Apuntes de Clase 2024 01

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Seminario Teológico Centroamericano

410ES Soteriología
Primer Trimestre, 2024- Extensión El Salvador
Profesor: Pablo Chávez Figueroa/ email: pchavez@seteca.edu

Apuntes del curso

“Solo un Dios puede salvarnos.” Martin Heidegger

Introducción al concepto cristiano de salvación

Soteriología es una palabra de origen griego que significa: Estudio de la salvación.

En un amplio sector del cristianismo, el significado de ser salvo se entiende como ser rescatado
de un estado de perdición, y ser transferido a un estado de salvación. Ser “salvo” significa ser
vitalmente renovado y ser hecho apto para participar de la herencia de los santos en luz
(Colosenses 1:12)

Por lo anterior, la salvación (liberación o redención) se suele entender como la liberación de los
seres humanos del pecado y sus consecuencias, que incluyen la muerte y la separación eterna de Dios
por medio de la muerte de Cristo, de su resurrección, y la justificación que sigue a esta salvación.

A partir de estas nociones, surge dentro del cristianismo una amplia ramificación de doctrinas y
debates alrededor del tema salvífico. Y es que el judeocristianismo como tal, se presenta como
una religión de salvación. Pero para comprender el alcance y la importancia del tema de la
salvación en la fe judecristiana es necesario comprender cómo la misma Biblia, con sus escritos
judíos y cristianos, quiere mostrar el tema de la salvación. La Biblia no se enfrasca en debates
sobre el significado de la salvación, sobre sus vías, requisitos, etc. Tampoco encontramos en la
Biblia un esfuerzo por sistematizar conceptualmente la salvación.

En realidad, la Biblia ofrece un testimonio global de salvación, una historia, un relato, cuyo eje
principal lo constituye el propósito salvífico de Dios para la humanidad en cada etapa de la
historia y de la revelación divina. Podría decirse que más que conceptualizar o definir la
salvación, lo que hace la Biblia es narrarla, dar testimonio de las acciones salvíficas de Dios y
cómo estas han marcado el curso de la historia y han dado identidad a un pueblo escogido.

Se percibe entonces que en la perspectiva bíblica la salvación es presentada colectivamente,


como un acto histórico y social, sin descartar el hecho de que también el creyente percibe la
salvación de forma individual y de que tiene lugar la decisión personal de buscar la salvación.
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Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros;
porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Éxodo 14:13

Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación. Salmo 18:46

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Hechos 2:21

Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor
Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:30-31

Esto nos lleva a la comprensión de que la salvación descrita por la Escritura no es una salvación
al margen de la historia, a la que posteriormente hay que añadir la justicia y la acción
comunitaria como algo que viene más tarde o más temprano. La gracia de Dios por la que el
hombre es liberado del pecado no se le da sólo individualmente, sino socialmente a través de la
comunidad eclesial, para que impregne toda la realidad.

Reduccionismos del concepto de salvación

La manera en que se ha enseñado y transmitido la idea de salvación dentro del cristianismo a


través de los siglos ha venido cambiando, siendo afectada por los contextos culturales, sociales,
lingüísticos, etc. Es así como llegamos a identificar ciertas comprensiones “reducidas” de lo que
la salvación significa a la luz de la Biblia.

A) La salvación como “reparación” de un accidente sufrido por la humanidad en lugar de un


designio planeado y llevado a cabo por Dios en la historia.

B) La salvación para el hombre como mero individuo, desconectado de su contexto social.

C) La salvación para el hombre desencarnado, “salvación del alma”, en lugar de la salvación


para el hombre en todas sus dimensiones, como un acto integral e integrador.

D) Salvación como un “salvavidas” de Dios para evitar el temible castigo eterno (infierno)
en vez de entender la salvación como una renovación total a una vida con propósito y
destino, insertados en una nueva comunidad, con nueva identidad y misión de vida.

E) Una salvación que vuelve al hombre un ente pasivo y no considera ni su participación ni


su responsabilidad ante la salvación como regalo y tarea. Esto se observa también en la
concepción del cielo como un estado de absoluto quietismo y paz sin conflicto, sin
tareas, sin la necesidad de trabajo, responsabilidad y superación.
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F) Una salvación que no considera la creación y la historia, cuya meta es llegar al “cielo” en
vez de contemplar la visión de una nueva creación en continuidad con la historia
presente.

