Tráfico y Circulación

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TRÁFICO Y CIRCULACIÓN

CARNÉ POR PUNTOS

El permiso de conducción por puntos es un sistema que se caracteriza por


otorgar a los conductores un número de puntos a su permiso de conducir. Los
puntos podrán variar según se produzca alguna infracción que tenga como
consecuencia la pérdida de puntos o como posibilidad de recuperación de esos
puntos, bien por el paso del tiempo, bien por medio de la realización y
superación de cursos de reeducación vial.

¿En qué consiste el carné por puntos?

El permiso por puntos es un sistema por el cual a todos los conductores se les
asocia un número de puntos a su permiso de conducir. Dicho saldo no es fijo
y puede aumentar o disminuir en función de si se han cometido o no
infracciones o si se ha realizado algún curso o no para recuperarlos.

Este sistema por puntos facilitará a la Dirección General de Tráfico (DGT) la


detección de los conductores que cometen más infracciones graves o muy
graves, especialmente a los que infringen el código de circulación de forma
regular. Así, el carné por puntos se caracteriza por combinar dos elementos
esenciales:

a) En primer lugar, por poseer un carácter eminentemente reeducador. El


permiso y licencia de conducción por puntos se configura como el cauce
adecuado para modificar aquellos comportamientos infractores, mediante la
realización de cursos de sensibilización y reeducación vial de los conductores
multirreincidentes, con el objetivo esencial de modificar dichos
comportamientos infractores. Así, los cursos de superación, junto al
cumplimiento de otros requisitos y pruebas que se establecen, permitirá la
recuperación parcial o total del capital de puntos que, según los casos,
corresponda a un conductor.

b) En segundo lugar, el permiso por puntos tiene un efecto punitivo (o más


bien asimilado) para los comportamientos infractores, consistente en la
disminución o pérdida del crédito en puntos con que cuenta un conductor,
titular de permiso o licencia de conducción. Estos puntos son, por otra parte,
reflejo del nivel de confianza que como tal conductor le otorga la sociedad en
un momento dado y cuya pérdida, a su vez, señala el reproche que tales
conductas merecen, derivado y con un claro sustento en la reiterada comisión
de infracciones.

Este segundo efecto ha sido importantemente cuestionado, sin embargo, la


Sentencia de la Sala 3ª del TS de 4 de junio de 2009, Rec. 25/2006, declaró la
naturaleza 'materialmente sancionadora' de la pérdida de puntos. El

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pronunciamiento tiene por consecuencia que en lo sucesivo se habrá de
garantizar determinados derechos procedimentales en cada caso, y en
concreto, los de alegación o defensa, los cuales se habrán de articular en lo
sucesivo en todo procedimiento sancionador, y de modo singular en los
procedimientos de pérdida de vigencia.

¿Cuál es el régimen jurídico del carné por puntos?

El sistema, actualmente regulado por el Texto refundido de la Ley sobre


Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial aprobado por el
Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre (en lo sucesivo, LTCVMSV),
y modificado recientemente por la Ley 18/2021, de 20 de diciembre, funciona
de la siguiente forma:

• Atribución de los puntos

Como regla general el titular del permiso o licencia para conducir tiene
asignados inicialmente 12 puntos (artículo 63.1 de la LTCVMSV).

Constituyen una excepción los titulares de un permiso o licencia de


conducción con una antigüedad no superior a tres años salvo que ya fueran
titulares de otro permiso de conducción con aquella antigüedad, así como los
titulares de un permiso o licencia de conducción que, tras perder su
asignación total de puntos, han obtenido nuevamente el permiso o la licencia
de conducción.

En ambas excepciones se contará con un total de 8 puntos.

Por otro lado, el simple paso del tiempo permite, a su vez, incrementar el saldo
general de 12 puntos (artículo 63.4 de la LTCVMSV) habida cuenta que
quienes mantengan la totalidad de los puntos al no haber sido sancionados en
firme en vía administrativa por la comisión de infracciones, recibirán como
bonificación dos puntos durante los tres primeros años, y un punto por los
tres siguientes, de manera que pueden ser acumulados hasta un máximo total
de 15 puntos.

La Ley 18/2021, de 20 de diciembre, prevé que la superación de cursos de


conducción segura y eficiente a los que se hace referencia en el Anexo VIII
LTCVMSV siempre que se cumplan los requisitos establecidos y se tenga un
saldo positivo, compensará con dos puntos adicionales hasta un máximo de
quinde puntos y con una frecuencia máxima de un curso de cada tipo cada
dos años (art. 63.5 LTCVMSV). No obstante la superación de cursos de
conducción segura y eficiente no conllevará la recuperación o bonificación de
dos puntos en los términos previstos en el artículo 63.5, hasta que entre en

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vigor la orden por la que se determine su contenido y requisitos de acuerdo
con lo dispuesto en el anexo VIII.

• Pérdida de los puntos

La pérdida de puntos únicamente tiene una causa: la comisión de


determinadas infracciones graves o muy graves que conforme al Anexo II y IV
de la LTCVMSV conlleven dicha pérdida, y siempre que la sanción de las
mismas sea firme en vía administrativa (artículo 64.1 de la LTCVMSV).

Ahora bien, aun cuando cada infracción conlleve la reducción de puntos, no se


perderán más de ocho puntos por acumulación de infracciones cuando las
mismas hayan sido cometidas en un solo día con la salvedad de que concurra
alguna de las infracciones consistentes en:

- No respetar los límites de velocidad reglamentariamente establecidos o


circular en un tramo a una velocidad media superior a la reglamentariamente
establecida, de acuerdo con lo recogido en el Anexo IV de la LTCVMSV (en la
parte de ese Anexo que fija las infracciones muy graves por exceso de
velocidad).

- Circular en un tramo a una velocidad media superior a los límites


establecidos reglamentariamente, de acuerdo con lo recogido en el Anexo IV de
la LTCVMSV.

- Conducir con tasas de alcohol superiores a las que reglamentariamente se


establezcan, o con presencia en el organismo de drogas.

- Incumplir la obligación de todos los conductores de vehículos, y de los demás


usuarios de la vía cuando se hallen implicados en algún accidente de tráfico o
hayan cometido una infracción, de someterse a las pruebas que se establezcan
para la detección de alcohol o de la presencia de drogas en el organismo.

- La conducción temeraria.

- La circulación en sentido contrario al establecido.

- Participar en competiciones y carreras de vehículos no autorizadas.

- Conducir vehículos que tengan instalados inhibidores de radares o


cinemómetros o cualesquiera otros mecanismos encaminados a interferir en el
correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia del tráfico.

- El exceso en más del 50 por ciento en los tiempos de conducción o la


minoración en más del 50 por ciento en los tiempos de descanso establecidos
en la legislación sobre transporte terrestre.

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Es decir, no se perderá más de ocho puntos en un solo día salvo que el motivo
de la pérdida sea la comisión de una infracción muy grave que ya por sí sola
conlleva la pérdida de 6 puntos.

En la pérdida de puntos hay que distinguir entre la que se produce de manera


parcial y la pérdida total.

La pérdida parcial es automática, o lo que es lo mismo, la sanción en firme en


vía administrativa por la comisión de ciertas infracciones previstas legalmente
conlleva la reducción automática de los puntos establecidos para dicha
infracción.

Los puntos quedarán descontados de forma automática y simultánea en el


momento en que se proceda a la anotación de la citada sanción en el Registro
de Conductores e Infractores del organismo autónomo Jefatura Central de
Tráfico, quedando constancia en dicho Registro del crédito total puntos de que
disponga el titular de la autorización. No obstante, si transcurre un año desde
la firmeza de la sanción sin que la infracción de la que trae causa haya sido
anotada, no procederá la detracción de puntos (art. 64.5 de la LTCVMSV
modificado por la Ley 18/2021, de 20 de diciembre).

En los supuestos de pérdida total, es decir, cuando la reducción de puntos


haya supuesto la pérdida de la totalidad de los que se disponían, se producirá,
tras el oportuno expediente, la pérdida de vigencia del permiso o autorización.

¿Qué infracciones llevan aparejada la pérdida de puntos?

Las infracciones cuya comisión y sanción firme administrativa conlleva la


pérdida de puntos vienen recogidas en el ANEXO II de la LTCVMSV.

Según el tipo de infracción que se cometa se perderán 3, 4 o 6 puntos del


carné, aunque ante los excesos de velocidad más leves tan solo se perderán 2
puntos.

Así, el número máximo de puntos que se pueden perder son 6, y se tienen


hasta ocho infracciones que acarrean la pérdida de seis puntos. Estas son las
más graves, y entre ellas destacan el conducir con una tasa de alcohol
superior a 0,50 (0,30 en caso de profesionales o conductores con menos de
dos años de experiencia), hacerlo bajo los efectos de las drogas, negarse a
pasar un control o los excesos de velocidad más graves.

Por ejemplo, entre las infracciones más habituales al volante está la de


circular a más velocidad de la permitida, por lo que se podrá perder entre 2 y
6 puntos, y se impondrá una multa que oscila entre los 100 y 500 euros.

En 21 apartados dicho anexo va relacionando las diversas infracciones


asociándoles la pérdida de un número determinado de puntos.

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¿Cómo es el procedimiento de recuperación de puntos?

Los puntos perdidos pueden ser objeto de recuperación, y los requisitos para
ello son, lógicamente, sustancialmente distintos, según se trate de pérdida
parcial o de pérdida total.

• Recuperación automática.

Tiene lugar (además de en los casos de obtención de los 3 puntos para


completar los 12, y a la que ya se ha hecho referencia: conductores noveles o
conductores que hayan recuperado el permiso o licencia después de haberlo
perdido; y la compensación de dos puntos adicionales de acuerdo con el nuevo
art. 63.5 LTCVMSV) por el transcurso del plazo de dos años sin cometer
infracción alguna. Es decir, tras una pérdida parcial de puntos, serán
nuevamente recuperados los 12 iniciales si el titular del permiso o licencia
permaneciere sin cometer infracción alguna durante el plazo de dos años.

Con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 18/2021, de 20 de diciembre ,


esa regla general tenía una excepción: en el caso de que la pérdida de puntos
haya tenido lugar como consecuencia de la comisión de una infracción muy
grave el plazo para que tenga lugar la recuperación se prolonga a tres años.
Esta excepción ha desaparecido del LTCVMSV quedando unificado en dos
años el plazo para recuperar el saldo inicial de puntos.

Además, la Ley 18/2021, de 20 de diciembre, por la que se modifica la


LTCVMSV en su Disposición Transitoria ha establecido otro supuesto de
recuperación automática. Y así establece que el titular de un permiso o
licencia de conducción afectado por la pérdida parcial de puntos como
consecuencia de la comisión de infracciones muy graves, recuperará la
totalidad del crédito inicial de doce puntos en la fecha de entrada en vigor de
esta Ley si han transcurrido dos años sin haber sido sancionado en firme en
vía administrativa por la comisión de infracciones que lleven aparejada la
pérdida de puntos.

• Recuperación por medio de la realización y superación de cursos de


reeducación vial.

Este sistema de recuperación está previsto también para la recuperación


parcial pero resulta estrictamente necesario para la recuperación total.

Como regla general puede hacerse, como máximo, un curso cada dos años, y
por cada curso podrá recuperarse hasta un máximo de 6 puntos.

La competencia general para todo lo referente a estos cursos se establece en la


LTCVMSV (artículo 5.p LTCVMSV) a favor del Ministerio del Interior, y en tal
sentido, su Anexo III indica que la duración, contenido y requisitos de los
cursos de sensibilización y reeducación vial se determinará por el Ministerio
del Interior.

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Ahora bien, como establece la disposición adicional segunda de la LTCVMSV
las comunidades autónomas que hayan recibido el traspaso de funciones y
servicios en materia de tráfico y circulación de vehículos a motor serán las
encargadas, en su ámbito territorial, de determinar el modo de impartir los
cursos de sensibilización y reeducación vial y los cursos de conducción segura
y eficiente, de acuerdo con la duración, el contenido y los requisitos de
aquéllos que se determinen con carácter general.

Pues bien, en cumplimiento de la Ley, el Ministerio del Interior dictó la Orden


INT/2596/2005, de 28 de julio, por la que se regulan los cursos de
sensibilización y reeducación vial para los titulares de un permiso o licencia de
conducción. Y en la misma, se concreta que "Las Comunidades Autónomas
que tengan transferidas competencias ejecutivas en materia de tráfico y
circulación de vehículos a motor determinarán, dentro de su ámbito territorial,
el número de centros y la distribución geográfica de los mismos"

Se configuran tales cursos como un servicio público que podrá gestionarse de


forma indirecta por la Administración mediante concesión de acuerdo con lo
establecido en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas. Y en tal
sentido, el Anexo III de la LTCVMSV que "los centros que vayan a gestionar
estos cursos se contratarán de acuerdo con lo establecido en la legislación de
contratos del sector público".

