Historia Del 20 de Julio
Historia Del 20 de Julio
Historia Del 20 de Julio
Camacho y Caldas ·¡ J\ •
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BOGOT A (COLOMBIA}.~ .
LIBRERÍA NUEVA. CALLE 121 N. 0 171
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Números, .1 8 y 19
HIS'TORIA DE NUE,SfRA BEVOLUCION
POR
'
INTRODUCCIPN
tor para llos avances de la libert ad sobre bases sólidas. Las espe-
sas nieblatS que lo acompañan, y la inepcia de la rutina huera que
lo guía, son lecciones valiosisimas par a ]as nuevas gen eraciones;
su amor ]por la verdad tiene que aquil2tarse al estudiarlas.
En toda obr a humana hay errores, y los que se cometen en el
desarrollo de la libertad d~n pasajera fuerza á las reacciones con-
tra el18, ]porque alarman el instinto de conservación d el cuerpo
social y p onen Pl1 peligro su equilibrio.
Ese movim iento de ~temperac ión al m edio es el que hace á los
ws
miopes P·~· rtler Ja fe en sol uciones de la libertad, y ver como
más fáci],es-por(yue sí lo son en el primer momento- las imposi-
ciones brutales de ]a fuerza .
Entonces se vuel vrn los 0jos á los comienzos de la lucha y se
lleva la i n~-.ensatez h2sta maldecir la o}Jra de los próceres.
"El er·ror más pcligroso-d jce un gran pensador francés-es
creer qu ~! se sirYe á Ja Patria. calumniando á los que la b}ln fun-
dado. Todos los sigJo~ de una nación son hojas de un mismo li-
bro. Los verdaderos hombres ,de progreso son aquellos que tie-
nen por punto de pnrtida un rr pelo profundo al pasado. Todo
lC1 quo h~ccmos, 1odo lo que somos, es el resultado de un trabajo
secular.')
El por-venir está despejndo y el impu lso dado á la. sociedad no '
puede délenerse. Hay que seguir éldehmte; hay que tr;\bajar:
, esa rs la ley de la v ida. Cada ser llena su tarea y desaparece. La
hcroicH generación de 18ro la cumplió fielmente: ofreció su vida
para <>bt1ener la independencia de su Patria, y sin vacilación ni
..,obardía la entregó. Hoy es menor el sacrificio que debemos
bacer: hasta <tue no olvidemos el ejemplo de su virtud; que no
nos dejemos g uiar por ambiciones impacientes; que no sacrifi-
qu<'mos ht paz persiguiendo las il usorias conquistas de la faerza.
J. c. c.
Julio 20 de t8g3.
DÍA 20 DE JULIO
DÍA 21
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la Junta este relato y leída la orden del Virrey, de común
acuerjo se le absolvió y mantuvo en su e mpleo. ~ara ha-
cer pública esta r esolución, dos Voc~les (D. A~tomo Mora-
raJes y D. Emigdio Benítez) tomaron e n medto á Tanco y
lo presentaron al pueblo. Benítez dijo : La Junta Suprema
ha hecho severamente todos los cargos al Admz1zútrador de Co-
rreos: ha satúfecho completamente. Morales añadió otras co-·
sas Pn testimonio de su inocencia. Entonces e l pueblo dio
vivas, y Tanco ~e r etiró al ejercic_io libre de su empleo . .
A las nueve de la mañana se d ejaron ver los Vocales
D. Miguel Pombo, D. Camilo Torres y D. Josef Santa Ma-
ría., que conducían á D . Lorenzo Marroquín á .}as Casas
Consistoriales. El pueblo estaba prevenido contra este es-
pañol. Desde la noche del 20 se había pedido su prilión
cómo sospechoso y que se registrase su casa para descu-
brir las armas que se d ecía tener preparadas contra nos~
<>tros. E l Alcalde Ordinario, D. Juan Gómez, pasó un gran
número de g entes, lo registró todo, y sólo halló dos bote-
Has de pólvora, cuatro li bras de munición y un par de pis-
tolas vacías. También se dijo que Marroquín alisfaba tres-
cientos caballos para los t rescientos negros de que se ha-
bló en la relación del día anterior, y que debían venir de
las inmediaciones de La Mesa .
