Lucia's Blog - UNA CASA EDIFICADA POR DIOS
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Lucia's Blog - UNA CASA EDIFICADA POR DIOS
"Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; 4 con conocimiento se llenan las
cámaras de todo bien preciado y deseable.”
Proverbios 24:3-4
En el quinto día de la creación de Dios, Él llenó los océanos con vida marina, haciéndolos rebosar de
vida fructífera, pero aún no era suficientemente bueno. Al día siguiente creó al hombre y a todas las
criaturas terrestres que respiran oxígeno y exhalan CO2. Solo había un problema: hizo solo un
hombre. Él dijo: "No es bueno que el hombre esté solo." Hizo a la mujer para que él y ella pudieran
formar una familia, y llenar la tierra con la criatura que más amaba, la humanidad. La máxima
expresión de ese amor se encuentra en Su ideal del hogar piadoso. Uno de los sonidos más bellos
de esta tierra es la risa de los niños. El sonido de los niños jugando en el patio o en la calle es el
sonido de un vecindario que tiene vida. Asumimos mucho. Las familias felices no son un
accidente. De principio a fin, Dios ha tenido siempre un plan. Él es nuestro Creador y Juez. Él sabe lo
que es mejor para los hombres y mujeres que creó.
Últimamente he estado reflexionando sobre el papel fundamental que tiene el hogar en nuestra
sociedad, la iglesia y la nación. Lamento mucho ver tantos hogares que se derrumban ante nuestros
ojos. Nuestra cultura impía está destruyendo la unidad más fundamental de la sociedad, el hogar .
Los hogares fuertes, piadosos y sanos son la única esperanza para la supervivencia de nuestra
gente. El hogar es el laboratorio y la cámara de incubación para las próximas generaciones de
nuestro pueblo. La identidad de nuestra cultura se encuentra en el carácter de nuestros hogares.
Entonces, si realmente se amaran y quisieran pasar el resto de sus vidas juntos, como dicen, ¿por
qué no se casan? Cuando uno plantea tal pregunta, tartamudean o guardan silencio. Pero la verdad
es que no quieren verdaderamente comprometerse el uno al otro y a sus votos matrimoniales. Des
esta manera ellos creen que pueden abandonar su relación a cualquier momento sin las
complicaciones legales de una licencia de matrimonio . Lamentablemente tales relaciones no
suelen durar. No duran porque tales parejas intencionalmente rechazan y no respetan las leyes de
Dios acerca de la moralidad sexual y los principios de rectitud y piedad que Dios ha establecido.
Debo enfatizar que vivir juntos o estar comprometidos como esposo y esposa fuera del matrimonio
es fornicación o inmoralidad sexual en la Ley de Dios, Su Palabra. Es condenado en la Biblia y trae la
ira de Dios ( 1 Cor. 6:9-10; Gál. 5:19-21; Ef. 5:3-5; Col. 3:5-6; Apoc. 21: 8 ). Aquellos que practican
el vivir en tales relaciones pecaminosas no irán al cielo. No heredarán el reino de los cielos. Ellos
insultan claramente tal estándar divino o principio de moralidad, diciendo que la moralidad bíblica es
anticuada y está pasada de moda. ¿Pero adivine que? Las leyes de Dios, Su Palabra, nunca
cambian. ¡Es tan relevante hoy como cuando se escribió por primera vez!
Cuando los niños nacen fuera del matrimonio, están en desventaja tanto social como moralmente.
Cuando crecen sin el ejemplo piadoso de un padre fiel casado con su madre, no están preparados
para establecer una familia estable en la que puedan criar a sus propios hijos. Forman otro hogar
disfuncional. Los padres pasan su conducta pecaminosa a sus hijos, los cuales también viven en la
fornicación. El ciclo continúa generación tras generación. Estos pecados de inmoralidad traen
muchas consecuencias terribles. Entonces, ¿qué sucede con una sociedad o pueblo donde no hay
temor de Dios, sus jóvenes se involucran en la inmoralidad sexual fuera del matrimonio y rechazan los
votos matrimoniales de Dios? Nada más que caos y fracaso, hogares impíos y dañados que no son
capaces de apoyar y fortalecer la integridad continua de nuestra cultura. Cuando el hogar se
desmorona, debilita su capacidad para fortalecer la cultura. Así como va nuestra cultura , así va
nuestra nación y la iglesia. Es alarmante ver el desmoronamiento progresivo del hogar en nuestra
cultura. La destrucción del hogar ha llegado ahora a la iglesia la cual Jesús compró con su propia
sangre.
La iglesia del Señor se ve profundamente afectada por el desmoronamiento o destrucción del
hogar. Los hogares que son fuertes y piadosos tienen un tremendo poder para criar hijos fuertes y
fieles que, a la larga, pueden convertirse en cristianos fuertes y fieles cuando sean adultos. Como
adultos fieles , construyen hogares cristianos fuertes y piadosos cuyo Arquitecto es Jesús, Aquel
cuyo reino es justicia. Un hogar edificado con la sabiduría de Dios puede producir cristianos
piadosos, fuertes y fieles . ¡Tales almas piadosas son una bendición para la iglesia del Señor! Tales
almas fortalecen a la iglesia. Estos son el tipo de hogares que producen líderes que servirán en
muchas funciones vitales en la iglesia.
