Apuntes Fase Intermedia Del PA
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Rafael López Guarnido. Col nº 3738 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada | 1
Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
ÍNDICE
o 1.- Introducción.
o 2.- Actuación de las acusaciones.
2.1.- Solicitud de sobreseimiento. Art. 780 L.e.crim.
2.2.- Solicitud de diligencias complementarias. Art.780 L.e.crim.
2.3.- Solicitud de apertura del juicio oral y escrito de acusación.
Art.781 y 764 L.e.crim.
o 3.- Apertura del Juicio Oral. Art.783 L.e.crim.
o 4.- Escrito de defensa. Art 784 y Art. 764 L.e.crim.
4.1.- Escrito conjunto de acusación y defensa: Artículo
784.3.L.e.crim.
4.2.- Contenido del escrito de defensa.
4.3.- Forma de solicitar la prueba en los escritos de calificación.
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1.- Introducción.
Se trata de una fase esencial, pues en ella se concreta por las acusaciones el
objeto de imputación y los delitos de los que se acusa, y ambas partes, acusación y
defensa, proponen el material probatorio del que pretenden valerse en el acto de la
vista.
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acusado de los mismos1. Lo anterior tiene una evidente relevancia práctica. Dado que
se trata de un auto recurrible, si ejercemos acusación y no estamos conformes con la
calificación jurídica contenida en dicho Auto, no deberá recurrirse pues la protesta
estaría avocada al fracaso, pero si el auto no contiene los hechos que nos habilitarían
para sustentar una determinada acusación –al haber dejado fuera, en el caso de
pluralidad de acciones, algunos hechos que han sido objeto de investigación y que
necesitamos para el sustrato fáctico del delito por el que se quiere acusar-, debe
recurrirse en reforma y/o apelación tratando de que se incluya el relato de hechos que
habilite la acusación pretendida. En el caso de las defensas, el recurso contra este
Auto y contra la decisión de continuar con el procedimiento, es formalmente posible,
pero en la práctica es materialmente inviable, pues se entiende que la decisión de
proseguir las actuaciones por la existencia de indicios no es revisable en apelación,
salvo supuesto de errores flagrantes de naturaleza formal –como puede ser la
prescripción evidente del delito–2.
1
Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, Auto nº 460/2017, de fecha 31 de mayo: “No negamos la posibilidad de
que las partes actoras del proceso formulen acusación por delitos distintos o de mayor gravedad que los que propone el Juez de
instrucción, pero sólo cabe siempre que el sustrato fáctico sobre el que se apoye la calificación jurídica haya sido objeto de la fase
de investigación previa del proceso, haya declarado sobre esos hechos y no otros nuevos o distintos la persona investigada o
imputada, hayan resultado de la instrucción indicios bastantes de esos hechos y de la participación en ellos, como autor o
cómplice, de la persona contra la cual se manda seguir el proceso penal, y el delito calificado sea de los que se pueden perseguir
en ese procedimiento, cuestión que corresponde determinar precisamente al Juez instructor en el auto de procedimiento abreviado
por ser ésa la función que cumple a tenor de lo que dispone el art. 779-4ª de la L.E.Criminal y la Jurisprudencia que lo interpreta.
En efecto, en palabras del Tribunal Supremo (sentencias de 22-5-2014, 10-6-14, 6-10-2015...), "esa decisión constituye la
manifestación jurisdiccional del control sobre el alcance que puede tener la acusación. De suerte que los hechos sobre los que
hayan podido versar las diligencias previas podrán erigirse en objeto de la acusación en la medida en que esta resolución los
determine y no sobre otros diversos. Obviamente entendiendo por hecho diverso el que tiene por sí relevancia para dar lugar a un
determinado tipo penal". (…) Dicho de otra forma, si bien la decisión de prosecución del proceso tiene como finalidad la
determinación de su objeto, éste se realiza en términos marco o perimetrales que vinculan a la acusación en negativo -no podrá
acusar por hechos o a personas distintas de los precisados en dicha resolución-. Pero no en positivo, pues las partes acusadoras sí
podrán valorar en términos jurídico-penales más graves los hechos punibles, modificando el juicio de tipicidad del juez instructor
siempre que no exceda el delito de que acusa el ámbito del procedimiento abreviado”.
2
Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, Auto nº 627/2016, de fecha 28 de noviembre,:“a la pretensión del
imputado apelante contra el auto apelado sólo podemos responder con el criterio firmemente consolidado en esta Sala
proclamando la inoportunidad procesal de revisar y rectificar en segunda instancia la resolución adoptada por el Juzgado de
Instrucción conforme al art. 779-4ª de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para en su lugar decretar el sobreseimiento de la Causa,
atendiendo a la función que cumple y el trámite del proceso a que da paso: habrá que esperar a la concreta determinación e
imputación de hechos que el Ministerio Fiscal y/o la Acusación Particular hagan contra los apelantes si solicitan la apertura del
juicio oral presentando escrito de acusación (lo que consta haberse ya producido), y a la respuesta que el Juez de Instrucción dé a
esa petición en la resolución que haya de adoptar conforme al art. 783-1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, entre cuyas
opciones figura la del sobreseimiento, pues de ese precepto se desprende el protagonismo que la Ley ha querido otorgar a las
partes acusadoras en el ámbito del procedimiento abreviado, restándoselo al Juez, si la investigación previa del proceso revela
indiciariamente que se ha perpetrado un hecho constitutivo de delito y existe identificada alguna persona a quien pueda resultar
imputable, dándoles en cualquier caso la oportunidad de formular la acusación y solicitar la apertura del juicio oral; por eso el
auto precedente ordenando la continuación del proceso, el que aquí ha sido combatido, no tiene otro objeto que abrir paso a ese
trámite a las partes actoras del proceso para que decidan si procede o no, y en qué términos, formular el escrito de acusación. Y es
en el trámite subsiguiente, una vez presentado el escrito de acusación, cuando la Ley otorga al Juez de Instrucción su principal
función decisoria en esta fase intermedia obligándole a pronunciarse sobre la viabilidad del juicio oral a la vista, precisamente, de
los términos en que se formule la acusación. Cabe así declarar la improcedencia de la pretensión del apelante intentando que este
Tribunal decrete el sobreseimiento de la Causa, soslayando la función decisoria que compete al Juez de Instrucción en dicho último
trámite para decretar la apertura del juicio oral o su denegación, por lo que su recurso ha de ser desestimado.” En sentido idéntico
a la anterior resolución, puede señalarse igualmente el Auto AP Granada, sec. 2ª, A 30-5-2017, nº 439/2017, rec. 265/2017.
Y también, reiterando lo anterior, se ha pronunciado reiteradamente la Sección Primera de la Audiencia Provincial, por ejemplo,
en el muy reciente Auto nº 374/2017 de fecha 5 de Mayo de 2017, en el que se señala:“A mayor abundamiento, a tenor de lo
resuelto por nuestro T.S. en S.S.TS.S. de 22 de enero de 1999 y 146/2002 de 5 de febrero, la Sala sólo podía acordar el
sobreseimiento tal y como se solicita por el recurrente, si procedía, confirmando en apelación el pronunciamiento que, en tal
sentido, hubiera hecho el instructor, doctrina hoy modificada (cfr. STS 553/2015 de 6 de octubre). Dicho de otro modo, el dictado
de un auto de sobreseimiento por la Sala, aun cuando lo sea en primera instancia y revocando una resolución en sentido contrario
del instructor es teóricamente posible, pero sólo en casos extraordinarios será viable en la práctica. Piénsese que el artículo 766
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Concluyendo esta introducción, una vez dictado el Auto del artículo 779.1.4ª
L.e.crim, y con independencia de su firmeza o recurso –dado el carácter no suspensivo
de los recursos de reforma y/o apelación-, se abre la fase intermedia que tiene también,
como consecuencia fundamental, el término de la habilitación de todos los días que
rige la instrucción penal y la vuelta al cómputo ordinario de plazos por días hábiles3.
LECr atribuye a la apelación como único efecto y, salvo que la ley disponga otra cosa, que no es el caso, el devolutivo. Si la Sala
pudiese sobreseer contrariando lo acordado por el Juez Instructor podría darse la paradoja, paradoja que, además sería muy
frecuente en la práctica, de que el instructor acordase la apertura del juicio oral, o la celebración de juicio por delito leve, y la
Sala el sobreseimiento de las actuaciones, con lo que concurrirían dos resoluciones firmes y contradictorias entre sí y, por tanto, de
imposible ejecución. Incluso podría darse el caso de ser dictada una sentencia de condena, que, si no es recurrida por ninguna de
las partes adquiriría firmeza en tanto que la Sala se esté planteando si sobresee o no. Por otra parte, lo que se remite a la Sala es
un testimonio de particulares –art. 766.3 de la LECR-, lo que determina un limitado conocimiento de lo actuado en la fase
instructora con el consiguiente riego de error. A lo que debe añadirse el que, finalizada la fase de instrucción, el Juez ha apreciado
indicios racionales de comisión de delito por parte de los apelantes, sin que deba yugularse el proceso en esta fase a no ser que se
detecte un error patente en la decisión adoptada por el instructor. Y, como en este caso no hay constancia de tal error ni están
conjurados los riesgos a los que hemos hecho referencia, no debe acordase el sobreseimiento solicitado”.
