Los Orígenes Del Joropo en Venezuela Rafael Salazar

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Los Orígenes del Joropo, relatados por

el investigador Rafael Salazar: Desde


Bagdad, África y España hasta
Venezuela

En esta ocasión contaremos con la participación del musicólogo, compositor y promotor


cultural Rafael Salazar, quien nos explicará los orígenes de nuestro joropo, desde los
precedentes del Fandango hasta lo que conocemos hoy en día. Salazar es conocido por
sus trabajos de investigación, que están plasmados en 25 libros en las áreas de
etnomúsica y folclor de Venezuela y Latinoamérica. También, ha realizado su labor
como docente y conferencista en diversas universidades y centros artísticos de
Venezuela, Latinoamérica y Europa. Entre otras distinciones, ha recibido el Premio V
Centenario en España en 1988, y el Premio Pensamiento Caribeño de la Universidad
Quintana Roo, en México en 2002.

Rafael Salazar (Foto: Alba CIudad)

Salazar nos explica: «Es un hecho bien conocido que el joropo es el canto y el baile
nacional de Venezuela. Y esto no es porque sea un Decreto o porque haya sido
reconocido en 2014 como Patrimonio Cultural venezolano, sino porque el pueblo
venezolano, a través del tiempo, desde el siglo XVIII capturó toda la música
proveniente del mundo árabe-hispano y se dispersó por todo el país. Esa dispersión dio
lugar a una serie de manifestaciones ‘afandangadas’ que después adquirieron el nombre
de joropo».

Explica que una manifestación cultural «es nacional cuando se dispersa en todo un país
y lógicamente adquiere características propias de las distintas regiones, porque las
distintas regiones del país, tienen una formación histórico social distinta y forma parte
de la diversidad cultural de Venezuela».

Antecedentes al joropo

¿De dónde viene el joropo? Para responder a esta pregunta, Salazar nos lleva en un viaje
en el tiempo al siglo XVI, para conocer las primeras formas de fandango, sus raíces
africanas y cómo éstas llegan al continente americano. Pero también nos hace retroceder
aún más, al siglo VIII, cuando los califas árabes conquistan la península ibérica y hasta
allí llega un músico nacido en Bagdad, de nombre Ziryab, quien transforma un
instrumento de cuerda llamado Laud, crea una escuela de música y compone más de 10
mil canciones, dejando una profunda herencia cultural que se mantiene aún cuando los
árabes son expulsados de lo que hoy es España y Portugal. De allí, nos explica cómo el
fandango dio origen no sólo al joropo, sino a decenas de otros bailes y tradiciones
latinoamericanas, y nos presenta un resumen de los numerosos tipos y variantes de
joropo que existen en nuestro país.

Este viaje por el que nos llevará Salazar nos permitirá comprender que
«afortunadamente para la Humanidad no existen formas musicales puras. Todas las
formas son mestizas, tienen un antes y un después», y nos permite entender cuánto de
nuestra propia cultura proviene no sólo de España, sino también de aquellas tierras del
Oriente Medio, de las que pareciera que sólo nos recordamos cuando nos enteramos de
las desafortunadas intervenciones imperialistas en dicho lugar.

Ziryab y su influencia sobre la música latinoamericana


Ziryab

Para comprender de dónde viene el fandango -predecesor del joropo-, es imprescindible


conocer la historia de Ziryab. «Hay que hacerle un homenaje mundial a ese gran músico
Ziryab (Abu l-Hasan Ali ibn Nafi`) o Zir Yap», nos explica Salazar. Ziryab era un
músico iraquí de palacio, quien nació hace más de mil doscientos años, en el año 789 y
murió en 857. Él estableció una de las primeras escuelas de canto libre en Córdoba. Esta
escuela incorporaba estudiantes de ambos sexos, especialmente las mujeres esclavas,
que eran muy populares entre la aristocracia de la época.

«Ziryab es un hombre genial que llegó a estar al servicio de Harun Al-Rashid», dijo
refiriéndose al conocido califa de la dinastía abasí de Bagdad, cuya fama y poderío
fueron inmortalizados en Las mil y una noches. Se le considera uno de los más grandes
gobernantes musulmanes.

«Cuando los abasí derrotan a lo omeyas y conquistan a Damasco (año 750) se impone
esa cultura abasida y los omeyas huyen hacia el Occidente. Entran por Marruecos y
conquistan España, Hispania, como era el nombre en árabe», explica Salazar. «Allí se
establece Abd al-Rahman I (también conocido como Abderramán I), el primer califa en
Córdoba, quien manda a buscar a los mejores músicos de la época, tanto musulmanes
como judíos». Para ese momento, Ziryab había huido de Bagdad, tras la muerte del
califa Al-Rashid y de su hijo y sucesor, Al-Amin.

«El más grande genio es Ziryab, quien lleva a Córdoba la bandola y agrega una quinta
cuerda al Laud, porque él decía que ‘le faltaba el alma’ «. Salazar describe al Laúd
como «uno de los instrumentos más hermosos que ha dado la cultura Árabe». Indica que
es un instrumento para honrar a Alá, donde se interpretaban piezas muy importantes,
como Las Nubas. «Ese Laúd da origen a la guitarra de 4 cuerdas, a la guitarra de 6
cuerdas, a la Bandolina, a las Bandorrias y a una serie de instrumentos».

«El tocador de Laúd», cuadro de Michelangelo Caravaggio.

Señala Salazar que Ziryab compone más de 10 mil canciones, que están registradas en
el libro Kitāb al-Aghānī, El Libro de las Canciones, texto de recopilaciones hecho por
Abu l-Faraj al-Isfahani y que incorpora canciones de Ziryab «gracias a que sus hijos se
encargaron de copiarlas».

Ziryab crea la primera Escuela de Canto Libre en Córdoba, la primera escuela de Laud y
las primeras formas de canto de polifonía elemental en el siglo IX, específicamente en
822, dos siglos antes de la polifonía italiana. «A ti te enseñan en el Conservatorio que la
Polifonía nace en Italia pero eso es falso: nace en Al-Ándalus».

«Gracias a Ziryab se conservaron 10 mil canciones», que a la larga, tras un largo


proceso de evolución e intercambio cultural, derivaron en «todas las formas posibles de
manifestaciones de todos los Fandangos de América», explica Salazar. Y de allí
continuó la evolución, hasta llegar a nuestro joropo.
El Fandango

Las primeras formas de Fandango surgen cuando miles de africanos son secuestrados y traídos como
esclavos a América

Posteriormente, Salazar nos lleva al siglo XVI, cuando las comunidades negras llegan a
Venezuela, «traídas a juro como mano de obra esclavizada provenientes de Guinea
Ecuatorial, Congo y Angola, y vino una manifestación de las tantas manifestaciones de
la cultura negro-africana».