Juzgado Marroquín por la Corte Suprema, y hallado
inocente, el Vocal D. Emigdio Benítez lo presentó al pú-
blico, á quien arengó y persuadió que todo lo que se ha-
bía dicho con~ra su honor era supuesto. E l pueblo en ton-
ces g ritó vivas.
Confiado en esta actitud de la Junta y e l pueblo, salió Ma.
rroquín de las Casas Consistoriales, y se retiraba á su casa
-con algunos miembros de la Junta, que lo acompañaban
para defenderlo de los que le odiaban. Uno de los de la
galería aqvirtió á los mal contentos que ya se retiraba á su
casa: corren, lo rodean, lo amenazan; por todas partes se
le presenta la espada, el puñal y la lanza ; no se oían sino
las voces de muera, muera ! Los miembros de la Junta que
,le protegí~q no le desampararon. D. Josef Antonio Sán-
<:hez deshizo un ~olpe de lanza que se dirigía á Marro-
quín; D. Marcelmo H urtado . contuvo á un furioso que
iba á descargarle un golpe de sable; en fin, luchando nues..
tra humanidad contra el encarnizamiento, se le sa}v6 la.
~ida á este español y se le int~odujo á la cárcel para qui-
tarlo de los ojos del pueblo. Mucho tiene que agradecer
Marroquín á los Vocales D. Franeisco Morales, D . Mi..
guel Pombo, D. Juan Bautista Pey, á Sánchez, Hurtado-
y otros. . .
Se volvió otra vez á pérsuadir al pueblo de la ínocencia rJe
Marroquín, y se consiguió que lo restituyesen á su casa al-
gunos individuos Vocales.
Tambiéa fueron presentados al pueblo por algunos Vo•
cales, D. Juan Sor<~'O, D. Juan Danglada y otros. El pueblo
ola sus arengas, que eran seguidas de vivas y de reconci...
liacíón. Este pueblo sensible, grande, que sabe vengar sus
ofensas, sabe también calmarse con ·] a razón y la justicia.
La Junta Suprema publicó en la mañana de este día un·
bando sotemne, en que insertó nueve artículos de la última
importancia en áquella· crisis política. El ex-Virrey Amar,.
entonces Presidente, el Sr. Vicepresidente, Alcalde Ordina-
rio Dr. D. José Miguel Pey y demás Vocales, se presenta-
ron en las galerías de las Casas Consistoriales, donde se de- ·
jaba ver bajo de solio la imagen de Nuestro Soberano el SR'r
D. FERNANDO VII. En la plaza, y al frente estaba formada .
en dos alas la Compañía de Granaderos y la Caballería. Cin-
co Vocales, .e l Dr. D . Francisco Javier Gómez. D. Anto-
nio Baraya, D. José Santamaría, D. Juan Gó:nez y :0: _
Antonio 1\-Iorales autorizaron este acto. A presencia de la.
Junta se rompió el bando y siguio después publicándose
por los puntos principales de 1~ Capital.
El bando se redujo á mantener en toda su integridad la
Religión Católica y los de rechos de Fernando VII : se en-
cargó la fraternidad y el amor para con los españoles eu-
ropeos. 9ue el pueblo hiciese sus pedimentos por medio·
del Síndtco Proc?:ador General. Se anunció al pueblo, pa.-
ra q ~e se tranquthzase, que las armas. estaban depositadas.
e~ Dtputados de la Junta, en · cuyas manos estaban tam-
btén los almacenes de pólvora ; que iba á crear la· Supre-
ma Junta un Batallt?n titulado Polunlan:os de Guard~·a Na-
cion.al, cuyo Comandante f serfa el Teniente Corenel D ..
Antonio Baraya, y su Sar·g ento Mayar D. Joaquín de R.i~
caurte y Torrijos, hadendo por ahora sus veces el CJapi•
•• .
.
tán de Granader0s D. José de Ayalé!. Se mandó. que se
iluminase por tres noches la ciudad en señal de regocijo
,público ; por la instalación de la Suprema Junta se decla-
r6 reo de Estado y de Ia Patria al que haga oposición á
1
las órdenes de la Junta; en fin, ofreci6 este Cuerpo Supre.
