Elevacion Juicio Testimonios A
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constituido en el estudio de su letrado Dr. Alfredo A.A. Solari en la Av.
Córdoba 1417 7° “A” de la ciudad de Buenos Aires; Manuel Jacinto García,
argentino, nacido el 22 de spetiembre de 1924, hijo de Manuel y de Luisa
Tallada, LE n° 4.457.395, con domicilio constituido en la Defensoría General
en Paraguay 1855 1° piso; Oscar Antonio Montes, argentino, nacido el 17 de
marzo de 1924, DNI n° 4.213.485 hijo de Florentino y de Estela Curtis,
Cédula de Identidad n° 2.010.981, con domicilio constituido en el estudio del
Dr. Adolfo Antonino Casabal Elía en la calle Uruguay 634 7° “N” de la
ciudad de Buenos Aires, y de Héctor Antonio Febrés, conocido como
“Gordo Daniel” o “Selva” u “Orlando”, nacido el 10 de septiembre de 1941
hijo de Carlos Buenaventura y de Edelmira Méndez;
Y CONSIDERANDO:
CUESTIONES PRELIMINARES.
A) Luego de la reapertura de las presentes actuaciones, y de
conformidad con las normas que eran aplicables al caso y la situación procesal
de aquellos que estaban involucrados en la causa 761, la Cámara de
Apelaciones del fueron entendió:
1) que esas actuaciones identificadas bajo el n° 761 debían ser
remitidas a sorteo para que sea un tribunal de primera instancia el que
continúe con su sustanciación y determine sobre el mérito de la prueba y la
responsabilidad de los involucrados en los hechos que constituyen su objeto
procesal y
2) que la ley normativa aplicable debía ser la correspondiente a la
ley 23.984 que instauró nuevas reglas procedimentales para la sustanciación
del proceso que, entre otros aspectos, incorporó el tribunal de juicio oral para
el dictado de la sentencia definitiva.
A la luz de esas pautas, y radicado el legajo en este Tribunal, fue
necesario efectuar un análisis de las condiciones en las cuales se habían
recibido las declaraciones indagatorias y resuelto las situaciones procesales de
los imputados, puesto que como la ley adjetiva exige determinadas
formalidades, fue necesario establecer la coherencia y el mínimo respeto al
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Para evitar eventuales confusiones, se adopta la misma
numeración indicada por los señores camaristas en su indagatoria, sumándole
además la identidad de la víctima (ver en este sentido el decreto del 20 de
febrero de 1987 de fs. 3849 donde la Cámara Federal determina en concreto
los hechos por los cuales habrá de recibir declaración indagatoria y le otorga
una numeración).-
HECHOS.
1) Arnaldo Rodolfo Gremico.
Fue privado de su libertad el 16 de abril de 1976 en su domicilio
de la de la Av. San Martín 771 Dto. “2” de Vicente López a las 05,00 hs.
aproximadamente, por un grupo de personas armadas -algunos vestidos de
verde y otros de civil- que se identificaron como pertenecientes a la Policía
Federal Argentina. Fue trasladado a la Escuela de Mecánica de la Armada en
una camioneta, encapuchado. Fue alojado en el lugar conocido como
“capuchita”. Fue integrrogado en varias oportunidades y en una de ellas fue
torturado con pasajes de corriente eléctrica sobre su cuerpo y sometido a
simulacros de fusilamiento y a condiciones inhumanas de vida. Fue liberado
en la calle Juana Azurduy y las vías del ferrocarril Mitre al poco tiempo.
En tal sentido se cuenta con el testimonio que la propia víctima
ofreció ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas el 6 de
agosto de 1984 (ver fs. 2 del legajo con doble numeración 1/85 “Gremico
Armando).-
En dicho testimonio brindó una descripción del edificio donde se
lo tenía alojado luego de su secuestro, que por sus características, concuerda
con la construcción y ubicación geográfica del Casino de Oficiales de la
Escuela de Mecánica de la Armada. En efecto, la víctima ha relatado que fue
llevado en un vehículo con capucha hasta un lugar que parecía un jardín, con
árboles y luego, caminando, lo hicieron subir unos cinco escalones llevándolo
hasta un ascensor donde sube uno dos o tres pisos llegando hasta un lugar
donde había una escalera empinada. Lo dejaron en un lugar donde pudo
distinguir un gran tanque de agua. A esa conclusión arribó pues podía
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escuchar el sonido del agua cayendo. Pudo notar que en ese lugar había otras
personas en su misma situación. Además, relató un episodio en el cual pudo
levantarse la capucha y observar a través de una ventana una avenida que
identificó como la del Libertador, a la empresa Gillette y a un ómnibus de la
línea de colectivo urbano de pasajeros n° 15. Sumó a ello sonidos de avión y
ferrocarril que le dieron las pautas necesarias para concluir que se encontraba
dentenido en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Dijo además que las personas que compartían cautiverio con él,
en ese lugar -seguramente “capuchita”, se quejaban y proferían lamentos por
lo que dedujo que habían sido torturados.-
Además de estos aspectos relacionados con el lugar donde lo
mantuvieron alojado, mencionó el trato que le dispensaron sus captores.
Además de mantenerlo encapuchado y maniatado, lo bajaron por la escalera
(unos dos o tres pisos) hasta lo que Gremico supuso que se trataba de un
sótano, donde lo desvistieron y lo acostaron en una cama, donde lo mojaron y
le aplicaron pasajes de corriente eléctrica en su cuerpo a medida que lo iba
interrogando con relación a cosas que habían hallado en su domicilio, a sus
tareas en el Patrido Comunista y sobre personas que militaban en Montoneros
cerca de su zona. Particularmente le preguntaron sobre los Lizaso y otros
nombres que no pudo reconocer. Luego de ello fue llevado nuevamente a
“capuchita” donde lo dejaron desnudo, con grilletes en los pies, esposado
fijado a una bala de cañón. Luego de dos o tres días fueron a buscarlo
nuevamente, le sacaron los grilletes y las esposas, lo ataron con sogas y le
dieron una frazada que se la colocó como un poncho. Lo interrogaron otra vez
y lo devolvieron a su lugar de alojamiento. Luego lo sometieron a un
simulacro de fusilamiento y posteriormente lo llevaron a un lugar donde le
permitieron sentarse en unos sillones confortables y fumar un cigarrillo. Tres
días antes de dejarlo en libertad lo llevaron a una oficina donde le exhibieron
fotografías de su casa y le formularon una serie de preguntas similares a las
que le formularon antes. De allí lo llevaron a tomarle una fotografía.
Posteriomente fue liberado.-
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La descripción ofrecida por el testigo del lugar donde fue
mantenido en cautiverio como así el trato dispensado por sus captores indican
que fue secuestrado por personal de la Armada Argentina y llevado a la
Escuela de Mecánica de la Armada donde los detalles suministrados relativos
a su ubicación y características de la construcción, son coincidentes con los
datos y detalles que suministraran otros sobrevivientes que estuvieron
clandestinamente en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada.
En ese orden de ideas parece sencillo identificar el sonido del
agua con aquel que desciende del tanque de agua ubicado en el altillo del
Casino de Oficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada, al que se accede
a través de una escalera empinada, tal y como lo descibriera Gremico en su
testimonio.-
De la lectura del testimonio de Laura Alicia Reboratti del 22 de
febrero de 1984 ante la CONADEP (agregada en legajo que corre por cuerda
con el n° 44 a fs. 288) surge la misma descripción tanto de los sonidos como
de las características edilicias del lugar donde se matuvo alojado a Gremico.
También coincide la referencia relacionada con la toma de una fotografía. Este
y otros testimonios más se mancomunan suministrando una serie de
coincidencias que llevan a presumir fundadamente que todas las víctimas se
refieren a la misma dependencia y que esta es justamente la Escuela de
Mecánica de la Armada
Además las referencias de esta víctima al ser interrogada respecto
de personas de apellido Lizaso reafirman la teoría de que fue la Marina la que
intervino en su secuestro. En efecto y tal como surge de las constancias
aunadas en la causa principal 14.217/03 los integrantes de la familia Lizaso
fueron privados de su libertad por personal de la Armada Argentina pocos días
después del secuestro de Gremico y constituyen objeto de investigación en
esas actuaciones.-
Así pues, todas estas circunctancias tienen por acreditada la
materialidad del hecho y la intervención de la Armada Argentina en su
comisión.-
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Asimismo, en la página 355 textualmente se indica “Yorio,
Orlando Virgilio. Sacerdote jesuita, fue secuestrado el 23 de mayo de 1976 en
su casa del Barrio Rivadavia, límite con la Villa del Barrio de Flores, y
liberado el 23 de octubre del mismo año. Durante ese lapso estuvo en calidad
de detenido-desaparecido junto con el Padre Víctor Jalics. Ambos estuvieron
prisioneros en la Escuela de Mecánica de la Armada y posteriormente en una
casa en Don Torcuato: “En determinado momento del interrogatorio se
pusieron a discutir entre ellos, pude escuchar que comentaban la conveniencia
o no de un rastrilleo en la villa, por lo que supongo que estaba en sus
intenciones hacerlo. Supuse que eran de Aeronáutica o Marina, oficiales, por
el lenguaje que utilizaban… sentía que estaba en un sótano, permaneciendo en
el suelo, siempre con la capucha, sentí como que en el lugar había mucha
gente y había alguien que cuidaba … vienen y me atan las manos por detrás…
me ponen grillos en los dos pies con candado a una bala de cañón y me dejan
encerrado en ese lugar que es muy pequeño … pido para ir al baño y no me
hacen caso … así permanezco por unos dos o tres días sin tomar agua, sin
comer, a veces entran para insultarme, para amenazarme de muerte, me decían
que no era sacerdote… empecé a pensar que me encontraba en la Escuela de
Mecánica de la Armada por los ruidos que escuchaba, paso de trenes y de
aviones que volaban muy bajo… Pasado el 25 de mayo vinieron a darme una
inyección en la nalga, pude sentir el ruidito como de un grabador y
seguidamente comencé a dormirme… me llevaron subiendo un ascensor uno o
dos pisos, a un lugar grande donde había mucha gente tirada en el suelo, se
oían ruidos de cadenas y de tanques de agua que se llenaban … pude oír gente
que se quejaba … me sacan afuera y me introducen en un auto… en ese
momento deduje que era la puerta de rejas de la Escuela de Mecánica de la
Armada … se comunicaron por radio, a una pregunta la contestación ‘fue a su
popa’… Al otro día vino un hombre, era el mismo que me había preguntado
por Mónica Quinteiro… nos preguntó si nos habíamos dado cuenta de quién
nos había tomado, y el Padre Jalics le contestó: “La Escuela de Mecánica de la
Armada”, y el interrogador asintió diciendo: ‘…sepan que esto es una guerra y
en una guerra a veces pagan justos por pecadores… sepan que entre nosotros
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hay problemas, que entre nosotros hay gente que solo quiere matar como esa
persona de gamulán que participó en el operativo que los capturó…’. Al cabo
de cinco meses, el 23 de octubre, a eso de las 5 de la tarde, nos dan una
inyección… noto que me marea un poco, nos cargan en una camioneta,
anduvimos no sé cuánto, nos dieron otra inyección, y más tarde otra… y no
puedo recordar más, quisimos incorporarnos, nos caímos…. Despertamos
cuando empezaba a haber luz… caminamos algo más de un kilómetro, hasta
que encontramos un ranchito, golpeamos y un paisano nos atendió: ‘si, yo
antes de ayer vi un helicóptero que bajó a la tarde’, dijo. Le preguntamos
dónde estábamos, nos dijo que en Cañuelas…. El 25 de octubre se reunía la
Conferencia Episcopal…”
3) Francisco Jalics
Privado de su libertad el 23 de mayo de 1976 en Cobo y
Curapaligüe en el domicilio de la casa de la comunidad jesuítica del Barrio
Rivadavia en el Bajo Floren en la ciudad de Buenos Aires a las 11,00 horas
aproximadamente, por parte de personal perteneciente a la Armada Argentina
y de la Policía Federal con perros. Fue conducido a la E.S.M.A. donde fue
sometido a condiciones inhumanas de vida. Recuperó su libertad el 22 de
octubre de 1976 cuando fue llevado hasta un campo en Cañuelas luego de
haber sido narcotizado.
fue secuestrado el 23 de mayo de 1976 en el Barrio Rivadavia (en
el límite con la villa del Bajo Flores). Estuvo prisionero en E.S.M.A. y
posteriormente en una casa de Don Torcuato. Fue liberado el 23 de octubre de
1976 junto con el Padre Yorio, sacerdote de la misma Comunidad. Salió del
país. “…también estaba conmigo el Padre Jalics, otro integrante de la
Comunidad… Comienzo a conversar con el Padre Jalics quien me cuenta que
durante el operativo de la detención de ambos, le vio a uno de los participantes
un ancla en el cinto, y que estando detenido, en ocasión de celebrarse el 25 de
mayo, hubo algo así como una formación allí afuera y pudo escuchar un
discurso que se iniciaba con …’de la Escuela de Mecánica de la Armada..’.
Junto con el Padre Jalics sacamos la conclusión de que habíamos sido sacados
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de la E.S.M.A.”… “Me di cuenta de que estaba en campo abierto (lo habían
liberado) recién me animé a quitarme la venda, miré las estrellas, además el
Padre Jalics estaba a mi lado… (nos dejó un helicóptero)” (testimonio del
sacerdote Orlando Virgilio Yorio, Legajo n° 6328).
Jalics declaró por exhorto en la Causa n° 13, constatando lo hasta
aquí señalado e indicando, al igual que en el caso de Yorio, que se le inyectó
una droga para ser interrogado, experimentando mareos y somnolencia luego
de lo cual fue liberado.-
5) Alberto Ahumada
Privado de su libertad en septiembre de 1976. Fue conducido a la
E.S.M.A. donde se lo sometió a condiciones inhumanas de vida. Se lo
atormentó para obligarlo a proporcionar información. Fue visto hasta fines de
1978 y principios de 1979. Luego fue liberado.
Surge de los dichos de Alfredo Julio Margari, del legajo 34/45,
que fue visto en la Escuela de Mecánica de la Armada. También del
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testimonio brindado por Miriam L. Lewin de fs. 147 del Legajo 71 Anexo 1 al
que menciona como “Beto Ahumada”.
Lila Victoria Pastoriza en el Legajo 74/40 (ver fs. 29) menciona a
Roberto Ahumada como visto en la Escuela de Mecánica de la Armada
indicando además que era dirigente de la JP y que fue secuestrado en la Av.
Cabildo. Que fue liberado a fines de 1978 o comienzos de 1979.
También menciona a Roberto Ahumada, Horacio Domingo
Maggio en su testimonio escrito agregado en el legajo que corre por cuerda
con el legajo de Lewin - García (ver fs. 300). Es dable recordar que Maggio
estuvo alojado en la E.S.M.A. y luego fugó de allí. Estando aún en libertad
relató todo lo que había visto, vivido y oído durante su permanencia en la
E.S.M.A. Luego fue recapturado y acribillado a balazos. Su cuerpo sin vida
fue exhibido a los secuestrados como prueba de lo que podía ocurrirles si
intentaban fugarse. Retomado el tratamiento de este hecho, Maggio en su
carta, indica que entre los “…secuestrados que vienen sufriendo este tipo de
vejámenes y se encuentran en la ESMA están entre otros el Sr. Roberto
Ahumada, de Santa Fe, dirigente nacional de la Juventud Peronista …”
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vida. Se lo atormentó para obligarlo a suministrar información. Fue liberado el
22 de octubre de 1976.