1. Hoy, la iglesia del Señor necesita hombres que se dediquen fervientemente a aprender y aplicar
la Palabra de Dios en su vida diaria, para que puedan ser fieles a Sus enseñanzas.
2. El Señor necesita modelos piadosos que puedan ser la sal de la tierra en Su iglesia, el hogar y el
mundo (Mat. 5:13; Fil. 2:15-16).
3. La iglesia necesita hombres y mujeres que puedan ser fuertes y sólidos maestros de la Biblia (2
Timoteo 2:2).
4. La iglesia necesita adultos fuertes y piadosos que enseñen a los jóvenes el temor de Dios y el
deseo convincente y persuasivo de servirlo y amarlo fielmente.
5. La iglesia necesita ancianos, diáconos y predicadores que sean fuertes en la fe y así brinden un
liderazgo justo al rebaño (1 Timoteo 3:1-3; 1 Pedro 5:1-3; 2 Timoteo 4:1-5) .
6. La iglesia necesita miembros que puedan amarse unos a otros como Cristo nos ha amado (Juan
13:34-35).
7. La iglesia necesita miembros que puedan exhortar, animar y fortalecerse unos a otros
continuamente (Heb. 3:13; 10:24).
8. Finalmente, la iglesia necesita miembros que puedan amar a Dios con todo su corazón, alma,
mente y fuerzas (Mat. 22:37) y que puedan ser devotos y estar comprometidos a Él y a Su
iglesia.
Verá, los hogares rotos y disfuncionales a menudo no crían cristianos tan increíbles. Lo más triste es
que la iglesia del Señor está sufriendo inmensamente por el desmoronamiento del hogar . En lugar de
vencer al mundo por medio de nuestra sal y devoción a Cristo y a Su reino (siendo ejemplos piadosos),
somos vencidos por el mundo y su desenfreno y oscuridad. Debemos asumir la responsabilidad de
inmediato, porque todas estas cosas están poniendo nuestros hogares patas arriba.
Otro factor importante en la descomposición del hogar es que los hombres no están cumpliendo
con la responsabilidad que Dios les ha dado de ser la cabeza del hogar (Efesios 5:22-24). No es una
cuestión de igualdad o de quién es inferior a quién. Más bien, Dios ha dado a los hombres y a las
mujeres diferentes roles en el hogar (Más sobre esto más adelante).
El divorcio es otro gran factor que contribuye a la ruptura del hogar. Se espera un divorcio por cada
dos matrimonios realizados en nuestra sociedad. Desafortunadamente, ha sido así durante muchas
décadas. ¡No puedo entender por qué la gente hace algo que Dios odia tanto! La respuesta es que
muy pocas personas conocen a Dios o les importa muy poco lo que la Biblia dice. La fe se
desarrolla escuchando y prestando atención a las enseñanzas de la Palabra de Dios (Romanos
10:17). Aquellos que se preocupan poco por buscar al Señor y Su Palabra ciertamente tendrán muy
poco conocimiento de Sus leyes o enseñanzas y violarán descuidadamente Sus enseñanzas o
leyes. Por lo tanto, su fe será débil. Es por eso que debemos enfatizar la necesidad de pasar
tiempo estudiando la Palabra de Dios diligentemente y enseñándole a otros para que puedan estar
equipados para hacer obras buenas y justas (2 Timoteo 2:15).
Algunas parejas casadas deciden buscar al Señor sólo para descubrir que su pareja actual todavía
está casada con otra persona, convirtiéndolos en adúlteros, según la enseñanza de Jesús sobre el
divorcio y las segundas nupcias (Mat. 5:31-32; 19:8-9). Eran ignorantes y no conocían la voluntad
de Dios acerca del matrimonio y el hogar. A menudo esto viene a ser una piedra de tropiezo para su
fe, ya que esto crea un problema delante de Dios. Pablo enfatizo para los Atenienses de que ignorar
la Voluntad de Dios no es una excusa aceptable o justificada, porque Dios nos hará responsables al
final (Hechos 17:30-31). La inmoralidad sexual es la única excepción en la ley de Dios con respecto
al matrimonio, el divorcio y las segundas nupcias. Y aun si nuestra sociedad acepta o no está de
acuerdo y respeta las leyes de Dios sobre el matrimonio , delante de los ojos de Dios, el compromiso
del matrimonio es de por vida hasta la muerte excepto por inmoralidad sexual o la muerte de uno de
los cónyuges (Rom. 7:1-3; 1 Cor. 7:39). Es la intención de Dios desde el principio (Mat. 19:8; Mc.
10:4-9). Su diseño para el matrimonio es simple, un hombre y una mujer juntos de por vida.
Hoy en día, los votos matrimoniales ya no tienen valor y son comúnmente rechazados por parejas a
las que parece importarles poco el compromiso matrimonial y el diseño divino de Dios para el hogar.
Tal diseño debe estar basado en el amor . Desafortunadamente, nuestra cultura está patas arriba
porque ha desarrollado una actitud descuidada, frívola e irreverente hacia el matrimonio y el
divorcio. En lugar de resolver sus diferencias y problemas matrimoniales, a menudo tales parejas
abandonan su matrimonio . Las consecuencias son devastadoras para el hogar.
1. Los niños tendrán que ser criados en un hogar monoparental, un hogar disfuncional y roto.
2. Los niños son criados sin modelos piadosos a seguir de un hogar fuerte y estable.
3. Los jóvenes crecen sin padres que puedan enseñarles con ejemplo todo acerca de la hombría y
la piedad.