IDO perseguir á los sospechosos y seguir las causas de los
/criminales. .
Después de concluído todo lo relativo al mando, los Vo-
cales D. Antonio Baraya y D. Antonio Morales vieron á
Mansilla poseído de sobresaltos y temores en la sala del
Oficial de guardia del ex-Virrey. El corazón americano,
este corazón sensible, humano y compasivo, no pu~de ver
padecer sin aliviar. En el momento le proponen pasearlo
á caballo en su compañía y en la de muchos patriotas que
habían concurrido á la publicación del bando. ·E l antiguo
funcionario iog ró pasear por las calles sin que lo insulta.
sen, y antes bien, con aplausos d e l pueblo, debidos, sin du-
'da al respeto de los que lo acompañaban; pero este triun-
fo efímero, este golpe de g e ne rosidad americana, fue un
verdadero suplicio para este Fiscal desgraciado. Se dieron
algunos vivas, pero lejos de se r enarse su corazón, preveía
su próxima rui na y sus prisiones. ¿ Cómo podía aquietar-
:se el compañero de Frías, Alba, Carrión y demás opreso-
res de nue~tra libertad? ¿ Cómo podría respirar en paz
un Frscal que tenía pa rte en los consejos celebrados cott-
tra nuestros conciudadanos? Temía, y temía con · funda-
mento; pero ¿no admira que la noche de nuestra liber-
tad, la noche del 20 de Julio, h a ya tenido este Fiscal osa-
día de meterse en la Sala Consistorial á pedir qt:1e se tu-
viese presente á él y á sus compañeros para V oca Jes ? ..• '
¿Vocales Alba , Frías, Mansilla y Carrión? Ah r Este sé-
ría remachar nuestras cadenas y poner la cuchilla en ma-
nos del ·tirano. Insensato I Había perdido seguramente la
razón en este momento, pero oyó la respuesta que mere--
cía: Ya es tarde ! Palabras enérgicas y dignas del Sena~o
romano, y palabras que· queremos perpetuar en los fastos
-de nuestra libertad.
La Junta Suprema se re\inió también por la tarde, -y se
ocupó en asuntos sumamente interesantes. Hacía mucho
tiem19o que corría la noticia .de que los Oidores form.a·ban
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afirmar la libertad. La Junta comisionaba á individuos de
su mismo Cuerpo ó personas de su confianza para la a ve.:
riguaci6n de estos denuncios. Eo su virtud, se reconocieron
las casas de D. Salvador Palomares, Administrador de
Temporalidades, la de D. José Rodríguez, Contador del
mismo ramo, la de D . Carlos Ledesma y la del Abogado
D. Joaquín Rentería. Aunque los comisionados no hallaron
las armas y preparativos que sospechaban, Rentería y Le-
desma fueron reducidos á prisión.
En la mañana de este día se presentó e l Cuerpo de
Abogados á la Su prema Junta, felicitó su instalación, y
muchos ele sus individuos arengaron sobre las circunstan-
cias. Esta fue la primera vez que el abogado recobró su
dignidad, y que comenzó á hablar con firmeza y con ener-
gía. Cuando ocupaban el solio los Albas, los Frías, los Ca-
rriones .. . cuando lle nos de elación y de orgullo dispónían
estos s~trapas áe nuestros bienes y de nuestra~ vidas á su
antojo, entonces nuestr os ilustres abogados, nuestros sa-
bios conciudadanos, ape nas se atr evían á pn'!sentar sus ra-
zones y la ley; sus discursos, no medidos, sino encadenados,
se hall aban embrollados en Señorías y e n Altezas; y si al-
gunos tenían valor para decir verdades sin temor, el fruto
eran ré!prensiones, humillaciones, ultrajes. Estos hom-
bres, de quienes los togados apenas merecían ser discípu-
lo~, ¿cuántas veces no se vieron amenazados por estos bár-
baros ? Recordamos solamente las crueles opresiones de
.D. J osé Antonio Ricaurte por haber d efendido al perse....
