La Película Que Vi Una Vez
La Película Que Vi Una Vez
La Película Que Vi Una Vez
otro canal de comunicación posible con vos. Ya no sé cómo hacer para hablar
agotaron todas las herramientas, me quedé sin recursos. Yo pensé que yo era
una persona lúcida, madura, inteligente, y que mi vínculo con vos cumplía
brindarte todo lo que esperé de mi madre, cuando muy pocas veces yo recibí
de ella lo que yo creo que te estoy dando a vos. Igual ahora me doy cuenta de
que no hice nada bien con vos. Lo que sí sabés es que te amo profundamente,
sé si soy la misma madre con vos que la que tuve yo, pero quiero que sepas
que estoy trabajando mucho para ser otra cosa, aunque seguro no lo logre.
Estoy muy preocupada por vos, estás muy raro desde que te juntás con esta
que no es una chica más en tu vida, entiendo que tenés un vínculo muy
especial con ella. Desde que la conociste, a los cinco años, ella te transformó.
sentimiento tan trascendente siendo tan chico, por eso me preocupo, ¿Acaso
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fuiste capaz de comprender el amor siendo tan chico? ¡Tenías cinco años! Yo
me guío por mi, y yo a esa edad apenas estaba recuperándome del duelo de
como una psicóloga berreta que nunca fui. Por suerte, porque la psicóloga
cómo podías sentir esas cosas siendo tan chico? ¿Cómo podrías
chico, como algo pasajero, otro pasatiempo. Vos siempre tuviste mucha
que sentías no era real sino un juego de chicos, pero desde que reapareció en
tantos años y que te siga movilizando. Además, mientras ella era compañera
Creciste y todo pasó a ser parte de tu niñez, un recuerdo, y ya. Pero desde
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que esta chica volvió a tu vida vos sos otro. Te desconozco, y a vos pareciera
vos, otras compañeritas y una carta que le habías escrito, creo que pasó
pero también recuerdo que al tiempo te pregunté por eso y vos mismo me
nos conozcamos. Yo voy a ser transparente y franca como nunca lo fui con
vos, voy a dejar de ser tu mamá para pasar a ser Silvia, quien soy. Ya sé que
siempre fui Silvia, pero con vos, nunca, yo siempre fui tu mamá.
interesa nada de nada, sé que vos siempre mirás para adelante, que “te pone
nervioso” la gente melancólica -esas son siempre tus palabras-, que tenés
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porque te digo lo que digo. Por eso te estoy escribiendo estas palabras, con
mis manos, en este cuaderno y con esta lapicera que me regaló tu papá hace
más de diez años, cuando tu papá no sabía qué hacer conmigo e insistía con
esto de que me pusiera a escribir porque “me iba a hacer muy bien”. Igual no
idea de lo que te estás perdiendo por pensar así. No vas a poder prosperar si
Y ahora a vos te toca ser joven, qué distintos que somos, qué distinta que fui
con una supuesta mediocridad pero finalmente no pude hacer otra cosa que
cometer los mismos errores. Quiero que hagas otra cosa con tu vida, quiero
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Yo nací en 1978, el histórico año del mundial. Nací en un momento
mis abuelos con mis padres, pero en otras familias este bloqueo fue el
de mi papá.
