ANALISIS

ALUMNO: Sánchez Pino Jovanni Emmanuel
MATERIA: antropología
GRUPO: PS02B111
LICENCIATURA: Psicología Social
ANALISIS
TEMA: LA MAGIA Y LA RELIGION
(Pág. 77 – 90)
Lo NATURAL Y LO SOBRENATURAL. No sólo de pan vive el hombre. Necesita algo

más, algo que pertenece plenamente al mundo del pensamiento: la fe y la esperanza.
Sin ellas, carecería de fuerza para sostener la lucha, aun por la mera subsistencia.
¿De dónde logrará esa fe y esa esperanza? No del simple mensaje de un mundo
difícil, sino de dos cosas que al hombre primitivo no le faltan nunca: la religión y la
magia.
Aun cuando religión y magia son consideradas como indispensables, tanto que sin
ellas no se podría vivir, esto no quiere decir que los pueblos salvajes no admitan las
leyes básicas de la casualidad física, hasta donde les son conocidas. Los dos
sistemas, el natural y el sobrenatural, están de hecho estrechamente
interrelacionados, pero por mucho que lo esté, permanecerán, sin embargo,
enteramente distintos en la mente del hombre primitivo.
En los pueblos primitivos, la magia parece animar algunas fuerzas mentales ocultas;
ciertas esperanzas en lo milagroso; alguna profunda creencia en las posibilidades
misteriosas del hombre. De aquí la fuerza que poseen, hasta hoy en día, palabras
como magia, hechizo, ensalmo, maleficio y encantamiento, Sin embargo, por muy
profundo que la magia esté implicada en lo sobrenatural, es esencialmente un arte
práctico cuyas reglas han de aprenderse. Una de las más valiosas posesiones del
hombre, la magia, se conoce a través de las tradiciones y afirma su poder para lograr
los fines deseados.
Así, pues, la magia puede definirse como la serie de técnicas suplementarias de un
tipo especial, basadas en la creencia de que una fuerza sobrenatural las hace
operantes.
Se funda en dos leyes psicológicas:
A) Que objetos y actos semejantes son afines entre sí esto produce la magia imitativa.
B) Que las cosas, una vez que estuvieron en contacto íntimo, conservan una influencia
mutua, esto produce, la magia de contagio o contacto.
El primer mago fue, probablemente, un observador muy perspicaz, que por lo acertado
de sus predicciones ganó tal prestigio, que le fueron atribuidas facultades mágicas,
que le permitían tratar con los elementos incomprensibles, admitida la categoría
mágica, no está fuera de razón que exista una causa mágica para los fenómenos
desconocidos. Puesto que el hombre se ha demostrado a sí mismo ser el amo de lo
que conoce y, por tanto, de su medio tangible, ha de suponerse que existe un poder
similar poseído por hombres privilegiados, para dominar el medio mágico, la brujería
es la asociación de sí mismo con poderes sobrenaturales para fines destructivos y
antisociales. También se llama MAGIA NEGRA. Es lo mismo que la magia blanca,
pero utilizada para fines malignos. Para que la magia dañina obre en un enemigo, es
necesario obtener algo que le pertenezca y entonces poner en movimiento varios
sortilegios, utilizando estos objetos. Como la magia obra sobre el hechizado, la
desventurada victima empieza a sufrir.
EL mago es un hombre genial, de gran inteligencia, enérgico, y emprendedor. No huye
en los momentos de apuro; por el contrario, en estos momentos transmite un sentido
de poder, de competencia para afrontarlos, esto, por sí mismo, difunde la esperanza,
restablece la confianza y, en definitiva, ayuda a su pueblo a vencer el obstáculo con
éxito. Además, a su vez, acrecienta su reputación. Por toda la comarca se cuentan
relatos de sus poderes maravillosos, y en el siguiente momento de apuro, se buscará
con más ansiedad aún su presencia inspiradora y animosa.
Cabe suponer que la ciencia y la magia son enteramente opuestas entre sí. Hay
fundados motivos para mantener esta opinión, pero más de un antropólogo ha visto en
la magia un género primitivo de ciencia.
Sir James Frazer sostenía que en cierto sentido general las creencias y el
