Amado Nervo
Amado Nervo
Amado Nervo
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida , más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer (adoptó dicho
sobrenombre siguiendo los pasos de su hermano, el pintor Valeriano Bécquer) (Sevilla, 17 de febrero
de 1836 – Madrid, 22 de diciembre de 1870), fue un poeta y narrador español, perteneciente al
movimiento del Romanticismo.
Biografía
Nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, hijo del pintor José Domínguez Insausti, que firmaba sus
cuadros con el apellido de sus antepasados como José Domínguez Bécquer. Su madre fue Joaquina
Bastida de Vargas. Por el lado paterno descendía de una noble familia de comerciantes de origen
flamenco, los Becker o Bécquer, establecida en la capital andaluza en el siglo XVI; de su prestigio da
testimonio el hecho de que poseyeran capilla y sepultura en la catedral misma desde 1622.
Fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo Mártir. Sus antepasados directos, empezando por su
mismo padre, José Domínguez Bécquer, fueron pintores de costumbres andaluzas, y tanto Gustavo
Adolfo como su hermano Valeriano estuvieron muy dotados para el dibujo. Valeriano, de hecho, se
inclinó por la pintura. Sin embargo el padre murió el 26 de enero de 1841, cuando contaba el poeta
cinco años y esa vocación pictórica perdió el principal de sus apoyos. En 1846, con diez años,
Gustavo Adolfo ingresa en el Colegio de Náutica de San Telmo, en Sevilla, donde recibe clases de un
discípulo del gran poeta Alberto Lista, Francisco Rodríguez Zapata, y conoce a su gran amigo y
compañero de desvelos literarios Narciso Campillo. Pero los hermanos Bécquer quedaron huérfanos
también de madre al año siguiente, el 27 de febrero de 1847, y fueron adoptados entonces por su tía
María Bastida y Juan de Vargas, que se hizo cargo de sus sobrinos, aunque Valeriano y Gustavo se
adoptaron desde entonces cada uno al otro y emprendieron de hecho muchos trabajos y viajes juntos.
Se suprimió el Colegio de Náutica y Gustavo Adolfo quedó desorientado. Pasó a vivir entonces con
su madrina Manuela Monahay, acomodada y de cierta sensibilidad literaria. En su biblioteca el poeta
empezó a aficionarse a la lectura. Inició entonces estudios de pintura en los talleres de Antonio Cabral
Bejarano y Joaquín Domínguez Bécquer, tío de Gustavo, que pronosticó «Tú no serás nunca un buen
pintor, sino mal literato», aunque le estimuló a que estudiara y le pagó los estudios de latín. Tras
ciertos escarceos literarios (escribe en El trono y la Nobleza de Madrid y en las revistas sevillanas La
Aurora, El Porvenir y "mi amor profundo"). Marchó a Madrid con el deseo de triunfar en la literatura
en 1854. Sufrió una gran decepción y sobrevivió en la bohemia de esos años. Para ganar algún dinero
el poeta escribe, en colaboración con sus amigos (Julio Nombela y Luis García Luna), comedias y
zarzuelas como La novia y el pantalón (1856), bajo el pseudónimo de Gustavo García en que satiriza
el ambiente burgués y antiartístico que le rodea, o La venta encantada, basada en Don Quijote de la
Mancha. En ese año fue con su hermano a Toledo, un lugar de amor y de peregrinación para él, a fin
de inspirarse para su futuro libro Historia de los templos de España. Le interesan por entonces el
Byron de las Hebrew Melodies o el Heine del Intermezzo a través de la traducción que Eulogio
Florentino Sanz realiza en 1857 en la revista El Museo Universal. Fue precisamente en ese año, 1857,
cuando apareció la cruel tuberculosis que le habría de enviar a la tumba. Tuvo un modesto empleo
dentro de la Dirección de Bienes Nacionales y perdió el puesto, según cierta leyenda, por sorprenderlo
su jefe dibujando. Su pesimismo va creciendo día a día y sólo los cuidados de su patrona en Madrid,
de algunos amigos y de Valeriano le ayudaron a superar la crisis. Ese año empieza un ambicioso
proyecto inspirado por El genio del Cristianismo de Chateaubriand: estudiar el arte cristiano español
uniendo el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia: «La tradición religiosa es el eje de
diamante sobre el que gira nuestro pasado. Estudiar el templo, manifestación visible de la primera,
para hacer en un sólo libro la síntesis del segundo: he aquí nuestro propósito». Pero sólo saldrá el
primer tomo de su Historia de los templos de España, con ilustraciones de Valeriano.
