Tema 1
Tema 1
Tema 1
La NEM en el Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria (PE) presenta el
eje articulador Inclusión que promueve la construcción de nuevas relaciones pedagógicas que
reconozcan y reivindiquen la diversidad social que caracteriza al país. Para tener un contexto
general es importante contar con un panorama general.
La Ley General de Educación vigente en su artículo 11 menciona “El Estado, a través de la nueva
escuela mexicana, buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo
cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños,
adolescentes y jóvenes…” así la encomienda de la Nueva Escuela Mexicana es impulsar mediante
sus planes y programas de estudio la equidad y la inclusión para todos (as) en todos los niveles,
modalidades y opciones educativas que establezca la Ley.
La primer “Conferencia Mundial sobre Educación para Todos” se llevó a cabo en Jomtien, Tailandia
en 1990, la cual buscó universalizar la educación primaria y reducir significativamente el
analfabetismo, garantizando el derecho a la educación de cada niño, niña y joven para el año
2000*.
En 1994 se llevó a cabo la “Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales: Acceso y
Calidad” donde se establece la Declaración de Salamanca, la cual se encuentra inspirada por el
principio de integración y por el reconocimiento de la necesidad de actuar para conseguir una
“escuela para todos”, sobre todo a los que presentan necesidades educativas especiales.
Los niños y niñas tienen derecho a la educación, por lo tanto, se debe combatir en contra de las
actitudes discriminatorias existentes, con la finalidad de crear sociedades integradoras.
Todos los gobiernos deben dar alta prioridad política a la educación para todos, adoptando con
carácter de ley el principio de educación integradora.
Para poder dar atención al alumnado los docentes de educación especial se centraron en el diseño
de estrategias para contribuir a que los alumnos con necesidades educativas especiales lograran
aprender dentro del aula regular.
Por lo tanto, las escuelas integradoras fueron un primer e importantísimo paso hacia la
disminución de las desigualdades sociales y económicas. Su función era lograr la igualdad de
oportunidades y la completa participación de todos los alumnos, contribuyendo a una educación
más personalizada de acuerdo con las características y necesidades de cada alumno*.
En el año 2000 surge el Marco de Acción de Dakar, en el cual se busca renovar y dar cumplimiento
a los compromisos y metas comunes a favor de la educación para todos. Uno de los compromisos
establecidos en el Marco de Acción de Dakar se centra en “la inclusión de los niños con
necesidades especiales o pertenecientes a minorías étnicas desfavorecidas, poblaciones migrantes,
comunidades remotas y aisladas o tugurios urbanos, así como de otros excluidos de la educación,
deberá ser parte integrante de las estrategias para lograr la Educación para Todos antes del año
2015” (Marco de Acción de Dakar, 2000) *.
La Ley General de Educación vigente en su artículo 61 menciona “La educación inclusiva se refiere
al conjunto de acciones orientadas a identificar, prevenir y reducir las barreras que limitan el
acceso, permanencia, participación y aprendizaje de todos los educandos, al eliminar prácticas de
discriminación, exclusión y segregación”.
En español hay distintos mecanismos para marcar el género gramatical y el sexo biológico:
Terminaciones (chica/-o)
También hay palabras específicas (sustantivos epicenos) que tienen un solo género gramatical y
designan a todas las personas independientemente del sexo biológico (la víctima, la persona).
Los principales retos del español para una comunicación inclusiva en cuanto al género son la
confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico, el nivel de conocimiento
de los recursos que ofrece la propia lengua para hacer un uso inclusivo dentro de la norma y las
asociaciones peyorativas que han heredado del sexismo social algunos equivalentes femeninos.
Otorgar las oportunidades educativas necesarias para todos los alumnos y las alumnas qué estén
en riesgo de exclusión.
No únicamente garantizar el acceso a la educación, sino la participación de todos los alumnos y las
alumnas dentro de la comunidad escolar.
Se deben aplicar las estrategias y recursos necesarios para trabajar en conjunto con las madres y
padres de familia.
Desarrollar enfoques y planes personalizados de aprendizaje para todos los alumnos y alumnas,
considerando el aprendizaje como un proceso.
Formación y capacitación constante para todo el personal educativo y para las madres y padres de
familia en relación con la atención a la diversidad y la educación inclusiva.
Impulsar la igualdad de condiciones y oportunidades para todos los alumnos, tomando en cuenta
sus intereses, necesidades y características.