En el caso de desaparición del total del crédito de puntos y por tanto pérdida
de vigencia de la autorización, con carácter general el art. 71.2 de la LTCVMSV
establece que la forma de obtener nuevamente la autorización cuya pérdida de
vigencia haya sido declarada por la pérdida total de los puntos asignados es la
previa realización y superación con aprovechamiento de un curso de
sensibilización y reeducación vial y la posterior superación de las pruebas que
reglamentariamente se determinen.

¿En qué consisten los cursos de sensibilización y reeducación vial?

La duración, el contenido y los requisitos de los cursos de sensibilización y


reeducación vial serán los que se establezcan por Orden del Ministro del
Interior.

1. Objeto. Los cursos de sensibilización y reeducación vial tendrán por objeto


concienciar a los conductores sobre su responsabilidad como infractores y las
consecuencias derivadas de su comportamiento, en especial respecto a los
accidentes de tráfico, así como reeducarlos en el respeto a los valores
esenciales en el ámbito de la seguridad vial como son el aprecio a la vida
propia y ajena, y en el cumplimiento de las normas que regulan la circulación.

La realización de estos cursos tendrá como objetivo final modificar la actitud


en la circulación vial de los conductores sancionados por la comisión de
infracciones graves y muy graves que lleven aparejada la pérdida de puntos.

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2. Clases de cursos. Se podrán realizar dos clases de cursos:

a) Los cursos de sensibilización y reeducación vial para aquellos conductores


que hayan perdido una parte del crédito inicial de puntos asignados. La
superación con aprovechamiento de estos cursos les permitirá recuperar hasta
un máximo de seis puntos, siempre que se cumplan los requisitos establecidos
en la LTCVMSV. Su duración máxima será de 15 horas.

b) Los cursos de sensibilización y reeducación vial para aquellos conductores


que pretendan obtener de nuevo el permiso o la licencia de conduccióntras
haber perdido la totalidad de los puntos asignados. La superación con
aprovechamiento de estos cursos será un requisito previo para que el titular
de la autorización pueda obtenerla de nuevo, siempre que cumpla los
requisitos establecidos en la LTCVMSV. Su duración máxima será de 30
horas.

3. Contenido de los cursos. El contenido de los cursos de sensibilización y


reeducación vial versará, principalmente, sobre aquellas materias relacionadas
con los accidentes de tráfico, sus causas, consecuencias y los
comportamientos adecuados para evitarlos.

4. Centros de reeducación vial. Los centros que vayan a gestionar estos cursos
se contratarán de acuerdo con lo establecido en la legislación de contratos del
sector público.

¿En qué consisten los cursos de conducción segura y eficiente?

Frente al agravamiento de la detracción de puntos de determinadas


infracciones llevada a cabo por la Ley 18/2021, de 20 de diciembre, por la que
se modifica el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos
a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 6/2015, de
30 de octubre, en materia del permiso y licencia de conducción por puntos, la
propia norma apuesta por los cauces para mejorar el comportamiento de las
personas que conducen a través de los cursos. La modificación legal prevé que
los cursos de conducción segura y eficiente, que han ganado prestigio con el
tiempo y que llevan varios años ofreciendo algunas asociaciones, clubes de
conductores, entidades aseguradoras, autoescuelas, etc. puedan servir para
recuperar o bonificar con dos puntos de saldo, de acuerdo con lo que se
determine reglamentariamente. Estos cursos deben ser una oportunidad para
reciclar a las personas que, aunque no hayan cometido infracciones graves,
quieran mejorar su conducción y hacerla más segura y eficiente.

La regulación de dichos cursos se lleva a cabo en el nuevo ANEXO VIII


LTCVMSV de la siguiente forma:

1. Objeto. Los cursos de conducción segura y eficiente tendrán como objeto


formar a los conductores en distintas técnicas orientadas a evitar accidentes y
reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes,
preparando al conductor para solventar situaciones de peligro, adoptando

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buenas prácticas en la conducción y el equipamiento, y evitando conductas de
riesgo.

2. Clases. Se podrán realizar cursos de distintas clases diferenciando entre


tipos de vehículos y de entorno: conducción segura y eficiente en carretera o
en zona urbana.

3. El contenido y los requisitos de los cursos de conducción segura y eficiente


serán los que se establezcan por Orden del Ministerio del Interior, debiendo
tener en todo caso una duración mínima de seis horas que incluya formación
teórica y formación práctica y contenidos específicos sobre respeto a los
ciclistas y conductores de vehículos de movilidad personal como conductores
de vehículos más vulnerables.

4. Igualmente se establecerán los mecanismos de certificación y control que


garanticen que los cursos se realizan conforme a lo establecido en la misma y
en el propio anexo.

¿La superación de cursos de conducción segura y eficiente conlleva la


recuperación o bonificación de dos puntos en los términos previstos en el art.
63.5 LTCVMSV?

De conformidad con la nueva Disposición Transitoria 4ª LTCVMSV introducida


por la Ley 18/2021, de 20 de diciembre, dicha recuperación o bonificación no
se llevará a efecto hasta que entre en vigor la orden por la que se determine el
contenido y requisitos de los cursos de acuerdo con lo dispuesto en el nuevo
Anexo VIII.

CONDUCCIÓN SIN PERMISO

Las consecuencias jurídicas de la conducción de un vehículo de motor o un


ciclomotor careciendo el conductor de la preceptiva autorización
administrativa pueden ser calificadas como infracciones graves o muy graves e
incluso como delitos.

¿Qué tipo de permiso o licencia se necesita para conducir?

La idea de conducción sin permiso o licencia se resume en el hecho de la


conducción de un vehículo de motor o un ciclomotor careciendo el conductor
de la preceptiva autorización administrativa, lo que trae la necesidad de
considerar una pluralidad de supuestos.

El artículo 61 del Texto Refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de


vehículos a motor y Seguridad Vial, aprobado por Real Decreto Legislativo
6/2015, de 30 de octubre (en lo sucesivo, LTCVMSV), exige para la conducción
de vehículos a motor y ciclomotores estar en posesión de la preceptiva

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autorización administrativa que será un permiso o una licencia, por lo que
está prohibido la conducción sin esa autorización.

A su vez, en cuanto a la pérdida o suspensión a efectos penales, hay que estar


tanto a la Ley de Enjuiciamiento Criminal como al Código Penal.

En todo caso todo lo relativo a la conducción sin permiso se entiende referido


la carencia de alguno de los permisos relacionados en artículo 4 del Real
Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento
General de Conductores modificado por el Real Decreto 971/2020, de 10 de
noviembre, como respecto de las licencias del artículo 6 del Reglamento
General de Conductores.

Desde el punto de vista competencial, el artículo 5.a) de la LTCVMSV, atribuye


al Ministerio del Interior la competencia para expedir y revisar los permisos y
licencias para conducir vehículos a motor y ciclomotores con los requisitos
sobre conocimientos, aptitudes técnicas y condiciones psicofísicas y
periodicidad que determinadas reglamentariamente, así como la declaración
de la nulidad, lesividad o pérdida de vigencia de aquéllos.

¿Qué supuestos se pueden dar en la práctica?

Del análisis de esa variada normativa se puede decir que se conduce sin
permiso o licencia en los siguientes casos:

- Cuando se carece de esas autorizaciones administrativas por no haberse


obtenido o carecer de condiciones para su obtención.

- Cuando se trata de permisos o licencias obtenidos en un Estado de la Unión


Europea y no habilitasen para la conducción en España de conformidad con el
del Reglamento de Conductores (Capítulo II del Título I Real Decreto
818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento General de
Conductores).

- Cuando se trata de permisos o licencias obtenidos en Estados no


comunitarios que careciesen de validez a tenor del Reglamento de Conductores
(Capítulo II del Título I del Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se
aprueba el Reglamento General de Conductores).

- Cuando pese a haberse obtenido ha sido objeto de declaración de nulidad o


lesividad y pérdida de vigencia por concurrir alguno de los supuestos de los
artículos 47 y 48 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

- Cuando se declara la pérdida de su vigencia por la desaparición de los


requisitos sobre conocimientos, habilidades o aptitudes psicofísicas exigidas
para su otorgamiento o por haber perdido la totalidad de los puntos
asignados.

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- Cuando haya sido objeto de suspensión cautelar mientras se tramitan los
procedimientos de declaración de nulidad o lesividad y pérdida de vigencia de
las autorizaciones administrativas.

- Cuando haya sido objeto de intervención al apreciarse que el conductor


infractor o implicado en un accidente presenta síntomas evidentes de que ha
perdido las condiciones físicas necesarias para conducir.

- Cuando se conduce pese a que el permiso o licencia ha sido retenido al


amparo del artículo 764.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

- Cuando se conduce pese a que el permiso o licencia ha sido intervenido por


la Policía Judicial al amparo del artículo 770.6 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.

- Cuando se conduce con quiebra de una condena penal que lleve aparejada la
privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.

¿Qué tipo de infracción supone conducir sin permiso?

Constituye infracción grave del artículo 76.ll) de la LTCVMSV"conducir un


vehículo siendo titular de una autorización de conducción que carece de
validez por no haber cumplido los requisitos administrativos exigidos
reglamentariamente en España".

Constituye infracción muy grave, a tenor del artículo 77.k) de la LTCVMSV,


"Conducir un vehículo careciendo del permiso o licencia de conducción
correspondiente".

¿Qué delitos y penas contempla el Código Penal?

Tras la reforma de la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, en materia de


Seguridad Vial, el artículo 384 del Código Penal prevé como delito:

- Conducir un vehículo de motor o ciclomotor en caso de pérdida de vigencia


del permiso o licencia por pérdida total de los puntos.

- Conducir habiendo sido privado del permiso o licencia por decisión judicial,
de forma cautelar o definitiva.

- Conducir sin haber obtenido nunca el permiso o licencia de conducción.

Este delito se castiga, de forma alternativa, con:

- pena de prisión de 3 a 6 meses, o

- pena de multa de 12 a 24 meses, o

- pena de trabajos en beneficio de la comunidad, de 31 a 90 días.

Por otra parte, en cuanto a las penas, y a efectos de su quebrantamiento, el


Código Penal con carácter genérico prevé como pena privativa de derechos

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[artículo 39.d) CP en relación con el artículo 47 CP] la de privación del derecho
a conducir vehículos a motor y ciclomotores. Esta pena se gradúa de la
siguiente forma:

- Como pena grave -artículo 33.2.f) CP- la privación del derecho a conducir
vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a 8 años pudiendo llegar
a un máximo de 15 años [artículo 70.3.4) CP].

- Como menos grave -artículo 33.3.d) CP- si es de 1 año y 1 día a 8 años.

- Como leveartículo 33.4.a) CP- si es de 3 meses a 1 año.

Como medida de seguridad se prevé en el artículo 96.3.5ª CP la privación del


derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, lo que puede tener una
duración de hasta 10 años [artículo 105.2.c) CP].

EDUCACIÓN VIAL

La educación vial es el proceso de adquisición de competencias por parte del


ciudadano sobre la vía pública, relacionadas con las normas de tráfico cuyo
objetivo es garantizar la seguridad, así como la reducción de la accidentalidad
y del número de víctimas en las vías de tránsito.

¿Qué se entiende por educación vial?

Se entiende por educación vial la puesta en conocimiento y aumento de


sensibilidad de los conductores y peatones en las normas reguladoras o
relacionadas con el tráfico rodado. El fenómeno del tráfico se refiere a toda
esta realidad circulatoria contemporánea que es consecuencia de la
motorización y expansión del transporte por carretera.

Este fenómeno, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX,


ha generado un nuevo orden de preocupaciones, a las que se quiere dar
respuesta desde los gobiernos por medio de las políticas de seguridad vial. El
principal objetivo de la política de seguridad viales reducir la accidentalidad y
el número de víctimas.

¿Qué factores intervienen para alcanzar el objetivo de la educación vial?

Las acciones legislativas y administrativas que se pongan en marcha para


conseguir reducir la accidentalidad y el número de víctimas en las vías de
tránsito deben actuar sobre los tres factores mencionados y para ello es
necesario:

1º) Que la industria del automóvil produzca y ponga en el mercado vehículos


más seguros activa y pasivamente (a la vez que menos contaminantes) para

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reducir el número de víctimas y la gravedad de las lesiones en los accidentes
inevitables.

2º) Que las vías públicas que forman la red de comunicaciones terrestres estén
mejor diseñadas, construidas, mantenidas, señalizadas y equipadas, y además
se eliminen los llamados puntos negros en la red viaria.

3º) Que los usuarios del sistemavial, es decir, los peatones y los conductores,
sean más conocedores de las normas y estén mejor concienciados de la
importancia de sus comportamientos a la hora de conducir para evitar y
prevenir los riesgos del tráfico (educación vial).

Desde el punto de vista jurídico-administrativo la seguridad vial, en el ámbito


interno español, es una política pública cuya responsabilidad compete a todas
las Administraciones territoriales: el Estado, las Comunidades autónomas y
los Ayuntamientos.

Para analizar la ordenación jurídica de esta política pública se puede describir


de forma simplificada la seguridad vial como el resultado de la conjunción de
los tres factores que configuran el fenómeno del tráfico: el automóvil, la
carretera y el conductor.