Hacia 1858 conoció a Josefina Espín, una bella señorita de ojos azules, y empezó a cortejarla; pronto,
sin embargo, se fijó en la que sería su musa irremediable, la hermana de Josefina y hermosa cantante
de ópera Julia Espín, en la tertulia que se desarrollaba en casa de su padre, el músico Joaquín Espín,
maestro director de la Universidad Central, profesor de solfeo en el Conservatorio y organista de la
Capilla Real, protegido de Narváez. Gustavo se enamoró (decía que el amor era su única felicidad) y
empezó a escribir las primeras Rimas, como Tu pupila es azul, pero la relación no llegó a consolidarse
porque ella tenía más altas miras y le disgustaba la vida bohemia del escritor, que aún no era famoso;
Julia dio nombre a una de las hijas de Valeriano. Durante esta época empezó a escuchar a su admirado
Chopin. Después (entre 1859 y 1860) amó con pasión a una "dama de rumbo y manejo" de
Valladolid, Elisa Guillén, pero la amante se cansó de él y su abandono lo sumió en la desesperación.
Después se casó precipitadamente con Casta Esteban.
En 1860 publica Cartas literarias a una mujer en donde explica la esencia de sus Rimas que aluden a
lo inefable. En la casa del médico que lo trata de una enfermedad venérea, Francisco Esteban,
conocerá a la que será su esposa, Casta Esteban Navarro. Contrajeron matrimonio en el 19 de mayo
de 1861. De 1858 a 1863, la Unión Liberal de O'Donnell gobernaba España y en 1860, González
Pravo, con el apoyo del financiero Salamanca, funda El Contemporáneo, dirigido por José Luis
Albareda, en el que participan redactores de la talla de Juan Valera. El gran amigo de Bécquer,
Rodríguez Correa, ya redactor del nuevo diario, consiguió un puesto de redactor para el poeta
sevillano. En este periódico, y hasta que desaparezca en 1865, hará crónica de salones, política y
literatura; gracias a esta remuneración viven los recién casados. En 1862 nació su primer hijo,
Gregorio Gustavo Adolfo, en Noviercas (Soria) donde posee bienes la familia de Casta y donde
Bécquer tuvo una casita para su descanso y recreo. Empieza a escribir más para alimentar a su
pequeña familia y, fruto de este intenso trabajo, nacieron varias de sus obras.
Pero en 1863 padeció una grave recaída en su enfermedad, de la que se repuso, sin embargo, para
marchar a Sevilla con su familia. De esa época es el retrato hecho por su hermano que se conserva en
el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Trabaja con su hermano Valeriano, cuya relación con Casta no
era buena, debido a que ella no soporta su carácter y su constante presencia en casa. González Pravo,
amigo y mecenas de Gustavo, le nombra censor de novelas en 1864 y el escritor vuelve a Madrid,
donde desempeña este trabajo hasta 1867 con veinticuatro mil reales de sueldo. En este último año
nace su segundo hijo, Jorge Bécquer.
En 1866 ocupa de nuevo el cargo de censor hasta 1868; es este un año tétrico para Bécquer: Casta le
es infiel, su libro de poemas desaparece en los disturbios revolucionarios y para huir de ellos marcha a
Toledo, donde permanece un breve tiempo. En diciembre nace en Noviercas su tercer hijo, Emilio
Eusebio, dando pábulo a su tragedia conyugal, pues se dice que este último hijo es del amante de
Casta. Es más, Valeriano discute con Casta continuamente. Sin embargo, los esposos aún se escriben.
Pasa entonces otra temporada en Toledo, de donde sale para Madrid en 1870 a fin de dirigir La
Ilustración de Madrid, que acaba de fundar Eduardo Gasset con la intención de que lo dirigiera
Gustavo Adolfo y trabajara en él Valeriano como dibujante. Pero el 22 de diciembre muere Gustavo
durante un eclipse total de sol; un poco antes, en septiembre, había muerto su hermano Valeriano.