Establecer estrategias para fomentar el trabajo en equipo y la colaboración entre madres, padres y
docentes.
Enfoque descentralizado que permita a las instituciones locales favorecer la práctica inclusiva.
Culturas
Esta dimensión hace referencia a los valores, creencias y relaciones que están establecidas dentro
de la comunidad educativa. Los principios que surgen a partir de esta cultura escolar son los que
guían las decisiones que se concretan en las políticas y en las prácticas escolares.
Políticas
Esta dimensión pretende transformar el sistema educativo para fomentar la participación de toda
la comunidad escolar para la atención educativa de los/las alumnos/as sin importar su condición.
Se busca lograr un cambio en el paradigma de asumir que el problema está en los alumnos y las
alumnas; que los únicos capaces de atender a estos estudiantes son maestros y maestras
especializados.
La inclusión debe ser el centro del desarrollo de la escuela y por lo tanto debe permearse en las
políticas con la finalidad de mejorar el aprendizaje y la participación de todos los alumnos y
alumnas.
Prácticas
Esta dimensión se refiere al desarrollo de actividades que reflejen las culturas y políticas inclusivas,
es decir se basa en lo que se enseña en las aulas y en cómo se enseña y se aprende.
Las prácticas deben asegurar que las actividades que se realizan en la escuela, dentro del aula y de
forma extraescolar, promuevan la participación de todos los alumnos. Es importante que se
consideren los conocimientos y experiencias adquiridas con anterioridad dentro o fuera de la
escuela.
Las prácticas deben reflejar qué tanto se están implementado las culturas y políticas inclusivas en
la escuela, lo que permite reconocer que todos los alumnos tienen capacidad para aprender y
compartir con los demás.
Como se mencionó en el primer tema de este bloque, la educación inclusiva garantiza el acceso,
permanencia, participación y aprendizaje de todos los alumnos. A través de la educación inclusiva
se reconoce a la diversidad como fundamento para la convivencia y favoreciendo la conformación
de la equidad, la justicia, la igualdad y la interdependencia, con la finalidad de asegurar una mejor
calidad de vida para todos.
Valorar la diversidad es uno de los factores centrales en la educación inclusiva, la cual tiene que ver
con el derecho de todo ser humano a ser diferente y supone una oportunidad de aprender,
mejorar y crecer.
Dentro del aula se puede apreciar la diversidad existente en la sociedad, así como sus diferentes
manifestaciones como es el caso de la diversidad cultural, de género, socioeconómica, de
capacidades, entre otras.
Por lo tanto, la educación inclusiva hace referencia a la atención de TODOS los niños, niñas,
jóvenes y adultos; poniendo especial énfasis en aquellos/as alumnos/as que están excluidos,
marginados o en riesgo de estarlo, como es el caso del alumnado con discapacidad, con aptitudes
sobresalientes, indígenas, migrantes o aquellas que se encuentran en contexto de vulnerabilidad.
Dentro de las poblaciones que se buscan atender a través de la educación inclusiva se encuentran
los alumnos y alumnas pertenecientes a la educación especial, es decir los alumnos con
discapacidad, los alumnos con aptitudes sobresalientes y los/las estudiantes con otras condiciones
(TDAH, TEA, y alumnos con dificultades severas de aprendizaje, conducta o de comunicación).
a. Los alumnos y las alumnas con discapacidad son aquellos que presentan cualquier restricción o
impedimento de la capacidad, ya sea física, intelectual, psicosocial y/o sensorial (auditiva o visual)
de naturaleza temporal o permanente, lo que le impide ejercer, participar y realizar una o más
actividades.
b. Los alumnos y las alumnas con aptitudes sobresalientes son aquellos capaces de destacar
significativamente del grupo social y educativo al que pertenece en uno o más de los siguientes
campos del quehacer humano: científico-tecnológico, humanístico-social, artístico o de acción
motriz. Estos alumnos requieren de un contexto facilitador que les permita desarrollar sus
capacidades y satisfacer sus necesidades e intereses, en beneficio propio y de la sociedad.
Los tipos de aptitudes sobresalientes que la Subsecretaría de Educación Básica indica son:
Intelectual
Creativa
Socio afectiva
Artística
Psicomotriz
c. Los alumnos y las alumnas con otras condiciones son aquellos que presentan dificultades o
trastornos que pueden o no asociarse a una discapacidad, donde el alumno o la alumna requiere
de apoyos específicos para acceder al aprendizaje y enfrentar las barreras que existen en el
entorno.