Desde algunos sectores profesionales se afirma que las políticas de seguridad


vial en España no son coherentes, pues las acciones sobre vehículos, vías y
conductores están totalmente desconectadas, sin que exista un órgano con
capacidad real de tomar decisiones con la debida coordinación en esta
materia.

Por esta razón los Planes de Seguridad Vial carecen de cualquier visión
estratégica y se componen a base del agregado de distintas iniciativas que las
Administraciones públicas quieren poner en un documento denominado Plan
de Seguridad Vial editado con carácter anual.

Es evidente que las mejoras apuntadas con objeto de alcanzar mayores cotas
de seguridad en los desplazamientos (en la parte que afecta a los vehículos y
las carreteras) se consiguen con inversiones en tecnología e investigación y
con dotaciones presupuestarias para infraestructuras. Sin embargo, la mejora
de la seguridad viaria que depende del "factor humano", es decir, la educación
vial de los automovilistas, debe necesariamente -pero no exclusivamente-
contar con la sanción administrativa como medida de corrección de los
comportamientos contrarios a las normas.

Es verdad que si el ordenamiento jurídico regulador de tráfico no tuviera el


carácter represivo (el que aportan las infracciones y sanciones) las normas no
se cumplirían con el grado de exigencia que requiere un nivel adecuado de
seguridad vial en la circulación rodada. Además, sin la sanción, posiblemente
esta normativa se reduciría a un código ético, sin ninguna utilidad en
términos de seguridad vial y sin criterios fiables para la exigencia de
responsabilidad por los daños y perjuicios derivados de la circulación. La clave

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está, como en casi todo, en la aplicación correcta y proporcionada de la
norma.

A consecuencia de todo ello podemos afirmar que la seguridad vial es el "bien


jurídico" protegido por la sanción de tráfico, y que este bien jurídico no está
debidamente tutelado sin la amenaza de la sanción.

Por tanto, las sanciones (junto con las medidas educativas no sancionadoras)
son el remedio que se necesita para conseguir los objetivos de seguridad vial
que dependen del factor humano, es decir, del conductor y los demás usuarios
de las vías públicas.

ESCUELAS DE CONDUCTORES

Las Escuelas Particulares de Conductores son centros docentes facultados


para impartir, de forma profesional, los conocimientos, habilidades, aptitudes
o comportamientos esenciales para la seguridad de la circulación a los
aspirantes a la obtención de alguno de los permisos o licencias de conducción
previstos en el Reglamento General de Conductores.

¿Cuál es el régimen jurídico de las escuelas de conductores?

El régimen jurídico de las escuelas particulares de conductores se encuentra


en el Reglamento aprobado por Real Decreto 1295/2003, de 17 de octubre y se
entiende por tales los centros docentes facultados para impartir, de forma
profesional, la enseñanza de los conocimientos, habilidades, aptitudes o
comportamientos esenciales para la seguridad de la circulación, a los
aspirantes a la obtención de alguno de los permisos o licencias de conducción
previstos en el Reglamento General de Conductores, aprobado por Real
Decreto 818/2009, de 8 de mayo y modificado por el Real Decreto 971/2020,
de 10 de noviembre.

Su objeto va más allá del anteriormente fijado pues pueden impartir cursos de
reciclaje, sensibilización y de reeducación vial previstas en el Anexo II del Real
Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y
Seguridad Vial (en lo sucesivo, LTCVMSV). A su vez realizan actividades de
gestión por cuanto si media autorización de los alumnos e información del
coste, pueden gestionar en su nombre y ante los centros oficiales el despacho
de documentos relacionados con la obtención del permiso o licencia de
conducción.

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¿Qué elementos caracterizan las escuelas de conductores?

Las escuelas de conductores para desempeñar su cometido deberán disponer


de los elementos personales y materiales mínimos para poder desarrollar sus
funciones.

Son elementos personales mínimos el titular, el director y el personal docente.

Puede ser titular de una escuela cualquier persona natural o jurídica, que
haya obtenido autorización de apertura de la misma. También pueden serlo,
provisionalmente, las comunidades hereditarias mientras se produce la
adjudicación de la herencia. En todo caso, se exige estar inscrito en el Registro
dependiente de la Jefatura Central de Tráfico y previsto en el artículo 5.h) de
la LTCVMSV.

Para ser director se requiere la obtención del certificado de aptitud y disponer


de autorización para ejercer como tal. Para ser profesor se requiere poseer el
certificado de aptitud de profesor de formación vial o de profesor de escuelas
particulares de conductores y disponer de autorización de ejercicio como
profesor.

Por último, se fija un régimen de prohibiciones en cuanto que mientras se


encuentren en activo, el personal al servicio del Organismo Autónomo de la
Jefatura Central de Tráfico, el personal de la Guardia Civil, los miembros de
las Policías Locales y el personal docente de las Escuelas Oficiales de
Conductores no pueden prestar servicio alguno en las escuelas particulares de
conductores o sus secciones o sucursales, ser titulares de éstas, ni formar
parte de la entidad o persona jurídica a cuyo nombre figure la autorización de
apertura.

En cuanto a los medios materiales mínimos, son los locales, los terrenos o
zonas de prácticas, los vehículos y el material didáctico. Respecto de los
vehículos pueden ser aportados por los alumnos en el caso de coches de
minusválido, vehículos adaptados y los tractores agrícolas.

¿Qué autorizaciones administrativas son necesarias para las escuelas de


conductores?

Para desarrollar su actividad, las escuelas necesitarán autorización de


apertura previa, otorgada por la respectiva Jefatura Provincial de Tráfico. La
autorización de apertura está condicionada a que la escuela cuente con los
elementos personales y materiales mínimos, y en ella se hará constar, a parte
de la denominación, titularidad, director y profesores, las clases de permiso y
licencia para cuya enseñanza esté autorizada. Con esta autorización la escuela
puede preparar a los alumnos que aspiren a la obtención de permiso o licencia
de conducción de las clases para cuya enseñanza esté autorizada y disponga
de los elementos personales y materiales mínimos exigidos.

Las autorizaciones de apertura y funcionamiento tienen carácter personal y se


extinguen por disolución de la sociedad, muerte, renuncia expresa de su

14
titular, transmisión de la empresa o suspensión de actividades durante más
de un año. Extinguidas las autorizaciones, se precisará de nueva autorización
de apertura.

Por otra parte, el reglamento regula el régimen de suspensión voluntaria de la


autorización de apertura, extinción, declaración de nulidad o lesividad de
acuerdo con las normas de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

¿Dónde deben registrarse las escuelas de conductores?

La Dirección General de Tráfico lleva los registros de centros de formación de


conductores y de profesionales de la enseñanza de la conducción, a los que se
refiere el artículo 5.h) de la LTCVMSV, con sujeción a la normativa sobre
protección de datos.

El Registro de profesionales de la enseñanza de la conducción tiene por


finalidad recoger y gestionar de forma automatizada los datos de carácter
personal de los titulares de los certificados de aptitud de profesores y
directores de escuelas particulares de conductores y de profesores de
formación vial, así como los relativos a la modificación, nulidad, lesividad,
pérdida de vigencia, medidas cautelares y, en su caso, la intervención de sus
autorizaciones de ejercicio.

¿Cuál es el régimen de enseñanza, de inspección y el régimen sancionador


aplicable a las escuelas de conductores?

Las enseñanzas que se imparten en las escuelas particulares de conductores


son programadas según las normas del Reglamento General de Conductores y
a los objetivos, contenidos mínimos y directrices que al efecto establezca el
Ministerio del Interior a propuesta del Organismo Autónomo Jefatura Central
de Tráfico, previo informe de las asociaciones más representativas del sector
de la enseñanza de la conducción.

Corresponde al personal del Organismo Autónomo Jefatura Central de Tráfico


inspeccionar las escuelas en cualquier momento y cuantas veces se juzgue
conveniente. En todo caso, hay una inspección previa a la autorización de
apertura o cuando se modifique si el cambio afecta a los terrenos o a los
vehículos, o cuando se tenga conocimiento de la apertura de una Sección o
Sucursal. De cada visita de inspección se levantará acta, de la que se
entregará copia a la escuela, sección o sucursal inspeccionada.

En cuanto al régimen sancionador, el Reglamento se remite a la Ley sobre


Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.

¿A qué nos referimos con escuelas oficiales?

Las escuelas oficiales son aquellas dependientes de organismos militares y de


las Direcciones generales de la Guardia Civil y de la Policía, regulándose las
particularidades de las mismas en el Título III del Reglamento General de

15
Conductores, aprobado por Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, modificado
por el Real Decreto 971/2020, de 10 de noviembre.

El Ministerio del Interior puede determinar las escuelas y organismos militares


y de las Direcciones Generales de la Guardia Civil y de la Policía que estén
facultadas para expedir permisos de conducción canjeables por los
equivalentes. La formación impartida en esas escuelas y las pruebas que en
ellas se realicen se ajustarán a las reglas generales sin perjuicio de las
especialidades derivadas de la naturaleza militar de los vehículos y que
deberán ser tenidas en cuenta al otorgar la autorización de la escuela u
organismo.

El Organismo Autónomo de la Jefatura Central de Tráfico y su organización


periférica, previa la correspondiente autorización de la dirección del centro,
puede inspeccionar las escuelas facultadas para expedir permisos canjeables
para comprobar si los medios, programas, objetivos y métodos empleados son
adecuados para la enseñanza de la conducción y si las pruebas de aptitud se
realizan conforme a lo dispuesto en la legislación sobre tráfico, circulación de
vehículos a motor y seguridad vial.

En cuanto a las Escuelas Oficiales de Policía que cuenten con autorización de


la Dirección General de Tráfico, están facultadas para impartir la formación
necesaria para la obtención del permiso de conducción de las clases A2 y A,
para sus efectivos policiales y, en su caso, para bomberos, agentes forestales u
otros colectivos profesionales cuya formación como conductores tuvieran
atribuida.

IDENTIFICACIÓN DEL CONDUCTOR

Los titulares o arrendatarios de un vehículo están obligados a identificar al


conductor responsable de una infracción de tráfico y su incumplimiento
conlleva consecuencias jurídicas.

¿A qué nos referimos con la identificación del conductor?

El apartado a) del inciso 1 del artículo 11 del Real Decreto Legislativo 6/2015,
de 30 de octubre (en adelante, LTCVMSV) establece el deber de "facilitar a la
Administración la identificación del conductor del vehículo en el momento de
ser cometida una infracción". A ello se añade que "los datos facilitados deben
incluir el número del permiso o licencia de conducción que permita la
identificación en el Registro de Conductores e Infractores del organismo
autónomo Jefatura Central de Tráfico". Véase que con ello se está exigiendo al
propietario, con carácter objetivo además en términos de derecho sancionador,
la plena identificación, con datos del permiso conducir incluso, de todas
aquellas personas que potencialmente pudieran conducir su vehículo.

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Constituye un principio general del Derecho administrativo sancionador que la
responsabilidad recae directamente sobre el autor del hecho en que consiste la
infracción, y así lo declara expresamente el artículo 82 LTCVMSV. No
obstante, se establecen matizaciones en el citado precepto tratándose de
pasajeros por el incumplimiento de la obligación de llevar puesto el casco de
protección o de infracciones cometidas por menores de 18 años en los que se
establece la responsabilidad solidaria de sus responsables legales (padres,
tutores etc.) en cuanto a la sanción pecuniaria.

El problema surge cuando la infracción se comete por quien no es el titular del


vehículo de motor causante de aquella. La Ley hace responsable al titular que
figura en el registro únicamente respecto de las infracciones relativas a la
documentación del vehículo, las relativas al estado de conservación, cuando
las deficiencias afecten a las condiciones de seguridad del vehículo, y por las
derivadas del incumplimiento de las normas relativas a reconocimientos
periódicos.

Pero, precisamente porque puede haberse cometido una infracción por quien
no es el titular, el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, prevé la
obligación al titular o al arrendatario del vehículo con el que se haya cometido
la infracción de identificar verazmente al conductor responsable de dicha
infracción, cuando sean debidamente requeridos para ello.

Con este mandato se le exige al propietario, con carácter absoluto, además, el


control de los datos de todo potencial conductor. Es algo que puede pugnar
con la natural confianza -y falta de recabado de datos- con los que se entrega
un vehículo, por ejemplo, a un aparcacoches o en un taller de reparación.

¿Qué consecuencias conlleva el incumplimiento de la obligación de


identificación?

La obligación del propietario del control de los datos del potencial conductor
puede comportar un gravamen desajustado a la práctica de la realidad social,
como es, por ejemplo, exigir todos estos datos a un sencillo aparcacoches,
actividad por cierto plenamente legítima, pero que sería de imposible práctica
si, en todos y cada uno de los casos, tuviera que entregar al propietario del
vehículo, dicho empleado, su más exhaustiva identificación.

La exigencia parece inasumible en otros casos, como sucede cuando un


vehículo es dejado a disposición de un taller de reparación. Parece contrario a
la lógica y a la realidad social el que, antes de dejar su vehículo en depósito
del taller de reparación, el propietario exija los datos de todos y cada uno de
los empleados del taller que, potencialmente, pudieran llegar a probar su
vehículo tras la reparación.

