2013.ortega y Gasset

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 2

ORTEGA Y GASSET (1883-1955)

1. La vida como realidad radical: El ser humano y la teoría del conocimiento

La filosofía es aquel saber que tiene como objetivo reflexionar acerca del todo. Este todo o
realidad radical es, según Ortega, la vida. Ortega defenderá esta tesis superando las dos tesis
contrarias dadas en la historia de la filosofía. Los “antiguos” habían defendido la tesis realista:
la realidad última es un mundo compuesto de cosas. Por el contrario, los “modernos”
defendían la tesis idealista: la realidad última es la conciencia, el pensamiento, el sujeto que
piensa. Ortega critica ambas posturas indicando que son incompletas: el mundo no puede
existir sin un sujeto que lo piense y el pensamiento no existe si no es pensamiento de algo. Por
tanto, la realidad radical es la relación entre el sujeto y su mundo, “la coexistencia del yo con
el mundo”, y este coexistir no es más que la vida.

La vida es para Ortega la realidad radical, anterior y fundacional de todo. Pero la vida no
entendida en sentido abstracto o biológico, sino la vida de cada uno en particular o en sentido
biográfico, “mi vida”.

1.1. El ser humano.


La vida humana está constituida por lo que el hombre hace y le pasa, éste se encuentra
siempre en unas circunstancias concretas, “yo soy yo y mi circunstancia”. La circunstancia es
una parte esencial del yo y es todo aquello dado que tiene sentido para el sujeto: familia, país,
época, cuerpo, mente,…

Según Ortega, no existe una esencia humana inmutable que caracterice al hombre pero si
una serie de categorías de la vida que comparten todos los seres humanos. La primera de ellas
es el saberse y comprenderse, el hombre es consciente de su propia existencia y de lo que le
rodea. El hombre se encuentra arrojado al mundo y a su circunstancia, él no ha elegido vivir
pero vive y debe resolver el problema de la vida. El hombre debe hacerse a sí mismo eligiendo
libremente entre las posibilidades limitadas por sus circunstancias. La vida humana es un
proyecto que debe ser asumido, debemos decidir en cada momento lo que voy a ser y todavía
no soy. La vida es temporalidad, decidir el futuro teniendo en cuenta los medios dados por el
pasado. El tiempo es la sustancia primordial del hombre, “el hombre no tiene naturaleza sino
historia”. Ortega siempre valoró que el hombre fuera auténtico, que fuera fiel a su proyecto
vital.

1.2. El conocimiento.
Ortega pertenecerá a lo largo de su vida a tres teorías del conocimiento distintas. Al comienzo
de su vida defenderá el objetivismo, después el perspectivismo y finalmente el raciovitalismo.

La teoría perspectivista de Ortega pretende superar dos tradiciones. Por un lado, el


racionalismo u objetivismo que decía que la realidad se puede conocer de forma objetiva
independientemente del sujeto que conoce y que, por tanto, la verdad es única. Y por otro
lado, el relativismo o subjetivismo que decía que es imposible el conocimiento objetivo
porque los rasgos del sujeto deforman la realidad, nunca podremos alcanzar la verdad.

El perspectivismo, en cambio, defiende que el conocimiento de la realidad se hace desde


un punto de vista, siempre se conoce desde una circunstancia, pero este punto de vista no
deforma la realidad sino que la conoce desde una perspectiva. La perspectiva queda
determinada por el lugar que cada uno ocupa en el Universo, y sólo desde esa posición puede
captarse la realidad. La realidad es múltiple, es perspectiva y la verdad es aquella descripción
del mundo que sea fiel a la perspectiva. Cada persona posee una verdad particular y la verdad
absoluta es la suma de estas verdades, la suma de las perspectivas individuales. Sólo Dios es
capaz de aunar todos los puntos de vista y ver el mundo a través de los hombres.

Ortega al final de su vida creará el raciovitalismo. Esta corriente critica al racionalismo por
pretender reducir toda la realidad a las estructuras de la razón pura y al vitalismo por defender
los instintos y la irracionalidad despreciando a la razón. La razón es solo una forma y una
función de la vida, una parte del todo. El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón
a la vitalidad. Ortega defiende la razón vital y la razón histórica. El objetivo de su sistema era
entender la vida humana y para ello se necesita otro tipo de razón, la razón pura ha servido
para conocer la naturaleza abstracta pero para entender la vida es necesario una razón vital.
Además la razón vital conduce a una razón histórica ya que el hombre se entiende desde un
enfoque historicista: comprender su pasado, su biografía, su generación. Ortega defiende la
racionalidad como una dimensión básica del hombre que nos permite guiar nuestra existencia
y entenderla.

Cada ser humano se encuentra en un mundo ya dado, con un conjunto de creencias


(contenidos intelectuales, culturales y costumbres) que se aceptan de forma irreflexiva, y en el
cual vivimos y nos movemos. El hombre debe producir sus propias ideas sin olvidar este fondo
común, el hombre debe crear su propia existencia desde sus circunstancias históricas.

2. La sociedad
Según Ortega, toda época tiene un proyecto y el de la nuestra es superar la
modernidad y regenerar España acercándola más a Europa.

Toda sociedad tiene una identidad propia fruto de la pertenencia de los individuos a
una generación que comparte creencias, tareas y deberes. La historia avanza según se
suceden las generaciones, pero en ocasiones una nueva generación se enfrenta a la
anterior surgiendo una crisis social.

En 1927 Ortega escribirá La rebelión de las masas obra en la que explica la crisis social
que afecta a España. En toda sociedad se dan dos tipos de hombres: los hombres élite,
hombres excelentes que han destacado por sus ideas propias y los hombres masa, gente
anónima que se siente y piensa como todos, idéntico a los demás y que además no se
angustia por ello. Según Ortega, en el siglo XX se goza de un gran bienestar, pero en vez de
vivir a la “altura de los tiempos” en Europa los hombres masa han alcanzado el poder
social y la minoría selecta ha desertado dejando al continente sin proyecto.

Vivimos en un tiempo capaz de realizarlo todo pero sin saber qué realizar y esto se
debe a que somos unos “herederos malcriados”, gozamos de lo que tenemos sin haber
realizado un esfuerzo para conseguirlo. Esta situación puede conducir a Europa a la
barbarie, para evitarlo debemos estar a la altura de nuestro tiempo; conocer nuestra
historia, valorar el esfuerzo que otros han hecho en el pasado y crear un nuevo proyecto.

También podría gustarte