Enseñanza o Aprendizaje
Enseñanza o Aprendizaje
Enseñanza o Aprendizaje
PSICOLOGÍA SOCIAL
ENSEÑANZA O APRENDIZAJE
José Bleger
LA ENSEÑANZA GRUPAL
La técnica operativa en la enseñanza modifica substancialmente la organización y
administración de la misma, tanto como los objetivos que se desean alcanzar.
Problematiza, en primer lugar, la enseñanza misma, promueve la explicitación de las
dificultades y conflictos que la perturban o distorsionan. Es un instrumento de
trabajo y no constituye una panacea que resuelva todos los problemas, cosa que,
además, es utópica.
Toda la información científica tiene que ser transformada e incorporada como
instrumento para operar y de ninguna manera se debe propender a la simple
acumulación de conocimientos.
Esto obliga a sistematizar el contenido de los programas o las materias de una
manera distinta a la tradicional. Generalmente se supone que debe enseñarse lo ya
afianzado, lo depurado; el trabajo con grupos operativos, por el contrario, nos ha
conducido a la convicción de que se debe partir de lo actual y presente, y que toda
historia de una ciencia debe ser reelaborada en función de ello. No se deben ocultar
las lagunas ni las dudas, ni rellenarlas con improvisaciones.
La institución en que se imparte la enseñanza debe, en su totalidad, ser organizada
como instrumento de enseñanza y, a su vez, radicalmente problematizada en forma
permanente. Los conflictos de orden institucional trascienden, en forma implícita, y
aparecen como distorsiones de la enseñanza misma. Los conflictos no explicitados
ni resueltos en el nivel de la organización institucional se canalizan en los niveles
inferiores, de tal manera que el estudiante resulta una especie de recipiente en el
que aquéllos vienen a caer o hacer impacto.
En el curso de la enseñanza en grupos operativos se debe estudiar e investigar la
enseñanza misma, tanto como problematizar los conocimientos e instrumentos de
todo tipo. En este y en todo sentido, el clima de libertad es imprescindible.
En la enseñanza operativa se debe tender a moverse hacia lo desconocido, a la
indagación de aquello que aún no está suficientemente elucidado. Si hay una
consigna general, básica, que debe ser tenida en cuenta, ésta es la de romper
estereotipias en todos los niveles y planos en que aparezcan. La estereotipia es la
polilla de las cátedras. En ciencia, no sólo se avanza hallando soluciones, sino
también, y fundamentalmente, creando problemas nuevos, y es necesario
adiestrarse para perder el temor a provocarlos. En esta acción, el estudiante
aprende, con su participación directa, a problematizar tanto como a emplear los
instrumentos para hallar soluciones y plantear las posibles vías de solución.
¿QUE ES APRENDER?
PENSAR Y APRENDIZAJE
EI pensar es el eje del aprendizaje, y en los grupos operativos, al establecerse la
espiral, se hace intervenir activamente al pensamiento. Hay un aprendizaje, o parte
del mismo, que tiene lugar exclusivamente en el área corporal (como, por ejemplo,
el aprender a escribir a máquina o el andar en bicicleta), y en estos casos se lo debe
completar llevando al plano del pensamiento lo que se hizo o se aprendió en el nivel
corporal.
Un alto porcentaje del trabajo, en nuestra cultura industrial, se realiza exclusivamente
en el área corporal (tanto el trabajo de un obrero como el de un profesional), cosa que
facilita o condiciona la disociación entre lo que se hace y lo que se piensa mientras
se hace. Un aprendizaje logrado exige la eliminación de esta disociación, y el
consiguiente enriquecimiento de la tarea con la que se piensa, y de pensar con lo que
se hace.
Si se nos preguntara si nosotros pensamos, todos contestaríamos por la afirmativa;
incluso, consideraríamos ofensiva, obvia o absurda la pregunta. Sin embargo, mucho
de lo que se llama pensar es solamente un círculo vicioso y estereotipado.
Otras veces, o conjuntamente con lo anterior, se llama pensar a una disociación con
la tarea, un pensar que no antecede ni sigue a la acción sino que la reemplaza.
Todas estas formas distorsionadas del pensar no son sólo conductas psicológicas
con motivaciones individuales, sino que, fundamentalmente, son pautas culturales y
forman parte de la superestructura de la organización socioeconómica vigente. Parte
de este arsenal ideológico está constituido por la lógica formal, que fragmenta,
"elementariza” el proceso del pensamiento. Este es siempre un proceso dialéctico;
la lógica formal no es un pensamiento creador, sino la estereotipia y el control del
pensamiento.
Lo espontáneo es el pensamiento dialéctico, que está limitado y reprimido por el
pensamiento formal, porque con este último, en realidad, no se piensa, sino que se
critica y controla el pensar dialéctico hasta un límite en que, inclusive, se llega a
bloquearlo. La ruptura de este bloqueo trae -como se verá más adelante- confusión
y dispersión, pero es un pasaje necesario para el restablecimiento del pensamiento
dialéctico.
Mencionaremos, de paso, que no todos los que hablan de dialéctica realmente la
emplean, y que es frecuente la coexistencia de un pensamiento rígidamente formal
con una defensa verbal de la dialéctica.