3
Como acreditación de lo anterior, podemos citar a la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 7ª, en su Auto nº 1/2009 de fecha
18.2.2009: “Sobre la primera de las materias planteadas ya se ha pronunciado esta Sección en el recurso de queja 6/2006 en el que
decidíamos. "La cuestión sobre la inclusión o no de los días hábiles cuando se trata de la interposición de un recurso contra un
Auto de sobreseimiento o archivo de las Diligencias Previas no es pacífica. Nosotros entendemos que ha de estarse a la exclusión
de los días inhábiles con base a los dispuesto en el artículo 5 del Código Civil y en el artículo 185 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, según el cual, los plazos procesales se computarán con arreglo a lo dispuesto en el Código Civil. En los señalados por
días quedarán excluidos los inhábiles. Si el último día del plazo fuere inhábil, se entenderá prorrogado al primer día hábil
siguiente". Por su parte el artículo 182 de la misma LOPJ, redacción dada por LO 19/2003 de 23 de diciembre, declara la
inhabilidad a efectos procesales de los sábados, domingos, los días 24 y 31 de diciembre, los días de fiesta nacional y los festivos a
efectos laborales en la respectiva comunidad autónoma o localidad. Y el artículo 184 de la L.O.P.J. y el 201 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal, no establecen más que una excepción a la regla general, al decir que todos los días del año y todas las
horas serán hábiles para la instrucción de las causas criminales, sin necesidad de habilitación especial. La razón de ello se
encuentra en la naturaleza de la actividad instructora, con las particulares circunstancias de urgencia y necesidad impuestas por la
perentoriedad de la investigación que en cada caso se esté llevando a cabo, pues como dice el Auto AP Vizcaya Sec. 6ª de 2 de
junio de 2000 , cualquier momento será idóneo para averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos con todas sus
circunstancias, y la culpabilidad de los que en ellos han participado, asegurando sus personas y las responsabilidades pecuniarias
que hayan contraído (art. 299 de la L.E.Crim .), pudiendo válidamente el Juez de Instrucción adoptar, cualesquiera de las medidas
y de las diligencias que se mencionan en los títulos IV y X del Libro II de la Ley de Enjuiciamiento Criminal . Pero la razón de
urgencia o la necesidad de agotar la investigación propia de la actividad instructora del Juez, no debe ser equiparable ni
extensible, ni debe imponerse a las partes para recurrir la decisión de sobreseimiento y archivo de las actuaciones. En el mismo
sentido, el Auto AP Madrid, Sec. 16ª de 19 de mayo de 2004 señala que "una interpretación del artículo 201 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal (modificado por Ley 1/2000) y 184.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , de conformidad con la
especial protección que de la tutela judicial efectiva se encomienda en la Constitución Española a los jueces y tribunales, no debe
dar lugar a interpretar que dicho precepto considera hábiles todos los días y horas para el cómputo de plazos en la interposición
de recursos en los procesos penales en la fase instrucción , sino que dicho precepto se refiere, exclusivamente, no a una fase
procesal sino al tipo de actividad, la instructora, la investigadora, la actividad propiamente de instrucción , la práctica de
diligencias con las finalidades previstas en el artículo 299 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ."En el sumario ordinario, la
instrucción termina con la conclusión del sumario, comenzando a partir de entonces la denominada fase intermedia , competencia
del Tribunal competente para el enjuiciamiento de los hechos donde se acordará, o bien la apertura del Juicio Oral o bien el
sobreseimiento definitivo o provisional de la causa. Y esta fase intermedia es incuestionable que ya no es instrucción y que en ellas
rigen los términos procesales del art. 182 LOPJ, excluyéndose en el cómputo de los mismos los días inhábiles. Pues bien, en las
Diligencias Previas la instrucción finaliza en principio (y salvo supuestos de instrucción complementaria del art. 780 LECrim ),
cuando una vez practicada las diligencias que se han estimado urgentes y necesarias, el Juez de Instrucción adopta una de las
resoluciones del art. 779 LECrim ., entre las que se encuentran el sobreseimiento de la causa y la continuación por los trámites
del procedimiento abreviado, dictados estos que pertenecen a la fase intermedia , que en este caso se residencia en el propio Juez
de Instrucción , lo que no cambia su naturaleza ni la transforma en actividad de instrucción , siendo presupuesto de las mismas
la finalización de la instrucción .Por otra parte y, como dice el Auto AP Madrid Sección 23ª, de 20 enero 2005 , este criterio de
excluir del art. 184 LECrim. los plazos de los recursos contra Autos de archivo, parece derivarse también del contenido de la
Instrucción de la Fiscalía General del Estado 2/2004 sobre "el tiempo de las actuaciones judiciales", en la que se dice que tras la
reforma operada en la Ley Orgánica del Poder Judicial por Ley Orgánica 19/2003 son inhábiles los días anteriormente señalados y
el mes de agosto, criterio que no rige para "las diligencias sumáriales de los Jueces de Instrucción - y por extensión, a las
diligencias preliminares de investigación del Ministerio Fiscal-, es decir, a aquellas que están encaminadas a preparar el juicio y
practicadas para averiguar y hacer constar la perpetración de los delitos con todas las circunstancias que pudieran influir en su
calificación, y la culpabilidad de los delincuentes, asegurando sus personas y la responsabilidades pecuniarias de los mismos, las
cuales se pueden llevar a cabo en cualquier día y hora (artículo 184 de LOPJ y 201 de la L. E. Criminal.)".Finalmente, esta
interpretación del alcance de la regla excepcional del art. 184 LOPJ es más conforme con la doctrina constitucional que consagra
el principio "pro actione", siendo doctrina consolidada la de que las causas de inadmisión de recursos previstas por las leyes
procesales deben interpretarse de forma restrictiva, favoreciendo, por tanto, el ejercicio del derecho fundamental a una tutela
judicial efectiva, cuyo contenido normal es obtener una resolución judicial sobre el fondo (así, las SSTC 60/85 de 20 mayo, o
162/86 de 17 diciembre )."
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2º.- Actuación de las acusaciones tras el dictado del Auto de prosecución por los
trámites del Procedimiento Abreviado: (1) solicitud de sobreseimiento; (2) petición de
diligencias complementarias; (3) solicitud de apertura del Juicio Oral y formulación
de escrito de acusación.
1045/2007 y 54/2008 a las que nos remitimos. Esa doctrina es vinculante para los
órganos de la jurisdicción en los términos anteriormente señalados. La doctrina
jurisprudencial en interpretación del art. 782 es la siguiente: en el procedimiento
abreviado no es admisible la apertura del juicio oral a instancias, en solitario, de la
acusación popular, cuando el Ministerio fiscal y la acusación particular han
interesado el sobreseimiento de la causa, (STS 1045/2007), doctrina que se
complementa al añadir que en aquellos supuestos en los que por la naturaleza
colectiva de los bienes jurídicos protegidos en el delito, no existe posibilidad de
personación de un interés particular, y el Ministerio Fiscal concurre con una
acusación popular que insta la apertura del juicio oral, la acusación popular está
legitimada para pedir, en solitario, la apertura de la causa a la celebración del juicio
oral (STS 54/2008).”
4
Audiencia Provincial de Granada, Sección 2ª, en su Auto nº 108/2017 de fecha 13 de febrero: “De otro lado, e igualmente con
carácter previo al recurso, se muestra inexcusable determinar una serie de generalidades sobre la procedencia o no de las
diligencias complementarias y la interpretación jurisprudencial sobre el art. 780.2º de la L.E.Crim. Como quiera que las mismas ya
se expusieron en resolución anterior de esta misma Sala al mismo juzgado y por igual recurso de apelación por el Ministerio
Fiscal, procederemos a recordar lo ya dicho: " Y así, frente a la interpretación del recurrente que aboga por la obligatoriedad de
practicar las diligencias solicitadas por el Ministerio Fiscal en dicha fase procesal, el juez de instrucción considera que las
diligencias solicitadas no son ni "esenciales", ni "indispensables" para formular el escrito de acusación, por cuanto los autores del
delito están plenamente identificados, y añade "Más bien se trata de diligencias de instrucción suceptibles, en su caso, de
practicarse en la fase procedimental oportuna, no en la actual". En la fase intermedia, o de preparación del juicio oral en el
proceso abreviado, a diferencia también de lo que ocurre en la fase intermedia del procedimiento común, no da oportunidad a las
partes para que completen el material instructor que permita la adecuada preparación y depuración de la pretensión punitiva. Y la
admisión de las diligencias complementarias, que pueden solicitar las acusaciones en dicha etapa intermedia (780 de la L.E.Crim.),
es excepcional, y queda limitada, exclusivamente a los supuestos de imposibilidad de formular la acusación por falta de elementos
esenciales para la tipificación de los hechos. De modo que, aunque tales diligencias tengan naturaleza instructora, ello no quiere
decir que, por esta vía excepcional, la Ley autorice a las acusaciones a completar o ampliar la totalidad de la instrucción previa
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2.3.- Solicitud de apertura del Juicio Oral: Art. 781 y 764 de la L.e.crim.
sin intervención del imputado. Sin perjuicio del refuerzo que el procedimiento abreviado hace del principio acusatorio, la verdad
incuestionable es que todavía el Juez de Instrucción es el director del proceso y es responsable último de los derechos y garantías
de los que son parte. Por tanto, y a pesar del tenor literal del artículo 780.2º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , no sería
acertada la pretensión, de que en este proceso haya una fase (la intermedia) en la que una de las partes, singularmente el
Ministerio Fiscal, pueda solicitar cualquier diligencia e indefectiblemente el Juez la deba practicar -posición ésta mantenida en
el recurso por el Ministerio Fiscal-. Aunque la lectura comparada de los párrafos primero y segundo del punto 2 del citado art.