Mientras agonizaba, pidió a su amigo el poeta Augusto Ferrán que quemase sus cartas («serían mi
deshonra») y que publicasen su obra («Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de
que muerto seré más y mejor conocido que vivo»); pidió también que cuidaran de sus hijos. Sus
últimas palabras fueron «Todo mortal». Ferrán y Correa se pusieron de inmediato a preparar la
edición de sus Obras completas para ayudar a la familia; salieron en 1871 en dos volúmenes; en
sucesivas ediciones fueron añadidos otros escritos. Los restos de los dos hermanos fueron trasladados
en 1913 a Sevilla, donde actualmente reposan. Hay un monumento en recuerdo de Gustavo Adolfo en
el centro de Sevilla
Análisis de su obra
Cuando escribe Bécquer está en pleno auge el Realismo, cuando otros autores adscritos a esta
tendencia (Campoamor, Tamayo y Baus, Echegaray) se reparten el favor del público. La poesía
triunfante está hecha a medida de la sociedad burguesa que consolidará la Restauración, y es prosaica,
pomposa y falsamente trascendente. Pero una notable porción de líricos se resistió a sumarse a esa
corriente, y además hallaban vacía y retórica la poesía de la lírica esproncediana, la del apogeo
romántico, que aún encontraban cultivada con gusto general en autores como José Zorrilla. El
Romanticismo que les atrae ya no es el de origen francés o inglés, sino alemán, especialmente el de
Heine, al que leen en traducción francesa -en especial la de Gérard de Nerval- o española -de Eulogio
Florentino Sanz, amigo de Bécquer. Estos autores forman el ambiente prebecqueriano: Augusto
Ferrán, Ángel María Dacarrete y José María Larrea. Todos estos poetas buscaban un lirismo intimista,
sencillo de forma y parco de ornamento, refrenado en lo sensorial para que mejor trasluzca el sentir
profundo del poeta. Es una lírica no declamatoria, sino para decir al oído.
Las Rimas de Bécquer iban a ser costeadas y prologadas por su amigo, el ministro de la Unión Liberal
de O'Donnell Luis González Bravo, pero el ejemplar se perdió en los disturbios revolucionarios de
1868. Algunas sin embargo habían aparecido ya en los periódicos de entonces entre 1859 y 1871: El
Contemporáneo, El Museo Universal, La Ilustración de Madrid y otros. El poeta, con esta ayuda, con
la de su memoria y la de sus amigos reconstruyó el manuscrito, que tituló Libro de los gorriones y se
conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. Más tarde lo editarán sus amigos con un prólogo de
Rodríguez Correa en dos volúmenes con el título de Rimas y junto a sus Leyendas en prosa, en 1871,
para ayudar a la viuda y sus hijos. En sucesivas ediciones se amplió la selección. A partir de la quinta
la obra consta ya de tres volúmenes. Iglesias Figueroa recogió en tres tomos Páginas desconocidas
(Madrid: Renacimiento, 1923), con otra porción sustancial del corpus becqueriano. Gamallo Fierros
editó además en cuatro volúmenes sus Páginas abandonadas. Jesús Rubio ha editado dos álbumes de
Julia Espín con textos y dibujos de Gustavo dedicados a su musa, a la que no olvidaría nunca. Se trata
de ochenta y cuatro composiciones breves, de dos, tres o cuatro estrofas, muy raramente más, por lo
general asonantadas con metros muy variados, de acuerdo con la poesía romántica.
