos adherido, la renuncie, tenemos que solicitarla de manera propia, con
nombre, apellido y domicilio. En caso de no conocerse el domicilio del testigo, puede
proponerse su citación solicitando la averiguación del domicilio por el órgano de
enjuiciamiento-en caso de que se trate de testigos que hayan declarado ya en la
instrucción, es suficiente con poner su nombre e identificar los folios en los que consta
su declaración-.

Debemos señalar que las víctimas o perjudicados, aun estando personadas en


ejercicio de la acción penal y/o civil, sólo pueden comparecer en el acto de la vista oral
como testigos, de forma que, si queremos que declaren en el juicio, deberemos citarlas
expresamente en tal condición.

En cuanto a la prueba documental, esta consiste, por un lado, en la


documentación incorporada ya al procedimiento, sobre la que se suele utilizar la
fórmula de su lectura, salvo que el resto de partes la den por reproducida, que es lo
habitual, siendo lo correcto reflejar los folios concretos que contienen particulares que
9
Esta exigencia era ya requerida por el T.S. en los años 90. Concretamente podemos citar la Sentencia T.S. de 22 de enero de
1990: “Empezando por la primera cuestión ha de señalarse que sólo la parte que propone una prueba es la que puede sostener la
protesta por su denegación. Y, que, según reiterada doctrina de esta Sala, sólo es prueba propia la propuesta expresa y
enumerativamente por el que formula las respectivas conclusiones; por lo que respecta a la prueba testifical, es requisito que se
concreten los testigos nominativamente, así como que se señale su domicilio a efectos de citación (art.656), pues de otro modo
bastaría arbitrariamente con una localización imposible para bloquear la acción de la justicia. La fórmula rutinaria y abstracta de
adhesión a una prueba ajena, con el enunciado tópico de hacerla suya para el caso de ser renunciada, no suple aquellos requisitos
(Sentencias de 7 de mayo, 4 de julio y 7 de diciembre de 1984 y 9 de diciembre de 1985 y 13 de mayo de 1987). En este caso de
Autos la prueba sólo la formalizó el Ministerio Fiscal en tiempo oportuno (art.728); no hay lista en las conclusiones de la Defensa
(Sentencias de 7 de mayo y 15 de junio de 198 l).

Y en un sentido idéntico pero un poco más reciente, podemos citar la Sentencia del T.S., sala 2ª, de 24 de mayo de 2011 - nº
397/2011:“Decisión correcta por cuanto no es bastante la formula estereotipada de adhesión a una prueba ajena -más aun en el
caso presente en que la defensa se limita a una vaga y global adhesión a cualquier prueba que fuera propuesta- porque el art. 656
LECrim. EDL 1882/1 determina de forma imperativa que las partes han de manifestar en su escrito de calificación las pruebas de
que intenten valerse y han de presentar lista de peritos y testigos. En efecto la proposición de pruebas supone un acto sujeto a
estrictas formalidades legales, de ahí que la cláusula usualmente empleada de proponer la prueba mediante una remisión genérica
a las pruebas propuestas por las otras partes no se entiende como una verdadera y propia proposición, sino como una simple
adhesión a la prueba interesada por otra parte. De esta suerte, en caso de que la parte que efectivamente la propuso renuncia a su
práctica, no podrá oponer el adherido, objeción alguna, ni podrá argüir en su contra.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

tienen interés para la pretensión sostenida. Además, también puede solicitarse como
prueba documental a practicar de forma anticipada, aquellos documentos para cuya
obtención se necesita la ayuda del tribunal o Juzgado, al que se solicita que la recabe
mediante el oportuno Exhorto a otro órgano judicial, o mediante el correspondiente
oficio. Por último, debemos hacer mención también a las pruebas técnicas consistentes
en grabaciones de audio o imagen cada vez más en auge. En caso de que obre en las
actuaciones una grabación de una conversación o un video que consideremos
importante, se puede pedir su reproducción en el Juicio Oral en el trámite de prueba
documental, dado que se consideran documentos.

La prueba pericial puede consistir en una prueba pericial oficial, elaborada por
la clínica forense adscrita a los juzgados, o por las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado, o en una prueba instada y aportada por alguna de las partes. Si se trata de una
prueba de naturaleza oficial, si las partes están conformes con su contenido y no la
impugnan, no es necesario citar al perito o forense para su ratificación, en caso
contrario tendrá que citarlo la parte que la impugne. En el supuesto de peritos de parte,
es necesaria siempre la comparecencia y ratificación del informe en el acto de la vista.

Aunque es una exigencia que no viene directamente impuesta en la Ley, la


necesidad de que el órgano de enjuiciamiento pueda valorar la pertinencia de una
testifical, una pericial o una documental, impone que el letrado proponente justifique
dicha prueba y su relación con el objeto del proceso si pretende su admisión.

En relación con el orden de la prueba solicitada en el escrito de calificación, lo


habitual es atender al orden de práctica en la vista, es decir, en primer lugar, la
declaración de los acusados, seguida por las declaraciones testificales, las periciales, y
la prueba documental en último lugar.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

SEGUNDA PARTE: EL JUICIO ORAL EN EL


PROCEDIMIENTO ABREVIADO.

CAPÍTULO (I)
Preparación de la vista.
1.- Introducción.

El Juicio Oral supone la última fase y la culminación del procedimiento


abreviado. En realidad, es la parte más importante del procedimiento y la única en la
que, salvo contadas excepciones, se puede practicar la prueba válida. El Juicio Oral,
ante el órgano de enjuiciamiento, es el escenario en el que se consigue la absolución o
se determina la condena, y hasta que se celebra, cualquier decisión previa se puede
corregir o modificar.

El desarrollo del juicio oral en el Procedimiento Abreviado está regulado de


forma específica en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Libro IV (de los procedimientos
especiales); Título II (Del Procedimiento Abreviado), Capítulo V (Del Juicio Oral y de
la Sentencia) artículos 785 a 794. Pero, además, es de aplicación subsidiaria a dichos
preceptos, la regulación más amplia prevista para la vista oral en el Procedimiento
Ordinario o Procedimiento Sumario10. Libro III (Del Juicio Oral), Título III (De la
celebración del juicio oral), artículos 680 a 749 de la L.e.crim.

2.- Determinación del concreto Juzgado Penal o sección de la Audiencia Provincial.

En las jurisdicciones en las que no existen juzgados penales especializados, por


ejemplo, en Granada capital, el reparto de los procesos es un reparto de aleatoriedad
inteligente, de forma que un programa informático va distribuyendo y repartiendo los
asuntos aleatoriamente, pero con variantes que evitan que unos juzgados se carguen
más que otros11. No es disponible para las partes, pese a su importancia. Lo mismo
ocurre entre las secciones de la Audiencia Provincial12. En otras jurisdicciones

10
Artículo 758 L.e.crim: “El enjuiciamiento de los delitos enumerados en el artículo anterior se acomodará a las normas comunes de
esta ley, con las modificaciones consignadas en el presente Título.”
11
Existen causas especiales que por su complejidad y volumen tiene turnos especiales.
12
Las Audiencias territoriales tienen sus propias normas de reparto, adecuadas a parámetros autorizados y similares. Se pueden
consultar, algunas de ellas, en la página del CGPJ. www.poderjudicial.es.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

territoriales, como Jaén, sí existen, por ejemplo, juzgados que se encargan del
enjuiciamiento de los procedimientos de violencia de género13.

En relación a la concreta composición de la Sala, normalmente, como dispone


el artículo 196 de la LOPJ, está se formará con tres magistrados, aunque el artículo
197 autoriza, con un contenido cuando menos extraño, en cuanto indeterminado, la
posibilidad de que se realice por todos los magistrados que componen la Sala, cuando,
el presidente o la mayoría lo “estimen necesario para la administración de justicia”.

Esta es una opción muy poco habitual, aunque se da en alguna ocasión14.

La determinación de la concreta sección de la Audiencia o del Juzgado Penal en


el que haya recaído el enjuiciamiento, no puede ser combatida, pero sí la concreta
composición de la Sala del Tribunal o el Juez titular del Juzgado, a través de los
supuestos de abstención/recusación previstos en la Ley de enjuiciamiento criminal.
Concretamente, se recogen en los artículos 52 y siguientes de la L.e.crim la regulación
de dicha figura, remitiendo el artículo 54 a la causas recogidas en la L.O.P.J y en
cuanto a su procedimiento, a lo señalado en la L.e.civil –artículos 99 y ss.-. Las causas
concretas de recusación vienen señaladas en el artículo 219 de la L.O.P.J.

Cuestión I.- Las causas de recusación previstas en la L.O.P.J. afectan a circunstancias de


naturaleza personal y a supuestos de carácter objetivo de conocimiento previo del proceso.
Concretamente, en el artículo 219.11 de la LOPJ se señala como causa de recusación: “Haber
participado en la instrucción de la causa penal o haber resuelto el pleito o causa en anterior instancia”.
Se plantea entonces el problema de los supuestos en los que la concreta sección de la Audiencia
Provincial en la que ha recaído el enjuiciamiento ha resuelto previamente algún recurso de apelación
sobre la instrucción. La cuestión es si debe entonces considerarse que dicho magistrado o magistrados
deben abstenerse o pueden ser recusados por dicha relación previa con el pleito. La cuestión no es
sencilla. En primer lugar, debe entenderse que la solución de dicha cuestión de forma radical y genérica
supondría un grave problema a la Administración de justicia, pues imaginaros aquellos procedimientos
que han tenido múltiples recursos en cuya resolución hayan participado todos los magistrados de una
jurisdicción concreta –en el caso de Granada sólo hay dos secciones penales–. Por ello, como casi
siempre la resolución del problema se desplaza a cada caso en concreto.

Simplificando mucho el estudio de la cuestión, puede afirmarse, en definitiva, como se recogió


en la STS 36/2006, 19 de enero, que la jurisprudencia de dicho Tribunal Supremo, acorde con la del
TEDH, tiene establecido que la participación de un magistrado decidiendo la fase procesal anterior al
juicio oral, particularmente en la fase de instrucción, es motivo de recusación, si esa participación
implica un pronunciamiento sobre los hechos, sobre el autor de los mismos y sobre su culpabilidad, que

13
En Granada, el Juzgado Penal número dos de Motril es el encargado de conocer los procedimientos abreviados seguidos en
materia de violencia de género. En Granada capital, sin embargo, no existe un juzgado penal especializado en violencia de género,
aunque si existe una sección de la Audiencia Provincial que se encarga, de forma exclusiva de los recursos contra sentencia penales
dictadas en esta materia –Acuerdo del Pleno del CGPJ de fecha 25 de mayo de 2005-.
14
Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, nº 238/2008 de 18 de abril.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

no deja margen para una nueva decisión sin un prejuicio sobre el fondo de la causa. Por lo tanto, la
cuestión de la imparcialidad objetiva en estos concretos supuestos, precisa de un análisis de la
intensidad del juicio emitido sobre el objeto del proceso.

Cuestión II.- Otro supuesto curioso se da en el caso en el que un juzgado penal conozca o pueda
conocer de dos juicios sobre una misma persona. No hay ninguna causa de recusación basada en el
previo enjuiciamiento por hechos distintos –aunque de la misma naturaleza– a la misma persona.
Probablemente por una cuestión meramente pragmática.15

 Importancia del Juez:

Ya hemos visto que el concreto Juez o los concretos Magistrados encargados del
enjuiciamiento vienen determinados de una forma aleatoria, de manera que es
absolutamente indisponible para las partes. Sin embargo, es una variable determinante.
Mientras la justicia sea impartida por personas, dependerá de éstas en su aplicación.

Ejemplo 1-. Enjuiciamiento por un presunto delito de violación con existencia de un voto
particular sobre la credibilidad de la víctima. Sentencia absolutoria al considerar los magistrados de
forma mayoritaria –dos de los tres magistrados-: “el parecer mayoritario de la Sala aprecia una
conducta de notable ambigüedad en la supuesta víctima, que lleva a dudar de la verosimilitud de su
alegato”. Concurrencia de un voto particular: “la razón de la discrepancia del Magistrado que suscribe
este voto particular con el parecer mayoritario de la Sala se encuentra en el valor conferido a la
declaración de la víctima, la cual a este Magistrado le merece crédito suficiente para destruir el
principio de presunción de inocencia que asiste al acusado”16.

15
La abstención y recusación de los jueces y magistrados se encuentran reguladas en la L.O.P.J., artículos 217 y ss, recogiéndose las
causas o motivos en el artículo 219 de la LOPJ.
16
Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, Sección 2ª; 30 de junio de 2004, nº 386/2004.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 22
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

3.- Admisión/Denegación de prueba.

Una vez que los autos son remitidos al órgano de enjuiciamiento, el Juzgado
Penal o la Audiencia Provincial, se pronunciará sobre la prueba interesada, sin que su
decisión sea susceptible de recurso. El artículo 785 de la L.e.crim marca la primera
actuación del órgano de enjuiciamiento –Juzgado Penal o Audiencia Provincial-,
estableciendo que el mismo dictará Auto resolviendo la admisión o inadmisión de la
prueba propuesta, no pudiéndose recurrir la inadmisión de prueba con independencia
de la reproducción de la petición al inicio de las sesiones de la Vista Oral. Igualmente,
en caso de admitirse practicará la prueba pericial o documental anticipada que se haya
propuesto.