780, parece conducir a que hay pedimentos de una parte acusatoria que son privilegiados respecto de otra, una lectura integradora
de los derechos y garantías del proceso, única que admitió la doctrina que se deriva de la sentencia del TC 186/1990 , no puede
conducir a esa desigualdad entre las acusaciones, ni que de alguna manera, con tales diligencias "complementarias " puedan
conculcarse los derechos del imputado. En definitiva, se atisban varios límites a tales diligencias: uno, consistente en la
imposibilidad de que a través de esta vía se instruya sustancialmente el proceso y otro, derivado de la propia literalidad del
precepto, pues sólo admite la práctica de diligencias que sean indispensables para formular acusación, luego no habrá que admitir
las que no lo sean. Respecto al carácter indispensable de las diligencias solicitadas, deberá distinguirse entre lo que es prueba en
el juicio oral y lo que debe ser diligencia para averiguar la naturaleza del hecho" (Auto de fecha 7 de noviembre de 2016, rollo de
Sala 575/2016).
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Para mostrar la rotundidad de la anterior afirmación nos serviremos de un Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona,
Sección 3ª, Auto de 20 de noviembre de 2009, nº 742/2009.“PRIMERO.- De la simple lectura del artículo 780 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal se desprende claramente que la defensa del imputado no puede solicitar, en la fase intermedia, la
práctica de diligencias complementarias , toda vez que dicha posibilidad solo esta prevista en la Ley para las partes acusadoras,
siendo validada dicha disposición normativa por el Tribunal Constitucional en su Sentencia núm. 186/1990, razón por la que es
procedente desestimar el recurso de apelación interpuesto”.
Y en el mismo sentido, y con idéntica rotundidad se muestra la Audiencia Provincial de Cantabria, en su Auto de la Sección 3ª, nº
109/2015, de 4 de marzo de 2015. “Siendo esto así, lo cierto es que una vez concluida la fase instructora, el artículo 780 en sus
apartados 1º y 2º, tan solo permite a las acusaciones, y no a las defensas, solicitar la práctica de aquellas diligencias
complementarias que consideren esenciales para poder formular acusación, estableciendo incluso un distinto tratamiento en
función de que dichas diligencias hayan sido pedidas por el Ministerio Fiscal o por las acusaciones particulares, sin que dicha
posibilidad sea extensible por tanto a las defensas de los imputados, los cuales si llegaran a ser acusados y se abriere contra ello
juicio oral, tal y como por lo demás ya ha acontecido en la presente causa, siempre dispondrían del derecho a solicitar cuantas
diligencias , ya no de investigación, sino de prueba, estimaran pertinentes para su práctica en el juicio oral.
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Tras la petición de la apertura del Juicio Oral por alguna de las acusaciones, se
adoptará dicha decisión por el Juez de instrucción, salvo que por éste se considere que
existe algún supuesto de sobreseimiento –algo que no es habitual-. En dicho Auto se
determinará la competencia para el enjuiciamiento conforme a las peticiones
formalizadas por las acusaciones, se recogerán éstas y se resolverá sobre las medidas
cautelares personales o económicas que se impongan o que se encuentren ya impuestas.
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Art.14.3. L.e.crim.- “Para el conocimiento y fallo de las causas por delitos a los que la Ley señale pena privativa de libertad de
duración no superior a cinco años o pena de multa cualquiera que sea su cuantía, o cualesquiera otras de distinta naturaleza, bien
sean únicas, conjuntas o alternativas, siempre que la duración de éstas no exceda de diez años, así como por delitos leves, sean o
no incidentales, imputables a los autores de estos delitos o a otras personas, cuando la comisión del delito leve o su prueba
estuviesen relacionadas con aquéllos, el Juez de lo Penal de la circunscripción donde el delito fue cometido, o el Juez de lo Penal
correspondiente a la circunscripción del Juzgado de Violencia sobre la Mujer en su caso, o el Juez Central de lo Penal en el ámbito
que le es propio, sin perjuicio de la competencia del Juez de Instrucción de Guardia del lugar de comisión del delito para dictar
sentencia de conformidad, o del Juez de Violencia sobre la Mujer competente en su caso, en los términos establecidos en el artículo
801, así como de los juzgados de los Juzgados de instrucción competentes para dictar sentencia en el proceso por aceptación de
decreto”. Art. 14.4 L.e.crim.- “Para el conocimiento y fallo de las causas en los demás casos la Audiencia Provincial de la
circunscripción donde el delito se haya cometido, o la Audiencia Provincial correspondiente a la circunscripción del Juzgado de
Violencia sobre la Mujer en su caso, o la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
No obstante, en los supuestos de competencia de la Audiencia Provincial, si el delito fuere de los atribuidos al Tribunal del Jurado,
el conocimiento y fallo corresponderá a éste.”
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Debe tenerse en cuenta también el supuesto recogido en la Ley en relación a los Juzgados Penal correspondientes a la
circunscripción del Juzgado de Violencia sobre la mujer y el caso del supuesto del Juez central de lo penal en el caso en el que le es
propio.
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o treinta años, pero en varios delitos que no pueden superar, ninguno de ellos, los cinco años como pena
máxima en abstracto considerada.
Cuestión II: También se hace conveniente aclarar que, en los supuestos de enjuiciamiento de
varios delitos, la competencia recae siempre en el órgano superior, que podrá enjuiciar delitos que no
corresponderían, de forma autónoma, a su competencia objetiva, pero que al formar parte de un proceso
con delitos que sí implican dicha competencia, son también objeto de enjuiciamiento.
Cuestión III: Otra situación complicada que puede surgir es que se acuse por un delito que
tenga una pena en abstracto que sea competencia de la Audiencia Provincial pero que se formalice la
acusación por su comisión en grado de tentativa, generándose entonces la duda de si tal calificación
que supone la reducción de pena obligada en un grado supone una modificación del concepto de “pena
en abstracto” a efectos de determinar la competencia. En principio, el T.S. viene señalando que la pena
en abstracto a efectos de competencia, no se ve alterada por la aplicación de supuestos de tentativa, de
participación o de circunstancias genérica de atenuación, de forma que la regla es que cuando a priori
existe la posibilidad, por la pena en abstracto del tipo penal aplicable, de una condena superior a la
fijada para el enjuiciamiento por el Juzgado Penal, la competencia corresponde a la Audiencia
Provincial, órgano de mayor garantía para el enjuiciamiento.
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La opción de acuerdo entre las partes en esta fase procesal se articula mediante
la confección de un escrito conjunto de acusación y defensa previsto en el artículo
784.3 L.e.crim. “En su escrito, firmado también por el acusado, la defensa podrá
manifestar su conformidad con la acusación en los términos previstos en el artículo
787. Dicha conformidad podrá ser también prestada con el nuevo escrito de
calificación que conjuntamente firmen las partes acusadoras y el acusado junto con su
letrado, en cualquier momento anterior a la celebración de las sesiones del juicio oral,
sin perjuicio de los dispuesto en el artículo 787.1.”.
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En mi opinión, ambas opciones son factibles y desde el principio de economía y agilidad procesal, es más conveniente remitir
directamente las actuaciones al órgano competente, aunque en puridad, entiendo que lo procesalmente correcto es determinar la
nulidad del auto de apertura del Juicio y retrotraer las actuaciones hasta el momento anterior a su dictado, emitiendo nuevo Auto que
recoja correctamente el órgano de enjuiciamiento.
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2.- Si a partir de la descripción de los hechos aceptada por todas las partes, el Juez o
Tribunal entendiere que la calificación aceptada es correcta y que la pena es
procedente según dicha calificación, dictará sentencia de conformidad. El Juez o
Tribunal habrá oído en todo caso al acusado acerca de si su conformidad ha sido
prestada libremente y con conocimiento de sus consecuencias.
4.- Una vez que la defensa manifieste su conformidad, el Juez o Presidente del Tribunal
informará al acusado de sus consecuencias y a continuación le requerirá a fin de que
manifieste si presta su conformidad. Cuando el Juez o Tribunal albergue dudas sobre si
el acusado ha prestado libremente su conformidad acordará la continuación del
juicio”.
Es muy habitual por las defensas realizar un escrito de defensa del tipo “no
conforme”; sin especificar cuáles son los postulados fácticos de la defensa. A priori no
puede decirse que sea una postura incorrecta, y deberá valorarse en cada caso si es
conveniente plantear en ese momento la tesis alternativa que plantea la defensa, o sólo
es conveniente negar el relato de cargo.