4. Las jóvenes crecen sin aprender la virtud, la castidad y lo qué deben de esperar de un marido.
Como resultado de esta ruptura del hogar, nuestra sociedad se debilita y nuestra cultura se
desintegra. No se dan cuenta de que Dios odia el divorcio (Mal. 2:16; Mat. 19:9; Mat. 5:32). El único
motivo de divorcio es el adulterio. Aparte del adulterio, no hay otras bases bíblicas para el divorcio.
Como dije antes, el diseño divino de Dios para el matrimonio es un hombre y una mujer casados de
por vida. Tristemente, nuestra sociedad y cultura ha rechazado y sigue ignorando las leyes de Dios
acerca del matrimonio y el divorcio. Como se dice en Oseas 8:7 , hemos sembrado vientos y estamos
segando tempestades. Debemos regresar y volver a Dios y a Su diseño divino para el hogar.
Considere algunos buenos y sabios consejos sobre la relación matrimonial y las reglas generales
para un matrimonio y un hogar piadoso.
“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no
creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando
vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados
ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en
Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de
la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 7
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no
tengan estorbo.” (1 Pedro 3:1-7)
El apóstol Pedro comienza con la frase, "Asimismo vosotras, mujeres." ¿Qué cree usted Pedro está
insinuando aquí? Está enfatizando la necesidad de vivir nuestras vidas de tal manera que glorifiquen a
Dios por nuestras buenas y justas obras delante del mundo (1 Pedro 2:12). El punto central es vivir de
una manera piadosa para animar a otros a obedecer a Dios (1 Pedro 2:15). Por lo tanto, Pedro les está
mandando a las esposas a que sean sumisas y dóciles en el hogar. Al hacerlo, las esposas ceden y
están sujetas a sus maridos.
Nuestra cultura a menudo ha desafiado y ha hecho difícil que las esposas obedezcan el
mandamiento de someterse a sus maridos. Nuestra sociedad coloca "liderazgo" o “dirección”
como "dictadura." La única verdad es que la esposa debe ceder voluntariamente a su esposo,
buscando el bienestar de él. Su sumisión es lo que Dios exige de ella. Una esposa piadosa desea
que su esposo la guíe y a su familia sin que ella intente hacerlo. Nuestra sociedad nos ha fallado
invirtiendo los papeles. Vemos maridos pasivos y esposas dominantes. Los hombres no quieren
dirigir, tomar el liderazgo y proveer para sus familias. Están contentos siendo holgazanes y
perezosos. Por lo tanto, ponen toda la responsabilidad de dirigir y llevar las riendas del hogar en
sus esposas. Muchos incluso envían a sus esposas a trabajar y se contentan con no proveer y
satisfacer las necesidades de sus familias. Esposos, Dios los ha hecho responsables de sus
familias, no a sus esposas ¡Como cabeza, la responsabilidad recae en usted! ¿Cómo puede pedirle a
su esposa que ceda y se niegue a ser el líder? ¡Anímate y sé el líder! Esposas, Dios les ordena que
apoyen y sigan el liderazgo o la dirección de sus esposos. No trate de apoderarse del liderazgo de
su esposo solo porque piensa que él no está dirigiendo bien. Aún debe continuar teniendo un
espíritu de sumisión y apoyar el liderazgo de su esposo.
"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es
cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su
Salvador.”
Amigas, si no desean someterse y seguir el liderazgo de un hombre, entonces no deben casarse, pero
no pueden escapar de su obligación de someterse a la autoridad masculina permaneciendo solteras.
Para agradar a Dios, todavía deben aprender a someter su voluntad a la voluntad divina. ¡Punto!
Recuerde, la sumisión no significa que seas inferior. ¿Cree que Cristo fue inferior cuando se sometió a
la voluntad de su Padre? ¡No me parece! ¿Por qué? Porque la sumisión o ceder muestra fuerza y
mansedumbre piadosa. La sumisión debe ser alabada, no menospreciada y difamada. Recuerde que
cuando se sometes a su esposo , está mostrando reverencia y servicio al Señor. Es decir, estás
sirviendo a Cristo al someterte a la voluntad de su esposo y no a la suya. Porque el marido es la
cabeza de la mujer. Sólo hay una cabeza en la relación marital. Dios creó tanto al esposo como a la
esposa como una sola carne para funcionar juntos bajo una sola cabeza. No deben ser autónomos
sino vivir juntos. Dios ha hecho que la relación matrimonial sea tan hermosa como lo es Cristo para
la iglesia. Esposas, la sumisión no es hacer lo que siempre quieren hacer o salirsen con la suya. La
sumisión es elegir someterse o ceder su voluntad y sus deseos a la voluntad de su esposo. Esto es
andar en piedad y amor. ¡Es devoción al Señor! La sumisión honra y afirma el liderazgo del esposo y lo
ayuda y anima a seguir su liderazgo. La sumisión no envidia, resiente y menosprecia el liderazgo del
esposo (1 Pedro 3:1-2). Esposas, ustedes están obedeciendo a Cristo y sometiéndose a Su voluntad
cuando se someten al liderazgo o dirección de sus esposos. Recuerden que serán recompensadas
por su servicio generoso y amoroso hacia sus esposos y al Señor.
