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dos por las grandes socio-culturas agrarias, como en el caso de China, India,
Irán, Mesopotamia, Bgipto, México y Perú.
9.2. A su vez las grandes socio-culturas agrarias son sustituidas por las
estructuras sociales de los pueblos que logran alcanzar el control del más
"viejo" de los servicios del sector terciario: el comercio. El control de este
último proporciona a Ia vez el poder económico y el cultural, como sucedió
con las talasocracias mediterráneas: Fenicia, Cartago, Ia Hélade. Cuando
las talasocracias del Mediterráneo oriental consiguieron el control del co-
mercio del Oriente Próximo y del Mediterráneo, el poderío adquirido y Ia
riqueza económica, entonces no aplicable al consumismo de objetos indivi-
duales o familiares, produce un aumento del ocio necesario. De todos es
conocido el ejemplo griego; el poder y Ia riqueza se manifestará en las
Polis en un triple y lujoso consumo : a) El lujo del culto polimorfista de las
divinidades de Ia vía de Ia diversificación, b) La estructuración de Ia vida
de Ia ciudad en Ia "lujosa" democracia del polités y c) La invención, uso y
transmisión de delicadas formas y métodos, en los que incluyo el naturalis-
mo plástico, los órdenes arquitectónicos e incluso el peculiar saber griego:
Ia búsqueda de Ia sabiduría (filosofía).
9.3. Las ciclo-culturas nómadas producen un primer tipo de saber: Ia
Primera sabiduría o religión práxica; ejemplo, el Chamanismo. Las socio-
culturas agrarias dan origen a Ia Segunda sabiduría o Religión cosmovisiva
(Teogonias, cosmogonías mesopotámicas, etc.). Las socio-culturas urbanas
producen Ia Tercera sabiduría o saber sapiencial (Tao-Te-King, Confucio,
Budismo, Presocratismo). Pero en el caso del pueblo helénico, Ia riqueza,
inimaginable para entonces, producida por el comercio y traducida en el
ocz'o necesario del común de los polités, a partir del triunfo sobre los persas
en las Guerras Médicas, hace que rápidamente Ia Tercera sabiduría —a Ia
que los griegos llamaron Sophia— tome cuenta y razón no sólo del Cosmos
y del lugar que en él ocupa el hombre, sino también de sí misma, dando
origen a Ia Cuarta sabiduría: Ia búsqueda permanente del saber, o Filosofía.
9.4. Si bien Ia reducción de Ia cultura a Ia peculiar socio-cultura occi-
dental es un craso error, sin embargo, en cuanto Ia Quinta sabiduría: Ia
Ciencia, y Ia Sexta sabiduría: Ia Técnica, se originan en ella, adquiere una
importancia que no es menester ponderar y que, inciden de un modo funda-
mental sobre Ia filosofía.
10. El origen de las seis "explicaciones" totalizantes. El misterio de Ia
deidad, "observable" religioso indiscutible, está presente en Ia prepotencia
de Io real de un modo común, radical y originario, aunque de hecho se haya
convertido en "formas" muy variadas, históricamente verificables. El carác-
ter físico de esta religio es Io que Ie confiere su capacidad de afectación al
hombre y al mundo, "Las" religiones son, por tanto, Ia objetivación de Ia
religio como religación, tanto en su forma personal (como un hombre "vi-
ve" Io religioso), como en su forma objetiva: el cuerpo de religión. Y esta
objetivación es Io que origina Ia triple construcción teo-cosmológica, ecle-
siológica y soteriológica que aparece en todas las "religiones", aunque en
las más primitivas sea harto rudimentaria y poco menos que inextricables
en las más desarrolladas.