UNIVERSIDAD DE SONORA

DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA

BIOQUÍMICA Y NUTRICIÓN
ENSAYO:
“ALIMENTACIÓN EN ADOLESCENTES”

DOCENTE:
Lorena Bringas Alvarado

INTEGRANTES:
Campa Cons Karen F.
Duarte Martínez Luis C.
López Luviano Denisse A.
Salazar Gómez Irlanda
Valles Romo Santa E.

N02

Hermosillo, Sonora a 21 de Mayo de 2019.

ÍNDICE

Contenido Páginas

OBJETIVOS 2

INTRODUCCIÓN 3
 ANTECEDENTES 4

Adolescencia 5

Hábitos alimenticios durante la Adolescencia 6

Requerimientos Nutricios durante la Adolescencia 7

Patologías alimenticias durante la Adolescencia 10

CONCLUSIÓN 14

REFERENCIAS WEB Y BIBLIOGRAFÍA 15

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 OBJETIVOS

● Investigar acerca de los requerimientos nutricionales necesarios de la etapa

adolescente.

● Describir los cambios fisiológicos que ocurren en el adolescente.

● Establecer a qué se deben los cambios en la alimentación en el adolescente.

● Comparar las diferentes dietas que seguimos entre nosotros para poder obtener mas

conocimientos sobre los tipos alimentos o tipos de dietas que podemos incorporar a

nuestra vida

● Obtener información acerca de la nutrición en la etapa de la adolescencia

● Dar información sobre los conocimientos obtenidos mediante la exposición para

poder instruir a nuestros compañeros

● Comprender los diversos aspectos que afectan la vida alimentaria del adolescente,

así como su etiología y consecuencias.

● Conocer los trastornos alimenticios que alteran los hábitos alimenticios.

INTRODUCCIÓN

El ser humano pasa por siete etapas de vida en las cuales cada una de ellas cuenta

con características que las hace diferentes a las demás. Por ejemplo, la primera etapa es la

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etapa del embarazo donde los requerimientos nutricionales se elevan en la mujer, siendo la

alimentación una pieza medular para poder prevenir cualquier enfermedad ya sea en la

madre en o en el feto. En el aspecto nutricional, cada etapa de vida tendrá que preceder y

sustentarse de una alimentación adecuada para poder tener un mejor desarrollo. Hay

etapas específicas en las que es más importante tener una correcta alimentación para

poder alcanzar un desarrollo óptimo de crecimiento. En este caso en particular, hablaremos

de la adolescencia. La adolescencia es la antesala de la vida adulta y la podemos definir,

como el periodo de vida entre los 11 y 21 años de edad; ( Brown, 2014) donde trata

momentos profundos cambios biológicos, emocionales, sociales y cognitivos en que el niño

se desarrolla para volverse adulto. Los cambios biológicos, psicosociales y cognitivos

relacionados con la adolescencia tienen efectos directos en el estado nutricional, las

conductas desafiantes de los adolescentes pueden provocar efectos graves en su estado

nutricional, ya que buscan una aceptación social ya esto los lleva a un mal plan alimenticio,

como omitir comidas, dietas excesivas, consumo de suplementos, entre otras más; además,

las tareas de la adolescencia, similares a las que se experimentan en la etapa de la infancia

temprana, incluyen el desarrollo de una identidad personal y un sistema de valores

independiente del paterno y familiar. ( Brown, 2014) lo Durante esta etapa existirán factores

ambienta-psicológicos dónde la alimentación ( y con ello la nutrición) del adolescente se

verá mermada o tendrá un efecto negativo sobre él. (Brown, 2014) Es importante

mencionar que como en las demás etapas, ésta es importante ya que es el camión para una

adultez óptima y el camino para aún corregir malos hábitos alimenticios con el objetivo de

que pueda tener una vida más saludable y así, prevenir la obesidad y el sobrepeso que

sean convertido en epidemias que aquejan hoy por hoy no sólo a México sino a diversos

países del mundo.

