Kodak
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Kodak
Durante más de cien años ha sido una empresa muy conocida por sus cámaras y películas
fotográficas
Kodak era esplendorosa a inicios de los noventa, llegando a tener más de 140.000 empleados a
lo largo del mundo y suculentas ganancias. Se trataba de una empresa altamente innovadora y
exitosa
El inicio de su fracaso, nació en sus propios laboratorios, con la primera cámara digital.
Uno de sus investigadores, fabricó el primer prototipo en 1975, siendo en esos tiempos una
tecnología cara y de baja calidad. Pasaron los años y la fotografía digital cobró cada vez mayor
relevancia, Kodak consciente de ello, también dedicaba parte de sus recursos a crear este tipo
de cámaras. No obstante, otros fabricantes lograron crear cámaras digitales de mejor calidad.
En Kodak se habían especializado más en las películas e impresión de las fotografías, que en la
fabricación de cámaras y el mundo ya no necesitaba imprimir; solo bastaba con guardar las
imágenes en el computador, en CDs, en pedrives o más adelante, publicarlas en redes sociales.
Paradójicamente el "momento Kodak" se esfumó justo cuando más gente disfrutaba tomando
fotografías. La impresión era sólo un medio, no un fin en sí mismo.
La gente quería compartir momentos importantes y qué más fácil que la versatilidad de
Internet para ello. Kodak olvidó que su misión no era generar las mejores tecnologías para
imprimir fotografías, sino que ayudar a la gente a compartir momentos importantes. Si bien
invirtieron recursos en lo digital, incluso lanzaron una plataforma para compartir fotos online,
no fue suficiente. Se requería un cambio radical.
Aferrarse a lo que les dio muy buenos resultados en el pasado, se convirtió en un lastre para
Kodak: querían a toda costa incentivar a la gente a imprimir las fotografías, pero las reglas del
juego habían cambiado: lo análogo estaba destinado a ser desplazado por lo digital, y las
imágenes físicas por las virtuales.
Kodak. La famosa empresa fundada en 1888 y que por largo tiempo fue una de las
marcas más valiosas de EE.UU.
Conocer el auge y caída de Kodak es una excelente forma de comprender lo difícil que
es mantener un gran negocio en este mundo de cambios vertiginosos, donde es
usual ver caer a gigantes de la industria. El caso de Kodak es ejemplificador: en sus
laboratorios nació la primera cámara digital (1975) y comenzaron a lanzar sus primeras
cámaras digitales al mercado en la década de los noventa. Fueron advertidos con al
menos 10 años de antelación de la relevancia que tendría la fotografía digital y aún así se
hundieron. El año 2012, Kodak se declaró en bancarrota.
Ni los 120 años de trayectoria, ni llegar a poseer alrededor de un 90% del mercado
norteamericano de películas para cámaras, fueron suficientes. ¿Cómo pasó esto? Su
historia se convirtió en un caso de estudio para quienes desean adentrarse en el mundo de
los negocios.
Era difícil imaginar que este humilde joven iba a formar una empresa de impacto mundial,
más aún, en un área en la que no tenía experiencia. A sus 24 años, George compró una
cámara con el fin de registrar sus vacaciones, pero no fue capaz si quiera de tomar
una fotografía. No era nada de fácil utilizar una cámara en aquellos tiempos, por lo que
tuvo que pagar a un fotógrafo por clases particulares. Así comenzó a adentrarse al mundo
de la fotografía, dedicando tiempo a ello luego de salir de su trabajo en un banco,
experimentando hasta altas horas de la noche.
Mientras el foco de los fabricantes estaba en cámaras, había algo que todos necesitaban y
en lo que él vio la oportunidad: las películas. Le esperaba un prometedor futuro como
banquero, sin embargo, decidió renunciar a su trabajo para dedicarse con todo a su
pasión: hacer la fotografía accesible a las masas.
George, sin duda, era una persona adelantada a su época, en tiempos donde imperaba el
machismo, su empresa era una de las pocas que tenía entre sus altos mandos a una
mujer; además repartía parte de sus ganancias entre sus empleados y dedicó gran parte
de su fortuna a ayudar a la comunidad, es decir a la filantropía, donando recursos para
salud y educación.
Pero la vida del fundador de Kodak, no tuvo un final feliz. Un intenso malestar en su
columna le impidió mantener una vida activa; los dolores llegaron al punto en el que no
podía ni caminar, impulsándole finalmente a escribir una nota de despedida: “A mis
amigos: mi trabajo está hecho ¿para qué esperar?”. El astuto inventor y hombre de
negocios, se suicidó de un disparo al corazón a los 77 años.
Kodak era esplendorosa a inicios de los noventa, llegando a tener más de 140.000
empleados a lo largo del mundo y suculentas ganancias. Se trataba de una empresa
altamente innovadora y exitosa, era muy difícil imaginar su caída, pero el inicio de su
“fin”, nació en sus propios laboratorios, con la primera cámara digital.
Uno de sus investigadores, fabricó el primer prototipo en 1975, siendo en esos tiempos
una tecnología cara y de baja calidad. Pasaron los años y la fotografía digital cobró cada
vez mayor relevancia, Kodak consciente de ello, también dedicaba parte de sus recursos a
crear este tipo de cámaras. No obstante, otros fabricantes lograron crear cámaras digitales
de mejor calidad.
En Kodak se habían especializado más en las películas e impresión de las fotografías, que
en la fabricación de cámaras y el mundo ya no necesitaba imprimir; solo bastaba con
guardar las imágenes en el computador, en CDs, en pedrives o más adelante, publicarlas
en redes sociales. Paradójicamente el "momento Kodak" se esfumó justo cuando más
gente disfrutaba tomando fotografías. La impresión era sólo un medio, no un fin en sí
mismo.
La gente quería compartir momentos importantes y qué más fácil que la versatilidad de
Internet para ello. Kodak olvidó que su misión no era generar las mejores tecnologías
para imprimir fotografías, sino que ayudar a la gente a compartir momentos importantes.
Si bien invirtieron recursos en lo digital, incluso lanzaron una plataforma para compartir
fotos online, no fue suficiente. Se requería un cambio radical.
Aferrarse a lo que les dio muy buenos resultados en el pasado, se convirtió en un lastre
para Kodak: querían a toda costa incentivar a la gente a imprimir las fotografías, pero las
reglas del juego habían cambiado: lo análogo estaba destinado a ser desplazado por lo
digital, y las imágenes físicas por las virtuales.
Hoy, Kodak está lejos de ser puntero en el mundo de la fotografía, aunque sigue siendo
una marca presente en cámaras y revelado digital, y últimamente ha logrado fortalecer su
valor en el público masivo, con la nueva tendencia de la impresión de fotos (bastante
vintage). También ha querido subirse a la ola de los smartphones y las GoPro, buscando
posicionarse también en las nuevas tecnologías, sin lograr destacar demasiado. ¿Qué nos
deja toda su línea de tiempo?