Debemos enfatizar la importancia de que las esposas se comporten de manera santa y reverente
fuera y dentro del hogar. En 1 Pedro 3:1-2 , el apóstol Pedro nos muestra a una esposa cuyo
esposo no es obediente a la Palabra de Dios, no es Cristiano. Se le ordena a la esposa ganar a su
esposo al Señor por su conducta piadosa y santa. Esposas, sus vidas piadosas y justas hablan
más que mil palabras. Pero si se comportan como el mundo, no están obedeciendo a Dios ni
sometiéndosen a Sus reglas. ¡Punto! Deben comportartsen de una manera piadosa
independientemente de cómo sus esposos actúen con ustedes. Si él no actúa como un hombre
piadoso, como debe hacerlo, no les da permiso ni derecho alguno para que se niegen a someterse
a él. ¡Punto!
Las mujeres santas en el pasado pusieron su esperanza o confianza en Dios y se adornaban por
dentro y por fuera. Se vestían con un corazón cediente o sumiso hacia Dios. Sara es el mejor
ejemplo piadoso y sumiso para todas las esposas cristianas, y debemos aprender de su ejemplo.
Verá, Sara mostró un espíritu sumiso y dócil en la forma en que trataba a su esposo, incluso en
sus conversaciones con Abraham. Cuando seguimos su ejemplo piadoso y santo , somos hijas de
Sara. No podemos ser coherederas de la promesa cuando nos comportamos de manera impía e
infiel. Una esposa dócil confía en su esposo y actúa en su mejor interés, para el bienestar de su
esposo. Ella cede o se somete a su esposo porque teme a Dios y desea someterse a Él, haciendo lo
que es justo y recto. Ella es piadosa y tiene un espíritu afable y apacible, porque obedece a Cristo.
Hermanas y amigas , recuerden que no debemos enfocarnos solo en lo externo. Nuestra belleza no
debe ser externa, sino una belleza espiritual. Nuestra belleza debe revelar un espíritu afable y
apacible. Nuestros corazones son preciosos para Dios, por lo cual deben tener un carácter amable y
apacible. En Mateo 5:5, a todos los cristianos se les ordena a ser mansos, es decir, gentiles, tal
como Moisés, quien es alabado por su mansedumbre o gentileza de corazón para con todos (Núm.
12:3 ). Esposas y hermanas acuerdense de que nuestra excelentísima hermosura proviene de
nuestra piedad y castidad.
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni
arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos
deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo
se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida,
como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y
de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de
Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como
a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” (Efesios 5:25-33)
Maridos, andar como es digno de su vocación significa amar a sus esposas como Cristo amó a la
iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Amar a sus esposas significa renunciar a sus intereses y
deseos por los de sus esposas. Amar a sus esposas es hacer todo para el bienestar de sus
esposas. Este es el amor de Cristo por Su iglesia. Él no hizo lo que pensó que era mejor para Él
sino para nosotros.
1. Maridos, deben amar a sus esposas en toda circunstancia y no cuando les convenga.
2. Deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo.
3. Al esposo se le ordena ser la cabeza de su casa.
4. Él es responsable ante Dios por su familia.
5. Es responsable del bienestar de su familia en todos los aspectos, principalmente en las cosas
espirituales.
6. Cuando los esposos aman y se someten al liderazgo de Cristo y su gobierno, ellos guiarán o
dirigirán apropiadamente.
7. Debemos enfatizar la importancia de guiar a sus esposas con amor de una manera piadosa.
8. Pablo enfatizó la clase de amor que los esposos deben tener hacia sus esposas en Efesios 5:28-
29.
9. Deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos.
10. Es decir, deben amarlas y cuidarlas, porque la esposa es su cuerpo, y los dos son una sola carne.
11. Así, si en verdad temen al Señor, no conducirán a sus esposas por un camino desagradable,
rencoroso y amargo.
12. En cambio, las apreciarán ya que son uno.
13. Por lo tanto, el esposo debe ver su relación matrimonial de una manera piadosa, tratando a su
esposa con cuidado y amor.
14. No hay otra manera de agradar a Dios.
En 1 Pedro 3:7, los esposos deben de tratar a sus esposas con comprensión y de manera
considerada, honrándola como a un vaso más frágil. El esposo debe tratar a su esposa como un vaso
delicado y frágil . Traten a sus esposas con respeto, porque no son inferiores y porque la esposa es
compañera de la gracia de la vida con ustedes. Significa que debe tratarla como igual ya que ella es
heredera con él y no esclava por debajo de él. Esposos, cuando maltratan a su esposa y no muestran
honor, no están mostrando comprensión ni compasión. Por lo tanto, corre el riesgo de que sus
oraciones sean estorbadas. Dios no les escuchará , y no podrá tener una relación con Él. ¡Esto es
extremadamente serio! No puede tratar a su esposa como una esclava, maltratándola y aún así
esperar tener comunión con Dios. Cuando se comporta de una manera tan impía, está separado de
Dios, porque está en pecado.
1. Por lo tanto, debe mostrarle honor y amabilidad . Muestre respeto, comprensión y compasión en
sus acciones y palabras hacia ella.
2. Trátela como una coheredera igual en su caminar con Cristo para que sus oraciones no sean
bloqueadas ni estorbadas.
3. ¡Tenga cuidado!