Allí aparecen las primeras formas de fandango. «Este fandango se establece


principalmente en el Caribe, no en Venezuela para esa época, sino en Cuba y en Santo
Domingo, también una parte en Jamaica. Como era una danza de procreación, una
danza de fertilidad, evidentemente la gestualidad de esa danza estaba cargada de un gran
erotismo. Entonces los españoles, cuando vieron aquella manifestación tan erótica y
bajo la influencia de la Iglesia, prohibieron el fandango».

Fandango: una palabra netamenta africana

Rafael Salazar continúa explicando que la voz «fandango», «ese cognomento, como
dicen los lingüistas, no existe en español. Es una palabra netamente africana. Por
ejemplo, la voz ‘Angola’ es una castellanización del nombre original de dicho país, que
es Ngola. Aquí hubo una gran cantante surafricana llamada Miriam Makeba, que en el
Pata-Pata cantaba con esos sonidos guturales: ngola». Explica que lo mismo sucede con
palabras como mondongo, mambo, tango, sorongo, merengue o malambo.
Para Salazar, el fandango caribeño traído por los negros esclavos, «que como era un
baile colectivo, con tambores y mucha gestualidad», fue aprendido por la soldadesca
española, que venía a las órdenes del Rey. «Esos soldados se mezclaron con los indios y
con los negros -sino, no estuviéramos aquí como mestizos- y aprendieron esas danzas
colectivas con tal gusto que las llevaron en sus viajes de regreso a España, a lo que era
antiguamente Al-Ándalus, como lo llamaban los árabes».

Al-Ándalus

Al-Ándalus es el nombre con el que se conoció a la región de la península ibérica bajo


el control musulmán entre los años 711 y 1492, siendo dominada inicialmente por
el califato Omeya, y luego por el califato Abasí. «La cultura Abasí proviene de lo que
viene siendo hoy Irak, y la cultura Omeya proviene de Damasco (hoy Siria),
casualmente donde hay los conflictos ahorita de todas las apetencias imperiales
contemporáneas», explicó Salazar.

«Este Fandango llega a Al-Ándalus y, como dicen los abuelos llaneros, ‘eso cogió
candela como un pajonal prendido’ y se expandió: llega a los puertos de donde salían
los conquistadores tanto de Huelva, donde está el Puerto de Palos de donde partió salió
Cristóbal Colón, como a Cádiz, que es la entrada del mar y al río». Esto permitió que
los conquistadores que llegaron a América trajeron ese ritmo a nuestras tierras.

«Ellos comenzaron a agregarle otros instrumentos», explica Salazar. «Ese fandango


original que era solamente con tambores, se le agrega la guitarra Morisca que es tanto la
guitarra de 4 cuerdas como la de 6 cuerdas. Esta guitarra Morisca es derivada del
Laud». Este fandango «empieza a ser acompañado con la percusión, con la guitarra
Morisca, se le agregan las castañuelas y el pandero, que es de origen congolés y allí
comienza ya la complicación de esto», señala Salazar.

Guitarra morisca

Empieza a conquistar territorios andaluces. «El primer Fandango que se conoce en


España se asienta en Cádiz, llamado Fandango Gaditano», acotando que Gadir era el
nombre de Cádiz, puerto fundado por los fenicios. «Ese Fandango Gaditano pasa a
Huelva, otro de los grandes puertos y se convierte en Fandango de Huelva».

«Cuando tú oyes este fandango, es exactamente a nuestra Malagueña de oriente,


idéntica», dijo refiriéndose a la tradición venezolana muy popular en Margarita,
Anzoátegui y Monagas. «Yo tuve la oportunidad de escucharlo en Huelva y de bailarlo
no solamente en Huelva sino en Canarias con el grupo Los Alzaos. Cuando tu lo bailas,
la Malagueña tiene figuras muy parecidas al Tamunangue, sobre todo al seis figureado»
propio de dicho baile.
A medida que avanza el siglo XV, los árabes son arrinconados al sur, a lo que hoy es Andalucía, y
finalmente son expulsados de la península ibérica.

Los oriundos de Huelva fundan el pueblo de Alora, en Málaga, «y ahí nacen 2


fandangos: El Verdial que lo usan para los bailes de la fiesta de los inocentes y la
Malagueña o Fandango de Málaga». Luego llega a Sevilla para convertirse en
las Sevillanas, que hoy conocemos porque se pusieron de moda hace 15 ó 20
años «hasta en Japón». Indicó Salazar que tuvo la oportunidad de oír las Sevillanas
originales, «que eran con una Flauta y un Tamboril y un baile de 4 partes. En Ronda se
convierte en Rondeña; de ahí nace Vicente Espinel, el creador de la espinela o la
décima, que realmente no la creó, sino que él recogió del pueblo a través de un libro
llamado Diversas rimas e incorpora esa estrofa de 10 versos donde nace la décima».

Señaló la existencia del Fandango Charro y el Fandango Asturiano entre otras


variaciones.

Prohibiciones

«Esto causó tanto revuelo en el año 1600, que en 1640 por un Decreto Real, fue
prohibido el fandango. Prohibido por un decreto, pero el pueblo por un decreto no va a
dejar de ser lo que es: un recibidor y un transformador de la música a través de los
tiempos; pero yo creo que la prohibición fue peor, porque esto se convirtió en la manera
andaluza de expresar los sentimientos».

Existe un decreto hecho por el Virrey de México, Bernando de Galves y Madrid en


1786, donde exhorta a los bailarines de fandango a mantener la compostura y el recato,
mientras practican estas danzas. Parte del decreto dice lo siguiente:
En el acto de la representación, y con particularidad en la de los bailes, sainetes y
tonadillas, pondrán los actores y actoras el mayor cuidado para guardar la
modestia debida, el recato y la compostura en las acciones y palabras que exige
el respeto debido al público, evitándose toda indecencia y provocación que pueda
causar algún menor escándalo, con especialidad en los bailes que se conocen con
el “nombre de la tierra”, que siendo característicos de este país, como lo es el
fandango, seguidillas, etcétera. Durante los bailes es permitido que con el compás
de los instrumentos se hagan mudanzas honestas, formando con ellas vistosas y
agradables figuras; prohibiéndose, como se prohíbe desde luego el
estrechamiento, cualquier agregado que se haya inventado, como el que llaman
cuchillada, salto u otros movimientos provocativos: en inteligencia de que el
actor o actora que incurra en semejante desorden, se le arrestará en el mismo
acto, y será puesto en la cárcel por un mes, conduciéndolo desde el tablado en
que haya sido la transgresión, a la vista del público e individuos de la compañía
de cómicos, para que sirva de escarmiento y ejemplar.

La cueca chilena es uno de los muchos bailes latinoamericanos influenciados por el fandango. Foto:
Viajala.cl

Ese fandango ya remozado, con toda esa música árabe andaluza y con la influencia de la
rítmica africana, llega a Venezuela y a toda América «y se convierte desde México a la
Patagonia en el Alma Sonora de Hispanoamérica. Si no hubiese existido el Fandango,
no hay música nacional en nuestra América, o mejor dicho, sería otra música distinta».