Parecida regulación recoge el párrafo segundo del mismo apartado a) del


artículo 11 de la LTCVMSV, en el sentido de que, si el conductor no figura
inscrito en el Registro de Conductores e Infractores, el titular deberá disponer

17
de copia de la autorización administrativa que le habilite a conducir en
España y facilitarla a la Administración cuando le sea requerida.

Parece también discutible esta exigencia de asegurarse, por parte del


propietario, de que el conductor figura en efecto inscrito en el Registro de
Conductores e Infractores y, asimismo también, de la exigencia de una copia
de la autorización administrativa que le habilite para conducir en España.

La última de las determinaciones del artículo indica que, si el titular fuese una
empresa de alquiler de vehículos sin conductor, la copia de la autorización
administrativa podrá sustituirse por la copia del contrato de arrendamiento.

Esta exigencia es obvia, sencilla y atendible, de modo que resulta exenta del
amplio conjunto de reproches vistos hasta aquí.

El incumplimiento de la obligación de identificación implica la comisión de


una infracción muy grave tipificada en el apartado j del art. 77 de la LTCVMSV
que sanciona el "incumplir el titular o el arrendatario del vehículo con el que
se haya cometido la infracción la obligación de identificar verazmente al
conductor responsable de dicha infracción, cuando sean debidamente
requeridos para ello en el plazo establecido. En el supuesto de las empresas de
alquiler de vehículos sin conductor la obligación de identificar se ajustará a
las previsiones al respecto del artículo 11".

¿Qué análisis jurisprudencial realiza el TC sobre la identificación del


conductor?

El Tribunal Constitucional en la STC 29/2014, de 24 de febrero, Rec.


8363/2010 establece lo siguiente:

«La finalidad a la que sirve el deber de identificación es, conforme a la doctrina


constitucional, la de facilitar la intervención de los poderes públicos en el
mantenimiento de la seguridad vial, permitiendo a la Administración la
identificación del conductor supuestamente responsable de la infracción
denunciada, para dirigir contra él el correspondiente procedimiento
sancionador, cuando ello no ha sido posible en el acto de formularse la
denuncia. Es, por tanto, un deber inherente al hecho de ser propietario de un
objeto cuyo uso entraña un peligro potencial para la vida, salud e integridad
de las personas, sin que el cumplimiento de este deber exteriorice un
contenido autoinculpatorio cuando el propietario declara ser, además, el
conductor de vehículo (STC 197/1995, de 21 de diciembre , FJ 8), ni suponga
tampoco la declaración de responsabilidad o culpabilidad del conductor
identificado, que solo podrá determinarse en un procedimiento sancionador
con las garantías que derivan del derecho de defensa (STC 197/1995, FJ 2).

La finalidad a la que sirve el deber legalmente impuesto exige para su


efectividad que la identificación sea convincente, pues, en otro caso, este
propósito se vería impedido de antemano.

18
Esto es, precisamente, lo que ha intentado corregir la reforma legislativa de
2005, al establecer, ya expresamente, que el deber de identificación que pesa
sobre el conductor solo se satisface si es veraz o verosímil.

Así lo pusimos de manifiesto en la STC 63/2007, de 27 de marzo, FJ 3, en la


que afirmamos que "si la identificación es convincente, bastará para descargar
al titular del vehículo de toda responsabilidad. En otro caso, tanto si el
propietario ignora el oportuno requerimiento de identificación, como si lo
atiende en forma inverosímil o incompleta, la Administración podrá desde
luego incoarle expediente sancionador por infracción del art. 72.3 LSV". En
otras palabras, si la identificación es incompleta o inverosímil se habrá
frustrado la finalidad a la que responde la imposición del deber y, por tanto,
resulta previsible y congruente con la finalidad de colaborar con la reprensión
administrativa de las conductas infractoras, la interpretación según la cual la
tajante negativa del identificado como conductor puede suponer una
identificación inverosímil o inveraz que permite, tal y como razona la
Sentencia del Juzgado, incoar el correspondiente procedimiento sancionador
que, tras la correspondiente tramitación, podrá en su caso concluir en la
imposición de la sanción correspondiente.».

Por su parte la STC 117/2016 de 20 Jun. 2016, Rec. 4924/2015 sostiene que
«la mera negación del hecho de la conducción por la persona identificada, por
sí sola, no es prueba bastante, a los efectos de destruir la presunción de
inocencia consagrada en el art. 24.2 CE, de la inveracidad de la identificación.
Ciertamente, puede constituir un indicio relevante, siempre y cuando tal
negación esté revestida de mayor credibilidad que la identificación realizada y
así se explicite por la Administración, posibilitando entonces que el
procedimiento sancionador se dirija contra el propietario por la infracción de
que tratamos.

Sin embargo, partiendo de que el deber de identificación es instrumental por


servir a la finalidad de facilitar la intervención de los poderes públicos en el
mantenimiento de la seguridad vial (STC 197/1995, de 21 de diciembre , FJ 8,
y STC 29/2014, de 24 de febrero , FJ 4), será necesario desarrollar la fase
instructora dirigida a la identificación del conductor supuestamente
responsable de la infracción de tráfico originaria, lo cual habrá de incluir la
posibilidad de aportación y la práctica de las pruebas de descargo que
resultasen pertinentes (art. 24.2 CE).»

En efecto, como reconoce la STC 197/1995 ) (FJ 8) no se exige al titular del


vehículo "probar la responsabilidad o culpabilidad del conductor
supuestamente autor de la infracción sino que tal declaración se efectuará en
su caso por la Administración, tras la conclusión del oportuno expediente
sancionador en cuya tramitación el conductor podrá alegar en su descargo y
proponer la práctica de cuantas pruebas considere pertinentes" (STC
197/1995 , FJ 2).

19
INSPECCIÓN TÉCNICA DE VEHÍCULOS

La Inspección Técnica de Vehículos es un examen de comprobación de las


condiciones de idoneidad para el ejercicio de la actividad de circulación de un
vehículo. No se trata de una autorización, entendida esta como el título
administrativo necesario para realizar una actividad, sino de una técnica
administrativa que consiste en el reconocimiento del cumplimiento o no de los
requisitos necesarios para la circulación de los vehículos de motor.

¿En qué consiste la Inspección Técnica de Vehículos?

La Inspección Técnica de Vehículos es una técnica que condiciona el ejercicio


de la circulación de vehículos a un examen del cumplimiento de los requisitos
necesarios para su realización. Sin embargo, no se trata de una autorización,
entendida esta como el título administrativo necesario para realizar una
actividad, sino de una comprobación de las condiciones de idoneidad de un
objeto predefinido normativamente

Para empezar, se supervisan los elementos de identificación, matrícula y


número de bastidor, que se cotejarán con la documentación aportada. En este
primer paso también se revisará el estado de conservación del coche por fuera
(chapa, limpias, cristales...) y por dentro (asientos, cinturones...).

En segundo lugar, se revisará la señalización, el alumbrado (los intermitentes


y las luces) y los frenos. Se revisan también la dirección, la suspensión y se
comenzará con la "inspección en foso". Se situará al vehículo dentro del "foso"
para simular las condiciones de conducción, de modo que se puede observar si
existen roturas, holguras o cualquier otro defecto en los ejes, dirección, frenos,
trasmisión, bastidor, suspensión o neumáticos.

La última prueba es la de la emisión de gases contaminantes, de modo que se


asegura que el coche no supera las cantidades que establecen las directivas
europeas. La cantidad de contaminantes que se permiten para el coche se
calcula en función del tipo de combustible.

El último de los pasos de la ITV es aquél que se refiere a la entrega del


resultado de la inspección, mediante un informe en el que aparecerán las
deficiencias (si es que existen) y su calificación

La Inspección Técnica de Vehículos se fundamenta en las competencias de


control y ordenación que tiene atribuidas la Administración en materia de
seguridad vial. El Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de
Vehículos a Motor y Seguridad Vial, entre otras facultades, atribuye a la
Administración del Estado la de dictar instrucciones y directrices en materia
de Inspección Técnica de Vehículos. La normativa relativa a esta materia se
contiene en el RD 920/2017, de 23 de octubre, por el que se regula la
Inspección Técnica de Vehículos.
20
¿Cuál es el ámbito de aplicación y sistema de inspecciones?

La obligatoriedad de la ITV periódica, se extiende a todos los vehículos


matriculados en España, incluidos los vehículos pertenecientes a organismos
públicos, cualquiera que sea su categoría y funciones. Además, desde 2006 es
obligatoria para vehículos de tres ruedas, cuadriciclos, quads y cuadriciclos
ligeros.

El Real Decreto 920/2017, de 23 de octubre, por el que se regula la Inspección


Técnica de Vehículos hace a los titulares de los vehículos directamente
responsables ante las autoridades competentes de mantener la vigencia de la
tarjeta ITV, presentando los vehículos a inspección dentro de los plazos
establecidos. Por tanto, la inspección se lleva a cabo a iniciativa del titular en
alguna de las estaciones de ITV autorizadas. La red de estaciones de ITV a
nivel nacional posibilita el acceso al servicio en las diversas partes del
territorio. La competencia para la autorización de estaciones de ITV
corresponde a las Comunidades Autónomas.

¿Cuándo deben inspeccionarse los vehículos?

El sistema de inspecciones periódicas parte de la fijación de un plazo inicial en


el cual el vehículo está exento, pues se presume que cuenta todavía con las
características comprobadas en la inspección previa a la matriculación. El
plazo se cuenta desde la fecha de matriculación que conste en el permiso de
circulación. En el caso de vehículos ya matriculados con anterioridad, tanto
en territorio nacional como en el extranjero, deberá ser computada a partir de
la fecha de primera matriculación o puesta en servicio que conste en el
permiso de circulación del vehículo o documento equivalente.

El plazo es de cuatro años para los turismos y demás vehículos de uso privado
aptos para el transporte de personas con capacidad de hasta nueve plazas.
Los vehículos de tres ruedas y los quads también cuentan con un plazo de
exención por cuatro años mientras que en el caso de los ciclomotores se
reduce a tres años. A partir de ahí la inspección técnica periódica se debe
hacer con carácter bienal y en el caso de los turismos y demás vehículos que
no sean ciclomotores, quads, vehículos de tres ruedas etc., deberá ser anual a
partir de los diez años.

Cabe citar también las inspecciones obligatorias para vehículos accidentados y


las inspecciones previas para la calificación de idoneidad de vehículos
destinados al transporte escolar.

Los vehículos catalogados como históricos se someterán a inspecciones


periódicas en las condiciones que señale el órgano competente de la
comunidad autónoma donde resida el propietario, exceptuando a los vehículos
de colección, que se someterán a inspección técnica periódica según las
frecuencias que le correspondan con arreglo al RD 920/2017, de 23 de
octubre, por el que se regula la inspección técnica de vehículos. En todos los
casos en que un vehículo sea inspeccionado en una estación de ITV, se emitirá

21
un informe sobre su resultado conforme a lo previsto en el art. 10 RD
920/2017, de 23 de octubre, que deberá ir firmado por el Director Técnico de
la estación o persona en quien este haya delegado.

Todos los vehículos que hayan pasado por una inspección deberán llevar el
último informe de inspección, que el conductor deberá exhibir ante los agentes
de la autoridad encargados de la vigilancia del tráfico que se lo soliciten.
Además, todos los vehículos que hayan superado favorablemente la inspección
técnica deberán llevar el distintivo V-19 que lo acredita regulado por el RD
920/2017, de 23 de octubre.

¿Qué sucede si no se realiza la ITV?

En los casos de incumplimiento de lo establecido en materia de inspecciones,


los agentes de la autoridad encargados de la vigilancia del tráfico, sin perjuicio
de la denuncia por las infracciones correspondientes, intervendrán el permiso
o licencia de circulación del vehículo, concediendo al titular un plazo de diez
días, con el único objetivo de continuar el viaje y proceder a su traslado para
someterse a la inspección técnica. De no justificar el haber presentado el
vehículo a la inspección en el plazo indicado el órgano encargado de tramitar
la denuncia acordará el precintado del vehículo.

Si el resultado de una inspección técnica fuese desfavorable, la estación ITV


concederá a su titular, para subsanar los defectos observados, un plazo
inferior a dos meses, cuya extensión concreta se determinará teniendo en
cuenta la naturaleza de tales defectos. El titular será responsable de su
reparación quedando el vehículo inhabilitado para circular por las vías
públicas. Excepto para su traslado al taller o para la regularización de su
situación y vuelta a la estación ITV para nueva inspección.

Una vez subsanados los defectos, deberá presentar el vehículo para nueva
inspección en la misma estación ITV o en la que designe el órgano competente
de la comunidad autónoma previa petición del titular cuando existan razones
que lo justifiquen. Si transcurridos dos meses el vehículo no se hubiera
presentado a inspección, la estación ITV lo comunicará a la Jefatura Provincial
o Local de Tráfico, proponiendo la baja del vehículo.