¿Qué es el amor? Para la mayoría de las personas, el amor es subjetivo y se basa en sentimientos y
experiencias personales. Es imposible definir tal amor objetivamente . De hecho, es mucho más fácil
describir el amor que definirlo. Pero la definición más inclusiva se encuentra en la Palabra de Dios:
“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8)
Aunque la mayoría de la gente estaría de acuerdo en que el amor es la base fundamental del
matrimonio , la emoción suele ser lo que impulsa a una pareja a casarse. El problema es que cuando
el amor es solo emocional, va a disminuir en un período de tiempo muy corto. Como resultado, el
matrimonio está en peligro. No niego que la emoción es vital entre un esposo y una esposa que se
aman. Aun así, el único amor que sustentará la relación matrimonial debe basarse en algo más que
la mera emoción. En el amor incondicional, el compromiso es vital para que un matrimonio resista las
asechanzas de Satanás. El tipo de amor en el tratado de amor de Pablo en 1 Cor. 13:1-3 es "amor
ágape." A menudo se describe como la forma más excelente de amor en el idioma griego del Nuevo
Testamento.
Los padres cristianos juegan un papel fundamental en enseñar a sus hijos diariamente el temor de
Dios. Desafortunadamente, muchos padres cristianos no sirven fielmente a Dios y terminan
criando hijos que, como adultos, tampoco sirven a Dios. Sus hijos crecen y se pierden. Otras
razones podrían ser las influencias culturales combinadas con la falta de enseñanza bíblica
adecuada. El poder de las influencias culturales es más fuerte que nunca con el aumento de los
medios sociales y los muchos dispositivos tecnológicos (televisión, películas, videojuegos, música,
redes sociales, Internet, mensajes de texto, etc.).
1. La mayoría de estas influencias son impías..
2. Incluso aquellos niños que fueron criados en un hogar cristiano y piadoso pasan la mayor parte
de su tiempo con otros niños que no se crían con el temor de Dios y Su Palabra.
3. Todos los padres cristianos deben luchar con uñas y dientes contra todas las influencias
culturales negativas.
4. Deben inculcar principios de justicia y la Palabra de Dios en la vida de sus hijos.
5. No es suficiente llevar a nuestros hijos a la iglesia semanalmente.
6. No basta alimentarlos y vestirlos bien sin enseñarles el temor de Dios y la obediencia a su
Palabra,
7. La asistencia sola (cuando nos reunimos para adorar a Dios) no es suficiente y el pilar central de
la vida sin la enseñanza o instrucción bíblica adecuada.
8. Es cómo vivimos nuestras vidas, nuestras acciones que enseñarán a nuestros hijos a hacer lo
correcto y justo como hijos genuinos de Dios.
9. De hecho, nuestros hijos pueden ver dónde están nuestras prioridades .
10. Los padres no deben provocar a sus hijos, porque se desanimarán.
11. Padres, a ustedes se les ha dado la responsabilidad última de formar a sus hijos sin ira ni
desánimo.
12. Deben educar a sus hijos para salvarlos espiritualmente.
13. Bajo ninguna circunstancia, abusen de su autoridad.
14. No deben ser agobiantes y opresivos sino más bien deben ejercitarse con sabiduría y
discernimiento.
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Y
estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. 7 Las enseñarás
diligentemente a tus hijos, y habla de ellas cuando te sientes en tu casa, y cuando andes por
el camino, y cuando te acuestes, y cuando te levantes.8 Las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos. 9 Las escribirás en los postes de tu casa y en
tus puertas." (Deuteronomio 6:5-9)
Dios nos ha puesto a nosotros los padres a cargo de nuestro hogar, y debemos conducir
adecuadamente de acuerdo a la voluntad de Dios. Nuestras vidas deben ser ordenadas y
determinadas por el reino de Dios y Su justicia si en verdad somos fieles seguidores de Cristo. Al
hacer esto, podemos estar seguros de que estaremos equipados para enseñar a nuestros hijos el
temor de Dios y derrotar todas las influencias culturales negativas que existen.
1. Debemos preocuparnos por las almas de nuestros hijos y aprender de la sabiduría de Dios
escrita hace mucho tiempo (Deut. 10:12-13 ).
2. Nosotros, como padres cristianos y piadosos, debemos andar como es digno del Evangelio si
queremos que nuestros hijos obedezcan a Dios.
3. Es una verdad fundamental para salvar a nuestros hijos.
4. No podemos esperar que nuestros hijos sean fieles a Dios si estamos parcialmente
comprometidos a Cristo.
5. Cuando ambos padres temen a Dios, son devotos, dedicados y celosos del Señor y de Su obra, lo
más probable es que sus hijos sigan con éxito el ejemplo de sus padres.
6. La iglesia no puede salvar a nuestros hijos.
7. Los padres son los únicos que pueden salvarlos con la ayuda del Señor.
8. Ninguna clase de Biblia y sermones en un edificio de la iglesia semanalmente influirá en la vida
de nuestros hijos y los salvará.
9. Los padres deben caminar por el camino de rectitud y practicar lo que enseñan a sus hijos para
que puedan ver el camino al cielo.
10. El poder del ejemplo piadoso de ambos padres es vital para que los hijos se salven y vayan al
cielo (Deuteronomio 6:5-9). De hecho, esta Escritura está llena de sabiduría práctica sobre el
hogar piadoso que no se olvida de Dios.
11. Cuando uno ama a Dios, también amará Su Palabra.
Cuando se trata de la crianza de los hijos, los padres deben practicar lo que predican. Debe haber
ejemplo personal y una enseñanza y formación espiritual. El estudio de la Biblia con sus hijos es una
oportunidad invaluable.