El fandango árabe-andaluz influye en el surgimiento del Fandango, el Fandanguillo, el


Guapango, el Son en México, el Zapateo en Cuba, el Fandango en Colombia, en
Venezuela el Joropo y la Malagueña, así como la Zamba Cueca en Perú, que nace
«gracias a la influencia de las tropas neogranadinas en la liberación de dicho país, y de
allí va hacia al sur y surge la Cueca chilena y la Zamba argentina; la Samba brasilera
también tiene influencia del Fandango, mezclado con una danza que tiene también gran
exposición erótica, que es el Zemba y es el pasito que hacen en la Samba, los bailarines
cuando se separan de la rueda».

En México, el fandango se convierte en un baile con las Jaranas e instrumentos muy


parecidos a los larenses. «Se bailaba y se zapateaba sobre unas tablas -explica Salazar-.
Ahí también zapateaban los hombres y las mujeres, pero también se convierte en el
Huapango, Fandango y en el son, en el famoso Son Jarocho y se convierte en el sur de
México en una expresión nacional».

Huapango (Cortesía: Códice informativo)

En Cuba se conoció como Zapateao, porque en el baile árabe andaluz el zapateo forma
parte de esa tradición y cuando tú pones el Zapateo Cubano, es exactamente igual a un
Joropo.
Zapateo cubano. Foto: Cubahora.cu

Como puede observarse, la evolución del fandango implicó múltiples viajes de ida y
regreso por el océano Atlántico: primero, los africanos secuestrados y traídos como
esclavos hasta América crearon las primeras versiones de fandango, inicialmente con
puros tambores; luego, los soldados y conquistadores españoles regresaban de América
a España con ese ritmo, al cual se le añadió la influencia ibérica y árabe, incluyendo
instrumentos de cuerda y percusión, para luego cruzar el Atlántico de vuelta a América,
donde continuó evolucionando hasta convertirse en numerosos bailes y ritmos
latinoamericanos. Uno de ellos, el joropo.

Venezuela, el Fandango y el Joropo

En Venezuela se dieron tres tipos de Fandango, señala Salazar.

El Fandango Redondo, que dio origen a lo que hoy conocemos como Joropo
Llanero,que se llamaba redondo porque tenía las figuras en redondo con mucha
influencia incluso con lo que después se conoce como Baile de a tres – a 3 tiempos- que
lo adaptó también el Vals por la influencia austríaca, de los Landers austríacos. Ese
Fandango fue recopilado por el General Ramón de la Plaza, el primer presidente del
Instituto Nacional de Cultura de Venezuela, el primer INCIBA (Instituto Nacional de la
Cultura y Bellas Artes). Fue un tipo muy acucioso, hizo un libro llamado Ensayos del
Arte en Venezuela, donde incluso aparecen dibujos y grabados de los instrumentos tanto
indígenas como africanos, y él pone la partitura del Fandango Redondo,
fundamentalmente hecho para violín.
«Yo tuve la oportunidad de grabarlo hace muchos años -señala Salazar- y un hijo mío,
estudiante de violín, hizo una adaptación para dos violines y un bajo con Eddy Marcano
y el contrabajo era Javier Marín. Ahí vas a ver toda esa transición de ese primer
fandango, un poco al estilo ese reposado, ya edulcorado como lo transformaron los
españoles, no con la fuerza del Fandango Negro, pero después se convierte en Joropo.
Ese es un ejemplo importante de poner porque tu sientes la transición.

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El joropo llanero está asociado con la faena ruda del arreo del
ganado, del herraje, de la soga. «Cuando tienes que enlazar a un
caballo rebelde, un caballo cimarrón, o vas también a llevar la
vacada a través del potrero, ese Joropo está influenciado por la
faena ruda del Llano. Se llama Joropo Recio: un canto más rudo
al tocarse, de más virtuosismo. De un canto lanzado al viento,
como lanzan los llaneros cuando el que está arreando el
ganado. Lanza el grito para que la vacada avance o en
comunicación con el cabestrero… eso tu lo escuchas en los
joropos llaneros».

Explica Salazar que el joropo llanero abarca desde Apure y


Barinas hasta los llanos orientales. «La gente cree que el joropo
llanero finaliza en Guárico y no es así: hay llanos en Anzoátegui
y en Monagas y ese es el joropo recio que conocemos como
siempre». Ese joropo se interpreta con arpa, con bandola de
cuatro cuerdas y maracas, básicamente. Ha dado lugar a
cantidad de formas musicales: el Pajarillo, La Guacharaca, El
Zumba que zumba, El Cunaviche y más de cincuenta formas en
el llano. En el país hay setenta y dos formas, según Salazar.
(Foto: Archivo/Luigino Bracci/Alba Ciudad)

El especialista enfatizó que el joropo es un género musical, pero


que en Venezuela existen numerosas variantes o formas
musicales, siendo el joropo llanero sólo una de ellas. «El género
es el joropo, los otros son variantes, digamos derivados». Por
ejemplo: «Hay una forma de Joropo lento que es el Joropo para
el amor: es el Pasaje, pero el joropo recio -que ellos llaman
Golpe- es el gran Joropo Llanero», señala Salazar.

El joropo oriental
Otro tipo de fandango se da en oriente: allí llegan las primeras
bandolas y bandurrías, específicamente a Cumaná y a Cubagua
alrededor de 1560. «Eso lo dice Alberto Calzavara en su
libro La historia de la Música en Venezuela , porque el centro
económico del país para la época, la primera forma de riqueza
para los españoles fue la exportación de perlas y oriente tenían
cierta independencia en el país. Ese -vamos a llamarlo- Joropo
Oriental nace de algunos fandangos que llegaron con los
barcos», señala Salazar.La primera forma de Fandango que
llegó fue La Malagueña, que en España y en Canarias es un
fandango bailable».

«Aquí perdió el baile -añade Salazar- y se convirtió en un aire


nostálgico, que narra la experiencia de los pescadores: un
canto al amor, a la vida, con cinco líneas solamente para
versos, cuatro líneas repetidas, y hoy por hoy, no se baila.Indica
Salazar que «tú lo oyes actualmente y no lo sientes que fuera un
Joropo, pero sí forma parte de esos primeros joropos. Sería un
joropo lento. La Malagueña viene siendo como una secuencia
ármonica fija de donde surgieron toda la música árabe andaluza.
Ellos lo llaman Macán. Macamet es cuando son varios macán».

El especialista relata que, en el pasado, la palabra «macán» se


usaba también par referirse a algo fastidioso o reiterativo
(«¿vas a seguir con ese macán?») y explica que «el macán es
una secuencia armónica fija, y sobre eso se improvisa. Eso
también tiene la gran influencia árabe».