Se cuenta con el testimonio brindado por la propia víctima el 24
de febrero de 1984 ante la CONADEP (ver fojas 317 del legajo que corre por
cuerda con el legajo 44 Lewin - García) cuando relató que a través del portero
de su edificio al que obligaron a que le tocara el timbre argumentando que
había un caño que perdía agua, a las cuatro de la mañana un grupo de siete
personas con uniforme verde de fajina ingresaron a su vivienda armados.
Coparon todos los ambientes, le indicaron que se visitiera y lo sacaron del
edificio. Luego de esposarlo lo introdujeron en un automóvil marca Chevrole
color rojo con techo vinílico negro, donde había una persona con los ojos
vendados y otros que lo custodiaban. Lo ubicaron en el asiento trasero y le
vendaron los ojos. Fue conducido a la E.S.M.A. lo cual dedujo por el trayecto
que recorrió el automóvil. Llegan a un lugar donde pasaron un control de
guardia e hicieron descender a varias personas que presumiblemente habían
sido detenidas en ese procedimiento. Se lo ubicó en una silla con las manos
esposadas a la espalda y le indicaron que estaba alló “por montonero” y que
había sido “delatado” por otra persona a quien le adjudicaban también el
secuestro de Salustro y el atentado a Cáceres Monié. Lo interrogaron al mismo
tiempo que le propinaban golpes y le aplicaban pasajes de corriente eléctrica
por su cuerpo para obligarlo a que hable sobre su participación en
Montoneros. También fue sometido a un simulacro de fusilamiento. Lo
mantienen varios días en cautiverio y el 22 de octubre de 1976 es liberado en
Panamericana y General Paz.
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9) Alejandro Monforte
Fue privado ilegítimamente de su libertad el día 10 de noviembre
de 1976, a la 1,30 hs., en su domicilio sito en la calle Ituzaingó N1 4315, de la
localidad de Munro, Provincia de Buenos Aires. Luego fue conducido a la
E.S.M.A., donde permaneció clandestinamente en cautiverio, bajo condiciones
de vida inhumanas y fue sometido a torturas. Finalmente, fue liberado el 24 de
noviembre de 1976.
Lo dicho surge de su propio testimonio obrante en el legajo 70/9
en el cual suministra además una serie de datos tales como sonidos,
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descripción física del lugar y distribución de las zonas destinadas a alojar a los
detenidos, el aporte del sobrenombre de uno de sus captores y otras
circunstancias que sin duda son coincidentes con los testimonios ofrecidos por
otras víctimas que fueran trasladadas a la misma dependencia naval.
Así también el hecho que damnifica a Monforte se encuentra
probado por lo que en el mismo legajo han declarado Rodi Daniel Bragoni,
Supervisor admininistrativo en la Facutad de Ciencias Económicas donde
trabajaba la víctima, que relató haber tomado conocimiento del hecho a través
de las manifestaciones vertidas por la esposa de aquel (ver fs. 106); también
por los dichos de Javier Pedro Somoza un vecino al que Monforte acudió
antes de ir a su casa, luego de ser liberado (fs. 75). En esta declaración
Somoza brindó un detalle del estado físico que presentaba su vecino,
indicando que estaba demacrado, que daba lástima verlo y fue tal la impresión
que le causó su imagen que se puso a llorar. Dijo que parecía haber estado
enfermo. Dijo además que pudo ver sus muñecas y tobillos con marcas como
de haber estado encadenado durante mucho tiempo, y que le dijo que le habían
dado “maquina” por todas partes del cuerpo y le decían “cantá” “cantá”.
Otro testigo que puede acreditar las circunstancias del secuestro,
es Segundo Nicolás Vega (fs. 90 del Legajo70/9) quien brindó detalles sobre
la cantidad de personas intervinientes, que estaban vestidas de civil, portaban
armas y que además de revolver las habitaciones, se llevaron a Monforte.-
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policial en el local de la calle Herrera 1700 donde funcionaba una sede del
Partido Comunista. En esa oportunidad se encontraba con otros compañeros:
Loza, Repossi y Guelfi. Relató que aproximadamente a las 19,00 horas, esa
comisión policial los obligó a cesar en sus actividades y recién a las 23,00 hs.
los trasladan en un patrullero hasta la Comisaría 30ª. Ya en la seccional les
quitaron sus efectos personales y los separaron. A las 3 de la mañana se le
acercó un sujeto rubio que le colocó una capucha y lo ató de manos
obligándolo a subir a una camioneta donde también se encontraban sus
compañeros.
De acuerdo con su relato, fue llevado a un lugar con entrada
amplia (podía darse cuenta de ello porque tenía mal colocada la capucha), y lo
condujeron a lo que parecía un subsuelo. Le cambiaron la capucha por una de
color gris oscuro; le desataron las manos y se las reemplazaron por esposas.
Además, le colocaron cadenas en los pies. Le asignaron un número: el 740.
Lo sentaron en un banco de madera y le preguntaron sobre su vinculación con
la agrupación “Montoneros” aunque reconoció su afiliación con el partido
Comunista. Relató que fue golpeado durante largo tiempo y sometido a un
simulacro de fusilamiento. Indicó que en el lugar se escuchaba música a todo
volumen. En otra parte del mismo lugar fue torturado junto con sus
compañeros del secuestro con golpes de palos y gomas. En el lugar pudo
advertir la presencia de Carlos Loza, también de un sacerdote, a Guelfi y a
Repossi. También se enteró de que había una mujer embarazada quien
expresaba su temor de perder al bebé debido a los goilpes que recibía. Fue
fotografiado y castigado corporalmente por un guardia porque se había
quedado con el torso desnudo debido al calor insoportable que hacía en el
lugar. Un enfermero fue a verlo y le preguntó por los dolores que tenía,
prometiendo que regresaría más tarde, lo cual nunca cumplió. Indicó que los
golpes y las torturas eran constantes en el lugar. En una oportunidad pudo
observar a través de un ventiluz la Av. del Libertador y la Av. Gral. Paz por lo
que dedujo que su prisión era el edificio de la Escuela de Mecánica de la
Armada. Posteriormente fue liberado bajo amenazas de que iban a ser
vigilados y que si tenían actividades relacionadas con el partido o gremiales
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los asesinarían. Fue liberado en San Fernando el 6 de enero de 1977. Estando
en libertad recibió llamadas amenazantes para que dejara la actividad gremial.
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Poder Judicial de la Nación
damnificado expresó que había podido ubicar el edificio puesto que por unos
ventiletes pudo ver el exterior y escuchó ruidos de aviones muy frecuentes,
trenes y pudo divisar a través de la ventana el Rio de la Plata, el Ferrocarril
Belgrano la Av. Gral Paz y la Av. del Libertador: en efecto, supo que se
trataba de la Escuela de Mecánica de la Armada de la cual había sido alumno.
Fue liberado en San Fernando el 6 de enero de 1977.-
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superior por escalera, llegando así a una terraza cubierta con techo y vidrios,
donde había un tanque muy grande de agua de abastecimiento de todo el
lugar (…) vio que se trataba de un altillo con unos ventiletes casi al nivel del
piso (…) desde el lugar (…) el deponente llegó a divisar la Avda del
Libertador Gral San Martín y el pueste de la Av. General Paz. Que en horas
de la noche la guardia les ataba las manos por detrás, y al deponente le
apretaron mucho las piernas por lo que al ser llevado al baño a su pedido,
cayó por las escaleras y rodó hacia abajo…”.-
Lo liberan en la zona de los bosques de Palermo donde se lo hace
descender del vehículo indicándole que camine unos quince pasos sin mirar
hacia atrás.
Es dable aclarar que Guelfi declaró en dos oportunidades. En la
primera, el relato de los hechos que lo damnificaron en muy general y poco
precisa. En cambio en la segunda declaración amplió y suministró detalles
sobre los padecimientos vividos en la E.S.M.A. luego de su secuestro. Que tal
cambio de actitud se debió a la que él mismo incluyó en su declaración:
durante la dictadura militar no había las garantías suficientes como para
declarar abiertamente todo lo que había ocurrido, situación que consideró
revertida al reinstalarse la democracia.
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alojamiento pudo detectar lor la ventana el aire fresco del rio. Lo hicieron
bajar a un subsuelo junto con los demás y les tomaron los datos personales
expresándoles que a partir de ese entonces se identificarían con un número. A
Repossi le adjudicaron el 741. Que en ese sótano estuvieron aproximadamente
un día. Eran golpeados reiteradamente y recordó que a Picheni lo sometieron a
un simulacro de fusilamiento, le ofrecieron un cura y hasta se escucharon
disparos. Según pudo entender, todo lo que había en el local del Patrido
Comunista fue llevado a ese lugar donde estaban prisioneros porque
escuchaban a sus captores, permanentemente hablar sobre ellos.
Posteriormente fueron trasladados a pisos superiores del mismo edificio junto
con otras personas que cree eran guardias. Se le indicó que se quitara la ropa
porque iba a sentir calor. Luego de ello fue esposado y encadenado
nuevamente. Inmediatamente fue golpeado otra vez con un palo o algo similar
mientras se le preguntaba “qué era”, contestando todas las veces que era
comunista. También se lo interrogó sobre su estado civil y sobre sus hijos
siendo permanentemente torturado en forma física y psíquica. Una de las
golpizas que recibió le provocó sangramiento del oído y nariz, por lo que fue
revisado por un médico. Dijo que contaba los días por el mate cocido que se le
proporcionaba ya que era uno por la mañana, un sándwich al mediodía, otro
mate cocido a la tarde y otro sandwich por la noche. Fueron colocados en
boxes individuales y permanecieron así hasta el 21 de diciembre. Cada tanto
llegaba una persona al lugar a golpear a los detenidos y todo lo que se pedía
debía antecederse de un “por favor”. Manifestó que era un martirio estar en
ese lugar porque había que orinar en un balde que pasaba de box en box. Por
solicitar el balde fue golpeado mientras estaba en la colchoneta que se le
había proporcionado. En dicho lugar se le sacó una fotografía. Luego del 21
de diciembre se los hace subir un puso más y al llegar se lo hace sentar en el
suelo. Recordó un ruido como a caída de agua. Fue Loza el que les anunció
que se encontraban en la Escuela de Mecánica de la Armada, lo cual coincidía
con el sonido de los aviones y de los trenes que percibía. Durante el tiempo
que estuvo en cautiverio, fue tratado con violencia por varias razones, casi
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siempre emparentadas con el humor de los guardias que los custodiaban. Fue
liberado el 6 de enero de 1977.
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16) Santiago Lennie
Privado de su libertad el 16 de enero de 1977 en si domicilio de la
localidad de City Bell. Fue conducido a la E.S.M.A. donde se lo sometió a
condiciones inhumanas de vida. Lo obligaron a presenciar los tormentos que
sufrió su hija Sandra Lennie. Se lo atormentó para obligarlo a suministrar
información. Fue liberado el 9 de febrero de 1977.
Los detalles vinculados con su secuestro han sido tratados en el
desarrollo del hecho 15) Nilva Zucarino de Lennie los cuales tienen
aplicación al caso que nos ocupa.-
No obstante, a fs. 65 del legajo 15/16/17/30 y 68 Santiago
Alberto Lennie brindó su propio testimonio sobre los hechos que lo
damnificaron. Ratificó en un todo el relato de los hechos que tanto su esposa
Nilva Zucarino como su hija Sandra Lennie efectuaron de las circunstancias
de tiempo modo y lugar en que se verificaron los episodios de su secuestro, y
detención clandestina en la Escuela de Mecánica de la Armada.-
Mencionó que fue maniatado y vendado al ser trasladado hasta su
lugar de detención y que pudo constatar que en dicho edificio también se
encontraban detenidas su esposa y su hija Sandra. Que fue subido por ascensor
unos dos pisos y un último piso por la escalera. Allí se lo recostó en una
colchoneta con los ojos vendades, esposado y engrillado. En ese lugar
permaneció unos veintiún días aproximadamente. Mencionó haber sido
fotografiado al segundo día de estar en el lugar, para lo cual lo hicieron
arrodillar y le sacaron la capucha por unos instantes.
Explicó además que al hacerle una pequeña abertura a la capucha
pudo ver que el lugar donde estaba alojado tenía una forma de “L” con cuartos
que deban allí y una especie de oficina. Todos los detenidos estaban acostados
entre divisiones de aglomerado con los pies contra la pared y la cabeza hacia
el medio del pasillo, cosa que hacía que frecuentemente fueran castigados o
golpeados en la cabeza cuando se quería llamar la atención por algún motivo.
Luego de su liberación tomó conocimiento que a ese lugar lo denominaban
“capucha”.-
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Ya en libertad eran llamados continuamente preguntando por su
hija María Cristina. Posteriormente liberaron a Sandra Lennie. Antes y luego
de ello, se comunicó en varias oportunidades con María Cristina siempre en
forma imprevista hasta mayo de 1977 cuando dejó de tener noticias de ella.
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atormentó para obligarlo a suministrar información. Fue liberado a mediados
de 1978.
Su presencia en la E.S.M.A. fue confirmada por lo que en tal
sentido a manifestado Lila Victoria Pastoriza en su testimonio de fs. 38 del
legajo 74/40, cuando indica que se trataba de un abogado y profesor de la
Universidad de Tucumán que fue liberado a mediados de 1979. También lo
mencionan como visto en la E.S.M.A., María Inés del Pilar Imaz de Allende
(ver legajo 111/41), Ricardo Coquet del legajo 124, y Amalia María Larralde
(del legajo 1 fs. 135), entre otros.-
Martín Tomás Gras fue privado ilegalmente de su libertad junto
con Fernando Perera, por un grupo armado que lo trasladó a la Escuela de
Mecánica de la Armada, donde fue sometido a tormentos por medio de paso
de corriente eléctrica. Su testimonio obrante en el legajo GRAS, Tomás (n°
18) suministró un detalle sobre la organización y estructura del Grupo de
Tareas 3.3 con base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada. De él
además se han podido obtener datos relacionados con la identidad de los
imputados como así, precisiones relativas a víctiomas con la cuales
compartiera su cautiverio a los que se ha aludido en otros apartados de estos
considerandos.-
Asimismo, el caso que damnifica a Martín Tomás Gras fue
ampliamente desarrollado y tratado por la Cámara Federal en el caso n° 207
en la Causa n° 13/84.-
Recuperó su libertad en agosto de 1978 cuando fue conducido a
Bolivia para luego partir con destino al Reino de España en agosto de 1979.-
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residía hasta la fecha en la cual redactó el testimonio escrito que obra en el
legajo.-
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otros que pudieron recoger a través de sus impresiones sensoriales mientras
estaban privados de su libertad, el matrimonio Landín llegó a la conclusión de
que su detención se había cumplido en la Escuela de Mecánica de la Armada.-
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María Inés del Pilar Imaz de Allende (ver legajo 111/41) y Lisandro Raúl
Cubas (declaración obrante al final del legajo 96/8 Cubas - Quiroga de fecha
31/OCT/86).-
También menciona a esta víctima, Horacio Domingo Maggio en
su testimonio escrito agregado en el legajo que corre por cuerda con el legajo
de Lewin - García (ver fs. 300). Maggio estuvo alojado en la E.S.M.A.
fugándose de allí. Fue recapturado y luego muerto por acción de esa misma
fuerza. Su cuerpo sin vida fue exhibido a los otros secuestrados de la ESMA
para escarmiento y para hacerlos desistor de cualquien intento de fuga.
Maggio antes de ser recapturado, y mientras se encontraba en libertad escribió
una carta donde indicó que entre los “…secuestrados que vienen sufriendo
este tipo de vejámenes y se encuentran en la ESMA están entre otros (…)la
Sra. Alicia Milia de Pirles de Santa Fe…”
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fecha cesó todo contacto con los hijos desconociendo su paradero y sin
noticias sobre su integridad física. Los hermanos aún permanecen
desaparecidos.