guido Nariño en 1794 con un poco de firmeza. Apenas
se creían ligeramente ofendidas esas divinidad~s, cuanda
partían rayos y decretos de muerte contra unos ciudada-
nos que no tenían otro delito que poseer la firmeza y las
virtudes. ¿Quién podía sufrir con paciencia esas atenciones
.asiáticas, esas humillaciones serviles, e~e respeto y esa
esclavit~d de los ciudadanos en presencia de esos funCÍO·
narios corrompidos ? ¿Qué hombre -no se irritaba al ver
~ ~os Flórez, á. los Castillos, á los Sanm~gueles, á los Gu-
tterrez, á los Herr-eras, á los Tenorios y á t~\ntos otros abo-
gados virtuosos y doctos alegando los der.echos . dg nues-
tros conc~udadanos e~ presencia de los ignorantes Herre-
t>'as, Carnanes" Manslllas? 1.Que estas cláusulO.s yenguen~ á
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1o menos, los ultrajes que por el espacio de trescientos años
na recibido nuestro ilustre Cuerpo de Abogados!
Por la noche se difundió la voz de que el ex-Virrey ha-
bía ofrecido una gran, suma por la entrega del Parque de
Artillería. La nobleza se reunió y se mantuvo en ·vela, ron.
da ndo todos los puntos de la ciudad. Aunque hubo algu-
nos indicios, jamás se comprobó ese proyecto temerario;
Jo llamo temerario porque el parque estaba en manos de
los patriotas Ayala, Esquiaqui, Espinosa, Cancino ... inca-
paces de vender su Patria por todos los tesoros de la
tierra.
La Suprema Junta hizo comparecer á D. Crisanto Va-
lenzuela, Escribano de Cámara, para que diese cuenta de
su conducta e n )a forma ción de las causas que se habían
seguido por los Oidores contra las personas más ilustres
de la capital. Valenzuela se presentó con aquella sereni-
dad y firmeza que inspira la inocencia : habló con tánta
claridad, y con tánta ra zón, que dejó convencida á la Su..
prema Junta de que él no tenía parte en los proyectos san-
guinarios, que no había hecho otra cosa que cumplir con
las leyes y con la obediencia que éstas imponen para con
las autoridades que mandaban . La Junta exigio de este Es-
cribano noticias muy inte resantes, las que dio con iHgenui-
dad y con franqueza. '
D. Manuel Pardo, este decidido republicano que ma-
nifestó e l celo y la actividad más ardiente la noche del 20
de Julio, fue comisionado por la Suprema Junta para sacar-
del poder del ex- Regente H errera las llaves del Acuerdo.
Este flemático Ministro se denegó á la petición de la Jun-
ta. Entonces· Pardo1 con firmeza, le dijo : Sz" las llaves del
Acuerdo no se me tnlregan en el acto, se entregarán al remachar
un par de grillos al que las niega. Temió Herrera, y el ejem-
plo de sus compañeros Alba y Frías le hicieron creer que
estas amenazas se iban á realizar. Mansilla, que presenció
este acto, aconsejó al ex. Regente que cediese á los man-
datos de la Junta. Herrera entregó las llaves, y con ellas
)a ~az de su corazón. y ~cómo podía quedar tranquilo al
a.bnr á los OJOS de un ~ueblo libre el Acuerdo, este dep6-
stto de crímenes Y, de tiranía ? Lo cierto es que desde .es-
te momento perdtó la salud, y fue á terminar una vida
1
agitada y llena de remordimientos en el Castillo de Bo.
cachica el día ... de Septiem·b re de 1810.
El mismo día 23, el Vocal D. Pedro Groot propuso á la.
Suprema Junta la creación de cuatro Escuadrones de pa-
'
triotas, como se había hecho en 1781 con motivo de las.
ocurrencias del Socorro. Este proyecto se adoptó, y el su-
ceso 'ha manifestado su importancia. En efecto, nuestra vi.
gorosa caballería hizo temblar á los adictos al antiguo-
Gobierno~ dio confianza y en~rgia al ciudadano que aún
gustaba con te mores de la libertad que acababa de con-
quistar, y ¡:>uso en respeto de todos á la Suprema Junta.