 El otro tipo de Joropo que se da en oriente, tiene también


la influencia del Fandango Redondo pero tocado con
Bandolina o Bandola, y con el aporte africano que no fue
desde esa época, sino aproximadamente en 1850 cuando
se traen los primeros esclavos africanos al Caribe para el
cultivo de la caña y del cacao en lo que es el Golfo de
Paria y en Guayana para las minas de oro de El Callao.
«Allí le agregan a ese Joropo la famosa Caja y una Maraca
indígena que llaman Maraca Ordeñada; ese joropo se llama
Golpe y tiene tres partes: el Golpe, el Golpe de Arpa y el
Estribillo», señala Salazar.

El joropo central

Hay otras formas de Joropo que se dan en el centro del país,


principalmente en Aragua, este de Carabobo, Miranda y el norte
de Guárico, señala el especialista. «Tuvo una gran influencia del
Joropo Llanero pero con una gran diferencia. Ahí se estableció
un Arpa con 13 sonidos metálicos en su parte aguda, tocada
con gran virtuosismo… y un cantador quien toca las maracas».

Joropo central (Archivo/Luigino Bracci)


Salazar también nos relató sobre los golpes Pajarillo, Yaguaso
y las famosas Revueltas, que tiene, además del Golpe o del
Pasaje: el Yaguaso, la Guabina, la famosa Marisela y la Llamada
del Mono.

 La Revuelta: tiene su origen de la costumbre de los


hombres al sembrar o recoger el café, haciendo las
famosas filas. «Habían unos que tenían más defensas que
otros, y cuando las filas eran irregulares, el que iba de
última gritaba: ¡A la Revuelta! Entonces ubicaban, se
cambiaban y el que iba más adelantado se iba a la última
fila para que la tarea que se hacía en un día, la jornada,
mejor dicho, se pudiese cumplir más rápidamente».
 La Hornada y el joropo horconeado: También la voz
«Hornada» o Jornada dio origen también a la Hornada que
era una Revuelta, una suma del joropo con otro Joropo de
transición. «Eso duraba en las fiestas de recolección,
hasta el amanecer». Es un Joropo mucho más intimista,
muy virtuoso y sin Cuatro, «pero hay una variante muy
particular en el estado Cojedes que se llama Joropo
Horconeado que no es sino que en las distintas formas de
baile, en el Horconeado el hombre imitaba el
levantamiento de un horcón o palo para sujetar las famosa
vigas de las casas de madera; el baile imita esas
colocaciones».

Bailes

En el baile del joropo llanero, Salazar acota que está El


Escobillado que lo hace la mujer: «la mujer no zapatea porque
el Joropo es una propuesta de conquista amorosa; volvemos al
Fandango ¿te das cuenta? El Fandango es una fiesta pre-
matrimonial de tambores antes del matrimonio, una fiesta -
vamos a llamarla así- de fecundidad».
El zapateo, en el joropo llanero, es propio de los hombres.

El Zapateo y El Torea’o imitan la forma del embiste de un toro.


En cambio, en el joropo central solamente se notan El
Valseado y un Zapateo más o menos suave, aunque
últimamente los muchachos han hecho La Metralleta, que son
zapateos colectivos delante de los músicos para lucirse en el
joropo.

Del Joropo Llanero han surgido otras formas de figuras; «he


contado dieciseis figuras de variantes», señaló Salazar y citó
como ejemplo la “zambullida del güire”, que imita el hombre
cuando un pato zambulle la cabeza y después pasa por debajo
de uno de los brazos abiertos de la mujer.

Tienes también “La Sentada de la Danta” que imita a la danta


cuando se sienta. Tienes “El Sogiao” que imita cuando le da
vuelta a la mujer que imita al acto de la soga. Hay cantidad de
variantes del Joropo, siempre relacionada con la tierra y
siempre relacionada con la faena.

Joropos occidentales

Narra Salazar que en el estado Lara, Zulia y Falcón y en el norte


de Portuguesa hay un Joropo occidental que se diferencia
radicalmente de los otros joropos. «En él no se usa arpa, sino
instrumentos de cuerda derivados del Laúd: el cuatro, el cuatro
y medio, el cinco (que también lo llaman seis), el octavo y
utilizan la Tambora Golpera y a veces un Pandero, que es como
la Pandereta española pero sin los metales. Básicamente es un
valseado y se baila como un vals. Es idéntico este golpe larense
-que también abarca Yaracuy- a los ‘Sones Jarochos’ del sur de
México».

Los Golperos de Don Pío

«Nosotros tuvimos hace muchísimos años -quizás 25 o más- un


encuentro entre el grupo Chuchumbé de México y Un Solo
Pueblo. Eso fue una cosa apoteósica, visitando a Don Pío
Alvarado (fallecido el 24 de agosto de 1983 a la edad de 88
años en Barquisimeto) y era la misma música hasta que muchos
sones se parecían. Fue una fiesta que hiciemos en Margarita
(Estado Nueva Esparta) y después en Lara».

Explicó que si bien se le denomina «golpe larense», el


mismo abarca Lara, Yaracuy, norte de Portuguesa y sur de
Falcón. «Es un Joropo cantado a dos voces, ellos le llaman Coro
y con instrumentos derivados del Laúd».

En el Joropo Oriental, la danza es muy elegante. Si bien está el


joropo u golpe y despúes el golpe de arpa y el estribillo, se baila
como una especie de eterno escobillado; van escobillando tanto
el hombre como la mujer, haciendo “la vuelta” incluso formando
un círculo, digamos seis parejas: están bailando agarradas las
manos y hacen como una especie de círculo de traslación en
sentido contrario a las agujas del reloj.

Baile de joropo oriental en el Eje del Buen Vivir, 2014. Foto: Luigino
Bracci/Alba Ciudad

Baile de joropo oriental en el Eje del Buen Vivir, 2014. Foto: Luigino
Bracci/Alba Ciudad
«Esto es una fórmula cabalística que viene de los antiguos
Druidas», explicó Salazar. «Esto es muy viejo y lo usaron
también los vieneses, cuando se impuso el vals en 1810 en los
famosos bailes de la liberación de la burguesía, que es la
expresión que rompió con todas las danzas de cuadros, que
eran danzas colectivas formadas por filas y columnas».

Continúa Salazar: «Aquí tenían la libertad de bailar la pareja


sobre sí misma y en la traslación a través de un sitio de baile.
Esto fue prohibido por la burguesía de la época y los todavía
los trasnochados del régimen feudal y de las monarquías de la
época… eso que permitía que el hombre abrazase una mujer
bien apretaita por la cintura, que den vueltas sobre sí mismos,
miradas pícaras -que provocaban según ellos unos desvaríos-
eran presas del diablo, lo llamaron ‘danza diabólica’ porque eso
era fin de mundo».

Baile de joropo oriental en el Eje del Buen Vivir, 2014. Foto: Luigino
Bracci/Alba Ciudad
Baile de joropo oriental en el Eje del Buen Vivir, 2014, con miembros de
la Compañía Nacional de Danza. Foto: Luigino Bracci/Alba Ciudad

El vals y el joropo

Rafael Salazar nos explica cómo el vals influenció notablemente


la forma de baile del joropo. «El Times de Londres de 1810,
sacó una noticias alertando a ‘la gente decente’ para que no
dejaran ir a sus hijas a ese baile impuesto en Londres, que venía
de ‘la corrupta’ Francia. En realidad, el vals vino fue de los
Campos de Alsacia, región común a Alemania, Francia y
también de la región de la cultura germánica -por la lengua- que
ocupan los vieneses de Austria».