MATRICULACIÓN DE VEHÍCULOS

La obligación de matriculación es el requisito necesario previo para la puesta


en circulación de los vehículos de motor.

¿En qué consiste la matriculación de vehículos?

La matriculación, es el requisito previo a la puesta en circulación de vehículos


de motor y remolques y semirremolques de masa máxima autorizada superior

22
a 750 kilogramos, así como que lleven las placas de matrícula con los
caracteres que se les asigne. Dicha obligación, afecta también a los
ciclomotores, en la forma establecida en el Reglamento General de Vehículos
aprobado por el RD 2822/1998 de 23 de diciembre, modificado por el Real
Decreto 970/2020, de 10 de noviembre.

Previamente a su matriculación, deben estar dotados de certificado oficial que


acredite sus características técnicas esenciales y su aptitud para circular por
las vías públicas.

La matrícula, la forman una combinación de caracteres alfabéticos o


numéricos que identifica e individualiza un vehículo respecto a los demás, y
que se representan en una placa metálica en la que se graban o adhieren de
forma inalterable dichos caracteres.

El artículo 27 del Reglamento General de Vehículos dispone que la


matriculación ordinaria es única para cada vehículo, si bien establece algunas
excepciones. Además, podrá concederse una nueva matrícula distinta de la
que figure inicial o posteriormente asignada cuando así lo solicite el titular del
vehículo por razones de seguridad personal debidamente acreditadas, con
sujeción a las prescripciones que se indican en el anexo XIII del mismo
Reglamento. Este cambio de matrícula no estará sujeto al abono de la tasa de
matriculación.

Por otra parte, los vehículos pertenecientes al Estado, que deberán tener una
matrícula oficial, podrán ser objeto además de matriculación ordinaria, y en
cuanto a los vehículos adscritos al Cuerpo de Policía de una Comunidad
Autónoma podrán utilizar, en el ámbito de la misma, placas de matrícula con
una contraseña y numeración propias, sin perjuicio de su matriculación
ordinaria en la Jefatura de Tráfico correspondiente

¿Cómo se realiza la matriculación de un vehículo?

El artículo 28 del Reglamento General de Vehículos establece la forma en que


se lleva a cabo la matriculación de un vehículo, estableciendo que la
matriculación y expedición del permiso de circulación de los automóviles y de
los vehículos especiales autopropulsados, cualquiera que sea su masa, así
como de los remolques, semirremolques y máquinas remolcadas especiales
cuya masa máxima autorizada exceda de 750 kilogramos, se solicitará por el
propietario, el arrendatario con opción de compra o el arrendatario a largo
plazo de la Jefatura de Tráfico de la provincia en que tenga su domicilio legal o
en la que se vaya a residenciar el vehículo especial agrícola. En cuanto a la
matriculación y expedición de la licencia de circulación de los ciclomotores y
ciclos de motor, esta se efectuará en la Jefatura de Tráfico del domicilio legal
del propietario, del arrendatario con opción de compra o del arrendatario a
largo plazo.

La solicitud se formulará en el modelo oficial que proporcionará la Jefatura de


Tráfico correspondiente o que se podrá descargar en la web de la Dirección

23
General de Tráfico: www.dgt.es. A la solicitud se acompañarán los documentos
que se indican en el anexo XIII del Reglamento General de Vehículos, los
cuales acreditan los requisitos técnicos del vehículo, el cumplimiento de las
obligaciones tributarias, de la importación legal, en su caso, o de que cumple
con los requisitos para obtener o que cuenta con el título habilitante para
obtener o realizar alguna actividad de transporte o de arrendamiento sin
conductor, así como aquellos otros documentos en que el interesado funde su
derecho a la matriculación del vehículo y que acrediten su personalidad y
domicilio.

En el caso de tratarse de un vehículo especial agrícola deberá haberse inscrito


previamente en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola correspondiente.

A la vista del expediente, la Jefatura de Tráfico autorizará, si procede, la


matriculación del vehículo, en cuyo caso expedirá el permiso circulación, que
se entregará al interesado junto con la tarjeta de inspección técnica o
certificado de características y comunicará la matrícula a los órganos
competentes.

Se admiten para su matriculación los vehículos reconstruidos siempre que


pasen una inspección técnica de sus características esenciales para su
homologación a título individual.

PERMISO DE CIRCULACIÓN

El permiso de circulación es una autorización administrativa que permite la


circulación de vehículos tras comprobar que cumplen con ciertos requisitos de
funcionamiento. Su vigencia varía según el tipo de permiso de conducción,
siendo el periodo de vigencia más común de 10 años, renovable mediante cita
previa a la Dirección General de Tráfico y pago de una tasa.

¿En qué consiste el permiso de circulación?

El permiso de circulación de los vehículos está regulado en el artículo 66 del


Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el
texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y
Seguridad Vial (en adelante, LTCVMSV) modificada por la Ley 18/2021, de 20
de diciembre, que recoge la definición de esta autorización administrativa en
los siguientes términos:

"La circulación de vehículos exigirá que éstos obtengan previamente el


correspondiente permiso de circulación, dirigido a verificar que estén en
perfecto estado de funcionamiento y se ajusten en sus características,
equipos, repuestos y accesorios a las prescripciones técnicas que se fijen
reglamentariamente.

24
En el caso de vehículos dotados de sistema de conducción automatizada, sus
características, tanto de grado de automatización como del entorno
operacional de uso, se consignarán en el permiso de circulación conforme se
desarrolle reglamentariamente.

Se prohíbe la circulación de vehículos que no estén dotados del citado


permiso".

El permiso de circulación es un documento que consta de cuatro páginas de


color verde. En él aparecen los datos del titular y del vehículo, como la
matrícula, marca, tipo, variante o versión, servicio, masa máxima, periodo de
validez de la matriculación si esta no es ilimitada, fecha de matriculación,
fecha y lugar de expedición, cilindrada, el número de plazas -incluso de plazas
de pie, si es necesario- y, en el caso de las motocicletas, la relación entre
potencia y peso.

A estos datos hay que añadir el kilometraje del vehículo y la vigencia de la ITV
-para coches nuevos se omite el kilometraje-.

Como hemos visto tras la reforma de la LTCVMSV por la Ley 18/2021, de 20


de diciembre, para los vehículos dotados de sistema de conducción
automatizada en el permiso de circulación se consignarán, conforme se
desarrolle reglamentariamente, sus características tanto de grado de
automatización como del entorno operacional de uso.

El permiso de circulación es un requisito indispensable a la hora de contratar


el seguro obligatorio con cualquier aseguradora, ya sea seguro de coche o de
moto.

Además, en principio es obligatorio llevar en el vehículo el documento original


del permiso de circulación, aunque se admite la posibilidad de circular con
una fotocopia compulsada.

La circulación de un vehículo sin el permiso de circulación, bien por no


haberlo obtenido o porque haya sido objeto de declaración de pérdida de
vigencia, de nulidad o anulado, da lugar a su inmovilización hasta que se
disponga del mismo, en los términos que reglamentariamente se determine.

¿Qué vigencia tiene el permiso de circulación?

El permiso B, el más común, posee un período de vigencia de 10 años hasta


que su titular cumple los 65 años. A partir de esta edad, la vigencia pasa a ser
de 5 años.

También se puede circular con un permiso de circulación provisional, que


Tráfico expide para vehículos que no se han matriculado de forma definitiva o
cuya matriculación podría retrasarse.

El permiso de circulación habrá de renovarse cuando varíe la titularidad


registral del vehículo y quedará extinguido cuando éste se dé de baja en el

25
correspondiente registro, a instancia de parte o por comprobarse que no es
apto para la circulación, en la forma que reglamentariamente se determina.

Para renovar el permiso de circulación se debe solicitar una cita previa a la


Dirección General de Tráfico (en adelante, DGT), donde se deberá presentar el
DNI del titular del vehículo (o la tarjeta de identificación fiscal si está a nombre
de una persona jurídica) y el permiso de circulación del vehículo.

Del mismo modo, en el caso de pérdida del permiso de circulación, se debe


pedir un duplicado en la Jefatura Provincial de Tráfico más cercana, también
previa solicitud de cita a la Dirección General de Tráfico, presentado la misma
documentación que para la renovación, excepto el permiso de circulación si se
hubiera perdido.

Además de pagar la tasa, si vas a renovar el permiso de circulación porque


han cambiado los datos debes presentar el DNI o tarjeta de identificación fiscal
con los datos ya modificados. Si pides el duplicado por un cambio por
reformas también tendrás que presentar la ficha técnica en la que conste la
reforma a la que has sometido al vehículo. El único trámite gratuito es la
renovación por cambio de domicilio, para lo que deberás justificar el cambio
de domicilio mediante el DNI o un certificado de empadronamiento.

En el caso de los duplicados por robo, pérdida o deterioro tendrás que pagar
una tasa de 20€, la misma cantidad que nos pedirán cuando se trata de una
renovación por cambio de datos o reformas

Además, en caso de retirada del permiso de circulación por no haber superado


la Inspección Técnica del Vehículo (ITV) o por haber sido denunciado por no
haber pasado dicha Inspección también se deberá dirigir el titular a Tráfico,
solicitando cita previa y presentando el boletín de denuncia y el original de la
ficha técnica con la ITV ya en vigor.

¿Qué consecuencias tiene circular sin el permiso de circulación?

Circular sin el permiso de circulación tendrán el carácter de infracción


administrativa y dicha conducta está recogida en el artículo 76 Real Decreto
Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, y
está calificada como infracción grave cuando se tenga el permiso suspendido.

El artículo 104 de la Ley de Tráfico también recoge que los agentes podrán
inmovilizar el vehículo y retirar el permiso de circulación hasta que el
conductor o titular abone los gastos que se originen como consecuencia de la
inmovilización.

26
PERMISO DE CONDUCIR

El permiso de conducción es una autorización administrativa necesaria para


la conducción de vehículos por la vía pública. El Reglamento de Conductores
recoge las clases de permisos de conducir que hay actualmente en España,
cada uno de los cuales tiene una edad mínima para acceder y exige unos
requisitos determinados con el objetivo de garantizar la aptitud de los
conductores para manejar los vehículos.

¿En qué consiste el permiso de conducir?

A la Administración no le resulta indiferente quiénes y en qué condiciones


circulan por las vías públicas por el riesgo que dicha actividad conlleva, de
manera que somete la circulación de vehículos a un régimen de autorización
administrativa previa con objeto de garantizar la aptitud de los conductores
para manejar los vehículos y la idoneidad de éstos para circular.

Las normas que regulan esta materia se encuentran recogidas en el Real


Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y
Seguridad Vial (en lo sucesivo, LTCVMSV) y en el Reglamento General de
Conductores aprobado por el Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo,
modificado por el Real Decreto 971/2020, de 10 de noviembre.

La autorización administrativa se concreta en los permisos y licencias de


conducción, cuya expedición compete a las Jefaturas Provinciales de Tráfico
con excepción de los que autorizan a conducir vehículos de las Fuerzas
Armadas o de la Dirección General de Policía y de la Guardia Civil, sin los
cuales se prohíbe conducir por las vías y terrenos públicos aptos para la
circulación, ya sean urbanos como interurbanos.

Los permisos y licencias de conducción pueden sustituirse, provisionalmente,


por autorizaciones temporales, las cuales surtirán idénticos efectos a los del
permiso o licencia que sustituyan.

El conductor de un vehículo queda obligado a estar en posesión y llevar


consigo su permiso o licencia para conducir válido y vigente, y deberá
exhibirlos ante los agentes de la autoridad que lo soliciten. La tenencia de la
autorización administrativa la puede acreditar el conductor mediante su
presentación física o digital (art. 59.1 LTCVMSV tras su modificación por la
Ley 18/2021, de 20 de diciembre).

Los permisos y licencias de conducción son de otorgamiento y contenido


reglados y su concesión queda condicionada a la verificación de que los
conductores reúnen los requisitos de aptitud psicofísica y los conocimientos,
habilidades, aptitudes y comportamientos exigidos para su obtención.

¿Qué clases hay de permiso de conducir?

27
Los permisos de conducción expedidos por las Jefaturas Provinciales de
Tráfico, con expresión de las categorías de vehículos a cuya conducción
autorizan, son de las siguientes clases:

a) AM.

1. Ciclomotores de dos o tres ruedas y cuatriciclos ligeros, aunque podrá estar


limitado a la conducción de ciclomotores de tres ruedas y cuatriciclos ligeros.

2. Vehículos para personas de movilidad reducida.

La edad mínima para obtenerlo será de quince años cumplidos.

b) A1.

1. Motocicletas con una cilindrada máxima de 125 cm3 una potencia máxima
de 11 kW y una relación potencia/peso máxima de 0,1 kW/kg y triciclos de
motor cuya potencia máxima no exceda de 15 kW.