Los antiguos funcionarios, sus secuaces, el mismo Amar-
perdió toda esperanza de reponer Ja tiranía y la opre-
sión á la vista de nuestros compatriotas á caballo, La Pa-
tria recordará siempre con reconocimiento y con júbilo··
los servicios que ha recibido de estos formidaples y vigo.
rosos ciudadanos, de estos Cincinatos que, arrojando el'
arado, volaron á empuñar la espada y á salvar á sus opri-
midos hermanos. ¡Qué firmeza I ¡ Qué constancia no ha
manifestado la caballería en estos tnomentos de· turba-
ción y de horror r El orden, el silencio y la obediencia se
han dejado admirar en este Cuerpo. El desaparecía ~n los-
• intervalos de serenidad, pe'ro al menor peligro se . presen..
taba en filas bien ordenadas : él ocupaba las plazas, las-
calles y todos los puntos más importantes·; su voz vigilan-
. te se ha oído resonar á tpda hora, y no se ha retirado á
deseansar sino cuando el sol comenzaba á derramar su
luz sobre nosotros. ·
El Gobierno dio jefes dignos á este Cuerpo respetable.
D. Pantaleón Gutiérrez, lleno de prooitlad y amado de
cuantos le han tratado de cerca, fue nombrado Coronel;-- '
D. Primo (iroot, activo, ardiente, celoso por ·la salud de su
Patria, obtuvo el grado de Teniente Coronel ; el juicioso Y
prudente D. Nicolás :Rivas, Comandante del . tercer escua-
dron; y, en fin, el apreciable patriota D. Luis. Otero, la co-
mandancia· d~l cuarto. La capital ha visto la actividad "'}
~ los ttabajos de estos hombn~s beneméritos, y· nosotros nos
cóntentamos con recomendarles en nuestro D·Z:ar·io.
Los escuadro~es son·cuatro, C'Ompuéstos caaa uno de 156··
nombres, y nuestra fuerza. de á c31baUo asciende en la ca·
\
....
~57-
. :.- zss· -
PLAN DEL. REGIMIENTO
DE MILlCIAS DE CABALLERÍA DEL NUEVO REINO DE •GRAN4J1A,.
(·
APROBADO POR :t.A SUPREMA JUNTA
Plana Mayor
Coronel, D. Pantaleón Gutiérre~.
Teniente-Coronel, D. Primo Gr\)ot.
Sargento Mayor, D. Isidro de la Bastida.
Ayudante Mayor, D. Francisco Llamas.
Porta--estandarte, D. Nepomuceno Torres.
Porta-estandarte, D. Francisco Borda.
Przmer Escuadrón
Primera Compañía : Comandante. el Coronel-Ca:pitáll-'.
D. Pedro Ricaurte-Teniente, D. José Nicolás Moreno-
Alférez, D. José Antonio Sánchez-Alférez, D. Pedro :R.o.
dríguez Correa. ·
Segunda Compañía: Capitán, D. Luis Rubio-Tenien-
te, D. Mariano Grillo-Alférez, D. Rufino Barros-Alfé-
rez, D. Ignacio Calderón .
.Tercera Compañía : Capitán, D. Zenón Gutiérrez'-'Tie-
niente, D. Francisco González-Alférez, D. José Ma:FÍ$-
Camacho-Alférez, D. Toribio Rubio.
.
:Segundo Escu{ldrón .
.
Primera (;ompañía: Comandante, el Teniente-f!e.ronel-
. Capitán D. Tadeo Cabrera-Teniente, D. Bue!'laveN,tur~
Ahumada-Alférez, D. Javier Rodríguez C@r.r e-a:-Alfé-·
rez, D. José Ardila.
Segunda Compapía: Cap~tán, D. Juan Tob~r-:F~nien
te, D. José Arjona-Alféree:, B. Esteban P.aHar.es"""\"'" A:l~-·
férez, D. NicGlás ·g qevedo. · . ~
. Terce~a C0mpa'ñía: Capitan1 D. T.elmo ~'a.l}'rique....,._'t~-·
ntente, D. José Ma-ría Al"á02l':.o-Atf.ére~ D. Eugenio Ospl-
' na-Alférez, D.javier ~odrfguez:." · · ~ ,
-259 -
Tercer Escuadrón
Primera Compañía: Comandante, D. Nicolás Rivas--
Capitán, D. Joaquín Hoyos-Teniente, D. Vicente Bena-
vides- Alférez, D. Nepomuceno Forero-Alférez, D. Ig.
nacio Díaz.