Johann Strauss, hijo de un cantinero, aprendió a tocar violín


porque escuchó a los campesinos. «Eran unas danzas
llamadas ‘Landler’ donde se daban vueltas y se bailaban con
unos zancos de madera», explica el experto.
«Landler»

Despúes él logró a través de una influencia que tuvo con la


corte vienesa, que se impusiera como pieza de palacio. Los
valses no tenían letras, pero luego los franceses comenzaron a
componer vals cantados. «Eran dos formas de valses: el vals de
palacio y el vals arrabalero de los pueblos a orilla de los
grandes ríos. En ese vals arrabalero, llamado javá, el hombre le
ponía las manos por la parte trasera, por las nalgas de la mujer
y bailaban pegaitos. ¿Te puedes imaginar en 1810 esa
situación? Fue la expresión de la liberación de la burguesía. Si
la burguesía llega al poder y permite el matrimonio entre las
parejas sin el permiso del amo, tenía que haber una expresión
cultural acorde con esa liberación».

«El vals influyó notablemente la manera de bailarse el joropo,


sobre todo la primera parte; por eso se llama valseado, a la
manera del vals», sentenció Salazar.

La palabra «joropo»

Joropo viene siendo, en su etimología, sorop, del


árabe sorop que significa jarabe. «Recuerdo mucho en mi
juventud que, cuando llegaban los norteamericanos a
imponernos su cultura gastronómica de chatarra, en un sitio
llamado Sears de Venezuela -era una venta por
departamentos ubicada en Bello Monte, donde está
actualmente Ciudad Banesco- además de imponernos el famoso
pino navideño con Santa Claus o San Nicolás, ofrecían las
famosas panquecas y te vendían un líquido llamado “sirop”,
que era el jugo del maple, uno de los grandes árboles en
Estados Unidos y Canadá, una especie de jarabe. Sirope,
sorop, joropo. Y en México se llama «Jarabe» a uno de los
Joropos, el Fandango.

El joropo urbano y la radio

Respecto a las ciudades, Salazar señaló que «hay un joropo


urbano que surgió en Venezuela a partir de 1860, 1870 con
grandes Maestros del piano, como Heraclio Fernández, el
creador del Diablo Suelto. Es un vals muy rápido, imposible de
bailarlo pero se parece más a un joropo. Y así muchos músicos
de esa época, comienzan a componer joropos inspirados por los
joropos tradicionales del llano y sobre todo por los joropos
centrales».

Luego, Sebastían Díaz Peña crea un joropo urbano llamado “La


Marisela”, inspirado en la canción del mismo nombre. «Esa es
una de las joyas musicales, creo que aquí la tenemos
interpretado por la Orquesta Típica Nacional; esta es una joya
de joropo».

La misma se difundió gracias a la radio, que nace en Venezuela


en 1926. Recuerda que antes de eso «la música estaba
confinada a las retretas domingueras de los pueblos que
tocaban joropo, merengue y vals. Esas retretas domingueras
dieron origen a famosos joropos. Hay uno de Claudio Eloy
Fermín, de principios del Siglo XX que se conoce como
Margariteñería y así otros joropos: Jarro Mocho, del estado
Lara» por Federico Vollmer.

El Alma Llanera

Al multiplicarse las emisoras de radio, forman conjuntos


musicales en los que grupos tocaban en vivo por 3 y 4 horas
diarias, un horario al mediodía y otro en la tarde, en los
momentos en los que aún no habían grabaciones sonoras.
Recordó que en los años 1960, la emisora Radio Continente aún
hacía esas emisiones de música en vivo, «y había incluso un
pequeño auditorio donde tu asistías a eso, cuando estaban
ubicados allí frente al Liceo Andrés Bello», en la avenida México
en Caracas. «Todas esas emisoras de radio empezaron a
difundir esos joropos urbanos, entre ellos La Marisela, pero
hubo un joropo increíble creado por Carlos
Bonnet: Quitapesares, que se folclorizó y hoy es una forma
musical llanera».

Recordó Salazar que Carlos Bonnet «fue el primer director de la


Orquesta de Radio Caracas que era la Brodcasting Caracas y
tocaban en vivo. Allí tocó el maestro Eduardo Serrano, creador
del famoso merengue Barlovento y cada emisora como la
Radiodifusora Venezuela donde cantó desde chiquita Magdalena
Sánchez y también, las bandas nuestras dieron origen a grandes
joropos como el Alma Llanera, que es un joropo urbano».

Pedro Elías Gutiérrez

Explicó Salazar que «Pedro Elías Gutiérrez no solo era director


de la Banda Marcial de Caracas. Estamos hablando de 1914. Él
estrena una zarzuela llamada ‘Alma Llanera’, cuya letra
perteneció a un gran poeta, Rafael Bolívar Coronado, y donde la
introducción de la zarzuela era un joropo». Narra que, «como él
era el Supervisor Nacional de Bandas de todos los pueblos, él
mismo hacía los arreglos, los mandaba a los pueblos y se
acostumbró que la última pieza de la retreta se hacía con el
joropo, Alma Llanera y se convirtió en nuestro segundo himno
nacional».

Más joropo urbano

También recordó el Caricari, es una especie de chipola que creó


Rafael Romero y grabó Aldemaro Romero con la famosa Dinner
en Caracas. Y ya en la década de 1970, Aldemaro crea un
nuevo joropo urbano (él mismo lo llama así) y es la famosa Onda
Nueva, que ya no es para bailar sino para ser escuchada con
armonías muy contemporáneas, influenciados por la bossa
nova brasilera. «Él dice que lo de él fue la gran orquestación,
que llevaba la armonía de la bossa nova, pero que el gran
creador de la rítmica de ese joropo fue el Pavo Frank, que lo
hizo con la batería».

«Tú ves a cualquier grupo de ensamble que toquen joropos y


hay una Onda Nueva allí», expresó Salazar. «Esto hay que
registrarlo, porque esa es la influencia de Aldemaro Romero.
¿Ese joropo de dónde es? ¿Del llano? ¿De dónde es ese joropo?
¿De oriente? ¿Del pueblo oriental? No quiere decir que un
cumanés que tenga algunos conocimientos académicos no
pueda crear un joropo urbano», pues «hay Joropo Urbano donde
haya urbes contemporáneas: Maracaibo, Barquisimeto,
Valencia, Maracay, Mérida, San Cristóbal, Cumaná, Barcelona y
Caracas, lógicamente».

Explicó que «los muchachos que han salido de esa gran


escuela llamada La Siembra del Cuatro, creada por Cheo
Hurtado y que tocan mucho joropo, tienen esa influencia de la
Onda Nueva y lógicamente también tienen influencia de los
sonidos contemporáneos».