no sé qué cosa a la ferretería y ahí se conocieron los dos. Mis viejos queridos,
siempre fueron tan simples, tan lineales, tan obvios. Su historia de amor
siempre fue así: simple, elemental, básica. Yo nunca pude ver la potencia de
tía abuela, que se nos sumaron al tiempo. De alguna manera éramos una
familia, mis padres y yo, de alguna manera ellos eran una pareja, pero yo no
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sé si pude conocer el amor en su pareja, me costaba entender cómo se
su familia, hacía muy poco tiempo que había entrado a trabajar a la empresa
vida, o al menos por veinte o treinta años, máxime si esa empresa era del
mamá seguía viviendo con sus padres. No creo que mi viejo con lo poco
social que era haya tenido el deseo de abandonar la casa paterna antes de
adulta fuera del matrimonio. Así fue cómo mi papá conoció a mi mamá un
calor pero aún se disfrutaba pasear a pleno mediodía. Mi vieja así contaba
infinitas veces cómo había sido el flechazo con mi papá, qué había sentido y
dónde, cuáles fueron sus primeros intercambios de palabras, y cómo fue que
una vez conseguida la… ¿Qué había ido a buscar? Porque resulta que a mi
urgente, no me acuerdo qué era… ¡Ah, sí! ¡Una llave inglesa! Como ya era
papá ayudaba a sus padres en la tienda los sábados, ya que era el día en que
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no trabajaba en la empresa estatal. Mi vieja cuenta que mi abuelo se lo dijo
mucho disgusto recordar que su papá le eligió esposa. En fin, esa al parecer
es la leyenda mítica del inicio del noviazgo entre mis viejos y al poco tiempo
Mi mamá era hija única, vivía con su mamá y su papá había muerto hacía
era egresada de una escuela técnica y dibujaba muy bien, así que trabajaba
una pensión, los ingresos eran exiguos y mi mamá necesitaba trabajar para
mamá llegó a su casa con el hijo del ferretero, mi abuela se deslumbró con la
muchacho. Porque sí, mi papá era un poco así, andaba como en su mundo,
que la acompañó toda su vida y los que vivimos con ella también la
padecimos en silencio.
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Además, para mi vieja realizarse consistía en casarse joven y tener
hijos antes de los treinta. Si bien ya había muchas mujeres que trabajaban
-como ella misma- eso se debía a que no había un hombre disponible para
quisieron unos padres urgidos por ubicar a sus hijos. Una vez casados mis
Y así fue cómo mi niñez transcurrió en Villa Urquiza, entre tele, mates y
galletitas de agua con gente adulta que nunca me trató como niña. Mi vieja
se imaginó que con su casamiento por fin iba a formar una familia tipo de
esas que veía en la tele, sobre todo porque ya no iba a tener que trabajar,
abuela aún estaba mal fue imposible sacársela de encima y se la tuvo que
llevar a vivir con ella y su marido. Y también se nos sumó una hermana de
mi abuela que también había enviudado pero, para desgracia mía, no tenía
hijos.
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de su padre que lo avergonzaba públicamente por su timidez, por ser un pata
dura en el fútbol, etc. Así que yo vivía con mis padres y con mi abuela y una
cuarto porque Carlos Ernesto iba a necesitar un lugar para él. Ninguna de las
dos se percató de que tal vez yo no estaba tan cómoda con su decisión y mi
nacer, ya que por su culpa yo iba a tener que dormir con esas dos viejas que
estaba bien, que había empezado con contracciones y que, a pesar de que la
fecha probable de parto era lejana, parecía que iba a nacer el bebé. Cuando
que yo pensaba que yo había matado a mi hermanito Carlos Ernesto con mis
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Por suerte al tiempo volvió la democracia y, al menos en la televisión, las
“la nena” -así llamaban a tu abuela, mi mamá- pero a medida que iba
que podía hacer. Mi papá nunca objetó nada, porque entre las tres mujeres de
poder continuar con su vida laboral, así que mientras estuviera el desayuno,
Yo no fui al jardín de infantes. Nunca entendí las razones. Creo que tampoco
jugando sola y me portaba muy bien, creo que el hecho de que mi mamá
sido una incógnita en mi vida. Mi vida estaba sellada por mujeres. No sabía
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cómo eran esas criaturas del sexo opuesto, qué pensaban, qué les gustaba
hacer. El único hombre que trataba era mi padre, pero a duras penas lo
conocía. Puedo enumerar con mucha precisión qué cosas le gustaba comer y
en qué momento del día, recuerdo que le gustaba ir a pescar al río solo y
costaba imaginar que mi papá alguna vez había sido uno de ellos, así como
me costaba pensar que en algún momento esas viejas con las que yo convivía
alguna vez habían sido jóvenes, y que tal vez tenían la edad que yo tengo
ahora cuando yo las veía como “viejas”… Ellas tampoco conocían a los
haya existido, porque creo que nunca nadie se hubiera vinculado con él,
Pobre de mi mamá. Igual creo que para ella también fue un alivio, aunque
nunca pude hablarlo con ella. Aún no termino de entender por qué pero los
qué consistía ser un hombre. Creo que porque él tampoco supo a ciencia
mismo, pero en este caso que él mismo no supiera en qué consistía ser
lejos de vivirlo como una condena, tal como lo viví yo, tal como lo vivió mi
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papá. Recuerdo de chica escuchar a mi mamá o a las viejas decirme “cuando
venga tu padre vas a ver” y después llegaba mi papá cansado, prendía la tele
valían la pena eran los galanes. Yo me tenía que “buscar uno así”, me
decían. Uno que sea trabajador, elegante, refinado pero no tanto (demasiado
vida al lado de un hombre, porque sino no había vida, ninguna vida era
criado mis hijos y comprendo por qué no les interesa investigar su pasado.