En el legajo de doble numeración 106/ 25/26 de Aisemberg /
Aisemberg / Vieyra, obra la exposición de Lidia Cristina Vieyra que tanto
Luis Daniel como su hermano Ariel, fueron detenidos el 20 de marzo de 1977
por parte de personal de la Escuela de Sup. de Oficiales de la Armada,
circunstancia que pudo afirmar por haberlos visto y hablado con ellos. Vieyra
permaneció ilegalmente detenida en la E.S.M.A. desde el 11/3/77 hasta el
25/7/78. Ambos fueron trsladados aproximadamente 10 días después y según
se dijo en ese entonces, a unas “granjas de recuperación”.
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Poder Judicial de la Nación
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aplicaban sus integrantes con ls detenidos y las tareas y actividades que esos
integrantes efectuaban tanto en la Argentina como en el exterior, al que
viajaban con documentos falsos.-
En este mismo legajo obran las declaraciones que en tal sentido
efectuaron Ana María Martí, Alicia Milia y Sara Solarz sobre las vivencias
recogidas durante su cautiverio en la E.S.M.A.. A fs. 36 del legajo se observa
el relato ofrecido por las víctimas bajo el título “Dardos” donde cuentan que
“…Hubo dentri de las torturas una macabra investigación acerca de la
eficacia de unos dardos envenenados usados para caza mayor. El cerebro de
esta “Tarea científica” fue el Teniente de Navío Antonio Pernía (“Trueno”
“Martín” “Rata”). Pernía trajo los mencionados dardos de Estados Unidos y
quería utilizarlos para secuestrar a militantes populares. Provistos de veneno,
este, en grandes dosis, mataba. Rebajando dicha dosis, se conseguía el
desvanecimiento. La “Investigación” perseguía descubrir la dfosis exacta que
inmovilizara a la víctima por no más de una hora, a fin de evitar que esta se
resistiera al ser secuestrada, y a la vez estuviera dispuesta para la “sesión de
interrogatorio” en forma rápida que garantizar “eficacia”. Antonio Pernía
tenía a su disposición cientos de conejitos de Indias para su experimento: los
secuestrados que se hacinaban en “Capcuha” y “Capuchita” mientras
esperaban la muerte. No sabemos por qué razón pero el elegido fue Daniel
Schapira, herido en un brazo en el momento de su detención, a raíz de lo cual
llevaba un yeso. Daniel estaba en “Capucha”, y había empezado a a
reponerse de la tortura a la que lo sometieron con la picana eléctrica, cuando
Pernía lo hizo bajar al sótano. Allí lo puso contra una pared, y le disparó con
una pequeña pistola uno de los dardos. Después de esta “experiencia”
Schapira durmió más de un día. Cuando despertó nos contó lo sucedido. Más
adelante, el mimso Pernía hizo el relato. Las sesiones se repitieron varias
veces. No sabemos en qué concluyó el experimento. Al compañero Schapira se
lo llevaron en un traslado individual a Coordinación Federal, y nunca más
volvió ni supimos más de él. Pernía opinaba que estos dardos eran
apropiados para el asesinato de los militantes y dirigentes de movimientos
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puntualizar que José María Salgado fue entregado a Coordinación federal y
que los diarios anunciaron el hallazgo de su cadáver.-
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Su permanencia en la E.S.M.A. fue confirmada por los dichos de
Alfredo Julio Margari (Legajo 45/34); los de Miriam Liliana Lewin (de fs. 147
del Anexo 1 del Legajo 71); Lila Victoria Pastoriza (Legajo 74/40 fs. 32) y
María Inés del Pilar Imaz de Allende (ver legajo 111/41).-
También menciona a esta víctima, Horacio Domingo Maggio en
su testimonio escrito agregado en el legajo que corre por cuerda con el legajo
de Lewin - García (ver fs. 300). Maggio estuvo alojado en la E.S.M.A.
fugándose de allí. Fue recapturado y luego muerto por acción de esa misma
fuerza. Su cuerpo sin vida fue exhibido a los otros secuestrados de la ESMA
para escarmiento y para hacerlos desistor de cualquien intento de fuga.
Maggio antes de ser recapturado, y mientras se encontraba en libertad escribió
una carta donde indicó que entre los “…secuestrados que vienen sufriendo
este tipo de vejámenes y se encuentran en la ESMA están entre otros (…) el Sr
Andrés Castillo, ex delegado de la Caja de Ahorro y Seguro de Bs. As…”
Además, su testimonio glosado en el Legajo Daleo Castillo y
otros testimonios suministrados ampliando sus dichos (ver legajo 89 de Daniel
M. Schapira) corroboran las versiones de los hechos que lo han damnificado
pues resultan coincidentes con los demás relatos obrantes en las actuaciones.-
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Poder Judicial de la Nación
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Como era golpeado permanentemente le gritó a su novia que
dijera todo lo que tenía que decir así de una vez terminaba la tortura. Para
entonces, pudo ver que comenzaban a aplicarle descargas de corriente
eléctrica a Alejandra por su cuerpo, mientras que a él se lo llevaron a la rastra
al mismo lugar donde había estado alojado antes.
Luego de unas horas fueron en su busca y lo fotografiaron. Lo
llevaron a otro lugar, encapuchado, donde pudo percibir que había muchas
otras personas detenidas y donde se percibía un olor a mugre insoportable. Le
tiraron un colchón para que permaneciera acostado. Recordó que sus pies
tocaban una columna de hierro que los guardias se divertían golpeándola cada
vez que se acercaban torturándolo con ello psicológicamente.
Un día le permitieron higienizarse y afeitarse en el baño, y a
través de un rectángulo que permitía ver hacia fuera, divisando un patio o
galería con baldozas de calle. Lo liberaron el 31 de mayo en Melo y
Panamericana.
Al recuperar su libertad finalizó su relación con Alejandra Lépido
ignorando todo lo relativo con su paradero.
En una ampliación que se le recibió a Bogarin (obrante a fs. 44
del mismo legajo antes citado) aclara que su detención se produjo el 7 de
mayo de 1976 y su liberación en mayo de 1976, y no en 1977 como fuera
consignado erróneamente en la presentación de la CONADEP.
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Adelina donde ambos habían sido torturados. Mencionó que ambos
recuperaron su libertad a principios de 1978.
Además, se cuenta con una copia de la declaración prestada por
Silvia Wikinsky el 14 de agosto de 1985 que le fuera recibida en los Estados
Unidos Mexicanos, la cual obra glosada en el legajo de doble numeración
126/35 correspondiente a Wikinsky y Kron. En esta declaración la
damnificada explicó que al ser secuestrada se le acercaron cuatro hombres que
la tomaron de los brazos y le colocaron una capucha. En ese momento estaba
acompañada por Fernando Kron, el cual fue secuestrado de la misma manera.
Fue subida a una camioneta y llevada a un lugar que no pudo identificar.
Luego de ello, junto con Fernando Kron y con otras dos personas más fue
llevada a la Escuela de Mecánica de la Armada. Dijo que sus captores se
identificaron como del Servicio de Informaciones Navales.
Ya en esa dependencia naval fue interrogada para que diga si
conocía a Mario Gally y a su esposa y se le dijo que los describiera
físicamente. La amenazaban más de lo que la interrogaban. Dijo que fue
desvestida y la torturaron mediante pasajes de corriente eléctrica sobre su
cuerpo y la amenazaron con que iban a violarla. En todo momento estuvo con
los ojos vendados y no pudo ver la cara de ninguno de sus captores.
Durante su permanencia en la E.S.M.A. pudo ver a más de cien
personas entre las que se encuentran muchas a las que identificó con nombre y
apellido y hasta suministró datos fisonómicos.
Dijo que se le asignó el número 347 y que fue llevada por un
ascensor a la parte superior del edificio. La dejaron sobre una colchoneta
ubicada entre dos tabiques de madera de un metro de alto aproximadamente y
le sacaron las esposas. La venda de los ojos y los grilletes los tuvo hasta su
liberación. Luego de cuatro días fue llevada a lo que llamaban el “altillo”
donde pudo darse cuenta que había un tanque de agua y unos veinte
compartimientos para secuestrados. Allí permaneció hasta el 11 de febrero de
1978 cuando fue liberada.-
Durante su cautiverio se le asignó la taera de recortar noticias de
los periódicos en unas oficinas del altillo que originalmente se usaban para
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Poder Judicial de la Nación
torturar. Cuando esas oficinas no se ocupaban para eso, los oficiales del
Servicio de Información Naval los conducian a ellas donde podían permanecer
sin vendas en los ojos durante algunas horas del día.
Aseguró que le tomaron una fotografía al llegar a la E.S.M.A. y le
preguntaron su nombre y su dirección.
Dijo que en octubre de 1977 sus captores le indicaron que debía
escribir una carta a su familia (que estaba en Venezuela) indicando
únicamente que se encontraba bien y tiempo después le permitieron realizar
una llamada telefónica a su abuelo.
Efectuó un relato relacionado con los llamados “traslados”. Dijo
que se hacían en forma individual o grupal y que se llamaba a los detenidos
por sus números y se los esposaba y se los engrillaba. Esos días estaban
rodeados de gran hermetismo. El día que se efectuaban todos eran
encapuchados y se los obligaba a permanecer en los compartimientos. Nunca
tuvo noticias del destino de algunos de los detenidos trasladados.
Fue liberada junto con Fernando Kron el 11 de febrero de 1978.
De tal novedad los informó Abdala. Fueron subidos en un automóvil y fueron
dejados en las inmediaciones de la casa de los padres de Kron. Se les indicó
que debían abandonar inmediatamente el país. Sus familias compraron pasajes
a Perú.
Jamás se le informaron los motivos o los cargos que generaron su
detención
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En el legajo de doble numeración 2 - 36/38/39 obra una
presentación escrita ante la CONADEP fechada el 15 de agosto de 1984 en la
cual Mónica L. Galli, ha efectuado una exposición relativa a la desaparición
de su madre Felisa Violeta María Wagner, su hermano Mario Guillermo
Enrique Galli y su cuñada Patrica Teresa Flynn.-
En él, explicó sobre la privación ilegal de la libertad que sufrieran
los antes mencionados el 12 de junio de 1977 y sobre aquellas circunstancias
que pudo conocer a lo largo de los años. Cuando su hermano junto con un
amigo (que estaría desaparecido) bajaron de su Fiat 128 a descargar una cuna
frente a Aranguren 548, fueron interceptados por dos vehículos que
aparecieron a toda velocidad. Obligaron a su hermano a ingresar en el
domicilio en el cual se encontraban Felisa Violeta María Wagner, Patricia
Teresa Flynn y su pequeña sobrina Marianela. A los 20 minutos, todos son
sacados de la vivienda a la fuerza y obligados a ingresar a unos vehículos
tripulados por hombres de civil, armados.
La denunciante tomó conocimiento de lo ocurrido, 20 horas
después de acaecidos los sucesos antes relatados. Se dirigió al domicilio y
observó un total desorden. Se quedó dirante tres días allí esperando noticias y
al no obtenerlas, radicó la denuncia en la comisaría.
En julio de 1977 Mónica Galli (su cuñada) recibió una
comunicación telefónica por parte de Mario Galli (esposo de Patricia Flynn).
En esa oportunidad los secuestrados pudiern saber que Marianela Galli se
había reencontrado con la familia y que estaba bien de salud. En esa ocasión
también tomó el teléfono Patricia Flynn quien, a diferencia de su esposo, se la
notaba nerviosa y alterada, preocupada por un posible embarazo. Luego de
ello Patricia Flynn rompió en llanto. A pesar de una promesa en ese sentido,
Mónica Galli nunca más tuvo noticias de su familia.
Además su presencia en E.S.M.A. fue corroborada por lo que en
tal sentido declaró Andrés Ramón Castillo a fs. 89 del legajo correspondiente
a Daniel Marcelo Schapira que lleva doble numeración 28/25.-
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Argentina el 17 de noviembre de 1972. Pastoriza declaró que Galli estaba en
la E.S.M.A. con su esposa -Patricia Flynn embarazada de 2 meses- y con su
madre -Violeta Wagner de Galli-. Que a su hijita -Marianela Galli- también se
la habían llevado porque estaba con ellos en el momento de producirse el
secuestro, aunque con posterioridad fue restituida a la hermana de Mario
Galli.
Pastoriza inclusive da testimonio de las torturas que recibida
Galli, en función del relato que él mismo le suministrara encontrándose
secuestrado en la E.S.M.A. Galli inclusive le mencionó sobre parte de su
cautiverio en “la casa del S.I.N.” ubicada en las proximidades de Villa
Adelina, donde además de torturarlo y arrojarlo a los perros, fue exhibido ante
varios oficiales de la Armada y ex compañeros de promoción.
También fue visto por Silvia Wikinsky (ver fs. 1 del legaho
126/35) a quien además interrogaron para que diga si lo conocía.
Su hermana es la que efectúa la denuncia de su privación ilegal de
la libertad tres días después de ocurrida y de no haber tenido noticia alguna
sobre su paradero (ver el relato ofrecido por Mónica Galli en el legajo Galli /
Wagner / Flynn). Inclusive, Mónica Galli relató un llamado telefónico que
recibió de su hermano el 21 de julio de 1977. Indicó que previo a ello había
recibido otro llamado anónimo que quería asegurarse que Marianela Galli, la
pequeña hija de Galli, hubiera sido entregada a la familia. En la conversación
telefónica mantenida con su hermano, Mónica Galli indicó que Mario estaba
calmado hablaba claro y pausado como era natural en él, Le pidió que no le
preguntara dónde se encontraba y que le contara sobre la niña. Mario Galli le
confirmó que su madre estaba con él y que por dichos de otros sabía que
estaba bien. En esa ocasión también habló Patricia Flynn, su cuñada.
Además su presencia en E.S.M.A. fue corroborada por lo que en
tal sentido declaró Andrés Ramón Castillo a fs. 89 del legajo correspondiente
a Daniel Marcelo Schapira que lleva doble numeración 28/25.-
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Poder Judicial de la Nación
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En tal sentido pueden conocerse los detalles de los hechos que la
damnifican a través de la lectura del testimonio que ofreció ante la Cámara de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal y ante la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Legajo 74/40 correspondiente a
Pastoriza, Lila V.).
Pero además, su presencia en la E.S.M.A. se encuentra
corroborada por lo que en ese sentido han expresado María Inés del Pilar Imáz
de Allende (Legajo 111/41);
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Luego de su liberación pudo brindar un testimonio detallado de
las circunsatcnias de su secuestro y de los padecimientos vividos al ser
trasladado a la Escuela de Mecánica de la Armada. En efecto de su testimonio
del 13 de febrero de 1987, surge que fue torturado durante dos días mediante
la aplicación de golpes, pasajes de corriente eléctrica y quemaduras de
cigarrillos
Fue visto en esa dependencia naval por Mirial Liliana Lewin (ver
fs. 147 de Lejado 71 Anexo 1).-
Declaró haber sido golpeado y conducido a la E.S.M.A. por
Astiz, el Comisario Wheber - alias “220" -, Juan Carlos Linares, y
“Federico”. Fue torturado durante dos días mediante golpes y pasajes de
corriente eléctrica y quemaduras de cigarrillos. Reconoció a quienes le
aplicaron estos procedimientos por habérsele corrido la venda. Mencionó a
algunos de ellos (Pernias, Scheller, Astiz, Acosta y Whamond).
Aseguró que todas las personas que estuvieron detenidas en la
E.S.M.A. fueron torturadas porque ese era el procedimiento que se aplicaba en
el lugar a todo aquel detenido nuevo.