ANTECEDENTES

El crecimiento físico y desarrollo acelerados que experimentan los adolescentes

aumentan en medida sus necesidades de energía, proteína, vitaminas y minerales. Sin

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embargo, la lucha por la independencia que caracteriza el desarrollo psicosocial del

adolescente a menudo origina conductas alimenticias que afectan la salud, como regímenes

dietéticos excesivos, omisión de comidas, uso de complementos nutricionales y no

nutricionales poco convencionales y adopción de dietas de moda. Estas situaciones

dispares crean un enorme reto para los profesionales de atención a la salud. (Brown, 2014)

La adolescencia temprana abarca la aparición de la pubertad, que es la

transformación física de un niño a un adulto joven. Los cambios biológicos que ocurren

durante la pubertad incluyen madurez sexual, aumentos de talla y peso, acumulación de

masa esquelética y cambios en la composición corporal. (Brown, 2014). Aunque la

secuencia de estos sucesos durante la pubertad es consistente entre los adolescentes, la

edad de comienzo, duración y sincronía de los mismos varía en gran medida de un

individuo a otro. Así, el aspecto físico de los adolescentes de la misma edad cronológica

abarca un amplio rango; estas variaciones afectan directamente las necesidades de

nutrición. Antes de hablar propiamente de las necesidades nutricias más importantes de

esta etapa es importante hablar acerca de las conductas de salud relacionadas con la

alimentación del adolescente.

Los patrones y conductas de alimentación de los adolescentes están sujetos a

muchos factores que incluyen influencia de amigos, modelos paternos, disponibilidad de

alimentos, preferencias alimenticias, costo, conveniencia, creencias personales y culturales,

medios masivos de comunicación e imagen corporal. Existen tres niveles de influencia

interactivos en las conductas alimenticias de los adolescentes: personales o individuales,

medioambientales y relativos a macrosistemas. Los factores individuales que influyen en la

conducta alimenticia contienen actitudes, creencias, preferencias alimenticias, eficacia

propia y cambios biológicos. (Brown, 2010), Los factores ambientales comprenden el

ambiente social inmediato como lo son la familia, los amigos y redes del adolescente; y

otros factores como la escuela, los establecimientos de comida rápida y normas sociales,

culturales y éticas. Los factores relativos a los macrosistemas que son los que abarcan la

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disponibilidad alimenticia, los sistemas de producción y distribución de alimentos, y los

medios masivos de comunicación y publicidad; desempeñan un papel más lejano e indirecto

en la determinación de conductas alimenticias, aunque es posible que ejerzan una

influencia importante en las conductas alimenticias. Para mejorar los patrones de

alimentación, los adolescentes se deben orientar a estos tres niveles anteriormente

mencionados. Además de la influencia de estos factores, también influye el estatus

socioeconómico y los antecedentes raciales o étnicos, ya que se ha detectado que los de

bajo nivel socioeconómico y las minorías tienen más tendencia a adoptar comportamientos

de alimentación perniciosos, lo que puede conducir a varias enfermedades y la prevalencia

del sobrepeso. (Brown, 2010)

Hábitos alimenticios durante la Adolescencia

Los hábitos alimenticios de los adolescentes no son estáticos. Fluctúan a lo largo de

la adolescencia en concordancia con los desarrollos cognitivo y psicosocial. Al tener vidas

ocupadas, los adolescentes adoptan hábitos alimentarios especiales y de riesgo como el

descuidar la alimentación saltándose comidas comiendo botanas, por desgracia los

alimentos elegidos por los adolescentes tienden a presentar contenido alto de azúcar, sodio

y grasa, y relativamente bajo de vitaminas y minerales. La frecuencia de las comidas

omitidas aumenta a medida que maduran los adolescentes. El desayuno es la comida que

se omite más a menudo, esto ocasiona en gran medida el consumo de energía, fibra,

proteína, calcio y folato, debido a la ausencia de nutrientes. Casi una cuarta parte de los

adolescentes se salta el almuerzo, esto también causa pérdida de algunos nutrientes y

macronutrientes. A los adolescentes que omiten comidas hay que recomendarles opciones

alimenticias convenientes portátiles y saludables para que lleven con ellos. (Brown, 2010)

La prevalencia del vegetarianismo en adolescentes es pequeña: alrededor de 1%

informa consumir una dieta vegetariana. Los adolescentes optan por este estilo de

alimentación por varias razones, que incluyen concepciones culturales y religiosas,

preocupaciones morales y ambientales, y creencias sobre la salud; como medio para

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restringir el consumo de carbohidratos o grasas; o ambas. Cuantos más alimentos que los

adolescentes omitan en la dieta, es más probable que existan deficiencias nutricionales. Las

dietas vegetarianas bien planeadas ofrecen muchos beneficios en la salud del adolescente,

como consumo alto de carbohidratos complejos y relativamente alto de vitaminas y

minerales que se encuentran en alimentos de origen vegetal. (Brown, 2010)