1. Los padres deben enseñar a sus hijos a amar, respetar y obedecer a Dios por encima de todo.
2. Deben enseñarles el amor al prójimo.
3. Cómo respetar y someterse a toda autoridad.
4. Deben enseñarles a ser humildes, ejercitar la auto disciplina y trabajar duro.
5. Cómo ser clemente y misericordioso con todos.
6. Se les debe recordar que Dios está mirando lo que hacen y que cosecharán lo que siembran.
7. Y finalmente que deben seguir aprendiendo y creciendo en el temor de Dios.
Estas son verdades fundamentales e invaluables que salvarán a nuestros hijos. Recuerde que nuestro
objetivo principal es enseñar a nuestros hijos cómo caminar con Dios, y a la misma vez nosotros
debemos de esforzarnos a hacerlo también. Guiarlos con ejemplo no es suficiente a veces, ya que
también debemos invertir tiempo para enseñarles adecuadamente (Efesios 6: 4).
Padres de familia, ¿conocen sus hijos bien la Palabra de Dios? Por ejemplo, ¿saben dónde encontrar el
Sermón del Monte? ¿Amor? ¿Fe? ¿Salvación? ¿Cielo? ¿Infierno? ¿Día del juicio? ¡Recuerden, nuestro
tiempo con nuestros hijos es limitado! Por lo tanto, debemos instruirlos bien en el camino del Señor.
¡Por favor, no abandone su deber dado por Dios! Por favor, enseñe a sus hijos las riquezas de Dios que
se encuentran en Su Palabra para que puedan escucharla y entenderla y puedan producir abundante
fruto para el Señor (Mateo 13:22-23).
"Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a
tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), 3 para que te vaya bien, y para que
tengas larga vida sobre la tierra.” (Efesios 6:1)
Dios manda que los hijos escuchen y obedezcan a sus padres en todo, porque esta es Su voluntad.
Hijos, especialmente adolescentes, están andando como es digno de Dios obedeciendo a sus
padres, mostrándoles honra y respeto. La obediencia hacia sus padres es su servicio, sumisión y
adoración a Cristo y su gobierno.
1. Deben obedecer a sus padres en el Señor, porque al hacerlo, están sirviendo al Señor a través de
su obediencia. Es agradable al Señor.
2. Cuando se rebelan contra sus padres, están rebelándose contra Dios.
3. Se les ordena honrar a su padre y a su madre (Efesios 6:2-3).
4. Cuando ustedes honran a sus padres, están reflejando su relación con Dios.
5. Y les guste o no, sus padres son más sabios que ustedes.
6. Sus vidas serán mejores cuando se sometan a sus consejos e instrucciones.
7. Recuerden, sus padres les están dando reglas e instrucciones para su propio bien, evitándoles
muchos dolores de cabeza en la vida y para que no destruya sus almas.
En Mateo 15:3-6, Jesús condenó a los fariseos por quebrantar el mandamiento de honrar a sus
padres. No pudieron cuidar financieramente de sus padres, diciendo que su dinero se lo daban a
Dios. Fallaron en demostrar respeto y honor por toda la vida, olvidando que nunca termina. Y
aunque sus padres no sean dignos de honor, porque se han comportado deshonrosamente con
ustedes, aún deben mostrar respeto y honor hacia ellos. Es la voluntad de Dios que los honremos,
cuidemos y respetemos y evitemos comportarnos pecaminosamente con ellos. Dios nos juzgará al
final. ¡Tengan cuidado!
"Que el matrimonio sea honroso en todos, y que el lecho conyugal sea inmaculado, porque
Dios juzgará a los fornicarios y adúlteros." (Hebreos 13:4 )
Un hombre con una mujer debe casarse porque el matrimonio es honorable, justo y ordenado por
Dios. Además, Dios juzgará a los que viven en fornicación o adulterio (Heb. 13:4).
La preparación para el matrimonio comienza con mamá y papá caminando juntos y modelando un
ejemplo piadoso en su relación matrimonial todos los días.
1. Los padres temerosos de Dios deben enseñar a sus hijos los principios de justicia de Dios en la
relación matrimonial.
2. Deben inculcar tales principios de justicia para guiarlos a ser esposos y esposas piadosos de la
manera en que Dios los diseñó para ser.
3. Los padres deben criar y entrenar a sus hijos para que teman a Dios y le sean fieles porque
cuando temen a Dios y le son fieles, la relación matrimonial será bendecida a medida que cada
uno va trabajando diligentemente para llegar al cielo (Filipenses 3:11-14).