La denegación de prueba debería ser algo inusual, aunque cada vez se está
generalizando más, pues el derecho a la tutela judicial efectiva y, sobre todo, como
parte del mismo, el derecho a la defensa, imponen o deberían imponer un respeto a las
pretensiones probatorias de las partes. Debe tenerse en cuenta que los únicos criterios
de admisión o denegación de prueba, en el P.A., son el criterio formal, que permite su
presentación hasta el inicio de las sesiones del Juicio Oral, y el criterio material de la
pertinencia, necesidad, y posibilidad, por lo que en ningún caso puede denegarse bajo
el simple argumento de que no fue propuesta en la instrucción. Sin embargo, en este
caso como en tanto otros, en ocasiones el derecho de defensa se ve limitado por la
comodidad judicial, produciéndose sistemáticas denegaciones de prueba que limitan
nuestras posibilidades de defensa. Según la importancia de la prueba, siempre hay que
intentar que el órgano de enjuiciamiento no pueda denegarla. En caso de que se
produzca la denegación, hay que formular la oportuna protesta. Sobre la necesidad de
explicitar el contenido de la prueba para poder valorar su pertinencia, podemos citar
una antigua Sentencia del T.S., Sala 2ª; de 22-1-1990:

“También es doctrina jurisprudencial que, al formular la protesta, es requisito de su validez a


efectos de casación que figuren las preguntas concretas proyectadas, para permitir así al Tribunal juzgar
sobre el alcance y utilidad de la prueba (Sentencias de 12 de junio de 1972, 10 de febrero de 1981, 21 de
enero, 29 de mayo y 9 de diciembre de 1985 y 15 de febrero de 1986). En este caso no se hizo así y,
además, expresamente, se ciñó la tacha de los testimonios sumariales a supuestos vicios invalidantes
(que se examinarán). En cualquier caso no era prueba propia, coi-no exigen los arts. 656, 657, 701, 708,
728, 729, 745 y 746.3.' de la Ley Procesal”.

Desgraciadamente, quizás por una sensación de plenitud del derecho de defensa


que ya hemos dicho que no es real; por motivos de simple pereza profesional, más
habitual de lo deseable; o incluso por motivos de estrategia procesal –no hay que
mostrar al contrario el sentido de la prueba para que no pueda prevenirse contra ella-,
en ocasiones los letrados simplemente proponen la prueba sin explicar su contenido y
Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 23
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

su relación con el objeto del proceso. Se trata de un error. Si pedimos en el escrito de


acusación o defensa una documental o una testifical nueva –no practicada en
instrucción y, por lo tanto, cuyo contenido se desconoce-, sin explicar su sentido, es
lógico que nos la denieguen pues es imposible declarar pertinente lo que no se conoce;
por ello, lo mejor, si es una prueba documental, es exponer el objeto y el sentido de su
práctica, y si se trata de un testimonio, habrá que exponer la relación que el testigo
tiene con los hechos, para que el órgano de enjuiciamiento pueda pronunciarse sobre si
la misma es pertinente o no y, en todo caso, para que el recurso basado en indefensión
por inadmisión de prueba, pueda tener efecto.

4.- Señalamiento del Juicio Oral: Artículo 785 de la L.e.crim.

Igualmente, como se recoge en el artículo 785.2 LECrim, en este momento,


aunque por diligencia aparte, se señala, por el letrado de la Administración de Justicia
–antiguo Secretario Judicial-, la fecha para el acto de la vista, en una o varias sesiones
conforme a lo dispuesto en el artículo 182 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que prevé
un orden temporal de llegada y unas reglas especiales organizativas y que en el caso de
los procedimientos penales, además, deben tener en cuenta: “1º.- La prisión del
acusado; 2º-. El aseguramiento de su presencia a disposición judicial; 3º.- Las demás
medidas cautelares adoptadas; 4º-. La prioridad de otras causas; 5º.- La complejidad
de la prueba propuesta o cualquier circunstancia modificativa, según hayan podido
determinar una vez estudiado el asunto o pleito de que se trate”.

Otro problema habitual en los señalamientos, en relación a los letrados


intervinientes, aparte de los supuestos sobrevenidos de enfermedad del abogado, son
los supuestos de coincidencia de señalamientos.

Coincidencia de señalamientos: La Ley de Enjuiciamiento Criminal no regula


los supuestos de coincidencia de señalamientos para los letrados, pero sí lo hace la Ley
de Enjuiciamiento Civil, que tiene carácter de aplicación subsidiaria al proceso penal.
En concreto, el Artículo 188.6 de la L.e.civ17, señala que, dentro de los tres días de la
notificación del último señalamiento, deberá ponerse en conocimiento de éste que

17
Art. 188.6.º L.e.civil: “Por tener el abogado defensor dos señalamientos de vista para el mismo día en distintos Tribunales,
resultando imposible, por el horario fijado, su asistencia a ambos, siempre que acredite suficientemente que, al amparo del artículo
183, intentó, sin resultado, un nuevo señalamiento que evitara la coincidencia. En este caso, tendrá preferencia la vista relativa a
causa criminal con preso y, en defecto de esta actuación, la del señalamiento más antiguo, y si los dos señalamientos fuesen de la
misma fecha, se suspenderá la vista correspondiente al procedimiento más moderno. No se acordará la suspensión de la vista si la
comunicación de la solicitud para que aquélla se acuerde se produce con más de tres días de retraso desde la notificación del
señalamiento que se reciba en segundo lugar. A estos efectos deberá acompañarse con la solicitud copia de la notificación del
citado señalamiento. Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación a las vistas relativas a causa criminal con preso, sin
perjuicio de la responsabilidad en que se hubiere podido incurrir.”

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

coincide con otro señalamiento fijado con anterioridad, solicitándose la suspensión. El


orden de prioridad que fija es el siguiente:

1º.- Causa con preso. Es prioritaria sea cual sea la fecha de su señalamiento y
provoca la suspensión de cualquier otra causa.
2º.- El señalamiento más antiguo.
3º.- Si los dos señalamientos son de la misma fecha, se suspenderá la vista
correspondiente al más moderno.

Y sobre esta gradación de prioridades, en el proceso penal puede darse el caso


de que la coincidencia sea entre actos de distinta categoría, pues puede ocurrir que el
acto previo que puede provocar la suspensión sea una declaración en instrucción. En
este caso no nos encontraríamos ante un supuesto de suspensión, sólo recogida
respecto a la coincidencia de vista.

No obstante la anterior regulación, es habitual que cada juzgado trate de velar


por sus propios intereses y trate de conseguir que no se suspenda su actuación incluso
presionándoos para que enviéis un compañero. Esto tiene bastante que ver con la
devaluación que tiene nuestra profesión en el ámbito judicial. Sin embargo, hay algo
que debéis tener en cuenta. Las partes en un proceso penal tienen derecho a elegir al
profesional que deseen, y éste, que no tiene el don de la ubicuidad, no puede estar en
dos sitios a la vez. En ocasiones, será posible que algún compañero, pueda realizar la
sustitución, pero es una decisión propia, nunca por imposición del juzgado, que como
he dicho lo intentará para evitar suspensiones.

5.- Acuerdos.

Una de las partes del derecho penal que más me sorprendió cuando empecé a
ejercer en el año 1996, algo de lo que nunca había oído hablar y que se me mostraba
como una pieza importantísima del proceso penal era el acuerdo entre las partes.
Peticiones de condena de más de cinco años eran retiradas o conformadas con penas
cuasi testimoniales de tres o seis meses de prisión. Las reglas: no hay reglas; la forma:
no hay forma. Se trata de una pura y dura negociación en la que todo está permitido –
dentro de la legalidad penal-, pero lo que hoy es válido mañana no sirve y lo que ayer
no servía hoy se puede aplicar. En realidad, la conformidad convierte el Derecho Penal
en material de mercadillo en el que la práctica, el desparpajo, la rapidez, simpatía o
inteligencia y, porque no, el trato y relación que tengas con el Ministerio Fiscal,
convierte casi todo en posible.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 25
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

Es cierto que se ha intentado reglar las conformidades, estableciendo


protocolos de actuación por la Fiscalía, aunque estos intentos han tenido y tienen un
éxito dispar según los ámbitos provinciales. En Granada, desgraciadamente, salvo de
una forma genérica, no se respetan, existiendo una absoluta anarquía en la forma y
modo de realizar los acuerdos, dependiendo del concreto fiscal encargado del proceso
en cada fase, pues aunque se ha intentado nombrar fiscales encargados de las
conformidades, nunca ha sido realmente establecido un procedimiento único de
actuación, aunque existen otros lugares en los que sí se aplica con mucha mayor
eficiencia y rigor.

En este ánimo de regulación del proceso de conformidad, se firmó en fecha 1 de


abril de 2009 entre la Fiscalía General del Estado y el CGPJ el Protocolo de actuación
para juicios de conformidad, que se tradujo en la Instrucción de la Fiscalía número
2/2009.
En desarrollo del Protocolo referido, el 30 de julio de 2020 el Ilustre Colegio de
Abogados de Granada junto con la Fiscalía Provincial de Granada han suscrito un
Acuerdo para la aplicación de un protocolo de actuación para juicios de conformidad,
elaborándose un modelo normalizado del servicio de conformidades.

6.- Actuaciones Previas: Preparación y estudio del procedimiento.

El estudio y exacto conocimiento del procedimiento es la mejor baza para


desempeñarse en el juicio oral. Por ello es importante tener una copia exacta y
completa del proceso, desechando las actuaciones de mero trámite y, sobre todo,
acudiendo al Juzgado penal para comprobar, si no lo habéis hecho antes, el foliado de
las actuaciones –que permite poder afrontar el juicio oral referenciando cada
actuación-, y comprobando el concreto estado de la práctica de la prueba anticipada y
de la citación de acusados y testigos. Además, si ejercéis la acusación, es conveniente
que comprobéis el escrito de defensa, en caso de que el procurador de la defensa no lo
haya trasladado a las partes, pues el juzgado no lo notifica normalmente.

7.- Conversaciones previas con el cliente.

En cualquier procedimiento penal, la versión o historia del acusado y la víctima


o perjudicado, si ejercéis la acusación, es esencial. Es cierto que depende de quién sea
el acusado y quién sea la víctima, y depende también de qué delito hablemos, pero en
términos generales, lo que necesitáis de vuestro cliente es información. Toda la
información que pueda facilitaros sobre los hechos. Obviamente hay personas con poca
capacidad de contar cosas a las que hay que sacarle la información con paciencia y
largas horas en el despacho, pero hay que hacerlo. Es inexcusable, no podréis defender
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

a alguien, tanto ejerciendo la acusación como la defensa, si no tenéis toda la


información sobre el hecho.

8.- Consideraciones estéticas sobre el acto.

El plenario, vista o juicio oral, es el acto más solemne del proceso penal. En
principio, sólo lo que ocurre allí es válido. Como abogado se puede concurrir en la
condición de acusación, particular o popular, perjudicado civil, defensa, y responsable
civil o participe a título lucrativo. Las posiciones principales son, obviamente, la
acusación y la defensa.

Atuendo. Realmente es una cuestión de estética personal no reglada que está


presidida por el respeto. En un principio, hace ya muchos años, se establecía en la
mayoría de los estatutos profesionales de jueces, abogados, fiscales…etc, la necesidad
de llevar bajo la toga la camisa blanca y corbata negra18. Actualmente, las únicas
referencias a la vestimenta bajo la toga las encontramos en el artículo 37 del Estatuto
de los Abogados, que indica que éstos adecuarán su indumentaria a la dignidad y
prestigio de la toga que visten y del respeto a la justicia19.

Comportamiento. La única regla del comportamiento del abogado es el respeto


a todos y cada uno de los integrantes del Juicio. Existen tratamientos y reglas que
deben cumplirse. La petición de la “venía” es obligada siempre que se toma la palabra.
Las formas son diversas “con venia”; “con la venia”; “con la venia del Tribunal”,
“con la venia del presidente”, “con la venia de su señoría”; “con la venia señor/a”. En
realidad, la solicitud de venia no es ni más ni menos que una fórmula de respeto,
equiparable a solicitar el permiso del Juez o Tribunal.

Exposición: La oratoria es, según la Real Academia de la lengua, “el arte de


hablar con elocuencia”; y elocuencia, es la “facultad de hablar o escribir de modo
eficaz para deleitar, conmover o persuadir”. La oratoria y la abogacía mantienen un
origen histórico común. En Grecia, los oradores famosos eran contratados para
convencer en las contiendas jurídicas. Posteriormente, estos oradores comenzaron a
ser retribuidos por estos servicios, con lo que se convirtieron en los precursores de la
actual abogacía20. La oratoria en un abogado es esencial. Una parte importante de
nuestro trabajo, sobre todo en el ámbito penal, se desempeña oralmente y se puede

18
El anterior estatuto de los procuradores, de fecha 30 de julio de 1982, en su artículo 16.2 establecía que: “en apertura de los
Tribunales, …así como ante cualquier Tribunal o autoridad, los Procuradores vestirán traje negro y corbata negra …”
19
En el mismo sentido, el Reglamento 2/2005 del Consejo General del Poder Judicial, que establece que los abogados y
procuradores, en “todo acto jurisdiccional llevarán traje o vestimenta acorde con la solemnidad del acto”.
20
“Convencer y vencer”. Artículo publicado en la revista “En portada”, número de octubre de 2007.