«El más grande los instrumentos es la voz. El hombre va


adaptando su voz a esos instrumentos. Cuando tu escuchas una
Onda Nueva, tiene esa forma de canto adaptado a ese sonido
contemporáneo. Eso se clasifica como Joropo Urbano», indicó
el especialista.

El joropo guayanés

Salazar también comentó sobre el joropo guayanés: «es una


especie de fusión entre la influencia del joropo oriental y el
joropo llanero. Miguel Acosta Saignes, uno de los grandes
antropólogos venezolanos, tenía una copla muy hermosa para
explicar cómo llegó el joropo al oriente y a Guayana, a través de
una cuarteta llanera, siempre la sabiduría popular:

La iguana y el mato de agua se fueron al Orinoco


la iguana no volvió nunca ni mato de agua tampoco
«¿Qué significaba esto? En la época de la sequía -hay que ver
que la sequía es bien brava en los llanos- los animales, que
tienen el don natural de buscar refugio, atraviesan todo el norte
en invierno y van buscando al sur donde haya calor. Huían del
Arauca en el Apure buscando donde hubiese menos sequía y
más agua. Se iban por los ríos y se establecieron en lo que es
Guayana, donde todo el tiempo llueve. Detrás de los animales se
iban los llaneros. No había trabajo y había que buscar otra
forma de vida. Dejó “allá” la novia, la mujer con unos hijos y se
fue al oriente, no volvió -y menos si comía zapoara- y se volvió a
enamorar».
Cheo Hurtado con una guitarra, un cuatro y una bandola. Foto: Rodolfo
Benítez

«A esa música la empezaron a llamar ‘llabajera’ que venía de


‘allá abajo’, del Bajo Apure. Hay un joropo en oriente que se
llama Llabajero, que es una especie de corrido». La influencia
tanto del llano y del centro causa que aparezca ese joropo
híbrido llamado joropo guayanés, «con características muy
propias. Una bandola de 8 cuerdas, llamada Bandola Guayanesa
donde se interpreta el Seis, la Josa, el San Rafael: son cantidad
de golpes que hay en Guayana. El mismo Sapo es una especie
de golpe que se baila con el valseao y un zapateao. La difusión
de ese joropo se la debemos actualmente a Cheo Hurtado, que
hizo grabaciones muy buenas y difundió. Así como Serenata
Guayanesa difundió el calypso del famoso ‘ El Callao to night,
Guasipati tomorrow night’, Cheo Hurtado se dio a la tarea de
difundir el Seis Guayanés. Ese es el joropo guayanés».

«La Josa y Mocho Hernández, son distintas formas y variantes


de joropo. Los instrumentos básicamente son: bandola de 8
cuerdas, cuatro y maracas, ahora le agregan el bajo o la
guitarra, que hace las veces de bajo».

El Joropo Andino

El joropo andino tiene 2 formas básicas: El Corrido y El Galerón.


«Es lento, muy de pareja, muy adaptado a ese paisaje montañés
que se toca con violín, también con mandolina o con tiple que lo
conseguimos en la parte colombiana y la utilizan en algunas
fiestas».

Ahí se conocen el famoso Pato Bombiao, la Perra Baya y una


especie de joropo que yo ví hace muchos años que se utiliza
para el rompimiento del Chorote, siempre me confundo con el
Sorocho que es el viento frío de esos que te dan cuando por la
altura te da un mareo, ese es el Chorote.

El Chorote

Es una simbología que tiene que ver con la mujer andina, que
una vez que entraba en la cuarentena, luego del parto y la
alimentaban con caldo de gallina todos los días. «A mi me
cuenta mi mamá que llegó a odiar la gallina -cuenta Salazar-
porque mi abuelo le mataba todos los días una allá en
Margarita, para que se fortaleciera durante la famosa
cuarentena, que son 40 días de reposo en cama y 40 días de
abstinencia sexual. Como el ser humano está relacionado con la
vida, con el nacimiento, con la pubertad, la adolescencia y
lógicamente con la adultez y la muerte, el Chorote es un acto
público donde se bailaba una especia de joropo, donde hacían
una piñata de barro como la mexicana y el dueño de la casa
rompía el Chorote; es decir, que ya la mujer podía tener
relaciones». Indica Salazar que esta tradición aún existe en
algunos pueblos andinos.

«Era una gran fiesta. Este hombre, después de 40 días ya puede


y allí se armaba el joropo andino. Esto está en todos los Andes y
en Mérida, pero estamos hablando de los pueblos, porque
también en Los Andes existe un joropo urbano, en la capital San
Cristóbal».

¿Qué tienen en común las variantes de joropo?

Aún cuando las diferentes variantes de joropo señaladas antes


(llanero, central, oriental, golpe larense, entre otras) parecieran
tener poco en común, Salazar nos explica que no es así.

«Sí tienen algo en común. Primero la rítmica en tres tiempos


(3T) o seis por ocho (6×8); después la forma de baile. Todos los
Joropos tienen valseado, lo cual te indica que allí hay una
madre común. Todos los Joropos tienen zapateo, en unos más
fuertes, menos fuertes, más elegantes pero sigue siendo el
Joropo». Lo comparó con las distintas formas de hablar el
idioma español o castellano: «Independientemente de las
distintas formas, nos entendemos un mexicano con un
argentino; igualito, el Joropo es Joropo. Que haya decenas
de variantes en el llano y haya diferentes formas de baile, eso
es lógico porque la cultura es dinámica», explicó.

También destacó que «el Joropo es algo más que canto, música
y baile. El Joropo es una forma de ser, una forma de sentir, una
forma de vivir que está asociada con la faena, con la fiesta que
prodiga la faena. Cada vez que haya una recolección de frutos,
bien sea de la tierra o de la mar en oriente; o una buena venta
de ganado, se forma un joropo. Cuando tu oyes un joropo del
llano, está la palabra mastranto, está jagüey. Tú no vas a ver un
joropo oriental hablando de jagüey porque eso no existe en
oriente; tienen que ver con las voces de oriente y los términos
de ellos».
Pajarillo a Ziryab: Del Fandango al Joropo

Relató Salazar un viaje en 1992 o quizás antes, en el que él


asistió de invitado junto a Ismael Querales, Serenata
Guayanesa, el arpista Ramón Narváez y Tomás
Mantilla, invitados por el Instituto de Musicología de Alemania
a través del musicólogo Jabib Tuma. «Hicimos un gran
espectáculo en la Sala Nacional de Conciertos en Viena y yo les
conté sobre Ziryab y esta secuencia de cómo las primeras
danzas árabes influenciaron la música árabe-andaluza».