Una parte esencial del escrito de defensa –como también del escrito de
acusación-, es la prueba solicitada. En relación a la defensa, cuando se produce el
escrito de calificación tras la apertura del juicio oral, se conocen las pruebas
solicitadas por las acusaciones, siendo muy común que las defensas presenten la
formula de la adhesión genérica a la prueba solicitada por las acusaciones. Esta
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Y en un sentido idéntico pero un poco más reciente, podemos citar la Sentencia del T.S., sala 2ª, de 24 de mayo de 2011 - nº
397/2011:“Decisión correcta por cuanto no es bastante la formula estereotipada de adhesión a una prueba ajena -más aun en el
caso presente en que la defensa se limita a una vaga y global adhesión a cualquier prueba que fuera propuesta- porque el art. 656
LECrim. EDL 1882/1 determina de forma imperativa que las partes han de manifestar en su escrito de calificación las pruebas de
que intenten valerse y han de presentar lista de peritos y testigos. En efecto la proposición de pruebas supone un acto sujeto a
estrictas formalidades legales, de ahí que la cláusula usualmente empleada de proponer la prueba mediante una remisión genérica
a las pruebas propuestas por las otras partes no se entiende como una verdadera y propia proposición, sino como una simple
adhesión a la prueba interesada por otra parte. De esta suerte, en caso de que la parte que efectivamente la propuso renuncia a su
práctica, no podrá oponer el adherido, objeción alguna, ni podrá argüir en su contra.
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tienen interés para la pretensión sostenida. Además, también puede solicitarse como
prueba documental a practicar de forma anticipada, aquellos documentos para cuya
obtención se necesita la ayuda del tribunal o Juzgado, al que se solicita que la recabe
mediante el oportuno Exhorto a otro órgano judicial, o mediante el correspondiente
oficio. Por último, debemos hacer mención también a las pruebas técnicas consistentes
en grabaciones de audio o imagen cada vez más en auge. En caso de que obre en las
actuaciones una grabación de una conversación o un video que consideremos
importante, se puede pedir su reproducción en el Juicio Oral en el trámite de prueba
documental, dado que se consideran documentos.
La prueba pericial puede consistir en una prueba pericial oficial, elaborada por
la clínica forense adscrita a los juzgados, o por las fuerzas y cuerpos de seguridad del
Estado, o en una prueba instada y aportada por alguna de las partes. Si se trata de una
prueba de naturaleza oficial, si las partes están conformes con su contenido y no la
impugnan, no es necesario citar al perito o forense para su ratificación, en caso
contrario tendrá que citarlo la parte que la impugne. En el supuesto de peritos de parte,
es necesaria siempre la comparecencia y ratificación del informe en el acto de la vista.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
CAPÍTULO (I)
Preparación de la vista.
1.- Introducción.
10
Artículo 758 L.e.crim: “El enjuiciamiento de los delitos enumerados en el artículo anterior se acomodará a las normas comunes de
esta ley, con las modificaciones consignadas en el presente Título.”
11
Existen causas especiales que por su complejidad y volumen tiene turnos especiales.
12
Las Audiencias territoriales tienen sus propias normas de reparto, adecuadas a parámetros autorizados y similares. Se pueden
consultar, algunas de ellas, en la página del CGPJ. www.poderjudicial.es.
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territoriales, como Jaén, sí existen, por ejemplo, juzgados que se encargan del
enjuiciamiento de los procedimientos de violencia de género13.
13
En Granada, el Juzgado Penal número dos de Motril es el encargado de conocer los procedimientos abreviados seguidos en
materia de violencia de género. En Granada capital, sin embargo, no existe un juzgado penal especializado en violencia de género,
aunque si existe una sección de la Audiencia Provincial que se encarga, de forma exclusiva de los recursos contra sentencia penales
dictadas en esta materia –Acuerdo del Pleno del CGPJ de fecha 25 de mayo de 2005-.
14
Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, Sección Segunda, nº 238/2008 de 18 de abril.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
no deja margen para una nueva decisión sin un prejuicio sobre el fondo de la causa. Por lo tanto, la
cuestión de la imparcialidad objetiva en estos concretos supuestos, precisa de un análisis de la
intensidad del juicio emitido sobre el objeto del proceso.
Cuestión II.- Otro supuesto curioso se da en el caso en el que un juzgado penal conozca o pueda
conocer de dos juicios sobre una misma persona. No hay ninguna causa de recusación basada en el
previo enjuiciamiento por hechos distintos –aunque de la misma naturaleza– a la misma persona.
Probablemente por una cuestión meramente pragmática.15
Ya hemos visto que el concreto Juez o los concretos Magistrados encargados del
enjuiciamiento vienen determinados de una forma aleatoria, de manera que es
absolutamente indisponible para las partes. Sin embargo, es una variable determinante.
Mientras la justicia sea impartida por personas, dependerá de éstas en su aplicación.
Ejemplo 1-. Enjuiciamiento por un presunto delito de violación con existencia de un voto
particular sobre la credibilidad de la víctima. Sentencia absolutoria al considerar los magistrados de
forma mayoritaria –dos de los tres magistrados-: “el parecer mayoritario de la Sala aprecia una
conducta de notable ambigüedad en la supuesta víctima, que lleva a dudar de la verosimilitud de su
alegato”. Concurrencia de un voto particular: “la razón de la discrepancia del Magistrado que suscribe
este voto particular con el parecer mayoritario de la Sala se encuentra en el valor conferido a la
declaración de la víctima, la cual a este Magistrado le merece crédito suficiente para destruir el
principio de presunción de inocencia que asiste al acusado”16.
15
La abstención y recusación de los jueces y magistrados se encuentran reguladas en la L.O.P.J., artículos 217 y ss, recogiéndose las
causas o motivos en el artículo 219 de la LOPJ.
16
Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, Sección 2ª; 30 de junio de 2004, nº 386/2004.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
Una vez que los autos son remitidos al órgano de enjuiciamiento, el Juzgado
Penal o la Audiencia Provincial, se pronunciará sobre la prueba interesada, sin que su
decisión sea susceptible de recurso. El artículo 785 de la L.e.crim marca la primera
actuación del órgano de enjuiciamiento –Juzgado Penal o Audiencia Provincial-,
estableciendo que el mismo dictará Auto resolviendo la admisión o inadmisión de la
prueba propuesta, no pudiéndose recurrir la inadmisión de prueba con independencia
de la reproducción de la petición al inicio de las sesiones de la Vista Oral. Igualmente,
en caso de admitirse practicará la prueba pericial o documental anticipada que se haya
propuesto.
La denegación de prueba debería ser algo inusual, aunque cada vez se está
generalizando más, pues el derecho a la tutela judicial efectiva y, sobre todo, como
parte del mismo, el derecho a la defensa, imponen o deberían imponer un respeto a las
pretensiones probatorias de las partes. Debe tenerse en cuenta que los únicos criterios
de admisión o denegación de prueba, en el P.A., son el criterio formal, que permite su
presentación hasta el inicio de las sesiones del Juicio Oral, y el criterio material de la
pertinencia, necesidad, y posibilidad, por lo que en ningún caso puede denegarse bajo
el simple argumento de que no fue propuesta en la instrucción. Sin embargo, en este
caso como en tanto otros, en ocasiones el derecho de defensa se ve limitado por la
comodidad judicial, produciéndose sistemáticas denegaciones de prueba que limitan
nuestras posibilidades de defensa. Según la importancia de la prueba, siempre hay que
intentar que el órgano de enjuiciamiento no pueda denegarla. En caso de que se
produzca la denegación, hay que formular la oportuna protesta. Sobre la necesidad de
explicitar el contenido de la prueba para poder valorar su pertinencia, podemos citar
una antigua Sentencia del T.S., Sala 2ª; de 22-1-1990:
17
Art. 188.6.º L.e.civil: “Por tener el abogado defensor dos señalamientos de vista para el mismo día en distintos Tribunales,
resultando imposible, por el horario fijado, su asistencia a ambos, siempre que acredite suficientemente que, al amparo del artículo
183, intentó, sin resultado, un nuevo señalamiento que evitara la coincidencia. En este caso, tendrá preferencia la vista relativa a
causa criminal con preso y, en defecto de esta actuación, la del señalamiento más antiguo, y si los dos señalamientos fuesen de la
misma fecha, se suspenderá la vista correspondiente al procedimiento más moderno. No se acordará la suspensión de la vista si la
comunicación de la solicitud para que aquélla se acuerde se produce con más de tres días de retraso desde la notificación del
señalamiento que se reciba en segundo lugar. A estos efectos deberá acompañarse con la solicitud copia de la notificación del
citado señalamiento. Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación a las vistas relativas a causa criminal con preso, sin
perjuicio de la responsabilidad en que se hubiere podido incurrir.”
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1º.- Causa con preso. Es prioritaria sea cual sea la fecha de su señalamiento y
provoca la suspensión de cualquier otra causa.
2º.- El señalamiento más antiguo.
3º.- Si los dos señalamientos son de la misma fecha, se suspenderá la vista
correspondiente al más moderno.
5.- Acuerdos.
Una de las partes del derecho penal que más me sorprendió cuando empecé a
ejercer en el año 1996, algo de lo que nunca había oído hablar y que se me mostraba
como una pieza importantísima del proceso penal era el acuerdo entre las partes.
Peticiones de condena de más de cinco años eran retiradas o conformadas con penas
cuasi testimoniales de tres o seis meses de prisión. Las reglas: no hay reglas; la forma:
no hay forma. Se trata de una pura y dura negociación en la que todo está permitido –
dentro de la legalidad penal-, pero lo que hoy es válido mañana no sirve y lo que ayer
no servía hoy se puede aplicar. En realidad, la conformidad convierte el Derecho Penal
en material de mercadillo en el que la práctica, el desparpajo, la rapidez, simpatía o
inteligencia y, porque no, el trato y relación que tengas con el Ministerio Fiscal,
convierte casi todo en posible.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
El plenario, vista o juicio oral, es el acto más solemne del proceso penal. En
principio, sólo lo que ocurre allí es válido. Como abogado se puede concurrir en la
condición de acusación, particular o popular, perjudicado civil, defensa, y responsable
civil o participe a título lucrativo. Las posiciones principales son, obviamente, la
acusación y la defensa.