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afirmar que ante una prueba plena no hay elocuencia que valga, pero ante una dudosa,
la batalla dialéctica es fundamental.

CAPÍTULO (II)
Desarrollo de la vista oral
1.- Intervención en la vista oral.

En el acto de la vista oral del procedimiento abreviado, sólo interviene la


defensa técnica de las partes -abogado-, no su representación procesal. Es decir, al
juicio deben comparecer los letrados que dirigen a las partes personadas, sin que sea
necesaria la intervención de los procuradores. Sobre esta cuestión, sin embargo, hay
que tener cierto cuidado. Aun cuando en el caso de las defensas lo normal es que esté
presente su defendido21, que como acusado debe comparecer al proceso22-en el
supuesto de juicios en ausencia no se exige la presencia del procurador del acusado,
que se entiende suficientemente representado/defendido por su letrado-, en el caso de
las acusaciones, no siempre está presente la persona o personas que ejercen la acción
penal –que de comparecer lo hará como testigo-, pudiéndose exigir entonces la
presencia del procurador para habilitar la intervención del letrado en su nombre.
Aunque sólo en supuestos de excesivo rigor formalista, he presenciado algunos casos,
bien es verdad que hace años, en los que no se ha permitido la intervención de los
letrados de la acusación al no haber comparecido el procurador. En estos casos,
aunque sólo al inicio del juicio –luego se les permite marcharse-, sí se exige la
presencia de los procuradores. Sin embargo, creo que esto es una práctica incorrecta,
pues no existe en la L.e.crim la exigencia de que el procurador de las partes tenga que
comparecer al acto de la vista, bastando con su defensa letrada23.

21
Sentencia de la Audiencia Provincial de Tenerife, sección 2ª, de 8 de abril de 2011.“La celebración del juicio en el procedimiento
abreviado, salvo excepciones que no hacen al caso, requiere preceptivamente la presencia del acusado y del abogado defensor,
según señala el art. 786.1 de la LECr. Ninguna mención se hace del procurador , ya que su función de representación procesal
decae en el juicio, en el que ha de comparecer el representado en persona y no su representante"
22
En ocasiones puede celebrarse el juicio sin la presencia del acusado, pero nunca he visto que se niegue en este caso la
representación del letrado aunque no esté presente el procurador.
23
En este sentido, podemos recoger lo manifestado por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 27ª en su Sentencia de 29 de
marzo de 200723: “No existe ninguna norma en la Ley de Enjuiciamiento Criminal que disponga la preceptiva comparecencia al
acto del Juicio Oral de los Procuradores de las partes como sí lo hay en el proceso civil (432 Ley de Enjuiciamiento Civil). Tan
solo para el caso del acusado, las Leyes procesales criminales (art. 786 LECrim, art. 44 LO Tribunal del Jurado) establecen la
preceptiva asistencia del acusado y del Abogado defensor, sin los cuales se dice no podrá celebrarse el juicio (a salvo de las
excepciones del párrafo. 2 del art. 786 LECrim. para el acusado citado que no comparece injustificadamente). En la vista del
recurso de casación, el art. 894 LECrim. establece la asistencia del Ministerio Fiscal y de los defensores de las partes, aunque la
falta de asistencia injustificada de estos últimos no será motivo de suspensión de la vista, añadiendo el pfo. 3º que "La Sala podrá
imponer a los Letrados que no concurran las correcciones disciplinarias que estime merecidas, atendida la gravedad e importancia
del asunto "En conclusión, que la Ley de Enjuiciamiento Criminal y demás leyes procesales penales no establecen, respecto del
acusado, la asistencia preceptiva del Procurador al acto del Juicio o vista, tan solo de su Abogado defensor. Ni siquiera en el caso
de que el acusado no comparezca y el juicio se celebre en su ausencia, siguiéndose solo con el Abogado, quien como dispone el art.
768 LECrim carece entonces de la representación de su defendido, siendo necesaria la intervención de Procurador desde el trámite
de la apertura de Juicio Oral, quien tendrá la representación del acusado. Tampoco en el supuesto de que el acusado sea expulsado
de la Sala de Vista en el supuesto del art. 687 LECrim. se establece la preceptiva asistencia del Procurador , ni se concluye que a
partir de ese momento el Abogado defensor no pueda seguir por no estar presente en la Sala ni el acusado expulsado ni su

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

2.- Colocación de las partes.

El escenario de la vista oral debe conformarse por el Juez o Tribunal, el Letrado


de la Administración de Justicia –cada vez menos al grabarse ya todos los juicios-, el
Fiscal y los letrados de la acusación y defensa. Todos ellos en estrados, a la misma
altura, y provistos de toga, pero con diferencia. Los miembros del órgano judicial,
Magistrados y Letrado de la Administración de Justicia, y el representante del
Ministerio Fiscal llevarán puñetas. Sobre la posición que deben ocupar las partes en la
Sala de vistas, no hay normas fijas, y cada provincia o incluso juzgado puede tener una
costumbre diferente.

La práctica en Granada es que el Ministerio Fiscal se sienta a la izquierda del


Juez, mientras que, en Jaén, por ejemplo, en los juzgados penales, se sienta a la
derecha; en la Audiencia de Jaén, sin embargo, en la izquierda y en Madrid, en los
Juzgados penales, el Ministerio Fiscal se sienta en la derecha, en la Audiencia
Nacional en la izquierda. La conclusión es que salvo que se conozca el juzgado, debe
esperarse a ver la posición que ocupa el fiscal, si se ejerce la defensa, el letrado debe
sentarse enfrente, y si se ejerce la acusación, el letrado debe situarse al lado del fiscal.
Normalmente, en el Juzgado o Tribunal se dispone de un espacio digno para ejercer
nuestro trabajo en tan solemne escenario, aunque en ocasiones de concurrencia de
varios letrados por parte, acusación o defensa, la situación se vuelve ridícula, pues se
puede dar el caso de defender un delito grave, pleitear por más de diez años de prisión
de una persona, y hacerlo en una postura vergonzosa, sin lugar donde poner los
papeles y en una silla sin mesa enfrente.

En relación al acusado, el mismo se sienta en el lugar identificado como


“banquillo”, que suele estar enfrente del tribunal, en el que permanecerá todo el juicio.
Sin embargo, la promulgación de la Ley del Jurado introdujo en nuestro sistema
procesal una exigencia de respeto al derecho de defensa durante el proceso que
consistía en la posibilidad de que el acusado esté durante la vista al lado de su letrado,
para posibilitar la comunicación permanente. Concretamente el artículo 42.2 de la
L.O.T.J. –Ley Orgánica 5/1995 de 22 de mayo del Tribunal del Jurado-, señala: “El
acusado o acusados se encontrarán situados de forma que sea posible su inmediata
comunicación con los defensores”. Surge entonces la cuestión de determinar si dicho

Procurador .Ninguna mención existe respecto de la comparecencia en juicio o en vista de las demás partes, a excepción de la
relativa al tercero responsable civil para decir que su ausencia injustificada no será por sí causa de suspensión (art. 786 LECrim,
art. 44 LOTJ).No existe ningún impedimento para trasladar el régimen previsto para la comparecencia en juicio del acusado a las
demás partes y en concreto a la acusación particular, exigiendo solo la asistencia de su Abogado, sin requerir además la del
Procurador. No puede argüirse de contrario que en el caso del acusado el Abogado defensor tiene también su representación, pues
como hemos indicado ello solo ocurre hasta el trámite de la apertura del juicio oral (art. 768 LECrim). Así, con la sola asistencia
al juicio o vista del Abogado de la parte, se hace en la práctica forense.”.

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artículo es aplicable al resto de los procedimientos penales. La contestación es que no


se aplica, pues nunca lo he visto en un procedimiento que no sea del Tribunal del
Jurado, pero existen tribunales que promueven esta situación24.

A pesar de que soy totalmente partidario de esta opción, se trata de un logro a


conseguir que en cada caso debe ponderarse, pues los Juzgados y Tribunales son muy
reacios a realizar modificaciones en sus estructuras organizativas, y la variación de la
ubicación del acusado supondría un importante cambio.

3.- Juicio público o juicio a puerta cerrada. Artículo 680 a 682 de la L.e.crim.

La publicidad de los debates es la regla general, señalando la Ley de


Enjuiciamiento Criminal que el juicio oral “será público bajo pena de nulidad” –art
680 L.ecrim-. Sin embargo, esta regla tiene excepciones. En concreto, el Juez o
Tribunal podrá, de oficio o a instancia de parte, declarar que éste se celebre en su
totalidad o de forma parcial a puerta cerrada. El criterio es muy laxo: “razones de
seguridad o de orden público, o la adecuada protección de los derechos fundamentales
de los intervinientes, en particular el derecho a la intimidad de la víctima, el respeto
debido a su familia o resulte necesario para evitar a la víctimas prejuicios relevantes
que, de otro modo, podrían derivar del desarrollo ordinario del proceso” –Art 681
L.e.crim-. El citado artículo prevé también que en estos casos se podrá autorizar la
presencia de personas que acrediten un especial interés.

Un caso habitual de juicio a puerta cerrada es aquel que se refiere a agresiones


sexuales a menores, con lo que se trata de proteger al máximo la imagen del menor. La
práctica habitual es que traten de compaginarse ambos derechos, declarando la
celebración de determinadas pruebas a puerta cerrada y que el resto de la vista sea
pública.

En relación con la prensa y medios de comunicación, el actual artículo 682 de


la L.e.crim, establece un sistema de posibilidad de asistencia y grabación, pero
permitiendo al Tribunal o Juzgado que lo restrinja en la medida de las necesidades del
proceso e intereses de las partes. La posibilidad de restricción es tan genérica que lo
habitual es que se permita su presencia al inicio del juicio o de cada sesión, debiéndose

24
En concreto, podemos citar a la Audiencia Provincial de Barcelona, sec. 3ª, S 2-4-2013, nº 286/2013, rec. 42/2013 «En este
tiempo de reformas penales, tanto sustantivas como procesales, parece llegado el tiempo de diseñar un nuevo escenario de las
audiencias penales que sitúe al acusado junto con su letrado. Con ello se conseguiría una más efectiva asistencia jurídica que se
vería potenciada por la propia cercanía física, y, al mismo tiempo se pondría fin a una irritante desigualdad existente en relación a
la Ley del Jurado, cuyo art. 42-2 º prevé que: "...el acusado o acusados se encontrarán situados de forma que sea posible su
inmediata comunicación con los defensores ...", lo que por otra parte es norma usual en el derecho comparado».

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 30
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

después retirarse para el comienzo del juicio, saliendo las cámaras, pero pudiendo
permanecer en la Sala los periodistas que lo estimen oportuno.

A pesar de lo anterior, actualmente, como habréis tenido ocasión de comprobar,


algunos juicios son emitidos en directo por las televisiones.

4.- Intervención en el proceso por videoconferencia. Art. 731 bis L.e.crim.

Otra cuestión de plena actualidad, y recogida en el artículo 731 bis de la L.e.crim, es


la posibilidad del uso de medios técnicos como la videoconferencia, que permite la
ausencia de comparecencia en la sede del juzgado de alguno de los intervinientes, y que
junto a evidentes beneficios –principalmente la ausencia de traslado de sus domicilios,
cuando viven fuera del lugar de celebración de la vista-, también plantea algunos
problemas. Estando clara y siendo cada vez más frecuente la intervención de testigos y
peritos por videoconferencia, la principal cuestión es la posibilidad de toma de
declaración y asistencia al juicio del acusado a través de videoconferencia.

El T.S ha tenido ocasión de afrontar esta cuestión, y aunque no la ha negado,


pues la ley procesal lo permite, desplaza su autorización a cada caso concreto,
señalando las reservas y excepcionalidad de dicha medida, en tanto que puede
conculcar derechos del acusado25.