Ismael Querales (Archivo)

«Querales tomó esta historia mía e hizo una joya musical que se
llama ‘Pajarillo a Ziryab’: él agarró las formas primeras
afandangadas que conducen al Pajarillo, que es originario del
Fandanguillo, que tenía una introducción con la guitarra, y él
hace lo mismo pero paseándonos por una música muy árabe,
pasa por la ascendencia andaluza y termina en el Pajarillo. Ese
fue el gran aporte de Ismael Querales y, como buena música de
influencia árabe, nunca se toca 2 veces igual. Tú nunca oirás a
un joropista tocar 2 veces igual, porque es música para la
improvisación».

Le invitamos a escuchar el tema Pajarillo Ziryab, de Ismael


Querales

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Los medios de comunicación y el joropo

Para Salazar, es vital que los medios retomen el papel de dar a


conocer el joropo y nustras manifestaciones tradicionales. «Tú
no puedes amar lo que ignoras. ¿A ti te gusta la música
japonesa? No, porque nunca la haz escuchado, si acaso como
una cosa exótica. ¿O la música china? Igualito».

«Estando en Venezuela, no se escucha la música venezolana. Si


pusieran el Joropo en la radio como ponen el reguetón o la
salsa, sería otro el cantar porque tu empiezas a adaptar tu oído
a un gusto urbano, pero la difererncia con el reguetón es que el
joropo tiene una raíz nacional. Es como si tú trataras de
imponer ahorita un idioma nuevo, que alguien invente un idioma.
Y si te lo ponen todos los días, llega un momento en que tú
hablas el idioma».

Relató Salazar: «El otro día yo me conseguí con un taxista en


una de estas entrevistas de radio. Me reconoció y me dijo:
‘caramba amigo, tú eres compositor. Yo tengo una hija que
canta muy bonito en inglés, pero no sabe lo que canta. Tiene 12
años. ¿Qué me aconseja usted?'».

«¿Y por qué canta en inglés? Porque es lo que oye», señaló


Salazar.

Para el experto, la responsabilidad de los medios es total. «Los


medios del Estado principalmente, pero también los medios
privados. Se hizo una Ley, la famosa Ley Resorte (Ley de
Responsabilidad en la Radio y Televisión) o mordaza, qué se yo,
pero que no le paran. Como no le pararon al uno por uno, que
pagaban la multa y ponían la música venezolana a las 5 de la
mañana».

Recordó que en los años noventa, «cuando el país entró en esa


crisis, obstinados de la corrupción y la decadencia de la
Cuarta República, que nació un joropito urbano que empezó a
cantar Carlos Baute. Entonces, los pavos de la época de la
Universidad Simón Bolívar se iban a las zonas aledañas a comer
parrillas, a tomar cervezas y a bailar con la bandera de
Venezuela. Eso pasó de moda, pero ahí comenzó todo este
movimiento nacionalista que dio paso después al surgimiento
de Chávez como precursor de esta nueva realidad política
nuestra. Pero realmente no habido una política constante del
Estado en el aprendizaje, no solamente del Joropo, sino de
todas las formas musicales venezolanas», indicó el
especialista. «Esto tiene que ser en la casa, en la escuela, en la
radio; cuando digo en la escuela digo primaria, secundaria y la
universidad».

Hugo Chávez y el Joropo

Interrogado sobre la influencia de Hugo Chávez en la


divulgación del joropo en los últimos quince años, Salazar
respondió: «Te voy a decir algo que va más allá de la política:
Chávez fue una especie de huracán político, un fenómeno
reconocido incluso hasta por Henry Ramos Allup, uno de los
viejos líderes de la vieja guardia de Acción Democrática». Para
Salazar, Chávez fue creador de una nueva cultura política de un
movimiento nacionalista, creador de polos de desarrollos
autónomos independientes.

(Archivo, Prensa Presidencial)

Chávez, como buen llanero, fue un amante del Joropo y lo


cantaba a menudo, algo que Salazar admiró mucho de él. «No
solamente tuvo una influencia Chávez en la difusión del Joropo
(…) sino la poesía llanera, la difusión de Alberto Arvelo
Torrealba, de Germán Fleitas Beroes y de tantos poetas, sino
que influencia la creación de un nuevo lenguaje. Porque ahora
hay un nuevo lenguaje político. Tú oyes incluso a la oposición
hablar de inclusión, desarrollo endógeno y una cantidad de
palabras» que antes no se usaban, «que alguien debería de
hacer ese estudio lingüístico».

«La democracia participativa y protagónica, todo eso tiene que


ver con Chávez. ¿Quien hablaba de protagónico antes? (…) Tú
ves que la gente dice: yo estoy dignificado… tengo una vivienda
digna… vivir viviendo… y cuando tú te pones a ver, son tantas
las cosas que ese señor nos dejó, que lógicamente como buen
llanero y amante de la cultura popular, nos dejó eso: menos mal.

«Cada vez que Chávez hacía un Aló Presidente, esa era la


noticia de primera plana de los periódicos al día siguiente.
Cuando no había Aló Presidente, no había noticia en primera
plana y esto influenció incluso en la oposición. No vayas a creer
que la influencia es nada más en los chavistas, porque el tipo
fue un fenómeno político. Fue un líder reconocido en el mundo
entero… ¡imagínate tú!».

«Menos mal que Chávez -con el perdón de mis pocos amigos


rockeros- no era amante del rock», dijo Salazar. «Hubiéramos
decretado el rock como Patrimonio Nacional de Venezuela.
Independientemente que el rock es una forma de expresión
contemporánea que tiene lógicamente toda la influencia de la
cultura anglosajona y que cumplió un papel importante sobre
todo en Inglaterra con The Beatles, que fueron unos
irreverentes que irrumpieron contra las formas de guerra, y
mucha de su música tenía que ver contra las formas imperiales
de guerra. Que los jóvenes nuestros lo bailaran sin saber qué
estaban escuchando en las letras, es otra cosa; pero fue una
música contestataria en su época, como lo hicieron también en
Estados Unidos, donde el rock se convirtió en una música
contestataria, sobre todo en Memfis con Elvis Presley. El rock
fue perseguido», acotó.

Recordó que los afroestadounidenses también influyeron


notablemente en el rock, y el bangio que ellos tocaban también
es de origen árabe, derivado del Laud.

Joropo y la clase media


«El Joropo es un sentimiento nacional, aunque nuestra clase
media, pequeñoburguesa por ignorancia, no por culpa de ellos
sino de los medios de comunicación, se sienten distanciados de
esa forma popular porque los rebaja a la condición de Pueblo»,
explicó Salazar. «Nuestra clase media, como decía Aquiles
Nazoa “es media porque es mediocre”, o como decía Anibal
Nazoa: “la clase media se medio compromete cuando medio le
conviene”. Es una clase sandwich, porque ni es proletaria ni es
burguesa. Entonces, vive de la imitación. No quiere ser
proletario, quieren ser burgueses, pero jamás serán burgueses
porque son asalariados. Creen que distanciándose del pueblo
están en un estatus superior, sin saber que lo define la Cultura
de un Pueblo es justamente el uso y la apropiación de ese
Pueblo a través del tiempo de un colectivo. El Joropo no es un
hecho individual, es un hecho colectivo», señaló.