Son pocos los adolescentes que cumplen con el consumo de fruta o vegetales. Solo

el 35% de los varones y el 34% de las mujeres adolescentes cumplen con las

recomendaciones de consumo de vegetales y sólo el 23% de los varones y el 27% de las

mujeres cumplen la recomendación de consumo de frutas. El consumo de estos alimentos

es necesario en los adolescentes para promover una salud óptima y reducir el riesgo de

enfermedades crónicas, también es una gran fuente de consumo de fibra y nutrientes como

vitaminas y minerales. Es evidente que los adolescentes no consumen dietas que se

ajusten a las recomendaciones nacionales de nutrición o proporcionen las cantidades

adecuadas de todos los grupos alimenticios. (Brown, 2010)

El aumento de masa corporal magra, masa esquelética y grasa corporal se observa

en la adolescencia, es por eso que se observa que durante la pubertad hay necesidades de

energía y nutrientes mayores a cualquier otro momento de la vida, durante esta etapa los

requerimientos de energía y nutrientes corresponden al grado de maduración alcanzado.

Los consumo de estos se basan en el crecimiento adecuado en oposición con el

funcionamiento fisiológico óptimo.

Requerimientos Nutricios durante la Adolescencia

En promedio los adolescentes consumen dietas inadecuadas de varias vitaminas y

minerales, como el folato, vitaminas A, B6 y E, hierro, zinc y calcio. Las dietas consumidas

por muchos adolescentes sobrepasan las recomendaciones actuales de grasas totales y

saturadas, colesterol, sodio y azúcar lo que es malo para ellos porque este exceso podría

afectarles desarrollando sobrepeso y otras enfermedades (Brown, 2010).

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 Además del aumento de las necesidades y de los hábitos alimentarios especiales,

durante la adolescencia pueden presentarse situaciones de riesgo como el aumento de la

actividad física que varía según el sexo y el estirón puberal, por ello deben calcularse las

necesidades nutricionales teniendo en cuenta, no sólo la edad cronológica y el sexo, sino

también la edad biológica y la actividad. Una de las actividades que generalmente se

practica en la adolescencia es el deporte, aunque el deporte se considera una buena

actividad para hacer ejercicio y estar en forma, existe el riesgo de que los deportistas

tienden a tener disminución de hierro por el aumento de las pérdidas por orina, sudor y

heces, hemólisis traumática, sobre todo en los corredores, e inhibición de la eritropoyesis.

Otra situación de riesgo es la de los fumadores, ya que estos tienden a aumentar sus

requerimientos de vitamina C a más del doble, así como Beta caroteno, vitamina E y ácido

fólico. Un hábito que es muy común en los adolescentes de hoy en día es el consumo del

alcohol, según los autores Hidalgo Vicario, M. Güemes Hidalgo este afecta a la absorción

de folatos, B12, tiamina, vitamina C, vitamina A y aumenta la excreción urinaria de Zn, Mg y

calcio. El embarazo es otra de las situaciones que prevalece y es de riesgo en la nutrición

de los adolescentes, ya que esta condición aumenta las necesidades energéticas, las

correspondientes a la edad más un suplemento ligadas al tipo de actividad. También,

aumentan las necesidades de vitaminas y minerales. El embarazo en la adolescencia se

asocia con recién nacido de bajo peso y mayor mortalidad neonatal además de muchos

problemas para el propio joven. (Hidalgo M & Güemes M., 2007)

Con base en el crecimiento y desarrollo de los adolescentes, así como en los

hallazgos de consumo dietético de alimentos y nutrientes, se deben valorar las dietas de

los adolescentes para determinar la pertinencia del consumo de vitaminas y minerales,

energía, proteína, carbohidratos y fibra.

La mayoría de los adolescentes experimentan períodos o brotes de crecimiento

durante sus años de adolescencia. En estos períodos necesitarán más calorías de lo normal

para poder cubrir las demandas físicas de crecimiento. Los hombres de entre 9 y 13 años

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requieren entre 1.800 y 2.600 calorías diarias. Después, entre los 14 y los 18 años

requieren entre 2.200 y 3.200 calorías diarias. Las mujeres necesitan menos calorías que

los hombres. Normalmente presentan períodos cortos de crecimiento en comparación con

los hombres, por eso la ingesta de calorías es menor. Entre los 9 y los 13 años requieren

entre 1.800 y 2.100 calorías al día. Cuando crecen y llegan a edades comprometidas entre

los 14 y los 18 años, requieren entre 1.800 y 2.400 calorías diarias. (Healthy children 2015;

Roldan, 2019).