Segunda Compañía : Capitán, D . Antonio Zornosa-Te.
niente, D. Vicente Umaña-Aiférez, D. Bias T orres-Al-
férez, D. Manuel Caba1lero G6ngora.
Tercera Compañía : Ca pitán, D. Clemente Malo-Te-
niente, D. Fernando Rodríguez Correa- Alférez, D. Ma- •
nuel Vicente Esguerra-Alférez, D. Ramón de la Torre- ·
Porta-estandarte voluntario, D. Valentín Torres.
Cuarto E scuadrón
Primera Compañía: Comandante, D. Luis Otero-Capi ..
tán, D. Domingo Aráoz-T eniente, D. Esteban Quija no-
Aiférez, D. José Antonio Díaz-Alférez, D. Francisco Bas-
tidas.
Segunda Compañía : Capitán D. José Ignacio Umaña-
T eniente, D. José Bastidas-Alférez, D. Miguel Sánchez-
Alférez, D. Narciso Santander.
T ercera Compañía : Capitán, D. Luis Tobar-Tenie nt~
D. José Vásquez Posse-Alférez, D. Nepomuceno Esté ...
vez-Alférez, D. Antonio Mendoza-Porta-estandarte vo-
luntario, D. Félix Bastidas.
El Coma?Zdatlie del tercer Escuadrón, D . Mcolás R zvas,
recomienda los servz"cios de los siguzentes :
D. Valentín T orres, D. Clemente Malo Rodríguez, D.
Fernando Rodríguez Correas, D. Javier Rodríguez Co- .
rreas, D. Miguel Melo, D. Juan de Dios Pardo, D. Fran-
cisco G6mez, D. José María Herrero, D. Domingo Matiz,
D. Zen6n Gutiérrez, D. Vicente Benavides, D. Ignacio Sán-
chez, ·D. José Antonio Sánchez, D. Miguel Sánchez, D.
Francisco González, D. José Sa1gado, D. Joaquín Santos,
D. Manuel Caballero, D. Ignacio Díaz·y otros que sería
largo referir. D. Vicente Escandón desempeñó con celo
una comisión del Sr. Vicepresidente,
,,
-:- 26o -
D. Blas Torres y D. Rafael Avz1a, Alcaldes partidarios de
.Faéalativá. han alútado 8o hombr~s para ia caballería. iJ•.
Juan García, Alcalde de lhaqZ~én., 40 ho¡nbres. D. Miguel Fó--
so.
rero, Alcalde de Tabio, D. Juan .Bautista Moniañés, Alcal~
.de de Chía, 40. El Dr. D. Tomás Rojas, .Ct¡ra d-e Sesquüé.y su
.Alcalde D. Eustaqu-io Forero, 6o. D. Luis Forero JI D. José
María Maldonado,. Alcaldes de Chocontá, so.D. fosé María
Olarfe, Alcalde de Suesca, 6o. J!,'ll)r . . D. Jos~ María Mesa,
Cura de Gachandpá, JO. D. Salvadar · Cadena, A.lcalde deBo.
jacá, 50. D.José Anlonz'o Rubio, Alcalde de Zipacón, so.El Dr.
D . Juan Nepomuceno Silva, Cura de Gachetá, y su Alcalde D •
.José María Ur1·ego, JO, y D. Gabriel Ramírez, Alcalde de Ma-
cheta, 40.