25
Como ejemplo del estado de la cuestión, podemos citar a la Audiencia Provincial de Barcelona, en la misma sentencia
anteriormente señalada, que reproducimos ampliamente por su claridad al afrontar esta problemática -AP Barcelona, sec. 3ª, S 2-
4-2013, nº 286/2013, rec. 42/2013-PRIMERO. El recurrente solicita que se declare la nulidad del acto del juicio, toda vez que no
estuvo presente en el acto del juicio, habiendo participado en el mismo por videoconferencia, lo que le limitó sus posibilidades de
defenderse correctamente. La posibilidad de celebrar el juicio con acusados por videoconferencia, sin que se encuentren presentes
en la sala de vistas donde se está celebrando el acto del juicio ha sido analizada en dos ocasiones por la Sala Segunda del Tribunal
Supremo. La primera (ver STS núm. 678/2005) decidió anular el acto del juicio con los siguientes argumentos: Es cierto y basta la
lectura del texto vigente de nuestra Ley Orgánica del Poder Judicial para advertir que la actual normativa procesal permite tal
fórmula, a partir de la Reforma operada por la Ley Orgánica 13/2003 que introdujo el nuevo texto del artículo 229.3, que ahora
dispone que las declaraciones, interrogatorios, testimonios, careos, exploraciones, informes, ratificación de los periciales y vistas
«...podrán realizarse a través de videoconferencia u otro sistema similar que permita la comunicación bidireccional y simultánea
de la imagen y el sonido y la interacción visual, auditiva y verbal entre dos personas o grupos de personas geográficamente
distantes asegurando en todo caso la posibilidad de contradicción de las partes y la salvaguarda del derecho de defensa, cuando
así lo acuerde el juez o tribunal». Y, más en concreto, para el acto del Juicio oral en el procedimiento penal, el nuevo artículo 731
bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, al afirmar que «El tribunal, de oficio o a instancia de parte, por razones de utilidad,
seguridad o de orden público, así como en aquellos supuestos en que la comparecencia de quien haya de intervenir en cualquier
tipo de procedimiento penal como imputado, testigo, perito, o en otra condición resulte gravosa o perjudicial, podrá acordar que su
actuación se realice a través de videoconferencia u otro sistema similar que permita la comunicación bidireccional y simultánea de
la imagen y el sonido, de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 3 del artículo 229 de la Ley Orgánica del Poder Judicial ».Pero,
evidentemente, no puede ignorarse que la proyección de los principios básicos del procedimiento es, en esta materia, diferente
según que nos hallemos ante la declaración distante de un testigo o la práctica del informe de un perito, que tan sólo requieren
garantizar la exactitud y fiabilidad de la información recibida por el Juzgador, así como el sometimiento de su generación a la
contradicción de las partes, que cuando estamos ante la participación de los propios acusados, especialmente en el momento
cumbre del Juicio oral, a los que ha de permitírseles intervenir activamente en el ejercicio de su propio derecho de Defensa.
Mientras que otros elementos probatorios, como los testimonios y las pericias, tan sólo ofrecen una posición pasiva, que permite la
posibilidad de su correcta percepción a pesar de la distancia, el acusado no sólo puede ser «objeto» de prueba, a través del
contenido de sus manifestaciones, sino que también representa un papel de «sujeto» activo en la práctica de las actuaciones que se
desarrollan en el acto de su propio Juicio. Y, para ello, adquiere gran relevancia tanto su presencia física en él, como también la
posibilidad constante de comunicación directa con su Letrado que, de otro modo, podría ver seriamente limitadas sus funciones de
asesoramiento y asistencia. El contenido de la declaración de un testigo, por citar sólo un ejemplo de las múltiples vicisitudes
imprevistas que pueden surgir en el desarrollo de la vista oral, es capaz de provocar una necesidad de instantáneo intercambio de
información entre el Letrado y su defendido, por lo que no resulta, en modo alguno, insólito, en la práctica judicial, que, en tales
ocasiones, se solicite autorización a la Presidencia de ese acto, para que se acceda a esa comunicación. Autorización que, de
denegarse, puede plantear indudables problemas en orden al respeto debido al derecho de Defensa. Esto hace que incluso esta

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 31
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

En la práctica, nunca he asistido a un juicio en el que el acusado declare y esté


presente mediante videoconferencia, aunque parece que, aun como excepción, sí se
están llevando a cabo algunos juicios en los que el acusado participa por
videoconferencia.

Recientemente, a consecuencia de la crisis sanitaria causada por el COVID-19,


se han tenido que celebrar juicios por sistemas de multivideoconferencia. Así, el 24 de
abril de 2020, la Audiencia Provincial de Granada celebró su primer juicio por
multivideoconferencia múltiple para un caso por posible tentativa de homicidio,
siguiendo el acusado la vista de forma ininterrumpida desde la prisión hasta que el
juicio ha quedado visto para sentencia.

Sala, siguiendo la estela del propio Legislador, se haya pronunciado con determinación en una línea de la que es claro exponente
la reciente Sentencia de 2 de marzo de 2005, cuando proclama que: «En este tiempo de reformas penales, tanto sustantivas como
procesales, parece llegado el tiempo de diseñar un nuevo escenario de las audiencias penales que sitúe al acusado junto con su
letrado. Con ello se conseguiría una más efectiva asistencia jurídica que se vería potenciada por la propia cercanía física, y, al
mismo tiempo se pondría fin a una irritante desigualdad existente en relación a la Ley del Jurado, cuyo art. 42-2 º prevé que: "...el
acusado o acusados se encontrarán situados de forma que sea posible su inmediata comunicación con los defensores ...", lo que por
otra parte es norma usual en el derecho comparado». Obviamente, con los modernos métodos de comunicación electrónica que
aquí se analizan sufren esos planteamientos, tendentes a facilitar plenamente el derecho de Defensa, salvo que se adopten las
medidas oportunas, técnicamente posibles, de comunicación, al menos auditiva, independiente, directa y constante, entre el
Defensor y su defendido. Solución que, no obstante, también podría dar lugar, en la práctica, a eventuales complicaciones
merecedoras de estudio. Por ello, al no poder afirmarse la integridad del respeto a las garantías procesales habituales, la decisión
acerca de la celebración de un Juicio con la presencia mediante videoconferencia de los acusados requiere prestar inexcusable
atención a criterios de proporcionalidad que relacionen el sacrificio de tales derechos con la relevancia de las causas que
aconsejan semejante medida. Quedando, por supuesto, fuera de esa ponderación cualesquiera alusiones a planteamientos de índole
funcional, como el ahorro de gastos o de las dificultades y molestias derivadas de traslados y comparecencias, pues es obligación
del Estado, dentro del correcto ejercicio de su «ius puniendi», facilitar los medios necesarios para respetar los principios rectores
de nuestro sistema de enjuiciamiento, siempre que fuere posible. De modo que sólo motivos de absoluta imposibilidad de asistencia
personal del acusado servirían para justificar, válidamente, el empleo en estos casos de los novedosos métodos contemplados en
nuestra legislación, en especial cuando de la presencia del propio acusado se trate. Amén de aquellos otros supuestos como en los
que el Tribunal se haya visto obligado a replicar a una conducta perturbadora con la expulsión del desobediente, en los que,
precisamente, la posibilidad de que siga su Juicio a través de medios electrónicos desde un lugar externo a la Sala, como acontece
en procedimientos de los que conocen ciertos Tribunales supranacionales, se erige en el más eficaz y garantista sucedáneo de la
presencia física de quien ha forzado, e manera inevitable, esa situación. En la segunda (ver STS núm.. 644/2008), se trataba de una
declaración testifical practicada por videoconferencia, pero el Tribunal volvió a reiterar la doctrina fijada en la Sentencia del año
2005 al decir: La validez de la videoconferencia tiene distinta dimensión cuando se trata de la utilización de esta tecnología
sustituyendo la presencia de los acusados en el momento del juicio oral por su declaración a través de la comunicación
bidireccional de la imagen y el sonido, que cuando se emplea para las manifestaciones de testigos y peritos. Como se puso de
relieve en la sentencia de esta Sala, de 16 de mayo de 2005, el acusado debe tener un papel activo en el juicio oral por lo que
adquiere relevancia su presencia física e incluso la posibilidad de la comunicación constante con su Abogado, que no sólo se debe
cumplir en los procedimientos de la Ley del Jurado, sino en toda clase de juicios orales. No por ello se debe descartar totalmente la
celebración de juicio por videoconferencia con los acusados y así lo contempla el Convenio Europeo antes citado, cuando lo exijan
razones de seguridad derivadas de la extrema peligrosidad de los acusados que hagan desaconsejable su traslado o cuando, por las
circunstancias externas, las sesiones pudieran verse seriamente alteradas por concentraciones masivas de personas en los
alrededores de la sede del tribunal. En estos casos, si que debe motivarse las razones que se alegan para justificar esta decisión
excepcional. Ambas sentencias se hacen eco de los convenios internacionales que regulan esta materia y, en este sentido, vale la
pena recordar que el Convenio de la Unión Europea relativo a la Asistencia Jurídica en materia Internacional Penal de 29 de mayo
del año 2000 y el segundo protocolo adicional al Convenio Europeo de Asistencia Judicial en materia penal de 1959 distinguen
claramente entre las declaraciones de los testigos y las de los acusados, establecimiento que cuando la videoconferencia se refiere
a acusados es requisito ineludible que este preste su consentimiento. En el presente caso, la Magistrada de instancia consideró que
las nuevas tecnologías aseguraban la plena participación del acusado en la celebración del acto del juicio, sin que justificara en
ningún momento la existencia de especiales circunstancias que hicieran conveniente la celebración del acto del juicio por
videoconferencia, dándose la circunstancia de que dicha decisión se tomó en contra de todas las partes intervinientes en el acto del
juicio, las cuales mostraron su conformidad (incluido el Ministerio Fiscal) con la suspensión del acto del juicio solicitada por la
defensa del acusado. En estas condiciones, resulta patente que de conformidad con la jurisprudencia antes mencionada es
procedente estimar el recurso de apelación interpuesto y declarar la nulidad del acto del juicio celebrado el día 6 de febrero del
año en curso.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

5.- Dirección del proceso y jurisdicción disciplinaria. Art. 683 y ss. L.e.crim.

Las labores de dirección del juicio, según los artículos 683 y ss., las tiene el
presidente del Tribunal o el Juez en su caso. Pudiendo expulsar de la Sala, sancionar
económicamente e incluso detener a quienes alteraren el orden, estando todas las
personas dentro de la Sala bajo su jurisdicción disciplinaria.

6.- Duración de la vista oral. Art. 788 L.e.crim.

Según el artículo 788 de la L.e.crim, el juicio oral se celebrará


concentradamente, en sesiones consecutivas, pudiéndose suspender o aplazar las
sesiones por un límite de treinta días.

7.- Inicio del Juicio. Art. 786.2 de la L.e.crim.

7.1.- Presencia del acusado.

El artículo 786.1 de la L.E.Crim, señala que “La celebración del juicio oral
requiere preceptivamente la asistencia del acusado y del abogado defensor. No
obstante, si hubiere varios acusados y alguno de ellos deja de comparecer sin motivo
legítimo, apreciado por el Juez o Tribunal, podrá éste acordar, oídas las partes, la
continuación del juicio para los restantes. La ausencia injustificada del acusado que
hubiera sido citado personalmente, o en el domicilio o en la persona a que se refiere el
artículo 775, no será causa de suspensión del juicio oral si el Juez o Tribunal a
solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la defensa, estima que
existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando la pena solicitada no
exceda de dos años de privación de libertad o, si fuera de distinta naturaleza, cuando
su duración no exceda de seis años”.

Por lo tanto, el enjuiciamiento en ausencia del acusado es posible, pero bajo un


prisma de excepcionalidad y siempre que se cumplan los siguientes requisitos:

1º. Que el acusado haya sido citado en forma, ya personalmente, ya en el


domicilio que en las diligencias previas se haya señalado al efecto, ya en la persona
que también se haya designado en aquellas diligencias para recibir notificaciones.

2º. Que el acusado no haya comparecido "injustificadamente", es decir que no


es suficiente la incomparecencia sino que es preciso que ésta no se haya justificado,
alegando enfermedad u otra justa causa.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

3º. Que lo pida el Ministerio Fiscal o la parte acusadora. La defensa sólo tiene
que ser oída, sin que su oposición sea obstáculo para celebrar el juicio, si el Tribunal
lo acordase así.

4º. Que la pena solicitada no exceda de dos años de privación de libertad o, si


es de naturaleza distinta y tiene fijada duración en el Código, que ésta no exceda de
seis años. Hay que entender incluidas las multas.

5º. Que esté presente e intervenga el Abogado defensor. Así lo exige el principio
de defensa.

6º. Que el órgano jurisdiccional aprecie que existen elementos suficientes para
el enjuiciamiento, pese a la ausencia del acusado".

El problema se encuentra en relación a la determinación de ese límite en la


acusación que alude a los dos años de prisión, ¿Se refiere individualmente a la pena de
cada delito objeto de acusación, o acumulativamente? Aunque la opción no es pacífica,
puede decirse que debe atenderse a la pena individual26.
7.2.- Lectura por el Secretario de los escritos de acusación o defensa.