Relató que a los pocos días de su secuestro fue obligado a
acompañar a algunos de sus captores a “marcar” la casa de su amigo Alfredo
Margari, a quien secuestran y llevan a la E.S.M.A..
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Poder Judicial de la Nación
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Sobre la permanencia de esta víctima que permanece
desaparecida en dependencias de la Escuela de Mecánica de la Armada han
hecho referencias: Miriam Lewin (ver fs. 178 del Legajo 71 Anexo1); Lila
Victoria Pastoriza (Legajo 74/40 fs. 35) quien refirió que se trataba de la
esposa de un dirigente montonero de nombre Tulio Valenzuela.
Lisando Raúl Cubas en su declaración del 31 de octubre de 1986
agregada al Legajo 96/8 Cubas - Quiroga, hizo referencia a su conocimiento
sobre el hecho que damnifica a Alcira Fidalgo. Al respecto indicó que se
enteró que había sido detenida en la calle Lavalle de la ciudad de Buenos
Aires el 4 de diciembre de 1977 y el motivo era que había sido la primer
esposa del dirigente montonero Tucho Valenzuela del que estaba separada.
Dijo además que cuando fue interrogada dijo que hacía dos años que no veía
a su ex marido. Después de su interrogatorio fue recluida en “capuchita” con
la intención de que estuviese separado de los demás de los detenidos. Indicó
que al principio, la inntención del GT era liberarla, pero que en enero de 1978
el II Cuerpo de Ejército logra secuestrar a Tucho Valenzuela y a partir de allí
el destino de Alcira Fidalgo cambió. Indicó que la dejaron en “capuchita”
hasta unos días antes de la visita de un periodista inglés al que la Marina le iba
a pagar para que hiciera un reportaje diciendo que en la Escuela de Mecánica
de la Armada no había prisioneros políticos. En esa fecha se hizo un traslado y
reacomodamiento de los detenidos para “mostrar” al periodismo que en la
ESMA sólo funcionaba una oficina de inteligencia. Luego de ello no volvió
ver nunca más a Alcira Fidalgo.
También da cuenta de su presencia en la E.S.M.A. Silvia
Wikinsky en cuya declaración obrante en el Legajo 126/35, la describe como
una mujer delgada de cabello largo lacio y castaño oscuro y tez blanca.
48) Alicia Ana María Juana Domon,
Privada de su libetrad el 8 de diciembre de 1977 en la Iglesia
Santa Cruz. Conducida a la E.S.M.A. fue torturada y sometida a condiciones
inhumanas de vida. Aún permanece desaparecida
49) Leonie Duquet
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Poder Judicial de la Nación
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Privado de su libertad el 8 de diciembre de 1977. Fue conducida a
la E.S.M.A. donde fue atormentado y sometido a condiciones inhumanas de
vida. Aún permanece desaparecido.
57) Horane, Eduardo Gabriel,
Privado de su libertad el 8 de diciembre de 1977 en la Iglesia
Santa Cruz. Fue conducido a la E.S.M.A. donde fue atormentado y sometido a
condiciones inhumanas de vida. Permanece desaparecido.
58) Berardo, Remo Carlos,
Privado de su libertad el 8 de diciembre de 1977 y conducido a la
E.S.M.A. donde fue atormentado y sometido a condiciones inhumanas de
vida. Permanece aún desaparecido.
59) Villaflor de De Vincenti, Azucena,
Privada de su libertad el 10 de diciembre de 1977 frente al n° 117
de la calle Cramer de la Localidad de Sarandí, provincia de Buenos Aires. Fue
conducida a la E.S.M.A. donde fue torturada y donde se la sometió a
condiciones inhumanas de vida. Aún permanece desaparecida.
El grupo que constituyen las doce personas identificadas entre los
casos 48) a 59) inclusive, conforman prácticamente una unidad de hecho
puesto que el plan de su secuestro y posterior traslado a la E.S.M.A. tenía
como objetivo abarcar a todo el grupo completo; y la planificación del modo,
el lugar y la fecha en que ello iba a ser ejecutado, había sido largamente
considerado por los integrantes del G.T. 3.3 con base operativa en la
E.S.M.A..-
La intervención del G.T. 3.3 en estos hechos que damnifican a
estas doce personas se encuentran corroborados por las siguientes pruebas:
Graciela Beatriz Daleo y Andrés Ramón Castillo, indicaron que, pocos días
después del secuestro, aproximadamente a las 21 horas, las religiosas y los
familiares secuestrados en ese grupo fueron “trasladados” en un operativo en
el que participaron el Teniente de Fragata Astiz, los Tenientes de Navío
Scheller y Pernías, los Tenientes de Fragata González Menotti y Radice, el
Prefecto Febres y el Suboficial conocido como “Oca”, a los que vieron
regresar por la madrugada, con los zapatos embarrados (testimonio de
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Poder Judicial de la Nación
Graciela Beatriz Daleo y Andrés Ramón Castillo de fojas 7/71 del legajo
caratulado “Castillo, Andrés Ramón s/víctima privación ilegal de la
libertad”).-
También por lo que en tal sentido ha declarado Ricardo Héctor
Coquet, cuando debió pintar una bandera con la inscripción “Montoneros” en
un paño blanco, siendo las letras de la inscripción de color negras y luego
fotografiar a parte de ese grupo. Ello tenía como fin confundir a los
verdaderos autores del secuestro, y desviar la atención que el secuestro de las
religiosas francesas había provocado en el ámbito internacional.
Carlos García declaró que durante su detención en la E.S.M.A,
realizó una serie de trabajos para los oficiales de la marina, sea reparando
“perreras” o en la confección de documentos. Declaró que a fines de 1977, se
movía en el sector “capucha” con mayor libertad y un día se levantó para ir al
baño y vio a una mujer al lado suyo que le preguntó por el chico rubio y la
gente que estaba con ella. Que la mujer le dijo que era Alice Domon. Que
como respuesta a su pregunta, el dicente le manifestó que todos se
encontraban bien porque vio a la gente que estaba en frente y que había
ingresado todo el grupo junto, por lo que supuso que eran los que estaban con
la hermana. Ese día bajó al sótano (cosa que hizo por tres o cuatro días más) y
al bajar vio a una señora que estaba sentada en un banco y como el dicente
tenía acceso a esa área por el trabajo que desarrollaba, fue a verla y un guardia
le dijo que no podía verla porque era una monja. Agregó que después, por
comentarios del grupo “la perrada” se enteró que eran dos monjas las que se
encontraban detenidas. El banco que mencionó el testigo se encontraba que
frente a la sala de interrogatorios. Refirió que todo el grupo de las monjas
fueron subidos a “capucha”, a quienes se mantuvo en el lugar por el lapso de
una semana y luego no se supo más nada de ellos: desaparecieron.
En el legajo formado con motivo de la búsqueda del grupo de la
Iglesia de la Santa Cruz también obra la declaración de Andrés Ramón
Castillo quien expresó que tuvo conocimiento que un grupo de familiares de
desaparecidos que se encontraban en la iglesia Santa Cruz, estuvieron
detenidos en la E.S.M.A. Agregó que en una oportunidad, en momentos en
57
que se encontraba en la oficina de “TRUENO” -Pernías- escuchó que había
preocupación acerca de un grupo de familiares que se disponía a realizar una
solicitada en denuncia de personas desaparecidas.-
A su vez, dijo no recordar si fue en ese momento o en otro, que
escuchó de parte de Pernía que se había infiltrado en ese grupo el “Rubio”
quien resultó ser Alfredo Astiz. Que luego de estos comentarios, ingresaron
detenidos un grupo de 12 o 14 personas, los que fueron alojados en “capucha”
y “capuchita”.-
Dijo que escuchó que “Trueno” había torturado personalmente a
una de las monjas que había sido secuestrada el 8 de diciembre de 1977. En
cuanto al destino de las mismas, manifestó que fueron trasladadas antes del 24
de diciembre. Dio cuenta de ello, debido a que para esa fecha, el dicente se
encontraba en la “Pecera” y le fue regalado pan dulce, habiéndoselo
autorizado a concurrir a “capucha” para invitar a otros detenidos -con el pan
dulce-, advirtiendo que para esa fecha, ese grupo ya no se encontraba en el
lugar. Dijo desconocer cuál había sido el destino del traslado.-
Aclaró que una semana antes de producirse las detenciones del
grupo Santa Cruz, se suspendieron las llamadas que se permitían a los
familiares de los detenidos. Estimó, que ello se debió para que nada pueda
alertar de las detenciones que se iban a realizar.
De la declaración de Graciela Beatriz Daleo surge que la víctima
escuchó que el Teniente Astiz comentó que se estaba haciendo pasar por un
familiar de un desaparecido y concurría a reuniones que otros familiares
celebraban e, incluso, informó que los familiares de desaparecidos
programaban publicar una solicitada sobre la situación que vivían.-
Agregó que poco tiempo después, en momentos en que se
encontraba en el subsuelo de la E.S.M.A, puntualmente, en la habitación nro.
7, escuchó el ingreso de un grupo de personas que estaría compuesta por 12 o
14 personas aproximadamente. Hizo saber que en ese momento compartía la
habitación con Ana María Ponce. De esta forma. le fue dable observar que
Astiz y Pernía ingresaban en la sala 13 del sótano (Sala de Interrogatorio)
pudiendo escuchar fuertes gritos provenientes de ese sector. Manifestó que a
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Poder Judicial de la Nación
la noche del día que ingresó el mentado grupo, fue conducida al tercer piso y
al día siguiente, en horas del mediodía, fue conducida nuevamente al sótano
para cumplir con las tareas que se le habían asignado. A tal fin, tuvo que
dirigirse a una pieza del fondo, cerca de la número 11, y que allí vio a una
personas del sexo femenino, encapuchada, a la cual le preguntó si necesitaba
algo, contestándole esta persona que querría tomar café. Inmediatamente
después, se hizo presente un guardia el cual estaba apostado en el sector
individualizado como número 18, quien le dijo a la mujer encapuchada
“hermana, ya le dije que no podía hablar con nadie” (sic).-
Manifestó que unos días después, encontrándose en el sector
“capucha” escuchó la voz de una mujer que pedía que la llevaran al baño,
aclarando que esta persona tenía los ojos vendados. En este sentido, refirió que
un guardia la llevó al baño, maltratandola y verduguiándola, lo cual motivó
que otro guardia le incrimine al primero para que no se comporte de esa
manera, manifestando, a su vez, “que era una del grupo Santa Cruz y podría
ser tu madre” (sic). Agregó que uno o dos días después, encontrándose la
dicente en el subsuelo, en la habitación nro. 7 con Ana María Ponce, se les
ordenó que cierren la puerta y luego de ello, escucharon el movimiento de
personas encadenadas; refiriendo que para ese tiempo se hacían comentarios
sobre la detención de un grupo de familiares que se reunían en la Iglesia Santa
Cruz, aclarando que esos comentarios provenían de oficiales, guardias y
también de presos.-
Expresó que luego del hecho que expresara cuando se encontraba
en el subsuelo, la declarante fue llevada al tercer piso, en el cual, otra
prisionera llamada Ana María Marti le comentó que Pernía le había dicho que
“iban a sacarle una foto a las monjas de la iglesia Santa Cruz, porque había
mucha polvareda y las monjas eran francesas, que sacarían un comunicado de
prensa dando a conocer que un grupo armado las había secuestrado y que
posteriormente iban a ser trasladadas” (sic). Agregó que poco tiempo después,
por comentarios de guardias, se le informó que el grupo grande que
precedentemente relatara, había sido trasladados, lo cual confirmó lo que
había dicho Marti. También recordó que Marti le comentó que había visto
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ingresar al sector “Pecera” al Tte. Pernía, el que tenía los zapatos embarrados.
De ello dedujo que el traslado del denominado grupo grande se
había realizado en oportunidad en que la declarante se encontraba en el cuarto
7 del subsuelo y le ordenaron cerrar la puerta de su celda; agregó que esa
deducción fue ratificada luego por comentarios de los guardias.-
Agregó que el día en que ingresó el llamado grupo grande, vio
sentados en un banco de plaza del pasillo del sótano frente a la sala 12
(enfermería) a cuatro o cinco personas, los que luego fueron enviados a la sala
de interrogatorios. Agregó que estas personas fueron distribuidas en el sector
“capucha” y “capuchita”, este último, ubicado en el altillo.-
Por último, agregó que cuando se encontraba en la sala 7 con Ana
María Ponce, e ingresó el grupo grande de personas, escuchó que guardias
decían “ahí traen a los de la iglesia Santa Cruz” (sic).-
También se cuenta con la declaración testimonial de Alberto
Eduardo Girondo, quien aportó una presentación escritarealizada ante la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra en 1982.
Manifestó que tuvo conocimiento por medio de un prisionero de la E.S.M.A,
que otra secuestrada de nombre Labayrú habría sido forzada a infiltrarse con
familiares de desaparecidos junto con el Teniente de Fragata Alfredo Astiz.
Aclaró que ese información fue corroborado tras una conversación mantenida
por Jorge Acosta, quien refirió sobre “la peligrosidad de los grupos de
familiares de desaparecidos y de los derechos humanos y que había que actuar
contra ellos” (sic).
Precisó que Martín Grass y Raúl Cubas, habrían escuchado este
tipo de conversaciones, los que le comentan las mismas al dicente en
momentos en que se encontraban todos detenidos.-
Expresó que el 8 de diciembre de 1977 se encontraba en el sótano
del Casino de Oficiales de la E.S.M.A en el local que antes había sido la
enfermería, trabajando en la traducción al español de revistas francesas. En ese
momento, pudo observar a un grupo importante de secuestrados, que se
encontraban encapuchados y engrillados. A los pocos minutos, pudo darse
cuenta que comenzaron a torturar a los mismos dado que empieza a escuchar
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Poder Judicial de la Nación
la clásica música y los gritos de los detenidos que provenían de las piezas
llamadas 12 y 13. Al cabo de dos o tres horas, al comenzar a repartirse la
comida, se abrió la puerta de la sala en la que se encontraba y pudo observar a
una docena de prisioneros sentados en los bancos que se encontraban a lo
largo de las paredes del sótano, frente a las piezas 12 y 13. Recordó haber
visto al día siguiente a los prisioneros detenidos el 8 de diciembre de 1977,
más de la mitad mujeres y una parte de los mismos ya habían sido llevados a
“capucha”; ello, así dado que el deponente pasaba parte del día en “capucha” y
parte en el sótano. Refirió que al llegar a “capucha” puedo ver nueve
prisioneros, pudiendo verlos con mayor detenimiento aunque sin poder
precisar cuantos eran varones y cuantas mujeres. Uno le contó que habían sido
detenidos en la Iglesia Santa Cuz y entre ellos, se encontraba una monja
francesa. Aclaró que Raúl Cubas, Martín Grass y Silvia Labayrú se
encontraban en “capucha” y presenciaron la conversación relatada.-
Relató que al otro día, al lado del dicente, se encontraba una
mujer encapuchada, esposada y con grilletes, la cual permaneció allí durante
tres o cuatro días. Sin embargo, en el baño pudo verla sin capucha y advirtió
por las fotografías que vio, que la misma era la religiosa Leonnie Duquet.