comportamiento mágico se asemejan a las creencias y al comportamiento científico,
porque tanto la magia como la ciencia dan por supuesto que los acontecimientos
sucesivos están relacionados entre sí y que los sucesos precedentes son la causa de
los consecuentes. Si por ciencia entendemos un conjunto de reglas y concepciones
basadas en la experiencia y derivadas de ella por inferencia lógica hechas realidad en
logros materiales, entonces el salvaje posee los comienzos del conocimiento científico.
Los doctores brujos no son gente que ejerce la magia maligna (o magia negra), todo lo
contrario, son los que la contrarrestan, el doctor brujo es un adivino que descubre a los
brujos y un mago que los frustra, también actúa como curandero o médico, estos
doctores brujos están organizados en una corporación; es una profesión especializada
que requiere del conocimiento de un gran número de medicinas, estas no se utilizan
sólo para curar enfermedades, sino para todo género de contra embrujamientos.
La sesión de un doctor brujo, o de un grupo de doctores brujos, consiste en danzar y
cantar, acompañados de tambores y gongs, respondiendo a las preguntas que les
hacen los espectadores. Se celebran cuando alguien ha sufrido una desgracia, como
sentirse enfermo, un fracaso en la caza, dificultades en la agricultura, contratiempos
sociales con sus esposas o parientes.
La función del tabú es predominantemente psicológica, originándose en el temor del
hombre a tratar con fuerzas que no comprende totalmente, engendra respeto y temor
cauteloso hacia lo sobrenatural, en tanto que el poder sobrenatural siempre implica
tabú, nadie puede adquirir posesión de este poder por un privilegio. El tabú mantiene
lo temible de lo sobrenatural, al reforzar las actitudes de solicitud y misterio, y castigar
las actitudes de descuido e irreverencia en el trato con él.
Lo numinoso, y los tabús asociados con él, preceden frecuentemente a cualquier idea
definida de poderes sobrenaturales semipersonales; pero la religión, conforme se
desarrolla, alcanza prontamente ese nivel, y se llega a creer en un panteón de
espíritus y demonios, en los poderes benevolentes del tótem, de los espíritus
guardianes, esta fase se conoce como animismo, la religión de la mayor parte de las
comunidades primitivas, en la etapa tribal de cultura, es una cierta forma de animismo:
el culto de múltiples espíritus, del bien y del mal. Algunos antropólogos han
considerado que el desarrollo de lo sobrenatural está relacionado de algún modo con
los sueños y el éxtasis y con la idea del alma que se aleja del cuerpo y luego regresa,
en la muerte, el alma se desencarna definitivamente, de las almas se pasa a la
doctrina de los espíritus, concebida sobre el modelo del alma humana migratoria.
Hay muchas religiones que creen en la existencia de espíritus guardianes especiales
que velan por los destinos de los individuos.
Los seres humanos, inseguros, al parecer no pueden soportar la austeridad del
monoteísmo; quieren una ayuda más concreta e inmediata de la que se puede obtener
de un remoto espíritu universal.
El politeísmo pertenece a un nivel de desarrollo social superior al de la vida tribal y de
poblado. Por ejemplo en Egipto el dios único es generalmente considerado como un
desarrollo muy posterior en el que la religión se mezcla con la filosofía. Ni los hebreos
eran monoteístas al principio, sino henoteístas, creyendo inicialmente que Jehová era
su dios tribal, y después, que era más poderoso que otros dioses, que, no obstante,
existían. Sólo en la religión judaica tardía, y bajo la influencia de los grandes profetas,
surgió la idea de la divinidad única.
Pero cierta vaga creencia en un “alto dios” ha sido encontrada entre los australianos
aborígenes, y hay algunos antropólogos que creen que los primeros sistemas de
religión deben haber consistido originalmente en la adoración de los altos dioses.

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