26
En apoyo de la anterior conclusión, citaremos la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 6 de abril de 2011 que con
mención de otra, establece: "El primero de los motivos que se articulan contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal num.
10 de Madrid denuncia la vulneración de derechos constitucionales en el juicio celebrado, alegando para ello que en el acto de
continuación del mismo, el acusado no acudió a dicho acto, pese a estar citado en legal forma en la sesión anterior, y dado que las
penas que se le solicitaban por el Ministerio Fiscal excedían del plazo de dos años previsto por la LECr, ello impedía la
celebración del juicio en su ausencia , al sobrepasarse el tope legal, debiendo, por ello, procederse a la nulidad del juicio. La
necesidad de la presencia física del acusado viene establecida efectivamente en la LECr, concretamente en el artículo 786 respecto
del procedimiento abreviado , seguido en la presente causa, si bien el apartado 2 de tal norma establece que la ausencia
injustificada del acusado que hubiera sido citado personalmente, o en el domicilio o en la persona a que se refiere el art. 775, " no
será causa de suspensión del juicio oral si el Juez o Tribunal, a solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la
defensa, estima que existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando la pena solicitada no exceda de dos años de
privación de libertad o, si fuera de distinta naturaleza, cuando su duración no exceda de seis años . Pues bien, pese a lo que se
mantiene en el recurso, y si bien es cierto que la estimación conjunta de las dos pretensiones punitivas que se le imputaban al
recurrente, (2 años de prisión por un delito contra la salud pública y 1 año y 6 meses de prisión, por un delito de atentado)
sumadas, rebasan el límite de referencia que la Ley establece para poder celebrar el juicio en ausencia del acusado , esta Sala
participa del criterio expuesto por la SAP de Asturias, de fecha 16 de julio de 2010 EDJ 2010/175040 , de que cuando el legislador
ha querido anudar alguna consecuencia jurídica a la consideración de un determinado límite penológico, lo hace abiertamente, por
ejemplo con ocasión de los requisitos para suspender la ejecución de las penas (así, cuando en el art. 81.2 CP EDL 1995/16398 se
refiere la pena, penas impuestas o la suma de las impuestas,) o cuando el art. 50 de la L.O.T.J. EDL 1995/14191 , para el instituto
de la conformidad, indica el límite de la pena conformada, sola o conjuntamente con la pecuniaria o privativa de derechos. Luego,
si en el art. 786.2 de la LECr EDL 1882/1 no se prevé que respecto de cada delito que pueda ser objeto de acusación la petición
concreta de pena sea susceptible de ser sumada a la otra u otras correspondientes a todos los tipos imputados para mantener el
límite antes referido, no puede inferirse la existencia de causa de nulidad alguna cuando la Juez de lo Penal acordó la continuación
del juicio ante la incomparecencia a la segunda de sus sesiones del acusado , pese a que el citado había sido citado personalmente
en la sesión anterior, por lo que este primer motivo ha de ser desestimado". Interpretando en aquel entonces la novedad legislativa,
la Circular 1/1989 (RCL 1989\ 965) de la Fiscalía General del Estado explicaba que el juicio en ausencia exige los siguientes
requisitos: 1º Haber sido citado en forma ya personalmente, ya en el domicilio que en las diligencias previas se haya señalado al
efecto, ya en la persona que también se haya designado en aquéllas para recibir notificaciones. 2º Que lo pida el Ministerio Fiscal
o la parte acusadora. La defensa sólo tiene que ser oída, sin que su oposición sea obstáculo para celebrar el juicio, si el Tribunal lo
acordase así. 3º Que la pena más grave de las pedidas no exceda de un año de privación de libertad o, si es de naturaleza distinta y
tenga fijada duración en el Código, que ésta no exceda de seis años. (dos años y seis años en la redacción actual) 4º Y, por
supuesto, que esté presente e intervenga el abogado defensor. Aunque la Ley expresamente no lo diga, lo exige el principio de la
defensa.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

Aunque la Ley establece que se procederá a la lectura de los escritos de


acusación y defensa, normalmente es un trámite que se obvia. Dado que el trámite
persigue la completa información al acusado del título de imputación y alegato de
defensa, y dado que cuando se llega a ese momento procesal el acusado suele ya
conocer los términos de la acusación, habitualmente se prescinde de este rigor –que de
practicarse supondría un trámite engorroso-, por una mera consulta al acusado sobre
si conoce o no la acusación. Si el acusado o su letrado lo solicitaran debe procederse a
su lectura, aunque esto es una mala forma de empezar un juicio, pues generaría la
inmediata antipatía del Juez y del Letrado de la Administración de Justicia, encargado
de este trámite. Debe tenerse en cuenta que en el ejercicio de la abogacía, en el ámbito
penal al menos, y sobre todo en el escenario del plenario, debe siempre mantenerse un
equilibrio sobre las pretensiones defendidas y la actitud ante el Juzgado o Tribunal, sin
agarrarse a formalismos inútiles y exasperantes pero sin permitir en ningún caso que se
vulnere ningún derecho del acusado –ni de la acusación-.

7.3.- Cuestiones previas.

El artículo 786 de la L.e.crim establece la posibilidad de plantear lo que se


conoce como cuestiones previas relativas a la competencia, vulneración de derechos
fundamentales, existencia de artículos de previo pronunciamiento, causas de
suspensión del juicio, nulidad de actuaciones, así como sobre el contenido y finalidad
de las pruebas propuestas o que se propongan para practicarse en el acto. Lo correcto
es que, tras la lectura de la acusación y defensa, o su omisión por entender que el
acusado las conoce, el Juez dé un turno a las partes para que manifiesten si tienen
alguna cuestión previa; si no lo hiciera, debe interrumpirse al Juez o al Tribunal para
hacerle saber que se quieren plantear cuestiones previas. Esto es muy importante
porque salvo muy contadas excepciones, es el único momento en el que puede aportarse
documentación o llamar a un nuevo testigo.

 Competencia.

La competencia, tanto objetiva como territorial, es una cuestión indisponible


por las partes. De esta forma, puede ocurrir que hasta ese momento no se haya
evidenciado una falta de competencia del órgano enjuiciador, supuesto en el que debe
ponerse de manifiesto antes del inicio del juicio oral, pues celebrar juicio por un
órgano incompetente provoca su nulidad.

Lo lógico es que, de haberse producido dicha equivocación sobre la


competencia, el órgano de enjuiciamiento, de oficio o avisado por alguna de las partes,
lo haya resuelto antes de empezar el juicio, pero puede ocurrir que no.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

Sobre la competencia territorial, el artículo 14 de la L.e.crim establece lo que se


conoce como el fuero del lugar de comisión del hecho, de forma que la competencia
territorial viene marcada por el lugar en el que se cometió el delito o, en caso de
delitos conexos, el lugar donde se cometió el delito más grave –cuando no se conoce el
lugar de comisión, se atiende a las reglas fijadas en el artículo 15 de la L.e.crim-. A
esto hay que añadir la conocida doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo de la
ubicuidad27, según la cual, el delito se comete en todas las jurisdicciones en las que se
haya realizado algún elemento del tipo penal, de forma que entre éstas será competente
el primer juzgado instructor que haya afrontado la investigación de los hechos, juzgado
que marcará la jurisdicción del órgano de enjuiciamiento. El problema surge cuando
llegado el momento del juicio ha habido un error sobre el juzgado instructor. Si el
órgano de enjuiciamiento hubiera sido el mismo –por ejemplo un delito a conocer por
la Audiencia Provincial de Granada que ha sido instruido por el Juzgado de
Instrucción de Loja cuando debió ser por un juzgado de instrucción de Motril-, no
provoca la nulidad ni modificación alguna. Sin embargo, si el error en la jurisdicción
afecta a órganos de diversa ubicación geográfica –por ejemplo, la Audiencia de
Granada y la de Sevilla-, sí debe procederse a la reparación del error mediante la
oportuna nulidad y la retroacción para su reparto al órgano territorialmente
competente.

Del mismo modo, si el error evidenciado en este trámite, como ya hemos visto,
afecta la competencia objetiva, debe corregirse en este momento, remitiendo la causa
al juzgado instructor para su reparto o, directamente, al órgano correcto para su
enjuiciamiento.

 Vulneración de derechos fundamentales.

La vulneración de derechos fundamentales es una cuestión que puede deberse a


múltiples defectos procedimentales que causen efectiva indefensión –como puede ser un
supuesto de acusación sin previa toma de declaración como investigado-, o cuestiones
que afecten a la licitud de la prueba. Por ejemplo, uno de los casos más habituales es el
de las intervenciones telefónicas. En caso de que se considere nula la intervención, en
cuanto vulneradora del derecho al secreto de las comunicaciones, art 18 CE, debe
exponerse en este momento para intentar que la prueba sea expulsada del proceso y no
se reproduzca en el juicio oral.

27
La conocida doctrina de la ubicuidad, fue establecida por el Tribunal Supremo en el Pleno no jurisdiccional de fecha 3 de febrero
de 2005, en que se tomó el siguiente acuerdo: "el delito se comete en todas las jurisdicciones en las que se haya realizado algún
elemento del tipo. En consecuencia, el juez de cualquiera de ellas que primero haya iniciado las actuaciones procesales será en
principio competente para la instrucción de la causa".

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

 Artículo de previo pronunciamiento.

Los artículos de previo pronunciamiento vienen previstos para el procedimiento


sumario ordinario en el artículo 666 de la L.e.crim y son, a los efectos que interesan del
procedimiento abreviado:

1º.- La declinatoria de jurisdicción: por falta de competencia territorial u


objetiva.
2º.- La de cosa juzgada: que se dará en el supuesto de que el hecho haya sido ya
juzgado.
3º.- La de prescripción del delito, cuando el delito objeto de enjuiciamiento esté
prescrito.

 Causas de suspensión del juicio oral.

Nulidad de actuaciones.

 Pruebas aportadas al inicio de la vista.

1º-. Testifical. En el caso de que se aporte algún testigo, éste debe de haberse
traído al acto, señalando en la petición, brevemente, el objeto del testimonio que puede
aportar.

2º-. Pericial. Normalmente, la pericial consistirá en un informe pericial que


deberá ser presentado por escrito y ratificado por su autor, que debe haber sido traído
a la vista por la parte proponente. En caso de informe escrito, deben aportarse tantas
copias como partes haya en el proceso –esto no es obligado en el juicio penal, pero es
una cuestión de cortesía que provocará además una mayor facilidad en su admisión-.

3º-. Documental. La prueba documental a aportar debe llevarse, con tantas


copias como partes estén en el proceso28 y relacionada en un escrito. Aunque tampoco
es obligado, esto beneficia a la disponibilidad sobre su admisión.

28
Sobre la necesidad de aportar copias para las partes: AP Castellón, sec. 2ª, S 11-11-2011, nº 496/2011, rec.
136/2011“SEGUNDO.- El primer motivo del recurso versa sobre la nulidad de actuaciones debido a la no admisión de una prueba
documental, consistente en parte médicos de urgencias sobre el estado que presentaba el menor Amador el día de los hechos, que
sería fundamental para el argumento defensivo, habida cuenta que se ha sostenido por al acusado que no entregó el niño a su
abuela paterna Crescencia el día de autos, debido a que estaba enfermo por una crisis de ansiedad con diagnóstico de reposo en
domicilio. Efectivamente, como sostiene la apelante, la juzgadora de instancia incurrió en un rigor exacerbado e innecesario a la
hora de rechazar una prueba de apariencia decisiva de la defensa, por el hecho de no haber aportado ésta copia de la prueba
documental para el debido traslado al resto de partes, lo cual, además de suponer un rigor excesivo proveniente de otra fase
procesal o de otro tipo de procesos de inspiración no tan oral, como serían los civiles, no se sostiene precisamente en un juicio de
faltas donde no hay fase previa de instrucción escrita, ni de escritos de acusación provisional anterior y proposición de prueba que
deba ser de trasladada a la parte adversa. Defecto de no presentación de copia de un documento que se presenta en una vista penal
-como el apreciado erráticamente por la juzgadora- sucede no infrecuentemente y, sin con ello justificarse, sí se permite la
subsanación con la copia inmediata por la oficina del Juzgado, y no pocas veces la parte adversa declina de recabar copia ante la

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

La presentación de nueva prueba documental al inicio de la vista oral, puede


provocar la suspensión del juicio para su preparación por la parte que no lo ha
presentado. Normalmente no ocurre así. Aunque no se acuerde la suspensión del juicio,
siempre se puede solicitar, y el juez debe aceptar, un pequeño receso de 10 o 15
minutos, e incluso de media hora, para su examen.

Ante la denegación de una cuestión previa o la petición de una prueba al inicio


de las sesiones del juicio oral, siempre hay que formular protesta que deberá
justificarse sucintamente en caso de que no se haya argumentado previamente. En el
caso de que se deniegue una prueba, es esencial manifestar su objeto y contenido para
que en un posterior e hipotético recurso pueda valorarse su pertinencia y necesidad.

8.- Práctica de la prueba.

En mi modesta opinión profesional, aunque parezca una obviedad, los juicios se


ganan con la prueba, y en su aportación y práctica está la verdadera labor de un
letrado en el Juicio Oral. Los informes son importantes, pero absolutamente
secundarios. Lo verdaderamente decisivo es la prueba. En el interrogatorio de un
testigo o en la aportación de un documento suele estar siempre la clave de una
absolución o la imposición de una condena.

En cuanto al orden de la prueba, se comienza con la declaración del acusado, a


continuación se sigue con los testigos; después los peritos y por último la documental.
Dentro de cada tipo de prueba, se empieza por las acusaciones, pública y privada, y se
continúa con la defensa.

8.1.- Declaración del acusado.