2. Vehículos para personas de movilidad reducida.

La edad mínima para obtenerlo será de dieciséis años cumplidos.

c) A2. Motocicletas con una potencia máxima de 35 kW y una relación


potencia/peso máxima de 0,2 kW/kg y no derivadas de un vehículo con más
del doble de su potencia. La edad mínima para obtenerlo será de dieciocho
años cumplidos.

d) A. Motocicletas y triciclos de motor. La edad mínima para obtenerlo será de


veinte años cumplidos, pero hasta los veintiún años cumplidos no autorizará a
conducir triciclos de motor cuya potencia máxima exceda de 15 kW.

e) B. Autoriza para conducir los siguientes vehículos:

- Automóviles cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kg que estén


diseñados y construidos para el transporte de no más de ocho pasajeros
además del conductor. Dichos automóviles podrán llevar enganchado un
remolque cuya masa máxima autorizada no exceda de 750 kg.

- Conjuntos de vehículos acoplados compuestos por un vehículo tractor de los


que autoriza a conducir el permiso de la clase B y un remolque cuya masa
máxima autorizada exceda de 750 kg, siempre que la masa máxima
autorizada del conjunto no exceda de 4.250 kg, sin perjuicio de las
disposiciones que las normas de aprobación de tipo establezcan para estos
vehículos.

- Triciclos y cuatriciclos de motor.

- Ciclomotores.

- Vehículos para personas de movilidad reducida. La edad mínima para


obtenerlo será de dieciocho años cumplidos. No obstante, hasta los veintiún

28
años cumplidos no autorizará a conducir triciclos de motor cuya potencia
máxima exceda de 15 kW.

Se podrán conducir dentro del territorio nacional con el permiso de la clase B,


con una antigüedad superior a dos años, automóviles sin remolque
impulsados por combustibles alternativos destinados al transporte de
mercancías con una masa máxima autorizada superior a 3.500 kg pero que no
exceda los 4.250 kg, siempre que la masa que supere los 3.500 kg provenga
exclusivamente del exceso de masa del sistema de propulsión respecto al
sistema de propulsión de un vehículo de las mismas dimensiones que esté
equipado con un motor convencional de combustión interna con encendido
por chispa o por compresión, y siempre que no se incremente la capacidad de
carga respecto al mismo vehículo.

Se podrán conducir dentro del territorio nacional con el permiso de la clase B,


con una antigüedad superior a tres años, las motocicletas cuya conducción
autoriza el permiso de la clase A1.

En el supuesto de que el permiso de la clase B en vigor, con una antigüedad


superior a tres años, esté sometido a adaptaciones, restricciones u otras
limitaciones en personas, vehículos o de circulación, para poder conducir
dentro del territorio nacional las motocicletas cuya conducción autoriza el
permiso de la clase A1, deberán hacerse constar previamente por la Jefatura
Provincial de Tráfico en el permiso las adaptaciones o restricciones que
correspondan.

g) B + E. Autoriza para conducir conjuntos de vehículos acoplados compuestos


por un vehículo tractor de los que autoriza a conducir el permiso de la clase B
y un remolque o semirremolque cuya masa máxima autorizada no exceda de
3500 kg, sin perjuicio de las disposiciones que las normas de aprobación de
tipo establezcan para estos vehículos.

La edad mínima para obtenerlo será de dieciocho años cumplidos.

h) C1. Automóviles distintos de los que autoriza a conducir el permiso de las


clases D1 o D, cuya masa máxima autorizada exceda de 3500 kg y no
sobrepase los 7500 kg, diseñados y construidos para el transporte de no más
de ocho pasajeros además del conductor. Dichos automóviles podrán llevar
enganchado un remolque cuya masa máxima autorizada no exceda de 750 kg.

La edad mínima para obtenerlo será de dieciocho años cumplidos.

i) C1 + E. Autoriza para conducir los siguientes vehículos:-Conjuntos de


vehículos acoplados compuestos por un vehículo tractor de los que autoriza a
conducir el permiso de la clase C1 y un remolque o semirremolque cuya masa
máxima autorizada exceda de 750 kg, siempre que la masa máxima
autorizada del conjunto así formado no exceda de 12.000 kg, sin perjuicio de
las disposiciones que las normas de aprobación de tipo establezcan para estos
vehículos.

29
- Conjuntos de vehículos acoplados compuestos por un vehículo tractor de los
que autoriza a conducir el permiso de la clase B y un remolque o
semirremolque cuya masa máxima autorizada exceda de 3.500 kg, siempre
que la masa máxima autorizada del conjunto no exceda de 12.000 kg, sin
perjuicio de las disposiciones que las normas de aprobación de tipo
establezcan para estos vehículos.

La edad mínima para obtenerlo será de dieciocho años cumplidos.

j) C. Automóviles distintos de los que autoriza a conducir el permiso de las


clases D1 o D, cuya masa máxima autorizada exceda de 3500 kg que estén
diseñados y construidos para el transporte de no más de ocho pasajeros
además del conductor. Dichos automóviles podrán llevar enganchado un
remolque cuya masa máxima autorizada no exceda de 750 kg.

La edad mínima para obtenerlo será de veintiún años cumplidos.

La edad mínima será de 18 años cumplidos para los titulares de certificado de


aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria.

k) C + E. Autoriza para conducir conjuntos de vehículos acoplados


compuestos por un vehículo tractor de los que autoriza a conducir el permiso
de la clase C y un remolque o semirremolque cuya masa máxima autorizada
exceda de 750 kg, sin perjuicio de las disposiciones que las normas de
aprobación de tipo establezcan para estos vehículos.

La edad mínima para obtenerlo será de veintiún años cumplidos.

La edad mínima será de 18 años cumplidos para los titulares de certificado de


aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria.

l) D1. Autoriza para conducir automóviles diseñados y construidos para el


transporte de no más de dieciséis pasajeros además del conductor y cuya
longitud máxima no exceda de ocho metros. Dichos automóviles podrán llevar
enganchado un remolque cuya masa máxima autorizada no exceda de 750 kg.

La edad mínima para obtenerlo será de veintiún años cumplidos.

La edad mínima será 18 años cumplidos para los titulares del certificado de
aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria, si bien sólo podrán conducir estos vehículos
dentro del territorio nacional hasta que el titular del permiso tenga 21 años
cumplidos.

m) D1 + E. Autoriza para conducir conjuntos de vehículos acoplados


compuestos por un vehículo tractor de los que autoriza a conducir el permiso
de la clase D1 y un remolque cuya masa máxima autorizada exceda de 750 kg,

30
sin perjuicio de las disposiciones que las normas de aprobación de tipo
establezcan para estos vehículos.

La edad mínima para obtenerlo será de veintiún años cumplidos.

La edad mínima será 18 años cumplidos para los titulares del certificado de
aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria, si bien solo podrán conducir estos vehículos
dentro del territorio nacional hasta que el titular del permiso tenga 21 años
cumplidos.

n) D. Autoriza para conducir automóviles diseñados y construidos para el


transporte de más de ocho pasajeros además del conductor. Dichos
automóviles podrán llevar enganchado un remolque cuya masa máxima
autorizada no exceda de 750 kg.

La edad mínima para obtenerlo será de veinticuatro años cumplidos.

La edad mínima será de 21 años cumplidos para los titulares del certificado de
aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria.

La edad mínima será de 21 años cumplidos si lo han obtenido realizando la


modalidad de cualificación inicial acelerada y se trata de transporte de viajeros
en servicios regulares cuyo trayecto no supere los 50 km.

La edad mínima será de 23 años cumplidos si lo han obtenido realizando la


modalidad de cualificación inicial acelerada.

Dentro del territorio nacional y hasta que el titular del permiso tenga 21 años
cumplidos, se podrá conducir a las siguientes edades:

a) 18 años cumplidos en caso de que se conduzcan estos vehículos sin


pasajeros o si se trata de transporte de viajeros en servicios regulares cuyo
trayecto no supere los 50 km, para los titulares del certificado de aptitud
profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria.

b) 20 años cumplidos para los titulares del certificado de aptitud profesional


(CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de cualificación inicial
ordinaria.

ñ) D + E. Autoriza para conducir conjuntos de vehículos acoplados


compuestos por un vehículo tractor de los que autoriza a conducir el permiso
de la clase D y un remolque cuya masa máxima autorizada exceda de 750 kg,
sin perjuicio de las disposiciones que las normas de aprobación de tipo
establezcan para estos vehículos.

La edad mínima para obtenerlo será de veinticuatro años cumplidos.

31
La edad mínima será de 21 años cumplidos para los titulares del certificado de
aptitud profesional (CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de
cualificación inicial ordinaria.

La edad mínima será de 21 años cumplidos si lo han obtenido realizando la


modalidad de cualificación inicial acelerada y se trata de transporte de viajeros
en servicios regulares cuyo trayecto no supere los 50 km.

La edad mínima será de 23 años cumplidos si lo han obtenido realizando la


modalidad de cualificación inicial acelerada.

Dentro del territorio nacional y hasta que el titular del permiso tenga 21 años
cumplidos, se podrá conducir a las siguientes edades:

- 8 años cumplidos en caso de que se conduzcan estos vehículos sin pasajeros


o si se trata de transporte de viajeros en servicios regulares cuyo trayecto no
supere los 50 km, para los titulares del certificado de aptitud profesional (CAP)
que lo hayan obtenido realizando la modalidad de cualificación inicial
ordinaria.

- 20 años cumplidos para los titulares del certificado de aptitud profesional


(CAP) que lo hayan obtenido realizando la modalidad de cualificación inicial
ordinaria.

Para la conducción profesional de los vehículos que autoriza a conducir el


permiso de las clases C1, C1+E, C, C +E, D1, D1 +E, D o D+E, deberán
cumplirse, además de los requisitos exigidos en el artículo 4 del Reglamento
General de Conductores, los establecidos en el Real Decreto 284/2021, de 20
de abril, por el que se regula la cualificación inicial y la formación continua de
los conductores de determinados vehículos destinados al transporte por
carretera y por el que se modifica el Reglamento de la Ley de Ordenación de
los Transportes Terrestres, aprobado por el Real Decreto 1211/1990, de 28 de
septiembre.

¿Qué requisitos son necesarios para obtener permiso o licencia de


conducción?

a) En el caso de extranjeros, acreditar la situación de residencia normal o


estancia por estudios en España de, al menos, seis meses y haber cumplido la
edad requerida.

b) No estar privado por resolución judicial del derecho a conducir vehículos de


motor y ciclomotores, ni hallarse sometido a suspensión o intervención
administrativa del permiso o licencia de conducción que se posea.

c) Que haya transcurrido el plazo legalmente establecido, una vez declarada la


pérdida de vigencia del permiso o licencia de conducción del que fuera titular
como consecuencia de la pérdida total de los puntos asignados.

32
d) Reunir las aptitudes psicofísicas requeridas en relación con la clase del
permiso o licencia de conducción que se solicite.

e) Ser declarado apto por la Jefatura Provincial de Tráfico en las pruebas


teóricas y prácticas que, en relación con cada clase de permiso o licencia de
conducción, se determinan en el título II del Reglamento General de
Conductores.

f) No ser titular de un permiso de conducción expedido en otro Estado


miembro de la Unión Europea o en otro Estado parte del Acuerdo sobre el
Espacio Económico Europeo, ni haber sido restringido, suspendido o anulado
en otro Estado miembro el permiso de conducción que poseyese.

En caso de padecer enfermedad o deficiencia orgánica o funcional que


incapacite para obtener permiso o licencia de conducción de carácter ordinario
se podrán obtener un permiso o licencia de conducción extraordinarios sujetos
a las condiciones restrictivas que en cada caso procedan.

1. El permiso de conducción de las clases, C1, C1 + E, C, C + E, D1, D1 + E, D


y D + E tendrá un período de vigencia de cinco años mientras su titular no
cumpla los sesenta y cinco años y de tres años a partir de esa edad.

2. El permiso de las clases restantes y la licencia de conducción, cualquiera


que sea su clase, tendrán un período de vigencia de diez años mientras su
titular no cumpla los sesenta y cinco años y de cinco años a partir de esa
edad.

3. El período de vigencia de las diversas clases de permiso y licencia de


conducción podrá reducirse si, al tiempo de su concesión o de la prórroga de
su vigencia, se comprueba que su titular padece enfermedad o deficiencia que,
si bien de momento no impide aquélla, es susceptible de agravarse.

4. El permiso o licencia de conducción cuya vigencia hubiese vencido no


autoriza a su titular a conducir y su utilización dará lugar a su intervención
inmediata por la autoridad o sus agentes, que lo remitirán a la Jefatura
Provincial de Tráfico correspondiente.

5. La vigencia del permiso y de la licencia de conducción, además, estará


condicionada a que su titular no haya perdido totalmente la asignación inicial
de puntos.

6. Asimismo, la vigencia de los permisos y las licencias de conducción estará


subordinada a que su titular mantenga los requisitos exigidos para su
otorgamiento.

La vigencia de los permisos y licencias de conducción podrá ser prorrogada,


por los períodos respectivamente señalados en el artículo anterior, por las
Jefaturas Provinciales de Tráfico, previa solicitud de los interesados, en el
modelo oficial establecido, y una vez hayan acreditado que conservan las

33
aptitudes psicofísicas exigidas para obtener el permiso o licencia de que se
trate.

