01 Palase de Torres
01 Palase de Torres
01 Palase de Torres
A na P alese de T orres
EL VALLE DE T IN OGASTA
I ntroducción
A spectos G eológicos
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E l V iento Zonda.
de las rocas i|iie com ponen el relieve. Las rocas más comunes son
los granitos paleozoicos y terciaros, gneis precámbricos, grauvacas,
areniscas y conglomerados permotriásicos y terciarios; vale decir,
elementos en cjue prevalece el sílice. En segundo lugar, debemos
considerar la intensidad y Ja dirección de los vientos dom inantes.
Siendo la desintegración del relieve un proceso físico que se
cum ple siempre, el desplazam iento del m aterial suelto se realiza
desde las cumbres y laderas montañosas, al pie de los cerros y
desde allí aguas abajo hasta abandonar el valle. En el caso del
valle de Tinogasta, la fuerza y persistencia del viento de dirección
sur-norte dom inante, no sólo no perm ite la salida del m aterial sino
que lo arrastra valle arriba, acum ulándolo allí donde las condi
ciones del relieve lo perm iten.
Esta cuenca, lo mismo que la del río Belén, lleva sus cabeceras
hasta el borde de la Puna, el cual alcanzaron ambos merced a la
erosión retrocedente de sus fuentes. El nivel de base general del
río A baucán llega hasta el este de La Rioja, antes la salina La
A ntigua, aunque las aguas se infiltran ya a m edida que se des
plazan de norte a sur después de abandonar a Mazan. El río Belén,
por su parte, se pierde habitualm ente en el bolsón de Pipanaco.
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mismo nom bre. El río de T atón recibe una red trib u taria nmv
nutrida; com enzando por el río de la Q uebrada Honda, el tío
del C hiquero, y finalm ente el río G rande, que es el que prim a con
su nom bre, puesto que al pasar por la población se lo conoce con
el nom bre de río G rande de T atón. Luego recibe el im portante
tributo del río C orral de Piedra, que recoge las aguas de las
serranías que se extienden hacia el oriente y que reciben el ncrnlne
general de sierra de Belén.
Estos colectores serranos de Agua Negra, de C huquisaca, de
Antinaco y G rande de T atón, pierden sus aguas totalm ente, insu
miéndose en el arenal que ocupa el centro del bolsón. Ya hemos
tlicho con anterioridad que este arenal es muy suelto y se com porta
como una esponja para la absorción del agua. Esta tiene aquí un
curso totalm ente subterráneo, desplazándose sobre la capa im per
meable, y aflora aguas abajo en el lugar llam ado Nacimientos
dando lugar a la formación de una vega. Es en este lugar donde
se origina el curso de agua que transcurre a lo largo del valle
tinogasteño con el nom bre de Abaucán.
Las aguas que surgen en Nacimientos son abundantes y de
buena calidad, de m odo que son varias las poblaciones que se
ubican en este prim er tram o, tales como Istataco de A rriba, lsta-
taco de Abajo o Pueblo Nuevo, San Antonio, M edanitos. Desde
las serranías orientales baja un arroyo precario, Los Molles, que
no llega al Abaucán. El pueblo que luego se asienta sobie 'a
vera del río, es Saujil, donde las aguas son levantadas casi total
mente para el uso de la población.
Poco a poco vuelven a surgir las aguas en el lecho del río en
forma de alum bram ientos, aguas que se reúnen en un pequeñísim o
cauce discrepante que llega penosamente hasta Fiantbalá. (Hemos
visto ya que la población de Fiam balá se abastece de agua gracias
al aporte del G u a n ch ín ). El cauce del Abaucán es frente a esta
población, am plio y barrancoso, donde los m édanos vivos se form an
dentro del álveo del río y fuera de él. Frente al barrio de la
R am adita se une al cauce seco del G uanchín, que es como un
callejón abierto entre paredones altos y que realm ente sirve para e'
tránsito. Sólo en épocas de crecientes llegan a establecer contacto
ambas corrientes.
Aguas abajo el Abaucán no recibe ningún afluente de im por
tancia, si exceptuam os al río de la Troya que tratam os o portuna
mente.
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R é g im e n d e l R ío
L as T ermas de F iambalá.
que manso se desliza sin hacer m ucho ruido por entre el m aterial
de derrum be que llena la quebrada. El agwa es lim pia, cristalina,
absolutam ente transparente y bien caliente. En las piletas que se
sitúan frente a las viviendas precarias, no es posible bañarse en
verano por cuanto el agua está demasiado caliente, pero en otoño
y en prim avera constituyen los baños predilectos por cuanto el
agua se enfría bastante en contacto con el aire.
Aguas arriba y siguiendo el áspero sendero, se llega a las n a
cientes. Estas se producen en varios ojos de agua, de poco caudal,
se ju n tan y se precipitan en cascaditas sucesivas hasta form ar una
única y ya im portante cascada de unos cinco o seis m etros de altura
más o menos. D urante el invierno, estas aguas que traen 589,1 de
tem peratura vaporizan intensam ente en contacto con el aire frío
de la atmósfera form ando una cortina de vapor de agua, que
acompaña al arroyo aguas abajo. En el- lecho del arroyo, entre los
rodados que están dispersos en él y sobre los mismos, recubrién
dolos en parte, existen gran cantidad de algas que ..prosperan en
esos tipos de aguas. Son de coloración am arillenta, 'viscosas y son
tanto más abundantes cuanto mayor es la .tem peratura del agua.
Junto a la cascada m ayor he visto los iqejores ejem plares.
Estas preciosas aguas termales, de valor terapéutico y sedativo
muy apreciado desde- tiem pos! remotos en la región, han sido ana
lizadas por el Dr. H errero Doucloux y sus resultados publicados
en Aguas M inerales de la R epública Argentina, Vol. II I, provincia
de Catamarca.
Según estos análisis se trataría de aguas hiperterm ales sólo
superadas en tem peratura por las de Villavil, que alcanzan 6098
centígrados.
L as R uinas de B atungasta.
15 Ibidem .