UNIDAD I-Teología bíblica de la salvación

1.1. Salvación en el Antiguo Testamento

La salvación en el Antiguo Testamento no se discute fundamentalmente en términos de “ir al


cielo”, sino en términos de pertenecer a Dios como su pueblo y, en ese sentido, experimentar
la liberación, el rescate, la seguridad e incluso el bienestar otorgado por la acción divina. En
Éxodo 14:30, Jehová “salvó” a Israel de la mano de los egipcios. Este uso del término es típico
de la época en que la salvación se enfocaba en el libramiento físico de un peligro determinado.
Por tanto, bajo el antiguo pacto, la esperanza de salvación se orientaba en primer término a ser
liberados de las necesidades terrenas y de la cautividad. En este respecto, el evento
paradigmático que representa la idea de “salvación” en la antigüedad es el momento en que el
pueblo de Israel fue liberado de la servidumbre en Egipto.

1.1.1. Terminología

Vocablo Uso y significado Comentario

El verbo se encuentra más de 200 veces en


‫ְיׁשּועָ ה‬ Sustantivo: Liberación de una
el AT. En esencia, la palabra significa quitar o
opresión, prosperidad, salvación,
yešûáh salvador, triunfo, victoria (Gén librar a alguien de una carga, opresión o
49:18; Éx 14:13; 1 Sm 2:1; Sal 27:1; peligro. A menudo denota la acción de librar
Is 52:7). a alguien de una derrota. En cuanto a la
justicia y la ley civil, representaba la
‫י ַָׁׁשע‬ obligación de prestar ayuda cuando se
Verbo: Liberar, rescatar de una escuchaba el clamor de una persona.
yašáh opresión, salvar, socorrer, vengar, Igualmente representa la paz y bienestar que
abrir de par en par (Jue 6:14; 1 Sm el rey garantiza a sus súbditos al derrotar a
10:27; Sal 72:4; Ez 34:22; Sof 3:17). sus enemigos.1

1
La palabra aparece en muchas peticiones de oración: «Levántate, Jehová; sálvame, Dios mio» (Sal 3:7).
Vemos, pues, una combinación de énfasis militar (oración por liberación de un enemigo mediante el uso de la
fuerza) y énfasis judicial (oración por lo que es deber del suplicante y obligación del suplicado; en el caso de Dios la
obligación es autoimpuesta al establecerse un pacto; cf. Sal 20:9). En otros casos la obligación judicial es clara: el
rey ungido de Dios «juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor»
(Sal 72:4). En este pasaje la palabra que aparece en el paralelismo es shapat: «ver que la justicia se aplique».
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Verbo: Arrebatar, defender, Este verbo se usa característicamente para


‫נָצַׁ ְל‬ despojar, escapar, huir, libertar, describir las acciones de Dios. De un total
natsal librar del opresor, quitar, recobrar, de doscientos once lugares en los que la
palabra aparece, nātṣal tiene a Dios como
redimir, sacar, salvar, separar. (1
sujeto en ciento tres de ellas. El verbo
Sm 17:35; Jue 11:26; Sal 7:1; Pr establece íntima relación con el concepto de
19:19; Ez 14:20). redención. Un examen en el uso de nāṣal
revela a Dios como soberano, redentor y
justo. Como Señor de la historia, él
interviene para librar (Sal. 106:23) a los
suyos mediante sus hechos salvíficos (Sal
7:1). Por último, en un sentido espiritual se
usa para referirse a librar del pecado y de la
culpa (Sal 39:8; 79:9).

Sustantivo: Cura, sanidad; fig. Rapha’ en hebreo no sólo significa "sanar",


‫ַׁמרפֵּ א‬ (concr.) liberación, o (abst.) sino también "remendar, curar, reparar
placidez, remedio, salud, curación, completamente, recomponer". Así que este
marpe’
sanidad. título se puede usar no sólo cuando Dios
cura enfermedades y dolencias físicas, sino
también cuando repara la creación o
‫א‬
ְ ָ‫ָרפ‬ Verbo: Curar, sanar, arreglar,
restaura una relación correcta con su
rapha’ cuidar, restaurar, salvar (Éx 15:25-
pueblo. Salvación es la reparación y el
27; Sal103:3; 147:3; Isa 6:10; 53:5;
rescate divino de toda la persona y la
Mal 4:3)
sanación es una forma de salvación.

1.1.2. La historia de la salvación en el Antiguo Testamento

Es importante señalar la necesidad de un enfoque de continuidad en la lectura del AT y el NT.


La historia de la salvación se desarrolla a través de ambos y no es posible entender el tema sin
considerar la totalidad y la continuidad entre los dos testamentos.