La prórroga de vigencia de un permiso de conducción de las clases


correspondientes al grupo 2, según la clasificación establecida en el artículo
45 del Reglamento General de Conductores, implicará la de las autorizaciones
del grupo 1 de las que sea titular el interesado, por los plazos que a éstas
correspondan.

¿Qué validez tienen los permisos de conducir expedidos en otros países?

a) Si tales permisos han sido expedidos por Estados miembros de la Unión


Europea o pertenecientes al Espacio Económico Europeo (Noruega, Islandia y
Lienchenstein) con arreglo a la normativa comunitaria mantendrán su validez
en España en las condiciones en que hubieran sido expedidos en su lugar de
origen, con la salvedad de que la edad requerida para la conducción
corresponderá a la exigida para obtener el permiso español equivalente.

En todo caso, cuando el titular de un permiso de conducción expedido por


otro Estado miembro establezca su residencia normal en España, quedará
sometido a las disposiciones españolas relativas a su período de vigencia, de
control de sus aptitudes psicofísicas y de asignación de un crédito de puntos.

Cuando se trate de un permiso de conducción no sujeto a un período de


vigencia determinado, su titular deberá proceder a su renovación, una vez
transcurridos dos años desde que establezca su residencia normal en España,
a los efectos de aplicarle los plazos de vigencia establecidos en la Ley.

Además, el titular de un permiso de conducción vigente expedido por un


Estado miembro de la Unión Europea que haya establecido su residencia
normal en España, en cualquier momento podrá solicitar el canje de su
permiso de conducción por otro español equivalente. Ahora bien, no habilitan
para conducir en España:

- Los permisos cuyo titular hubiere infringido la obligación de registrar sus


datos en una Jefatura Provincial de Tráfico.

- Los permisos cuyo titular no se hubiera sometido al reconocimiento de sus


aptitudes psicofísicas en el plazo indicado por la Jefatura Provincial de Tráfico
correspondiente, hasta el momento que lo haga.

- Los permisos cuyo titular no supere el correspondiente reconocimiento,


inscripción que igualmente se hará constar en el permiso y en el registro.

- Los permisos cuyo período de vigencia hubiera vencido.

b) Si han sido expedidos en países no comunitarios.

Los reconocidos en particulares convenios internacionales multilaterales y


bilaterales en los que España sea parte y en las condiciones que se indique en
los mismos. España ha suscrito numerosos acuerdos en este sentido sobre

34
todo con aquellos países cuyos nacionales residen en mayor número en
nuestro país. Marruecos, Ecuador, Colombia, Argentina, Rumania etc. En todo
caso, la validez de estos permisos se supedita al cumplimiento de una serie de
requisitos:

- El canje debe solicitarse en la Jefatura de Tráfico de la provincial del


domicilio del titular del permiso de conducción supeditado a que se confirme
la validez del permiso por parte de las autoridades que lo han expedido en
cada país.

- Debe acreditarse la identidad y residencia.

- Informe expedido por un Centro de reconocimiento para conductores


autorizado por la Jefatura Provincial de Tráfico donde se dirija la solicitud.

- Permiso de conducción original en vigor y fotocopia.

- Declaración por escrito de no hallarse privado por resolución judicial del


derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, ni sometido a
intervención o suspensión del que se posea.

- Declaración por escrito de no ser titular de otro permiso o licencia de


conducción, ya sea expedido en España o en otro país comunitario, de igual
clase que el solicitado.

¿Cuál es la nueva situación de los conductores profesionales a efectos de la


autorización administrativa para conducir?

La nueva Disposición Adicional 12ª LTCVMSV introducida por la Ley 18/2021,


de 20 de diciembre, establece que el organismo autónomo Jefatura Central de
Tráfico desarrollará un sistema telemático para que las empresas dedicadas al
transporte de personas o mercancías y las personas trabajadoras autónomas
que tengan la condición de empleadoras puedan conocer si un conductor
profesional que trabaja en ellas se encuentra habilitado legalmente para
conducir, no siendo necesario el consentimiento del trabajador.

El funcionamiento y gestión de dicho sistema informático se realizarán con


estricta sujeción a lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2016/679 del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la
protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de sus
datos personales y a la libre circulación de estos datos, en la Ley Orgánica
3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de
los derechos digitales y en el resto de la normativa sobre protección de datos
personales.

El acceso quedará limitado a quienes acrediten la condición de empleador, que


estén dados de alta en el registro que se cree a estos efectos, y únicamente
respecto de los datos relativos a mantenimiento o pérdida del permiso o
licencia de conducción de sus trabajadores, en los términos que se
establezcan reglamentariamente.

35
TRÁFICO, CIRCULACIÓN DE VEHÍCULOS Y SEGURIDAD VIAL

La circulación de vehículos, el tráfico y la seguridad vial es objeto de


regulación por varios sectores del ordenamiento jurídico. La norma
fundamental en el ámbito administrativo es el Real Decreto Legislativo
6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley
sobre Tráfico, Circulación de vehículos a motor y Seguridad Vial.

¿A qué nos referimos con tráfico, circulación de vehículos y seguridad vial?

El tráfico constituye un fenómeno social, histórico, económico y jurídico, en el


que se encuentra inmersa toda la sociedad, y que se puede definir como la
circulación o desplazamiento de personas. El tráfico de vehículos a motor
cuenta en su favor con una interminable lista de razones que justifican una
intensa actividad administrativa de regulación y control. Por ello ha sido
objeto de preocupación por el Derecho casi desde sus orígenes y,
naturalmente, en la actualidad así sucede también, dado el aumento de
complejidad de esta materia, esa regulación puede calificarse de considerable
en su volumen y de compleja en su casuística.

Su notoria masificación y el riesgo que la circulación entraña por sí misma


conlleva la necesidad evidente de establecer unas reglas obligadas para que
los vehículos circulen con seguridad (señales de tráfico, regulación del tráfico
a través de cuerpos policiales, limitaciones a la velocidad); un sistema de
acceso a la cualidad de conductor y las pruebas necesarias para ello; así como
regular la seguridad industrial de los automóviles, de las motocicletas.

Así, la seguridad vial es el conjunto de acciones y mecanismos que garantizan


el buen funcionamiento de la circulación del tránsito; mediante la utilización
de conocimientos y normas de conducta; bien sea como peatón, pasajero o
conductor, a fin de usar correctamente la vía pública previniendo los
accidentes de tránsito.

Sucede además que la circulación rodada afecta, unas veces tangencialmente


y otras de modo más directo, a una serie de derechos fundamentales. El
primero y más evidente de todos ellos sería la libertad de circulación que,
naturalmente, hoy día, para ser dotada de efectividad, pasa por el empleo de
los sistemas de traslado de personas que los avances científicos e industriales
permiten. No es preciso imaginar el absurdo caso de un país en el que la
libertad de deambular fuera plena, pero en el que a cambio no se permitiera el
uso del ferrocarril, los automóviles o los aviones para percibir que una parte
sustancial de la libertad de circulación quedaría importantemente
comprometida.

¿Cómo se articula la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a motor y


Seguridad Vial?

36
La norma fundamental vigente en la materia en España es el Real Decreto
Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el Texto Refundido
de la Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a motor y Seguridad Vial (en
lo sucesivo, LTCVMSV). Este Real Decreto está dividido en un Título
Preliminar y seis títulos. El título preliminar alude al objeto y ámbito de
aplicación de la Ley. El título I regula las competencias sobre tráfico,
circulación de vehículos a motor y seguridad vial. Los títulos II y III contienen
por su parte las normas de comportamiento en la circulación y la señalización.
El IV se ocupa de las autorizaciones administrativas. El título V aborda la
regulación de la infracciones, sanciones y medidas cautelares, y del
procedimiento sancionador. Finalmente, el título VI se ocupa del Registro
Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico.

El Texto Refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a motor y


Seguridad Vial ha sido objeto de una última modificación por la Ley 18/2021,
de 20 de diciembre. El objeto de la reforma se centra principalmente en la
revisión de las infracciones que detraen puntos; el reconocimiento que tiene
para la seguridad vial la superación de cursos de conducción segura y
eficiente; el tratamiento actualizado de la conducción profesional; y la
unificación a dos años del plazo que tiene que transcurrir para recuperar el
saldo inicial de puntos tras la firmeza de las sanciones.

La modificación legal busca compensar aspectos que aumentan la presión


punitiva sobre las personas conductoras –infracciones que agravan la pérdida
de puntos por su relación actual con los factores concurrentes de
accidentalidad– con medidas que favorecen el cambio de comportamiento y
que recompensan a quienes se adaptan e interiorizan una conducción que
minimiza los riesgos.

Nos limitaremos ahora a expresar las normas jurídicas principales que ha


desarrollado más pormenorizadamente la LTCVMSV. Debe notarse sin
embargo que la materia no se agota con la regulación más puramente
administrativa, sino que otros sectores del ordenamiento jurídico inciden
sobre ella con pareja energía. Encontramos por ejemplo en el Código Penal
una serie de preceptos que regulan delitos contra la seguridad del tráfico.
Algunos de ellos son de gran importancia social e incluso en ocasiones tienen
franca actualidad. Entre este grupo de delitos podemos referirnos a la
conducción bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias
psicotrópicas o de bebidas alcohólicas (art. 379.2 CP); o la negativa a
someterse a las pruebas de detección de estas sustancias (art. 383 CP).

Pero los más llamativos y actuales son:

a) La atribución de la condición de delito, sancionado con pena privativa de


libertad, para ciertos excesos en la velocidad, así el art. 379 CP.

b) La persecución también como delito (art. 384 CP) de la conducción sin el


oportuno permiso (el llamado "carné de conducir") ya estemos en casos de:

37
• Pérdida de vigencia del permiso o licencia por pérdida total de los puntos
asignados legalmente.

• Privación cautelar o definitiva del permiso o licencia por decisión judicial;

• No haber obtenido nunca permiso o licencia de conducción.

El derecho privado tiene también una importante participación en la materia.


La más relevante norma de obligada cita ahora es el Real Decreto Legislativo
8/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley
sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor.
También lo es el Real Decreto 1507/2008, de 12 de septiembre, por el que se
aprueba el Reglamento del seguro obligatorio de responsabilidad civil en la
circulación de vehículos a motor.

Además de la LTCVMSV, las disposiciones fundamentales de interés,


cronológicamente ordenadas, son:

• Real Decreto 320/1994, de 25 de febrero, por el que se aprueba el


Reglamento de Procedimiento Sancionador en materia de Tráfico, Circulación
de vehículos a motor y Seguridad Vial.

• Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento


General de Conductores.

• Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el


Reglamento General de Vehículos.

• Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el


Reglamento General de Circulación.

VEHÍCULO DE MOTOR

Los vehículos de motor son una especie singular dentro del género de los
bienes muebles. Se caracterizan por ser fácilmente identificables a través de
sus placas de matrícula, del número de bastidor y de la estructura
autoportante, además de estar sometidos a un régimen jurídico singular de
naturaleza preponderantemente administrativa.

¿Qué normativa regula los vehículos de motor?

La principal norma -en la que hallan engarce todas las demás- en materia de
circulación y tráfico es el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre,
por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de
Vehículos a Motor y Seguridad Vial.

38
Por otra parte, en desarrollo del anterior Texto Articulado de la Ley de Tráfico
de 1990, fueron dictaron una serie de reglamentos que permanecen vigentes
en la actualidad, entre ellos el Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre,
por el que se aprueba el Reglamento General de Vehículos, que ha sido
modificado por el Real Decreto por el Real Decreto 970/2020, de 10 de
noviembre.

Como la exposición de motivos de este Reglamento General de Vehículos


revela, estamos ante un Reglamento "ejecutivo" que desarrolla, complementa y
pormenoriza el texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de
Vehículos a Motor y Seguridad Vial; aunque, es también cierto, no se trata de
un desarrollo general o completo de dicho texto (es decir, no es él "solo" el que
lo desarrolla), sino que se trata de una ejecución parcial, pues se limita a
desarrollar y complementar parte del Título I y el Título IV del texto articulado
de la Ley.

¿Qué naturaleza jurídica tienen los vehículos?

Los vehículos de motor son una especie singular dentro del género de los
bienes muebles. Constituyen, sin embargo, un grupo singular dentro de éstos
por diversas causas:

a) porque son fácilmente identificables a través de sus placas de matrícula y


del número de bastidor o de la estructura autoportante

b) porque están sometidos a un régimen jurídico singular de naturaleza


preponderantemente administrativa

Entre las singularidades del régimen jurídico de los vehículos está que son
susceptibles de cierta publicidad registral. Tal publicidad singular se canaliza
a través del Registro de Vehículos regulado en el artículo 2 del Real Decreto
2822/1998 de 23 de diciembre.

¿Qué clases de vehículos existen?

Para enumerar las diferentes categorías de vehículos y expresar las


características a las que cada uno de ellos responde, nada mejor que consultar
el Cuadro explicativo contenido en el Anexo II del Reglamento General de
Vehículos que ha sido objeto de reforma por el mencionado Real Decreto
970/2020, de 10 de noviembre.

¿Qué autorizaciones son necesarias para circular?

