Historia Real de Annabelle Higgins

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Historia real de Annabelle Higgins,

la niña que posee a la muñeca


Aquí puedes leer la historia real completa de Annabelle Higgins, la niña
que posee a la muñeca de trapo. Una muñeca poseída que ha causado
escalofríos en todo el mundo.

La muñeca Annabelle está poseída por una niña de apellido Higgins.


(Foto: Pinterest)

¿Recuerdas que en la película El Conjuro salía una muñeca poseída? Esta


historia basada en hechos reales ha causado escalofríos en todo el
mundo, sobre todo ahora que se hará una película sobre la muñeca
Anabelle. Para que entiendas mejor este filme, aquí te contamos
la historia real sobre Annabelle Higgins, la niña que posee a la muñeca.

Annabelle es una muñeca de trapo que pertenece a la línea Raggedy


Ann, la cual recibió una estudiante de enfermería llamada Donna de
Connecticut como regalo de su madre en su cumpleaños número 20. La
muñeca, con sus enormes ojos, sonrisa agradable y su tamaño de un
niño de dos años, fue el mejor regalo para Donna y su compañera de
cuarto Angie, y ocupó un lugar de adorno en la cama de Donna.

Un día, Donna regresaba de la universidad y descubrió a la muñeca en


posiciones distintas a la que la había dejado, bien sea de lado o con las
piernas o brazos cruzados. Donna no se preocupó, pensando que quizá
el viento o cualquier otra cosa había hecho que la muñeca se moviera,
pero su novio Lou nunca confió en la muñeca y sospechaba que había
algo más.

Las sospechas de Lou se confirmarían poco después cuando las dos


jóvenes llegaron a su casa y encontraron a la muñeca arrodillada frente
a la puerta de la entrada. Y poco después, empezaron a encontrar notas
escritas en papeles de pergamino con mensajes como “Ayuda”,
“Ayúdanos” o “Ayuda a Lou”. Las chicas empezaron a asustar, sobre
todo porque no había papel de pergamino en ninguna parte de la casa;
pero estaban convencidas que era alguien jugando una broma, y
tomaron precauciones para evitar que alguien se metiera en su casa.
Eso solo hizo que las cosas empeoraran.

Una noche Donna entró a su cuarto y volvió a encontrar a la muñeca en


una posición distinta a la que la había dejado, pero esta vez tenía un
líquido rojo en sus manos que parecía mucho ser sangre. Esa fue la gota
que rebalsó el vaso, y llamaron a una médium para que les ayudara.

Según la médium, la muñeca tenía el espíritu de una niña de siete años


llamada Annabelle Higgins, que había sido asesinada en el sitio de la
casa, quizás en un terreno baldío donde ella jugaba. La niña se sentía
cómoda con la presencia de las jóvenes y le dijo a la médium que les
pidiera que la dejaran quedarse, lo que conmovió a Donna y Angie y
empezaron a llamarla Annabelle. Lou, en cambio, le pareció una locura y
decidió deshacerse de la muñeca de una vez.

Pero antes que lo hiciera, un día que estaban preparando un viaje, los
tres escucharon un ruido extraño en la casa. Lou entró en el cuarto de
Donna y vio a Annabelle en una esquina. Cuando se acercó a ella, sintió
un fuerte dolor en su estómago y empezó a sangrar. Cuando se levantó
la camisa vio siete marcas profundas en la piel, como si hubiera sido
rasgado por un tigre.

Ahí fue donde el sacerdote de la comunidad se reunió con el padre


Cooke, de alta jerarquía en la iglesia local, quien a su vez contactó a los
Warren, quienes acudieron a investigar. Luego de varias semanas les
informaron a las enfermeras que habían sido muy afortunadas, pues la
muñeca no estaba embrujada, sino poseída. En la casa de Donna había
un espíritu demoníaco que movía a la muñeca para atraer su atención, y
su verdadera intención era poseer a Donna.
En el momento en que le dieron reconocimiento a la muñeca también le
dieron poder al demonio que la utilizaba. Lou había sido atacado porque
era una amenaza para la entidad paranormal, ya que él quería
deshacerse de la muñeca.

Los Warren hicieron un exorcismo en la casa junto con el padre Cooke y


al no estar seguros que el demonio se hubiera ido por completo de la
muñeca, decidieron llevársela para custodiarla.

Sus sospechas fueron confirmadas poco después. Annabelle seguía


apareciendo en distintos rincones de la casa de los Warren, y su historia
empezó a ganar fama. Otro sacerdote, Jason Bradford, quien había
colaborado con los Warren en exorcismos, quiso conocer a la muñeca, y
la investigó de cerca, incluso zarandeándola, antes de determinar que
ya no tenía ningún poder.

Al regresar a casa, los frenos del auto del padre Bradford fallaron y tuvo
un colosal accidente en la autopista, donde el carro quedó
completamente inservible. Milagrosamente, el sacerdote salvó su vida,
pero sus ideas sobre Annabelle cambiaron por completo, al igual que los
Warren, quienes decidieron encerrarla en una casilla especial encerrada
con llave. Solo así dejó de moverse, pero dejó un incidente más para
demostrar su poder.

Annabelle es el punto mayor de atracción del Museo del Ocultismo de


los Warren, que aún está abierto al público y ofrece visitas guiadas. Un
día dos jóvenes novios llegaron en una motocicleta a visitar el museo, y
cuando llegaron a Annabelle y oyeron la historia, el muchacho no les
creyó, empezó a burlarse de la historia y a golpear el cristal donde
estaba encerrada. El propio Ed Warren lo botó del museo, y el chico
siguió burlándose de Annabelle hasta el momento en que perdió el
control de la moto y se estrelló contra un árbol. Él murió al instante, ella
estuvo algunos meses internada.

Es imposible saber si Annabelle fue la causante del accidente, pero por


si acaso, los guías incorporaron la historia al recorrido por si acaso llega
otro gracioso a burlarse de la muñeca

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