Bécquer solía repetir la frase de Lamartine de que «la mejor poesía escrita es aquella que no se
escribe». Es así en sus setenta y seis cortas Rimas breves como arpegios, ya que concentró en ellas la
poesía que hubiera querido verter en numerosos poemas más extensos que no escribió. El influjo de
Bécquer en toda la poesía posterior escrita en castellano es importante, esbozando estéticas como el
Simbolismo y el Modernismo en muchos aspectos. Frente al Romanticismo altisonante y byroniano
de un José de Espronceda, Bécquer representa el tono íntimo, al oído, de la lírica profunda. Su
«Himno gigante y extraño» rompe con la tradición de la poesía civil y heroica de Manuel José
Quintana y los colores vistosos y la historia nacional de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, o José
Zorrilla, para meditar profundamente sobre la creación poética, el amor y la muerte, los tres temas
centrales de las Rimas. Manuel Altolaguirre afirmó que la poesía de Bécquer es la más humana del
Romanticismo español. Esta rara originalidad le valió el desprecio de Núñez de Arce, quien, acaso
por su ideología liberal contraria al tradicionalismo becqueriano, calificó sus Rimas de «suspirillos
germánicos». Pero Bécquer meditó profundamente sobre la poesía e intentó reflejar el concepto
inasible que tenía de la misma en las Cartas literarias a una mujer, en forma de un largo comentario a
la Rima XXI, concluida en el verso «poesía eres tú». Un tú que podía ser también dañoso y cruel,
como demuestra la rima descubierta por José María Díez Taboada.
Los modelos poéticos de Bécquer fueron varios; en primer lugar, Heine; W. S. Hendrix señaló
además a Byron y Dámaso Alonso a Alfred de Musset; también el conde Anastasius Grün, y sus
amigos poetas españoles, en especial Augusto Ferrán. De todos hay rastros en su poesía.
Pero, aparte de su importante lírica, Gustavo Adolfo Bécquer fue también un gran narrador y
periodista. Escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al
género del relato gótico o de terror, otras, auténticos esbozos de poesía en prosa, y otras narraciones
de aventuras. María Rosa Alonso encontró en ellas siete temas principales:
El oriental y exótico.
La muerte y la vida de ultratumba
El embrujamiento y la hechicería
El tema religioso
Las inspiradas en el Romancero
Las de tendencia animista.
Bécquer demuestra ser un prosista a la altura de los mejores de su siglo, pero es de superior
inspiración e imaginación y un maestro absoluto en el terreno de la prosa lírica. En sus descripciones
se echa de ver el profundo amor del poeta por la naturaleza y el paisaje castellano. Escribió además
las Cartas desde mi celda en el Monasterio de Veruela, a las faldas del Moncayo adonde fue a
reponerse de su tuberculosis o tisis, enfermedad entonces mortal; sus cartas desbordan vitalidad y
encanto. No se ha estudiado todavía su obra periodística.
Bécquer es, a la vez, el poeta que inaugura —junto a Rosalía de Castro— la lírica moderna española y
el que acierta a conectarnos de nuevo con la poesía tradicional. Las Rimas se encuadran dentro de dos
corrientes heredadas del Romanticismo: la revalorización de la poesía popular (que la lírica culta
había abandonado en el siglo XVIII) y la llamada «estética del sentimiento». El ideal poético de
Bécquer es el desarrollar una lírica intimista, expresada con sinceridad, sencillez de forma y facilidad
de estilo. Bécquer y sus Rimas son el umbral de la lírica en español del siglo XX. Rubén Darío,
Miguel de Unamuno, los hermanos Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Rafael
Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y otros lo han
considerado como figura fundacional, descubridora de nuevos mundos para la sensibilidad y la forma
expresiva.
Entre sus amistades siempre se le apreció su madera de dibujante y colaboró varias veces con su
hermano Valeriano. Destaca su gran técnica y refleja su mundo interior. La vida y la muerte están
entrelazados en la mayoría de sus dibujos de sus serie Les morts pour rire. Bizarreries. Las escenas
dibujadas provocan la risa, el reírse de la muerte.
También realizó dibujos en donde representa sus mundos imaginarios reflejados en sus Rimas y
Leyendas.
Julia Espín también abarca gran parte de la obra pictórica de Bécquer, reflejándola en distintas
situaciones.
Obra
Historia de los templos de España, Madrid, 1857, publicada sólo el tomo I.
Leyendas
Teatro
La novia y el pantalón
La venta encantada
Las distracciones
La cruz del valle
Tal para cual
Hoy salió sol
Otras obras
Amado Nervo
Biografía
El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad
el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero
apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un
nombre tan adecuado a un poeta.