18
El anterior estatuto de los procuradores, de fecha 30 de julio de 1982, en su artículo 16.2 establecía que: “en apertura de los
Tribunales, …así como ante cualquier Tribunal o autoridad, los Procuradores vestirán traje negro y corbata negra …”
19
En el mismo sentido, el Reglamento 2/2005 del Consejo General del Poder Judicial, que establece que los abogados y
procuradores, en “todo acto jurisdiccional llevarán traje o vestimenta acorde con la solemnidad del acto”.
20
“Convencer y vencer”. Artículo publicado en la revista “En portada”, número de octubre de 2007.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
afirmar que ante una prueba plena no hay elocuencia que valga, pero ante una dudosa,
la batalla dialéctica es fundamental.
CAPÍTULO (II)
Desarrollo de la vista oral
1.- Intervención en la vista oral.
21
Sentencia de la Audiencia Provincial de Tenerife, sección 2ª, de 8 de abril de 2011.“La celebración del juicio en el procedimiento
abreviado, salvo excepciones que no hacen al caso, requiere preceptivamente la presencia del acusado y del abogado defensor,
según señala el art. 786.1 de la LECr. Ninguna mención se hace del procurador , ya que su función de representación procesal
decae en el juicio, en el que ha de comparecer el representado en persona y no su representante"
22
En ocasiones puede celebrarse el juicio sin la presencia del acusado, pero nunca he visto que se niegue en este caso la
representación del letrado aunque no esté presente el procurador.
23
En este sentido, podemos recoger lo manifestado por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 27ª en su Sentencia de 29 de
marzo de 200723: “No existe ninguna norma en la Ley de Enjuiciamiento Criminal que disponga la preceptiva comparecencia al
acto del Juicio Oral de los Procuradores de las partes como sí lo hay en el proceso civil (432 Ley de Enjuiciamiento Civil). Tan
solo para el caso del acusado, las Leyes procesales criminales (art. 786 LECrim, art. 44 LO Tribunal del Jurado) establecen la
preceptiva asistencia del acusado y del Abogado defensor, sin los cuales se dice no podrá celebrarse el juicio (a salvo de las
excepciones del párrafo. 2 del art. 786 LECrim. para el acusado citado que no comparece injustificadamente). En la vista del
recurso de casación, el art. 894 LECrim. establece la asistencia del Ministerio Fiscal y de los defensores de las partes, aunque la
falta de asistencia injustificada de estos últimos no será motivo de suspensión de la vista, añadiendo el pfo. 3º que "La Sala podrá
imponer a los Letrados que no concurran las correcciones disciplinarias que estime merecidas, atendida la gravedad e importancia
del asunto "En conclusión, que la Ley de Enjuiciamiento Criminal y demás leyes procesales penales no establecen, respecto del
acusado, la asistencia preceptiva del Procurador al acto del Juicio o vista, tan solo de su Abogado defensor. Ni siquiera en el caso
de que el acusado no comparezca y el juicio se celebre en su ausencia, siguiéndose solo con el Abogado, quien como dispone el art.
768 LECrim carece entonces de la representación de su defendido, siendo necesaria la intervención de Procurador desde el trámite
de la apertura de Juicio Oral, quien tendrá la representación del acusado. Tampoco en el supuesto de que el acusado sea expulsado
de la Sala de Vista en el supuesto del art. 687 LECrim. se establece la preceptiva asistencia del Procurador , ni se concluye que a
partir de ese momento el Abogado defensor no pueda seguir por no estar presente en la Sala ni el acusado expulsado ni su
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
Procurador .Ninguna mención existe respecto de la comparecencia en juicio o en vista de las demás partes, a excepción de la
relativa al tercero responsable civil para decir que su ausencia injustificada no será por sí causa de suspensión (art. 786 LECrim,
art. 44 LOTJ).No existe ningún impedimento para trasladar el régimen previsto para la comparecencia en juicio del acusado a las
demás partes y en concreto a la acusación particular, exigiendo solo la asistencia de su Abogado, sin requerir además la del
Procurador. No puede argüirse de contrario que en el caso del acusado el Abogado defensor tiene también su representación, pues
como hemos indicado ello solo ocurre hasta el trámite de la apertura del juicio oral (art. 768 LECrim). Así, con la sola asistencia
al juicio o vista del Abogado de la parte, se hace en la práctica forense.”.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
3.- Juicio público o juicio a puerta cerrada. Artículo 680 a 682 de la L.e.crim.
24
En concreto, podemos citar a la Audiencia Provincial de Barcelona, sec. 3ª, S 2-4-2013, nº 286/2013, rec. 42/2013 «En este
tiempo de reformas penales, tanto sustantivas como procesales, parece llegado el tiempo de diseñar un nuevo escenario de las
audiencias penales que sitúe al acusado junto con su letrado. Con ello se conseguiría una más efectiva asistencia jurídica que se
vería potenciada por la propia cercanía física, y, al mismo tiempo se pondría fin a una irritante desigualdad existente en relación a
la Ley del Jurado, cuyo art. 42-2 º prevé que: "...el acusado o acusados se encontrarán situados de forma que sea posible su
inmediata comunicación con los defensores ...", lo que por otra parte es norma usual en el derecho comparado».
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
después retirarse para el comienzo del juicio, saliendo las cámaras, pero pudiendo
permanecer en la Sala los periodistas que lo estimen oportuno.
25
Como ejemplo del estado de la cuestión, podemos citar a la Audiencia Provincial de Barcelona, en la misma sentencia
anteriormente señalada, que reproducimos ampliamente por su claridad al afrontar esta problemática -AP Barcelona, sec. 3ª, S 2-
4-2013, nº 286/2013, rec. 42/2013-PRIMERO. El recurrente solicita que se declare la nulidad del acto del juicio, toda vez que no
estuvo presente en el acto del juicio, habiendo participado en el mismo por videoconferencia, lo que le limitó sus posibilidades de
defenderse correctamente. La posibilidad de celebrar el juicio con acusados por videoconferencia, sin que se encuentren presentes
en la sala de vistas donde se está celebrando el acto del juicio ha sido analizada en dos ocasiones por la Sala Segunda del Tribunal
Supremo. La primera (ver STS núm. 678/2005) decidió anular el acto del juicio con los siguientes argumentos: Es cierto y basta la
lectura del texto vigente de nuestra Ley Orgánica del Poder Judicial para advertir que la actual normativa procesal permite tal
fórmula, a partir de la Reforma operada por la Ley Orgánica 13/2003 que introdujo el nuevo texto del artículo 229.3, que ahora
dispone que las declaraciones, interrogatorios, testimonios, careos, exploraciones, informes, ratificación de los periciales y vistas
«...podrán realizarse a través de videoconferencia u otro sistema similar que permita la comunicación bidireccional y simultánea
de la imagen y el sonido y la interacción visual, auditiva y verbal entre dos personas o grupos de personas geográficamente
distantes asegurando en todo caso la posibilidad de contradicción de las partes y la salvaguarda del derecho de defensa, cuando
así lo acuerde el juez o tribunal». Y, más en concreto, para el acto del Juicio oral en el procedimiento penal, el nuevo artículo 731
bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, al afirmar que «El tribunal, de oficio o a instancia de parte, por razones de utilidad,
seguridad o de orden público, así como en aquellos supuestos en que la comparecencia de quien haya de intervenir en cualquier
tipo de procedimiento penal como imputado, testigo, perito, o en otra condición resulte gravosa o perjudicial, podrá acordar que su
actuación se realice a través de videoconferencia u otro sistema similar que permita la comunicación bidireccional y simultánea de
la imagen y el sonido, de acuerdo con lo dispuesto en el apartado 3 del artículo 229 de la Ley Orgánica del Poder Judicial ».Pero,
evidentemente, no puede ignorarse que la proyección de los principios básicos del procedimiento es, en esta materia, diferente
según que nos hallemos ante la declaración distante de un testigo o la práctica del informe de un perito, que tan sólo requieren
garantizar la exactitud y fiabilidad de la información recibida por el Juzgador, así como el sometimiento de su generación a la
contradicción de las partes, que cuando estamos ante la participación de los propios acusados, especialmente en el momento
cumbre del Juicio oral, a los que ha de permitírseles intervenir activamente en el ejercicio de su propio derecho de Defensa.