Líneas centrales de desarrollo del tema de la salvación en el Antiguo Testamento:

1) La Creación, que marca en idénticos términos la primera (Gen 1-3) y la última (Ap 21:1-
22:5). La creación, tanto inicial como la creación última, constituyen actos de salvación en sí
mismos y viceversa; la salvación no puede entenderse sin una nueva creación (2 Co 5:17; Ef
2:10).
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2) La promesa a Abraham (Gen 12:1-3) confirmado a cada uno de los patriarcas. En el


Nuevo Testamento este tema es fundamental en el pensamiento de Pablo y su
comprensión del evangelio. Dios le prometió a Abraham que haría de él una gran nación,
que le bendeciría y que bendeciría a todos los pueblos de la tierra a través de él por medio
de un pacto solemne incondicional y de auto maldición. Dios estaba diciendo en esencia,
“Si alguna vez te abandono, que mi nombre sea maldito” (Gén. 15:6-21). Es en este
contexto que la Escritura dice, “Y [Abraham le] creyó a Jehová, y le fue contado por
justicia” (Gén. 15:6). Abraham fue justificado por la fe. Luego Dios le dio una señal externa
de esta relación de pacto en la circuncisión (Gén. 17).

Lo que no siempre observamos en esto es que el pacto con Abraham es un acto de


salvación que Dios realiza sólo por gracia. Cuando Pablo introduce su doctrina de la
justificación por la fe sola en Romanos, la respalda con el Antiguo Testamento, diciendo
que es una “justicia de Dios aparte de la ley,” pero una “de la cual testifican la Ley y los
Profetas”, es decir, el Antiguo Testamento (Rom. 3:21). Pablo respalda específicamente su
enseñanza citando la justificación de Abraham por la fe (Rom. 4). El evangelio no es un
mensaje exclusivamente del Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento también lo tenía:
"Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de
antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De
modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham" (Gálatas 3:8-9, citando
Génesis 12:3).

3) El Éxodo como acto de liberación por medio de Moisés, incluyendo la entrega de la ley en
el Sinaí, la travesía del desierto y la ocupación de Canaán (Ex 2:23ss, 3:7-10, 15-17, 6:6ss).
El éxodo, como hecho histórico se convierte en paradigma de salvación, liberación,
redención de Dios en la historia (servidumbre-rescate-servicio). Isaías describe la esperanza
de un nuevo Éxodo (Is 43:16-20; 52:11-12; 55:12), mientras que Apocalipsis relata las plagas
finales y celebra el "cántico de Moisés, siervo de Dios, y del Cordero" (Ap 15:3-4). Luego
Dios, a través de Moisés, dio a su pueblo la ley. Ésta, en vez de constituir una carga estaba
destinada a revelar el carácter santo y misericordioso del Señor, a fin de que Israel diera
testimonio de la gracia salvadora divina por medio una forma de vida admirable para las
otras naciones (Éx 19: 4-6).

En el éxodo y las instrucciones de la ley, la salvación también se une a otros conceptos,


como la redención, la expiación y la justicia. Estas ideas expresan el medio utilizado para la
salvación (expiación), su objetivo (justicia) o su naturaleza (redención). Por ejemplo, la
Pascua no solo fue diseñada para describir el éxodo de Egipto, sino también para recordar
a los israelitas el significado más profundo del papel del sacrificio en la salvación. Un
cordero muere, y su sangre es rociada sobre los dos postes y el dintel de la puerta, para
que el ángel de la muerte pase de largo y perdone la vida del primogénito (Ex. 12:1-14). Los
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rituales asociados con el día del perdón se enfocaban también en una expiación vicaria por
los pecados del pueblo (Lv. 16:1-34).

Finalmente, en el tiempo de la conquista y de los jueces, se manifiesta la necesidad de un


salvador definitivo. Pese a que Dios ha hecho un pacto con el pueblo mediante la ley, el
pueblo es incapaz de mantenerse fiel. Cuando Esdras y sus compañeros repasan la historia
de Israel, con el fin de aleccionar al remanente que había vuelto a Judá tras el exilio,
resumieron este período en oración con estas palabras: "Entonces les entregaste en mano
de sus enemigos, los cuales les afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti,
y tú desde los cielos, los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores
(salvadores) para que los salvasen de mano de sus enemigos" (Neh 9:27). He aquí una
perfecta presentación de la intervención de Dios en gracia al levantar "salvadores" a
quienes Dios investía del poder y del valor necesarios para "salvar" al pueblo. Tal como
José había sido "salvador" de la pequeña familia de Jacob, núcleo de la nación futura; Moisés,
el instrumento de Dios para librar al pueblo de la esclavitud de Egipto y Josué, el “salvador”
que había guiado al pueblo de Dios en la conquista y fidelidad a los mandatos de Dios
durante el tiempo que él dirigió a Israel.