La declaración del acusado es una herramienta esencial. Pero debe tenerse en


cuenta que en ocasiones su declaración es la mejor prueba de cargo de las
acusaciones, así que hay que valorar la decisión de que declare o que se acoja a su
derecho a no declarar, de forma total o parcialmente, negándose a contestar a las
preguntas de la acusación particular pero sí respondiendo a las del fiscal y la defensa o
sólo a las de esta última. Esto es más útil de lo que parece. Una negativa total debe ser
innecesidad de ello si se le permite examinar en el acto -como es lógico en el uso forense- el documento en cuestión. En un juicio de
faltas se presentan las pruebas en la propia vista, y en verdad parece que la juzgadora no debió sopesar la nula utilidad de doble
copia documental si la parte adversa tiene permitido examinar y ver la prueba adversa. El hecho de que se le de una copia del
mismo documento, no le añade nada para la efectividad de su defensa. Cuestión distinta sería si la articulación de propuesta de la
prueba debiera ser precedente al día del juicio y por escrito, pero en los actuales términos del juicio de faltas e incluso en la vista
oral del P. Abreviado, no vemos que el "defecto" represente incidencia desequilibrante alguna, pues la juzgadora ni siquiera dio la
palabra a la parte adversa -supuesta afectada- para que se manifestare sobre el particular. En ese momento de denegación de
prueba, la juzgadora hubo de ser consciente del carácter decisivo de la prueba que denegaba, pues era la que permitía acreditar la
causa de inexigibilidad de otra conducta que, como supuesta causa de fuerza mayor, constituía la justificación de la acusada.”

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 38
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

la última opción, pues casi siempre es conveniente que el acusado aporte su explicación
sobre los hechos. Es conveniente que se explique, pero a veces sus explicaciones a las
preguntas de la acusación particular pueden meterlo en una trampa. La diferencia
entre el abogado de la acusación particular y el Ministerio Fiscal radica en que éste no
tendrá tan preparado el juicio, ni conocerá los hechos tan bien como el letrado de la
acusación, y sus preguntas, de ordinario, son menos complicadas y agresivas. Sin
embargo, casi siempre es conveniente que declare a las preguntas de su letrado, pues
deben de haber sido preparadas previamente y por lo tanto es un trámite sencillo,
aportando así la versión del acusado sobre la imputación de la manera más clara
posible.

Sobre el silencio del acusado hay una abundante jurisprudencia que, aunque no
permite condenarle por no declarar, sí permite considerar su silencio como un indicio
de culpabilidad. Por eso, lo más procedente en ocasiones es que declare, pero sólo a
preguntas de su abogado y en su caso, del Fiscal y del Tribunal.

8.2.- Declaración testifical. Artículos 410 a 450 y 701 a 723 de la L.e.crim.

 Importancia.

La prueba testifical es probablemente la prueba reina del proceso penal, sobre


todo en determinados asuntos. Normalmente, en casos de delitos presenciales, como
lesiones, robo… etc., la prueba testifical es esencial, no siéndolo en aquellos supuestos,
como los delitos económicos o administrativos, en los que el testimonio cede ante la
prueba documental.

 Obligatoriedad del testimonio.

Todo el mundo tiene obligación de testificar –art. 410 L.e.crim-, si es llamado


para ello, debiendo jurar o prometer decir verdad, pudiendo ser perseguido en caso de
no atender el llamamiento judicial o faltar a la verdad el verterlo –Art. 716 L.e.crim-29.
Sin embargo, hay algunas excepciones contempladas en los artículos 411 y 412 de la
L.e.crim, referidos a cargos institucionales, y los contemplados en el artículo 416 y 417
de la L.e.crim, que dispensa de la obligación de declarar a:

Artículo 416: Están dispensados de la obligación de declarar.

29
El testigo que se niegue a declarar incurrirá en la multa de 200 a 5.000 euros, que se impondrá en el acto. Si a pesar de esto
persiste en su negativa, se procederá contra él como autor del delito de desobediencia grave a la autoridad.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 39
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

1. Los parientes del procesado en líneas directa ascendente y descendente, su cónyuge o persona
unida por relación de hecho análoga a la matrimonial, sus hermanos consanguíneos o uterinos y
los colaterales consanguíneos hasta el segundo grado civil, así como los parientes a que se
refiere el número 3 del artículo 261.
El Juez instructor advertirá al testigo que se halle comprendido en el párrafo anterior que no
tiene obligación de declarar en contra del procesado; pero que puede hacer las manifestaciones
que considere oportunas, y el Secretario judicial consignará la contestación que diere a esta
advertencia.
2. El Abogado del procesado respecto a los hechos que éste le hubiese confiado en su calidad de
defensor.
Si alguno de los testigos se encontrase en las relaciones indicadas en los párrafos precedentes
con uno o varios de los procesados, estará obligado a declarar respecto a los demás, a no ser
que su declaración pudiera comprometer a su pariente o defendido.
3. Los traductores e intérpretes de las conversaciones y comunicaciones entre el imputado,
procesado o acusado y las personas a que se refiere el apartado anterior, con relación a los
hechos a que estuviera referida su traducción o interpretación.

Por otro lado, según el artículo 418 L.e.crim, ningún testigo podrá ser obligado
a declarar acerca de una pregunta cuya contestación pueda perjudicar material o
moralmente y de una manera directa e importante, ya a la persona, ya a la fortuna de
alguno de los parientes a los que se refiere el artículo 416.

Cualidad del testigo: ¿Pueden ser testigos los familiares o amigos íntimos?

Por supuesto, salvo las excepciones que hemos expuesto, todo el mundo puede
ser testigo. Hay que tener en cuenta que en ocasiones los hechos ocurren en ámbitos en
los que los únicos testigos son los relacionados con la víctima. Sin embargo, también es
cierto que la credibilidad del testimonio, que depende de cada caso concreto, no se
afronta igual al examinar a un pariente o un amigo íntimo que a un tercero ajeno a las
partes.

Contenido del testimonio: Según la Psicología del testimonio30, el testimonio de


una persona acerca de un acontecimiento cualquiera es un acto individual y
diferenciado de cada individuo, dependiente de los procesos cognoscitivos subyacentes
y del manejo que pueda hacer de éstos, así como de los errores a los que pueden estar
sujetos, cuya valoración depende de numerosos elementos. Desde que se presencia un
hecho hasta que se da testimonio de él existen toda una serie de factores que están
interviniendo y que son responsables del resultado último, factores que la mayoría de la

30
La psicología del testimonio trata de aplicación de los conocimientos sobre los procesos psicológicos básicos (atención,
percepción, memoria y procesos afines) a la obtención de la valoración de la prueba testifical.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 40
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

doctrina divide en tres fases, percepción y activación; memoria; y reproducción del


recuerdo.

En la fase de “percepción y activación”, aunque influyen numerosos factores,


son de destacar, por su importancia, dos: en primer lugar, “el tiempo de presentación
del estímulo”. Cuanto más breve sea el tiempo de presentación o exposición al hecho,
peor será la calidad de la percepción y menor la posibilidad de reconocimiento. En
segundo lugar, el elemento conformado por el “nivel de estrés”. Es admitido como
máxima fundamental en estos estudios psicológicos del testimonio, que el intenso estrés
al que está sometida la víctima del delito que implica agresión, lo hace mucho más
vulnerable a la hora de atender, percibir y posteriormente recordar los detalles del
suceso, así como la cara del agresor, especialmente cuando está amenazado por un
arma. Todo esto lleva a analizar la calidad del recuerdo. En segundo lugar, tenemos la
denominada “fase de la memoria”, en la que influye de forma determinante la
“información post evento”.

Orden de los testigos: Según la Ley de enjuiciamiento criminal, las


declaraciones comenzarán por los testigos propuestos por el Ministerio Fiscal,
continuando después por el resto de acusaciones y finalmente por los testigos
propuestos por la defensa –art 701 de la L.e.crim-.

Este es el orden siempre que el Ministerio Fiscal acuse, pues en caso contrario,
el Fiscal pasa a ocupar plaza como defensa.

Reconocimiento por el testigo del acusado. Una de las partes esenciales del
testimonio es el reconocimiento del acusado como el autor del delito en los supuestos
en los que no existía un conocimiento previo. Normalmente, debe haberse producido
previamente un reconocimiento en sede policial y un reconocimiento en rueda. Esta es
la prueba más difícil de contradecir pues se basa en la afirmación rotunda de una
persona sobre que quien cometió el delito es el acusado. Sin embargo, os diré que mi
credibilidad en esta prueba es mínima.

Habitualmente se produce un inicio viciado del reconocimiento. Cuando el


testigo acude a dependencias policiales, en ocasiones, y de forma involuntaria, puede
producirse un condicionamiento forzado del reconocimiento, que en caso de producirse
puede viciar totalmente el recuerdo del testigo, que a partir del reconocimiento en
rueda sustituirá su recuerdo del autor del hecho por la imagen vista en la policía. Debe
tenerse en cuenta que, tras pasar por comisaria, y reconocer la fotografía del autor,
cuando se acude al reconocimiento judicial, ya no se busca a la persona que cometió el

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 41
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hecho, sino a la persona que se ha reconocido en la fotografía, pues su recuerdo es de


mayor tiempo, mayor tranquilidad, y mayor proximidad.

Testigo protegido y testigo “oculto”. Testigo protegido es aquel que solicita


dicho estatus al inicio del proceso. Dicha condición está regulada en la Ley Orgánica
19/1994 de 23 de diciembre, de protección de testigos y peritos en causas judiciales. En
tales casos, el protocolo obliga a eliminar su nombre y datos personales de las
actuaciones. Esto sirve cuando se trata de alguien ajeno a los hechos, por ejemplo,
alguien que pasaba por la calle cuando vio la comisión de un robo o una agresión. O
incluso cuando se trata de la víctima a la que el agresor no conoce de nada y
desconoce también sus datos personales. De esta forma, puede y debe instarse, al
principio del proceso, la consideración de testigo protegido de forma que en el
procedimiento no conste su nombre ni sus datos personales. En caso de no hacerse al
principio no tiene sentido, pues si las actuaciones ya han sido vistas por las partes y
estaba identificado ya no se conseguirá el anonimato. Por supuesto, tampoco tiene
sentido cuando el testigo tiene alguna relación con los hechos o las partes implicadas
que hace que de su testimonio pueda saberse e identificarse quién es.

El testigo oculto es una condición distinta. En ocasiones, el testimonio que se ha


de prestar en la vista oral, puede hacerse tras una mampara, evitando que el testigo
pueda tener confrontación visual con el acusado y pueda sentirse intimidado por ello.
Esto sólo hay que pedirlo al inicio de la vista, por las partes o por el propio testigo. En
este caso, el mismo espera en una habitación en la que se impide que pueda ser visto
por las partes y declara tras una mampara.

Respecto a esto, la Ley sólo prevé que sea obligatorio cuando se trate de
menores de edad. En concreto, el artículo 707 de la L.e.crim, señala que “la
declaración de los testigos menores de edad se llevará a cabo evitando la confrontación
visual de los mismos con el inculpado, utilizando para ello cualquier medio técnico que
haga posible la práctica de esta prueba”.

Sin embargo, esto es un problema para los abogados. Principalmente porque


para interrogar a un testigo, hay que verle la cara. Esto es necesario para saber
exactamente cuál es su reacción a las preguntas, cuál es su actitud, nerviosa,
gesticulante, evasiva; si se ruboriza… En definitiva, una serie de cuestiones que sólo se
pueden apreciar con la visión del testigo. Por lo tanto, debe intentarse solicitar del
tribunal que al menos cuando interroguemos, podamos ver de forma directa al testigo.

Testigo de referencia. Por la forma en la que conocen el objeto de testimonio los


testigos pueden clasificarse en testigos directos o testigos de referencia. Testigo directo
Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 42
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

es el testigo que ve, escucha o lee aquello sobre lo que ha de testificar, un hecho de la
realidad que conoció de forma directa. Testigo de referencia es el testigo al que se le
cuenta lo ocurrido por otra persona. Éste segundo tiene un valor secundario, pero
también importante, y en todo caso, debe dar siempre cuenta del origen de su
conocimiento.

Incomunicación del testigo: La ley de enjuiciamiento criminal prevé, en su


artículo 704, que “los testigos que hayan de declarar en el juicio oral permanecerán
hasta que sean llamados a prestar sus declaraciones, en un local a propósito, sin
comunicación con los que ya hubiesen declarado ni con otra persona”.

Práctica de la testifical por video conferencia. Cada vez está más extendida la
práctica de videoconferencias para los testigos que residen lejos del lugar de la vista,
posibilidad permitida por el artículo 731 Bis de la L.e.crim. Aunque la apreciación del
Tribunal o el Juez no es la misma, se suele admitir casi siempre para evitar que el
testigo tenga que desplazarse, evitando así el gasto que en ocasiones supone dicho
traslado. Puede solicitarse por la parte proponente o incluso por escrito del testigo al
juzgado. Lo correcto es que el Juzgado lo comunique a las partes para que se
pronuncien, aunque la mayoría de las veces no lo hacen.