Aclaró que esas fotografías las vio en las revistas francesas que el dicente
traducía al español. Agregó que en el baño tuvo oportunidad de intercambiar
algunas palabras con la religiosa mientras el guardia que la acompañaba
permanecía en la puerta. Manifestó que Leonnie Duquet tenía marcas de
golpes en la cara (hematomas en los pómulos y en la boca) y se movía con
mucha dificultad; recordando que en esa oportunidad, el guardia le manifestó
a la monja que no tome agua, en señal que la misma había sido torturada. En
este sentido, aclaró que esta religiosa fue prisionera al día siguiente del 8 de
diciembre de 1977 cuando vio ingresar a los secuestrados mencionados
anteriormente y no es la misma que le mencionara el otro prisionero como
relatara en primera oportunidad.-
Asimismo, expresó que dos o tres días después, mientras el
dicente se encontraba en el sótano, mantuvo una conversación con un
prisionero que colaboraba con los marinos en la confección de documentos
61
falsos, quien le manifiesta bajo estricta promesa de guardar secreto, que las
dos monjas habían sido fotografiadas en el sótano bajo un cartel que decía
“Montoneros”. Agregó que Silvia Labayrú le comentó a Martín Grass y éste al
declarante, que las monjas fueron obligadas a escribir una carta al Superior de
la Congregación para confundir el lugar de su paradero.
Relató que diez o quince días después del ingreso de los
prisioneros secuestrados en la iglesia Santa Cruz, los mismos fueron
trasladados de “capucha” al sótano, y de allí fuera de la ESMA. El traslado fue
de noche, estuvo a cargo del mismo el prefecto Febre y fueron llevadas las
monjas solas, lo cual era inhabitual.-
Asimismo, manifestó que ya desde noviembre de 1977, algunos
prisioneros tenían conocimiento que se estaba planeando alguna acción para
con los familiares de los desaparecidos; ello, por comentarios que al respecto
hicieron Acosta, Pernía y Astiz. A su vez, refirió que el operativo del 8 de
diciembre fue comandado por Astiz y que el Teniente Pernía, oficial de
inteligencia del Grupo de Tareas, tomó a su cargo la conducción de los
interrogatorios que comenzaron inmediatamente en los cuartos 12 y 13.-
Por último, señaló como testigos o personas que podrían tener
conocimiento de los relatados a la Sra. Osatinzky y Ana María Martín que se
domicilian en Ginebra; también señaló a María Alicia Pirles, Grass y Labayrú
que vive en España y Raúl Burgos que viviría en Venezuela. Respecto al
fotógrafo al que hiciera referencia y que le informara sobre las fotografías que
se les sacó a las dos monjas, lo identificó como un prisionero de nombre
Marcelo.-
60) Josefa Prada de Olivieri.
Fue privada de su libertad el 21 de diciembre de 1977 en la finca
de la calle Benito Pérez Galdos 378 de capital federal. Fue conducida a la
E.S.M.A. donde fue sometida a a descargas de corriente eléctrica y golpes
para obligarla a suministrar información. Se la sometió a condiciones
inhumanas de vida. Recuperó su libertad el 27 de diciembre de 1977.
Esta víctima fue secuestrada mientras se encontraba con su
esposo Guillermo Rodolfo Olivieri (ver legajo CONADEP 1719).
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Poder Judicial de la Nación
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sometió a condiciones inhumanas de vida. Se la atormentó para obligarla a
suministrar información. Fue liberada a fines de 1979.
Su presencia en esa dependencia naval fue confirmada por Carlos
García, Miriam Lewin, Graciela Daleo y Andrés Ramón Castillo (mencionada
a fojas 113 del legajo N 16 ó 32, caratulado “Castillo, Andrés Ramón
s/víctima priv. ilegal de la libertad”).
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Poder Judicial de la Nación
conforme lo determina el art. 100 bis del código de Justicia Militar” obrante
al final del legajo 44 (Lewin-García). Allí, García menciona a varias personas
vistas por él en esa dependencia naval con signos de haber sido torturada.
Entre ello mencionó a Amalia Larralde.
65
hogar, fue abrodado por un grupo de personas que se identificaron como
integrantes de la Policía Federal Argentina vestidas de civil sin exhibir armas
y se lo llevan detenido indicándole que se trataba de un asunto de drogas. Lo
subieron a un automóvil Ford Falcon donde lo obligan a viajar tirado en el
piso trasero, propinándole golpes al mismo tiempo. Fue conducido a lo que
luego supo que se trataba de la Escuela de Mecánica de la Armada. Allí fue
llevado a un sótano al interior de una sala donde fue desvestido y atado a una
cama metálica con los ojos tapados por la capucha. Lo interrogaron por sobre
sus actividades políticas y sobre su esposa y le aplicaron pasajes de corriente
eléctrica sobre su cuerpo. Había varias personas en la sesión de tortura entre
las que se encontraba un médico al que apodaban “Tomy”. Fue torturado
durante dos días aunque con intervalos. Luego de ello lo trasladaron a un lugar
que llemaban “capucha” donde fue dejado tirado en el piso, sobre una
colchoneta. El lugar estaba separado por tabiques de madera y pudo darse
cuenta que había muchas personas en sus mismas condiciones. Hacia fines de
1978 le indican que debía realizar trabajos relacionados con la política,
específicamente trabajos gremiales y más adeante debió hacer un trabajo de
seguimiento de la imagen de la Armada a través de publicaciones
periodísticas. Estas tareas las realizó en un lugar denominado “pecera”.
Su presencia en la Escuela de Mecánica de la Armada como así el
trato que le fue dispensado mientras permaneció allí, fue confirmado por lo
que en tal sentido ha expresado Carlos Alberto García en su presentación “Se
presenta conforme lo determina el art. 100 bis del código de Justicia Militar”
obrante al final del legajo 44 (Lewin-García). Allí, García menciona a varias
personas vistas por él en esa dependencia naval con signos de haber sido
torturada. Entre ello menciona a “Coco” Fatala.
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Poder Judicial de la Nación
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sobre los brazos. Luego de retirar al bebé, el tormento siguió en manos de
Astiz, asistido por Raúl Scheller. Cuando Lordkipanidse fue dejado solo,
atado a la cama, pudo escuchar que en otros sitios lindantes se estaba
torturando a un conocido de nombre Fukman (apodado “Cachito”) y a otra
persona que luego conoció como Daniel Oviedo.
También, pudo escuchar la voz de la persona que torturaba a
Fukman y que se hacía llamar "Subcomisario", identificándolo más adelante
como un Oficial de la Infantería de Marina apodado “el gordo Tomás”. Al día
siguiente, lo condujeron atado y encapuchado en una camioneta marca Ford -a
la que denominaban “swat”- junto con “Mito”, quien le contó que los
conducían para detener al “Rata”, de quien “Mito” conocía su paradero. Así,
fueron conducidos a Juan Bautista Alberti y Carlos Calvo, estacionando frente
a un negocio de encomiendas, donde trabajaba Alejandro Firpo (“el Rata”),
aguardando su llegada, la que ocurrió poco después.
Lordkipanidse y su mujer fueron alojados en el sector conocido
como “capucha”. Al cabo de un día, fueron trasladados a un sitio denominado
“capuchita”, ubicado un piso más arriba, donde había un tanque de agua y
otros prisioneros que se encontraban cautivos desde hacía más tiempo. Allí,
permanecieron aproximadamente durante un mes. En ese lugar también
estaban alojados Darío, compañero de militancia, y un abogado de apellido
Pesci, notando que éste presentaba un tajo en la frente y también le comentó
que había sido torturado. Pudo notar la presencia de otras personas en el lugar.
Durante el mes que duró su permanencia en “capuchita”, fue bajado en dos
oportunidades en las que fue nuevamente torturado de idéntica manera, es
decir con picana eléctrica y golpes, reconociendo a uno de sus autores.
Hacia el mes de diciembre de 1978, fue alojado en la zona
conocida como “capucha”, en boxes contiguos, donde permaneció hasta el
mes de marzo del año siguiente. Durante dicho lapso, fue nuevamente
torturado. Durante los primeros meses de 1979, se le comunicó que sería
trasladado a cumplir labores dentro de su especialidad, la fotografía. En una
oportunidad, encontrándose en la sala donde fuera torturado, a los pocos días
de haber arribado a la E.S.M.A., se hicieron presentes Acosta y Astiz, quienes
68
Poder Judicial de la Nación
tuvieron una charla con él, y en un momento determinado Astiz le refirió que
él había sido el encargado de secuestrar a las monjas francesas, agregando
Acosta que él había dado la orden de “mandarlas para arriba”.
Pocos meses después de abril de 1979 se le permitió a la víctima
concurrir durante los fines de semana a su domicilio con la condición de
regresar. En septiembre de 1979, fue trasladado junto con casi todos los
secuestrados a una isla en el Tigre, llamada “El Silencio”, donde permaneció
mientras duró la visita que realizaron representantes de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos a la Argentina. A principios de 1981, el
oficial Estrada -quien para esa época era el jefe del Grupo de Tareas- le
comentó que él había sido el responsable de la muerte del grupo que había
sido secuestrado junto con Basterra. Asimismo, Lordkipanidse recordó que el
represor “Espejaime” en una oportunidad ingresó al comedor donde se hallaba
el dicente, de muy mal humor, ya que dijo que se le había muerto el hermano
de “la negrita” durante la tortura, recordando que su apellido era Villaflor.
Pese a su liberación de la E.S.M.A., Lordkipanidse debía
comunicarse telefónicamente con sus captires desde donde era controlado por
esta vía o personalmente por el subprefecto Díaz Smith, e incluso en varias
oportunidades debía concurrir a la E.S.M.A. cuando le era encargado algún
trabajo de falsificación. Esta situación duró hasta septiembre de 1983, cuando
huyó del país hacia Brasil, junto con su esposa y sus tres hijos, sin
conocimiento de sus captores (declaración de Carlos Gregorio Lordkipanidse
de fojas 2/7vta. del legajo N° 134, correspondiente al nombrado).
En la E.S.M.A., fue visto por Carlos Muñoz -quien lo recordó
como “Víctor”-, trabajando en el área de documentación, donde proyectaba
audiovisuales. Asimismo, la presencia de Lordkipanidse en la E.S.M.A. fue
confirmada por Amalia María Larralde, quien lo vio prisionero en ese lugar en
el mes de noviembre de 1978. Larralde afirmó que durante su cautiverio el
nombrado fue torturado, lo que supo por haber escuchado sus gritos, luego de
lo cual lo vio en mal estado (declaración testimonial de Amalia María Larralde
de fojas 135/41vta. del legajo N° 64 correspondiente a la nombrada)
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72) Jorge Caffati
Fue privado de su libertad el 19 de septiembre de 1978 en la vía
pública. Fue conducido a la E.S.M.A. donde se lo atormentó y se lo sometió a
condiciones inhumanas de vida. Aún permanece desaparecido.
Su permanencia en la E.S.M.A. es confirmada por los dichos que
en tal sentido vuelca Lila Victoria Pastoriza en su testimonio (Legajo 74/40 fs.
32) respecto de quien indica que se lo conocía con el apodo de “Turco” y que
era un militante del “Peronismo de Base” que fue “trasladado”.
Asimismo y en igual sentido se ha pronunciado Carlos Alberto
García en su presentación “Se presenta conforme lo determina el art. 100 bis
del código de Justicia Militar” obrante al final del legajo 44 (Lewin-García).
Allí, García menciona a varias personas vistas por él en esa dependencia naval
con signos de haber sido torturada. Entre ello menciona a el “Turco” Cafatti
indicando que “…fue ferozmente torturado por Mariano Favre y Acosta…”.
Nilda Noemí Actis Goretta en el legajo 56/62 también lo
menciona como una de las personas que pudo ver dentro de la Escuela de
Mecánica de la Armada en calidad de prisionero. Indicó Actis Goretta que el
objetivo de la tortura al “Turco” Caffati era que revelara la ubicación del
dinero que había obtenido en un supuesto secuestro en el que habí participado.
No lo acusaban de militancia política. La testigo dice que en las oportunidades
que tuvo de hablar con Caffati éste le había manifestado que los
secuestradores le habían prometido pasarlo “por derecha” es decir, a la cárcel
legal. Posteriormente se enteró por el oficial Scheller que lo habían trasladado.
Nunca más volvió a verlo ni supo qué fue de él.
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también por lo que en tal sentido ha expresado Thelma Jara de Cabezas quien
lo señala con el apodo de “ruso” (ver fs. 4 vuelta del Legajo 81 “Jara de
Cabezas, Telma”) y que fue el muchacho joven que fue obligado a
acompañarla a la confiteria “Selquet” haciéndose pasar por su sobrino, a fin
de brindar un reportaje con declaraciones falsas para la revista “Para Ti”.
Además de su presencia en esa dependencia naval, Carlos Alberto
García fue testigo del trato que le fue dispensado mientras permaneció allí. En
su presentación “Se presenta conforme lo determina el art. 100 bis del código
de Justicia Militar” obrante al final del legajo 44 (Lewin-García) García
mencionó a varias personas vistas por él con signos de haber sido sometidas a
torturas. Entre ellos mencionó a Gladstein.
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nacional que su desaparición, como otras muchas, era una burda
mentira…”.
Por agosto de 1979 sus secuestradores la llevaron a la peluquería
y le compraron ropa luego de lo cual la llevron a una confitería en Figueroa
Alcorta y Pampa obligando a otro secuestrado que apodaban el “ruso” (Lázaro
J. Gladstein) a hacerse pasar por su sobrino. Los escoltaban personal del
Grupo de Tareas y de Inteligencia “…armados hasta los dientes…”. En la
confitería había un fotógrafo y un periodista de la Revista “Para Ti” en donde
Jara, siguiendo las instrucciones que le habían dado en la E.S.M.A. le cuenta
a aquel que había tenido que irse al Uruguay donde tenía amigos que la
protegían. De ese modo el periodísta tenía elementos para armar el reportaje
que después se publicó en el número del 10 de septiembre de 1979 (ver fs. 23
a 28 del legajo de Jara de Cabezas, Thelma).-
Que luego de este reportaje, fue llevada nuevamente al Uruguay
a efectos de ser entrevistada por los periodistas que acompañaban a la
delegación de la OEA que estaba en Buenos Aires para averiguar la situación
de los detenidos y desaparecidos. Si bien dicha entrevista se frustró, se
organizó una seguda donde el periodista uruguayo Víctor Carrasco simulaba
ser el amigo uruguayo que la protegía. Indicó la víctima que junto con los
periodistas extrenajeros que acompañanan a la delegación de la OEA iba un
integrante del Centro Piloto de París “…circunstancia que indudablemente,
los periodistas auténticos desconocían. Este periodista era el que hacía de
intérprete entre la dicente y el resto de la delegación…”.-
El relato relacionado con la simulación de la situación de detenida
de Thelma Jara de Cabezas, se encuentra corroborada por los dichos que en tal
sentido han expresado Lázaro Jaime Gladstein (fs. 293 del mismo legajo) y
Marcela Andrea Bello. También da cuenta de las torturas que recibiera Jara de
Cabezas, Víctor Anibal Fatala, lo cual surge de su testimonio obrante en el
legajo con doble numeración 128/70
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87) Arturo Osvaldo Barros
Fue privado de su libertad el 21 de agosto de 1979 en su
domicilio en la calle Tres Arroyos 1256 de la ciudad de Buenos Aires. Fue
conducido a la E.S.M.A. donde fue sometido a condiciones inhumanas de vida
y a tormentos. Fue liberado el 22 de febrero de 1980.
En tal sentido es dable remitirse a lo que la propia víctima ha
declarado en el legajo respectivo y lo que ha expresado Susana Leiracha
(declaración de de fojas 45/48 del legajo perteneciente a los casos 87/88) y
Victor Melchor Basterra.-
Reconoció entre sus captores a Adolfo Donda y a Fernando
Enrique Peyón fue sometido a tormentos mediante la aplicación de descargas
de corriente eléctrica, por un oficial del Servicio de Inteligencia Naval
apodado APancho@ (jefe del Grupo de Tareas 3.4, de acuerdo al testimonio de
Barros), Fernando Enrique Peyón, Adolfo Donda y Carlos Carella.-
Este hecho se tuvo por probado mediante la sentencia dictada en
la causa N° 13/84 por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal (caso N° 687).
