Vuelan Abrazos, Número 1
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VUELAN ABRAZOS
ASOCIACIÓN AMIGOS DE EDUARDO GALEANO
AYOTZINAPA
Leo y comparto
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Los huérfanos de la tragedia de Ayotzinapa no están solos en la
porfiada búsqueda de sus queridos perdidos en el caos de los
basurales incendiados y las fosas cargadas de restos humanos.
Los acompañan las voces solidarias y su cálida presencia en todo el
mapa de México y más allá, incluyendo las canchas de futbol donde
hay jugadores que festejan sus goles dibujando con los dedos, en el
aire, la cifra 43, que rinde homenaje a los desaparecidos.
Mientras tanto, el presidente Peña Nieto, recién regresado de China,
advertía que esperaba no tener que hacer uso de la fuerza, en tono de
amenaza.
Además, el presidente condenó “la violencia y otros actos
abominables cometidos por los que no respetan la ley ni el orden”,
aunque no aclaró que esos maleducados podrían ser útiles en la
fabricación de discursos amenazantes.
El presidente y su esposa, la Gaviota por su nombre artístico,
practican la sordera de lo que no les gusta escuchar y disfrutan la
soledad del poder.
Muy certera ha sido la sentencia del Tribunal Permanente de los
Pueblos, pronunciada al cabo de tres años de sesiones y miles de
testimonios: “En este reino de la impunidad hay homicidios sin
asesinos, torturas sin torturadores y violencia sexual sin
abusadores”.
En el mismo sentido, se pronunció el manifiesto de los
representantes de la cultura mexicana, que advirtieron: “Los
gobernantes han perdido el control del miedo; la furia que han
desencadenado se está volviendo contra ellos”.
Desde San Cristóbal de Las Casas, el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional dice lo suyo: “Es terrible y maravilloso que los pobres que
aspiran a ser
maestros se hayan convertido en los mejores profesores, con la
fuerza de su dolor convertido en rabia digna, para que México y el
mundo despierten y pregunten y cuestionen”.