4) El reino de David. Dios prometió un Reino eterno de su descendencia (2 Sam 7:13-16)


que llegaría a ser universal, sobre todas las naciones (Is 9:6s). Jesús es de la línea familiar de
David y, como el Hijo de David (Mr 10:47), es el cumplimiento de este pacto. Este pacto
sobre el cual se basa el reino glorioso de Cristo, "de la simiente de David según la carne",
da seguridad de: a) Una "Casa" Davídica; es decir, posteridad, familia; b) Un "Trono"; es
decir, autoridad real; c) Un Reino; esto es, una esfera de gobierno; d) Perpetuidad, "para
siempre". En la anunciación del nacimiento de Jesús a María por el ángel Gabriel, se
confirman estos elementos del pacto davídico: El Señor Dios daría "el trono de David su
padre" (Lc 1:31-33; Hch 2:29-32; 15:14-17).

5) La esperanza en la promesa del Mesías, que anticipa la encarnación, vida, muerte y


resurrección de Jesús, es el horizonte donde se juntan todos los hilos del mensaje bíblico.
Su primera venida trae la vida eterna y es el centro de la historia; su retorno traerá la
plenitud del Reino como fin de la historia. Ya en Génesis 3:15, vemos la promesa de un
futuro Salvador, y a lo largo del Antiguo Testamento hay cientos de promesas de que el
Mesías "salvaría a su pueblo de sus pecados" como un siervo sufriente (Mt 1:21; cf. Is 53:5-
6). En el curso del tiempo, la esperanza de salvación de Israel se orientó cada vez más hacia
el Mesías esperado, a la liberación del poder esclavizante del pecado: “Espere Israel a
Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y él redimirá a
Israel de todos sus pecados" (Sal. 130:7-8). En muchas promesas, Dios preparó a través de
los profetas la aparición del Redentor. En Él se cumplen todas estas promesas.
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Conclusión

Dios es el responsable único de la salvación desde los tiempos de la Antigüedad. La raza humana,
horriblemente corrompida por el pecado, no puede conseguir la salvación, ni siquiera mediante
el cumplimiento de la ley.
Sin embargo, parece que muchos cristianos creen erróneamente que, en el AT, la salvación se
conseguía mediante el cumplimiento de la ley. Tanto Génesis como Romanos están de acuerdo
en declarar que la salvación solo puede conseguirse por medio de la fe (creer en Dios).
Génesis 15:6 declara que Abram «creyó a Jehová, y le fue contado por justicia». Pablo hace de
este pasaje el centro de todo el argumento de Romanos 1–8. «Porque ¿qué dice la Escritura?
Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia» (Ro. 4:3).
Como el sistema sacrificial lo ilustraba permanentemente, era necesaria la expiación. Isaías 53
presentó al Siervo Sufriente como el único que podía en última instancia realizarla. Pablo muestra
en forma explícita lo que siempre había estado implícito en el AT: que la ley no puede salvar a
nadie. La salvación en cualquier época se ha basado siempre en la gracia de Dios que los seres
humanos hacen suya mediante la fe.

Esto nos lleva a dejar establecidos tres elementos fundamentales sobre la salvación en el Antiguo
Testamento:
1. Es histórica y apunta a situaciones concretas, terrenales, donde se manifiesta la acción de
Dios.
2. Es colectiva y personal, ofrecida únicamente por gracia para los escogidos, quienes se
hallan bajo un pacto.
3. La continuidad de esa gracia salvífica presente en el desarrollo de la historia, que, sin
embargo, avanza hacia una gracia más plenamente revelada, como veremos en el Nuevo
Testamento.

Preguntas para discusión grupal

1. Propongan una definición de salvación que integre los elementos vistos en clase hoy.

2. ¿Cuál(es) de los puntos en clase hoy les resulta más controversial(es)?

3. ¿Cuáles de los puntos en clase hoy les resulta más reveladores, dignos de reflexión,
desafiantes? ¿Por qué?

4. ¿Con quiénes compartiría esta clase? ¿Cómo trataría de llevarla a la práctica o de


transformar algunas prácticas?

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