La cantidad exacta de calorías que necesite un adolescente dependerá de su

complexión física, de la tasa de crecimiento y de la actividad física que realice diariamente.

En la cantidad de proteína que necesita un adolescente influye la cantidad de

proteína requerida para mantener la masa corporal magra existente como la cantidad

necesaria para acumular masa corporal magra adicional durante el periodo de aceleración

del crecimiento. La proteína necesaria para adolescentes es de .85 g/kg de su peso corporal

al día. (Brown, 2014)

Las necesidades proteicas es mayor en mujeres y hombres de 11 a 13 años de edad

es de 34 gr y en hombres de 14 a 18 años la cual es 52 gr cuando el crecimiento se

encuentra en el límite superior, en mujeres de 14 a 18 años de edad es de 46 gr. Cuando

estos consumos de proteínas son inadecuados de manera constante, pueden observarse

reducciones en el crecimiento linear, retraso en la maduración sexual y reducción en la

acumulación de masa corporal magra. (Brown, 2010; Brown, 2014)

Los carbohidratos son la principal fuente de energía proveniente de la dieta para el

organismo. El consumo recomendado de carbohidratos para adolescentes es de 130 gr al

día o 45 a 65% de las necesidades energéticas diarias. (Brown, 2014)

La fibra dietética es importante para la función intestinal normal, participa en la

prevención de enfermedades crónicas, entre otros beneficios. El consumo promedio de fibra

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en hombres de 10 a 18 años de edad es de 15.5 a 34.5 g/día y en mujeres de 10 a 18 años

de edad es de 16 a 28.5 g/día. (Brown, 2014)

El cuerpo necesita grasa dietética y ácidos grasos esenciales para el crecimiento y

desarrollo. El consumo de energía y macronutrientes en adolescentes plantea que alrededor

de 32% de las calorías totales consumidas se deriva de grasa. (Brown, 2014)

Patologías alimenticias durante la Adolescencia

La adolescencia son etapas clave de la vida tanto desde el punto de vista de

alimentación como de la salud. Como se mencionó anteriormente, la infancia va quedando

atrás y las pautas de alimentación marcadas por los padres van desapareciendo. Por lo

cual, el adolescente comienza a elegir sus propios hábitos de vida, que, a veces, son

atraídos por la rebeldía o una búsqueda de una mejor imagen estética, sanitaria o desde el

punto de vista funcional; estos factores casi siempre se toman con un conocimiento

mediocre o pobre. (Casanueva, E. 2008).

Indudablemente, el período de la adolescencia, es donde se contempla el desarrollo

a un nivel muy alto, como el crecimiento de los huesos o de los músculos y en el cual, al

mismo tiempo hay grandes riesgos de cualquier desequilibrio o deficiencia nutricional; ya

que cualquier decisión errónea intervendrá en la salud futura. (Casanueva, E. 2008).

Dentro de este contexto, entramos al abismo de los trastornos nutricionales más

usuales en la adolescencia; los cuales tienen un eje en común con diversos antecedentes,

desde la historia familiar del paciente hasta el desasosiego por la comida , el peso,

manifestación de ambicionar el perfeccionismo (una buena imagen corporal, por ejemplo) o

baja autoestima. Los factores que se acaban de mencionar en el párrafo anterior, son

característicos de un inicio de patologías nutricionales, pero, igualmente hay otras

circunstancias ajenas, como elementos socioculturales, familiares y genéticos. (Requejo, A.

2002).

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 Examinemos brevemente cuales son las principales patologías alimenticios.

Primeramente encontramos a la anorexia nerviosa, la cual, su principal característica es la

suspensión de consumo de alimentos de forma voluntaria, ésta se revela por primera vez en

la adolescencia, siendo las mujeres más afectadas por principios ambientales, psicosociales

y hasta genéticos (alrededor del 10% de los varones afligen anorexia nerviosa). El principal

propósito de las personas afectada patológicamente, están en un constante deseo

irresistible por estar delgado o delgada, haciendo todo lo que esté a su alcance para

conseguirlo, inclusive el uso de procedimientos como una dieta estricta, vómito

autoinducido, abuso de laxantes, diuréticos, etcétera. Las manifestaciones clínicas de la

anorexia nerviosa son variadas como la aparición de vello blando y suave (lanugo), cabello

quebradizo, intolerancia al frío, cambio de coloración en las extremidades superiores e

inferiores y la más afectante es la desnutrición, trayendo consigo el debilitamiento del

sistema inmunitario, arritmias, insuficiencia cardiaca, deficiencia de hierro, entre otros.