deporte iba a ser para desarrollar un cuerpo fornido y atlético para lograr
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literarias eran en función de volverme más interesante y atractiva para los
una hija (al menos), llegó un momento en que ya no podía construir su vida
Parece algo prehistórico pero así fueron las cosas hace no muchos años.
Ahora pienso que mientras mi hija que hoy se identifica feminista por luchar
identificaba feminista por usar tacos altos, minifalda y escotes, así las cosas,
no se le podía exigir más. Era muy gracioso escuchar las conversaciones que
tenían mi mamá con sus amigas con las que estudiaba psicología cuando
la casa ni con los hijos y todo culminaba con un “me tengo que ir porque le
tengo que ir a hacerle la comida a mi marido”. Tal vez había hijos que atender,
pero la demanda principal era el marido: había que cocinarle a él, eso era lo
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acuciante, los hijos podían esperar, ellos se podían arreglar solos. El marido,
no.
varones. No sabía como jugar con ellos, también si llegaba a hacerlo era
juzgada como “varonera” y mal visto. Si existía alguna cercanía con un niño
idea en qué consistía eso. No supe cómo construir una amistad con el sexo
opuesto. Ni con el propio. Mis amigas de la primaria eran Rosa y Natalia. Con
mi una compañía entrañable. Lo que sucedía era que tanto la madre de Rita
llevaban muy bien con mi vieja, de hecho las tres compartían el alquiler de
amistad era sostenida casi sin problemas. El hecho de ser tres nos permitía
problemas entre Rita y Natalia porque siempre la que traía los conflictos era
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Los problemas que yo tenía con Rita o con Natalia consistían en que yo
letra con alguna de ellas era yo. Lo notable era que entre ellas me acusaban
amistad para siempre. Eso hubiera sido lo más sano, y de hecho lo intenté
infinitas veces, pero siempre venía alguna de las dos a pedirme disculpas
más remedio que volver a ser su amiga. No podía funcionar de otra manera,
no podía mal funcionar de otro modo. Lo que sucede es que ellas dos eran
tan parecidas entre sí que sin mi tampoco hubieran durado mucho juntas,
vaivenes nos pasamos siete años Rita, Natalia y yo, todo el tiempo, juntas.
irme con ella a la playa y así mi mamá aprovechaba para estudiar o trabajar
y mi papá podía hacerse sus escapadas al Tigre a pescar; entre tanto, mi tía y
siempre me hicieron sentir que era un “problema” que había que sacarse de
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los adultos con los que vivía se conectaba con mis necesidades privativas de
la infancia.