Para poder pensar es preciso haber llegado a un nivel en el que sea posible admitir y
tolerar un cierto monto de ansiedad, provocada por la aparición de la espiral, con la
consiguiente apertura de posibilidades y pérdida de estereotipias, es decir, de
controles seguros y fijos. En otros términos, pensar equivale a abandonar un marco
de seguridad y verse lanzado a una corriente de posibilidades.
En el pensamiento coinciden siempre el objeto con el sujeto, y no se puede
"remover" el objeto sin "remover" y problematizarse uno mismo; en el miedo a pensar
está incluido el temor a pasar ansiedades y confusiones y quedar encerrado en ellas
sin poder salir. Ansiedades y confusiones son, por otra parte, ineludibles en el
proceso del pensar y, por lo tanto, del aprendizaje.
Una de las mayores virtudes del grupo operativo es la posibilidad que ofrece de
aprender a actuar, pensar y fantasear con libertad, a reconocer el nexo estrecho y
el insensible pasaje que existe entre imaginar, fantasear, pensar y postular
hipótesis científicas. En este sentido, un miedo muy común es el caer en la locura
o el descontrol del pensamiento y la fantasía ("la loca de la casa"). Sin embargo, sin
fantasía y sin imaginación no hay pensamiento creador.
La realidad sobrepasa en imaginación y fantasía a la de todos los hombres juntos.
Hay que ayudar al grupo a elaborar este miedo a la locura y el descontrol, enseñar a
admitir el juego con el pensamiento y con la tarea y a encontrar y tener placer en
ellos. La situación más feliz es la de hacer coincidir el trabajo con el hobby, en el
sentido de que aquél sea al mismo tiempo una fuente de placer.
Sin embargo, y paradójicamente, miedos y sufrimientos son momentos del proceso
creador que se aceptan con más facilidad que los momentos del placer de pensar y
trabajar. Un problema muy frecuente en los grupos operativos es el de la aparición de
sentimientos de culpa por pensar, como otra de las trabas. Y cuando se logra que el
grupo acepte sin culpa el placer de pensar y el placer del trabajo, hay que enfrentar
problemas ligados al sentimiento de culpa por enseñar a pensar y por el placer y la
gratificación que ello provoca en el cuerpo docente. No hay mayor gratificación en
la docencia que el enseñar a pensar, a actuar según lo que se piensa y a pensar
según Io que se hace, mientras se lo hace.
Pero el pensar no es anodino, y el hacer pensar tampoco lo es. Recuérdese a
Sócrates y su destino, y compáreselo con el de sus acusadores Méleto, Anito y Licón,
representantes de la tradición y de la estereotipia.
Bachelard decía que siempre se piensa contra alguien; habría que agregar que
también se piensa con alguien y para alguien o algo. En realidad, todos estos
vínculos coexisten y se alternan como momentos de un solo proceso; proceso que,
sin embargo, puede perturbarse y quedar paralizado en alguno de ellos.
Es muy frecuente el caso de los individuos que sólo pueden pensar contra otro, contra
lo que piensa el otro; en estos casos se comprueba que, si el sujeto no procede de
esa manera entra en confusión. En cambio, se mantiene libre de ella mientras
adjudica a otro el rol de su propia parte contradictoria.
En la enseñanza en grupos operativos se debe también atender a la necesidad de
que el pensar se haga con rigor terminológico y técnico, involucrando, cuando haga
falta, el análisis semántico, de tal manera que la comunicación verbal se preste lo
menos posible a ser vehículo de malentendidos.
EI proceso del aprendizaje funciona en el grupo como una verdadera mayéutica, no
en el sentido en que todo consiste en sacar de cada uno lo que ya él tiene dentro de
sí, sino en tanto el grupo crea sus objetivos y descubrimientos mediante una
activación de lo que en cada ser humano hay de riqueza y experiencia, aún por el
simple y mero hecho de vivir.
Los integrantes del grupo no sólo aprenden a pensar, sino que la apertura de la espiral
permite que se aprenda a observar y escuchar, a relacionar las propias opiniones
con las ajenas, a admitir que otros piensen de distinto modo y a formular hipótesis
en una tarea de equipo. Conjuntamente con esto, los integrantes del grupo aprenden
también a leer y a estudiar.
Se observa muy corrientemente, en los ambientes profesionales, que el estudiante o
el profesional con interés en su tarea tiende sólo a informarse, es decir, a digerir una
gran cantidad de libros y revistas que mira superficialmente porque lo importante para
él es captar lo nuevo y hacer acopio de bibliografía e información; el grupo operativo
induce a pensar mientras se lee y a considerar esto como lo más importante de la
lectura, de tal manera que ella sea utilizada como diálogo productivo y no
estereotipado o bloqueante. En este sentido un solo artículo meduloso puede bastar
para la meditación durante semanas.
Para que el grupo realice todo esto, su coordinador debe manejar
fundamentalmente, la estereotipia, y realizar el análisis de los esquemas
referenciales del grupo, tanto como mantener un nivel óptimo de ansiedad; no es
preciso hacer nada para que se establezca el proceso dialéctico del pensar, porque
es espontáneo; pero hay mucho que hacer para quitar las barreras y bloqueos que
impiden su funcionamiento.