Los vehículos, por otra parte, están sujetos a un sistema de autorización


administrativa. El artículo 1 del Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre,
dispone que la circulación de vehículos exigirá que estos obtengan
previamente la correspondiente autorización administrativa, dirigida a verificar
que estén en perfecto estado de funcionamiento y se ajusten en sus
características, equipos, repuestos y accesorios a las prescripciones técnicas.
Más aún: se prohíbe terminantemente la circulación de vehículos que no estén

39
dotados de dicho permiso de circulación. También será necesaria, como
veremos, haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV; y disponer
de un seguro obligatorio de viajeros.

¿Qué es la homologación de vehículos?

La homologación es otra de las técnicas que el Derecho Administrativo


proyecta sobre estos vehículos con el fin de garantizar la seguridad en la
circulación como interés general a proteger. Así, el artículo 5 del Real Decreto
2822/1998 de 23 de diciembre, dispone que todos los vehículos de motor, sus
remolques y semirremolques, como condición indispensable para su
matriculación ordinaria o turística, "deberán corresponder a tipos previamente
homologados".

En particular, dice ese mismo precepto que todos los vehículos de motor
deberán estar homologados en España de acuerdo con el Real Decreto
1204/1999, de 9 de julio, por el que se modifica el Real Decreto 2140/1985,
de 9 de octubre, por el que se dictan normas sobre homologación de tipos de
vehículos automóviles, remolques y semirremolques, así como de partes y
piezas de dichos vehículos, o en la Unión Europea conforme a la Directiva
2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de septiembre de
2007 por la que se crea un marco para la homologación de los vehículos de
motor y de los remolques, sistemas, componentes y unidades técnicas
independientes destinados a dichos vehículos (conocida como Directiva
Marco).

La referencia al artículo 5 del Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre, en


la actualidad debe estimarse hecha al Real Decreto 750/2010, de 4 de junio,
por el que se regulan los procedimientos de homologación de vehículos de
motor y sus remolques, máquinas autopropulsadas o remolcadas, vehículos
agrícolas, así como de sistemas, partes y piezas de dichos vehículos.

Otro de los recursos de control empleados sobre los vehículos en garantía de


la seguridad general es la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV, regulada en
el artículo 10 del Real Decreto 2822/1998 de 23 de diciembre y en el RD
920/2017, de 23 de octubre, por el que se regula la Inspección Técnica de
Vehículos, por el que se regula la Inspección Técnica de Vehículos.

¿En qué consiste la matriculación de vehículos?

La matriculación, es el requisito previo a la puesta en circulación de vehículos


de motor y remolques y semirremolques de masa máxima autorizada superior
a 750 kilogramos, así como que lleven las placas de matrícula con los
caracteres que se les asigne. Dicha obligación, afecta también a los
ciclomotores y ciclos de motor, en la forma establecida en el art. 28 del
Reglamento General de Vehículos aprobado por el RD 2822/1998, de 23 de
diciembre y modificado por el Real Decreto 970/2020, de 10 de noviembre.

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Previamente a su matriculación, deben estar dotados de certificado oficial que
acredite sus características técnicas esenciales y su aptitud para circular por
las vías públicas.

La matrícula está formada por una combinación de caracteres alfabéticos o


numéricos que identifican e individualizan un vehículo respecto a los demás, y
que se representan en una placa metálica en la que se graban o adhieren de
forma inalterable dichos caracteres.

¿Qué es el Registro de vehículos?

El Registro está encaminado preferentemente a la identificación del titular del


vehículo, al conocimiento de las características técnicas del mismo y de su
aptitud para circular, a la comprobación de las inspecciones realizadas, de
tener concertado el seguro obligatorio de automóviles y del cumplimiento de
otras obligaciones legales, a la constatación del parque de vehículos y su
distribución, y a otros fines estadísticos.

El registro tiene carácter puramente administrativo. Es, una vez más, un


Registro Administrativo, sujeto a régimen jurídico-público.

Los datos que figuran en el Registro de Vehículos carecen, pues, de efectos


sustantivos civiles. Así lo ha indicado el Tribunal Supremo, Sala Primera, de lo
Civil, Sentencia 649/2000 de 22 Jun. 2000, Rec. 2530/1995, en la que se
declara que "la inscripción en el Registro de la Jefatura de Tráfico no es
decisivo en la determinación del derecho de propiedad del vehículo inscrito".

¿Cómo tributan los vehículos?

Por último, por la generalización de sus efectos, resulta oportuno hacer


referencia a una figura tributaria específica, de naturaleza local, que recae
sobre los vehículos de motor. Nos referimos al "Impuesto sobre Vehículos de
Tracción Mecánica" que se regula en los artículos 59 y de 92 a99 del Real
Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales.

Este Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica es un tributo directo que


grava la titularidad de los vehículos de esta naturaleza (de tracción mecánica)
que sean "aptos para circular por las vías públicas, cualesquiera que sean su
clase y categoría".

Se considera -presunción iuris et de iure- "vehículo apto para la circulación el


que hubiere sido matriculado en los registros públicos correspondientes y
mientras no haya causado baja en los mismos".

No están sujetos a este Impuesto, por el contrario, los vehículos que, habiendo
sido dados de baja en los registros por antigüedad de su modelo, puedan ser
autorizados para circular excepcionalmente con ocasión de exhibiciones,
certámenes o carreras limitadas a las de esta naturaleza.

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Así pues, en los términos en que figura redactado el artículo 92 del Real
Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, los tres elementos
claves del hecho imponible del Impuesto son:

a) la titularidad de vehículos de tracción mecánica

b) los vehículos de tracción mecánica en sí mismos

c) la aptitud de los mismos para circular por las vías públicas

No proporciona el Real Decreto Legislativo 2/2004 una definición unitaria del


objeto material del Impuesto. Tampoco el Código de la Circulación ni el Texto
Refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y
Seguridad Vial delimitan el contenido de aquella expresión.

Es seguro, de todas maneras, que nunca estuvo en el ánimo del legislador


realizar una única delimitación conceptual de "vehículo de tracción mecánica".
Lo prueba el artículo 95.3 de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, al
remitir a un posterior desarrollo reglamentario la determinación del concepto
de "las diversas clases de vehículos". El uso del plural en la expresión quiso
anunciar que se renunciaba de antemano a formular una definición única
comprensiva de todos los artefactos incluibles en el concepto de vehículos de
tracción mecánica.

Siguiendo nuestra sumaria tradición legislativa en torno al Impuesto, el Real


Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, huye del concepto ontológico de
"aptitud" y se construye un traje a su medida: "se considera vehículo apto
para la circulación -presume el artículo 92.2 de la Ley a los solos efectos del
Impuesto- el que hubiere sido matriculado en los registros públicos
correspondientes y mientras no haya causado baja en los mismos".

A efectos tributarios, pues, la chatarra es apta para la circulación si el


vehículo que en su día fuera no ha causado baja en los registros públicos,
como lo será también el vehículo sometido a depósito administrativo o judicial
y, por tanto, inmovilizado como consecuencia de un embargo.

Por el contrario, no estará sujeto al impuesto el vehículo que, aun no habiendo


sido matriculado, circulare normalmente por las vías públicas (motocicletas
destinadas a la práctica del motocross o trial, por ejemplo), al margen de las
sanciones administrativas que de dicha circunstancia habrán de derivarse.

Tampoco están sujetos, según el artículo 92.3, los vehículos que, conservando
las condiciones normales para circular, hayan sido dado de baja en los
registros por antigüedad de su modelo -modalidad de baja especial para los
vehículos históricos prevista en el artículo 249 del Código de la Circulación-, si
bien dichos vehículos, a diferencia de los que han causado baja por el
procedimiento común, podrán volver a circular, previa autorización expresa
que habrá de limitarse a "exhibiciones, certámenes o carreras."

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VÍA CICLISTA

La vía ciclista es aquella por la cual discurren las bicicletas y que está
señalizada específicamente para el tráfico de ciclos, con la señalización
horizontal y vertical correspondiente.

¿A qué nos referimos con vía ciclista?

La bicicleta ha sido durante mucho tiempo el medio de transporte habitual de


quienes por falta de recursos no disponían de otro procedimiento para
moverse, aunque en la actualidad el ciclismo está experimentando un
desarrollo extraordinario vinculado al ocio y a la sostenibilidad ambiental de
los nuevos modos de vida y de transporte.

El ciclismo, como tal, con la excepción de aquellas facetas que interesen el


derecho deportivo no es, sin embargo, objeto de una atención singular del
ordenamiento jurídico más que, en lo que a nosotros se nos alcanza ahora, en
dos facetas principales: la primera, fijarse las vías públicas hábiles para que
sobre ellas discurran las bicicletas, y en la segunda, la del tráfico y su
ordenación y cómo deben circular estos vehículos, la segunda.

Las vías específicamente acondicionadas para el tráfico de ciclos (vehículos de


dos ruedas como mínimo), con la señalización horizontal y vertical
correspondiente, y cuyo ancho permite el paso seguro de estos vehículos son,
las denominadas vías ciclistas. También, puede entenderse como la parte de la
infraestructura pública u otra área destinada de forma exclusiva o compartida
para la circulación de bicicletas.

¿Dónde se recoge la definición legal de vía ciclista?

La definición legal de vía ciclista se recoge en el Anexo I del Real Decreto


Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.

En este anexo, en sus apartados 74-79 se definen los distintos tipos de vía por
los que pueden circular las bicicletas.

Así, en el apartado 74 de ese anexo se establece que la "vía ciclista" es una vía
"específicamente acondicionada para el tráfico de ciclos, con la señalización
horizontal y vertical correspondiente, y cuyo ancho permite el paso seguro de
estos vehículos".

La "pista bici" se distingue de la anterior tan sólo en que se encuentra


"segregada del tráfico motorizado, con trazado independiente de las
carreteras".

Realidad diferente de las anteriores es el llamado "Carril-bici" (número 75 del


anexo), que no es otra cosa que una "vía ciclista que discurre adosada a la

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calzada (por tanto, ya no es una vía específica y exclusiva para ello), en un
solo sentido o en doble sentido".

Después encontramos el "Carril-bici protegido"(apartado 76 del anexo), que es


una singularidad del anterior pues se trata de "un carril-bici provisto de
elementos laterales que lo separan físicamente del resto de la calzada, así
como de la acera".

La "acera-bici" (apartado 77), como su nombre indica, es una vía ciclista


señalizada y que discurre sobre la acera.

Por último, una "senda ciclable" (apartado 79) es una vía para peatones y
ciclos, segregada del tráfico motorizado, y que discurre por espacios abiertos,
parques, jardines o bosques.

De esta definición podemos concluir que, las vías específicamente


acondicionadas para el tráfico de bicicletas son las que se denominan vías
ciclistas, las cuales incluyen los carriles-bici, las aceras-bici y las pistas-bici;
mientras que no incluyen las sendas ciclables, por las cuales pueden circular
tanto ciclos como peatones.

La normativa que regula los requisitos que estos tipos de vías está recogida en
el artículo 8.15 de la Instrucción de Carreteras Norma 3.1-IC de la Dirección
General de Carreteras del Ministerio de Fomento, del 19 de febrero de 2016, la
cual solo hace referencia a las vías ciclistas adyacentes a carreteras y, por
tanto, no a las aceras-bici, ni a las sendas ciclables que discurren por parques
y jardines.

El Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el


Reglamento General de Circulación, en su artículo 160 se refiere a las señales
de carriles. Y entre estas señales de carriles está la S-64 que consiste en un
Carril bici o vía ciclista adosada a la calzada. Y añade que esta señalización
"indica que el carril sobre el que está situada la señal de vía ciclista sólo puede
ser utilizado por ciclos". Por otra parte, las flechas situadas en él "indicarán el
número de carriles de la calzada, así como su sentido de la circulación".

¿Dónde están reguladas las normas de comportamiento de los conductores


frente a los ciclistas y de los ciclistas respecto al resto de usuarios de la vía?

Estos aspectos se hayan regulados en la Sección 3 artículo 64 del Reglamento


General de Circulación, donde se especifica que "los conductores de bicicletas
tienen prioridad de paso respecto a los vehículos de motor:

a) Cuando circulen por un carril bici, paso para ciclistas o arcén debidamente
señalizados.

b) Cuando para entrar en otra vía el vehículo de motor gire a derecha o


izquierda, en los supuestos permitidos, y haya un ciclista en sus
proximidades.

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c) Cuando circulando en grupo, el primero haya iniciado ya el cruce o haya
entrado en una glorieta.

En los demás casos serán aplicables las normas generales sobre prioridad de
paso entre vehículos.

También hay que tener en cuenta que un ciclista sólo tendrá prioridad de paso
frente a un automóvil en un paso de peatones cuando circule por un carril bici
o por un paso para ciclistas debidamente señalizado. En el resto de casos,
salvo que el ciclista baje de la bicicleta y la empuje a pie (en este caso se
convertiría en peatón), para él rigen las mismas normas que para el resto de
automóviles que circulen por la vía y, por tanto, no podrá cruzar el paso de
peatones como lo haría un peatón, en tanto que no lo es.

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