Durante su cautiverio, fue obligado a realizar tareas para sus
captores sin recibir remuneración alguna y fue reconocido fotográficamente
por los testigos Carlos Muñoz, identificándolo como “Anteojito”, quien estaba
detenido en la E.S.M.A. junto con su pareja a quien conocían como “Kuki”
(ver fs. 181 y ss. del legajo N° 4/74/79/80, y a fojas 118/26 del “legajo 3326
s/denuncia desaparición de Sara Isabel Ponti...”.
Su presencia en la E.S.M.A. también fue confirmada por Carlos
Gregorio Lordkipanidse, Norma Cozzi, Ana María Isabel Testa, quien recordó
haber visto a la víctima en el área denominada “pecera” en el casino de
oficiales de esa dependencia y José Orlando Miño, quien lo recordó por el
apodo “Anteojito”, liberado en febrero de 1980.
Si bien fue liberado el 22 de febrero de 1980, permaneció bajo el
control periódico de los integrantes del Grupo de Tareas 3.3.-
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Poder Judicial de la Nación
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sesión de tortura en cuarto de interrogatorios ubicado en el fondo del sótano.
Asimismo, indicó que cuando se interrumpió la sesión, pudieron escuchar que
se abría una puerta y el ruido de arrastre de cadenas sobre el piso.
Inmediatamente, ingresaron al comedor donde estaban reunidos algunos
secuestrados el Capitán D´Imperio y el Teniente Cavallo, quienes sostenían de
los brazos a Ana Testa, encapuchada, esposada y con grilletes. El Teniente
Cavallo, en forma violenta, le sacó la capucha, diciéndole “mirá, ves que acá
no matamos a los detenidos”. En esa ocasión, Lordkipanidse pudo observar el
rostro de Testa, desfigurado por los golpes y los tormentos. Acto seguido, le
colocaron nuevamente la capucha y la condujeron a la sala de torturas.
Su presencia en la E.S.M.A. también fue confirmada por Arturo
Osvaldo Barros, Víctor Melchor Basterra (declaración de fojas 118/26 del
“legajo N 3326 s/denuncia desaparición de Sara Isabel Ponti...”) y José
Orlando Miño, quien indicó que fue liberada en marzo de 1980 y que en la
víspera a su liberación Miño y Testa fueron llevados por Ricardo Miguel
Cavallo a tomar un café a la confitería “Tabac”, ubicada en la Avenida del
Libertador y Coronel Díaz de Capital Federal.
Asimismo, Testa señaló que su estado de salud era controlado por
Carlos Octavio Capdevilla (alias “Tomy”), a quien pudo ver a cara descubierta
en una ocasión en que curó una hemorragia que sufrió la víctima,
aproximadamente dos meses después de su secuestro, en el lugar conocido
como la enfermería.
Por otra parte, Azic y Cavallo la condujeron en varias
oportunidades a la localidad de San Jorge, Provincia de Santa Fe, para visitar a
su familia e intimar al padre -Rubens Testa- a que entregara un campo de su
propiedad, si quería que su hija continuara con vida, a raíz de lo cual Azic se
comunicó frecuentemente por vía telefónica con el padre, para comprobar si
ya había hablado con los hermanos para concretar la entrega. La familia de
Testa fue testigo de estas visitas: su padre, madre (Celia Gaglietto de Testa),
hermano (Eduardo Testa), y hermanas (Graciela y Silvina María Cecilia
Testa). En aquella época, la última de las nombradas pudo observar
personalmente las marcas de la tortura en el cuerpo de Ana María Isabel.
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Poder Judicial de la Nación
INDAGATORIAS.
A Jorge Eduardo Acosta, la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Criminal y Correccional Federal le recibió declaración indagatoria el 22
de febrero de 1987 (ver fs. 3934). Los hechos por los cuales se consideró que
se encontraba completa la instrucción a su respecto, son los siguientes: 8)
Lisandro Raúl Cubas; 18) Martín Tomás Gras; 27) Ricardo Héctor Coquet;
31) Sara Solarsz de Osatinsky; 44) Carlos A. García; 62) Nilda Noemí Actis
Goretta; 64) María Amelia Larralde y 71) Carlos Gregorio Lordkipanidse.-
Alfredo Ignacio Astiz fue indagado el 26 de febrero de 1987 (ver
fs. 4016). Los hechos por los cuales se consideró que se encontraba completa
la instrucción son los siguientes: 44) Carlos A. García; 64) María Amelia
Larralde, 71) Carlos Gregorio Lordkipanidse; 74) Carlos Muñoz y 76) Lázaro
Jaime Gladstein.-
Juan Antonio Azic, fue indagado por la Cámara Federal el 26 de
febrero de 1987 (ver fs. 4034) y los hechos por los cuales se consideró que se
encontraba completa la instrucción, son los siguientes: 70)Víctor Aníbal
Fatala, 71) Carlos Gregorio Lordkipanidse; 76) Lázaro Jaime Gladstein.-
Carlos Octavio Capdevila fue indagado el 26 de febrero de 2987
(ver fs. 4021). Los casos por los que se entendió que se encontraba completa
la instrucción, son los siguientes: 23) Ana María Martí, 70) Víctor Aníbal
Fatala; 83) Víctor Melchor Basterra y 88) Susana Beatriz Leiracha de Barros.-
Adolfo Miguel Donda, fue indagado el 26 de febrero de 1987
(ver fs. 3995) y los hechos por los cuales se entendió que se encontraba
completa la instrucción, fueron los siguientes: 70) Víctor Aníbal Fatala; 71)
Carlos Gregorio Lordkipanidse; 74) Carlos Muñoz; 76) Lázaro Jaime
Gladstein; 87) Arturo Osvaldo Barros; 99) Ana María Isabel Testa.-
79
Manuel Jacinto García Tallada fue indagado el día 27 de
febrero de 1987. Los hechos por los cuales se consideró que se encontraba
completa la instrucción son los siguientes: 35) Silvia Wikinsky; 36) Patricia
Flynn, 37) Marianela Galli; 38) Mario Galli; 39) Felisa Violeta Wagner, 40)
Lila Victoria Pastoriza; 41) María Ines Imaz de Allende; 42) Alicia Elisa
Tokar; 43) Graciela Beatriz Daleo 44) Carlos A. García; 45) Alfredo Julio
Margari; 46) Guillermo Olivieri; 47) Alcira Fidalgo, 48) Alicia María Juana
Domon, 49) Leonie Duquet 50) Ballestrino de Careaga, Esther, 51) Ponce de
Bianco María, 52) Aguad, Angela, 53) Oviedo, Patricia, 54) Bulit, Raquel, 55)
Fondevilla, Julio, 56) Elbert, Horacio, 57) Horane, Eduardo Gabriel, 58)
Berardo, Remo Carlos, 59) Villaflor de De Vincenti, Azucena, 60) Josefa
Prada de Olivieri.-
Oscar Antonio Montes fue indagado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal el 27 de febrero de 1987
(ver fsl. 4066). Los hechos por los cuales se consideró que su situación
procesal se encontraba resuelta son los siguientes: 1) Arnaldo Rodolfo
Gremico; 2) Orlando Virgilio Yorio; 3) Francisco Jalics 4) Osvaldo Rubén
Cheula 5) Alberto Ahumada, 6) María Laura Tacca de Ahumada 7) Luis
Alberto Vázquez 8) Lisandro Raúl Cubas, 9) Alejandro Monforte 10) Rodolfo
Luis Picheni 11) Carlos Oscar Loza 12) Héctor Guelfi 13) Oscar Repossi 14)
Silvia Labayrú de Lennie 15) Nilva Zuccarino de Lennie, 16) Santiago Lennie
17) Sandra Lennie de Osuna 18) Martín Tomás Gras, 19) Carlos Figuerero
Ríos, 20) Edmundo Landín, 21) María Elisa Hachmann de Landin, 22)
Marcelo Hernández, 23) Ana María Martí, 24) María Alicia Milia de Pirles,
25) Ariel Aisemberg, 26) Daniel Aisemberg, 27) Ricardo Coquet, 28) Daniel
Marcelo Schappira, 29) José María Salgado, 30) María Cristina Lennie, 31)
Sara Solarz de Osatinsky, 32) Andrés Ramón Castillo, 33) Hugo César
Bogarín y 34) Alejandra Lepido.-
Raúl Enrique Scheller fue indagado por la Cámara Federal el 9
de marzo de 1987. Luego de ello, y reabierta que fue la investigación, se
consideró que se encontraba resuelta su situación procesal y completa la
instrucción respecto de los siguientes hechos 46) Guillermo Olivieri, 61)
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Poder Judicial de la Nación
María Eva Bernst de Hansen, 62) Nilda Noemí Actis Goretta, 69) Enrique
Mario Fukman, 70) Víctor Aníbal Fatala, 72) Jorge Caffati, y 76) Lázaro
Jaime Gladstein
Antonio Pernías fue indagado el 26 de febrero de 1987 (ver fs.
4002). Los hechos por los que se entendió que se encontraba resuelta su
situación procesal y completa la instrucción, son los siguientes: 18) Martín
Tomás Gras, 23) Ana María Martí; 24) María Alicia Milia de Pirles 27)
Ricardo Héctor Coquet 31) Sara Solarz de Osatinsky 32) Andrés Ramón
Castillo 43) Graciela Beatriz Daleo y 44) Carlos García.-
VALORACIÓN PROBATORIA.
CONTEXTO GENERAL DE LOS HECHOS.
Además del desarrollo particular de los hechos con relación a
cada procesado en forma individual, resulta oportuno efectuar un breve relato
sobre el contexto social de la época y sobre la situación imperante en el país a
partir del 24 de marzo de 1976.-
La fecha antes apuntada, señala el comienzo de un cambio
institucional que ha marcado significativamente el contexto en el cual se
desarrollaron los casos detallados en el apartado HECHOS.-
El 24 de marzo de 1976 la Junta de Comandantes de las tres
Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno constitucional que había sido elegido
democráticamente pocos años antes. Este gobierno de facto inició lo que
denominaron Proceso de Reorganización Nacional, instaurando desde allí, un
modo peculiar de combatir a la subversión. Si bien con anterioridad ya se
habían dictado y estaban vigentes leyes antisubversivas, el aparato estatal que
se hizo cargo de la conducción de la Nación, implementó una manera secreta y
clandestina de combatir a aquellas facciones que presuntamente atentaban
contra la instauración del nuevo régimen.-
En tal sentido la Cámara Federal de Apelaciones al dictar
sentencia en la causa 13, dejó sentado claramente el modus operandi del
gobierno militar en lo que se dio en llamar la lucha contra la subversión.
81
La Alzada dijo en esa oportunidad, que la cúpula de cada una de
las fuerzas armadas en aquel tiempo a cargo del Poder Ejecutivo Nacional,
establecieron secretamente -y en forma paralela al sistema jurídico legal
vigente- un modo criminal de lucha contra el terrorismo mediante el cual se
otorgó a los cuadros inferiores de las fuerzas armadas, una amplia
discrecionalidad para realizar tareas de inteligencia y, en función de sus
resultados, privar de la libertad a quienes aparecieran vinculados, de cualquier
modo con actividades extremistas. En tal sentido autorizó y consintió
interrogatorios bajo tormentos y golpes, como así la mantención de las
víctimas en cautiverio en forma clandestina en condiciones inhumanas de vida
con el objeto de que a través del dolor o del quiebre psicológico se pudiera
obtener nueva información para ampliar la red de objetivos y organizar nuevos
secuestros.
En el mismo sentido, se concedió libertad para apreciar y decidir
sobre el destino final de cada secuestrado: su ingreso al sistema legal, su
liberación o su eliminación física.-
Uno de esos lugares de detención a los cuales las víctimas eran
trasladados, interrogados y sometidos a condiciones inhumanas de vida es la
Escuela Superior de Mecánica de la Armada (E.S.M.A.) tal como da cuenta la
mencionada causa 13, y como surge de los numerosos testimonios recogidos
en esta investigación.-
La clandestinidad a la que se alude tanto con relación al centro de
detención, como a las operaciones encaradas por las distintas fuerzas para la
interceptación de sus “blancos” u “objetivos” no se refiere a que aquellos
estaban ocultos a los ojos de la ciudadanía, o que eran perpetrados por
personas cuya identidad se desconocía, sino que, por el contrario, se utilizaban
las instalaciones, los insumos, los bienes y el personal legalmente adjudicados
a las fuerzas pero para una finalidad completamente distinta e ilegal.
El Casino de oficiales de la Escuela Superior de Mecánica de la
Armada está ubicada en Av. del Libertador a escasos metros de la Av. General
Paz, en uno de los barrios más distinguidos de la ciudad de Buenos Aires. Y
era justamente en dicho lugar, a la vista de todos, donde se ingresaba a los
82
Poder Judicial de la Nación
83
187/83 y luego ante los tribunales que sustanciaron una investigación sobre lo
ocurrido, se pudo establecer que la misma modalidad fue implementada en
todo el país, incluso aún trasponiendo las fronteras internacionales.-
Fue a partir de dichos testimonios que pudo reconstruirse el
padecimiento y el destino de muchas de las víctimas y donde se pudo conocer
sobre la desaparición forzada que subsiste respecto de otras.-
Los hechos sobre los cuales concierne ahora resolver, fueron
cometidos en ese contexto.-
VINCULACIÓN DE LOS PROCESADOS CON LOS
HECHOS QUE SON OBJETO DEL PROCESO.
Los testimonios colectados en esta investigación se refieren a
varios aspectos: uno relacionado con las circunstancias de modo tiempo y
lugar en que acaeció el secuestro, la tortura y su mantención en cautiverio.
También a la descripción física del lugar, los sonidos audibles, el trato
recibido y señalando además la presencia de otras personas en el lugar, su
número aproximado y sus nombres. También aportan datos vinculados con
las condiciones en que se produjera la liberación de las víctimas, su
eliminación física o su desaparición. Aluden además a sus captores al papel o
actividad que les cupo durante su secuestro, durante su encierro o durante las
sesiones de tortura e inclusive con posterioridad, cuando eran sometidos a un
régimen de libertad vigilada, donde estaba claro que la potestad sobre la
libertad de la víctima estaba en manos de sus secuestradores aún en ausencia
de capuchas, tabiques, esposas y grilletes.
En ese sentido resulta valioso incorporar algunos testimonios que
dan cuenta de las actividades desarrolladas por los procesados, que
demuestran que todos desempeñaban un papel protagónico en las distintas
actividades implementadas para llevar adelante el plan de lucha contra la
subversión, casi independientemente de su rango jerárquico o posición
funcional.-
Así, es importante recoger principalmente testimonios que se
refieren a la organización de estos cuadros de la Armada cuya base operativa
era la Escuela de Mecánica de la Armada.