El Coronel del Cuerpo recomienl'ia el celo ardiente y
bien dirigido de l Dr. D. Joaquín de Hoyos .Y de D. Juan
N epomuceno Torres, que se han señalado en el servicio de
la patria. Merecen también una mención honorffica D. An-
tonio Zor:nosa, Corregidor del Partido de Basa, y el Cur.&-de
aquel pueblo, Dr, Juan José Porras. Estos ¡:>atriot.a s v0la~9" ' .
en ]a noche del 20 de Julio del campo á la ciudad á prote-
g er nuestra libertad, luégo que D. Félix Bastida les dio 1ª
noticia de nuestra revolución. Nadie podr.á disputar á estos
ciudadanos beneméritos la gloria de haber hecho toda~ las
·funciones de una caballería nacional en los momentos más
peligrosos, y en los más preciosos para la l}berta<)).. Zorn.o-
sa velaba en el centro de la capital y velaba en lqs cam-
pos. Aquí· ordenaba centinelas· y patrullas, allá apostaba
gentes armadas sobre las montañas de San Antonio y de
Fusagasugá; él proveía de socorros por sí, y los pedía á
sus conciudadanos pudientes. Merece también nuestro re-
conocimiento D. Jos€· Antonio Díaz, por servicios análog0s
á los de Zornosa:, y lo merecen t<}mbién otros patriotas. ..
1
DIA 24 DE JULIO
Una parte del pueblo· vagaba por las calles, otra se veía
reunida al frente de las Casas Consistoriales. En todas pa~":'
tes no se hablaba ~e otra cosa que de Amar, de Alba,~
Frías y de los demás Oidores ; de las operaciones .~e -.la .
.. Junta, de lo que se habí~· hecho y de lo que f~ltaba ; p~r
' .
-261-
hacer. Pero se notaba cierto grado de tranquilidad en los
movimientos del pueblo que no se había observado en los
días precedentes, y aun nos pareció en este momento se-
mejante á un mar enfurecido que comienza á calmar.
La J unta S upre ma se reunió muy temprano á deliberar
-sobre Jos puntos más interesantes á la salud pública. Parte
-de los asesinos de Pore, los cómplices de Alba y d e Frías
en la fo rmación de los procesos del Acue rdo de que hemos
hablado (número 12), estaban en el seno de sus familias y
gozaban de libertad. Sí, Herrera (r), Mansilla, Carrión
paseaban, mientras Alba y Frías lloraban sus delitos en los
calabozos. Aquél exclamaba : Mzs operadones son comunes cort
los demás Minzstros; los Decretos .que he suscrito los han suscri-
to ellos también. ¿Por qué el odzo de este pueblo se acumula sobre
m/ cabeza y no se reparte en/re todos mz"s compa1ieros? Tenía ra·
zón, y la Junta Suprema confirmó la justicia d e esta queja~
decretando las prisiones de aquellos desgraciados. Sí, des-
graciados, porque ¿qué temores, qué agonías no padecerÍan
en el transcurso de los días de alarma y de ver:tganza, en
estos dÍas en que un pueblo ofendido recobraba sus dere-
chos y su dignidad, y en que, como e l león que rompe la
cadena, buscaba enfurecido á su opresor? ¡Ah! Tal ve~
ha.n padecido en estos tres días tanto como e l americano
en tres siglos. La mano vengadora del Señor sabe conden-
sar las amarguras en e l corazón de los ti ranos, y sabe ha-
cerles expiar en un momento los crímenes de much c:s años.
El momento de su prisión fue seguramente aque l ·e·n que
comenzaron á respirar. La incertidumbre, la cruel incerti-
dumbre, más dura que las prisiones y la m uerte, comenzó
3 disiparse. Entonces supierou que no era el puñal de un
pueblo irritado, que no era e l tropel, siempre tumultuoso
de la multitud, el que iba á tomar venganza de sus críme-
nes. Vieron entonces que e ra la ley, que era la autoridad
la que iba á juzgarlos; que se guardaba orden, r~,gulari-
•1
.. - 2é8-
••
pompa y aparato que en tales circunstanci~s se acostum.
bra, sole mnizó esta piadosa ceremonia. El Dr. D. Santia-
go Torres pronunció un discurso lleno de unción y de las.
más grandes verdades de la R e ligión. El concurso fue nu.
meroso, y en todos se manifestaban los se nti mientas reli-
giosos, unidos á la satisfacción y al contento.
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' 30
DIA DE JULIO
DÍA I •0 DE AGOSTO
DIA 5 DE AGOSTO
'
DIA 7 DE AGOS1rO
sultados.
DIA ( 4 DE AGOSTO
--