Mientras que otros elementos probatorios, como los testimonios y las pericias, tan sólo ofrecen una posición pasiva, que permite la
posibilidad de su correcta percepción a pesar de la distancia, el acusado no sólo puede ser «objeto» de prueba, a través del
contenido de sus manifestaciones, sino que también representa un papel de «sujeto» activo en la práctica de las actuaciones que se
desarrollan en el acto de su propio Juicio. Y, para ello, adquiere gran relevancia tanto su presencia física en él, como también la
posibilidad constante de comunicación directa con su Letrado que, de otro modo, podría ver seriamente limitadas sus funciones de
asesoramiento y asistencia. El contenido de la declaración de un testigo, por citar sólo un ejemplo de las múltiples vicisitudes
imprevistas que pueden surgir en el desarrollo de la vista oral, es capaz de provocar una necesidad de instantáneo intercambio de
información entre el Letrado y su defendido, por lo que no resulta, en modo alguno, insólito, en la práctica judicial, que, en tales
ocasiones, se solicite autorización a la Presidencia de ese acto, para que se acceda a esa comunicación. Autorización que, de
denegarse, puede plantear indudables problemas en orden al respeto debido al derecho de Defensa. Esto hace que incluso esta
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
Sala, siguiendo la estela del propio Legislador, se haya pronunciado con determinación en una línea de la que es claro exponente
la reciente Sentencia de 2 de marzo de 2005, cuando proclama que: «En este tiempo de reformas penales, tanto sustantivas como
procesales, parece llegado el tiempo de diseñar un nuevo escenario de las audiencias penales que sitúe al acusado junto con su
letrado. Con ello se conseguiría una más efectiva asistencia jurídica que se vería potenciada por la propia cercanía física, y, al
mismo tiempo se pondría fin a una irritante desigualdad existente en relación a la Ley del Jurado, cuyo art. 42-2 º prevé que: "...el
acusado o acusados se encontrarán situados de forma que sea posible su inmediata comunicación con los defensores ...", lo que por
otra parte es norma usual en el derecho comparado». Obviamente, con los modernos métodos de comunicación electrónica que
aquí se analizan sufren esos planteamientos, tendentes a facilitar plenamente el derecho de Defensa, salvo que se adopten las
medidas oportunas, técnicamente posibles, de comunicación, al menos auditiva, independiente, directa y constante, entre el
Defensor y su defendido. Solución que, no obstante, también podría dar lugar, en la práctica, a eventuales complicaciones
merecedoras de estudio. Por ello, al no poder afirmarse la integridad del respeto a las garantías procesales habituales, la decisión
acerca de la celebración de un Juicio con la presencia mediante videoconferencia de los acusados requiere prestar inexcusable
atención a criterios de proporcionalidad que relacionen el sacrificio de tales derechos con la relevancia de las causas que
aconsejan semejante medida. Quedando, por supuesto, fuera de esa ponderación cualesquiera alusiones a planteamientos de índole
funcional, como el ahorro de gastos o de las dificultades y molestias derivadas de traslados y comparecencias, pues es obligación
del Estado, dentro del correcto ejercicio de su «ius puniendi», facilitar los medios necesarios para respetar los principios rectores
de nuestro sistema de enjuiciamiento, siempre que fuere posible. De modo que sólo motivos de absoluta imposibilidad de asistencia
personal del acusado servirían para justificar, válidamente, el empleo en estos casos de los novedosos métodos contemplados en
nuestra legislación, en especial cuando de la presencia del propio acusado se trate. Amén de aquellos otros supuestos como en los
que el Tribunal se haya visto obligado a replicar a una conducta perturbadora con la expulsión del desobediente, en los que,
precisamente, la posibilidad de que siga su Juicio a través de medios electrónicos desde un lugar externo a la Sala, como acontece
en procedimientos de los que conocen ciertos Tribunales supranacionales, se erige en el más eficaz y garantista sucedáneo de la
presencia física de quien ha forzado, e manera inevitable, esa situación. En la segunda (ver STS núm.. 644/2008), se trataba de una
declaración testifical practicada por videoconferencia, pero el Tribunal volvió a reiterar la doctrina fijada en la Sentencia del año
2005 al decir: La validez de la videoconferencia tiene distinta dimensión cuando se trata de la utilización de esta tecnología
sustituyendo la presencia de los acusados en el momento del juicio oral por su declaración a través de la comunicación
bidireccional de la imagen y el sonido, que cuando se emplea para las manifestaciones de testigos y peritos. Como se puso de
relieve en la sentencia de esta Sala, de 16 de mayo de 2005, el acusado debe tener un papel activo en el juicio oral por lo que
adquiere relevancia su presencia física e incluso la posibilidad de la comunicación constante con su Abogado, que no sólo se debe
cumplir en los procedimientos de la Ley del Jurado, sino en toda clase de juicios orales. No por ello se debe descartar totalmente la
celebración de juicio por videoconferencia con los acusados y así lo contempla el Convenio Europeo antes citado, cuando lo exijan
razones de seguridad derivadas de la extrema peligrosidad de los acusados que hagan desaconsejable su traslado o cuando, por las
circunstancias externas, las sesiones pudieran verse seriamente alteradas por concentraciones masivas de personas en los
alrededores de la sede del tribunal. En estos casos, si que debe motivarse las razones que se alegan para justificar esta decisión
excepcional. Ambas sentencias se hacen eco de los convenios internacionales que regulan esta materia y, en este sentido, vale la
pena recordar que el Convenio de la Unión Europea relativo a la Asistencia Jurídica en materia Internacional Penal de 29 de mayo
del año 2000 y el segundo protocolo adicional al Convenio Europeo de Asistencia Judicial en materia penal de 1959 distinguen
claramente entre las declaraciones de los testigos y las de los acusados, establecimiento que cuando la videoconferencia se refiere
a acusados es requisito ineludible que este preste su consentimiento. En el presente caso, la Magistrada de instancia consideró que
las nuevas tecnologías aseguraban la plena participación del acusado en la celebración del acto del juicio, sin que justificara en
ningún momento la existencia de especiales circunstancias que hicieran conveniente la celebración del acto del juicio por
videoconferencia, dándose la circunstancia de que dicha decisión se tomó en contra de todas las partes intervinientes en el acto del
juicio, las cuales mostraron su conformidad (incluido el Ministerio Fiscal) con la suspensión del acto del juicio solicitada por la
defensa del acusado. En estas condiciones, resulta patente que de conformidad con la jurisprudencia antes mencionada es
procedente estimar el recurso de apelación interpuesto y declarar la nulidad del acto del juicio celebrado el día 6 de febrero del
año en curso.
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5.- Dirección del proceso y jurisdicción disciplinaria. Art. 683 y ss. L.e.crim.
Las labores de dirección del juicio, según los artículos 683 y ss., las tiene el
presidente del Tribunal o el Juez en su caso. Pudiendo expulsar de la Sala, sancionar
económicamente e incluso detener a quienes alteraren el orden, estando todas las
personas dentro de la Sala bajo su jurisdicción disciplinaria.
El artículo 786.1 de la L.E.Crim, señala que “La celebración del juicio oral
requiere preceptivamente la asistencia del acusado y del abogado defensor. No
obstante, si hubiere varios acusados y alguno de ellos deja de comparecer sin motivo
legítimo, apreciado por el Juez o Tribunal, podrá éste acordar, oídas las partes, la
continuación del juicio para los restantes. La ausencia injustificada del acusado que
hubiera sido citado personalmente, o en el domicilio o en la persona a que se refiere el
artículo 775, no será causa de suspensión del juicio oral si el Juez o Tribunal a
solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la defensa, estima que
existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando la pena solicitada no
exceda de dos años de privación de libertad o, si fuera de distinta naturaleza, cuando
su duración no exceda de seis años”.
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Apuntes: Fase intermedia y Juicio Oral en el Procedimiento Abreviado
3º. Que lo pida el Ministerio Fiscal o la parte acusadora. La defensa sólo tiene
que ser oída, sin que su oposición sea obstáculo para celebrar el juicio, si el Tribunal
lo acordase así.
5º. Que esté presente e intervenga el Abogado defensor. Así lo exige el principio
de defensa.
6º. Que el órgano jurisdiccional aprecie que existen elementos suficientes para
el enjuiciamiento, pese a la ausencia del acusado".
26
En apoyo de la anterior conclusión, citaremos la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 6 de abril de 2011 que con
mención de otra, establece: "El primero de los motivos que se articulan contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal num.