(Casanueva, E. 2002)

Por consiguiente, encontramos a la bulimia, esta se caracteriza porque las personas

afectadas compensan los efectos de la ingestión excesiva con vómito auto inducido y, otras

maniobras de purga, o ambas; al igual que las personas con anorexia, recurren a una

hiperactividad física y en ocasiones al ayuno; una particularidad es que se puede presentar

en individuos con peso normal, bajo o sobrepeso. Asimismo, la bulimia suele ser un

trastorno oculto, ya que puede pasar desapercibido, y se vive con sentimientos de

vergüenza y culpa; por ello, la persona afectada suele pedir ayuda cuando el problema ya

está avanzado. Los signos clínicos de la bulimia, en veces, son difíciles de detectar, debido

a que los pacientes no pierden peso, o lo mantienen normal y la conducta que llevan

permanece en secreto; aun así entre los más típicos están los signos de Russell, los cuales

se detectan en los dedos de la manos, estos presentan callosidades debido a la frecuente

introducción de los dedos a la cavidad orofaríngea. Otro aspecto de la bulimia es el la

tumefacción de las glándulas salivales, debido a la frecuente acción de vomitar e igualmente

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el desgaste del esmalte dental que se encuentra en los dientes, esto se debe a que el

vómito contiene HCL, lo cual incrementa el contacto con los dientes. También, hay

deshidratación, irritación de la garganta, pérdida de electrolitos, esofagitis, etcétera.

(Tannenhaus, N. 1995), (Casanueva, E. 2002).

Según estudios de Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, TR-IV

(DSM IV-TR), los tratamientos para éste padecimiento nutricional se debe realizar con un

modelo multidisciplinario, ya que se manejan diversos modelos terapéuticos como la terapia

grupal, individual o familiar. De acuerdo a la experiencia de Barriguete afirma que lo

importante es que el equipo multidisciplinario trabaja en conjunto con el paciente y la familia,

se debe incluir una valoración completa por parte del nutriólogo, psicólogo, del médico y del

psiquiatra, para conocer la dimensión física y emocional tanto de la paciente como de la

familia. (Barriguete, J. s.f.), (Casanueva, E. 2002).

Habrá que mencionar también a la obesidad, puesto que en los últimos años ha

incrementado el porcentaje de obesidad en adolescentes que ya traían ese problema desde

la niñez. La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un aumento en la masa

grasa y por consiguiente un incremento de peso. De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana

para el Manejo Integral de la Obesidad, NOM-174-SSA1-1998 se denomina obesidad, a la

enfermedad caracterizada por el exceso de tejido adiposo en el organismo. Las principales

comorbilidades de esta enfermedad están ligadas a la alta tasa de morbilidad y mortalidad

prematura. Dentro de las complicaciones, con el aumento del índice de masa corporal, se

observa un incremento en la prevalencia del síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2,

hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, entre otras. (Secretaria de Salud,

1998).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las causas fundamentales de la

actual pandemia de obesidad son los estilos de vida sedentarios y las dietas con alto

contenido en grasa. (OMS, s.f.).

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 La obesidad ginoide se caracteriza por la acumulación de grasa en las caderas y

muslos entretanto, la obesidad androide o central tiene forma de manzana, en este tipo de

obesidad, la grasa se acumula en la mitad superior del cuerpo. Las adolescentes son más

propensas a sufrir obesidad ginoide, mientras que los hombres la obesidad androide está

más inclinada hacia ellos. Los tratamientos que se deben seguir para contrarrestar la

obesidad es inducir a la persona a cambiar sus hábitos de alimentación con dietas

hipocalóricas personalizadas, evidentemente compuesta por un profesional. (Casanueva,

E. 2002).

CONCLUSIÓN

Como conclusión, podemos afirmar que en general la adolescencia es la etapa donde los

déficits de macronutrientes, oligoelementos, vitaminas y minerales se elevan gradualmente

a tal edad, es decir, el problema principal de los adolescentes no suele ser carencial, más

bien, se debe a un desequilibrio alimentario o de exceso de nutrientes, con el riesgo de

obesidad y enfermedades relacionadas con un desorden en la dieta. En este sentido, la

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adolescencia es un momento ideal para la promoción de la salud, con la instauración de

hábitos de vida y alimentación saludables.

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