Yo siempre era la que iba a la casa de Rita o de Natalia, ellas nunca venían a
casa porque mi hogar era muy aburrido. En eso las tres estábamos de
acuerdo: sólo se podía ver la novela que veían las viejas o el noticiero de mi
Además, yo tenía muy pocos juguetes mientras que Rita y Rosa siempre
bicicleta. Tanto a Natalia como a Rita les gustaba seguir los escasos
ellas después pedían que les regalaran para el día del niño, para navidad,
conmigo sin problemas. Ni Rita ni Natalia vivían en una casa con patio como
yo, tampoco vivían con viejas viudas. Las dos vivían en departamento con
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sus padres y sus hermanas (tanto Rita como Natalia tenían una hermana
empleada doméstica que hacía lo que en mi casa hacían las viejas y yo. Mi
casas de Rita y de Natalia era una experiencia muy grata para mí, veíamos la
existía una práctica así, la cita social era el almuerzo y la cena, el resto del
día la cocina era terreno de las viejas con su mate y sus galletitas de agua. Lo
cuidaban el jardín eran mi abuela y mi tía, quienes a pesar de ser las más
ancianas del hogar, sus cuerpos se llevaban los trabajos más pesados. Mi
trabajo”, así que yo toda mi vida pensé que el trabajo doméstico no era un
trabajo como tal, lo único verdaderamente laborioso era estar en una oficina
lado, sentarse a escuchar lo que dicen otros, como era el trabajo arduo de mi
principio me daba vergüenza ser atendida por una mujer que no era ni mi
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de mi crianza) sino por una muchacha que apenas me llevaba unos años y
que bien podría ser mi hermana. Nunca comprendí el vínculo que tenían mis
una muchacha que hablaba muy bien, tenía fama de ser “muy educada”, a
túnica y la moña, algo que nunca supe qué era. Ella leía poemas de Neruda,
a vivir a Buenos Aires porque sus padres la trataban mal, la hacían trabajar
asociado a una bendición según ella. Una vez nos dijo que nos iba a hacer
una torta especial y nos iba a llevar de paseo al nuevo shopping que se
acababa de inaugurar , esa vez usó la excusa del paseo para encontrarse con
su novio, porque resulta que nos llevó al shopping y allí nos estaba
de la casa de Rita, así que al parecer Caterina les había estado robando y se
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Caterina muy amorosa y compinche, como nunca fue ningún adulto con
nosotras.
Hacerme amiga de ella fue toda una hazaña y se lo debo agradecer a Andrea,
hacía que Alejandra se pusiera cada vez más intensa. Pero en sexto grado,
día le pegué una cachetada. La maestra Andrea, que estaba bastante cansada
de nuestros conflictos, un día nos envió a las dos juntas a dirección. Pero
supervisora y tuvimos que esperar mucho tiempo para que por fin nos
Alejandra era distinta a todo lo que yo conocía hasta ese momento, y lo que
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enteras leyendo. Con ella la televisión se volvió aburrida. Leíamos la
Borges. De golpe los libros me mostraron un mundo que hasta ese momento
era imposible.
porque me estimulaba saber que ese día iba a ver a Alejandra y que me iba a
divertir mucho con ella, sobre todo me iba a compartir algún libro. Así fue
un oasis para mí. Eran una familia tan especial, comían todos juntos y con el
televisor apagado, su papá nos preguntaba cómo nos había ido en la escuela
de estudiante con nosotras. Así fue como me enteré de que existía un colegio
Alejandra había estudiado ahí. Oscar -así se llamaba el señor- nos insistía
en que estudiáramos en esa escuela, que aunque íbamos a tener que hacer
un curso de ingreso muy riguroso y exigente valía la pena porque nos iba a
almuerzo en su casa con la televisión apagada era una experiencia muy rica,
casi lindante con lo espiritual, pero creo que eso lo hubiera desilusionado
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mucho. Y así fue cómo me entusiasmé con la idea de lograr algo por mí
Alejandra no estaba muy convencida con hacer ese tan difícil y tortuoso
curso de ingreso; ella se veía obligada a hacerlo porque para ella eso era un
era muy buena alumna y le apasionaba leer (recordemos que fue ella quien
los hombres no existían o debían pelear para existir, parecía que en la casa
de Alejandra los hombres eran los que mandaban y Alejandra tenía que
comportarse como tal para poder existir. Creo que eso había sido lo que nos
había oído esa palabra y me dio mucho pudor preguntarle a mí amiga qué
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quería decir con eso. Creo que la mamá de Alejandra era depresiva, pero, a
muchas cosas, si mi abuela se pasaba tres días sin salir de la cama decíamos
de la primaria, cursábamos dos veces por semana por las noches en el centro
y los otros tres días nos juntábamos a estudiar con el hermano mayor de
ayudaba a mí también.