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G.T. 3.3/2 secuestraba casi cotidianamente. A veces llegaban a traer 3 y 4
personas por día. Cuando comenzaban los interrogatorios, los oficiales
ordenaban a los guardias que se encontraban en el pasillo que pusieran
música con volumen alto, para lo cual había un tocadiscos en la mesa...”.-
Agregaron los testigos que su conocimiento sobre los orígenes del
Grupo de Tareas 3.3/2 fueron obtenidos de las conversaciones mantenidas con
el Capitán de Corbeta D’Imperio que utilizaba habitualmente el nombre de
“Abdala” “...el Servicio de Informaciones Navales (SIN) habría manifestado
que la Armada no estaba en condiciones de cumplir el objetivo asignado, ya
que su capacidad operativa no se adecuaba a la envergadura de la tarea, y la
organización Montoneros se encontraba distribuida en todo el país, no así las
fuerzas de la Marina. Según el informante, el Almirante Massera decidió
entonces encomendar a personal de su confianza, entre los que se encontraba
el Capitán de Navío Rubén Jacinto Chamorro - ascendido luego a
contraalmirante-, director de la ESMA, al capitán de corbeta Menéndez, al
capitán de corbeta Acosta y a otros más la organización de un grupo que
dedicara su accionar al aniquilamiento de Montoneros (...) CADENA DE
MANDOS DEL GRUPO DE TAREAS 3.3/2. El Almirante Emilio E. Massera,
Comandante en Jefe de la Armada hasta septiembre de 1978, y miembro de la
Junta Militar que usurpó el poder en la Argentina el 24 de marzo de 1976, fue
la instancia máxima de conducción de la tarea represiva llevada adelante por
la Marina... ESTRUCTURA INTERNA DEL GRUPO DE TAREAS 3.3/2. El
GT 3.3/2 se estructuró, de acuerdo a las funciones que debían cumplir sus
miembros, en tres sectores: INTELIGENCIA, OPERACIONES y LOGÍSTICA.
INTELIGENCIA. (...) Tenía a su cargo la realización efectiva de los
interrogatorios y torturas de los secuestrados llevados a la ESMA por los
grupos operativos, y el análisis minucioso de todos los papeles, apuntes y
cualquier otro material que se hallara en poder de sus víctimas en el momento
del secuestro o “chupe”. En la realización de esta tarea contaban con el
concurso de suboficiales de la Marina, Prefectura y Servicio Penitenciario
(...) Otra función de Inteligencia era la de decidir, bajo la conducción del
Contraalmirante Chamorro, qué secuestrados debían ser incluidos en los
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las comidas desde la cocina hasta el sótano o a la “capucha”, vigilancia de
los desplazamientos de los prisioneros al baño, y participación como
operativos en secuestros y “paseos”. El suboficial a cargo de las guardias
recibía el nombre de “Pedro” (luego fue cambiado por el de “Pablo”), y debía
su denominación a que estaba encargado de portar las llaves de los grilletes.
El “Pedro” tenía como auxiliar a un “ayudante de Pedro” (luego “Pablito”), y
bajo su mando una dotación de “Verdes”. Tanto el ayudante como los
“verdes” eran alumnos de la ESMA ...”.-
Del mismo modo Martín Tomás Gras en el Legajo que lleva los
números 71 y 18, ha ofrecido sus conclusiones relacionadas con los hechos
que se conocen como “terrorismo de Estado” en el período comprendido entre
los años 1976 y 1983.
Este testigo ha expresado que “…ha podido comprobar
personalmente que las Fuerzas Armadas argentinas dieron el golpe militar
del 24 de marzo de 1976 (...) para asumir el control de la totalidad del
aparato del Estado y ponerlo al servicio de una política de exterminio de los
activistas de las organizaciones populares, tanto políticos como sindicales,
estudiantiles y de los distintos estratos de las sociedad que expresaran
adhesión a proyectos de transformación social, calificados por las Fuerzas
Armadas como “contrarios al ser nacional y al orden social natural...”. Ha
dicho que el método utilizado ha sido la lucha clandestina y que la represión
revestía carácter institucional pues se utilizó toda la estructura del Estado,
fuera de los marcos legales en función de la orden y decisión superior de los
mandos militares. Específicamente y respecto de Grupo de Tareas 3.3 cuya
creación ha apoyado decididamente el Almirante Massera tuvo por pretexto
contar con un grupo defensivo de la unidad, aunque en realidad, su objetivo
era obtener su propia cuota de poder. “...Los mandos superiores de la Marina
y Massera en particular, otorgan gran importancia a la creación de este
Grupo de Tareas, el cual encomiendan a partir de su reconocimiento por el
Batallón 601 de Inteligencia que ejercía la jefatura represiva de la zona (...)
En el primer aspecto, la dotación inicial se incrementa notablemente. A la
decena de oficiales “fundadores” se suma ahora los oficiales “rotativos” en un
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absoluta de discrecionalidad e impunidad de las acción represiva. En tal
sentido el gobierno de facto encaró una represión tendiente a “…erradicar
toda forma de oposición política e ideológica, efectiva o presunta, toda forma
de organización solcial y política que pudiera cuestionar aun parcialmente la
dictadura de las fuerzas armadas y la imposición del proyecyo de un sector
del poder económico. Su preparación, su puesta en práctica, la metodología
empleada, así como sus autores y ejecutantes, serían mantenidos secretos. Así
se forman los Grupos de Tareas (G.T.) dependientes de la jefatura de cada
arma, y con asentamiento en diferentes centros militares y policiales de todo
el país (…) El G.T. de la ESMA es creado por decisión directa del Almirante
Massera, en ejercicio de la Comandancia en Jefe de la Armada y como
integrante de la Junta Militar de gobierno. El objetivo fue la formación deun
grupo que operara en Capital Federal y Gran Buenos Aires, jurisdicción del I
Cuerpo de Ejército y que estuviera constituido por gente de confianza y bajo
el mando directo del Comandante en Jefe…”.
En tal sentido, estos testigos afirmaron que para “…reafirmar la
institucionalidad de los medios empleados y galvanizar a la fuerza,
garantizándole impudidad, Massera concurre al G.T. poco después de su
formación y dicta una conferencia ante los oficiales designados, en donde
deja sentados los principios políticos operativos que serían aplicados. La
frase final del discurso era repetida por el Capitán Acosta “…emplear la
máxima violencia, sin trepidar en los medios…”. En las primeras operaciones
de secuestros que realiza el G.T, participa Massera, asumiendo en el terreno
el mando operativo. Incluso (…) tirtura personalmente a los detenidos
capturados… visitó varias veces el Casino de Oficiales y recorrió las
instalaciones destinadas a la tortura y la “capucha”.
En cuanto a su conformación, Cubas y Quiroga expresaron que
“…se constituyó sobre la base de una decena de oficiales y luego fue
incorporando a un número creciente de marinos en actividad y algunos
retirados, oficiales, suboficiales y agentes de la Policía Federal, miembros del
cuerpo del Servicio Penitenciario, de la Prefectura Martítima e incluso
oficiales del ejército…”.
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tenían a su cargo la represión en la zona sur del gran Buenos Aires,
aparentemente pertenecían a Ejército; 3) procedentes de Mar del Plata y
pertenecientes a la Marina…”.-
Al igual que otras de las víctimas que recuperaron su libertad,
Actos Goretta, puso de manifiesto sus conocimientos y sus impresiones
relacionadas con las actividades desarrolladas por las fuerzas armadas
relatando cómo y desde cuándo se remonta el origen de los Grupos de Tareas.
En tal sentido en su testimonio del legajo 56/62 Nilda N. Actis Goretta
explicó que “…La “orden de Batalla del 24 de marzo de 1976” expresa
cabalmente la doctrina con que las Fuerzas Armadas dieron el golpe de
Estado. La “Orden”, emanada de los Comandantes en Jefe de las tres armas y
del Estado Mayor Conjunto, ordenaba “la destrucción física de las
organizaciones (populares) mediante la eliminación física de sus miembros”.
Para tal fin, los recursos del Estado de Derecho para castigar los delitos
“subversivos” no eran aptos. A decir de los propios oficiales de la ESMA,
debían adoptar formas no convencionales de represión utilizando la tortura
como método de conseguir información para seguir operando y la
desaparición como forma de generar terror en toda la población. Por otra
parte consideraban que la detención en cárceles legales no haría cambiar de
concepción a los detenidos quienes al recuperar la libertad, saldríanb con sus
ideas reafirmadas….”
Dijo que además “…Los Grupo de Tareas (en adelante G.T.) que
se crean para aplicar esta polítioca de exterminio nacen por lo tanto del
mando centralizado de las estructuras naturales de las Fuerzas Armadas y
organismos de seguridad, donde Ejército y Marina se disputaban la cuota de
poder que otorgaba el aparato de represión (…) Inicialmente el G.T. de la
Ar,ada funciona con asiento emn el Servicio de Informaciones Navales (SIN)
quien realiza las tareas de inteligencia y las acciones operativas
corresponden a la ESMA. A medida que se agudizan las contradicciones
ESMA- SIN debido al enfrentamiento entr Massera y la conducción del SIN
considerada “no masserista”, se generan en la práctica dos G.T. La ESMA
desarrolla su propia inteliugencia y el SIN su grupo operativo…”.-
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Con las transcripciones incluidas anteriormente entendemos que
se encuentra probada la estructura orgánica del Grupo de Tareas 3.3 y su
dependencia de la cadena de mando. En su oportunidad, la Cámara de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal al pronunciarse respecto de
las situaciones procesales de aquellos que debió juzgar por otros hechos
ocurridos en el mismo período, tuvo por acreditado que la Unidad de Tareas
3.3.2. (U.T. 3.3.2), que funcionaba dentro de la E.S.M.A.,estaba encargada de
realizar tareas ofensivas encubiertas en la lucha contra la subversión. Que esa
UT 3.3.2 dependiente del G.T. 3.3. estaba a cargo del Director de la Escuela y
dependió del Comandante de la Fuerza de Tareas 3 quien, a su vez, estaba
subordinado al Comandante de Operaciones Navales que, a los efectos de la
lucha, respondía al Comandante en Jefe de la Armada.
En la causa 13/84, también quedó debidamente acreditado que los
comandantes en Jefe de la Armada, Emilio Massera y Armando Lambruschini,
ordenaron un modo de combatir el terrorismo, consistente en aprehender
sospechosos, mantenerlos clandestinamente en cautiverio bajo condiciones
inhumanas de vida, someterlos a tormentos con el propósito de obtener
información para, por fin, ponerlos a disposición de la Justicia o del Poder
Ejecutivo de la Nación, o bien eliminarlos físicamente.
Considero que se encuentra acreditado con los testimonios
colectados en el sumario el funcionamiento del Grupo de Tareas 3.3./2 que se
ha desarrollado esta cuestión preliminar, como así también todo lo relacionado
con su estructura jerárquica sus componentes, sus integrantes, su vinculación
con la cadena de mandos y sus divisiones internas. Por ello a continuación
habrá de efectuarse un desarrollo relacionado con el tratamiento de la
situación procesal de cada uno de los imputados en forma particular.-
Como aclaración previa parece oportuno recordar que todos
aquellos que han sido convocados a prestar declaración indagatoria, han
tenido participación en el Grupo de Tareas 3.3, o bien han impartido órdenes a
otros o realizado actividades tendientes a que el Grupo de Tareas pueda
cumplir eficazmente con el fin para el cual fue creado.
Jorge Eduardo Acosta.
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Manifestó que era conocido con el apodo de “Tigre”, que medía 1,80 mts. de
altura de ojos verdes tez blanca y cabello gris. (declaración obrante al final del
legajo 96/8 Cubas - Quiroga de fecha 31/OCT/86).-
Nilda Niemí Actis Goretta lo incluye dentro de su testimonio
como Capitán de Corbeta. conocido con el apodo de “Tigre” “Aníbal” o
“Santiago”. Que era el Jefe de Inteligencia del G.T. hasta fines de 1978. Lo
señala como torturador. Dijo además que a comienzos de 1979 visitaba la
“inmobiliaria” a través de la cual vendían las propiedades robadas a los
secuestrados. (ver legajo Actis Goretta 56/62).-
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Carlos Octavio Capdevilla.
Este procesado -de profesión médico- ha formado parte integrante
del Grupo de Tareas 3.3.2 que funcionaba con base operativa en la Escuela de
Mecánica de la Armada.-
De acuerdo con los testimonios recogidos en las actuaciones, la
función de estos profesionales de la salud dentro de esa dependencia naval
estaba más asociada a su participación en la imposición de tormentos
mediante descargas eléctricas en el cuerpo de los detenidos, aconsejando
continuar con la tortura o suspenderla, de acuerdo con los signos vitales que
manifestara el prisionero, para determinar si era factible la continuación de la
tortura para obtener la información necesaria para continuar con el objeto para
el cual el GT fue creado.-
Tal como surge del testimonio de María Ines del Pilar Imaz de
Allende (ver legajo 111/41) al ser preguntada por el Dr. Valerga Aráoz el
14/02/87 si en la E.S.M.A. había médicos, respondió “…que conoció a tres,
uno llamado TOMY, otro RICK y otro “Manzanita”; que la función de estos
profesionales era atender a los detenidos y según comentarios generales de
todos los alojados, e4xaminarlos cuando eran torturados…”
En un sentido similar que alude al papel que los médicos tenían
dentro del aparato que conformaba el Grpo de Tareas 3.3.2 desde su creación
en adelante se pronunció Horacio Domingo Maggio quien fue muerto por el
G.T. luego de ser recapturado. Maggio permaneció clandestinamente detenido
en la Escuela de Mecánica de la Armada y fue sometido a torturas. Logro
fugarse y, en esa situación, contó a través de una carta (agregada a fs. 300 del
legajo que corre por cuerda con el legajo 44 Lewin - García) que “…fui
sometido a salvajes tirturas por espacio de 15 días. En una de esas ocasiones
se me produce un paro cardíaco y un “medico” intenta mi recuperación para
seguir aplicando inmediatamente, entre otros métodos, la “picana” o
“Máquina” y el “submarino” (colocanado una bolsa de polietileno en la
cabeza que no permite la respiración)…”.
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Victoria- fue hallada en una familia apropiadora cuyo jefe es el coprocesado
Juan Antonio Azic.
Lila Victoria Pastoriza lo menciona como “Palito” indicando que
era un oficial de operaciones del “Personal de los grupos represivos” (ver
legajo 74/40 fs. 27).-
Marcela Andrea Bello en su declaración onbrante en el lejago de
Jara de Cabezas, relató que tomó conocimiento a través de lo que Thelma Jara
de Cabezas pudo decirle cuando se encontraban ambas en el interior de la
E.S.M.A. en el sector conocido como “pecera” que entre otros, aquella había
sido torturada por “Dunda”(ver fs. 362 del legajo Varela Cid s/ denuncia).-
Inclusive, su fotografía fue reconocida por Carlos Alberto García,
como la obrante a fs. 65 del legajo aportado por Victor Melchor Basterra que
consta de varias decenas de fotografías de oficiales y suboficiales que
integraban el Grupo de Tareas 3.3.2 y se dejaban fotografiar a los fines de
confeccionarse deocumentación falsificada para concretar sus planes trazados
en el marco de la que llamaron “lucha contra la subversión”.
Víctor Aníbal Fatala (ver legajo 128/70) lo incluye dentro de la
nómina de los integrantes del GT señalándolo como oficial apodado “Palito” o
“Gerónimo”.-
Nilda Noemí Actis Goretta también menciona a este procesado
como integrante del Grupo de Tareas 3.3.2 indicándolo con el rango de
Teniente de Navío y con los apodos de “Palito” y “Jerónimo”. Expresó que era
oficial de operaciones (ver legajo de Actis Goretta 56/62).
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sustentaba su accionar y al carácter institucional que éste revestía fue
conocido por mí más detalladamente al ser incorporada al grupo en “proceso
de recuperación”, luego de siete meses de permanencia en la ESMA. La
información provino de conversaciones con oficiales del GT o de la que
habían logrado conocer los prisioneros que estaban en su poder…”.