10 de Madrid denuncia la vulneración de derechos constitucionales en el juicio celebrado, alegando para ello que en el acto de
continuación del mismo, el acusado no acudió a dicho acto, pese a estar citado en legal forma en la sesión anterior, y dado que las
penas que se le solicitaban por el Ministerio Fiscal excedían del plazo de dos años previsto por la LECr, ello impedía la
celebración del juicio en su ausencia , al sobrepasarse el tope legal, debiendo, por ello, procederse a la nulidad del juicio. La
necesidad de la presencia física del acusado viene establecida efectivamente en la LECr, concretamente en el artículo 786 respecto
del procedimiento abreviado , seguido en la presente causa, si bien el apartado 2 de tal norma establece que la ausencia
injustificada del acusado que hubiera sido citado personalmente, o en el domicilio o en la persona a que se refiere el art. 775, " no
será causa de suspensión del juicio oral si el Juez o Tribunal, a solicitud del Ministerio Fiscal o de la parte acusadora, y oída la
defensa, estima que existen elementos suficientes para el enjuiciamiento, cuando la pena solicitada no exceda de dos años de
privación de libertad o, si fuera de distinta naturaleza, cuando su duración no exceda de seis años . Pues bien, pese a lo que se
mantiene en el recurso, y si bien es cierto que la estimación conjunta de las dos pretensiones punitivas que se le imputaban al
recurrente, (2 años de prisión por un delito contra la salud pública y 1 año y 6 meses de prisión, por un delito de atentado)
sumadas, rebasan el límite de referencia que la Ley establece para poder celebrar el juicio en ausencia del acusado , esta Sala
participa del criterio expuesto por la SAP de Asturias, de fecha 16 de julio de 2010 EDJ 2010/175040 , de que cuando el legislador
ha querido anudar alguna consecuencia jurídica a la consideración de un determinado límite penológico, lo hace abiertamente, por
ejemplo con ocasión de los requisitos para suspender la ejecución de las penas (así, cuando en el art. 81.2 CP EDL 1995/16398 se
refiere la pena, penas impuestas o la suma de las impuestas,) o cuando el art. 50 de la L.O.T.J. EDL 1995/14191 , para el instituto
de la conformidad, indica el límite de la pena conformada, sola o conjuntamente con la pecuniaria o privativa de derechos. Luego,
si en el art. 786.2 de la LECr EDL 1882/1 no se prevé que respecto de cada delito que pueda ser objeto de acusación la petición
concreta de pena sea susceptible de ser sumada a la otra u otras correspondientes a todos los tipos imputados para mantener el
límite antes referido, no puede inferirse la existencia de causa de nulidad alguna cuando la Juez de lo Penal acordó la continuación
del juicio ante la incomparecencia a la segunda de sus sesiones del acusado , pese a que el citado había sido citado personalmente
en la sesión anterior, por lo que este primer motivo ha de ser desestimado". Interpretando en aquel entonces la novedad legislativa,
la Circular 1/1989 (RCL 1989\ 965) de la Fiscalía General del Estado explicaba que el juicio en ausencia exige los siguientes
requisitos: 1º Haber sido citado en forma ya personalmente, ya en el domicilio que en las diligencias previas se haya señalado al
efecto, ya en la persona que también se haya designado en aquéllas para recibir notificaciones. 2º Que lo pida el Ministerio Fiscal
o la parte acusadora. La defensa sólo tiene que ser oída, sin que su oposición sea obstáculo para celebrar el juicio, si el Tribunal lo
acordase así. 3º Que la pena más grave de las pedidas no exceda de un año de privación de libertad o, si es de naturaleza distinta y
tenga fijada duración en el Código, que ésta no exceda de seis años. (dos años y seis años en la redacción actual) 4º Y, por
supuesto, que esté presente e intervenga el abogado defensor. Aunque la Ley expresamente no lo diga, lo exige el principio de la
defensa.
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Competencia.
Del mismo modo, si el error evidenciado en este trámite, como ya hemos visto,
afecta la competencia objetiva, debe corregirse en este momento, remitiendo la causa
al juzgado instructor para su reparto o, directamente, al órgano correcto para su
enjuiciamiento.
27
La conocida doctrina de la ubicuidad, fue establecida por el Tribunal Supremo en el Pleno no jurisdiccional de fecha 3 de febrero
de 2005, en que se tomó el siguiente acuerdo: "el delito se comete en todas las jurisdicciones en las que se haya realizado algún
elemento del tipo. En consecuencia, el juez de cualquiera de ellas que primero haya iniciado las actuaciones procesales será en
principio competente para la instrucción de la causa".
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Nulidad de actuaciones.
1º-. Testifical. En el caso de que se aporte algún testigo, éste debe de haberse
traído al acto, señalando en la petición, brevemente, el objeto del testimonio que puede
aportar.
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Sobre la necesidad de aportar copias para las partes: AP Castellón, sec. 2ª, S 11-11-2011, nº 496/2011, rec.
136/2011“SEGUNDO.- El primer motivo del recurso versa sobre la nulidad de actuaciones debido a la no admisión de una prueba
documental, consistente en parte médicos de urgencias sobre el estado que presentaba el menor Amador el día de los hechos, que
sería fundamental para el argumento defensivo, habida cuenta que se ha sostenido por al acusado que no entregó el niño a su
abuela paterna Crescencia el día de autos, debido a que estaba enfermo por una crisis de ansiedad con diagnóstico de reposo en
domicilio. Efectivamente, como sostiene la apelante, la juzgadora de instancia incurrió en un rigor exacerbado e innecesario a la
hora de rechazar una prueba de apariencia decisiva de la defensa, por el hecho de no haber aportado ésta copia de la prueba
documental para el debido traslado al resto de partes, lo cual, además de suponer un rigor excesivo proveniente de otra fase
procesal o de otro tipo de procesos de inspiración no tan oral, como serían los civiles, no se sostiene precisamente en un juicio de
faltas donde no hay fase previa de instrucción escrita, ni de escritos de acusación provisional anterior y proposición de prueba que
deba ser de trasladada a la parte adversa. Defecto de no presentación de copia de un documento que se presenta en una vista penal
-como el apreciado erráticamente por la juzgadora- sucede no infrecuentemente y, sin con ello justificarse, sí se permite la
subsanación con la copia inmediata por la oficina del Juzgado, y no pocas veces la parte adversa declina de recabar copia ante la
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la última opción, pues casi siempre es conveniente que el acusado aporte su explicación
sobre los hechos. Es conveniente que se explique, pero a veces sus explicaciones a las
preguntas de la acusación particular pueden meterlo en una trampa. La diferencia
entre el abogado de la acusación particular y el Ministerio Fiscal radica en que éste no
tendrá tan preparado el juicio, ni conocerá los hechos tan bien como el letrado de la
acusación, y sus preguntas, de ordinario, son menos complicadas y agresivas. Sin
embargo, casi siempre es conveniente que declare a las preguntas de su letrado, pues
deben de haber sido preparadas previamente y por lo tanto es un trámite sencillo,
aportando así la versión del acusado sobre la imputación de la manera más clara
posible.
Sobre el silencio del acusado hay una abundante jurisprudencia que, aunque no
permite condenarle por no declarar, sí permite considerar su silencio como un indicio
de culpabilidad. Por eso, lo más procedente en ocasiones es que declare, pero sólo a
preguntas de su abogado y en su caso, del Fiscal y del Tribunal.
Importancia.
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El testigo que se niegue a declarar incurrirá en la multa de 200 a 5.000 euros, que se impondrá en el acto. Si a pesar de esto
persiste en su negativa, se procederá contra él como autor del delito de desobediencia grave a la autoridad.
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1. Los parientes del procesado en líneas directa ascendente y descendente, su cónyuge o persona
unida por relación de hecho análoga a la matrimonial, sus hermanos consanguíneos o uterinos y
los colaterales consanguíneos hasta el segundo grado civil, así como los parientes a que se
refiere el número 3 del artículo 261.
El Juez instructor advertirá al testigo que se halle comprendido en el párrafo anterior que no
tiene obligación de declarar en contra del procesado; pero que puede hacer las manifestaciones
que considere oportunas, y el Secretario judicial consignará la contestación que diere a esta
advertencia.
2. El Abogado del procesado respecto a los hechos que éste le hubiese confiado en su calidad de
defensor.
Si alguno de los testigos se encontrase en las relaciones indicadas en los párrafos precedentes
con uno o varios de los procesados, estará obligado a declarar respecto a los demás, a no ser
que su declaración pudiera comprometer a su pariente o defendido.
3. Los traductores e intérpretes de las conversaciones y comunicaciones entre el imputado,
procesado o acusado y las personas a que se refiere el apartado anterior, con relación a los
hechos a que estuviera referida su traducción o interpretación.
Por otro lado, según el artículo 418 L.e.crim, ningún testigo podrá ser obligado
a declarar acerca de una pregunta cuya contestación pueda perjudicar material o
moralmente y de una manera directa e importante, ya a la persona, ya a la fortuna de
alguno de los parientes a los que se refiere el artículo 416.
Cualidad del testigo: ¿Pueden ser testigos los familiares o amigos íntimos?
Por supuesto, salvo las excepciones que hemos expuesto, todo el mundo puede
ser testigo. Hay que tener en cuenta que en ocasiones los hechos ocurren en ámbitos en
los que los únicos testigos son los relacionados con la víctima. Sin embargo, también es
cierto que la credibilidad del testimonio, que depende de cada caso concreto, no se
afronta igual al examinar a un pariente o un amigo íntimo que a un tercero ajeno a las
partes.
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La psicología del testimonio trata de aplicación de los conocimientos sobre los procesos psicológicos básicos (atención,
percepción, memoria y procesos afines) a la obtención de la valoración de la prueba testifical.
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Este es el orden siempre que el Ministerio Fiscal acuse, pues en caso contrario,
el Fiscal pasa a ocupar plaza como defensa.
Reconocimiento por el testigo del acusado. Una de las partes esenciales del
testimonio es el reconocimiento del acusado como el autor del delito en los supuestos
en los que no existía un conocimiento previo. Normalmente, debe haberse producido
previamente un reconocimiento en sede policial y un reconocimiento en rueda. Esta es
la prueba más difícil de contradecir pues se basa en la afirmación rotunda de una
persona sobre que quien cometió el delito es el acusado. Sin embargo, os diré que mi
credibilidad en esta prueba es mínima.
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Respecto a esto, la Ley sólo prevé que sea obligatorio cuando se trate de
menores de edad. En concreto, el artículo 707 de la L.e.crim, señala que “la
declaración de los testigos menores de edad se llevará a cabo evitando la confrontación
visual de los mismos con el inculpado, utilizando para ello cualquier medio técnico que
haga posible la práctica de esta prueba”.
es el testigo que ve, escucha o lee aquello sobre lo que ha de testificar, un hecho de la
realidad que conoció de forma directa. Testigo de referencia es el testigo al que se le
cuenta lo ocurrido por otra persona. Éste segundo tiene un valor secundario, pero
también importante, y en todo caso, debe dar siempre cuenta del origen de su
conocimiento.