Criticó que en la década de 1950, cuando Marcos Pérez


Jiménez, «los medios de comunicación nos impusieron un
joropo estilizado. Al pobre llanero le pusieron un poncho, una
ruana, una cobija. Le pusieron botas con espuela -jamás eso yo
lo he visto- un fuete y empezar a bailar». Indicó que el joropo
es muy dificil de bailar si no tienes la vivencia desde pequeño.
«Aquí inventaron un zapateo de mujeres con el conjunto
‘Retablo de las Maravillas’ de Yolanda Moreno, con unas filas
alineadas con fuetes y las faldas tipo mariposa, y eso cundió en
el país. Las danzas nacionalistas tú las conseguías en todo el
país. Hay que hacer una lucha para reivindicar nuestra
verdadera esencia del joropo».
Las faldas tipo mariposa no son de joropo tradicional venezolano

Explicó que Juan Vicente Torrealba, gran tocador de guitarra


tuyera, fue convencido por su productor de «utilizar un
instrumento más sonoro como el arpa”, y él aprendió a tocar
arpa. Sus propias composiciones, que eran golpes tuyeros, las
llevó al arpa «y para que eso gustara la hizo como más suave,
para que fuera aceptada por esa clase media emergente», dijo
Salazar.

El joropo y las tradiciones: ideología desde la escuela

Salazar llamó a considerar el joropo como una propuesta


ideológica. «La ideología tiene que ver con nuestra manera de
caminar, de comer, se sentir, de abrazarnos, de amar, de
convivir; esa es la ideología, y si queremos una cultura nacional
en un proceso de reivindicación, lo nacional tendría que estar
en primer lugar y no como un hecho fortuito… es decir, poner
música venezolana de 5 a 7 de la mañana y unos programitas
ahí eventuales, y ni siquiera nombran los autores en las radios
nuestras, ni siquiera en las radios del Estado. Yo he oído La
Radio del Sur y jamás nombra ni quien interpreta ni de quién es
la canción. Entonces, ¿a quién estamos educando? Pregúntale a
un muchacho ahorita por cualquier música de moda y te sabe
quien es el autor y quien es el intérprete» (Nota del editor: el
mismo problema ocurre en Alba Ciudad, pero se están tomando
pasos para su solución).

«Entonces, si tú no lo difundes ¿cómo lo vamos a conocer? Eso


es un reclamo que hago yo, porque siempre he sido un luchador
de esta causa desde que tenía. Voy a cumplir 70 años y desde
que tenía yo 15 años de edad estoy haciendo música. Ha sido
una pelea dura, y hemos logrado algunas conquistas y es
verdad, hemos avanzado. Ahorita hay más calidad musical. Hay
más intérpretes, pero no es suficiente».

El enseñar el cuatro y el joropo desde la escuela es una de las


propuestas de Salazar (Archivo)

Salazar insiste en que tiene que haber una política en el Estado


para la divulgación del joropo y las tradiciones venezolanas.
«Cuando uno dice que se imponga… sí: que se imponga, porque
todo hecho educativo es impuesto. Cuando tú vas a un colegio
¿tu estudias lo que te da la gana? Tú estudias lo que dice un
manual de primer grado. ¿Quién lo hace? Un Ministerio de
Educación, y eso es válido para un colegio privado y una
escuela pública», señaló. «¿Por qué no pones allí, así como
estudian Castellano y Literatura, ¿por qué no pones la música
venezolana como una cosa propia? ¿O es que vamos a estudiar
la música alemana? Que deberíamos estudiarla también, ya en
bachillerato. Por ejemplo, no se puede entender el Vals, sin la
cultura alemana. No se puede entender el Chotis sin la cultura
inglesa, la Tarantela sin la cultura italiana».

«Toda forma musical define a un país cuando esa forma musical


obedece a la tradición de un pueblo. Yo le hago una pregunta a
ustedes: Tango, ¿de qué estamos hablando? de Argentina. Son,
¿de qué estamos hablando? De Cuba. Y así es la comida.
¿Espaguetis? Italia. ¿Hallaca? Venezuela. Tú te identificas con
un país a través de si cultura gastronómica, lingüística… si tu
dices ‘Che’, estás hablando de Argentina; si dices ‘vale’, estás
hablando de Venezuela. ‘¿Qué hubo, vale?’ Es así y ese es mi
mensaje. Tratemos que esto no sea una moda, sino que
difundamos lo nuestro. No quiere decir esto que no se difundan
los valores de otros países».

Yo lo pondría en 3 categorías: «Primero lo Nuestro. Segundo, Lo


Nuestro (a nivel) Latinoamericano. Y después, la Música
Universal Popular, porque cuando la gente habla de música
universal hablan de música académica. La gente dice, esto es
un festival de música joven: Rock, Reguetón, como si no
hubiera llaneros jóvenes, o no hubiera Golperos jóvenes en
Lara, o como si no hubiera tocadores jóvenes de música
oriental… ¿te das cuenta hasta dónde hemos llevado la
alienación, que nosotros mismos caemos en ese error?»

Ese es mi mensaje pues; difundir lo Nuestro en la Familia, en la


Escuela, desde Primaria hasta la Universidad y en los medios de
comunicación.

¿La música venezolana no gusta?


Serenata Guayanesa tiene más de 40 años siendo del agrado del público
venezolano (Archivo/Correo del Orinoco)

«Mira, si fuera verdad que la música venezolana no gusta


porque no es moderna, ¿por qué Serenata Guayanesa se ha
mantenido durante más de 43 años?», se preguntó Salazar.
«Comenzó en 1971 como agrupación, no se han disuelto y viven
de eso. Cada uno dejó su profesión, porque cada vez que van a
un concierto lo llenan y entonces, hay algo que te dice que allí
está una esencia».

«Ahora, esto sería mucho mayor si hubiera una difusión, un plan


nacional de defensa de lo nuestro, de la identidad. Que lo que
surja a partir de las formas musicales nuestras, sean otras
formas, ¡bienvenidas sean! Porque la cultura popular es
dinámica. Te pongo un ejemplo, ¿te podrás imaginar que de la
Polca europea, que se difundió desde Estados Unidos hasta
Argentina, nació la música
campesina Country norteamericana? La música Country es
Polca». Salazar también pone como ejemplo al Foxtrot o «paso
del zorro», baile que «fue la sensación en los años 1920 y
1930», así como a la Guarania y la Galopa, bailes típicos de
Paraguay: en su opinión, todos provienen de la Polca. También
cita al bossa nova: «es una influencia de la Polca donde los
poetas y músicos en el movimiento To be or not to be se
unieron y crearon esa música gustosa y melodiosa… pero la
base es música binaria de la Polca. Eso es válido», señaló.

«Aquí en Venezuela, la Polca queda en Yaracuy, en Lara y no dio


origen a una nueva música. Eso te indica que las nuevas
creaciones tienen que partir del conocimiento de una música
base que tenga esencia nacional».

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