Horacio Domingo Maggio al que se hiciera referencia en párrafos
anteriores como aquel secuestrado que se fugara y fuera recapturado
posteriormente, también manifestó en su testimonio obrante a fs. 301 del
legajo que corre por cuerda con el legajo 44 de Lewin y García que “…en
varias oportunidades se hicieron presentes a efecto de visitar las
instalaciones: el “Negro” o “Coara”, nombres con con que se lo identifica a
Massera, el Ministro de Relaciones Exteriores, Montes, el Capitán Gualter
Allarael Coronel Roualdes y otros que por sus uniformes y distintivos eran
oficiales de alta graduación…”
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eliminados físicamente sea en el momento mismo de su intento de secuestro o
luego de permanecer detenidos.-
La actuación de Raúl Enrique Scheller en el Grupo de Tareas
3.3.2, surge del testimonio que en tal sentido ha brindado Alfredo Julio
Margari (Legajo 34/45).
Martín Tomás Gras también señala a este procesado como
integrante del Grupo de Tareas 3.3. y como participante en las torturas
infligidas a los detenidos. Indicó que se lo conocía con los apodos de
“Pingüino”, “Mariano” y “Miranda”. (ver fs. 27 del legajo 71 Anexo 1)
Lila Victoria Pastoriza, dentro de la nónima que ha dado en
llamar “Personal de los grupos represivos” ha includo a un oficial del área
inteligencia que recibía el apodo de “Mariano”. Por la época en que este
testimonio se produjo, parece probable que la testigo no conociera -hasta ese
momento- la identidad legal del procesado Scheller.
María Ines del Pilar Imaz de Allende (ver legajo 111/41) al ser
interrogada por el Dr. Valerga Aráoz el 14 de febrero de 1987, para que diga si
recordaba al personal, sus nombres y apellidos, que estaban a cargo de los
detenidos mencionó a un oficial de Marina apodado “Mariano”.-
También hace referencia al oficial Scheller apodado “Mariano” o
“Pingüino” Carlos Alberto García en su declaración del 13 de febrero de 1987
obrante en el legajo 44 de Lewin y García. Allí lo señala como uno de los que
participaron en la sesión de tortura al que fue sometido en la E.S.M.A.
Además, reconoció su fotografía entre aquellas que Víctor Melchor Basterra
acompañó a la justicia con motivo de la denuncia de los hechos que lo
damnificaron. Dicha fotografía fue obtenida dentro de la E.S.M.A. con el
objeto de confeccionar documentación falsa para ser utilizada por los
integrantes del Grupo de Tareas.
Víctor Anibal Fatala lo reconoció como a uno de los intergantes
del Grupo de Tareas. En tal sentido en su declaración obrante en el Legajo
128/70 lo señala como oficial de apellido Scheller apodado “Mariano” o
“Pingüino”.
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Antonio Pernías.
Encontrándose acreditada la estructura organizativa del Grupo de
Tareas 3.3.2 con base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada,
como así cuáles eran sus actividades para las cuales fue concebida, es
menester valorar aquellas pruebas que dan cuenta de quién o quiénes han sido
sus integrantes y han formado parte de esa estructura ilegal, desarrollando sus
actividades conforme la finalidad y los objetivos trazados.
El procesado Antonio Pernías es mencionado como integrante del
Grupo de Tareas que funcionaba en la E.S.M.A. por Alfredo Julio Margari.
Ello surge de su testimonio obrante a fs. 1 del Lejago 34/45.
En el mismo sentido se ha pronunciado Martín Tomás Gras en el
legajo 71 Anexo 1 (ver fs. 26) donde indica que “Antonio Pernía” recibía los
sobrenombres de “Rata”, “Trueno” y “Martín”. Que tenía la jerarquía de
Teniente de Navío y era miembro de los grupos operativos y responsable del
Centro Piloto de París durante varios meses en 1976. Indicó además que
experimentaba sobre prisioneros los efectos de las drogas paralizantes
inyectadas por dardos lanzados desde cierta distancia. Que el objetivo que
perseguía era el de obtener nuevas técnicas para la captura y secuestro de
personas y que además, torturaba prisioneros.
María Ines del Pilar Imaz de Allende (ver legajo 111/41) al ser
interrogada por el Dr. Valerga Aráoz el 14 de febrero de 1987, para que diga si
recurdaba al personal, sus nombres y apellidos, que estaban a cargo de los
detenidos mencionó a “…PERNÍA oficial de inteligencia al que apodaban
“TRUENO”…”.-
Carlos Alberto García (ver testimonio de fs. 198 del legajo 44
“Lewin - García” también lo señala como uno de sus torturadores. Se refiere a
él como a “…un oficial de la Armada Pernía apodado “trueno”…”
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Lisandro Raúl Cubas ha explicado también que mienstras
permaneció en cautiverio pudo identificar al Teniente Antonio Pernía de 1,75
de altura, cabello negro, cara cuadrada y sin glúteos (declaración obrante al
final del legajo 96/8 Cubas - Quiroga de fecha 31/OCT/86).
Nilda Noemí Actis Goretta en el testimonio que se encuentra
agregado al legajo 56/62 lo señala como Teniente de Navío conocido con los
apodos de “martpin” y “trueno”. Que era oficial de inteligencia y que era
torturador.
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El Dr. Aberg Cobo fue debidamente notificado del traslado del
art. 349 el 24 de septiembre de 2007 (ver fs. 9227), sin que obre cosntancia
alguna de una presentación relativa a dicha notificación.-
En este punto, el desarrollo de cada uno de los hechos en
particular, mencionando sus pruebas y el detalle que fuera aportado en el
punto respectivo que vincula a cada uno de los imputados con la prueba y los
hechos, echan por tierra los fundamentos de oposición intentados por la Dra.
Blanco, puesto que de las constancias de la causa y el relato de las víctimas
que han sobrevivido a su cautiverio, resultan suficientes como para que el
debate de la responsabilidad de cada uno de los intervinientes en estos hechos,
se desarrolle en forma más amplia y profunda en un juicio oral.-
AUTORÍA
Este punto se ha de referir a la responsabilidad de cada uno de los
procesados en relación a los hechos. Se desprende de los distintos testimonios
puestos de relevancia que hubo un acuerdo de voluntades para capturar a las
víctimas conforme un plan de ejecución previamente planeado.-
Dada la forma en que se encontraba organizada la actividad que
se pone de relevancia en la presente es de referir que al reconocer el derecho
penal la posibilidad de coautoría lo que en verdad sostiene es la posibilidad de
la división de trabajos, la que ocurre cuando, según el plan de los
intervinientes, se distribuyen las aportaciones necesarias para la ejecución, sea
en todos los estadios del delito o entre los distintos estadios, de manera que
también personas no participantes en la ejecución determinan la configuración
de esta, o el que se la lleve o no a cabo. El dominio material del hecho, e
incluso el formal, están, pues, distribuidos; el resultado es un hecho de varios
intervinientes, todos los cuales son plenamente responsables de la obra total en
concepto de autores. Los requisitos para que esto suceda son la decisión
común del hecho, que es el acuerdo expreso o concluyente sobre la
distribución de las aportaciones singulares a un hecho y la intervención en la
comisión a título de autor. (Jakobs “Dcho. Penal B Parte Gral” Marcial Pons
Madrid 2da. Edic. corregida p. 745/6).-
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No puede dejarse de lado que, las distintas contribuciones al plan
general que se señalan resultaron un aportes imprescindible para lograrlo ya
que sin ellas este no hubiera podido ser alcanzado.-
En ese sentido, se impone destacar que el elemento esencial de la
coautoría es el “codominio del hecho”, siendo que este elemento ha sido
caracterizado por Roxin como un dominio funcional del hecho en el sentido de
que cada uno de los coautores tiene en sus manos el dominio del hecho a
través de una parte que le corresponde en la división del trabajo (conf.
Bacigalupo, Enrique, “Manual de Derecho Penal”, Temis, Bogotá, 1998, pág.
197 y cc.).
También sostiene la doctrina que, es posible también apreciar la
coautoría en los casos en que se produce un reparto de papeles entre los
diversos intervinientes en la realización de un delito, de tal modo que alguno o
algunos de los coautores ni siquiera están presentes en el momento de su
ejecución y es precisamente en virtud del comentado codominio del hecho que
exhiben los distintos intervinientes a raíz del reparto funcional de roles, lo que
los lleva a asumir la responsabilidad por su realización; siendo que las
diferentes contribuciones deben considerarse, por tanto como un todo y el
resultado total debe atribuirse a cada coautor, independientemente de la
entidad material de su intervención (conf. Muñoz Conde, Francisco y García
Arán, Mercedes, “Derecho Penal. Parte General”, Tirant lo Blanch, Valencia,
España, 1996, pág. 454 y cc.). En idéntico sentido, Hans Welzel en Derecho
Penal Alemán, Editorial Jurídica de Chile, trad. Bustos Ramírez y Yánez
Pérez, 1976, pág. 154 y ss.-
En este sentido también se ha dicho que, “será coautor el que
realice un aporte que sea necesario para llevar adelante el hecho en la forma
concretamente planeada” (conf. Zaffaroni, Eugenio Raúl, “Derecho Penal.
Parte General”, Ediar, 2da. Edición, Bs. As., pág. 786 y ss.).-
Así las cosas, tanto García Tallada como Montes, habrán de
responder, teniendo en cuenta su rango y jerarquía dentro de la Armada y
como Jefes de la Fuerza de Tareas 3 como autores, mientras que la
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II) ELEVAR los presentes TESTIMONIOS A de esta causa n°
14.217/03 al Tribunal Oral en lo Criminal n° 5 para que continúe con su
sustanciación, por considerar que los elementos de convicción que se
encuentran reunidos en estas actuaciones del registro de este Juzgado Nacional
en lo Criminal y Correccional Federal n° 12, a mi cargo, Secretaría n° 23 a
cargo del Dr. Diego Javier Slupski, resultan suficientes como para debatir
sobre las responsabilidad de los procesados en cada uno de los hechos que se
detallan a continuación.-
Por ello corresponde:
1) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/3 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Jorge Eduardo
Acosta y que damnifican a: 8) Lisandro Raúl Cubas; 18) Martín Tomás Gras;
27) Ricardo Héctor Coquet; 31) Sara Solarsz de Osatinsky; 44) Carlos A.
García; 62) Nilda Noemí Actis Goretta; 64) María Amelia Larralde y 71)
Carlos Gregorio Lordkipanidse, todos los cuales se califican como imposición
de tormentos en concurso real entre sí (art.s 55 y 144 ter conf. redacción de la
ley 14.616 del C.P.).-
2) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Alfredo
Ignacio Astiz y que damnifican a 44) Carlos A. García; 64) María Amelia
Larralde, 71) Carlos Gregorio Lordkipanidse; 74) Carlos Muñoz y 76) Lázaro
Jaime Gladstein todos los cuales son calificados como imposición de
tormentos los cuales concurren realmente entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme
redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
3) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Juan Antonio
Azic y que damnifican a 70) Víctor Aníbal Fatala, 71) Carlos Gregorio
Lordkipanidse; 76) Lázaro Jaime Gladstein todos los cuales son calificados
como imposición de tormentos los cuales concurren realmente entre sí (arts.
55 y 144 ter conforme redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
4) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Carlos
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Octavio Capdevila y que damnifian a: 23) Ana María Martí, 70) Víctor
Aníbal Fatala; 83) Víctor Melchor Basterra y 88) Susana Beatriz Leiracha de
Barros todos los cuales son calificados como imposición de tormentos los
cuales concurren realmente entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme redacción de
la ley 14.616 C.P.).-
5) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Adolfo
Miguel Donda y que damnifican a: 70) Víctor Aníbal Fatala; 71) Carlos
Gregorio Lordkipanidse; 74) Carlos Muñoz; 76) Lázaro Jaime Gladstein; 87)
Arturo Osvaldo Barros; 99) Ana María Isabel Testa todos los cuales son
calificados como imposición de tormentos los cuales concurren realmente
entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
6) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Manuel
Jacinto García Tallada que damnifican a: 35) Silvia Wikinsky; 36) Patricia
Flynn, 37) Marianela Galli; 38) Mario Galli; 39) Felisa Violeta Wagner, 40)
Lila Victoria Pastoriza; 41) María Ines Imaz de Allende; 42) Alicia Elisa
Tokar; 43) Graciela Beatriz Daleo 44) Carlos A. García; 45) Alfredo Julio
Margari; 46) Guillermo Olivieri; 47) Alcira Fidalgo, 48) Alicia María Juana
Domon, 49) Leonie Duquet 50) Ballestrino de Careaga, Esther, 51) Ponce de
Bianco María, 52) Aguad, Angela, 53) Oviedo, Patricia, 54) Bulit, Raquel, 55)
Fondevilla, Julio, 56) Elbert, Horacio, 57) Horane, Eduardo Gabriel, 58)
Berardo, Remo Carlos, 59) Villaflor de De Vincenti, Azucena, 60) Josefa
Prada de Olivieri todos los cuales son calificados como imposición de
tormentos los cuales concurren realmente entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme
redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
7) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Oscar
Antonio Montes que damnifican a: 1) Arnaldo Rodolfo Gremico; 2) Orlando
Virgilio Yorio; 3) Francisco Jalics 4) Osvaldo Rubén Cheula 5) Alberto
Ahumada, 6) María Laura Tacca de Ahumada 7) Luis Alberto Vázquez 8)
Lisandro Raúl Cubas, 9) Alejandro Monforte 10) Rodolfo Luis Picheni 11)
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Carlos Oscar Loza 12) Héctor Guelfi 13) Oscar Repossi 14) Silvia Labayrú de
Lennie 15) Nelva Zuccarino de Lennie, 16) Santiago Lennie 17) Sandra
Lennie de Osuna 18) Martín Tomás Gras, 19) Carlos Figuerero Ríos, 20)
Edmundo Landín, 21) María Elisa Hachmann de Landin, 22) Marcelo
Hernández, 23) Ana María Martí, 24) María Alicia Milia de Pirles, 25) Ariel
Aisemberg, 26) Daniel Aisemberg, 27) Ricardo Coquet, 28) Daniel Marcelo
Schappira, 29) José María Salgado y 30) María Cristina Lennie 31) Sara
Solarz de Osatinsky, 32) Andrés Ramón Castillo, 33) Hugo César Bogarín y
34) Alejandra Lepido todos los cuales son calificados como imposición de
tormentos los cuales concurren realmente entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme
redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
8) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Raúl Enrique
Scheller que damnifican a: 46) Guillermo Olivieri, 61) María Eva Bernst de
Hansen, 62) Nilda Noemí Actis Goretta, 69) Enrique Mario Fukman, 70)
Víctor Aníbal Fatala, 72) Jorge Caffati, y 76) Lázaro Jaime Gladstein todos
los cuales son calificados como imposición de tormentos los cuales concurren
realmente entre sí (arts. 55 y 144 ter conforme redacción de la ley 14.616 del
C.P.).-
9) Elevar a juicio oral estos “Testimonios A” de la causa
14.217/03 por los hechos por los cuales se encuentra procesado Antonio
Pernías que damnifican a: 18) Martín Tomás Gras, 23) Ana María Martí; 24)
María Alicia Milia de Pirles 27) Ricardo Héctor Coquet 31) Sara Solarz de
Osatinsky 32) Andrés Ramón Castillo 43) Graciela Beatriz Daleo y 44) Carlos
García los que se califican como imposición de tormentos art. 144 ter conf. la
redacción de la ley 14.616 del C.P.).-
10) declarar extinguida la acción penal por la muerte de
Héctor Antonio Febrés y sobreseer a Héctor Antonio Febrés conforme así lo
establece el art. 336 inc. 1° del Código Procesal Penal de la Nación (art. 59
inc. 1° del Código Penal).-
Líbrese cédula de urgente trámite a las partes notificando el
presente resolutorio y convócase telefónicamente a los letrados a constituirse
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Poder Judicial de la Nación
Ante mi:
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En la misma fecha se libraron cédulas. Conste.-
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