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pasábamos revisando los textos de historia y geografía con un entusiasmo
injustificable, mientras ella cada vez estaba más hastiada de nosotros, de las
clases y del curso de ingreso. Un día Alejandra me encaró a la salida del curso
de ingreso. Me dijo que tenía que hablar conmigo de cosas muy íntimas y
que necesitaba que nadie nos viera. Yo le propuse que nos juntáramos en el
baño cuando sonara el último timbre. Allí me dijo que era obvio que yo
chiquilla porque eso le daba seguridad. Me dijo que su hermano era una muy
mala persona, que era muy inseguro y que no sabía lo que quería, no como
ella que sí sabía lo que quería. Alejandra se puso a llorar y me contó que él
metía y le robaba a sus amigas, y que ella estaba mal porque sabía que yo iba
a sufrir por culpa de él y que no quería que yo sufriera por nada del mundo
porque yo era especial. Para esta altura yo sólo podía pensar en que Bruno
papá y que se nos hacía tarde. Bajamos la escalera de la escuela y ahí estaba
cómo nos había ido ese día. Nos subimos a su auto y Alejandra bajó la
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la conversación con su papá como si nada hubiera pasado. Me dejó en mi
Al otro día, por la mañana, en la escuela, Alejandra me dijo que no quería ser
más mi amiga ni quería nunca más saber nada de mí, me indicó que no fuera
pedía que siguiera volviendo del curso de ingreso con su papá porque no
éramos amigas, teníamos que seguir como si nada pasara delante de él.
Ese día llegué a mi casa, comí, me acosté y me puse a llorar como nunca en
que me pasaba por la cabeza, pero eso era imposible, nadie tenía la más
entre las mamás de Rita y de Natalia con la renovación del contrato, que
qué compartir eso conmigo, ya que yo era una nena y que no tenía por qué
por qué pero me sentí responsable del problema de mi mamá y decidí volver
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juntar con Rita y Natalia, ya que, al fin y al cabo, ellas habían sido mis
siquiera esbocé el tema, aunque parecía que de algo estaban al tanto porque
Rita mencionó algo como que Alejandra “era un poco rarita” y que era obvio
que todo iba a terminar mal con ella. En ese momento sentí que Rita y
Lo que sucede es que mi mamá nunca fue muy madura, era bastante
quinceañera. Por más que estudió y tuvo una carrera profesional, nunca se
apoyó en eso para enfrentarse al mundo. Para ella lo importante era casarse,
disfrute. Su trabajo se volvió una excusa para salir de su vida doméstica que
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Y mi mamá era tan limitada con sus intereses… todo lo que salía de lo común
varonera, que mejor me juntara con Rita y Natalia porque ellas eran muy
tenía unas referentes, no había una amistad de igual a igual sino una forma
de vida que había que copiar, una normalidad que había que lograr.
había tomado la noticia su papá, alguien para quien era tan importante
me respondió, sólo se limitó a decirme que no era asunto mío y que ahora sí
ya no había nada que nos uniera. Yo no entendí qué me había querido decir
¿Cómo podía ser que tomara semejante decisión sin importarle la opinión de
los demás?
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Terminar el curso de ingreso sin Alejandra y sin Bruno fue lo peor que me
entendía por qué sería para mí tan trascendente aquel logro, nadie podía
familia había vivido algo mucho más íntimo que cualquier aventura de
primera vez me sentí de más entre Rita y Natalia; ellas ya habían crecido,
Ahora que recuerdo todas estas cosas con vos me doy cuenta de que en lo
trasciendo. No puedo creer que esta sea la primera vez que traigo a mi
algunos encuentros fortuitos y no tanto, pero ese vínculo que nos unía
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desapareció, se esfumó. Siento que mis relaciones nunca persistieron, nunca
En cambio él me dijo que yo “estaba igual”, me lo dijo con una sonrisa, quiso
faltó el aire por unos segundos, tuve que contener el llanto. Como no quería
compartir eso con él me excusé de que tenía poco tiempo y que me daba
gusto verlo, caminé una cuadra y me puse a llorar. Sentía una punzada en el
corazón.
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