En 1900 viajó a París, enviado como corresponsal del periódico El Imparcial a la Exposición
Universal. Allí se relacionó con Catulle Mendés, Moréas, Valencia, Lugones, con Oscar Wilde,
y otra vez con Darío estableciendo con éste fraternal amistad, pero posiblemente le
influenció más el primer encuentro con Ana Cecilia Luisa Daillez, el gran amor de su vida,
cuya prematura muerte en 1912 le inspiraría los poemas de La Amada Inmóvil, publicado
póstumamente en 1922. Con su estancia en Europa tiene la oportunidad de viajar por varios
países y de escribir Poemas (1901), El éxodo y las flores del camino , Lira heroica (1902),
Las voces (1904) y Jardines interiores (1905).
Vuelve a tener trato con la pobreza y la soledad después de que El Imparcial le canceló la
corresponsalía y tuvo que atenerse a sus propias fuerzas para poder vivir.
... Y dos novelas más: Pascual Aguilera y El domador de almas; una zarzuela, Consuelo,
representada en 1899;... y posiblemente más trabajos, difíciles de clasificar por fecha y
género.
¡Está bien!
¡Oh Cristo!
Porque contemplo aún albas radiosas
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas «Ya no hay un dolor humano que no sea mi
en que tiembla el lucero de Belén, dolor;
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se
gracias, ¡está bien! angustia
sin que yo me angustie y llore;
Porque en las tardes, con sutil desmayo,
piadosamente besa el sol mi sien, ya mi corazón es lámpara fiel de todas las
y aun la transfigura con su rayo: vigilias,
gracias, ¡está bien! ¡oh Cristo!
Porque en las noches una voz me nombra »En vano busco en los hondos escondrijos de
(¡voz de quien yo me sél), y hay un edén mi ser
escondido en los pliegues de mi sombra:
para encontrar algún odio: nadie puede herirme
gracias, ¡está bienI
ya
Porque hasta el mal en mí don es del cielo, sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy
pues que, al minarme va, con rudo celo, todos,
desmoronando mi prisión también; ¡oh Cristo!
porque se acerca ya mi primer vuelo:
gracias, ¡está bien! »¡Qué importan males o bienes! Para mí todos
son bienes.
El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.
Poemas de Amado Nervo ¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de
celeste esencia,
purpúreas como la sangre que vertiste por
nosotros,
¡oh Cristo!»
Los bosques tropicales se encuentran cerca del ecuador donde los niveles de temperatura y
luz permanecen más o menos constantes durante todo el año. En los lugares donde la lluvia
está distribuida uniformemente durante el año, se presentan los bosques lluviosos
tropicales; en los casos en los que los niveles de precipitación varían y hay una estación
seca pronunciada, existen los bosques tropicales húmedos; y en las áreas con menos
humedad, se presentan los bosques secos y las sabanas.
Zonas Templadas
En las zonas templadas,situadas entre las regiones polares y los trópicos y en ambos
hemisferios, hay muchas regiones de clima y vegetación diferentes. Desiertos, praderas y
gran diversidad de bosques ocupan estas zonas, en climas que oscilan del calor subtropical
al frio casi polar. Donde hay sificiente humedad, la cobertura natural de las zonas templadas
es el bosque.
La mayor zona de la región templada boreal está ocupada por el bosque de coníferas,
cuyos árboles tienen que luchar con el suelo pobre y los largos inviernos.
Más al sur, las coníferas resistentes al frío dan paso gradualmente a los árboles
caducifolios templados. En las zonas en las que predominan las precipitaciones suelen ser
de lluvia, distribuida durante todo el año. Los inviernos son más cortos, pero son todavía tan
fríos que la fotosíntesis y el crecimiento se reducen, y los árboles aumentan su eficacía
entrando en un periodo de adormecimiento y perdiendo sus hojas vulnerables a las heladas.
Las hojas caídas se descomponen
produciendo un suelo rico en humus que nutre a numerosos sotobosques; éste suele
aparecer en primavera cuando aún no se ha desarrollado la cubierta de hojas en los árboles
y el suelo del bosque recibe abundante sol.
Los bosques caducifolios templados cubrían originalmente casi toda la parte oriental de
América del Norte, casi toda europa (exepto escandinavia, las regiones montañosas
elevadas y la región mediterránea), partes de Japón, el este y norte de Asia Central y partes
del sur de chile y Argentina en América del Sur. Entre éstas regiones se encuentran algunas
de las regiones más explotadas por el hombre, por lo que en muchos casos, en la actualidad
subsisten muy poco de estos bosques originales, y muchos de sus animales se han
adaptado a la vida en campos, setos y eriales.