Práctica del interrogatorio. Todos los letrados soñamos con la pregunta


perfecta, esa que demuestra la falsedad de la imputación, la falsedad del testimonio de
cargo, o la mentira del acusado. En relación a la forma de hacer el interrogatorio no
hay fórmulas mágicas y, en mi opinión, es la parte más difícil del juicio en la que los
buenos letrados ganan los casos. Es una técnica muy difícil que permite conducir al
testigo y llevarlo a donde uno pretende sin que casi se dé cuenta o, cuando contradice
frontalmente la tesis defendida por nosotros, hacer que se ponga nervioso y que
evidencie la falsedad de sus manifestaciones. Cada testigo requiere una forma de
interrogar y cada procedimiento reclama un tipo de interrogatorio. No obstante, para
poder hacer un buen interrogatorio se necesita que el Magistrado o el Tribunal lo
permitan. Normalmente depende de la importancia del proceso, del abogado que
interrogue y de la forma en que se realicen las preguntas. Hay que formular preguntas
rápidas y directas, aunque en ocasiones haya que situarlas previamente, pero tenéis
que huir de los interrogatorios en los que las preguntas sean muy largas, rebuscadas y
difíciles de comprender. En tales casos os ganaréis que el Juez os corte. El artículo 709
señala que “el presidente no permitirá que el testigo conteste a preguntas o
repreguntas capciosas, sugestivas o impertinentes”, por lo que esto, unido a su facultad
de moderar las sesiones, puede hacer que os corte constantemente. No cejéis, pero
tampoco os obstinéis. A veces, hay que reconocer al Juez la corrección sobre la

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

impertinencia de una pregunta, aunque en otras, habrá que protestar, explicar el objeto
y dejar constancia de la importancia de la pregunta.

Cuando es la otra parte la que realiza las preguntas, surge una duda ¿Puede
intervenirse en el interrogatorio de otra parte? Yo opino que puede y debe intervenirse.
Si la pregunta es sugestiva o capciosa, o incluso alude a algo dicho por el testigo en la
instrucción o por otra persona que no es cierto, hay que intervenir. Los jueces no
suelen permitirlo, pero no dejan de tomar nota de la protesta y en ocasiones, la
mayoría de las veces, sirve para que ellos reconduzcan el interrogatorio.

Contradicciones surgidas entre el testimonio vertido en instrucción y lo


manifestado en el juicio -Art, 714 L.e.crim-31. En ocasiones, se produce una
contradicción entre lo que el testigo manifiesta en la vista oral y lo que había dicho en
la instrucción. En estos casos, el artículo citado permite que se lea su contestación en
instrucción y que se le interrogue sobre la contradicción para comprobar si puede
salvarla o explicarla. La forma de hacer esto es libre. Normalmente, lo correcto es
señalar el folio concreto, y la concreta frase que recoge la contradicción para que la
lea el letrado de la Administración de Justicia. No obstante, muchas veces, más ahora
que los secretarios no están -al grabarse las vistas se ausentan de la Sala durante el
juicio-, el Juez dice que se le exponga por el propio letrado los términos de la
contradicción y así debe hacerse.

Exhibición de documentos a los testigos: En muchas ocasiones, a los testigos


hay que exhibirle documentos, piezas de convicción o fotos que obran en la causa. La
forma correcta, en caso de que estén incorporados en autos, es señalar el folio y
solicitar su exhibición por el Juzgado o Tribunal, lo que hace el oficial encargado de la
vista. Por ello, es esencial que el juicio se afronte conociendo perfectamente dónde está
cada documento y qué número de folio tiene. Causa una mala impresión y normalmente
provoca el enfado del Juez o Tribunal, que se pida la exhibición de un documento sin
decir el folio, por lo que hay que buscarlo en toda la causa.

8.3.- Careo:

El careo es una prueba que consiste en enfrentar, de forma directa, dos


personas, testigos o imputados, para que manifiesten conjunta y contradictoriamente
sus versiones. El careo, figura muy poco usada en el proceso penal, tiene como ventaja
que permite apreciar al órgano de enjuiciamiento, las actitudes mostradas entre dos
31
Artículo 714: Cuando la declaración del testigo en el juicio oral no sea conforme en lo sustancial con la prestada en el sumario
podrá pedirse la lectura de ésta por cualquiera de las partes. Después de leída, el Presidente invitará al testigo a que explique la
diferencia o contradicción que entre sus declaraciones se observe.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 44
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

personas que defienden versiones contradictorias sobre un mismo hecho. Si bien, tal y
como se señala en el artículo 455 de la L.e.crim, el careo sólo se practicará cuando se
considere imprescindible.

Se encuentra regulado en los artículos 451 a 455 de la L.e.crim32 y en el artículo


713 en relación a la vista oral33.

8.4.- Prueba Pericial:

Artículos 456 a 485; 723 a 727 y 788.2 de la L.e.crim. La prueba pericial está
prevista para aportar al juez y al procedimiento unos conocimientos técnicos que no
posee. En principio, perito judicial puede ser cualquier persona que pueda aportar, por
experiencia o titulación, conocimientos sobre algo. Por ello pueden tener o no título,
aunque la propia ley prevé que los que tengan título deberán ser prioritarios.

En realidad, los peritos pueden distinguirse entre peritos oficiales o peritos de


parte.

Peritos oficiales: son aquellos que el sistema judicial, de forma permanente o


esporádica, tiene previstos para ayudar a la justicia: brigadas especiales de las fuerzas
y cuerpos de seguridad del estado, médicos forenses; institutos forenses, peritos
calígrafos; tasadores de bienes muebles; o en casos concretos inspectores de hacienda,
inspectores sobre urbanismo; inspectores laborales, etc.

Peritos de parte: Son aquellos técnicos como médicos, economistas… etc., que
son traídos al proceso por las partes.

Diferencias entre ambos:


32
Artículo 451: Cuando los testigos o los procesados entre sí o aquéllos con éstos discordaren acerca de algún hecho o de alguna
circunstancia que interese en el sumario, podrá el Juez celebrar careo entre los que estuvieren discordes, sin que esta diligencia deba
tener lugar, por regla general, más que entre dos personas a la vez.
Artículo 452: El careo se verificará ante el Juez, leyendo el Secretario a los procesados o testigos entre quienes tenga lugar el acto
las declaraciones que hubiesen prestado, y preguntando el primero a los testigos después de recordarles su juramento y las penas del
falso testimonio, si se ratifican en ellas o tienen alguna variación que hacer. El Juez manifestará enseguida las contradicciones que
resulten en dichas declaraciones, e invitará a los careados para que se pongan de acuerdo entre sí.
Artículo 453: El Secretario dará fe de todo lo que ocurriere en el acto del careo y de las preguntas, contestaciones y reconvenciones
que mutuamente se hicieren los careados, así como de lo que se observare en su actitud durante el acto; y firmará la diligencia con
todos los concurrentes, expresando, si alguno no lo hiciere, la razón que para ello alegue.
Artículo 454: El Juez no permitirá que los careados se insulten o amenacen.
Artículo 455: No se practicarán careos sino cuando no fuere conocido otro modo de comprobar la existencia del delito o la
culpabilidad de alguno de los procesados. No se practicarán careos con testigos que sean menores de edad salvo que el Juez lo
considere imprescindible y no lesivo para el interés de dichos testigos, previo informe pericial.
33
Artículo 713: En los careos del testigo con los procesados o de los testigos entre sí no permitirá el Presidente que medien insultos
ni amenazas, limitándose la diligencia a dirigirse los careados los cargos y hacerse las observaciones que creyeren convenientes para
ponerse de acuerdo y llegar a descubrir la verdad. No se practicarán careos con testigos que sean menores de edad salvo que el Juez
o Tribunal lo considere imprescindible y no lesivo para el interés de dichos testigos, previo informe pericial.

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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

1º.- En relación a la presunta diferencia de valor probatorio.


Sobre esta cuestión, como la Jurisprudencia del T.S y las Audiencia
Provinciales se han encargado de resaltar en numerosas ocasiones, “desde el máximo
respeto y aun admiración que merecen su preparación científica y desempeño
profesional, ni la imparcialidad y objetividad propias de su servicio a la
Administración de Justicia convierten al Médico Forense en peritus peritorum, función
que corresponde en exclusiva y autónomamente al órgano judicial, ni el ejercicio
privado de la medicina autoriza a negar sic et simpliciter toda fiabilidad al facultativo
que suscribe el informe de parte”, pues “es obvio, por otra parte, que si sólo los
médicos forenses pudieran ser creídos por razón imparcialidad, estaría de más la
posibilidad de articular una prueba pericial contradictoria sobre los mismos extremos
objeto de su informe, de manera que tales pruebas deberían ser repelidas de antemano
como superfluas y perturbadoras; conclusión, sin embargo, que debe ser rechazada
como carente de base legal y contraria al derecho a la prueba como manifestación de
la tutela judicial” –Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, sección 4, de 22 de
enero de 2008-.

Por otro lado, como dice la Sentencia del Tribunal Supremo de 11 de marzo de
1985, la fuerza probatoria de los informes periciales no radica en el número, categoría
o condición profesional de sus autores, sino en su mayor o menor fundamentación y
razón de ciencia, debiendo tener como prevalentes, en principio, aquellas afirmaciones
o conclusiones que vengan dotadas de una superior explicación racional.

2º.- Diferencia en relación a la necesidad de ratificación en el acto de la vista


oral.
Ya os he comentado, que salvo algunas excepciones, la única prueba válida es
la que se produce en la vista oral. De esta forma, la regla es que los peritos deben
comparecer a ella para ratificar y aclarar o ampliar sus informes. Sin embargo, dado
que la comparecencia de los peritos oficiales a los juicios genera un tremendo gasto, se
han inventado una doctrina jurisprudencial que permite que los peritos oficiales no
ratifiquen sus informes. Así, dice el Tribunal Supremo, que los peritos oficiales –
cuerpos y fuerzas de seguridad; laboratorios, forenses…-, no tienen que comparecer en
juicio y sus informes son válidos aún sin ratificar, salvo que alguna de las partes los
impugne, en cuyo caso deberá citarlos y entonces sí están obligados a comparecer.

Como recuerda la Sentencia del Tribunal Supremo de 27 de septiembre de 2005


- con cita de la jurisprudencia contenida en la Sentencia de 23 de febrero de 1994 -, si
la prueba pericial no ha sido expresamente impugnada por la defensa, en principio no
necesita su ratificación en el acto del juicio oral. Así lo afirma también la Sentencia de
Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 46
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

T.S. de 31 de enero de 2002 al declarar que "La doctrina de esta Sala, nos viene
diciendo que los dictámenes y pericias emitidas por Organismo o Entidades oficiales,
dada la imparcialidad, objetividad y competencia técnica de los miembros integrantes,
ofrecen toda clase de garantías técnicas y de imparcialidad para atribuirles, "prima
facie", validez plena ( SSTS 10-6-99, 23-2-2000, 28-6-2000 y 18-1-2002)".

Igualmente en el Pleno no jurisdiccional de la Sala 2ª de 21 de mayo de 1999, se


acordó (punto 2º) la innecesariedad de ratificación del dictamen de
los peritos integrados en organismos públicos, salvo que la parte a quien perjudique
impugne el dictamen o interese su presencia para someterlos a contradicción en el
plenario y lo hiciera en momento procesal oportuno; señalando la Sentencia de 31 de
octubre de 2002 el momento procesal en el que ha de producirse tal impugnación
cuando dice que: "... la impugnación de la defensa debe producirse en momento
procesal adecuado, no siendo conforme a la buena fe procesal la negación del valor
probatorio de la pericial documentada si fue previamente aceptado, expresa o
tácticamente. Aunque no se requiere ninguna forma especial de impugnación, debe
considerarse que es una vía adecuada la proposición de pericial de los
mismos peritos o de otros distintos mediante su comparecencia en el juicio oral, pues
nada impide hacerlo así a la defensa". En el mismo sentido al Sentencia de 16 de abril
de 2001 citando jurisprudencia anterior del Tribunal Supremo, afirma con carácter
general que: "... como se expresa en sentencia de esta Sala de 23 de octubre de 2000,
son numerosos, reiterados y concordes los precedentes jurisprudenciales de este
Tribunal de casación que declaran la validez y eficacia de los informes científicos
realizados por los especialistas de los Laboratorios Oficiales del Estado, que,
caracterizados por las condiciones de funcionarios públicos, sin interés en el caso
concreto, con altos niveles de especialización técnica y adscritos a organismos dotados
de los costosos y sofisticados medios propios en las modernas técnicas de análisis,
viene concediéndoseles unas notas de objetividad, imparcialidad e independencia que
les otorga "prima facie" eficacia probatoria sin contradicción procesal, a no ser que
las partes hubiesen manifestado su disconformidad con el resultado de la pericia o la
competencia o imparcialidad de los peritos , es decir, que el Informe Pericial haya sido
impugnado de uno u otro modo, en cuyo caso será preciso la comparecencia de
los peritos al juicio oral para ratificar , aclarar o complementar su dictamen
sometiéndose así la prueba a la contradicción de las partes, para que sólo entonces, el
Tribunal pueda otorgar validez y eficacia a la misma y servirse de ella para formar su
convicción.

Este criterio ha sido avalado también por el Tribunal Constitucional (Sentencias


número 127/90, y 24/91) al declarar la validez como elemento probatorio de los
informes practicados en la fase previa al juicio, basados en conocimientos
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especializados y que aparezcan documentados en las actuaciones que permitan su


valoración y contradicción, sin que sea necesaria la presencia de sus emisores, y ha
sido seguido en multitud de sentencias de esta Sala que, al abordar el mismo problema
suscitado ahora, ha dejado dicho que si bien la prueba pericial y cuasipericial en
principio, como es norma general en toda clase de prueba, ha de ser practicada en el
juicio oral, quedando así sometida a las garantías propias de la oralidad, publicidad,
contradicción e inmediación que rigen tal acto, puede ocurrir que, practicada en
trámite de instrucción, nadie propusiera al respecto prueba alguna para el acto del
juicio, en cuyo caso, por estimarse que hubo una aceptación tácita, ha de reconocerse
aptitud a esas diligencias periciales o "cuasi periciales" para ser valoradas como
verdaderas pruebas, máxime si han sido realizadas por un órgano de carácter público
u oficial ".