Práctica de la testifical por video conferencia. Cada vez está más extendida la
práctica de videoconferencias para los testigos que residen lejos del lugar de la vista,
posibilidad permitida por el artículo 731 Bis de la L.e.crim. Aunque la apreciación del
Tribunal o el Juez no es la misma, se suele admitir casi siempre para evitar que el
testigo tenga que desplazarse, evitando así el gasto que en ocasiones supone dicho
traslado. Puede solicitarse por la parte proponente o incluso por escrito del testigo al
juzgado. Lo correcto es que el Juzgado lo comunique a las partes para que se
pronuncien, aunque la mayoría de las veces no lo hacen.
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impertinencia de una pregunta, aunque en otras, habrá que protestar, explicar el objeto
y dejar constancia de la importancia de la pregunta.
Cuando es la otra parte la que realiza las preguntas, surge una duda ¿Puede
intervenirse en el interrogatorio de otra parte? Yo opino que puede y debe intervenirse.
Si la pregunta es sugestiva o capciosa, o incluso alude a algo dicho por el testigo en la
instrucción o por otra persona que no es cierto, hay que intervenir. Los jueces no
suelen permitirlo, pero no dejan de tomar nota de la protesta y en ocasiones, la
mayoría de las veces, sirve para que ellos reconduzcan el interrogatorio.
8.3.- Careo:
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personas que defienden versiones contradictorias sobre un mismo hecho. Si bien, tal y
como se señala en el artículo 455 de la L.e.crim, el careo sólo se practicará cuando se
considere imprescindible.
Artículos 456 a 485; 723 a 727 y 788.2 de la L.e.crim. La prueba pericial está
prevista para aportar al juez y al procedimiento unos conocimientos técnicos que no
posee. En principio, perito judicial puede ser cualquier persona que pueda aportar, por
experiencia o titulación, conocimientos sobre algo. Por ello pueden tener o no título,
aunque la propia ley prevé que los que tengan título deberán ser prioritarios.
Peritos de parte: Son aquellos técnicos como médicos, economistas… etc., que
son traídos al proceso por las partes.
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Por otro lado, como dice la Sentencia del Tribunal Supremo de 11 de marzo de
1985, la fuerza probatoria de los informes periciales no radica en el número, categoría
o condición profesional de sus autores, sino en su mayor o menor fundamentación y
razón de ciencia, debiendo tener como prevalentes, en principio, aquellas afirmaciones
o conclusiones que vengan dotadas de una superior explicación racional.
T.S. de 31 de enero de 2002 al declarar que "La doctrina de esta Sala, nos viene
diciendo que los dictámenes y pericias emitidas por Organismo o Entidades oficiales,
dada la imparcialidad, objetividad y competencia técnica de los miembros integrantes,
ofrecen toda clase de garantías técnicas y de imparcialidad para atribuirles, "prima
facie", validez plena ( SSTS 10-6-99, 23-2-2000, 28-6-2000 y 18-1-2002)".
Por otro lado, la Ley de Enjuiciamiento criminal, señala, en su artículo 724, que
los peritos deberán declarar juntos cuando deban declarar sobre los mismos hechos.
Por prueba documental se entiende toda la prueba que en soporte documental obra en
el proceso, por lo que habitualmente la práctica de esta prueba suele reducirse a darla
por reproducida, salvo que exista algún documento, como puede ser una grabación de
sonido o imagen, que se considere necesario someter a contradicción, en cuyo caso,
debe proponerse en este momento, aunque normalmente debe haber sido solicitada
dicha reproducción en el trámite de calificaciones provisionales.
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Los art. 736 y 737 de la LECrim disponen que el Presidente dará la palabra a
los defensores de los procesados los cuales se acomodarán en sus informes a las
conclusiones que definitivamente haya formulado la acusación. En este mismo sentido,
y dentro de la regulación del procedimiento abreviado, el art. 788.3 LECrim establece
que terminada la práctica de la prueba, el Juez o Presidente del Tribunal requerirá a la
acusación y a la defensa para que manifiesten si ratifican o modifican las conclusiones
de los escritos inicialmente presentados y (como contenido esencial del informe de
acusaciones y defensas)para que expongan oralmente cuanto estimen procedente sobre
la valoración de la prueba y la calificación jurídica de los hechos. En relación con las
cuales y cuando lo justifique su complejidad se permite al Presidente formular a las
partes una o varias preguntas sobre puntos determinados, con la finalidad de obtener
"un mayor esclarecimiento”.
La finalidad de los informes orales de las partes no es otra que instruir al juez
de instancia sobre la pretensión de la parte y realizar una valoración de la prueba
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A su vez, el art. 683 LECrim confiere al Presidente dirigir los debates. Poder de
ordenación que se refiere no sólo a la dirección de la práctica de la prueba, sino
también a los variados aspectos que se hallan comprometidos en una vista oral, entre
los cuales se encuentran, necesariamente, los informes orales de acusaciones y
defensas -se entiende así que el TS declare que el Poder de Ordenación del debate
consiste en el conjunto de facultades encaminadas a regular el desarrollo de las
actividades del juicio conforme a los principios y normas determinados por el
ordenamiento procesal, orgánico y constitucional (STS 23-12-2002), para lo cual le
impone específicamente que cuide de impedir las discusiones impertinentes y que no
conduzcan al esclarecimiento de la verdad sin coartar por esto a los defensores la
libertad necesaria para la defensa. Así mismo, sobre esta función directora de los
debates del Juez, no es posible desconocer lo establecido en el art. 186 LEC -
igualmente de aplicación supletoria (art. 4 LEC ) a los procedimientos penales-
conforme al cual, "durante el desarrollo de las vistas, corresponde al Juez o Presidente
la dirección de los debates y, en particular:... 2. "Agilizar el desarrollo de las vistas, a
cuyo efecto llamará la atención del abogado o de la parte que en sus intervenciones se
separen notoriamente de las cuestiones que se debatan, instándoles a evitar
divagaciones innecesarias, y si no atendiesen a la segunda advertencia que en tal
sentido se les formule, podrá retirarles el uso de la palabra ".
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AP Castellón, sec. 3ª, S 20-7-2001, nº 193/2001, rec. 193/2000.-“Es al Juez o Presidente del Tribunal, en su caso, al que
corresponde la facultad de dirección del juicio oral , y ejerciendo sus funciones puede adoptar las resoluciones que considere
necesarias, siempre dirigidas a la finalidad de ordenar el curso del debate entre las partes, e incluso, en la Ley Orgánica del Poder
Judicial, artículos 448 y siguientes , se prevé la posibilidad de imposición de sanciones a los Abogados, por su actuación ante
Juzgados y Tribunales, en los casos previstos en el artículo 449 de dicha Ley. Ahora bien, consideramos que no es razonable, ni
posible al amparo de la facultad de dirección del juicio oral, que el Juez limite la actuación del Letrado de la defensa, en la fase
de informe oral, retirándole la palabra en la forma en que se ha efectuado en este caso, según se desprende del acta del juicio, es
decir, con un límite basado en un criterio de duración del informe, exclusivamente, en este caso de trece minutos. Solo hubiéramos
considerado justificado que se le impidiera hacer uso de la palabra si constara en el acta del juicio que la razón de ello fue que el
Letrado incurría en reiteraciones o alegaciones ajenas a la valoración de las pruebas practicadas, a impugnar la posible
apreciación de los hechos según la calificación jurídica efectuada por el Ministerio Fiscal o la acusación particular en sus
conclusiones definitivas, o a argumentar sobre la procedencia de calificar jurídicamente los hechos probados según sus propias
peticiones. SEGUNDO.- Consideramos, pues, que se ha vulnerado el artículo 24 de la Constitución , infringiéndose el derecho de
defensa y de asistencia de Letrado, causando indefensión al acusado, al impedirle que tuviera una defensa efectiva, por privarle a
su Letrado defensor emitir su informe oral en su totalidad, sin que conste en el acta del juicio oral que existiera causa alguna que
motivara esta decisión diferente de la duración temporal del informe , que no justifica el privarle de la posibilidad de formular en
esta fase sus alegaciones, quebrantándose el principio de contradicción. No existe una resolución del Juez de lo Penal, razonada, y
basada en fundamento legal, que justifique su decisión de privar al Letrado emitir de forma íntegra su informe oral, no
permitiéndole hacer uso de la palabra una vez transcurridos trece minutos desde el inicio del informe”.
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Del mismo modo, el informe puede ser vehemente y pasional o frio y técnico, y
la elección debe basarse en el fondo del asunto. Aunque son reglas con excepciones, un
delito de prevaricación, dado su carácter técnico, no necesita un discurso acalorado,
sino que lo más conveniente, inicialmente, es un discurso pausado y técnico. Por el
contrario, una agresión, un delito sexual, incluso una estafa sí pueden demandar una
mayor pasión en la exposición. Debéis también tener en cuenta que el informe va
dirigido al Magistrado Juez o a los miembros de un Tribunal, pero también a vuestro
cliente.
La última palabra del acusado es un trámite obligado al que todo acusado tiene
derecho. Según dispone el artículo 739 de la L.e.crim: “Terminadas la acusación y la defensa,
el Presidente preguntará a los procesados si tienen algo que manifestar al Tribunal. Al que contestare
afirmativamente, le será concedida la palabra. El Presidente cuidará de que los procesados al usarla no
ofendan la moral ni falten al respeto debido al Tribunal ni a las consideraciones correspondientes a
todas las personas, y a que se ciñan a lo que sea pertinente, retirándoles la palabra en caso necesario”.
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