4. Los padres deben enseñar a sus hijos con ejemplo de que el matrimonio es un compromiso de
veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
5. Tal compromiso debe estar lleno de alegría en lugar de amargura y rencor .
CONCLUSIÓN:
El matrimonio es una de las mayores bendiciones que Dios otorgó a la humanidad. Dios creó al
hombre ya la mujer para que estuvieran juntos y se completaran el uno al otro. Me fascina cómo
Dios formó a la mujer de uno de los huesos de Adán (Gén. 2:21-23). Es asombroso cómo Dios trajo
personalmente a la mujer al hombre y cómo reconoció esa unión como matrimonio desde el
principio (Gén. 2:24). El matrimonio no es un subproducto de algún supuesto proceso evolutivo
social. ¡Era el diseño intencionado de Dios! Desafortunadamente, la humanidad ha estropeado a lo
grande una bendición tan maravillosa. Dios diseñó el matrimonio para que sea una bendición en la
que el esposo y la esposa puedan realizarse o completarse mutuamente en todos los aspectos de la
vida. Hoy en día, nuestra cultura impía rechaza la voluntad de Dios hacia ellos de permanecer
vírgenes, puros e inocentes hasta el matrimonio. Hoy en día, se supone que debemos creer que es
raro que las parejas permanezcan vírgenes hasta el matrimonio. La parte más triste es que este
comportamiento impío está contaminando la iglesia del Señor. Cada vez más cristianos pierden la
virginidad antes del matrimonio. Dios nos ha advertido repetidamente a través de Su Palabra
acerca de la inmoralidad sexual que incluye la fornicación, las relaciones sexuales, antes y fuera del
matrimonio (Mate. 5:31-32; 19:8-9; 1 Cor. 6:9-10; Galón. 5:19-21; Ef. 5:3-4; Colosenses 3:5-9;
Apocalipsis 21:8) .
Vivir juntos o cohabitar como marido y mujer, pero sin estar casados, es pecado. Incluso criar hijos
sin estar casados es muy común hoy en día. El adulterio se justifica y se defiende e incluso se
sanciona como un medio para encontrar la realización y la felicidad. El matrimonio se ha
convertido en una mercancía que uno puede desechar cuando ya no la desea. Como resultado, la
estructura familiar se degrada catastróficamente. El hogar es el salvavidas para desarrollar y
mantener el carácter y la fuerza de una sociedad. ¡No hay otro substituto que pueda funcionar! La
moralidad, la fuerza y la estabilidad de nuestra cultura y sociedad se están inclinando hacia abajo
debido a la manera descuidada, impía e irresponsable en que nuestra cultura ve el matrimonio y el
hogar. Cuando el hogar está en el corazón de una cultura fuerte y temerosa de Dios, el matrimonio
ciertamente estará en el corazón de un hogar fuerte y piadoso.
Efesios 5:32-33 nos muestra un hermoso cuadro de la relación entre Cristo y la iglesia . Un
matrimonio y un hogar piadoso refleja tal relación. Cuando andamos como es digno de nuestro
llamado en nuestro matrimonio, esposas, esposos e hijos se comportan apropiadamente de
acuerdo a la voluntad de Dios. Los esposos amarán a sus esposas con amor, honor y respeto.
Dirigirá a su familia, reflejando sus mejores intereses para el bienestar de su hogar, porque quieren
agradar y honrar a Cristo. Las esposas respetarán y honrarán a sus maridos incluso cuando él no es
digno de ello. La esposa lo hace porque ella ama a Cristo y quiere someterse a Él y a Su voluntad
tal como Él lo hizo cuando se sometió a Su Padre en el cielo. La esposa honrará el liderazgo que
Dios le ha dado a su esposo ayudándolo. Ella será su ayuda y compañera de por vida sin vacilar, así
como Dios es fiel a sus hijos fieles. Ella lo ayudará en ese papel. Ni el esposo ni la esposa herirán al
otro con palabras o acciones, porque quieren agradar a Cristo. La esposa mostrará respeto hacia
su esposo en público y en privado, cediendo a los mejores intereses de su esposo por encima de los
suyos tal como Cristo lo hizo por nosotros.
Solo cuando las esposas, los esposos y los hijos se someten a Cristo y a Su dirección, el matrimonio
y el hogar serán una gozosa bendición. Pero cuando el matrimonio o el hogar son egoístas,
enfocados cada uno en su propio camino, la hermosa imagen de Dios del hogar será destruida y el
pecado gobernará a tal hogar. Por eso existe el divorcio. Recuerde, el divorcio es un pecado y no
es digno del llamado al que Dios nos ha llamado. Cuando amamos a Cristo, Su reino o gobierno,
podemos vivir para Él y hacer Su voluntad con gozo para amarnos y someternos unos a otros.
“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare
la ciudad, en vano velará la guardia” (Salmo 127:1-2).
Aquellos que verdaderamente pertenecen a Cristo y cuyas vidas están escondidas en Él, han muerto
a todo aquello que les impida su amor por Cristo y Su reino de justicia. Se han revestido del nuevo
yo como escogidos de Dios. Una vida que está escondida en Cristo se comportará piadosamente en
todas las relaciones. Significa que como pueblo escogido de Dios, nuestras relaciones deben
mostrar a Cristo en nosotros en cuanto a cómo nos tratamos unos a otros. El problema es que
muchos ignoran el diseño de Dios para las relaciones, especialmente en el hogar, y terminan con
problemas de relación catastróficos. Nuestro Señor y Salvador debe ser todo y en todos, incluso en
nuestras relaciones íntimas. Las diferencias de papeles no significan desigualdad de valor.
Debemos mantener nuestra mirada en Cristo y aplicar sus principios de justicia en todas nuestras
relaciones.
Dios se preocupa mucho por nuestras relaciones con los demás y lo que sucede en nuestras vidas,
incluso a puerta cerrada. Él se preocupa por nuestra sumisión a Cristo y unos a otros, esposos,
esposas, padres e hijos. Cuando nos sometemos unos a otros de la manera que Dios quiere,
estamos mostrando la belleza de la sumisión. Solo cuando nos sometemos a Cristo y a su
gobierno en el temor de Dios, podemos agradar a Dios como hijos y padres, andando dignamente en
la familia. Andar como es digno de nuestra vocación en el hogar significa honrar a nuestros padres
y enseñar a nuestros hijos el temor del Señor. Dios se preocupa mucho por la vida en el hogar. Los
padres deben formar a sus hijos en lo que es la educación más crítica: la educación de Dios en el
hogar.
"Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un
hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes,
soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada
sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será
semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia,
vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su
destrucción." (Mateo 7:24-27)
Un hogar construido con posesiones materiales y terrenales no tiene valor. Un hogar debe
edificarse sobre la base de buscar a Dios, Su instrucción, Su amor y Sus principios de justicia. Esto
eventualmente se verá en la familia. Desafortunadamente, hoy en día muchos hogares están
construidos sobre el dinero y el materialismo. Nuestros hogares se han vuelto más como piezas de
exhibición en lugar de lo que Dios exige de nuestros hogares. Lamentablemente, muchas casas
parecen obras maestras porque nunca hay nadie allí.
Por lo tanto, es vital enfatizar que nuestro objetivo principal no debe ser tener un hogar centrado en
la tierra. No debemos dejarnos esclavizar por las cosas materiales, entregados a los aparatos
electrónicos de última generación. ¡Qué aislamiento! Pasemos verdadero tiempo juntos leyendo
nuestra Biblia, meditando en ella, amándonos y alentándonos unos a otros.
¡Con razón nuestras iglesias y nuestra cultura están tan desordenadas! Es lamentable que todos
estos tesoros hayan sido reemplazados por dispositivos tecnológicos y sí, Facebook. Pasamos
demasiado tiempo en Facebook y en línea. ¡Aprovechemos el tiempo! Seamos sabios y no
reemplacemos las bendiciones de nuestros hogares con cosas mundanas, no sea que olvidemos
apreciar lo que Dios nos ha confiado, nuestra unidad familiar , que Él ha diseñado para nosotros para
que no lo olvidemos porque Él nos juzgará. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad de hacer de
nuestros hogares un impacto duradero en este mundo de tinieblas. Aunque nuestros hijos crezcan
o se vayan, los recuerdos y las lecciones enseñadas y aprendidas los edificaran por dentro para toda
la vida. Nuestros hijos pueden difundir todas estas bendiciones en el mundo. Podríamos llamarlo
EVANGELISMO .
A veces me pregunto si los cristianos hemos olvidado la verdadera definición de lo que debe ser un
hogar. Se supone que una casa es nuestro "refugio."
Lamentablemente, muchos no pueden esperar para estar en cualquier lugar que no sea su hogar y
evitan estar allí. Construir un hogar sobre la sabiduría de Dios requiere trabajo y tiempo diario.
Debemos establecer una atmósfera de paz, aprendizaje, amor y piedad. No podemos cometer el error
de proporcionar una atmósfera de mundanalidad, humanismo e impiedad. En cambio, debemos
proporcionar una atmósfera cuya fragancia es Cristo (2 Corintios 2:15-17). Dios debe ser el centro
de nuestros hogares. Él necesita morar allí. Por supuesto, esto requiere una gran inversión en aquellos
a quienes amamos y nos preocupamos. Requiere estar plenamente presente, haciendo el esfuerzo de
conexión. Vamos más despacio y hagamos recuerdos hablando palabras de sabiduría, amor, bondad
y vida de Dios en las vidas de nuestros hijos. El mundo necesita ver la Luz brillar en medio de tanta
oscuridad y que mejor lugar que nuestros hogares.
“La maldición de Jehová está sobre la casa del impío, pero Él bendice la morada de los
justos” (Proverbios 3:33).
Hay una un himno que describe la máxima expresión del amor de Dios que se encuentra en Su ideal
del hogar piadoso.
Que nuestro SEÑOR nos dé sabiduría mientras construimos nuestros hogares sobre Él y Su Verdad.
Que podamos gobernar nuestros pequeños rincones del reino de Dios con honor y bien. Que
busquemos Su sabiduría y perseveremos fielmente en nuestro papel dado por Dios como padres
piadosos. Que podamos entronar a nuestro SEÑOR en nuestros corazones como padres piadosos
para que todos puedan ver Su gloria brillando en nosotros. Que todas las esposas amen a sus
esposos y se sometan a ellos como a Cristo. Que hagamos de nuestros hogares una gozosa
bendición que nos da nuestro Padre que está en los cielos. Que mostremos al mundo la hermosa
imagen de Dios del hogar en lugar de destruirlo debido al pecado que gobierna nuestros matrimonios.
Que caminemos como es digno del llamado de nuestro Padre que está en los cielos, viviendo solo
para Cristo amándonos y sometiéndonos unos a otros. Que podamos mostrar respeto el uno al otro en
el hogar con nuestras acciones y palabras. Que las esposas muestren su belleza interior y no solo
exterior. Que reflejemos un espíritu apacible y afable por medio de nuestra conducta pura y piadosa.
Que todos los esposos muestren compasión y comprensión hacia sus esposas, honrándolas como
sus posesiones más preciadas y valiosas. Que el mundo vea a Cristo en nosotros en la forma en que
nos comportamos como esposas, esposos, padres e hijos. Que podamos aplicar los principios de
justicia de Dios a todas nuestras relaciones, especialmente en el hogar.
~Luci