La Sabana
La sabana es una llanura con un clima tal que la vegetación predominante son las
gramíneas, salpicada por algún árbol, arbusto o matorral individual o en pequeños grupos.
Normalmente, las sabanas son zonas de transición entre bosques y estepas. Estas zonas se
encuentran en diferentes tipos de ecosistemas y existen varios tipos:
Las sabanas de África son típicas de unas de las mas húmedas, siendo la más famosa la del
Serengueti que está en Tanzania. Las sabanas de los Llanos colombo-venezolanos
constituyen las típicas sabanas de clima Aw (o clima de sabana). En el sur de Honduras se
presenta tambièn una zona tìpica de sabana.
Sabanas templadas
El nombre más frecuente de este bioma es el de praderas, que son biomas localizados en
latitudes medias de los cinco continentes, caracterizados por poseer un clima de veranos
más húmedos e inviernos fríos y secos:
Desierto
Los desiertos tienen algunas características en común. El suelo del desierto está compuesto
a menudo de arena, y puede haber dunas. El terreno rocoso es típico (un desierto cuyo
suelo es de rocas o guijarros se llama con la palabra árabe hamada), y refleja el bajo grado
de desarrollo del suelo, y la escasez de vegetación. Las tierras bajas pueden ser salares. Los
procesos eólicos son factores importantes en la formación del paisaje.
Ecosistema marino
Los ecosistemas marinos están dentro de los ecosistemas acuáticos. Incluyen los océanos,
mares, marismas, etc. La vida surgió y evolucionó en el mar. El medio marino es muy
estable, si lo comparamos con los hábitantes terrestres o de agua dulce. Las temperaturas
de las grandes masas oceánicas varían poco, así como la salinidad del agua (3,5%). La
composición iónica del agua del mar es similar a la de los fluidos corporales de la mayoría
de los organismos marinos, lo que soluciona la regulación osmótica.
En el medio oceánico la luz solar penetra en el mar tan sólo unos 200 metros, a mayor
profundidad, las aguas se encuentran en oscuridad absoluta. A la zona iluminada del mar se
le denomina región fótica. A la zona oscura región afótica.
El principal problema en el océano es la gran distancia entre la zona fótica (superficial) y los
nutrientes (sedimentados en aguas profundas). Donde hay luz para la producción primaria
hay pocos nutrientes inorgánicos, y viceversa. No es de extrañar, pues, que las zonas con
mayor productividad sean aquellas en que las aguas profundas, frías y cargadas de
nutrientes afloran a la superficie; tales zonas se conocen como afloramientos; en ellas el
fitoplancton se desarrolla de modo extraordinario, y puede mantener una cadena trófica con
muchos eslabones; por ese motivo son las zonas más ricas en pesca.
Manglar
Los manglares son biotopos (conjuntos de hábitat) tropicales y subtropicales anfibios (con
características acuáticas y terrestres), localizados en la zona intermareal (entre pleamar y
bajamar), de costas protegidas o poco expuestas -golfos y ensenadas, marismas y estuarios
o desembocaduras de ríos- con fondos blandos (de arenas, limos o arcillas, nunca rocosos)
y que reciben periódicamente agua dulce por escorrentía. Los manglares están
caracterizados por la predominancia, en un sitio dado, de unas pocas especies de una
cohorte de 20 géneros y 54 especies de árboles (mangles) pertenecientes a muy diversas
familias (16), a las cuales se asocian muchas otras especies de plantas herbáceas y leñosas;
todas ellas poseen en común la propiedad de tolerar condiciones extremas de salinidad y
bajas tensiones de oxígeno en aguas y suelo, para lo cual han evolucionado adaptaciones
especiales fisiológicas o anatómicas.
En ti (Marcos Witt)
E A
En Tí confia mi corazón.
B A E B/D# C#m
En Tí reposa mi alma, mi ser.
F#m Bsus4 B
En Tí puedo ser feliz.
C D E
Porque se que estás obrando.
C D E
Tu perfecta voluntad.
C D E
En mi vida estás obrando.
C D E
Tú perfecta voluntad.