En relación al número de peritos, el art 459 de la L.e.crim fija, en el


procedimiento sumario, la obligación de que sean dos. Sin embargo, en el
procedimiento abreviado esta obligación no existe, de forma que es suficiente un solo
perito, lo que no obsta a que las periciales de parte o incluso oficiales puedan hacerse
por dos o más peritos -Art 788.2 L.e.crim-.

Por otro lado, la Ley de Enjuiciamiento criminal, señala, en su artículo 724, que
los peritos deberán declarar juntos cuando deban declarar sobre los mismos hechos.

8.5.- Prueba documental:

Por prueba documental se entiende toda la prueba que en soporte documental obra en
el proceso, por lo que habitualmente la práctica de esta prueba suele reducirse a darla
por reproducida, salvo que exista algún documento, como puede ser una grabación de
sonido o imagen, que se considere necesario someter a contradicción, en cuyo caso,
debe proponerse en este momento, aunque normalmente debe haber sido solicitada
dicha reproducción en el trámite de calificaciones provisionales.

Impugnación de documentos.- La impugnación de documentos se rige por lo


dispuesto en la L.e.civil, aunque en el proceso penal existe una menor formalidad, de
manera que prima la validación de los documentos por el resto de prueba practicada.
Debe tenerse en cuenta que la impugnación debe referirse siempre a la autenticidad del
documento, pues la disconformidad con su valoración o con la interpretación del
mismo que hace la parte proponente, es materia de valoración probatoria, no de
impugnación.

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9.- Conclusiones:788.3 y 732 de la L.e.crim.

Terminada la práctica de la prueba, se dará traslado a las partes, primero a las


acusaciones para que manifiesten si mantienen o modifican las conclusiones
provisionales formuladas. Existen, por lo tanto, dos posibilidades:
1.- Mantener la calificación provisional.
2.- Modificar la calificación.

En caso de que se modifiquen las conclusiones, dicha modificación, si se puede,


debe llevarse por escrito. En caso contrario se debe decir de forma clara para que el
secretario tome nota, quede grabado y, sobre todo, se enteren de ella las partes.

Posibilidades de modificación. Hay que tener en cuenta que las modificaciones


no pueden vulnerar el derecho de defensa ni el principio acusatorio. Los hechos, en su
parte esencial, no se pueden modificar, aunque sí matizar. Lo mismo ocurre con el
delito, no se puede calificar por un delito distinto salvo que tengan homogeneidad y
sobre todo, mantengan los mismos hechos iniciales.

Sobre esta cuestión, el artículo 788.4 de la L.e.crim, permite al Juez, en caso de


una modificación sustancial sobre la participación o el delito, suspender la vista por un
periodo máximo de diez días para que las defensas puedan prepararse ante esta nueva
acusación e incluso proponer nuevos medios de prueba.

10.- Informes: Art.788.3; 736 y 737 L.e.crim.

Los art. 736 y 737 de la LECrim disponen que el Presidente dará la palabra a
los defensores de los procesados los cuales se acomodarán en sus informes a las
conclusiones que definitivamente haya formulado la acusación. En este mismo sentido,
y dentro de la regulación del procedimiento abreviado, el art. 788.3 LECrim establece
que terminada la práctica de la prueba, el Juez o Presidente del Tribunal requerirá a la
acusación y a la defensa para que manifiesten si ratifican o modifican las conclusiones
de los escritos inicialmente presentados y (como contenido esencial del informe de
acusaciones y defensas)para que expongan oralmente cuanto estimen procedente sobre
la valoración de la prueba y la calificación jurídica de los hechos. En relación con las
cuales y cuando lo justifique su complejidad se permite al Presidente formular a las
partes una o varias preguntas sobre puntos determinados, con la finalidad de obtener
"un mayor esclarecimiento”.

La finalidad de los informes orales de las partes no es otra que instruir al juez
de instancia sobre la pretensión de la parte y realizar una valoración de la prueba
Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 49
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

desarrollada en el juicio que apoye su pretensión y, por lo tanto, es el receptor de la


información el que puede considerarse en un momento dado suficientemente informado
si ya tiene formada una decisión.

A su vez, el art. 683 LECrim confiere al Presidente dirigir los debates. Poder de
ordenación que se refiere no sólo a la dirección de la práctica de la prueba, sino
también a los variados aspectos que se hallan comprometidos en una vista oral, entre
los cuales se encuentran, necesariamente, los informes orales de acusaciones y
defensas -se entiende así que el TS declare que el Poder de Ordenación del debate
consiste en el conjunto de facultades encaminadas a regular el desarrollo de las
actividades del juicio conforme a los principios y normas determinados por el
ordenamiento procesal, orgánico y constitucional (STS 23-12-2002), para lo cual le
impone específicamente que cuide de impedir las discusiones impertinentes y que no
conduzcan al esclarecimiento de la verdad sin coartar por esto a los defensores la
libertad necesaria para la defensa. Así mismo, sobre esta función directora de los
debates del Juez, no es posible desconocer lo establecido en el art. 186 LEC -
igualmente de aplicación supletoria (art. 4 LEC ) a los procedimientos penales-
conforme al cual, "durante el desarrollo de las vistas, corresponde al Juez o Presidente
la dirección de los debates y, en particular:... 2. "Agilizar el desarrollo de las vistas, a
cuyo efecto llamará la atención del abogado o de la parte que en sus intervenciones se
separen notoriamente de las cuestiones que se debatan, instándoles a evitar
divagaciones innecesarias, y si no atendiesen a la segunda advertencia que en tal
sentido se les formule, podrá retirarles el uso de la palabra ".

Partiendo de lo anterior, puede afirmarse que el informe oral no tiene un límite


temporal preestablecido, de forma que limitar inicialmente su duración, sin más motivo
que un criterio temporal, puede ser constitutivo de nulidad por vulneración del derecho
de defensa34 pero, sin embargo, cuando un informe se dilate incurriendo en

34
AP Castellón, sec. 3ª, S 20-7-2001, nº 193/2001, rec. 193/2000.-“Es al Juez o Presidente del Tribunal, en su caso, al que
corresponde la facultad de dirección del juicio oral , y ejerciendo sus funciones puede adoptar las resoluciones que considere
necesarias, siempre dirigidas a la finalidad de ordenar el curso del debate entre las partes, e incluso, en la Ley Orgánica del Poder
Judicial, artículos 448 y siguientes , se prevé la posibilidad de imposición de sanciones a los Abogados, por su actuación ante
Juzgados y Tribunales, en los casos previstos en el artículo 449 de dicha Ley. Ahora bien, consideramos que no es razonable, ni
posible al amparo de la facultad de dirección del juicio oral, que el Juez limite la actuación del Letrado de la defensa, en la fase
de informe oral, retirándole la palabra en la forma en que se ha efectuado en este caso, según se desprende del acta del juicio, es
decir, con un límite basado en un criterio de duración del informe, exclusivamente, en este caso de trece minutos. Solo hubiéramos
considerado justificado que se le impidiera hacer uso de la palabra si constara en el acta del juicio que la razón de ello fue que el
Letrado incurría en reiteraciones o alegaciones ajenas a la valoración de las pruebas practicadas, a impugnar la posible
apreciación de los hechos según la calificación jurídica efectuada por el Ministerio Fiscal o la acusación particular en sus
conclusiones definitivas, o a argumentar sobre la procedencia de calificar jurídicamente los hechos probados según sus propias
peticiones. SEGUNDO.- Consideramos, pues, que se ha vulnerado el artículo 24 de la Constitución , infringiéndose el derecho de
defensa y de asistencia de Letrado, causando indefensión al acusado, al impedirle que tuviera una defensa efectiva, por privarle a
su Letrado defensor emitir su informe oral en su totalidad, sin que conste en el acta del juicio oral que existiera causa alguna que
motivara esta decisión diferente de la duración temporal del informe , que no justifica el privarle de la posibilidad de formular en
esta fase sus alegaciones, quebrantándose el principio de contradicción. No existe una resolución del Juez de lo Penal, razonada, y
basada en fundamento legal, que justifique su decisión de privar al Letrado emitir de forma íntegra su informe oral, no
permitiéndole hacer uso de la palabra una vez transcurridos trece minutos desde el inicio del informe”.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 50
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

reiteraciones o alegaciones claramente desviadas del proceso, podrá limitarse su


duración, siempre que se justifique convenientemente.

Por lo tanto, cada informe deberá adecuarse a la complejidad del objeto de


enjuiciamiento y a la extensión de la prueba practicada.

En su contenido y forma, el informe debe adecuarse a las reglas y criterios de la


exposición oral, y aunque uno puede y debe apoyarse en notas, sin ser necesario
memorizar todos los datos objeto de exposición, debe huirse de la lectura de informes,
que normalmente es recriminado por el Juez o Magistrado presiente del Tribunal. El
informe debe referir cuestiones de derecho, pero principalmente cuando estás sean
objeto de controversia, careciendo de sentido abundar en cuestiones genéricas como el
derecho a la presunción de inocencia, puntos de partida de todo enjuiciamiento en los
que no hay que detenerse, siendo más práctico ocupar la exposición en puntos
concretos del enjuiciamiento del caso concreto y del desarrollo de la prueba en la vista
oral.

Cada juicio necesita una duración y cada alegato un contenido. En unas


ocasiones os bastarán cinco minutos y en otras necesitaréis dos horas. Por lo tanto, el
contenido y duración vendrá determinado siempre por el juicio celebrado.

Del mismo modo, el informe puede ser vehemente y pasional o frio y técnico, y
la elección debe basarse en el fondo del asunto. Aunque son reglas con excepciones, un
delito de prevaricación, dado su carácter técnico, no necesita un discurso acalorado,
sino que lo más conveniente, inicialmente, es un discurso pausado y técnico. Por el
contrario, una agresión, un delito sexual, incluso una estafa sí pueden demandar una
mayor pasión en la exposición. Debéis también tener en cuenta que el informe va
dirigido al Magistrado Juez o a los miembros de un Tribunal, pero también a vuestro
cliente.

11.- Última palabra del acusado. Artículo 739 L.e.crim.

La última palabra del acusado es un trámite obligado al que todo acusado tiene
derecho. Según dispone el artículo 739 de la L.e.crim: “Terminadas la acusación y la defensa,
el Presidente preguntará a los procesados si tienen algo que manifestar al Tribunal. Al que contestare
afirmativamente, le será concedida la palabra. El Presidente cuidará de que los procesados al usarla no
ofendan la moral ni falten al respeto debido al Tribunal ni a las consideraciones correspondientes a
todas las personas, y a que se ciñan a lo que sea pertinente, retirándoles la palabra en caso necesario”.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 51
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado

Es jurisprudencia consolidada del Tribunal Supremo la que establece que la


omisión del derecho a la última palabra a los acusados constituye vicio de nulidad. Así
señala la STS del 16-5-02, junto con la que en ellas se citan, que es deber del
Presidente del Tribunal preguntar a los procesados, terminados los informes de las
acusaciones y defensas, si tienen algo más que manifestar y, a continuación, el deber de
conceder la palabra al procesado que contestare afirmativamente. De acuerdo con la
doctrina sentada por el Tribunal Supremo (SSTS 9-12-97, 5-4-2000, etc.),
este último trámite del plenario no puede ser suprimido sin lesionar gravemente el
derecho fundamental a la defensa que garantiza a todos el art.24.2. de la Constitución
Española, pues el derecho a la defensa es uno y el derecho a la asistencia de Letrado
otro, de suerte que la efectividad del segundo no deja sin contenido el primero,
recordando que así deben ser interpretados en nuestro ordenamiento los art. 14.2 d) del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el art. 6.3 c) del Convenio
Europeo de Derechos Humanos que proclaman el derecho de todo acusado de
defenderse personalmente, y constituye un rasgo significativo de nuestra Ley de
Enjuiciamiento Criminal, que refuerza el derecho a la defensa, no considerándolo
agotado con la intervención del Abogado defensor, abriendo la posibilidad para
el acusado de expresar directamente y sin mediación alguna, las alegaciones que
estime puedan contribuir al más eficaz ejercicio del derecho de defensa, matizando,
completando o rectificando, en su caso, los hechos y argumentos expuestos por su
Letrado y al mismo tiempo, permite eventualmente que el Tribunal incorpore, a los
elementos que debe apreciar en conciencia, a tenor del art.741 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, algunos que siendo dignos de advertencia y reflexión,
hubiesen sido omitidos por el Letrado. Es por ello que el derecho reconocido
al acusado en el art. 739 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal se inscribe plenamente
en el derecho de defensa, por lo que privar al mismo de la posibilidad de decir
la última palabra en el proceso penal debe ser considerado lesivo de dicho derecho
fundamental y motivo suficiente para anular la sentencia dictada tras producirse tal
infracción.

Rafael López Guarnido.


Col: 3738 del Ilustre Colegio de Granada.

Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 52

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