Cuando La Tristeza Invade Nuestro Cerebro
Cuando La Tristeza Invade Nuestro Cerebro
Cuando La Tristeza Invade Nuestro Cerebro
nuestro cerebro
La tristeza es una de las emociones más básicas del ser humano. Es esa
sensación que nos embarga por infinitos motivos, que nos apaga y nos obliga a
Suele decirse que son precisamente las tormentas las que hacen crecer las
proceso del cual hemos obtenido conocimiento para seguir adelante, para
endurecer un poco más esa coraza que ofrece la vida y donde hemos de saber
-Marcel Proust-
Pero, ¿qué ocurre en nuestro cerebro en esos momentos? ¿Por qué nos
sentimos de ese modo cuando la tristeza se instala como una tela de araña en
él?
preparado para enfrentarse a esta emoción que a cualquier otra. Si nos damos
estado que a nosotros, dado ese gasto energético, nos provoca más cansancio.
caer las lágrimas. Nadie puede llorar durante un día entero, es un acto que
del todo el sabor, de ahí que solamos comer más, qué busquemos más cosas
Aprender de la tristeza
La tristeza nos permite poder aprender de lo que hemos vivido, y ese es el
memoria recuerdos mediante los que podemos aprender, situaciones a las que
Algo que, según ellos, no ocurre del mismo modo cuando estamos satisfechos,
embargo, la tristeza nos activa, nos hace estar más alerta y nos empuja a
información exterior.
“La tristeza no es más que una valla entre dos jardines.”
-Khalil Gibran-
Si decides leer esta carta es porque en estos momentos tus días tristes ganan o
encuentras rota en mil pedazos. Sea cual sea el motivo, así es como te sientes.
Antes de continuar, déjame decirte que estás líneas están escritas para que
refugio y desde el que puedas estar a solas contigo misma. Luego, necesito que
por unos segundos cierres los ojos, tomes una respiración profunda y cuando
estés lista comiences a leerla, sin prisas, con calma y reflexionando cada
palabra… ¿Preparada?
cuando tu alma te pide llorar, de quedar bien con los demás… Maquillar tu
disfraz para hacérselo creer a los demás. Ten en cuenta que las máscaras
En tus días tristes llora si es lo que necesitas o grita si no puedes más. Vale más
expresar cómo te sientes que ahogarte en ello y que en algún momento te haga
enfermar.
Sea cual sea el motivo, permítete sentir tu tristeza para desahogar todo
ese dolor emocional que llevas dentro cada vez que llame tu puerta. Aceptarlo
Pero no olvides que estar triste se conecta con el recuerdo y aunque este sea
útil, deja de serlo cuando apoyas toda tu vida en ello. Porque aunque no seas
responsable de cómo te sientes, sí lo eres de lo que haces con ello.
Abrázate fuerte, muy fuerte
A partir de ahora olvídate de tus temores y al igual que eres valiente para no
punto estás. Mírate al espejo y date el amor que tantas veces se te olvida para
recuperar tu bella autenticidad, esa que echaste a un lado por el bien de los
Si es así, abrázala, abrázate. Para reencontrarse con una misma no hay mejor
medicina que el calor de sentirse querida… y eso hace tiempo que has olvidado
hacerlo. Trátate con cariño, libre de juicios y críticas para recoger cada parte
Para ello, lo que me encantaría y esto te lo pido con mis mayores fuerzas es
que por favor dejes de tratarte mal a ti misma. Sea lo que sea lo que haya
sucedido recriminarte a voces o en bajito hace que tu herida sangre más fuerte.
Te será de gran ayuda perdonar tus errores, las veces que no supiste hacerlo
bien y otras tantas que ni siquiera sabías cómo hacerlo. Nadie nace
También deja a un lado a tus queridos porqués: “¿Por qué me ha tenido que
pasar a mí?”, “¿Por qué siempre es lo mismo?”, “¿Por qué se ha comportado así
conmigo?“… Tan solo te seducen para que formes parte de una espiral sin
acabarán por hacer de tus días tristes tu propia rutina. Si quieres preguntarte
que sea con el cómo, el qué, el cuándo o el para qué. Será más constructivo y
reparador. Créeme.
para reconocer a quien eres de verdad. Busca tus ojos, conecta con ellos y
contigo.
depende de ti salir a recibirlo o, por el contrario, cubrirte con una manta p ara
valiente una vez más para sentir y comprender tu tristeza, sin dejar en el
5 minutos
la realidad. Todo lo vemos con más tonos grises, falta el ánimo y hasta la mente
Lo cierto es que, por término medio, nos suele costar bastante manejarnos en
presencia a lo que nos sucede. Sin embargo, muchas veces, optamos por
reprimir o evitar toda emoción sentida y más si tiene una valencia negativa.
Las decepciones, los miedos, las tristezas y las angustias quedan relegadas a un
A día de hoy el móvil, las redes sociales y todo lo que nos ofrecen las nuevas
tecnologías son esas drogas llenas de estímulos que nos permiten huir,
analizamos.
“No quiero estar a merced de mis emociones. Quiero usarlas, disfrutarlas y
dominarlas”.
-Oscar Wilde-
Podemos deshacer nuestros nudos emocionales, permitiéndonos sentir primero todos esos
estados que hay en nuestro interior.
gestionado obstaculiza y bloquea el bienestar. Hay algo atascado que nos afecta
situamos la mirada en otras cosas. Damos por sentado que el tiempo cura,
Universidad Nacional Abierta Indira Gandhi, en India, nos deja claro un detalle.
derivar en una depresión. ¿Qué podemos hacer entonces para desatar o liberar
-Aristóteles-
Para ello, es necesario que, por una vez, no huyas de lo que duele y sintonices
tristeza, etc.”. Recuerda que las emociones te ofrecen información sobre lo que
Ya has abierto la botella de tus emociones y las tienes ante ti. La sensación no
es cómoda, es cierto, no resulta sencillo abrir las heridas del ayer y ver de qué
están hechas.
Sin embargo, es preciso que aceptes cada emoción y que te permites sentirlas.
Están ahí por una razón, no las reprimas, no busques vías de escape para
expresarlas…
Todo lo que sientes es permisible, no te juzgues por sentir tanta tristeza, por
retazos que has preferido olvidar o desplazar de tu mente y que, sin embargo,
forma valiente.
Toda vivencia adversa forma parte de tu historia y, como tal, debes aceptarla e integrarla junto
a todas las emociones que se deriven de ella.
“debo echar hacia delante olvidando todo lo sucedido”, “tengo que ser fuerte y
sin invalidar lo que sentimos. Nadie es débil o defectuoso por aceptar que se
siente herido. Tampoco por permitirnos ser vulnerables y sufrir por lo que
duele, y desahogar lo que genera rabia o frustración. La auténtica inteligencia
está en dar presencia a cada emoción, entender su mensaje, no dejarnos
que más quieres y respetas. Sanar es un viaje de altibajos en el que tú, y solo